#76 路 INTERIORES
www.charcohotel.com
12 I ATRODEN QUIÉNES SOMOS
ENCONTRANOS EN
DIRECTOR RESPONSABLE
Novecento, Hoteles Esplendor, Dadá, Tienda Malba, Olsen, La Olla de Félix, Arevalito, Dandy, Bruni, Hotel Faena, Florería Atlántico, Hotel Madero, Tegui, Camarín de las Musas, Fervor, Spa Markus, Osaka, Roho, Cucina Paradiso, Malvón, Sucre, Proa, Voulez Bar, Aldo’s, Le Blé y Farinelli.
Marco Simeone Ariosa marco@intelectualyfrivola.com
DIRECTOR EDITORIAL Esteban Feune de Colombi esteban@intelectualyfrivola.com
EDICIÓN Delfina Campos delfina@intelectualyfrivola.com
Florencia Martínez diseno@intelectualyfrivola.com
Urko Suaya (foto Doble Merci Beaucoup), Hugo Horita (ilustración La columna), Facundo Beccaglia (ilustración Visionario), Mek Frinchaboy, Lucas Gallo (fotos Oficios), Michigan Rabbit (foto De la galera), Antolín Olgiatti (ilustración Top 5 visitante) y Javier Velasco (ilustración Grandes vestimentas).
ASISTENTE COMERCIAL
MUCHAS GRACIAS
REDACCIÓN Lucía Colombo lucia@intelectualyfrivola.com
DISEÑO
Lucrecia Gratas lucrecia@intelectualyfrivola.com
PRENSA Y RELACIONES PÚBLICAS Grupo Mass PR info@masspr.net
IMPRESIÓN
GALERA #76 Interiores • 2015 TIRADA: 10.000 ejemplares FOTOGRAFÍA DE TAPA: Candelaria Gil
Galt Printing Ayolas 494 (CABA)
DISTRIBUCIÓN Y LOGÍSTICA Promail Condarco 4846 / 4572-0505 Galera Intelectual y Frívola es una publicación de Marco Simeone Ariosa, French 3112 (CABA). Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Galera Intelectual y Frívola.
intelectualyfrivola.com
COLABORAN
Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Hecho el depósito que marca la ley 11.723.
Facundo Garayalde, Zelmira Frers, Julieta Barrionuevo, Michelle Parisier, Laura Orcoyen, Candelaria Domínguez, María Victoria de las Carreras, Eduardo Vidal, Raúl Vidal, Agustina Magallanes, Eugenia Fernández Münnich, Verónica Guerrero, Marcelo Lucini, Dolores Navarro Ocampo, Felicitas Wingord, María Cecilia Suárez, Isabelle Firmin Didot, Candelaria Gil, Macarena González Moreno, Gustavo Castagnino, Soledad Carranza, Marcela Remoli, Marcela Peduto, Mercedes Ginevra, Silvia Di Mario, Francisco Fitipaldi, Guillermo Cicciari, Mariano Maldonado, Clara Ibarguren, Abril Bellati, Álvaro Rufiner, Lola Scotta, Marcela Naón, Lucila Sperber, Germán Geller, Diego Romero, Josefina Hassan.
14 I LA NUBE
INTERIORES
Marcelo Lucini •
Juan Carlos Onetti
Francisco Bullrich & Clorindo Testa Theo Van Doesburg • JACQUES GRANGE Zelmira Frers, Julieta Barrionuevo & Michelle Parisier
Dolores Navarro Ocampo • FELICITAS WINGORD
Ludwig Mies van der Rohe María Victoria de las Carreras Dieter Rams • Laura Orcoyen Eduardo & Raúl Vidal intelectualyfrivola.com @GaleraGalera
16 I EDITORIAL MINIMALISTA
DIEZ PRINCIPIOS DEL BUEN DISEÑO* El buen diseño es innovador. El buen diseño hace que un producto sea útil. El buen diseño es estético. El buen diseño hace que un producto sea comprensible. El buen diseño es discreto. El buen diseño es honesto. El buen diseño es duradero. El buen diseño se ocupa de todos los detalles. El buen diseño es medioambientalmente responsable. El buen diseño es el menor diseño posible. *Esta lista cortita y al pie es también conocida como los “diez mandamientos” de Dieter Rams, el diseñador industrial cuyo trabajo reestructuró incontables productos Braun e inspiró el estilo Apple.
VOLVER I 17
En esta foto de 2004, los expositores de la vigésima edición de Casa FOA dicen ¨whisky¨ desde las gradas de la Tribuna II del Hipódromo de Palermo. De entre ellos, reconocemos a Germán Carvajal, Mónica Melhem, Cristina Le Mehauté, Alfred Fellinger, Eduardo Aldacour, Viviana Melamed, María Zunino, Matilde Oyharzabal, Martín Zanotti, Pablo Chiappori, Jorge Muradas, Eliana Elesgaray, Minnie Firpo, Sergio Muchnik, Paula de Elía, Cecilia Cuniolo y Diana Gradel.
Mía Flores Pirán sonrió en la primera fila del desfile de Ménage à Trois.
Bárbara Lombardo estuvo en el desfile de Garza Lobos en Madero Harbour.
Claudia Fontán conoció lo nuevo de Evangelina Bomparola.
Tímida, la cantante Sia se escabulló por los pasillos del Festival de Venecia.
Evangelina Bomparola presenció el desfile de Garza Lobos durante el ciclo DesignersBA, de HSBC.
Espléndida, Pampita fua a la Gala Alpi.
Valeria Mazza posó para las cámaras en el desfile de Ménage à Trois.
Cinthia Garrido hizo “chin-chin” en el ciclo DesignersBA de HSBC. Dafne Cejas se emperifolló para la Gala de Alpi en La Rural. Calu Rivero visitó el nuevo local de Bace Estética. Feliz de la vida, Clara Darín pasó por el evento de Uma.
Florencia de la V brindó en el desfile de Evangelina Bomparola.
Muy pizpireta, a Belén Chavanne se la vio en el desfile de Garza Lobos del ciclo Designers Buenos Aires.
Celeste Cid y Hoby de Fino rockearon la nueva apertura del programa de televisión El visionario. Juliana Awada no quiso perderse el desfile de Ginebra en Malba. ¡Los muebles de Estudio Didot son una bomba!
CIENCIAS SOCIALES I 19
Franco Musso disfrutó del desfile de Garza Lobos en Madero Harbour.
Oscar Fernández y Dante Spinetta la pasaron de díez en el evento de Roho.
Juana Viale y Esmeralda Mitre hicieron buenas migas en el desfile de Evangelina Bomparola.
Guillermina Valdes quedó chocha con la nueva colección de Dot en el ciclo DesignersBA.
Nequi Galotti y Andrea Frigerio se tomaron un cafecito en el espacio de HSBC durante el ciclo DesignersBA.
En Londres, Chufy Sanchez pasó por la exhibición Louis Vuitton Series 3 para conocer lo nuevo de Nicolas Ghesquière.
Sabrina Garciarena fue al lanzamiento de la nueva temporada de Vitamina.
Obra-televisión del diseñador Dieter Rams.
Suki Waterhouse, Sienna Miller y Kate Moss se sentaron junto a Cara Delevigne y St. Vincent –¡flamante pareja!– en el desfile de Burberry, en London Fashion Week. Rosario Ortega pasó por el evento de Roho en Isabel Bar.
Alta silla: Barcelona, de Ludwing Mies van der Rohe. Peter Dinklage –aka Tyrion Lannister, de Game of Thrones– bramó de alegría tras ganar como Mejor Actor de Reparto en los Emmy.
20 I EL RELATO
“Bienvenido, Bob” (1944) es un relato del gran Juan Carlos Onetti, charrúa de fijos anteojos Ray-Ban que dejó una huella indeleble en la literatura moderna y pasó sus últimos 12 años leyendo, fumando y tomando whisky en su cama madrileña. Es seguro que cada día estará más viejo,
más lejos del tiempo en que se llamaba Bob, del pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos de cuando entraba silenciosamente en la sala, murmurando un saludo o moviendo un poco la mano cerca de la oreja, e iba a sentarse bajo la lámpara, cerca del piano, con un libro o simplemente quieto y aparte, abstraído, mirándonos durante una hora sin un gesto en la cara, moviendo de vez en cuando los dedos para manejar el cigarrillo y limpiar de cenizas la solapa de sus trajes claros.
Igualmente lejos –ahora que se llama Roberto y se emborracha con cualquier cosa, protegiéndose la boca con la mano sucia cuando toso– del Bob que tomaba cerveza, dos vasos solamente en la más larga de las noches, con una pila de monedas de diez sobre su mesa de la cantina del club, para gastar en la máquina de discos. Casi siempre solo, escuchando jazz, la cara soñolienta, dichosa y pálida, moviendo apenas la cabeza para saludarme cuando yo pasaba, siguiéndome con los ojos tanto tiempo como yo me quedara, tanto tiempo como me fuera posible soportar su mirada azul detenida incansablemente en mí, manteniendo
sin esfuerzo el intenso desprecio y la burla más suave. También con algún otro muchacho, los sábados, alguno tan rabiosamente joven como él, con quien conversaba de solos, trompas y coros y de la infinita ciudad que Bob construiría sobre la costa cuando fuera arquitecto. Se interrumpía al verme pasar para hacerme el breve saludo y no sacar los ojos de mi cara, resbalando palabras apagadas y sonrisas por una punta de la boca hacia el compañero que terminaba siempre por mirarme y duplicar en silencio el silencio y la burla. A veces me sentía fuerte y trataba de mirarlo: apoyaba la cara en una mano y fumaba encima de mi copa mirándolo sin pestañear, sin apartar la atención de mi rostro que debía sostenerse frío, un poco melancólico. En aquel tiempo Bob era muy parecido a Inés; podía ver algo de ella en su cara a través del salón del club, y acaso alguna noche lo haya mirado como la miraba a ella. Pero casi siempre prefería olvidar los ojos de Bob y me sentaba de espaldas a él y miraba las bocas de los que hablaban en mi mesa, a veces callado y triste para que él supiera que había en mí algo más que aquello por lo que había juzgado, algo próximo a él; a veces me ayudaba con unas co-
pas y pensaba “querido Bob, andá a contárselo a tu hermanita”, mientas acariciaba las manos de las muchachas que estaban sentadas a mi mesa o estiraba una teoría sobre cualquier cosa, para que rieran y Bob lo oyera. Pero ni la actitud ni la mirada de Bob mostraban ninguna alteración en aquel tiempo, hiciera yo lo que hiciera. Sólo recuerdo esto como prueba de que él anotaba mis comedias en la cantina. Tenía un impermeable cerrado hasta el cuello, las manos en los bolsillos. Me saludó moviendo la cabeza, miró alrededor y avanzó en la habitación como si me hubiera suprimido con la rápida cabezada: lo vi moverse dando vueltas a la mesa, sobre la alfombra, andando sobre ella con sus amarillentos zapatos de goma. Tocó una flor con un dedo, se sentó en el borde de la mesa y se puso a fumar mirando el florero, el sereno perfil puesto hacia mí, un poco inclinado, flojo y pensativo. Imprudentemente –yo estaba de pie recostado contra el piano– empujé con mi mano izquierda una tecla grave y quedé ya obligado a repetir el sonido cada tres segundos, mirándolo. Yo no tenía por él más que odio y un vergonzante respeto, y seguí hundiendo la tecla, clavándola con una
cobarde ferocidad en el silencio de la casa, hasta que repentinamente quedé situado afuera, observando la escena como si estuviera en lo alto de la escalera o en la puerta, viéndolo y sintiéndolo a él, Bob, silencioso y ausente junto al hilo de humo de su cigarrillo que subía temblando; sintiéndome a mí, alto y rígido, un poco patético, un poco ridículo en la penumbra, golpeando cada tres exactos segundos la tecla grave con mi índice. Pensé entonces que no estaba haciendo sonar el piano por una incomprensible bravata, sino que lo estaba llamando; Bob, silencioso y ausente junto al hilo de humo de su cigarrillo que subía temblando; sintiéndome a mí, alto y rígido, un poco patético, un poco ridículo en la penumbra, golpeando cada tres exactos segundos la tecla grave con mi índice. Pensé entonces que no estaba haciendo sonar el piano por una incomprensible bravata, sino que lo estaba llamando; que la profunda nota que tenazmente hacía renacer mi dedo en el borde de cada última vibración era, al fin encontrada, la única palabra pordiosera con que podía pedir tolerancia y comprensión a su juventud implacable. Él continuó inmóvil hasta que Inés golpeó la puerta del dormitorio antes de bajar a juntarse conmigo. Entonces Bob se enderezó y vino caminando con pereza hasta el otro extremo del piano, apoyó un codo, me miró un momento y después dijo con una hermosa sonrisa: “¿Esta noche es una noche de lecho o de whisky?¿Ímpetu de salvación o salto en el vacío?”.
No podía contestarle nada, no podía deshacerle la cara de un golpe; dejé de tocar y fui retirando la mano del piano. Inés estaba en la mitad de la escalera cundo él me dijo: “Bueno, puede ser que usted improvise”. El duelo duró tres o cuatro meses, y yo no podía dejar de ir por las noches al club –recuerdo, de paso, que había campeonato de tenis por aquel tiempo– porque cuando me estaba por algún tiempo sin aparecer por allí, Bob saludaba mi regreso aumentando el desdén y la ironía en sus ojos y se acomodaba en el asiento con una mueca feliz. Cuando llegó el momento de que yo no pudiera desear otra solución que casarme con Inés cuanto antes, Bob y su táctica cambiaron. No sé cómo supo mi necesidad de casarme con su hermana y de cómo yo había abrazado esa necesidad con todas las fuerzas que me quedaban. Mi amor por aquella necesidad había suprimido el pasado y toda atadura con el presente. No reparaba entonces en Bob; pero poco tiempo después hube de recordar cómo había cambiado en aquella época y alguna vez quedé inmóvil, de pie en la esquina, insultándolo entre dientes, comprendiendo que entonces su cara había dejado de ser burlona y me enfrentaba con seriedad y un intenso cálculo, como se mira un peligro o una tarea compleja, como se trata de valorar el obstáculo y medirlo con las fuerzas de uno. Pero yo no le daba ya importancia y hasta llegué a pensar que en su cara inmóvil y fija estaba naciendo la comprensión por lo fundamental mío, por un viejo pasado de limpieza
que la adorada necesidad de casarme con Inés extraía de debajo de los años y sucesos para acercarme a él. Después vi que estaba esperando la noche; pero lo vi recién cuando aquella noche llegó Bob y vino a sentarse a la mesa donde yo estaba solo y despidió al mozo con una seña. Esperé un rato mirándolo, era tan parecido a ella cuando movía las cejas; y la punta de la nariz, como a Inés, se le aplastaba un poco cuando conversaba. “Usted no va a casarse con Inés”, dijo después. Lo miré, sonreí, dejé de mirarlo. “No, no se va a casar con ella porque una cosa así se puede evitar si hay alguien de veras resuelto a que se haga”. Volví a sonreírme. “Hace unos años -le dije- eso me hubiera dado muchas ganas de casarme con Inés. Ahora no agrega ni saca. Pero puedo oírlo, si quiere explicarme...”. Enderezó la cabeza y continuó mirándome en silencio; acaso tuviera prontas las frases y esperaba a que yo completara la mía para decirlas. “Si quiere explicarme por qué no quiere que yo me case con ella”, pregunté lentamente y me recosté en la pared. Vi enseguida que yo no había sospechado nunca cuánto y con cuanta resolución me odiaba; tenía la cara pálida, con una sonrisa sujeta y apretada con los labios y dientes. “Habría que dividirlo por capítulos -dijo-, no terminaría en la noche”. “Pero se puede decir en dos o tres palabras. Usted no se va a casar con ella porque usted es viejo y ella es joven. No sé si usted tiene treinta o cuarenta años, no importa. Pero usted es un hombre hecho, es decir
22 I EL RELATO deshecho, como todos los hombres a su edad cuando no son extraordinarios”. Chupó el cigarrillo apagado, miró hacia la calle y volvió a mirarme; mi cabeza estaba apoyada contra la pared y seguía esperando. “Claro que usted tiene motivos para creer en lo extraordinario suyo. Creer que ha salvado muchas cosas del naufragio. Pero no es cierto”. Me puse a fumar de perfil a él; me molestaba, pero no le creía; me provocaba un tibio odio, pero yo estaba seguro de que nada me haría dudar de mí mismo después de haber conocido la necesidad de casarme con Inés. No; estábamos en la misma mesa y yo era tan limpio y tan joven como él. “Usted puede equivocarse -le dije-. Si usted quiere nombrar algo de lo que hay deshecho en mí...”. “No, no -dijo rápidamente-, no soy tan niño. No entro en ese juego. Usted es egoísta; es sensual de una sucia manera. Está atado a cosas miserables y son las cosas las que lo arrastran. No va a ninguna parte, no lo desea realmente. Es eso, nada más; usted es viejo y ella es joven. Ni siquiera debo pensar en ella frente a usted. Y usted pretende...”. Tampoco entonces podía yo romperle la cara, así que resolví prescindir de él, fui al aparato de música, marqué cualquier cosa y puse una moneda. Volví despacio al asiento y escuché. La música era poco fuerte; alguien cantaba dulcemente en el interior de grandes pausas. A mi lado Bob estaba diciendo que ni siquiera él, alguien como él, era digno de mirar a Inés a los ojos. Pobre chico, pensé con admiración. Estuvo diciendo que en aquello que
él llama vejez, lo más repugnante, lo que determinaba la descomposición era pensar por conceptos, englobar a las mujeres en la palabra mujer, empujarlas sin cuidado para que pudieran amoldarse al concepto hecho por una pobre experiencia. Pero –decía también– tampoco la palabra experiencia era exacta. No había ya experiencias, nada más que costumbre y repeticiones, nombres marchitos para ir poniendo a las cosas y un poco crearlas. Más o menos eso estuvo diciendo. Y yo pensaba suavemente si él caería muerto o encontraría la manera de matarme, allí mismo y enseguida, si yo le contara las imágenes que removía en mí al decir que ni siquiera él merecía tocar a Inés con la punta de un dedo, el pobre chico, o besar el extremo de sus vestidos, la huella de sus pasos o cosas así. Después de una pausa –la música había terminado y el aparato apagó las luces aumentando el silencio–, Bob dijo “nada más”, y se fue con el andar de siempre, seguro, ni rápido ni lento. Si aquella noche el rostro de Inés se me mostró en las facciones de Bob, si en algún momento el fraternal parecido pudo aprovechar la trampa de un gesto para darme a Inés por Bob, fue aquella, entonces, la última vez que vi a la muchacha. Es cierto que volví a estar con ella dos noches después en la entrevista habitual, y un mediodía en un encuentro impuesto por mi desesperación, inútil, sabiendo de antemano que todo recurso de palabra y presencia sería inútil, que todos mis machacantes ruegos morirían de manera asombrosa, como si no hubieran sido nunca, disueltos en
el enorme aire azul de la plaza, bajo el follaje de verde apacible en mitad de la buena estación. Las pequeñas y rápidas partes del rostro de Inés que me había mostrado aquella noche Bob, aunque dirigidas contra mí, unidas a la agresión, participaban del entusiasmo y el candor de la muchacha. Pero cómo hablar a Inés, cómo tocarla, convencerla a través de la mujer apática de las dos últimas entrevistas. Cómo reconocerla o siquiera evocarla mirando a la mujer de largo cuerpo rígido en el sillón de su casa y en el banco de la plaza, de una igual rigidez resuelta y mantenida en las dos distintas horas y los dos parajes; la mujer de cuello tenso, los ojos hacia delante, la boca muerta, las manos plantadas en el regazo. Yo la miraba y era “no”, sabía que era “no” todo el aire que la estaba rodeando. Nunca supe cuál fue la anécdota elegida por Bob para aquello; en todo caso, estoy seguro de que no mintió, de que entonces nada –ni Inés– podía hacerlo mentir. No vi más a Inés ni tampoco a su forma vacía y endurecida; supe que se casó y que no vive ya en Buenos Aires. Por entonces, en medio del odio y del sufrimiento me gustaba imaginar a Bob imaginando mis hechos y eligiendo la cosa justa o el conjunto de cosas que fue capaz de matarme en Inés y matarla a ella para mí. Ahora hace cerca de un año que veo a Bob casi diariamente, en el mismo café, rodeado de la misma gente. Cuando nos presentaron –hoy se llama Roberto– comprendí que el pasa
do no tiene tiempo y el ayer se junta allí con la fecha de diez años atrás. Algún gastado rastro de Inés había aún en su cara, y un movimiento de la boca de Bob alcanzó para que yo volviera a ver el alargado cuerpo de la muchacha, sus calmosos y desenvueltos pasos, y para que los mismos inalterados ojos azules volvieran a mirarme bajo un flojo peinado que cruzaba y sujetaba una cinta roja. Ausente y perdida para siempre, podía conservarse viviente e intacta, definitivamente inconfundible, idéntica a lo esencial suyo. Pero era trabajoso escarbar en la cara, las palabras y los gestos de Roberto para encontrar a Bob y poder odiarlo. La tarde del primer encuentro esperé durante horas a que se quedara solo o saliera para hablarle y golpearlo. Quieto y silencioso, espiando a veces su cara o evocando a Inés en las ventanas brillantes del café, compuse mañosamente las frases del insulto y encontré el paciente tono con que iba a decírselas, elegí el sitio de su cuerpo donde dar el primer golpe. Pero se fue al anochecer acompañado por tres amigos, y resolví esperar, como había esperado él años atrás, la noche en que estuviera solo. Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir
viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono. Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre. No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es
todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.
24 I CAPTURAS
TOMEN LÁPIZ Y PAPEL: AQUÍ, UN CUARTETO DE JOYAS PARA ADORADORES DEL INTERIORISMO QUE ENCONTRAMOS EN EL ABIGARRADO UNIVERSO DE LA WORLD WIDE WEB.
Fundada por la revista estadounidense con nombre homónimo, Dwell.com es una plataforma abocada al diseño de interiores. En su Manifiesto del bowl de frutas, el sitio resume su filosofía decorativa así: “No hay fantasía sobre cómo pueden vivir las personas –con fondos ilimitados y gusto impecable– tan interesantes como la forma en que la gente realmente vive –dentro de un presupuesto acotado y recaídas estéticas–”.
Jonathan Adler, ceramista, diseñador y escritor, retrata espacios finamente decorados de Nueva York para sus ¡180 mil! seguidores en Instagram. En @jonathanadler encontrarán un muestrario detenidamente curado con fotos que van desde sillones de felpa a almohadones estampados, pasando por el interior de los departamentos de celebridades como Lena Dunham, de Girls.
Imposible pasar por alto la red social más icónica del diseño de interiores: Pinterest, una fuente inagotable de ideas que existe bajo el lema “hágalo usted mismo”. Les recomendamos ojear los “pins” de The Makerista, una vidriera de ideas y referencias visuales que vienen al pelo a la hora de decorar el chalet.
Desde siempre, los más “toc” sufren al ver un cuadro torcido en la pared. Afortunadamente existe iHandyLevel, una aplicación que zanja, de una vez por todas, cualquier duda en torno a los ángulos en los que están dispuestas las cosas. ¿Cómo lo hace? Convirtiendo la pantalla del celular en un minucioso nivelador ¡con burbujita verde y todo!
26 I DOBLE MERCI BEAUCOUP: FRANCISCO BULLRICH Y CLORINDO TESTA
¡ESCANEÁ LA PÁGINA Y PROBATE LOS ANTEOJOS Y EL GORRO DE CLORINDO!
¡GRACIAS, FRANCISCO & CLORINDO!
ÁRBOL GENEALÓGICO I 27
DISTRIBUCIÓN Es imprescindible elegir un punto a partir del cual gire la decoración del hogar. Vale dibujarlo en el piso para no perderlo de vista.
BAÑO Píntelo todo de azul, color que es el santo protector de los plomeros. Para la autoestima, un espejo detrás de la bacha es infalible.
COCINA Aquí abundan los elementos de agua y fuego; entonces, se debe evitar el exceso de colores relacionados. Haga caso: pinte la pared de verde.
CAMA Para dormir como un tronco, esta pieza de mobiliario no debe mirar hacia la puerta y ¡ni se les ocurra ubicarla abajo de una ventana!
DORMITORIO Los cuartos deben estar ubicados lo más lejos posible de la puerta de entrada de la casa; además, es clave que sus muebles tengan esquinas redondeadas.
LIVING El sillón, protagonista indiscutible de este espacio, debe ocupar la esquina opuesta a la ventana, sin importar donde esté la tele.
COMEDOR Cómprese una mesa redonda y de madera: aumentará la energía laboral, la buena comunicación y creará nuevos vínculos.
CUARTOS DE NIÑOS Deben orientarse hacia el Este ya que la salida del sol simboliza el crecimiento. Apunte el suyo al Oeste y supere por fin su complejo de Peter Pan.
9
REGLAS IRREFUTABLES DEL FENG SHUI
ILUMINACIÓN Privilegie la luz natural o de vela por sobre la artificial. Resultado: mejores vibras y un notable declive en la factura de electricidad.
LA COLUMNA I 29
LA MIRADA ENCENDIDA
ILUSTRACIÓN: HUGO HORITA
Escribe la columna de esta edición la versátil Dolores Navarro Ocampo, decoradora, editora, productora de moda y creadora de la feria Puro Diseño. A continuación, un relato de sus comienzos en el mundo del interiorismo. Amo decorar, es una de mis pasiones. Me siento una bendecida al tener la capacidad de poder imaginar cómo quedará un espacio: es como ver una película mientras un cliente me contrata para un proyecto. Una casa, un local o simplemente un ambiente –según los deseos del que pide– se van haciendo realidad en mis pensamientos. Este don que aprecio cada minuto de mi vida es imprescindible para mi trabajo.
combinaba una mezcla de estilos con una gracia eximia y una osadía ilimitada. Nadie tenía una casa así en Argentina, nadie. Lo recuerdo en su mesa de dibujo mostrándome los soportes que había diseñado para sostener unos cuernos sobre la cómoda francesa que estaba en el living o en la eterna galería, donde lo miraba pintar unos desmedidos caballos etruscos entre las columnas de mármol que habían pertenecido al viejo Jockey Club.
Crecí en una casa donde se hablaba de arte, de historia, de decoración, en la que se pensaba cómo iba a ser el jardín de nuestro rancho en el campo, qué facha tendría la casa de una tía que se acababa de mudar o cómo se iban a bordar las iniciales en las sábanas de hilo. Había muchas opiniones, pero la palabra santa era la de mi padre. Carol era un artista enorme, un cordobés que apenas terminó el colegio se mudó a Buenos Aires para estudiar, un eximio escultor, un dibujante de lujo.
Recuerdo que a mi padre le gustaba mucho el departamento de Coco Chanel que veíamos publicado en Paris Match, el mismo que años después redecoró el gran Jacques Grange, a quien admiro muchísimo (cómo olvidar la casa que le hizo a Isabelle Adjani, ¡una joya!). Haber crecido junto a alguien tan inspirador y con una imaginación sin fronteras le dio a mi pasión un camino para que se desarrolle. Y mientras navego entre muebles y géneros pienso en personajes inolvidables como Alberto Pinto, David Hicks o Diego Achával y descubro a otros como Peter Marino, Rossana Orlandi, Abigail Ahern, Matías Holmberg o Gustavo Godoy. Un mundo fascinante, pasen y vean.
Su gran obra maestra fue nuestra casa en las Lomas de San Isidro: por fuera parecía una “orangerie” y, por dentro,
ENTRE LAS NUBES
30 I VIDRIERA: ARQUITECTURA
En el Dique 1 de Puerto Madero se está elevando la imponente Harbour Tower, núcleo del emprendimiento Madero Harbour, presidido por Alejandro Ginevra. La pintoresca torre de 50 pisos fue diseñada por Carlos Ott, que dotó a las residencias de gigantes ventanales y una altura interior de tres metros. “El resultado es una volumetría compleja y variada, con vistas panorámicas de la ciudad y del río. Más que un edificio, se pretende lograr una escultura a gran escala que marque un hito de diseño urbano y se convierta en uno de los proyectos más emblemáticos del país”, explicó el arquitecto montevideano.
¡ESCANEÁ LA PÁGINA Y DESCUBRÍ QUÉ HAY EN LA CAJA!
32 I VISIONARIO: JACQUES GRANGE
Nacido en 1944, fanático de las sillas y discípulo de la grandísima Madeleine Castaing, este hombre de estirpe tanto clásica como vanguardista estudió en las escuelas Boulle y Camondo, situadas en París y dedicadas a las artes decorativas y el interiorismo. Entre sus clientes se cuentan nada más y nada menos que, por ejemplo, Isabelle Adjani, Karl Lagerfeld, Alain Ducasse y la princesa de Mónaco, pero fueron sus trabajos junto a Saint Laurent y Bergé –algunos en Francia, otros en Marruecos– los que lo elevaron al podio de la decoración mundial. Una de las obras más reconocidas de Jacques Grange es su propio departamento, que perteneció a la escritora Colette. Sus eclécticas inspiraciones abrevan en el arte pictórico (Yves Klein), la literatura (Marcel Proust) y la historia (Napoleón). Ha llegado a definir su estilo como “un extraño balance entre lo refinado y lo brusco”, alejado de las reglas y de las regulaciones. Se puede decir, sin temor a papelones, que ha decorado muchas de las casas más geniales de las últimas décadas.
34 I LOS OBJETOS DE UNA AMIGA: LAURA ORCOYEN
ÁUREA LAURA LA DISEÑADORA DE INTERIORES NOS CUENTA LA HISTORIA DETRÁS DE SUS ORNAMENTOS PREDILECTOS. Los objetos llegan a mí. Nunca los busco. Se me presentan en casas de antepasados o bajo la forma de regalos, aunque raramente son amor a primera vista. Todos aquellos que por alguna razón adopté esconden fuertes simbologías; suelen dar vueltas por la casa hasta encontrar finalmente su lugar. Hoy me quedo con dos objetos: por un lado, una flor de loto hecha a partir de nueve piezas que representan sus diferentes estadios –desde que está cerrada hasta la apertura total–. Su estructura fue realizada por la casa Jansen en madera dorada; la encontré en un anticuario y hoy habita en la entrada de mi casa. Me gusta porque es una
flor acuática sagrada que evoca sabiduría, pureza, belleza, abundancia y riqueza material y espiritual; sale del fango, florece en el agua y busca la luz. Además, la flor de loto cerrada es símbolo de posibilidades infinitas, mientras que abierta representa la creación del universo. Por otro lado, elijo un balde de hielo metálico con forma de manzana que fue diseñado en los 60. Me lo regaló mi hermana Lucía, dueña de El Sótano, porque es dorado y quería tentarme a seguir con mi colección Aurum, que está inspirada en ese color y que presentaré a fin de año en Laura O. ¿Es un pecado?
FÁBULAS I 35
Había una vez...
Topper y la diseñadora Valeria Pesqueira confeccionaron unos llamativos tamangos para mamás e hijas inspirados en el universo de la literatura infantil. Atraídos por este concepto, revolvimos nuestra biblioteca para traerles la simpática fábula “El león y el ratón”: Un día, un ratoncito salió de su cueva muy aturdido y fue a caer entre las garras de un león. El león, rey de los animales, se mostró muy generoso y decidió no comerlo. Pero
aquella generosidad no había sido gratuita: el león había visto en el insignificante ratón a un importante aliado. Días más tarde, aquel fiero animal cayó en las redes de un cazador. De nada le servían sus rugidos y sus temibles garras. En cambio, el ratoncito ¡bien se movía entre los hilos! De este modo, trabajó con sus minúsculos dientes hasta roer la malla para liberar al león y devolverle así el favor.
Moraleja: consigue más la paciencia y el tiempo, que la ira y la fuerza bruta.
¿Cuál es vuestro estado mental más frecuente? M: Un juego de preguntas y respuestas. Z: Distraída o pensativa. J: Una mezcla de 220 voltios con ensueño. En otra vida, ¿quién fueron? M: Un hombre vivaz y canchero de los años 50 o 60, tipo Marlon Brando o Robert Mapplethorpe. Z: Algún personaje del Cid campeador. J: Una luchadora japonesa (lucharía por ideales… ¡deporte jamás!). ¿Qué casa ocuparían? M: Case Study House Nº 22, de Pierre Koenig, porque queda en Los Ángeles, donde hay muy buenos bares de blues. Por supuesto que Zelmira tendría un cuarto para ella ya que me introdujo al blues. Z: ¡Alguna obra patrimonial que estén por demoler, para protegerla! J: La casa de algún pintor fauvista porque tendría una vibración energética muy poderosa. ¿Con qué arquitecto, diseñador o decorador compartirían una copa de ajenjo? M: Con Tadao Ando para que me cuente su fanatismo por la luz o con Luis Barragán para que me enseñe a dibujar. Aunque Patricia Urquiola podría enseñarme mucho de la profesión: compartir una copa con ella me encantaría. Z: ¡Con Adolf Loos! Me hace reír cada vez que lo leo. Discutiríamos hasta las 4 de la mañana acerca del ornamento, lo artesanal y lo industrial en un café vienés de principios de siglo. J: ¡Elijo a un fotógrafo! Thomas Ruff, porque charlar sobre su trabajo en ese contexto me parece un programón. ¿Qué no quisieran perder con los años? M: La sonrisa, porque te permite llegar muy lejos. ¡Ni hablar de aquella sonrisa que se transmite con la mirada! Z: La flexibilidad física y mental para sortear obstáculos de todo tipo con soltura. J: ¡Los rulos! Equivaldría a perder mi identidad.
Si pudiesen domesticar un animal salvaje, ¿cuál sería? M: Un león, para dormir abrazada a él. Z: Un elefante, quizás; por su memoria e inteligencia, podríamos entablar algún tipo de conversación. J: No domesticaría ningún animal: amo la libertad, soy caballo en el horóscopo chino… El mundo está divido entre: “...” M: Los que aman y los que odian. Z: ¡Los que van al psicoanalista y los que no! J: Valientes y miedosos. ¿Qué es lo más inútil que memorizaron? M: Las canciones de Chiquititas (en especial, porque no me dejaban ver ese programa). Z: Hace poco se me pegó una canción que dice “cheerleader” todo el tiempo. J: Un jingle de colchones Cannon. ¿Cómo definirían el hogar? M: Aquel espacio cubierto por un techo, rodeado de ventanas, penetrado por luz natural, protagonizado por materiales nobles, salpicado por el color e invadido de música, libros y arte. Z: Como algo que se puede encontrar en una persona, en algún libro o algún perfume... J: Como el refugio del espíritu. ¿Con qué celebridad los confunden por la calle? M: Con Miley Cyrus (esta declaración queda entre nosotros). Z: Por mis anteojitos redondos a veces me dicen Lennon, pero no en la calle. J: Con Sarah Jessica Parker. Si fueran magas, ¿qué sacarían de la galera? M: Un gobierno útil y eficiente para este país. Z: Una máquina del tiempo. J: Un cuaderno de notas de Carl Jung.
DE LA GALERA I 37
MICHELLE PARISIER
ZELMIRA FRERS
JULIETA BARRIONUEVO
OFICIOS: TALLADOR DE ESPEJOS I 39
AL OTRO LADO DEL ESPEJO Viajamos al corazón de Avellaneda para visitar Cristal Vidal, claustro espejado adonde Eduardo y Raúl, los hermanos cuyo apellido bautiza este taller, fabrican vidrios y espejos desde hace medio siglo. Entre las incontables piezas que tallaron, se encuentran una mesa que perteneció a Ricardo Fort y gran parte del mobiliario del Hotel Faena. Texto: Lucía Colombo Fotos: Lucas Gallo
¿Cómo se convirtieron en talladores? Eduardo: Mi papá era bancario y compró un taller en el que trabajaban 14 talladores. Cada vez que iba me hacían cebar mate y, mientras tanto, aprendía mirando lo que hacían. Un día me dejaron practicar con una copa; a partir de ese momento, nunca frené. ¿Qué rol cumplen en Cristal Vidal? E: Por ser el más creativo, Raúl se encarga de los diseños; yo estoy más atento al tema comercial. Por ejemplo, ahora estoy
organizando nuestra participación en Casa FOA, feria en la que colaboramos hace varios años. Tenemos dos talleres: el mío está a quince cuadras y es donde hago el manchado, el espejado y la proyección de imágenes. ¿Cómo es el proceso productivo? E: Mandamos a cortar el vidrio, lo biselamos y a cada pieza le dibujamos el diseño correspondiente. Después, tallamos cada parte con una piedra esmeril. Vale aclarar que hay una variedad de piedra para cada acabado, yendo de lo más granulado a lo más liso. Luego, realizamos
un pulido con corcho y, por último, le pasamos un paño al producto final para sacar todo tipo de marcas. Una vez hecho esto, llevo el vidrio a mi taller y hago el proceso de espejado. ¿En qué consiste ese último paso? E: Resulta bastante sencillo de explicar, pero en la práctica es un verdadero desafío. Mezclo nitrato de plata con amoníaco y soda cáustica; luego, añado un precipitante al líquido. Finalmente, aplico este componente de manera manual al vidrio. Todo el proceso es artesanal.
40 I OFICIOS: TALLADOR DE ESPEJOS
A la hora de hacer un diseño, ¿se guían por la moda? E: La mayor parte de nuestro trabajo se hace por encargo. Nuestros clientes tienen pensada de antemano la ubicación de cada ejemplar que nos piden. Ellos guían en el diseño. Raúl: Trabajamos mano a mano con decoradores y arquitectos; es decir, armamos piezas que formarán parte de ambientes específicos. Hoy, el mercado se perfeccionó y hay un gusto y un estilo que predominan.
R: Encuentro inspiración en cualquier lado. Por ejemplo, vi una rejilla que me gustó mientras me estaba bañando y copié su diseño para un espejo. Ese modelo fue un éxito. Con unas manijas de cristal me pasó lo mismo: tomé la idea de un mercadito y causaron furor. En pocas palabras, hay que buscar ideas y traerlas al taller. Es clave ver el trabajo de otros artesanos. ¡Para qué andar pensando mucho si ya hay cosas hermosas! ¿Hay mucha competencia en el rubro? E: Antes había mil talladores sólo en la zona de Avellaneda; hoy hay 40 en todo el país. La verdad, es una lástima que queden tan pocos. La competencia siempre es buena porque ayuda a mejorar. Hoy me comparo con mi hermano… aunque siempre me gana.
¿Cuánto tiempo lleva hacer un espejo?
¿Cuál es la razón de que queden tan pocos talladores?
E: Siete días aproximadamente, desde que pido el vidrio hasta que le pongo el bastidor detrás. R: Usualmente, tallo un día y me paso el resto de la semana armando muebles. E: Hay espejos y objetos que llevan tanto trabajo que da lástima venderlos. El tallado es un proceso artesanal. Hacemos cada rayita y cada puntito, y esa manufactura se nota en el producto final. Lo bello es que no es algo exacto.
R: En los 90 el país se inundó de mercadería importada. Empezaron a llegar productos tallados de origen chino. En Once vendían ceniceros tallados a cinco pesos; en la fábrica, en cambio, vendíamos los mismos pero lisos y a 20 pesos. En pocas palabras, nos fundimos todos. Cada tallador de nuestra edad se fue acomodando en otros rubros. Como entonces no tenía hijos, me pude aventurar y seguir probando.
E: Raúl se la bancó… iba a tirar la lona a Plaza Francia para vender lo que podía. Yo me dediqué a la gráfica porque no había laburo. ¿Tienen aprendices? E: No, los chicos no tienen la paciencia de antes; este oficio no se aprende con unas pocas clases en un curso: se estudia laburando. R: Si sabe cebar mate y renuncia a usar al celular durante la jornada de trabajo, lo tomamos de aprendiz.
Eduardo Vidal
E: Son espejos fallados: generan reflejos deformes porque están mal plateados. Los espejos venecianos, por ejemplo, tienen la característica de estar manchados. Eso se debe a un error en el teñido; sin embargo, terminaron poniéndose de moda.
¿Qué los inspira?
¿Por qué el mate es una condición tan importante? E: El tallador descansa los brazos cuando toma esta infusión: por eso es una parte fundamental del proceso. Ahora bien, si nos cebás un mate lavado… ¡preparate para correr! Romper un espejo, ¿da siete años de mala suerte? R: ¡Si fuera así tendría mala suerte de por vida! Se rompen por nada… varias veces ni te enterás hasta último momento y hay que hacer la pieza de nuevo. ¿Qué se siente trabajar rodeados por su propio reflejo? E: Somos como los vampiros: evitamos mirarnos en el espejo y perdernos en nuestra imagen. Llegué al punto de olvidar que había espejos alrededor mío.
Raúl Vidal
¿Cómo se crean los espejos que reflejan de manera distorsionada?
42 I MERCEDES-BENZ TALKS
Dentro del marco de #MBFashionItem, el flamante ciclo de charlas de moda creado por Mercedes-Benz, el diseñador Martín Churba recibió a un conjunto de amantes de las telas en su tienda Tramando. Allí, antes del desfile lanzamiento de la temporada, presentó sus cinco prendas favoritas de su nueva colección, Eclipse. Los invitados conocieron la historia detrás de cada una de estas creaciones y se divirtieron con las anécdotas del diseñador.
Eclipse está inspirado en la década de los 70 y en la idea de un espectáculo natural de luces hipnotizantes. Se caracteriza por la presencia de vestidos asimétricos, camisas enormes, pantalones acortados y piezas de sastrería informal engomada. Su paleta de colores está colmada de degradés de luces y sombras.
Estos muebles son creación de un estudio de diseño que, a su vez, fue creado por una mujer que desciende de una dinastía de editores franceses quienes, a su vez, crearon una celebérrima tipografía que fascinaba a Luis XV. ¿De qué firma se trata?
¡ESCANEÁ LA PÁGINA, DESCUBRÍ LA RESPUESTA Y PROBÁ LOS MUEBLES EN TU CASA!
ADIVINA ADIVINADOR I 43
44 I PATADAS DE CHANCHO
HOME SWEET HOME E
P
reguntamos a nuestros seguidores de Facebook “¿Cuál es la película con mejor música de la historia cinematográfica?”. Éstas fueron algunas de las respuestas: 1) Requiem por un sueño; 2) Perros de la calle; 3) The Wall; 4) Cinema Paradiso; 5) La vida es bella; 6) Amelie; 7) Vicky Cristina Barcelona; 8) La naranja mecánica; 9) Hacia rutas salvajes; 10) Tiempos violentos; 11) Melancolía; 12) Kill Bill; 13) Juegos sexuales.
l dormitorio en Arlés es el nombre de tres obras de Vincent van Gogh que revelan el cuarto en el que durmió durante su estancia en esa ciudad francesa. En una de las tantas correspondencias que mantuvo con su hermano Théo, el artista describe su creación: “Sólo el color tiene que hacerlo todo, dando un estilo grandioso a los objetos con su simplificación, llegando a sugerir un cierto descanso o sueño. He pensado que al ver la composición dejamos de pensar e imaginar. He pintado las paredes de violeta claro. El suelo, con el material jaqueado. La cama de madera y las sillas, amarillas como mantequilla fresca; la sábana y las almohadas, de verde limón claro. La colcha, de color escarlata. La ventana, verde. El lavabo, anaranjado; la cisterna, azul. Las puertas, lila. Y eso es todo”.
S
i bien en Buenos Aires es casi inverosímil encontrar un baño hogareño que no cuente con bidé, en otras partes del mundo es un accesorio casi desconocido. Etimológicamente hablando, la palabra proviene del francés y significa “pony” –en referencia a la postura que debe adoptarse para sentarse–. En sus formas primigenias, estaba colocado sobre un caballete y, dicen, fue creado como un receptáculo destinado a los jinetes doloridos. En el siglo XVIII se inventó el bidé moderno; sin embargo, no fue hasta 1710 que cobró popularidad, cuando madame de Prie recibió al marqués de Argenson sentada en su bidé. Para 1770, este imprescindible invento ya estaba instaurado en los baños parisinos.
A
quí “Barullo”, cuentazo de Franz Kafka: “Estoy sentado en mi habitación, en el cuartel general del ruido de toda la casa. Oigo golpear todas las puertas, cuyo estrépito solo me ahorra los pasos de quienes se mueven entre ellas, oigo incluso el golpe seco de la puerta del horno en la cocina. Mi padre irrumpe por las puertas de mi habitación y pasa envuelto en una bata que lo sigue a rastras; en la estufa de la habitación contigua alguien rasca las cenizas; Valli pregunta, gritando palabra por palabra a través del vestíbulo, si ya han cepillado el sombrero de mi padre; un siseo que pretende ser mi aliado potencia aún más el estruendo de una voz que responde. Alguien abre el cerrojo de la puerta principal, que hace un ruido como de garganta acatarrada y luego se abre con un canto de voz femenina y se cierra por último con un tirón sordo y viril, que es lo más despiadado de todo. Mi padre se ha marchado, ahora empieza un ruido más tierno, más disperso, más carente de esperanza dirigido por la voces de los dos canarios. Ya me había preguntado antes, y el canto de los canarios vuelve a recordármelo, si no debería dejar la puerta levemente entreabierta, arrastrarme como una serpiente hasta la habitación contigua y, una vez allí, pedir desde el suelo a mis hermanas y a su criada que se callen”.
DICEN LOS QUE SABEN QUE JOHN TRAVOLTA TIENE UN AEROPUERTO EN SU CASA. DICEN LOS QUE SABEN QUE LA TRISTEZA ES EL DESEO DE DESEAR. DICEN LOS QUE SABEN QUE HABLAR BIEN NO CUESTA UN CARAJO Y ES UN BENEFICIO DE LA GRAN PUTA. DICEN LOS QUE SABEN: ¡QUE VUELVAN LOS APRETONES DE MANO! DICEN LOS QUE SABEN QUE EL VERDADERO NOMBRE DE CHER ES CHERILYN SARKISIAN. DICEN LOS QUE SABEN QUE LO LINDO SIEMPRE ES SENCILLO. DICEN LOS QUE SABEN QUE SE TARDÓ 2.000 AÑOS EN CONSTRUIR LA GRAN MURALLA CHINA. DICEN LOS QUE SABEN QUE CONTEMOS MÁS CUENTOS. DICEN LOS QUE SABEN QUE “ESTORA” SIGNIFICA “FELPUDO” EN CATALÁN. DICEN LOS QUE SABEN QUE LA CASA MÁS ANGOSTA DEL MUNDO MIDE 122 CENTÍMETROS EN SU PARTE MÁS ANCHA. DICEN LOS QUE SABEN QUE DORMIR EN EL PISO HACE BIEN. DICEN LOS QUE SABEN QUE HACER TERAPIA ES LA PAJA DEL EGO. DICEN LOS QUE SABEN QUE HABLAR DE POLÍTICA, AGOTA.
MANTÉNGANSE ATENTOS A LO QUE DICEN LOS QUE SABEN.
UN CUARTO PROPIO
#MICUARTOIDEAL I 47
Reclutamos un ejército de decoradores, amantes del diseño y arquitectos –de los cuales varios participarán en esta edición de Casa FOA– para que imaginasen a pluma suelta el espacio de sus sueños; aquí, sus pensamientos e imaginaciones, aglomerados bajo el hashtag #MiCuartoIdeal.
Javier Iturrioz
Coleccionista, obsesivo, compulsivo, arquitecto, decorador, escenógrafo, ambientador, esteta por naturaleza, amante de lo retro y fanático del “more is more”. Mi cuarto ideal es el “red room” de mi casa –cada vez que me mudo lo replico– porque su color me da energía y me saca de la realidad. Tiene un cielo raso suspendido hecho con láminas de oro, una luz muy escenográfica y está lleno de obras de arte: cubistas, constructivistas, fauvistas. Los muebles tienen chinoiserie, hay Blanc de Chine por doquier y adornos freak como cacatúas, serpientes o monos de porcelana, objetos que me hacen muy feliz. Por otro lado, los parlantes embutidos con música me hacen sentir en el hotel Costes; como si fuera poco, aprieto un botón en la pared y sale aroma a Fueguia desde la fuente de un mono de porcelana. ¡Todo es pura magia y teatralidad! Hay velvet dorado, colorado y sedas tailandesas en las cortinas: por supuesto, es el ambiente preferido de las visitas… ¡además del cuarto del pecado!
Laura Ocampo
Detesto lo aparatoso de la palabra “interiorista”. Soy una ambientadora criolla, me dedico a crear entornos con elementos de nuestros vaivenes. Mi cuarto se adhiere a todas mis contradicciones: cucha luminosa y panorámica en la que se mezcla lo indispensable con lo absolutamente superfluo. No regateo entre lo estético y lo funcional; si es estético, es funcional. Además, está equipado para satisfacer los caprichos que podría llegar a tener. Se trata de un cuarto que da al atardecer porque me resulta necesaria esa variante de luz y sus reflejos, con la manera en que se estancan para irse apagando, rincón por rincón, objeto por objeto… un paisaje en sí mismo.
Diego Padilla
Dueño de El Postigo. La casa es, hoy más que nunca, lo que para los cavernícolas era un refugio. Evolucionó, claro, pero se vuelve a vincular con la función primaria de sentirnos protegidos y seguros de no ser atacados. Un lugar de paz para encontrarse con familia, su alma y sus cariños: para ello debe estar concebido cualquier espacio, decorado con los objetos que te gusten de acuerdo con quien sos. No hay recetas: la personalidad y el carácter se ven reflejadas en la casa. No es lo mismo el hogar de un futbolista que el de un juez, por ejemplo, aunque ambas tengan TV, computadoras y heladera.
María Silvia Loitegui
Me cuesta definirme, pero en las revistas me acompañan títulos como “simple y sofisticado” o “calidez y energía”. Mis lugares favoritos son mi cuarto y mi baño, donde empiezo y termino el día. Por eso, tienen que estar pensados como espacios de relajación. Mi ideal es el “room with a view”: puede estar mirando el Río de la Plata en Buenos Aires o el mar en José Ignacio. Lo imagino claro, simple y lleno de luz, con almohadas de pluma y unas excelentes sábanas blancas. No puede faltar un cómodo sillón para leer (con apoya pies, claro), una manta de cachemire y una biblioteca repleta de mis libros preferidos. También es fundamental tener un reproductor de música y unas velas con olor a vainilla o gardenia sobre la mesa de luz. En las paredes, arte contemporáneo y una buena TV. Además, el cuarto estaría decorado con géneros de lino (nada de sedas), yute y carpintería negra. Como corolario: el piso tiene que ser de madera pintado.
Rosa May Sampaio
Diseñadora de interiores brasileña, realizadora de sueños. Me gusta convertir las casas en lugares tan agradables, que no tengo ganas de salir. Me imagino una casa de un sólo piso, con un cuarto, un gran baño y un living conectado con la cocina (y, claro, todo el confort con automatización de luces, sonidos y cortinas). Todos los ambientes tienen vista al verde jardín, que cuenta con una fuente, una pileta y árboles con frutas que atraen a los pájaros. No cabe duda de que la ambientación es minimalista, con sofás cómodos, muebles de gran calidad y arte de muy buen gusto. Se respira una sensación de armonía total.
Maica Bruzzo
Mamá de tres niños y fabricante de lugares felices. Parte de Mesopotamia Buenos Aires. Afuera, un campo de piedras de diferentes tamaños y un mismo color; entre ellas, algunos pocos árboles que parecen de fantasía y un mar de fondo. Adentro, el sol de la tarde atravesando el fino lino de las cortinas, camastros vestidos de blanco y piel. Troncos que se volvieron lámparas, tablas que se volvieron una mesa tapada de libros, cuadernos, lápices de colores, rompecabezas, flores de lavanda y hierbas, jugo de naranja, mate, pan recién hecho y dulce de frambuesas.
Virginia Braun
Mi herramienta fundamental es la intuición: con ella encuentro la poesía y la belleza en los espacios y objetos para habitar. El lugar es pequeño, de paredes altas. Hacia arriba hay puertas y ventanas que no se pueden abrir ni cerrar; hacia el Este, una entrada comunica a un jardín desarreglado. Conviven objetos diversos de funcionalidad incorrecta, como juguetes antiguos o cajas de música con autonomía propia. Se trata de un espacio de puertas abiertas, paradójicamente accesible y secreto.
Magdalena Bengolea
Diseñadora de interiores. Mi cuarto ideal es idéntico al que diseñamos con Belén, mi socia, para Casa FOA. Se sitúa en una casa antigua de algún barrio tradicional de Buenos Aires. Es un comedor diario que se transforma en un refugio para soñar, sentirse libre y estar cómodo. El aroma a café se mezcla con el de las naranjas y el pan tostado. De fondo suena música clásica. Hay una gran ventana por la que entra mucha luz de forma indirecta y una cálida brisa. En pocas palabras, combina la magnificencia del pasado con el espíritu moderno. Las paredes y el techo están intervenidos por figuras geométricas de colores potentes y sobre ellas se lucen las obras de artistas contemporáneos argentinos. El mobiliario es moderno, las sillas son perfectas y la mesa acompaña con su gran tapa de mármol. Pasaría horas sentada leyendo y de a ratos contando anécdotas y amasando proyectos, mientras tomo un rico y largo desayuno.
Ignacio Trotta Fletero y surfer.
Imagino una habitación en la playa con una hamaca paraguaya que se mece sola y una ventana que da al mar. No está muy decorada. Hay arena en el piso y un ventilador de techo (¡imprescindible!). Eso sí, en este cuarto abundan los libros y las revistas, y siempre hay música sonando desde el tocadiscos que me regaló mi abuelo.
Verónica Stegmann
Diseñadora de interiores. Mi cuarto ideal es amplio, tiene techos altos, molduras con líneas negras, paredes blancas, un imponente piso de roble Eslavonia con vetas que forman infinitas figuras y cortinas de lino que bailan al compás del viento mientras tamizan el
aire y dejan asomarse al sol. Habría una gran biblioteca (de diseño propio, obviamente) para darles lugar a los libros y a la historia de mi vida con objetos encontrados o buscados especialmente para ese lugar. En una esquina, con buena iluminación, colocaría un sillón de cuero Day Bed junto con su mesita auxiliar, además de una mesa Tulip con tapa de mármol. Sumaría un sillón sin ángulos rectos, cómodo, para dejar la mirada perdida en el placer del “estar”.
Tomás Powell
Arquitecto, editor generalísimo. Mi cuarto ideal es prehistórico o posnuclear. Está, de alguna manera, fuera del tiempo: fue una cueva o una ruina. Diría que se trata más de un paisaje que de un cuarto. Sus dimensiones son siderales, pero también irrelevantes. Es un espacio anterior: un volumen que existía antes o que no está determinado por los requerimientos de su ocupación. Si bien los muebles, los objetos, las obras de arte y los libros son refinados y de materiales y texturas exquisitas –algunos hasta son útiles–, están dispuestos como en un campamento: no alcanzan nunca a ocupar el terreno y se adaptan para crear zonas idealmente propicias para distintas actividades, estados de ánimo o momentos del día. El tono general es romántico: mezcla de “Pabellón de Barcelona” con “Picasso de vacaciones”. La idea de privacidad es desconocida, como en el paraíso, porque los otros no existen: los vecinos, los niños, la familia –incluso los amigos– ¡y los sirvientes! Están en otro piso, en otra ciudad o más allá de lo que alcanza a verse del interior por las ventanas en todo el perímetro del espacio.
Juan Hitters
Fotógrafo, ex-psicoanalista, melómano, profundamente demócrata, chinchudo y buscador de belleza donde se encuentre. Para pensar mi cuarto ideal empiezo por la música. En todos los espacios que me ha tocado habitar lo primero que instalé fue el equipo de audio: armo una especie de altar musical y planteo el resto a su alrededor. Sería un escritorio o estar, un lugar para escuchar música y leer, con paredes de hormigón armado (el material más hermoso creado por el hombre). El piso de madera sin pulir, rústico, agrisado y des-saturado. Detesto los cielorrasos blancos y con lámparas dicroicas, de modo que desearía que el techo fuera de madera también, irregular y de doble altura. En las paredes de hormigón colgaría dos de mis fotos de la serie Rupestres, no porque sean las obras de arte más perfectas sino porque son mías, me representan y me harían buena compañía. Además, tendría una poltrona bien baja, con una alfombra peluda para apoyar los
pies descalzos y encima un par de mesas “Pluvial” de Federico Churba. Luces suaves desde los costados –detesto la luz cenital– y bastantes sombras. Me gustaría tener una cama para dormir si mi mujer me echa de casa… ¡o para invitarla!
Sylvia Peña
Decoradora apasionada por generar propuestas que ayuden a desarrollar y mejorar la calidad de vida de las personas. Pude materializar mi cuarto ideal con el transcurso del tiempo. Tiene tres ventanas orientadas a la luz y desde ellas veo tilos que en esta época invaden con su verde brillante y el perfume de sus flores y, también, el azul tan especial de los jacarandás. Mi premisa preferida: estar rodeada por un ambiente cálido y estético, con muebles, cuadros y objetos que son muy importantes por su diseño, colorido y calidad. Por supuesto que están agrupados con armonía en el espacio. Las paredes son blancas y los géneros también, pero con diferentes texturas. Sin lugar a dudas, el living perfecto es aquel que nos invita a estar en él. Los colores van cambiando y los muebles, cuando encuentran su lugar, suelen quedarse. Los objetos juegan en su orden, van y vienen. Por último, la iluminación debe ser contemporánea y generar un clima de misterio que identifique al lugar.
Adriana Randazzo
caminarlo y donde, por encima de lo bonito y lo feo, se valore la armonía y la paz.
Pablo Vanoni
Pintor de brocha gorda. Mi cuarto ideal es una habitación sencilla de piso de madera con un hogar. A su lado hay un baño en suite antiguo, clásico y amplio. El estilo del cuarto puede ser rural o mediterráneo. Tiene una gran vista: puede ser al campo, al mar o al río. Por supuesto, sería un espacio para compartir con alguien.
Matías Holmberg Artesano urbano.
Soy un artesano de ciudad, así que mi espacio ideal es la terraza: mi lugar, mi desconexión. Ahí disfruto de diferentes aromas y colores según la estación. Además, se trata del hogar de cientos de plantas y de un sillón antiguo de hierro forjado; ahí paso largas horas mirando el cielo hasta dormirme, para despertarme a la hora abrazado a mantas y almohadones. Una mesa de campo con muchas lluvias junto a la parrilla para recibir amigos en comidas de interminables sobremesas. Faroles oxidados con velas, mantas para los invitados y siempre un fuego encendido.
Arquitecta e interiorista, creadora de atmósferas, mi obra es una declaración de amor.
Delia Tedín
El diseño de un cuarto ideal debe ser atemporal: un ambiente coherente y auténtico que aporte algo más que esté por encima de las tendencias y las modas; debe tener colores, materiales y formas que transmitan buenas vibraciones; debe estar cerca de la naturaleza, que es la principal creadora. Los materiales pueden ser infinitos: maderas, hierros, aceros, ratán, mallas metálicas… todos son interesantes. La caja debe tener una escala que me contenga, con grandes ventanales que permitan que el exterior se fusione de algún modo así ingresan olores y sonidos de afuera, sea la calle o un inmenso jardín. Las paredes y sus colores deben reflejar la luz del día, pero transformarse en un ambiente acogedor a la noche. La iluminación resulta clave –es la idea base del interiorismo– y debe resaltar aquello que quiero ver. En cuanto al piso, quiero descalzarme y encontrar algo cálido. Quiero tener en mi enorme biblioteca ese objeto fetiche que me ha acompañado desde pequeña; quiero un par de sofás que me reciban amablemente; quiero una obra de arte sólo si la necesito, si disfruto contemplarla, no para llenar una pared. Por sobre todas las cosas, quiero un espacio lo suficientemente grande para
Mi cuarto ideal tiene que tener una biblioteca. Muchos libros por todos lados, en banquitos, mesitas o cualquier cosa para apoyarlos. Los que leí y los que compro para leer y no llego… imposible el orden siempre anhelado. Puede estar en cualquier casa, departamento, ciudad o campo; grande o chico.
Muñeca brava.
Alfred Fellinger Diseñador.
Imagino una casa muy contemporánea, de corte poligonal, blanca y con grandes ventanales, situada en un maravilloso bosque con un arroyo y acceso a través de una rampa-puente. Sus ambientes son amplios, blancos y luminosos, con muebles de diseño y alguna pieza original llamando a ser el ícono de uno que otro hábitat. Hay mucho arte, pinturas y esculturas, pero pocos elementos y todos de primerísima factura –Dios está en los detalles–: eso vale tanto para una pieza de mobiliario como para una taza. Todo muy limpio desde el punto de vista de diseño y práctica, a pesar de mantenerse en distintos blancos (es increíble la cantidad de tonos de blancos que existen), tapicería en matices neutros y mucho color en
las piezas de arte. Flores por doquier con fragancias entremezcladas, un gran piano de cola, muchos libros y objetos traídos de distintos viajes. Además, hay claraboyas y aberturas seminales, un buen proyecto de iluminación y música de Louis Armstrong, U2 o Bach. Sumado a esto, hay una mesa con vajilla nórdica, blanca, y unos fetuccinis con salsa de hongos con unas espléndidas copas de vino de cepas argentinas.
Luis María Daneri
Creador de espacios. Vivo en un PH y la biblioteca es mi espacio favorito. Cuando hice la refacción de la casa le diseñé un lugar especial. Se trata del paso obligatorio, del ambiente que conecta con los otros, el alma de mi vida cotidiana. Hace años que colecciono objetos y libros de diseño, me acompañan adonde vaya y allí vivimos juntos, mirándonos, estudiándonos. Tengo muchas lámparas contemporáneas, de distintos estilos, que se prenden todas a la vez generando una escena teatral. También hay animales: de hierro, de madera y de lata. Hay esculturas, juguetes, réplicas de autos y motos, otra de mis pasiones. Me gusta que las casas cambien, me da placer mover, correr, pintar, sacar, agregar… ¡me hace sentir vivo! Esta biblioteca es justamente eso: una escenografía cambiante en un abrir y cerrar de ojos, casi sin esfuerzo. Ahí se puede comer, leer, mirar TV, escuchar buena música, dibujar, relajarse. Se trata de mi lugar preferido en el mundo.
Isabelle Firmin Didot
¡Arquitecta a morir! Siempre diseñando algo. Elijo una biblioteca, sin lugar a dudas. Aunque cualquier ambiente es divertido, en mi familia, de origen francés, hubo editores y bibliotecarios que inventaron la tipografía Didot y varias cosas más. Viví muchos años rodeada de libros y de bibliotecas de donde sacabas un libro… ¡y detrás había otro! Todos los espacios de la casa son importantes y este estaría ubicado sobre el jardín: un lugar amplio, diferente, simple y muy bien proporcionado, alto, con un techo en madera pintado, trabajado con paredes forradas en libros, con ventanas amplias. Siempre hay que mantener una buena proporción entre lo lleno y lo vacío, entre la luz y la sombra. Imagino un piso de baldosas dibujadas con un diseño repetitivo en colores violáceos, azules, grises y rojo y mesas grandes donde poder trabajar con sillones varios y telas exuberantes, terciopelos, bordados, tapices, oros. Me gusta el lujo simple y noble. Lámparas colgantes que caigan del techo y así unir todo ese espacio entre el techo y la mesa donde trabajaría. Creo que a este espacio lo podría dibujar e imaginar mil veces.
Rafa Olarra
Director creativo y miembro frustrado de la National Geographic Society. Mi lugar en el mundo es mi cuarto del campo, en Entre Ríos. Se trata de mi gabinete de curiosidades. Ahí hay un recuerdo de cada uno de mis viajes y los tesoros de mis caminatas. En el piso se acumulan mis libros preferidos, canastas marroquíes, una colección de alfombras, ponchos, un par de botas y los perros esperando que salga el sol. En las paredes se amontonan las cornamentas, los retratos de maharajás, los últimos reyes de Tailandia, un San Jorge, algunos arcángeles, un cinturón de Nepal, collares africanos y antiguas fotos familiares. En invierno la cama te envuelve en almohadones y olor a leña; en verano, el viento sopla y arremolina todos esos objetos alentando una futura expedición.
Marcelo Nougues
Me definiría como un neo-proustiano en búsqueda del tiempo perdido. Mi cuarto ideal es un camarote diseñado por René Prou en el transatlántico Normandie. El momento: una travesía desde Le Havre a Nueva York en la primavera de 1939 a visitar la feria universal que se desarrolla en Queens. En ese cruce viajan Mies Van Der Rohe, Cole Porter y Marlene Dietrich. Nos toca un clima fantástico y por la noche bailamos en cubierta bajo las estrellas.
Sofía Willemoës
Me gusta diseñar la piel de las cosas y espacios que tengan toques escenográficos. Mi cuarto ideal: cama tamaño extra large de 3x3 metros para dormir cómoda cuando Charo e Hilario, mis hijos, se pasan de cama. Dosel de lino blanco formando techo sobre la cama, sábanas blancas, techo de estrellas. Chaise longue y la lámpara de pie para leer con una linda vista al mar.
Lucía Orcoyen
Buscadora de belleza, amante de la música y las ciencias. Mi espacio ideal es mi cuarto en Laguna Garzón, sin televisión y con una cama alta. Tiene techo de chapa y un ventanal de hierro a cuadros. Fue hecho con total libertad, rodeado de casitas y livings desde donde asoman familiares, amigos y momentos… es difícil describirlo: magia.
STILL LIFE I 52
Tony Revolori y Ralph Fiennes en El gran hotel Budapest (2014).
”
¡ESCANEÁ LA PÁGINA PARA COLOREARLA!
LOS DETALLES.
“DIOS ESTÁ EN
LA FRASE: LUDWIG MIES VAN DER ROHE I 53
54 I TRASTIENDA DE TAPA
CLÁSICO Y MODERNO
“Me divertía mezclar el estilo opulento y francés de su arquitectura con un diseño limpio y contemporáneo”, cuenta Marcelo Lucini, dueño de este departamento en Santa Fe y Esmeralda, joya híbrida que resplandece en nuestra tapa. Admirador de los grandes diseñadores del siglo XX y fanático del eclecticismo, el empresario y diseñador tuvo la osadía de dejar algunas paredes sin terminar “para contrarrestar”. Su cuarto, de ¡110! metros cuadrados –presentado en estas páginas–, funciona como un loft independiente del resto del departamento. Inquirimos a Lucini en su filosofía decorativa y nos reveló los que son, a su entender, los mayores aciertos y desaciertos del interiorismo.
DESACIERTOS
Piezas de arte Eclecticismo Materiales nobles Texturas Objetos “handmade” Combinación de metales Una buena iluminación Feng Shui Volúmenes armónicos Colores plenos
Floreados Animal print Materiales sintéticos Que todo haga juego con todo (el composé) “Todo nuevo” Barroco Pompones y borlas Porcelanato Electrónica a la vista Lo “símil”
Marcelo junto a su pareja, Ariel Estanga –con quien trabaja diseñando interiores en Buenos Aires y Punta del Este– y Tigre, el Boston Terrier.
ACIERTOS
Hace 12 años, Marcelo fundó Aire del Sur, marca de objetos de diseño que hoy exporta a todos los rincones del planeta: “creamos respetando la idea de ‘origen’ argentino, pero dándole un twist cosmopolita e internacional”, explica.
PLANETA LOLLAPALOOZA I 57
Inauguramos aquí nuestra sección “lollapaloozera”, un espacio que, mediante contenidos intelectuales y frívolos, palpitará mes a mes el despiporre de la próxima edición del festival, cuya cita es en el Hipódromo de San Isidro el 18 y 19 de marzo. A modo de comienzo, un tentempié de informaciones para tener a mano: Durante 2 días, más de 50 bandas internacionales y nacionales harán vibrar al Hipódromo de San Isidro.
Este año, Berlín fue sede de este festival por primera vez.
5 imponentes escenarios serán el punto de encuentro con la mejor música actual. En 2016, el festival aterrizará en otro país de América del Sur: Colombia (sumándose a Chile, Brasil y Argentina).
Las entradas están a un click de distancia en www.allaccess.com.ar
En Lollapalooza Argentina 2015 hubo más de 140 mil personas.
¡Atención padres!
Los menores de 10 años (inclusive) ingresan gratis.
Los niños disfrutarán de actividades y espectáculos en el espacio Kidzapalooza, dando sus primeros pasos como melómanos.
Habrán 35 bandas internacionales y 15 nacionales.
Habrá 30 variadísimas propuestas gastronómicas para deleitar a los paladares más exquisitos.
Cada día sonarán 14 horas de música ininterrumpida.
Una parada obligatoria será el Espíritu Verde, sector del festival dedicado a la distensión y la promoción del desarrollo sustentable.
Mediante la separación de los residuos según su origen, Lollapalooza 2016 reducirá al mínimo su huella ambiental –programa llamado Rock & Recycle–.
58 I DISEテ前
LA ALQUIMISTA DEL COLOR
FOTOS: CECILIA GLIK
Confinada en su fábrica-laboratorio de Villa Flandria, Luján, y bajo el nombre de Casa Almacén, la arquitecta y artista plástica Mariana Pussacq creó una línea de telas en una amplísima paleta cromática. Usando pigmentos naturales de la India e Inglaterra, desarrolló ¡80! colores resistentes al lavado y a la luz y los plasmó artesanalmente sobre géneros como terciopelo, lino, lienzo, algodón, panamá, lona o tussor.
60 I TOP CINCO VISITANTE
UN MOVIMIENTO ARTÍSTICO Sin lugar a dudas, me quedo con el movimiento artístico cubista porque generó un auténtico cambio de paradigma.
MARÍA VICTORIA DE LAS CARRERAS Aquí, las recomendaciones de una superlativa decoradora que gusta de autodefinirse como “argentina” y responde al cálido apelativo de “María Vic”.
UNA SILLA Me encanta la BKF por su síntesis, porque es atemporal y cómoda y queda bien en cualquier lado.
UN INTERIOR DE BUENOS AIRES Elijo el Plaza Bar porque tiene la justa mezcla de refinamiento y decadencia que requiere un bar. Vale aclarar que hace mucho tiempo que no voy: quizás fue tomado por “la corpo” y ya no es lo que era.
UN PECADO DE LA DECORACIÓN
UN ÁRBOL
Seguir la moda es un error imperdonable cuando se trata de diseñar un interior: lo veo cuando, al entrar en una casa, puedo adivinar el año en que esa pareja se casó o se mudó ahí. Todas las casas de una misma época son iguales.
Mi preferido es el eucaliptus. Disfruto de ver cómo se recorta en el horizonte…me trae buenos recuerdos y, por sobre todo, me da paz.
62 I TOP CINCO RESIDENTE
1 NOCTÁMBULA
2 PREMIAZO
3 TIC TAC
Al igual que en su última edición, Casa FOA abrirá sus puertas los jueves y viernes hasta la medianoche; además de recorrer los espacios y conocer a los expositores en persona, se podrá disfrutar de música en vivo y la mejor gastronomía.
El local de Cuesta Blanca en la calle Florida atravesó una impactante renovación comandada por el estudio Botner-Pecina que le valió un galardón como “Retail Renovation Of The Year” de VMSD (Visual Merchandising Store Design).
Hublot homenajeó al club San Lorenzo, campeón de la Libertadores 2014, con un fabuloso reloj diseñado para el equipo. El hotel Four Seasons fue el lugar elegido para presentar este nuevo modelo junto con el CEO de la marca y el plantel completo.
hublot.com
4 BREBAJES
5 POP ART
Nespresso explora nuevos horizontes con sus nuevas cápsulas Milano y Palermo, dos imperdibles Grand Crus ristrettos. Ambas variedades estarán disponibles por tiempo limitado en las boutiques de la marca.
Dos estandartes de la cultura pop se fusionan en las nueva colección Converse Chuck Taylor All Stars Andy Warhol. Los fantásticos modelos de zapatillas vendrán en tres versiones que incluirán las icónicas bananas y latas de Campbell’s.
CLASSIC FUSION SAN LORENZO
ARAFUE I 63
FELICITAS WINGORD TROTAMUNDOS Y HABITANTE DE SANTA TERESA Lo que empezó como un expeditivo recorrido por Centroamérica con una de mis mejores amigas devino en un año y medio de idas y vueltas entre Costa Rica y México. Hoy por hoy, decidí que Santa Teresa, un pequeño pueblo costarricense, es el lugar en el que quiero vivir: aquí reemplacé el colectivo por la bicicleta, la ciudad por un pueblo de selva y playa y la rutina mecánica de oficina por un trabajo relajado en gastronomía. Todos los días me levanto temprano y, según cómo esté la marea, decido si ir al mar o a un piletón natural a practicar snorkel. Más tarde, voy en bici a comprar pescado fresco al pueblo costero de Malpaís y trabajo en un restaurant de sushi; finalmente, corono mis días viendo el atardecer en la playa. En este lugar las semanas no tienen lunes, viernes o domingos y el ritmo de vida es lento y pacífico. Vivir en Santa Teresa es sumamente enriquecedor porque, al ser el turismo su industria principal, me permite estar continuamente en contacto con gente de diferentes países. No sé qué me deparará el destino, pero estoy abierta a nuevas experiencias y caminos.
64 I DECÍ WHISKY
Pasen y vean: aquí, una selección de espacios que formaron parte de las últimas ediciones de la feria y dejaron patitiesos al público. El evento, meca nacional del interiorismo y el paisajismo que celebra este año su trigésimo aniversario, destina sus fondos a la Fundación Oftalmológica Argentina; en esta ocasión, tendrá lugar en una despampanante casona de principios de siglo, en Basavilbaso 1233.
HALL DE ACCESO, MARTÍN ZANOTTI (MEDALLA DE ORO MERCEDES MALBRÁN DE CAMPOS 2013).
Casa FOA
CASA FOA ECLÉCTICO, TEAM FELLINGER (2013).
66 I DECÍ WHISKY
HOME OFFICE, VIVIANA MELAMED (2011).
LOBBY, JUAN CARAM Y DIEGO SEGOURA (2014).
DECÍ WHISKY I 67
AUTOMOTRIZ, JOSÉ LUIS ZACARÍAS OTIÑANO (PREMIO AL MEJOR ARTE APLICADO CASA FOA 2014).
PASILLO, FLORENCIA MELLER Y LUISA NORBIS (2014).
LA NUBE, MECHA Y BEA PALACIO (2014).
MIRANDO AL SUR, JULIO OROPEL (2011).
70 I FILANTROPÍA
EL PROYECTO EN CIFRAS: • 9.791 viviendas de emergencia se construyeron en asentamientos informales. • 80.000 voluntarios se movilizaron en Argentina para superar la pobreza. • 93 son los asentamientos en los que trabaja Techo. • 8 son los proyectos para implementar soluciones definitivas relacionadas con la regularización de la propiedad, servicios básicos, infraestructura de ciudad y vivienda definitiva.
TECHO
• 72 reuniones vecinales se organizaron para desarrollar oportunidades. • 2.825 vecinos se graduaron en oficios. • 1.470 microcréditos fueron entregados para que los vecinos puedan llevar a cabo diversos emprendimientos. • 1.944 niños y adolescentes que viven en asentamientos han participado en los programas de educación.
María Cecilia Suárez, jefa de prensa del Techo, nos habló de esta organización que busca superar la situación de pobreza que viven millones de personas en los asentamientos informales a través de la formación y acción conjunta de vecinos y voluntarios. Si querés saber más:
www.techo.org.ar
¿CÓMO DEFINIRÍAS EL VERBO “AYUDAR”? Para nosotros significa participar e involucrarse. Desde TECHO creemos que si toda la sociedad reconoce el problema y trabaja activamente para superarlo, se podrá hacer un cambio en la realidad de los asentamientos y construir una sociedad más justa y sin pobreza.
El movimiento artístico De Stijl –que significa “el estilo” en holandés– cimentó sus bases en 1925 con los 17 puntos de la arquitectura neoplástica, una guía conceptual para la integración artística. Su autor, Theo Van Doesburg, es el multidisciplinario fundador de esta corriente estética que tuvo como referente a los artistas Piet Mondrian, Bart van der Leck y el arquitecto J.J.P. Oud. 1. La forma. La arquitectura
moderna, en lugar de originarse de una forma a priori, plantea para cada nuevo proyecto el problema de la construcción. La forma es un a posteriori.
2. Los elementos. La nueva
arquitectura es elemental; es decir, se desarrolla a partir de los elementos de la construcción: luz, función, materiales, volumen, tiempo, espacio, color. Estos son, al mismo tiempo, elementos creativos.
3. La economía. La nueva
arquitectura es económica; o sea, utiliza los medios elementales más esenciales sin desgaste de medios y materiales.
4. La función. La nueva
arquitectura es funcional: se basa en la síntesis de exigencias prácticas. El arquitecto las determina en un plano claro y legible.
5. Lo informe. La nueva
arquitectura es informe, pero, a su vez, bien determinada. No reconoce un esquema a priori, un molde en el que volcar los espacios funcionales. Al contrario de todos los estilos del pasado, el nuevo método arquitectónico no conoce tipos fundamentales e inmutables. La división y subdivisión de los espacios interiores y exteriores se determina rígidamente por medio de planos que no tienen una forma individual. Esos planos pueden extenderse hasta el infinito, por todos los lados y sin interrupción. El resultado es un sistema en cadena en el que los diferentes puntos corresponden a una misma cantidad de puntos en el espacio general.
6. Lo monumental. La nueva arquitectura, en lugar de ser monumental, es una arquitectura de transformación, de ligereza y transparencia. Ha separado la idea de “monumental” de la de “grande” y “pequeño”; se ha demostrado que todo existe en relación con algo. 7. El vacío. La nueva arquitectura no conoce ningún partido pasivo; ha vencido al vacío. La ventana ya no es un agujero en la pared. Un agujero o un vacío no vienen de ninguna parte porque todo está determinado en modo rígido por su contraste. 8. La planta. La nueva arquitectura
ha destruido la pared en el sentido que suprime el dualismo entre interior y exterior. Las paredes ya no sostienen, se han convertido en puntos de apoyo. De ello resulta una nueva planta, una planta abierta totalmente distinta de la del clasicismo porque los espacios interiores y exteriores se comunican.
EL MANIFIESTO I 73 9. La subdivisión. La nueva
arquitectura es abierta en lugar de cerrada. El conjunto consiste en un espacio general que se subdivide en distintos espacios que se refieren al confort de la vivienda. Esta subdivisión se realiza a través de planos de separación (interior) y de planos de cerramiento (exterior). Los primeros –que separan los espacios funcionales– pueden ser muebles; es decir, pueden ser mamparas móviles (entre las que podemos incluir las puertas). En un estadio más desarrollado de la arquitectura moderna, la planta desaparecerá.
10. El tiempo. La nueva arquitectura no cuenta sólo con el espacio como valor de arquitectura sino también con el tiempo. La unidad de tiempo y espacio le da a la imagen arquitectónica un aspecto nuevo y plásticamente más completo. Lo que llamamos “espacio animado”. 11. Aspecto plástico. Cuarta dimensión del espacio-tiempo. 12. Aspecto estático. La nueva
arquitectura es anticúbica; quiere decir que los diferentes espacios no están comprimidos en un cubo cerrado. Por el contrario, las diferentes células espaciales se desarrollan excéntricamente, en consecuencia las dimensiones de altura, anchura y profundidad reciben una nueva expresión plástica. La casa moderna, de esa forma, dará la impresión de estar suspendida en el aire, contra la gravitación natural.
13. Simetría y repetición. La
nueva arquitectura ha suprimido la repetición monótona y ha destruido la igualdad entre dos mitades, la simetría. No admite la repetición en el tiempo, ninguna muraille de rue ni normalización. Valen las mismas leyes para un bloque de casas que para una vivienda individual. Equilibrio y simetría son cosas muy diferentes. En lugar de simetría, la nueva arquitectura propone la relación equilibrada de partes desiguales; por su carácter funcional. La composición de esas partes está dada por el equilibrio de las diferencias, no de las igualdades. La nueva arquitectura no distingue entre “delante” (fachada) y “detrás”, derecha e izquierda ni tampoco, en lo posible, abajo y arriba.
14. Frontalidad. Al contrario que la frontalidad, nacida de una concepción estática de la vida, la nueva arquitectura se enriquecerá por el desarrollo plástico poliédrico en el espacio-tiempo. 15. El color. La nueva arquitectura ha suprimido la expresión individual de la pintura; es decir, el cuadro, la expresión imaginaria e ilusionista de la armonía, indirectamente con las formas naturalistas o, más directamente con la construcción por planos de colores. La nueva arquitectura toma el color orgánicamente en sí misma. El color es uno de los medios elementales para hacer visible la armonía de las relaciones arquitectónicas.
16. Decoración. La nueva
arquitectura es antidecorativa. El color, en lugar de dramatizar una superficie plana, en lugar de ser una ornamentación superficial, es como la luz, un medio elemental de expresión puramente arquitectónica.
17. La arquitectura como síntesis de la nueva expresión plástica. En la nueva concepción
arquitectónica, la estructura del edificio está subordinada. Únicamente a través de la colaboración de todas las artes plásticas se completa la arquitectura. El artista neoplástico está convencido de construir en el ámbito del espacio-tiempo, y esto implica la predisposición a trasladarse en las cuatro dimensiones del espacio–tiempo, porque la nueva arquitectura no permite imaginación alguna (en forma de “cuadro” o de “escultura” separables.) El objetivo es crear todos juntos una armonía, sirviéndose de sus medios propios y específicos. Cada elemento arquitectónico contribuye a crear un máximo de expresión plástica, sobre una base lógica y práctica.
74 I GRANDES VESTIMENTAS
Puerto Madero desde un nuevo punto de vista 50 pisos con infinitas posibilidades 150 exclusivas unidades de diseño vanguardista Residencias de 1 a 4 dormitorios con vistas al río y la ciudad
3 y 4 m de altura interior Amenities que desafían la imaginación y los sentidos Plantas personalizadas & Penthouse
Solicitar entrevista: 5245-7700 / harbourtower.com.ar / info@harbourtower.com.ar
TODAS LAS IMÁGENES Y DESCRIPCIONES SON PRELIMINARES Y ESTÁN SUJETAS A MODIFICACIONES.