#69 路 ROSARIO
14 I ATRODEN QUIÉNES SOMOS
ENCONTRANOS EN ROSARIO
DIRECTOR RESPONSABLE
Bar El Cairo, Rock & Feller’s, Johnny B. Good, Bar del Mar, Los Jardines, Silos Davis, Sunderland, Queen’s Bar, Natural Mystic, Basquiat Street Pub, Gran Mercado, Delirios de Grandeza, El
Marco Simeone Ariosa marco@intelectualyfrivola.com
DIRECTOR EDITORIAL Esteban Feune de Colombi esteban@intelectualyfrivola.com
DISEÑO
Diablito, Chinchibira, Mal de Archivo, Esplendor Savoy (hotel y bar), Europtica, Museo Castagnino, Ente de Turismo, Alto Rosario, Cher y Sport78.
Florencia Martinez diseno@intelectualyfrivola.com
COLABORAN
REDACCIÓN Delfina Campos delfina@intelectualyfrivola.com
ASISTENTE COMERCIAL Lucrecia Gratas lucrecia@intelectualyfrivola.com
PRENSA Y RELACIONES PÚBLICAS Grupo Mass PR info@masspr.net
IMPRESIÓN Galt Printing Ayolas 494 (CABA)
DISTRIBUCIÓN Y LOGÍSTICA
GALERA #69 Rosario • enero 2015 TIRADA: 12.000 ejemplares FOTOGRAFÍA DE TAPA: Mical Valusek ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA: Alan Roskyn MODELO DE TAPA: Liz Solari ESTILISMO: Jimo Soriano ASISTENTE DE ESTILISMO: Flor Thomas PELO: Walter Pampin MAQUILLAJE: Ricky Valles LOCACIÓN: Estudio 313
intelectualyfrivola.com
Promail Condarco 4846 / 4572-0505 Galera Intelectual y Frívola es una publicación de Marco Simeone Ariosa, French 3112 (CABA). Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Galera Intelectual y Frívola. Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Hecho el depósito que marca la ley 11.723.
Hugo Horita (ilustración La Columna), Román Vitali (texto y fotos De un Amigo), José Bellomo (ilustración Visionario), Juan González del Cerro (texto y fotos Arafue), José Boggione (texto La Columna y foto Museos Rosarinos), Nicola Costantino (fotos Decí Whisky), Leónidas Fuster (texto y fotos Exteriores de Rosario) y Javier Velasco (ilustración Grandes Vestimentas).
MUCHAS GRACIAS Liz Solari, Leónidas Fuster, José Boggione, Ricardo Centurión, Román Vitali, Raoul Bova, Daniel Cambiaso, Jorgelina Airaldi, Facundo Mendiaz, Guillermina Gasparini, Marcela Römer, Nicola Costantino, Oscar Ghillone, Mical Valusek, Jimo Soriano, Flor Thomas, Lucía Izco, Héctor De Benedictis, Gustavo Castagnino, Soledad Carranza, Marcela Remoli, Marcela Peduto, Mariano Navilli, Martín Egozcue, Natalia Antolin, Ever Miguez, Ignacio Zecchin, Melisa Naya, Noelia Benvenutto, Carolina D’Elio, Mili Allende, Guillermo Cicciari, Mariano Maldonado, Pitu Fernández, Eve Grynberg, Martina Mora, Alvaro Rufiner y Diego Romero.
16 I LA NUBE
ROSARIO Liz Solari & Raoul Bova
Nicola Costantino Alberto Olmedo • Antonio Berni
ROBERTO FONTANARROSA Jorgelina Airaldi • Daniel Cambiaso Juan González del Cerro • Alberto Laiseca Román Vitali • Cachilo • Moria Casán Norma Pons • Juan L. Ortiz Facundo Mendiaz intelectualyfrivola.com @GaleraGalera
CELLUMINA SATIN ELIXIR Tratamiento antiedad global satinado. Revela la energía y la luminosidad de tu piel. Su complejo Sapphire Orchid Complex Ex166 asocia una tríada de activos: • Satin Orchid Extract. Hidrata y perfecciona la textura. • Micropéptidos. Estimulan la generación de colágeno. • Sapphire Concentrate. Desvanece manchas y brinda un tono uniforme. RESulTaDOS luminosidad. Energía. Perfección. Biocompatible con la genética celular. 100% libre de fragancias. 100% libre de colorantes.
18 I EDITORIAL LITORALEÑO
AL PARANÁ* Yo no sé nada de ti... Yo no sé nada de los dioses o del dios de que naciste ni de los anhelos que repitieras antes, aún de los Añax y los Tupac hasta la misma azucena de la armonía nevándote, otoñalmente, la despedida a la arenilla... No sé nada… ni siquiera del punto en que, por otro lado, caerías del vértigo de la piedra bajo los rayos... No sé nada... O sé, apenas, que el guaraní te asimiló al mar de su maravilla... y que ese puma de tu piel que te devuelve, intermitentemente, el día lo tomas en un rodeo, ¿no? de tu destino… No sé nada… Aunque me he oscurecido, en ocasiones, al sentirte, arriba, entre un miedo de basalto, buscándote buscándote sin el ángel del sabiá, aún… *Al maravilloso Juan Laurentino Ortiz –apodado “Juanele”– se le ocurrieron estos versos durante un caluroso atardecer de septiembre, mientras fumaba una boquilla de caña sentado en un banco frente al Río Paraná. Poeta del paisaje por excelencia, anarquista y fundamentalista de la caligrafía tenue, murió en su hogar de la ciudad homónima en 1978.
VOLVER I 19
El original de esta fotografía es parte de la memorabilia que decora la Mesa de los Galanes, rincón del bar El Cairo al que acudía Roberto Fontanarrosa a tomar café y hablar de fútbol y de mujeres con sus amigos. Capturada durante un banquete circa 1980, la postal muestra al “Negro” (abajo, sombrero en mano) sonriendo jocosamente y en compañía de sus camaradas Willy y Marcelo.
Sabrina Garciarena asistió a la campaña de Kia en Punta del Este, “Make Way For Change“.
Florencia Raggi, Nicolás Repetto, Paloma Herrera y Julio Bocca brindaron juntos en la fiesta de Chandon.
Delfina Muñiz Barreto pasó por el lanzamiento de la red social Cranberry Chic.
Mónica Antonópulos conoció el nuevo local de Tea Connection. Orgullosísima, Graciela Borges fue a la presentación de Mostlo, el proyecto fotográfico de Juan Cruz Bordeu.
Lucía Celasco, Wally Diamante y Susana Giménez la pasaron bomba en la fiesta de vitaminwater.
Camila Costantini, Estefanía Desperies, Eduardito Costantini y María Campos se encontraron en el Gran Baile de No Me Olvides.
Alicia Fernández, Katrine Roemmers y Eliane Macri conversaron durante el almuerzo de Lifestyle Medicine en La Huella.
Pablo y Alejandro Roemmers fueron al evento de Eximia en la Galería Del Paseo.
Eduardo Costantini abrió las puertas de su casa para celebrar el lanzamiento de Aston Martin en Argentina y Uruguay.
Juampi Bonino y Paloma Cepeda se pasearon, enamoradísimos, por el desfile de Alcorta en Punta del Este.
CIENCIAS SOCIALES I 21
Candelaria y Micaela Tinelli recibieron el 2015 en la fiesta de Ginebra en Tequila Punta del Este.
La pizpireta Carla Peterson se engalanó para el fiestón del Hotel Madero.
Michigan Rabbit se tomó una Miller en el Boiler Room de Punta del Este. Hernán Cattáneo y Jowi Campobassi sonrieron para las cámaras en el Movistar Punta del Este Summer Festival.
Marcelo Tinelli, Andrea Bursten y Adolfo Cambiaso se sacaron una selfie en la reapertura de Francesca.
Acarameladísimos, Calu Rivero y Polito Pieres bailaron en el vip de Stella Artois durante la fiesta de año nuevo de Narbona.
Martín Seefeld, la Ministra Carolina Stanley y Laura Esquivel apoyaron la campaña del Gobierno de la Ciudad contra la violencia de género.
Brenda Gandini y Belén Colombo conversaron en la imponente fiesta de vitaminwater, en La Caracola.
Margarita Diego, Dolores Fonzi, Carlos Rodríguez Sañudo, Julieta Cardinali y Dolores Balcarce en la fiesta de Estancia El Carmen.
22 I GALERA EN PUNTA DEL ESTE Por sexto año consecutivo, desembarcamos en Punta del Este con un batifondo de movidas orquestadas por el provocador lema “dicen los que saben que nada calienta más que el pensamiento”. Esta vez, ideamos una explosiva edición veraniega de Galera y exhibimos, orgullosos, un nuevo proyecto: la revista Depunta, cuyo flamante diseño y contenido estuvo a cargo de nuestro equipo y que lució a
Chufi Sanchez en tapa. De la mano de Mercedes-Benz, surcamos el Este a bordo del Galeramóvil –un ubicuo Smart– y repartimos las espectaculares bolsas de playa Galera, creadas junto a Felix. Como si fuera poco, nuestras redes sociales (@galeragalera) vibraron con pícaras participaciones de cómplices como las hermanas Elliot, Nico Palacios, Calu Rivero o Martín Rietti.
24 I EL RELATO
La momia del clavicordio, de Alberto Laiseca, relata la venganza del putrefacto cadáver de Wolfgang Amadeus Mozart sobre un arrojado grupo de excavadores. Su autor, rosarino de pura cepa y dueño de un humor delirante, exclamó hace poco en un ataque de amargura: “todos vamos a morir injustamente olvidados”.
Roberto Prescott y Pedro Pecad de los Galíndez Faisán eran egiptólogos y pertenecían a la raza discontinua de los bofes putrefactibles. Se encontraban haciendo excavaciones en el Valle de los Reyes de la Música, y también en Gizeh. Su objetivo era encontrar la tumba de Tutanchaikowsky. Sabían que ella, al igual que casi todos los grandes y pequeños monumentos funerarios, había sido desvalijada por los saqueadores de tumbas; muchas de éstas una escasa hora después de haberles puesto sus sellos los sacerdotes. La leyenda hablaba de que si bien la tumba de Tutanchaikowsky había sido violada, volcados los objetos sagrados, robadas sus copas de oro y plata –y lo que era más sacrílego e inútil: quemada la momia por orden de los Reyes Pastores–, igual ella contenía un tesoro arqueológico de incalculable valor, que las sucesivas generaciones de ladrones no habían tocado por considerar despreciable: el clavicordio de Wolfgang Amadeus Mozart. Como ya dije, prácticamente no había tumba que no hubiese sido visitada por esa gente excelente: la de Mendelssohn,
Richard Strauss, Schumann. A este último compositor le habían sido cortadas las manos con una pistola de ultrasonido que lanzaba un la obsesivo, pues los hechiceros se las habían comprado a los saqueadores para preparar con ellas filtros mágicos. Ni siquiera Ricardo Wagner pudo escapar a la depredación, pese a que se hizo construir una Gran Pirámide de dos kilómetros de altura, haciendo trabajar a latigazos a sus nibelungos y a los gigantes Fáfner y Fásolt durante veintisiete años: casi todo el largo reinado de este autócrata. Los esforzados ladrones, con una industria digna de mejor causa, se las habían ingeniado para practicar un túnel en la piedra hasta la Cámara del Rey. Pusieron sus manos sobre la Barca Solar Fantasma que el faraón Wagner utilizaba para viajar al País del Poniente; arrastraron y golpearon su momia por las galerías y también a la de Cósima, sacándolas al desierto. Allí, bajo la luz de la Luna y sobre la misma Barca Fantasma, quemaron aquellos combustibles sólidos.
Nietzsche, muy a su pesar, había sido emparedado junto con Wagner, como castigo por haber escrito Ecce Homo. Le dieron la misión de custodiar al compositor y defenderlo a través del largo camino. Para salvarse de la pena había iniciado una maniobra parlamentaria de obstrucción, pero fue inútil. Antes de que pusieran la última hilera de ladrillos, tapiando por completo el nicho donde se encontraba envuelto en vendas como Christopher Lee, los sacerdotes le entregaron Así hablaba Zarathustra. La momia de Nietzsche protegió durante largo tiempo la tumba. Primero liquidó a una banda de mil ochocientos setenta saqueadores; cuarenta y cuatro años más tarde hizo cagar a otros catorce; pero, cuando veinticinco años después entraron en la tumba otros treinta y nueve, lo superaron y reventó apretado como sapo en la leñera. Se habían agotado sus potenciales, y además el horóscopo no era favorable a la momia aquel día. Buen susto se llevaron, no obstante, los que debieron enfrentarla.
Los ladrones de tumbas robaron absolutamente todo –una vez triunfantes–, y quemaron el resto. Sólo quedó el monumento y el gran sarcófago de piedra en la Cámara del Rey. En lo de Tutanchaikowsky el suceso fue algo diferente, como ya adelanté, puesto que los violadores al menos dejaron el clavicordio. Roberto Prescott y Pedro Pecarí de los Galíndez Faisán dieron orden a los obreros para que despejasen por completo de arena la entrada. Galíndez Faisán en persona rompió los sellos de los sacerdotes; estaban intactos puesto que los saqueadores habían entrado por otro lado. Ya en el interior pudieron observar los estragos del pillaje: las mesas rotas, partidas las estatuas, el sarcófago de piedra rajado a martillazos y la parte del techo arriba suyo, ennegrecida por el humo que despidió la momia al quemarse. Al fondo de un oscuro corredor, parcialmente obstruido por escombros de esfinges, se encontraba el clavicordio cuajado de jeroglíficos. Los dos organizadores de la expedición comenzaron a leer: “a quien toque en este clavicordio sin respeto ni merecimiento, le caerá encima la maldición de Tutanchaikowsky”. Roberto Prescott y Pedro Pecarí de los Galíndez Faisán se rieron muchísimo. No creían en maldiciones, en primer lugar; y aparte: si la maldición era tan poderosa ¿por qué no protegió a la tumba de los anteriores saqueadores? Además pensaban hacerse ricos y famosos con este clavicordio. ¡Como que había pertenecido a Mozart, nada menos! Resultaba curioso que los depredadores hubieran respetado aquel objeto. Lógico habría sido que lo destrozaran junto a
todo lo demás; para hacer daño, en todo caso. La suerte de los expedicionarios era increíble. Galíndez Faisán puso en marcha su grabador y comenzó a tocar en el antiquísimo instrumento musical. La gente le pagaría oro, con tal de tener placas discográficas con la reproducción de los sonidos del clavicordio legendario. En él ejecutaría composiciones del propio Mozart, previos arreglos orquestales, bajo el lema: “Mozart, pero no para exquisitos”. Ya se lo imaginaba: “Al alcance del pueblo, mediante arreglos populares; y además... ¡con el genuino clavicordio, hallado luego de permanecer en un sepulcro miles de años protegido por el desierto!” Pero lo que nadie sabía: ni antes los saqueadores de tumbas ni después los expedicionarios, era que dentro del clavicordio estaba la momia de Mozart, guardada como un arma secreta. Los sacerdotes le habían dado la orden mágica de no intervenir pasara lo que pasase, salvo que alguien tocara el instrumento; porque entonces, ése sí, la pagaría por todos. Así pues la momia, llena de furia e impotencia había asistido a las profanaciones sucesivas, e incluso a la quema de Tutanchaikowsky, sin reaccionar. Aguardaba el momento en que estuviese autorizada a echarle mano a uno de esos tipos, y torturarlo día y noche sin cesar un solo instante; ya que por esta misión, había postergado su propio viaje al País del Poniente. Con los agarrotados brazos cruzados sobre el pecho, oraba: “¡Oh, Osiris! ¡Señor del Amenti! ¡Permite que llegue pronto la hora de la venganza!”. Los dos chichis, hechos unos señorones, salieron de la tumba dando orden de poner el clavicordio en seguridad, y cuidan-
do todo el tiempo que los porteadores no raspasen los ideogramas inscriptos sobre la caoba. Pero –y este fue sólo el primero de una larga serie de sucesos inexplicables–, Roberto Prescott, quien se había quedado más atrás, desapareció tragado por un deslizamiento de toneladas de arena que tapó la entrada. No había explicación, ya que la excavación se había realizado con apuntalamiento suficiente. A partir del desgraciado deslizamiento de arena y rocas citado, comenzó una extraña sucesión de catástrofes. Los miembros de la expedición murieron uno tras otro: enfermedades misteriosas; suicidios; tipos quienes decían que de noche los perseguían las momias; otros, a los cuales las paredes se les llenaban de sangre y debían pasarse la noche entera limpiándolas, etc. Uno de los ayudantes, Azafrano Capitular Mileto, sumamente preocupado, fue a cierto lugar para que le hiciesen una carta astral. Según el astrólogo, las estrellas revelaban que moriría a causa de un perro. Azafrano pensó que tal cosa bien podía ser: vivía en un barrio lleno de esos animales, todos malísimos. Para protegerse, hasta el momento de la mudanza, fabricó un vaporizador cargado con aceite mineral y pimienta. Con él se consideraba seguro. Cierta noche –pensaba mudarse dentro de pocas horas y por lo tanto extremaba precauciones– iba hacia su casa con el spray fuera de la cartuchera, como Flash Gordon, puesto que la siguiente puerta sería la de un edificio que tenía dos perros peores que Cerbero, los cuales en anteriores oportunidades le habían arrancado trozos de indumentaria. Caminaba, listo para la acción y soplando un silbato imaginario para que sus tropas
26 I EL RELATO invisibles avanzasen (Kirk Douglas, La patrulla infernal).
continuamente con sus propios pies; así que tardó en llegar y cerrar la puerta.
Sin embargo, los desaprensivos canes no daban señales de vida. Se los habría llevado la perrera o estarían durmiendo. Azafrano Capitular Mileto suspiró aliviado. Precisamente en el momento en que dijo: “¡Ah! ¡gracias a Dios!”, se desprendió una monstruosa gárgola de un edificio y le partió la cabeza. Casi no necesito decir que dicha gárgola tenía forma de perro.
No había alcanzado a suspirar, cuando escuchó un susurro a su espalda. Se dio vuelta sofocado y, desde atrás de un cortinado rojo, apareció Mozart envuelto en vendas, con toda la potestad de su trenza: de la nuca, por entre las telas de lino, salía la famosa con un gran moño negro. Empuñaba un tenedor enorme en su mano derecha; la punta algo inclinada hacia el piso, en reposo, como un dios que descansa.
Pedro Pecarí de los Galíndez Faisán, por su parte, hacía rato que había dejado de reírse. Transcurridos sólo dos meses desde la apertura de la tumba de Tutanchaikowsky, era el único que permanecía con vida. Donó el clavicordio a un museo para ver si se libraba de la maldición, pero no había caso: en su mansión, de noche, se oían gemidos y ruidos raros, tal como el rechinar de unos dientes gigantes, o alguien que arrastrara por los pasillos un enorme tenedor. No sabía por qué pensaba que se trataba de esto último y no de otro objeto cualquiera. La venta de las placas discográficas lo había hecho rico y famoso, pero no las tenía todas consigo. Contrató diez guardaespaldas, encargados de cuidado día y noche; hacía revisar los frenos y la dirección del coche antes de salir, etc. Cierta madrugada tuvo un brusco despertar. Alucinaba que sus guardias estaban dormidos. Se levantó para investigar y comprobó que así era. Resultaba tan profunda la conmoción estupefaciente de aquel sueño mágico, que no pudo alterada ni pegándoles patadas. Cagado de miedo intentó correr a su habitación y encerrarse con llave, pero, con esas manijas propias del terror, tropezaba
–¡La momia!– chilló Pedro Pecarí. Mozart dijo lentamente: –Hacía mucho tiempo que te quería agarrar, hijo de puta. Luego de la frase anterior comenzó a desplazarse muy despacio, elevando con calma los dientes del tenedor. La momia parecía altísima, de tres metros, y sin embargo no sobrepasaba la altura que tuvo en vida. Pedro Pecarí de los Galíndez Faisán lanzó un gemido, estorbado por frenos y desgastes que no se alcanzaba a explicar. Era como si el aire se hubiese transformado en un fluido viscoso lleno de vidrios molidos, que imponían un roce y pesados vínculos. Lastimaba caminar. Incomodísimo, con dilación y tardanza, arribó por fin a la escalera que permitía el acceso a planta baja. Descendió por aquélla sin utilizar los escalones: flotando con suavidad sobre una delgada capa de aire pegajoso. Se movía, pero siendo cada minuto un lapso más dilatado que el anterior. Ya cerca del fin de la escalera se volvió algo para ver los progresos de su perseguidor. Esa pesadilla de momia se disponía, justo en ese momento, a ir tras él. Y ello bajó como debe hacerla la Pálida con sus grandes pies desnudos, y el largo sudario blanco pesa-
do como el telón de un teatro de óperas; a veces parecía sonreír. Encendía y apagaba por turno el espejismo de una sonrisa, mediante el claroscuro alternado sobre las vendas. Vio a la momia en flotación, delgadísima y trotando sobre el viento, con el tenedor pelado. Volaba en silencio, semejante a las aves rack cuando planean moviendo grandes masas de aire; o empujando pesadamente las aguas, como una enorme manta detrás del hombre rana. Pedro Pecarí Galíndez llegó al fin de la escalera y como polvo flotó sobre el pavimento del hall, y reinició su torpe marcha lunar. Las mismas invisibles emanaciones que lo sostenían a esa altura oscilante entre cinco y diez centímetros, eran las que lo pegoteaban estorbando su marcha. Caminó sin rumbo, en figuras geométricas. Si él trazaba una elipse, la momia –siempre detrás suyo– dibujaba un brazo de parábola. Si él construía una sinusoide, ella la limitaba entre las dos partes de una hipérbole. Una carcoide, tenía como inmediata respuesta una circunferencia perfecta y mortífera. Era como el final de Don Giovanni, sólo que a la inversa; en vez de venir el convidado de piedra en busca del amante, aquí la alegoría estaba invertida: la estatua de Don Juan se acercaba para matar al malvado y prejuicioso Comendador, justo cuando éste pensaba ingerir varias apetitosas viandas. A veces, en sus marchas y contradanzas, Pecarí Galíndez Faisán bajaba hasta tocar el suelo; pero entonces era peor: parecía que llevara zapatos de metal, y por el pavimento pasase un poderoso campo electromagnético. De ninguna manera lograba entonces elevar su calzado. Sólo podía desplazarse arrastrando sus pies.
Quería encontrar la puerta de calle, pero ésta se hallaba bloqueada por un muro blanco que lo hacía rebotar ante cada intento de aproximación. Retrocedió trémulo y convulso, confusamente vinculado al suelo. Sus piernas de títere grotesco no cesaban de importunado con su torpeza, al tiempo que el enemigo redoblaba su acoso de obsesión monstruosa y material. Salió del hall, pasando así a otras regiones de la casa. Mediante lentos desplazamientos callejeó por los pasillos, transformados en formidables avenidas. Todas sus vueltas laberínticas y espirales, sólo sirvieron para traerlo otra vez al hall de entrada, al pie de la escalinata. Volvió a subirla, siempre perseguido por aquel Minotauro. El corto trayecto de tres metros entre su habitación y el fin la escalera, se asemejó a una estremecedora autopista llena de coches. Reptó por ella, húmedo como un sapo, semi paralizado y jadeante. Al disponerse a cerrar la puerta, confirmó una vez más lo que ya sabía de sobra: era inútil buscar refugio allí, porque adentro lo esperaba el deslumbrador espejo de la muerte. El árbol del fin perdió sus cristales que descendieron con lentitud haciéndose trizas luminosas. Aquéllos, sus últimos días, bajaron hasta los bordes enjoyados y fastuosos límites, del sarcófago de la discontinuidad eterna. La principesca pobreza militar de la Muerte elevó marciales oriflamas, austeros estandartes de guerra, y negros, belicosos pendones. Las aguas de la consumación subieron. El batracio huyó seguido por blanco aletear de severa grulla. Andrógino chapoteó de un charco a otro, ya muy próximos cuatro colmillos de refulgente tigre. Mullido gordo tierno y fláccido, trotando sobre una delgada película de polvo astral; extendida sobre él fulgurante nívea pesada mano. Reverberaron delante suyo irisados mortuorios
reflejos como de trampa que cierra. Creía pisar líquenes esteparios o los orientes de heladas joyas. Una vez más bajó flotando la escalera, en trayectoria rectilínea. Comprendió que abajo lo esperaba la momia, pese a que segundos antes estaba a su espalda. Faisán descendió sobre las puntas del tenedor tetradentado, semejante a un proyectil cuyo curso alguien olvidó desviar. Con un vio lentísimo esfuerzo, modificó algo el rumbo. Tocó el suelo con los pies, luego que uno de los pinchos pasara a pocos milímetros de su tórax. Así prosiguieron largo rato, de un lugar a otro y en ida y vuelta, sin que Faisán pudiera desprenderse de su perseguidor, ni la momia alcanzarlo. Entendió cuán absoluto es el hecho de morirse en serio. No obstante era tan maldito que con una parte de su alma se alegraba. Él era el hombre que algún tiempo atrás había dicho “La vida es dura. Menos mal que uno tiene sus masoquismos para distraerse”. Distraete ahora, Soria. Lo que quieren los masoquistas no es morirse sino que los castren y después los dejen tirados en un zanjón. Y vivir muchísimo, siempre quejándose. O que les corten las manos, o los dejen ciegos. O que los maten, en todo caso, pero que la muerte tarde en llegar. Es por eso que a la gente no hay que castrarla, hay que clavarle una horquilla. –“Las muertes rápidas son las peores” – dijo Mozart, ya tocándolo. Tratando de salvarse, en su desesperación, Faisán se fragmentó en ocho faisanes para ver si por lo menos uno podía escapar. Todos ellos aletearon inarmónicos y aga-
rrotados, acosados por ocho momias. Se dividió entonces en veinte, treinta y cinco, ene pedros Pecarí de los Galíndez Faisán, y eran ene las momias que los perseguían. Y llegados que todos los faisanes fueron a la pared definitiva y última, la totalidad se fundió hasta quedar el único verdadero chichi, transformado en agitado y boqueante pollo. Y desde remotas distancias siderales, desde años luz fueron convergiendo sobre este solo punto, las ene alejadas momias, cada una empuñando un tenedor, y en las cercanías de su pecho se fueron uniendo unas con otras, y también lo hicieron las etéreas coordenadas sumables de las armas, hasta constituir un objeto sólido y letal. La materialización tuvo lugar a cuatro centímetros del pecho de Galíndez Faisán. Y el tenedor se acercó lentamente, y las puntas comenzaron a penetrarlo, al principio sin dolor, como si fueran humores helados. Los dientes del tenedor se le clavaron como cuatro palabras mágicas, o cuatro óperas. Terror y dolor. Terror y dolor para Faisán. Y lo traspasó como a un dorado pollo, dejándolo clavado contra la puerta de calle, ahora de madera, sin muro blanco, y que en su momento no pudo abrir. Así lo encontraron al otro día. Con aquella inmensa pieza de plata, sosteniéndolo contra la puerta.
LA COLUMNA I 29
ACUNAR Esta flamante sección en la que convocaremos, de ahora en adelante, a distintas plumas, se estrena con el periodista rosarino José Boggione.
ILUSTRACIÓN: HUGO HORITA
Rosario es cuna. “Cuna de la bandera” porque, en sus barrancas, Manuel Belgrano enarboló por primera vez la enseña patria –celeste y blanca– hace exactamente 203 años. También cuna de ideas y de ideales, de artistas, músicos y deportistas. Y de bellas mujeres; “lindas minas”, decía el Negro Fontanarrosa, y explicaba: “Usted no puede darse vuelta a mirar a una señora en la peatonal Córdoba porque se pierde… se pierde la que viene de frente”. Cuna del gran Fito, de Coti –Roberto Fidel Ernesto Sorokin, ¡posta!,compositor pop– y de Libertad Lamarque –“la novia de América”–; de futbolistas como Leo Messi –hoy, el argentino más conocido en el mundo–, el “Tata” Martino y el “Loco” Bielsa; de humoristas –desde el pícaro Alberto Olmedo al queridísimo Fontanarrosa–; de artistas plásticos como Antonio Berni –padre de Juanito Laguna y Ramona Montiel– y Nicola Costantino –que representó a nuestro país en la última Bienal de Venecia–; de la mejor jugadora de hockey de la historia, Luciana “Lucha” Aymar; y de la supermodelo Valeria Mazza. La lista sigue, pero que no se ofendan quienes no citamos por cuestiones de espacio… Cuna es donde se nace pero no necesariamente donde se crece y se hace grande. Es por ello, quizá, que si bien casi todos ellos y ellas nacieron en la ciudad del río, el éxito, la trascendencia y la consagración les llegó en Buenos Aires y a lo largo del globo. Tal vez también porque Rosario es cuna de sueños: al despertar, hay que salir de la cama para hacerlos realidad.
Esta ciudad es la cuna del país de los inmigrantes: españoles, italianos, polacos, ingleses, irlandeses, franceses, alemanes, suizos, griegos, ucranianos, croatas, turcos, rusos, judíos, libaneses, sirios… Ese entramado de culturas, razas y religiones que contribuyen a formar la –siempre discutida– identidad nacional a partir de 1890. Rosario es cuna, pero carece de genealogía: no cuenta con historias ancestrales ni familias patricias. Un día, simplemente, nació y se hizo grande. Cuentan que en 1852, cuando la Confederación necesitaba un puerto para puentear a Buenos Aires, Urquiza impulsó estas barrancas con 3.000 habitantes para que sea declarada “ciudad”. Un siglo y medio después se jactaba de tener un millón de almas. En ese devenir, Rosario fue cuna de luchas obreras y de los primeros grupos anarquistas del país, de los prostíbulos de Pichincha –el barrio del Negro Olmedo–, de las mafias que le valieron el mote de ser “la Chicago argentina” y de la inoxidable rivalidad futbolera entre “canallas” y “leprosos” (cuenta la leyenda que los jugadores de Rosario Central se negaron a jugar contra Newell’s Old Boys en un partido a beneficio de enfermos de lepra). Rosario pegó el estirón y abandonó la cuna. Hoy es conjunción de edificios y de río, de hormigón armado y de naturaleza fluvial. Rosario es una ciudad que quiere –¡y merece!– ser conocida.
30 I MORIA DIXIT
MANUSCRITO: NICOLÁS GRONDONA I 31
Mapa de la ciudad de Rosario - 8 de julio de 1858.
32 I EL TALLER DE UN AMIGO: ROMÁN VITALI
La casa-taller de Román Vitali en primera persona
LA GUARIDA DEL HOMBRE DE ACRÍLICO
Decidí vivir y producir arte en Rosario porque la pienso como un puerto del que zarpo, pero al que regreso. En esta ciudad articulo dos espacios en uno: mi casa y mi taller, superficies que todo el tiempo se confunden, se nutren y se deslizan. Se trata de dos órganos en comunicación de los que voy y vengo sin parar. Este refugio fue una pequeña fábrica de jaulas para pájaros, luego un taller de carteles de neón; ahora es el contenedor de mis obsesiones y pasiones, una trama abierta, un tejido vincular. La arquitectura fue pensada a partir de una de mis obras, que consiste en una familia de cinco álamos movidos por el viento. Esa imagen se convirtió en el disparador para pensar este bosque como una serie de personajes que teatralmente pudieran ser vistos desde todos lados, confundiéndose. Moebius. Un teatro griego… La geometría, la luz, la composición errónea y los vínculos fallidos –elementos básicos de mi trabajo– se deslizan por el hormigón. Todos los planos arquitectónicos son alcanzados por ese viento que desacomoda un orden imposible.
34 I VISIONARIO: CACHILO
En un recoveco de Rosario, sobre una descascarada pared de la calle Virasoro casi esquina Teniente Agneta, alguien escribió: “un libro siempre habla con voz del lirio / dolor / amor”. La pueril caligrafía es inconfundible: corresponde a la mano de Cachilo –el poeta de los muros, como se lo conocía–, el linyera que entre 1979 y 1991 merodeó sin rumbo por esa ciudad santafesina maquillándola de sus pensamientos sólo con un trozo de grafito. Poca cosa se sabe de su existencia: que su madre lo había llamado Higinio Alberto Maltaneres o que solía trabajar en el Correo Central hasta que un día decidió convertirse, en sus palabras, en un “croto”. Los vecinos lo describieron como un cascarrabias que circulaba con latas y bolsas atadas a los pies y que se negaba a dar explicaciones de su “desvergonzado comportamiento”. Tenía poco más de 64 años cuando se durmió para siempre en la vereda del Instituto de Previsión Social, un edificio público en el corazón de su querida metrópoli.
DE LA GALERA I 37
LIZ SOLARI & RAOUL BOVA ¿Cuál es su estado mental más frecuente?
¿Cuál es el personaje de teatro que
¿Cuál es vuestra idea de felicidad absoluta?
L: Volátil, positivo, curioso y creador
fantasean con interpretar?
L: Estar bien conmigo y con la vida que elijo
R: Ser muy positivo, creer en la felicidad, confiar en la vida y en la gente. A la misma
L: Satine, de Moulin Rouge.
día a día.
R: A Macbeth, de Shakespeare.
R: Una fantasía que no quiero dejar de tener
vez, siento fuerzas para luchar contra la injusticia.
jamás. ¿Qué les provoca asco? L: La corrupción, la impunidad, la ambición
¿Qué proyecto los tiene entusiasmadísimos?
¿Cuál es el modo más sublime y discreto de
desmesurada, la violencia, la falta de respeto y
L: El cine en general. En la película Sei Mai
esfumarse?
la canela..
Stata Sulla Luna?, recientemente estrenada,
L: ¡Bomba de humo!
R: Odio a los pedófilos.
hice mi primer protagónico y me abrí a
R: La mayor parte del tiempo es difícil
los mercados del exterior. Además, trabajo
esfumarse, entonces no vale la pena
¿Con qué actores harían ménage-à-trois?
actualmente en dos proyectos para Argentina,
usar técnicas rebuscadas. ¡Simplemente
L: Con Marlon Brando y Monica Bellucci en
uno en cine y otro en televisión.
desaparecé!
su mejor momento.
R: La miniserie San Francisco de Asís y mi
R: No me gusta elegir a las actrices, ése es el
más último film, Sei Mai Stato Sulla Luna?.
¿Cómo les gustaría morir?
papel del director… Si fueran magos, ¿qué sacarían de la galera?
L: En paz. Agradeciendo y confiando en el paso a seguir.
¿Qué fue exactamente lo último que
L: Un teletransportador y mucha más
R: No me gustaría morir de alguna manera
regalaron?
consciencia para vivir en armonía.
estúpida, ja ja. Lo único que me importa
L: Un abrazo, a mi vieja.
R: Un bowl gigantesco lleno de tiramisú.
es tener el tiempo suficiente como para
R: Se trata de algo íntimo, muy vinculado con
despedirme de mis seres queridos.
mi corazón.
38 I MERCI BEAUCOUP: NORMA PONS
ยกGRACIAS, norma!
VIDRIERA: FAUXTALE I 39
_ Delirantes cornamentas Inspirada en su activismo para la ONG Wildlife Waystation, la artista californiana Toree Arntz creó Fauxtale, una serie de ornamentos para la cabeza hechos con materiales provenientes del mundo animal. La curiosa idea, que viene de exhibirse en Nueva York en la galería Arcadia, desembarcará el 7 de marzo en Mendoza –en ocasión de la Fiesta de la Vendimia y de la mano de Animal, de Ernesto Catena Vineyards– y después en Buenos Aires: para ambas exhibiciones, Arntz usará materiales relacionados con el territorio argentino y el proceso vitivinicultor. La siempre inquieta Belén Chavanne, mente detrás del proyecto local, explica: “¡Todo empezó como un delirio! Conocí las obras de Toree online y me contacté con ella para que me hiciera una por encargo. Me pasé semanas mostrándole a todo el mundo sus diseños y eso me llevó a querer hacer algo juntas en Argentina. Hablamos un tiempo y después de presentar el proyecto en varios lugares, surgió esta alianza con Ernesto Catena”.
OFICIOS: ASCENSORISTA I 41
-
LARGO VIAJE HACIA LA NOCHE Desde hace casi tres décadas, Daniel Cambiaso capitanea el ascensor del Palacio Minetti, un imponente edificio de estilo Art Deco situado en pleno centro rosarino. Intrigados por un oficio que está prácticamente extinguido, nos subimos a su opulento ascensor y, en un inquieto paseo de 20 minutos repleto de paradas, conversamos acerca de las peripecias de estar en movimiento perpetuo. Texto y foto: Delfina Campos ¿Cómo te curtiste en este oficio tan particular? Cuando tenía 22 años trabajaba en un frigorífico que quedaba muy lejos de mi casa. Un amigo me avisó que estaban buscando un ascensorista en el Minetti. Vine a una entrevista y empecé a trabajar al día siguiente. Hasta hace cinco años me desempeñaba a tiempo completo en el ascensor. ¿Qué hacés actualmente? Soy el encargado: recibo y clasifico la correspondencia y atiendo los problemas técnicos del edificio, que por ser muy viejo –fue inaugurado en 1929– son muchos. Además, relevo a los muchachos que están todo el día en el ascensor. ¿Cómo fue variando la labor de ascensorista con el correr del tiempo? Antes, la gente era más educada que ahora, te saludaban siempre con una sonrisa. Además, el ascensor solía funcionar a manija. ¡Andaba de lo más bien! Tenía dos velocidades: alta y baja. La magia residía en meter la velocidad baja a tiempo para lograr nivelar el ascensor con el piso y detenerlo manualmente. Hace dos años el sistema se automatizó.
Con la llegada de la tecnología, ¿creés que sigue teniendo sentido la labor de los ascensoristas? Para este edificio sí, porque suele entrar mucha gente. Además, la puerta externa del ascensor sigue siendo manual. De todas maneras, creo que somos los únicos de nuestra especie que quedan en Rosario.
¿Solés marearte? Si bien no me mareo, termino agotado físicamente. Lo que más cansa es trabajar constantemente en contacto con el público. Hay personas muy buenas en el edifico, pero siempre hay un par de conflictivos que pretenden que los lleve directo a su piso, sin escalas.
¿Cuántas personas entra por día en el Palacio Minetti? Miles. En las oficinas del edificio trabajan alrededor de 700 personas. Si además les sumás visitas y curiosos… Hay que tener paciencia porque sólo pueden subir ocho pasajeros por viaje.
¿En qué piso suele bajarse más gente? En este momento, los más populares son el 3, el 4 y el 6.
¿Te tocó lidiar con crisis de claustrofobia? Ha pasado, pero no tanto. Como las paredes del ascensor son abiertas, la gente no se pone nerviosa, siente que puede mirar y respirar. De todas formas, siempre hay alguno que prefiere subir por escalera. ¿Presenciaste alguna vez una escena de sexo en el ascensor? Un par de veces vi parejas metiéndose mano, ¡pero no les dije nada!
¿Qué hace a un ascensorista hecho y derecho? El buen trato con la gente. Es fundamental ser amable y sociable, a pesar de que siempre haya locos dando vueltas por ahí. ¿Qué pasa por tu cabeza mientras el ascensor está en movimiento? ¡Siempre me pregunto cuántos kilómetros debo haber hecho acá arriba! Deben ser incalulables.
42 I EL CUADRO
ANTONIO BERNI Procesi贸n (1959)
ARAFUE I 43
JUAN GONZÁLEZ DEL CERRO FOTÓGRAFO VIAJERO Y HABITANTE DE ROSARIO Cuando me preguntan sobre Rosario cuento que tomo el desayuno en el jardín: creeme que te motiva levantarte. Ando en bici a orillas del río Paraná, desde el Monumento a la Bandera hasta el puente que va a Victoria, y pedaleando te das cuenta de quiénes son hinchas de Newell’s y quiénes de Central. En Rosario no comemos gato, pero si Carlito –hablando de comida, le decimos “pororó” al pochoclo–. Caigo a la casa de mis amigos sin avisar porque viven cerca; no por nada Darwin describió a esta ciudad como un “pueblo grande”. Acá viven mi abuela, mis 27 primos y 18 tíos, papá, mamá y mis cuatro hermanas. Si tenés ganas, vení a Rosario y nos comemos un asado; mi viejo hace los mejores del mundo y mi vieja, una ensalada de cebolla que es “todo”. Una noche en casa te puedo hospedar, así que no tenés excusas.
44 I PATADAS DE CHANCHO
¡PATAGASADAS DEGASE CHANGASACHO!
E
n su libro Rosarigasino, el método, Bernardo “Chiquito” Reyes explica que el rosarigasino o gasó, a secas, surgió en las cárceles locales a comienzos del siglo 20 como un intento de los presos de comunicarse sin que entendieran los guardias. Aunque a primera vista parece un trabalenguas, esta forma de jerigonza consiste simplemente en agregar a una palabra la sílaba “gas” delante de la sílaba acentuada y luego la vocal de esa misma sílaba. En los 50 fue muy usada por la bohemia rosarina y por los habitués del bar El Nacional; más tarde, Alberto Olmedo popularizó el rosarigasino en sus memorables actuaciones para la TV.
M
aneras de decir “mosquito” en distintas lenguas: mushkonja (albanés), stechmücken (alemán), namousa (árabe), mogi (coreano), mun (chino cantonés), bung (chino mandarín), moskyto (danés), saaski (finlandés), moustique (francés), kounou’pi (griego), yatuch (hebreo), njamul (indonesio), mosquito (inglés) zanzara y moscerino (italiano), lemud (javanés), culex (latín), muyamok (malayo), mug (neerlandés), mygg (noruego), moissal (occitano), komar (polaco), pesche y pacha (persa), pernilongo y muriçoca (portugués), tintar (rumano), moskyt (ruso) y komarac (serbo-croata).
“
¿Qué es lo peor que te dijeron?” inquirimos a nuestros dicharacheros amigos de Facebook. El resultado es una recopilación de golpes bajísimos, como los aquí enumerados: 1) “Gorda”; 2) “Señora”; 3) “Pero no sos tan fea”; 4) Me han dicho feo, muy feo, adefesio muy feo, pero jamás feo feo; 5) “Pagamos el telo mitá y mitá”; 6) “La verdad”; 7) “Soy K”; 8) “Soy fanática de Arjona”; 9) “A la gente como vos la vida se le pone cada vez más difícil”; 9) “OK”: realmente detesto el “OK”; 10) “Te aprecio, pero no te amo”; 11) “¡Mi amor! Te falta guiso”; 12) “¿Me llevás a dar una vuelta en culo?”.
E
l Rosariazo formó parte de una sucesión de marchas y huelgas contra la dictadura militar de Onganía llevadas a cabo en la ciudad de Rosario entre mayo y septiembre de 1969. Se produjeron en un clima de tensión generalizada, como culminación de una serie de protestas que pasaron por Tucumán, Córdoba y Corrientes. El Segundo Rosariazo enfrentó a medio millón de manifestantes con el ejército. La represión de la policía se cobró cientos de heridos y un muerto, el joven estudiante Adolfo Bello.
DICEN LOS QUE SABEN QUE NO TODO ESTÁ ESCRITO. DICEN LOS QUE SABEN QUE ROSARIO FUE DECLARADA CAPITAL FEDERAL CUATRO VECES. DICEN LOS QUE SABEN QUE PARA PASARLA BIEN SÓLO NECESITÁS UN TRAJE DE BAÑO. DICEN LOS QUE SABEN QUE EL MUNDO SE DIVIDE ENTRE LOS QUE DICEN “SALUD” CUANDO ALGUIEN ESTORNUDA Y LOS QUE NO. DICEN LOS QUE SABEN QUE EL CANTANTE GOTYE SE LLAMA EN REALIDAD WOUTER DE BACKER. DICEN LOS QUE SABEN QUE RITA LA SALVAJE FUE UNA BAILARINA DE CABARET DEL BARRIO PICHINCHA. DICEN LOS QUE SABEN QUE SI NO SABÉS HACER NADA, NO HAGAS NADA. DICEN LOS QUE SABEN QUE FEDERICO GARCÍA LORCA VISITÓ ROSARIO A FINES DE 1933. DICEN LOS QUE SABEN QUE UNO VIVE PARA CONFIRMAR LO QUE YA SABE. DICEN LOS QUE SABEN QUE CHARLES DARWIN DESCRIBIÓ ROSARIO COMO UN “PUEBLO GRANDE”. DICEN LOS QUE SABEN QUE ESCUCHEN SOBRENADAR, EL PROYECTO DE LA CHAQUEÑA PAULA GARCÍA. DICEN LOS QUE SABEN QUE LOS NÚMEROS HABLAN POR SÍ SOLOS.
MANTÉNGANSE ATENTOS A LO QUE DICEN LOS QUE SABEN.
46 I TRASTIENDA DE TAPA Y
ESCALA HUMANA
Desembarcamos, calladitos pero intrépidos, en Rosario, y recorrimos todos sus rincones –los más brillantes y los más oscuros– en busca de las voces que mejor la describan. Artistas, DJs, arquitectos, escritores y músicos, entre otros, se animaron a este retrato coral respondiendo a la siguiente pregunta: “¿Qué te suscita la ciudad de Rosario?”.
X
48 I TRASTIENDA DE TAPA TOMÁS CATURLA DJ
Mi rincón preferido en Rosario es la calle donde está la ex-Aduana: Bajada Sargento Cabral. Ahí hay un bar donde paso mucho tiempo del día y, muy cerca, existe un lugar que solía ser, a fines de los 80, una disquería por donde pasaba todas las tardes a comprar discos. Como si eso fuera poco, a metros de ahí está Contrabando, la discoteca que me tenía de DJ Residente y en la que estuve dos años pasando la música que quería. Fueron épocas doradas, en las que todos los días compraba álbumes y bajaba al boliche para probar mezclas.
LUIS RODRÍGUEZ
ARTISTA PLÁSTICO
El calor y la humedad de las noches en Planeta X, el baile sinuoso de la música ochentosa a principios de 2000, el ocio de mi primer taller en calle Italia. Improvisar encuentros, saludar en la calle, aturdirme de entusiasmo en Cordón Plateado. Amanecer en la fría calma de un Dojo Zen, estaqueado en la respiración entre cuatro paredes. Los recuerdos se me escapan y cada vez me alejo más de la melancolía.
NACHO IGARZÁBAL ALBERDI
UN COPADO / COLECCIONISTA
Rosario es la ciudad donde nací y de donde no me quiero ir nunca. Me dejó muchas marcas, buenas y malas, y por todas ellas la sigo eligiendo. Aún elijo la esquina de Maipú y Urquiza, donde desde hace años funciona el bar Pasaporte: es una esquina súper europea –casi parisina, salvando obvias distancias– en una calle donde casi no pasan autos, frente a un edificio francés que solía ser la aduana del puerto de Rosario. Pasé mañanas, tardes, noches y madrugadas sentado en las mesas de esa vereda junto a amigos, familiares o quien sea. Una vez fui a un psicoanalista que atendía a la vuelta de este bar; al salir de la primera sesión, le conté a mamá donde atendía y me dijo: “seguro te gustó porque después vas a tomar cerveza a Pasaporte”.
JULIÁN FERNÁNDEZ
NIÑO CURIOSO DE SIETE AÑOS
Me la paso todo el día en el Hotel Savoy porque me encantan las cosas antiguas. En Rosario me gusta salir a
pasear con mi abuelo Mario porque a los dos nos divierte gritar cosas por la ventana. Voy a la colonia, pero no me gusta para nada, no me agrada jugar con otros chicos. Prefiero bailar en el parque: reggaetón, cumbia villera, rap y hip hop. También toco música y hago cosas de artesano, como autos de madera. Tengo un acordeón antiguo. Tengo mi computadora del gobierno que es re lenta: desde ahí veo fotos de autos de época todo el día.
CARLOS HERRERA ARTISTA VISUAL
Rosario tiene una familia de árboles frondosos, tupidos, rellenos de un color verde vejiga y negro. Un punto de impacto solar es la luna: brilla en su último instante, como una estampa que huele el pasado y el futuro de una imagen que no tiene presente. Refiero estas palabras a la obra de Martín Malarro titulada Nocturno, pintada en 1909 al óleo sobre tela, de 38,1 x 54,8 cm., firmada y fechada en el ángulo inferior derecho. Ingresó en el museo Juan B. Castagnino en 1925 como donación de la señora Rosa Tiscornia de Castagnino, bajo el cumplimiento de la voluntad de su hijo, Juan B. Castagnino.
MARÍA JESÚS ÁLVAREZ ILUSTRADORA
El Parque España es mi “pensadero”: suelo caminar hacia el río por la calle Sarmiento y detenerme en la baranda frente a la explanada. Allí, mirando el agua, llegan todos los pensamientos a sentarse a la mesa de convite y empieza la reflexión. Todos hablan al mismo tiempo pero, poco a poco y gracias a las olas del río, se van acallando y reina la paz. Ese es el momento de mayor plenitud: frente al río, él y yo en diálogo silencioso. El Parque España siempre es un remanso, una invitación a salirse de lo cotidiano y adentrarse en un lugar de otra dimensión. Paz asegurada.
NICOLÁS CÓRDOBA
CONSERJE DEL HOTEL ESPLENDOR SAVOY
Rosario me gusta mucho, su oferte cultural es enorme. Tiene tránsito de gente de todos lados y cada vez veo más a turistas de procedencias extrañas. Como ciudad cuenta con su imponente río, fabuloso por donde se lo mire. Lo que más me gusta es que, aunque se trata de una ciudad, mantiene costumbres de pueblo: todo el
mundo se conoce. Dentro de todo, es un lugar tranquilo; aunque en el último tiempo eso empeoró, me parece que tiene que ver con lo que pasa a nivel país. Lo que le faltaría a Rosario es tener más rotación de espectáculos como hay en Buenos Aires.
BEATRIZ VIGNOLI ESCRITORA
Rosario me suscita odio, desesperación y soledad. Hasta los animales son mala gente en Rosario. La sociedad rosarina debe ser una de las peores que hay en todo el continente: mezquina, inhumana, machista, fascista, discriminatoria y nazi. Y digo el continente porque me contaron que Alemania es peor. Y Alemania ya queda en otro continente. Me gustaría explicar en más de cinco líneas qué es lo que me retiene acá. Creo que se trata del paisaje. De la luz. El cielo. Y su relación con la arquitectura, que es tan extrañamente europea, al lado de un río tan salvajemente americano como el Paraná. Hay una combinación entre ese cielo y esa arquitectura que se potencia con la luz del atardecer. Me gustan los atardeceres interminables de verano que tiene Rosario. No sé por qué son tan buenos, tan pictóricos. Debe ser por la humedad. También me gustan las ganas de tomar cerveza que esos cielos producen, más allá de que la tome o no. Tomar cerveza con mis poquísimos amigos. Aquí, las ganas de tomar cerveza en el atardecer valen más que la cerveza misma. La latitud produce una luz de un color particular y las casas bajas de barrio expanden la proporción de cielo en el paisaje. Nada de todo eso se apreciaría como se aprecia si la sociedad funcionara, si fuera la clase de sociedad a la que yo pudiera adaptarme. Pero evito esta sociedad todo lo posible y entonces llega un momento del día en que me doy de bruces contra el atardecer. Aparecen en todas las ventanas, esos cielos barrocos. En las de mi casa o en las ventanillas del colectivo, si es que justo estoy viajando y además conseguí asiento. En esta ciudad, casi a ninguna hora la sociedad funciona (salvo un rato a la mañana), pero al atardecer sí me funciona bien la soledad.
RICARDO “NEGRO” CENTURIÓN
RELACIONES PÚBLICAS DEL BAR EL CAIRO, INTEGRANTE DE LA MESA DE LOS GALANES
Es muy fuerte Rosario para los que somos de acá. A veces uno duda de por qué lo quiere tanto y no sabe si
ces uno duda de por qué lo quiere tanto y no sabe si esta ciudad verdaderamente lo merece. También pasa que uno reniega. Los jóvenes suelen quejarse de que Rosario tiene un techo, ¡pero en vez de quejarse hay que romperlo! El tema de esta ciudad es la escala humana: siempre estás a 15 minutos de encontrarte con quien sea en donde sea. Además, querés fútbol, lo tenés; querés cultura, la tenés. Somos tan sólo un millón de habitantes, mientras que Buenos Aires tiene un flujo de 10 millones. Ahora hay un problema nuevo, que es la falopa: eso contaminó todo. Antes, nadie se volvía loco por ese tipo de cosas: todos le daban más al vino y los más pitucos al whisky.
JORGE SEGUNDO ROMERO EMPRESARIO
Como extranjero radicado en Rosario desde hace más de diez años sólo puedo decir cosas excelentes sobre este lugar. Existe una gama de actividades y lugares increíbles y se está convirtiendo en una ciudad colorida. No podemos dejar afuera a los dos clubes más grandes del interior, Newell’s Old Boys y Rosario Central, y al fanatismo de sus hinchas. Desde mi punto de vista, Rosario tiene una magnífica oferta gastronómica –con una plaza nocturna muy grande que suele estar llena de bares y boliches– y se destaca por la belleza de sus mujeres.
TOPACIO FRESH
DIRECTORA DE LA FRESH GALLERY, EN ESPAÑA
Llevo 15 años en España y aún recuerdo el aroma de los árboles al pasear por el Boulevard Oroño: trepábamos sus palmeras para capturar coquitos naranjas. Girando hacia la calle Tucumán está el Club Sportivo América, donde he visto los espectáculos del Chavo del Ocho y de Titanes en el Ring, ¡con Martín Karadagián! De mi adolescencia se me vienen a la cabeza mis noches interminables en el Bar del Mar, que sentí durante mucho tiempo como mi propio club: fue mi segundo hogar. También rememoro los suburbios del Barrio Rucci, del cual no me puedo permitir contar las anécdotas por miedo a que les cierren la revista: allí tuve mis primeras aventuras sexuales con Ágata, mi gran compañera de ruta. Luego nos hicimos mayores, llegó el Parque España, las primeras
50 I TRASTIENDA DE TAPA galerías de arte y el Museo Macro Castagnino. Echo tanto de menos mi ciudad, el río que pintaba Antonio Berni, la cancha de Newell’s Old Boys, la flor del aromito y el Parque Independencia, que es inevitable derramar una lagrimita.
ANDREA OSTERA
ARTISTA VISUAL Y DOCENTE
Una postal muestra una galería de lapachos en primavera. La foto está tomada con un angular; la cámara en posición vertical, contrapicada. Miles de flores se recortan sobre un cielo gris claro y luminoso (antes de las nubes, la escena se resolvía en rosa y celeste, o mejor, en fucsia y turquesa). En la parte inferior, seis o siete peatones dispersos. El encuadre deja afuera, a la derecha, el Paraná magnífico, perturbado por embarcaciones excesivas y, más allá, las islas, la naturaleza exultante que no se deja domesticar a fuerza de crecidas recurrentes e inevitables. A la izquierda, ahí nomás, una avenida, las vías del ferrocarril; después, esos edificios-muralla que hacen menos amable el encuentro entre la ciudad y el río.
CELINA FUSTER
ARTISTA PLÁSTICA Y PAISAJISTA
Rosario es una ciudad que siempre me gustó caminar. Me agradan sus calles arboladas con plátanos añejos, sus parques de jacarandás que explotan de azul intenso, las avenidas de tipas que desparraman majestuosidad, las románticas parejitas de gringos en algún boulevard, los rosados palos borrachos con olor a río, el aroma a praliné tostado en la peatonal y, sobre todo, que siempre hay algún amigo cerca para visitar. A veces extraño ese andar.
MARÍA MARULL ACTRIZ
La casa de la infancia, esa que dura para siempre y es sólo nuestra aunque sea, después, de otros. Pasaje 12 de Octubre 881. La cortada del barrio Echesortu, que dura una cuadra. Se ve todo el cielo porque no hay edificios ni árboles. En la esquina hay un colegio al que le llaman La Piojito por su pequeñez y que espiamos desde la terraza durante los recreos, cuando la siesta es larga. Recuerdo
la manguera en el patio y mi mamá reventándose al sol. Patines a la tardecita, mosquitos, juntar langostas de la vereda hasta que llega la noche y cada cual a su casa. Calor, humedad y más mosquitos: ni regar las baldosas del patio ayuda. El agudo grito de los murciélagos toda la noche. Sé la cortada de memoria, con los adornos que el tiempo borra y el recuerdo inventa. Mi Rosario está llena de cosas que, lejos de hacerse chiquitas, se engrandecen cada vez más. Rosario es el pasado, con la contradicción misma que tiene el pasado, que está siempre volviendo.
FABIANA IMOLA
UNA ARTISTA QUE SE INSPIRA EN EL RÍO Y LAS ISLAS
Estar en contacto con la riqueza natural es lo que más placer me genera de vivir aquí. Me apasiona, cuando voy a la isla, el camino que hago en bicicleta por la costa desde el Monumento a la Bandera hasta el puente Rosario-Victoria. Ya entrando en el paisaje veo el espejo de agua rosa-marrón, veo pasar los camalotes y los grandes barcos industriales con diseño y colores navales. Adoro cruzar el río remando en kayak y conectarme con el movimiento del agua, sentirme parte del paisaje, oler el aroma a salvia alimonada que habita en la isla, ver los sauces llorones acariciar el agua arcillosa que golpea en la costa, a las enredaderas que suben hasta la altura de los árboles y a la Dama de Noche desenroscando sus pétalos y soltando un perfume embriagador.
JOAQUÍN VITOLA
CANTANTE DE INDIOS
Además de pasar allí nuestro primer cuarto de vida, en Rosario se nos cumplió el sueño de formar una banda con la que hacer canciones propias, ensayar, grabar discos y salir de gira. Para hacer un “zoom” a nuestra génesis hay que mencionar nuestro barrio, Fisherton: nos sentíamos desesperanzados de encontrar ahí algún hermano en la música. Por suerte, el prejuicio falló y surgió Indios. Imposible olvidar la magia que sentíamos durante los ensayos en la sala de Gonzalito, en una casa diminuta que fue pintada antes de la llegada de Colón a América. Momentos memorables son los que pasamos en Chipaco, adonde íbamos a tomar algo después de
esos cortos, pero poderosos ratos de música. Allí, mediante miradas cómplices y desnudas, casi como en otro idioma, sentíamos que estábamos generando algo que nunca antes habíamos recibido y que quizá jamás volviéramos a inventarlo.
LEANDRO LOBRAUCO
EX-PUMA Y ENTRENADOR DE RUGBY EN EL CLUB ATLÉTICO DEL ROSARIO
Rosario es mi casa. Se trata de una frase que uso muy a menudo ya que, por motivos profesionales, me tocó vivir siete años en Italia. Estando allá soñaba con caminar por el Boulevard Oroño –para mí, la calle más linda y llena de vida, con sus palmeras y edificios históricos–. Extrañaba mi club, el histórico Plaza Jewell, fundado en 1867. Extrañaba a mis amigos: ¡en Rosario te encontrás siempre con alguien! Caminar por el Paseo del Siglo, en calle Córdoba, donde siempre hay lugar para un café con un amigo. Extrañaba ir a la cancha a ver a Newell’s y la rivalidad con Central, algo loco y único en el mundo (en Rosario sos de uno o sos del otro). El Río Paraná y su costanera son nuestro orgullo, desde el Monumento a la Bandera hasta el Puente a Victoria. Rosario es arte y música. Rosario son sus barrios. Rosario es hablar sin la “s”. Rosario es mi lugar en el mundo. Rosario es mi casa.
PITU FERNÁNDEZ
ARQUITECTO, INTEGRANTE DE LA MESA DE LOS GALANES Y UNO DE LOS PROPIETARIOS DEL BAR DEL HOTEL ESPLENDOR SAVOY
De joven viajé a Europa y viví allá bastantes años: esa experiencia me hizo revalorizar mi Rosario natal, mirarla con ojos distintos. Apenas volví de mis aventuras en el exterior abrí San Telmo –un bar que se convirtió en un polo de atracción de la movida de la época– y más tarde el Bar Barcelona, que frecuentaron los integrantes de la trova rosarina. Argentina vivía por entonces el retorno de la democracia, se sentía una efervescencia muy especial. Paralelamente empecé a formar parte de la Mesa de los Galanes en el Bar El Cairo y me hice muy amigo del Negro Fontanarrosa: hoy seguimos juntándonos allí todas las tardes con amigos para tomar un café, hablar de boludeces, no prestar atención a lo que dice el de al lado y recordar al Negro. Creo que los bares fueron una herramienta que me ayudó a interpretar la situación social que vivía Rosario en ese momento.
FLOR BALESTRA
DIBUJANTE, PRODUCTORA Y CRONISTA PLÁSTICA
“En Rosario hay lugares adonde basta entrar para ser felices”, dice Sebastián Riestra. Y ese lugar es para mí el antiguo y entrañable pasaje Pan, donde tengo mi local y mi taller desde hace 24 años. Se trata de mi nave espacial, el barco que comando. Juego a eso y cuando voy hacia afuera me gustan el río y su playa, las islas, la calle, los bares. Fui niña en Rosario y la sigo descubriendo cada día que pasa. Rosario, la quiero. También me peleo mucho con ella y me vuelvo a amigar. Soy paciente y persistente; ejercito la atención. Me gusta mirarla y recorrerla con la mirada. Cada tanto la borro y la dejo a un lado, en puntos suspensivos, que son los que más me atraen. Al tiempo la retomo. Y así. Seguramente ha sido parte y sigue siendo un laberinto de los efectos y de las causas para que yo dibuje. La dibujé y la dibujo ¡sí, sí!
LILA SIEGRIST
ESCRITORA, AGITADORA CULTURAL, ARTISTA VISUAL
Hay lugares por épocas que configuran un canevá de historias, casi siempre, oblicuo al amor: un picnic en la curva del Paranacito encima de sauces recortados por la cosmografía nocturna; susurros íntimos a través de los puentes del Ludueña en Parada Link s/n°, avistando tortugas de agua encalladas en la escarpada; copetines en PacoTío; los escondites de casa Fracassi al amparo de los murales de Guido mientras el Súper 8 de Marcelo emanaba Les soeurs Brontë sobre una sábana colgada de la boiserie, los murales de Domínguez en la Estación Fluvial. Eso es parte del recorrido mental en la ciudad.
PICHI DE BENEDICTIS
MÚSICO, FOTÓGRAFO Y SECRETARIO DE TURISMO DE ROSARIO
Mi lugar preferido es la costa del río porque cuando éramos chicos mi viejo solía llevarnos allá en las noches de verano. Comprábamos un Carlitos y una Coca-Cola en algún bar y hacíamos un picnic. Había un pequeño lugar, frente al Monumento a la Bandera, donde la gente se tiraba en el pasto a mirar el río: en ese entonces había unas rejas que volvían accesible la zona del puerto. Por suerte, en los 90 las barreras se tiraron abajo y se recuperó ese terreno histórico.
52 I ÁRBOL GENEALÓGICO DORADO Musculoso nadador de tez oro que esquiva fácilmente cualquier anzuelo, suele tener más de un metro de largo y pesar más de 25 kilogramos. SURUBÍ Un emotivo video de YouTube muestra a un pescador del Paraná llorando hasta las lágrimas tras haber capturado un surubí de monstruoso tamaño. PACÚ Conocido como “el pez de dientes humanos”, el preferido de Miguel Brascó se siente a gusto en las aguas de entre 22 y 28 grados centígrados. MANGURUYU Así llaman los guaraníes al Zungaro Zungaro, una criatura siluriforme que suele cazar peces pequeños cuando las aguas se aquietan y es de noche. PATÍ Los adeptos a la pesca deportiva de este bigotudo espécimen recomiendan atraerlo con lombrices, anguila, filet de sábalo o trozos de bagre. BOGA Además de nadar el Paraná, estos bichos teleósteos también se encuentran en los ríos Uruguay, São Francisco, Bermejo, Pilcomayo y Juramento. TARARIRA El apodo del Hopilas Malabaricus (o “tarucha”) hace referencia a los tarareos incesantes de los pescadores del Paraná mientras esperan un pique.
9 PECES DEL RÍO PARANÁ
ARMADO Su naturaleza sociable y carismática lo convirtió en un integrante fundamental de los acuarios, en los que disfruta de nadar en el fondo. SÁBALO Si bien el desove y la cópula suceden en el cauce del río, las larvas suelen escapar a aguas más superficiales para buscar refugio y comida.
54 I ADIVINA ADIVINADOR
Este verano, la bolsa de playa de Galera colgó del brazo de los más intelectuales y frívolos del Este. En esta fotografía, tomada fugazmente durante uno de los fantásticos Sunset Sessions de Aperol Spritz, la reina de la “decoración musical” se esconde detrás de dicho accesorio. ¿Ya adivinaron quién es? ¡Escaneen la página con CamOnApp y descubran la respuesta!
PRODE I 55
JORGELINA AIRALDI PRODE GALERA #69 L
COLON!
E
V
ORLANDO BLOOM
JOHNNY DEPP
TEJO
PALETA
CORTO
ESCOTE
CUARTO DE LIBRA
BIG MAC
FLAMENCO
TUCÁN
LÁPIZ
BIROME
ROSARIO CENTRAL
NEWELL’S OLD BOYS
DULCE
AMARGO
CUERO
PLUMAS
TACOS
PANTUFLAS
!
56 I TOP CINCO VISITANTE
A UN EVENTO Mis votos van para Estilo Rosario, el evento que durante dos días convoca a los más fashionistas de la ciudad con diversas propuestas vinculadas a la moda, como desfiles o el Semillero, espacio ideal para que se luzcan los diseñadores emergentes.
FACUNDO MENDIAZ Aquí están, éstas son, las cinco recomendaciones con tinte rosarino del gerente general del shopping Alto Rosario, por donde pasan cerca de un millón de personas por mes.
B UN OBJETO Puede sonar curioso, pero elijo un rosario que me regalaron hace un tiempo y que funciona como un símbolo de protección.
C UN PLATO ROSARINO En esta ciudad de costumbres fluviales, un buen pescado de río al limón acompañado con cerveza no falla nunca.
D
E
UN RINCÓN SECRETO
OTRA CIUDAD
Me gusta la parte de la antigua estación del ferrocarril adonde está situado el Alto Rosario Shopping. Todavía queda mucho por descubrir de ese antiguo edificio.
Sin lugar a dudas, me quedo con Amalfi, un sencillo y romántico pueblo de la costa a la que da nombre. Me trae recuerdos de un gran viaje que hicimos por esa zona con mi mujer.
58 I MUSEOS ROSARINOS
JUAN B. CASTAGNINO
El museo que desaparece de noche PARTICULARIDAD INAUGURACIÓN
7 de diciembre de 1937.
UBICACIÓN
Boulevard Oroño y Carlos Pellegrini.
DIRECTORA Marcela Römer.
COLECCIÓN
Alrededor de 4.000 obras.
HISTORIA
La institución se construyó en tierras donadas por Rosa Tiscornia luego de la trágica muerte de su hijo, el destacado mecenas Juan Bautista Castagnino.
El museo fue pintado integramente de negro por la artista Mariana Tellería en el marco de una instalación.
PRÓXIMAMENTE
A principios de marzo el museo albergará algunas actividades de la tercera edición del Oboefest.
WEB
museocastagnino.org.ar
VERANO: FORD I 59
Por cuarto año consecutivo, los veraneantes de Cariló fueron testigos del imperdible Ford Kinetic Summer Attraction. Esta vez, entusiastas clientes del óvalo quedaron fascinados con los test-drives de la marca, y participaron de clínicas especializadas en tecnología 4x4. Como si eso fuera poco, un selectísimo grupo de intrépidos emprendió hace poco una travesía nocturna de 17 kilómetros a bordo de los modelos Kuga, Ecosport y Ranger, cuyo destino último fue un campamento en el bosque con espectáculos en vivo y un rutilante cierre a cargo de Maxi Trusso. Más información: ford.com.ar
60 I EXTERIORES DE ROSARIO
ECLECTICISMO ARQUITECTÓNICO Texto y fotos: Leónidas Fuster
Ir a Rosario por el Monumento a la Bandera es una obviedad: visitar sólo ese edificio sería un sacrilegio. En esta ciudad del Sur santafesino se encuentra uno de los estilos arquitectónicos más eclécticos de Argentina; tal es así que, en una misma manzana, te cruzás con ejemplares del art nouveau-modernista, el academicismo, el racionalismo, bloques de los 80, el art decó, el futurismo noventoso, el modernismo y a una suerte de cabeza gigante de stormtrooper que hace de planetario rosarino. Por ejemplo, poco se sabe que el Palacio Minetti es una de las expresiones más puras de art decó que existen en nuestro subcontinente: a media cuadra de la vaporosa esquina de Córdoba y Corrientes, sobresalen dos damas de bronce con mazorcas que ni las edificaciones más altas
pudieron eclipsar. Impresiona su frente rectangular y sus juegos simétricos, que por dentro se reflejan en distintos tonos de mármoles, vitrales de colores y aberturas doradas. A unas cuadras de allí está una de las formidables fachadas de la ciudad: la del Club Español, diseñado por el arquitecto mallorquín Francisco Roca i Simó. Inspirado en el modernismo catalán, se trata de un asombroso edificio de trabajo artesanal en hierro, vidrios y molduras de representaciones zoomorfas, antropomorfas y heráldicas que buscan representar “lo que la colectividad española es y significa en esta ciudad”. Como si eso fuera poco, el primer edificio vertical rosarino tiene sobre su cúpula una gigante pelota blanca, metáfora literal del nombre de
la construcción: La Bola de Nieve. Delineado por Eduardo Le Monnier en 1906, nada tiene que ver con un fenómeno climatológico sino que se refiere a la sucursal de la compañía de ahorro y seguro homónima que funcionaba allí. El Palacio Fuentes es otro emblema de la ciudad de Rosario. Frente al famosísimo bar El Cairo destaca su lujosa fachada, rematada por un reloj campanario de cuatro cuadrantes que reproduce el sonido londinense del Big Ben. Todo esto es una pequeña muestra de que, además de tener artistas, deportistas, escritores y músicos únicos, la “cuna de la bandera” contiene una arquitectura sin igual.
62 I DECÍ WHISKY
Nicola Costantino Nacida en Rosario en el seno de una familia italiana, Nicola Costantino creció sintiéndose “un poco extraña, de ojos llamativamente saltones y con demasiadas inquietudes científicas”. siguientes imágenes, esta artista encontró en la inyección de espuma flexible de poliuretano al pincel idóneo para su arte, aplaudido a lo largo y lo ancho de todo el planeta.
NICOLA COMO MARÍA, SEGÚN METRÓPOLIS I ◆ 2008
Hacedora y protagonista de las
64 I DECÍ WHISKY
LA CENA, MUERTE DE NICOLA N.°1 ◆ 2008
LÁGRIMAS DE CRISTAL, SEGÚN MAN RAY ◆ 2006
DECÍ WHISKY I 67
NICOLA ARTEFACTA Y AQUILES, COMO VENUS Y CUPIDO, SEGÚN VELÁZQUEZ ◆ 2010
OFELIA, MUERTE DE NICOLA N.°2 ◆ 2008
68 I TOP CINCO RESIDENTE
1 FESTIVAL
2 CAFÉ
3 MODA
Se acerca la primera edición del Buenos Aires International Fashion Film Festival, despampanante evento cinematográfico que tendrá lugar en el Auditorio de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes.
A través de su siglo de historia al frente de la movida rosarina, el Savoy Grand Café recibió en sus mesas a personajes ilustres como Lisandro de la Torre, Federico García Lorca, Edmundo Rivero o Aníbal Troilo.
Plusmore, la flamante marca especializada en remeras unisex, acaba de presentar “The First One”, una moderna y simple colección en blanco y negro que se propone reinventar los básicos a la hora de vestir.
4 AVENTURA
5 ARTE
Este verano, un grupo de más de 35 motoristas encabezado por Federico Bonomi emprendió una ambiciosa travesía por el interior de Uruguay. Su parada final: el fabuloso local de Herencia ubicado en La Barra.
Además de inaugurar su nueva muestra “Horizontes de deseo”, en estas vacaciones el museo marplatense MAR presentó propuestas como una feria gastronómica, un paseo con libros o espectáculos al aire libre.
70 I FILANTROPÍA
EL PROYECTO EN CIFRAS: • 2 años dura el Programa de Liderazgo y Formación en Pedagogía que ofrece la Fundación. • 6.000 alumnos de escuelas de contextos vulnerables de Capital y GBA reciben la enseñanza de los PExAS (Profesionales de Enseñá por Argentina). • 2.800 jóvenes se postularon al Programa en 2014, de los cuales 1.700 cumplieron con los requisitos.
ENSEÑÁ POR ARGENTINA Oscar Ghillone, Director Ejecutivo de Enseñá Por Argentina, habla sobre este fantástico movimiento educativo que se dedica a seleccionar y formar jóvenes profesionales para que sean líderes transformadores en las aulas de las escuelas en mayor desventaja del país. Si querés saber más:
www.ensenaporargentina.org
• 35 son los países que conforman la red global Teach for All, a la cual pertenece Enseñá por Argentina. • $861.000 se recaudaron en la última Cena a Beneficio, cifra destinada a sostener la misión de la ONG. • 40 CEOs de diferentes empresas de primer nivel participaron este año de la acción “Enseñá por 1 día” y compartieron con los alumnos experiencias de vida inspiradoras. • 20 PExAS de Córdoba y Salta se sumarán en 2015 al Programa de Liderazgo y Formación en dichas provincias. ¡Necesitamos a 1 persona como vos que se comprometa y nos apoye económicamente para que podamos seguir haciendo nuestro trabajo!
¿CÓMO DEFINIRÍAS EL VERBO “AYUDAR”? Ayudar es dejar que crezca en uno mismo la necesidad de hacerse cargo de la realidad que nos rodea. Es darse cuenta que uno no merece las oportunidades que tuvo en la vida si no es capaz de luchar para que otros las tengan. Se trata de dar acción a las ideas y animarse a dar un paso más. Ayudar es algo tan natural que, si no te hubieran ayudado antes, no estarías acá.
HOTEL ESPLENDOR ROSARIO I 71
Esplendoroso
B
ajo los pomposos techos del hotel Savoy, por poner un ejemplo, Carlitos Balá inventó el famoso “ea pepé” luego de inspirarse en el diariero tartamudo de la esquina. Aquí descansaron, entre otras, cabezas como las de Luigi Pirandello, Federico García Lorca, Lola Membrives, Arthur Rubinstein o Aníbal Troilo. Este templo rosarino que alberga más de un siglo de historia(s) cobró altura y anchura en 1910 a instancias de una dupla de inmigrantes suizo-italianos y
desde 2009 forma parte de la cadena de hoteles Esplendor. Aquí mismo se proyectaron las primeras películas en Rosario: fue en la imponente terraza, junto a la turgente cúpula, donde también se presentaron en sociedad a las niñas mimadas de la burguesía local al son de una orquesta de damas vienesas. En el corazón de la Chicago argentina, sépanlo, hay un palacio de aspecto centenario y espíritu vivaz que aún alimenta de fantasías las mentes de sus huéspedes.
/esplendorhoteles
esplendorh
72 I EL MANIFIESTO
El manifiesto anti-mermelada
es un insólito documento firmado a fines de 1965 por Juan Pablo Renzi y otros 17 artistas del grupo de arte de vanguardia de Rosario. Su publicación marca el comienzo de las intervenciones públicas de este colectivo, encolerizado por la chabacanería y la hipocresía del aparato cultural de esa época.
citrante actitud académica. No estamos haciendo referencia a la vieja academia por todos execrada, sino a aquella que, mediante otras formas logradas por la apropiación de recursos esquemáticos En nuestra ciudad existe un tipo de made los movimientos en boga en distintos nifestaciones cuyas características conmomentos, rehúye la problemática de la forman lo que denominaremos de ahora creación, no aporta búsquedas personales en adelante “cultura mermelada”. Esta se Nos encontramos en la tarea de analizar y y no se interesa por la investigación, sin expresa cotidianamente como obstáculo y denunciar este permanente complot conla cual cualquier producción artística freno de la labor creadora. tra la creación, haciéndolo a partir de la perecería. plástica y sus epifenómenos, que es lo que Existe una manera de ser y de pensar nos preocupa de forma directa. Es notable en general la falta de coheren“mermelada”, una literatura “mermelacia de sus lenguajes, aun cuando nunca se da”, un teatro “mermelada”, una pintura planteen ir más allá de las fórmulas co“mermelada”, etc., y quienes actúan en nocidas. Esta superficialidad es la que los cada uno de esos planos lo hacen siempre hace negar lo intelectual de la creación con el mismo criterio: utilizando fórmuartística y refugiarse en términos usados las y esquemas convencionales, tratando en lo posible de “oficializarse”, contando Hacemos alusión especialmente a un tipo con sentido mítico tales como “misterio”, para ello con la complicidad de entidades de pintura que, enarbolando una aparien- “belleza”, “intuición”, “intuición”, “personalidad”, “expresión”, etc., forma elegante pseudo-culturales y de cierto público que cia “moderna” representa la más recal-
A PROPÓSITO DE LA CULTURA MERMELADA
alienta y aplaude todo lo que se produce para su halago y evita encontrarse con obras que conmuevan sus prejuicios o le produzcan emociones profundas. La emoción “mermelada” es falsa, superficial, almibarada y sólo alcanza el escaso nivel del sentimentalismo.
LA PLÁSTICA “MERMELADA”
EL MANIFIESTO I 73
con la que eluden los enfrentamientos profundos que pondrían de relieve su imposibilidad de asumir racionalmente la actividad creadora.
LA CRÍTICA “MERMELADA” Si se entiende que la crítica de arte es un estudio metódico, desprejuiciado que analice racionalmente las posibilidades técnicas y estéticas de una tendencia y sea capaz de evaluar objetivamente la obra de un creador, debemos convenir en que tal cosa no existe en Rosario.
quienes la ejerzan sean artistas frustrados o de mala calidad. Nuestros cronistas de arte, por lo tanto, se unen con los pintores “mermelada” y, todos juntos, empalagan a un público desprevenido que es comprado en el nivel más bajo de su necesidad estética.
NUESTRA POSICIÓN
La razón que nos obliga a denunciar esta conspiración contra el arte en este suelo es que, como pintores, hemos decidido asumir pública e independientemente nuestras posiciones y luchar por un esclarecimiento del espectador que hasta la actualidad estaba obligado a escuchar Lo concreto es que la pretendida crítica una sola vez. En este sentido reafirmade nuestro medio padece de una total mos una vez más nuestra defensa de ignorancia acerca de lo que quiere juzgar, una pintura seria, profunda, creadora y y no es extraña la coincidencia de que revolucionaria, que aporte siempre nue-
vas posibilidades de conocimiento y de emociones al observador; una pintura de estudio, de investigación, que sintetice de manera expresiva las posibilidades intelectuales de quienes las hacen.
ASPIRAMOS A QUE NUESTROS PRODUCTOS PUEDAN SER DIGNAMENTE LLAMADOS ARTE. Rosario, septiembre de 1966. Renzi, Faviaro, Molinaro, Boglione, James, Barbé, Tottis, Giménez, Greiner, Gatti, Elizalde, Ghilione, Bortolotti, Gárate, Giura, Miranda Pacheco, Sllullitel, Lavarello.
74 I GRANDES VESTIMENTAS