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Chica de tapa
from ey! #88
by revista ey!
Sabrina Garciarena
Después del parate obligado, la actriz argentina vuelve a las tablas con Madres, una obra que es furor a nivel internacional y que, como en la realidad, promete acercarnos la vida maternal desde lo real, tal y como esta artista nos la cuenta. Una charla femenina, maternal pero también de mucha independencia y equilibrio.
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¿Cómo te sentís en este momento en que podés volver a trabajar y subirte al escenario otra vez? Es una situación fuerte, porque no es sólo la pandemia en sí, que ya es un montón. Es fuerte por todo lo que genera. El nuestro es uno de los rubros más castigados. A todos, por lo menos, el encuentro en los ensayos nos alegró un montón. Nunca había pasado tanto tiempo en que uno deja de hacer algo no por decisión propia. Y ver que otros compañeros se ganan la vida como pueden, es terrible. Es fuerte como en ese sentido y, además, por lo menos yo, disfruto mucho del arte, del cine, del teatro… Es algo cultural muy necesario.
Y luego de un parate tan grande, habiendo tenido a tu tercera hija… ¿cómo es esto de volver a trabajar? Lo vivo como una montaña rusa. Por un lado, adrenalina, emoción, ¡uau, qué bueno! Por otro lado, miedo, porque obviamente vivo muy pegada con mi bebé y distanciarte e irte siete horas todos los días es como mucho. Y después, sabiendo que, cuando estrene, estaré más tiempo en casa, yo siempre vuelvo a trabajar muy rápido con cada bebé, pero con Mía estuve más tiempo con ella. Siempre como que activo bastante con teatro y con tele. Pero es muy difícil organizarme con mi personalidad, con tres y viviendo en zona Tigre (risas).
En este caso, con la obra Madres, te llegó un laburo muy en sintonía con tu momento actual… Siempre me llegan proyectos que tienen que ver con algo que me está pasando o con algo que quiero contar. En este caso, acabo de tener una bebé, surgió esta obra que se está haciendo en Broadway hace mucho tiempo, en Latinoamérica, en Australia y en otros países y con mucho éxito. Es una obra que, puntualmente, está de moda. Por otro lado, desde lo personal, me toca como una fibra, por esto que te digo, por un lado adrenalina y, por otro, tengo el día a día, a mí me gusta encargarme de las cosas de mi casa y de mis hijos.
Es loco, porque se nota que sos independiente desde muy chica, como que tenés muy arraigado esto de tus proyectos pero, a la vez, esto de estar presente como madre… Sí, yo siempre fui desde muy chica, como de trabajar lejos, de ir y venir. Mi papá me decía: “pero, ¿cómo? Sos chica, ¿te vas a ir para allá?”. Ahora teniendo hijos, también se puede, vas organizándote. No todos los días es fácil, pero para mí el trabajo es fundamental en mi vida, no puedo pensar en dejarlo.
Claro, un poco desmitifica el tema de que las mujeres tenemos miedo de que cuando seamos madres dejamos de ser mujeres, de tener nuestra vida, nuestros espacios y, al final, no es tan así… En mi caso, mi marido me reayuda cuando puede, porque trabaja todo el día. Depende de toda la organización, en este momento, desde mi lugar pero, por otro lado, haciendo un esfuerzo y buscando ayuda, ya sea con una mamá del cole o alguien que esté en casa ayudándome. Está bueno poder hacer todo.
TEXTO: Julieta Otero / FOTOS: Gabriel Machado / ESTILISMO: Maire Irazu / MAKEUP: Macarena Nazar de la Vega para Frumboli Estudio PELO: Eduardo Rodríguez para Frumboli / ASISTENTE ESTILISMO: Belén Stefano / LOCACIÓN: Hotel Del Casco / AGENCIA: Chekka
Sí, y al tener también nuestros espacios, les estamos mostrando que está buenísimo querer lo que uno hace. El tema de tener un proyecto también es como con el ejemplo… Totalmente, inculcarles de entrada el trabajo. Mamá y papá trabajan. Incluso en mi caso, a veces me siento siendo mejor mamá, cuando corto un poco con el laburo. Cuando puedo poner la energía en lo que también me gusta y, a su vez, no desatenderlos.
Como que te renueva la energía para volver con todo cuando llegás a casa… Igual el rol de mamá me gusta. Hay que encontrarle un equilibrio. Y, después, cuando lo encontrás: “chau, adiós”, no te dan más bola (risas). Hay que estar muy atentas porque eso pasa rápido también.
Sos cáncer con ascendente en libra como yo (risas)… Como que queremos estar en todos lados y dando lo mejor de nosotras siempre… Amo la astrología. No soy experta en el tema, pero me gusta hablar mucho con la gente. Me encanta saber cómo se organizan otras mamás y lo hacen mucho más práctico. Yo siento, a veces, y es un pensamiento feminista, que las mujeres, el día que decidimos tener un hijo, tiene que ser realmente decisión nuestra, porque nos cambia mucho a nosotras. Ya sea porque ponemos el cuerpo, por la teta, por un montón de cosas…
¿Y cómo se equilibran en la pareja? Lo que pasa es que la base con él es desde el amor. Primero, con una amistad muy fuerte y después desde el amor muy profundo. Para mí es como un rompe cabezas que se va armando de manera muy natural. Obviamente, hay cosas del día a día, impaciencias de parte mía o de él, pero, por otro lado, mientras uno va creciendo va hablando las cosas. No hay mucha gente que diga, me molesta esto, ¿lo podés cambiar? Nosotros hablamos bastante. Yo soy como muy natural con él. Le digo lo que siento, él me lo dice también. No es que nos quedamos con cosas o me desvivo para hacer todo para que él sea feliz y yo no. Lo que puedo, sí y lo que no puedo, no: tengo vida. Como que se va dando. Pero si no tuviera eso, de que construimos desde el amor, sería imposible. No hay mucha técnica.
Ahora estamos en una era en donde las bases del amor están sacudidas y ustedes llevan 12 años. ¡Es muchísimo! ¡Pasanos las claves, Sabri! (risas) Yo digo todo el tiempo que las cosas se tienen que volver a hablar. Si para el otro algo cambió, está bueno volver a hablarlo. Es una utopía y, quizás nunca pase, quizás para el otro es “te amo pero quiero otra cosa”. Bueno, hablémoslo, vemos si me cierra o no. Es mi ideal, desde la sinceridad. Y también pensaba un poco desde la admiración que uno tiene que tener con la pare-ja. Y ustedes los dos expuestos, con carreras increíbles, me imagino que eso debe estar muy equilibrado… Nos fuimos potenciando desde la cabeza. Yo como venía del mundo del cine, haciendo cosas para el exterior, le mostré otro mundo. Lo cebé mucho también. Además, en nuestra pareja no hay celos. No es que “a vos te va mejor que a mí”. Hay unidad. En este momento amo que él esté a full y que lo disfrute, lo reapoyo. Tengo, a veces, esa cosa aventurera, que le vengo con unos chinos, y le digo, “yo me iría de nuevo” y él me mira y nunca me dice que no, es lo más. Y eso es lo que funciona, porque me banca. Por ahí por dentro se quiere matar, pero no me lo va a decir nunca. Nunca va a hacer algo para detener un crecimiento que yo necesito.
Volviendo a la obra, ¿qué puntos en común encontrás en esta obra y tu vos maternal? El personaje mío se llama Dani, está embarazada. En la obra arranca contando su expe-riencia, pero es una mamá que no tiene ni idea de lo que viene después. Me da mucha risa porque fui a un baby shower de una amiga y, cuando pienso en el personaje, veo la cara de mi amiga. Porque cuando fui, estaban las que no sabían nada y las que, como yo, decíamos: “¡Tranqui! Todo se acomoda”. La obra tiene mucho humor y mucha realidad. No es que toca los temas como diciendo, ¡ay, qué lindo tu bebé! Ella tiene cuatro amigas que le empiezan a contar sus diferentes experiencias y está buenísimo, es para pasarla bien. La invitación es para mujeres y hombres. Y no es que tenés que ser mamá para ver la obra, sino que vas a ver reflejada a tu hermana, a tu mamá, a tu amiga… Básicamente, son canciones muy divertidas y comedia. Lo bueno es que, al final, la obra tiene una vuelta que da mucha emoción. •
Ping Pong
UNA VIRTUD: .
UN DEFECTO: . .
ALGO QUE TE CONECTE CON VOS MISMA: , , , ….
UN APRENDIZAJE PENDIENTE: .
SI ESTÁS SIN PAREJA NI HIJOS POR UN RATO, ¿QUÉ HARÍAS?: , , , . . ().
Mono y piluso de Justa Petra.
Sweater y pantalón Las Pepas.