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OFRECIDA AL TONITO

Cuando entrevistamos a Kitty Gutiérrez Mazón, adelantó información general sobre las intenciones del alcalde Antonio Astiazarán “vendiendo” Hermosillo a los empresarios. Al ingeniero Fernando Barragán, el maestro Jacoc Estrella y a un servidor, Kitty nos habló del viaje que ella, su padre y el alcalde hicieron a Monterrey a saludar a Alfonso Romo, el empresario ex jefe de la oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Kitty no comentó mucho. Acaso fueron a promover que Alfonso Romo, o tal vez algunos de sus muchos amigos empresarios, se inte - resen por invertir en Hermosillo en acciones de obra pública. ¡El caso es encontrarle una salida al grave abandono de la ciudad! Me pregunto si acaso seria el mismo empresario regiomontano quien le hizo llegar la tarjeta a AMLO, informando la necesidad de 6 mil millones de pesos para rehabilitar estas pésimas calles capitalinas. Es que difícilmente un presidente de la República da una respuesta tan directa a un alcalde es decir, se movió bien este señor Romo. Sí columnista, pero la respuesta de don Andrés fue: ¿Y tu nieve de qué la quieres? ¿Bueno, y si con ese chiste presidencial se daba la mitad del visto bueno a la presencia empre - sarial en in - versiones para la obra pública que necesita Hermosillo? ¿Y cuál sería la otra mitad del visto bueno? La transparencia.

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Ocurre, estimado lector, que Hermosillo tiene un presupuesto anual de alrededor de 3 mil 500 millones de pesos por ahí se mueve. Su presupuesto está calculado en función de sus necesidades sin embargo de un tiempo a la fecha como dice la canción las necesidades no se atienden, se sospecha de fraudes, de manejo oscuro del dinero público. Y así ningún presupuesto alcanza. Uno recuerda perfectamente cuando el panista Alejandro López Caballero se “esmeraba” por tapar baches antes de las lluvias y después de las lluvias. A la semana las calles volvían a aparecer destrozadas.

Muchos millones fueron in- formados de estas acciones de aquel alcalde pero mientras los millones se esfumaban, las calles seguían igual o peores. Y con los alcaldes que siguieron fue la misma gata. ¡La ciudad capital se transformó en la ciudad jonrón! siempre hacia atrás.

De esta suerte, la transparencia en el manejo del dinero público es hoy más que nunca una exigencia de la sociedad. Los políticos han hecho mal las cosas (para la gente). Ellos hacen negocios, la pasan muy bien, pero la ciudad no. Así como se crean comités municipales para cuanta ocurrencia social a ver cuando vemos en funciones uno que vigile las manos de los funcionarios Que verifique el ingreso y el gasto la obra pública, los materiales, los gastos. En especial estos últimos son muy buenos para inflarlos. Creo que esa sería la segunda mitad. Mientras, a seguir con la nieve. Hasta pronto.

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