Realizaciรณn: Camila Lucero Queirolo Colaboraciรณn y correcciรณn de texto: Juan Pablo Navia Correa Emerge Revista Fotogrรก๏ฌ ca vol.nยบ2, Santiago, Chile. Abril 2014
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Un dĂa lluvioso en Cabo Cod, Estados Unidos, acababa de exponer en el Museo de Arte Moderno. Estaba bajo un toldo y habĂa unos tipos a mi lado, jĂłvenes; de repente salgo con mi Leica en la mano y oigo a uno que dice: ÂĄMira, ahĂ va uno que se cree Cartier-Bresson!. Me reĂ. A veces me preguntan si lo conozco, y respondo: “Oh, te podrĂa hablar muy mal de ĂŠl; sobre todo, no te acerques a ĂŠl, es insoportable!â€?. No, uno debe mimetizarse con el ambiente. Hacer que se olviden de ti. Estoy en contra del “yo, mi, conmigoâ€?. Creo que era Degas quien decĂa: “EstĂĄ muy bien ser cĂŠlebre, siempre y cuando seas desconocidoâ€?. Entrevista de Philippe Boegner, Figaro Magazine, febrero de 1989
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Fotรณgrafa y Psicรณloga, Talca, 1959.
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Este proyecto nace como una continuaciĂłn de un trabajo audiovisual realizado el aĂąo 2009 y estrenado el 2010, el corto documental “Cuatro Esquinasâ€?(puede ser visto completo en vimeo: https://vimeo.com/15642441). En el documental se relata la vida de Osvaldo Montanares, un joven de 18 aĂąos de Puente Alto que prĂĄctica la lucha libre junto a un grupo de amigos que se ha transformado en una familia. El 2013 sentĂ la necesidad de volver a ponerme en contacto con los luchadores y ver como ha cambiado su vida, pensando en hacer un nuevo trabajo, esta vez en fotografĂa fija y tratando temas mĂĄs profundos e Ăntimos. A mediados del 2013 los empecĂŠ a visitar nuevamente, habĂan pasado casi cuatro aĂąos. Cuando grabĂŠ el documental estaban todos en el colegio, ahora los encuentro en la etapa de ingresar al mundo laboral, de enfrentar la complejidad de sus sueĂąos, de que muchos se dan cuenta que nadie en Chile vive de la lucha libre, de lo difĂcil que es atraer pĂşblico a los estadios. Muchos son recientes padres, se enfrentan a nuevas responsabilidades que los distancia poco a poco de la Lucha Libre, su mayor pasiĂłn. Este proyecto busca retratar todos estos aspectos de la Lucha Libre, no quedarse en el espectĂĄculo, mostrar lo que implica ser un luchador en Chile, no es solo una lucha arriba del ring, si no en todos los ĂĄmbitos de su vida.
Es seguir un sueĂąo con todas las consecuencias que esto trae, de enfrentar la adversidad con un grupo de amigos que es una familia. El formato final del proyecto serĂĄ una exposiciĂłn en la Foto Galeria ARCOS, que se inaugurarĂĄ el 14 de Agosto de 2014, tambiĂŠn realizarĂŠ un foto libro y ver la posibilidad de publicarlo, como una opciĂłn de mostrar un trabajo mĂĄs extenso que en la galerĂa.
Blog del proyecto: http://cuatroesquinaslaluchafinal.tumblr.com/
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“Experimentar desde siempre ha sido parte importante en la labor autoral, es asĂ como nace esta propuesta conceptual utilizando la tĂŠcnica del fotomontaje digital que da origen a la obra “Los nadieâ€? Malditos Recovecos. La tĂŠcnica no fue elegida al azar, es la rigurosa excusa para seĂąalar los miedos de la sociedad actual para ser retratada, miedo de perder en una fotografĂa el valor que ellos mismos establecen como una propiedad. Es asĂ como plasma una crĂtica entre lĂneas de una sociedad de profundas pĂŠrdidas y falencias emocionales. emocionales Una sociedad rigurosamente forjada para ser homogeneizada, dejando de lado las diferencias y cualidades que nos hacen Ăşnicos y especiales, perdiendo esto nos estandarizamos. Es asĂ como olvidamos a nuestros abuelos y sus relatos. Olvidamos ademĂĄs los recuerdos de antaĂąo, nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestra piel y el contacto. Olvidamos observar y sĂłlo avanzamos creando fantasmas, acrecentado la sensaciĂłn de “pĂŠrdidaâ€? en la obra. La desapariciĂłn de los recuerdos, la muerte del instante, los rostros que se borraron de la memoria “los nadieâ€? reaparecen en esta obra, como brumosos y nebulosos personajes, complementĂĄndose con los escenarios, los llamados malditos recovecos, llenos de luces y texturas que potencian aĂşn mĂĄs la intenciĂłn del proyecto en un estilo poĂŠtico, emocional y sin duda visceral. Una propuesta ligada estrechamente a ese mundo onĂrico de los recuerdos fragmentados en el tiempo y la recreaciĂłn con tintes de ďŹ cciĂłn de mĂşltiples situaciones, que sin duda habla de la frĂĄgil objetividad en la fotografĂa, que es mĂĄs bien una representaciĂłn re-encuadrada de la realidad, una visiĂłn personal y subjetiva, una que se escapa y diluye. Reinventando y contextualizando cada situaciĂłn. subjetiva En el viaje que nunca termina aparecen diversos personajes sin nombre, rostros anĂłnimos y ajenos. En la bĂşsqueda de rincones y recovecos aoran lugares tales como Santiago, Padre Hurtado, San Carlos, Chillan, Chillan Viejo, ValparaĂso y la Salitrera de Humberstone en la regiĂłn de TarapacĂĄ. (Chile).â€?
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En la constante de la producciĂłn de imĂĄgenes en fotografĂa, se liga al modo, de cĂłmo realidades se comprenden, se asumen y se disponen en un plano acotado que delimita a la porciĂłn de un encuadre. Lo que nos obliga mirar, proceder, ver, luego observar. Esa acciĂłn despuĂŠs del proceso es lo que particularmente hace reconocible a un autor, nos describe la perversiĂłn de la imagen fotogrĂĄďŹ ca, en su observaciĂłn/comprensiĂłn, de una realidad particular y acotada. La mociĂłn, de la elecciĂłn del objeto fotograďŹ ado. La posibilidad de mirar mi es inicial, la de ver, es acotada. Es la operaciĂłn que Francisco Alcayaga Motta otorga, al seguir un proceso de rigurosidad fotogrĂĄďŹ ca en retratar fachadas/rostros bajo una constante sistĂŠmica de producciĂłn y tĂŠcnica fotogrĂĄďŹ ca. Un primer plano que eleva a cada objeto/sujeto a un estudio de la forma, la huella y el rasgo. Con este trabajo se realiza una operaciĂłn que no aspira a una contemplaciĂłn compasiva de un grupo socialmente golpeado, sino al contrario, trabaja con la posibilidad de la digniďŹ caciĂłn de su reconocimiento e inserciĂłn, dentro de un contexto visual y social, asumiendo una estĂŠtica que se apropia de los lenguajes de la observaciĂłn y el estudio de aproximaciĂłn.
La precariedad, es una ironĂa al observador, no al objeto de estudio. La mirada lo es, no repara en ver y en observar. CuĂĄntas veces hemos visto, imposibilitados de observar, cada uno saca sus propias conclusiones. El rostro es sĂłlo la fachada, la fachada es el rostro que identiďŹ ca al objeto y viceversa. Los vĂnculos estĂĄn expuestos para ser catastrados. El sistema de serie en la producciĂłn de este trabajo, connota la capacidad de estudio. Un estudio complejo donde los rostros, casi tallados a modo de bustos escultĂłricos, como lo mismo las fachadas, fachadas se componen en niveles geomĂŠtricos bĂĄsicos de la forma y el espacio, que tambiĂŠn los vuelca a planos bĂĄsicos de la escultura y arquitectura. Estudios complejos de la observaciĂłn, que nos invita con esta propuesta a interpelar a una estĂŠtica particular de lo que no queremos observar.
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Erick FaĂşndez
AndrĂŠs LarraĂn
Ignacio Chรกvez
MarĂa de los Ă ngeles RodrĂguez
SofĂa Sierra
SofĂa Suazo
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“ Hay que tener cuidado con "Los Pincheira". Ya me lo habĂan advertido, pero luego de haber ido al menos una veintena de veces a un lugar uno termina por olvidar las advertencias. Un dĂa gris, nublado, oscuro, caminando y buscando, al pasar por una calle veo dos perros negros, decido que serĂĄn mis modelos, me acerco, ellos se mantiene impĂĄvidos, les tomo un par de fotos, pero se paran, se alejan unos metros y vuelven a echarse, voy por ellos, pero de un lateral aparece el guardaespaldas con actitud de: "No mĂĄs fotos, se acabĂł la sesiĂłn". Me agacho tranquila y sigilosamente, tomo la foto a este perro, y al levantarme, los dos perros negros vienen hacia mi en actitud poco amistosa, decido irme, y en el mismo segundo ellos deciden perseguirme. De la nada aparecieron al menos 10 perros mĂĄs que se unieron a mi cacerĂa por al menos 200 metros. LogrĂŠ zafar subiĂŠndome a una construcciĂłn, donde esperĂŠ que mis cazadores se aburrieran de esperar, lo que sucediĂł al cabo de 10 minutos aproximadamente. Esta foto es especial para mĂ por la historia que rodea a como fue tomada, ademĂĄs de recordarme continuamente que hay que tener cuidado con "Los Pincheira" y estar siempre atento â€?.
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“ Cubrir una catástrofe como un terremoto no es fácil, sobre todo si es primera vez que te toca trabajar en algo así. Llegar a un lugar desconocido, caminar por entre la gente que ha perdido sus casas, levantar la cámara y tomar fotos es algo que, sin duda, parece irracional, y al principio te es incómodo. Pero la gente del norte, pese a tener el mundo entero en su contra, me recibió como a uno de ellos. Veían en las fotografías una esperanza de ayuda. Constantemente se sentían temblores. El día que llegué a Iquique me tocó una réplica que luego confirmaron que se trataba de un nuevo terremoto. Tuve que evacuar junto con la población, con las sirenas de alerta de tsunami sonando sobre tu cabeza. Y ahí estabas, con tu cámara, disparando, mientras la gente nerviosa intentaba ponerse a salvo. Iquique, Alto Hospicio, Huara, fueron los lugares donde caminé, siendo Huara, un pueblito en medio del desierto, el más afectado. En ese lugar el sol es implacable, la tierra no te deja respirar y la altura te marea, haciendo difícil el trabajo. Con todo, la gente seguía igual, amable, dispuesta a conversar y a ayudarte para que la tarea se hiciera mas llevadera en un lugar difícil. Estuve una semana en Iquique, en medio de derrumbes, protestas, patrullajes militares y tuve la oportunidad de pasar la noche en un campamento en Alto Hospicio. Ya de regreso a Santiago, en el avión recordaba los momentos vividos y como la visión que tenía de un terremoto había cambiado. Ya no era fotografiar llanto, tristeza y desolación. Ahora era fotografiar la esperanza, la solidaridad y, por sobre todas las cosas, el coraje del chileno ”.
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