#47 03.2013
FEATURING MONTREAL TALENT JULIEN VALLテ右 multidisciplinary creative explorer
UNCONVENTIONAL CHIC Unconventional Talents on Lacostelive.com
10 I EDITORIAL CHOBORRA
¿Quién se ha tomado todo el vino?* *Esta es la letra de la célebre canción de La Mona Jiménez
No sé qué pasa en esta ciudad, no sé qué pasa, no puedo entender, estoy a punto de morir de sed porque no encuentro algo para beber. Díganme, sólo quiero saber. ¿Quién se ha tomado todo el vino? ¿Quién se ha tomado todo el vino? ¿Quién se ha tomado todo el vino? Oye, nena, me quieres decir por qué no puedo ya calmar mi sed, esta ciudad parece un desierto y si no hay vino no podemos cantar. Díganme, sólo quiero saber, ¿Quién se ha tomado todo el vino? ¿Quién se ha tomado todo el vino? ¿Quién se ha tomado todo el vino?
QUIÉNES SOMOS
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Propietario y director comercial Marco Simeone marco@intelectualyfrivola.com Director editorial Esteban Feune de Colombi esteban@intelectualyfrivola.com
Wally Diamante, Facu Garayalde, Mariano Michkin y revista Watt (foto Top 5 visitante), Ken Schles (foto Adivina adivinador), Pablo Manrique (foto carnaval Sociales), Matías Garda, y Javier Velasco (Grandes vestimentas).
Director de arte Juan Moreno juan@intelectualyfrivola.com
GALERA INTELECTUAL Y FRÍVOLA
Producción Rosario Bibiloni rosario@intelectualyfrivola.com
es una publicación de Marco Simeone (CUIL 20-93923078-6), French 3112 (Ciudad de Buenos Aires).
Miguel Brascó, Ignacio Viale, Renato Giovannoni, Aline Vargas Alcobia, Ernesto Catena, Joanna Foster, Gabriela De Marchi, Fernando Farré, Ramiro Lucero Marín, Soledad Carranza, Gustavo Castagnino, Marcela Rémoli, Jazmín Chebar, Eugenia Fontana, Tomás Donlon, María Florencia Méndez, Marian Frenkel, Ariel Rasuk, Emiliano Raimondi, Nicolás Meroni, María Paula Ramallo, Andrea Ezquerra, Virginia López, Constanza Clara Ottaviani, Claudia Akian y Aníbal Ohanian.
Prensa y relaciones públicas Grupo Mass PR
Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Galera Intelectual y Frívola.
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ENCONTRANOS EN Novecento, Hotel Faena, Dadá, Tienda Malba, Felix, Ruth Benzacar, Aldo’s, Lupe, Pic Nic, Kabinett, El Postigo, Miau Miau, Florería Atlántico, Franks, galería Elsi del Río, Bartola, Osaka, Roho, Nucha, Crespín, Ginebra, Malvón, Florencio, Popa, Proa, Le Blé, Dadá, Laura O., Gardiner y Farinelli.
Número 47, marzo 2013 Tirada: 10.000 ejemplares Tapa: Baco (Caravaggio, 1598)
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intelectualyfrivola.com
VOLVER I 11
En esta fotografía tomada en 2005 en el Vaticano, vemos al reciente Papa Benedicto XVI recibiendo un cáliz que el orfebre argentino Juan Carlos Pallarols –el señor de bigotes– hizo en su honor para su asunción. A la izquierda del alemán aparece ¡Jorge Bergoglio!
Juana Schindler junto a Topper por Martín Churba.
Paula Reca en el espacio de Paseo Alcorta en La Rural durante BAF. Concepción Cochrane Blaquier en el desfile de Garza Lobos en BAF, en La Rural.
María Eugenia Vidal y Leoneor Benedetto visitaron La Ciudad de Moda en el Planetario.
Un vino mítico de Finca La Anita.
Delfina Braun y Camila Costantini en el genial desfile de De María.
Sofía y Marina Achaval en el desfile de Garza Lobos en BAF.
Guillermina Valdés en Bace. Mariana Arias y Roberto Gálvez festejando San Valentín en Buenos Aires Grand Hotel.
Mili Schmoll en el local de María Cher.
María Jesús Bordeu comiendo un exquisito Body Vida durante BAF. María Kodama y Nacha Guevara en el Carnaval de Venecia en el Delta, organizado por Jorge Telerman, presidente del Instituto Cultural. Álvaro Albarracín, jinete de Paseo Alcorta, participó del Campeonato Salto Hípico Punta Jump.
Jorgelina Airaldi y Ceci Méndez en el almuerzo HSBC y Harpers Bazaar.
Pablo Roemmers y su esposa, Katrine, en la fiesta de Fiat en Tequila.
CIENCIAS SOCIALES I 13
Astrid Muñoz también festejó el día de la mujer en el hotel Four Seasons.
Cuti Von Niederhäusern y Rubén Troilo en su desfile en La Rural, en el marco del BAF.
Romina Pigretti y Micaela Tinelli en la presentación de la nueva colección de Ginebra. Claudia Fontán estuvo en el almuerzo en Elena por el Día de la Mujer.
Abril Pereyra Lucena jeans.
Kia Sportage intervenida por Cynthia Cohen.
Pablo Massey disfrutando de una cerveza Patagonia en su restaurante.
María Conorti y Dolores Fonzi en el estreno de la nueva colección de De María. Liz Solari en el desfile de Delaostia en BAF. Teo Escalante, Zelmira Frers y Nieves Zuberbuhler en la comida de Rochas en Narbona.
Lucía y Sofía Sánchez Barrenechea en la fiesta Lacoste en La Huella. Maxi Patané estuvo en la comida de Stella Artois en El Camino.
Adriana Roca, Cindy Cohen y Georgina Alliata festejaron el Día de la Mujer en Elena, el nuevo restaurante del Four Seasons.
Santiago y Nicolás Figueras en el BAF, probando los nuevos sabores del alfajor Body Vida. Santiago Garrahan, Nicolás Pieres, Polito Pieres y Gonzalo Pieres en la comida de Stella Artois en El Camino.
14 I VISIONARIO: LEONCIO ARIZU
A
sí como sucede en diferentes ámbitos empresariales del país, el próspero universo del vino cuenta con una serie de pioneros que no deben ser pasados por alto. En ese hipotético podio situamos, sin lugar a dudas, a Leoncio Arizu, un memorable ciudadano español cuyo apellido significa, en vasco, “robledal”. La bodega Luigi Bosca - Familia Arizu resume la historia de un “blend” entre dos familias. Don Leoncio nació en la aldea navarra de Unzué en 1883 y rápidamente se consagró, en Mendoza, al por entonces incipiente universo del vino, estimulado por sus raíces, que abrevaban en el cultivo de la vid. Por su lado, Luigi Bosca era un emprendedor piamontés que vio la posibilidad de extender sus intereses vitivinícolas a las naciones del nuevo mundo. Con el correr del tiempo, el liderazgo familiar de los Arizu se fortaleció a la par del nombre Luigi Bosca. Leoncio murió a los 79 años y, en la actualidad, sus herederos –¡la cuarta generación!– mantienen en alto la pasión del precursor y enaltecen la búsqueda de excelencia en las siete fincas que poseen en la provincia más “vinera” de todas.
PATADAS DE CHANCHO I 15
JONI MITCHELL
SE LLAMA, EN REALIDAD, ROBERTA JOAN ANDERSON.
D C
ontó Rod Stewart en una entrevista reciente: “Hay un lugar en la Rive Gauche de París donde pedí dinero en la puerta cuando era joven y no tenía un peso. Recuerdo que canté ‘Cocaine Blues’ y después extendí la gorra. Hace unos años, pasé por ahí con mi mujer y había un tipo cantando en el mismo metro cuadrado que yo. Tocaba la guitarra y tarareaba ‘Tonight’s the Night’. Él no tenía idea de mi presencia. No me vio. Entonces, pensé: ‘Qué notable’. Fue uno de esos momentos maravillosos en los que pensás ‘realmente llegué’”.
icen los que saben que basta de maniqueísmos. Dicen los que saben que la palabra “grotesco” viene del italiano y significa “de las grutas”. Dicen los que saben que el “trapiche” es un molino para extraer el jugo de algunos frutos. Dicen los que saben que “colimba” viene de “corre, limpia, barre”. Dicen los que saben que la cebada es el quinto cereal más producido del mundo. Dicen los que saben que el corcho proviene de la corteza del alcornoque, fue creado por el famoso Dom Pérignon y es 100 % reciclable. Dicen los que saben que “Ph.D” es una versión corta de “Philosophiae Docto”. Dicen los que saben que el vino se originó en el Neolítico. Dicen los que saben que pronto tocan los Crystal Castles. Dicen los que saben que el alcohol de una copa de vino tarda seis minutos en llegar al cerebro. Dicen los que saben que Lenin dijo que la ética es la estética del futuro. Dicen los que saben que Godard dijo que el cine es verdad 24 veces por segundo. Dicen los que saben que las mujeres siempre tienen razón. Manténganse atentos a lo que dicen los que saben.
U
na tarde de calor en Samoa, dijo el genial escritor escocés de Robert Louis Stevenson: “Caminar es el mejor antídoto moderno contra la prisa: tenemos tanto afán por hacer cosas, por trabajar, por escribir, por acumular dinero, por hacer oír nuestra voz en el silencio burlón de la eternidad, que olvidamos esa cosa de las que aquellas no son sino partes, a saber: nos olvidamos de vivir. Caminar puede ayudarnos a no olvidarlo nunca”.
A
nte la pregunta “¿Qué es lo que no querés que te digan?”, formulada en nuestra página en Facebook, nos contestaron, entre otras cosas, lo siguiente: 1) “¿Qué comemos?”; 2) “Mentiras”; 3) “¿Adónde vamos?”; 4) “No sos vos, soy yo”; 5) “Qué hacer”; 6) “No”; 7) “La verdad”; 8) “Frases trilladas”; 9) “Que soy envidiosa”; 10) “Un secreto comprometedor”; 11) “Porque mi ex…”; 12) “Pavadas”; 13) “Te lo dije”; 14) “Ocupate vos”; 15) “Callate y seguí chupando”; 16) “Todo, en la vida, no se puede (¿?)”; 17) “¡Qué personaje!”; 18) “El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado”.
L
eído en Wikipedia: “La palabra ‘zafra’ quiere decir ‘recolección de la caña de azúcar y la temporada en que se realiza’. Viene del árabe, adonde significa ‘viaje’, porque se necesitaba una multitud de trabajadores temporarios para cortarla y éstos hacían una peregrinación hacia la costa mediterránea andaluza (Málaga, Granada y Almería), únicos lugares donde prosperaba de manera rentable este cultivo tropical traído de India.
16 I TOP CINCO VISITANTE
Abrid los ojos, apagad el incordioso teléfono, éste es el quinteto de sugerencias de Nacho Viale, productor artístico, empresario tecnológico y entrepreneur vitivinícola.
A UN AUTO Mis votos van para el MercedesBenz Clase A AMG. El Mercedes es, por lejos, el mejor promedio y cualquier AMG tiene todos los componentes deportivos que buscaría.
B UNA CEPA Por diversas razones, me gusta mucho el Cabernet Sauvignon, un verdadero clásico.
C UNA CIUDAD Elijo a París por familia y por ser la más linda, aunque debo decir que prefiero José Ignacio, un pueblo que es mi lugar en el mundo.
D UN VINO Nobleza obliga, me quedo con una botella de VYD Single Vineyard, de Bodegas Viale y Dujovne. Sin lugar a dudas, es genial.
E UN DEPORTE ¡Varios! Autos y motos: me apasiona todo lo que tenga motor. Necesito adrenalina. Además, el fútbol, porque es sinónimo de amigos, y pelota paleta por tradición familiar.
TOP CINCO RESIDENTE I 17
1
Hace poco inauguró Florería Atlántico en la calle Arroyo: se trata de un divino boliche que vende flores y sirve los mejores tragos de la ciudad.
2
De estilo italiano, los nuevos espumantes de Gancia son ideales para crear tragos con ingredientes como la menta, el pepino o la lima.
3
La London International Wine Fair se llevará a cabo del 20 al 22 de mayo y es la feria anual de bebidas alcohólicas más importante del mundo.
4
No sólo tecnológicos –¡con GPS incluido y luces de leds!– sino paquetísimos son los zapatos que creó el diseñador inglés Dominic Wilcox.
5
En los aeropuertos de París, Air France recolecta los uniformes usados de sus tripulantes y los recicla convirtiéndolos en fibra aislante para autos.
18 I VIDRIERA
Jill Mulleady
XII Leones Acrílico sobre pared Galería SlyZmud
Nahuel Vecino
Aurora Real (serie Orpheos de Michoacán) Bronce Galería Miau Miau
AGLIÁNICO Vid roja originaria de Grecia e introducida en Italia durante el siglo ¡VI antes de Cristo! Se cultiva principalmente a orillas del Tirreno.
ÁRBOL GENEALÓGICO I 19 ÁRBOL GENEALÓGICO I 19
EKIGAINA En vasco significa “sol arriba”, florece en los Pirineos y se trata de una variedad de color intenso que cruza el Tannat con el Cabernet Sauvignon. MOURVÈDRE Llamada Monastrell en España, adonde es muy popular, esta uva dulcísima de color rubí intenso precisa mucho sol para potenciar sus talentos. NERO D’AVOLA Hablamos del vino siciliano más famoso: un tinto versátil, brillante y fortachón que cuenta desde 1984 con su denominación de origen controlado. BOURBOULENC Lo que se dice, en la jerga chupandina, un auténtico “blanquito conversador”, proveniente del Sur de Francia y bautizado con mil sinónimos. ARINARNOA Otro franchute de uvas negras, procedente de un mestizaje de cepas Verdot y Petit Verdot. También se cultiva en Bulgaria, Líbano y Chile. RETSINA Blanco o rosado griego –prueben el Kourtaki– cuyo sabor viene de la práctica de sellar las ánforas del vino con la resina del pino de Alepo. ARINTO Variedad blanca portuguesa que crece en la zona de Bucelas. Debido a su alta acidez, el mosto resiste muy bien la fermentación en madera. SYLVANER Este es el –para nosotros, ignoto– vino alemán que elige Juan en las primeras páginas de 62, Modelo para armar, la novela de Julio Cortázar.
9 cepas bastante desconocidas
20 I DE LA GALERA
¿Cuál es vuestro estado mental más frecuente? J: Relajada, un poco distraída y siempre asombrada de las pequeñas bellezas cotidianas de la vida. E: En proporciones iguales: la pasión, la locura y la paz. ¿Qué fue exactamente lo último que rompieron? J: Una copa. E: Una maceta. ¿Quién o qué los pone nervioso? J: La incoherencia y la mentira. E: El caos. ¿Con qué fotógrafo, vivo o muerto, compartirían una botella de vino? J: Con Martín Chambi. E: Con Tina Modotti. ¿Cuál es su mayor extravagancia? J: Viajar. E: Viajar despacio, sin apuro. ¿Cómo les gustaría morir? J: Viejita, después de vivir mucho, con mente lúcida y amor. E: De pie. ¿Qué foto les parte la cabeza? J: Una de Sebastião Salgado. E: Una de mi mujer, Joanna, en México, atravesando un umbral. ¿Adónde viajarían en este instante? J: A Kuala Lumpur, a visitar a mi padre. E: A México, con Joanna. ¿Cuál es vuestro vino preferido? J: Cualquier Viognier de Ernesto Catena Vineyards. E: Uno de mi amigo Nicolás Jaska, de Traslasierra, Córdoba. Si fueran magos, ¿qué harían salir de la galera? J: Un mundo en que todos los seres sean valorados y respetados por igual. E: Un avión como los que volaba Antoine de Saint-Exupéry. ¿En qué proyecto trabajan actualmente? J: Uno muy intenso y muy bello que ya tiene 15 meses y se llama Ela. E: En profundizar mi vida sensible.
Joanna Foster
&
Ernesto Catena
22 I LA FRASE: ERNEST HEMINGWAY
“EL VINO ES LA COSA MÁS CIVILIZADA DEL MUNDO”.
PRODE I 23
EL PRODE DE GALERA CONCURSO Nº 47 DEL MES DE MARZO 2013
Tato Giovannoni LOCAL EMPATE VISITANTE
NOMBRE Y APELLIDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
L BLANCO
E TINTO
V
L DÍA
E NOCHE
V
L CON GAS
E SIN GAS
V
L PELUDO
E LAMPIÑO
V
L RAYADO
E CUADRICULADO
V
L GATO
E PERRO
V
L ARRIBA
E ABAJO
V
L BOCA
E RIVER
V
L IPHONE
E ANDROID
V
L MAR
E MONTAÑA
V
BRAS & CO
24 I TRASTIENDA DE TAPA
TRASTIENDA DE TAPA I 25
Nos enorgullece haber entrevistado, para este número dedicado al vino, a Miguel Brascó y a todos sus heterónimos (por eso el título, críptico y enrevesado, de la nota que están por leer). Platicamos sin recatos, pero recatadamente, de literatura, viajes, comida, amigos, música, arte, marketing, fama, misterios, televisión, aciertos y desaciertos bajo la enternecedora mirada de un testigo de lujo: Milagros, su hija de 15 años y febril lectora de Galera. Texto: Esteban Feune de Colombi
A nadie le importa, pero a mí sí, por eso lo cuento: Brascó fue mi primer editor y me jactaré de ese honor toda la vida. Gracias, Miguel. Ahora sí, a lo nuestro. Antes de reunirme por primera vez con él en una oficina terrosa que compartía con Lanata, ya lo admiraba porque me habían referido sus pláticas con Vicente Aleixandre en Madrid y sus visitas a Robert Graves en Mallorca. Entonces, yo leía de forma bulímica a esos poetas muertos y me conmovía resucitarlos aunque sea por un rato, el lapso de un recuerdo, qué más da si apócrifo. Yo tenía 20 y él, 75. Basta, esto no se trata de mí. A Brascó, ese hombre vuelto apellido –un apellido que suena a ventana guillotina cayendo a la hora del vermú en pleno arrabal–, le vendí una crónica de la primera Creamfields que desembarcó en Buenos Aires y él la compró blandiendo una Lamy con la que sus dedos de boxeador peso crucero diagramaron la doble página que me tocaría en la revista Ego y que plagué con impresiones de empastillado. Desde el vamos, empaño el oxímoron: no hay peso crucero en esta órbita mediocre de amanuenses burócratas capaz de dibujar como Brascó. Y Brascó, ese under de la superficie, ese on del off, acumula miles de oxímorones (¿tendrá plural esa palabra?) que, como el que nos asedia a capa y espada en nuestra publicación “intelectual y frívola”, trataremos de diseccionar. Ah, para que sepan, la palabra “oxímoron” proviene del griego: “oxys” quiere decir “agudo” y “moron”, como en el inglés corriente, “tonto”. Vuelvo a él: en tertulias celebradas al alba en Oviedo me enseñó a comer borrando de un plumazo el vanidoso guante del cocinero y enalteciendo el sabor de cada cosa. “Una ostra es una ostra es una ostra”, que decía Gertrude Stein desaconsejando el uso del limón pues le quita el alma al marisco. ¿Qué comíamos? Ostras, ça va sans dire, y luego merluza con puré junto a una cogotuda Castel. Con más de 80 y menos de 90, Brascó es, afanando una expresión que Freud les atribuye a chicuelos, un “perverso polimorfo” que mete miedo. Se dedica o se dedicó con parejo talento al humor político, el dibujo, la música (¡compuso una opera!), el periodismo de vinos, la colección de mujeres, el derecho, la televisión, los viajes, las revistas y los clubes epicúreos… Y eso resulta así por más que él quisiera sólo ser llamado “escritor” y por más que, pluma en mano, escriba bárbaro, mezclando oralidad coloquial y careteo. Llego a su casa y sin que medie circunloquio empezamos a chacharear de poesía. Me pregunta si estoy grabando. Contesto que no. Insiste: “¿qué esperás?”. Prendo el grabador y c’est parti. Media hora después –preciosa taxidermia poética mediante–, dice: “¿de qué vamos a hablar en este reportaje?”. ¡Ya hablamos más de media hora! Ése final es inmejorable. Lo voy a guardar para el final. Ya estamos en el final. ¿Terminamos acá? Traje un montón de preguntas que no te hice. Mirá. A ver. ¿Podrías enumerar, mecánicamente y en desorden, todos –o casi todos– los trabajos que tuviste? No. Planteé mal la pregunta porque admitía una respuesta por sí o por no. Debería haberte ordenado: enumerá todos los trabajos que tuviste. Es como hacer un currículum perfecto, ideal. O inventado. He sido presentador de un certamen de payadores uruguayos.
26 I TRASTIENDA DE TAPA ¿En Uruguay? No, en la Federación Argentina de Box. El certamen lo patrocinaba Alejandro Szterenfeld, que traía a los mejores músicos del mundo. ¿Y qué tipo de negocio encontró en los payadores? No sé, pero me contrató para que los presentara. ¿Lo hacías con una payada? ¡Organicé todo el espectáculo! Conocía bien la temática de las payadas, su mecanismo. ¿Recordás alguna? No, eso fue en la prehistoria de mi vida. Lo hice recién llegado de Europa. No tenía de qué vivir en esa época. ¿Por qué volviste al país? Porque mis amigos me mandaron cartas diciéndome que nuestra generación iba finalmente a tomar el poder. Frondizi… Claro. Te vendieron un buzón. Y yo lo compré. Fue una experiencia única. Ahí entendés las novelas de John dos Passos o de Gore Vidal. ¿Te desencantaste? Sí, porque del dicho al hecho había una distancia sideral. Y te quedaste acá. En Europa tuve una vida errática y difícil. No fui con plata sino con trabajos ocasionales y contactos. En la Universidad Central de Madrid –hoy, Complutense–, el rector era Vicente Aleixandre. Tipo raro, de la generación de Lorca; una especie de duque, muy alto, con un cigarro siempre colgando de la boca. La altura es importante para los poetas. Se dice que los novelistas son, en general, petisos, gordos y sedentarios y los poetas, todo lo contrario: espigados, desnutridos y nómadas. Es cierto. Conseguí entrar en el círculo de Aleixandre. No era fácil. ¿En qué año fue? Estábamos en la época de Franco, en la década del ’50. ¿Cómo estaban las cosas? Los españoles andaban muy mal. Habían sido derrotados en la guerra, pero de algún modo eran triunfadores. Había una gran miseria y un apoyo muy fuerte de Argentina, un apoyo económico y moral. Contrariando mi naturaleza, traté de hacerme amigo de Aleixandre. Conversábamos de literatura. Las charlas, en su mayoría en grupo, eran muy interesantes. Algunas veces pude estar con él a solas. Cuando le dije que quería hacer el posgrado de Letras, se rió. “Usted es abogado”, me dijo. Yo contesté: “Todo abogado es, en el fondo, un poeta”. La cuestión es que conseguí que me dejara participar como oyente. Eso sí, me dieron el título del posgrado de Derecho. ¿Viajaste por Europa? Los alumnos del posgrado eran abogados jóvenes, así que trabé amistad con suecos, finlandeses, checos… Me consideraban pintoresco y me invitaron a visitarlos en sus respectivos países, cosa que hice. Vivía dos, tres días en la casa de algún amigo, según como viniese la mano. Mi punto final era Eindhoven, of all the places. Esa ciudad holandesa era la morada de la compañía Philips. En la plaza de la estación no había un monumento dedicado a un príncipe sino una estatua del señor Philips con anteojos. ¡Creo que los anteojos de la estatua eran de verdad! Hice toda clases de cosas. ¿Te sentís “pintoresco”? Creo que soy pintoresco, sí. ¿Qué quiere decir? Que soy impredecible… de una manera tranquila. ¿Te referís al hecho de que no se te puede etiquetar? “¿Cómo es posible que Brascó…?”, suelen decir. ¿Te jode? No.
¿Es un talento? Tampoco. Es un hecho de la realidad. ¿Qué es la vida? Vas caminando por un largo corredor y de pronto aparece alguna lucecita vagarosa. Luego, una puertita. Decís “a ver”, te metés y vas a dar a otro corredor. No es lo ideal. Por ejemplo, a Bioy Casares no le pasó eso. Mi ideal hubiera sido ser Bioy Casares. ¿En todo sentido? No… Quizá hacés muchas cosas para fracasar menos, ya que repartís los huevos en varias canastas. Está bien eso que decís. Lo que ocurre en casos así es que uno no es nadie. ¿Te preguntás quién sos? Yo no, la gente. Dicen “Maradona” y saben que se trata de un jugador de fútbol; dicen “Brascó” y no saben bien qué es. Esa perversión polimorfa, ¿no debería ser buena? No la habría desarrollado de haber sido un rico heredero. En ese caso hipotético, ¿habrías sido escritor? Lo que más me representa es la escritura. Es probable que hubiera hecho lo mismo que hice, pero con distinto énfasis. Vendo un dibujo, por ejemplo, y me sorprendo muchísimo. Es más, cuando empecé a hacer muestras individuales, tuve pequeñas actitudes existenciales estúpidas. Tenía una “línea” atractiva. Lo sentía así y me lo había dicho José Planas Casas, que era mi maestro y el tío de Juan Batlle Planas. ¿Por qué hablás de “actitudes existenciales estúpidas”? Porque hice una muestra en una galería de la calle Córdoba y tuvo bastante éxito. La hice con Víctor Chab. Él es un colorista estridente y yo, un dibujante pálido. Vos sos un naïf avivado. Vendimos muchísimos cuadros a valores que me parecían excesivos. Al año siguiente, la galerista me propuso hacer una exposición individual. Me fue muy bien. Después, ella dijo “el año que viene…” y yo contesté: “no hay año que viene”. Estábamos en 1964. Había concluido que estaba invadiendo terrenos que no me eran propios. Es decir, no soy un artista sino un escritor que dibuja. Entonces, mi lugar le saca espacio a alguien que vive de eso y yo debo respetar a esa persona. Estaba convencido. Tanto, que no expuse nunca más. Hace cuatro o cinco años, estaba comiendo en casa de unos amigos. Me senté al lado de la dueña de casa, que me dijo: “Brascó, ¿por qué no exponés tus dibujos, que son tan atractivos?”. No dijo que eran excelentes sino “atractivos”. Le contesté: “no soy un artista sino un escritor que dibuja”. Me sugirió que hiciera una exposición de un escritor que dibuja. Qué buen título para la muestra. Era genial. Fijate lo tonto que es uno. Estabas obcecado y la obcecación te duró más de 40 años. Y no hiciste la muestra, ¿no? No, no la hice. ¿La vas a hacer? No, porque el esfuerzo de ganarme la vida es muy intenso. Yo soy poco comercial. Sacarme provecho a mí mismo me resulta difícil. Pero lo hacés, no te queda otra. Lo hago, pero me lleva mucho tiempo y no doy abasto para hacer exposiciones. Hice algunas, pensándolo bien. Actualmente, tengo unos dibujos puestos en La Cumbre. Al fin y al cabo, no exponés, pero estás expuesto. ¿Cómo manejás el tema de la exposición? Durante las primeras exposiciones, cuando estaba convencido de que debía hacerlas, era un gran artista-expositor y por eso vendía. De todas maneras, siempre estás dibujando. Continuamente. Dibujo y publico. Todos mis dibujos, salvo raras excepciones, están publicados. ¿No harías una retrospectiva o un repaso por una selección de dibujos?
Llegás a un punto en tu vida en que elegir algo supone renunciar a otra cosa. Entonces, elijo hacer lo irrenunciable. ¿Y qué sería? Los libros que tengo listos para publicar. Después, me arrepiento porque pienso que la gente no compra libros ni lee mucho. La tirada de mi novela Quejido Huacho, publicada por Tusquets, fue de 3.500 ejemplares y tardó seis años en agotarse. Una locura. Es lo que se conoce en el mercado editorial como un “long seller”. Cada lector de Quejido Huacho es un buscador de algo inhallable. ¡Eso es buenísimo! Ése fue mi primer libro comercial. Dije “qué mal organicé eso”. Resulta complejo de organizar. Los que lo hacen bien los estadounidenses. Ellos inventaron la figura del agente literario. Hay muchos novelistas “profesionales” que trabajan junto a un asistente que les recopila información. Después, escriben durante 13, 14 horas por día. Y, aun así, combinan técnica con emoción. Si hubieses hecho con… ¿cómo se llama el protagonista de Quejido Huacho? Schlagenson. Si le hubieras dedicado una saga de cinco libros, estoy convencido de que habrías vendido muchos más ejemplares. El editor de Tusquets era Saavedra, ¿verdad? Sí. De habérsele ocurrido esa idea, te pedía otro Schlagenson y yo, insisto, creo que habría funcionado bárbaro. Seguro. Me gané un concurso literario en España. El premio eran U$S 50.000 y hacia allá partimos con Luisa, mi mujer. Me llamó por teléfono Toni, el dueño de Tusquets, y me propuso que almorzáramos en Barcelona. Yo me había relacionado con la editorial a través de Saavedra. A Toni no lo conocía. Cuando nos encontramos, me dijo: “¿por qué no me has traído Quejido Huacho a mí?”. Le contesté que, de alguna manera, se lo había llevado, puesto que el libro tenía el sello de su editorial. “Aquí hubieras hecho, por lo menos, 5.000 ejemplares”, agregó. ¿Te faltó un consejero comercial? Claro. ¿Qué mejor consejero comercial que yo, que soy un experto en marketing? Eso es algo que manejo muy bien. Cuando saqué el otro libro, armé un plan de marketing perfecto y no se vendió nada. ¿No se te ocurrió incursionar en el mundo del vino, pero no como crítico? Estoy escribiendo un libro… ¿Desmitificando? Claro. Sin elogiar a nadie. O no excediéndome en el elogio. ¿De dónde sacaste tus conocimientos de marketing? De la práctica de vender cosas. ¿Te ha funcionado mejor con los demás que con vos? Sí. Lo que pasa es que ejercito conmigo mismo en literatura. Tal vez yo no sea un buen escritor. Es lo más probable. ¿Te duele? No, ya es tarde para que me duela. Creo que sos un buen escritor, pero con una obra inestable. Los libros que publicaste son muy distintos entre sí. En ese punto hay una cosa que no tengo resuelta y que no puedo explicar ni entender. Es la fama. Fijate: hice exposiciones de dibujos, compuse algunas canciones, escribí en distintos medios y, sin embargo, tengo una fama inverosímil. No te imaginás. A eso me refería cuando te hablaba, hace un rato, de la exposición. ¿Te reconocen a menudo? Adonde entro, alguien dice “Brascó”. Todo el mundo. Desde obreros hasta comensales. Dice tu hija que por ahí te reconocen sin saber quién sos: ése
es el paradigma de la fama, ¿no? Muy buena definición, Milagros. Es cierto. Tengo la sensación de que no he hecho mérito para la fama, así como hice méritos para ser un crítico de vinos, actividad en la que he cosechado éxito y en la que conseguí singularizarme. Por ejemplo, el otro día me llamó Nicolás Catena para que escribiera un texto sobre un vino suyo. Me habló de ese vino con mucha eficacia. Me persuadió. Conocía muy bien de lo que hablaba. Entonces, le dije: “Nicolás, ¿por qué no escribe usted el texto? Lo que está diciendo es lo que hay que decir y yo no estoy identificado con ese producto tanto como usted”. Contestó: “Si el texto lo escribo yo, nadie me cree; a usted, sí”. O sea, soy creíble. Esa sí parece ser una virtud. Claro, pero no está respaldada por un esfuerzo. Yo jamás me propuse eso.
“Hay una cosa que no tengo resuelta y que no puedo explicar ni entender. Es la fama. Fijate: hice exposiciones de dibujos, compuse algunas canciones, escribí en distintos medios y, sin embargo, tengo una fama inverosímil. No te imaginás”. Quieras o no, hoy tu nombre es como un sello de legitimación. Tengo un amigo famoso en la televisión cuyo nombre no recuerdo. Muy famoso. Tiene un programa de crítica de pintura y lo conduce con guantes amarillos. Me invitó para que dibujara frente a las cámaras. Acepté la invitación porque me gustó la idea de mostrar en TV cómo se dibuja. Preparamos un cartón suficientemente grande como para que fuese protagónico, un tacho de acrílico y pinceles de distintos tamaños. Lo primero que hice fue una pincelada muy gruesa que cruzó todo el espacio del cartón por la mitad, como si fuese un horizonte. Después dibujé, encima de la raya, unas figuritas muy graciosas. Unos mamíferos alados. Ése fue el dibujo. El conductor me dijo que faltaba la firma. Entonces, agarré un pincel y, con témpera negra, firmé a lo largo del cartón, bien grande. Termina el programa y el tipo me pregunta si le regalo el dibujo. Le digo que sí y lo rompo en dos, dejando el dibujo por un lado y la firma por otro. Se agarra la cabeza. “El dibujo”, le digo, “no es la firma”. Un gesto de modernidad. Un gesto teatral para la tele. No sé por qué te conté eso. Ah, sí, por la fama. Podría haberle dicho: “te dejo la firma y me llevo el dibujo”. Jeje. ¿Quién te salvó la vida? Creo que José Planas Casas. Yo tenía 17 años y él se autodeclaró maestro mío. Nunca me enseñó a dibujar y eso que era un gran dibujante y grabador. Me hablaba siempre de la casa de la creación. Eso modificó mi vida totalmente a una edad temprana. Me dijo: “cuando entres en la casa de la creación, lo primero que tienes que hacer es abrir todas las puertas y todas las ventanas”. La casa de la creación, decía, está formada por cuartos infinitos que tienen puertas que se comunican entre sí y ventanas que dan al exterior. Ese consejo me sirvió para todo porque, efectivamente, lo primero que debés hacer es dejar entrar la libertad. ¿Cómo se explica eso, si no es así? La culpa de que seas un perverso polimorfo, para robar la expresión freudiana, es… De Planas. Un gran maestro.
28 I TRASTIENDA DE TAPA ¿Supiste enseñar lo que aprendiste? Sí. A la gente que trabajó conmigo, a los periodistas. ¿A veces te aburrís? Por supuesto. Cuando me pasa es terrible porque mi espíritu se va y no queda nada. En reuniones de negocios me entra una especie de sopor. Me sucede con cierta frecuencia. Éste es un país muy “reunionero”. Para un “chequeo físico”. Somos muy físicos, muy susceptibles y muy del afuera. Parece interesarnos demasiado qué se pone, cómo come, qué teléfono usa el otro. Te preguntaba lo del aburrimiento porque se trata de uno de los grandes temas del siglo pasado y de éste y porque casi nadie sabe aburrirse. ¿Sabés aburrirte? No. ¿Sos un inquieto irredento? Estando solo no me aburro. ¿Necesitás estar solo? Sí. Una cosa que me gusta mucho es viajar en ómnibus, por ejemplo. ¿Y qué hacés? Nada. Voy mirando el paisaje. O duermo.
“¿Qué es la vida? Vas caminando por un largo corredor y de pronto aparece alguna lucecita vagarosa. Luego, una puertita. Decís ‘a ver’, te metés y vas a dar a otro corredor. No es lo ideal. Por ejemplo, a Bioy Casares no le pasó eso. Mi ideal hubiera sido ser Bioy Casares”. Vas de acá a La Cumbre. Claro. Cuando vivía allá, en Córdoba, venía todas las semanas a Buenos Aires en colectivo. Veía capítulos completos de un libro. Tengo una anécdota muy linda de Quejido Huacho. En un momento, a Schlagenson lo detiene una comisión parapolicial. Es una linda parte de la historia. Los policías lo interrogan con amabilidad, pero sus respuestas lo van hundiendo en una situación sospechosa. Entonces, un oficial le pone una pistola Ballester-Molina en la cabeza. En ese punto, tuve que viajar. Fui a la estación, subí al ómnibus, me senté en la butaca y pensé “¿ahora qué hago?”. La situación era complicada. Si matan al protagonista, me quedo sin novela, de manera que eso no puede pasar. Se me ocurrieron algunas ideas, pero ninguna era adecuada. Me dormí. A la mañana siguiente, me desperté en Retiro y fui a una reunión que tenía con un amigo. Me dijo: “¿Qué te pasa? Te noto vagaroso y vos solés ser muy eficaz”. Le conté el problema que tenía con el protagonista de mi libro. El autor es relativamente dueño del desenlace. Dejamos el tema y nos ocupamos de lo nuestro. De pronto, en un silencio, le digo: “tenga mano, compañero”. Mi amigo me pregunta: “¿y eso?”. Y eso era lo que debía contestarle Schlagenson al oficial. En el lenguaje popular argentino, esa expresión es muy fuerte, casi una amenaza de muerte. ¿Por qué te conté esto? Veníamos del aburrimiento. Ah, por cómo se me ocurren las historias. Entonces, el oficial levanta la pistola y Schlagenson se salva. Cuando escribís ficción, ¿todo proviene de tu imaginación? No. Dale a la gente todo y de pronto sabrá que todo no es todo.
Cuando contabas tu periplo europeo, pensé: ¿no lo escribiste? Distintos episodios de mi vida durante esa época han aparecido como material de novelas o cuentos. Por ejemplo, tu visita a Robert Graves. ¿Cuántas veces lo viste? Dos. Fuimos a visitarlo con Roy Campbell, que era otro personaje. Eran grandes los tipos. ¿De qué charlaron? Comimos. ¿Recordás qué? Mmmm. En aquella época no le asignaba demasiada importancia a la comida. Tiene que haber sido pescado, seguro. ¿Cuál es tu pescado favorito? Un pescado de río, el manduvé. Es una especie de bagre. Delicioso. Sólo se come en Entre Ríos o al Norte de Santa Fe. Ocasionalmente llega a Rosario. Lo como grillado, casi crudo. [Se produce un largo, bellísimo silencio.] Yo podría seguir charlando horas. Hemos charlado bastante. Noventa minutos. Razonable. Tendría que haber sido la mitad. Justo cuando dijiste “¿de qué vamos a hablar en este reportaje?”. Dejame ver tus preguntas. [Lee una pregunta sobre el escritor Truman Capote.] Capote es interesante. ¿Lo conociste? Estaba mamado. “Capote won’t be able to deliver his reading this afternoon”. ¿En qué contexto fue? En una lectura de sus cuentos. ¿Alguien salió a explicar que Capote no aparecería? No, había un cartelito en la puerta. Volví otro día y lo vi. Tenía un tono de voz inverosímil, ¿no? Era fascinante. Es, era un actor. Pobre. ¿Por qué uno dice “pobre”? A lo mejor… Imitaba los tonos de voz de cada personaje como si fuera un actor. Uno de los personajes, recuerdo, era una sirvienta gorda. No me olvido más de la forma que tenía de pronunciar “holy cow!”. Jeje. Cada vez era distinto. Bueno… Inteligentes las preguntas. [Lee una pregunta sobre sus traducciones al alemán.] Yo estudié alemán. Ah, eso viene a cuento de que leí en varias reseñas biográficas tuyas que habías traducido a poetas alemanes. Hice una traducción muy buena de la primera Elegía del Duino, de Rilke. La leyó el profesor de Literatura Alemana del posgrado de Letras. Cuando le dije que había elegido ese texto, hizo un imperceptible gesto, como el de tu ojo, recién. ¿Por qué? Porque es uno de los poemas más traducidos del mundo. Yo lo hice pensando fundamentalmente en la música. Tenía un ayudante. Me costó un trabajo enorme. El profesor era un tipo poco elogioso y me dijo “qué trabajo”. El alemán, como idioma, es fácil. Y bellísimo, al revés de lo que piensa mucha gente, que está convencida de que los que lo hablan están siempre enojados. Es un idioma muy dulce. Sucede que lo hemos escuchado en películas, hablado por personajes nazis. Bueno, muchacho. Una pregunta que quedó picando… Con el quilombo que produce hoy la idea del lujo y luego de haber creado revistas dedicadas al buen vivir, ¿qué es, para vos, el mayor lujo? [Largo silencio.] Asegurarme una compañía. Tengo un defecto: no puedo estar solo. Metafísicamente hablando. Es un lindo final: el lujo es la compañía. “Togetherness”. No hay una palabra en castellano… Has hablado poco y nada, Milagros, y eso que sos muy locuaz. [Milagros dice: “Hoy era para escuchar”.]
30 I EL AFICHE: COMBINANDO VINOS Y COMIDAS
32 I ADIVINA ADIVINADOR
N
Solución del enigma anterior: Patricia della Giovampaola.
adie sabe, excepto nosotros y algunos más, jeje, que esta famosísima cara del pop mundial viene a tocar a Buenos Aires en mayo, al teatro Gran Rex. Eximio pianista, cantante y compositor, se lo conoce por canciones como “Cigarettes and chocolate milk”, en la que fulgura su voz barroca y llena de matices.
EL MANIFIESTO I 35
CREADO POR LA CONFERENCIA ESPAÑOLA DE CONSEJOS REGULADORES VITIVINÍCOLAS Y APOYADO POR MILES DE PROFESIONALES, INSTITUCIONES Y EMPRESAS DEL ÁMBITO ENOLÓGICO Y GASTRONÓMICO, EL MANIFIESTO POR LA DEFENSA DEL ROSADO EUROPEO ES UN TEXTO DE 2009 QUE DEFIENDE ESE VINO DE UNA NORMATIVA QUE PERMITE MEZCLAR CEPAS TINTAS Y BLANCAS PARA PRODUCIRLO.
El vino rosado es, seguramente, el más antiguo de la humanidad: aquel que surgió de la maceración accidental de unas uvas tintas olvidadas en el fondo de una vasija de barro. Los vinos rosados europeos están en peligro de extinción, amenazados por una normativa de la Unión Europea. Si no se reacciona a tiempo, se perderá una tradición milenaria. Antes del verano de 2009 se quiere aprobar un reglamento europeo que va a autorizar la mezcla de vinos. Sí, de todos: blancos y tintos para hacer rosados, y de tintos con blancos para hacer tintos. Se contempla introducir menciones en el etiquetado para “diferenciar” ambos productos: “rosado tradicional” y “rosado de cupaje”. El vino rosado es un vino de calidad que responde a una vinificación particular, consistente en la fermentación de mostos procedentes de uvas, tintas en su mayoría, que son previamente maceradas, para caracterizar el color y sabor del vino con el tiempo de permanencia del mosto y el hollejo lo justo y necesario. De ahí que el vino rosado sea considerado un vino de artistas, un verdadero arte para dar esa tonalidad que le caracteriza. No existe el vino rosado tradicional, existe el vino rosado. Las Denominaciones de Origen Españolas, sus miles de viticultores y bodegueros apelan y demandan de la sociedad su apoyo en la lucha por defender el vino rosado.
No podemos, en pro de una total liberalización de las prácticas enológicas, perder nuestra identidad. En realidad, estamos perdiendo demasiadas cosas en el sector del vino para permitirnos perder el producto más genuino, más personal, más diferenciado del resto como es el vino rosado. Reclamamos el apoyo, el aliento y el esfuerzo de todas aquellas personas afectadas por este problema, para hacer llegar el mensaje a las autoridades municipales, provinciales, autonómicas y nacionales de modo que nuestra voz pueda ser oída en Europa antes de que sea demasiado tarde. La sociedad no puede permitirse perder una seña de identidad vitivinícola tan especial. Exigimos que no se autorice en ningún caso la mezcla de vinos, para así proteger de una manera más exhaustiva los derechos del consumidor. El vino rosado europeo, que en estos momentos triunfa en todo el mundo y no deja de ganar consumidores (curiosamente, es el único que ha aumentado su consumo) es un valor cultural íntimamente ligado a nuestra gastronomía y responde a un producto claramente definido como garantía de su calidad y tipicidad.
CONSERVAR EL VINO ROSADO ES NUESTRA RESPONSABILIDAD.
36 I LUGARES
Bajo el sugestivo, flamante y primerizo nombre de “pueblo de viñas” se presenta Santa María de los Andes, un desarrollo arquitectónico que se ubica en la zona mendocina de Alto Agrelo, bendecida por el sol y los paisajes exuberantes. Al pie de la Cordillera, que enmudece hasta al más verborrágico, este proyecto comprende 820 hectáreas de incomparable terroir que ofrecen una sólida alternativa de inversión y residencia permanente, mientras proponen, a su vez, la posibilidad de sumarse al noble y fascinante mundo del vino. Dos de las caras visibles de este proyecto son el arquitecto Pablo Sánchez Elía y el enólogo Alberto Antonini; ambos están detrás y delante de cada detalle. Uno estuvo a cargo de la armonía de cada línea del lugar y el otro es el responsable de un equipo de profesionales que asesoran a los propietarios durante todo el proceso de producción de cada botella.
38 I JAVIER VELASCO