NOTAS 4 EXCESOS
El escarnio de Dumas. En la vieja Caracas un coleccionista enfermizo ha acumulado de todo. 7 SUMA CODICIA
Los objetos sobre los cuales se arquea el deseo de un consumidor muy especial. 9 SEXTO SENTIDO
El radar de los placeres de la carne y del espíritu. 11 SUDOR 18 KILATES
El erotismo en los gestos y en el desnudo femenino ha sido casi Idealizado por el fotógrafo Francisco Beaufrand.
La fatiga costosa y elegante. 13 EPITAFIOS, EFIMEROS, INTERMITENTES Y ETERNOS
Los dardos de la redacción. 15 Los 10 MEJORES
Esta vez los cocineros. ARTICULOS PORTADA 16 Russ MEYER: UN INMENSO BUSTO.
Las películas del cineasta americano que conmovieron al mundo hace 20 años, hoy parecen cuentos de hadas.
un cantor y poeta en Tolú, Colombia, soporta el cepo.
Maria Luisa Mosqueda ( Macuá se convirtió en prometida de Merzig, falso conde que embaucó al Jeet set de Caracas.
Lucy Mijares ensayó, con otros artistas, escenas imperiales en un fresco para Foro Romano.
La artresania de sombreros femeninos, de todos los tiempos, sobrevive en la tienda de Mene, en Las Mercedes.
21 CHINA AL VINO
44 Yo,
Se despierta un nuevo contendor en el ya superpoblado mundo del vino.
González Gorrondona, como el Kane de Orson Welles, tuvo su Xanadú.
22 DAN QUAYLE: DESDE EL JARDÍN
La vicepresidencia admite cualquier cosa, hasta un mal alumno. 24 EL ULTIMO JEQUE
La impostura, un arte menor, reincide en Caracas.
EL GUARDABOSQUE
DOSSIER 51 TODAS LAS MUJERES SON TUYAS
Un joven maracucho, hijo de rusa y francés, recrea el cuerpo femenino. COLUMNAS
32 TREN DE LOS SUSPIROS
55 RINCÓN DE LA DERECHA
Un sueño criollo en vía muerta.
Un escritor misterioso defiende el derecho a la esclavitud. En las ediciones normales de EXCESO aparecerán artículos de Juan Liscano, Margarita Zingg, Rubén Monasterios, Guillermo Pérez Schael y Rafael Sylva. EXCESO NOVIEMBRE 1988
36 EL CEPO DEL AMOR
La Edad Media en Macondo. 42 CARACAS CIRCUNCISA
Una mezquita detrás de la sinagoga.
JCC E S EL ESCARNIO DE ALEJANDRO DUMAS Una discreta calle colateral en las postrimerías de la avenida Fuerzas Armadas, donde dos hileras de casas pintadas sobreviven a la amenaza de los bulldozer ministeriales, esconde un doble depósito de heteróclitos tesoros. Intimas, derruidas, un deslavado malva que tira hoy a tierra de Siena sobre las carrasposas fachadas, dos pequeñas quintas dan la pista con la integrante enseña de sus exóticos nombres: Louvre y Versalles. Puertas adentro vive José A. González y una numerosa prole infantil, la última promoción de este octogenario, ávido y prolífico, que además de haber practicado el oficio de empresario teatral y cinematográfico, acumuló, a lo largo de una entretenida vida, indiscriminadas colecciones de todo tipo. "Me gusta coleccionar, poco importa el motivo", confiesa sin pudor. El polvo y un denso olor a naftalina invaden libros, películas, cuadros, secadores y tantos otros coleccionables, que tapizan y llenan las calurosas y desporilladas habitaciones de lo que son un par de casas prácticamente en ruinas. El señor González fue propietario del Teatro Caracas, en los días de esplendor del burlesque caraqueño, y ganaba, neto, según afirma, alrededor de quinientos mil bolívares mensuales de los de antaño. La bonanza, además de permitirle filmar los atractivos de las vedettes que se presentaban en el teatro— cortos que conserva en varios miles de copias—, le dio la oportunidad de saciar a sus anchas unas enormes ansias de coleccionistas. Reverón, Luis Ordaz, Poleo, Derderián y muchos otros adquiridos en Venezuela y —aunque de indecisa autenticidad— Rembrandt, Delacroix, Toulouse Lautrec comprados en lentos viajes a Europa — de donde llegó a regresar hasta con 4
veinte repletos baúles de indiscriminadas compras— figuran o han figurado —lleva varios años vendiendo la colección— en las paredes marchitas del segundo piso del siamés LouvreVersalles. Pero también un ejemplar de El Diario de Barcelona de 1972, acciones del tranvía -de caballito- de La Victoria (anterior al de Caracas), diapositivas pornográficas, revistas de variedades (francesas de los años 30, americanas de los años 50), antiguas fotos de vidrio y libros viejos y modernos. Sesenta bibliotecas en total, llegó a contar con cuatro casas llenas de libros, entre los cuales una completísima colección —que incluye primeras ediciones— de las obras de los dos Dumas, padre e hijo. Un volumen, entre todos, llama la atención del bibliófilo. Pechés de jeunesse publicado en 1847 por el autor de La Dama de las Camelias. Se trata de una edición de autor de un primer libro de poemas del cual sólo se vendieron catorce ejemplares. Alejandro Dumas hijo logró, avergonzado, recoger y destruir la casi totalidad de la infortunada impresión. Durante más de ciento cincuenta años se consideró que había enmendado exitosamente su prestigio anulando el recurso de este verdadero pecado literario de juventud. La obra no figura ni siquiera en el catálogo de la enciclopédica Bibliotheque Nationale de París. La acuciosidad de este enjuto coleccionista tropical, que adquirió el ejemplar único en Suecia, debe estar haciendo revolcar en la tumba al hijo del padre de Los Tres Mosqueteros. EXCESO NOVIEMBRE 1988
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E XCESO SUDOR 18 KILATES LA CAIMANERA DEL PODER La mañana de un domingo cualquiera, entre los espacios del rectángulo (250x 180 metros) demarcado en la explanada del Club de Campo, cerca de San Antonio de lo Altos, se representa una escena que bien pudiera forzar a Jerzy Kosinsky a reescribir su Juego de la Pasión. Se celebra, como en la trampa original, un partido de polo. Pero las carencias caucásicas de los protagonistas se restañan con la más seductora y tropical presencia del poder vestido de paisano. En ocasión de un torneo de importancia, algunos prefieren salvar las sinuosidades de la Carretera Panamericana confiándose al helicóptero. Otros (los más) arriban abordo de sus sedán europeos o rústicos con chuto hípico. Así asisten para ver, por ejemplo, a Víctor Vargas, ex presidente del Grupo Financiero Cordillera y Vicepresidente del Banco Barinas, abandonando la protocolar escrupulosidad de su despacho en La Castellana para forcejear con su monta en una aparatosa meleé, y ratificar, de paso, sus credenciales para continuar en la dirección de la Comisión Venezolana de Polo. En el entrevero, su rival puede ser Jorge Dólano, el presidente de Vencerámica. O Eugenio Antonio Mendoza, aún exaltado por sus fervorosas declaraciones en tomo a la supresión del dólar preferencial, persiguiendo la bocha sobre un ejemplar argentino que costó entre los 3 mil y los 5 mil dólares. Aquí, uneswing errado; un brace defectuoso, puede detonar un crack en la Bolsa de Caracas. El polo ha sido conceptuado como el deporte más riesgoso, quizás sólo tras el automovilismo. La bocha tritura los huesos, y un choque entre caballos equivale a una colisión de gandolas. Pero tranquilos, señores corredores de bolsa: los jugadores protegen sus gerenciales humanidades con un kit de casco, copa y rodilleras. Y además aseguran sus animales (6 por partido, todos mimados con un menú balanceado de alfalfa, avena y dosis de vitaminas y minerales) con pólizas especiales. Total: una inversión próxima a los 50 mil dólares per cápita para organizar un evento que mucho no dista de una caimanera entre amigos.
HOYO BAJO TECHO Holanda y Escocia son las cunas decimonónicas del golf. Y el golf, cuna de buenos negocios. Las carreras de Rico MacPato, Lorenzo Parachoques y Darrin Stevens han pasado por diversos links de utilería. Fusiones corporativas, concesiones de cuentas publicitarias y, ciertamente, decisiones editoriales, se han regado con los chapuzones de la pelotica en rías y trampas de arena. Y, en Venezuela, a veces resulta menos tortuoso lograr el quorum empresarial a la vera de un campo de golf, que en la propia sede. Jim Rue y Francisco Alvarado no pudieron, sin embargo, comprender eso. Creyeron que se trataba de un deporte, y no de una coartada para las juntas pospuestas. Quisieron montar una academia. Pero como para los fundamentos técnicos no hace falta esa cadeta de colinas y tropiezos que caracterizan a las canchas de golf, simplemente echaron mano a un espacio menor: la azotea del Centro Comercial Beco, en Chacaíto. Es una solución común en países en los que, como el Japón, la fiebre del golf se combina con los altos precios de bienes raíces: aquí, en coordenadas más tercermundistas, Rue y Alvarado acondicionaron la sala, la dotaron de cesped artificial y se prepararon para impartir lecciones para todos aquellos que pudieran pagar los 700 dólares del juego de hierros (y 350 bolívares de la hora de instrucción). El resultado es científicamente corroborable: Julio Nutt, el reciente campeón sudamericano juvenil, es un producto de la Academia. Pero, obviando la competitividad de sus pupilos, ¿a = quién atrae pasear en un área techada de 150 m2? 11
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se año que selló definitivamente, y por segunda vez con la rúbrica de una bala mortal, el destino político de la familia Kennedy, cuando Robert es asesinado en un hotel de Los Angeles; ese año -el de la Gran Ofensivaque abolió para siempre el comercio y hasta el pequeño comercio en La Habana y en el resto de Cuba, por voluntad y decisión del Comandante Fidel Castro, consagró el turning point de la carrera, iniciada unos nueve años antes, igual que la Revolución Cubana -gran enemiga de la pornografía- con un modesto film, The Inmoral Mr. Teas, la inédita carrera del Rey de los Nudies, el inimitable cineasta Russ Meyer, con lo que los devotos del soft-core consideraron desde el estreno mismo aquel inolvidable año de 1968, su obra maestra. La posteridad ha probado que aquel público, oscuro y anónimo, que aplaudía y reía en los socavones cinematográficos de la calle 42 de New York, en los ruinosos teatros a la italiana de la fastuosa Era del Jazz, de ofendida mampostería barroca, mientras afuera una lluvia sucia daba ala ciudad un merecido perfil de sumidero, o al otro extremo de los Estados Unidos, en el Broadway topless de San Francisco, que muchos años después se convertiría en la capital gay del planeta, ese público que exultaba y estallaba de regocijo ante las ampulosidades mamarias y violenta voluptuosidad de Vixen, tenía razón. Russ Meyer, y sus películas, han pasado la prueba del tiempo con menos deterioro que una cantidad considerable de obras de arte y figuras consagradas por la crítica de entonces y hoy en el olvido. Russel Albion Meyer, así registrado a la hora de nacer el 21 de marzo de 1922 en San Leandro, suburbio de Oakland, California, hijo de un policía que abandonó el hogar sin dejar rastros en la biografía del futuro cineasta, iba a lograr con Vixen, escrita, fotografiada y producida por él mismo, un hito en la historia moral y económica del cine norteamericano. Un extenso recorrido lo había llevado desde sus inicios en la 166 Signal Company, a cuyo servicio y en tanto cameraman filmaría la entrada de la II División Blindada del General Leclerc en París durante la Segunda Guerra Mundial, hasta la original posición de cineasta independiente de dudosa reputación. Había encontrado en el cine, por el cual sintiera desde la infancia una definida inclinación -su madre Lucía Lucinda Hank Howe empeñó el anillo de matrimonio para comprarle una cámara a los
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catorce años- gracias a los programas de enrolamiento del ejército norteamericano durante la guerra. El sexo, también, había formado parte de su iniciación bélica en Francia, y gracias a las recomendaciones de un famoso novelista, Ernest Hemm ingway. Un día, en Rambouillet, cerca de París, el autor de The Sun Also Rises, quien se encontraba allí con las fuerzas de la Resistencia, habiendo entablado conversación con él y otros colegas a la espera del resto de su División, los guió hasta un burdel. Russ Meyer conocería á un mismo tiempo el amor y la guerra. Una fácil explicación para los futuros comentaristas de los films de su época dorada donde la violencia y el erotismo harán una buena pareja. Sería bueno saber, porque Russ Meyer no lo ha contado, si la cortesana de marras -bajo la férula de una matrona digna de Maupassant- estaba dotada de una anatomía y, sobre todo, de un busto de la talla sobrenatural que distinguirá a las futuras protagonistas de sus películas. Técnicamente Russ Meyer, de regreso al país natal y viéndose rechazado por H oll y wood, donde se favorecía a los veteranos sindicalizados, terminaría de formarse realizando cortometrajes eróticos para Playboy y otras revistas del ramo. Fue en 1959, habiendo adquirido ya las bases de un oficio que domina a la perfección y el entrenamiento con el motivo, el cuerpo de la mujer, que definiría su arte cinematográfico, cuando presionado por Pete de Cenzie, un viejo amigo dueño de un teatro burlesque en Oakland, Russ Meyer se lanza a la filmación de una película que lo convierte en director de éxito: The Inmoral Mr. Teas. La película, inspirada extrañamente por Les Vacances de Monsieur Hulot del francés Jacques Tati, cuenta la historia de un personaje, Mr. Teas, regordete y condimentado por una barbita canosa, que sometido al asedio de persistentes alucinaciones eróticas, decide, por consejo de una también inquietante siquiatra, tomar unas sedantes vacaciones. La playa, y la perversa mente del voyeur manqué, víctima de su propia exacerbable fantasía, son la perfecta excusa para el desfile de una galería de bien dotadas hembras-Marilyn Westly, Ann Peters, Michele Roberts y Dawn Denelle-, las primeras de toda una serie de opulentas estrellas que poblarán las películas de Russ Meyer de ahí en adelante, para regocijo de un público que lo consagrara líder del género y máximo representante de la bustomanía. El humor paródico, que se convertirá en farsesco estilo en la década EXCESO NOVIEMBRE 1988
subsiguiente, hace su aparición en el contraste entre las eróticas y elocuentes imágenes en celuloide y los desatinados y pedagógicos comentarios del narrador en off. La pacata sociedad norteamericana se estremece hasta sus cimientos con esas majestuosas tetas que se bambolean ante los atormentados ojos de un perverso Monsieur Hulot. Se han abierto de golpe -como titula en su portada Time a propósito de The Inmoral Mr. Teas- las compuertas de la permissive society.
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a batalla entre la censura y Mr. Teas,
ganada por Russ Meyer, significará para éste, fama, dinero y una larga carrera en puertas, y para la sociedad norteamericana la instalación de una nueva libertad, caldo de cultivo para el ruido y la furia, con la que Russ Meyer no se identifica en absoluto, que estallará en 1968, a lo largo y ancho del país, en el momento en que se estrena Vixen. Vixen, cuyo argumento gira en torno a una mujer de voraz apetito sexual, encarnada en una monumental actriz -Erica Gavin, una verdadera fuerza de la naturaleza- había sido realizada por 61.000 dólares, pero el fulgurante triunfo que le depara el público (no la crítica ni la censura que la atacará con todas sus armas en Contra la censura, el público premió a Russ Meyer.
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LA CHINA AL VINO estos vinos sencillos que en algunos casos, La presencia de Rémy Martin, una de las a cultura occidental se puede ufanar de como en el de los vinificados con la uva muscat grandes casas de Cognac, en oposición a la vancontados aportes originales a la civilización universal. Todo, o casi todo, guardia en la reciente producción viti-vinícola o Long Yan, recuerdan por su aroma la más desde la filosofía hasta la pólvora, em- amarilla que se inició hace apenas diez años, no oriental de las frutas: el lichí. La tarea de pezó en el Lejano Oriente. El vino —el es pura coincidencia. Dynasty es el nombre producir vinos de mesa en China no ha sido verdadero, único e insustituible hijo que identifica a sus caldos. Tampoco son los tarea fácil. La existencia de pioneros como la Hacienda Vinícola Beijing o los enólogos sode la vid- es uno de ellos y empezó a hacer únicos. Simultáneamente yen la misma Penínhistoria escrita en la Mesopotamia de la Epope- sula de Shandong, un inglés, Michael Perry, viéticos de los años 50, habiendo dejado rastros ya de Gilgamesh. Dos libros, en efecto, lo rela- con su joint-venture: la Huadong Winery Co., ampelográficos y hábitos agrícolas (polémicos cionan con el Diluvio: Gilgamesh y la Biblia. lleva varios años dedicado a producir bajo la en algunos casos), no ha aliviado en nada la acFueron, los egipcios, sin embargo, los primeros etiqueta Imperial Jade vinos blancos a base de tual empresa de avanzada que encarnan Rémy en darle una fechada denominación de origen. riesling italiano y chardonnay: 40.000 cajas del Martin, Michael Perry o la catalana Freixinet que se lanza este año en la seria Los clásicos, griegos y romanos, elaboración de espumosos raslo convirtieron en próspero con.,.":11tilt. 4;11117 gados. Soslayando el perfil orgamercio y vehículo cultural. La noléptico ideal y la necesaria vid y el vino entraron a China en base técnica de vinificación, la época de la dinastía Han, o sea ambas importadas gracias a la dos siglos antes de Cristo. Se SIEDIUM DRY WHITE WINL recién adquirida humildad postatribuye su introducción, en forA medium dry vine which derives its refreshing flavour maoista que reconoce la necesima incierta, a las incursiones en from Muscas grapes grown in the Tianjin region of China. dad de aprender tanto como se Persia del prócer expedicionario pueda del capitalismo occidenChan Chieng. Legendarias vatal, quedan las arraigadas deforriedades de uva, como la Long maciones en la concepción agríYan u ojo de dragón, con la que cola de la explotación del suelo. aún hoy en día se fabrican vinos Hacer entender al campesinado blancos, entraron en China en el de la Península de Shandong, por siglo VII. El vino de uva, no ejemplo, que para obtener una obstante, ha sido a lo largo de la calidad superior de uva y mayor historia gastronómica china un cantidad de azúcar en la fruta se episodio marginal. Los intentos debe postergar la cosecha para más serios, desde una perspectisegurar una madurez absoluta o va viti-vinícola occidental, no se convencerlo de que un rendiemprendieron hasta 1910 cuando un grupo de misioneros franmiento menor por hectárea mejoceses fundan la Hacienda Vinícola Beijing. Los primero y 1000 del segundo para 1987. La ha- ra el potencial enológico de la vid, es combatir vinos que consumen los chinos, por lo general, cienda Vinícola de la Región de Zhanjiakou, ancestrales miedos que estimula el nunca aboson dulces, mezclados con hierbas y miel. Los asimismo, produce con el vidueño ojo de dra- lido fantasma de la hambruna. Las perspectivas de arroz, como el famoso Shao Sin, que suele gón o muscat de Hamburgo, los vinos blancos de un futuro no muy lejano deberían incluir un acompañar al pato pequinés, seco y ajerezado, nuevo miembro en el superpoblado panorama Great Wall. Restaurantes fuera de China, en representan una alternativa tradicional. Los vit-vinícola internacional. China produce 22 Nueva York o, para sorpresa de los visitantes, chinos cuando están banqueteando riegan la en el pabellón chino de Epcot Center, empie- millones de cajas de vino cada año, entre las comida, curiosamente, con cagnac. Doscientas cuales un pequeño porcentaje de vinos —como zan a sorprender por la inesperada presencia de mil cajas del aguardiente francés sacian cada caldos orientales en cartas y minutas. La vieja Dynasty, Long Yan Beijing, Imperial Jade y año la sed de Hong Kong y el extenso resto de discusión sobre cuáles vinos admite la cocina Great Wall—puede considerarse aceptable. la China. china queda quizás zanjada parcialmente con ¿Pero mañana? El diluvio, quizás. EXCESO NOVIEMBRE 1988 21 [
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"confesión" los secretos de su vida: "Ustedes van a ser los primeros en conocer los asuntos personales e íntimos de Dan Quayle, e hizo una pausa para dramatizar aún más el efecto de gravedad que trataba de imponerle a sus palabras. La audiencia esperó en absoluto y tenso silencio las prometedoras frases del personaje político más desacertado (según la mayoría de los analistas, incluyendo al candidato demócrata Michael Dukakis quien durante el debate que sostuvo con su oponente George Bush, se expresó del candidato a la Vice-presidencia como la persona menos calificada para obtener tal nominación). Frente a la audiencia, Quayle parecía no tener nada que decir ni recordar, excepto ser él mismo, tal como se lo aconsejaron sus ayudantes de campaña: "Sé tú mismo y sobre todo, no mientas". "En efecto, yo comí cereales, bebí leche y dormí la siesta en el kinder". Una explosión de carcajadas y aplausos le hizo coro. Su verdad estaba más allá de cualquier metáfora y de las crueles críticas a las cuales lo sometieron sus detractores y hasta más allá de la frustración de muchos republicanos que han visto en la figura de Quayle el punto débil de la campaña en su lucha por continuar en el poder. Dueño de un cuerpo bien proporcionado y de un rostro juvenil y atractivo que fotografía muy bien frente a las cámaras de televisión, Quayle refleja un espíritu festivo y despreocupado, cuando alborotan los fantasmas del Sida, la droga, la polución, la basura acumulada en las esquinas de las calles de las grandes urbes: mientras los deshechos de instrumentos desechables como jeringas, bolsas de plástico llenas de sangre podrida, gasas y algodones usados, agujas y otros materiales con los cuales opera la muerte, contaminan las playas durante el verano y las guerrillas centroamericanas, el terrorismo internacional, la deuda, el desempleo y la pobreza tratan de rodearlo y ahogarlo en una danza macabra. Pero el joven senador de Indiana, inmutable ante las desgracias porque le gusta mirar—"I like to watch", como decía Mr. Gardner, el personaje de Korzinsky— está ahí, desmemoriado de los años sesenta y la contracultura, para quitarse de la solapa la pelusa de la culpa que le tratan de impugnar por no haber peleado en Vietnam ni haber expuesto su dorado y adorado cuerpo a los rigores mortales de la metralla o la explosión de las granadas. "Hace veinte años no había razón para avergonzarnos de prestar servicios en la Guar-
dia Nacional de Indiana... ¿y saben qué? Sigo sin avergonzarme de ello". Así habló, no Zarathustra sino el representantes mas conservador de la baby-boom generation, de los que se alimentaron con compotas Gerber, cereales y leche, de los que crecieron con un teddy-bear dentro de sus cunas para que no tuviesen pesadillas por las noches y no despertaran a "mam" ni a "dad", de los que tuvieron el privilegio de no ser enviados como soldados a combatir en Vietnam pero sirviendo al país desde cualquier unidad de la Guardia Nacional; de los que se graduaron en las universidades y encontraron las puertas abiertas de las grandes corporaciones dispuestas a pagarles altos salarios a los hoy llamados "yuppies", de los que poseen todas las tarjetas de crédito abiertas y un BMW en el garage. Así habló Dan Quayle, el de la mirada incierta y la delgada voz, el fanático jugador del golf, el hiperkinético conservador, el pichón de halcón preparándose para realizar sus primeros vuelos de cacería en medio de un paroxismo político electoral y la angustia de muchos líderes republicanos. acido en Indianapolis bajo el signo de Acuario, al igual que otros presidentes como George Washington, Lincoln y hasta el mismo Ronald Reagan, Dan Quayle ha sido un protegido de la fortuna. Criado en el seno de la familia Pullian, dueño de una de las cadenas de periódicos de mayor circulación en toda la nación y cuya fortuna está estimada por encina del billón de dólares, no tiene nada que perder. Está programado para ganar. Cuando aceptó jugar un partido de golf con otros dos congresantes en Florida, se le quiso asociar románticamente con la modelo de Playboy, Paula Parkinson, conocida por sus afaires con legisladores y congresantes. Después de una exhaustiva investigación por parte del FB I, a Quayle se le encontró libre de haber cometido alguna acción impropia que lo involucrase con la modelo, a pesar de haber pasado la noche en la misma cabaña con ella y los otros dos jugadores. Quayle sobrevivió al escándalo que ya se estaba levantando a su alrededor. Una oportuna impotencia lo salvó. Los campos de golf y no las aulas de clase han sido sus debilidades. El mismo reconoce haber sido un pésimo estudiante. En De Pauw University se dedicó más tiempo a jugar golf que a sus estudios. Se hizo miembro de la EXCESO NOVIEMBRE 1988
fraternidad Delta, Kappa, Epsilon y no le importó recibir grados tan mediocres como C y hasta D en el curso más importante de su carrera: Ciencias Políticas. Después de concluir sus estudios de college, Quayle tomó la decisión que tantas angustias le ha costado al partido republicano veinte años después: entrar en la Guardia Nacional de Indiana utilizando la influencia de su poderosa familia. De acuerdo a las estadísticas, más de 40.000 hombres jóvenes y aptos para la guerra abandonaron el país y emigraron hacia el Canadá. Una gran mayoría entró a servir a la patria desde la Guardia Nacional, un lecho de rosas comparado con Vietnam. El fantasma de Viet-nam puso en ebullición la sangre de muchos norteamericanos que fueron víctimas directas o indirectas de la guerra. Entonces ¿de qué se la acusa a Quayle? ¿Por qué lo quieren convertir en chivo expiatorio? ¿Lo acusan de haberle servido a la causa patriótica de los Estados Unidos de Norteamerica desde la Guardia Nacional? No. Lo acusan de haber utilizado la influencia de su familia para entrar a la Guardia de Indiana, cuando había una lista de espera de 100.000 aspirantes. Quayle llegó a admitir que él hizo lo que cualquier otra persona normal hubiese hecho a los 19 años "Tú llamas a tu casa. Llamas a tú padre y a tú madre les dices: Quiero servir en la Guardia Nacional. La única diferencia, según apunta un articulista del Time Magazine es que los padres de Dan Quayle no eran la mamaita -tal ni el papaito- cual sino que su madre Corinne es la hija de Eugene Pulliam, el dueño de la prensa conservadora que domina el estado de Indiana desde las páginas de sus periódicos, el Indiana-News y el Indianapolis-Star. El editor general para el Indiana-News era Wendell Phillipi, un general retirado que había sido Comandante en Jefe de la Guardia Nacional de Indiana. Quayle lo llamó para pedirle ayuda y Phillipi, desde luego, lo recomendó ampliamente. Después del escándalo que se levantó alrededor de este incidente en la vida de Dan Quayle, muchos creyeron que el candidato a la Vicepresidencia debía hablar sobre sus miedos y de la confusión de sentimientos y valores que muchos jóvenes experimentaron durante aquellos años de guerra. Que una confesión pública de esta magnitud, a manera de terapia colectiva, podía exorcisar los demonios de la era de Vietnam que tanto atormentó y continúa atormentando a los americanos. 23
Hernán Suárez conoció al falso aristócrata en Roma y prendado de él, quizás, quiso verlo en Caracas. Por eso estimuló los delirios de grandeza de Walther con la promesa gastada del sauditismo venezolano. Luego, tras el feroz asesinato de Suárez y cuando ya había bajado el telón sobre la fábula —y el conde volvía a ser un peluquero más en París— se desataron toda clase de rumores en el mundo gay. De pronto el Conde, que convivía alegremente con hombres y mujeres, era algo así como Lord Byron desembarcando en La Guaira. Pero también asomaba como un ángel exterminador. Y en esa contradanza de versiones divertidas y horible, curiosamente el Conde era también un subterfugio de la culpa, un pretexto para que los engaños resultaran asimilables.
La princesa de Mónaco, ajena a la versatilidad del trópico, nunca supo que iba a transferir a María Luísa sus roles de alcurnia.
María Luisa Mosquera (Macu) vive con Walther en París. El fabulador dijo que iba a traer a Estefanía de Mónaco para actuar en una película de Rísquez. convirtió en trizas los restos de suspicacia que aún pudiera albergar Rísquez con respecto a Walther. El dulce sosiego de la confianza ya había hecho más expedita la comunicación cuando, en la terraza del Hotel Sangri- La en Margarita, Diego y Walther conversaban sobre los rudos tests que debe superar un creador en Venezuela para llevar adelante su obra. on algo de resignación en sus palabras, Rísquez enumeró los cepos que entrababan la trascendencia de sus producciones, desprovistas de los tradicionales códigos del cine comercial. La dificultad esencial, confesaba, estriba en el parroquialismo de los actores locales. Si 28
pudiera contar con una Natassja Kinski, verbigracia, en el cast, conseguiría mercado para su película; así fuera una versión desdibujada del Show de Joselo. Pero tener a la Kinski en nómina importaba unos dos millones de dólares. Sonando maravillosamente reconfortante, Walther encontró una solución: —Yo conozco a Estefanía de Mónaco. Sé que quiere entrar al cine. Si le enseñáramos el guión de Amérika , Terra Incógnita, si le vendemos la idea de una aventura exótica, seguro que se decidiría a participar en tu película. Incluso en Venezuela, decir que se conoce a Estefanía de Mónaco, así como quien dice ser EXCESO NOVIEMBRE 1988
confidente de Irene Sáez, provocaría risotadas de incredulidad. Pero un episodio previo confirió verosimilitud a su oferta. Mientras hojeaba un ejemplar de Vanity Fair, Rísquez comentó la reseña que en esa revista se publicaba sobre la fiesta organizada por un linajudo europeo. Walther, descuidadamente, echó un vistazo a esas páginas, y señalando la foto del anfitrión, proclamó: "That's my father". El papi de Walther era, nada menos y nada más, que el príncipe bávaro Johannes von Thurn und Taxis. Luce muy razonable que un von Thurn und Taxis no sólo sea amigo de Estefanía Grimaldi, sino hasta que hasta haya jugado metras y mamá y papá con ella. En esta época de republicanismo pernicioso, para nadie que no sea inveterado lector de Hola o experto en heráldica, resulta cuesta arriba hallar una evidencia que certifique fuera de toda duda el pedigree de un noble, con la excepción probable de cierta mundanidad y alguna generosidad en el manejo del dinero. En ambos requisitos, Walther se había mostrado pródigo. En consecuencia Rísquez y Walther,(a) von Thurn und Taxis, regresaron a Caracas con la esperanza, colindante con la certeza, de reclutar a Estefanía de Mónaco. Walther viajó a México. En Acapulco, le había deslizado una fuente de Montecarlo, encontraría a Estefanía. A los pocos días, de vuelta ya, trajo en sus valijas de marca una formidable nueva: la princesita monaguesca había aceptado. Un paréntesis en su agenda le permitía estar en Venezuela del 15 de agosto al 15 de septiembre. Pero rogaba una absoluta discreción como medida de seguridad, no tanto como providencia ante posibles atentados terroristas, sino para eludir las furibundas embestidas de Mario Oliver, su celoso y camorrista prometido. Debe haber sido un período culminante en las curvas biorrítmicas de Walther. Pues, junto a su fructífera gestión ante Estefanía, esas fueron las fechas en las que Diego Rísquez la presentó a su prima, la actriz María Luisa Mosquera, entonces en Venezuela cumpliendo compromisos relacionados con Macu. La sacudida fue instantánea para los dos: pasaron a ser compañeros (status que no sólo prosigue, sino que se profundiza, pues se anuncia en París su matrimonio para la primavera de 1989). Fueron jornadas doradas para el ex-peluquero. Con helicópteros rentados, voló prácticamente por todo el país. Hizo de Los Roques su estación estival. Con su baronesa, María
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El más talentoso, divertido y enamorado de los hijos de Tolú padece el tormento desde hace 26 años y hasta su dramático delirio es inocente.
1 norte de Colombia, en Tolú, pueblo costeño con olor a pescado y ritmo de vallenato, donde las olas del Mar Caribe anegaron la playa, en plena calle principal a'orillas del Golfo de Morrosquillo hay un rancho de caña brava, techo de paja y suelo de tierra pisada. A simple vista parece un rancho como cualquier otro. Sin embargo, adentro, Antonio Altamira Sotomayor cumplió en 1987,26 años pegado a un cepo purgando un pecado de amor. Confundido, indefenso, manso, doblegado a su destino, canoso descolorido, maloliente y sin asomo de odio ni rencor, si alguna vez fue cuerdo, andariego, cantante, poeta enamorado y compositor, hace un año todavía conservaba destellos del brillo de otros tiempos. Con voz cascada y lenta, sobrevivía sumergido en un mágico monólogo inconexo y conmovedor, entre números, cifras, cancioneros, demandas, calles del amor, sueños de matrimonio y "el paso de las irresistibles horas". Veintiséis años atrás, al terminar quinto de bachillerato era el mejor peluquero del pueblo. Joven, alegre, ocurrente, divertido, hablaba
inglés, componía y tocaba guitarra, pero al enamorarse de la mujer ajena y no poder verla, perdió el sosiego, la calma, el sentido. Sin más ni más, permanecía horas enteras mar adentro y no salía si no iban en un bote a sacarlo. Hablaba solo, decía disparates, lloraba > cantaba a gritos en la playa hasta el amanecer, se iba a pie hasta Sincelejo, se emborrachaba. Entonces, su padre, "para protegerlo", le encargó un cepo al carpintero Carrillo y no volvió a soltarlo. Al morir el viejo, siguió prisionero del clan familiar, en poder de sus hermanos: Conce, Alipio o "Caregallo", Andrés, Aura María, Bolivia, Concha y Armida. Según algunos paisanos, el aberrante sacrificio impuesto a Antonio es fruto de la envidia, celos de su vida, por haber sido el único talentoso de los hijos de Concepción y Georgina. Lo cierto es que si la muerte aún no lo ha liberado, Antonio pasará el cuarto de siglo masajeándose las piernas secas, frotando con sus pálidas manos de uñas rapaces el cepo de madera lisa, brillante y manida, que él llama "la máquina". Haciendo sus necesidades en el suelo. "Disloquiando" con mirada ausente,
Para los habitantes del pueblo costeño de Tolú, el hombre cautivo ya no es un motivo de asombro, ni siquiera el abrebocas de los turistas. Es parte de la realidad.
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enterrado en esa cueva oscura, desnuda y pestilente, con la única ventana sellada, a pocos pasos del mar. Debe tener 46 años, o 48, no se sabe a ciencia cierta porque su acta de nacimiento se la comió la polilla. ES LARGO EL CAMINO
—Tofo, ¿qué me cuenta? —Nada. Hoy sólo me visitó el descanso. —¿Y hoy? —Aquí trabajando...Recordando los 12 números de la música, los 12 números del trabajo, las 12 canciones del cancionero para salir a cobrar la plata...Ya se están contando los días... —¿Y cuántos quedan? —Ya están completos... —¿No se siente triste? —No, no, ese tiempo ya se terminó. —¿Al principio sí estaba triste? —11 días, cuando estuve solo. —¿Viene bastante gente a verlo? —Vinieron 11. —Tofo, cántenos una canción... —Estoy esperando que se me pasen los días para vestirme, para ponerme el uniforme de salir a la calle, para principiar a cantar canciones. —¿Quién lo puso en el cepo? —¿En la máquina? Un hermano mío, por un sueldo de 30 mil pesos. El día número 11 me pusieron, del año de mil novecientos número cinco. —¿Usted odia a ese hermano? —No...estamos trabajando...Tenemos un compromiso de terminar una tarea. En el año de 1905 tuve la tragedia de haber encontrado ésta máquina en la pierna...Se me atravesó en el cruce de los años...La enterraron por ausencia de trabajo, habiéndola puesto aquí, en la oficina, en el cuarto. —¿Quién es la persona que más lo ha querido? —María Augusta González. Ella tuvo la atención de asistirme los 11 días en el tiempo del trabajo: bañarme, cambiarme los uniformes, pagarme. —¿No es un trabajo muy duro? —Es muy pesado el trabajo, pero bien pagado de la señorita que tuvo la atención de asistirme. Bien pagado... —¿Qué quiere hacer cuando salga? —Apenas me suelte la máquina, voy a salir a enamorarme.
—¿Por qué no le abren la ventana? —La ventana está abierta por 11 días. Tiempo de bastantes años. —¿Cómo se llamaban sus padres? —Georgina y Concepción. —¿Qué dijo su mamá cuando lo pusieron en el cepo? —Me dijo que tenía 5 lágrimas para llorarme. Se le salieron las 5 lágrimas y con eso me pagó. —¿Por qué tan crueles? —Después del trabajo de la mamá de haber llorado las 5 lágrimas, venían las hijas a pagarme por las demandas del matrimonio del hijo. —Usted era muy enamorado, ¿no? —Sí...tenía hasta 5 nombres. —Toño, cántenos una canción... —Cuando me ponga el uniforme de los domingos, salgo a cantarle canciones. Aquí, mientras esté en la máquina, no tengo ganas. —¿Qué piensa todo el día? —Ya tengo las 5 letras de enamorarme...Escribiendo las 5 letras de la música... —¿Que son cuáles? —Son las horas del reloj por las tardes: de 2 a 3, de 3 a 4, de 4 a 5... —¿Su papá en qué trabajaba? —En la encarcelación del hijo. —¿Qué lo pone de mal genio? —De mal genio, por no tener amistades...
UN PADRE CON CORAZON "PELUDO" Andrés, rudo y tosco pescador, el hermano más amigo de Antonio, cuenta su versión: "El estaba enamorado de una niña de Sincelejo y de otra de Corozal. Cuando perdió el sentido, se iba a pie porque venían en un carro a matarlo. Después que lo traen aquí, se tiraba al mar y tenía uno que echar un bote para ir a sacarlo". —¿Quién lo puso en el cepo? —El mismo papá que lo encepó ahí. Mi padre quería mucho a sus hijos: él estaba empleado en el Resguardo Nacional, después trabajaba, en la agricultura y en la pesca. — ¿Quién construyó el cepo? —El mismo papá de nosotros. Ellos hacían eso. No tiene llave sino una platinita y le meten un clavo y ya. Toño ya está acostumbrado al presidio. A él, lo metió la locura. Dicen que es cosa supuesta, pero mi papá, toda la economía la gastó en buscarle medicinas.
—¿Antonio qué hacía? —Nada. A él le gustaban las fiestas novembrinas en el pueblo, cuando estábamos niños, eran disfraces, la gente salía representando danzas, él era muy divertido. Dicen que fue mal que le hicieron... —Pero, ¿qué cosas horribles hacía? —Nada, ya le dije que nada. Se metía al mar y no se quería salir. Se iba de a pie para Corozal, sin saber, por ahí durmiendo y podía un carro matarlo. Por eso es el presidio, pero por lo demás, no. Nada. A él le gustaba mucho cantar y tocaba un poquito de guitarra, que le prestaban los amigos. —Deberían sacarlo de ahí... —Ahora menos porque ¿quién lo va a cuidar? Yo antes salía a pescar y ahora no puedo porque tengo que estar aquí atendiéndolo. Ahora son los sobrinos los que salen a la pesquería. Aquí vino un médico, Manuel del Cristo González; él se murió ya, cuando Tofo se desmentizó lo mandó encepar para curarlo. Dijo: "no lo dejen beber ni un trago porque el ron es la perdición y no más lo déjen que motile 3 personas al día". Se presentó dizque un amigo, más enemigo que el diablo y le dijo: "Vamos, Toño, ¡a pasear!". Se perdieron y cómo sería la borrachera que lo trajo a los 3 días. Más nunca recobró el sentido.
Iti
na persona pegada a un cepo no puede recobrar el sentido... Los cuerdos son los que deben enloquecerse de tanto pensar en los accidentes.Cuando nosotros estábamos en el cdegio, Toño se fue, estuvo en Cartagena, viajó por todo eso. Los demás amigos salieron con grado y nosotros nos fregamos porque él perdió el sentido. El era el más inteligente, divertido, enamorado y todavía. Hace poco vino por aquí una prima y dijo: "Hagámoslo coger una rabIa, pa' vé". Se sentó junto a él en el cepo y le dijo: "Toño, ¿por qué no me tientas, por qué no me abrazas, por qué no me besas?" "Yo no puedo tentarte, ni abrazarte a ti porque tú no eres mujer mía". Así le contestó a la prima. —Me parece muy cruel. ¿Qué tal que fuera usted el que estuviera en el cepo? —Estoy más terrible perdiendo los sentidos, que no estoy loco porque mi Dios me hizo cuerdo. El era mi compañero de estudios y andábamos juntos para todas partes... —¿Su papá lo puso ahí por castigo? —El no es por castigo. Diga usted, ¿castigo EXCESO NOVIEMBRE 1988
El mejor amigo de Antonio, Manuel de la Rosa, recrea una historia también delirante. Es una leyenda que Armida Altamira, hermana del hombre del cepo, revive a su manera. La verdad es tan increíble como la anécdota
decía: Hombre, yo me imagino que ustedes me han encarcelado por celos de mi vida. Cuando existían las 3 hermanas (Bolivia, Concha y Armidia) a él le pegaban con un palo, con un leño le daban. Lo vi y me metí, porque yo he sido de ese muchacho, como un hermano. Les llamé la atención, que las iba a denunciar, que si no eran conformes con el sacrificio en que lo tenían. El doctor Puyo de Medellín, con todas sus recomendaciones y sus teneres, vino con el juez y no lo pudo sacar.
Ni siquiera se sabe si Antonio Altamira Sotomayor fue cuerdo alguna vez y no importa. Lo mas terrible es la locura ajena: Hace 26 años lo condenaron al cepo.
de qué? De nada. Porque se iba al mar. Por cuidarlo, para que no se ahogara o lo matara un carro.
ESO ES MUCHO SUFRIR Don Manuel de la Rosa, el mejor amigo de Antonio, hombre maduro, cálido, apreciado en el pueblo y toreado en muchas plazas, con hijos en Cartagena, Sincelejo, San Antero, Lorica y Tolú, sonríe al confesar con el sabor, la gracia y la franqueza del costeño: "Yo con pocas palabras que gastaba en el género femenino, conseguía lo que quería. No necesitaba plata sino mi brillo de juventud, no más. ¿Oyó?". —¿Cuál fué el pecado de Antonio? —Una mujer casada, de lo mejor del pueblo y cuando eso se llegó a saber, la sacaron de aquí y él, haciéndole falta la visita de ella, de ahí le 40
provino el desvarío de los sentidos. Yo creo que se ocuparon de algún malestar o maleficio y resultó fue disloquiando; quería proceder y quería hacer cosas indebidas. El tenía como 19 años, era un muchacho brillante, ¡una gran cosa! Nosotros conservábamos un club de "festeo", una sociedad por aparte y lo invitábamos a los bailes y a los hermanos, no. Ellos no se merecían esa atención, esa dulzura que conservaba él. Su música era todo su encanto y la peluquería, porque era el mejor peluquero. Aquí había un poeta, Ignacio Lavalle; él le daba a Antonio el principio de algunas canciones para que les acomodara la letra. El vallenato era el aire de él. Hubiera sido un gran músico, en la guitarra era superior. ¡Ahora, qué va a poder cantar! De dónde arranca gratitudes, ni emoción. —¿Por qué no se rebela? —Al principio se los echaba en cara y les EXCESO NOVIEMBRE 1988
—¿Cómo era el padre? —Concepción era una fiera. La mamá estaba humillada por el carácter de su marido. —¿Tenían plata? —No. Este ha sido un pueblo toda la vida pobre. Ellos nunca tuvieron teneres. El padre no fue sino un sujeto a un empleo. Ellos nunca han tenido más valor del que tienen. Antonio era el gran talento de esa casa y hasta hubiera podido representarlos, pero la envidia los sucumbió a todos. —¿Alguna vez fue peligroso? —¡Jamás! Siempre ha sido al revés. El se dedicó a ser un humilde. A soportar todo cuánto quieran. Aquí había un profesor que bregaba mucho por él, se llamaba Manuel González, iba todas las mañanas, lo visitaba, le hacía regalos pero le quitaban todo. Procedían ellos con los regalos. Muchos le obsequiaron una cama, pero se las cogieron ellos. ¡Qué será de esa criatura al dormir! ¿Para dónde huye? ¡Soportar ahí toda clase de maltratos y por nada! ¡Un indefenso! Cuando yo vendía whisky en la esquina de su casa, empezaba a cantar y me gritaba desde adentro: "Viejo Mane, viejo Mane, no cantes esa canción que me trae viejos recuerdos". ¡Lo anularon completamente! Si llueve, se moja. No ve el sol siquiera, le está prohibido todo, ni para sus necesidades lo sueltan. Yo tengo dos años que no lo veo porque cuando le llevaba comida, me causaba dolor y hasta lloraba de verlo ahí. Recordaba la gratitud de nosotros, el comportamiento de él conmigo, la felicidad que nos protegía cuando estábamos juntos. No se vestía sino de blanco. Los domingos daba gusto verlo, se ponía su corbata, llevaba su guitarra y a gozar con él. Todos cuatro amigos lo seguíamos y pasábamos una vida linda. ¡De ahí provino el celo y el abismo en que lo tienen! Eso es mucho sufrir. ¡Aunque sea, que lo suelten para que muera libre. Bogotá, noviembre de1988
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PRESENTA SU NUEVA CARTA DE EXQUISITOS PLATOS DE LA COCINA FRANCESA
Tres millones de dรณlares derramaran las alforjas sauditas para que en Quebrada Honda se construya la primera mezquita de Venezuela. Sus promotores esperan convertirla en un pumto de convergencia para los musulmanes del Caribe. Pero entretanto definirรก,junto a la vecina sinagoga, el corredor semita de la ciudad.
CARACAS CIRCUNCISA 42
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mpujado al exilio por el encono de sus compatriotas de La Meca, Mujamad ben Abdallah, el Mahoma de la nomenclatura castellana, quiso dejar en manos de Alá la elección de su emplazamiento en Medina, la septentrional ciudad de la Península Arábiga. Hizo soltar las riendas de la camella que montaba: allí donde se detuviese, sería construida la nueva morada del Profeta en la era de la Hégira. El animal, relata la tradición, llevó sus jorobas hasta un terreno baldío, propiedad de dos huérfanos. La escogencia de la camella fue comprada por la hasta entonces trashumante y minoritaria comunidad musulmana y en la parcela, tras varias jornadas de trabajo colectivo, se levantó una pared de ladrillos, sobre base de piedras, que cercaba un patio rectangular y un par de cabañas que sirvieron de albergue al Anunciador y sus allegados. Se trataba del primer santuario islámico. Masyid, lo llamaron, apelando a un término heredado del siriaco y del nabateo que nombraba al sitio de culto y de actividad comunitaria; convertida en masguid por la pronunciación, la palabra se incorporó al español como mezquita. Casi mil 400 años después, la primera mezquita caraqueña está a punto de ser edificada. Su ubicación, quizás, no obedezca a un método tan aleatorio como el confiado por el gran mequí a su montura y, de hecho, está reglamentada por un comodato suscrito entre el Ejecutivo Nacional y un comité ad hoc que cuenta entre sus más notables miembros con el Gobierno árabe saudí. Pero sus coordenadas definitivas parecieran, de cualquier modo, consumar un designio, si no divino, semítico al menos. El Centro Islámico de Caracas (que, además de la Mezquita con capacidad de 500 personas, comprende también una sala multipropósito, un auditorio y un plantel educativo) mantendrá una poco auspiciosa vecindad con el principal templo judío de Caracas, la Sinagoga de Quebrada Honda. A pocos metros de la Casa de Jehová en este valle del Guaire, sobre un lote que linda sobre la Avenida Libertador,
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en las adyacencias de la Estación Colegio de Ingenieros, los petrodólares de la dinastía AlSaudn y los churupos, menos cuantiosos pero idénticamente bituminosos (por su origen), de la colonia árabe residenciada en Venezuela permitirán erigir, desde el próximo febrero de 1989, lo que se estima será un lugar de peregrinación para los musulmanes de toda el área del Caribe.
El arquitecto venezolano Oscar Bracho y sus asistentes recibieron el visto bueno del Príncipe Zuhair Fayez, creador del proyecto. nmediatamente al lado se encontrará la Casa del Artista, tan cara a Amador Bendayán y ya en sus fases finales de construcción. En la misma cuadra, la nueva sede de la Academia de Ciencias y Artes del cinc y la TV, con el anexo correspondiente al Museo Audiovisual. Algo más al sur, estará el Museo Capriles con la colección de arte latinoamericano que, entre campaña y campaña, ha logrado reunir el editor. Y como vínculo integrador, corriendo desde la Plaza de la Paz (un híbrido ensamblado en las cercanías de la CTV con símbolos como una Estrella de David y un cedro del Líbano) al oeste, hasta las estribaciones del Paseo Colón, al este, el Boulevard Miranda, una calzada que habrá de convertirse en virtual zona muerta durante las fechas del Yom Kippur y del Ramadán. En principio, se había cedido un lote algo más amplio y regular en su topografía, próximo a la Corte Suprema de Justicia y la Biblioteca Nacional, en el Foro Libertador de la Avenida Panteón. Pero más tarde se optó por la actual ubicación, sopesando la posibilidad de incorporarse al distrito cultural circundante aún en ciernes y, sobre todo, la facilidad de acceso mediante el Metro. Arabia Saudita no sólo participa con dinero en esta empresa litúrgico-urbanística; también aporta el know-how. La oficina arquitectónica Fayez & Associates de Riyad, dirigida por EXCESO NOVIEMBRE 1988
el Príncipe Zuhair Fayez (en una circunstancia nepóticamente frecuente en Arabia, sobrino del Ministro de Petróleo de ese país) elaboró el proyecto original y ahora, con la mudanza a Quebrada Honda, sigue supervisando a la oficina del arquitecto Oscar Bracho, en Caracas, a la que en definitiva se ha asignado el diseño de la obra. Previsivos por idiosincracia, los patrocinadores han comprado su seguro ante probables boutades tropicales en los bocetos de esta mezquita sudamericana: contrataron la asesoría de una Doctora en Artes Islámicas de la Universidad de El Cairo, becada por el Aga Khan. Hasta ahora condenados a improvisar sus rituales coránicos en rincones semiclandestinos de la urbanización El Paraíso, en Caracas, o en Valencia, los árabes locales hallarán por fin sosiego al ver los minaretes de concreto desde el Parque Los Caobos. Mas no faltarán dificultades antes de contemplar la edificación votiva: la Linealdel Metro cruza diagonalmente el terreno de marras. Como solución para salvar tal cortapisa, los diseñadores están trabajando sobre la idea de una plataforma elevada que definiría el salón multipurpose, y encima de la cual se construiría la mezquita. Concluida la obra, las salmodias musulmanas podrán retumbar en la cercana sinagoga como malsonantes signos de perturbación. Pero ¿acaso no son quince los siglos de quisquillosa convivencia? 43
YO, EL GUARDABOSQUES
Ir HUGO PRIETO 1 banquero más poderoso y vilipendiado de Venezuela, José Joaquín González Gorrondona, vio un desfile de sombras. La vieja avalancha de honores y condecoraciones, la espectacular quiebra de su banco (el Nacional de Descuento, BND), con una ominosa estela de 1000 millones de dólares, los denuestos que cayeron sobre él y hasta la jauría de abogados, eran sombras en un melancólico juego de espejos. Lentos fantasmas que recorrían las terrazas de su mansión señorial enclavada en el Avila y se escondían entre los 10 mil pinos que sembró y apuntaló con devoción de guardabos-
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que. Brincaban en el ceniciento horizonte de su finca de una decena de hectáreas y rebotaban una y mil veces sobre los espejos. Intrusos de última hora que nunca hubiera tolerado en su propiedad, la más celosamente custodiada en todo el país. Ya en las antesalas del infarto que lo derrumbó el 15 de agosto, González Gorrondona supo, tal vez, que las más sonadas peripecias de su vida eran vanas. Un solo espejo le devolvía la imagen imperativa de lo que siempre quiso ser: guardabosque del Avila. Y con esa confesión, murió. En ese trance el banquero vivió la parábola EXCESO NOVIEMBRE 1988
del ciudadano Kane. El mítico personaje de la película de Orson Welles agonizaba envuelto en el todopoderoso imperio que había montado y repetía una palabra: Rosebud. Era un enigma que nadie podía descifrar. ¿El nombre de una mujer? ¿De un heredero? ¿Qué? Sencillamente, el de la inscripción en un trineo, en su infancia. González Gorrondona murió sin conocer la suerte de sus herederos frente a los liquidadores del BND. Pero supo del epílogo: una junta de árbitros, cuya misión fue definir el monto de sus deudas, lo estimó en mil 300 millones de bolívares. Pero a esas cuentas, la nueva admi-
nistración del banco agregó mil millones. Si el veredicto del laudo hubiera llegado a sus oídos habría sentido el peso de sus "enemigos" (la condena obliga a la familia a pagar algo más de 5 mil millones de bolívares). Con una resignación que recuerda a quien mastica un interminable sacamuelas, Régulo Semidei, uno de sus abogados, comenta: "La sentencia hace verosímil el rumor de que la deuda es infinita". Detrás de todo este espejismo, lo único que queda visible son las siglas del BND, una institución prototipo de la audacia en el manejo del dinero. Una fianza bastaba para obtener un préstamo personal hasta por 5 mil bolívares en taquilla. Y este paso que revolucionó el mercado financiero, no sólo atrajo a los ahorristas de la competencia, sino a una numerosa comitiva de banqueros tercermundistas, interesados en la revolución del marketing. La gerencia y el programa de créditos blandos de González Gorrondona fue una piedra filosofal para los fuertes grupos financieros de hoy, encastillados en el conservatismo de los primeros años de postguerra Durante los 60 no hubo otra zancada en carrera que el ascenso continuo. El BND mantuvo la potencia de arran que de sus inicios (1956), cuando González Gorrondona abandonó la vicepresidencia del Banco Central de Venezuela para probar suerte por su cuenta en el incipiente y prometedor mercado del dinero. La disparada fue tan rápida que en tiempo record perforó los plazos en que suelen madurar este tipo de inversiones. Un error estructural que condujo a una ordenada y silenciosa intervención que dejó a tres bancos filiales (Italo, República y Occidental de Descuento), en manos del Banco Central. Para entonces, ya consideraba González Gorrondona abandonar su espaciosa quinta sobre lo que es hoy el Centro Comercial Los Cedros (Avenida Libertador), para instalarse en El Avila. Alto Claro, junto a las cristalinas aguas de la quebrada Pajaritos, merecía el aporte de un arquitecto de renombre. A mano alzada, Richard J. Neutra (algunos pergaminos: F.A.I.A. Architect; 2.300 Silver Lake Boulevard, Los Angeles-California) presentó un diseño en tres niveles que incluía una sorprendente solución al problema que planteaba una biblioteca con más de 30 mil volúmenes, o sea, un piso completo, franqueado por una sala de lecturas y una sonoteca. Era fácil llegara ese oasis, por el ascensor o por las escaleras, y
encerrarse en la cúpula norte de la construcción de 2.240 metros cuadrados. Más que suficientes para dar cobijo a seis personas. 1 estacionamiento techado resguarda de la interperie a un Cadillac y varios Mercedes Benz. Alto Claro no es otra cosa que una de las tantas protuberancias del Avila. Al momento de la compra, lo único en pie que encontró González Gorrondona fue una caseta semiderruida que aún puede verse desde la Cota Mil. Consta en expedientes (Permiso 13.431, Ingeniería Municipal del Distrito Sucre) que la propiedad perteneció a la viuda del militar Raimundo Fonseca, quien la vendió al banquero por algo más de 55 mil bolívares. Un crédito otorgado por el•Banco Industrial de Venezuela sirvió como garantía. Su nuevo dueño solía frecuentar esos parajes de Sebucán y era fácil seguirle la pista en los meses en que la guayaba fecunda, tanto le gustaba el fruto. Era como escapar a Casupito, su hacienda en los Valles de Aragua. Claro que hacía falta el contacto con los cañaverales, los sembradíos de tabaco y el ganado fino. Mucho y poco había quedado de la antigua Sabana Larga, esa lengua de tierra que circundaba, a principios de siglo, La Victoria, Cagua y Villa de Cura. Fue el más importante de los
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hatos al borde del Lago de Valencia. Si sobre este diamante cayó la inquisitiva mirada y la codicia del bagre Juan Vicente Gómez, era porque el brillo de la piedra hipnotizaba al terrófago. Vaya si habían quedado cicatrices del vano intento del general por apoderarse de la hacienda. Tanto que en 1931 González Gorrondona se embarcó en un complot urdido por Eleazar López Contreras. Semejante osadía merecía un escenario apropiado. Los golpistas se decidieron por el hipódromo de El Paraíso, al que asistía Gómez con la regularidad de un aficionado al 5 y 6. En la boca del lobo no pudieron cometer el crimen perfecto. Los potros cumplieron con las carreras del calendario y salvo el triunfo de un batacazo, no pasó nada. La Sagrada había encontrado el cuerpo del delito, un pequeño revólver, camuflado en el hueco de una pelota de tenis. Una y otra vez, como quien tiene entre manos el huevo de la gallinita de oro, fue examinado el cuero. Mientras, imaginaban el difícil voleo sobre una de las arcillosas canchas de la avenida Paez. Contrariamente, al insólito hallazgo no siguió el descubrimiento de las balas, que dormían bajo un manzano en el patio de la casa. ¿Cómo es posible que los policías no hayan escarbado en el escondite más obvio? Desbaratado el complot, González Go-
La casa del banquero González Gorrondona fue un símbolo del celo burocrático -hay que pedir cientos de permisos para llegar hasta sus cercanías- y quizá de su íntima profesión de guardabosque del Avila. EXCESO NOVIEMBRE 1988
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Cuando cundían las intervenciones de sus bancos González Gorrondona era, a pesar suyo, el espectador solitario de un drama. Quizá sólo imaginaba una vida bucólica en la que pudo reencontrar la paz. Una paz por cuentagotas. Eso lo comprendió finalmente, y aunque su regreso a los bosques de El Avila asumía todos los sobresaltos del financista asediado por la amenaza de bancarrotas, desde allí el inventario de sus peripecias parecía más razonable, casi un juego de toma y da una mano de cal y otra de arena.
Eran los tiempos del ruido y la fama. Un venezolano condecorado en el acuerdo de Bretton Woods era casi antológico. Y González Gorrondona, con Hector Santaella, Jóvito Villaba y el maestro Prieto estaba en el pináculo de las grandes decisiones. Pasó el tiempo y tal vez fue un suceso para el pipote.
rrondona fue recluido en La Rotunda y tras seis meses de grillos intermitentes fue expulsado a la Isla de Trinidad. En Puerto España compró boletos en un vapor que lo llevó a Roma, donde culminó sus interrumpidos estudios de abogacía. En París, la Sorbona lo doctoró en finanzas. Más tarde llegó la fundación de ORVE, el revuelo de los partidos políticos y la estatura de sus líderes. Cimientos de la nueva clase gubenamental en escena. En estecasting, González Gorrondona tuvo un papel secundario; más bien, tangencial. Pero el poder es un enigma de mil caras. ORVE naufragó en las luchas instestinas y en el reacomodo ideológico que las circunstancias exigían. La logística para un asalto seguro del poder, defraudó a González Gorrondona, que encontró asidero en las finanzas y las aulas universitarias. Venezuela era el destino de la esperanza.
Eso lo sabía cualquier vendedor de pocicles. En plena reacción contra el peso muerto de la era gomecista, González Gorrondona se alista en las gestas liberales de López Contreras y Medina Angarita. Su pasantía por la Comisión Nacional de Abastecimiento hizo menos dolorosas las penurias que confrontó el país en los años de la Segunda Guerra, porque no era hombre de muchas privaciones y repartía con mano larga. Pero ningún honor como el de presidir la misión que representó a Venezuela ante el célebre encuentro de Bretton Woods. De inmediato, González Gorrondona motorizó la demanda que hizo del Banco Mundial un organismo financiero para la reconstrucción de Europa y de fomento al desarrollo de las economías pobres. En el Banco Central de Venezuela moldeó los departamentos y gerencias que dotaron al instituto de la infraestructura técnica y cientíEXCESO NOVIEMBRE 1988
fica que hacía falta para evaluar el comportamiento de las políticas monetarias y financieras. Sus reportes sobre el devenir de la economía le habrían ganado una golpiza de la Seguridad Nacional, pero su prestigio y contacto con funcionarios del régimen, significaron la autonomía del Banco Central. Su último contacto feliz con el poder ocurrió bajo el mandato de Raúl Leoni, quien lo nombró ministro de Transporte y Comunicaciones del gobierno de "ancha base". Más tarde, no tuvo tanta suerte.A fines de 1978, el gobierno de Carlos Andrés Pérez decidió la intervención del BND. Para entonces el banquero había transferido el manejo del banco y de muchos negocios laterales a su hijo,José Joaquín Gonzalez Gorrondona Centeno. En esos atribulados días del desplome, el banquero retiró su apuesta con un acertijo honorable quq quedó rondando en el ambiente financiero: "Se magnificaron los errores y se deformó la realidad". 47
La trama se cerró sobre José Joaquín González Gorrondona, hijo. Alli se precipitó la bola de nieve financiera con una historia sexy protagonizada por Milagros Maldonado.Tuvo sus complicaciones políticas, en una escalada donde las pasiones jugaron con los intereses.
Y no son pocas las versiones que atribuían
la quiebra a una maniobra de los grupos económicos rivales o a rencillas folletinescas. En su momento, el interventor del banco, José Gabaldón Anzola, dijo que "esas versiones son tan grotescas e inverosímiles que, de ser veraces, comprometerían gravemente la honorabilidad, dignidad y honradez de los sectores políticos, económicos y profesionales". sa cara del espejo refleja a una bella dama: Milagr9s Maldonado, en imágenes borrosas de disputa entre González- Gorrondona, hijo, y el huésped de turno en Miraflores. Lo que salió a flote, sin embargo, fue una cartera improductiva que montaba a cerca de 5.000 millones de bolívares. El iceberg que provocó el naufragio del transatlántico financiero. En los 80, el golpe bifronte del entonces presidente del Banco Central, Leopoldo Díaz Bruzual, acabó con las aspiraciones de reflotar el BND. La sorna de sus comentarios vertidos a la prensa y su beligerancia en el gabinete del ex-presidente Luis Herrera, definieron la suerte. 48
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González Gorondona padre se refugió en el Palacio de las Academias, en los clásicos helénicos de su biblioteca, mientras rumiaba la desdicha entre sorbos de jerez. Se hicieron más frecuentes sus visitas a Casupito, donde dormía en hamaca y comía buenos hervidos de gallina. Ya no se le veía en el hipódromo, como en aquellos años en que Brioso, su mejor caballo, ganaba al galope. La bruma de la montaña en el Avila y sus reiteradas lecturas del novelista Cesare Pavese, su preferido, parecieron ahuyentar los amargos recuerdos de la espectacular quiebra. Al final de sus días los parasoles del ventanal dejaban ver una fracción del imponente dominio de Caracas; un poco de la inmensa panorámica que tenía a su alcance desde cualquiera de las terrazas de Alto Claro. El viento traía el ruido de los carros y la ladera impedía ver el gamelote que devoraba el lindero sur de la propiedad, cercenada por la Cota Mil. A algunos de sus amigos les confesaba el gusto por la soledad en el Avila y hasta su destino de guardabosque. Le bastaba pasar sus dedos por las rugosidades de la madera para identificar los arboles. La muerte sobrevino tras un mes de reclusión en Alto Claro, aquejado de fuertes dolores en su pierna izquierda. Tenía los nervios ciáticos destrozados. Los dos últimos golpes, González Gorrondona los ignoró. Había abierto en Miami el Caribank, un pequeño banco que fue intervenido por las autoridades de Estados Unidos. Los fondos del Caribank habían sido desviados hacia negocios particulares. El segundo golpe lo hubiese herido mucho más. La presidenta de Inparques, Delvina Vásquez, anunció acciones legales para que la casa del Avila, edificada sobre terrenos públicos, retornara a la propiedad fiscal. La viuda del banquero, Inés Centeno, debió inquietarse ante el anuncio de Vásquez. Telefoneó al amigo y pariente, Héctor Hernández Carabaño, ex-ministro de Fomento del gobierno de Rafael Caldera. Hernández refrendó en su momento el decreto que convirtió el cerro en parque nacional; es decir, la casa de González Gorrondona, erigida con posteridad al decreto, se tornaría vulnerable. Pero mediaron permisos y seguramente la revisión del expediente sería una larga marcha. Por eso, el ex-ministro contentó a la viuda: "Quédate tranquila, no va a pasar nada". Quizá.
TODAS LAS MUJERES SON TUYAS
FRANCISCO
La monstruosa luz del trópico ha fraguado un exceso de pudor en los cuerpos de estas latitudes. Los hombres, —y las mujeres—, sin embargo, igual que en el resto del planeta, en la soledad de su fuero interior, sueñan la violenta gramática de la intimidad del otro. Todas las mujeres son tuyas, reza en silencio el hombre de las multitudes, feroz y dramático como un lobo estepario. Un grupo de fotógrafos valientes y compasivos se han dedicado a alimentar ese clamor contra todos los obstáculos de la hipocresía y la vergüenza. Poner, a través de la imagen, una cura y un excitante a nuestros huérfanos sentidos, es un acto de suprema caridad. Exceso da voz, en estas páginas, a la luz de los mejores fotógrafos y sus modelos. Esta vez ha sido Francisco Beaufrand, un joven artista de 28 años, nacido en Maracaibo. Las curvas de la mujer, la sensualidad más que la contundencia animal de su sexo, aparecen una y otra vez en los encuadres que le inspiran viejas fotografías del siglo XIX y pinturas del Renacimiento volcadas en cuerpos al alcance de la mano en los salones caraqueños. Pero esas fotografías y esos cuadros hablan de santos, vírgenes y dioses de la mitología clásica y es ahí donde un temblor malsano cuaja, en secreto, en las dulces composiciones. Francisco Beaufrand se ha familiarizado con los cuerpos de las más elegantes mujeres de Caracas trabajando para las nuevas figuras de la alta costura y la vanguardia estilística en Venezuela: Angel Sánchez y Amador Piquer. Sólo el mágico triángulo lo intimida, lo sigue intimidando...
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café, cacao, añil y sarrapia, y en ese instante se acabaría para siempre con el libertinaje degradante que causó la proliferación de los ranchos y las vagamunderías de los partidos políticos, que son la base del ocio y la delincuencia.
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i los lídereS de la Venezuela peasan te y la clase gerencial emergente tienen el coraje de producir ahora este importante cambio socio-económico, todo el país podría esperar confiado en una reactivación del comercio y la bolsa de valores. Se movilizaría el dinero ocioso, incitando al pudiente criollo a invertir en el país en vientres altamente reproductivos. Con el neo-esclavismo los hogares se beneficiarían al acabarse el eterno problema del servicio que hoy está en manos de extranjeros indeseables, y sin duda que tomarían auge industrias tradicionales ya olvidadas como las de fabricación de látigos, grillos, cadenas y barrotes de calabozo. Un estado moderno debe ajustarse al sistema que más le convenga a sus necesidades. De esta toma de conciencia y una pronta legislación que establezca las formas adecuadas para regular la tenencia humana destinada al trabajo, depende que avancemos o nos estanquemos. Si para el año de la disolución de la Gran Colombia Venezuela tenía unos 40.000 esclavos, con una población de 500.000 almas, considerando la gran capacidad reproductiva que tienen los vientres negros y mestizos, hoy, con más de 17 millones de personas tendríamos por lo menos 15 millones de cabezas de ilotas listos para entrar en el proceso de la reactivación que necesita nuestra enferma economía post-petrolera.
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Poeta y banquero. Secretario del Consejo Bancario Interamericano, Presidente del Banco Hipotecario de la Vivienda de Lujo. Es Vice-presidente de la Funadación de Protección a los Niños Sedientos y director de empresas del grupo familiar. Reside en el país. Ha sido impulsor del proyecto de Ley de Aumento de Intereses y Alquileres. Se ha orientado hacia la poesía dodecafónica y al verso de tres silahns y ha escrito dos obras de historia de gran impacto académico por lo crudo de sus concepciones.