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RESULTO MUCHA PIEZA
La candidata Celida López está siendo para Alfonso Durazo, lo que el sacrificado Ernesto De Lucas debió y garantizaba serlo para el aliancista Ernesto Gándara. Nuestros pronósticos fueron acertados, en esta primera semana La Celida de Morena ha barrido y trapeado en Hermosillo con sus dos principales contendientes. Para el arranque, aquí dijimos que estaba muy difícil ganarle a Celida López… lo que no imaginábamos –lo confieso- es que se la pondrían tan fácil y que en pocos días demostraría que en campaña resulta mucha pieza. Celida es para el candidato a gobernador de su partido: la parte activa que revitaliza, un nuevo impulso, el entusiasmo que potencializa fortalezas y que no desaprovecha de- bilidades.
La candidata Celida López no está improvisando, se preparó para enfrentar al mejor (El Pato) y se encuentra frente al rival más débil: Antonio Astiazarán. Con Toño ocurre exactamente lo contrario, el candidato de la Alianza en la capital carece de todo lo que ahora Celida demuestra que puede aportar al proyecto estatal. Ella está logrando lo impensable, su campaña está siendo tan superior que le suma simpatías a Alfonso Durazo. Lo de Celida López es una refrescante consolidación política, porque si bien se le sabía capaz, no tan aplastantemente superior y en todos los aspectos. Tiene un discurso decoroso, elocuente y empático; trae buen equipo, recursos, estructura y día con día convence de lo imprescindible de su presencia en una campaña electoral.
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Además, como otro distintivo de su principal competidor, construyó desde el primer momento la percepción de ganadora. Solo habría que comparar los eventos de la alcaldesa con licencia y los del candidato de la Alianza en Hermosillo. Lo del Toño Astiazarán es un reflejo de la campaña estatal aliancista. Lo que hemos visto de su incipiente campaña es decepcionante, aunque esperado. Sus eventos parecen los de un candidato a diputado, de los mediocres, y sus ideas innovadoras son demagogia pura. Así como Ernesto Gándara, el candidato Astiazarán se degrada al intentar hacer pasar por plan o propuesta cualquier ocurrencia o deseo de que mejoren los servicios públicos y las dependencias municipales. Hermosillo se perfila como la explicación más convincente de la eventual derrota de Ernesto Gándara.
El Pato era el candidato idóneo, el único que hubiera hecho hasta lo imposible por impedir esta sensación de inferioridad que consume la campaña en Hermosillo. Estos pocos días nos dan la razón, De Lucas jamás permitiría que se le desmoronara la campaña y por todos los medios se ocuparía de empañar el creciente optimismo celidista. Un optimismo soportado en la determinación y seguridad de Celida López, a quien empieza a vérsele como la mejor candidata de Morena en Sonora. Pobre David Figueroa
Por cierto, es poco lo que desafortunadamente se puede decir de la campaña de David Figueroa, candidato de Movimiento Ciudadano. Algo pasa con David que vive y padece, en grado más intenso que el mismo Toño, las consecuencias de haber cachado una candidatura para la que no estaba preparado. Pobre David Figueroa, literal, porque de ser un político que mediáticamente reflejaba la posibilidad de dignificar esta contienda; igual está siendo arrollado por la energía y solvencia de Celida López. Lo está devorando la pobreza, de ideas y recursos, por lo que corre el riesgo de no acumular ni los votos que alcanzó Charly León en 2018.
Borreguistas al borde de una crisis.
Como del debate no hay nada sustancioso que decir, la discusión política se ha centrado en las deficiencias que presentó el Instituto Estatal Electoral. Pero, ¿este afán no será indicativo de las penurias gandaristas que, lejos de bombardear con las excelsas intervenciones del candidato, se concentran en buscar complots y llorar por las fallas técnicas? Lo que vimos durante el debate y con las reacciones posteriores de los matraqueros borreguistas, ayudan a explicar la posición secundaria y descendiente de Ernesto Gándara. Lo que no entendemos es qué esperan para entrar en crisis o terminar de resignarse. Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.