Revista Gratitud Julio/ Edición 7

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EDICIÓN NO.7 // JULIO 2018 ISSN: 2590-7506

REVISTA GRATITUD


DIRECTOR Danilo Garcia Ramirez

CONTRIBUCIONES: http://es.catholic.net/ https://www.religionenlibertad.com/ https://www.aciprensa.com/

AUTORES:

BIENVENIDO

Abel Camasca Fernando Pascual Maleni Grider Roberto Allison Coronado L.C Mons. Felipe Arizmendi Esquivel Germán Doig Klinge Padre Pedro Barrajón, L.C P. Clemente González

Cool to see you again in this issue. Revista Gratitud es una revista de circulación gratuita que mensualmente publica diferentes temas relacionados con la persona humana dentro de un contexto social, familiar y cultural bajo fundamentos católicos. En cada publicación colabora con diferentes fuentes y autores con el fin de divulga al mayor número de personas posibles textos que fortalezcan al individuo en su formación católica, generando un acercamiento del mensaje apostólico a las familias.

Anyway, we hope you enjoy this one.

CONTACTO ISSN: 2590-7506

MEDELLIN-COLOMBIA revistagratitud@outlook.com


EN ESTA EDICIÓN: 04

FAMILIA Un buen padre, edifica su casa. Bendición especial al honrar a tus padres. Dios y el amor en familia. Parejas de esposos que alcanzaron la santidad en la Iglesia Católica. Los padres, héroes del Siglo XX

12

SOCIEDAD ¿Los mayores son más devotos que los jóvenes?. Orar por los gobernantes. Comunión a protestante. A morir, la lucha por el poder.

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REFLEXIONES ¿Cuál de ellos hizo la voluntad del Padre?. ¿Cómo orar en momentos de depresión?.

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CULTIVANDO LA FE ¿Hay oraciones no escuchadas?. ¿Cuántas veces hay que orar? Jesús responde: ¡Siempre!


Un buen padre, edifica su casa El padre cristiano sabe amar a su esposa, servir a su iglesia, educar y disciplinar a sus hijos Un padre de familia fiel al amor de Dios, y a la Iglesia, podrá levantarse en nombre de su esposa y sus hijos para anunciar al mundo las enseñanzas de Cristo. POR: MALENI GRIDER

El concepto modelo de un padre es el de un hombre líder, héroe, sabio y ejemplar en su conducta. Entre los grandes hombres de la Biblia, Josué, el sucesor de Moisés, fue confirmado como líder del pueblo de Israel (en su viaje hacia la tierra prometida), con milagros como el derrumbe de los muros de Jericó y la división de aguas del río Jordán. Su obediencia, fidelidad y servicio a Dios destacaron por sobre un pueblo que aún se debatía, en rebeldía, entre adorar sólo a Yavé o seguir sirviendo a otros dioses. La contundencia de Josué frente al pueblo, cuando pronunció las palabras: “Yo y los míos serviremos a Yavé”, muestra claramente el carácter decidido y afirmativo de un hombre que había consolidado un hogar dedicado a servir a su Dios. Como líder de su casa y cabeza de familia, declaró su decisión de no servir a ningún otro dios sino al Dios de Israel, con el respaldo de su esposa y sus hijos.

Hoy en día, el mundo ofrece diversas formas de idolatría, mediante el consumismo, la tecnología, el humanismo, la ciencia, la política, las ideologías, la hechicería, etcétera. Pero un padre de familia fiel al amor de Dios, y a la Iglesia, podrá levantarse en nombre de su esposa y sus hijos para anunciar al mundo que su casa está fundamentada en las enseñanzas de Cristo, las cuales se inclinan hacia el amor y servicio a Dios. Un padre cristiano edifica su casa en los valores eternos de la Palabra de Dios, es ejemplo de integridad frente a sus hijos, y los enseña a ser nobles servidores, fieles a la Iglesia, a la comunidad y a su familia. Un buen padre decide por él y por su casa el mejor rumbo de la misma, tomando siempre en cuenta los mandamientos de Dios, así como defendiendo ante todo los valores morales más altos y las más caras virtudes cristianas.

El padre cristiano sabe amar a su esposa, servir a su iglesia, educar y disciplinar a sus hijos, esforzarse en la santidad y consagrarse más y más en el amor de Cristo, pues su meta es llegar a ser lo más parecido a su Señor. De modo que un padre siempre va por delante dando el ejemplo. Un padre no destruye su casa, sino que la edifica; un buen padre no lastima a su esposa e hijos, sino que los alienta y los conduce en la vida piadosa. Un buen padre edifica, no mortifica a los suyos. ¡Celebremos juntos a los padres valientes que han tomado con franca seriedad el compromiso de seguir a Cristo y guiar a su familia en el camino de la devoción, el amor y el servicio a sus semejantes!


BENDICIÓN ESPECIAL AL HONRAR A TUS PADRES LA GRATITUD HACIA QUIEN LO HA EDUCADO NO SERÁ NUNCA UN PESO MOLESTO POR::FERNANDO PASCUAL

Entre las definiciones de Dios destaca una que sirve

Cada uno de nosotros se ha convertido en algo

de luz en los momentos de dificultad, cuando los

"posible" gracias al amor de nuestros padres. El

problemas nos hacen perder el horizonte: Dios es "el

amor inicial que les llevó a ser esposos, gracias a la

Señor, amante de la vida" (Sabiduría 11,26). La

donación total, se convirtió un día en amor paterno

Escritura nos hace ver que Dios no puede olvidar

y materno. Los esposos que llegan a ser papás,

nada de lo que sale de sus manos: es un Dios amor,

hacen posible cada existencia humana, no sólo en

que se une libremente con todas sus creaturas. El

la materialidad de un conjunto de células sino,

hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, vive

sobre todo, en la humanización propia de la

continuamente una experiencia parecida a la de su

relación familiar, que se convierte en camino de

Creador.

acogida y de educación integral. En este contexto se coloca el cuarto mandamiento de la Ley de Dios, que se refiere a las obligaciones de los hijos.


Lo encontramos formulado de dos maneras: "Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar" (Exodo 20,12). "Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahveh tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahveh tu Dios te da" (Deuteronomio 5,16). En los dos textos encontramos que hay una bendición asociada al mandamiento: poder vivir en la tierra que Dios nos ofrece como don. Vivir en la tierra no es sólo tener una posesión segura, sino, sobre todo, tener un corazón bueno: haber aprendido de los propios padres la generosidad y el amor que nos han permitido existir. Cada familia cristiana vive en el dinamismo del amor: sólo amando nacen los hijos; sólo por amor los padres se comprometen a educarlos, según el mandamiento de Dios. Sólo en el amor los hijos pueden acoger, primero de un modo espontáneo e inconsciente, luego con mayor conciencia y responsabilidad, los dones más grandes que, después del don de la vida, los padres les pueden ofrecer: la fe, la esperanza, la caridad, los valores humanos, el sentido de la justicia, la integración en la vida social. De este modo el cuarto mandamiento de la Ley de Dios se convierte en puerta de ingreso para la vida comunitaria. Un niño que ha recibido amor tendrá el corazón preparado para amar. La gratitud hacia

Todos deseamos un mundo "más humano". La

quien lo ha educado no será nunca un peso

contaminación, el ruido, la prisa, los problemas

molesto, sobre todo cuando llegue el momento de

sociales, etcétera, no pueden hacernos olvidar el

la vejez o enfermedad de los propios padres, sino

camino fundamental, directo, hacia la plena

una llamada a vivir el regalo que se ha recibido,

humanización. Nuestras familias son el primer lugar

para poder devolver amor a quien antes nos ha

para aprender los valores humanos, entre los que

amado.

destaca el don de uno mismo.


Como dice el Papa Juan Pablo II, este don de sí mismo, "que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas, y entre las diversas generaciones que conviven en la familia. La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad, representa la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad" (Familiaris Consortio, 37). Sólo los hijos que han recibido amor sabrán amar, primero a sus propios padres, luego, si Dios lo quiere, a sus propios hijos. Se construye así una cadena de amor que se difunde de modo espontáneo y que puede cambiar el rostro de nuestro planeta, es decir, el rostro de cada uno de nosotros. Ya no seremos hombres y mujeres "arrojados" en un mundo desconocido y hostil, sino hijos amados del Padre, que saben amar a sus hijos y a sus papás, en una atmósfera espiritual y humana que deberá hacer exclamar a quienes nos vean: "¡mirad cómo se aman!". El Padre Jorge Loring S.I., en su libro Para Salvarte, , nos habla acerca de la obediencia que debemos tener a nuestros padres, siguiendo lo que dice el cuarto mandamiento de la Ley de Dios: Honraras a tus padres.


DIOS

Y

E N

EL

AMOR

FAMILIA

ES UN ANHELO QUE SIGUE PRESENTE EN MILLONES DE CORAZONES P.Fernando Pascual TEs un anhelo que sigue presente en millones de

Una familia en la que el bautismo ha marcado a

corazones: vivir en una familia donde reine el

cada uno se deja iluminar por el Espíritu Santo, y

amor. ¿Cómo lograrlo?

entra así en la misma vida de la Trinidad.

De un modo muy sencillo: si comprendemos que

Es maravilloso dejar que Dios sea el centro de una

Dios es Amor, es Trinidad, es donación mutua,

familia. No se arreglarán todos los problemas,

entonces acoger a Dios en la propia familia

porque la vida está llena de pruebas. Pero habrá un

permite vivir a fondo el amor.

modo diferente de afrontar cada asunto: con amor.

Una familia que deja a Dios entrar en los

Por eso, lo más grande, lo más serio, lo más

corazones sabe rezar. La oración une, da

hermoso que pueden hacer los esposos, los padres,

esperanza, consuela en los sufrimientos, anima al

los hijos, los demás parientes, es recibir a Dios en

trabajo.

sus corazones y entre las paredes del hogar.

Una familia que vive junto al Hijo de Dios hecho Hombre acepta el gran regalo de la Redención, se

Cada día es una nueva oportunidad para dejar que

deja perdonar y aprende a perdonar.

Dios entre en casa. La familia, así, recibirá un consuelo incomparable, y tendrá unos recursos

Una familia que puede llamar "Padre" a Dios

insospechados para crecer en el amor y para

experimenta una alegría inmensa ante la llegada

abrirse a los demás.

de cada hijo, y enseña a los hijos a amar agradecidamente a sus padres.

Que Dios viva en la propia familia es, en definitiva, uno de los modos más hermosos de acoger el Evangelio, y de entrar en la gran acción de gracias de quien ha recibido la bendición de la Trinidad.


Parejas de esposos que alcanzaron la santidad en la Iglesia Católica Los primeros en dar testimonio son la

Desde el inicio del cristianismo una numerosa lista

Santísima Virgen María y su esposo San José,

de esposos alcanzaron la santidad a través del

así como los abuelos de Jesús y padres de la

martirio como los cónyuges Áquila (o Aquilino) y

Virgen: San Joaquín y Santa Ana.

Priscila, colaboradores del apóstol Pablo que expusieron sus propias vidas para protegerlo según

Los Santos Louis Martin y Marie Zélie Guérin,

relata el Nuevo Testamento. Gracias a su

padres de Santa Teresita de Lisieux,

testimonio sabemos que "toda casa puede

canonizados el 18 de octubre de 2015,

transformarse en una pequeña iglesia".

conforman la primera pareja de esposos en ser canonizados en la misma ceremonia.

EL CAMINO A LA SANTIDAD SÍ ES POSIBLE EN LA VIDA CONYUGAL. No sólo en el sentido de que en ella tiene que

Los padres de Santa Valdetrudis también

reinar el típico amor cristiano, hecho de

fueron santos, se trata de San Walberto y Santa

altruismo y atención recíproca, sino más aún

Bertilia. Su hermana Santa Aldegundis también

en el sentido de que toda la vida familiar, en

alcanzó la santidad.

virtud de la fe, está llamada a girar en torno al único señorío de Jesucristo", según dijo

En el siglo XII vivió San Isidro Labrador junto a

Benedicto XVI en 2007.

su esposa Santa María de la Cabeza. Se dice

En el siglo VI alcanzaron la santidad San

que cierto día estaban ellos en el campo y su

Gordiano y Santa Silvia, padres de San

hijito se cayó a un pozo muy profundo. Los

Gregorio Magno, y en el siglo VII en Bélgica San

esposos, al no poder rescatarlo, se arrodillaron

Vicente y Santa Valdetrudis, fueron padres de

y se pusieron a rezar. De pronto, las aguas

cuatro hijos santos: San Landerico, Obispo de

empezaron a subir y apareció el niño sin

París, San Dentellino, Santa Aldetrudis y Santa

ningún rasguño.

Madelberta (abadesas del monasterio de Maubeuge).


Una febril alegría me alcanzó cuando vi el nuevo trailer de las segunda parte una de mis favoritas películas de infancia: Los increíbles 2. Y ahora con una calidad de definición mucho mejor que hace 14 años, aunque las voces del doblaje en español latino no son las mismas (no todo en este mundo es perfecto). Pronto veremos de nuevo a los Parr salvar al mundo contra las fuerzas del mal y, al mismo tiempo, la unidad de su familia. Mi emoción se acrecentó al vislumbrar un poco la trama de la novedosa entrega. Elasticgirl ahora ocupará el primer lugar, mientras que Mr. Increible se encargará de luchar contra... la tarea de matemáticas de su hijo, o de cuidar a Jack-Jack. En fin, el legendario Bob Parr cargará sobre sus hombros la apasionante y no menos arriesgada misión de ser padre. La película nos mostrará, como dice la inolvidable Edna Moda, que “La paternidad es un acto heroico”. En Brasil se venera a los Beatos Manuel Rodrigues Moura y su esposa, víctimas de la persecución que se desencadenó contra la fe católica (1645). Junto a ellos están muchas parejas mártires en Japón y Corea. En el año 2001 en una misma ceremonia fueron beatificados los esposos italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrochi, una pareja que contrajo matrimonio en 1905. Tuvieron dos hijos varones que se hicieron sacerdotes y dos hijas mujeres. Una de sus hijas se casó y la otra se hizo religiosa. Tres de sus hijos asistieron a la ceremonia de beatificación

LOS PADRES, HÉROES DEL SIGLO XXI POR: ROBERTO ALLISON CORONADO

Hoy formar una familia, encargarse de sacarla adelante es un reto, sólo apto para valientes.

Y no se equivoca en lo absoluto. No existe nada más arriesgado en nuestro mundo que ser padre. Atreverse a ser padre implica ir a contracorriente, hacer frente una y otra vez de los inumerables enemigos que atacan la familia. Ya quedó atrás aquella imagen palaciega y serena del oasis de la vida familiar. Hoy formar una familia, encargarse de sacarla adelante es un reto, sólo apto para valientes. Charles Péguy llegó a escribir: “Contra el que está fuera de la ley, contra el audaz, contra el hombre que tiene tal audacia, tener una mujer e hijos, contra el hombre que osa fundar una familar. Todo está en su contra. Todo está sabiamente organizado contra él. Todo se rebela y se conjura en su contra. Todo está en contra del padre de familia, y como consecuencia, contra la misma familia, contra la vida de familia”.


Y no exagero en lo absoluto. En efecto, ser padre hoy en día es lo más anti-moderno que existe. En contra de los vientos modernos que aclaman la absoluta libertad de movimiento sin ninguna responsabilidad, se alza el padre de familia responsable y fiel. A contracorriente de un mundo que exhalta el permisivismo sin exigencia, que es en el fondo una sútil indiferencia, el papá reacciona con un amor exigente, que educa responsablemente a sus hijos poniéndoles límites y ayudándoles a sacar lo mejor de sí. El mundo alaba a los hombres exitosos, a los businesman, ejecutivos que han llegado a la cima. Sin embargo, existe también una inmensa multitud de padres anónimos, que no necesitan la zalamería de un mundo que les laman las botas, pues les basta con el amor de su familia, de sus hijos. Su triunfo está en su hogar. Y eso, el mundo lo repugna. En realidad, sigue Charles Péguy, “sólo él está literalmente inmerso en el mundo, en el siglo. Sólo él es literalmente un aventurero, corre una aventura. Porque los demás, al máximo, están inmersos sólo con la cabeza, que no es nada. Él, en cambio está adentro con toda su vida”. Sólo él es el auténtico héroe, que lucha la única batalla de la vida. Se atreve a comprometerse plenamente en el amor, a aceptar el riesgo de una frenética vida cotidiana. Su heroismo puede parecer gris -¿qué hay de heroíco en llevar a los niños a la escuela?- pero sólo en la apariencia. Por dentro hay todo un corazón que lucha por la pasión de su mujer y su familia. Es verdad: no salvan el mundo de tiranos inter-galácticos al éstilo de Tony Stark y los Avengers. Sólo mantienen y sostienen una familia con el sudor de su trabajo. No poseen la super fuerza de un Hulk, o la magia de un Dr. Strange. Pero sí luchan todos los días con la fuerza de la paciencia, del sacrificio y de la fidelidad. No son generales de un ejército de élite, ni senseis orientales que producen super-guerreros. A ellos les basta con introducir a su hijo en la maravilla de la vida, a enseñarles el arte de vivir. No enseñan llaves mortales, pero sí acompañan a sus hijos en los partidos de fútbol, les animan a superar sus miedos, a lanzar con más fuerza una pelota de beisbol o a ir por la chica que les gusta. Les acompañan en la lucha de la vida. Saben que el destino de la humanidad no está un una batalla final contra las terribles fuerzas del mal. Les es suficiente con hacer que en su familia se viva un mundo más humano, en hacer a su mujer feliz, que su hogar sea una gota de agua dulce en medio del oceano salado de odio e indiferencia. En el fondo, son ellos que con su trabajo humilde y discreto, son los que controlan el entramado de nuestro mundo.


No quiero, sin embargo,hacer poesía de la paternidad. Ser padre es algo maravilloso, y creo que ya es hora de darnos cuenta de ello. Es necesario revalorizar y agradecer la inmensa labor que ellos realizan. Al mismo tiempo, soy consciente de que no existen los padres perfectos, que vivimos en una crisis de masculinidad, en una sociedad de padres ausentes. Quizá el primer paso para sanar esta ausencia es agradecer de corazón su heroicidad escondida. Y también atrevernos a perdonar. A perdonar tantas heridas, tantos errores. Creo que hoy en este día del padre, valdría la pena pedir perdón mutuamente, tanto padres e hijos. Reemprender un camino de sanación y perdón. Y ojalá que, al final del día, tanto hijos como padres, puedan elevar juntos aquella bellísima oración que conmueve inmensamente el corazón de Dios: ¡Padre nuestro, que estás en los cielos…!

¿Los mayores son más devotos que los jóvenes? Sí, pero no siempre: en Sudamérica la diferencia es menor POR: P. S. | FUENTE: RELIGIÓN EN LIBERTAD

En Estados Unidos, Europa Occidental y Latinoamérica, los jóvenes adultos son, generalmente, bastante menos devotos que sus mayores. En otros países, en cambio, la diferencia entre el grado de religiosidad según la edad es menor. Estos son algunos de los datos que el Pew Research Center ha recabado en el estudio sobre la diferencia de edad en la religiosidad de varios países, cuyos datos fueron publicados la semana pasada. En él, se han estudiado 106 naciones con distintas características y circunstancias sociales y económicas. Según refleja Christianity Today, de estas, más de la mitad (58 países) tienen muy poca diferencia de religiosidad entre las distintas generaciones. En el resto (46 países), los jóvenes adultos por debajo de los 40 años son mucho menos propensos que sus mayores a considerar la religión algo importante.

Los países numerosos, religiosos y crecientes tienden a transmitir mejor la fe Los países particularmente religiosos con una población creciente tienden a mantener y transmitir las creencias de mayores a jóvenes. El estudio ha descubierto que estas naciones han superado a otras más secularizadas por la desproporcionada población de jóvenes que han provocado los altos crecimientos demográficos; ambos factores están a su vez muy relacionados con su nivel desarrollo.. Según el Pew, la media global de adultos mayores de cuarenta que se consideran religiosos es del 90%, mientras que, de los menores de 40, un 85% se considera religioso también. “Pese a que la diferencia es mayor en algunos países que en otros, ocurre de distintas formas y por diferentes razones, ya sean por contexto económico o social”, han escrito los investigadores. Canadá, el país con más diferencia

LEn Norteamérica y Europa Occidental, donde la secularización ha avanzado de forma más acelerada, la diferencia entre edades es entre dos y cinco veces más grande que la media global. Canadá tiene la diferencia más grande del mundo, con 28 puntos porcentuales de diferencia entre los jóvenes adultos canadienses y sus mayores. Otros países que guardan una gran brecha son Dinamarca (26%), Corea del Sur (24%), Australia (23%), y Noruega y Suecia (ambos con un 20% de diferencia). Todos estos países guardan en común condiciones materiales que permiten a la mayor parte de la población vivir bastante bien hasta que llegan los achaques de la vejez. Son sociedades desarrolladas y también con una fertilidad más bien baja. Los mayores latinoamericanos transmiten mejor la religión 29


Argentina y Puerto Rico se agrupan en el 7%. Venezuela, Costa Rica y El Salvador en el 6%. México y Ecuador en el 5%. Panamá y Bolivia en el 4%. Nicaragua es el país en el que menos diferencia hay, con un 3%. Las personas mayores en Estados Unidos son dos veces más propensos a considerar la religión importante (53%) que los canadienses (27%). Aunque en EEUU la religión se transmite algo mejor: hay un 17% de diferencia entre jóvenes y adultos. Las excepciones de Ghana y Georgia Mientras que en el continente americano y la mayor parte de Europa hay un contraste religioso más evidente entre jóvenes y mayores, en Oriente Medio y en África no hay apenas diferencia entre ambas generaciones. Además, estas son las regiones donde el compromiso religioso es mayor. Dos países mayoritariamente cristianos son las dos grandes excepciones a la tendencia mundial. En Ghana, un país relativamente estable en el Oeste de África, y en Georgia, una antigua república soviética, los jóvenes dicen, más que sus mayores, que la religión es importante para ellos.

¿Muchos jóvenes religiosos? A veces es que han vivido la guerra El Pew sugiere una razón por la que hay un puñado de países en los que los jóvenes son más religiosos que la generación anterior: la guerra. “Los pocos países donde los jóvenes adultos son más religiosos tienen algo en común: una historia reciente de conflictos violentos en los que ha habido víctimas civiles”, ha apuntado el estudio. “Es probable que las condiciones de estos lugares fueran al menos algo más estables cuando la generación anterior era joven, y que la inseguridad que experimentaron los jóvenes adultos siendo niños en las guerras posteriores explique esta tendencia a ser más religiosos”, escriben los investigadores. Las distinciones entre países musulmanes y países cristianos Los países de mayoría cristiana y de mayoría musulmana afrontan distintos tipos de diferencias religiosas entre edades. Mientras que en los países cristianos la principal diferencia es si la generación en cuestión considera o no la religión como algo importante en su vida, en los musulmanes es una cuestión de asistencia a la mezquita. Entre las dos generaciones de musulmanes no hay mucha diferencia de fe y creencias, pero los jóvenes rezan menos. Sin embargo, entre jóvenes y mayores de países cristianos, la diferencia de fe es mayor. Aunque en los países Occidentales cristianos esta última es una tendencia creciente, según Christianity Today, algunos analistas apuntan que la gente tiende a ser más religiosa según va creciendo.

En otras tres naciones africanas (Liberia, Ruanda y Chad) y en el estado cristiano ortodoxo de Armenia, los jóvenes adultos reafirman su afiliación religiosa, acuden a los servicios religiosos y rezan a diario más que sus padres y sus abuelos. Liberia, Ruanda y Armenia son mayormente cristianas, mientras que Chad es de mayoría musulmana, aunque con una importante minoría cristiana del 40%.

Diferencia evidente entre países desarrollados y no desarrollados

Es en Liberia y en Chad donde los jóvenes rezan más, un 12% y un 6% respectivamente. En Japón la diferencia es al contrario y mucho mayor: los mayores rezan casi un 30% más que los jóvenes. La religión japonesa, el sintoísmo, es en grandísima medida, un culto a los difuntos, una cortesía para con los fallecidos: las personas mayores siempre tienen más difuntos que recordar.

El Pew apunta también lo contrario. Hay una correlación negativa entre la afiliación religiosa y varios factores de desarrollo, como los niveles de educación y el producto interior bruto del país. Los países con más educación y mejores sueldos son típicamente menos religiosos. Los países menos desarrollados suelen ser más religiosos.

Como se puede ver en el estudio, los países en los que la mayoría de personas dicen que la religión es muy importante en sus vidas (situados en el África subsahariana, Oriente Medio y centro América) son también los países que más rápido se están desarrollando.

YROTS ERUTAEF

La diferencia de edad en la religiosidad de los países latinoamericanos está repartida por la mitad inferior de la escala. Los mayores son más religiosos que los jóvenes, pero no por mucho. En los países que aparecen en el estudio, la diferencia porcentual va desde el 13% en Chile hasta el 3% de Nicaragua, con la única excepción de Uruguay que se sitúa en el 18% de diferencia.


Podemos estar o no de acuerdo con los resultados, satisfechos o no con las personas que fueron elegidas, pero ésta ha sido la manifestación de la voluntad popular mayoritaria, y en una sana democracia, esto es lo que cuenta. La mayoría consideró que se requería dar una oportunidad a quien parecería ofrecer una mejor alternativa para que cambie la situación en el país, y en eso hemos de fincar nuestra esperanza. Tengamos en cuenta, sin embargo, que los cambios no dependen sólo de una persona, ni siquiera de su equipo de trabajo, sino de todos nosotros. Aunque los elegidos quieran combatir la corrupción, la impunidad, la violencia y la inseguridad, estos males están en el corazón humano de los ciudadanos, y éstos los convierten en sistema corrupto y destructor.

Orar por los gobernantes Debemos crecer en esta conciencia de rezar por los gobernantes. Por: Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, Administrador Apostólico de SCLC VER Ha terminado la fase del proceso electoral con la emisión del voto popular y los resultados preliminares, con una clara definición de las opciones partidistas para el siguiente período de gobierno, a nivel federal, estatal y municipal. A pesar de los muchos asesinatos previos y de algunos incidentes en el día de las votaciones, éstas transcurrieron en paz. Aunque creció el porcentaje de participación, llegando a un 63% a nivel nacional, y en algunos municipios rebasó el 90%, y a pesar de toda la propaganda que se hizo para que la gente emitiera su voto, todavía hay un elevado porcentaje que no lo hace, por indolencia, por falta de facilidades para hacerlo, como en los lugares más pobres y alejados de las casillas, o por definición ideológica.

¿Qué nos toca hacer ahora? Por una parte, dar un margen de tiempo a los elegidos, a partir de que tomen posesión de su cargo, para que pongan en práctica sus promesas. Por otra, colaborar en todo lo que podamos para mejorar al país, empezando por nuestras personas y familias. Y, ahora y siempre, hacer oración por quienes han sido elegidos, los del actual período y los del siguiente. Aunque a los incrédulos les parezca inútil la oración, nosotros tenemos mucha fe en su eficacia. Mientras Moisés oraba en el Sinaí, el pueblo derrotaba a sus enemigos. La oración hecha con fe, de acuerdo con el Reino de Dios, tiene una eficacia increíble.


PENSAR En su homilía del 18 de septiembre del año pasado, durante la Misa en Santa Marta, el Papa Francisco comentó lo que recomendaba el apóstol Pablo en 1 Tim 2,1-3: “Ante todo, ruego que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por toda la humanidad, por los reyes y por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida pacífica y serena, del todo religiosa y digna. Esto es bello y grato ante Dios, nuestro Salvador”. Al respecto, decía el Papa: “El pueblo debe rezar por los gobernantes, y nosotros no tenemos una conciencia firme sobre esto. Cuando un gobernante hace una cosa que no nos gusta, decimos cosas feas; si hace una cosa que nos gusta, decimos: ¡Ah, qué bueno! Pero lo dejamos solo, lo dejamos con su partido, dejamos que se las arregle con el Parlamento. Nosotros no podemos dejar a los gobernantes solos; debemos acompañarlos con la oración. Los cristianos deben rezar por los gobernantes. Alguno podrá objetar: ¿Cómo voy a rezar por éste que hace tantas cosas malas? Precisamente entonces tiene más necesidad. Reza, haz penitencia por el gobernante. La oración de intercesión es por todos aquellos que están en el poder, para que podamos llevar una vida calmada y tranquila. Todo el pueblo se beneficia de esto. Debemos crecer en esta conciencia de rezar por los gobernantes. Por lo tanto, es oportuno preguntarnos: ¿Rezo por todos los gobernantes? Y si encuentras, cuando haces examen de conciencia para confesarte, que no has rezado por los gobernantes, di esto en la confesión. Porque no rezar por los gobernantes es un pecado”. Pero el Papa también recomendó a los gobernantes orar: “Es muy importante la oración del gobernante, tan importante porque es la oración por el bien común del pueblo que le ha sido confiado. Si no reza, se cierra en la propia auto-referencia, o en aquella de su partido, en ese círculo del que no puede salir; es un hombre cerrado en sí mismo. Pero cuando ve los problemas reales y tiene conciencia de que es subalterno, un gobernante reza, porque tiene la conciencia de que hay otro que tiene más poder que él”.


ACTUAR No nos quedemos en criticar a los gobernantes. Si puedes, habla con uno de ellos personalmente, o mándale algún mensaje por algún medio, y compártele tus puntos de vista. No los dejemos solos. Necesitan nuestro consejo y nuestra fraterna corrección. Y sigamos el consejo del apóstol Pablo y del Papa Francisco: oremos por nuestros gobernantes. Pidamos al Espíritu Santo que los ilumine, los enderece, los sostenga y los impulse al desgaste de su vida, para bien de nuestro pueblo, sobre todo de los pobres. Y oremos también por quienes no fueron elegidos, para que sigan luchando por el bien común, demostrando así su amor a la patria.

Comunión a protestantes Arzobispo alemán dará Comunión a protestantes El Arzobispo de Paderborn (Alemania), Mons. Hans-Josef Becker, anunció que dará la Comunión a los protestantes casados con católicos en “casos individuales”. Según informa el diario alemán Westfalenblatt, el 27 de junio el Prelado dijo a sus sacerdotes que el documento “Caminar con Cristo sobre la pista de la unidad: matrimonios interconfesionales y participación común en la Eucaristía, un subsidio pastoral de la Conferencia Episcopal Alemana” ofrece “ayuda espiritual para la decisión de consciencia en casos individuales acompañados por el cuidado pastoral”. “En la reunión del Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Paderborn el 27 de junio de 2018 presenté mi interpretación y formulé la expectativa de que todos los pastores de la Arquidiócesis de Paderborn se familiaricen intensivamente con el documento guía y actúen con espíritu de responsabilidad pastoral”, dijo el Arzobispo al diario Westfalenblatt. Refiriéndose a los matrimonios de cristianos de distintas denominaciones como matrimonios “que unen denominaciones”, el Arzobispo indicó que a través del bautismo, su fe Cristiana y el “sacramento del matrimonio”, esos esposos “están unidos”.


En esos matrimonios, el cónyuge protestante podría

La Arquidiócesis de Paderborn fue fundada en el

recibir la Eucaristía si tiene un profundo deseo de

799, exactamente hace 1219 años. CNA Deutsch –

hacerlo ya que “es un tema de llegar a una decisión

agencia en alemán del Grupo ACI– se puso en

responsable de consciencia”. Sin embargo, precisó,

contacto con esta arquidiócesis para confirmar la

esto no constituye un “permiso general” para recibir

noticia pero hasta el cierre de esta edición no

la Comunión.

recibió respuesta.

La decisión de Mons. Becker se dio el mismo día que

La Arquidiócesis de Paderborn confirmó este lunes

la Conferencia Episcopal Alemana emitió una

2 de julio a CNA Deutsch que efectivamente Mons.

declaración en la que expresó que busca

Hans-Josef Becker decidió dar la Comunión a

“proporcionar asistencia espiritual a los que

protestantes casados con católicos en “casos

expresan temas de conciencia en casos individuales

individuales”.

que reciben cuidado pastoral para las parejas en matrimonios interdenominacionales, que tienen la

La oficina del Vicario General de la Arquidiócesis

grave necesidad espiritual de recibir la Eucaristía”.

envió una declaración en la que se señala que todos los “agentes pastorales” –que en Alemania se refiere

El tema, resaltaron, “será analizado con mayor

no solo a sacerdotes y diáconos, sino también a

detalle, de acuerdo a la carta de la Congregación

laicos especialistas contratados por las diócesis– son

para la Doctrina de la Fe. Nos gustaría ofrecer al

quienes deben familiarizarse con el documento de

Santo Padre y a la Curia Romana nuestra asistencia

los obispos alemanes.

en esta materia. El asunto será revisado una vez más en la asamblea plenaria de otoño de la Conferencia

Preguntada sobre si se sabe cuántos matrimonios

Episcopal Alemana en septiembre de 2018”.

interdenominacionales existen en Paderborn, la Arquidiócesis indicó que no hay cifras disponibles al

Un día después, el 28 de junio, el Prefecto de la

respecto.

Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer, aseguró que la carta

Sobre si los esposos protestantes de católicos

enviada por su dicasterio con el visto bueno del

tendrán acceso a otros sacramentos, incluyendo la

Papa Francisco “no era directamente un freno sino

Confesión antes de recibir la Comunión, el Vicario

un llamado a la reflexión”, en relación a la propuesta

General indicó que “las reglas generales de la ley de

de los obispos alemanes para dar la Comunión a los

la Iglesia Católica se aplican en la Arquidiócesis de

protestantes casados con católicos.

Paderborn”.

La carta indicaba, entre otras cosas, que el documento de los obispos alemanes tenía serios problemas y no estaba “maduro para su publicación”. El Prefecto reiteró así lo dicho por el Santo Padre el 21 de junio cuando indicó que la carta “no ha sido ningún freno. Es regir la cosa para andar por buen camino”.


A

M O R I R , L A L U C H A P O R E L P O D E R ANALIZA QUIÉN DE LOS CANDIDATOS VIVE Y ACTÚA CONFORME A ESTOS CRITERIOS EVANGÉLICOS POR: MONS. FELIPE ARIZMENDI ESQUIVEL, ADMINISTRADOR APOSTÓLICO DE SCLC

A VER

¡Cómo se atacan los candidatos a puestos públicos, sobre todo los presidenciables! Tanto en los debates como en los spots publicitarios, se tiran a morir; quisieran desaparecer a los otros de la contienda, o al menos desdibujarlos para no dejarles opción de triunfo. En vez de valorar lo bueno que los demás puedan aportar al país con sus propuestas, descalifican todo lo que hagan o digan. Dicen que los otros son lo peor y que le iría muy mal al país si triunfan. Por otra parte, son muy preocupantes los casos de candidatos que han sido asesinados, sea por intrigas internas de los partidos, sea porque se negaron a colaborar con narcos y con grupos criminales. Otros han renunciado a la posibilidad de seguir en la contienda electoral, por las mismas razones. Les han amenazado, a ellos y a sus familias, y prefieren no exponerse.

lHa habido casos en que esos grupos mafiosos exigen puestos en los futuros gobiernos, o unas cuotas mensuales que habrían de salir del erario público, como condición para dejarlos seguir en sus campañas. Pareciera que esos grupos dominan el escenario público, y por tanto también las elecciones. Sólo les importa el dinero por encima de todo, también por encima de sus conciencias, que han sido narcotizadas. No les importa ni su vida, ni su familia, ni el bien de la comunidad, sino sólo sus intereses económicos. El dinero del narco corrompe la democracia y todo lo que toca. PENSAR El Papa Francisco, en su reciente exhortación Gaudete et exultate, dice que la santidad consiste, básicamente, en vivir las bienaventuranzas propuestas por Jesús en el capítulo 5 del Evangelio de Mateo. Y comenta sobre dos de ellas:


“Felices los mansos, porque heredarán la tierra. Es una expresión fuerte, en este mundo que desde el inicio es un lugar de enemistad, donde se riñe por doquier, donde por todos lados hay odio, donde constantemente clasificamos a los demás por sus ideas, por sus costumbres, y hasta por su forma de hablar o de vestir. En definitiva, es el reino del orgullo y de la vanidad, donde cada uno se cree con el derecho de alzarse por encima de los otros. Sin embargo, aunque parezca imposible, Jesús propone otro estilo: la mansedumbre. Es lo que él practicaba con sus propios discípulos y lo que contemplamos en su entrada a Jerusalén: «Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un burrito» (Mt 21,5; cf. Za 9,9). Él dijo: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas» (Mt 11,29). Si vivimos tensos, engreídos ante los demás, terminamos cansados y agotados. Pero cuando miramos sus límites y defectos con ternura y mansedumbre, sin sentirnos más que ellos, podemos darles una mano y evitamos desgastar energías en lamentos inútiles." Pablo menciona la mansedumbre como un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,23). Propone que, si alguna vez nos preocupan las malas acciones del hermano, nos acerquemos a corregirle, pero con espíritu de mansedumbre» (Ga 6,1), y recuerda: «Piensa que también tú puedes ser tentado» (ibíd.). Aun cuando uno defienda su fe y sus convicciones debe hacerlo con mansedumbre (cf. 1 P 3,16), y hasta los adversarios deben ser tratados con mansedumbre (cf. 2 Tm 2,25). En la Iglesia muchas veces nos hemos equivocado por no haber acogido este pedido de la Palabra divina.


Alguien podría objetar: «Si yo soy tan manso, pensarán que soy un necio, que soy tonto o débil». Tal vez sea así, pero dejemos que los demás piensen esto. Es mejor ser siempre mansos, y se cumplirán nuestros mayores anhelos: los mansos «poseerán la tierra», es decir, verán cumplidas en sus vidas las promesas de Dios. Porque los mansos, más allá de lo que digan las circunstancias, esperan en el Señor, y los que esperan en el Señor poseerán la tierra y gozarán de inmensa paz (cf. Sal 37,9.11). Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad” (Nos. 71-74). “Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. La justicia que propone Jesús no es como la que para otro. La realidad nos muestra qué fácil es entrar en las pandillas de la corrupción, formar parte de esa política cotidiana del «doy para que me den», donde todo es negocio. Y cuánta gente sufre por las injusticias, cuántos se quedan observando impotentes cómo los demás se turnan para repartirse la torta de la vida. Algunos desisten de luchar por la verdadera justicia, y optan por subirse al carro del vencedor. Eso no tiene nada que ver con el hambre y la sed de justicia que Jesús elogia. Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad” (No. 78, 79). ACTUAR Analiza quién de los candidatos vive y actúa conforme a estos criterios evangélicos. No te dejes seducir por la propaganda, ni por las encuestas. Reflexiona, dialoga con tus cercanos, ora al Espíritu Santo, y decide por el bien del país.

Añadir un poco de texto

¿Cuál de ellos hizo la voluntad del Padre? Lo que verdaderamente importa para salvarse no son las palabras, sino las obras. Por: P. Clemente González Meditación «Hoy la liturgia nos propone la parábola evangélica de los dos hijos enviados por el padre a trabajar en su viña. De estos, uno le dice inmediatamente que sí, pero después no va; el otro, en cambio, de momento rehúsa, pero luego, arrepintiéndose, cumple el deseo paterno.


Con esta parábola Jesús reafirma su predilección por los pecadores que se convierten, y nos enseña que se requiere humildad para acoger el don de la salvación.“No hagáis nada por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismos”. Estos son los mismos sentimientos de Cristo, que, despojándose de la gloria divina por amor a nosotros, se hizo hombre y se humilló hasta morir crucificado. El verbo utilizado -ekenosen- significa literalmente que

Y, después del “cuentito”, el Señor dirige unas palabras muy duras a los sumos sacerdotes y jefes del pueblo que le oían: –“Yo os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”. ¡Un juicio duro, pero muy certero! ¿Por qué? Porque los pecadores y las prostitutas son como el primer hijo de la parábola: a pesar de que sus palabras no eran las más “bonitas” y adecuadas, ellos hicieron la voluntad del Padre: creyeron en Cristo y se convirtieron ante su predicación.

“se vació a sí mismo y pone bien de relieve la humildad profunda y el amor infinito de Jesús, el Siervo humilde por excelencia» (Benedicto XVI, 28 de septiembre de 2008).

Reflexión Mientras que los fariseos y los dirigentes del Seguramente nos es bastante familiar este

pueblo judío, que se consideraban muy justos y

refrán: “Obras son amores, que no buenas

observantes, y se sentían muy seguros de sí

razones”. Es probable que nosotros mismos lo

mismos, ésos son como el segundo hijo: sus

hayamos pronunciado miles de veces. Y, sin

“pose” externo es muy respetuoso y comedido,

embargo, parece que en muchas ocasiones

pero NO obedecen a Dios. Y lo que Cristo quería

nos olvidamos fácilmente de él....

era que hicieran la voluntad del Padre..

En el Evangelio de hoy nuestro Señor nos

Yo creo que lo que nuestro Señor quiere

cuenta la historia de dos hijos. Su padre les

decirnos con esta parábola es, en definitiva, que

pide que vayan a trabajar a la viña. El primero

lo que verdaderamente importa para salvarse

responde de un modo muy poco cortés y un

no son las palabras, sino las obras. O, mejor: que

tanto violento: ¡No quiero!”le dice al padre. En

las palabras y las promesas que hacemos a Dios

cambio, el otro, con palabras muy atentas y

y a los demás cuentan en la medida en que

comedidas, dignas incluso de un caballero:

éstas van también respaldadas por nuestras

“Voy, señor” le contesta, pero no va. En

obras y comportamientos. Éstas son las que

cambio, el hijo rebelde y “rezongón” se

mejor hablan: las obras, no los bonitos discursos;

arrepiente y va a trabajar. Y Cristo pregunta a

las obras, no los bellos propósitos o los nobles

sus oyentes: “Cuál de los dos hizo lo que

sentimientos nada más.


Se cuenta que en una ocasión, la hermana pequeña de santo Tomás de Aquino le preguntó: “¿Tomás, qué tengo yo que hacer para ser santa?”. Ella esperaba una respuesta muy profunda y complicada, pero el santo le respondió: “Hermanita, para ser santa basta querer”.¡Sí!, querer. Pero querer con todas las fuerzas y con toda la voluntad. Es decir, que no es suficiente con un “quisiera”. La persona que “quiere” puede hacer maravillas; pero el que se queda con el “quisiera” es sólo un soñador o un idealista incoherente. Éste es el caso del segundo hijo: él “hubiese querido” obedecer, pero nunca lo hizo. Aquí el refrán popular vuelve a tener la razón: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Por eso, nuestro Señor nos dijo un día que “no todo el que me dice ¡Señor, Señor! se salvará, sino el que hace la voluntad de mi Padre del cielo”. Palabras muy sencillas y escuetas, pero muy claras y exigentes.

"Y nosotros, ¿cuál de estos dos hijos somos?"


¿CÓMO ORAR EN MOMENTOS DE DEPRESIÓN? La depresión es una enfermedad o una situación anímica negativa de la que se habla cada vez más. El ritmo moderno de la vida conlleva exceso en el esfuerzo que luego se puede traducir en un bajón generalizado de nuestra tonalidad anímica. ¿Cómo orar entonces en momentos de depresión, de desánimo, de desesperanzas? ¿Hay algún secreto para orar en estas circunstancias? Una simplemente una vida competitiva y llena de exigencias múltiples en muchos sentidos hacen difícil la concentración para la oración, crean nuevas ansias y temores, conducen a altibajos emotivos y afectivos que causan si no una verdadera depresión, sí estados anímicos negativos en los que se nos hace difícil y pesada la vida. Las personas se pueden preguntar si en estos momentos de depresión se puede rezar o el normal esfuerzo que requiere la oración es demasiado elevado para quien parece no tener fuerzas ni siquiera para llevar una vida normal. San Pablo en la conclusión de la primera carta a los Tesalonicenses, una de las primeras comunidades cristianas europeas, exhorta a estos discípulos de Cristo en esa ciudad griega: "Oren constantemente". (1 Tes 5, 17) Aquí San Pablo pide algo que parecería casi imposible.

Hay que entender esta exhortación como: oren siempre, en toda ocasión, en toda circunstancia. Por lo tanto, también cuando el estado interior está en desánimo, oprimido por un pena o en depresión anímica. Por lo tanto está claro que también hay que orar en momentos de depresión,


¿CÓMO ORAR ANTE CIRCUNSTAN CIAS DE DESÁNIMOS? En cada momento de la vida, nuestra oración debe acoplarse a la realidad interior o exterior que tenemos que vivir. Se puede orar en la alegría o en la tristeza, se puede orar cuando todo marcha viento en popa o cuando todo parece ir contra lo que habíamos planeado, cuando nos sentimos queridos por los demás o abandonados por todos. También podemos rezar cuando nuestro estado anímico es positivo o, por el contrario, cuando se ve afligido por lo que hoy se llama depresión.

¿QUÉ PODEMOS ORAR CUANDO ESTAMOS EN UN ESTADO NEGATIVO? En primer lugar se puede orar pidiendo al Señor que, si es su voluntad, nos haga salir de ese estado que nos oprime. Se puede pedir que nos ayude a soportar esa prueba que no se había buscado, ni sospechado y que sin embargo hace tan duro y lento el caminar por la vida.

Quizás en estas circunstancias puede nacer espontánea del alma alguna oración parecida a la de Job que en forma dramática maldice el día de su nacimiento (Job 3, 3-4) aunque luego, esclarecido por la revelación divina reconoce: "yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos" (Job 42, 5). Cristo oró en la cruz, invocando al Padre para que escuchara su oración y acogiera su espíritu (Lc 23, 46) Los evangelistas nos han dejado también una invocación de Jesús en la cruz que parece desgarradora: "!Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?" (Mt 26, 46) que probablemente es la recitación de un salmo (Salmo 22) que concluye luego lleno de esperanza.


CÓMO ORAR ANTE LA DEPRESIÓN En la depresión como en cualquier circunstancia de la vida humana, podemos y debemos orar, no del mismo modo como oramos normalmente. No será una oración discursiva o racional, pero no menos intensa y verdadera. La oración interpreta los deseos de nuestro espíritu. Y nuestro espíritu siempre busca el amor. También en la depresión podemos amar y por ello podemos orar, podemos implorar el amor y ofrecer el sufrimiento de nuestro ser como parte de nuestra ofrenda de amor al Señor. Cada uno encontrará las fórmulas o los métodos que más le ayuden a orar, pero no caigamos en la tentación de dejar la oración cuando más la necesitamos para nutrir nuestro espíritu de las fuerzas que le faltan a la parte emotiva y afectiva de nuestro ser.


¿HAY ORACIONES NO ESCUCHADAS? Hemos rezado, hemos suplicado, hemos invocado la ayuda de Dios. Por un familiar, por un amigo, por la Iglesia, por el párroco, por los agonizantes, por la patria, por los enemigos, por los pobres, por el mundo entero. También hemos pedido por las propias necesidades: para vencer un pecado que nos debilita, para limpiar el corazón de rencores profundos, para conseguir un empleo, para descubrir cuál sea la Voluntad de Dios en nuestra vida. Escuchamos o leemos casos muy hermosos de oraciones acogidas por Dios. Un enfermo que se cura desde las súplicas de familiares y de amigos. Un pecador que se convierte antes de morir gracias a las oraciones de santa Teresa del Niño Jesús y de otras almas buenas. Una victoria "política" a favor de la vida después de superar dificultades que parecían graníticas. Pero otras veces, miles, millones de personas, sienten que sus peticiones no fueron escuchadas. No consiguen que Dios detenga una ley inicua que permitirá el aborto de miles de hijos. No logran que se supere una fuerte crisis ni que encuentren trabajo tantas personas necesitadas. No llevan a un matrimonio en conflicto a superar sus continuos choques. No alcanzan la salud de un hijo muy querido que muere ante las lágrimas de sus padres, familiares y amigos. En el Antiguo Testamento encontramos varios relatos de oraciones "no escuchadas". Uno nos presenta al pueblo de Israel antes de una batalla con los filisteos. Tras una primera derrota militar, Israel no sabía qué hacer. Decidieron traer al campamento el Arca de la Alianza. Los filisteos temieron, pero optaron por trabar batalla, y derrotaron a los judíos. Incluso el Arca fue capturada (cf. 1Sam 4,1-11).

¿Es posible que Jesús nos haya enseñado que si pedimos, conseguiremos, pero luego vemos que las cosas suceden de una manera muy distinta?


Otro relato es el que nos presenta cómo el rey David suplica y ayuna por la vida del niño que ha tenido tras su adulterio con Betsabé. El hijo, tras varios días de enfermedad, muere, como si Dios no hubiera atendido las oraciones del famoso rey de Israel (cf. 2Sam 12,1523). El Nuevo Testamento ofrece numerosos relatos de oraciones escuchadas. Cristo actúa con el dedo de Dios, y con sus curaciones y milagros atestigua la llegada del Mesías. Por eso, ante la pregunta de los enviados de Juan el Bautista que desean saber si es o no es el que tenía que llegar, Jesús responde: "Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!" (Lc 7,22-23). Pero también leemos cómo la oración en el Huerto de los Olivos, en la que el Hijo pide al Padre que le libre del cáliz, parecería no haber sido escuchada (cf. Lc 22,40-46). Jesús experimenta así, en su Humanidad santa, lo que significa desear y pedir algo y no "conseguirlo". Entonces, ¿hay oraciones que no son escuchadas? ¿Es posible que Jesús nos haya enseñado que si pedimos, conseguiremos (cf. Lc 11,1-13), pero luego vemos que las cosas suceden de una manera muy distinta?. En la carta de Santiago encontramos una pista de respuesta: "Pedís y no recibís porque pedís mal, con la intención de malgastarlo en vuestras pasiones" (Sant 4,3). Esta respuesta, sin embargo, sirve para aquellas peticiones que nacen no de deseos buenos, sino de la avaricia, de la esclavitud de las pasiones. ¿Cómo puede escuchar Dios la oración de quien reza para ganar la lotería para vivir holgadamente y con todos sus caprichos satisfechos? Pero hay muchos casos en los que pedimos cosas buenas. ¿Por qué una madre y un padre que rezan para que el hijo deje la droga no perciben ningún cambio aparente? ¿Por qué unos niños que rezan un día sí y otro también no logran que sus padres se reconcilien, y tienen que llorar amargamente porque un día se divorcian? ¿Por qué un político bueno y honesto reza por la paz para su patria y ve un día que la conquistan los ejércitos de un tirano opresor?


Las situaciones de “no escucha” ante peticiones buenas son muchísimas. El corazón puede sentir, entonces, una pena profunda, un desánimo intenso, ante el silencio aparente de un Dios que no defiende a los inocentes ni da el castigo adecuado a los culpables. Hay momentos en los que preguntamos, como el salmista: "¿Se ha agotado para siempre su amor? / ¿Se acabó la Palabra para todas las edades? / ¿Se habrá olvidado Dios de ser clemente, / habrá cerrado de ira sus entrañas?" (Sal 77,9-11). Sin embargo, el "silencio de Dios" que permite el avance aparente del mal en el mundo, ha sido ya superado por la gran respuesta de la Pascua. Si es verdad que Cristo pasó por la Cruz mientras su Padre guardaba silencio, también es verdad que por su obediencia Cristo fue escuchado y ha vencido a la muerte, al dolor, al mal, al pecado (cf. Heb 5,7-10). Nos cuesta entrar en ese misterio de la oración "no escuchada". Se trata de confiar hasta el heroísmo, cuando el dolor penetra en lo más hondo del alma porque vemos cómo el sufrimiento hiere nuestra vida o la vida de aquellos seres que más amamos. En esas ocasiones necesitamos recordar que no hay lágrimas perdidas para el corazón del Padre que sabe lo que es mejor para cada uno de sus hijos. El momento del "silencio de Dios" se convierte, desde la gracia de Cristo, en el momento del sí del creyente que confía más allá de la prueba. Entonces se produce un milagro quizá mayor que el de una curación muy deseada: el del alma que acepta la Voluntad del Padre y que repite, como Jesús, las palabras que decidieron la salvación del mundo: "no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22,42).


La oración, como el amor, no soporta el cálculo de las veces. El que ama lo dice en la oración.

¿CUÁNTAS VECES HAY QUE ORAR? JESÚS RESPONDE: ¡SIEMPRE! En aquel tiempo, Jesús les decía una parábola a sus discípulos para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer. La parábola es la de la viuda inoportuna. A la pregunta: «¿Cuántas veces hay que orar?», Jesús responde: ¡Siempre! La oración, como el amor, no soporta el cálculo de las veces. ¿Hay que preguntarse tal vez cuántas veces al día una mamá ama a su niño, o un amigo a su amigo? Se puede amar con grandes diferencias de conciencia, pero no a intervalos más o menos regulares. Así es también la oración. Este ideal de oración continua se ha llevado cabo, en diversas formas, tanto en Oriente como en Occidente. La espiritualidad oriental la ha practicado con la llamada oración de Jesús: «Señor Jesucristo, ¡ten piedad de mí!». Occidente ha formulado el principio de una oración continua, pero de forma más dúctil, tanto como para poderse proponer a todos, no sólo a aquellos que hacen profesión explícita de vida monástica. San Agustín dice que la esencia de la oración es el deseo. Si continuo es el deseo de Dios, continua es también la oración, mientras que si falta el deseo interior, se puede gritar cuanto se quiera; para Dios estamos mudos. Este deseo secreto de Dios, hecho de recuerdo, de necesidad de infinito, de nostalgia de Dios, puede permanecer vivo incluso mientras se está obligado a realizar otras cosas: «Orar largamente no equivale a estar mucho tiempo de rodillas o con las manos juntas o diciendo muchas palabras. Consiste más bien en suscitar un continuo y devoto impulso del corazón hacia Aquél a quien invocamos». Jesús nos ha dado Él mismo el ejemplo de la oración incesante. De Él se dice en los evangelios que oraba de día, al caer de la tarde, por la mañana temprano y que pasaba a veces toda la noche en oración. La oración era el tejido conectivo de toda su vida.


Pero el ejemplo de Cristo nos dice también otra cosa importante. Es ilusorio pensar que se puede orar siempre, hacer de la oración una especie de respiración constante del alma incluso en medio de las actividades cotidianas, si no reservamos también tiempos fijos en los que se espera a la oración, libres de cualquier otra preocupación. Aquel Jesús a quien vemos orar siempre es el mismo que, como todo judío de su tiempo, tres veces al día –al salir el sol, en la tarde durante los sacrificios del templo y en la puesta de sol-- se detenía, se orientaba hacia el templo de Jerusalén y recitaba las oraciones rituales, entre ellas el Shema Israel, Escucha Israel. El Sábado participa también Él, con los discípulos, en el culto de la sinagoga y varios episodios evangélicos suceden precisamente en este contexto. La Iglesia igualmente ha fijado, se puede decir que desde el primer momento de vida, un día especial para dedicar al culto y a la oración, el domingo. Todos sabemos en qué se ha convertido, lamentablemente, el domingo en nuestra sociedad; el deporte, en particular el fútbol, de ser un factor de entretenimiento y distensión, se ha transformado en algo que con frecuencia envenena el domingo... Debemos hacer lo posible para que este día vuelva a ser, como estaba en la intención de Dios al mandar el descanso festivo, una jornada de serena alegría que consolida nuestra comunión con Dios y entre nosotros, en la familia y en la sociedad. Es un estímulo para nosotros, cristianos modernos, recordar las palabras que los mártires Saturnino y sus compañeros dirigieron, en el año 305, al juez romano que les había mandado arrestar por haber participado en la reunión dominical: «El cristiano no puede vivir sin la Eucaristía dominical. ¿No sabes que el cristiano existe para la Eucaristía y la Eucaristía para el cristiano?».


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