#87 · PROBADOR
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ATRODEN QUIÉNES SOMOS DIRECTOR RESPONSABLE Marco Simeone Ariosa marco@intelectualyfrivola.com
DIRECTOR EDITORIAL Esteban Feune de Colombi esteban@intelectualyfrivola.com
ENCONTRANOS EN Mercedes Haus, Hotel Pulitzer, Dadá, Tienda Malba, Olsen, Ocampo Wellness, La Olla de Felix, Cerini, Dandy, Bruni, Hotel Faena, Florería Atlántico, Dashi, Hotel Madero, Tegui, Camarín de las Musas, Fervor, Osaka, Roho, Cucina Paradiso, Felix, Pony Line, Sucre, Proa, Voulez Bar, Aldo’s, Le Blé y Farinelli.
EDICIÓN Lucía Colombo lucia@intelectualyfrivola.com
DISEÑO Florencia Martínez diseno@intelectualyfrivola.com
COORDINACIÓN COMERCIAL Lucrecia Gratas lucrecia@intelectualyfrivola.com
COORDINACIÓN GENERAL Nicole Hervás nicole@intelectualyfrivola.com
PRENSA Y RELACIONES PÚBLICAS Grupo Mass PR info@grupomass.net
IMPRESIÓN Galt Printing Ayolas 494 (CABA)
DISTRIBUCIÓN Y LOGÍSTICA
GALERA #87 PROBADOR • 2016 TIRADA: 10.000 ejemplares OBRA DE TAPA: Martina Stoessel retratada por Nico Hardy.
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GALERA INTELECTUAL Y FRÍVOLA es una publicación de Marco Simeone Ariosa, French 3112 (CABA). Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Galera Intelectual y Frívola. Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Hecho el depósito que marca la ley 11.723
COLABORAN Kalil Llamazares (ilustración Visionario), Michigan Rabbit (fotos Oficios), Hugo Horita (ilustración La columna), Antolín Olgiatti (ilustraciones Top 5 visitante) y Javier Velasco (ilustración Curiosidades).
MUCHAS GRACIAS Jazmín Chebar, Eugenia Rebolini, Matías Tortello, Florencia Monopoli, María Laura Trotz, María Emilia Zavaleta, María Eugenia Laprida, Bárbara Lombardo, Chloé Bello, Camila Loss, Paula Neira, Nacho Viale, Carmen Alen, Gastón Gaudio, Sofía Achaval, Justina Bustos, Gabriel Di Martino, Agustina Figueras, Martina Stoessel, Bianca Canevaro, Joseph Echenique, Lucila Sperber, Gustavo Castagnino, Soledad Carranza, Clara Lindstroem, Claudio Drescher, María Montalembert, Sofía Menditeguy, Guillermo Cicciari, Mariano Maldonado, Marcela Remoli, Mili Allende, Delfina Cadenas, Luz Chiappe, Gabriela Succar, Tomás Marseillán, Lucila Ceccarelli, Iván Finkelstein, Diego Romero, Pablo Bernard, Josefina Hassan, Martín Egozcue, Agustina Garay Chang y Micaela Schena.
16 LA NUBE #SHOPAHOLIC
PROBADOR
Martina Stoessel
Chloe Bello
JOSEPH ECHENIQUE
Adrián Dárgelos KENZO TAKADA JUSTINA BUSTOS Sofía Achaval ÓSCAR DE LA RENTA
GIORGIO ARMANI
RICARDO FORT
Gastón Gaudio LUCILA SPERBER
LAS TRILLIZAS DE ORO
NACHO VIALE
China Machado
Bárbara Lombardo
Jazmín Chebar Eugenia Rebolini
PA B L O R A M Í R E Z VIRGINIA WOOLF
18 EDITORIAL BABA #ROCKEALA
EL IN P OP
SH
G* Siempre fiel a desenmascarar mentiras y * revolver lo establecido, con este temazo Ba-
basรณnicos nos deja alguna que otra pregunta existencial. Viva el rock, carajo.
VOLVER 19
En esta placa setentosa el genio de Kenzo Takada reposa en su hogar parisino. Por aquel entonces, el tokiota empezó a abrirse paso por los estrechos corredores de la moda: armó su primer show en Vivienne Gallery, presentó su colección en Nueva York y, posteriormente, fue galardonado en su tierra natal con el premio Fashion Editor Club of Japan.
¡ESCANEÁ LA PÁGINA Y PROBATE LOS DISTINTOS PRODUCTOS!
Lali Esposito estuvo en la presentación de House of Marley.
Leonardo Sbaraglia se dio un panzazo en Master of Food & Wines.
El mismísimo Typoe enla inauguración de Forms From Life.
Bárbara Lombardo pululó por la muestra de Typoe. Calu Rivero pispeó la exposición de UNACASA en el Malba.
Nicola Costantino paseó por Forms From Life, la exposición de Typoe en Faena.
Anita Pauls contempló los desfiles de BAFWeek, presentado por HSBC. Jimena Barón cantó en el evento de House of Marley.
Luciano Castro y Sabrina Rojas saludaron a Mike Tyson después de su unipersonal en el Conrad de Punta del Este.
Justina Bustos chocha en el evento de House of Marley, la línea de audio para Frávega.
Guillermina Valdez no quiso perderse la presentación de House of Marley.
Zeta Bosio, Rohan Marley y Zorrito Von Quintiero a los abrazos en House of Marley. Dafne Cejas y Ramiro Gandulfo posaron para las cámaras en la inauguración de Typoe en Faena.
Juan Martín Del Potro rugiendo en la final de los Juegos Olímpicos. Cynthia Garrido pasó temones en el festejo de House of Marley.
CIENCIAS SOCIALES 21
Esmeralda Mitre pasó por Master of Food & Wines by American Express y Galicia Eminent.
Sofía Zamolo y Joe Uriburu recorrieron la exposición de UNACASA en el Malba.
Griselda Siciliani acompañó a María Cher en BAFWeek.
Paula Pareto embelesada con su oro olímpico.
Mica y Marcelo Tinelli chochos en el desfile de Valdez en BAFWeek. Teresita Garbesi formó parte del Mercedes-Benz Talks realizado por Cristina Rossi y Alicia De Arteaga en el Bellas Artes.
Espléndida, Oriana Sabatini en la presentación de la nueva colección de Cher en BAFWeek.
Ailín Salas asistió al desfile de Deleon en BAFWeek. Violeta Urtizberea disfrutó del espacio HSBC en BAFWeek.
Fernando Dente se dio una vuelta por el desfile de Valdez. Agustina Cherri miró lo nuevo de Cher en BAFWeek.
Cala Zavaleta encantada con la muestra de Typoe en Faena.
Juana Farrell y Laura Laprida festejaron el día del amigo con Prune en el Paseo Alcorta.
Tato Giovannoni batió unos negronis en #CuentosDelConde de Campari.
22 EL RELATO #NOTELOPONGAS
Nada más acertado para este número modisto que El vestido nuevo, un cuento de 1944 de la magnífica Virginia Woolf que relata, en pocas palabras, la historia de una mujer que se atreve a usar un atuendo osado y padece cada minuto de una fiesta por su decisión. Mabel tuvo la primera sospecha seria de que algo no iba bien al quitarse la capa; la señora Barnet, al alcanzarle el espejo y tomar los cepillos, llamó su atención –un tanto exageradamente tal vez– sobre la ropa en la mesa y todos los artefactos para arreglar el cabello, cuidar el cutis y la ropa, que yacían sobre el tocador, confirmando así la sospecha de que algo no iba bien, nada bien. La sospecha aumentaba mientras subía las escaleras y se arrebataba sobre Clarissa Dalloway; y después de saludarla, corrió hacia el fondo de la habitación, donde en un rincón oscuro colgaba un espejo, y se miró. ¡No! No estaba bien. Y de inmediato, la tristeza que siempre intentaba ocultar, esa profunda insatisfacción –la sensación de inferioridad que siempre, desde niña, había sentido frente a las otras personas– se fue apoderando de ella, implacable, sin piedad, con una intensidad de la que no podía librarse leyendo a Borrow o Scott como lo hacía en su casa al despertarse por las noches; porque estos hombres, estas mujeres, todos pensaban: “¿Qué se ha puesto Mabel? ¡Qué mal se ve! ¡Qué espantoso vestido!”, pestañeando de prisa y entrecerrando los ojos. La deprimía su total incompetencia, su cobardía, su sangre fría. Y de inmediato, toda la habitación, donde durante horas
había planeado con el modisto cómo sería, se veía sórdida, repulsiva. Y su sala de estar tan fea; y ella misma, que salió de su casa orgullosa, y antes de hacerlo tomó las cartas sobre la mesa del hall y dijo: “¡qué aburrido!” para presumir. Todo eso le parecía ahora tan estúpido, tan mediocre. Todo eso se destruyó, voló por los aires en el momento en que entró en la sala de estar de la señora Dalloway. Lo que había pensado aquella tarde, sentada frente a las tazas de té, al llegar la invitación de la señora Dalloway, fue que, desde luego, no podía vestir a la moda. Era absurdo siquiera intentarlo. Moda era sinónimo de buen corte, de estilo, de treinta guineas de gasto al menos. ¿Pero por qué no ser original? ¿Por qué no ser ella misma después de todo? Se levantó y buscó el viejo figurín de su madre, un figurín del París del Imperio; y pensó cuánto más bonitas, más dignas, más femeninas eran las mujeres en ese tiempo. Entonces decidió –oh, qué idea más absurda– que intentaría parecerse a una de ellas, que presumiría de hecho, de ser modesta y anticuada; y se entregó sin dudarlo a una orgía de narcisismo, que merecía ser castigada, y salió así vestida. Pero no se animó a mirarse al espejo. No pudo enfrentar todo el horror: el vestido
de seda amarillo claro, ridículamente pasado de moda, con la falda larga y esas mangas aparatosas, y esa cintura, y todo aquello que se veía tan bien en el libro pero no en ella, no entre todas esas personas comunes y corrientes. Se sintió el tonto maniquí de un modisto, puesto allí para que los jóvenes le pincharan alfileres. –¡Pero querida, te ves encantadora! –dijo Rose Shaw mirándola de arriba abajo, frunciendo los labios con ironía tal como ella esperaba. Rose vestía completamente a la moda, al igual que todo el resto, siempre. “Somos como moscas arrastrándose hasta el borde del plato”, pensó Mabel y repitió la frase como si estuviera exorcizándose, como si quisiera encontrar una fórmula para detener el dolor, para hacer tolerable la agonía. Cuando sentía dolor, citas de Shakespeare o pasajes de libros que había leído hacía años se le venían a la mente de repente, y las repetía una y otra vez. “Moscas arrastrándose”, repitió. Si pudiera decirlo tantas veces como para llegar a ver efectivamente las moscas, se quedaría adormecida, quieta, muda. Ahora podía verlas salir lentamente de una jarra de leche, con las alas pegadas; y se esforzó más y más (de pie frente al es-
pejo, escuchando a Rose Shaw) para ver a Rose Shaw y al resto de los invitados como moscas, intentando salir de algún lugar o meterse en otro, insignificantes, torpes moscas trabajando penosamente. Pero no podía verlos así, no a los otros. Podía verse a sí misma así; ella era una mosca, pero ellos eran libélulas, mariposas, insectos bellos, danzando, revoloteando, sobrevolando, mientras que sólo ella se arrastraba hasta el borde de la jarra. La envidia y el resentimiento, los sentimientos más detestables, eran sus principales defectos. –Me siento una horrible y deprimente mosca, vieja y sin gracia –dijo, haciendo que Robert Haydon se detuviera justo para oírla decirlo, justo para reafirmarse articulando una frase de lo más pobre y así demostrar cuánto desencajaba y qué bueno era que no se sintiera en absoluto fuera de lugar. Y desde luego, Robert Haydon respondió algo bastante correcto, bastante falso, que ella interpretó al instante, y se dijo a sí misma (otra frase sacada de un libro): “¡Mentiras, mentiras, mentiras!”. Pues una fiesta puede hacer todo mucho más real, o todo menos real, pensó. De repente vio en lo profundo el corazón de Robert Haydon, lo vio todo. Vio la verdad. Esto era verdad, esta sala, este ser y no el otro. El pequeño taller de la señorita Milan era realmente caluroso, viciado, sórdido. Olía a ropa y a repollo cocinándose; y aún, cuando la señorita Milan puso el espejo en su mano y ella se miró con el vestido terminado, una dicha extraordinaria le atravesó el pecho. Bañada en
luz, sintió que volvía a nacer. Libre de cuidados y arrugas, lo que había soñado de sí misma estaba allí: una mujer bella. Por un segundo –no se atrevió a mirar más tiempo, la señorita Milan quería saber el largo de la falda– la miró, dentro del marco de caoba, con ese estrafalario atuendo, una joven encantadora, de tez blanca y sonrisa misteriosa; su esencia, su alma. Y no era simple vanidad o narcisismo lo que la hacía pensar que era un alma buena, cariñosa y sincera. La señorita Milan dijo que la falda no podía ser más larga. En todo caso, dijo frunciendo el ceño muy concentrada en su trabajo, debía ser más corta. Y de repente se sintió, honestamente, llena de amor por ella; sintió que la quería más que a nadie en el mundo, y podría haber llorado de tristeza al verla en el suelo, con la boca llena de alfileres, el rostro rojo y esos ojos saltones. Que un ser humano hiciera algo así por otro; y los vio a todos como simples seres humanos, y a ella yendo a la fiesta, y a la señorita Milan tapando la jaula del canario o dejándolo agarrar una semilla de cáñamo de entre sus labios. Y pensar en eso, pensar en ese costado de la naturaleza humana, en su paciencia y su tolerancia, y que esté satisfecha con placeres tan sencillos, tan escasos, tan pequeños, le llenó los ojos de lágrimas. Y ahora todo había desaparecido. El vestido, la habitación, el amor, la tristeza, el espejo, la jaula del canario… Todo había desaparecido, y allí estaba, en el rincón de la sala de estar de la señora Dalloway, padeciendo ese martirio, despertando a la realidad. A su edad y con dos hijos, era un síntoma de tanta mezquindad, de tanta debilidad y falta de inteligencia, seguir dependiendo tanto de las opiniones de los otros; no tener principios ni convic-
ciones. No ser capaz de decir como otras personas: “¡Eso es Shakespeare! ¡Eso es la muerte! No somos más que una gota de agua en el océano”, o lo que fuera que dijesen. Se miró fijo en el espejo; se dio una palmada en el hombro izquierdo y entró en la sala, como si desde todos los ángulos le arrojaran lanzas a su vestido. Pero en lugar de mostrarse enfadada o lastimada, como lo habría hecho Rose Shaw (Rose se habría mostrado como Boudica), se mostró algo tonta y tímida; y sonriendo como una colegiala, caminó con los hombros caídos por la habitación, sigilosamente, como un perro con la cola entre las patas. Miró un cuadro, un grabado. ¡Como si alguien fuera a una fiesta a mirar un cuadro! Todos sabían por qué lo hacía, por vergüenza, por humillación. “Ahora la mosca está en la jarra”, se dijo a sí misma, “justo en el medio, y no puede salir, y la leche”, pensó rígida, mirando el cuadro, “está pegando sus alas”. –Es tan anticuado– le dijo a Charles Burt interrumpiéndolo (algo que de por sí él detestaba) a su paso de ir a hablar con otra persona. Quiso que pareciera, o intentó que pareciera, que se refería al cuadro y no al vestido cuando dijo “anticuado”. Y una palabra de elogio o afecto por parte de Charles habría hecho toda la diferencia en ese momento. Si tan sólo hubiera dicho “Mabel, luces encantadora esta noche”, habría cambiado su vida. Pero entonces tendría que haber sido franca y directa. Charles, desde luego, no dijo nada por el estilo. Era la maldad en persona. Siempre escrutando a los otros, especialmente si se sentían particularmente mal, inseguros, o tontos. –¡Mabel tiene un vestido nuevo! –excla-
24 EL RELATO mó, y empujó a la pobre mosca al medio de la jarra. En verdad le gustaría que se ahogara, creía ella. No tenía corazón, ningún tipo de verdadera bondad, tan sólo una falsa simpatía. La señorita Milan era mucho más real, mucho más generosa. Si tan sólo uno pudiera ver eso y apegarse a esas personas. “¿Por qué?”, se preguntó, le respondió a Charles de modo tan impertinente, demostrándole así que estaba de mal humor o “alterada”, como dijo él, “¿Algo alterada?”, dijo y se fue a reír de ella con una mujer que estaba por allí. “¿Por qué no puedo sentir algo de una vez y para siempre, segura de que la señorita Milan está en lo cierto y Charles no, y apegarme a eso; segura del canario, de la tristeza y el amor y no sentirme inmediatamente castigada al entrar en una sala llena de personas?”. Otra vez su detestable, débil, indecisa personalidad, siempre llamando la atención en los momentos críticos y nunca interesada de verdad en el estudio de los moluscos, la etimología, la botánica, la arqueología, el cultivo de patatas y verlas crecer, como Mary Dennis, como Violet Searle. La señora Holman, viéndola allí sola, se acercó caminando con desgano. Desde luego, algo como un vestido estaba lejos de escandalizarla, con unos hijos siempre rodando por la escalera o cogiendo la escarlatina. ¿Podía Mabel decirle si Elmthorpe se alquilaba en agosto o septiembre? ¡Oh, qué conversación más aburrida! Detestaba que la trataran como una vendedora de casas o un mensajero, que la usaran; que no la valoraran, eso era pensó, intentando asirse de algo sólido, algo real, mientras articulaba una respuesta coherente acerca del baño y
el sur, y el agua caliente hasta el piso de arriba de la casa. Y todo el tiempo podía ver fragmentos de su vestido amarillo en el espejo redondo, que los reflejaba del tamaño de un botón o de un renacuajo. Y era sorprendente pensar cuánta humillación y agonía; cuanto desprecio por uno mismo, y esfuerzo y bruscos cambios de estados de ánimo había en algo del tamaño de una moneda. Lo que era más extraño aún, esta cosa, esta Mabel Waring, estaba separada, desconectada; y aunque la señora Holman (el botón negro) estaba inclinada hacia adelante contándole cómo su hijo mayor había esforzado su corazón corriendo, podía verla también, separada, en el espejo. Y era imposible que el punto negro, inclinado hacia adelante, gesticulando, lograra que el amarillo, sentado solo, centrado en sí mismo, sintiera lo mismo que el negro, pero los dos fingían. “¡Es imposible tenerlos quietos!”, era el tipo de cosas que se decían. Y la señora Holman, para quien la atención que se le brindaba nunca era suficiente y tomaba lo poco que hubiera con avaricia, como si fuera su derecho –pero merecía mucho más porque su hija se había despertado esa mañana con una rodilla inflamada–, tomaba esa oferta miserable y la miraba con sospecha, de mala gana, como si fuera medio penique cuando debería haber sido una libra; lo guardaba en su cartera; debía aceptarlo, aunque fuera una miseria, pues eran tiempos duros, muy duros. Y herida, la señora Holman siguió hablando, cacareando sobre la niña con la rodilla inflamada. Qué trágica era, esa codicia, ese grito desesperado del ser humano, como una bandada de cormoranes, agitando las alas para llamar la atención
de los otros. Qué trágico era, ¡si tan sólo uno no podía sentirlo de veras en lugar de fingirlo! Pero esa noche, con ese vestido amarillo, no podía escurrir una gota más; quería todo para ella, todo. Sabía – seguía mirándose al espejo, hundiéndose en la espantosa piscina de las apariencias– que la despreciaban, la condenaban, la dejaban como agua estancada por ser como era: débil, indecisa. Y le parecía que el vestido amarillo era la penitencia que merecía, y aunque hubiera ido vestida como Rose Shaw, con ese bello vestido verde ceñido con volados de plumas, habría merecido aquello. Y pensó que no había escapatoria para ella, ninguna. Pero no todo era su culpa después de todo. Pertenecía a una familia de diez personas, nunca hubo suficiente dinero, siempre se escatimaba en todo. Recordaba a su madre acarreando grandes cubos, el linóleo gastado en los bordes de la escalera, una pequeña tragedia familiar después de la otra; nada catastrófico: la granja de ovejas nunca funcionó del todo mal ni del todo bien. Su hermano mayor se casó con alguien de clase social inferior pero no demasiado inferior. No se demostraban afecto; nunca hubo nada extremo entre ellos. Pasaban las vacaciones dignamente en pueblos costeros; incluso hoy cualquier balneario tenía a alguna de sus tías alojada en una habitación sin vista al mar. Así era, tenían que escatimar siempre. Y ella había hecho lo mismo; era igual a sus tías. Sus sueños de vivir en La India, de casarse con un tal Sir Henry Lawrence, algún hombre de poder –ver a un nativo de turbante todavía la hacía fantasear– habían fracasado por competo. Se casó con Hubert, con su puesto inferior, pero
seguro y permanente en Tribunales. Y se las arreglaban en una casa pequeña, sin criadas. Comía guiso cuando estaba sola o tan sólo pan y manteca. Pero de vez en cuando –la señora Holman se había ido, creyéndola la persona más seca y antipática que haya conocido, absurdamente vestida además, y le contaría a todos lo ridícula que se veía Mabel–, pensó Mabel Waring, sola en el sofá azul, golpeando el almohadón para parecer entretenida, pues no se uniría a Charles Burt o a Rose Shaw, que hablaban como cotorras y tal vez se reían de ella junto a la chimenea. De vez en cuando recordaba bellos momentos; la otra noche leyendo en la cama, por ejemplo, o en la playa tumbada al sol en Pascuas –déjenla recordar– una gran mata de hierba, retorcida como un puñado de espárragos bajo el cielo azul como un huevo de porcelana, firme, sólido, y la melodía de las olas: “shhh, shhh” decían, y los niños gritando y chapoteando. Sí, un momento bellísimo; y allí estaba ella, sentía, en manos de la diosa que era, el mundo; una diosa de corazón duro más bien, pero bellísima, un corderito en el altar (uno de veras piensa estas tonterías, pero a nadie le importa mientras no las diga). Y también solía pasar inesperados bellos momentos junto a Hubert, cortando la carne para el almuerzo del domingo, sin ninguna razón, abriendo una carta, entrando a una habitación. Bellos momentos, cuando se decía a sí misma –pues nunca lo compartía con nadie– “Es esto. Ha sucedido. Es esto”. Y lo contrario era igual de sorprendente; esto es, cuando todo estaba dispuesto, la música, el tiempo, las vacaciones, todas las razones para estar feliz, y nada ocurría. No se sentía feliz. Era monótono, simplemente monótono, eso era todo.
Era su horrible forma de ser otra vez, sin duda. Siempre había sido una madre quejosa, débil e insatisfecha; una esposa insegura, viviendo a desgano en una especie de letargo, sin nada demasiado claro o definido, o algo que la entusiasmara más que otra cosa, tal como sus hermanos. Excepto tal vez Herbert, siempre habían sido todos unos pobres diablos de sangre fría que no hacían nada. Y de repente, pasó de arrastrarse por esta vida a estar en la cresta de una ola. La horrible mosca (¿dónde había leído esa historia que se le venía a la cabeza una y otra vez sobre la mosca y la jarra?) logró salir. Sí, tenía esos momentos. Pero ahora que tenía cuarenta, tal vez los empiece a tener menos a menudo. De a poco dejaría de esforzarse por completo. ¡Pero eso era deplorable! ¡Era intolerable! ¡Le daba vergüenza de sí misma! Iría a la biblioteca de Londres al día siguiente. Encontraría un libro estupendo que la ayudaría; lo encontraría casi de casualidad, un libro escrito por un clérigo, un norteamericano del que nadie había escuchado antes. O caminaría por Strand y se toparía, por accidente, con una galería donde un minero estaría contando acerca de la vida en la mina, y de repente se convertiría en alguien nuevo. Se transformaría por completo. Usaría uniforme; la llamarían Hermana Algo. Nunca más pensaría en ropa; y para siempre tendría todo perfectamente claro acerca de Charles Burt y la señorita Milan, y esta habitación y aquella. Día tras día, como si estuviera tumbada al sol o cortando la carne. ¡Sería el fin! Así que se levantó del sofá azul y también lo hizo el botón amarillo del espejo.
Le dio la mano a Charles y a Rose para demostrarles que no dependía de ellos en absoluto, y el botón amarillo desapareció del espejo y todas las lanzas le apuntaron al pecho mientras caminaba hasta donde estaba la señora Dalloway y le decía: –Buenas noches. –Pero es temprano todavía –dijo la señora Dalloway siempre tan comedida. –Temo que debo irme –dijo Mabel Waring–. Pero –agregó con voz débil y temblorosa que sonaba tan ridícula cuando intentaba controlarla– la he pasado muy bien. –La he pasado muy bien –le dijo al señor Dalloway, con quien se topó en la escalera. “¡Mentiras, mentiras, mentiras!” se dijo a sí misma mientras bajaba las escaleras, y “directo a la jarra”, se dijo mientras le agradecía a la señorita Barnet por su ayuda y se envolvía, a lo largo y a lo ancho, con la capa china que había usado durante los últimos veinte años.
26 ÁRBOL GENEALÓGICO MOD BENCH
Si quieren atraer todas las miradas mientras avanzan entre multitudes, usen este modelo de la flamante línea Black Celebration.
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Recomendamos estos anteojos polarizados base zero a todos quienes no son muy fanáticos de sus cejas o tienen ojeras marcadas.
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Pocos placeres en la vida se comparan con el de manejar con la ventana baja ostentando estos fabulosos lentes.
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EL CIRCUITO DE LA CALLE ARENALES Y SUS TRANSVERSALES CON DESFILES,
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DICEN LOS QUE SABEN QUE EL MÁS FABULOSO Y SORPRENDENTE MESTIZAJE
VIDRIERA: TENDENCIA ARENALES 27
28 CAPTURAS
PASEAMOS POR LOS PASILLOS DE LA WEB CON NUESTRO BOLSO MÁS GIGANTE AL HOMBRO PARA LLENARLO CON ESTAS ADICTIVAS CAPTURAS.
De todos los fotógrafos instagramáticos que documentan lo bueno, lo malo y lo feo de la moda, Jamie Hawkesworth tiene un particular enfoque que lo distingue de sus colegas (además de salir con Mica Argañaraz). En las placas de su imperdible cuenta @jamie.hawkesworth no sólo refleja sus reconocidos trabajos para grandes diseñadores –como Miu Miu o Loewe– sino que registra tanto el detrás de bambalinas de impactantes campañas, desfiles y fiestas, como la cotidianeidad de sus vecinos londinenses.
La cancherísima Alexa Chung está inspeccionando cada recodo del mundillo de la moda en una serie youtubera para Vogue llamada The Future of Fashion. En estos dinámicos clips entrevista a una tropa de personajes clave: desde aprendices de indumentaria hasta diseñadores grosos, pasando por especialistas, compradores y costureras. Su meta final es descifrar cómo y hacia dónde evolucionará este colosal mercado.
Sin duda alguna, Vetements es la firma de ropaje más alabada de los últimos años. Sus extravagantes diseños combinan, sin esfuerzo, la alta costura con lo mundano –como un taco que es un encendedor–. En vetementswebsite.com podrán encontrar colecciones que siguen a rajatabla el “normcore”: un juego de patrones, reestructuración y superposición fundado en la idea de que todo está inventado y que lo relevante es, a fin de cuentas, el contexto.
Se sabe que un entrenamiento riguroso facilita encarar largas jornadas de compra. Si necesitás que tus rodillas no flanqueen al entrar en el quinto probador consecutivo, recomendamos fervientemente usar esta aplicación. Nike Training Club es una herramienta de entrenamiento personal que te guiará a través de diversas rutinas de ejercicio que, con una pizca de perseverancia, te preparará para las sesiones más exhaustivas en búsqueda de la pilcha soñada.
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#EMPILCHADOS DOSSIER 31
GIRA DE PROBADORES 155
Satén, algodón, polyester, cuello tortuga, hombro al aire, maxi shirt, micro top, plataforma, chatita, monocromo, estampa o en bolas. El infinito universo de la moda puede resultar avasallante; por eso, convocamos a seis sabios influencers de más de un métier –modelos, actrices y un deportista– para que opinen de todas las facetas de este gigantesco rubro valiéndose de su instinto y buen gusto (incluso, se aventuraron a elegir un ítem infaltable en sus vestidores). Preguntas:
1 ¿Cómo definirías tu estilo en dos palabras? 2 ¿Qué usas de entrecasa? 3 ¿Quién es el ícono al que le robarías su guardarropas? 4 ¿Qué cuenta de Instagram seguís obsesivamente? 5 ¿Qué prenda jamás usarías? 6 ¿Qué tema bailás frente al espejo? 7 ¿Qué invento ridículo se te ocurre para el universo de la ropa, la moda y el estilo? 8 ¿Cuál es el ítem de esta temporada que te voló la peluca?
@gastóngaudio
@justabustos
486 tweets 81,8k seguidores 231 seguidos
486 publicaciones 40,1k seguidores 573 seguidos
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1 Relajado y elegante. 6 “Jolene”, de Dolly Parton. 2 Pijamas. 7 Salir a la calle con 3 A Robert Mappijama.
plethorpe.
4 @felixbsas. 5 Una zunga.
8 Me quedo con la
túnica Lean África de Felix.
1 Simple y sexy. 2 La ropa de mi
6 “Ancora Tu”, de
novio.
Roisin Murphy; la bailo con anteojos frente al espejo.
3 Combinaría el de
7 Un objetito que, al
María Antonieta y Mick Jagger.
4 El de mi amiga
española, Ines Ybarra (@inesybarra_), que mezcla estilo y gracia.
5 Nada específico.
apretar un botón, lance conjuntos de acuerdo a tu estilo y ocasión.
8
Las sandalias Fez de Jazmín Chebar: son cómodas, elegantes y auténticas, perfectas para cualquier evento.
@achavalsofia A
M LA
UT
E
P H:
SO
FÍ A
M
@viale.nacho
284 publicaciones 114k seguidores 164 seguidos
775 publicaciones 1965 seguidores 605 seguidos
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+ SEGUIR
Senna (@oficial1 Relajado y elegante. Ayrton ayrtonsenna). 2 Remeras y pantalón 5 Ni idea. Pero si no corto o largo, depende la época.
me gusta, no lo uso.
3 Cualquier James
Bailo muy mal, así que prefiero no bailar frente al espejo.
Bond de la historia.
4 Sigo obsesiva-
mente las cuentas de Mercedes-Benz (@ mercedesbenzarg) y de
6
7 Pantuflas con taco. 8 Cualquiera de los
smokings de Rochas.
1 Mix and match. 2 Pantalones tipo traje
de hombre con una remera blanca o negra. Es mi uniforme de todos los días.
3 Brigitte Bardot y
Elizabeth Taylor.
4
@voguemagazine @ manrepeller, @netaporter, @archdigest, @ christiesinc, @sitabel-
lan, @lilyrose_depp, @ chanelofficial, @vmagazine, y más.
5 Crocs. 6 “How deep is your
love”, de Calvin Harris.
7 Es difícil inventar
algo nuevo; lo nuevo es reinterpretar el pasado.
8 La campera plateada
de Ay Not Dead.
@bellochloe
@b.lombardo
851 publicaciones 22k seguidores 800 seguidos
685 publicaciones 35,2k seguidores 991 seguidos
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+ SEGUIR
1 Mélange curado. 2 Kimonos. 3 Cleopatra. 4 @jpmirabelli, sus
clips me alegran el día.
5 El zapato con taco
chino me descompone.
6 “Experiencia re-
ligiosa”, de Enrique Iglesias.
7 Ridículo ya no hay
nada. Lo único que falta es desvestirse, más que vestirse. Se puede poner de moda mostrar una teta y cubrir todo lo demás, pero otro día se usa un cachete del culo al aire. Make a statement.
8
Las camisas con puño ancho de Allô Martínez quedan elegantísimas con todo.
1 Cómodo y propio. 7 No hay nada ridículo el universo de la 2 Joggin + top de lycra en ropa, siempre y cuando
+ buzo gigante.
3
Madonna en los 80 y 90 y, actualmente, Hedi Slimane.
4 @dazed. 5 Plataformas. 6 “Bitch Better Have
My Money”, de Rihanna.
el ítem te identifique con el humor y momento que uno tiene.
8 Me quedo con el
top Humboldt de Not To Be Understood; me encanta el corte, las telas y colores.
LAS TRILLIZAS DE ORO ¿Cuál es su estado mental más frecuente? MEM: Buen humor. ML: Realista y muy consciente, una cagada. MEU: Felicidad, preocupación y ansiedad. ¿Qué libro tienen en su mesita de luz? MEM: Recién terminé Tambien esto pasará, de Milena Busquets, y ahora estoy con La salvaje de Boston, de Gloria Casañas. ML: Calidoscopio familiar, de Salvador Minuchin, y El amante japonés, de Isabel Allende. MEU: Muchos y ninguno terminado. ¿Cuál es la prenda de su guardarropas que más resistió en el tiempo? MEM: Un tapado. ML: Un vestido negro matelaseado con pollera de tul en colores. Lo usaba cuando cantaba con Julio Iglesias en el 78 y todavía lo tengo colgado. MEU: Muchos jeans. Si pudieran protagonizar un musical, ¿cuál sería? MEM: Sería Bella en La bella y la bestia. ML: Mamma Mia con mis hermanas. MEU: Un musical sobre nuestra vida.
¿Qué fue exactamente lo último que comieron? MEM: Una banana. ML: Una medialuna en lo de mi mamá. MEU: Una pizza que cociné. ¿Qué idioma les gustaría dominar? MEM: Francés... si bien lo hablo, me gustaría dominarlo porque voy a tener una nieta francesa. ML: Francés. MEU: Español, ja. ¿Qué película las hace llorar? MEM: Forrest Gump, siempre. ML: Stepmom. MEU: Últimamente, ninguna. ¿Cuál es su anécdota favorita de los gajes de ser trillizas? MEM: Cambiarnos en el colegio una por otra y que nuestras compañeras sean cómplices, ¡era genial! ML: Me encanta enojarme con los que me confunden con alguna de mis hermanas y ver cómo la gente se desarma en mil disculpas; nada me causa más gracia.
MEU: Cuando salí por segunda vez con mi marido, fui con Laura porque no me dejaban ir sola. Él me estaba esperando con un amigo y, cuando me vio, le dijo al amigo: “agarrá cualquiera, total las dos me dan igual”. ¡Casi lo mato! ¿Qué diseñador admiran? MEM: Ralph Lauren. ML: Ralph Lauren. MEU: Argentino, Gino Bogani; extranjero, Elie Saab. ¿Cuál es el accesorio que nunca se quitan? MEU: Anillos, pulseras y collares de cualquier tipo. ML: Mis aros. MEM: Aros y anillos, siempre de plata. Si fueran magas, ¿qué sacarían de la galera? MEM: Un nuevo mundo. ML: Un billete de lotería ganador. MEU: Un avión privado, ¡para viajar a cualquier lugar en el momento que quiero!
DE LA GALERA 37
MARÍA EUGENIA
MARÍA EMILIA
MARÍA LAURA
38 GRILLA: REALITIES DE MODA #ADICTIVOS
PROJECT RUNWAY
AMERICA’S NEXT TOP MODEL
WHAT NOT TO WEAR
QUEER EYE FOR THE STRAIGHT GUY
THE CITY
RU PAUL’S DRAG RACE
¡ GRACIAS, RICARDO!
MERCI BEAOCOUP: RICARDO FORT 39
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@EUGENIAREBOLINI LA COLUMNA
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UNA PUERTA AL MUNDO Para esta edición modista escribe Eugenia Rebolini, estilista de riquísimo prontuario autodofenida como “gurú” fashion. Entre anécdotas y máximas, aquí cuenta sobre el detrás de bambalinas de desfiles, diseños y campañas.
ILUSTRACIÓN: HUGO HORITA
Hace 25 años trabajo en la trastienda de la moda; marcas y diseñadores me convocan para dar mi impronta a sus campañas y desfiles a través del estilismo. También hago consultorías en el desarrollo de colecciones durante el proceso creativo en las que defino la inspiración, las siluetas, las tipologías y la paleta cromática de la temporada.
Sumado a esto, manejo mi propia marca de ropa interior, Belleugene Lingerie, que nació a partir de una necesidad concreta: quería crear piezas únicas que pudieran usarse tanto en fotos como en desfiles. Tras dos años desde su aparición, la eligen referentes y figuras del espectáculo.
Trabajé para nombres de la talla de Tramando, Evangelina Bomparola, Not To Be Understood, Cher, Roma Renom, Ménage À Trois, El Camarín y Paruolo, entre otros. Sin lugar a dudas el estilismo es, sobre todo, una profesión artística. Mi pasión es investigar y crear un look que concilie forma, color y expresión incorporando influencias socioculturales; eso sí, nunca pierdo de vista las tendencias globales.
Muy en línea con todo lo mencionado, una de mis mayores aficiones es el coleccionismo de ropa vintage, que me llevó a conectar con diseñadores y expertos como Marc Jacobs, Donna Karan, Diane Von Fürstenberg o Zac Pozen. Los estilos de décadas pasadas son una fuente de inspiración constante. Otros disparadores clave son los viajes y, gracias a esta profesión, tuve la suerte de visitar destinos que he adoptado como propios: París, Nueva York, Miami, Londres, Los Ángeles y Bilbao.
A lo largo de mi carrera afronté todo tipo de desafíos, como producir la edición inaugural de BAFWeek que dio pie a la primera semana de la moda porteña; colaborar con Alan Faena y Ximena Caminos en el concurso Fashion Edition reclutando nuevos talentos; vestir personajes como Susana Giménez, Valeria Mazza e Iván de Pineda; u organizar desfiles para casas internacionales del porte de Valentino, Givenchy, MaxMara y Osklen.
Hoy día creo que la moda pasa por las redes sociales. El consumo online es cada vez más fuerte y las marcas deben tener una imagen específicamente desarrollada para el e-commerce. El celular es una puerta al mundo en el que proliferan estímulos y las influencers lideran los likes (por ende, las ventas). Adaptarse a este cambio de paradigma y mirar siempre hacia delante es, definitivamente, la clave del éxito.
EXPERIENCIA CERVECERA
@CERVEZAPATAGONIA PERIPLOS: BIRRA PATAGÓNICA 43
En pleno Circuito Chico barilochense, Patagonia encontró una sede tan espectacular como sus cervezas para ofrecer de pé a pá una gran experiencia birrera. Al pie del Lago Moreno, la marca creó una fábrica armada hasta los dientes, una imponente sala de degustación y un cancherísimo bar, cómplice perfecto para probar todas las variedades del Brewmaster con una vista despampanante. Aquí, la crónica de nuestra visita.
Texto: Esteban Feune de Colombi.
Pocas cosas en la vida tan placenteras como un buen día de esquí en la montaña. El Cerro Catedral lucía exultante con su menú fuera de pista, nieve polvo y cielos de un azul casi lacerante. Envalentonado, volví a la base, me pegué una ducha y bajé, guiado por un par de amigos, al Circuito Chico. Hace rato que no venía por estos pagos. Justo después de cruzar el puente angosto que une las partes Este y Oeste del lago Moreno, apareció a la derecha un sendero que desembocó en una construcción espectacular. Ahí mismo nos recibió Tomás Marseillan, anfitrión y responsable de marketing de cerveza Patagonia. Claro que “ahí mismo” suena, quizás, a no decir mucho. “Ahí mismo” quiere decir una microcervecería, un bar, una sala de degustación y un laboratorio, todo con vista al lago y a los soberbios cerros López y Goye. Pero vamos de a poco. Apenas llegamos al boscoso terreno de tres hectáreas, aprendimos que unos altísimos troncos clavados en el suelo servirán, en breve, para que trepen plantas de lúpulo, cuya flor –único interés del cultivo– se usa para aromatizar la cerveza, darle amargor y equilibrar su espuma (y sin la cual esta bebida no se llamaría como se llama). Según leí por ahí, el humulus lupulus llegó al país en 1865 de la mano de unos galeses que pisaron la Patagonia gracias a un intento del gobierno por poblar esa región. Ya que hablamos de región, vale la pena destacar que Patagonia decidió concretar esta iniciativa (el proyecto arquitectónico pertenece al estudio Bórmida & Yanzón, experto en construcción de bodegas) en Bariloche por tratarse, precisamente, de una de las zonas con mayor tradición cervecera de Argentina. Y de eso se trata, a primera y última vista, este genial emprendimiento, de poner a la birra en el centro de la experiencia, profundizando el conocimiento de su seductor universo de perfumes, sabores y texturas. Y sí, resulta una experiencia sensorial la de poder acceder a la trastienda del proceso de fabricación de un producto tan
fascinante –y tan en boga– como lo es la cerveza, palabra que, según se dice, proviene de la diosa latina Ceres, protectora de la tierra y los cereales.
bien entrenada, elegí un estofado de ciervo que, tan sólo por escribirlo ahora, se me hace agua la boca.
Tampoco la tierra es algo accesorio, por decirlo así, en esta aventura. Acá, debajo de nuestros pies, antaño se plantaba lavanda, y no viene a ser un dato menor que tanto esa aromática como otros productos locales –desde el saúco hasta el ciprés, pasando por el pino– se integren a las distintas variedades de cerveza que salen de esta planta de producción “equipada con máquinas Kaspar Schulz, auténticas Ferrari del palo”, según cuenta Marseillan en un recorrido que se pone cada vez más interesante.
Si bien estoy embobado con lo que veo desde la terraza del bar (el paisaje tiñéndose de varios colores hasta entrar en una titilante oscuridad), sigo con la inolvidable experiencia del recorrido, que cualquier visitante puede llevar a cabo y que dura entre una hora y media y dos, “dependiendo de la curiosidad del público”, aclara Bruno. Allí podemos ver distintas muestras separadas de todos los ingredientes que se necesitan para elaborar cerveza: malta, lúpulo, levadura, azúcar y agua. Además, accedemos a los diferentes procesos –maceración, filtrado, hervor, cocimiento– que terminan, claro, con el embotellado.
Empezamos por el bar, construido en piedra, madera y hierro, materiales que le imprimen una onda rústica y muy autóctona; en los pisos, por ejemplo, surgen, minuciosamente dibujados, los cerros aledaños con sus correspondientes alturas, mientras que en las paredes se aprecian distintos objetos vintage, como cantimploras, mapas, remos, guantes, binoculares, flechas o una pipa. Todavía estamos dentro, pero falta la inmensa chimenea, dueña y ama del lugar junto a la barra (¡sus suculentas choperas!) y, detrás, las tres soberbias ollas de cobre que Diego Felipe Bruno, el brewmaster de Patagonia, se relame con sólo ver para luego subrayar: “tenemos una planta casi inédita en el mundo, permitirá que los desechos no sean vertidos en el lago y producirá alrededor de 1.600 litros por día”.
En el ínterin, damos con la simpática María Sol Cravello, sommelier de la marca, quien nos guía con su entusiasmo hacia la sala de degustación, que ostenta una mesa con hojas de cata, un videojuego de colección (¡para jugar al Pac-Man!) y unos preciosos barriles de roble americano y francés que pronto se usarán para añejar cerveza, toda una novedad en estas latitudes. Es ahí donde, sin ambages, probamos todas las variedades de este brebaje que hace añares causó furor en los antiguos pueblos elamitas, egipcios y sumerios. En tren de elegir, asumo sin pruritos que me volvieron loco la Session Ipa con saúco, la Pale Ale con lavanda y la Porter con chips de ciprés.
Que el hombre “de los tres nombres”, como lo apoda Marseillan, se refiera al lago, nos da pie para seguir por las vistas que propone el lugar, marco ideal para vivir, durante cualquier estación del año, un gran momento, sea al mediodía o a la noche. De hecho, cualquiera de las variedades de la marca se puede ¡y debe! maridar con los platos –muchos de los cuales incluyen cerveza en su preparación– que diseñó el chef Leandro Pagano. En mi caso y por sugerencia de una camarera súper
De fondo, el día se va convirtiendo en una linda anécdota para darle paso a una velada memorable que contará con una banda en vivo y con una genialidad: el lugar premia al único de nosotros –no es mi caso, jeje– que no tomará alcohol y se convertirá, entonces, en “conductor designado” a la hora de volver al cerro al mando del volante. Mañana será otro día… ojalá, otro día de nieve polvo y cielos de azul casi lacerante.
46 VISIONARIA: CHINA MACHADO
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Criada en Shangai con telares, ovillos y agujas, su futuro estaba tejido entre costuras, pero no como modista sino como modelo. Noelie Dasouza Machado desechó su nombre por el apodo de “China” apenas escapó con su familia a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial. Tras un breve paso por Perú, los Machado terminaron en España, donde la exuberante belleza de nuestra heroína conquistó el rojo corazón de Luis Miguel Dominguín, torero que la colocó en el ojo público. Años más tarde, la China se coronó leyenda de las pasarelas tras maravillar al diseñador Hubert de Givenchy y convertirse en la caminante de pasarelas mejor paga de la Europa de los 50. En 1957, tras casarse con Martin LaSalle, armó sus valijas rumbo a Nueva York. Allí, la oriental encantó al magnánimo fotógrafo Richard Avedon, quien no dudó en definirla como la mujer más hermosa del globo. La colección de halagos llegó a oídos de Harper’s Bazaar, publicación en la que marcó la historia de la alta costura como la primera modelo no blanca en protagonizar la tapa de una revista. En el 2012, con 81 años, volvió a romper un récord como la modelo de mayor edad al poner la cara en una campaña de Cole Haan, ¡imparable!
En el marco del Designers BA, salimos a explorar las múltiples locaciones por las que desfilaron las novísimas colecciones veraniles de los grandes talentos del diseño local. Si bien esta itinerante edición presentada por HSBC tuvo como locación central el hotel Four Seasons, la moda tomó varios puntos de la metrópoli porte-
Laurencio Adot 18/8 - 10.00 horas
Snapchat Dentro de esta diminuta aplicación caben millares de historias, usuarios y eventos; hasta presentaciones de colecciones y desfiles.
Pony Line El bar del Four Seasons, poblado de potrillos y mullidos sillones, es un mítico punto de encuentro cuando despunta la noche porteña.
Nuestro Secreto En uno de los rincones del Four Seasons, este restaurante de techos y paredes vidriados ostenta un fabuloso jardín urbano.
Escaneá la página si querés descubrir cuál fue la locación de este imperdible desfile.
UNSAM En Abasto, esta construcción de 7.500 m2 es un copadísimo centro de arte experimental, anteriormente una subestación eléctrica.
Fabián Zitta 19/8 - 19.00 horas
Evangelina Bomparola 17/8 – 22.00 horas
Palacio Piccaluga Ubicado en Barracas, el pintoresco caserón erigido por el arquitecto Domingo Donati solía ser la fábrica textil Piccaluga.
Not To be Understood by Jessica Trosman 19/8 - 12.00 horas
Kostume 17/8 – 18.30 horas
Centro Nacional de la Música Dicen los que saben que este edificio neoclásico declarado Monumento Histórico fue la sede original de la Biblioteca Nacional.
Dubié 18/8 - 19.00 horas
MACBA Esta imponente estructura de hormigón es el hogar de la colección de Aldo Rubino que cuenta con obras de grandes artistas como Le Parc o Iommi.
Ramírez 17/8 – 12.30 horas
Galería Ruth Benzacar El blanquecino galpón chacaritense es la formidable sede de la legendaria casa de arte que, hasta 2014, ocupaba un subsuelo de Florida al 1000.
Tatschke 18/8 - 12.30 horas
ña. A continuación, un recorrido histórico por cada uno.
Marcelo Giacobbe 16/8 – 19.00 horas
@DESIGNERSBA
Tramando 16/8 – 12.30 horas
48 VIDRIERA
La Mansión del Four Seasons Este palacete rococó de 1920 fue un regalo de bodas encargado por Félix de Alzaga Unzué para su flamante novia, Elena Peña.
#MASQUEUNPAPARAZZI STILL LIFE 49
Bill Cunningham en Bill Cunningham New York Documentary (2010).
¡ESCANEÁ LA PÁGINA, RESPONDÉ LA TRIVIA Y PROBATE UN LOOK PERSONALIZADO!
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JAZMÍN POR JAZMÍN
@JAZMINCHEBAR OFICIOS: DISEÑADORA 51
Esta heroína del diseño creció envuelta en rollos de tela de La Clocharde, una legendaria boutique porteña que regenteaban sus papás. En su juventud se sumergió en la moda neoyorquina para volver, enchufadísima, a Buenos Aires, y arrancar su propia firma, que hoy cuenta con 18 locales acá y en el exterior. A continuación, Jazmín nos relata cómo marca tendencia con artesanía y originalidad desde 1997.
Texto: Lucía Colombo. Fotos: Michigan Rabbit.
¿Cómo descubriste tu vocación? La viví en mi casa desde muy chica; mis viejos estaban muy conectados con todo el mundo de lo estético. En breve, elegí esta carrera porque siempre me gustó el diseño. ¿Cómo fue el camino que recorriste para crear tu propia marca? Un camino de mucho laburo, pero muy divertido. Me fui a estudiar a Estados Unidos, trabajé allá y en Buenos Aires. Finalmente, con una amiga decidimos abrir nuestra propia marca. ¿Cuál fue la lección más importante que aprendiste trabajando con marcas internacionales? En pocas palabras, la importancia de saber diferenciarse. Todos tienen las mismas inseguridades, desde el que considerás como el más groso hasta el que ni conocés. Eso me enseñó a no idealizar a la gente; más aun, en este rubro en el que no hay una única verdad.
¿Cuál es tu impronta? Diría que son los detalles. ¿Qué impacto buscás generar en tus seguidoras a la hora de crear tus diseños? Que tengan ganas de usarlos y, al hacerlo, se sientan frescas, femeninas y cancheras. ¿Cómo las definirías? Creo que no hay un sólo tipo de mujer que elija a Jazmín Chebar; la idea es vestir a todo tipo de mujeres y que cada una adapte nuestra ropa a su propio estilo, y no al revés. Veo una variedad enorme de clientas en estilos y edades. Me encanta que una mujer pueda comprar una buena pilcha y adaptarla a su propia estética. ¿Cuál es la inspiración para esta temporada? En realidad, no nos inspiramos en una década o una tendencia específica ya que cada prenda se diseña por
sí misma. Creamos una colección de aproximadamente 600 productos que están en armonía entre ellos. La idea es ponerle un look Jazmín a lo que nos parece nuevo. ¿Cuál es tu prenda favorita de esta temporada? ¡Todos los zapatos! ¿Cómo es el proceso desde que imaginás el diseño hasta que está colgado en la tienda? Lo primero que hacemos cuando arrancamos con una nueva colección es trabajar en el diseño de las telas. Este proceso se hace un año y cuatro meses antes de que salga esa temporada a la venta. Después dibujamos las prendas, compramos las telas, diseñamos los avíos y, a partir de ahí, empezamos a armar la colección.
“Creo que la sofisticación de una persona se define por cómo piensa y cómo vive, no tanto por su ropa”.
OFICIOS: DISEÑADORA 53
¿Cuál es el mayor indicador de la calidad de una prenda? El calce y el tiempo; con tiempo me refiero a cuán bien envejece una prenda. Un producto bien hecho es para toda la vida. ¿Qué tipo de ítem es el más complicada de confeccionar? ¿Y el que más te gusta? El que más me gusta diseñar es el sweater y lo más complicado es todo lo que sea sastrería; en particular, los sacos. ¿Cambió mucho el oficio desde tus inicios? ¡Muchísimo! Yo hacía dibujitos de las prendas en lápiz negro y ahora se hacen casi en 3D... La tecnología aceleró y perfeccionó mucho el armado de una colección. Desde la producción (la evolución de los hilados, por caso) hasta la parte más creativa (por ejemplo, el desarrollo de una estampa). ¿Cómo imaginás el futuro de Jazmín Chebar? Trato de laburar en el presente y disfrutarlo. Hoy, la idea es seguir posicionando la marca y trabajar en la calidad de nuestros diseños. ¿Cuál es el mayor desafío a la hora de generar un impacto como marca? Sin lugar a dudas, seguir haciendo cosas con estilo Jazmín que no se repitan y sigan sorprendiendo. Nuestra meta es que cada temporada sea mejor y que esa esencia no se pierda; por el
contrario, que sea cada vez más fuerte. Seguimos marcando nuestro estilo, pero en objetos diferenciados mediante detalles que convierten a la prenda en algo nuevo y fresco. Del mundo de la moda, ¿qué es lo que más te gusta y lo que menos? Lo que más me gusta es la ropa, desde el proceso del diseño hasta la colección armada. Lo que menos me gusta es el “cholulaje” en general y la gente que se toma la moda demasiado en serio. ¿Cómo definirías la sofisticación? Creo que la sofisticación de una persona se define por cómo piensa y cómo vive y no tanto por su ropa.
54 PATADAS DE CHANCHO
¡VIEJOS SON LOS TRAPOS!
D
im sum es un término cantonés que puede traducirse como “ordenar hasta satisfacer al corazón”, “tocar el corazón”, “corazón a lunares” o “bocado”. Los lingüistas teorizan que la frase deriva de yat dim sum yi, que significa “pequeño símbolo”. Aunque la palabra dim sum se refiere específicamente a una liviana comida cantonesa que se sirve en pequeñas canastas; la idea de una gran variedad de platitos para almorzar también se usa en otras partes de China. Existen términos equivalentes en otros dialectos chinos, como dian xin, en mandarín, que señalan pequeños platos de comida usados como aperitivos. De forma similar, en Australia se usa el término dim sim para una variedad específica de aperitivos.
I
ris Apfel, la nonagenaria diseñadora de interiores y coleccionista de ropa, develó su interpretación de la moda en la revista S: “Es un producto muy serio que, a veces, puede verse como algo muy tonto. Pero si realmente la estudias, te das cuenta de que es una reflexión de la política, de la vida social, de la economía y de la atmósfera; es decir, de nuestra forma de vida. Si comparas los trajes de diferentes periodos, verás que la gente vestía de cierta manera por alguna razón. Cuando las mujeres eran más rígidas, se aflojaron los corsés. Las cosas no suceden sin más, ¡todo ocurre por algo!”.
T
ratando de descifrar las nuevas costumbres tecnológicas, preguntamos en nuestro Facebook: “¿Por qué la gente autoescucha sus audios en WhatsApp?”. Nuestros enchufados seguidores respondieron: 1) Porque estoy enamorada de mi voz; 2) Me río de mí logorrea y me torturo con el nivel de exposición innecesario; 3) Para convencerme de que ya perdí la poca vergüenza que me quedaba; 4) Más que nada para horrorizarme; 5) Para recordar qué dije y chequear lo que la otra persona escuchó. Qué época de mierda en la que vivimos; 6) Es un toc; 7) Lo hago para ver si lo que dije era realmente lo que quería decir, al pedo porque ya lo dije, ¡indignante!; 8) Para confirmar en qué tono dije lo que dije y así confirmar que no habrá malas interpretaciones.
L
a corbata de lazo o moño tuvo un nacimiento menos suntuoso de lo que podría indicar su uso actual. Se atribuye su creación a los mercenarios croatas que, en plena guerra prusiana del siglo 17, ataban en forma de moño sus bufandas para ligar las aberturas de sus camisas. Este practiquísimo método para sellar los pechos piratas de las ráfagas marítimas fue adoptado por las clases altas francesas. Cuando los influyentes galos empezaron a pasearse con este adorno en sus cuellos, la cravat se convirtió cuasi instantáneamente en una accesorio ineludible para todos los caballeros occidentales.
DICEN LOS QUE SABEN QUE PARA BAJAR HAY TIEMPO. DICEN LOS QUE SABEN QUE TODAS LAS NARICES OPERADAS SON IGUALES. DICEN LOS QUE SABEN QUE LA INDUSTRIA DE LA MODA GENERA UNOS 20 BILLONES DE DÓLARES POR AÑO. DICEN LOS QUE SABEN QUE NO SE PUEDE VIVIR DEL LIKE. DICEN LOS QUE SABEN QUE EL VERDADERO NOMBRE DE NINA SIMONE ERA EUNICE KATHLEEN WAYMON. DICEN LOS QUE SABEN QUE TODO LO QUE ENTRA TIENE QUE SALIR. DICEN LOS QUE SABEN QUE LA ERA DEL CHUPÍN ESTÁ LLEGANDO A SU FIN. DICEN LOS QUE SABEN QUE EL PRIMER SHOPPING FUE EL MERCADO DE TRAJANO, EN EL SIGLO II, EN ROMA. DICEN LOS QUE SABEN QUE LOS CANOSOS NO SE QUEDAN PELADOS. DICEN LOS QUE SABEN QUE EL VESTIDO DE NOVIA CON LA COLA MÁS LARGA TENÍA... ¡19 KILÓMETROS! DICEN LOS QUE SABEN QUE LA MODA NO INCOMODA. DICEN LOS QUE SABEN QUE NO HAY QUE CONFIAR EN LOS EVENTOS DE FACEBOOK. DICEN LOS QUE SABEN QUE NO SOMOS NUESTRO SIGNO.
MANTÉNGANSE ATENTOS A LO QUE DICEN LOS QUE SABEN.
56 TOP CINCO VISITANTE
@LUCILASPERBER
UN DISCO DE MÚSICA Sin lugar a dudas, elijo el álbum Partition, de Beyoncé. Me gusta escucharla porque me parece creativa, moderna y puedo tararear todos sus temas.
LUCILA SPERBER Destapen sus plumas para tomar nota de las opiniones y recomendaciones de la Brand Manager de Rochas Paris Menswear, quien se define como muy amiga de sus amigos y creyente en la teoría de las culturas ancestrales alienígenas.
UN ÍTEM INFALTABLE ¡Un foulard negro para el cuello! Lo usaría con todo y para todo, siempre. Le da un marco a la cara y un detalle con carácter a cualquier equipo.
UN BARRIO PORTEÑO Me quedo con Palermo Clásico porque me gustan sus verdes, el Monumento de los Españoles, la amplitud de la avenida del Libertador, el Planetario con todas las estrellitas de noche y su funcionamiento de barrio.
UN DISEÑADOR DE ANTAÑO Me encanta Yves Saint Laurent, el primer geek de la moda. Siempre me atrajeron su tratamiento de la femineidad a través de la masculinidad, sus líneas disruptivas, el uso del color puro como colorado, amarillo, violeta y, también, del blanco y negro. No por nada Hedi Slimane pudo generar, hoy en día, un best seller mundial a partir de su espíritu.
UN MUSEO El Tate Modern en Londres me parece una visita obligada porque todo, tanto su colección estable como las muestras no permanentes que proponen, son impecables y tienen una curaduría muy original. Además, su arquitectura y su locación –al lado del río Támesis– son increíbles.
58 LA FRASE: OSCAR DE LA RENTA
“
La elegancia es una disciplina en la vida.
”
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#MBFASHION MERCEDES TALKS 59
-En esta edición de Mercedes-Benz Fashion Item,
el prodigioso diseñador Pablo Ramírez exhibió un adelanto de su colección en alianza con Atelier B.A.. Mientras realizaban un fitting en vivo con las geniales piezas de esta coalición fashion, el hombre de negro nos explicó las claves de esta línea.
1
La tendencia del fast-fashion está perjudicando a la moda. Este formato de producción crea ítems descartables, de mala calidad y manufacturados en condiciones inhumanas. Es fundamental remarcar que todos somos responsables, desde nuestra forma de consumir hasta nuestros métodos para producir.
2
Atelier B.A. es una empresa familiar que sigue los mismos principios con los que trabajo: la excelencia en la confección, la búsqueda de buenas terminaciones y el uso de materiales nobles.
3
El compromiso con los recursos humanos en Atelier es primordial: tienen una planta propia en la que las condiciones óptimas de trabajo son respetadas a rajatabla.
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Hace 16 años que produzco mi ropa de una manera tan artesanal que se aleja de la gente por los costos. A su vez, las creaciones de Atelier alcanzaban unos precios desorbitantes por los intermediarios.
Por eso, decidimos eliminar a terceros y aliarnos. La colección va a venderse sólo en Atelier B.A. de Palermo, en mi tienda de San Telmo y en nuestro e-commerce. No es una colección cápsula, es una línea de Ramírez que se llama Pablo Ramírez Atelier.
Siempre pienso en mejorar y embellecer la silueta.
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Considero los diferentes tipos de cuerpo; por eso la colección es compacta: son 20 artículos en los que todos pueden hallarse, desde una chica muy joven hasta alguien mayor. Desde mis inicios en 2000, decidí hacer ropa que perdure en el tiempo, que no se descarte. En pocas palabras, no quiero que mi ropa pase de moda, y compartimos esta meta con Atelier. A partir de septiembre, esta fusión va a acercar el producto Ramírez al público; tendrá mi estilo y mi sello, pero será más accesible.
Pequeña gigante 60 TRASTIENDA DE TAPA
Texto: Lucía Colombo. Fotos: Nico Hardy. Pelo: Javier Alfonzo. Maquillaje: Vanesa Aragon Retoque: Bob Lightowler
@TINITASTOESSEL
Con sólo 19 años, Martina “Tini” Stoessel es la talentosa actriz y cantante que la rompe en todas las esquinas del globo, desde Patagonia hasta India, pasando por Israel y China. Su simpático rol como Violetta la catapultó a la fama y, dentro de su lista de precoces logros, podemos nombrar una colosal gira mundial, conquistar el Monumento de los Españoles con un recital masivo, publicar un libro, cantar para el Papa Francisco y cosechar unos 3 millones de seguidores en su cuenta de Instagram. Intrigados por esta sensación, interpelamos a la joven maravilla con un breve cuestionario en formato acróstico.
Mapamundi ¿Qué lugar del mapamundi te morís por explorar? Me encantaría recorrer Argentina en profundidad porque durante las giras que hice no tuve el tiempo suficiente para conocer el país en detalle.
Arte ¿Qué obra de arte te gustaría colgar en tu cuarto? En realidad, no soy una persona que tenga obras en su cuarto. Sin embargo, si tuviera que elegir una, me quedo con cualquier cuadro de Frida Kahlo. Esta pintora me inspira a la hora de sobreponerme a las dificultades; ella fue todo un ejemplo, una gran artista y luchadora.
Ropa ¿Qué estilo de ropa te encanta? Me gusta todo tipo de ropa aunque, cuando estoy en mi casa, prefiero estar más descontracturada y relajada; en otras palabras, andar con ropa amplia y cómoda. Pero cuando tengo que salir, me gusta maquillarme y peinarme con mis amigas, además de ponerme la ropa de Cher, que me atrae porque es súper innovadora.
Temón ¿Cuál es el temón cover que te gustaría cantar en vivo? Love Me Like You Do, de Ellie Goulding. Cada vez que lo escucho me pone la piel de gallina porque es una canción con mucha fuerza; me muero de ganas por interpretarla en un recital.
Instagram ¿Cómo definirías tu relación con Instagram? Esta red es un lugar en el que me muestro como soy; además, es la app que más uso de mi celular. Me permite relacionarme con las personas que quieren saber de mi carrera y me bancan en todo lo que emprendo, ¡lo más!
Novedad ¿Qué novedades te tienen exaltadísima? Ahora estoy por hacer un viaje a Los Ángeles para presentar mi disco y grabar mi próximo single. Después, planeo viajar por Europa, donde voy a estar llenísima de actividades en las que voy a seguir hablando de la peli y de mi disco. Sumado a todo esto, tengo en mente empezar a preparar #TINIWorldTour, ¡me emociona con sólo pensarlo!
Aroma ¿Qué aroma te recuerda a tu niñez? El olor de los jazmines y las glicinas en primavera. Me transporta a mi infancia porque teníamos una glicina enorme en una galería donde comíamos asado los domingos, siempre rodeados por ese increíble aroma.
AFICHES 63
FIX MASSEAU - 1985
CHRISTIAN DIOR PERFUME - 1979 ANDY WARHOL - 1997
64 DECÍ WHISKY
JOSEPHECHENIQUE.COM
Joseph Echenique Los vientos de moda que soplan a lo largo y a lo ancho de este número nos trajeron a este joven fotógrafo ducho tanto en el plano digital como en el analógico. Las siguientes placas capturan desafiantes modelos y cancherísimas pilchas en entornos cotidianos y situaciones lisérgicas.
70 DECÍ WHISKY
31 de Marzo
1 de Abril 2017
HIPÓDROMO DE SAN ISIDRO
¡APROVECHÁ LA PREVENTA! LOLLAPALOOZAAR.COM DESDE
#lollaAR
VENTA DE TICKETS:
50.000 PUNTOS
Lee las condiciones de este abono. Disponible para cartera de consumo: C.F.T.N.A: 2,14%. COSTO FINANCIERO TOTAL NOMINAL ANUAL: C.F.T.N.A. TASA FIJA NOMINAL ANUAL 0%. Promoción válida del 02/08/2016 al 01/04/2017. Ejemplo: una compra con tarjeta de crédito por $1200, podrá ser financiada en 6 cuotas mensuales de $200 cada una. Adicionalmente, se incluirá en el rubro “seguro de vida e invalidez total o permanente sobre saldo deudor” la suma total de $7,50 que será distribuida en los primeros 5 resúmenes según el saldo de deuda registre. Consulte términos y condiciones del programa SuperClub en www.santanderrio.com.ar Los accionistas de Banco Santander Río S.A. limitan su responsabilidad a la integración de las acciones suscriptas.
Borbotones de dudas, opiniones y referencias brotan cada vez que evaluamos nuestra pilcha. Giorgio Armani, celebérrimo diseñador italiano, zanjó todos los debates modistos con 21 reglas y reflexiones que figuran en un micro manual titulado Código del buen vestir. Los consejos de este creador –que quiso ser médico, pero, después de la guerra, terminó bosquejando vidrieras para un almacén– fueron publicados por el Times en 2007 con motivo de la inauguración del Armani Exchange en Londres.
#GIORGIOSABE EL MANIFIESTO 72
La gente dice que parezco 20 años más joven y cuando me preguntan cuál es mi secreto, les digo que es genético. Mi madre murió a los 90, pero parecía una mujer de 65.
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Si practicas mucho deporte, te pueden salir músculos en lugares insospechados. En ese caso, deberías revisar tu talla.
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No te obsesiones con tu aspecto. Los hombres con más estilo son aquellos que parecen no haber hecho el menor esfuerzo para estar guapos.
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El negro y el azul oscuro son los colores que más adelgazan. Puedes ser más arriesgado con la forma y la textura si te limitas a esta paleta de colores.
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El equilibrio que hay entre el trabajo y la vida privada es la clave de la felicidad en el hombre. Yo sacrifiqué mi vida por el trabajo, pero, si tuviera que empezar de nuevo, haría las cosas de otra manera.
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Un par de zapatos baratos es un falso ahorro. No pongas parches: es la base principal de tu guardarropa.
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La reputación puede atarte como unas esposas.
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Las prendas buenas te pueden ayudar a sentirte seguro de vos mismo y a mejorar tus actuaciones.
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La chaqueta es un básico del guardarropa masculino. Asegúrate de que esté bien cortada, siente debidamente y las hechuras te permitan estar cómodo.
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Algunos modelos masculinos permanecen. Para mí, Cary Grant es todavía el mejor; conseguía llevar un traje con elegancia incluso cuando estaba siendo perseguido por un avión. Mi amigo George Clooney posee la misma cualidad.
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Hasta los 50 no pensé en cuidar mi físico. Ahora hago una hora de gimnasio al día: el ejercicio te sube el estado de ánimo y te mantiene en forma.
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Ser un hombre sexy es una cuestión de confianza en uno mismo. Es un estado mental y físico.
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Puedes conseguir lo que te propongas, como cantaba Mick Jagger.
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Por mucho que lo he intentado, ¡nunca he logrado que Sam Jackson deje de llevar sombrero!
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Estoy feliz de ver que ha vuelto a ponerse de moda la elegancia masculina.
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Debes tener coraje para aplicar tus propias ideas.
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Una fragancia bien elegida puede ser una característica diferenciadora.
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Los accesorios están en alza en la moda masculina.
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Elige tejidos de colores neutrales y no muy ostentosos.
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La corbata negra estilo Hollywood es el uniforme para cualquier ocasión nocturna
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Sabés más de lo que crees y podés hacer más de lo sabes.
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74 CURIOSIDADES
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