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Técnico

Identificación y manejo de fusarium en el cultivo de pitahaya

Por: Carlos Fernando Castillo L., Profesional Ingeniería Agronómica Especializado

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Para Colombia la cadena productiva de la pitahaya amarilla es promisoria, dado que presenta un alto dinamismo en el mercado nacional y tiene gran potencial de demanda internacional, lo cual, es atribuido a características como sabor dulce y suave, y alto contenido en vitaminas y fibra; sin embargo, el cultivo es atacado por microorganismos de diferentes géneros, especialmente por Fusarium s.p, que producen podredumbre basal del fruto y ocasionan pérdidas postcosecha importantes.

La pitahaya amarilla (Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran), reconocida mundialmente como “pitahaya colombiana”, se caracteriza porque su fruto tiene una corteza amarillenta con espinas, pulpa blanca y semillas negras, y con un olor aromatizante. Además, por ser exótica, con un alto contenido nutricional (carbohidratos-grasa-fibra), que la hace muy apetecida en varios mercados, particularmente europeo, asiático y norteamericano, donde presenta alta demanda.

Clasificación taxonómica y descripción botánica

TAXONOMÍA DE LA PITAHAYA AMARILLA

NOMBRE COMÚN PITAHAYA AMARILLA, PITAHAYA

CLASE EQUISETOPSIDA C. AGARDH

SUBCLASE

SUPERORDEN

ORDEN

FAMILIA

GÉNERO

ESPECIE MAGNOLIIDAE NOVÁK EX TAKHT

CARYOPHYLLANAE TAKHT

CARYOPHYLLALES JUSS. EX BERCHT & J. PRESL

CACTACEAE JUSS

SELENICEREUS (A. BERGER) BRITTON & ROSE S. MEGALANTHUS (K. SCHUM. EX VAUPEL) MORAN 1953

El cultivo ha sido afectado por enfermedades como, la pudrición basal del fruto ocasionada por especies del en los frutos de pitahaya amarilla con una lesión amarilla sobre la base del fruto, con un diámetro de máximo cinco milímetros en el sitio donde éste se une a la penca. A medida que la enfermedad va desarrollándose sobre la epidermis del fruto la lesión va tomando color café. La velocidad del desarrollo de la enfermedad depende de las condiciones ambientales y nutricionales de la planta. F2

En algunas regiones de Colombia se han registrado daños severos en cultivos de pitahaya amarilla causados por géneros de Fusarium, el cual es considerado como uno de los principales agentes patógenos causante de enfermedades en cultivos.

Estas especies son responsables de diversas alteraciones en las plantas, incluyendo marchitez, pudrición de raíces y tallos. Entre las pudriciones más relevantes en pitahaya amarilla se encuentran las inducidas por este hongo, que provoca pudrición basal en el

hongo Fusarium. Esta enfermedad, inicia fruto y por consiguiente decrecimiento en producción y calidad.

Foto 1. Cultivo de pitahaya Fuente: Alex Jáuregui, asistente técnico Huila Foto 2. Pudrición basal en frutos ocasionado por Fusarium Fuente: Alex Jáuregui, asistente técnico Huila

Para Colombia la cadena productiva de la pitahaya amarilla es promisoria, dado que presenta un alto dinamismo en el mercado nacional y tiene gran potencial de demanda internacional.

Fusarium posee estructuras de resistencia que le permiten perdurar en el suelo hasta por quince años, su crecimiento es favorecido a temperaturas cálidas; también son capaces de colonizar el suelo e introducirse en el xilema de toda la planta.

La pudrición basal en pitahaya amarilla, causada por especies de Fusarium, se encuentra distribuida en todos los departamentos de Colombia donde se cultiva la fruta, provocando pérdidas económicas importantes a los agricultores. Fusarium, además de inducir pudrición basal en pitahaya amarilla, puede producir diversas toxinas potencialmente riesgosas y de importancia económica y sanitaria. F3

MANEJO INTEGRADO DEL CULTIVO

Las plagas y enfermedades pueden arruinar todo el trabajo que se ha llevado a cabo para producir de manera rentable y con alto rendimiento. Los planes para proteger el cultivo deben comenzar mucho antes de la siembra y las estrategias utilizadas no deben depender exclusivamente del uso de plaguicidas. El Manejo Integrado de Cultivo (MIC) no sólo es recomendado, más que ello, es la única forma de trabajar un cultivo para que sea saludable, de alta calidad, como es esperado por los consumidores. El MIC depende de: I) Producción de un cultivo vigoroso; II) Prevención; III) Sanidad; IV) Muestreo y monitoreo; y V) Intervenciones de control integradas.

Se recomienda implementar las siguientes prácticas: 1 La selección del material de siembra es la práctica más importante en el manejo de enfermedades y producción del cultivo. Se debe verificar

Foto 3. Pudrición basal en frutos ocasionado por Fusarium Fuente: Alex Jáuregui, asistente técnico Huila

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siempre que el material proceda de cultivos sanos, productivos y longevos. Realizar podas sanitarias. Estas se hacen con el propósito de eliminar las partes de la planta que se encuentran afectadas por algún tipo de patógeno o insecto. La eliminación de las partes enfermas y el posterior retiro de éstas en el cultivo, reduce significativamente la presión de los agentes causantes de enfermedades. Es importante, el cambio o desinfección de la herramienta de poda y la cicatrización de la herida que queda en la planta. Es importante mantener las distancias de siembra para evitar alta humedad en el cultivo y el favorecimiento del desarrollo de fitopatógenos. Se recomienda quitar a mano los residuos secos que quedan luego de la apertura de la flor, para evitar que sean hospederos de hongos y/o insectos potencialmente dañinos que pueden provocar lesiones en los frutos. También, se evita que los frutos se manchen o desarrollen pudrición, con lo cual baja la presentación y afecta la calidad para la comercialización. Esta tarea se realiza entre 6 a 12 días después de la apertura de la flor, cuando ya se ha iniciado el llenado del fruto. Se deben retirar constantemente del lote los residuos vegetales generados en el manejo del cultivo; se deben recolectar las partes

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afectadas y preferiblemente deben depositarse en una fosa retirada del cultivo, la cual debe irse cubriendo cada 20 centímetros con abundante cal hasta el número de capas que sean necesarias; por último, se tapa con tierra con un espesor mínimo de 20 cm. Algunos productores solarizan las frutas afectadas con pudrición en lugares alejados del cultivo; otros productores solo colectan los residuos de las podas y los sacan del cultivo, pero no los entierran, lo cual no es lo más indicado, debido que los agentes que causan las enfermedades, siguen haciendo presencia dentro del cultivo y desarrollándose en las partes podadas que quedaron en el suelo. Desinfección de herramientas de corte y cosecha. Ésta se puede realizar con productos como (solución concentrada de yodo) en dosis de 1.5 a 3 ml/L o i.a N-Aquil-dimel bencil amonio 40% y urea estabilizada tipo grasa 60%) en dosis de 3,0 ml/L. Con la desinfección de las herramientas de poda, se evita que dichas herramientas lleven de planta a planta un patógeno. F4

Foto 4. Cultivo de pitahaya Fuente: Alex Jáuregui, asistente técnico Huila

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