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FABULAS, LEYENDAS, Y MAS

El mexicano, sin lugar a duda, tiene una fama de ser muy ingenioso y creativo. La explicación científica del porqué tiene lugar en la idea de que una persona en condiciones limitadas de recursos tiene que explotar al máximo ciertas habilidades para lograr suplir las carencias y salir adelante ante la adversidad. Así es como la naturaleza trata de equilibrar la balanza de la vida. Entonces, ¿si la vida nos da la creatividad como una herramienta, por qué no la podemos explotar para ser una potencia? Seguramente la respuesta a la interrogante tiene que ver con el enfoque que le damos al don de la innovación y creatividad, y probablemente sea que lo utilicemos para construir una realidad llena de fábulas, leyendas y personajes de ficción que compensan nuestro diario acontecer con un mundo en el cual somos lo mejor de la humanidad.

En materia política se ve reflejado todo lo anterior. Utilizamos una falsa realidad para no querer comprender la importancia de la participación en la vida pública, y es así como todo en nuestro amado México inicia a descomponerse. Desde las estructuras políticas se toman decisiones que deben favorecer el bien común, sin embargo, no todo el tiempo se cumple la regla mencionada, provocando un beneficio para unos cuantos; y mientras tanto, el pueblo cree que es superior a la corrupción porque burla una que otra ley u ordenamiento secundario mientras los otros se regodean en los banquetes del poder.

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Otro claro ejemplo de cómo la ficción se come a la realidad es la próxima consulta para juzgar a los expresidentes. Lo cual es un tema que se convierte en la comidilla de toda charla pública, pero que no es capaz de profundizar en un diálogo abierto que nos permita construir una verdadera democracia que se aleje de los prejuicios, fábulas, leyendas y demás situaciones.

Es decir, si somos capaces de entender que es el primer ejercicio formal en donde se le consultará al pueblo una decisión, entonces deberíamos de estar contentos porque a futuro podremos tener un contrapeso en el nivel ejecutivo y demás poderes, pero si nos quedamos anclados a la idea de que lo importante es si terminarán en la cárcel o no los expresidentes seguiremos alimentando las leyendas,

Todo lo anterior nos hace pensar que el exceso de pan y circo al pueblo solo ha logrado alimentar la imaginación y creatividad de los mexicanos para construir teorías de conspiración y de superioridad del pueblo por su picardía para eludir la legalidad. Así que la invitación es a votar en la consulta ya construir un diálogo nacional que nos permita construir un mejor México a través del debate y de participación.

La olimpiada

El próximo viernes 23 de julio estará celebrando el inicio de los juegos olímpicos en Tokio. Serán, sin lugar a duda, unas olimpiadas para la historia por la pandemia de la Covid-19, que logró aplazar un año la justa deportiva y que, incluso ahora, estará enmarcada por un estricto control de sanidad para evitar que los contagios se salgan de las manos. En el caso de México se tendrá un representativo discreto con pocas posibilidades reales de lograr medallas. Por lo anterior, resurge la pregunta que cada ciclo olímpico nos hacemos: ¿Por qué no conseguimos más medallas? La respuesta tiene varias causas que provocan el efecto de resultados poco halagadores para la gran cantidad de población que tenemos.

Una olimpiada tiene como su eje principal la competitividad de grandes potencias económicas que aprovechan toda esa infraestructura para generar atletas con amplias posibilidades de preseas; también es cierto, que algunos regímenes políticos usan a los deportes para mostrar sus avances y que aún sin ser potencias económicas tienen posibilidades de lograr medallas. Por otro lado, el reparto de medallas en su totalidad se carga a algunos deportes que reparten muchas más preseas que otros, beneficiando a algunos países por sus condiciones geográficas y gené- ticas. Y todo lo anterior es el principio de la respuesta planteada. El sistema educativo mexicano debería el gran semillero de atletas de alto rendimiento, pero desgraciadamente existe un desprecio generalizado por las asignaturas de educación física por parte de las autoridades, directores, maestros, alumnos y padre de familia. Generalmente la asignatura de deportes es vista como de relleno y no se le da la seriedad que debería tener, por lo que no se hace ejercicio y mucho menos se busca, forma y canaliza el talento.

Así que hay que cruzar los dedos para que casos excepcionales de atletas mexicanos puedan darnos suficientes alegrías en los juegos olímpicos y que no se queden en el "ya merito" o con la honrosa frase "lo importante es competir". La buena noticia es que últimamente los gobiernos se están poniendo las pilas en el tema del combate a la obesidad y se han hecho reformas curriculares en nuestro sistema educativo para activar la población. Ahora solo hace falta que las autoridades deportivas dialogn con las educativas para acondicionar las escuelas como verdaderos centros de formación de atletas de alto rendimiento que sean capaces de ser competitivos. ¡Tenemos con qué!

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