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LE PEGAN AL GOBER

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A LAMARQUE CANO

A LAMARQUE CANO

Mientras el gobernador Alfonso Durazo Montaño, tras el enorme saqueo de los recursos públicos que le dejó “la niña Chantilli” –Claudia Artemisa Arellano Pavlovich, busca por todos los medios salvar al barco en que se subió; por desgracia no es así con varios de sus subalternos. En columna anterior, expusimos el caso de Carlos Ernesto Zatarain González y de Cuauhtémoc Galindo, quienes supieron subirse a la “batanga” de la 4T y, sin rubor algunos desplazar a verdaderos militantes que dejaron todo en la campaña y, hoy olvidados por este par –amén de otros- de advenedizos y aventureros de la política. No son los únicos en no entender la intención del de Bavispe, para retornar el orden a las finanzas, mientras allá en Barcelona, la cónsul sonorense vive a cuerpo de reina, alejada del calor y de preocupaciones propias de los jodidos. Claro, ella nunca fue conservadora, menos neoliberal: simplemente una ladrona, así fuera de eufemismos; para mayor desesperanza nuestra hace días en Navojoa, a pregunta de Victor Fausto Durán sobre este asunto, afirmó en auténtico galimatías que “no había sustento” para proceder contra ésta. En fin, queda para el anecdotario; ahora tenemos a Omar del Valle Colosio, quien fue premiado con la Secretaría de Hacienda y, más tardó en sentarse que en disponer alegremente de los recursos estatales y acosar a em- pleados no dispuestos a sus complicidades y entuertos. Es el caso de la eficiente empleada y licenciada en derecho, Liliana Romandía a quien acaba de “cortarle la cabeza” en forma injustificada, aún cuando esta profesional fue un ejemplo de rectitud y entrega en su trabajo. Quizás – ya sabemos la verdad—fue por no prestarse al “enjuague” de este tipo, para obtener de la empresa Nissan un crédito para un lote, nada menos que de 250 carros. Mismos, dizque para dependencias estatales; claro, uno de sus favorecidos, será sin duda alguna, José Pablo Rubios Fierros, el “sonochilango” de Bienes y Concesiones, a quien ya no soportan sus empleados por patán y prepotente.

A reserva de publicar su nombre, merodea por tales oficinas, un recomendado por Omar del Valle Colosio, quien sin tener nombramiento oficial, se lleva pidiendo viáticos hasta para ir a Villa de Seris. Algo que por supuesto, en forma responsable se le niega, ante el temor de ser auditados; tan sencillo que los mismos se les otorgue Rubios Fierros o el propio Omar Colosio Se presenta como “asesor” enviado por el titular de Hacienda. Así se las gastan los empleados del gobernador.

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Siempre y, desde tiempos inmemoriales, su majestad, la naturaleza, desnuda toda la palabrería, todo el discurso proveniente de las esferas políticas; en espe- cial, la lluvia. Sonora, una entidad sedienta, donde sus habitantes cansados de contemplar el cielo, clamando por agua; ahora fue escuchado y, con el bien, llegó irremediable la desgracia, el dolor y, la muerte. La misma historia: siempre, sobre los olvidados, los eternos jodidos , contra aquellos a quienes la vida nada más les ha mostrado su rostro cruel, descarnado y, en cuyos hogares, si alguna ves ríen, rápidamente llega la factura del dolor, del abandono.

Hoy, la gente de Empalme y Guaymas específicamente viven horas de dolor terribles, viendo sus pobres patrimonios flotando sobre las aguas y el lodo: la historia de sus vidas escritas en documentos varios se fueron con la lluvia y, ahora todo un calvario para volver a ser ellos en la sociedad; una sociedad hecha de papel, de documentos; si no te identificas mediante ellos, no existes; así de fácil. Encima de sus humanidades, flotan ominosas nubes, presagiando más desgracias; mientras el gobierno estatal, recurre a la medicina de siempre: llevarles limosnas llamadas despensas, cobertores y, demás artículos.

Quizás el próximo domingo, muchos funcionarios acudan a misa, postrarse y sentir que han hecho lo correcto por “sus hermanos”: la hipocresía llamada omisión. Si, omisión –el peor de los pecados—porque es imperdonable que con toda la tecnología actual, avi- sando la tragedia que venía, el gobierno estatal, no actuó en tiempo y en forma para amortiguar los daños: evacuación era la palabra. Hoy, el gobernador Alfonso Durazo Montaño, tiene que andar “arreando” a sus ineptos funcionarios para atender dicho drama; mientras lo hace, frente a las puertas de palacio, hartos de la prepotencia del corrupto y misógino José Pablo Rubio, director de Bienes y Concesiones exigen su cabeza. Ya no lo aguantan con todo y sus títulos de Harvard o de la Ibero y demás entorchados; por desgracia no le enseñaron decencia ni ética.

Me recuerda el discurso de Al Pacino en la película “Perfume de mujer”, defendiendo a un alumno –“Charles”—llamando a dicha escuela y, a sus directivos como “nido de ratas”.Destacable lo de varias dependencias enviando víveres y demás enseres a los damnificados –entre ellas Cecop —mientras este miserable acosador de mujeres– Rubio-- una sola despensa ha enviado a tales lugares. Conociendo su estatura moral, prefirió quedárselas; es comprensible: llegó hambreado y, así paga la nobleza y generosidad del gobernador, al igual que otros enquistados en su gobierno como el lépero de Cuauhtémoc Galindo titular del Isies. En fin, a ver hasta cuando los aguanta.

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