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PARA QUE SIGA LA TRANSFORMACION

En el Encuentro Municipalista realizado este domingo 6 de marzo en la Ciudad de México, tuvieron como lema "

PARA QUE SIGA TRANSFORMACIÓNLA ".

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Pero ah caray, ¿cuándo empezó esa, se le ve por alguna parte que no se encuentra? Alfonso Durazo reiteró que "el compromiso de cada una y cada uno de ellos como servidoras y servidores públicos es el de gobernar por el bienestar de la gente, siempre con humildad". Pero su gabinete no tiene a miembros de la coalición -Juntos haremos historia-, les entregó los 28 cargos principales y otros 60 puestos de primer nivel del gabinete a puro arribista

Fifí, light, no humilde. Bracamonte, Castro, Grijalva, Del Río, Del Valle, Célida, Noriega, Grajeda, Sallard, Zatarain, Galindo. Y Aguilar, Briceño o Valles, ya era muy cuestionable que les hubiera tocado ser diputados federales. No son precisamente prianistas, pero ninguno del gabinete de Durazo tiene un compromiso real con Morena, ni con una presunta transformación, su característica es ser arribistas, coleros, convenencieros, subordinados a la hora que el jefe diga. También salieron del PV, MC, PANAL, PRD, PRI y PAN, gente que nunca militó o participó en movimientos de protestas, en luchas populares, y que nunca, nunca, dijo nada para apoyarlas, mucho menos hizo nada.

Tampoco tenían o tuvieron actitudes progresistas, de análisis, de ideas, de posicionamientos, de reclamos contra el poder del PRIANISMO ni contra el poder corrupto. Nunca se sumaron a recursos legales que ayudaran a la gente, o a los derechos humanos, la verdad, la justicia, las demandas sociales, no hicieron nada, nada. Solo buscaron un empleo muy bien pagado, traficando influencias y nadando de a muertitos, sirviéndole al sistema e incluso se pusieron en contra de cualquier o de todo tipo de lucha o dolor social.

Por esta razón y como consecuencia, al ostentarse como funcionarios de alto rango y con la capacidad de traficar influencias, sus decisiones y actuaciones, no harán NADA por el pueblo, ni por la democracia, ni por el cambio real, únicamente trabajarán para ellos, para su grupo, y para su jefe Durazo y cuando esté a su disposición robar van a robar, eso será todo. Era preferible designar gente de Morena, gente de abajo, pero con una misión, aunque aprendieran a hacer las cosas, y tuvieran muchos errores, eran preferibles que los funcionarios prianistas y arribistas que le echarán tierra al cambio y se enriquecerán con los cargos. Durazo es un remedo del mismo viejo régimen y decirse Morena es un acto de desfachatez.

El desempeño histórico en la producción social y su encaje del humano masculino, son irrefutables. Por más que el feminismo lo niegue, o no lo compren- da, sin la explotación de la fuerza humana, de la fuerza de trabajo del gen hombre, la industria pesada, la industria de la transformación que usa maquinaria pesada, la industria extractiva minera y energética, la producción forestal que mueve toneladas de troncos y aserraderos, la industria de la construcción que traslada grandes cantidades de cemento, piedra y vigas, que requieren brazos y manos que jalen pesos, palancas, correas, herramientas, engranes y cadenas, que también en países ex socialistas se han empleado mujeres correosas en esas labores que las han ocupado por hombres y han tenido un desempeño muy igualitario. Pero en los socavones, en alta mar, en pesados tractores y cosechadoras, en manejo de ganado y cercados, en uso del extremo calor y la fusión metálica, en maquinaria de torno, soldadura y mecánica, casi es inviable que la fragilidad corporea, osea y cutánea, y de los estados largos de gravidez de las mujeres propicien que puedan ocupar esos desempeños laborales y son por derivación separadas de esas labores fisicas de fuerza y resistencia. Aunque haya ejemplos de mujeres que puedan ejercerlos, principalmente maduras de los 30 a los 50 años de edad, pesadas y con fortaleza, la amplia mayoría no tiene las condiciones para aplicarse en ellos. De esta manera, a pesar de llevar la carga de la explotación capitalista, a la clase obrera masculina no puede culpabilizarsele de las per- turbaciones del sistema injusto capitalista del saqueo humano de la plusvalía y la sobrecarga laboral sobre decenas de millones de hombres que operan el sistema productivo y los medios de producción con las que funciona y se reproduce el capitalismo mundial. Y todavia deba responsabilizarsele de la "desigualdad" de género. No, también la mujer en la industria maquiladora sufre de mayores tasas de explotación laboral, pero el hombre como género o sexo no es culpable. Existen responsables individuales de violencia de género en casos de obreros contra sus mujeres, de trabajadores que revientan ante las cargas laborales y los platos rotos los pagan las esposas, pero estos casos son detectables. Las mujeres que pelean la igualdad deben fijarse en esto, y no caer en la trampa ideológica de exigirle a los obreros que se sometan más a la explotación capitalista, arma de doble filo de chantaje de la ideología dominante de la oligarquía que busca un control ideológico mayor sobre toda la clase obrera, sobre todo el proletariado de todos los países. Los hombres no son culpables de la violencia y el feminicidio, si no el desorden social provocado por los intereses de la máxima ganancia y las actividades ilegales que generan más ganancias para los capitales financieros, como el narcotráfico o el lavado de dinero.

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