Revista Exceso edicion nº 52 abril 1993

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ETIQUETA NEGRA






Grumetes de la fe Casi doscientos voluntarios que no volverán a su rincón de origen en dos años, al menos, con inquebrantable fe y la encomienda de luchar contra la modorra del desaliento, coletazo de la turbia vida moderna, reciben con resignada sonrisa los radicales cambios de clima y ataques masivos de mosquitos, característicos de esas tierras olvidadas por Dios. Variedad de ojos, azules, oblicuos y aguarapados, que se mezclan sin aparente hostilidad en aquella suerte de Babel acuática, y mediatizados bajo el inglés, idioma mesiánico, van de costa a costa, con sólo la paga de la misión cumplida: refrescar las buenas nuevas que prometen las escrituras. Concebido en 1968 y de manufactura española, en sus inicios, el Logos fue un simple ferry dedicado a las francachelas; posteriormente adquirido por la Educational Book Exhibits, grupo cristiano de corte evangélico, fue transformado para llevar hasta el último confín las verdades que ayuden a reconocer inicuas religiones deseosas sólo del mercantilismo dogmático y, por el camino, templar el alma con una que otra obra de caridad, como la salvación de refugiados vietnamitas del infierno ateísta. Como todo lo material, sucumbió en la costa chilena a inicios del 88, pero, con algunas piezás rescatadas del original, para mediados del 90, el Logos II, versión del ex ferry converso, volvía a doblar timón en busca del tiempo perdido, visitando 103 países sedientos de esperanza; inclúyanse tres puertos nacionales: Maracaibo, La Guaira y Cumaná. Su principal preocupación es la distribución de librps: para vencer la depresión, alejar los demonios, rechazar las tentaciones prematrimoniales. Un conferencista aclara cualquier duda divina. Para los jóvenes y niños visitantes, programas de juegos y café-conciertos. Para la tripulación, oración de seis a 12, tareas domésticas y lectura disponible para reafirmar exactamente de dónde venimos y hacia dónde vamos. La noche sólo para el sueño —féminas para acá, donceles para allá—, chalecos salvavidas cerca de cada lecho y radar que revela cualquier desperfecto, por aquello deu "cuídate que yo te cuidaré". FM

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EXCESO

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1993

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The Document Company* * Traducción: frase que designa la vanguardia en el procesamiento de información organizada / Equipo de expertos que han hecho del documento el objetivo de su vida / Creadores de un orden integrado de productos y servicios con el fin de crear, producir, transmitir y almacenar datos de cualquier naturaleza / Profesionales del documento, atentos a los avances de la tecnología / Especialistas en ahorrarle tiempo y dinero, en aumentar la productividad de su empresa / Unicos en hacer que sus ideas se transformen en documentos que cambian al mundo.


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Caro Bolívar La historia, entre el limbo de la perpetuidad de los vencedores y el eterno reconcomio de los vencidos, a través de las elucubraciones de un mediador inteligente, puede hacer de las delicias del gran público, urgido en solazarse con las glorias del pasado —que en algunos casos fue mejor— para aislarse un poco del caos del presente. Y no hay mejor caldero para este antipasto especulativo que la televisión, ojo tentador de la cerradura al voyeur ávido de sensaciones: cuando quedan pocos Napoleones y campos de concentración por hurgar, y la ficción apenas supera a la realidad en los efectos especiales, la audiencia reclama ardides renovados, llevando a los juglares de la imagen a explorar viejas leyendas de olvidados patriotismos enterradas en los fragores precolonialistas del Nuevo Mundo. De la mano de Edgar Meinhart y Michael Cooper, ambos expertos en el arte del show business —éste, el segundo, artífice de series televisivas basadas en las correrías de Edith Piaf, Houdini y James Dean— la vida de Simón Bolívar, prototipo tropical del emperador maquiavélico, medirá fuerzas en las pantallas chicas internacionales con series ya veteranas en ofrecer rusos que también lloran y desdenes monárquicos. Con un aval aproximado de 25 millones de dólares —20 mil millones de bolívares— la temprana viudez del héroe, los deslices amorosos con Manuelita y el sórdido final de su existencia, odiado por patriotas y realistas, tejerán una trama de intrigas y pasiones a lo largo de ocho horas de duración. La escenografía dará tumbos entre Europa y el Caribe, juramentos y pasos admirables mediante, y correrá ..11» 'V por cuenta de David Butler, sobre cuya pluma pesa la hazaña de adaptar al sencillo lenguaje cinematográfico los mila- 104,1. gros del Jesús de Nazareth, de Zefirelli. 't• 4• Sobre la figura que encarna al héroe se ha abierto casting en Estados Unidos, Inglaterra y América Latina, previéndose cuesta arriba la elección de algún mortal cuya longitud esté por debajo de la regu- • lar —atención Dustin Hoffman, Cruise, DeVito-- y capaz de desafiar aunque seas un minuto, estas últimas tormentas enu una esquina de Manhattan y, si lo pide el libreto, hacer que le obedezcan. FM 6

EXCESO ABRIL 1993

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¿QEPD Superman? Jamás. Los aporreos que en septiembre propinase aquella terrible mole verde llamada Doomsday al inefable muchacho de acero —se anunció con bombos y platillos su inminente fallecimiento y la pobre Louise Lane no paró de llorar mientras Metrópolis yacía derruida a sus pies— no fueron suficientes como para sacarlo de circulación. Ante las airadas protestas de sus miles de seguidores, y gracias a la intervención de las milagrosas leyes del mercado, el kriptoniano, cual pájaro errante y en nombre de la justicia y la libertad, volverá a surcar los cielos, decidido esta vez a no dejarse vencer por las necias pretensiones de unos editores que, pesimistas y obstinados, lo notaron algo desgastado, tal vez pasadito de años. Mas, próximo a cumplir 55 primaveras, al héroe no termina de desteñírsele su legendario uniforme rojiazul. A lo largo de tan dilatada existencia —sea en comics, radio, televisión o cine— el superhombre ha hecho gala de un muy particular savoir-faire en materia de salvar vidas y propiedades; así, pues, se ha ganado una nueva oportunidad de demostrar lo mucho que todavía es capaz de ofrecer: "o vendes cientos de miles de ejemplares o vuelves a morir". De modo que en abril, coincidiendo con la primavera, la resurrección de Superman —y por ende su alter ego, el tímido fablistán Clark Kent— será un hecho concreto y, desde sus respectivas tumbas, Jerry Siegel y Joe Shuster, padres de la criatura, podrán sonreír complacidos: la exagerada tunda de aquella indescriptible bestia surgida de las entrañas de la tierra —nada que ver con Lex Luthor y sus ingenuos planes de adueñarse del planeta— no logró enviarlo al cementerio de las grandes estrellas, y las aventuras de Superman seguirán produciendo montañas de dólares a la gigantesca compañía DC Comía. "Sólo recuerda que no importa lo que pase, te amaré por siempre", le habría dicho el musculoso personaje a su bella

hbVia Louise, previendo su espectacular retorno. "Regresa, por favor, regresa", le contestaría suplicante y premonitoria la reportera estrella del Daily Planet, y más rápido que una bala el justiciero chico ha vuelto. MS EXCESO ABRIL 1993

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Uuid Sky People A la hora convenida, arranca la convocatoria a ritmo de raye del saturday night fever de los noventa. Así, solitarios especímenes de esta ciudad aletargada, inmersos en un sueño de vanguardia casi decadente, se convierten en héroes de la evasión cuando el bombardeo de imágenes destelleantes y sonidos tecnificados sacuden sus sentidos en lo último en rumbas capitalinas: las fiestas de Johnny Ferreira. Con la constancia de un hacedor de caminos, el anfitrión del derrape pareciera ganarle puntos al subdesarrollo. Invitados y coleados por igual buscan el regodeo en alternativas que emparentan la provinciana Caracas con las grandes metrópolis, y caderas juguetonas al vuelo, se sacuden la modorra. Eróticas celebraciones oníricas estas, estallan cada fin de semana desde diversos puntos de la ciudad; pero la novedad que exacerba la curiosidad de los asistentes la constituye la presencia de algunas superestrellas del remix neoyorkino y mayamero. Tony García, discjokey profesional y productor de espectáculos en los estilos Techno, Raye, industrial y House, ha trabajado en importantes locales de Frankfurt, Münich, Berlín, Nüremberg, Kingston y Jamaica, fue novio de Madonna y, en esta ocasión, acompañado por Omar Pedroza, iluminador y creador de fantasías visuales, stripers men y stripers women —todos importados directamente del barullo snob de los night clubs extranjeros— desata en el estacionamiento del Centro Comercial Cedíaz, de la avenida Casanova, su desordenada intención de música radical con el panty chaman, discjockey y productor, John ny Ferreira. Los llamativos personajes que dan lugar a este tipo de movidas son coleccionistas de la música que exuda el ditirámbico y transparente look de los noventa: para ellos el estilo está en la medida entre balance y contraste. Los discjockeys añaden al compacto original que aturde el ingrediente personal —superposición o mezcla- 1 y si bien en la urbe estas instalaciones no tienen la resonancia que se anuncia en los panfletos, 1 no dejan de ser una opción viable en lag que se conjuga el sabor de la psicodelia espacial con la relampagueante nota del teatro y el strip-tease. CT 1 1 0 EXCESO ABRA 1993


Millas de Sonrisas. , nuestra línea aérea regional

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Peña al crudo La década perdida le brindó la clave. Exorcizado ya de tanto happening y una que otra participación en los filmes de Warlhol, la referencia de la perspectiva renacentista, típica de sus primeras muestras, se anunciaba un tanto agotada como lenguaje estético, lo cual, de alguna manera, podía mermar su cuasi eterno bonche subsidiado con fondos gubernamentales, permitiéndole recorrer las calles de New York y Bonn, performance mediante, además de seguir algún curso de especialización plástica o dancística en los ratos de ocio. Fue con la crisis energética, a inicios de los ochenta, fin del bacanal saudí, que el Príncipe Negro (alias Rolando Peña) dio con el abracadabra caudaloso bajo sus pies, razón y causa del devenir de la historia —o al menos de la de esta parte del globo—: petróleo. Mene. Oro negro. Perfecta referencia extorsionadora, fatuo oropel vulnerable con un simple dictamen de Wall Street. Como un homenaje al artista —ganador del premio único In situ de la VI Bienal Nacional Francisco Narváez— y sus afanes en la reafirmación del inconsciente colectivo patrio, IBM ha de estar detrás de Mene Digital, un muestrario impreso de las obras más representativas de su dogma petrolífero —barriles maleables, irónicos y cuestionados—, amén de otras de reciente creatura donde se vale del recurso cibernético "para hacer de la pantalla del computador un marco que no contiene ni limita, sino que multiplica y posibilita". Avalado por los textos de Alfredo Boulton, Claudio Mendoza y Thomas Fromherz, el desfloramiento del libro —6 de mayo, en el Centro Cultural Consolidado—, no podía estar a cargo de otro que de José Ignacio Cabrujas, artífice de su éxito. Antes, el 29 de abril, en la Galería de Oscar Ascanio, se ha inaugurado la exposición con imágenes_ digitales atrapadas en cajas de luces, t i quedvlnaitcol:"1

crudos livianos y pesa-5

111 diVIdiMOS en dos, en convencionales sulfurosos y standars volátiles", Cabrujas dixit. Por- g que si las leyes naturales no se equivocan —ya lo habrán deseado los dinosaurios—, petróleo somos y al pe- Y tróleo tornaremos. FM 12

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CANTIDAD

100171 . .CALIDAD

Esta cantidad habla por sí sola. Son todas las personas que, desde su lanzamiento, probaron y prefirieron la calidad indiscutible de Swift, vehículo Chevrolet que cuenta con el respaldo Total General Motors. Swift es el único caso en el que podemos decir que, de lo bueno, mucho. ¡ Hable con quien ya tiene uno !

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TECNOLOGIA EN MOVIMIENTO

EL CARRO QUE RESPONDE


Agua, sabor y saber En lo absoluto es un oficio especulativo, mucho menos instintivo. Los efectivos sommeliers de agua —especie de moda en España desde los últimos cuatro años— se abocan al riguroso estudio de mineralogía y climatología, y desarrollan una serie de finas virtudes que han logrado que, aquello tan manido de "agua que no has de beber, déjala correr", adquiera renovadas dimensiones. En Barcelona, el centro por excelencia de sommeliers, se reúnen anualmente los más cultivados gustos y olfatos —aunque la vista reviste también particular importancia—, para descrifrar —sabor, dureza y alcalinidad como principales parámetros— las características idóneas de la bebida en función de la salud: un cambio brusco en su tipo, por ejemplo, puede ocasionar graves problemas intestinales. Se trata, pues, de algo más complejo que aliviar la sed. Para su cata —la liturgia es similar a la del vino— el agua es servida en una copa a una temperatura que oscila entre 18 y 20 grados. Luego no ha de presentar turbidez alguna ni mucho menos tener molestos posos. "El agua, como todo ser vivo, posee un proceso de evolución", a decir de Julio Cayuela, director de la Escuela Española de Sommeliers. "Y pueden haber elementos que la afecten como la luz o tal vez alteraciones en el proceso de su elaboración. Es posible detectarlos gracias a esta importante actividad". Pese a la diversidad de aguas —30 clases cuando menos— el experto llega a distinguir las bondades presentes entre las diferentes variantes: mineral, potable y de manantial. Congregados en los restaurantes de gran categoría, los catadores del preciado líquido pueden determinar, además, qué tipo resulta adecuado para cada organismo. Es muy conveniente que un deportista ingiera agua rica en sales minerales y que los naturalmente sanos, la de manantial. Aunque ¡atención con las calcáreas! su composición química, generosa en cal, puede sin dudas afectar el correcto funcionamiento del riñón. Ahora es posible saber, exactamente, qué agua no se ha de beber. MS

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Franz Conde

Al grano

estantes del

sus disertaciones

¿Por qué nunca son

supermercado,

teóricas, explicamos

dulces los jojotos en

aspecto que la

su versión del

Venezuela? Plena

versión auténtica no

risotto: la tradición

tierra ecuatorial, de

puede ofrecer.

italiana exige que la

la cultura del maíz,

Aunque la empresa

cebolla debe

piensa mantener la

española sencilla y

estofarse en

Barlovento, de chupes recién cortados y los

producción de la

tradicional. Sus

mantequilla sin

andinos, una vez que

congelan, capturan-

Stout original, su

indicaciones acerca

tomar color, pero el

la mazorca se arranca

do, así, el amarillo

mercadeo se limitará

del vino son intere-

arroz debe freírse en

de la mata, el azúcar

dulce del sabor y la

a Irlanda.

santes y poco

mantequilla caliente

cocinan los jojotos

de cachapas en

de sus granos, por

textura fibrosa y

Desde hace algún

complicadas, de

para dar a cada

medio de una

crujiente de sus

tiempo, esta clásica

manera que el neófito

grano la textura

metamorfosis

granos.

En Bélgica, Inglate-

cerveza se comerciali-

se sienta a gusto

precisa. Es obvio

za en Venezuela a

leyendo textos

que resulta imposi-

química, se convierte

Jojotos congelados

rra e Irlanda hay

en almidón. Los

McCain, importados

una gran afición a

través de Weitzmann

comprensibles.

ble hacer estos

tiernos granos

de Canadá.

estas cervezas y la

Trading Co., lo que

Numerosas notas

procesos simultá-

más famosa del

ofrece la última

acerca de libros,

neamente, porque

mundo es la

oportunidad de

productos y guías dan requieren tempera-

resultan ahora sos. Este proceso,

Ultimas espumas

para nuestra desgra-

El mundo de las

cia, se acelera en los

cervezas

climas tropicales.

bastante desconocido

Para advertir esto, los

en Venezuela. Se trata y Londres.

desabridos y harino-

vivas es

Guinness Original

probar las cosechas

una idea clara del

turas distintas. He

Stout, embotellada

finales para exporta-

acontecer

aquí la paradoja. La

desde el siglo

ción antes de tener

gastronómico

solución de

dieciocho en Dublin

que pagar los

tickets

de Air Lingus,

pueblos comedores de de bebidas no

Espléndidamente

el verde país

maíz del norte de

pasteurizadas, y

amarga, con

de

América tienen su

habitualmente no

perfumes de café y

conseja popular: "No

filtradas, que

cacao, se ha

se debe cortar la

fermentan una

mazorca si no se tiene una olla de agua, a

los gnomos.

Marchesi consiste

español.

en separarlos; por

Rissotto secreto

un lado se suda la cebolla en mante-

Gualtiero Marchesi,

quilla, se añade vino

primer chef italiano

blanco y se reduce

convertido en el

Lecturas al gusto

merecedor de tres

hasta obtener

segunda vez en la

punto de compara-

Distribuida por

estrellas en la guía

botella, otorgándole

ción para otras

Editorial Lisboa,

francesa

menos de un minuto

cualidades muy

Stout. Aun así,

llega de España una

personaje

elabora el

de camino, hirviendo

particulares a cada

según información

simpática revista

controversial en su

friendo el arroz

en la cocina". Los

añada. La fría viva

de la prensa inglesa,

dedicada, como su

tierra. Algunos odian

correctamente. Al

negociantes de

puede variar de una

Guinness ha

nombre lo indica, a

su estilo no tradicio-

final del proceso, se

verduras McCain, de

producción a otra,

decidido sustituir el

Comer

Canadá, hacen

dependiendo de la

producto por una

Dirigida específica-

exactamente esto:

cebada utilizada o de

versión filtrada y

mente al aficionado,

patria, otros lo

untuosidad perfec-

la cosecha de lúpulo.

pasteurizada que le

despliega abundantes

consideran un

ta. ¡Clases de cocina

asegure una vida

recetas de cocina

genuino intelectual de para los reticentes

y beber.

"burro blanco", y

Michelin, es

por el otro se

risotto

nal, su "reinvención"

unen las preparacio-

de la cocina de su

nes para obtener la

más estable y

la gastronomía.

prolongada en los

Como una muestra de

ortodoxos!

41

1%;

155 Banco dE VEnEzuda es el banco de Venezuela

VISA y MasterCard del Banco de Venezuela

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EXCESO ABRIL 1993

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La sartén

mango

Edul

Ahora en Venezuela endulzar se dice

Helmut Newton, célebre fotógrafo de féminas, asevera que, por sus pieles blancas, translúcidas ante las venas de sus senos, y por sus miradas profundas, de ojeras sutiles, las mujeres más hermosas son las de Berlín. Como una encarnación de este sueño, la portera del Palio Caffe nos introduce a un ambiente muy particular, réplica de hermosos restaurantes contemporáneos asentados en metrópolis de pálidas chicas. Tal es el marco para un menú que certifica la vertiente, muy en boga en Norteamérica, de cocina ítalo-californiana, cuya batuta lleva Alice Waters, quien a finales de los sesenta recreó recetas tradicionales, fundamentalmente mediterráneas, utilizando los mejores productos de California. No se hicieron esperar los platos dedicados a estos maravillosos insumos: quesos de cabra de Sonoma, ostras de Point Reyes o Zinfandel de Napa Valley. Mark Miller, Jeremiah Tower y Bradley Ogden, jóvenes chefs, se contagiaron con la magia, y con talento guisaron su propia versión . Estas ideas no son nuevas en Venezuela. Jean Paul Coupal ya había intentado copiarlas en Primi (también nombre de un restaurante de Los Angeles). Si bien de gran aceptación local, gastronómicamente nunca alcanzó el nivel anhelado. Eran manos insensibles asando ficticios corderos tropicales o sosos camarones de granja. La producción venezolana nunca ha prestado atención a la excelencia, escollo fundamental para la alta cocina en nuestro país. Palio Caffe, a pesar de algunas ideas frescas, es incapaz de brindar preparaciones de calidad, por sus productos ordinarios y por su sazón masificada. Sin embargo, un encanto especial nos dejó contentos con la velada. Quizás una sórdida atracción por las bronceadas evas en tránsito hacia los moteles vecinos o la decadencia de ese ambiente de falso Wall Street. Alejandro Dumas, nieto Palio Caffe

Edul Un mundo dulce sin calorías Dulzura sin amargura

Calle Guaicaipuro, Qta. Ottawa. El Rosal. Telf: 951.0915 ABRIL 1993 EXCESO

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La crónica de

Joé I Robtichon

El escarlata encanto de la fresa Durante mucho tiempo sólo existieron las fresas silvestres. Su cultivo data apenas del siglo XV. Se trata de una fruta que no tiene verdadera patria; es de todos lados. Pero, en lo que se refiere a Europa, es en la plenitud de la primavera cuando la naturaleza entrega este alimento exquisito

Golosina refinada, la fresa goza de la reputación de constituir por sí misma un filtro de amor. Muy apetitosa en su bello ropaje rojo, de redondeces excitantes, de perfumes azucarados y sabor dulce y ácido al mismo tiempo, reina entre todas las frutas durante el mes de mayo. Actualmente es posible conseguir fresas todo el año, provenientes de diversos países. Lo que no deja de molestar al gourmet. Entre las numerosas variedades, las más gustosas son la Pajar°, muy roja, cónica, en forma de corazón; la Elsanta, torneada, de consistencia firme y perfume característico; la Gariguette, armoniosamente alargada, se deshace con facilidad y es jugosa. En todo caso, cualquiera sea su preferida, no las adquiera con más de 48 horas de anticipación. Porque pueden echarse a perder de un momento a otro. De naturaleza frágil, a la fresa le sientan mal el calor y el tiempo bochornoso. Lo mejor es renovar las provisiones sin riesgo de penuria, en plena estación. Pruébela recién comprada. ¿Cómo escoger una bella fresa? En su plena madurez, fresca y sana. El tamaño de la fruta no es nunca un criterio de calidad. Las que lucen demasiado grandes y de apetitoso aspecto pueden resultar insípidas. Una bella fresa se reconoce

por su color, bien rojo. La epidermis bri-

llante, libre de manchas y maltratos. El collarete verde y rígido. La punta también debe lucir bien coloreada, como signo de una correcta maduración. Un color opaco indica que la fresa ha sufri1d

IZCISO ABRIL 1993

do una prolongada conservación. Verde, no madurará jamás. Si usted debe preservarlas, guárdelas en la cajita en que vienen y colóquelas en la parte baja de la nevera. Evite manipularlas. Después hay que lavarlas, pasándolas rápidamente por el agua fresca, antes de retirar el rabillo, para evitar que se impregnen de agua y pierdan su sabor. Dejarlas escurrir colocándolas sobre papel absorbente. Y ahora sí, despojarlas del rabillo; en suma, prepararlas para consumirlas de inmediato. Existen numerosas maneras de apreciar las fresas. Se las puede servir crudas, al natural, rociadas apenas con azúcar o cubiertas con crema fresca o crema chantilly. Algunos sibaritas las prefieren maceradas en jugo de limón o condimentadas con una pizca de vinagre de vino, o kirsch, o champagne, o vino... Las fresas hacen un buen papel en las ensaladas de frutas y se incluyen en la preparación de tortas, mousses, soufflés, bavarois y entremeses. Licuadas con un poco de azúcar y un chorrito de limón se obtiene un coulis untuoso. Hacia el cierre del mercado, cuando abundan todavía las futas perfumadas, aproveche para hacer un buen negocio. Imagínese un sorbete fácil como éste: lavar, escurrir y quitar el rabillo a un kilo de fresas. Licuarlas. Añadir 200 gramos de azúcar nevada y el jugo de medio limón. Licuar de nuevo y pasar por un colador, ayudándose con una cuchara para que la pulpa pase. Someter esta mezcla al proceso de la

sorbetera, Servir cuando esté todavía espesa. Pero si no le gusta así también podrá hacer mermelada. Crudas o cocidas, las fresas son un encanto. © Le journal du dimanche,

1992 .



Ponte el sombrero Ya que el siniestro virus del sida anda azotando cada rincón del planeta —Venezuela no se salva— vale más prevenir que padecer. En Caracas, un nuevo expendio, Condomanía, exhibe cualquier cantidad de adminículos protectores para armar hasta los dientes al citadino erótico —todos— contra el peligro de contagio. De esta milagrosa solución al sexo resbaladizo —inventada el siglo pasado por el señor Condom— se ofrecen,

reducto salvador, divertidas

en este alternativas que van, desde los con-

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EXCESO ABRII 1993

vencionales preservativos Sultán, hasta las modernísimas capuchas fosforescentes. Quienes deseen experimentar las nuevas medidas con las que, al borde del año 2000, se reinventa la prudencia sexual, encontrarán en el socorrido sitio condones superdelgados y extralubricados, cosquillosos, chinos, con sabores a menta, cereza o cola, con olores a cocteles tropicales, amén de potenciadores sexuales, variados afrodisíacos y complejos vitamínicos. Calle Bella Vista, casa No. 3,

local 2, baj ..a,an_o ando por La Grotta. El Hatillo. Teléfono: 963.4294

Corpiños bajo el sol Para la temporada de Semana Santa el encanto del traje de baño vuelve a centrarse en el busto de la mujer que, desde los días de Twiggy, había soportado el rigor de la moda que aplanaba sus veleidades; verbigracia, los nuevos modelos de Fiona, la marca líder de Lony. Estampados, a cuadros, con pepas, con flores —grandes y pequeñas—, con estilos galácticos, con tonos láser y con push up —sujetador'que refuerza la sensualidad del busto excesivo, y marca el busto más bien escaso—, reivindican la tendencia.


Camas bien vestidas

Sólo para menores Un resplandeciente tesoro de curiosidades de plástico tienta la naturaleza despierta de niños y niñas, cautivados por los personajes infantiles que dan la hora en materia de útiles escolares. Arsenales de bolígrafos, lápices, loncheras, alcancías, gomas de borrar, sacapuntas, bolsos, maletines, cuadernos, libretas y cartucheras; todo decorado con los motivos característicos de las tradicionales marcas infantiles Helio Kitty, Little Twin Stars, Kimi Karneleen, Osos Rosados, Kerokerokeropii, Ahirunopekkle, Dalmatas, Zapatilla (ballet), Dino-. saurio y Tuxetosarn, para desatar

—desde la mezzanina del Centro Comercial Paseo Las Mercedes—, los más estridentes berrinches de pequeños consumidores ansiosos. Teléfono 92.2853.

Para quienes añoran un descanso perfecto desde cualquiera de sus tres establecimientos en Caracas, El baúl de la lencería se ufana de ofrecer las mejores marcas importadas en ropas de cama: tersos juegos de sábanas en esponjoso y puro algodón desde 4.900 hasta 16.000 bolívares, vaporosos edredones de variados estampados, cá-

Música a domicilio Las tiendas Cocomusic de Caracas ponen al alcance de sus clientes —interesados en la música y en la compra de discos compactos, que por impedimentos de tiempo no pueden visitar regularmente las discotiendas—, un ventajoso servicio de compra que le permite al usuario adquirir su pedido directamente en la casa o en la oficina, en

lidas cobijas de lana, además de manteles individuales, toallas, cobertores de artefactos eléctricos, protectores de colchón y demás artículos del doméstico renglón. Centro Comercial Paseo Las Mercedes, nivel Mezzanina, Telf. 92.7931. Centro Comercial Plaza Las Américas, planta baja, Telf. 985.1624. Plaza Sur Altamira, Ed. Cataluña, Telf. 32.1312.

menos de 48 horas y sin tener que sufrir las calamidades del tráfico capitalino. Mailing list es el nombre del servicio y no tiene ningún costo adicional. Para afiliarse basta solicitar una planilla a través de los teléfonos 261.6648, 261.0778 y 32.2976, que puede ser enviada por fax o por correo a cualquiera de las sucursales de Cocomusic en Caracas.

ABRIL 1993 EXCESO

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A flor de piel Aramís celebra el nacimiento de su primer perfume para mujeres con la arrolladora esencia de un aroma en el -que convergen, traducidos en fragancia, la desértica aridez de las montañas con la asoleada libertad del mar

Soluciones informáticas Unisys, después de haber obteni-

do el año pasado 139,2 millones de dólares en ganancias —indicando un relevante crecimiento en los ingresos por software y servicios, en un momento en el que muchas de las empresas del sector están atravesando por una delicada situación—, se propone, para este nuevo año, mantener su liderazgo, no sólo aumentando trimestre a tri-

Un pelo a tono A lo largo de cientos de años, las mujeres más hermosas del Medio Oriente han utilizado la planta de la Henna en tratamientos embellecedores de origen natural. Esos secretos de belleza, cuidadosamente atesorados por el misterioso ritual de estas enigmáticas morenas, son redescubiertos ahora con éxito por los estilistas de la cosmetología occidental. En la estética del cabe-

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californiano. New wets for her acaricia la piel de las féminas más sensuales y salpica de azónica naturaleza floral el espíritu de las mujeres cuyo estilo de vida enérgico y osado coincide con el esplendor de la Costa Oeste Americana.

...estre la plusvalía, sino respaldando también la confianza que los clientes y proveedores han depositado en la línea de productos de la empresa. El 1993 será para Unisys un período de interesante desarrollo, dados los significativos progresos que han realizado en sistemas abiertos, especialmente en los Unix: las dos líneas principales de mainfrarnes ganaron dos dígitos frente al año 91.

llo es donde la reivindicación causa más furor. Los tintes Colora Henna se han popularizado porque, exentos de los perjudiciales tratamientos químicos, otorgan al pelo vivos y brillantes tonos. Se trata de un producto natural rico en proteínas, que puede ser utilizado no sólo para alterar o acentuar el color natural sino también para mejorar su salud.

Carrito en ascenso Después de catorce meses de haberse instalado en Venezuela las operaciones de venta y ensamblaje del famoso miniautomóvil inglés, y habiendo sido superadas las dificultades iniciales que siempre representa la introducción de un producto nuevo en el mercado automovilístico, Minicord se ha llegado a colocar en el lugar de las fábricas ensambladoras de mayor manufactura en el país y, para el mes en curso, se tiene previsto el lanzamiento de la versión Cooper del mini, cuya potencia será 50 por ciento mayor que la del Minicord tradicional, más lujoso, más deportivo y vendrá en los colores metalizados de la última temporada.


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11APECA Cada dia mejor.


Picasso según Hockney Visitar la muestra de David Hockney en el museo de Bellas Artes será una cita obligada para la agenda de actividades de este mes. Se trata de una exposición en la que se exhibirán 20 grabados a color sobre papel del artista quien, gracias a sus investigaciones, es considerado como uno de los fundadores de la escuela Picasso. La serie de aguafuertes que integran la exposición es el resultado de la libre interpretación del poema El hombre de la guitarra azul de Wallace

Los huevos de zar En el hotel Eurobuilding será exhibida, del 16 al 18 de abril, la colección de joyas del reconocido orfebre Theo Faberge (ver Exceso No. 51). Una historia oculta tiñe de fascinación la obra del nieto del joyero de la Corte Imperial Rusa que hizo al zar el famoso trabajo de los huevos. La revelación de su verdadera identidad —ignorada 24

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Stevens, quien, a su vez, se inspiró en las obras del icono catalán. Los trabajos de Hockney han sido presentados en los principales museos y galerías de Europa, Asia y América, y fueron merecedores del primer premio anual en categoría de Arte en New York, entre otras importantes premiaciones internacionales. En esta ocasión, David Hockney simboliza la imaginación —única realidad humana— a través de la guitarra y las diferencias que existen entre la inspiración y su adversario, el mundo.

Inefables criadas

por él hasta hace 20 años—, le despertó repentinamente sus adormecidas habilidades artísticas. Impacto emocional que devino, finalmente, feliz reconciliación del artista con

Como parte de la programación de este año casi recién estrenado, el grupo Thalía preparó un impactante e impecable nuevo espectáculo, en el que Las Criadas, quizá la más conocida y controversial obra dramática del autor francés Jean Genet, cobrará vida bajo la dirección de Carmelo Castro, uno de los directores más brillantes —según la crítica—, con los que actualmente cuenta el teatro venezolano. Un juego macabro de frustraciones y resentimientos envuelve la suerte de dos criadas que asumen la ironía tiránica de sus patrones, en una especie de lúdico ritual enloquecido,

su herencia: a manera de cuento de

que culmina de cara a la muerte.

hadas, en 1986 fue inaugurada su colección de San Petersburgo. Parte de esta importante colección conformará la muestra del artista que se exhibirá en Venezuela.

El estreno será en el Teatro Cadafe, el próximo 14 de abril.


Cápsulas de lecitina de soya ricas en Inositol y Colina Protege: su hígado su sistema vascular su cerebro su figura

Venezuela plástica Continúa en los espacios de la Galería de Arte Nacional la muestra Artistas y cronistas extranjeros en Venezuela (18251899). Hasta el 2 de mayo estará abierta al público esta exhibición que recoge las obras más representativas de 33 creadores de 11 nacionalidades sobre la Venezuela del siglo pasado. Los viajero que, azuzados por las palabras de Alexander von Humboldt, vinieron a tierras tropicales en busca de la exuberante vegetación descrita por el sabio alemán, se transformaron en los grandes pioneros de la incipiente corriente paisajista y costumbrista de las artes plásticas en el país. Producto de la investigación encabezada por la curadora de la exposición, Yasminy Pérez, las más importantes piezas de ese período de historia vernácula están a la vista de quien desee contemplarlas.

Su salud y su figura son importantes, cuídelas con

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Gaseoso Jackson Sin la espectacularidad luminaria y efectista de los convencionales spots publicitarios de PepsiCola, en la última realización comercial del gaseoso líquido se logró una sensible y emocionada producción, en la que, gracias a la imaginaria convergencia de tiempos y espacios irreconciliables, se cruzan en onírica visión el pasado y el presente del ya legendario Michael Jackson, el artista más desconcertante de la década. Cien-

to cincuenta países del mundo son testigos de la mágica evocación con la que, en esta oportunidad, lanzó la ofensiva estratégica Pepsi-Cola. El mensaje comercial utiliza innovadoras técnicas en computación y en los sesenta segundos de duración del espacio, Pepsi-Cola da a conocer su nuevo, dinámico y moderno logotipo. Una sóla burbuja fuera de orden: Jackson forcejeó hasta el final —sin lograrlo— para que el niño que lo representa infante fuera de raza blanca

Humor libre

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Falsísima antología de Verísimo. Título inusual para un libro escrito por un autor de insólito apellido y que agrupa un conjunto de páginas humorísticas fuera de lo común. Pero resulta que Luis Fernando Verísimo, nacido en Porto Alegre en 1936, es tan conocido en su país como Pelé, el Corcovado y la feijoada: por sus crónicas periodísticas, por sus caricaturas, por sus comics, por sus libros que se leen masivamente y por el feeling de su saxofón. Ahora es posible disfrutar de su trabajo en Venezuela gracias a la pulcra traducción que acaba de hacer Sergio Jablón, en la última entrega del sello Angria. Un librito sencillamente delicioso, para dejarse asaltar por la risa en tiempos de incertidumbre.


La Nuova Cucina

Bocca en puntillas Quien hiciera sus pinitos en el teatro Colón, siguiera con buen pie en la compañía balletística del Teresa Carreño vernácula —un intercambio por demás fructífero— y ahora despunta en el American Ballet Theatre de New York como solista, el apolíneo veinteañero de origen argentino, archiaplaudido en el mundo y comparado con Nijinsky por su virtuosismo, técnica y ballon —capacidad de volar por los aires, amén de que puede dar una decena de giros impecables— es el as que saca de la manga el Complejo Cultural para con 7 meoracntilbsu diez años dé existencia. Julio Bocca, medalla de oro en Moscú y demás galardones, compartirá la escena con Marifé Jiménez —primera bailarina del Teresa— en un programa que incluye El Quijote y Nuestros valses, con coreografía de Vicente Nebrada. Mirarlos y admirarlos el 23 de abril.

RISTORANTE

2 da. Av. Las Delicias - Sabana Grande Reservaciones: Tlfs: 761.4330 761.5630 -

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Resort ecológico

Atiborrado Hollywood Unas pocas fotografías de Abott, Costello, Batman y Woody Allen parecen justificar el rimbombante nombre de Hollywood, un nuevo punto de reunión de la nocturnidad postadolescente caraqueña. A partir de las horas medias del día, el local abre sus puertas a modo de restaurante y con el paso de la oscuridad se convierte en una

Café con letras Desde el mes pasado, El patio de San Bernardino se ha convertido, en su enclave del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit), en una especie de solución de continuidad al Café Rajatabla. El patio compila una amena variedad de espectácu-

grillos y la fresca protección de la vegetación entrelazada a modo de baranda. Todos los viernes y sábados, a las 8:00 pm, convergen en este punto los mejores títulos del cine, música o teatro, con el gustoso sabor de la plática y el aperitivo. La cita es en la Av. Juan Germán Roscio, Qta. Marisel, No. 9.

chillido de los

San Bernardino. Teléfono 51.1675.

lóg 6;0 el hipnótico

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intraficable discoteca. Noche a noche, cientos de jóvenes hacen su cola pacientemente, en espera de aquel guiño del portero que le permita el ingreso a este pub donde la música bailable se confunde con el sonido de los celulares. Ubicado en la calle Madrid de Las Mercedes, los neones del Hollywood invitan al ritmo y a los tragos, entre chicos y chicas alegres y almidonadamente vestidos.

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A sólo una hora y media de Caracas, entre la Colonia Tovar y Puerto Cruz, nace de la antiquísima hacienda cafetalera El Limón, Panarigua Natural Resorts. Se trata de una importantísima zona de herencia Caribe, rodeada de bucares y plantaciones .de café, desde la cual se levanta un paraíso único e inimitable, cuya superficie total abarca 55 millones de metros cuadrados. Concebido en armonía con la fauna y con las variedades de cobertura vegetal que alfombra el terreno, Panarigua se jacta de ser el complejo de multipropiedad más ambicioso de Venezuela: las exclusividad de las instalaciones recreacionales se conjuga a la perfección con el hábitat natural.

Meriendas hatillanas De martes a viernes, de 3:00 pm a 9:00 pm, Casapueblo café sirve frescos batidos de frutas, espeso chocolate servido en tazas de gres, crujientes churros y deliciosísimas tortas. Los fines de semana, gustosos

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York, New York Isabel Liscano

La anterior noche me acerqué hasta Off Broadway, a ver el estreno de la pieza Wrong turn at the Lugfish, comedia dramática, realmente exitosa, por su repertorio de actores, como es el veterano George C. Scott, quien se lleva toda la atención del público. Distinto a Tony Danza, guapo galán de televisión (,Quién manda a quién?) que debutó entonces. 1 De ahí nos fuimos a comer una soupe a l'ognion al tatou, y bailar lambada. Coincidimos con Ricardo Dunahi, joven modisto venezolano, cuya ropa avant garde, que se vende en la tienda Via en Columbus Avenue, se había dado a conocer a finales del año pasado en un existoso desfile. Esa vez sus creaciones evocaron los años sesenta. Las escuálidas modelos parecían salidas de algún bar del East Village. 1 Y hablando de pasarelas, el gran modisto Giorgio Armani lanzó su nuevo perfume Gio, evento que reunió a más de 500 invitados en un ambiente absolutamente marroquí. Después de un. espléndido desfile, movilizó fotógrafos y cámaras a una de las carpas donde los camareros parecían sacados de Casablanca. Entre los presentes, Robert de Niro, Martin Scorsese, la nostálgica Urna Thurman, Laureen Hutton, que debe su aspecto saludable a la enorme cantidad de agua Envian que toma a diario, Isabella Rosellini, toda de blanco, Sonia Braga, rejuvenecida, la actriz cómica Whoopie Goldberg, Cher de negro con un aire sexy elegante, Dustin Hoffman, Sigourney Weaver y la bella Ornella Mutti con Rosana Armani. • Al día siguiente me fui a almorzar al restaurante oriental Wong, con Oscar Molinari Herrera, quien por cierto

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tienen mucho éxito en New York con su técnica de fotopinturas. Comentamos sobre la influencia indochina que se siente en esta ciudad. Propicio el comentario de sobremesa acerca de las últimas películas ambientadas en esa cultura: El amante, basada en las memorias de Margarite Duras e Indochinne, producción francesa, con la laureada Catherine Deneuve. 1 La noche siguiente fui a ver al rapero Marky Mark. Este joven de tan sólo 23 años es el ídolo sexual de las teenagers. Descubierto por el fotógrafo Bruce Weber, fue lanzado a la fama por Calvin Klein, el

para salvar su fama se unió a los grupos libertarios Asian-Pacific American y African American. 1 Compromiso similar el asumido por Sinéad O'Connor quien donó su mansión en Hollywood a la causa de Somalia para reivindicarse ante sus detractores por sus desplantes: rompió la fotografía del Papa en un concierto y después insultó al himno norteamericano. 1 ¿Comida?: Exquisita en el Mambo Grill, restau-

La atmósfera oriental de El amante invade New York

Martin Scorsese, con olor de éxito

famoso diseñador que creó una línea de calzoncillos underwear y la promovió con fotografías del artista. En el show, los gays esperaban que se bajara los pantalones, pero para su decepción, Mark es straight: exaltó a su novia, el amor y la paz. Trascendió, sin embargo,

que entre los años 1986 y 1988, suscribió consignas racistas y que

Sinéad O'Connor donó su mansión

rante venezolano de Irma Correa, donde se celebró el cumpleaños de Isabel Oduber ¿Invitados? Sólo 25 personas entre ellas, Oscar de la

Renta, quien diseñó la colección de Lanvin en París. Espléndida noche en el Metropolitan Opera House, con motivo del estreno de Lucia on the couch, extraordinariamente encarnada por la soprano



EN VENEZUELA, l'ASTA EL 4 DE FEBRERO DE 1992, la idea de que un canal de televisión mantuviera

un equipo de transmisión alterno fuera de su sede para el caso de una emergencia —la toma de la planta por un grupo de insurrectos, para no ir más lejos— habría sido desechada como gesto de megalomanía o mera elucubración literaria. Por los tiempos que corren, en cambio, su adopción se entendería como una medida preventiva dictada por el sentido común. Es lo que ha puesto en práctica Venevisión, según testigos bien informados. Una casa de doble fondo en La Florida, que una familia portuguesa camufla con su presencia equívocamente inocua, ha sido transformada en equipado estudio, capaz de servir de reVENEV1SION levo a la planta de La Colina en situación extrema. EN LA CAMPAÑA CONTRA LA CORRUPCIÓN DESATADA EN ITALIA, que la justicia bautizó A

ma-

nos limpias, los magistrados fueron sacando de entre las miasmas del estupro de cuello blanco a numerosos políticos y hombres de negocio de variada estirpe. Dos compañías constructoras que fueron nombradas por la prensa peninsular en los primeros escándalos de la larga serie que culminaría en la inculpación de varios peces gordos, Farimpresit e Impregilo, están licitando para la conclusión de los rellenos y la torre de toma de la presa La Vueltosa en el proyecto Uribante-Caparo. SI EN CARACAS LA COMIDA china, las paellas y, de un tiempo a esta parte, las pizzas pueden ser

ordenadas a domicilio por vía telefónica, en La Haya, los holandeses han creado Weed Express que, mediante el mismo sistema de despacho, atiende los deseos de los aficionados a la Cannabis sativa.

Huir

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ANTAÑO SOLÍAN VENIR DE LA UNIÓN SOVIÉTICA a

Occidente espías implacables y revolucionarios profesionales. Ahora, en cambio, los hombres que llegan del frío, por lo menos a Inglaterra, "son ricos, rusos y pagan en efectivo", en palabras de un agente de propiedad raíz londinense. En su mayoría de menos de 30 años, los cirílicos yuppies tienen debilidad por las zonas más caras y las edificaciones más venerables de la capital británica.

BAJO BANDERA ITALIANA, también, navega por estos mares el Queeny, una embarcación de turismo de poco calado —unos 25 camarotes—, dotada de mesas de juego y maquinitas. Registrada en Catania, se mueve entre Margarita, La Tortuga y Los Roques. El pequeño casino flotante ofrece sus servicios haciendo contacto por radio con yates y veleros que frecuentan la zona. EL ESPECTRO FATAL DEL SIDA no respeta jerarquías, ni instituciones. Así pareciera

haberse insinuado en el Archivo General de la Nación y el mismísimo Parlamento. Se citan nombres e, incluso, se le designa como la causa de un suicidio reciente. Los CAZADORES FURTIVOS azotan el hato El Frío en el estado Apure. La gran reser-

va ecológica de la familia Maldonado, objeto de reportajes en todo el mundo, está en la mira de los depredadores, justamente por la abundancia de su protegida fauna. En ocasiones, éstos suelen andar en vehículos con placas del Congreso de la República. LA CAUSA R no se identifica ni con la izquierda ni con la derecha, por lo menos así lo han

querido dar a entender los principales dirigentes del movimiento. La incorporación de comisarios políticos del partido guayanés a la Alcaldía de Caracas hace recordar, sin embargo, los peores vicios del totalitarismo. IBSEN MARTÍNEZ tiene genio para fabricar telenovelas y cartas de renuncia, y mal genio para todo lo demás. En la acalorada . fiesta de bodas de María Belén Otero Farías y Pedro Sanoja Vargas, quinta Macondo,

el periodista de Letra G, Boris Muñoz, tuvo la perspicacia de reconocer entre los invitados —por allá Oswaldo Alvarez Paz riñendo con Julio César Moreno, más acá Petkoff discutiendo con Nelson Socorro— a la actriz Flor Elena González, ergo, la doctora Casado de Por estas calles. " ¿Pero y esta tipa no es...?". No terminó la frase: el escritor lo roció de whisky. "¡Ella no es ninguna tipa, es mi mujer!", gritaba volviéndole añicos los anteojos. Ya se gestaba en el ánimo de Martínez la epístola con que plantó a Radio Caracas. L 32

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Los separados prĂ­ncipes de Gales (ambo). La reina Victoria (abajo)

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AHOGADO EN EL MAR DEL OLVIDO Y LA INOPIA, CONDENADO A SOBREVIVIR A LA SOMBRA DE UNA TERRIBLE OBSESIÓN —EMPERO LA ÚNICA QUE BRINDÓ COLOR A AQUELLA CINCUENTONA EXISTENCIA TEÑIDA EN SEPIA—, STEPHEN FLEMING SE ARREMOLINA EN UN SILLÓN Y ANSIOSO DESEA LA HORA DE SU MUERTE. TODO CARECE DE SENTIDO PARA ÉL: ANNA BARTON ES TAN SÓLO UNA IMAGEN PRETÉRITA, AUNQUE POR SIEMPRE PERMANECIESE AHÍ, LACERÁNDOLE EL ALMA; EL CUERPO DE SU HIJO MARTYN YACE EN UN FRASCO, REDUCIDO A CENIZAS; A INGRID, SU INTUITIVA ESPOSA, NO LA VERÍA MÁS, Y SU RUTILANTE CARRERA POLÍTICA EN EL PARLAMENTO BRITÁNICO HA FINALIZADO ESCANDALOSAMENTE.

Han transcurrido cuatro meses desde que coincidió con Anna, entonces la prometida de su hijo mayor. De serena palidez y mirada esquiva, la mujer despertó en aquel brillante médico, surgido de la aristocracia conservadora inglesa y ganado a la actividad política, una pasión irrefrenable —maldita— que lo conduciría directo al infierno. Al tiempo que se planificaba la boda de Martyn, el gélido Stephen rompía, tras las puertas, todas las reglas de asepsia y protocolo aprendidas desde la niñez y, amparado por la bruma londinense, se encontraba de frente con la felicidad, con la oscura paz que le proporcionaba su futura nuera. "Semen y lágrimas son los símbolos de la noche", pregonaba Anna, y todo aquello narcotizaba a Fleming. Amaba a aquella atormentada mujer y no la abandonaría; estaba dispuesto a dejarlo todo atrás, a enfrentar a su hijo, a caer de rodillas ante ella. Estaba dispuesto a ser su esclavo si era preciso. La aventura tuvo como epílogo la tragedia. Martyn —la víctima expiatoria— muere la noche previa a la boda, cuando descubre a su padre y a su novia desnudos y sudorosos, explayados en el suelo, exudando traición. A Anna Barton no la vería más: "La gente dañina es peligrosa, y sobrevive a cualquier precio", le había advertido. El prominente parlamentario Stephen Fleming se hundiría en la soledad de su miseria, su familia le volvería la espalda y él dimitiría a su cargo. Otra presa fácil para la sociedad inglesa que no perdona un desliz: los tabloides amarillistas se apropiarían del escándalo y harían picadillo con él.

Como en el ardoroso trópico —sólo que en las tierras calientes la hipocresía suele sucumbir ante la dolce vita y no ruedan cabezas por faldas, ni mucho menos—, en Inglaterra se han cocido habas lujuriosas con la clásica mezcla de sexo y poder. Damage, la última cinta de Louis Malle —inspirada en la novela homónima de Josephine Hart—, recrea la biografía de un artistócrata británico que extravió el honorable pedestal donde estaba encumbrado —reputación, carrera y familia— para caer de rodillas en las redes de la pasión. Es una historia entre tantas otras de similar abolengo y gentilicio —verbigracia, Carlos y Diana, »lin D. Profumo y Christine Keeler— narrada con vigor y elegancia. Fotografía Carlos y Diana: Gamma Sur

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El cineasta francés Louis Malle llevó a la pantalla gigante esta patética historia, basada en la novela del mismo nombre, escrita por la inglesa Josephine Hart. Darnage representa tal vez uno de los picos más altos dentro de una filmografía que incluye memorables títulos como Viva María, Pretty baby, Atlantic City y Au revoir les enfants. Próxima a estrenarse en Venezuela, la película cuenta con las actuaciones de Jeremy Irons, en el rol del honorable aristócrata; Juliette Binoche —la mejor actriz francesa de su generación— como la impredecible Anna; Miranda Richardson —cuya soberbia interpretación la convirtió desde el estreno en favorita del Oscar— encarna a Ingrid y Rupert Graves da vida a Martyn. "Contiene un material realmente fuerte, muy erótico", confiesa Malle, y recuerda que El último tango en París le sirvió de inspiración. "Trata de sexo y muerte. Creo que es una de las películas más difíciles que me ha tocado dirigir". La atmósfera recreada por Malle en Damage es minimalista. A través de encuentros breves, hiératicos, silenciosos, Ste-

de la moral revestida de secreto. Todo cuanto se haga y diga ha de llevar el rótulo de privado: imaginarse un ser humano, que siente y padece y dé rienda suelta a sus fantasías, cultive sus vicios pero, eso sí, se cuide de que su vecino lo ignore, evite trascender a la luz pública. Caso contrario, atenerse a la lapidación colectiva. En los noventa el fantasma de la reina Victoria sigue imperando a orillas del Támesis: no hay dudas de que el amargo estigma del puritanismo, herencia directa de la tradición victoriana —la gazmoñería imperial figura determinante en el blasón de una sexualidad retenida, muda e hipócrita, a decir de Foucault— pesa hoy, a imagen y semejanza del siglo pasado, como ley fundamental del comportamiento social inglés. Desde aquel sonoro episodio acaecido a mediados del siglo pasado a Lady Flore Hasting, conspicua solterona ya entrada en años, a quien la propia monarca le abrió un juicio debido a un extraño abultamiento que se adueñaba de su cintura —los ojos inquisidores ingleses se retorcieron indignados ante el evidente Damage, una Atracción fatal sin final feliz 1963: John Profumo y Christine Keeler, historia de amor y espionaje Otra versión en los 90: Jeffrey Archer y su amante, Mónica Coghlan

phen y Anna desarrollan una capacidad de comunicación gestual, apuntalada sobre todo en el choque de miradas, donde las palabras aparentan no decir nada. El recorrido por sus vidas produce una inevitable sensación de malestar interno, ante la violencia frontal que engulle, aniquila a los personajes: Stephen retorciéndose de dolor en el hotel parisino donde también se hospedan Anna y Martyn, el coito furioso entre los amantes en un portal, los encuentros sexuales planificados y visualizados con arrebato y austeridad o el brutal desenlace, que ostenta las normas elementales del melodrama puro, pero sin enjuiciar para nada la situación. EN FRANCIA, UN AFFAIRE AYUDA A MEJORAR LA IMAGEN y en Estados Unidos, si se fuma marihuana a los 16 años, resulta cuesta arriba aspirar a la Presidencia. Inglaterra está a mitad de camino entre estos dos polos, sólo ahí se hubiese podido escenificar esta historia de infidelidad". Las palabras de Virlcent Malle, hermano de Louis y productor del filme, responden a una vieja tradición

de escándalos sexuales vinculados a los

sectores de poder político y real dentro de esa pequeña fortaleza blindada que es la nación británica. Antípoda por antonomasia de Afrodita, que complaciese en saltar a las aguas en total desnudez, en Inglaterra se practica como rito sagrado el hecho de la ocultación misteriosa, de la pacatería represiva, 36

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síntoma de pecado— y luego se sabría que aquella prominente barriga obedecía a una hipertrofia del hígado, hasta la posibilidad de que el príncipe Carlos no acceda al trono en virtud de algunas aventurillas de faldas —y su reciente separación de Diana—, las cosas en Inglaterra parecen no haber cambiado mucho. Tan agrio erizamiento moral posee, no obstante, su propio código contradictorio, especialmente cuando de la concupiscencia oculta en círculos de mayor jerarquía se trata. "Poder y placer no se anulan; no se vuelven el uno contra el otro; se persiguen, se encabalgan y reactivan", clama de nuevo Foucault. Una máxima peligrosa, de validez universal, a la que obedeció hasta la propia reina Victoria; aunque ella, ni un pelo de tonta, supo cuidar bien el secreto de un cierto romance con su criado John Brown o su fugaz relación con el joven hindú Abdul Karin —también de la servidumbre—, a quien, picarona y coqueta, le concedía el privilegio de sus bondades. El tufillo a pecado atosiga en efecto a la orgullosa nación británica: no en balde es en esta celosa rectoría de la sanidad y el retraimiento puritano, donde las paranoicas campanadas del escándalo —

por encima

de

cualquier otra nación— han atraído para sí las miradas del planeta. Sucedió así en 1936. Las bases de la milenaria monarquía inglesa se tambaleron cuando el flamante y bien parecido rey Eduardo VIII optó por dar al traste con la Corona para casarse con una plebeya estadounidense —"¡divorciada!", exclamaron

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en el palacio— de nombre Wallis Warfield Simpson. Tremendo Empecinado, negó ante la honorable Cámara de los Comualboroto el que se armó: la elegante chica, aunque más bien de nes cualquier tipo de vinculación con la Keeler. ¿Cómo podían belleza discreta, contaba con un divorcio y tramitaba el segundo; ponerse en duda las palabras de aquel brillante brigadier del en consecuencia, no era virgen, y eso todavía resulta imperdonaejército, egresado de Harrow y Oxford, de tan intachable hoja ble para la familia real, el gobierno británico y la iglesia anglicade servicios? Sin embargo, en su carta de renuncia decepcionó a todos y, aclarando sus falsedades, manifestó la intención de na de la que el monarca funge como cabeza nominal. proteger la integridad de la retozona Christine: imperdonable Y a pesar de que Winston Churchill dijo que la de ellos era "la falta la mentira. "He sido groseramente engañado. No recuerhistoria de amor del siglo", al primer ministro Stanley Baldwin do en mi vida un caso de un ministro que, mintiera tan delibeno le animaba —mucho menos le conmovía— aquello: "Abanradamente a su esposa, sus consejeros legales y sus colegas midone a la señora Simpson, o abdique", le exigió. Wallis, a hurtanisteriales", se lamentó MacMillan. El desacato a la norma lo dillas, había sido novia de Eduardo desde hacía algún tiempo, condujo al zócalo de la popularidad, Profumo perdió todos sus dos años antes que accediera al trono ocupado por su difunto poderes especiales, Scotland Yard se dedicó a investigarlo bajo padre, el rey Jorge V. Ante tamaño ultimátum, el soberano se sospecha de espionaje y la reina Isabel II lo despojó de su últiinclinó por la primera opción, una decisión premiada con el desmo honor: ya no pertenecería nunca más al Consejo Privado de precio de la familia real. "He hallado que es imposible soportar la fuerte carga de mi responsabilidad y cumplir mis deberes de su majestad. A lo largo del proceso, la joven reveló escabrosas intimidarey como quisiera hacerlo, sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo", declararía orondo, sin rubor. Exiliados en Francia des entre encumbrados personajes y otras chicas de su condihasta el fin de sus días, los enamorados contrajeron matrimonio y, a pesar de que nunca pudieron regreChristine Keeler conoció a John D. sar a Inglaterra, el rey Jorge VI —hermano menor de Profumo en la casa de campo del Eduardo— los consoló otorgándoles el ducado de gozón osteópata Stephen Ward, figuWindsor. Sin embargo, la saña del primer ministro Baldwin impidió a cualquiera de sus hijos, que por ra de la Sociedad Británica, quien hacierto no tuvieron, heredar el título y remató prohibituaba a reclutar prostitutas a fin de biendo a la duquesa el acceso al rango de alteza real.

vivir de las rentas que proporcinaban

LA INEFABLE SUS exclusivos clientes MONARQUÍA INGLESA, sin embargo, no ha sición. Marilyn Rice-Davies tenía sólo 18 años y era experta en do la única en sufrir los duros embates causados por el tentador cocktail de sexo y poder. En junio de 1963 la sólida instieso de dividir su jornada en el departamento del servicial señor —nada malos eran aquellos clientes que le proporcionaba— y tución política británica también vivió lo suyo, cuando el el lecho del jubilado vizconde Lord Astor, a quien cariñosagobierno conservador del primer ministro Harold MacMillan mente apodaba Bill. El era hijo de Lady Nancy Astor, norteestuvo a punto de derrumbarse gracias a los amorosos lances americana, la primera mujer en ocupar una curul en el parlade su ministro de guerra, John D. Profumo, con la encantadora chica de vida alegre, la atrevida pelirroja Christine Keeler. mento inglés. Aquella atractiva mujer le había llevado a la derrota en el exigente derby inglés de la virtud: casado con Valerie Hobson, A PESAR DE UN EXACERBADO PRAGMATISMO EXHIBIDO al momento de tomar decisioactriz de cine retirada, sus lujuriosas travesuras corrieron públicamente y sirvieron de alimento a los incorregibles jueces de nes, los ingleses siempre se han preocupado por la preservación la moral y las buenas costumbres. El caso constituyó el mayor incólume de sus estructuras tradicionales. Tal vez ese tajante escándalo público que viviría Gran Bretaña desde la abdicación conservadurismo proporcione las pistas que permitan explicar de Eduardo VIII. esa especial seducción que las encantadoras militantes del llaChristine Keeler conoció a John D. Profumo en la casa de mado oficio más antiguo del planeta —la prostitución— ejercampo del gozón osteópata Stephen Ward, figura de la Sociedad cen sobre los miembros de la clase política británica, a fin de cuentas la que dirige los destinos de la nación. Tres décadas Británica, quien habituaba a reclutar prostitutas —morenas, rudespués de la escandalosa renuncia de John D. Profumo, el vibias, altas o gordas, se preocupaban de complacer los gustos más exigentes— a fin de vivir de las rentas que proporcionaban sus cepresidente del Partido Conservador, Jeffrey Howard Archer, exclusivos clientes. La curvilínea dama de 21 años se sintió de eterno mimado de Margaret Thatcher, se vio obligado a dimiinmediato atraída por el ministro y pronto iniciarían un ardorotir de su cargo al descubrirse sus relaciones extramaritales con Debbie, remoquete laboral de la veterana Mónica Coghlan. so romance. Al propio tiempo, ella mantenía relaciones íntimas Exitoso escritor de best sellers —su novela ¿autobiográfica? con el agregado naval soviético Eugene Ivanov: "Un notable éxiPrimero entre iguales cuenta la socorrida historia de un diputato para las actividades de espionaje de la KGB", acusaría un dirigente opositor del Partido Laborista. do laborista chantajeado por una meretriz—, Archer despertó de ABRIL 1993

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nuevo la ira de la Cámara de los Comunes: el periódico News of the World publicó una comprometedora conversación en la que el político intentaba comprar el silencio de la atractiva mujer. "No quiero mezclarme, toma el dinero y lárgate por una temporada". Una vez accedido el pacto, ella desistió de emprender el viaje y el asunto se le complicó al ex diputado; la olla se destapó y tanto la dama de hierro como el Palacio de Buckingham le retiraron el apoyo al desafortunado Jeffrey —dos años atrás se había declarado en la ruina, tras una quiebra fraudulenta que lo condujo a la renuncia en el parlamento. Empero, su esposa y dos hijos no le dieron la espalda a quien alguna vez soñó con el poder absoluto. Resignado, hoy vende los derechos de sus libros a Spielberg y murmura que "de haber nacido italiano, sin duda habría sido primer ministro".

EN

MI PRÓXIMA VIDA QUISIERA ESTAR en el lugar de tus pantalones. Mejor, quisiera estar justo donde te colocas el tampax". El príncipe Carlos no se está con fatuos pudores ante Camilla Parker-Bowles

apenas diez años y segundo en la línea real —es el hijo mayor de Carlos y Diana—, cargará en un futuro con el peso de la corona sobre su cabeza. Entretanto, la reina cuida de su salud: su médico ha de garantizarle a la monarca un dilatado reinado de, cuando menos, una o dos décadas. Tiene 66 años. DE TODA ESTA TERRIBLE TORMENTA HA EMERGIDO como dama victoriosa, que no victoriana, la princesa Diana. Cual batalla medieval escenificada entre las paredes de la casa de Windsor, la figura de la realeza más popular y querida del planeta, ya separada de su esposo, esboza una amplia y satisfactoria sonrisa, mientras el destino de Carlos se torna impredecible, oscuro. A lo largo de los 11 años que duró aquella infeliz historia de vida en común —para la luna de miel, que efectuó a bordo del yate real Britannia, Carlos llevó consigo su caña de pescar y sus libros de filosofía, y los 256 marineros no le permitieron disfrutar de un mínimo de intimidad— Diana enfrentó el menguado romanticismo de su esposo y su entusiasmo evidente por Camilla

En mi próxima vida quisiera estar en el lugar de tus pantalones. Mejor, quisiera estar justo donde te colocas el tampax". El príncipe Carlos no se está con fatuos pudores ante Camilla Parker-Bowles, su antigua novia de juventud y la otra, Carlos y familia desunida .1

causante de la separación

y, a pesar de que cada diálogo telefónico lo aleja de la Corona —tabloides poco prudentes como The Sun, Sunday Mirror o People se especializaron en divulgarlos públicamente—, ha insistido en merodear a su antigua novia de juventud. El hábito lo desarrolló con presteza durante su florida etapa conyugal con la princesa Diana, quien hubo de soportar los constantes atrevimientos, miradas e intercambios de regalos que se profesaban su marido y la otra; el Camillagate, como se conoce el affaire causante de la separación —que no divorcio— de la pareja, ha propiciado una profunda crisis en el seno de la familia real, agudizada por los constantes ataques de la clase política contra los príncipes de Gales. La situación no es sencilla para la arcaica, y por ende frágil, institución real: hasta hace poco Carlos destacaba como seguro sucesor al trono de Isabel II; sin embargo, ante la reciente separación de Diana y las especulaciones de adulterio y escándalos en que se ha visto envuelto, es poco probable que consiga ocuparlo; sitial, por lo demás, que le entusiasma muy poco, según manifiestan algunos amigos suyos. Los tres hijos de la soberana

IIMPOCO reunen los requisitos: la princesa Anna es divorciada y en ánimos de volverse a casar; el príncipe Andrés se separó de la encantadora duquesa de York, Sarah Ferguson —lo mejor de ella, su busto— y al príncipe Eduardo, al tiempo que niega ser homosexual, admite que no le interesa en absoluto tal distinción. Todo parece indicar que el imberbe príncipe William, de 38

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Parker-Bowles. La pomposa boda en la Catedral de San Pablo el 29 de julio de 1981 fue sólo el punto de partida de una patética narración de infidelidades, escándalos, intentos de suicidio y enfermedades.

Tras la separación, la princesa de Gales ha vuelto a brillar. Ostenta una generosa lista de triunfos que la autorizan a hacer-

lo: sus dos hijos, los príncipes William y Henry, quedarán bajo su custodia, el título de propiedad del palacio de Kensington pasará a sus manos y parte de la exorbitante fortuna real descansará en sus arcas personales. Además, mantendrá sus títulos de alteza real y princesa. Y hará de buena. Dedicará sus energías a las causas humanitarias, especialmente a favor de los enfermos de sida. Inglaterra es la nación de las ventanas cerradas, de los sanforizados secretos, del rostro pulcro, aunque podrido se esté por dentro. Así como los administradores de los miserables hospicios londinenses, aquellos donde nació el pobre Oliver Twist, se tomaban la precaución de notificar a los bedeles la inminente inspección de sus orfelinatos —el supervisor se hallaría con niños limpios y cuidados, aunque de intestinos abarrotados de virus y lombrices—, igual los políticos y la realeza han de retocarse el cuerpo de mentiras y, con su mejor talante, cuidar que aquellas tan humanas traiciones del espíritu, o de la carne, descansen bajo llave. La canita vaya al aire, pero al encerrado aire, puertas adentro, de la habitación. MS Fornargf;*•

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Hugo Saboga! desde Bogotá

Como autora del best seller colombiano Crónicas que matan —un capítulo refrenda la primicia—, la galardonada periodista María Jimena Duzán ha logrado armar, desde la comprometida atalaya de El Espectador, el complicado rompecabezas de la más reciente ola de violencia en su país. Guerrilleros, paramilitares y narcoterroristas han terminado bajo su lupa censora, y ella, a su vez —y como la planta entera del bombardeado periódico—, en el polígono de sus armas asesinas. Su libro, titulado en inglés Killing Copy, publicado por Harper Collins, está a punto de salir en Estados Unidos, con posibilidades de convertirse en otro éxito de librería. ABRIL 1993

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ace algún tiempo ya, realidad y ficción pasan en Colombia como fotogramas de un cinematógrafo desbocado. Fresca en la memoria está aún la imagen de Rodrigo I), no futuro, nombre de un originalísimo teledrama del irreverente y provocador director Víctor Gaviria, que mostró algo que pocos habían visto: la cruda historia de un juvenil y decepcionado grupo de chicuelos de las temidas laderas de Medellín, las mismas donde han crecido, fermentados en el odio hacia la sociedad, los imberbes sicarios de las mafias de la droga. Algunas veces, Rodrigo y compañía, con instrumentos musicales en mano y reunidos sobre la terraza sin rejas de una casa del vecindario, se dedicaban a cantar destempladas y furiosas diatribas contra la autoridad uniformada; otras, hacían la ronda por los velorios de los amigos recién graduados de muertos, felicitándolos al oído por haberse puesto a buen recaudo. Para ellos, morir vale más que cargar la vida a cuestas. Al elenco, meterse en los personajes, le resultó innecesario. Los pandilleros del celuloide también lo eran en la vida real, y por eso el mayor acierto de Gaviria fue hacerlos rodar, loma arriba y loma abajo, por el sendero de su propia existencia. Aunque Rodrigo D pudo haber sido otra de las tantas películas sobre el problema de la juventud de alas cortadas, la gran diferencia radica en que casi todos sus protagonistas murieron durante o poco después de la filmación, en forma similar a sus personajes: apuñaleados o abaleados. Ramiro Meneses, el Rodrigo de no futuro, es hoy actor profesional, unas veces encasillado en roles de delincuente, otras en la de un despistado ayu-

pensar que no todo se ha perdido. "A nuestra generación le toca volver a creer en algo, ¡carajo!". aría Jimena Galvis Sáenz nació en Bogotá en diciembre de 1958, en el hogar de un aguerrido periodista de la provincia de Santander y de una dama del libertario departamento de Boyacá. La mayor de los tres hijos se crió entre políticos e intelectuales, correteando por entre las sillas en que los invitados se sembraban a debatir y polemizar sobre la realidad política del Frente Nacional, el sistema bipartidista que pretendió cortar de tajo la violencia liberal-conservadora, responsable, entre 1930 y 1950, de causar más de 250 mil muertes sangrientas. Sentada en las rodillas de presidentes, ex presidentes, ministros, catedráticos universitarios y futuras promesas nacionales, María Jimena y sus hermanos, Sylvia y Juan Manuel, se nutrieron de fuertes opiniones y desarrollaron un marcado espíritu crítico. Mientras otros chicos de su edad montaban en bicicleta o jugaban con autos miniatura y muñecas, los tres pequeños acompañaban al padre a entrevistar a Salvador Allende, en Santiago de Chile, o a cubrir uno de los tantos momentos de tensión entre Colombia y Venezuela a propósito del Golfo. "Las experiencias que se tienen de pequeño van marcando hondamente y, así, uno va haciendo su propio ambiente", dice al recordar aquella época. "Sylvia y yo comprendimos, a nuestra edad, que había un camino por ahí, y luego cada una lo hizo a su manera". En el colegio, María Jimena pasó convencida de que al terminar el bachillerato viajaría a Inglaterra a estudiar ecología. Logró llegar a Oxford, y comenzó a prepararse para solicitar un cupo en la famosísima universidad europea. Pero cuando andaba en ésas, recibió un mensaje urgente de su madre: "Vente, tu padre está muy enfermo". Al mes de su regreso, el hombre más admirado por la joven murió de un cáncer fulminante.

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En los años ochenta, cayó su propia hermana a manos de las organizaciones paramilitares que María Jimena trataba de poner al descubierto dante de oficina. Pero sigue vivo. El drama de las laderas ha vuelto a la luz desgarradoramente retratado en Crónicas que matan, el libro colombiano más vendido en los últimos meses. Su autora, la periodista María Jimena Duzán, lo revive en uno de sus capítulos, a través del eco lejano de su hermana Sylvia, la primera reportera del fenómeno del sicariato en Colombia. El violento entorno de barrio visto por Gaviria quedó ampliado al país entero en el trabajo de Duzán, mediante la radiografía del agitado período de finales de los años ochenta; ese enlutado período cuando, además de candidatos a la presidencia, periodistas, procuradores y personas inocentes, cayó su propia hermana;

no a manos de los jóvenes gatilleros que estudiaba, sino de las organizaciones paramilitares que María Jimena

trataba de poner al

descubierto a través de una puntillosa investigación periodística para el diario El Espectador. Hoy Meneses y Duzán, con muchas cruces de cementerio en sus recuerdos, han decidido apostarle al "sí futuro", pese a que la sangre no cesa de correr. La tabla de salvación, dice Duzán, es

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l álbum de la casa paterna retrata a una familia tradicional,

risueña, religiosamente cumplidora de fechas familiares, primeras comuniones y grados, con los niños siempre vestidos de punta en blanco. Jesús María Galvis era un santandereano de armas tomar, y defensor a muerte de sus ideas liberales. Había nacido en el seno de una familia de escritores y periodistas, algunos de cuyos integrantes controlan hoy, desde la norteña Bucaramanga, el diario El Liberal y un pequeño imperio de prensa que se extiende a distintas regiones colombianas. A Jesús María le tocó hacerse hombre, en los años treinta, en medio de una despiadada violencia que arrasó varias poblaciones

de Santander. Era la época de los

chuiavitas —unos asesinos boyacenses al servicio de la causa conservadora—, que se habían autoimpuesto la misión de sanear a Colombia de liberales. Perseguidos donde se hallaran, los Galvis tomaron rumbos diferentes, y Jesús María se convirtió en alguacil de los pueblos liberales de su provincia; en realidad, se transformó en todo un


guerrillero de revólver al cinto, cuya función era proteger del gar a Guillermo Cano, el amigo de siempre, quien, conmovido, enemigo a copartidarios de todas las edades. Después de tres o decidió publicarlas en primera página, con gran despliegue. cuatro años de agitada actividad, salió de la región para salvar La primera en sorprenderse fue la autora. Pero más lo estuvo el pellejo, y buscó fortuna en la gran urbe bogotana. cuando Cano le ofreció nada más ni nada menos que el espacio de opinión dejado por su padre. "Pensé que Guillermo estaba Se.presentó en los diarios de la capital para trabajar como peloco", recuerda María Jimena. "¿Yo, de columnista, a los 16 riodista, y terminó calurosamente acogido en El Espectador, años, con tantos señores sabios e inteligentes que escribían en donde uno de los herederos, ligeramente más joven que él y luelas páginas editoriales?" Dubitativa primero, y animada•desgo su entrañable amigo, se perfilaba como el futuro director. pués, terminó por aceptar el desafío, y, a partir de ese momenEra Guillermo Cano Isaza, continuador de la dinastía periodísto, su opinión se escucha. tica más antigua de Colombia. Incluso en la seguridad de la sala de redacción, Jesús María Galvis temía por su vida, sobre todo cuando denunciaba en sus columnas las imperfecciones del Frente Nacional y los desatinos conservadores. Pensó en varias fórmulas protectoras, pero la que más le atrajo fue la adoptada por la poetisa chilena Gabriela Mistral, quien había hecho más célebre su pseudónimo que su propio nombre: Lucila Godoy. Entonces, Jesús María se autobautizó Lucio por la famosa Lucila, y Duzán porque se le dio la gana. Las familias que llevan ese apellido en Colombia lo escriben con doble s y no con zeta. Pero firmó Lucio Duzán, y así se quedó. Fue tan popuLa parentela: Lucio Duzán, lar su nombre de plume en la ciudad y en el Julia Sáenz país que muy pocos llegaron a asociar a de Duzán y sus hijos, de izquierda Jesús María Galvis con Lucio Duzán, amia derecha, Juan Manuel, Silvia go personal de todo colombiano influyente y María Jimena de la época. Lucio Duzán, Su esposa, Julia Sáenz, siguió siendo el iniciador la señora de don Jesús María, y María del clan periodístico Jimena, la mayor, comenzó a tener difiy familiar Quince minutos después de este instante, cultades en el colegio para explicar por Silvia Duzán era asesinada por los paramilitares qué, si su padre legítimo se llamaba Lucio Duzán, ella era la niña Galvis. "Explícame, papá, qué es lo Como Cano —desde entonces su figura paternal— quería que pasa", le dijo un día María Jimena a Lucio, y éste le hatransformarla en periodista integral, le pidió que hiciera escuebló de su agitado pasado, de liberales y conservadores, de famila, empezando como redactora general, posición en la que nunlias perseguidas y arrasadas por la violencia, como la de su ca logró acomodarse. "Era malísima recogiendo noticias", dice, esposa. Julia Sáenz, heredera de terratenientes y descendiente "porque no tenía la habilidad pata meterle el micrófono en la de servidores del alto gobierno, había perdido todo en Boyacá boca al funcionario de turno, y, claro, todos los demás me la gapor ser liberal, y le había tocado emigrar a Bogotá, en companaban". Pero la ventaja de haber heredado los contactos de priñía de aquellos hermanos que sobrevivieron al azote chulamer nivel de su padre le permitió adquirir una mirada excepciovita. Otrora niños mimados, a todos los Sáenz les tocó trabajar nal desde su atalaya de columnista.En estas circunstancias, para comer. todos los demás oficios de la redacción le parecieron poca cosa Presionados por la confusión de su hija mayor, Lucio y Julia frente a la oportunidad de influir directamente en el quehacer se presentaron en una notaría y se declararon los esposos político y social. Duzán, para ellos y sus descendientes. Sus estudios de ciencias políticas en la Universidad de los Andes tampoco lograron retenerla en las aulas, pese a las fascinanaría Jimena Duzán tenía apenas 16 años cuando su pates tertulias que algunos de sus catedráticos celebraban en sus dre falleció. Tocada en sus raíces, la quinceañera se encasas. Muchas veces asistían jóvenes políticos como Luis Carlos cerró a escribir unas sentidas líneas sobre la figura de Galán —paisano de su padre y asistente también a aquellas fiesese periodista liberal que le había legado un pensatas de su infancia— y también el actual presidente de Colombia, miento abierto y crítico frente a la vida y el país. Se las hizo lleCésar Gaviria Trujillo. "Esas tertulias, a las que asistía más:::

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¡Seguimos adelante!

como periodista que como estudiante, eran maravillosas; las clases, en cambio, me parecían aburridísimas". El mundo del periodismo terminó por absorberla "hasta tragarme entera". No se graduó, pero continuó su formación a través de seminarios internacionales. Tras asistir a un curso de armamentismo Un estruendo macabro me despertó el sábado 2 de septiembre. Por la en el Instituto de Altos Estudios de París, resolvió quedarse dos años detonación, pude adivinar fácilmente que había estallado una bomba de alto poder. Automáticamente, tomé el teléfono y llamé a El Espectador, en Europa como corresponsal de El Espectador. con la esperanza de que mi presentimiento no fuera cierto. Aunque vibra con casi todas las facetas del oficio periodísti—Aló!, Margarita..., ¿qué pasó?—, le dije con voz nerviosa. co, nunca le preocupa —ni le ha preocupado— el estilo. No se — ¡Es una bomba, María Jimena!, ¡es una bomba! No sé qué pasa...—me siente identificada con la pulcritud de los artistas de la palabra, dijo con voz entrecortada la operaria del conmutador, mientras por el teléfoy deja esa función a los correctores. no yo alcanzaba a oír el ruido de vidrios que caían. Su prosa brinda argumentos, datos, información de primera —¿Hay muertos? —pregunté. mano, contundencia y, tal vez lo más importan—No sé nada... Lo único que alcanzo a ver es que el periódico ha quedado destruido. te, una sensación de acceso directo a las fuentes Miré el reloj. Eran casi las 7 am. Colgué la bocina e exclusivas. Que las tiene: desde el presidente de inmediatamente llamé a Juan Pablo Ferro, el jefe de inla República, pasando por el jefe de inteligencia, formación. hasta contactos con entrada a las cimas guerri—¡Juan Pablo, nos pusieron una bomba! lleras y del narcotráfico. —¿Qué?, ¿hay muertos? —fue lo único que atinó a El medio periodístico colombiano se asombra decir. Le dije lo que sabía. Nada. cuando la periodista publica sus informes y enMientras Juan Pablo, su esposa Marisol y yo nos desplazábamos en su automóvil hacia la zona del octrevistas, porque siempre se ocupa de temas que cidente de Bogotá, donde estaba situado el edificio, otros evaden. "No hago nada especial", dice cruzamos pocas palabras. La radio informaba de por ella. "Simplemente llevo a cabo algo tan elemenlo menos 70 heridos. Sólo pudimos creerlo cuando lletal como ir a la fuente. Pero ese hecho, aquí, tergamos al sitio de la tragedia. Hasta ese momento hamina convirtiéndolo a uno en héroe". En Cobíamos conservado la esperanza de que todo fuera lombia, las fuentes, en lo decisivo para la una simple pesadilla. A pocos metros del periódico L a periodista reconstruye estabilidad nacional, son el sanedrín oficial, la nos detuvo el Ejército. como protagonista

En aquel momento, estuvo a pocos centímetros de la muerte. Desde entonces se cuenta entre los periodistas protegidos por guardaespaldas armados guerrilla, las organizaciones paramilitares, la delincuencia común y el narcotráfico. "Y ahí es cuando uno termina metido en la boca del lobo, a unos costos elevadísimos", dice. En 1982, María Jimena Duzán fue objeto de un atentado dinamitero en la entrada de su casa. Regresaba de entrevistar a los comandantes rebeldes del M-19, en las selvas colombianas, cuando sus enemigos, los integrantes de una organización derechista opuesta a cualquier diálogo con la subversión, le manifestaron muy expresivamente su desacuerdo. En aquel momento, estuvo a pocos centímetros de la muerte. El portón de madera, que se disponía a abrir cuando estalló el artefacto, quedó, en las palabras de Julia, su madre, "hecho un mar de astillas". Al día siguiente, se vio forzada a entrar en la clandestinidad. Apareció en público meses después, pero, desde entonces, ha tenido que salir varias veces del país ante la inminencia de un nuevo ataque. Se cuenta entre los muchos periodistas protegidos por guardaespaldas armados. Y asegura que, en muchas ocasiones, una simple reunión social de colegas parece un cónclave de dirigentes occidentales.=

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—No pueden pasar, está cerrado el paso. Sólo los dueños están autorizados a entrar

dijo un soldado con voz autoritaria. A través de la ventana, Marisol Cano, una pequeña pero incisiva mujer, empuñó la tarjeta que la identificaba como miembro de la familia Cano, propietaria del diario. El soldado no atendió. —Es increíble —exclamó llorando Marisol. —Duramos toda la semana pidiendo protección sin que nos oyeran, y ya cuando no hay para qué, ni siquiera nos dejan entrar. Su mirada fue tan fulminante que el soldadito nos abrió el paso. Desde ese momento la pesadilla se hizo realidad. A medida que íbamos avanzando podíamos ver los estragos de la detonación. Dejamos el automóvil en la parte trasera del diario o, mejor dicho, en lo que quedaba de él. Abriéndonos paso en medio de paredes derruidas y de cables eléctricos, que desgonzados levantaban chispas al tocar el suelo, parecíamos entrar a un campo minado. Los gemidos de los heridos y de las sirenas nos llevaron a un claro. La galería de los directores y la primera imprenta del periódico habían quedado despedazadas. Nos habían golpeado duro. A pocos metros, en medio de un mar de periodistas extranjeros que comenzaban a llegar, y de agentes de seguridad, se abría amenazante el inmenso cráter dejado por la bomba. En efecto, los narcotraficantes habían hecho estallar un camión-bomba con 120 kilos de dinamita. Carlos Junca, jefe de redacción de El Espectador, lo había detectado durante b noche desde su escritorio y había llamado a la Policía para informar sobre la presencia de un camión —

sospechoso. La respuesta de la Policía no fue de mayor alarma. —No pasa nada. Al parecer, tiene un problema eléctrico y se ha descompuesto —le dijo el oficial de turno. Junca no había quedado muy contento con la respuesta, sobre todo


to de Luis Carlos Galán la posibilidad de que se perpetrara un atentado cuando pudo ver que las luces del camión seguían encendidas. Sin emcontra el periódico estaba en boca de todo el mundo. Incluso había llebargo, estaba próxima la hora de cierre de la última edición de El Especgado a la sala de redacción una información según la cual el plan era tador y había que seguir trabajando. Junca archivó el episodio. bombardear las instalaciones de El Espectador a plena luz del día, en El misterioso camión pasó la noche al lado del periódico. Y a las 6 am, cuando el sol comenzaba a despuntar, cuatro hombres fornidos horas en que las 1.200 personas que en él laborábamos estuviéramos en su interior. Recuerdo que nos habíamos resistido a creer que un salieron de su interior y se dirigieron hacia uno de los kioscos situados atentado de estas dimensiones pudiera hacerse desde el aire. Pero, en a pocos metros para tomarse un tinto. Luego de tan magro desayuno el fondo, quienes deambulábamos por la redacción del periódico esa regresaron al camión y, entre los cuatro, lo empujaron hasta la entrada semana sabíamos que algo grande estaban preparando los principal del diario. El vigilante de El Espectador, quien no se apartaba narcotraficantes. Sin que fuéramos explícitos al respecto, muchos pede su radio transistor, una costumbre de vieja data entre los colombiariodistas estábamos esperando un golpe. Tal era el peso de la premonos, los vio venir e inmediatamente les cerró el paso. nición que yo no había podido escribir mi columna en varios días. Lo —No pueden entrar —les dijo autoritario. mismo le había sucedido a Juan Pablo, Luis Gabriel Cano, quien tras el Ellos insistieron, arguyendo que necesitaban arreglar el camión y asesinato de su hermano Guillermo se había convertido en la figura que con el fin de no congestionar el tráfico querían hacerlo en el patriarcal y, para muchos, en parqueadero de El Espectala voz de aliento en medio de dor. esas semanas de tensión. Eran las 6:30 am y a esa ASAS/A:11)(1 El. /)/RAY 'TOA' DE Presintiendo lo peor había llahora muchas personas salían EL ESPECTADOR mado a la Brigada del Ejército hacia sus trabajos. La mañana ; en Bogotá para pedir que se era soleada y en la zona indusEL ESPECTADOR '','-`.7" reforzara la débil protección trial de Bogotá, como era nor\\\,. rag1,1 que tenía el periódico. Sus llamal, los buses iban atestados madas no fueron respondide pasajeros, muchos de ellos —r ) Zél il:44.1 murrt• Jr .1 das. En esos días incluso hacolgados de sus puertas como ernIbkliitoll pt, •111,rilli • bía intentado adquirir, sin racimos humanos. Cuando la onnown... Triple tr.smnantr en In2.1nter, éxito, un seguro para el perióbomba explotó, ellos fueron los dico, pero tampoco había enprimeros en recibir la onda excontrado una aseguradora plosiva. dispuesta a hacerlo. Mirando el cráter que hasiWI...moLy.— , Vir Yo misma había estado el bía dejado la bomba me queDuelo en primera plana o el periodismo enfrentado con bombas miércoles de esa semana con dé medio paralizada. A pocos el general Maza, debido a que se esperaba en cualquier momento la exmetros, completamente en escombros, estaba el jardín infantil donde tradicion del primer colombiano a Estados Unidos desde cuando el goestudian los hijos de los empleados del periódico. Si la bomba hubiera bierno de Barco había aprobado este procedimiento y, de alguna maneestallado entre semana, y media hora después, los habría matado. ra, se presentía una represalia fuerte del narcotráfico. Milagrosamente, lo único que quedó en pie del jardín fue el altar de "Dígales a los Cano que 'se vayan temprano a sus casas y que no la Virgen. salgan de ellas, ya que en estos momentos estamos enviando al primer Juan Pablo y yo nos miramos. En medio de la destrucción, sentíamos algo de alivio. La semana que terminaba había sido infernal. Ocho extraditado en un avión de la DEA a Estados Unidos", me dijo Maza, condías después del asesinato de Luis Carlos Galán y de que el presidente firmándome la noticia sobre la extradición. adoptara las medidas de guerra, los narcotraficantes, bajo el nombre Le pregunté sobre la posibilidad de un atentado al periódico y él me de Los Extraditables, se habían dejado venir con un comunicado en el dijo: "Mire, María Jimena, yo creo que esta pelea es entre los cual declaraban la guerra total a la oligarquía y a todos los colombianos narcotraficantes y el gobierno". Sin embargo, aquella mañana la dura que se les opusieran. realidad nos decía que el anunciado atentado había llegado. Ese mismo día explotaron petardos en las sedes del Partido ConserProvistos de escobas, tratamos incansablemente de barrer, con una vador y del Nuevo Liberalismo, en Medellín. Tres días después, cuatro energía inusitada, como si quisiéramos borrar así tan dramático escebombas de mediano poder estallaron en las sucursales de los bancos nario. Vi pasar a un conductor del diario muy malherido. Un vidrio se Cafetero, del Estado, de Colombia y del Comercio, en Medellín. Fueron había insertado en su frente en el memento de la explosión. Un mensaincendiadas tres fincas de las cuales eran propietarios representantes jero se había quedado en el salón del archivo fotográfico y fue encontradel establishment local; las de Augusto López, presidente de la cerveza do casi al borde la muerte. Esto no parecía un periódico sino un campo Bavaria; Edgar Gutiérrez Castro, ex ministro de Estado, e Ignacio Vélez bombardeado. Los del departamento de publicidad improvisaban un espaEscobar, presidente del Directorio Conservador de Antioquia. Antes que cio para establecer qué había quedado en pie. Los trabajadores de la rotaterminara esa violenta jornada, 20 artefactos de 20 kilos de dinamita tiva limpiaban la máquina. La redacción levantaba cuidadosamente los vifueron desactivados en las instalaciones de las emisoras Radio Cadena drios y los escombros. Nacional (RCN) y Caracol, y se produjeron atentados terroristas contra De un momento a otro vi entrar a Fernando Cano, uno de nuestros restaurantes populares en Medellín, Bello e ltagüí. Según el DAS, Los directores. Su llegada causó más que sorpresa, ya que las amenazas lo Extraditables planeaban secuestrar esa semana a diez personalidades habían obligado a salir clandestinamente del país, junto con su hermano del sector público y privado del departamento de Antioquia, con el fin de Juan Guillermo. Lo que no sabíamos era que Fernando había vuelto a canjearlas por delincuentes capturados con orden de extradición. Se Colombia la noche del viernes y tenía previsto llegar por sorpresa ese día esperaba también un atentado contra el aeropuerto de Rionegro, al al periódico. A medida que Fernando se internaba en los escombros de la tiempo que aumentaban las amenazas a comerciantes influyentes sala de redacción, recordé, tal como si los tuviera-en una galería, a todos de Medellín. los que el periódico había perdido en esa batalla desigual contra el En Bogotá, la guerra —término que la gente usaba para referirse a narcotráfico. Guillermo Cano, asesinado; seis corresponsales muertos y, la situación— había sido menos ruidosa. No obstante, desde el asesinaantes que ocurriera el atentado al periódico, Héctor Giraldo Gálvez, el= 0111«•ri.•dt• 11.01.A ,11 M11%1111

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abogado del diario, quien tenía a su cargo la defensa en el caso judicial por el crimen del director, había sido asesinado hacía tan sólo dos meses. ¡Cómo nos había cambiado la vida! Podía imaginar que Fernando Cano se hacía la misma reflexión. Su humor y su andar descomplicado, que tanto habíamos añorado en su ausencia, habían desaparecido. A punta de golpes, su rostro habla abandonado esa ingenuidad refrescante que le conocía desde que estábamos en el colegio. No cruzamos una sola palabra. Sólo un fuerte y caluroso abrazo. Las lágrimas lo decían todo. A mi lado, Camilo Cano, hermano menor de Fernando, abrazaba cálidamente a su madre, Ana María. Catalana de nacimiento, había emigrado a este país huyendo de la dictadura franquista. Si existía alguien que conociera de violencia y destierro era ella. Sin embargo, nunca se imaginó el difícil destino que le depararía Colombia. Viuda y sin Guillermo Cano, su esposo asesinado, allí estaba ella, llorando sobre el hombro de su hijo Camilo, a sabiendas de que también podía perderlo a él. Su mirada fija en un punto era la mirada de un roble. Fue entonces cuando vino la indignación. Había una extraña energía en ese hormigueo de gente que no cesaba de ver qué se podía reconstruir de los escombros. Nadie había llamado a nadie y, sin embargo, trabajadores, periodistas, directores, todos estábamos allí. Era como si este edificio, derruido como estaba, fuera por el momento el lugar más seguro para calmar nuestro pavor. El narcotráfico, aparentemente tan poderoso, le temía a nuestra pluma. El periódico podía haber quedado destruido, pero no estaba derrotado. En ese momento escuché la voz veterana de José Salgar, otro de nuestros directores. trabajar... Hay que seguir adelante! Vamos a hacer un periódico con lo que tenemos. Dicho y hecho. La voz de este decano del periodismo colombiano, virtuoso en el arte de los titulares y de la gran chiva, nos sacó del sopor reflexivo en que ya empezábamos a caer. Nos recordó algo que muchos habíamos olvidado en medio de la tragedia. Que éramos periodistas y que debíamos emprender una de las más difíciles misiones de nuestra profesión: producir una noticia, en la que los protagonistas éramos los propios periodistas. Improvisamos una sala de redacción y nos pusimos a escribir. José Salgar había dicho la frase que tocaba: "Seguimos adelante". Y así, con ese titular, El Espectador logró imprimir una edición que salió de las entrañas. Por primera vez en una semana pude escribir. Lo mismo le sucedió a muchos de mis colegas. Algo en nosotros había cambiado drásticamente. El periodismo había dejado de ser una libertad civil para convertirse en un acto temerario. A los quince días, el consignatario del periódico en Medellín y la encargada de distribuir diariamente la edición en esa ciudad serían asesinados en momentos en que llegaban a su casa a almorzar. Inmediatamente, se recibió una llamada: "No queremos que el periódico circule en Medellín". Pese a las amenazas, por espacio de un mes hubo todavía personas a las que no les importaba seguir distribuyendo El Espectador. Tenían que hacerlo con protección militar. El cuadro no podía ser más lamentable para la libertad de expresión: un periódico que para poderse vender necesitaba rodearse del ejército. Después de un mes, la situación se hizo insostenible. Los Extraditables también volaron un busto de Guillermo Cano erigido en una plaza de Medellín. El periódico decidió cerrar allí sus oficinas y suspender sus envíos. En agosto de 1990, un año después, volvió a operar; sin

embargo, su circulación seria desde entonces prácticamente clandestina y seguiría prohibida en Envigado, el pueblo de Pablo Escobar.L Tomado del libro Crónica* que matan, con la autorización de Tercer Mundo Editores

Crónicas que matan es un testimonio y un documento —no exento de los altibajos del periodismo— que narra lo que le ocurrió a Colombia y a la autora cuando los múltiples factores de violencia pusieron al país en posición de jaque mate. Ella asegura tener conocimiento de causa de todo cuanto afirma, pero sus críticos señalan desaciertos en algunas interpretaciones, recargo de atención sobre unos hechos y ausencia de preocupación en torno a otros. "Reconozco que uno se queda

con ganas de decir muchas cosas, pero, en este caso, me tocó sacarme una espina del alma". 1 papel de María Jimena Duzán, como indagadora de la agitada situación colombiana, halla una explicación lógica en la historia de su propia familia, y en el destino que su padre y su hermana eligieron para tratar de entender —y explicarse— lo que les sucedía. Lucio Duzán se hizo célebre por sus escritos sobre las consecuencias del caos político de los años cuarenta y cincuenta, que él y su esposa sufrieron en carne propia. "A mi hermana y a mí", dice María Jimena, "nos tocó una Colombia más violenta, y por eso terminamos metiéndonos en temas mucho más escabrosos". Sylvia Duzán se especializó en los sicarios a sueldo de la mafia de la droga, y en las pandillas juveniles. María Jimena centralizó su atención, desde El Espectador, en la violencia rural exacerbada por la guerrilla y las organizaciones paramilitares, hasta deshilvanar su compleja madeja. "Fui descubriendo niveles y subniveles de un gran infierno", dice. "Y casi no lo creía cuando me encontré conque había un ejército paralelo al Ejército Nacional, con mercenarios extranjeros a bordo, muy bien financiados, cuyo objetivo era acabar con la amenaza izquierdista, matar ministros, procuradores, candidatos a la presidencia y simples campesinos". Entonces no había entrado a actuar aún la mafia de la droga que, cuando le tocó defender sus intereses, lo hizo a través de un flagelo nunca antes padecido por los colombianos: el terrorismo a gran escala.

El arriesgado trabajo de los reporteros de El Espectador, en sus denuncias sobre la injusticia y el delito, siempre contó con el apoyo total de su director, Guillermo Cano. Su consigna era decir la verdad a cualquier precio. En el panorama periodístico colombiano, El Espectador ha sido clasificado como uno de los principales órganos del esta-

blishment, aunque el único en darse el lujo de disentir. Según Duzán, una insider en dichos asuntos, el diario es una especie de "hermano irreverente", al que todo se le permite. A mediados de los años ochenta, cuando los abusos y la corrupción en empresas

públicas y privadas activaron las alarmas nacionales, Cano y su diario señalaron con el dedo a los responsables. Primero, El Espectador destapó los desfalcos financieros y luego los

atropellos sufridos por la población civil ante el

resurgimiento de la actividad subversiva a finales de los setenta. El periódico pagó su precio: los grupos económicos que se sintieron aludidos le retiraron la pauta publicitaria y causaron recortes en espacio y cubrimiento. Y el gobierno les puso talanqueras. "Hasta ese momento, éramos la voz y la conciencia de la

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población civil, y se nos aplaudía", dice Duzán. Pero cuando los narcotraficantes irrumpieron con arrogancia en el panorama político, social y económico, y Cano quiso ponerlos en cintura, "no resistieron el reto, y entonces lo mataron". Desde el asesinato del director de El Espectador, la actividad periodística ha sufrido bruscos reveses. Los reporteros se convirtieron en soldados de la guerra, y no en testigos imparciales. "En esas circunstancias", dice Duzán, "el peso de cada palabra se hizo demoledor, y comenzó a caérsenos el pelo y a darnos úlcera". Aun así, el periódico, apoyado ya por el resto de la prensa colombiana, continuó con la cruzada, hasta que el 2 de septiembre de 1989 una poderosa bomba dejó sus instalaciones casi en rui-

Duzán en un campamento del M-19; Pizarro al fondo Marta Jimena Duzán y Gabriel García Marquez, a ritmo de vallenato

Desde el asesinato del director de El Espectador, los reporteros se convirtieron en soldados de guerra. "El peso de cada palabra se hizo demoledor, y comenzó a caérsenos el pelo y a darnos úlcera"

nas. "Fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos en un camino sin regreso".

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pañeros de universidad, conforman lo que en Colombia se conoce con el apelativo del "kinder de Gaviria", hombres y mujeres educados en elexterior, sin parcelas políticas, con una visión esperanzada del país, pero muchos divorciados de la dura realidad nacional. Sin embargo, Duzán habla de un fenómeno generacional, caracterizado por la recuperación de la confianza en las instituciones, en las bondades de la democracia, y en el futuro colombiano.. "Yo creo que ha llegado la hora de tomar las riendas de una manera directa y sin tantos hilos burocráticos", dice. Pero son muchos los que creen que esas manifestaciones son meras fiebres de juventud. Se apaciguarán, piensan, cuando Ile-

l presidente César Gaviria Trujillo ha manejado el asunto del narcoterrorismo con una mezcla de aciertos y torpezas. Si bien logró frenar los atentados indiscriminados de principios de los noventa, luego falló en la vigilancia del centro de reclusión donde se hallaba Pablo Escobar Gaviria —el capo de todos los capos—, hasta llegar, incluso, a crear las condiciones para facilitar su huida. Ahora ha vuelto a dar látigo con su política de multimillonarias recompensas, pero tiene que taparse la cara cuando el perseguido y cercado Escobar lanza sus explosivos coletazos de desesperación. En todo caso, Duzán ha predecido que el final de Escobar es un hecho. Entonces, dice, hay que aprovechar la presencia de jóvenes e influyentes tenócratas en el alto gobierno para dar la batalla por la restauración nacional. Esos noveles funcionarios, sus amigos personales y ex com-

guen las canas y las ganas de proteger intereses personales. Duzán rechaza esa crítica, y manifiesta que, en su caso, sigue siendo, como buena Sagitario, dueña de fogosas convicciones. Y es curioso observar que tanto en el alto gobierno como en el periodismo las mujeres han sido on la actual administración las encargadas de lidiar con problemas tan serios como la situación de Medellín o la limpieza del corrupto sistema del seguro social. Específicamente en el campo del periodismo investigativo, los libros más sobresalientes sobre la violencia reciente —toma del Palacio de Justicia, actividad guerrillera, amenaza del paramilitarismo y el narcotráfico— también han sido escritos por mujeres. "Lo que yo creo es que de nosotras no se espera ninguna racionalidad, sino puro sentimiento. Y quizás por eso no tenemos los rasgos tan masculinos como la inacción, el temor y el conformismo", desliza Duzán. "Nosotras arriesgamos más porque somos capaces de dar vida; ellos, no". _ Por veraz o injusta que parezca esa apreciación, en la Colombia de hoy María Jimena Duzán no se aleja demasiado de ese hecho irrefutable.

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El partido que se

gestara en una lavandería

—la fenecida ligarte—, al cabo de

para Su

47 años

primer gran cisma,

esterilizado de doctrinas,

ideológica hecha polvo

sucios

y un

se prepara

paradójicamente,

con la

brújula

saco detrapos

que descosen la familia. A la víspera de la

próxima confrontación interna

y con el

Francesca Cordido

padre pastoreando otras ovejas, Copei se solaza en la sustituir

el ya

empero,

posibilidad real de

largo decenio adeco ABRIL 1993 EXCESO

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nunca— le recibió en el jardín. Con la cortesía de otros tiempos, le extendió la mano y amablemente preguntó por su salud. Una tensa calma arropó a los dos hombres y el silencio sobrevino. Los labios que tantos discursos pronunciaran a lo largo de toda una vida dedicada a las lides políticas no emitieron una sílaba más. Había pasado a la reserva. La esperada invitación a entrar en la residencia, donde antaño juntos fraguaran ascensos, expulsiones y planes, nunca llegó. Con el triunfo transformado en desazón —un amago de remordimiento, tal vez—, el candidato elegido a vítores para representar a Copei en la refriega del 88 abandonó el umbral que nunca más habría de traspasar, al menos en calidad de hijo predilecto. La victoria en los primeros comicios internos precandidaturales desde la fundación del Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei) era la cúspide de un largo camino preñado de ambición, infidelidades y triquiñuelas, en cuyo tránsito fueron muchos los que perdieron, y otros los que desdeñaron, la gracia del que fuera su ángel tutelar. Todo comenzó en lejana fecha, cuando con dedo de Zeus el ex presidente tocaCaldera: engominado ra a Fernández, escogiéndesde la infancia

quel la noche de octubre de 1987, la garra de El Tigre despedazó de un zarpazo 51 años de militancia, dirigencia y aspiraciones presidenciales. Exultante de triunfo y rezumando satisfacción por todos los poros, Eduardo Fernández se presentó, como tantas otras veces, ante las puertas de Tinajero. Horas antes, con la estridencia de las humillantes chiflas vibrando en sus oídos, empujado por la turba que lo abucheaba sin clemencia, el por siempre patriarca de la casa verde, Rafael Caldera, había abandonado, con la frente en alto, eso sí, el atestado recinto del Poliedro. El espectáculo era gratis y tuvo un lleno total. El delfín, que había sido formado a la imagen y semejanza del pater familia de Copei, no desmentía el ansia de poder que su mentor político le había inculcado desde su más tierna infancia partidista y, como Brutus, asestaba la puñalada de gracia al César. ¡El rey ha muerto! ¡Viva el rey! Ante la puerta que siempre se abriera para él con afecto, Fernández esperó. El viejo líder —en esa mala hora más avejentado que

Fernández, un delfín que sacaría las uñas

Copal 1967: Herrera Camp(ns, Tamayo Gascue, Aguilar, Pérez Díaz y Acevedo Amaya SO

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Años más tarde, Justificando lo que fue calificado como traición, el Tigre deslizó: "Copel no fue creado como una pulpería"

dolo entre sus tres retoños —Oswaldo Alvarez Paz, José Curiel y el propio Fernández— como su heredero y lo transformara, por obra y gracia de su designación divina, en el líder por venir sobre el cual posarían sus esperanzados ojos los copeyanos. Nunca podría adivinar el dirigente yaracuyano que su Luzbel reproduciría fielmente las escrituras e intentaría, como el bello ángel a Dios, derrocarlo. Pero, como diría el mismo Tigre años más tarde, justificando lo que fue sin ambages calificado como una traición: "Copei no fue creado como una pulpería"; ni él se considera el hijo que reúne a los accionistas de la empresa creada por su padre para destituirlo. Los pinitos de Fernández en el ascenso a la máxima jerarquía partidista estuvieron signados no sólo por el amparo del fundador sino por la zancadilla electoral. Año 1979. El fragor de la contienda interna enardecía y hacía florecer a los militantes. Tres candidatos competían en la carrera por la secretaría general del partido: Pedro Pablo Aguilar, secretario saliente que aspiraba a la reelección; Abdón Vivas Terán, el catire tachirense destituido más de una década antes de la secretaría juvenil por decisión de Caldera, y Eduardo Fernández, el único caraqueño de la partida, que además ostentaba para ese momento una ficha sin tacha en las filas calderistas. Se abrieron las compuertas. Rápidamente Pedro Pablo quedó varias narices rezagado mientras los otros dos contendores iban cabeza a cabeza. Diría Vivas Terán, lleno de confianza al introducir su voto no tan secreto en la sede del comité zonal N° 4 de Copei, en la calle Ecuador de Catia: "Voy a ganar en la segunda vuelta", porque para triunfar absolutamente en la primera ronda de la convención nacional "se requiere el 50 más uno por ciento de los votos y ningún candidato está en condiciones de obtener ese resultado". Al iniciarse el proceso, cuando Vivas Terán contaba con una segura victoria, unas listas inesperadas vinieron a alterar no sólo su paz sino también las nóminas de votantes de Copei. El resultado final favoreció a Eduardo Fernández; aún detenta el cargo aunque ahora, en virtud de sus actuales aspiracio-


nes presidenciales, dejó en su puesto a su compañero de camino, José Curiel. Sin duda, la secretaría general del partido sería para Fernández un trampolín a la fama, cuna de su mutación de araguato en Tigre que bautizó Luis Alberto Machado, y un seguro instrumento de férreo ejercicio del mando. Su liderazgo deveniría mano estalinista y, como el soviético bigotudo, apartaría de su vera a todo aquel que supusiera un obstáculo, aun cuando éste fuera nada más y nada menos que su protector. El año decisivo fue 1987. El memorable período lusinchista tocaba fin y comenzaba a desplegarse el abanico de presidenciables. La brecha generacional se trastocó en abismo insalvable. La banda presidencial era una tentadora manzana y el gusanillo del deseo comenzó a tomar cuerpo hasta convertirse en una boa que asfixiaba con sus urgencias al hombre de la nariz roja. La decisión estaba tomada, el secretario general anunció que el candidato de Copei sería el que el partido eligiera en una competencia interna. Por primera vez el señalado no sería seleccionado a dedo por el directorio nacional; se llamaba a la base a participar en la decisión. "Es un proceso para democratizar la estructura interna de la organización", se argumentaría. En realidad, se trataba de una jugada para evitar que por enésima vez la efigie de Caldera apareciera en el tarjetón del Consejo Supremo Electoral. Era también la única manera de que la maquinaria, en manos de la secretaría general, derrotara a la tradición y a la autoridad del pastor fundador, quien como su contendor adeco, Carlos Andrés Pérez, deseaba aspirar a un segundo paseo por las arenas de Miraflores. Había llegado la hora anunciada por el opusdeísta y casto José Rodríguez 'turbe en un célebre discurso pronunciado en 1963, en ocasión de proclamar a Eduardo como secretario juvenil. Sudando a chorros por el calor marabino, quien hizo votos para no ayuntarse jamás con hembra alguna alertó, con su contundencia de siempre, que 1988 era la oportunidad para la generación del 58. A Fotografías: Archivos del Bloque De Armas y de El Universal

pies juntillas Fernández y su combo tomarían sus palabras. Sin pensarlo, el ahora cincuentón se transformaría en ideólogo de la ambición de sus compañeros de generación. Con el congreso ideológico juvenil, en julio, sonó el gong. Y comenzó el primer round de una larga pelea en la que los golpes bajos parecían la norma. El primer gancho fue directo al estómago, para desinflar la autoestima del máximo líder. Caldera no fue invitado al acto de apertura en la Sala Plenaria de Parque Central; en su lugar, Eduardo Fernández, secretario general. La presencia del fundador de Copei se había reservado para la clausura, convocada en la Sala 1, y a la cual se ordenó a la militancia eduardista no asistir. "Es decir, se pretendía hacer el evento en una sala más pequeña y que además estuviera vacía", resiente un convencido seguidor del dirigente yaracuyano. El vía crucis del señor de la gomina, que culminaría en Tinajero con la fría acogida que le diera a Fernández tras el espectáculo del Poliedro—construcción popommente inaugurada por el propio Caldera, para

más bochorno—, tuvo otras estaciones. La comisión electoral del partido se erigió en junta inquisidora que condenó a la hoguera diez de las once mil planillas presentadas por el calderismo para las curules parlamentarias, de concejales y demás cargos dentro del partido; de las diez mil recogidas por los partidarios de Fernández fueron aprobadas nueve mil. ¡Golpe bajo! En la senda, no encontraría Caldera una Magdalena dispuesta a limpiarle el rostro, mas sí un Judas inesperado, que tras el fragor de la batalla daría sus primeros pasos para abandonar su vera. ¿Sorpresa, desencanto, rabia? Es difícil descifrar el sentimiento que invadió al patriarca copeyano al enterarse de su supuesta salida de la reserva y su incorporación a la campaña de Eduardo Fernández, tal como lo había anunciado con chillona voz el ahora presidente de Copei, Hilarión Cardozo. En cualquier caso, como bien lo dice la doctrina católica, también se peca por omisión y el silencio del fundador contribuyó a crear falsas expectativas en la base calderista que entusiasmada se presentó a la Sala Plenaria de Parque Central. En la emoción que embargaba a los concurrentes, la El gobernador del Zulia, permeabilidad de las clases un muchacho regordete sociales era una realidad.

También se peca por omisión, y el silencio del fundador contribuyó a crear falsas expectativas en la base calderista

1966, el Directorio Nacional

La banda presidencial, ¡por fin!

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El obrero, el intelectual y el ejecutivo, todos ahí, comulgaban con un solo deseo: ver al guía espiritual de Copei incorporarse a la campaña de su hijo político en aras de la unidad partidista. Las horas transcurrían y Caldera no llegaba. La espera se hacía interminable. Por fin, Cardozo se decidió a desengañar a los congregados. "Caramba, extraño que no haya venido, él no ha podido venir hoy, vendrá después". Un revés intencionado que dañaría lastimosamente la credibilidad del maestro. Cardozo había cumplido su traicionero papel, llevando a cabo la misión encomendada. La guinda que coronaría el amargo pastel sería endosar a Caldera el fracaso electoral de 1988.

diputado Oscar Yánez. Los pilotes que sostendrían la estructura ideológica serían los pensadores cristianos europeos, y la aristocracia vernácula de incólume formación religiosa se sentiría reflejada en esa novel opción. Los partidos de izquierda, AD y el Partido Comunista, no perderían tiempo en dar el remoquete de fascitas y reaccionarios a los militantes verdes. Pronto aprenderían los copeyanos que habrían de defender sus ideas con uñas y dientes, literalmente hablando. El Nuevo Circo de Caracas estaba a reventar. El calor hacía sudar a las emperifolladas damas y el aroma de caros perfumes se mezclaba indecorosamente con el rancio y pegajoso olor del sudor, hiriendo sensibles olfatos. Al influjo del sol destellaban los adornos. Bellos zarcillos, broches, collares, alfileres de corbata, mancuernas. La mantuanidad se había engalando para escuchar a sus nuevos líderes. "Entonces, las hordas rojas pretendieron acabar con el partido a sangre y fuego", recuerda Yánez.

El partido ocuparía en el corazón de sus militantes el lugar del matrimonio: no permite Infidelidades, aunque sólo sean pecado veniales

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acido en 1946, en el edificio donde funcionaba la lavandería Ugarte, Cruz a Candilito, frente a la plaza Candelaria, Copei supuso para ese momento un tercer camino entre los herederos del gomecismo y la izquierda, "representada en aquella fecha por Acción Democrática, que tenía respaldo popular y cuyo objetivo era convertir a Venezuela en un nuevo México, un país de un solo partido", relata el

Cardozo: sus detractores lo comparan con Judas Iscariote

Herrera Campins, pudo ser avanzado

Peleando por la reelección

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Irrumpieron en la arena del Nuevo Circo. Volaron los puños y se inició la tradición de los cabillazos. Las gradas quedaron sembradas de costosas pieles. Las tímidas damiselas se transformaron en furiosas leonas y más de uno se llevó a casa la marca de unas uñas como recuerdo. "Yo diría que eso contribuyó a formar a Copei, porque eso le demostró a la clase alta y la clase media venezolanas que tenía que defender sus intereses si quería subsistir", remata. Y así fue. La disciplina, aunada a un profundo sentimiento de catolicismo practicante, pletórico de prejuicios y moralismo retrógrado, se transformó en la mejor arma defensiva de los neonatos socialcristianos. Como una enredadera, la obediencia trastocada en dogma se fortaleció para convertirse, años más tarde, en asidero y propulsor del ala conservadora y, en paralelo, en la soga que ahorcaría a quienes osaran transgedirla. El partido ocuparía en el corazón de sus militantes el lugar del matrimonio. Afiliarse a Copei sería, en la mejor tónica mística, rayana en el fanatismo, unirse a él en sagrado vínculo conyugal, que no permite infidelidades o faltas de pensamiento, palabra, obra u omisión. Aunque sean sólo pecadillos veniales. Acariciar tan sólo la idea de observar otras corrientes de pensamiento, distintas al socialcristianismo ortodoxo, basado en el Evangelio y las encíclicas sociales, sería poco menos que ayuntar con el demonio. De ello daría cuenta años después un grupo de jóvenes copeyanos de la generación del 58. Tras el derrocamiento de Isaías Medina Angarita, transcurría tensamente apacible 1946. Al calor del trópico, Rómulo Betancourt ejercía la jefatura de Estado. Copei, en la figura de Rafael Caldera como Procurador General de la República, formaba parte del gobierno de la Junta Revolucionaria. Un anécdota relatada por Oscar Yánez en su libro Amores de última página ilustra el sentido de disciplina copeyana. Caía la noche del 13 de abril. Por primera vez Caldera se aprestaba a dar un mitin en San Cristóbal, tierra de hombres embraguetados que no creían en patiquines engominados. Entretanto, en la capital, el secretario general de Copei, José Antonio Pérez Díaz —campeón de bowling para ese


momento, y quien solía decir entre strike y strike, que no hay cosa más bella en la vida que ver a una mujer desnuda, sólo ataviada con unas braguillas negras— estaba casándose con María Cristina Osuna. Antes del mitin en los predios de Gómez, el procurador era allí un visitante ilustre; durante el acto, un líder, y después, gracias a la torpeza de los adecos que irrumpieron en la concentración a cabillazos, salió como jefe de los Andes. Durante su discurso anunció su salida del gobierno en señal de protesta. Mientras, entre el arroz y los abrazos de despedida, justo antes de montarse en el carro que los llevaría al Hotel Waldorf, Pérez Díaz escuchaba que Pausolino Pérez Díaz le llamaba: "¡José -Antonio, agarra ahí!". Un paquetico que abriría luego para descubrir una hermosa pieza de ropa interior femenina, de su color favorito. En medio de los primeros escarceos que preceden al amor, el timbre del teléfono rompió la intimidad. Era Pausolino, quien llamaba no para .gastar otra broma sino para avisar lo sucedido en Táchira. La prenda negra quedaría en el olvido, al menos durante esa velada. A toda prisa Pérez Díaz salió disparado para la casa nacional de Copei y dejó a la novia "vestida y alborotada". No apareció hasta el otro día. "Entonces", señala Yánez, "la historia de las pantaletas negras es un símbolo de la disciplina copeyana". Dios y el partido por sobre todas las cosas.

Del seno de los araguatos llamados así porque, al Igual que el simio del mismo nombre, son pequeños y mansos— saldrían los dilectos del líder

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aos, efervescencia, revolución, marcaron los años sesenta. Copei no escapó al sino del instante y sus filas juveniles fueron escenario de fuertes batallas ideológicas que causarían bajas en la vanguardia partidista. Araguatos, avanzados y astronautas, así clasificarían a las diferentes tendencias nacidas en ala más jojota del partido, haciendo referencia a las características que los distinguían. La paternidad de los nombres fue atribuida, por algunos, a un periodista de filiación avanzada, mientras otros achacarían la clasificación al dirigente más folclórico de Copei: Luis Herrera Campíns. Cómodo aunque distante se movía Caldera entre los araguatos, cuya mejor y más preciada definición, según Joaquín Marta Fotografías: Archivos del Bloque De Armas y de El Universal

Y en la Luna, los astronautas, que estaban más allá del bien y de Copei. Más idealistas que pragmáticos, ávidos lectores y sólidos exponentes de la ideología cristiana, eran los más radicales. Contra ellos, el arma de la disciplina sería utilizada sin recato por Caldera, para quien a finales de la década, cuando se agudiza la crisis interna de la juventud copeyana,"era fundamental demostrar un liderazgo muy fuerte, pues tenía en puerta unas elecciones", apunta Dinorah Carnevalli, autora del libro Araguatos, Avanzados y Astronautas. Copei: conflicto ideológico y crisis política en los años sesenta, La postura de los astronautas sería la más difícil dentro del Copei de los sesenta. Su adicción al debate ideológico y su admiración por Camilo Torres, el cura guerrillero colombiano, les llevaría a enfrentar en la arena intelectual a los comunistas y, en la polémica, gotas de marxismo permearían su fe socialcristiana. Nunca les perdonaría la dirigencia copeyana este deliz, justo en el momento en que más acérrima era la lucha contra todo aquello que pudiera tener matices rojizos. Milagro González, Convencidos de su prola tigresa pio carácter mesiánico, muchos astronautas llegaron a los límites, como señala Gustavo Martín —astrona uta— en el libro de Carnevalli: "Hubo posiciones extremas, exageradas entre los astronautas, como la de flagelarse en señal de autocastigo. (...) Se hacían juicios donde se acusaban desviaciones burguesas. Hasta la idea de divorciarnos la contemplábamos, pues nuestras esposas nos estaban influyendo negativamente en nuestra con-

Sosa, antiguo astronauta, "era ser calderistas". Del seno de los araguatos, llamados así porque los animalitos en cuestión son monos pequeños y mansos que no crecen nunca, saldrían los dilectos, del líder. Su pragmatismo y vocación de mando, imbuida y robustecida por la actitud y las enseñanzas de su gurú, serían el signo distintivo de este sector. Doctrinarios hasta la médula, era impensable que un araguato desacatara una orden de la dirección general del partido. A caballo entre el idealismo, la formación ideológica y la ambición de poder de todo político, transitaban los avanzados, quienes verían en Rodolfo José Cárdenas, Luis Herrera Campíns y Pedro Pablo Aguilar, entre otros, los líderes a seguir. Su interés por el debate les haría explorar nuevas propuestas, aunque sin adentrarse en posiciones radicales. Era importante mantenerse dentro de la disciplina para ascender en la escalera que lleva al poder.

Oscar Yánez, cuenta cuentos verdes

Calderón Berti legitima a Fernández

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ducta revolucionaria. La actitud era de sacrificio total". Mas, el sacrifico no era suficiente si no estaba ceñido a lo que dictaba la dirección del partido. La norma no podía desacatarse y los astronautas incurrieron en rebeldía, error que les costaría la militancia. A excepción de Marta Sosa, los principales líderes del sector astronauta, Rafael Iribarren, Saúl Rivas y Oliver Belisario, serían expulsados de Copei por decisión expresa de Caldera sin ser pasados por el tribunal disciplinario y sin darles la oportunidad de defenderse. En la otra banda, los araguatos, fieles a Caldera seguían ciegamente sus directrices y su influencia se dejaba sentir hasta en la vida privada. Cuando éste decidió destituir a Abdón Vivas Terán de la secretaría juvenil de Copei, para la que había sido electo por la convención juvenil, Oswaldo Alvarez Paz fue el señalado como su sucesor. El recién graduado abogado comenzaba a ejercer una exitosa carrera en su Zulia natal y se ocupaba de su madre y de los negocios familiares.

Para él, más que un favor, era un fastidio tener que trasladarse a Caracas para asumir el nuevo rol. Además, consideraba que era una falta de respeto que alguien —en este caso Caldera— hubiese decidido por él. Ante las dudas y la indignación de Oswaldo, el padre político, en un acto sublime de manipulación, lo enfrentó diciéndole: "Oswaldo, en la vida se presentan momentos en que cuesta tomar decisiones, pero oportunidades no se presentan todos los días. ¿Tú tienes miedo o tienes cojones?". Por supuesto, afirma el maracucho, "ante ese cuestionamiento, acepté". Pragmatismo y disciplina se impondrían en todos los estratos de la vida de Copei. La obsesión por el coroto, nutrida siempre por el ejemplo soberbio del eterno aspirante a la Presidencia, junto a la expulsión de los cuadros juveniles formados ideológicamente, explica, en parte, la declinación moral de Copei y la traición de que sería objeto el propio Caldera. "Una vez que del partido salen los grupos astronautas, los grupos de izquierda cristiana, y los sectores avanzados van disminuyendo su perfil ideológico, sobre todo durante el gobierno de Luis Herrera, la organización quedó lavada de doctrina y cada astronauta quien comenzó a operar en sus filas como si de una

Caldera le espetó: "Oswaldo, oportunidades no se presentan todos los días. ¿Tú tienes miedo o tienes cojones?"

Marta Sosa, un

Pedro Pablo Aguilar salió de Trujillo para Copei

Lorenzo Fernández no representaría obstáculo para el hombre que Iba de frente dando la cara S4

EXCESO ABRIL 1993

simple máquina de distribuir poder se tratara. Entonces, planteado el problema en esos términos ya no hay enemigos del calderismo, ya no hay sesgos o pecados ideológicos, lo único que queda por disputar es el poder", explica Joaquín Marta Sosa. Por su parte, Dinorah Carnevalli apunta que Caldera formó a sus discípulos a su imagen y semejanza, "él los preparó de una manera y ellos actúan de esa misma forma. Se le van a parar adelante a quien se les ponga, incluso si el que se les atraviesa es él mismo". Así, no toda la culpa es del pupilo, el maestro también tiene su cuota.

M

iraflores se prepara para recibir en el 94 a un nuevo inquilino y puertas adentro, en Copei, las primarias no parecieran representar mayor dolor de cabeza para el emulador de Bill Clinton. Tanto imita el Tigre al nuevo presidente estadounidense que no se conforma con copiarle las camisitas arremangadas y el discurso a medio camino entre neoliberal y populista, sino que también le plagia hasta los rumores sobre la inmensa ascendencia que sobre él tiene su esposa. No aparece sin ella en ninguna parte y se dice que quien en realidad lleva los pantalones es la dama de triste figura. Pero, la verdad sea dicha, también se corre por los pasillos de la casa verde que la fuente del poder de Marisabel Reyna radica en el complejo de culpa que ella despierta en el precandidato, debido, según se cuenta, a su debilidad por las faldas... ajenas. Como pueblo chiquito, Copei es un infierno grande donde nadie escapa a la maledicencia y el ex delfín no goza de la reputación de esposo intachable que posee su antiguo tutor (en cuyo average, sólo un débil rumor: Liana Cortijos). Por el contrario, le han endilgado, aunque a sotto vote, tiernas atenciones hacia otras damas de la alcurnia verde, entre ellas la tigresa Milagro, viuda de González, y su actual jefa de prensa Elena Block. Pero, al parecer ninguna de estas dos señoras goza ya de los favores del hombre de afiladas garras, ya que recientemente se le ha visto en romántica postura con otra fémina de trigueña tez. ¡Qué desilusión la del padre que ve cómo todos sus hijos tuercen la senda! En fin, que por si fuera poco con los desmanes


políticos y conyugales del putativo Fernández, Caldera debe soportar que en su propia casa su susurrada castidad de 30 años se vea opacada por las correrías de su sanguíneo Andrés. Amante de la belleza, el menor de los Caldera Pietri hace y deshace entre misses y veinteañeras de alta cuna. Un hombre que adora jugar con muñecas. Como sea, aprieta el tiempo y las primarias ya están en puertas: fecha, el 25 de abril, un día escogido no al desgaire. En principio, sólo Fernández y Calderón Berti se disputaban el honor de entrar en la competencia por la postulación a la Presidencia. El primero, con todas las de ganar, no podría permitirse el lujo de que se le considerara como un dictador que imponía su nombre para el tarjetón. El segundo, vendría a legitimar, con su participación en la ronda interna, la selección indiscutible del primero. Ninguno de los dos contaría con que, una vez más y esta vez sin proponérselo, el viejo líder aún potente y, de acuerdo con las encuestas, vigente, les desbarataría el plan, en principio simple y maquiavélicamente fraguado. Rechazado y menospreciado como opción electoral dentro del partido que fundara, alimentara y nutriera con su presencia y constante dedicación, hasta que su soberbia y orgullo se vieran lacerados por la ambición de su heredero político y el triunfo de éste en el ya lejano 1987, Caldera decidió en esta ocasión no aventurarse en las oscuras y traicioneras aguas de una elección interna y prefirió lanzar su candidatura extrapartido con el apoyo del MAS. Sólo esto sería necesario para que, bajo el ardiente sol marabino, el gobernador del Zulia asiera finalmente la idea que ya desde hacía algún tiempo venía acariciando: competir en el congreso electoral de Copei y optar a la candidatura presidencial. Reiteradamente habría dicho Oswaldo Alvarez Paz que si Caldera anunciaba sus aspiraciones dentro del partido, él lo apoyaría. Al no estar el líder fundador en la carrera, no sentiría remordimientos y jugaría a ser el batacazo. Entonces, el cuadro ya no se presenta tan fácil para el secretario general de Copei. De los tres precandidatos el único sin ninguna experiencia en las lides gerenci ales es él. Además, Fernández enfrenta un serio Fotografías: Archivos del Bloque De Armas y de El Universal

Al decir del Búfalo Díaz Brumal/ refiriéndose a la credibilidad del Misal] problema de Eduardo es que tiene la nariz roja y no bebe"

problema. Diría en cierta nal. Hasta la una de la madrugada Rafael Salvatierra, ocasión el Búfalo Leopoldo Díaz Bruzual, refiriéndose Luis Enrique Oberto y Milagro de González —todos a la credibilidad del Tigre: eduardistas— estaban fue"El problema de Eduardo ra del organismo partidises que tiene nariz de borrata. Después de la oscurana, cho y no bebe". Con unas el desarrollo de los escrutiprimarias abiertas, el esponios cambió misteriosamenso de la matemático pura te y entraron en el comité no podía darse el lujo de todos los que parecía iban a que concurrieran los nuequedar fuera. vos votantes, ávidos de heLa posibilidad de un rechos y no de palabras. Así pentino sobresalto, sin emque celebrar las internas en abril, en lugar de agosto, era la mejor bargo, no se descarta. Aunque Caldera no decisión, ya que como se vota por las listas participará en los comicios intrapartido, del Consejo Supremo Electoral, todos aque- tampoco carece de maquinaria como quiellos electores que hubieran obtenido su ren hacer ver sus detractores y puede que mayoría de edad entre diciembre y abril de una C mayúscula tres veces repetida, Coneste año no podrían engordar las urnas vergencia Con Caldera, dé la sorpresa en el verdes. A veces tener en las manos la cartón del próximo diciembre. Para mayor maquinaria y las finanzas del partido no es información, favor dirigirse al Consejo suficiente, hay que recurrir a la astucia. Supremo Electoral. L. Todo parece indicar que la suerte está echada. Eduardo controla la base, la maquinaria y el dinero. Los manejos electorales internos de la tolda socialcristiana son casi tan sombríos con los del Consejo Supremo Electoral: en la convención nacional en la que se escogió al actual comité nacional, un apagón, en el que al parecer ni Cadafe ni la Electricidad de Caracas tuvieron nada que ver, decidió el resultado fi- Fernández, Aguilar, Caldera, La Riva Araujo, ¡bello grupo!

Marisabel de Fernández: al que se porte mal, le cae

Dinorah Carnevalli, autora del libro en cuestión ABRIL 1993 EXCESO

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grama de payasos que, en su estilo, fue transmitido, con estruendosa resonancia, en el resto de los países latinoamericanos. Entonces, buscando fortalecer sus triunfos, se arriesgó a la confrontación con su popularidad y, en el año 1973 —ya era una estrella—, llegó a Venezuela, opción que toma entusiasmado por la opinión de algunos de sus colegas que consideraban muy fértiles las condiciones de este mercado, no sólo por la excelente receptividad que aquí había alcanzado su personaje sino también por la escasa competencia. En el panorama de la televisión venezolana sólo había hecho su aparición Popy hasta ese momento, y con la única finalidad de presentar —plano cerrado, sin más— el programa de Cepillín que se transmitía en Venezuela gracias a la magia del video tape.

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in embargo, fue en esta supuesta tierra de gracia donde se iría desencadenando cada una de las catástrofes que, según da cuenta en su testimonio, lo llevaron al declive de lo que prometía ser

mando cada vez nuevas piedras de tranca. Porque luego del engorroso asunto de los giros robados, empezaron a reventar algunas otras situaciones ilícitas. Golpeado, se refiere a la pérdida de tres millones de bolívares y la misteriosa desaparición de un lote grande de discos que debió haber sido distribuido y vendido en todas las discotiendas del país, y jamás llegó a los anaqueles, y mucho menos las ganancias a sus bolsillos. Kalimán, que deambula monosilábico con una pronunciación de trapo por el camino de un relato que no se preocupa en narrar con demasiada exactitud,

vender los obsequios que unos carricitos le habían llevado de regalo. Fue gracias al éxito de mi programa que él logró proyectarse, pero su falta de gratitud lo impulsó a cometer desleales atropellos contra mí, logrando finalmente sacar a Cepillín de la televisión".

Popy le quitó el puesto

Cepillín, cuando los dientes se cepillaban hacia arriba

E

o o o

c 2.

"A Diony López no le gustaban los niños. Detrás de las cámaras les gritaba" una carrera sellada por el éxito comercial y la gloria. Hoy en día, Cepillín es para Ricardo González la nostalgia de un recuerdo amargo y Kalimán, el relato gráfico de una historia contada en reversa y sufrida sin antídoto ni puntos intermedios. El pedestal que lo acercaba a la consagración deslendió —sorpresiva o premeditadamente—, hasta el zócalo del olvido. Antes de radicarse definitivamente en Venezuela, para empezar a negociar la realización del nuevo programa que tenía en mente, había visitado el país ya en una ocasión, por problemas con los pa-

se empeña también en vincular a Popy, su rival venezolano, con sucias acciones y artimañas de tal magnitud que habrían conseguido desplazar poco a poco a Cepillín de la pantalla hasta que, en el año 1976, queda finalmente fuera del aire, añadiendo a esta satírica historia de delitos y arlequines otro cabo suelto. Cuando Ricardo González llegó a Venezuela, Popy y él ya se conocían: ambos, en sus inicios, habían actuado en Conneyáguila. "Popy tenía un pequeño espectáculo a dúo con su hermano, pero no prometieron nada demasiado bueno. No tenían carisma y, para divertir a un

gos que rajá por derechos del mismo.

Falta en sus declaraciones ese tono de rabia que obliga a fruncir el entrecejo y a levantar el tono de la voz. Kalimán —aún sin pruebas— es capaz de hacer responsable a Popy de sus fracasos sin alterarse y, mientras continúa ahondando en su memoria, mezcla con la apenas esbozada idea —el limbo de sus recuerdos parece salpicado de lagunas—, un nuevo dato: los tres hermanos argentinos de apellido Succo, a cargo de quienes estaba la producción de los programas Fantástico y La feria de alegría. Con ellos sostendría negociaciones para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto de su nuevo programa en el patio, pero las condiciones que le ofrecían ni siquiera permitían conservar la calidad del programa matriz mexicano. Fue víctima de una injusticia peor. "Durante un tiem-

tuno, antes que cualquier otra cosa es

po, ellos fueron mis representantes lega-

"Nunca supe quién estaba metiendo la mano en mis asuntos, pero alguien intentaba tracalearme". Una cadena de accidentes lo persiguió desde su arribo a estos lares; con mala racha, se fueron su-

necesario transmitir sinceridad. A Diony López no le gustaban los niños. Detrás de las cámaras les gritaba, no les tenía paciencia. Una vez, en una celebración de su cumpleaños, tuvo el descaro de

les y en las ocasiones en las que viajaba al exterior manejaban a través de una orden expedida por mí cualquier trámite concerniente a la firma. Valiéndose de esto, realizaron gastos millonarios de los que

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EXCESO ABRIL 1993

4,


luego tuve que hacerme cargo sin haber disfrutado nunca ni una sola puya. Eran exorbitantes aquellas cifras que empezaron a lloverme a través de miles de facturas dirigidas a mi nombre". No tardó en poner una denuncia en contra de estos sujetos, pero los estafadores lograron

Kalimán en su hoguera

huir del país sin ser arrestados, a pesar de que también eran perseguidos por considerárseles presuntos implicados en otros crímenes similares. Finalmente, esta serie de pérdidas llevan a Ricardo González a la bancarrota. Pero, por motivos que no termina de esclarecer, el payaso de los ojos tristes nunca emprende el camino de regreso a casa, resignándose a un exilio voluntario que lo ha mantenido por el resto de sus días lejos de sus hijos, familiares, colegas de trabajo y amigos. Una vez que el ocaso anunció su llegada, su existencia se tornó quijotesca y decidió alejarse voluntariamente de las roscas comerciales que regUlan el mundo del espectáculo institucionalizado, para abandonarse a la aventura. Desde ese momento los bares nocturnos y las calles fueron sus nuevos escenarios.

E

nla ruta de descenso hubo momentos buenos; pero los difíciles marcaron la pauta de infortunio que lo llevó, cual personaje alleniano en la saga

Broadway Danny Rose, a las manifestaciones más decadentes del sueño artístico. No obstante, aun cuando su vida continúa al margen de las lentejuelas, se mantiene despierto en él el anhelo de recuperar todo lo que siente le fue arrebatado en un duelo de maromas y exageradas sonrisas blancas. Mas, recuperar hoy parte del pequeño imperio que su payaso de barba y nariz roja había logrado construir con tanto esfuerzo, es más que un deseo insensato. La juventud abandonó su cuerpo, su rostro libre de colores perdió el gesto vivaz, tiene el polvo del descuido sedimentado en las uñas y las venas de sus manos están como brotadas de rabia. La denuncia anecdótica de sus recuerdos angustiados —imágenes en desorden cronológico van reconstruyendo un relato desarticulado, lo que impide que la convicción del interlocutor más crédulo se abandone confiada— no permite diferenciar con claridad hasta qué punto se trata de odios infantiles o cuál porción rumiada de los hechos ha sufrido la distorsionada visión que germina como respuesta a un cruel sentimiento de fracaso, y torturan aún su naturaleza inofensiva. Con la certeza absoluta de que contra él fue cometido un delito en el que cada quien guisaba lo suyo, insiste en no abandonar la sospecha de que la mano y el interés de Diony López por eliminarlo tuvo mucho que ver en la resolución final de las cosas. Irritado posiblemente por un sentimiento competitivo que lo enceguece, se esfuerza por condenar públicamente al también extinto payaso que se erigió como su molino de viento. Tal vez sea sólo el éxito que Diony López alcanzó después de la desaparición de Cepillín lo que injustamente lo convierte en el verdugo de esta crónica de felicidad mutilada. O tal vez su supuesta traición empujó al precipicio del abandono a quien no estaba preparado para sacar las garras y morder. Ahora, después de haber sido el payaso más exitoso de la televisión hispanoamericana, Ricardo González sobrevive, cual saltimbanqui, gracias a la práctica del faquirismo. De noche trabaja en la

legendaria pizzería El León, y de madrugada se redondea, en la arepera Misia Jacinta, los churupos que necesita para enviárselos a sus hijos que viven en México, cubrir sus necesidades y llenar de aguardiente su hígado enfermo de cirrosis. Esta aptitud que aprendió a desarrollar de un modo casi instintivo, desde que a los cuatro años se tragó un biberón de vidrio sin sufrir ningún accidente, le permite recolectar hasta 500 bolívares, por masticar un vaso de vidrio delante de algunos noctámbulos consumidores de cerveza. En una época intentó salir del ya crónico atolladero dedicándose a trabajos de producción para lanzar al estrellato a otros artistas, pero la falta de capital lo obligó a desistir de la idea. Participó como extra en Peter Pan, un gran espectáculo para niños que durante un tiem po estuvo presentándose en el Poliedro de Caracas, trabajó en una ocasión firmando autógrafos en una discotienda —en Acarigua— que aún tenía unos viejos ejemplares de sus primeros discos y, en ocasiones, todavía hoy, lo contratan como Cepillín para que anime piñatas y cumpleaños. Se pinta la nariz de rojo, una cerrada barba negra, destaca su boca en blanco y sobre sus mejillas dibuja las dos lágrimas que decoraron desde siempre el rostro maquillado del payaso. El vértigo que desde el final de aquellos años de brillo se alojó en su estómago lo ha obligado a mantenerse. A sobrevivir. Y a colocarse desesperanzado al costado de un nuevo riesgo. Parece que prefiere descansar bajo la protección del anonimato. Sus últimos años de vida han transcurrido insípidos entre bambalinas de neón. Es su mirada de languidez eterna, la milenaria metáfora del payaso que esconde, detrás de la alegría exagerada de su rostro, las huellas de un llanto ancestral. Después de haber grabado 18 discos y un programa de televisión que aún recorre las pantallas del mundo hispano, Kalimán, triste, ya no llora y Ricardo González, en el letargo de su anónima manera de existir, no deja de lamentar la suerte de hombre que pudo haber sido. L ABRIL 1993 EXCESO

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El disparo nervioso retumbó en la noche larense y, egoísta, acabó con dos vidas: la de Adela Vásquez, muerta, y la de Julio Machado, pitcher estrella de los Cerveceros de Milwaukee, a quien se le desmoronó su prometedora carrera de grandeliga. Esta historia de auge y caída comienza hace 27 años en La Cañada de Urdaneta, se desarrolla en los estadios de beisbol estadounidenses y amenaza con terminar en el Internado Judicial de Barquisimeto. Machado aspira a salvar el juego, así sea mediante el relevo del Presidente de la República.

Julio Machado

tácora de una bala fila Marcos Salas CORTE DE CABELLO CUANDO SE ENTREGÓ A LA NES DE SUS ABOGADOS

Y,

PTJ.

AÚN NO SE TERMINABA DE HABITUAR A SU NUEVO JULIO MACHADO ATENDIÓ LAS RECOMENDACIO -

ANTES DE REAPARECER EN PÚBLICO, LUEGO DE PERMANECER MÁS DE UN MES

OCULTO, DECIDIÓ DAR AL TRASTE CON AQUELLA MELENA CULTIVADA DURANTE MESES -NO SIN DOLOR VIO CÓMO EL PELUQUERO LA FULMINÓ EN MINUTOS. DE PRONTO RECORDÓ AQUEL DÍA CUANDO, SOLI TARIO, SENTADO A UN LADO DEL PUENTE SOBRE EL LAGO, ESPERABA EL AUTOBÚS DE LAS AGUILAS DEL ZULIA QUE LO LLEVARÍA A BARQUISIMETO. Fotografía: Juan Carlos Oropeza

A

LAS 11 Y PICO DE LA MAÑANA YA HABÍA ARRil 1993

EXCESO

Ó1


perdido la cuenta del tiempo de paciente espera, mientras el sol atorrante le azotaba la cabeza al punto de adormecerlo y, al borde del colapso, el pelotero decidió no echar raíces mientras el resto de la novena se acercaba a la ciudad donde se enfrentaría en una serie de tres juegos a los locales Cardenales de Lara. Una última y cáustica mirada al puente, y nada del autobús. Machado no podía permitirse un arribo tardío al estadio Antonio Herrera Gutiérrez de la capital larense. Era el relevista estrella. Aquella recta de noventa millas sin duda había contribuido a la

pistola, una hosca nueve milímetros, automática para más señas. Craso error: el pitcher atravesaba el mejor momento de su carrera y no imaginó nunca que aquella arma le oscurecería el panorama. Con ella cegaría la vida de la joven Edicta Adela Vásquez Martínez.

V

einte años antes del terrible episodio que arruinaría su existencia, Julio Segundo Machado Rondón era tan sólo un imberbe que correteaba sonriente por las inmediaciones de La Cañada, para aquel entonces una especie de aldea que no trascendía más allá de las cuatro calles, la plaza, la iglesia y la bodega de rigor. Siempre le gustó trepar a los árboles, bailar el sambenito y cazar iguanas —esta última lidera su repertorio de platillos predilectos—, pero la vida del pueblo se le tornó aburrida, siempre sucede, así que se dio a la tarea de convocar a sus pares para organizar pequeñas caiman- eras. En el barrio descubrió que aquello le atraía más que los estudios: solía escaparse del cole-

No se inmuta IS

unísono:

portentosa racha que vivían las Aguilas del Zulia en 1991. Fueron varios los juegos que —rectas, curvas y sliders mediante— había salvado para beneplácito de Pompeyo Davalillo, quien jamás perdonaba un rezago, ni siquiera cuando su conjunto marchaba nueve juegos arriba de su más cercano rival: los Tigres de Aragua. Tan prontole sonrió la opción de un avión tan pronto la desechó, pues el próximo vuelo a Barquisimeto partía a las cinco de la tarde y su obligación era llegar antes del crepúsculo, o sea a las cuatro; así que, en contra de su voluntad, resolvió el envión vía terrestre. A bordo de su recién adquirida camioneta Ford Bronco blanca, enfiló brújula al centro del país. "1.1e6aré a tiempo" 1 pensó cal-

mo. Entre los aperos necesarios para per-

noctar esas dos noches —era viernes y la serie se extendería hasta el domingo—, además de la espuma de afeitar y su escapulario de siempre, Julio deslizó su 62

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gio y acudía, guante y pelota en mano, al terreno de juego. Y no era malo el muchacho en lo suyo. La fama que sus lances, en el outfield y en el infield, le ganaron en La Cañada recorrió rápidamente los 40 kilómetros que la distanciaban de Maracaibo, y pronto su nombre figuró en la nómina de la selección del estado Zulia. Contaba sólo con 15 años cuando salió del país por primera vez; en Ecuador, Perú y Estados Unidos —en los mundiales de pequeñas ligas— su desempeño sobre el montículo dejó gratas impresiones. "Jugué primero en otras posiciones, y lo hacía bien, pero en vista del buen brazo que tengo, decidieron formarme como pitcher. Les result¿ mucho mejor". Su tiempo libre, el poco que le permitía la pelota, lo dedicaba a la caza. Y era un hecho: las armas le seducían por completo. Noé Maduro no le apartaba la mirada. Veterano scout de vieja data, esperó

que Machado cumpliese los 18 —Angela, su madre, lo había parido el 1 de diciembre de 1965— y le propuso probar suerte en el beisbol organizado de Estados Unidos. "Si él lo decía era por algo", se solaza el pelotero. "Había que bucar el chance para ser alguien el día de mañana, porque la verdad es que de un pueblo no se saca nada bueno". Lo primero que sacó fue un bono de 17 mil dólares con los Filis de Filadelfia —en el patio, las Aguilas del Zulia cancelaron 45 mil bolívares por su firma. Empero, sus primeras actuaciones en el Norte fueron poco más que deslucidas, si acaso algunos coqueteos con la doble A. Al cabo de cuatro duros años, los Filis lo despachan sin muchas explicaciones y Machado se une casi de inmediato a los Mets de New York. Un rencorcillo, no obstante, le amargaba la existencia, así que su obstinación consistía en cerrarles la boca a los de Filadelfia. "Me fajé duro en los entrenamientos, entre otras cosas, para demostrarles que podía ofrecer mucho, que todavía podía jugar pelota". A lo largo de un lustro, Julio Machado lamió los campos de las menores en Estados Unidos, siempre con las Grandes Ligas entre las cejas. ¿Acaso más fácil? El juego en sucursales no es tan dulce como la gente cree. Las menores representan la prueba de fuego para los beisbolistas, más si son extranjeros. Se sufre y se llora, y se pelea. "Hay que dar el ciento por ciento para mantenerse frente a los americanos. Uno tiene que aguantarse lo que ellos digan". Es por ello que hoy, cada vez que se posa en el montículo de cualquier estadio venezolano, no se inmuta cuando al unísono 14 mil fanáticos le gritan ¡asesino! para darle la bienvenida. Ya

está acostumbrado —no al remoquete sino a la presión. "El único sitio donde no lo hacen es en Maracaibo. De resto, todos corean lo mismo, pero lo que no saben es que mientras más me lo dicen más me fajo y más poncho a sus jugadores".

Por fin, el 7 de septiembre del 89 debutó en las mayores. Dos días atrás, el ascenso le vino de sorpresa cuando, inocentemente, en la gerencia del Tidewater —sucursal triple A de los Mets—, mientras hacía la cola para cobrar su último


Los ponches devinieron boomerang

cheque de la temporada, el mánager Mike Cubbage le anunció la buena nueva: el equipo grande lo llamaba a reporte. A la mañana siguiente estaba en New York, e impresionado subió a aquella exagerada limosina —"como de treinta metros de largo"— que lo condujo al estadio, donde encontró todo perfectamente ordenado, su locker, su uniforme y su chaqueta con el apellido Machado inscrito en la espalda. Los 40 mil fanáticos presentes el día de su :debut en el Shea Stadium de New York no lo intimidaron, a pesar de que sus piernas temblaban, algo frágiles. "Me sentí un poco nervioso, como todos los peloteros en cualquier posición, hasta que saqué mi primer out. Lancé puras rectas, nada más tiré una o dos sliders. Pensé que era más difícil pitchear en grandes ligas, alguien que tenga coraje y ganas de querer jugar se mantiene". Machado se afincó con rectas y Tom Brunansky, de los Cardenales de San Luis Fotografías: Juan Carlos Oropeza y El Diario de Caracas

—su primer gran primer rival—, no se las aguantó. Luego otro ponche y más allá un boleto. Eso fue todo. Los Mets ganaron 13 a 1 y La Cañada entera no durmió esa noche. "Imagíname con ese equipo, de tan gran pitcheo. Imagíname junto a esa rotación: Dwight Gooden, Ron Darling, Bob Ojeda, David Cone, Frank Viola y Sid Fernández. Por mi mente no pasaba jugar con quienes admiraba. Lo había hecho de maravilla en las menores —140 ponches en 115 innings—, pero nunca pensé en recibir esa oportunidad". Un mes arriba y la temporada tocó fin. "Esto se pone bueno", pensó de vuelta a Venezuela, cuando las Aguilas del Zulia lo in molaron como relevista de lujo, mientras en su Estado lo designaban Buen Deportista Ymca 89. Un breve receso en medio de la ronda nacional y contrajo nupcias con María Victoria. Aún sigue con ella.

C

uando unpitcher ostenta un poderoso brazo y su especialidad son los strikes, antes que un amplio repertorio de lanzamientos, no hay otra alternativa: su destino es el de relevista. Una regla a la que responden casi todos los taponeros — Eckersley, Dibble, Smith—, lanzan duro y muy pocas bases por bola. "Hazte la idea: ganas por dos o tres carreras en el séptimo inning y traes a lanzar a alguno de ellos. ¿Cómo crees tú posible que puedan hacerle alguna anotación a un bicho de esos faltando sólo dos entradas para el término del partido? Casi imposible". Julio Machado sigue ejercitando el brazo —en su pueblo convocó a amigos y familiares para constituir el equipo de Los Iguaneros de La Cañada— que ha de estar en forma para el ansiado momento del come back a las Grandes Ligas, eso si la justicia que lo procesa por homicidio se lo permite. "Deben hacerlo, tengo mi conciencia limpia", sentencia lenta y solemnemente. ABRIL 1993 EXCESO

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Entrenamientos primaverales de 1990. Entusiasmado, acude. Tres juegos salvados y una victoria en su carta de credenciales le merecen un puesto en el roster de relevistas del equipo neoyorkino. Cosa curiosa, pues no siempre sucede que a un novato lo suban en el último mes de la temporada y en la siguiente se gane el puesto, especialmente en aquellos Mets, equipo de tan brillante rotación. Sin embargo, casi no figura ante aquella temible ronda de abridores: siempre tiraban al menos siete innings y como taponero estrella del mánager Davey Johnson fungía

t

que no termino de entender. La ciudad está llena de hispanos". Se encogió de hombros y resignado pensó que tal vez aquello era lo mejor que podía sucederle. En Milwaukee tendría mayores oportunidades de sobresalir.

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ere comes the iguanaman. From Venezuela, Julio Machado!". Ante el anuncio del locutor, el County Stadium de Milwaukee se estremecía furioso, y los aplausos, que más de 40 mil fanáticos propinaban a modo de bienvenida a aquel pitcher de tan extraños gustos gastronómicos, lo animaban a lanzar. La mayoría desconocía la existencia de tal especie —entiéndase la iguana—; mucho menos pensaban que se podía comer. En cambio, aquel número 48 de los Cerveceros aún delira por un buen guiso del reptil servido con tomate. Es el hombre iguana quien ríe ante el alias propinado por el público. "Allá la fanaticada grita mucho, pero nunca se mete con el jugador. Lo respeta y aplaude, así sea del

M- h

u en> con predi eccion hacia

el baile la música otro: John Franco. Machado, entonces, regresa a las menores, pero veinte días después se plantea un canje. Los Mets requerían de un buen receptor y Charlie O'Brien, de los Cerveceros de Milwaukee, lo era; en poco tiempo Machado sustituiría su sede del Shea Stadium por la del County Stadium. A los Mets les dolió cambiarme, estoy seguro. Tenían muchos planes conmigo, pero a los equipos, por encima de sus jugadores, lo que les importa es ganar Fn ese momento disputaban el primer lugar con los Piratas de Pittsburgh". No se sintió bien, sólo faltaba un mes para el fin de la temporada; además, debUlnQ5 COITIVOCÍOS --COT1 Dwight Gooden entabló una simpática amistad-y una envidiable ciudad, no obstante el rechazo hacia los peloteros latinos. "A los equipos neoyorkinos ----los Mets y los Yankees— no les gustamos mucho, algo 64

EXCESO ABRIL 1993

equipo contrario. No le tiran piedras ni botellas, que es una maña que han adquirido los fanáticos en Venezuela". Si con los Mets el logro del brillo, y por ende el de un buen contrato, se manifestaba cuesta arriba, con los Cerveceros sentía que pisaba cómodo: los planes del equipo con Machado eran a largo plazo, cuando menos cinco años. "Con ellos espero ser el pitcher de los cierres. En New York era quien acomodaba el camino para los demás. No quiero ser más el lanzador del sexto al octavo inning. Quiero ser el pitcher del séptimo al noveno, aunque lo haga un día sí y otro no. Creo que puedo hacer ese trabajo con Dan Plesac". Ese mes, el que restaba para el término de la temporada del 90, Julio no obtuvo decisión alguna con los Cerveceros, aunque salvó tres partidos y abanicó a 12 jugadores en 13 apariciones. Así que el 91 —cuando

Milwaukee lo despachó con 155 mil dólares por su actuación: tres ganados, tres perdidos, tres salvados, 98 ponches y una efectividad de 3.45— se le presentaba como el trampolín para lograr el preciado contrato de 250 mil dólares que pediría en 1992. Debía demostrar que los valía, así que en los entrenamientos primaverales se fajó duro. Pero no le fue bien. Peor, fue un pésimo comienzo, aunque subió al equipo grande por el handicap que arrastraba. Una vez terminada esta temporada, The iguanaman se sometería al usual sistema de contratación: los acuerdos los deciden los numeritos. "Son los árbitros quienes determinan cuánto puedo ganar. Lo bueno de eso es que nunca están con los equipos, sino con los jugadores". Ahora Machado esperaba por firmar un oneroso contrato' de tres años por 1,3 millones de dólares, pero una bala en Barquisimeto echó por tierra sus planes. "Ya estaba lista la negociación y de pronto todo se vino abajo. De todas maneras, debo intentar mantenerme en forma, levantarme, para mi regreso a Estados Unidos. Lo importante es mi brazo". Bien conocida es la fama que los beisboleros de Grandes Ligas gozan entre las mujeres —venezolanas y gringas—, y más aun las tremendas bacanales que en cada una de sus rutas —un fin de semana en Atlanta, otro en Baltimore y otro en Oakland...— arman en los hoteles de turno. El tipo de Julio Machado, así cuentan algunos testimonios, bullero, con predilección hacia el baile y la música, además de ciertos rasgos indígenas —guajiros específicamente— es del agrado de sus fanáticas. "Cuando uno comienza queda deslumbrado. Sí, hubo muchas mujeres, pero eso forma parte del pasado. Todo tiene su momento justo. Ya tengo 27 años, cuatro de ellos casado, y se me olvidó todo eso; ahora llevo una vida más tranquila, dedicada al trabajo. Aunque no niego que al principio, solterito, pit-

cheando bien y con buen dinero en el bolsillo... imagínate". El relevista, sin embargo, está al tanto de los terribles trastornos que una fémina caliente provoca en el buen desempeño de un deportista. Nada de barrancos y trasnochos, y Fotografía Juan Carlos Oropeza


Machado se cortó el pelo para entregarse a la PTJ

menos en Estados Unidos. "Al pelotero le presionan en la medida en que se le da, y se le da mucho. Ganamos demasiado dinero y por ello debemos entregarlo todo. El trabajo es agotador, igual que los entrenamientos. La temporada es de 162 juegos, algo durísimo". En Venezuela, Machado se ha metido en el campo. Criado en el monte, como él mismo dice, desde que era joven soñaba con cultivar una buena porción de tierra y así ayudar a sus hermanos menores. De modo que, parte de la bolsa —de dólares— traída del Norte la ha invertido en las fincas de ganado de su abuelo, allá en La Cañada. Graduado de bachiller, el jugador tiene ilusión, sin embargo, con egresar de alguna universidad.

E

, trayecto a Barquisimeto se le hizo corto. Se dirigió directamente al Hilton a reunirse con su equipo. Resol-

vieron irse juntos en el autobús al estadio; la Bronco quedaría en el estacionamiento —así evitaría que algún borracho la rayase o chocase. Esa noche, la del viernes 6 de diciembre de 1991, las Aguilas cayeron dos por uno ante los Cardenales. El no jugó. El día siguiente deseó no haber llegado a tiempo a su destino. Además de que lo explotaron —recibió el juego arriba por una, le batearon con gusto y su equipo bajó de nuevo la cabeza, esta vez con pizarra de 5 por 3—, en una accidentada descarga de bilis y adrenalina, Julio Machado inauguró su expediente policial con el nada envidiable calificativo de homicida. "Salimos del partido como a las 10:30 pm y varios nos fuimos a comer como siempre acostumbrábamos. Luego regresamos, una corta ducha, y a la discoteca del hotel. Allí conversamos como 15 minutos y una amiguita mía me pidió

que la llevara a su casa. Era casi la una de la madrugada". En la avenida Libertador, un Caprice negro lo rebasó y no le permitió más el paso. Machado, asustado, recordó cuando en su presencia a su colega José Gil lo robaron dos motorizados —también en Barquisimeto. El, que cargaba algo así como 300 mil bolívares en prendas, sin dudar demasiado blandió su arma e hizo un disparo al aire. Se imaginó que lo iban a conducir a un sitio oscuro, tal vez lo asaltarían. "Decidí entonces hacer un tiro de advertencia, para que supiesen que estaba armado y me dejaran tranquilo. Cuando metí la pistola en la camioneta se me fue un disparo que me dejó sordo". La bala atravesó el parabrisas de la Bronco, el vidrio trasero y el apoyacabezas del Caprice, y se le incrustó en la cabeza a Edicta Adela Vásquez. Luego de un corto trayecto, el vehículo detuvo su marcha y::: ABRIL 1993 EXCESO

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de él bajó Arnoldo Jiménez, el conductor. Machado le vio acercarse, metió retroceso y tomó la vía de regreso. "Me intentaron asaltar", comentaría el pitcher a sus compañeros, mientras contactaba un taxi para que llevase a la amiga a su casa. "Menos mal que no ocurrió nada, lo único fue que se me escapó un tiro y abrí un hueco en el vidrio". Pasado el trauma, fue a su lecho; en la mañana le esperaba el tercer juego con los Cardenales. Volvieron a perder, esta vez por la mínima diferencia: tres a dos, y

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',

restos de cocaína que, según trascendería, había ingerido esa noche. "Eso no es verdad", la voz del pitcher no sube ni baja de tono, impasible. "Me oculté en las haciendas de La Cañada porque tenía que establecer contacto con mi abogado Rafael Meleán Parra, que se hallaba en Cuba. No quería presentarme solo". Otras versiones asegurarían que al momento del accidente, como él lo llama, se encontraba en estado de ebriedad —y nada más peligroso que un borracho ¿y maracucho? con una pistola. "Imposible", vuelve a defenderse. "Salí del juego como a las 10:30 de la noche, mientras comíamos, íbamos al hotel y nos bañábamos, transcurrieron como dos horas. No tuve tiempo de tomar nada".

J

ulio Machado se entregó en enero del año pasado a las autoridades larenses. En el Internado Judicial de Barquisimeto estuvo recluido un par de

Aquí no se discuten las cláusulas

nt

ni

n lizan

rezongaron os acusa • ores Machado, aunque calentó en el bullpen, no participó en el encuentro. De vuelta a Maracaibo —un sereno del Barquisimeto Hilton le facilitó una calcomanía para que tapase el orificio del parabrisas, así evitaría que el viento se lo rompiese, además de problemas en las alcabalas—, los aguileños pararon en varias ocasiones, comieron cachapas, tocaron el cuatro y cantaron. El martes, mientras adornaba su casa en espera del paso de la virgen del Carmen, Machado recibió la llamada. Su amiga barquisimetana le comunicó que en el incidente del domingo resultó una persona muerta, específicamente una

meses, tal vez los más patéticos que le han tocado vivir. Fue objeto de dos acusaciones penales: la primera por los delitós de homicidio y porte ilícito de arma y la segunda por el delito de homicidio intencional en grado de frustración contra Arnoldo Jímenez. La jueza V penal, Raquel Rinmer de Orellana, le modificó la calificación de homicidio intencional a homicidio culposo en la persona de Adela Edicta Vásquez. Salió en libertad condicional, de acuerdo al beneficio que otorga la Ley de Sometimiento a Juicio y los guaros enardecidos prometieron vigilar con celo el proceso; la radio barquisimetana l por añadidura ) desató una

muchacha de 23 años. La PTJ de Lara solicitaba al pitcher por homicidio y a él no se le ocurrió nada mejor que desaparecer del mapa. Un mes estuvo escondido y se rumoreó que lo hizo en Maicao para darle tiempo a su sangre de eliminar los

devastadora campaña en su contra. "Machado está acusado de homicidio culposo por haber dado muerte a una joven obrera venezolana y él tiene que asumir su responsabilidad", rezongaron los abogados acusadores, cuando solicitó el

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-

permiso de abandonar el país, a fin de incorporarse a las prácticas con los Cerveceros de Milwaukee. "Aquí no se están discutiendo las cláusulas de su contrato ni tampoco analizando sus juegos salvados. Lo que está en la opinión pública es que tiene que responder por la muerte de Edicta Vásquez". Permiso negado. ¿Se apresuró Machado en disparar? Meleán responde presto que no, que su defendido aguardó un trayecto de 500 metros aproximadamente con el Caprice por delante, en medio de nervios, "ya tú sabes cómo está la delincuencia en el país", y luego disparó al aire con la zurda —él es derecho. Además, el jugador asegura haber observado que Arnoldo Jiménez, una vez apeado de su carro, esgrimía un revólver, aunque la joven que lo acompañaba —el pitcher nunca quiso decir su nombre—, en su declaración firmada dice que no la vio. Otros testigos cuentan que Jiménez, antes de ir a la PTJ —con el cadáver de Edicta a su lado— fue a su casa .a guardar su arma. Precisamente, la amiga del pelotero le habría advertido, antes que hiciese el tiro al aire, que una mujer iba en el vehículo del suceso, pero el pelotero "por esas cosas inexplicables", no le escuchó. "El iba nervioso', pendiente de lo que podría sucederle y por su cabeza pasaba lo sucedido a José Gil", infiere Meleán. En todo caso, la copiloto de Julio dijo cosas comprometedoras, fue honesta en sus declaraciones, y no siempre lo expuesto por ella coincidió con la versión del jugador. Tampoco se le puede acusar de porte ilícito de armas. El zuliano tenía un permiso expedido por el Ministerio de la Defensa, sólo que ¿cómo es que obtiene una autorización para cargar una nueve milímetros, un arma de guerra? "Tenía un permiso como agente especial. Unos contactos en el Ministerio me lo consiguieron". Por si acaso, Machado insiste en que nunca más tocará un arma, ni si-

quiera para la caza. Lo suyo —¿arrebato involuntario?— devino accidente fatal en medio de la angustia. Y tamaña equivocación acabó con -la vida de alguien al tiempo que, en buena medida, arruinó la suya. Su carrera de destacado deportista.


El relevista estrella de las Aguilas: ¡qué buenos tiempos aquéllos!

E

l jugador llegó a un arreglo con los padres de la occisa. Dos ancianos humildes que le perdonaron el pecado —aunque aún enfrenta la acusación penal y no se dicta sentencia. Machado se comprometió a cancelarles la cifra de dos millones y medio de bolívares, a razón de cien mil mensuales, una vez que se le permita ir a Estados Unidos a jugar. "Llegamos a ese acuerdo con los abogados de Edicta, porque así lo propuso el juez superior, Jorge Rossell. Se firmó el poder y, una vez listo todo, la familia de la muchacha estaba conforme, el juez inexplicablemente se echó para atrás, y ratificó que no podía salir del país". En medio de la tormenta, las Aguilas del Zulia se lavaron las manos —no los pudo acompañar a la Serie del Caribe en Mazatlán. El problema es de Machado no del equipo, dijeron. "Salieron varios reportes que no me gustaron, pero los en-

tiendo, es una empresa que tiene que cuidar sus intereses. No se portaron mal, aunque más apoyo recibí de los Cerveceros, quienes incluso enviaron a Venezuela un abogado —amén del ofrecimiento de servicio psiquiátrico— para ver cómo marchaban las cosas y cómo podían colaborar". Machado, sin embargo, no pierde las esperanzas de volver a jugar. Piensa que su brazo está en perfectas condiciones, que en Milwaukee esperan por él —hasta hace tres meses le tenían listo el contrato— y en la solidaridad de sus compañeros de equipo. Su nueva carta se llama Carlos Andrés Pérez: en una ocasión, Oswaldo Alvarez Paz lo presentó con el presidente —"éste es el pitcher de las Aguilas del Zulia de quien te hablé, el del problema". Pérez le preguntó si se había llegado a algún acuerdo económico con los familiares de la víctima y el goberna-

dor de Zulia y precandidato presidencial de Copei le aclaró que sí, que se había recurrido a ello desde el principio, pero que no sirvió de nada. Pérez prometió — aunque se sabe que eso no garantiza nada— leer el expediente y ver cómo podría ayudarlo. "A ver, Machado, a ver qué se puede hacer con esto". Mientras tanto, Julio Machado sigue entrenando con la idea fija de regresar exitoso al montículo. Seguirá jugando beisbol, donde sea, menos en Barquisimeto. Allí nunca más lo hará, es una promesa. Sin embargo, se mantiene a la espera de una sentencia definitiva que demora en llegar —y sin la cual no puede haber indulto—, al tiempo que su abogado no desdeña la posibilidad de enviar el caso a la Corte Suprema de Justicia. Suspira, mira la bola, y, lánguido, recuerda aquella vieja máxima de Yogi Berra: "El juego no termina hasta que se termina". L ABRIL 1993 EXCESO

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Enfundado en el flamante cargo de embajador en Nairobi, llegó a Kenya en 1983. Para cualquier otro, la designación habría sido un dolor de cabeza, mas no para Edgardo Mondolfi Otero, zootecnista y biólogo, ansioso de tierras inexploradas y fecundas en flora y fauna. Durante nueve años Africa le cautivó con su virginidad milenaria y su impresionante espectro ambiental; una vez finalizada su misión

Conservacionismo diplomático

diplomática, hubo de regresar a estas convulsionadas tierras, albergando un sentimiento ambiguo que cabalgaba entre la felicidad del retorno y la tristeza del adiós. Nada árida resultó su estadía en el continente oscuro. No traería, como muchos otros, trofeos de caza; a cambio, bajo el brazo —o mejor di-

distinciones que ya había obtenido en tierras vernáculas —Premio Nacional de Conservación (1969), Orden Henry Mujer en Primera Clase (1982), Orden Diego de Losada en Primera Clase—, obtuvo en 1989 la condecoración otorgada por el Programa de Naciones Unidas para el

cho colgadas al cuello—, exhibiría

Medio Ambiente, The Global 500,

dos incultas por su labor en lides convirtiéndose así en el primer veneconservacionistas. Fuera de las tres

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zolano en recibir tal galardón. Por si fuera poco, por sus afanes en materia

ambiental —especialmente en pro de la conservación de la fauna silvestre— se hizo acreedor de The Golden Ark, en la orden de Caballero. Esta condecoración le fue impuesta por su majestad el Príncipe Bernardo, de los Países Bajos. Hombre de campo confeso, no podía ser de otra manera. Activo en la militancia ambiental, recientemente participó en una expedición organizada por RCTV denominada Operación jaguar, en la cual se llevó a

cabo la captura de dos de estos felinos para rastrearles a través de radares. ¿Otra aventura? Publicará pronto, en coautoría con Rafael Hoogesteijn, un libro titulado El jaguar o tigre americano. Ligado aún a la Cancillería, se desempeña en el servicio interno de ésta y sirve de enlace con el Ministerio del Ambiente, además de continuar en su función como investigador en la UCV. FC


La boca y la cola Pequeño pero grande. Con máximos honores —Summa cum laude: no llegan a cinco en la UCV— se licencia de matemático y se prepara para abordar en el Norte la lógica aplicada a la computación (inteligencia artificial). A los 21, Rafael Díaz oye a Prince, resuelve teoremas sobre el infinito y repasa los apuntes de Jürgen Habermas.

—¿Para que sirve la lógica matemática? —La lógica es el estudio de las leyes del pensamiento. Creció con los griegos —a un nivel filosófico— y se mantuvo sin avance durante el período medieval. A finales del siglo XIX surgieron dudas sobre la legalidad de sus demostraciones y, luego de muchas discusiones, se desarrolló un lenguaje matemático que permitiese simbolizar el razonamiento. Son muchas sus aplicaciones: en la física, la economía, en una máquina o en la vida común de la gente. —La matemática, exacta; la filosofía, intuitiva. ¿Dónde coinciden

estos extremos opuestos del conocimiento? —En la lógica. De ella se dice que es el punto donde la boca muerde a la cola.

—¿Es un arte la matemática? —Es más o menos parecida a la literatura. Construye un todo coherente a partir de signos —la demostración. Además, está ligada a la figura —la geometría— como la pintura, la fotografía o la arquitectura. —¿Por qué dedicar la tesis a Wittgenstein? —Lo mejor de él es su llamado a la precaución en el uso del lenguaje, ante las infinitas posibilidades de hablar mucho y no decir nada.

—Al respecto, ¿con los adecos se vive mejor? —Detesto a los políticos por igual, son ejemplo de lo que dije antes. Este país se divide en dos: el mundo creativo y el de los políticos —es decir, el no creativo. —¿Aún persistes con el marxismo? —Lo he desechado un poco. Me agradó, en principio, esa forma de abordar el conocimiento pero, tras estudiar otras cosas, tengo ahora una idea más precisa de lo que debe ser una buena teoría científica.

—¿Dónde quedan los sentimientos en la matemática? —Fuera.

—¿Sábado Sensacional es el sentimiento nacional? —Lamentablemente, igual que Radio Rochela, es de lo poco que perdura en un país como éste, donde nada trasciende.

—¿Eres un genio?

Don Bosco de luces Bajo la audacia del espectáculo entendido no sólo como negocio sino como resultado de alguna digna propuesta escénica, el Teatro Don Bosco ha reabierto sus puertas, después de ocho años de silencio y neones apagados, con la intención de atrapar las desatendidas ebulliciones del arte y la cultura capitalinos. Lejos de los grandes estrenos de la cartelera comercial, la recién inaugurada programación del aforo ofrece, para el deleite de los cineadictos, inmortales huellas del séptimo arte. En la comodidad reacondiacionada de la vieja sala —nueva Iluminación en las paredes del teatro y el estacionamiento, reparación de la maquinaria de tramoya y del aire acondicionado— aproximadamente 650 personas ya hacen sus colas para ver ciclos de cine o escuchar conciertos de las fortalecidas bandas juveniles del patio: Zapato 3, Caramelos de Cianuro, Seguridad Nacional y Claroscuro. Una opción de entretenimiento que no tiene prevista tregua. CT

—No. MS ABRIL 1993 EXCESO

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Heroecillo a patadas Garlas Guillermo Martínez. Edad: 12 años. Ocupación: Buen estudiante del primero de bachillerato y excelente karateca. Asignatura favorita: ¡Los amigos! Logro sobresaliente: Medalla de oro en la reciente competencia internacional Traditional Karate Turnament de Las Vegas, frente a los colosds Japón, Canadá, Estados Unidos y México. Nombre:

que él sabe que está la vida se moriría de hambre. Amores: Ninguna novia; por ahora no le interesan demasiado las mujeres.

Otros deportes:

El basquetbol.

Cambios desde que es karateca:

Mayor resistencia física, mucho más control sobre sí mismo y serenidad frente a la vida. Regular actividad recreativa: El cine Mascotas predilectas: I os perros. Mejor los amigos o mejor los perros

Mejor los amigos. Sus mejores maestros:

Alejan-

Tendencia en yoga:

dro Castro y Vicente González.

Tiempo de entrenamiento:

La ecologista.

Receta para alcanzar el éxito:

Récord. Apenas hace tres años que descubrió el deporte. Patrocinante: Ilapeca. El será cada día mejor. (Risas)

Prensa favorita:

Curriculum:

Oro en la copa

internacional Shind o Ryu; cuarto

7,0

en Katay, en la copa Apoteosis del Nuevo Mundo, y segundo lugar en la Copa Lopfre International. Planes: Seguir toda la vida en kárate pero no hacer de ello una profesión; con lo cara

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Aún no es

víctima de la información, no lee el periódico.

Mucha disciplina. Mejor Madonna o mejor su mamá:

Mejor su mamá, no le gusta Madonna.

Ninguno; piensa que todos los candidatos

Grupo de música favorito:

son exactamente ipales.

(iuns'n Roscs,

Su candidato preferido:

Y la política es "¡aggggh!".

CT


tEl Cojo andando Fundada hace 120 años por la

Pintar hasta el XXI Laszlo Vandor no piensa expirar al menos hasta el 2038, cuando cumpla 120 años. La simple operación matemática revela que sólo le restan 46 vueltas y quiere vivirlas en paz, como si de un imberbe soltero y sin compromisos se tratase. "No es mucho, pero ¿sabe qué haré todo ese tiempo? Pintar". Mucho atrás, al tiempo que agonizaba el imperio austrohúngaro y Europa asistía a la primera de sus dos grandes tragedias, en Budapest nacía aquel niño prodigio; sin rubor así lo pregona: a los nueve era campeón de ajedrez, a los 11 deleitaba beatas con el órgano en misa y poco después debutaba inocente en el arte de la falsificación de billetes —era fácil, tan sólo repetir en plumilla aquellas figuritas del papel moneda. Aquel momento supo que lo suyo sería la pintura. Eran los tempranos cincuenta cuando llegó a Venezuela y un lustro más acá se reconocería, se naturalizaría. Antes, en Hungría, había estudiado cine y la guerra le condujo a transitar Europa entera —tras un exilio en Bélgica decidió emigrar al trópico. En Caracas, filmó centenas de comerciales, documentales y hasta atrevidas películas de muchachas en trajes de baño —el añejo Teatro Caracas se abarrotaba ante sus exhibiciones. Hizo periodismo y nunca dejó de pintar, aunque aquí se negaban a reconocerle su talento —"críticos y público tienen preferencias por sus artistas y a mí nunca me vieron como venezolano". Marchó a México y halló gente hospitalaria, "que lleva el amor del arte en la sangre; sobrevivientes de un mundo humanitario que está en extinción" —en Cancún instaló su estudio. Varias retrospectivas y finalmente llega al pináculo del arte abstracto, que no le termina de gustár; quien lo hace "es porque no sabe pintar o dibujar bien", dice. Ahora, tras una década fuera del país, Vandor está de regreso y decidido a quedarse. Subasta sus piezas y se afana en la búsqueda de sus antaños amigos. Llámenlo, por favor. MS

familia Herrera Irigorren y Manuel Eche,uría, la Imprenta El Cojo debe su nombre a este último quien, vale decir, renqueaba ligeramente, lo que le valió el mote que serviría de distintivo a la empresa. Años después de su establecimiento, 20 para ser exactos, nació en sus planchas El cojo Ilustrado, la revista que marcaría época, y que acaba de celebrar su centenario con una exposición organizada por la Biblioteca Nacional. Hoy, más de una centuria después, la imprenta se mantiene funcionando, aunque ahora en manos de Jaime Pérez, quien logró adquirirla; no así el nombre de la publicación: recientemente fue declarada patrimonio nacional. Suerte de herencia, los empleados de ahora son los hijos de los hijos de los primeros y la maquinaria original, aunque en desuso, se mantiene. En una nota de nostalgia, el trabajo es aún artesanal y puntada a puntada los libros de contabilidad, a cuya fabricación se dedican, se cosen a mano. FC

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Prohibido hablardeAlejandro Otero

Militares, plumasycharreteras El venezolano que Halston amó Maquillando a Cap en la agonía

Barquisimeto drycleaning

La heroína de losAndes

Fumar por la libre Medina no era un santo Miami Beach a punto de caramelo El Universal: la tinta invisible de la secesión

EL PRIMER DOMINGO DE CADA MES

EXCESO SE ATREVE con verdadera independencia


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Cómo ganar enemigos CharlesBrewerCarías

IPPPI.1909191.qa.c.e.r. • • Cachicamoinbajandopa'lapa Los trabajadores / El IVSS

Historias dela locura corriente

Sexo para esposas Nostalgia de Derecha

Topten Oscar por unos minutos


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-¡, e rrade juego

Cómo kanar

El enemigo

El episodio

Tres coroneles de golpe

Ya no, mami

Enero 93. Once años y varios escándalos después de la adjudicación de cinco mil hectáreas en la zona de Guariche para su explotación, y luego del lío armado por la Sociedad Conservacionista de Guayana, la protesta de las 50 familias desalojadas del sector y una serie de denuncias que lo acusaban de actuar ilegalmente, Luis Reyes, William Fariñas y Wilmar Castro, tenientes coroneles involucrados en la intentona del 27 de noviembre, dejan caer la última perla: Brewer Carías, acompañado por Cecilia Matos, habría viajado al Amazonas, y cargado con un bidón repleto de oro. Aludido, ripostaría que llevaban muestras de sangre de los yanomami, y que "si tratábamos el envase con tanto recelo es porque contenía nitrógeno líquido".

Cigarrillos y licores

Una celestina mecánica, sobria y sin humo

Febrero 81. Desde el ministerio de la Juventud conseguirá prohibir las cuñas en televisión de cigarrillos y licores. "No estoy en contra de la publicidad, pero sí en contra de la forma como los mensajes promocionales de estas drogas socialmente aceptadas utilizan a la juventud y al sexo". Los medios le cobrarían con creces la tajada perdida a Luis Herrera.

Wilmer Pérez La Riva

Yo llegué primero

Octubre 90. Poco tiempo le duraría la euforia a Brewer Carías por su descubrimiento: su colega Wilmer Pérez —también galeno, escalador y bigotón— le saldría al paso, argumentando que las poblaciones del Alto Siapa ya habían sido avistadas por él y un grupo de expedicionarios en 1972, de cuyo suceso da fe una serie de mapas y crónicas publicados por el ministerio de Relaciones Exteriores. La defensa de Brewer Carías: "Creo que, equipado de envidia y mezquindad, este pionero del vuelo en ícaro ha dado otro •salto al vacío". Pérez: "Voy a demandarlo por difamación".

Colombia, Guyana y otras repúblicas hermanas

Buscando mojones

Agosto 81. Durante su gestión ministerial, Brewer Carías pone en práctica un programa novedoso: los campamentos juveniles. Al primer asueto convoca una caravana hasta Perijá y, al segundo, otra hasta Luepa. De regreso de las zonas fronterizas y, exaltados los sentimientos patrióticos, iniciaría una campaña de "concientización" que preocuparía a militares y personeros de la Cancillería. Alexis Ortiz diría: "Brewer Carías violenta acuerdos internacionales con juegos guerreristas". Luis Herrera, por su parte, le jalaría las orejas por intentar hacer el trabajo de su diplomacia.

La opinión pública

Yo no fui

Agosto 80. Veinteañeros del ministerio de la Juventud, músicos del grupo Madera y actores de El Chichón coinciden trágicamente en una embarcación en pésimas condiciones que va de Puerto Ayacucho a San Fernando de Atabapo. A los pocos minutos de zarpar, la nave zozobra y la tripulación a cargo no ofrece respuesta alguna acerca

enemigos

y conservarlos

Charles Brewer: un adolescente Submarinista, escalador, fotógrafo, columnista, espeleólogo, odontólogo y fundador de los primeros grupos de rescate del país, es el boy scout que, en los sesenta, coloca unos sostenes a la estatua de la india de El Paraíso, y en los setenta desciende antes que nadie la oquedad del Sarisariñama. Conocedor de dialectos indígenas, ex ministro de la Juventud y amo de un buen

pedazo de la selva,

se le

considera un terminator con piel de Indiana Jones.

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los detalles

de dónde están los salvavidas. Perecen todos menos dos, entre ellos el teatrero Armando Carías, quien, al regreso del milagro, dejaría constancia por la prensa de semejante irresponsabilidad. Luego de una guerra de grafittis que acusabafi a_Brewer Carías de asesino, el ministro quedaría solo, sin el apoyo de su partido.


Una frase típica

El pronóstico

"Es una acusación infame y cobarde" (Ch.B.C)

Brewer Carías podría montar una tienda de gold field en el banco de sangre

CAP 1,

... CAP II, 250 millones

Sierra Nevada ...

"Cuando quiero evadir tensiones me pongo a tomar fotos" (Ch.B.C)

Difícil , ver a un chico Belmont calzando

"Brewer Carías en las minas es igual a un gato cuidando sardinas". (VV.P.LR)

Aventureros y deportistas de varios galones ambos, podrían dirimir sus diferencias en una competencia de Telematch

"Ni un centímetro más para Colombia". (Un acampante)

Sólo los garimpeiros se atreverían a nombrarlo como su embajador

"Quienes me desprestigian, desprestigian el sistema democrático" (Ch.B.C.)

Cuesta arriba para Brewer Carías será votar por Copei

Timberland

Jon Bon Jovi, greñas a 33 r. p. m .

... Paul Gillman, migraña a toda hora

Sangrona, Paulina Gamus

... Sangriento, el abuelo de los Monsters

Risas a medianoche, vía parabólica, Jay Leno

Roces en el 5 y antiparabólico, Ricardo Tirado ...

al nacer ABRIL

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,‘ i, erra s ju ego

ac mamo trata aneo la ala Los trabajadores

La beoda confusión de bonanza que acompañó el primer quinquenio de Pérez permitió boutades varias, entre ellas La feria de la alegría. Un programa sabatino y de concursos —valga la redundancia—que lanzó al estrellato a Henry Altuve, punta de lanza de la televisión vernácula en Materia de animación exaltada. Después de haberse rebuscado como office boyy dejar el bachillerato a medio camino, imberbe, pasa el examen de lo• cución y consigue su primer empleo como narrador deportivo, en Ondas Populares. • Personalmente confesaría su afición por el fútbol, el béisbol, las bolas criollas y el siete • y medio. Luego se haría del micrófono para • • conducir A gozar muchachos—pura música de Billo— y, finalmente, después de conocer • a su esposa entre el grupo de aficionadas a la • guaracha, llega a la gloria, léase al mago con • cara de vidrio. • Plantado en la universal vitrina de la fama, se hace cargo de La craneoteca, El tiempo es oro —su trampolín— y, por último, del . programa precursor de las producciones maratónicas, aquél donde se consagraría al cabo de 10 años de gritos en blanco y negro: "¡La Feeeeeeeria de la alegría!". Altuve tenía una sonrisa zurda y un sudor copioso: sin embargo, el copete se le mantenía incólume. "Había más mística por el trabajo entonces, nada que ver con los sueldos de un Orlando Urdaneta o un Guillermo González". Cumplidor pero estigmatizado por un rating seguramente malintencionado, la mala hora llegó, y Altuve hubo de consagrarse a las cufías de Ariel —el chacachaca fue por buen tiempo su estandarte—, escenario desde el cual hizo mutis hasta el sol de hoy. "Vivo tranquilo, viajo de vez en cuando; pero si me • ofrecieran algo bueno, regresaría"

Quince y último dibuja la sonrisa amarga. Ante tan opaco cheque —jamás la historia conoció similar ejemplo de modestia nacional— saca cuentas con los dedos —de una sola mano— y concluye nuevamente en que los mendrugos no servirán para nada. Aunque no todo es tan malo: las de. ducciones por concepto de Seguro Social le permitirán no sólo atender sus dolencias en estupendos centros de salud, sino que, en momentos de la tercera edad, tras 25 años de abnegado servicio, disfrutará para él solo de una generosa pensión de jubilación. Eso le dijeron cuando fue contratado. Mes a mes, durante casi medio siglo, los trabajadores han cancelado puntualmente las cuotas correspondientes al Seguro Social —antes por fe, ahora por obligación— y miles de millones de bolívares han parado inútiles en las arcas del organismo: en el Pérez Carreño sigue escaseando la gasa y Ledezma responde con lacrimógenas los clamores de los pensionados.

El IVSS A cualquiera le va mal con un negocio. Luis Herrera, por ejemplo, utilizó los fondos de jubilación de los trabajadores en la adquisición de cédulas hipotecarias al 8,5 por ciento y Lusinchi los prestó —a bajo interés, eso sí— para el financiamiento del complejo residencial Juan Pablo II. El aporte de los trabajadores se destinó a la célebre lista blanca del IVSS —en ella se cuentan más de 30 mil personas que en el Seguro Social cobran sueldo sin trabajar— y no hay quien responda por ello. Súmense también los contratos leoninos, el clientelismo político y el excesivo gremialismo que en tiempo récord agotaron los recursos de la entidad; hoy enfrenta una deuda de casi 20 mil millones de bolívares y no hay con qué pagar. Consecomercio sugiere su eliminación y Fedecámaras amenaza con retirarse; las cotizaciones miran hacia arriba, seis mil enfermos temen terminar en la calle y la pregunta de los obreros es: "¿Qué se hizo todo ese dinero que yo coticé a lo largo de mi vida?".

Pablo Milanés Estaba afilado el puñal de Pedro Navaja

Carmelo Lauría Tras 15 años en Miraflores, se perdió en el salón de los espejos

Fidel Castro Confundió la isla de Cuba con el archipiélago Galápagos

Por tanto rating botó la pluma

Carolina Herrera Una empleada suya tenía mucha tela que cortar

Le sacó el jugo a los inconscientes 76

EXCESO ABRIL 1993


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historias de la locura corriente

Sexo callejero para consumo doméstico Fue el sexo lo que llevó a muchos hombres a tocar la puerta de Sydney Biddle Barrows durante la década de los ochenta y, es el sexo, en cierta forma, lo que ahora, en la década de los noventa, conduce a las mujeres hasta su umbral. Por la minucia de mil dólares —en efectivo— la antigua Madam Mayflower se apersonará en el apartamento de la cliente y, en el curso de una agradable conversación de varias horas —que se interrumpirá sólo para el almuerzo—, le aclarará por qué eventualmente los maridos prefieren las caricias prorrateadas de otra mujer; luego dirá qué es lo que a un hombre le gusta y lo que no; por último, lo que se puede hacer para que el esposo no se largue. "Las doñitas del Central Park y de la Quinta Avenida estaban aterradas de que sus maridos las fueran a dejar, yo vi ahí un filón, una oportunidad para un buen negocio", confiesa socarrona Barrows, quien recientemente fue noticia en la prensa norteamericana tras denunciar airada un robo del cual había sido víctima: su libreta negra de clientes. Una angustia injustificada. Ni antes como meretriz jefe ni ahora como consejera a domicilio, Madame Mayflower ha sufrido merma alguna en su atávico negocio. Una anécdota referida por ella misma, lo confirma. "Los hijos de una prima mía estaban recolectando fondos para el evento del Greenwich Country Day. Entonces yo le hable sobre el programa Esposas, y ella me preguntó si prodría subastar un cursillo del asunto. Un éxito la ocurrencia. La puja colocó mis charlas en siete mil dólares. Claro, como era para fines benéficos, yo no recibí un centavo. Pero me recogieron en un auto de lujo y me llevaron a una fabulosa

propiedad. Todo divino. La anfitriona había montado una fiesta inolvidable: sirvientes que corrían de aquí para allá con viandas surtidas, mesas servidas alrededor de las piscinas, bolsitas con chucherías, y adornos sugestivos como condones de colores clavados en palitos, cual chupetas, o pinturas de labios con forma de pene. ¡Me encantó!" Una veterana de sus seminarios describe a una almidonada Barrows enfundada en una copia de un traje de Chanel, con zapatillas de tacón bajo y perlas en el cuello, repartiendo consejos como: "Háganse amigas de él, de su pieza de resistencia; dénle un nombre, Hércules b Alejandro Magno y, cariñosas, pregúntenle cómo estuvo su día". "Toco temas, en realidad, delicados, pero soy una maestra de los eufemismos. Si me pongo un poco gráfica, comienzan a sentirse incómodas. Así que prefiero referirme al lugar o al meollo. Además, me valgo de las manos con las que silueteo formas. Funciona para mí y para mi audiencia". A Barrows le llueven las proposiciones, en el sentido didáctico, se entiende, pero prefiere las reuniones íntimas —pocas alumnas— y bien remuneradas. Igual sus estudiantes, que pueden aprovechar al máximo la cátedra de teoría sexual aplicada, a la saciedad. "Aunque suene raro", dice, "saber trucos y secretos en la materia es algo que la mayoría de las mujeres desean. Es como si la felicidad conyugal dependiera de un estupendo polvo. ¿No es interesante?". Va nity Fair

Oscar por un par de minutos *********

Por una fugaz aparicion en la que destilaron experiencia de por vida —algunos dieron luz a las más pobres e inertes películas— ellos merecen —al ojo de Interview— el codiciado galardón de Hollywood.

o

Sully Boyer. Nervioso, el anciano sueña agridulce y recurrente con su fallecida esposa. El tímido asomo de ella en la cinta In the soup devino conmoción universal.

Natalle Canerday. Un corta línea dicha por la coqueta mujer del sheriff del pequeño poblado en One false move fue suficiente como para no olvidarla jamás: "El ve televisión. Yo no leo literatura". Jim Broadbent. En el filme The crying game contribuyó espectacularmente a la comprensión —o cuando menos su divulgación— de la jerga típica de los bartender norteamericanos.

o

Rachel Griffin. Los jóvenes soldados de A midnight clear recibieron de ella un muy especial regalo, cuando conocieron aquel personaje que, para ser perfectamente percibido, no tenía por qué ser oído. ABRIL 1993 EXCESO

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ro 1 iedades asociativas

Con AD se vive mejor

OSCAR POR UN MINUTO. CONT.

Blanca

Cecilia

Medalla de bronce

Copei Teodoro Petkoff

Caldera

e Frank Whaley. La sorpresa mortal de Hoffa —el tipo interpretó tan bien su papel

que arrulló convencida a la audiencia. Nicole Burdette. Ese instante, cuando caliente salió a la escena, danzando en la taberna, fue el único hálito de vida que A river runs through ittuvo durante su hora y media de proyección.

1 espermatozoide + Carlos M. Estrada + Salvador Dalí + Maza Zavala Eduardo Fernández

27 de noviembre - 4 de febrero = Piñerúa Costa Rica, Lima y Miami Igora Royal + 1 (Barbie)n x 1/4 de Alvarez Stelling - Osmel Souza = Irene Sáez el mercado de Chacao

o

El rincón del fusil

Lyle Lovett. Una detective, tan sigilosa

como la mejor, cuyas excentricidades en The player le ganaron a la inocencia la categoría de mala palabra. Gabrielle Anwar. Cuando se excitó en aquella secuencia, desnudó sus hombros e introdujo a Al Pacino en un ardoroso y dulce delirio. Lo mejor de Scent ola woman. Phyllida Law. Ama de llaves en la propiedad de Peter's friends, saboreó el poder del decoro y la integridad ante la mirada de masas sobreactuantes (puntos de admiración, además, por ser la madre de Emma Thompson).

Vinicio Carrera a Por estas calles La ficción no emuló esta vez a la realidad: llegó antes. ¿Ingenua ocurrencia? Lo cierto es que la primicia semejaba más un recurso de memoriosos —la musa se conectaba con hechos reales sucedidos nueve años atrás— que una conjetura lograda por sabuesos perspicaces o una visión de adivinos en plena hola de cristal. Así, aquella noche, en pleno capítulo ene de Por estas calles, Mauricio Cabrera —cualquier parecido con la realidad resultó asaz premonitorio— entró en cuadro argumentando con buen talante su violenta salida del país. Ministro con perfil de ca-

no

Aleo Baldwin. Tan frío y terco como sus

emblemáticas bolas de bronce, ese violento supervendedor que encarnó eh Glengarty Glenn Ross demostró que no siempre el cliente tiene la razón. * * * * * * * * * 78

EXCESO ABRIL 1993

El economista Marrero

ricatura —igualito, pues—, había hecho negocios con los taxímetros, no. Nada sucio en el transporte y las comunicaciones. Y, de esta manera, hasta las diez de la noche de varias noches hasta su fin. Un disparo del policía vengador sacaría del aire al indiciado.

Sorpresa de sorpresas, apenas una semana después, Vinicio Carrera hizo su aparición por estos lares al cabo de casi dos quinquenios de habeas corpus en Inglaterra.

"Soy inocente", dijo a las puertas de los tribunales el ex burócrata verde, imagen ésta también vista por televisión. Al sospechoso, por si acaso, le convendría algo más que un baño con cariaquito morado. El género folletinesco ya dio el aviso y estos días abundan los gatillos sueltos.


Ililerradejue g

O

historias de la locura corriente

Fascismo chic Terminada la Segunda Guerra Mundial, compañía de Petain y el resto de los figurones cuando no hubo hallado el desenlace de la del régimen de Vichy, y luego de regreso a casa fuga desesperada, el suicidio, el pelotón de en la reclusión voluntaria de Meudon, cerca fusilamiento o la cárcel, su destino adoptó de París, donde vivió hasta la muerte, las formas del ostracismo interior o el igno- rumiando ese odio del que había derivado, minioso olvido. Eran culpables de lesa pa- amén de una profesión, un arte. Salidos del purgatorio donde se consutria, habían militado a favor del ocupante, hecho buenas migas con él y adoptado sus mieron durante décadas, los escritores prosideas y sus causas. Se llamaron Maurice critos han hecho un espectacular come back. El pozo de una culpa coSachs, Drieu La Rochelle, Robert lectiva jamás disuelto del Brasillac, Lucien Rebatet y Louistodo habría propiciado Ferdinand Céline, entre muchos la seducción. Al fin y al otros más o menos destacados cabo en Francia no sólo pero, a los ojos de la Francia Libre, igualmente culpables. los intelectuales colaboForjaron panfletos, colaboraron raron con el Tercer en revistas, dirigieron periódicos en Reich. Seis biografías los que el racismo del nazi victorioconsagradas a Brasillach so repicó con las sonoridades de la han aparecido en tres lengua de Racine, Baudelaire y años. La novela que ReProust. Folletos como Les Beaux batet escribió en la cárDraps, firmado por Louis-Ferdicel, Les deux Etandarts, nand Celine, revistas intervenidas acaba de entrar en el caCeline visto por Tonio Pericoli —cual la NRF— y pasquines abyectálogo de la prestigiosa tos —tal Je suis partout— cuya jefatura de re- editorial Gallimard. Celine se ha encumbradacción desempeñara Robert Brasillach, bri- do en el altar de un culto fanático que trata llante crítico de cine, periodista y novelista, se con indulgencia los desvaríos del genio, hasimprimieron, circularon y leyeron en un am- ta el punto de catalogar su irrestañable anbiente de silencio y de miedo. Fueron pilares tisemitismo de brillante ejercicio de estilo. de la literatura oficial, la que complacía y tenía La infamia está de moda. Representados en la total anuencia del enemigo. una abundante memorabilia que una sulfuBrasillach, el pederasta germanófilo, murió rosa leyenda acompaña, diarios, documenen el paredón después que el general De tos y correspondencias de los autores de Gaulle le negara el indulto a la hora de la Libe- marras llenan los anaqueles de las librerías y ración; el dandy Drieu no resistió la angustia plenan los bolsillos de los editores. de comparecer y explicarse, suicidándose de El angustioso momento que vive Europa un pistoletazo; y el vanidoso Rebatet pasaría —en Alemania la cruz gamada ha recuperado varios años en las prisiones de Fresnes y prestancia, la guerra se encarniza en los BalClairvaux, donde se le permitió concluir una canes, la depresión toma por asalto a Gran novela (ya había publicado Les Décombres en Bretaña—, reedición del clima que caldeó los pleno conflicto). Sachs, quien aparte de infor- ánimos en los años que mediaron entre las mante de la Gestapo era judío, desapareció en dos guerras mundiales, tal vez haya redorado el infierno de Hamburgo, adonde huyó en los el blasón de una comparsa maldita. ¿Juegos o días de la debacle final. Celine, el del inipresagios de un oscuro porvenir? ¿Quién le mitable Voyage au bout de la nuit, conoció un teme al lobo? doble exilio: en el castillo de Sigmaringen, en

Diez clásicos del cine romántico *********

Katharine Hepburn

o

Casablanca, con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, 1942

Cumbres borrascosas, con Lawrence Olivier y Merle Oberon, 1939

Lo que el viento se llevó , con Clark Gable y Vivian Leigh, 1939

o

Breve encuentro, con Trevor Howard y Celia Johnson, 1945

Annie Hall, con Woody Allen y Diane Keaton, 1977

La reina africana, con Humphrey Bogart y Katharine Hepburn, 1951

o

Un hombre y una mujer con Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée, 1966

Doctor ZhIvago, con Omar Sharif y Julie Christie, 1965

Ahora, viajero, con Paul Henreid y Bette Davis, 1942

Dispara a la luna, Diane Keaton y Albert Finney, 1982 * * * * * * * * * ABRIL 1993 EXCESO

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Jekyll! e Hyde Luis Pifie! úa Ordaz "Piñerúa está bien construido por dentro", según Jaime Lusinchi "Piñerúa representa la candidatura presidencial más auténticamente popular. No sólo cumplirá los compromisos históricos de Acción Democrática sino los que ha contraído con el pueblo, porque él viene del pueblo. Está bien construido por dentro. Es un infatigable trabajador. Será el gran continuador de la tarea que iniciaron Gallegos, Betancourt, Leoni y Pérez, y el primer oriental en asumir el gobierno, después de los Monagas". (Jaime Lusinchi, El Nacional, 19-2-78) "Piñerúa es un fiel abanderado de los principios y verdades por las cuales mi padre llegó al sacrificio de ofrendar su vida: la libertad y el establecimiento de la democracia en Venezuela". (Natacha Ruiz Pineda, El Nacional, 19-2-78) "Apuesto un millón de bolívares a que Piñerúa gana las elecciones. El contendor que tenga el valor de dudarlo podrá recibir su depósito en una institución bancaria a convenir". (José Rosario Patiño, El Nacional, 22-3-78) "Sus planteamientos se confunden con las aspiraciones del pueblo, como la lucha contra la delincuencia, un mal de las sociedades modernas, pero que hay que erradicar. La gente, que lo conoce firme, sabe que cumplirá su promesa". (Armando Sánchez Bueno, El Nacional, 10-4-78) "La candidatura de Luis Piñerúa ha calado tanto que la gente que votaba verde está esperando un empujoncito para votar blanco". (Rómulo Betancourt, El Nacional, 26-10-78) "Piñerúa merece la admiración y el respeto de todos los venezolanos. Es el tipo de hombres que le hacen falta al país". (Luis Alberto Machado, 2001, 6-12-78) "Se ha dedicado con fervor a hacerle frente a todo lo que ocurre. Las cosas que pueden señalársele como negativas parecen mínimas frente a toda la magnífica intención que ha puesto en Carmelitas". (Pedro Tabata Guzmán, El Universal, 4-4-92)

"Es una mentira •

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de hombre",

según Jaime Lusinchi "Piñerúa es una mentira de hombre capaz de actuaciones delictuosas, co1 mo la rocambolesca operación comando para traer a Venezuela a los prófugos. Cuando fui presidente lo eché de Miraflores porque quiso faltarme el respeto; de allí viene su inquina. Acomplejado, traicionero y seu-

domoralista, tenía o tiene garzoniers para regodear sus frustraciones de viejo verde, que provoca desprecio y no asusta a nadie". (Jaime Lusinchi, El Nacional, 19-2-93) "Un irresponsable. Es incalificable la ligereza con la que lanza tan graves acusaciones. Debería ir a los tribunales si tiene algo de qué acusarme". (Arturo Uslar Pietri, El Nacional, 19-2-93) "Pensaba que había evolucionado, pero lamentablemente es el mismo de antes". (Rafael Caldera, El Nacional, 20-2-93) "Es cínico Piñerúa. Llega al extremo de solicitar una investigación sobre el aviso desplegado en la prensa en contra de Uslar Pietri, Caldera y Escovar Salom cuando está precisado el origen oficial de esa canallada". (El Nacional, 7-12-92). "El sabe que Pérez lo está utilizando". (José Vicente Rangel, El Universal, 22-3-92)

"Si yo tengo con una persona más de 20 años de amistad y observo que su ejecutoria tiene para mí algo raro, lo más lógico es que yo me reúna con ella. No le perdono a Piñerúa su insolencia. Y todo por el nerviosismo de ver a otro compañero adelante en las encuestas". (El Diario de Caracas, 13-7-92). "Lucifer tentó a Piñerúa... Se acostumbró a carajear a todo el mundo en Acción Democrática. Conmigo se equivocó". (Claudio Fermín, Portada, 31-1-93)

"Piñerúa actúa contra mí llevado por el reconcomio y se escuda tras mis faldas para satisfacer sus odios. Mi dignidad no puede ser pisoteada por cualquiera que pregona una moral que no tiene". (El Nacional, 13 - 8 - 88). "No me siento ofendida porque me haya llamado barragana. Ojalá fuera la mujer del hombre al que me une". (Blanca Ibáñez, El Nacional, 18-8-88) "Se quedó anclado en los sesenta". (Luis Manuel Esculpi, El Universal, 4-4-92)


Atiende al silbido luan Listan°

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wámi Vivekánanda (1861-1902), 'evangelista de Ramákrisna (18361886), cuya palabra recogió y trasmitió con devoción mística, resumió el sentimiento religioso del hinduismo en la siguiente frase: "La idea hindú es que Dios es la meta de la vida". El reverso sería la idea de las sociedades occidentales desarrolladas. La meta es, para la civilización occidental, suplantar a Dios mediante la ciencia, la técnica, la tecnología, el bienestar material fruto crematístico del consumo. Si nos atenemos a las conclusiones expuestas por Rafael Sylva Moreno, colaborador de esta misma revista y vecino columnista mío, en su atrayente libro Nostra-

damus, Los últimos Papas, El Anticristo (1991), libretos ampliados de su programa tan oído, Nuestro insólito universo, la profecía apocalíptica estaría cumpliéndose, siendo las tres cabezas del número 666, las de la Bestia: la droga, Estados Unidos y la manipulación genética, capaz de gestar un clon (de clónica, división de la amiba en dos), creado en los laboratorios, "a imagen y semejanza de Je-

el Redentor".

sús, En este cuadro profético clásico en la cultura judeo-cristiana propia de Occidente, gestada por la Iglesia y sus padres teólogos, sobresale la relación in-

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EXCESO ABRIL 1993

negable entre Estados Unidos, el mayor centro tecnológico del mundo; el poseedor de la mayor población entregada a la drogadicción y el propulsor principal del consumismo hasta convertirlo en american way of lije. Sylva cita una frase dicha en los años cincuenta por Eisenhower, entonces Presidente de EEUU: "Norteamérica es demasiado inmadura emocionalmente para controlar su propia madurez tecnológica". Desarrollo, pues, centrífugo, dispersión hacia lo exterior, obsesiva voluntad de controlar la naturaleza, la energía, el cosmos, la estirpe humana, el comercio, el mercado, en resumen: vocación —destino manifiesto— de ser dueño del mundo, por lo tanto, vocación de poder intransferible. Estados Unidos culmina

el desarrollo de la culta Europa industrial y científica, colonialista y creadora de los grandes mitos fáusticos, arriesgándose en la desmesura de querer emplear el espíritu humano para enseñorearse del mundo. Su origen puritano, inflado por los más diversos ventarrones del frenesí fáustico, se desvió hacia una

indirectamente, por meta en la vida, la Unicidad metafísica divinal y original para reabsorberse en ella, y los que según reza un sútra de La sustancia de los Tantras (ver La tradición hindú, Ediciones de la Tradición Unánime, Barcelona): "Se complacen en el fraude y el engaño, buscan los objetos de su codicia y carecen de buenas acciones, ésos ya no conocen ni al dios, que es el Gurú, ni la confianza de las Shástras (doctrina, escrito tradicional). Por eso, ¡oh, diosa!, he ocultado mi poder. Al estar oculto, de ellos (los mantras), no quedan más que las letras". Esta dicotomía no tiene sentido para quienes están sumidos en la inmensa corriente existencial cuantitativa centrífuga que los aleja cada vez más de los Principios, del Origen, del Centro inicial de vida, entendido como sea. Vulgarmente diría que para los que viven de la cantidad, de lo inmediato, de la actualidad, de lo que es noticia, del espectáculo como fin en sí mismo, de la moda en cualquiera de sus manifestaciones, no tiene sentido la calidad, lo intemporal, lo esencial, el reposo mental, la elevación, la comunicación mediante la meditación y la concentración en los poderes energéticos del Espíritu. Añado: el mundo del espectáculo y de la moda abunda en falsos profetas, en falsos meditadores, en falsos gurúes, en falsos espiritualistas (sobre todo entre los artistas), clones en el apocalipsis de la posmodernidad. El anhelo fáustico llevó al hombre a la Luna y a los viajes espaciales por el cosmos; a la sustitución de la naturaleza por productos de laboratorio; al alejamiento de la metafísica por el más subalterno y efímero culto de la actualidad de la que se hacen eco los medios pero l como preguntaba, en una carica.

vocación de poder irracional que tan sólo tuvo Roma, pero atemperado por la tolerancia hacia los dioses ajenos. Por lo tanto, se podría dividir al linaje humano entre los que tienen directa o

tura de Quino, el viejo gaucho al millonario de visita al campo, extasiado ante su auto de cien caballos de fuerza: "¿Pero ellos también atienden ál silbido como el mío?".


Otrova Gomás

lativa importancia. Luego de varios años de investigación, creo estar tras la pista de un mosquito que al picar causa el envejecimiento. Parecido a cualquier otro díptero, al atacar a la gente adulta, el insecto en lugar de sangre les extrae el fluido vital en el cual se encuentran diluidas las ilusiones de todo ser humano. La gente, víctima de la picada mortal, ignorante de lo que le ha ocurrido, se limita a rascarse pensando que es un simple escozor, pero al cabo de tres o cuatro ataques semanales, va perdiendo interés en las cosas de la vida y entra en el inexorable proceso de la decrepitud. Lo extraordinario del estudio es que

i bien es cierto que en el desarrollo de los estudios para combatir la muerte, los científicos que nos hemos especializado en la materia sufrimos el amargo sabor de los fracasos, es innegable que también hemos tenido logros importantes. Por ser una carrera contra el tiempo, los estados anímicos que produce tan dura batalla en los investigadores van desde la euforia desatada hasta la depresión más profunda, como la que sufrí junto a un colega japonés, Takito Taduro, cuando logramos sintetizar una proteína que no sólo detenía la vejez sino que revertía el proceso produciendo un rejuvenecimiento celular acelerado; desgraciadamente, el descubrimiento se nos escapó de las manos porque no hubo manera de deterner la actividad progresiva de la maldita proteína. Casi morimos de tristeza cuando a los dos días de iniciada la prueba, el pobre viejito con el cual estábamos experimentando en el laboratorio, después de haber llegado a la condición de recién nacido, se nos fue empequeñeciendo hasta desaparecer en el microscopio volviéndose un alocado espermatozoide. A pesar de este duro golpe, hace poco logré un avance que considero de re-

creo que al picar a una persona joven, el mosquito le transmite las ilusiones que le ha extraído a los adultos volviéndolos seres llenos de entusiasmo. La razón de haberme dedicado a este tipo de investigaciones es por la absoluta convicción de que la vida de una persona para ser disfrutada plenamente requiere de un lapso no menor de cinco mil años, estableciéndose un período de mil años para disfrutar de las comodidades de la infancia, mil años de adolescencia para agotar plenamente los

Por una vida más larga

S

placeres de la locura juvenil, mil para prepararse y tener una juventud realmente productiva, mil para el ejercicio placentero de la madurez enriquecida con la fortuna, la experiencia y el tiempo libre, y mil años de vejez, en la que dedicados exclusivamente a meditar, observar y enseñar a los jóvenes, por el grado de deterioro orgánico y de cansancio, uno sienta verdaderas ganas de que llegue el fin de nuestros días. Es indiscutible que una vida de 70 y hasta 90 años es ridícula. En rigurosa terminología popular, decirle a una persona que tiene ese tiempo para vivir plenamente constituye un delito de estafa en el que alguien se está beneficiando de nuestra ingenuidad. Nadie, por muy esforzado que sea, puede en tan mísero tiempo aprender, hacer y disfrutar adecuadamente lo que se supone son los esquemas generales de la vida; basta ver la ignorancia, no sólo de nuestros estudiantes en liceos y universidades, sino la de sus profesores. Y esto es lógico, es imposible que una persona en sólo 20 o 30 años de estudio llegue a compenetrarse verdaderamente, ni siquiera con un ápice de cualquiera de las ramas de las ciencias. Basta imaginarse lo que habría hecho Einstein, Mozart, Curié o Picasso si hubiesen vivido apenas 500 años más. Ojalá que estas reflexiones entusiasmen a nuestros jóvenes científicos y lleven a que más gente se aboque a luchar para detener las voluminosas cosechas diarias de la parca. Si trabajamos duro estoy seguro de que podremos doblegarla a nuestra conveniencia y sacarla a patadas de nuestro territorio. Siendo como somos, un país joven, rico y lleno de gente capaz y dispuesta para el trabajo productivo, si trabajamos en ese rumbo tendremos grandes posibilidades de llegar a ser líderes mundiales en la complicada tarea de lograr la codiciada vida eterna.0

ABRIL 1993 EXCESO

ó5


Rafael Sylva Moreno

—día y noche— por un hombrecito, simpático y rechoncho, de nombre Mr. Harrys, quien fungía como administrador y asistente del gran virtuoso, pero en realidad no era otra cosa que el familiar que le había asignado Satán. A comienzos de febrero de 1993, una entrevistadora de color llamada Oprah Winfrey acudió a la mansión de Jackson, en Encino, California, para "conversar" con él y, según dijo, "poner en claro o desmentir el océano de rumores acerca de su persona". Una de las primeras cosas que Jackson intentó poner en claro fue que su actual color blanco alabastrino se debía no al uso de sustancias químicas, sino a una rara

n Hollywood, donde el esoterismo y la superstición son prácticamente una forma de vida, existe, por absurda que parezca, la convicción de que tras el éxito y asombrosa metamorfosis del cantante Michael Jackson se esconde un elemento sobrenatural. Cierto psíquico, de los muchos que abundan en la capital del cine, insiste con toda seriedad que Michael habría entregado su alma al "señor de las tinieblas" a cambio de que éste le convirtiera en el personaje de show bussines más famoso del mundo y, además, transformara sus características negroides (a las cuales evidentemente detestaba) por una piel blanca, cabello liso y nariz perfilada. Avala tal creencia el hecho de que su majestad satánica, luego de complacer al cantante, le asignara la correspondiente sombra o familiar. En el argot de la demonología, un familiar nada tiene que ver con parentesco y más bien con guardián. Generalmente se trata de un diablejo menor (o quizás un alma en pena) asignada por Satán para que vigile y ayude a cumplir su pacto a la persona que haya negociado con él.

enfermedad de la piel conocida como vitiligo. Aclaró, además, que ese aclaramiento de su cutis de ninguna manera debía considerarse como un rechazo a su ancestro negro. Pero quienes observaron la entrevista, con abundantes Glose-ups del ex negro, pudieron comprobar que si bien el vitiligo decolora áreas relativamente pequeñas de la piel, ello no ocurre de manera uniforme y tan perfecta como luce la de Jackson. Por otra parte, y si es verdad lo que el

tadora muy diplomáticamente evitó emplazarlo acerca de ese aspecto, también se eximió de preguntarle acerca del enigmático y ya notorio delegado satánico de nombre Houston Hawkings, que siempre y muy discretamente anda tras él. De acuerdo con la famosa vidente hollywoodense Christine Jones ese familiar a veces se desdobla en cuatro entes distintos, haciéndose pasar por masajista, maquillador, valet y peluquero del cantante del guante blanco. Siempre de acuerdo a la Jones, uno de esos familiares a veces toma posesión del cantante haciéndole actuar en forma irracional. Se rumorea, por ejemplo, que dentro del cuerpo de Jackson y personificando a la voz de una mujer ha llamado a personalidades hollywoodenses para proponerles citas eróticas en diversos lugares de la ciudad. Nunca acude a ellas, por supuesto, pero posteriormente el cantante escuchará la cinta grabada para disfrutar burlonamente de la conversación. Dejando de lado fantasías sobrenaturales, el doctor Aaron Hershowitz, profesor de psicología en la Universidad Yeshiva de Nueva York, ha dicho que Michael sí cambia la tonalidad de su voz a fin de no dejar ver su verdadera personalidad. Prefiere, al falsearla, trasladarse al mundo de la fantasía. Cuando Oprah Whitney alardeó el pasado 10 de febrero de que Jackson nunca había sido entrevistado a fondo en su inner sanctum de Encino, California, pues ya en

cantante ahora dice de estar orgulloso de ser negro, ¿por qué se alisó el pelo y se hizo esculpir la típica nariz ancha y aplastada.de su raza, llegando al extremo de operar sus labios para eliminar su protuberancia? Así como la entrevis-

1984, la revista Time lo había logrado. La periodista de ese semanario, por cierto, consiguió que Jackson le mostrara las habitaciones interiores (cosa que no logró Oprah) y, según lo comentó en el reportaje en cuestión, al pasar

Michael Jackson y su "familiar"

E

Sacheverel Sitwell, en su biografía cle Liszt, menciona que el gran violinista Nicolo Paganini, quien presuntamente habría hecho su pacto con el diablo a cambio de una insólita destreza con el instrumento, siempre era acompañado $6

IXCISO ABRIL 1993

estaba exagerando,


por un pasillo de regreso del baño que había pedido prestado, vio a Michael Jackson sentado en una salita pequeña mirando a la pantalla de un televisor y junto a él a otra persona, indefinible por cierto, ya que sólo se veía una silueta oscura. Al preguntar la reportera quién era su acompañante, el cantante respondió lacónico: "un amigo". Para muchos, sin embargo incluyendo al británico Boy George, ese "amigo" podría ser el enigmático Mr. Houston Hawkings, de quien el propio George diría: "He hablado con ese hombre en varias llamadas trasatlánticas, y aunque parezca raro yo pienso que se trata del propio Jackson quien cambia de voz y de personalidad. Cuando le pregunté acerca del tal Hawkings respondió que era sólo "un amigo" y que éste le había robado su agenda con mi número de teléfono. "Todo muy extraño por cierto". Es bien sabido que Jackson tenía el hábito de disfrazarse cambiando la voz y, vestido con traje de predicador y bigote, visitó varias casas de Birmingham, Alabama, para distribuir folletos acerca de una muy conocida secta religiosa. En otra ocasión, y utilizando una exagerada peluca afro, así como poblada barba, acompañó a Tatum O'Neal al Radio City en Nueva York. Cierta vez, cuando se le preguntó acerca de su rápido ascenso al estrellato y asombrosa metamorfosis de negro con típica nariz chata y pelo afro a ese híbrido albino de cabello liso que es en la actualidad, contestaría textualmente: "Yo soy más que la persona que todos ven en el escenario y hay más de una personalidad involucrada en mi yo íntimo". Sería, desde luego, completamente absurdo y un insulto a la inteligencia de los lectores estar proponiendo la existencia de pactos diabólicos y entes o delegados de Satán en esta época. Pero, ante esa declaración textual que hizo Jackson de que: "Soy más que la persona que todos ven en el escenario y hay más de una personalidad involucrada en mi yo íntimo", se podría pensar cualquier cosa.P

Para engrosar la basura Frank Baiz Quevedo

F

n el remozado refugio de una mezrecién estrenada, en pleno centro de la ciudad, yacen cientos de ejemplares de la Revista Nacional de Cultura, prestos a su eliminación definitiva. Páginas de reflexiones y comentarios, de disquisiciones, de poemas, otrora entregados con el desvelo de quien aguarda al pequeño estremecimiento de la próxima publicación. Más allá, al lado de esa orografía seriada que sepulta los últimos veinte meses de la revista, se amontonan decenas de números de Imagen, otra publicación cultural, con idéntico destino: el almacén y la basura. Amago de expansión poética, de cordón reflexivo de más de un esperanzado escritor, con ese otro que siempre se espera del lado invisible de la página y que, quizás, él también, se guarece en las mismas hojas prontas al amarilleamiento, a la ineludible cosificación de un material que se conforma con desalojar un volumen en el aire que le circunda. i zanina

Mientras tanto, Caracas se conmueve por tantas otras cosas que no son esa escritura y ni siquiera la sabe o la cree

necesaria: Caracas acaso es política en actividad, o desorden económico, o corre y corre de compras o mendicidades y, sobre todo, sobrevivencia. Es momento peligroso y sin memoria, nada más. La escritura, ese ejercicio de charlas y foros que insufla la vida, la esperanza o el ego de algunos seres extraños, transita a un costado del palpitar

común. Algunas veces, la ciudad se vuelve hacia su literatura y la literatura mira a la ciudad, como se miran a la cara por momentos dos desconocidos. Y cada una sigue su camino. La literatura citadina, precariamente, circula en un estrecho recinto de apocalípticos que se niegan a la integración, en un círculo de optimistas y desengañados: es el refugio de unos pocos, aislados, en obligado ejercicio de autorreconocimiento. A veces, algunos de ellos, se asoman a la cultura cotidiana y arrojan sus claves al viento, quizás con la esperanza de verse vistos en el espejo, como cuando el escritor en perenne préstamo a la televisión, desliza un guiño literario y continúa deshilvanando su telenovela. Otras veces, muy pocas, el escritor se sorprende de saberse existente en la cabeza de un ciudadano cualquiera, una inexplicable secretaria, un inusitado y anónimo lector. Pero la mayor parte del tiempo, el intelectual, ése que adjudica a su ejercicio un valor que el resto de la sociedad no sólo niega sino sobre todo ignora, habita en un reino aparte, labora en la individualidad y sueña sin descanso. Este sueño, en muchas oportunidades, ha querido una cultura impregnada de la ciudad y ha anhelado una ciudad impregnada de esa cultura, construida también de literatura o de cine, una ciudad que, cuando se escriba a sí misma o se pinte o se fotografíe, sea, inequívoca y familiarmente ella, que escriba, en su ser de ciudad, su atmósfera personalísima, como lo hacen las grandes ciudades del mundo, como New York, que respira en el aire estancado del metro toda la ciudad y toda la literatura en una misma bocanada. Pero esa ciudad no existe todavía. Quienes se empeñan en hacer una literatura para ella, la miran desde su pasión de solitarios y se conforman con gesticular frente al papel su pasión por quien les da la espalda. Algunos de ellos trabajan sin descanso, hasta descubrirse sepultados en la catacumba de un almacén ministerial. Otros todavía guardan fuerza, deseosos de que la ciudad por fin los mire.ui ABRIL 1993

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La herida punzopenetrante no es la que provoca la hemorragia; está en el verbo

cromático y sinuoso que fluye a torrentes in crescendo, escaleras arriba. La ciudad —una procesión de violencia, sexo, soledades el lugar común donde el monólogo —un pensamiento que discurre a eslabones— trastocará en realidad intensa, de cuajo, directo de la alegoría más fantástica al suceso sórdido y definitivo. Historia breve y pulcra que pertenece al libro de inminente aparición —en abril, por Monte Avila Editores— Cabeza de cabra y otros relatos, que el autor, Ednodio Quintero —merideño, ingeniero forestal y fresca pluma— presentará, también en la víspera, en Buenos Aires.

Ednot to 9 u ntero icen que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. Mientras no se demuestre lo contrario, me atengo a esa premisa. Sin embargo, no ha sido la geometría elemental la razón por la cual he tomado este atajo. La hora avanzada del atardecer —ya casi de noche, si queremos ser precisos— aconsejaba otro camino. Un rodeo, más largo pero seguro. Bajar por la calle del mercado, esquivar la marejada de buhoneros, mendigos y vendedores de mentol chino, torc er nquina del trampolín de los

vil la

Angel y cruzar luego el

suicidas. Si opté por la ruta más corta no fue para ganar tiempo. Me agrada de verdad este paseo que pone a prueba el fuelle de mis pulmones. Los músCulos están bien, y el esfuerzo de subir los ciento treinta escalones que acaban allá arriba en la meseta me produce una incomparable sensación de relax. La san88

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Ola

gre fluye como agua de un manantial y mi mirada se limpia de telarañas. Además, en una ocasión como la de hoy, cuando tuve que saltarme el almuerzo para atiborrarme hace media hora con una espesa sopa de cabeza de cabra, la caminata me sentará de lo mejor. Llegaré a mi apartamento fresco como una lechuga. Sí, la vía que atraviesa el barrio Santa Inés tiene sus ventajas. No obstante, algunas veces, mientras camino entre las endebles construcciones de ladrillos sin frisar, me asalta un presentimiento. Me imagino a mí mismo como el elegido para un sacrificio ritual. A paso lento avanzo hasta el tope de una pirámide donde me aguarda un grupo de encapuchados. Quisiera detenerme y huir, pero alguien a quien no puedo ver me empuja o una soga invisible tira de mí. Antes de llegar a la cima me tambaleo, uno de los verdugos se separa de sus compinches


e c a br a

y a medida que se acerca veo que su capucha se transforma en una máscara plateada que refleja los rayos sesgados de un moribundo sol. ¿Qué se propone el maldito? ¿Arrancarme el corazón o desollarme como a una res? ¿Será cierto que este barrio se ha vuelto peligroso? Yo no sé. Algo he leído en los diarios. De cualquier manera, ya he bajado hasta el puente y no me voy a devolver. Me sentiría ridículo huyendo de un enemigo imaginario. Los periódicos exageran con eso de la delincuencia, pienso yo. Crean en las personas un estado de pánico permanente que les hace ver pillos y malandros por doquier. En las calles la gente se mira con recelo y ante el menor gesto sospechoso saltan como si les puyaran la espalda con una vara cargada de electricidad. Por encima de algún suceso excepcional, la prensa amarillista destaca los así

llamados "delitos contra la propiedad", y se ensaña, no sé por qué, en la relación de fechorías insignificantes como el robo de un ventilador. Los guardianes del orden, escudados en la impunidad, aprovechan la histeria colectiva para atropellar a los más indefensos ciudadanos. Polizontes uniformados o agentes de la secreta manifiestan así sus verdaderos instintos, pues son ellos los peores criminales. ¿Quién se atreve a desafiarlos? Azuzan sus perros de presa, reparten peinillazos a diestra y siniestra y disparan sin avisar. Hace poco, en el barrio Santo Cristo, acribillaron a un adolescente, estudiante estrella del liceo nocturno, vegetariano, lector de la biblia y campeón de ajedrez. Le inventaron un prontuario post mortem que hubiera hecho palidecer de envidia al mismísimo Billy The Kid. Casualmente, una hora después, en el otro extremo de la ciudad, a la salida de un su-= ABRIL 1993 EXCESO

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permercado y delante de una docena de electores, el Alcalde ces, decidido ir a preguntárselo, dispuesto si fuera necesario a estranguló a su mujer. El forense que certificó la defunción arrancarle los dientes para obtener una respuesta, la persigo anotó en el informe: paro cardíaco... Así se bate el cobre en montado en un caballo negro. A veces en un onagro. Durante toda la noche correteo tras ella y, cuando estoy a punto de almi ciudad. ¿Tu ciudad? ¿Qué estás diciendo? Pues sí, eso he dicho. Mi canzarla, suena el despertador. Me levanto temprano. A pesar de que no estoy obligado a ciudad. Aun cuando se me considere, con toda razón, extranjecumplir un horario preciso en mi trabajo, me he acostumbrado ro, siempre la he sentido como mía, propia, asentada en mi corazón. Muchos años antes de establecerme en ella, la soñaba. a mañanear. Haraganeo un rato, hago café y me fumo un par Aún la sueño. Tal vez la amo, aunque, para ser sincero, debo de cigarrillos, y luego me ducho con agua fría. Mi desayuno es una muestra de frugalidad: dos huevos tibios, una rodaja de confesar que sus tragedias cotidianas me tienen sin cuidado. Invierto mis energías en asuntos diferentes. Vivo en La otra banda, Mientras ricitos de oro ronronea que así se llama el sector hipercomo una gata satisfecha, moderno ubicado en lo que antes yo cierro la puerta, despacito: fuera una bellísima meseta arbolada. Y trabajo en el centro, cerca chao, bombón. del casco histórico, apenas a dos ¿No te da vergüenza dejar a la damisela cuadras de la horrenda catedral. íngrima y sola en el lecho del placer? Desde mi apartamento tipo estudio, encaramado en el piso catorNo, no, en absoluto ce de un edificio recién construido, se divisa la zona sur de la ciudad, el estadio de beislol, el matadero municipal y la pista de galgos. A menudo, en un intento vano por librarme del tedio pan y jugo de naranja. A veces, y según la estación, me basta una fruta madurada por el sol. Elijo una chaqueta, aseguro la nocturno, abordo el autobús de la ruta 37 y me bajo delante del canódromo. Apuesto siempre a las perras con nombres sugesti- cerradura y tomo el ascensor. A la salida del edificio saludo al vos —Magaly, Lulú, Katty, Janett— y pierdo sin remisión. Soy portero, que me responde con un gruñido. Y piano piano inicio un jugador melancólico, tenaz. A golpe de medianoche, ahíto la travesía que conduce al centro de la ciudad. Si me cubriera de cerveza y con el dinero justo para pagar el taxi, regreso al los ojos con una venda, mis pies hallarían en el 'asfalto las marapartamento. Me envuelvo en una cobija de lana, y en posición cas de mi ir y venir. Pues, aunque recuerdo con frecuencia aquefetal sobre mi colchón ortopédico, abrazado a una almohada, lla frase de Beckett: "El hábito es el lastre que encadena el perro me duermo escuchando a Bach. Las cantatas, de Adviento o a su vómito", sigo siempre la misma ruta. En el trampolín de Navidad, continúan sonando hasta el amanecer —pues así lo he los suicidas, aprieto el paso y cruzo los dedos conjurando cualprogramado en el equipo láser de alta fidelidad, el juguete que quier tentación y, antes de subir hasta el penthouse entre las me regalé para celebrar mi último cumpleaños. Y, cosa curiosa, nubes donde se halla mi oficina, me detengo en el bar Magog. desde aquel día nefasto sueño con la misma mujer: una Detrás de la barra, Atilio, un siciliano que parece extraído de patinadora desnuda, de piel aceitunada y cabellera color plata un filme de los Taviani, al verme entrar ordena a su ayudante, quemada virando al gris, que se desliza haciendo cabriolas so- con un gesto casi imperceptible, un café para el ingeniero. El bre un lago de hielo. Oculta la parte superior del rostro, tras un café, exquisito, me reconforta. Compro dos paquetes de cigarricómico antifaz que le da un aire de vampiresa de película bara- llos y salgo a la calle echando humo como un dragón. Luego, ta. Pero no es su aspecto, el que sea, lo que me interesa. No ten- sentado frente a la computadora, inicio mi jornada laboral. Soy go intenciones de invitarla al cine o a una copa en el bar experto en software. La empresa me paga un dineral. Magog. Menos aún de conducirla, sosteniéndole el codo con el El mes que viene cumplo 53 años. Es fácil decirlo. Fumo cuenco de mi mano, hasta mi dormitorio de paredes color sal- como un chino, odio los gimnasios y devoro no sé cuántos kilos món. ¿Le mostraré mi obra maestra? Un lagarto negro tendido de carne al mes, y aun así me mantengo en forma. Si el cáncer y al sol, indolente y majestuoso, pintado en una lona áspera curael sida me perdonan, creo que llegaré a los ochenta. Un poco da con una mezcla de sangre, azul de metileno y agua de mar, encorvado, me imagino, pero es posible que a esa edad ciertos f Q u é provecho obtendré exhibiendo delante de ella mi fracaso? detalles carezcan de importancia. Andar erguido, ¿para qué? De No soy pintor. Lo que me intriga, hasta un extremo que me momento, no tengo ninguna queja. Llegué a esta ciudad hace produce vértigo, es la figura que va dibujando con la púnta ace- tres años, el clima me sienta de lo mejor. Vivo solo y apenas me rada de los patines sobre la superficie helada. ¿Qué sentido tie- relaciono con mis compañeros de trabajo. Sé que me detestan, nen aquellos trazos furiosos? ¿Escribe un mensaje? ¿Para pues los he oído murmurar a mis espaldas. Envidian mi sueldo quién? ¿Acaso para mí? Sé que nunca podré descifrarlo. Entonde pachá, y a veces me lanzan dardos, que dejo pasar de largo

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dir


como si la diana estuviera colgada a la pared. Me creen misógino o marico, no logran ponerse de acuerdo. La directora de la Sección de Micro-ships, una alemana marimacho con cara de caballo, intentó seducirme mediante una estratagema rupestre, digna de un gandolero y no de una doctora graduada en el MIT. Chao, pescao. Me escurrí con tal velocidad que no tuve tiempo de explicarle mi predilección por las adolescentes. El sábado es mi día de caza. Pero ya desde el mismo viernes se aviva mi espíritu venatorio, ideo trampas y celadas, aceito mi fusil. Armado con una cámara de video me paseo por el boulevard

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Rasputín, las ninfas revolotean como abejas en verano, aguijones y miel. Como un zángano que ronda cerca de la colmena, las observo sentadas bajo los toldos de los cafés, sorben sus limonadas (rapé, saborean sus galletitas de chocolate, cuchichean y se secretean, mueven los hombros y las piernas con giros insinuantes capaces de producir en un muerto guardado en lá nevera una instantánea erección. Mediante un sistema que mezcla el azar, las condiciones atmósfericas, la temeridad y la ayuda de Dios, elijo a la víctima. Esto de víctima es una manera de decir, tengo olfato para las pervertidas. Prescindo de rodeos y abordo a la agraciada. Buenas tardes, pimpollo encantador. Me hago pasar por director de cine —mi cabello entrecano me favorece— o finjo ser un turista de paso por la ciudad. Hablo con acento y en un descuido dejo caer un grueso talonario de cheques de viajero. Este último recurso nunca falla. A la futura protagonista de una película imaginaria le brillan los ojos de codicia, se le aflojan las rodillas y acepta su papel. A veces, ni siquiera necesito hablarle de los fiordos ni entretenerla con la narración de mi estancia entre los bebuinos. Cara amica, la comedia é finita. Vamos, nena, al motel. Aquí en el Don Giovanni me conocen bien y me asignan siempre la misma habitación —caldeada y con vista al famoso parque Humboldt que se extiende paralelo al río. "¡Uf, qué calor!" o "¡Ay, qué bochorno!", las chicas, al entrar, sueltan una expresión similar, al tiempo que se libran sin demasiadas ceremonias de sus vestimentas. Eficientes como muñecas de cuerda, distantes, reconcentradas en sí mismas, se quedan dormidas después del segundo asalto. Pareciera que han sido programadas en serie, ajustadas a la misma frecuencia, ecualizadas. Caramelos de

azúcar lavada, chupetas impregnadas de kriptonita, vestales de un culto que hace tiempo perdió su esencia sagrada y su misterio•. ¿Qué esperabas tú? ¿Una Fátima voraz como aquella libanesa que en una posada de Sevilla estuvo a punto de matarte? Los tiempos han cambiado, ¿no? El siglo veinte hace ya dos años que feneció. Qué verbo tan feo: fenecer. Yo a veces duermo unos segundos y me despierto aterrorizado. Me visto en un santiamén. Si alguien pudiera observar mi prisa repentina creería estar viendo a un cómico del cine mudo: Buster Keaton. El perro sarnoso se rasca las costillas y con andar furtivo abandona el nido de amor. Creo que hay chinches en esta maldita habitación. Mientras ricitos de oro ronronea como una gata satisfecha, yo cierro la puerta, despacito: chao, bombón. ¿No te da vergüenza dejar a la damisela íngrima y sola en el lecho del placer? No, no, en absoluto. Ninguna seguidilla le prometí. ¿Acaso no recompensé a la tal Xiomara con largueza? Un fajo de billetes de a mil entre su pantaleta y una muñequita preciosa que mueve los ojos y sonríe —me las envían por docenas desde Venecia. ¿Una muñeca para mí?, se preguntará. Y saltará de contenta al descubrir el tesoro del pirata. Se untará los dedos con saliva, a ver, tres meses del curso de actuación y un abono para las corridas de la próxima feria, ¡olé!, una cartera de cuero con hebillas de metal, a ver, un regalo para mi novio —en prueba de fidelidad—, a ver, aún quedan cinco papeles, me hacen falta unos zapatos rojos. Ce n'est pas mal. Qué tipo más raro. Ni siquiera supe cómo se llamaba y se escapó sin despedirse. ¿Qué sucederá si me encuentro con él otra vez? No te preocupes, princesa de Transilvania, si te vuelvo a ver no te conozco. Pues, he adoptado como mía la divisa de Heráclito: nadie chapotea dos veces en el mismo charco. Chao, mosco. El riesgo de encontrarla de nuevo es, de verdad, ínfimo. La antigua aldea agrícola y conventual, que a principios del siglo veinte contaba diez mil almas, sobrepasa el millón y medio. Han desaparecido los mercados al aire libre y ya no se ven jinetes aguardando la luz verde de los semáforos. La ciudad se las da de culturosa y sofisticada, su Teatro de la Opera es el mejor del país —dicen que su acústica es poco menos que perfecta. A pesar de su cosmopolitismo, la urbe recrecida conserva su fama de ciudad santa. A mí este asunto me viene de lo más bien, amplía mi coto de caza. Consulto el calendario de efemérides religiosas y elijo el disfraz más apropiado. Vestido de Nazareno acompaño la procesión del Santo Sepulcro, culebreo entre la sudorosa multitud y al menor descuido poso mi mano huesuda en las nalgas suculentas de una penitente. Bajo mi sayo carmesí estoy desnudo como Adán, y ella también. La elegida suele reaccionar con un leve gritito que el murmullo de los peregrinos ahoga sin dificultad. Se sonroja, pero no se aparta, la manoseo a mi antojo y ella comienza a suspirar. La voy empujando hasta sacarla de la marejada, nos escapamos por un estrecho callejón y la arrincono en un portal. ¿Será cosa del demonio, señor? Muévase y no haga preguntas tontas. No siempre obtengo la ansiada recompensa, pues a veces la endemoniada se arrepiente a último momento y corre a reconciliarse con su dios o, lo que es peor, nos interrumpe un condenado portero. Yo, que no soy amigo de lasa ABRIL 1993 EXCESO

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complicaciones, huyo de los campos minados. Prefiero andar llamar a un cerrajero. Déjeme ver, aquí están. Con mis dedos fríos toco la cabeza de caballo, el llavero de plata que me regaló sobre seguro. Me tiño la barba con tintes rojizos, me calo unas una dama mexicana, Guadalupe Reyes, profesora en un curso gafas de intelectual post —las de montura de oro, estilo de lingüística aplicada a la computación. Tenía mal aliento y un Lennon, disimulan mi presbicia y me dan un aire in— y me volcán entre las piernas. Hace un año me envió una postal desapuesto a la salida del Teatro Mishima. Aguardo afuera, a mede Marruecos. ¿Dónde andará? Dedos fríos los míos, yemas nudo bajo la lluvia. Me arriesgo a pescar una pulmonía antes que someterme al suplicio de asistir a una representación. Ya entumecidas. ¿Qué me sucede? Respiro con dificultad. Debería pagué ese karma el otro día, un idiota recitaba una sarta de in- disminuir la dosis de nicotina, los dos paquetes diarios que concoherencias delante de un televisor, Dios Todopoderoso, ten sumo corno un poseso acabarán por matarme. A menos que el compasión de mí, no sé cómo lo pude aguantar. Consulto mi enfisema se adelante y me cobre las que no debo. ¡Qué horrible reloj digital, se abren las puertas y Eran un tanto crueles los gitanos. sale una manada de lesbianas bullangueras. Seguidas por un hatajo Me llamaban hijo de puta, de andróginos enfundados en suémalparido y holgazán. teres cuello tortuga y luciendo aretes de metal en la nariz. CacaUna noche de luna menguante rean como gallinas cluecas y come quedé dormido entre las piernas mentan las virtudes terapéuticas de la hermana menor de la puesta en escena y las genialidades del director. ¡Un ary rayando el día los parientes gentino, che! Ya me lo imaginaba, de mi amada me molieron a palos un retrasado mental. El rebaño se dispersa y al fin la veo a ella, oveja negra apartada del redil. Una redecilla, tejida con primor, le sujeta el cabello y bajo su axila destino! No lo soportaré. Me volaré los sesos antes de cargar a sostiene una carpeta de apuntes y un libro. Stanislavsky, pien- cuestas una bombona de oxígeno como el hombre de la so, cor Ala probabilidad muy elevada de acertar. "¡Qué asco Emulsión de Scott carga su bacalao. Lo juro, por Dios. ¿Cómo de espectáculo!", le digo a quemarropa y sin aguardar su co- se llamaba el fumador aquél, empedernido y culposo? ¿Stein? mentario la tomo por un brazo. "¿Qué maneras son ésas? ¿Stéfano? ¿Sting? Svevo, eso es. El amigo de Joyce. Estoy per¿Quién es usted?". " El rey de oros, nena. ¿No sientes el olor? diendo la memoria. No sólo la memoria, pierdes agua por cada Soy el propio Baltazar. Si quieres te muestro las credenciales, uno de tus poros, sudas al igual que un boxeador en el último que huelen a estiércol del diablo y sudor de camello. Vengo de round. Tienes empapada la camisa, tu cabello gotea, tus ojos se atravesar un desierto poblado de espejismos, me muero de sed. llenan de agua sal. Sí, mi mirada se empaña y, a través del vaho ¿Me acompañas a una cerveza?". Sentados en la penumbra del neblinoso que flota corno una nube delante de mí, veo venir a Adamov Café, a propósito del nombre del teatro, le cuento la un muchacho. Con pasos jactanciosos avanza en mi dirección, historieta del descabezado. Sin olvidar el Sebastián de Guido camina un poco al sesgo, las manos hundidas en los bolsillos Reni, el escudo del Emperador y el seppuku. Katyuska me mira del blue jeans. Se adivina en su musculatura la agilidad de un embelesada. "¡Qué tipo cojonudo!", comenta, y luego agrega gato montañés. ¿Qué se propondrá? Me haré a un lado y lo con cierto desgano: "¿Quién es usted?". "¡Qué importa! Va- dejaré pasar. Si se detiene y me amenaza con un cuchillo, no mos, nena, estás bebiendo demasiado. El aire se impregna con debo ofrecer ninguna resistencia. Le entregaré el reloj y el dineel aroma que brota de la hendidura de tu vientre. La humedad ro en efectivo. Tenga, joven, una buena tajada, que le aprovefermenta bajo tus muslos tensos como las cuerdas de una guitache, no siempre se tropieza uno con un ingeniero de sistemas, rra eléctric,.. Quiero dormir con mi mejilla apoyada en tu rega- indefenso y con la bolsa repleta, vea usted. Las credit cards, las zo". ¡Qué falta de imaginación, amigo mío! Mensaje descifra- tarjetas magnéticas con clave secreta para los cajeros automátido. Llamo un taxi, ya. Esta ciudad sería perfecta si tuviera un cos, mi pasaporte y mi carnet de identidad, de nada le servirán. restaurante japonés. Cobre su peaje y permítame continuar mi paseíto. Buenas tardes y adiós. ¡Ah!, pero antes, si me escucha, le daré un consejo: e la delincuencia a la satiriasis, mi pensamiento oscila invierta bien sus ganancias, asegure su futuro. Por mí no se pre-

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como un péndulo. ¿Efectos colaterales de la sopa de cabeza de cabra? Yo no sé. Mientras tanto, debo haber alcanzado ya el escalón número cien. En diez minutos estaré entrando en mi apartamento y ahí reposaré tendido en el sofá rojo escuchando algo de jazz. Pero... ¿y si no puedo entrar?: ¿Habré olvidado las llaves? Ya me sucedió una vez. Tuve que 92

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ocupe, ya me resarciré de la expropiación. Esta misma noche iré al canódromo. A la hora del almuerzo-estuve hojeando el programa. En la tercera corre una perra amarilla, con el cuello manchado de gris: Margot. Apostaré a ella en línea, esta vez no fallaré. Hermoso nombre, Margot, así se llamaba mi madre. Mi propio nombre, el que utilicé durante los primeros años


de mi aciaga existencia, lo olvidé. O, tal vez, no lo quiero recordar. Yo nací en esta misma ciudad, crecí bajo techos de lata, jugando a la guerra de indios y vaqueros entre callejones torcidos y barbechos de maíz. Mi barrio —de casas separadas por muros de adobe y tela metálica, y con solares que servían como corral de gallinas— se parecía a éste que ahora me rodea, aunque en aquel tiempo todavía no se veían los techos erizados por las antenas de televisión. ¿Sería acaso el mismo barrio? No estoy seguro. Treinta y cinco años son suficientes para borrar cualquier referencia familiar. Recuerdo, sí, que nuestra casa se le-

vantaba en la margen izquierda del río, cerca de un barranco. Trepando la ladera, por un sendero pedregoso que las lluvias convertían en un tobogán de lodo, se llegaba a la meseta, poblada hoy por unos trescientos rascacielos. Allá arriba crecían los bucares, pastaban vacas y el aire olía a hierba recién cortada y a melaza azucarada de los trapiches. Algunas noches, las más oscuras, yo me escapaba de mi cuchitril. Acompañado por un perro capturaba un brioso caballo negro, le ponía un bozal de alambre y le vendaba los ojos con mi camisa. Luego lo montaba y lo hacía galopar a ciegas en la oscuridad. Lanzaba mi grito guerrero y le taloneaba los ijares, con la hebilla de mi cinturón lo golpeaba en el anca para enseñarlo a obedecer. El perro nos seguía aullando y acezando, y a veces tomaba la delantera para espantar con sus ladridos a las comadrejas que se interpusieran en nuestro camino. Mientras el bruto galopaba, el viento zumbaba en mis oídos, sacudía mi cabello y clavaba sus uñas de hielo en mi piel. Yo era el jinete de la peste. Diablo se llamaba el perro, y el día que lo envenenaron lloré como una mujer... Vinieron tiempos duros, hambrunas y calamidades, un teatrero enloquecido asesinó al gobernador. Helicópteros artillados sobrevolaron la ciudad. Estado de sitio, toque de queda, sálvese quien pueda. En febrero del 63 me capturaron en una redada y fui a dar a un retén. Y, el día de mi cumpleaños número 15, me fugué. Viví un tiempo con una familia de gitanos, que ordeñaban cabras ajenas en una apartada montaña al borde de un páramo inclemente. A los viajeros extraviados en aquel erial los emboscaban, les machacaban el cráneo con peñones y los despojaban de todas sus pertenencias —incluso de la ropa interior. Si veían un punto de oro en algún diente, se lo arrancaban con

tenazas. Luego los abandonaban a las aves de rapiña. Eran un tanto crueles los gitanos, pero a mí me trataban bien. Me llamaban hijo de puta, malparido y holgazán; sin embargo, mi trabajo de pastor los contentaba. No me puedo quejar. Una noche de luna menguante me quedé dormido entre las piernas de la hermana menor y rayando el día los parientes de mi amada me molieron a palos. Creyéndome muerto, me echaron a rodar por un barranco. Sobreviví. Yo, el inmortal. Caminé leguas y leguas rumbo al oeste. Cerca de la frontera trabajé como tasajeador en un matadero clandestino. La pagó era miserable, pero yo me hartaba de carne cruda, que fortalecía mis músculos y me hacía soñar con combates de leones y cristianos en un circo romano. Dormía en una hamaca, al aire libre, con una negra cuarentona, olorosa a cecina y caliente como el infierno. Tanta carne me atosigó. Acepté la propuesta de un contrabandista de caballos que manejaba un camión y viajé durante siete horas entre las patas de aquellos bichos cerreros que varias veces estuvieron a punto de aplastarme. El dueño del arreo me había instruido para que diera la alarma er. caso de peligro. No supe en qué momento cruzamos la frontera. El viaje, dijo el camionero, fue un picnic. No quise devolverme, cobré mi comisión y le mandé un vestido floreado y unos bocadillos de guayaba a mi negra retozona y ¡chao, caimán! Caballo loco, yo. En el país de las esmeraldas viví como un rey. Jugaba a la ruleta rusa y volaba en una motocicleta de 350cc. por las carreteras de la costa. Salía a rumbear con Harold El Vikingo y alquilaba mi cuerpo a precio de oro. Juventud dorada la mía, sí, pero al final del tercer año me entró una comezón en los pies. En una lancha cargada de marihuana llegué muerto de sueño, deshidratado y vuelto un esqueleto a una playa de Florida. Miami Beach. El Norte es una quimera, dice una vieja canción. Un conocido manual de zoología fantástica, ilustrado por West, define la quimera como "un animal inexistente". Si tuviera que narrar mis aventuras en el país de Huckleberry Finn de nada me servirían melodías y bestiarios. ¡Qué no hubiera dado para que alguno de los gitanos que me apaleó me hubiese visto abrazado a una rusa blanca y alcohólica en el subway de New York! "My narre is Belerofonte, okey". Raiza me enseñó a comer pescado con tenedor. Aprendí a guisar según un recetario de Vatel y me hice experto en matrices diferenciales. Varios años después, el virus de la informática invadió mi cerebro recalentado por lecturas esotéricas. Pero antes —el ocio remunerado y las manías de mi rusa favorecían mi insaciable curiosidad— vi kilómetros de películas en la cinemateca, me paseé no sé cuántas veces delante de la colección de arte moderno del Guggenheim y leí a Racine en el original. Al cumplir los 30 sufrí una crisis de identidad y, como las cuentas del siquiatra me estaban arruinando, tomé la decisión de mandarme a hacer una cirugía facial. Cauterizaron mis lunares, ampliaron casi una pulgada mi frente estrecha y me torcieron la nariz. Los primeros días el espejo reflejaba la imagen de Frankenstein, pero, muy pronto, vendas y costras fueron desapareciendo hasta mostrar el rostro del hombre nuevo. ¡Eureka!, grité y salí a la calle dando saltos de ale-a ABRIL 1993 EXCESO

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gría. El hombre nuevo, ése soy yo. Me hice tomar una docena de fotos. Y al regreso de mi rusa, que andaba por Canadá, le mostré yni flamante y recién adquirido pasaporte. Portorriqueño, soltero, nativo de San Juan. "Estreno nuevo nombre, mi débochca querida. Me llamo John. ¿Qué te parece? Me dirán Jack. Jack The Ripper. Suena bien".

yo le recordaba a su hijo muerto en un tiroteo— montó una exposición con una serie de desnudos que me mostraban en las posiciones más insólitas. Pero tampoco de aquel derroche iconográfico conservé un solo testimonio. Años después, el bisturí se encargó de eliminar cualquier parecido con mi antiguo yo. Así, mi rostro de joven iracundo o de manso pastor permanece sepultado entre capas de niebla, emborronado por trazos feroces de carbón —como esos dibujos surgidos de la mano de un niño demente. Tuve conciencia de esta suerte de extrañamiento —algo más que una pérdida de identidad: un

rees que convocando imágenes del pasado te vas a librar del bandido adolescente que está ya a dos pasos de ti? ¿O acaso dudas de que sea de verdad un asaltante? Fíjate en el cuchillo, pues qué otra cosa podría ser el bulto que sobreUn día, a principios de abril, sale de su camisa. Sí, tantea la emlogré venderles a unos turistas distraídos puñadura y me mira con ojos toruna carpeta de dibujos. cidos como un toro a punto de embestir. ¿De dónde sacaré fuerCompré una muñeca bien bonita para mi hermana, zas para defenderme si la subida compré café, azúcar, un kilo de carne. me ha dejado sin aliento? Hablarle no servirá de nada. Sólo me Y un cuchillo de acero templado queda un recurso desesperado: lo capaz de cortar pelos en el aire enfrentaré con el poder de mi mirada. ¿Qué me impulsó a volver a mi ciudad? Cuando tomé la decisión de cambiar de rostro, sabía ya que iba a regresar. Había dado el despojo— mientras contemplaba el par de autorretratos de Rembrandt, separados entre sí por más de 30 años. Pensé que primer paso. A nadie se lo comenté, no me impuse ningún plazo, ¿para qué precipitarse? Durante veinte años alimenté la ellos ilustraban la lucha del ser enredado en la maraña del tiemidea, trazando planes y soñando con mi estancia definitiva en- po y que ponían de relieve el poder erosivo de la luz al desplatre la gente y los lugares que alguna vez odié. Mi máscara, bru- zarse sobre los objetos. Sin embargo, el hilo de la memoria, enñida por el tiempo, me aseguraría el anonimato, cierta forma de tretejido en la tela y fijado a la retina del espectador, establecía impunidad, mi secreta venganza. Pasaría inadvertido y, aun entre ambos relaciones de continuidad. Relaciones que a mí, cuando llamara la atención, ¿quién me iba a reconocer? Ni si- por la razón que fuese, se me negaban. Hui aterrado de la quiera mi madre. El perro Diablo, quizá. Pero, ya se sabe, un National Gallery y anduve dando tumbos, como un caballo perro muerto pierde sus atributos. Incluso el principal, el del herido, por el Soho londinense. Y ahora, mientras alargo estos olfato. Y, en lo que a mí respecta, prolongar el instante del re- segundos decisivos intentando recordarme, buscando en los greso ampliaba mi capacidad de olvido, también yo estaría ojos color miel del asaltante —tan parecidos a los míos, eso sí lo inhabilitado para reconocer a los espectros de mi antigua vida. sé— una luz que borre mi confusión, me invade el desaliento. En una ocasión, recién llegado a la ciudad, bajo el rostro cuarA los 13 años me expulsaron de la escuela. El asunto no me teado y ceniciento de una mendiga que me abordó con violenalarmó, pues estaba harto de la idiotez de los maestros y de mi cia en un terminal de autobuses, creí ver la cara sonrosada de propio desinterés en los estudios. Incluso me alegré, ya que disuna muchachita que compartía conmigo, a la hora del recreo en pondría de tiempo libre para dedicarme a mi afición. Yo quería el patio de la escuela, su merienda. El recuerdo me perturbó, no ser pintor y, a falta de colores, dibujaba sobre cartones figuras obstante, su forma era tan vaga e imprecisa que opté por reti- en tinta china. Vivíamos una época, ya larga, de privaciones y rarme sin atender las súplicas insistentes y un tanto soeces de la miserias. Mi madre trabajaba todo el día en un mercado y volinfeliz mujer. ¿Conservamos, al envejecer, algún rasgo físico de vía a casa fatigada y maldiciendo al "bruto ése de tu padre que la niñez? Si acaso, el color de los ojos. Apagado y desteñido, nos abandonó". No puedo dar fe de que fuese bruto de verdad, como si los hubieran frotado con papel de lija. Me planteo otra no lo conocí, ni siquiera supe su nombre. Una noche, en pregunta, ante una proposición absurda; ¿si Odessa, lo soñé. Se alejaba por un callejón y alguien —quizá mi

C

Colofón

me hubiera encontrado a mí mismo —al adolescente que fui—, me habría reco-

nocido? No lo sé. Mi memoria visual es limitada, no recuerdo mis facciones de muchacho. No guardo ninguna imagen de aquella época, ni un dibujo ni una foto. A los 18 años, en el país de las esmeraldas, era yo el modelo más cotizado. Me fotografiaron miles de veces. Y una pintora esquizofrénica —a quien 94

EXCESO ABRIL 1993

madre— desde una ventana lo llamaba: "Iván, Iván". Amaneciendo, mi madre salía rumbo al mercado. Yo me quedaba en la casa, dibujaba, cocinaba frijoles con arroz y cuidaba de mi hermana menor. Una muchacha medio idiota que se negaba a crecer. Había que bañarla, vestirla, limpiarle los mocos y llevarle la comida a la boca. Yo la quería con toda mi alma, le ponía

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adornos en el pelo, le susurraba al oído palabras de amor y la manoseaba con furia hasta ver en sus labios un asomo de sonrisa. Nadie daba un cobre por mis dibujos, que mi madre calificaba de adefesios. Ya estás grandecito, deberías buscarte un oficio. No sé hacer nada, madre. Eres un inútil, un vago como tu padre. Me empleé como mandadero pero no duré. Descargué un camión de papas y me enviaron, delirando de fiebre, al hospital. Un día, a principios de abril, logré venderles a unos turistas distraídos una carpeta de dibujos. Compré una muñeca bien bonita para mi hermana, compré café, azúcar, un kilo de carne.

S de triunfo Una vez más, la selección para escoger a los equipos nacionales que van a representar a Venezuela, en 1993, en las competencias internacionales, resultó tema de discusiones y polémicas. En la competencia libre algunos jugadores opinaron que debido a las condiciones actuales del bridge era mejor jugar la selección por pareja para escoger al mejor equipo. La nueva junta de la FVB ratificó la selección por equipo que había sugerido la anterior junta y de ese modo se llevó a cabo. Con las damas ocurrió exactamente lo opuesto, la Federación había organizado el torneo de selección por pareja en vista de que en los últimos años había sido muy difícil formar equipos que compitieran en la selección y, una vez escogido el método y aplicado el nuevo reglamento por pareja, las damas se quejaron ante los organismos de la FVB, por considerar que la competición en pareja no es cualitativamente el mejor sistema de selección. Después de varias discusiones se retiraron tres pare*yas, dejando prácticamente a las tres restantes el derecho de representar a Venezuela durante este año en las competencias internacionales. En mi opinión, los jugadores deberían tener más

Y un cuchillo de acero templado capaz de cortar pelos en el aire. Ahora sí, me dije, aprenderé un oficio: seré salteador. Lo he visto en las películas. Me ocultaré en un callejón y aguardaré. el paso de algún pez gordo. Ojo avizor: ahí viene el primero, vamos a ver, obsérvalo con cuidado, no te precipites, atención. Tiene pinta de extranjero, viste una cháqueta de piel, suda como una mula y camina con dificultad. La cuesta lo ha amansado, menos mal. ¿Qué se le habrá perdido a ese viejo pendejo en este barrio de pobres, lejos de la ciudad? ¿Será marico? Peor para él. Me le abalancé y lo amenacé con el cuchillo. El viejo se me quedó mirando y yo lo miré también, y de sus ojos brotaron chispas de candela, como si un demonio se agazapara detrás de aquel cuerpo débil y reblandecido por el sudor. Salí corriendo, y en mi huida vergonzosa solté el cuchillo. Nunca llegarás a nada, mi madre tiene razón. Soy una gallina, un Robin Hood de pacotilla, el marico soy yo. Durante meses me reproché mi cobardía pero, a pesar de la rabia desatada que me hacía llorar, no intenté resarcirme del fracaso. Otro asalto, no. Sin embargo, en sueños, nítidos y persistentes, me veía acuchillando al individuo aquél, lo veía doblarse hacia adelante, se sostenía la barriga con las manos enlazadas, se arqueaba como si quisiera vomitar y al fin lo veía caer, ensangrentado, a mis pies.

fe en los federados elegidos para dirigir los torneos, la decisión tomada por éstos, después de haber sido discutidas durante horas todas las opciones posibles, merecía al menos una oportunidad. Tal vez en los próximos años los jugadores reflexionen un poco más antes de actuar impulsivamente. Vamos a la práctica, supongan que la declaración es: OESTE 1

A

ESTE

SUR

paso

paso

???

Que declararía con las siguientes manos:

*AXX

V KXX r KXX 11. KQX

4 AJX 4 AQX

♦ QJK ♦ KJX ♦ AJX

+110XX AXXX KXXX

con la primera mano se puede reabrir con 1S40 que muestra una mano de 10 - 14 puntos honores y una mano balanceada. Con la segunda hay que doblar y sobre la respuesta del partner se redeclarará 154, lo que muestra una mano de 15-17PH, con la tercera se salta inmediatamente a 2S*, lo que muestra una mano de 18 a 20 P.H. En la primera y tercera manos el respondedor podrá declarar diamante como si fuera stayman y el resto natural

hora sí, no tengo dudas. El muchacho saca el cuchillo y me lanza una estocada. Me ha herido, imagino, pero aún no siento el dolor. Si pudiera arrebatarle el cuchillo... Sueñas, ¿acaso no viste al demonio en sus ojos? Nada pierdo con intentarlo. Esta vez no fallé, le hice un tajo precioso y el que sigue será mejor. Mientras se tambalea, sostengo el cuchillo con las dos manos, tomo impulso, juro que lo abriré en canal. ni

NORTE

y non forcing.

Esta área de la,declaración siem-

pre ha sido complicada, con estos tips espero que su sistema declarativo mejore. Suerte

Steve Hamaoui M.I.

+.41•1/+4•1/1htl•I? ABRIL 1993 EXCESO

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os cere ros de Sergio

Som05 (A AVA WMDA DE 00 R7 5A atuivvg DG TERMIUAS'i UNA LÉyENuA IVA, yeZpehluAt\trei ASMADDRA cm/VEA/05LE ¡TIEMBLA C€131(. MoRTAL 1


ROPA INTIMA

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