Revista Hamartia #7

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Editorial Entrevista Mariana Moyano La Pilastra de Arturro Jon Anderson Microartículo de Capellano Cuentos con historia Entrevista al embajador de Cuba Carlín histórico Entevista a Capusotto Entrevista a Emilio Pérsico A 30 años del festival de solidaridad latinoamericana Eh? Entrevista a Luis D´Elía Fin del mundo en Parque Centenario Entrevista a Científicos del Palo Entrevista Jorge Abot


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Editorial Democratización de la Justicia Microartículo N° 21, por Ricardo Capellano La pilastra de Arturro Entrevista a Ariel Basteiro, Embajador en Bolivia Alfredo Rosso, periodista de rock Chávez, del Caracazo a la revolución bolivariana Eh?, humor por Leandro Gillig El Papa argentino, por Flavio Rapisardi y Abel Sanabria Leonardo Oyola, un escritor del conurbano Conversamos con el artista Perrotta Entrevista a REP Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP Cuento con historia “Hoy como ayer” Vanina Falco, teatro y memoria


Director: Damián Cots Editora responsable: Natalia Morandeira Colaboró: Eugenia Mastropablo Consejo directivo: Damián Cots, Julián Saud, Santiago Mouradian, Natalia Morandeira Correctores: Eugenia Mastropablo, Lucía Manusovich, Gisela Mouradian, Veronique Pestoni, Santiago Mouradian, Natalia Morandeira Diseño gráfico: Matías Severo Ilustración: Veronique Pestoni, Leandro Gillig, Miguel Rep, Marcelo Mosqueira, Diego Parpa, Germán Pasti, Diego Perrotta, Cristian Pallés, Pablo Fernández Fotografía: Ernesto González, Veronique Pestoni, Gastón Vera, Nicolás Blanco, Gisela Mouradian, Andrea Pereyra, Mica Hernández, Lorena Fernández, Archivo de la Embajada Arte de tapa: Marcelo Mosqueira Consejo de redacción: Damián Cots, Julián Saud, Santiago Mouradian, Natalia Morandeira, Eugenia Mastropablo, Santiago Gómez, Silvana Jáuregui, Leandro Gillig, Jimena Riveros, Ignacio Ibañez, Pablo Román Malizzia, Ricardo Capellano, Diego Cots Colaboradores: Arturro Puig, Sebastián Pujol, Abel Sanabria, Flavio Rapisardi Carlín: Escribe: Diego Cots Carlingrilla: Ricardo Reggio Diseña: Federico Rombolá Producción: Gisela Mouradian, Nicolás Capusotto, Nicolás Blanco, Elena Fernández, Manuel Izraelson,Diego Mandarano, Jimena Riveros Administración: Matías Sbora Diseño Publicidades: Luciano Galasso Imprenta: Editorial Acercándonos Cultura Cochabamba 894, CABA Agradecimientos: Juan Carlos Junio, Florencia Saintout, Magalí Gómez y personal de Gendarmería de la Embajada de Argentina en Bolivia, Fundación María de los Ángeles, Justicia Legítima, AReCIA, Ángel Saúd, Fernando Roperto, El Tano de Arriba Bar, Marcela Mouradian, Luis Salinas (Pájaro Rojo), Puertas Abiertas, Decile No al Diario Clarín. Revista Hamartia es parte de la Asociación Civil Hamártires de la Cultura, con domicilio en Diaz Velez 4550 Dpto. 2 (Ciudad de Buenos Aires) Contacto: info@hamartia.com.ar Tel: (11) 4958-1759 Web: www.hamartia.com.ar


Editorial

El Comandante Hugo Chávez entró en la historia poniendo en discusión hacia dónde va la renta latinoamericana. Sin la renta del petróleo, no hubieran existido las Misiones con las que los venezolanos se hicieron bolivarianos. En Bolivia se estatizó YPFB y aquí el 51% de YPF, Aerolíneas Argentinas y los fondos de las AFJP. Volver a poner la renta del patrimonio nacional al servicio del pueblo es el desafío que hoy enfrentan los países latinoamericanos. La distribución de la riqueza permite la inclusión social y la inclusión social trae de la mano más democracia. Países como Venezuela, Ecuador y Bolivia han reformado sus Constituciones poniendo en discusión sus propios Estados. En Venezuela la reforma de la Constitución dio una herramienta concreta para la democracia participativa a través de referéndums y consultas vinculantes. En Bolivia, la nueva constitución de Evo Morales reconoció un estado plurinacional y pluricultural. Lo mismo pasó en Ecuador, donde Correa impulsó el Poder Ciudadano con la reforma de la Constitución. Pero el primero fue Chávez. De alguna manera fue la vanguardia en un fin de siglo que en América Latina lo tenía ganado el neoliberalismo. En sólo 14 años de gobierno dio vuelta la historia de Venezuela y de América. Un Che de nuestros tiempos. Acá, la reforma de la Constitución será más adelante. En la apertura de las Sesiones Ordinarias de este año, Cristina planteó los objetivos y los límites para esta etapa. El objetivo central será democratizar la justicia. El límite, que la reforma constitucional tendrá que esperar. Pero es indudable que las grandes líneas de transformación en las que viene trabajando el kirchnerismo desde el 2003 (desde la política de Derechos Humanos hasta la Asignación Universal por Hijo) deberán dejar su impronta en algún momento en una Constitución nueva que reemplace a la del Pacto de Olivos. Se está poniendo en discusión al Poder Judicial en el marco de ir por más democracia. Los ciudadanos eligen al presidente, máximo jefe del Poder Ejecutivo, y a los diputados y senadores (representantes en el Poder Legislativo). Sin embargo, no tienen injerencia en el Poder Judicial. Para otro Estado, otra Justicia. La discusión por la democratización del Poder Judicial llegó a todos los medios después del fallo en el caso Marita Verón, donde todos los imputados quedaron absueltos. Cristina habló de que existe un divorcio entre la sociedad y la justicia. Pero no es algo nuevo: una de las primeras cadenas nacionales de Néstor Kirchner se dirigió, en junio de 2003, a responderle al presidente de la Corte Suprema que había presionado al Poder Ejecutivo en los medios. Eso desembocó en juicios políticos y la reforma de la Corte. Hoy, Cristina Fernández propone, entre otros puntos, que los ciudadanos elijamos a los representantes del Consejo de la Magistratura, el órgano que elige a los jueces. Esto provocó una división dentro del Poder Judicial. Por un lado un grupo firmó una solicitada impulsada por Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, que se opone a las reformas y por el otro, los magistrados y trabajadores de la justicia que respaldan la necesidad de impulsar las transformaciones y se agrupan en la Asociación Justicia Legítima. Raúl Eugenio Zaffaroni, miembro de la Corte, declaró sobre este tema: "El aparato jurídico está armado normalmente por un aparato hegemónico, que retiene una parte de la renta y quiere seguir reteniéndola. Cuando la dinámica impone una política de una mayor redistribución de la renta, choca con ese aparato jurídico, y hay que reformarlo y adaptarlo a una dinámica más redistributiva". También hay que redistribuir la justicia. La reforma que propone el Poder Ejecutivo tiene que ver con esto. El modelo de crecimiento con inclusión social no puede abrirse paso en la Argentina sin impulsar la democracia en el Poder Judicial.

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“En el día de ayer y con asombro hemos escuchado y contemplado las impropias afirmaciones hechas a la prensa por el Señor Presidente de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación, Doctor Julio Nazareno (…). Es el pasado que no entiende lo nuevo, que se resiste a encarar cambios, no entiende que no estamos dispuestos a negociar el resultado de cuestiones que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene que resolver y que largamente exceden las cuestiones económicas que se explicitan para confundir a los ciudadanos.” Néstor Kirchner, 5 de junio de 2003 en Cadena Nacional Escribe: Santiago Gómez Ilustra: Germán Pasti

PARA OTRO ESTADO OTRA JUSTICIA

¿A qué modelo de Estado debe responder la justicia? Eso es lo que se discutió en las Jornadas “Una justicia legítima”, realizadas en la Biblioteca Nacional el 27 y 28 febrero. A raíz de una primera solicitada publicada en diciembre del año pasado, un grupo de magistrados y abogados se dispusieron a discutir qué significa democratizar el Poder Judicial. Luego de estas Jornadas, el grupo decidió conformar una Asociación, lo que ocurrirá en mayo en la ciudad de La Plata. Los magistrados están haciendo historia. En noviembre de 2012, se publicó un “Comunicado de la Comisión Nacional de Protección de la Independencia Judicial”, que hizo circular el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti. Hay quien dice que sin esa apretada de la Corte no habría jornadas por “Una justicia legítima”. Es cierto. Otro dice que sin Ley de Medios no habría democratización de la justicia.

Un tercero contesta que si la Corte hubiera jugado claro a favor de la Ley de Medios no habría democratización de la justicia. Otro agrega que sin 2008 no habría Ley de Medios. También es cierto. Y viene otro y dice que la reforma de la justicia empezó con la modificación de la Corte. Uno recuerda que la modificación de la Corte fue por una apretada que se mandaron a dos meses de asumido Kirchner, otro contesta que todo eso pasó porque el 25 de mayo de 2003 se instaló otro modelo de Estado en la Argentina. La discusión sobre la soberanía de los Estados se inició con los procesos nacionales y populares que se dieron en América Latina. Un Estado que resguarda y protege los intereses de una minoría poderosa o resguarda y preserva los intereses de las mayorías frente al poder económico. Un Estado que hace negocios con los aportes previsionales o un Estado que garantiza el

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derecho a jubilarse. En las jornadas por “Una justicia legítima” se discutió sobre soberanía. ¿Cómo es posible que nos sometamos a las leyes de otros Estados?, preguntaron algunos de los oradores. Venimos de un Estado que cedió soberanía, pero nos encontramos en un momento histórico en el que desde el poder estatal, en el que más se concentra la elite social argentina, emergió un grupo de compañeros de manera organizada, para hacer oír sus voces, que de a una, antes, no se escuchaban. Las reformas planteadas para la democratización del Poder Judicial, lejos de quedarse en los tecnicismos reglamentarios, proponen una modificación de la composición social del mismo. La composición patricia del Poder Judicial llevó a que fuera necesario “destituir a los integrantes de la Corte Suprema (de 1946) porque los tribunales se negaban a aplicar las leyes laborales y a tomar juramento a los nuevos jueces del fuero laboral”, como señaló la Procuradora General de la Nación, Gils Carbó. Un ingreso por sorteo público, con concursos en los que lo académico no sea lo preponderante, porque como señaló Gils Carbó, sólo un determinado sector social puede tener una maestría a los veintisiete años. Como destaca Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, el Estado tiene tres componentes: “Todo Estado es una estructura material, institucional; es una estructura ideal, de concepciones y percepciones; y es una correlación de fuerzas”. El ingreso de los sectores populares al Poder Judicial es la posibilidad de que otras concepciones del Estado habi-


ten dentro de los tribunales, pero esta vez del lado de adentro del mostrador. Lo que evidenciaron las Jornadas, siguiendo a García Linera, es la correlación de fuerzas dentro del Estado. “En suma, los anuncios que ha realizado el Gobierno, en vez de acercar la Justicia a la ciudadanía, implican el riesgo de que se avance sobre el único poder que debe quedar al margen de las mayorías electorales”, escribió el diputado Ricardo Gil Lavedra en La Nación. Se discute un modelo de sociedad, nos dice Zaffaroni: “Si lo tuviera que decir con mayor claridad, diría que detrás de la construcción de la realidad de la criminología mediática está la propuesta de un Estado modelo Reagan-Tatcher, enfrentado a un modelo Roosevelt. Se trata en definitiva de definir cómo el Estado quiere modelar la sociedad: si quiere una sociedad inclusiva, que tienda a la incorporación progresiva de toda la población, que persiga una sociedad sin exclusiones, o que afirme que aquí se terminó la historia y es irremisible que un porcentaje de población quede excluido y el Estado se limite a controlarlo para que no moleste. Este último es un modelo de sociedad con 30% de incluidos y 70% de excluidos, propugnado por el giro mundial de los años ochenta y noventa del siglo pasado”. El proceso que estamos viviendo en el Poder Judicial no es más que otro de los efectos de la confrontación de dos modelos de Estado. Hay un sector de la sociedad, los nunca marginados, los siempre poderosos, que resisten las mejoras de las mayorías. Son los que defendieron al capital financiero que destruyó nuestra matriz productiva, que para ello se sirvió de un genocidio y de los medios que lo mantenían oculto. Nos queda un Poder Judicial integrado por la elite social que se benefició de esa dictadura cívico-militar y que contribuyó a protegerla. Son los que en las masacres ven negocios. En el ‘76 cobraron con Papel Prensa, en los ‘90 se hicieron hasta de “la plata de los jubilados”. Se trata de un Estado que promueva una economía que requiera del bie nestar de las mayorías, el fortalecimiento de un mercado interno que agrande nuestras industrias o de un Estado que promueve economías que se benefician con la exclusión de las mayorías. Reconozco que cuando escuché a un juez pidiendo “una justicia nacional y popular”, se me sacudió el discurso plastificado que tenía del Poder Judicial. El juez Gallardo explicó: “Nacional, porque tiene que defender el interés de la Nación, lo establece la Constitución. Y popular porque tiene que defender los intereses de las mayorías, como también establece la Constitución”. Un tiempo precioso el nuestro.

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“Lobbies oscuros mueven los hilos de la Magistratura” Alejandra Gils Carbó (Procuradora General de la Nación) Fragmentos del discurso en las Jornadas por una Justicia Legítima “Lo que nos movilizó a reunirnos desde puntos tan distantes, desde historias disímiles, fue una necesidad común de interpelar al sistema de administración de justicia. Esta necesidad de buscar un punto de inflexión en la historia judicial que reconcilie al sistema con la ciudadanía, se desvirtuaría si se confunde con la sola búsqueda de cambios reglamentarios o legislativos, mientras se mantienen vivos los mecanismos internos de sometimiento y manipulación de la administración de justicia, de falta de compromiso con los valores democráticos. Los que integramos la administración de justicia sabemos bien que el sometimiento de la justicia se trabaja desde adentro, a través de múltiples mecanismos de cooptación que difícilmente se erradiquen por ley y que van a resistir con todas sus fuerzas”. “(…) La reacción corporativa que implicó ese comunicado de la Comisión de Independencia Judicial, la Junta Federal de Cortes y asociaciones de magistrados, buscó desviar la atención de las preguntas que sí tienen significado. Por ejemplo: ¿qué es la independencia judicial? O mejor todavía, ¿es independiente el Poder Judicial? ¿De quién? El postulado de la Independencia Judicial no puede interpretarse sin apreciarlo en su contexto, que es el modelo de Estado imperante en la Argentina durante la mayor parte de los últimos 200 años. Sin ir tan lejos, a partir del quiebre institucional de 1930 la jurisprudencia suministró el sostén doctrinario a los golpes del Estado. Fuera de toda causa en la que tuviera que intervenir, y con la sola noticia de la autoridad militar, la Corte Suprema emitió las Acordadas que legitimaron los gobiernos de facto en 1930 y 1943. De ahí en más, las Cortes desarrollaron la llamada “doctrina de facto”

que sirvió para dar validez a los decretos y leyes emanados de los gobiernos usurpadores”. “Se mantuvo durante largos períodos la ficción de una justicia independiente sostenida en la racionalidad de normas constitucionales, mientras que en la realidad la administración de justicia mostraba sumisión y deserción del Estado de Derecho para legitimar una sociedad colonizada y desigual. Esto pudo realizarse a través de un Poder Judicial elitista, integrado por personas de estatus social privilegiado, y haciendo un uso estratégico de las relaciones de parentesco y de sociabilidad. Se concibió una Magistratura que no abrevaba en valores democráticos. En 1946 fue necesario destituir a los integrantes de la Corte Suprema porque los tribunales se negaban a aplicar las leyes laborales y a tomar juramento a los nuevos jueces del fuero laboral. Una vez removido el tribunal superior resultó que los empleados judiciales, convencidos de pertenecer a una estirpe superior a los asalariados, se negaron a integrar esos juzgados, de modo que tuvieron que ser conformados por empleados traídos de organismos provenientes del Poder Ejecutivo”. “(…) El proceso económico y social regresivo iniciado en 1976 con la apertura irrestricta de los mercados y el auge de la especulación financiera volvió en los ‘90 para instalarse con mayor fortaleza. (…) ¿Dónde estaba la administración de justicia mientras sucedían todas estas inequidades? ¿Acaso alguna asociación de magistrados hizo algún reclamo de independencia judicial? ¿Dónde estaba en ese entonces el fervor por las cautelares que vemos hoy? (…) Durante las sucesivas dictaduras y el vaciamiento neoliberal del patrimonio social, la administración de

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justicia, no es que no fue muy firme, actuó como un cómplice estructural de la represión, de la dominación y de la impunidad. Durante todos esos años el Estado no vio con malos ojos que los jueces no fueran independientes, jamás éstos se quejaron de ser presionados y cumplieron de manera relativamente eficiente lo que se esperaba de ellos. Entonces no había conflictos entre el Poder Ejecutivo y el Judicial”. “(…) Por eso sabemos que las esperadas reformas estructurales y presupuestarias no van a ser suficientes para dar el giro que necesitamos al sistema actual si no se encara la remoción de esos mecanismos internos, los vínculos aceitados con agentes externos, los lobbies oscuros, que mueven los hilos de la magistratura. (…) La justicia legítima es la que abandona el lenguaje encriptado y antiguo que es una coraza protectora de la corporación. Donde haya participación ciudadana en el sistema judicial, con procesos transparentes, con información pública, judicial y administrativa. Con magistrados que rindan cuentas a la comunidad. Donde no haya feudos, ni padrinazgos, ni familia judicial. Donde el acceso a la justicia de los sectores débiles y marginados sea una realidad.”


Entrevista al Juez CARLOS ROZANSKI

“El Juez debe estar dispuesto a decirle NO a las corporaciones” Escribe Santiago Gómez ¿De qué se tratan estas Jornadas por una Justicia Legítima? Básicamente de abrir un espacio de debate profundo. Que se discuta qué Justicia queremos, que se escuchen las voces de todos, de los que critican y de los que forman parte de la Justicia. Yo hasta hace muy poco era escéptico, ahora soy optimista. Tengo 21 años como juez de Cámara, conozco la corporación judicial, la viví y creo que hasta hace poco tiempo si me preguntaban si esto era posible, decía que no. Pero si hace 10 años nos decían que podíamos juzgar al terrorismo de Estado, también hubiéramos dicho que no era posible. ¿Qué perfil debería tener un juez? Si nosotros logramos que en algún momento, por algún sistema de elecciones, cualquiera sea, lleguemos a tener jueces que caminen por la calle no sintiéndose por encima de los ciudadanos vamos a tener el perfil de juez democrático que queremos. El juez que entiende la problemática de los sectores vulnerables de la sociedad es el juez que tiene empatía con esos sectores. Es el juez dispuesto a decirle no a las corporaciones. Es el juez que está dispuesto a decirle no a las presiones. ¿Un aporte a eso sería terminar con el cargo de juez como vitalicio? Yo creo que en sí mismo el hecho de ser vitalicio no es el que lo vicia. Lo que lo vicia es el mal trabajo del juez. Es el juez que con los años, y ese es el riesgo, se va alejando de la realidad social. Es un nivel de patología que es irreversible. Lo que hay que hacer es luchar para que el juez cuando entre siga siendo el ciudadano que era antes, que antes haya sido un

buen ciudadano y que lo controlemos para que no deje de serlo después. El cargo de vitalicio hace que sea el único ciudadano que tenga asegurado su trabajo y eso ya marca una diferencia con el resto de los trabajadores… No necesariamente, porque en realidad lo que se busca con el cargo vitalicio es darle la seguridad para una actividad que no es fácil y que si la hace bien probablemente dure toda la vida. Yo en lo personal no tengo ningún problema con que un juez que trabaja bien y es honesto sea juez toda la vida. Y tengo muchísimo problema con aquel juez que no es honesto y que hay

que echarlo. Lo que hay que aprender son los parámetros para echarlo y no vacilar. Un juez que autoriza el matrimonio de una chica violada de 17 años y que a la semana es asesinada por su propio marido, no puede ser juez. Cuando el resto de la sociedad le permite seguir siendo juez, algo que ha sucedido, entonces estamos en deuda con la sociedad. Y esto es un ejemplo nada más, pero es el tipo de casos que nos permiten ver a dónde está la falencia de la Justicia.

Entrevista a VANESA SILEY

LOS TRABAJADORES JUDICIALES Escribe Santiago Gómez Vanesa Siley tiene 28 años y es Secretaria General de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación Seccional 2 (CABA). En el 2008 entró al poder judicial: “Gracias al sindicato, a Cecilia González de los Santos. Que figure, no me da vergüenza porque lamentablemente nadie ingresa a la Justicia por un concurso. El ingreso no es democrático, sino que tiene que ver con la suerte de conocer a alguien que te abra las puertas. Tampoco se cumple el régimen de carrera judicial. Estos dos aspectos requieren de una regulación a través de leyes”. Vanesa conduce la Agrupación de Judiciales de la Ciudad de Buenos Aires “La Quique de Pedro”. ¿Con qué dificultades te encontrás dentro del Poder Judicial? Recordemos “El medio pelo” de Jauretche. No todos los trabajadores tienen conciencia de que son trabajadores, es decir: empleados y no jueces. La cultura de la elite judicial y la composición patricia original del poder judicial se mantienen en el tiempo. Entrás al Poder Judicial y aunque no vengas de una familia adinerada, oligárquica, tenés que pensar como piensa la corporación dominante. Esto hace que exista un prejuicio hacia la actividad sindical. Nosotros estamos dando una batalla cultural: que el trabajador se reconozca

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trabajador y empleado, y no juez; que el funcionario se reconozca funcionario y no juez; y que el juez esté en su rol de juez y no de un “Dios”. El juez también es un trabajador, pero por sobre todas las cosas es un funcionario público. Todos los que somos funcionarios públicos, somos parte del Estado y tenemos responsabilidades hacia la sociedad, por ende hacia los más desprotegidos. El servicio de Justicia tiene que defender a esos sectores. Desde la Quique de Pedro editaron una publicación que en la contratapa tiene un billete de la justicia sin venda en los ojos. ¿Por qué? Ese es el billete de un peso que se emitió en 1949. La esfinge de la justicia tradicional es la venda en los ojos para no ver a las partes y resolver objetivamente, la balanza para equilibrar y la espada por el poder de fuego del Estado. El peronismo la hizo sin venda porque la igualdad entre desiguales es injusticia. Para tender a la igualdad hay que saber distinguir las diferencias, esa es la justicia que pregonamos y exigimos.


La voz de los magistrados

Constituirse en un factor de poder

GABRIEL PÉREZ BARBERÁ (Juez de la Cámara de Acusación de Córdoba)

“PERMITIRNOS SER UN POCO MAS JACOBINOS” “Me gustaría introducir la cuestión que yo llamaría procedimental, esto es, ¿cómo nos vamos a organizar a partir de hoy? Creo que es fundamental que nos nucleemos en una Asociación. Creo que es fundamental que tomemos conciencia de que tenemos que constituirnos como un factor de poder, porque lo que estamos enfrentando son factores muy importantes de poder. Hablamos de los intereses económicos que arman a la independencia judicial de un modo sutil, de un modo oscuro, de un modo siempre difícil de aprender. Y para visibilizar estos lobbies de los que hablaba la Procuradora me parece que es fundamental constituirnos en factor de poder. ¿Vamos a replicar la forma de organizarnos que tiene la Asociación de Magistrados de la Nación, u otras asociaciones de magistrados provinciales con cargos verticalizados que reflejan la verticalidad del Poder Judicial? ¿O no sería mejor ver la forma de encontrar una organización horizontal y democrática que permita expresarnos a todos y que no haya ninguna persona en ninguna parte del país que tenga el poder de decisión respecto de nosotros? ¿Cómo vamos a hacer para democratizar, darle legitimidad democrática a ésta asociación y a los cargos que la integran? Si se piensa en un sistema de cargos, ¿vamos a hacer elecciones? O sea, hay que pensar, creo que hay que salir de ese esquema, creo que estamos en un momento que se puede describir con mucha licencia como revolucionario, y si es así me parece que a la etapa napoleónica la podríamos dejar en todo caso para más adelante y hoy permitirnos ser un poco más jacobinos, y en ese sentido, animarnos a ver si podemos organizarnos de otra manera, de una forma más horizontal. Hay que tomar conciencia que los lobbies económicos que afectan a la independencia judicial son realmente poderosos, no los podemos subestimar. Son capaces de minar la reputación que tiene un buen magistrado a través de operaciones de prensa

o de denuncias mendaces. Siempre tienen algún abogado o algún periodista amigo de mala fe, que es capaz de hacer estas cosas. Me ha pasado, he sido víctima de eso, soy testigo de cómo operan esos lobbies en los buenos y en los malos magistrados. En ese sentido me parece que es importante que nos nucleemos, para que sepan que a partir de ahora si quieren tomárselas con algunos de nosotros ya no será una batalla individual de ese periodista o de ese abogado mendaz y ese magistrado.

ALEJANDRO SLOKAR (Camarista de Casación)

“UN OBSERVATORIO EXTERNO ACERCA DE LA INDEPENDENCIA JUDICIAL” “El verticalismo autocrático se manifiesta de diferentes modos, uno fundamentalmente es el presupuestario. Hay que recuperar la letra del Art. 114 constitucional: el Consejo de la Magistratura tiene a su cargo la administración del presupuesto. No sé por qué la cedió, no sé si se la robaron, lo cierto es que alguien está sentándose en un presupuesto de poder de Estado, designando a un contador personal y a través de ése mecanismo lo que hace es cooptar a magistrados y funcionarios. Sabemos que alguien llamó por teléfono para que alguien más no concurra aquí, bien, la respuesta es ésta [Nota: se refiere a las amenazas de Ricardo Lorenzetti para que un magistrado no concurra a las Jornadas]. Si no se rompe esa estructura vertical, si alguien sigue sentado arriba de ese presupuesto, definitivamente nada de democracia puede existir. A favor de la mentada independencia lo que quiero proponer es lo siguiente: si en verdad funciona esa “Comisión Nacional de Protección de la Independencia Judicial” nosotros tenemos que reclamar una representación, esas agrupaciones que la integran en verdad a mí y a muchos de los que están acá no nos representan. Si acaso ese no es el camino, la alternativa será crear un observatorio externo acerca de la independencia judicial con representación de jueces, de estamentos de la sociedad civil a través de organizaciones vincula-

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das a la materia del sector académico. Creo que ése es el único camino posible. También incorporemos a los trabajadores, desde luego. Es una propuesta.”

JORGE AUAT

(Fiscal General de la Procuración General de la Nación) “NO ES CASUAL QUE AQUÍ HAYA ESTADO ESTELA DE CARLOTTO” “¿Por qué se habla tanto de la independencia judicial? No la vi en crisis, no la vi afectada y tanto se reclama… Ahí hay una malversación deliberada, estratégica, del concepto de independencia de la justicia. No es la primera vez que apelan al concepto de independencia judicial. Cada vez que ponen en crisis al sistema judicial, aparece ese personaje que se llama independencia judicial. Yo recuerdo que esto lo viví, yo hay cosas que las digo porque las aprendí con mi lomo. Nosotros cuando salíamos en representación de la Procuración a reclamar, a interpelar al sistema para que nos dieran las respuestas en los juicios por los crímenes de la dictadura, nos encontramos cómo se resistía. La explicación era muy fácil de localizar: ¿cómo no se van a oponer a investigar crímenes donde de algún modo el poder judicial estaba claramente vinculado a esos hechos, y en algunos casos con jueces vinculados directamente a los hechos como imputados? La corporación se defendía, eran jueces de sus propios pleitos, ¿cómo no se van a defender? Yo creo que hay seguramente operadores del oficialismo judicial haciendo cálculos: cuánta gente fue a la Biblioteca, quiénes son los jueces que fueron, estarán tomando asistencias. ¡Y cuánto se equivocan al mirar esto con una perspectiva aritmética! En realidad el problema que más les debería preocupar es cuánto hay de convicciones aquí adentro. No es casual que aquí haya estado Estela de Carlotto, viene en nombre de sus dolores, ella representa a las Abuelas, ellas padecieron también, deambularon por los pasillos del Poder Judicial reclamando justicia.”


Escribe: Natalia Morandeira En la apertura de las 131° sesiones ordinarias del Congreso, el primero de marzo, Cristina Fernández de Kirchner dedicó parte de su discurso a la presentación de propuestas en consonancia con lo discutido en las Jornadas por una Justicia Legítima: “Yo creo que nosotros tenemos que hacer una profunda democratización y para eso vamos a proponer una serie de leyes que van a ser sometidas a consideración de este Parlamento”. Además, Cristina aclaró que sus propuestas están en absoluta regla con lo que establece la Constitución y, por lo tanto, no hay necesidad de una reforma constitucional. ELECCIÓN DE LOS MIEMBROS DEL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA. “La propuesta, y los ejes del proyecto de ley que vamos a enviar, es que la totalidad de los miembros del Consejo de la Magistratura sean elegidos por el pueblo, que sean elegidos directamente por el pueblo. ¡Representación popular en la totalidad de los integrantes! ¡Absolutamente los jueces ni los abogados tienen coronita para ser elegidos entre ellos!”. El Consejo de la Magistratura es el “órgano representativo que determina en la selección de los magistrados, en el juzgamiento de los magistrados, integrado por abogados, por jueces: esos jueces tienen que ser votados por sus conciudadanos; esos abogados tienen que ser votados por sus conciudadanos; esos académicos y científicos tienen que ser votados por sus conciudadanos”. CREACIÓN DE CÁMARAS DE CASACIÓN. “A nosotros nos ha dado un excelente resultado la creación de la Cámara de Casación Penal porque aligera las causas que suben a la Corte. (…) Por eso creemos necesario –y también enviaremos una ley al respecto– crear la Cámara de Casación en lo Civil y Comercial, otra Cámara de Casación en lo Contencioso y Administrativo, otra Cámara de Casación Previsional y Laboral, de modo tal que en las cuatro ramas fundamentales tengamos una tercera instancia que aligere y de esta manera pueda darle mayor transparencia a todo el sistema judicial”. DEMOCRATIZACIÓN DEL ACCESO AL SISTEMA JUDICIAL. “Todo ciudadano que reúna las cualidades, los requisitos y apruebe los exámenes que se establezcan está en condiciones de acceder al sistema judicial. Si hay 20 vacantes y hay 300 postulantes que reúnen las condiciones, deberá establecerse el sistema de sorteo público”. REGISTRO DE CAUSAS Y PUBLICIDAD. “Queremos

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conocer, porque muchas veces no sabemos cuáles son las causas. Salen fallos, y no sabemos por qué algunos fallos o algunas cuestiones están años por allí en la Corte y otras salen más rápido. Tenemos que establecer un sistema de transparencia para saber cuánto tiempo están esas causas”. REFORMA DEL CÓDIGO PROCESAL. “La medida cautelar se ha transformado en una verdadera distorsión del Derecho, en una fuente de injusticia, de inequidad y de negación de administración de justicia. Porque con la medida cautelar, detienen la administración de justicia veinte años, porque no se discute la cuestión de fondo, se discute una cuestión absolutamente formal. ¿Qué son las medidas cautelares? Históricamente, las medidas cautelares han tenido la idea de garantizar el ejercicio de un derecho para que cuando a una persona le dé la razón la Justicia, la otra persona no se haya insolventado, no se haya desprendido del bien, o cuando haya un riesgo en una obra ambiental o alguna cuestión de ese tipo. Las medidas cautelares de contenido estrictamente patrimonialista contra el Estado son un absurdo, porque nunca puede "insolventarse"; no puede ser declarado en quiebra. Es más, habría que exigir inclusive una contracautelar. (…)”. Cristina no propuso eliminar a las medidas cautelares, sino reglamentarlas: “Supongamos que el Estado decide hacer una represa. Ahí sí cabe contra el Estado una medida cautelar. Porque si hay impacto ambiental, es irreparable. Pero si es de contenido estrictamente patrimonial... ¡Vamos! (…) Las cautelares tienen que volver a su verdadero lugar y a su verdadera funcionalidad dentro del sistema jurídico procesal argentino. Por eso también creo que hay que hacer una reforma al Código Procesal”. LEY DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. “Cuando se sancionaron el Código de Comercio y el Código Civil en nuestro país, el Estado era inexistente. (…) Necesitamos una ley de Responsabilidad del Estado. Porque el Estado no puede ser tratado igual que una empresa particular, o que un particular, o que una cuestión entre civiles. Necesita otro tratamiento, no privilegiado, pero que tampoco sea castigado por ser el Estado”.


Entrevista a SUSANA TRIMARCO

EL JUICIO POR MARITA VERÓN Escribe María Eugenia Mastropablo Ilustra: Diego Perrotta "No se han probado las conductas denunciadas en este juicio. Las versiones fueron sólo tales. No surgió otro modo de saber cómo María de los Ángeles Verón desapareció y apareció en otros lugares. No hubo pruebas", esta fue la sentencia del juicio por Marita Verón, secuestrada por una red de trata en el 2002. Fueron trece los acusados absueltos el año pasado luego de diez años de investigación encabezada por Susana Trimarco, madre de Marita. La sentencia provocó una gran condena social hacia la Justicia ya que desde los comienzos de la búsqueda aparecieron evidencias de que muchos de los jueces, policías e intendentes tenían relación con las redes de trata y dificultaron las investigaciones. Trimarco nos aseguró que el juicio “fue una verguenza”. “Las víctimas identificaron a quienes les hicieron las barbaridades más grandes que se puedan imaginar, dijeron haber visto a mi hija y el Tribunal decidió maltratarlas y no creer en su testimonio”, nos dijo. Marita desapareció en una de las provincias más conservadoras y machistas del país, Tucumán, donde el “quizás ella eligió irse de su casa” fue un comentario más que común. La desidia y la corrupción de las fuerzas policiales y gubernamentales hicieron que Trimarco debiera ponerse al frente de las investigaciones, incluso entrar en una red de trata haciéndose pasar por una prostituta. En el camino, mientras buscaba a su hija, encontró a más de 650 chicas en diversos prostíbulos dibujados como whiskerías. En el 2007 creó la Fundación María de los Ángeles Verón que, en gran parte, reemplaza una función que debería ser estatal. Trimarco nos explicó: “Nosotros desde la Fundación les brindamos asistencia integral, tanto psicológica como legal, de manera totalmente gratuita. El proceso es largo y nuestro objetivo

es que las víctimas rearmen un nuevo proyecto de vida”. Luego de la sentencia, Trimarco inició un juicio político contra el Tribunal que absolvió a los acusados: Alberto Piedrabuena, Eduardo Romero Lascano y Emilio Herrera Molina. El presidente de la comisión Sisto Terán pidió que las audiencias no sean televisadas poniendo una vez más un velo oscuro sobre la Justicia. “Continuaremos apelando hasta que se haga justicia y, sobre todo, hasta que encontremos a mi hija. Jamás voy a dejar de luchar por ella”,

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nos aseguró Trimarco. Más recientemente, en un acto por el día de la mujer, Susana Trimarco declaró: "Es necesario que se apoye la decisión de la presidenta Cristina de democratizar la justicia, para que a los jueces los elija el pueblo y el pueblo los saque si no cumplen con sus funciones, porque hay muchos corruptos que están hace años en la justicia y negocian causas por dinero, como pasó con el caso de mi hija en el que se vendieron por 6,5 millones de dólares”.


Escribe: Ricardo Capellano* Ilustra: Veronique Pestoni La desalienación es la función social esencial del arte y es consecuencia de las relaciones entre imaginación, libertad creativa, ficcionalidad y abstracción. El hecho estético genera pequeños estados de extrañeza frente al orden establecido, una sensación de que la organización del mundo a la que estamos acostumbrados no es la única posible. De allí el temor conservador al carácter subversivo del arte y, también, las reaccionarias comparaciones con la locura. Pero no se trata de concientización sino de una expansión momentánea de la conciencia, que sucede en un microcosmos, donde una pequeña comunidad (público) se convierte en una diversidad de subjetividades perceptivas, sensibles e imaginativas. Un equilibrio comunicativo entre particularidad, independencia y colectivo. La obra artística, entonces, fractura la uniformidad, provocando y convocando a múltiples lecturas de sí misma. Expansión

de estímulos y liberación de los sentidos. En el triángulo neoliberal de mercado — codificación, masificación y alienación—, la creación artística es arrasada por una superficial operación de lenguaje basada en lógicas de efectividad preestablecidas. De allí la posterior uniformidad. Tanto las ideas artísticas sin realización comunicativa en el lenguaje específico (gesto), como los lenguajes sin ideas (mueca), como las ideas y lenguajes pegoteados por el uso (máscara), producen un realismo de lectura única. Ese Triángulo de las Bermudas corporativo se ha devorado una gran porción de libertad creativa y participativa y es una continuidad de viejos triángulos religiosos, aristocráticos, colonialistas, dictatoriales, chauvinistas y neocolonialistas. Un conflicto estético, ideológico y político histórico entre filosofía, arte y poder. Entonces, la desalienación, como ficcio-

nalidad y abstracción que contienen en sus pliegues a la realidad y la transforman momentáneamente, es un territorio imaginativo y comunicativo que parece utópico pero no lo es. Porque expresa, desde su débil, inasible y profunda materialidad, la latente posibilidad de realización del sueño de las mayorías. Aún en minoría. Y bueno, sí… El arte es subversivo. * Músico. Creador y director desde 1985 del Taller de Composición del Conservatorio Superior de Música “Manuel De Falla”.


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Mie el sile por p realm enos la vid n la c a, per morfo a t e m a in is v o n e il sa Y d ro ir. tard l pa lotu n de y per e gra rda S dorm llegar un pe ruzo a la go rmine tón d no so ular. c o e n p t a e o o m e p m n é o m r ec volvía e m a lo do u nca ! Yo ese rmir, darm í me me e que s orrien señor do do terror miedo m c e a , r a u o a a o o b p o d ¡N a d Y an .D a. and rme rellen do no de an nas. esper mirad ra vez esquiv en el queda Cuan neuro Nada la e . o y s o o m r, a b la n in ir d o r ada a zan bull ocin cam acció rovis erfora apaga recha que n e zam ndo b que y jo ret me p d a e de a e r c b p a e b o a s e t e de h ñ e m s c m o la id o lo tivo, die estu S ni s. So timón soy h loco colec ue na e calz o GP elone os al en el q v n m h e a a . io c o ll t a ir c e d s ip s id o p a r os que . N e gu sus alera princ segu encer de es gente a de tengo . No m o esc te. Al ia. En m s n d ó e . c e u a a d r n n p m lp s in n a e s o ie e ago A lo se t dom disp onoc or dó la pac por la ni par voy. me c salgo jo. No cero y e y p o a a rd r in y n y m a n a s o e ó í ó c s m c o h s a d ó al da a go! ¡D de a bés bién m botine un be diga mand o pue un tra hitos y no sa e e tam e c o, o u s a a m d Y y r q e h m a a a t . c s s d u o. E sillo ay p al es a, tóm ipo co abajo la gor Los m ero h mand en m los pa ¡Veng e un t p ! e u o a e as o n q d m c d r e r a n r r s e s u io r rt qu vivie y flo ojita do at pedo ilencio en se ¡Eh, A no ha mente sus h de su Cuan a el s a . y r t r y s o , e o o c a la n o a n h p s e f s d e s iv o , r o pe sta calle de v ro la rand dese la a p Arturr desga . Ado saben n don atibor es. La a e n ia r s y a v e ic o la o t io t li u a in ll ll é s c a a c t E ifi de ilum se tá ju a se los p su es guas! del ed s días tregar palos ue es o frut s la reja en la de en e los olor stan lo pino q o com d e u l d o e n d g e n s d espué o n vieso e : E e d e ie D y e m susp s en eza. vo m e uiliza. ll a to libr u e s o e q n T d s . a r li n b o . ie e p n á a s s d r P c pole me asia me t rejilla ariz. ue yo de su ches s y el a salís ara q ncia ó dem e la n r le n z e n d e o o a a d r p ió b d s n r lg s n ja n m u á lo e o reu si e jor ad cua cont a los los pe y la b os y ay me . como o una cude que la soja arque casam . No h a hub sfera, p e y o er a ó d s t d a v a n o me sa s m h s u t a n e e t a a u ve p he en rimen fanátic árn que ana p e c p ll o io o m o r e n s e a n iz d lo e la t s f h la amor e la pro e ta Se . Vo . Era y me da de ncio d os qu sr a un sorcio millas o e ia a a n e in r il t c l s o c b s a a a c e r l e v t m v e d. d n , de ba los esco , con que pera flaca cieda hí. l pino Tanto ue es A xisten la so a tan a a . e q . d r e r e e s t a s o o a d iv a c o ll n g v sa hareji mi ue nes Ahí iedos e lo m que le an las presio ente q el e al ra qu los m g p e u a s a d y Y o t q p la a l . s a a s r a H n po rgia s en ncid bole ue. buen hojita da ale oculta conve ue sig le sas e las gente q o e u s le a s c r u a q b E r r o o q y a t a o t s r ? a p ría H Es ám cen arlo egura l cua ue ab sto c spirar. mi é neg sjo, as ja de vez q n pue lo. En sita re ara qu ía e ir la vie la con conse a ía P c c b l r d e ¿ e e e e a d n d d u C a. la q ente ética e yo, y que ru¿Por cocin la est o se presid so ha const ban. ual qu y la a e lg a ig , a lo a n d i n s , a io o a S te era a? ac biar func calid he helad la gen eros estétic l mac e cam llegué quita e d e u la é u e p q ía e u q b a d S e Q p a . n. ¿ o eria o er los b ar. Un s cas con cuand la mis trucció objetiv poca, devor a. Lo mese a a l é u z s a e g o o o h z a h e d a en con ola c loso el bra Porqu tomar mis c s, no mín fi yeron mbla tenía qué? le ahí y ro, a apato . ¡Tie n sala y z a la o u r l a c h , s a o rta y n c a s d r o e lo u ll r e y co la pu gún e e qu maba Tener n con to! Pe s e o " n . t ía d a c ie a e c a v o t p el ltad gen fuen se h ente muñe eocu sopla en la bía sa o la no, la les pr minos umam n d a r s ó a s y e z , n v io u s a o a r ta reb hap Y lo stra stad ocin Y en propie a un c había a la c mal e ¿vio? ar nue brea. y e tirab rosa, terror a en a s valoriz is g r d s li ía tomar s o m n e e n é h d a p ie e u viv Le t ezó s de a es desp lquier odría o p u t a p a g m u , r a e c e o ja l oli tim quié ces le qu ro e o me hasta despr enton A los horrib te. Pe ue. ¿Y ndan es. ¿Y . a q a v r " r a s a d E n ll o a p a ó . e d cen las del , d achit balc n las propie pastil de la eños de el itones much sobra hora n des los du es gr res s les jo a h la o e la n ir ic u e u in e m n e c q c u r a ve lleg que bino s c ¿Me se c y ¿Los n de dos? de su undo e usa laron? si no? iracun a u m s t quejo q s l s e e a n s in s r o e L ue e baja equin an? ¿ aras q or! Qu ue los z de sus p y opin o cám o, señ bien q en ve c Y ¡N n in la ! i c ? ió jo ir M o vis que flict a viv ada. de las la tele el con no me keres la mir d n r r, s ú e o ja lo b s ñ a u r e pa sus lla y sin b 59 pir ¡No s empa panta ten en engo da día t n la a , la r c e li ig p o d a u se oP ale sta s salud esos Arturr que s me gu el re es ajena iéntaba, c e n a h o elotas h c nomb c no las p o les barrio e t l em a n e o t m e c s r . a e gu los y anam ar po as de abraz nio. M , and sober a gan e m d h e o c p e s o m in M de n na. Me ro de mi maña cargo de la o dome id u r

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arque de P erca c bae a gran udarm dió un ue m r q e atro p e n ver t iedo opció uede . El m p a d e r nos e S a o n . p Avella s peru pagos s. Yo a y lo esos cuota n r a a ntás n o ñ d a e a p me o lev la m talla aron si se ompr ro de cuand t y c del a o n r t u e o e o e c u t c p Dq a las televis a gen n res bajar L o o c el LC o . g r s n e n a que ajo luda darlo prefi uno te te sa pesad con c pete, SD ab a salu erte, r u L r s u a h e l s o p c e n s m e l co ada om perro e el erme telver a r que la mir much tiene y pon ico qu s or vo r o. Me s e Y p s ic o , . y tene k t á it o s c plá blo hach mo y dificio ido m uro s de mono rior e a y co un ác s muc el lab e e t r s lo r n n , E e o a bierto S . c mi sin eitar las ngua in GP uedo la de ue af andan que s me p . e la le todas r e s d a o o u o r p n r q o nía q l id ie , es ra or e ond uán . Es p notic uando grand baule ía esc ndar p inar. C olpes e los ba, c a g d m a la t e a a r n n d c a e n o y hab tan da ndo para les c r, ni p as e que a disfru la gor omo s vivie e ser mient roviso al par s o u t C é ñ e y q a r u a o r y p v 5 s jo a herra e ha Des me ac t erla . La de 3 ni esp propia ificio. iones o ten ormir, ribí un pués c y d c d a s r a s e e r r a e l d d r ie ib e t A s ie v e le d u ñor arla a la quis llito sus 5 año eso q abraz a: "Se Caba iedo ace 3 ajeno e. Ya id a m e r u H e v f d . a D n s p la . e e a io s r me os d toda orcio me re ches marc el bar Cons or eso la no que n teros os de l n mis P n e e s in . a a d n a c o c d n e d s ie ñ n v t to mie noce . Los sas mbro profu el sue a mis y mie baldo tengo r ellas ya co eseo r o ciliar e o D e o n p s n : u d o e n e o a o q c r r r u t y sm amin duer, po eració ir. Pe en, q minis árbole que c adras onsid dorm inund s ni me u c s, a o s , c t r a L s s s lo o in . a e o y la n s r cu en áfo aca asos esqu salta pastil mi ma conoc s sem mis p las clo s, las s que n e tomo lo e e ll a o i u d a y n c e n q c u je o , s ía e e do lod spir ez q s su o las ias a perro ment la me los re ada v histor de me n eños iben lo c o r a u n d n c e q o e n m s e e n c t n a o m e p r o mo los sible los c os c nora les lle y me an cu o e b in ig e a p u il c ll s s s a e Q a t y e v . pan o de tios aron s. ómo zcan a mis dera de la esclav los pa resign iso. C orioso ía cre pasa verda ir b d e m r s s iv la la e n v le s ú p s s so alg ese bole an o sin . Si e ricia. e todo ños. E moño le falt los ár sticien s cruz e aca ncars i calle o ju n a r lo m m a o e b c y p a e y qu no do ey bija hachido uras rrea vivos, e aco la call rle mie uando en co s muc hupan cerrad m e c r c lo n s a e e e e e u la n u s h q pa ir por noc bran . La contie traño ros. Q salir a Le so da la dónde azada oticie e me do ex o r t n f T n a n a s . e n u ra s lo a l s anija or e teng ño. C en pa e realm los día ino p e no las m ganic el sue r u m La qu r o q a r ia c e a il s p todos el ces conc o tan uando tos d rlos a enton ien. N a puedo t y ina. C b a v s il o sm e t S n ch sea fe orda cio y se an Me sie las no irada a la g l edifi t está e e piro. e r e s s r d i e á a e r n e do és d ue m ca m e. Y franqu cama os. Q e nun despu parqu s la u r e q n p je a , e u y v s o Puig omo e no mi m debe por d rturro porqu solo c o se A e dejó , a u m s d q o e e a ía c o u bre oq en d uec la mir tejada i nom un bu cho h ecidid bajar ola, m . Que mi enía d n que H la t r r a . calle a a g ir ja t t y n e r n la r e t pa a en ños y os y a leva a lt ic n il a 9 f ía 5 m r v e erraatre zo. n los tengo a hac sus c orcha uelva día se e v c d n n s s ú u o la n t aba ho y ació si alg ente, de es e peg r muc ontinu a adam c m ñ n , l a u a e o r t t n u s r x l fo país a e parq sea u ndo e ía, y a ser un s voy s cua ese d s. Lo lva a rranrrada a e de a r e u u Llegó c o e v r d u n tá tina l futu es q ías es de Argen urar e s mes o r, g lá o it e la d ja c s armer u r o a e ic ac art n ejé para ne. H otro p n el as. U anero r e in s n b S o a ó o se po . d b c s r o s ba hijo sat con la orilas desem nrendarlo ha sus g caron e se e ra ma arillas u a q m p l conc a o o a , inas ovech y pap lo únic ntido r e a a p rs c a A im o máqu ía , ndís . Ten mí ép racias revere de la e. En has g atinaje la e u c p s q u a r r e a a M d r p . gar ista madre En la dían a ra la p de su os po uros. jaba e g ic . e h " s c ig a Pu atu tían e los turro la est e sen porqu hasta i no s ns a u f d a o ja d e n nr ros baran está e ebede razan lidad, Los b r. a s se t v o actua lí in o B m a a n c ó Y van n. Los de Sim falto. s ciona a e u n co s q sol lo r a p m to ans ide tr n a t len s gu El po ento. m e una c rar ra ni no du a s e r andar s flo y que de la a íh m y is el m orada temp rque o o p id t r s nve orrida ha co las c e u s r e a n un parqu ién e e simo b d m e r a t quie ue re e u q tina q a la y s io miedo horar rnos a d uedar podría e y q d r a t ancerr llegar te e n e a m on otr nueva e dier m o N dos.

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EL EMBAJADOR MILITANTE Escriben: Natalia Morandeira y Santiago Mouradian Fotos: Archivo de la Embajada de Argentina en Bolivia / Natalia Morandeira

Del pueblo aymara se sabe que es luchador, trabajador, tenaz. Y además, que su idiosincrasia es de marcar distancia. Los aymaras te estudian, te miden y recién estonces dejan atrás la desconfianza y se abren al otro. Evo Morales es aymara y no escapa a este patrón. Por eso, es todo un dato que Ariel Basteiro haya jugado tres veces al fútbol con él en los primeros cuatro meses en La Paz. Un balance más que positivo para el Embajador de Argentina en Bolivia. Ariel Basteiro se viste de traje pero lleva colgada del cuello una cadenita con un dije de Vélez. Y para el cumpleaños de Evo, que es un fanático del fútbol, le regaló una camiseta de Argentina con su nombre. Además Evo tiene un agradecimiento casi filial con Néstor Kirchner, que lo hermana a militantes y funcionarios kirchneristas, y Ariel Basteiro es ante todo un militante. Basteiro fue cofundador de la CTA y referente sindical en la Asociación de Personal Aeronáutico. Junto con Alicia Castro, lideró la campaña “Salvemos a Aerolíneas”, gracias a la cual se evitó que nuestra línea aérea sea vaciada por los accionistas españoles. Basteiro fue Diputado Nacional por el Partido Socialista (PS), del cual era dirigente en la Provincia de Buenos Aires. Por su apoyo a las políticas kirchneristas, rompió con el PS junto con Oscar González y Jorge Rivas. Fue nominado como Embajador en Bolivia en julio de 2012. En su despacho hay un avión miniatura de Aerolíneas, fotos con líderes latinoamericanos, un pingüino, una postal del Che, una foto de un abrazo de Perón y Evita al

lado de otra de un abrazo de Néstor y Cristina, un banderín de Vélez y una foto del Flaco Spinetta. Y en su escritorio, la gorra de comando paracaidista de Hugo Chávez Frías, que el Comandante le regaló en el 2011. Nos recibió en la Embajada después de hora, para una entrevista que se dio entre las banderas argentina, boliviana y de la wiphala. Es un embajador joven, que opina sobre el rock argentino en la prensa boliviana y que transformó a la Embajada en una casa de puertas abiertas.

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¿Con qué te encontraste cuando aceptaste la propuesta de ser Embajador de Argentina en Bolivia? Desde el momento de la nominación que hace la Presidenta hasta llegar aquí pasaron dos meses. Me di tiempo a profundizar el conocimiento sobre lo que estaba pasando con el proceso boliviano y las características de la sociedad boliviana. Al llegar, la realidad superó la propia imaginación. Me encuentro con un país muy politizado, con un gobierno, y fundamentalmente un presidente, que tiene un gran apoyo. Hablando con la gente, empecé a escuchar decir que son “Evistas” y no “Masistas”. O sea que bancan a Evo pero no tanto al Partido. En estos cuatro meses empecé a hacer las primeras recorridas en las grandes ciudades bolivianas y vi que hasta en los departamentos opositores (la ex Media Luna, Santa Cruz, el sur de Tarija) te reconocen que el único que puede gobernar Bolivia es Evo. Reconocen que Evo es el único que tiene la capacidad de juntar por abajo lo que es la Bolivia andina con lo que es la Bolivia llana, selvática. Una ciudad que me sorprendió es La Paz, porque contrasta con la concepción o el imaginario que uno tenía. En los últimos años ha habido un cambio muy profundo en la ciudad. Hay un batallón de limpieza que la mantiene impecable, jardines que están mejor cuidados que en Austria o Viena.

con Néstor Kirchner. Evo había llegado endeble al gobierno y encontró mucha ayuda en Néstor y en Lula, por eso Evo siempre lo reinvindica a Néstor en cuanto reportaje

“ARGENTINA PROMUEVE EL DIÁLOGO BILATERAL ENTRE BOLIVIA Y CHILE PARA QUE SE LOGRE UN ACUERDO POR LA SALIDA AL MAR Y SE RESUELVA EL CONFLICTO” o discurso puede. Mejorar esa relación es complicado. De todos modos, nos la estamos arreglando para cambiar la cara de la Embajada, para tener políticas de integración con los organismos sociales, con los organismos de DD.HH., ya que la Embajada durante muchos años tuvo una posición más institucional, a nivel diplomático. La intención es potenciar algo que yo veo como una deficiencia fuerte entre Argentina y Bolivia. Tanto en Bolivia como en Argentina hay movimientos sociales muy fuertes, con movimientos obreros muy activos. A nivel partidos, aquí gobierna el MAS y todos sus dirigentes tienen más que un buen concepto de nuestro país y del FPV. Y estoy seguro que si le preguntás sobre el MAS a militantes del FPV, de Unidos y Organizados y de cuanta estructura acompaña a Cristina, te van a hablar maravillas. Y sin embargo no hay relaciones, no hay intercambio de experiencias y de conocimiento. Ya tenemos algunas propuestas en las que estamos trabajando. Además, es importante resaltar que

“BOLIVIA ESTÁ CRECIENDO MUCHO A PARTIR DE QUE SE NACIONALIZÓ YPFB” En términos sencillos, ¿cuál es el trabajo de un embajador? Principalmente, profundizar las relaciones de solidaridad y hermandad que hay entre ambos pueblos y países. Yo digo que es una tarea muy difícil la que tengo, porque mejorar lo que es óptimo es complicado: la relación entre Bolivia y Argentina vive el mejor de los momentos y esto lo podrá ver cualquiera de los lectores de la revista, cualquier militante. Hay un nivel de sincronización entre ambos gobiernos, de complementación y de cooperación muy fuerte. Hay acuerdos para sostener posturas comunes a nivel internacional, para fortalecer las organizaciones que nos hemos dado los latinoamericanos. Con el dato extra de que Evo tiene un nivel de agradecimiento llegado casi al de relación filial

“Mirá, en la Argentina los diarios dicen de la Presidenta tal y tal cosa”. Acá son bastante medidos.

en Argentina hay una comunidad boliviana de un millón y medio de personas. Estoy convencido que ese millón y medio de bolivianos van a darle a la sociedad argentina características que van a influir en su idiosincrasia, en sus comidas, en su forma de ser. Es un tema que tenemos que considerar, para ayudar a que se desarrolle de la mejor manera. Argentina en la década del '30 tenía un millón de italianos. Y mirá cómo influyeron los italianos... ¿Cómo actúan aquí en Bolivia los medios opositores? El gobierno boliviano se queja a veces de algún nivel de oposición que tienen los medios. Pero cuando uno agarra a los periódicos o escucha las radios opositoras de Bolivia, al lado de lo que sucede en Argentina es nada. Les tenés que explicar:

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¿Cómo caracterizarías la situación económica actual de Bolivia? Bolivia es un país que supo estar en el fondo del pozo. Como dice Serrat en “Bienaventurados”, bienaventurados los que llegaron al fondo del pozo porque a partir de ahí todo lo que viene va a ser para mejor. Bolivia está creciendo mucho estos últimos 7 años de gobierno de Evo, fundamentalmente a partir de que se nacionalizó YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) y el Estado se hizo de recursos. Bolivia vivía con un presupuesto que terminaba de cerrar de acuerdo a los fondos que le mandaba la cooperación internacional. Sus reservas nunca superaban los mil millones de dólares. La capacidad del Estado benefactor no existía. Hoy Bolivia tiene 14 mil millones de dólares en reservas, tiene un presupuesto que está en 13 mil millones. Es un Estado que empezó a estar presente, que comenzó a construir desde escuelas hasta caminos que prácticamente no había. Cualquier amigo argentino, mochilero, que haya venido hace 4 o 5 años atrás debe recordar que los caminos eran de ripio y que para llegar de Santa Cruz o de la frontera argentina hasta La Paz se tardaban 2 o 3 días. Hoy hay rutas más que excelentes. Es un país que yo creo que en un par de años, si sigue a este ritmo, terminará siendo sin ninguna duda potencia en Latinoamérica. ¿Cuál es la complementariedad económica que tiene Bolivia con Argentina? La balanza comercial por primera vez en los últimos 200 años es favorable a Bolivia. En los últimos 20 años fue subiendo de a poquito pero siempre fue 80-20 o 90-10. Ahora Bolivia nos vende más de mil doscientos millones de dólares en gas, unos 18 millones de m3 diarios. También nos vende banana, palmito y, a partir de ahora quinua. Argentina es el tercer país que le vende a Bolivia (luego de Brasil y EE.UU.), sobre todo productos alimenticios y algo de tecnología, por casi 900 millones. Con el gas, por primera vez se


Ariel Basteiro sobre Hugo Chávez Frías “Desde la Argentina acompañamos al pueblo venezolano y latinoamericano en este momento de tristeza y dolor por la pérdida de quien inició el proceso de cambio en nuestra región, al que fueron sumándose presidentes sobresalientes como Lula, Kirchner, Mujica, Correa y Morales. El camarada Chávez fue una persona que llevó adelante con toda su fuerza la cuestión de la integración regional y fue solidario con cada uno de nuestros pueblos. Los latinoamericanos lo tendremos en el mejor de nuestros recuerdos por haber sido consecuente entre sus dichos y sus hechos. Seguramente su rostro quedará como bandera para todos los pueblos que luchan por su liberación. Es un muerto que no para de nacer. Hasta siempre Comandante, seguiremos tu ejemplo.”

dio vuelta la tortilla. Eso cambia un poco la relación de fuerzas. Argentina está trabajando en lograr el autoabastecimiento de gas a partir de la estatización de YPF, pero mientras tanto nuestra economía va a seguir creciendo, la industria va seguir necesitando energía y Bolivia tiene el gas

tamente la salida del gas de Bolivia hacia el Litoral argentino para darle gas a una de las últimas regiones que viene medio flaca en ese sentido. Nosotros tenemos que seguir ganando la confianza para que tomen nuestros productos, nuestra tecnología, y no se vuelquen tanto a China como está

“EN UN PAR DE AÑOS BOLIVIA SERÁ POTENCIA EN LATINOAMÉRICA.” como recurso principal. Hay un acuerdo hasta 2026, donde vamos a llegar a 27 millones de m3 diarios. Y además, algo que la mayoría desconoce: Argentina tiene una de las redes domiciliarias de gas más importantes del mundo, la segunda o tercera en el mundo. No es normal que el gas por red llegue a las casas de habitantes en ningún país del mundo. Y el plan tiende a seguir creciendo, por ejemplo hay programado un gasoducto que une direc-

pasando. China es una potencia que se está extendiendo en todos lados y también en Bolivia. Además se viene el ingreso de Bolivia al MERCOSUR... Sí, le va a cambiar el perfil al MERCOSUR. Entró Chávez con el petróleo, entra Evo con el gas. En la última Cumbre, Bolivia ya fue con toda la intención de incorporarse y firmó el acta previa a su ingreso como

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miembro pleno. Yo creo que las cámaras empresarias tenían algún temor por las asimetrías y por las tasas arancelarias que tiene el MERCOSUR con otros países. Ellos también son parte de la Comunidad Andina de Comercio, con lo cual creo que se les va a permitir durante algún período convivir con los dos sistemas. Correa también estaría esperando a que pasen las elecciones presidenciales de febrero para plantear su ingreso al MERCOSUR, algo muy importante porque sería el primer país con salida al océano Pacífico. En la cumbre de la CELAC del pasado enero hubo una sacudida importante por la salida al mar de Bolivia. ¿Cuál es la posición de Argentina respecto a ese conflicto? La postura oficial de Argentina, que se viene sosteniendo hace muchos años, considera que Chile y Bolivia son sus dos países hermanos. Por ende, Argentina quiere y promueve que haya diálogo bilateral entre Bolivia y Chile para que se logre un acuerdo y se resuelva el conflicto. Argentina espera que a través del diálogo ambos países encuentren una solución y también la paz. El Tratado de 1904, firmado luego de la Guerra del Pacífico, no es un acuerdo que sólo involucra a Bolivia y a Chile sino que también están metidos otros países como Perú. Entonces, casi que no es un acuerdo Bilateral. Por eso muchos plantean que tiene que haber un acuerdo tripartito para que haya una salida consensuada. Aunque no hay una propuesta oficial, se lee en los diarios que Chile le va a proponer a Bolivia la salida al mar a través de un enclave sin soberanía. Pero eso sería dentro de lo que era el territorio que está en litigio entre Chile y Perú, justamente en la zona que está demandada en la Corte Internacional de La Haya... Estando en Bolivia, vemos pintadas por la salida al mar, en las paredes de los barrios pobres de El Alto. El tema es noticia todos los días, sobre todo después del discurso enfático de Evo en la Cumbre de la CELAC seguido de los dichos poco felices del presidente de Chile Sebastián Piñera: “Los temas de soberanía no se negocian, excepto por intereses económicos”. En los museos hay mapas donde se ven los territorios del litoral pacífico que pertenecían a Bolivia antes de la Guerra del Pacífico, gran parte del desierto de Atacama. Y hasta Ollanta


Humala, presidente de Perú, planteó que el reclamo de Bolivia es legítimo y justo. Argentina tiene una posición prescindente, algo fría para con un país hermano cuya pérdida de soberanía es semejante a la que padecemos en Malvinas. En Santa Cruz de la Sierra no se veían wiphalas y al llegar a La Paz al lado de cada bandera boliviana hay una. En términos criollos, ¿qué significa que Bolivia haya constituido un Estado plurinacional y pluricultural? Creo que fue un acierto absoluto plantear una Constitución hace tres años que entendiese a Bolivia como una nación con muchas naciones dentro. En Bolivia existen 36 idiomas oficiales, existen más de 36 etnias reconocidas que conforman más del 60% de la población boliviana. Existe una realidad y una historia muy concreta y específica en el mundo andino, el Altiplano (todo lo que es La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y parte de Tarija hasta llegar a la frontera). En el mundo Amazónico (Pando, Beni y Santa Cruz) hay una realidad totalmente diferente, desde los idiomas, los diferentes pueblos originarios que lo habitan y la concepción, la cultura y la visión que tienen del mundo, de las relaciones políticas, todo es diferente. Evo tiene el desafío de unificar e integrar todo eso. Es cierto que vos vas a Santa Cruz y ves la bandera blanca y verde del Departamento, mayoritariamente, y alguna que otra bandera boliviana. Ahora, por lo menos ves la bandera boliviana, hace cuatro o cinco años la bandera boliviana tampoco existía. Con lo cual con tiempo y con un proceso que va a ir ganando conciencias también vas a ver en algún momento la wiphala en Santa Cruz. Incluso en Argentina se está empezando a izar la wiphala como un símbolo de la nacionalidad latinoamericana. Hago una referencia puntual: en el partido de Almirante Brown a partir de una propuesta del compañero Martín Amézaga de Nuevo Encuentro, de Encuentro Socialista, se iza

“HAY UN AVANCE QUE NO ES DEL MAS SINO TAMBIÉN DE LOS BOLIVIANOS: IR ASUMIÉNDOSE COMO UN ESTADO PLURINACIONAL.” la bandera wiphala junto con la bandera argentina en todos los colegios. Santa Cruz en algún momento también va a terminar aceptándolo sin tapujos, pensá que en un distrito que tuvo tal nivel de separatismo Evo saca el 40% en la última elección. Todo hace creer que en la próxima elección gana el MAS en Santa Cruz. Lo mismo en Pando, donde Evo peleó con el 44% cuando hace seis años tenía el 7%. Entonces hay un avance que no es

del MAS sino también de los bolivianos: ir asumiéndose como un Estado Plurinacional. Lo que hay que resaltar es que en esa diversidad se han encontrado formas de unificación de criterios y de proyecto nacional. La bandera plurinacional es justamente eso, una bandera integracionista. Dicen que se creó en Tiwanaku, donde diferentes comunidades fueron llegando ante uno de los jefes comunitarios, cada uno con su color que integró a la bandera. Por eso Bolivia tiene muy claramente definido y ganado el nombre de Plurina-

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cional en su Constitución. También ayuda a tomar conciencia a los países vecinos. A Argentina, a Chile, a Brasil, a Perú, que durante muchos años miraban más a Europa o hacia el norte como modelo de desarrollo. Si hoy hemos recuperado en gran parte nuestra identidad como latinoamericanos, como pueblos mestizos, es por lo que empezó a hacer Bolivia hace siete años. Ahora viene la pregunta Majul: ¿Qué es lo que más extrañás de la Argentina? Vélez. Mis hijos. ¡Tendría que haber dicho primero mis hijos! No, en serio, ir a ver a Vélez a la cancha los domingos... Y después el otro tema que a uno más le jode es la militancia. Uno se crió en la militancia y se acostumbró a que eso es parte de lo diario. Acá uno hace militancia, pero en gran parte más en soledad. La militancia que uno puede hacer en Buenos Aires es más colectiva. Ir a una movilización como la que se dio el 7D, las reuniones con los compañeros, hablar de política hasta cualquier hora. Eso acá todavía no lo tengo, supongo que lo voy a ir generando. Estoy acá hace cuatro meses, así que recién me estoy acomodando en este mapa político. Mientras tanto hacemos actividades culturales en la Embajada, pasamos la película de Néstor, hicimos grandes festivales de tango. Participamos de cuanto acto político convoca el gobierno. Muchas veces voy como militante y termino en el palco porque alguno me sube, pero no porque estaba invitado de antes.


Escribe: Leandro Gillig Fotos: Andrea Pereyra

Entrevista a Alfredo Rosso Alfredo Rosso forma parte de esa primera camada de grandes periodistas de rock, desde las míticas revistas “Cerdos y Peces” o “El Expreso Imaginario” hasta nuestros días. De esos que viajan anualmente a los grandes festivales del mundo como Roskilde. Un disfrutador de la música en todas sus épocas y texturas, que revalida los viejos bastiones del movimiento rock y saca a la luz a las nuevas propuestas artísticas del under nacional. Fue quien produjo y musicalizó “La casa del rock naciente” en Rock & Pop y actualmente conduce “La trama celeste” en AM 750 y su nuevo programa “Figuración” en Radio Nacional Rock FM 93.7. Un periodista que en esta charla nos dejó un análisis muy profundo sobre la cultura rock. ¿Te sigue interesando transmitir la vieja escuela del rock a las nuevas bandas que van surgiendo? ¿Es algo que te imponés, lo de mantenerte al día, o es algo que realmente disfrutás? Lo disfruto mucho. De hecho, el motivo por el que sigo yendo a festivales internacionales, más allá de que la radio me lo banque, es porque me interesa mucho saber qué sucede en la música hoy en día. Yo veo la música como una cadena, hecha de eslabones que van atravesando las dé-

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cadas. Nunca pensé en la música como vieja o nueva. En términos de historia de la humanidad, 50 o 60 años no son nada. Siempre tenemos como una visión de túnel. Y eso está estimulado por medios que, me parece, a veces equivocan su rol, eso de hablar de música vieja o nueva. Da la impresión que en el único lugar donde siempre aparecen las nuevas bandas y propuestas es en Inglaterra, ¿es así? Yo el fenómeno que vos decís, en Inglaterra no lo veo. Es decir, los medios están muy copados con las bandas nuevas y respetan mucho las viejas. Acá hay gente que respeta mucho a los músicos nuevos. Hay otros que lamentablemente siguen un poco esa filosofía que es medio hasta como de un prejuicio religioso. Hemos caído en un edén, hemos mordido una manzana, le hemos hecho caso a determinada serpiente y nos hemos caído de un paraíso que existió, pero al que nunca podremos volver. Para mí eso es una falacia. Para mí toda época tiene una música que la representa y lo mejor que puede pasar es que todas esas músicas se fusionen y se complementen. A mí me encanta que en Inglaterra, por ejemplo ya que hablamos de Inglaterra, Ray Davis de The Kinks haga un tema que se llama Waterloo Sunset del año 67 y Damond Albarn de Blur se junte con él para hacer una versión nueva. Y que lo reconozca como un mentor y lo trate de igual a igual, y el otro también lo trate de igual a igual. A mí me parecería fascinante que sucediera eso acá. Es mi sueño. Las últimas tendencias desde Kings of Leon o The Strokes, hasta Jack White, toman como referencia los viejos sonidos. Pero le dan una vuelta de tuerca moderna. Y también hay muchas bandas modernas que no tienen un marco referencial anclado al pasado. Dirty Proyectors no lo podés asociar a muchas cosas. Ahora hay una banda manchesteriana que se llama Dutch Uncles, que tiene una impronta muy propia. Hay muchas cosas por descubrir, lo que pasa es que me parece que acá hemos cerrado un poco la persiana. En varios aspectos, no sólo en términos musicales. Hay mucha gente que dice “mi época”, y eso es una confesión de senectud casi. ¿Cómo mi época? ¡Mi época es

esta! Mi época es 2013. Esta es la música de mi época, que engloba toda la música anterior. Yo estoy de acuerdo con Spinetta cuando decía que nunca lo van a forzar a decir que todo tiempo pasado es mejor, que mañana es mejor. ¿Cuál es el rol de un periodista de rock? Yo te puedo decir lo que siento yo como periodista. Para mí, lo mejor que me puede pasar es poner en contacto la obra del músico con el público, que es el receptor. Yo soy como un cable conector, ese es mi rol.

“MI ÉPOCA ES 2013. ESTA ES LA MÚSICA DE MI ÉPOCA, QUE ENGLOBA TODA LA MÚSICA ANTERIOR. YO ESTOY DE ACUERDO CON SPINETTA: MAÑANA ES MEJOR.” ¿Se puede ser objetivo a la hora de criticar un disco? Yo detesto las estrellitas. Cualquier simbolito que signifique una nota, me hace acordar al secundario. Me parece una falacia. ¿Vos vas a un museo y le pones estrellitas a los cuadros? ¿Por qué le vas a poner estrellitas a los discos? Eso me parece una estupidez, que está tan generalizada que ya ni se discute. Para mí, la crítica en el sentido de que el periodista pueda llegar a querer decirle al músico cómo tiene que hacer su música, me parece una locura. Si de última el periodista trabaja sobre la obra del músico. ¿Qué opinión te merece la participación del rock a nivel sociopolítico a través de las décadas? Una de las cosas más interesantes del rock es que está muy metido en lo que pasa en el aspecto social, el aspecto político, en el aspecto cultural. Y en ese sentido, la época del primer gran desarrollo del rock, como si fuera la adolescencia del rock, que fueron los ‘60 y los ‘70, estuvo

“SI ME PREGUNTARAS CUAL ES EL MAYOR LOGRO DEL ROCK, ES REAFIRMAR EL ESPÍRITU LIBERTARIO DE LA GENTE.” muy unida a la contracultura joven. En ese sentido se puede decir que en esa época tuvo un importante rol de los jóvenes en

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su intento de transformar la realidad social. Y de hecho transformaron muchas realidades, lo que pasa es que hoy en día hay cosas que damos tan por sentadas que nos parecen que se dieron por generación espontánea y no fue así. Ejemplo: la libertad sexual, la libertad de elegir una carrera o una profesión, no eran cosas que se daban así nomas en los ‘40 o los ‘50, ni hablemos de embarazo adolescente o de que los hijos tengan ideas políticas diferentes a la de los padres. Inclusive, en los ‘60 en los EE.UU., hubo padres que negaron a sus hijos y hasta los echaron de sus casas porque no querían ir a Vietnam, a pelear una guerra absolutamente absurda a diez mil kilómetros de distancia. El rock contribuyó mucho a cambiar eso. Contribuyó mucho a crear generaciones de personas que se dieron cuenta de que son únicas e irrepetibles y que no tienen que vivir la vida que sus padres quieren para ellos, ni la que quieren sus maestros, ni sus gobernantes. El rock ayudó a que esos chicos y esas chicas comprendieran que cada ser es único e indivisible. Si me preguntaras cuál es el mayor logro del rock, es reafirmar el espíritu libertario de la gente. Y eso sigue siendo cierto en el 2013, lo que pasa es que hoy en día hay una injerencia mediática muy fuerte, que ayuda a generar una confusión muchas veces. Los medios, y en particular el marketing y la publicidad, se han adueñado de ciertos símbolos del rock. ¿Viste cuando ponés un aviso de fideos con un guitarrista haciendo un solo, así como en el colmo del éxtasis? Bueno, eso es apropiarse de un símbolo y utilizarlo con otros fines. Pero la gente no es tonta y hoy en día el rock sigue teniendo un rol urticante a nivel social. ¿Dónde se define hoy la cultura rock? Yo entiendo el rock como cultura rock, no lo entiendo como un estilo angosto y estrecho rítmicamente. Para mí, forma parte del rock la electrónica, el reggae, el hip hop. Son todas cosas que han salido de ese tronco madre y que forman parte de su cultura. En este momento, por ejemplo, hay toda una generación de nuevos músicos trabajando en varios lados. Para darte un ejemplo concreto: en la zona sur que rodea La Plata se da una movida nueva de pop inteligente, dispuesto a desafiar lo que se da por sentado en términos de instrumentos, de arreglos, de mensaje de las letras, etc. Y te hablo de bandas como 107


Faunos, Los Reyes del Falsete, Viva Elástico. Y otras todavía más underground, como Posavasos, Hidrofobia, Atrás Hay Truenos. Todos grupos que están haciendo letras inteligentes, arreglos vocales insólitos, y están desafiando lo que se da por sentado. ¿Y qué es lo que se da por sentado? Bueno, un cierto rock que se acostumbró a respetar algunos modelos. ¿Creés que no se toman riesgos artísticos a nivel masivo? No. De lo que se están avivando es que no hay que tener temor a ser distinto, a que te señalen por hacer cosas osadas. Porque pensá que en el año ‘68, Miguel Abuelo armó un tema con canto y contra canto y con una explosión de bomba y un cello, y nadie sabía tocar un cello exactamente. Pero lo hicieron. Y hoy en día hay gente que se está atreviendo a correr riesgos, mientras que hubo una época en el rock

gente rápidamente, y que te asegure ciertas prebendas. No tiene nada de malo eso, simplemente que muchas veces puede estar reñido de una expresión y una personalidad propias.

“LOS VAGONES DEL SUBTE EN HORA PICO SON UN PEQUEÑO CROMAÑÓN TODOS LOS DÍAS.” De alguna manera es lo que venía a plantear el punk en su momento, ¿no? No. El punk también salió de tirar abajo con lo aceptado. Porque lo aceptado en el ‘75 no eran 2 guitarras, bajo y batería, era todo lo contrario. En el ‘75 lo que era aceptado era la música sinfónica y el hecho de que para hacer rock tenías que aprender 8 años un instrumento en un conservatorio.

Hay una frase tuya que dice: “Hay una cosa que hay que entender: sean los ‘50 o la primera década del siglo XXI, hay ciertos apetitos que despierta el rock que siguen vigentes”. ¿Qué apetitos está despertando en esta era? El apetito de las libertades. El primer tema del rock nacional se llamó Rebelde. En una época en donde la palabra rebelde tenía una connotación muy seria. Hoy en día rebelde es una palabra inofensiva, pero en aquel momento, cuando vos contestabas mal a tus viejos o, no sé, en la mesa no querías comer o no querías estudiar, te decían “este es un rebelde sin causa” por la película de James Dean. Era una palabra muy seria. Y el primer tema del rock nacional se llamó Rebelde, y dijo: “Rebelde me llama la gente / rebelde es mi corazón / soy libre / y quieren hacerme esclavo de una tradición”. Ahí tenés, en esas tres frases, todo el manifiesto del rock, en año el ‘66, cuando lo grabaron los Beatniks de Moris y Pajarito (Zaguri). De hecho, La

“YO VEO LA MÚSICA COMO UNA CADENA, HECHA DE ESLABONES QUE VAN ATRAVESANDO LAS DÉCADAS. NUNCA PENSÉ EN LA MÚSICA COMO VIEJA O NUEVA.” Renga, que no son ningunos tontos, hicieron un tema Revelde con V que es un poco un guiño a ese tema de los Beatniks. Y expresa lo mismo: “Caminito al costado del mundo”. O sea, yo tengo mi propio camino al costado del mundo.

argentino donde tenías que tener guitarra rítmica, guitarra líder, bajo y batería y tenías que sonar como Los Ramones, Los Redondos o Calamaro. Lo cual no tiene nada de malo, simplemente que la gente quería ser un clon, a ver si lo aceptaban a nivel barrio. Y eso pasa porque muchas veces se confunde expresión musical con escalafón rockero. ¿Qué es escalafón rockero? Bueno, es el intento de escapar de una realidad bastante hinchapelotas a través de hacerte de una banda de rock y hacer un mensaje que llegue a mucha

Y lo pibes dijeron, ¿por qué?, con tres tonos yo me subo arriba del escenario y hago esto. Y después eso, de alguna manera, se convirtió en lo aceptado. O sea, Sid Vicious, que era como el epítome del descerebrado rebelde, se convirtió casi en una camiseta, ¿me entendés? Vos podías ir a una tienda y comprar una camiseta del Che o una de Sid Vicious. Entonces ya deja de ser una cosa revulsiva y se convierte en un elemento de rebeldía de shopping, ¿me entendés?

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¿Creés que sigue flameando la bandera que levantaron nuestros artistas de rock en su momento? Sí. Yo creo que eso sigue vigente, lo único que cambia son los escenarios. A principios de los ‘80, el elemento que cambia un poco el juego es el nuevo rol mediático de la televisión. La TV pasa de ser un objeto que se miraba unas cuantas horas al día, a meterse en tu casa y dominar mucho más tu vida. De hecho, en abril del ‘80, pasa a ser TV color. Empieza a haber canales de música por TV, con lo cual ya importa la imagen y no solo la música. Lo mediático empieza a tener una injerencia nueva. Y la estrategia para tratar de desarticular la absorción que produce la multimedia también va cambiando, se va volviendo más sutil. Pero el rock sigue siendo revulsivo en


los ‘80 y en los ‘90. De hecho en los ‘80 hay un tema de los Redondos que hablaba de este fenómeno multimediatico, que se llamaba Divina TV Fuhrer, o sea, la TV entendida como un dictador. Y había un tema de Soda Stereo que hablaba de sobredosis de TV. O sea que, en esa época el rock tenía un germen rebelde, tratando de expresarse ante la nueva realidad de ese momento. Considerando incluso, que en los ‘80, había cambiado el escenario global. Es decir, ya no había utopías colectivas. No se hablaba de nosotros, se

más de lo que debería pedirte por habilitar, no sé, el patio de la casa de un amigo, si yo bajo al subte y viajo hacinado con 200 personas y no hay ningún inspector que evite eso. Los vagones del subte en hora pico son un pequeño Cromañón todos los días. Sólo hace falta una chispa, o un cortocircuito. Yo no sé si es tan necesario darles el gusto y ser genuflexos para poder tocar en algún lugar. Existiendo las redes sociales vos podés hacer hasta un recital virtual para tus amigos. ¿Cuál es la

nete un cartel sándwich y salí por el centro diciendo: “Somos fulano de tal, y tenemos disco nuevo”. Como hacían los Beatniks... Como hacían los Beatniks en el ‘66 se puede hacer hoy tranquilamente. Quedarse en una actitud de ser victimizado no te va a llevar muy lejos. Hay gente que me dice: “Lo combaten al rock, lo persiguen al rock”. ¿Y? ¡Qué novedad! Hacé algo al respecto, no te victimices.

“EL ROCK, A TRAVÉS DE LAS DIFERENTES ERAS, ES UNA DESCRIPCIÓN DE LA SOCIEDAD.” hablaba más de mí, de yo. Y volviendo a Soda, yo digo a menudo que ese primer disco de Soda refleja esos cambios. Tiene un tema que se llama “Mi novia tiene bíceps” que habla del gimnasio. Otro tema que habla de “¿Por qué no puedo ser del jet set?”, porque los músicos empiezan a ser conscientes de las tentaciones de salir en TV o de codearse con la farándula. Entonces, el rock es consciente de toda esa fenomenología. No necesariamente la ataca, pero sí la describe. O sea, Soda no está ni a favor ni en contra de todo eso, simplemente lo está contando. A mí lo que me encanta del rock es que a través de las diferentes eras, es una descripción de la sociedad. Y no hay una persona que describa mejor esta sociedad que Charly García, que lleva tatuado en su cuerpo las idas y venidas de este país. En los ‘80, justamente, cuando Soda hablaba de todo esto, por ejemplo, se empezaba a hablar de las cirugías. Antes el lifting se lo hacían solamente los que tenían plata o algunos actores. En los ‘80 empieza el lifting para todo el mundo. Y Charly hace un tema que se llama “Bancate ese defecto” que dice: “Aunque te arregles las gomas, nena / seguirás siendo rara”. ¿Qué opinás de la falta de lugares para tocar? Yo creo que los lugares para tocar son pocos y eso va a llevar a agudizar el ingenio de las bandas y a tratar de tocar en lugares que se fabriquen a sí mismos. Va a exigir también, una serie de peticiones a las autoridades para que no exageren el celo represor en los casos que no corresponden. Yo no puedo pedirte a vos mucho

necesidad de juntar 500 personas en un lugar donde no se puede respirar, en condiciones horribles, para dar un recital de 45 minutos? Se podría aprovechar esta situación tan negativa que plantean a veces las autoridades, para buscar nuevas maneras de expresarse. Por ejemplo, un día Diego Boris, que es parte de la UMI (Unión de Músicos Independientes), hizo un recital viajero en la parte de atrás de un camión que iba por Buenos Aires tocando. O sea, en vez de llamarte yo a mi recital, yo te llevo el recital, ¿entendés? Buscar formas alternativas. Yo creo que la vieja manera del recital, en algunos casos, ya está perimida, porque es muy difícil combatir a todos estos tipos que te exigen, por ejemplo, que vos lleves 300 de tus fans para que le llenen el lugar. Una cosa espantosa. Lo mismo que hay que buscar nuevas maneras de promoción. Hay grupos que me dicen: “Y bueno, pero las radios nunca me pasan”. Ok, las radios nunca te pasan, po-

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Bandas como Eruca Sativa, Cirse y demás bandas under que están surgiendo, tienen a mujeres al frente. ¿A qué creés que responde? Una de las pibas que canta me decía una vez: “Siempre me llaman para hacer una nota sobre ‘las mujeres en el rock’. ¿Por qué no hacen una nota sobre ‘los hombres en el rock’?” Lo que vos decís es cierto, es fantástico que haya más mujeres en el rock. Pero lo anormal es que no las haya. ¿Nos podrías decir cual es tu opinión respecto al momento político que estamos viviendo? Te lo voy a resumir así. Neil Postman, que era un tipo que analizaba mucho las noticias de todos los días, decía: “¿Cuánto de lo que leo en las noticias va a alterar lo que yo pienso hacer con mi día? Y descubro que muy poco”.


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HUGO CHÁVEZ FRÍAS Escriben: Julián Saud y Santiago Mouradian Fotos: Gastón Vera

del Caracazo a la revolución bolivariana


En la tarde del martes 5 de marzo de 2013, fallecía a los 58 años Hugo Rafael Chávez Frías en el Hospital Militar de Caracas. Nicolás Maduro, actual presidente, daba la noticia con lágrimas en los ojos, rodeado de integrantes del Gabinete Ejecutivo y de miembros de las Fuerzas Armadas. Los restos serían velados en el Fuerte Tiuna para que el pueblo pudiera despedirlo. En los días siguientes se podía ver en las pantallas de televisión una marea roja que recorría kilómetros para ver por última vez al Comandante. El hombre que había cambiado a Venezuela en sólo catorce años de gestión, convirtiendo un país saqueado en una república soberana, pasaba a la historia. Llegó al gobierno en 1998 con un país hundido en la miseria. Casi el 70% de los venezolanos vivía en situación de pobreza o extrema pobreza mientras el principal recurso natural estaba en manos de una élite. Venezuela es la tercera reserva mundial de petróleo, sin embargo esa riqueza no se derramaba sobre los de abajo como prometían los neoliberales. En este contexto de tremenda desigualdad social, Chávez ganó las elecciones con el 52% de los votos. En 14 años de gobierno, Chávez aumentó la inversión social en un 400 %: recuperó la renta petrolera y usó esa plata para lanzar misiones sociales que transformaron a Venezuela. Por ejemplo, gracias a la Misión Robinson, que enseñó a leer y escribir a más de un millón y medio de venezolanos, la Unesco declaró a Venezuela libre de analfabetismo en el 2005. La pobreza

descendió del 49% al 27,4% y los hogares en extrema pobreza descendieron del 21% al 7,3%. Venezuela es ahora el país con menos desigualdad del continente según el índice de Gini. Chávez representa el discurso de una nueva visión de la época. La visión de la revolución socialista desde una perspectiva americana. Chávez se convenció, igual que Mariátegui, de que la revolución en América no debía ser ni calco ni copia. Después de Chávez, una ola de presidentes nuevos comenzó a gestarse en el continente y el discurso de unidad latinoamericana que pregonaba en soledad, se multiplicó: la Patria Grande de Bolívar y el Che. Los Yankis nunca le perdonarían que en Mar del Plata, junto a Néstor y Lula, haya hundido al ALCA.

CHÁVEZ RECUPERÓ LA RENTA PETROLERA Y AUMENTÓ LA INVERSIÓN SOCIAL EN UN 400 %

Cuatro años antes de ser presidente, Hugo Chávez viajó a Cuba. Había permanecido preso durante dos años por la insurrección militar que encabezó en 1992. Allí conoció personalmente a Fidel Castro y entre ellos se estableció una relación de amistad que se sostendría hasta los últimos días de su vida. En la Universidad de la Habana, Chávez habló de Bolívar y el destino común de nuestros pueblos. Prometía entregar la vida si era necesario para realizar este sueño emancipador. El proyecto bolivariano se cocinaba a contrapelo del mundo.

Desde el Caracazo hasta la insurrección militar Desde 1958 el sistema político venezolano se basaba en el “Pacto de Punto Fijo”, que consistía en la alternancia bipartidista de las dos principales fuerzas políticas, Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI). No importaba quién gobernara, las políticas de Estado eran las mismas. Fue con la aplicación del llamado Consenso de Washington que explotó este sistema político venezolano. En 1989 caía el precio del petróleo y se in-

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crementaba la deuda externa. La inflación era muy alta y había una fuerte devaluación del Bolívar. Ese año de crisis resultó electo Carlos Andrés Pérez y lo primero que hizo fue aplicar el paquete de medidas del FMI. La crisis se hizo insostenible cuando el 26 de febrero de ese año anunció un aumento del 30% del trasporte con la posibilidad de llegar al 100% en tres meses. Este anuncio hizo que el pueblo saliera a las calles en lo que se conoció como El Caracazo. Los datos de la economía venezolana explican el estallido. El ingreso real medio disponible para cada venezolano era inferior, en no menos del 35%, al que percibía en 1979. La canasta familiar registró un aumento del 947% entre 1984 y 1992 y el porcentaje de población por debajo de la línea de pobreza aumentó del 24% en 1981, al 60% en 1994. Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las principales ciudades y aplastó las protestas con la policía y el ejército. El gobierno de Andrés Pérez reconoció una cifra de 276 muertos. Sin embargo, a 21 años del suceso no existe una cifra oficial de los decesos. El Caracazo de 1989 era la punta del iceberg, la muestra de un modelo que se agotaba. El gobierno neoliberal de An-


drés Pérez no logró remontar la situación y en 1992 ese descontento generalizado se transformó en una rebelión militar. El 4 de febrero de 1992 se produjo un levantamiento organizado por el Movimiento Revolucionario Bolivariano 200 (MRB200). Este movimiento surgió de las filas del ejército venezolano. Durante la madrugada del 4 de febrero, un grupo de cuatro tenientes coroneles encabezados por Hugo Chávez Frías arengaron a los soldados para destituir al presidente Andrés Pérez. Las principales causas de adhesión por parte de los soldados eran la gestión política y económica del presidente Pérez, el descontento de los sectores medios y bajos de las fuerzas armadas por los hechos de corrupción en los altos mandos militares y la utilización de las Fuerzas Armadas en la represión durante el Caracazo. Además de los comandantes a cargo de las operaciones –Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortíz Contreras–, unos 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados, tomaron parte en el movimiento militar. “Si alguien se dedica con visión racional, a hacer cálculos probabilísticos, tomando en cuenta

los distintos factores intervinientes, concluiría (pero yo les diría que no perdieran ni tiempo) en que la probabilidad de éxito aquella madrugada, era casi cero. Nosotros hicimos una quijotada en verdad. No teníamos ni un celular, ni un centavo de apoyo”, dijo Chávez en una entrevista realizada por la Televisión Pública.

LA PRINCIPAL PROPUESTA DE CAMPAÑA DE CHÁVEZ EN 1998 FUE REFORMAR LA CONSTITUCIÓN DE VENEZUELA. Y GANÓ CON EL 56,2 % DE LOS VOTOS.

La vida política venezolana se transformó radicalmente. El MRB200 no logró sus objetivos y un Teniente Coronel desconocido para el mundo hablaba a las cámaras de televisión pidiéndole a sus camaradas que depongan las armas. Este hecho instaló en la población la figura de Chávez como un hombre que venía a cambiar la historia. Por eso se considera que la Revolución Bolivariana comenzó aquel 4 de febrero de 1992. Aunque el presidente Andrés Peréz no fue derrocado, terminó su mandato acusado de hechos de corrupción y fue condenado a prisión.

Elecciones presidenciales de 1998 El muro de Berlín cayó en 1989 y la Unión Soviética en 1991. Las banderas del neoliberalismo y la teoría del fin de la historia de Fukuyama se instalaron en todo el mundo. Una larga lista de presidentes conservadores gobernaban a lo largo de América Latina. Luego de las dictaduras genocidas perpetradas en el Cono Sur, una ola de presidencias afines a los Estados Unidos se repetía por todo el continente. Ya no era imposición de las armas, sino que los candidatos que, sin pelos en la lengua, ejecutaban los planes del imperio norteamericano con el discurso de la antipolítica, eran votados en las urnas. Menem en Argentina, Fujimori en Perú y Color de Melo en Brasil son los ejemplos más destacados. El presidente de Bolivia, Sánchez de Losada, hablaba mejor el inglés que el castellano.

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Casi al mismo tiempo, con un paralelismo sorprendente, Hugo Chávez ganaba las elecciones de Venezuela con el 56,2% de los votos. Esta elección marcaba el fin del Pacto de Punto Fijo en Venezuela. Había llegado el primero de los presidentes que renovarían la política en América Latina. La principal propuesta de campaña de Chávez fue reformar la Constitución de Venezuela. Y fue lo que hizo. “Juro sobre esta constitución moribunda que haré cumplir, impulsaré las trasformaciones democráticas y necesarias para que la República de Venezuela tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos”, dijo en el juramento de asunción. Después del acto en el Capitolio Federal, sede del Congreso de la República, se dirigió al Palacio de Miraflores y desde allí decretó la activación del "Poder Constituyente". “En cuanto ganamos las elecciones, teníamos al Congreso en contra, teníamos la Corte Suprema de justicia conformada por magistrados designados por los poderes anteriores o por las élites y la mayor parte de aquellos magistrados no estaban de acuerdo con nuestra propuesta. Teníamos el 99 % de las gobernaciones en manos de la oposición y el 100 % de las alcaldías. Así comenzamos a gobernar. Pero aún así, decididos a llevar adelante la propuesta, fuimos audaces. El mismo día de la toma de posesión nos fuimos al Palacio. El primer decreto que firmé fue la designación de los ministros y el segundo, inmediatamente, fue el llamado a un Referéndum nacional, para preguntarle al pueblo venezolano: '¿Está usted de acuer-


do en convocar una Asamblea Nacional Constituyente para transformar el Estado, refundar la república y crear una democracia alternativa? ¿Sí o no?'”. El Referéndum Constituyente que buscó modificar la Constitución de 1961 se realizó el 25 de abril de 1999 y fue aprobado por más del 81 % de los votos. Para el 20 de noviembre de 1999, la Asamblea Nacional Constituyente terminó el proyecto de Constitución y el 15 de diciembre, el gobierno del presidente Chávez impulsó un segundo Referéndum para ratificar la nueva Constitución, que

JURO POR CRISTO, EL MÁS GRANDE SOCIALISTA DE LA HISTORIA. PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE (ASUNCIÓN DE 2007)

fue aprobada con más del 71% de la votación popular. Esta nueva Constitución en sus puntos principales prohibe la privatización de PDVSA, garantiza la educación gratuita, obliga al Estado a acabar con el latifundio, reconoce el derecho de los pueblos indígenas, obliga a elegir sindicatos por las bases, prohibe que en cualquier situación sea llevada a cabo la desaparición forzada de personas por autoridades civiles o militares y otorga la posibilidad del referéndum revocatorio. Esta Constitución tenía como elemento fundamental la participación popular. La democracia participativa dotaba al pueblo de nuevas

herramientas para el ejercicio del gobierno como los referendos, las consultas y las formas de democracia directa y vinculante. Fue el primer presidente en la historia que estuvo dispuesto a poner su mandato a consideración.

Referéndum revocatorio Recién para el 3 de Junio de 2004 la oposición logró recolectar el mínimo de firmas necesarias para activar el Referéndum revocatorio, que fue fijado para agosto del mismo año. Para que Chávez se vaya, la oposición debía obtener más de 3,7 millones de votos y el Presidente tenía que obtener menos de esa cantidad. El referéndum se realizó el 15 de agosto y el 59,06 % de la población votó a favor de Chávez. El Centro Carter avaló los resultados diciendo que el sistema venezolano era el mejor del mundo, desautorizando a la Coordinadora Democrática que se disolvió tras la derrota. La Coordinadora Democrática, que permanentemente intentó construir desestabilización, disturbios y hasta asesinatos, acusaba a Chávez de ser un dictador, un antidemocrático. Pero los resultados de la consulta le taparon la boca. En primer lugar porque jamás hubieran esperado que Chávez se someta al referéndum y en segundo lugar porque se les dio una paliza en las urnas. La democracia participativa que promovió la Constitución Bolivariana comenzaba a tomar forma de democracia revolucionaria, dispuesta a los sacrificios que el pueblo debía enfrentar para vencer a los que ya tenían nuevo nombre, porque aunque ellos se llamaran a sí mismos Coordinado-

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ra Democrática, el pueblo los llamaba “los escuálidos”. “Son la minoría, se ha ratificado. Son la minoría y nosotros somos la mayoría. Y la mayoría seguirá imponiendo democráticamente el rumbo y el destino a Venezuela, construyendo a la nueva democracia”, dijo Chávez durante la campaña del Referéndum.

Tercer mandato presidencial 2007: Partido Socialista Unido de Venezuela El proceso venezolano ya era una revolución. A cada batalla que le imponía la derecha, Chávez salía fortalecido y más decidido a avanzar. Una revolución bolivariana, latinoamericana, nueva. El 25 de febrero del 2005, desde el Foro de São Paulo, se transmitía al mundo el discurso de Chávez en que por primera vez decidió hablar de socialismo: “En el marco del modelo capitalista es imposible solucionar el drama de la pobreza, es imposible solucionar el drama de la miseria, de la desigualdad. (…) La Tercera Vía, capitalismo con rostro humano, va tratando de ponerle una careta al monstruo, pero ésta se cae al suelo destrozada por la realidad. (…) Si no es el capitalismo, ¿qué es? Yo no tengo dudas, es el socialismo. ¿Qué socialismo, cuál de tantos...? Pudiéramos pensar que ninguno de los que han sido, aún cuando hay experiencia, logros y avances en muchos casos del socialismo. Tendremos que inventárnoslo, de allí lo importante del debate. Hay que inventar el socialismo del Siglo XXI”. Durante la campaña presidencial del 2006, Chávez comenzó a plantear la necesidad de crear un partido único donde se fusionaran las fuerzas políticas que apoyaran el proyecto del Socialismo del Siglo XXI. Chávez asumió el 10 de enero de 2007 para el período 2007-2013, pero la conformación del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) debió aplazarse hasta el 2008. En su asunción, Chávez anunció ante la Asamblea Nacional que llevaría a Venezuela hacia el Socialismo del siglo XXI, diciendo: “Juro por Cristo, el más grande socialista de la historia. Patria, Socialismo o Muerte”. Así empezaba la tercera presidencia. Chávez nacionalizó la mayor empresa telefónica del país y su filial de telefonía celular, hasta ese momento controladas por una empresa norteamericana. También nacionalizó la electricidad de Caracas


(EDC), empresa que provee de suministro a la capital, que estaba controlada por capitales norteamericanos. El 27 de mayo de 2007, Chávez decidió no renovar la concesión para operar el Canal 2 a la empresa Radio Caracas Televisión (RCTV) por violar la ley que regula el ejercicio del periodismo (Ley Resorte) y desde entonces RCTV sólo puede transmitir por cable. Ese mismo año, presentó una propuesta de reforma de la Constitución ante la Asamblea Nacional con el objeto de modificar 69 artículos de la Constitución de 1999. Una de las propuestas era declarar el carácter socialista de la República Bolivariana de Venezuela. Chávez perdió el Referéndum por escaso margen y enfrentó así su primera y única derrota en el terreno electoral. Ni bien se supieron los primeros resultados, Chávez reconoció la victoria del “No”. Hizo alusión a la necesidad de continuar las discusiones por ese camino, el de las consultas democráticas, y no por la vía de la violencia y la desestabilización. En el mismo mensaje les dijo a sus seguidores lo mismo que cuando fracasó el alzamiento del '92: “Los objetivos no fueron alcanzados, por ahora”.

El cáncer Fue el comandante Fidel Castro en persona quien le dio la noticia: “Chávez, son células malignas”. Tras escuchar el informe médico junto al entonces Canciller Nicolás Maduro y otros pocos allegados, Chávez decidió darle pelea también a esta adversidad. Sólo le pidió a sus compañeros y amigos que le dieran un día para él, sólo un día, y comenzaría a peleársela también al cáncer. Chávez contó que inmediatamente después lo dejaron solo, se metió al baño y lloró frente al espejo. Lloró por sus hijos y por todo lo que faltaba hacer, pero luego sonrió y se dijo: “Y ahora un cáncer. ¿Y qué es para mí un cáncer?”. En mayo del 2011 suspendió una gira internacional por una inflamación en la rodilla. Para junio, lo operaron en La Habana para extraerle un tumor maligno. La incertidumbre terminó el día 30 de junio, cuando a través de la televisión estatal de Cuba el presidente asumió ante el mundo la enfermedad. Chávez continuó viajando en reiteradas oportunidades a Cuba. Fue operado nuevamente en febrero del 2012 y luego se sometió a un tratamiento de quimioterapia. El 23 de julio volvió a Caracas y anunció por cadena nacional que

Escribe: Santiago Mouradian Caracas era un pozo rodeado de cerros. El sinfín de lamparitas salpicadas entre la tierra y el cielo parecía una franja de estrellas. Era 2003 y había llegado a Caracas junto con jóvenes de todas partes del mundo para participar del XVI Festival Mundial de la Juventud. Para esa época estaba fresca la reforma constitucional del '99 que fundaba la Quinta República, la República Bolivariana de Venezuela. Pero fue sólo al bajar de los cerros, después de visitar las barriadas más pobres de la ciudad, cuando comencé a entender que las misiones eran la revolución. Misión Robinson para alfabetizar, Misión Sucre para la educación universitaria, Misión Milagros para las operaciones de la vista. Donde hay una necesidad nace un derecho, dijo Evita, y en Venezuela eran las misiones las que estaban satisfaciendo esos derechos. Y al mirar para arriba, hacia el camino de tierra que veníamos deshaciendo, vi la gente que se nos había sumado, que nos seguía para saludarnos, para confesarnos su amor por Chávez o cantarnos una canción de amor a la patria. Pero había algo más. Una mística militante, un chavismo casi religioso, proyectado por símbolos. Una muchacha me contó que después del golpe, cada vez que se escuchaban noticias desestabilizadoras, los vecinos del cerro cambiaban las lamparitas por lamparitas rojas, o las tapaban con un trapo rojo, para que desde toda Caracas se viera la señal de alarma, de “estar alerta para defender al Comandante”. “Si los yanquis quieren venir, les haremos morder el polvo”, había gritado Chávez sacudiendo la Constitución en la mano al abrir el Festival en el Fuerte Tiuna, y su pueblo ahora hablaba y cantaba como si esas palabras fueran propias. También la Constitución les era propia. Un librito azul que era de todos, que todos llevaban como una biblia. Igual que Chávez en los actos y discursos, la gente que bajaba el cerro a mi lado discutía agitando la Constitución, la levantaba al argumentar, la apretaba al cerrar el puño. En la Constitución estaba la verdad, la razón de la revolución, un talismán de palabras para sostener las Misiones, para construir salitas de salud y canchas de basquet, para avanzar hacia la revolución bolivariana. Al pie del cerro ya estaba convencido de que tenía que comprar esa Constitución y leerla, entender por qué se había transformado en lo que era. Caminé las calles esquivando gente y tránsito, mirando los negocios. Entré en librerías, en muchas, pero ninguna tenía la Constitución. Pensé que quizás se había agotado pero enseguida me pareció ridículo, todos la tenían, todos la conseguían en algún lado. Al salir de la última librería, casi llegando a una esquina, me quedé quieto viendo pasar a la gente. Me decidí y con un gestó frené a un muchacho antes de que doblara la ochava. “Disculpe, ¿dónde puedo conseguir la Constitución Bolivariana?”, le pregunté. El muchacho abrió una sonrisa grande y me dijo “¡Argentino! ¡Bienvenido a mi país!”. Se acercó y me puso una mano en el hombro: “Aquí la Constitución no se compra ni se vende. Toma la mía, te la regalo”. Entonces sacó el librito azul del bolsillo y me lo dio. El tipo me regalaba su constitución, su talismán. Mientras buscaba una birome en mi bolso, le dije que sólo podía aceptarle el regalo si me lo firmaba y el muchacho sonrió de nuevo. En la primera hoja escribió: “que america sea una sola, Jeyson”. Así, América en minúsculas y sin acento. Al leerlo se me cayeron las lágrimas. Sólo pude acercarme al muchacho y darle un abrazo. Jeyson me contó que había aprendido a leer y escribir con la revolución, “Gracias al Comandante Chávez”, a la Misión Robinson. Que él siempre había sido un olvidado y ahora podía leer el librito donde estaban todos sus derechos. Nos despedimos con otro abrazo y recién entonces, también yo con el talismán azul en la mano, sentí por qué era tan poderosa la Constitución Bolivariana y qué difícil iba a ser detener esa revolución.

volvió mejor de lo que estaba y que los exámenes a los cuales fue sometido no detectaron ninguna célula cancerígena en su organismo. La información oficial acerca de la salud

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de Chávez se manejaba con mucho cuidado, pero eso no impidió que la derecha hiciera públicas sus ambiciones más oscuras. La ofensiva de los medios estuvo dirigida a poner en duda la salud del pre-


con un fusil en el hombro y con el libro del Che bajo el brazo. En tan solo catorce años de gobierno pudo delinear lo que él llamó la vía venezolana al socialismo. Y lo hizo con hechos concretos. La Misión Sucre llevó la matrícula universitaria de 500 mil a 2 millones y medio de estudiantes, con 20 nuevas universidades. Con Cuba, intercambió petróleo por médicos. La Misión Barrio Adentro realizó casi 500 millones de consultas médicas en las zonas más carenciadas del país. La Misión Mercal construyó abastecimientos de alimentos con descuentos entre el 30 y el 45 por ciento. A esto se refería Chávez en su último discurso cuando decía: “Hoy tene-

sidente. Se llegó a anunciar la fecha posible de su muerte. Ese era el clima que predominó en la última campaña electoral en que enfrentó a Enrique Capriles, la cara joven de la derecha golpista. Era la primera elección en la que Chávez se presentaba con el PSUV. A pesar de las molestias y dolores causados por la enfermedad, Chávez se puso al frente de la campaña que, en palabras de él, garantizaría la irreversibilidad del proceso. Fue reelecto por el 55,08%, sacándole más de diez puntos de diferencia al espacio opositor. Dos meses después de la victoria viajó nuevamente a Cuba para realizarse un tratamiento hiperbárico y regresó a los pocos días con el anuncio de que tenía que volver a operarse a La Habana. Ante su Consejo de Ministros y por cadena nacional, Hugo Chávez habló por última vez a su pueblo. Les contó que tenía que volver a Cuba para hacerse una nueva intervención. “Hoy tenemos patria”, dijo con la Constitución bolivariana en la mano para que nadie tuviera dudas de que los logros conseguidos por esta revolución no se iban a caer por el hecho de que él muriera.

Porque Chávez no dejó dudas respecto a qué hacer si él perdía la batalla contra el cáncer: “Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón”.

HAY QUE INVENTAR EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Hasta que el cuerpo aguante Se dijo que entró a la Escuela Militar como infiltrado, con un libro del Che bajo el brazo. Era mentira. Pero sí es cierto que cuatro años después salió como Subteniente,

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mos Patria”. Chávez sacó a la luz lo que flotaba en el ambiente hacía más de 500 años: unos viven a costillas de otros. Si el pueblo no hubiera rodeado el Palacio de gobierno y copado las calles, Chávez no habría podido volver cuando los golpistas se lo llevaron. Nunca hubiera sido posible neutralizar el lock-out patronal que tuvo a Venezuela parada dos meses si no fuera porque los trabajadores decidieron retomar las riendas de la empresa y sacarla adelante. La oligarquía venezolana nunca se imaginó de lo que es capaz un pueblo cuando sabe lo que quiere. Chávez puso el cuerpo. “Una revolución no puede depender de un hombre, sería muy frágil. Yo haré mi papel hasta que Dios quiera y hasta que ustedes manden. Estaré siempre con ustedes hasta que el cuerpo aguante”. Los que tantas veces pidieron su cabeza afirmaban que era un dictador y que en cuanto muriera, esto se caería rápido, como un castillo de naipes. Pero dos meses antes de que Chávez muriera, fue el pueblo el que juró por la revolución: en el acto del 10 de enero en donde Chávez no estuvo para asumir, una marea roja juró con la consigna: “Yo soy Chávez, Todos somos Chávez”.



Escribe: Flavio Rapisardi* Ilustra: Leandro Gillig Los medios de la Corpo cubren al Papa: no hablan de parte de su pasado (deshaciéndose en una trivial catarata de “pequeños gestos” que lo definirían como probo) y por otra parte no lo “pegan” a ninguna noticia que no sea “pegar” al Gobierno Nacional. Claro, la “paz del reino” en la que creo como cristiano se convierte, en esta operación mediática, en un momento de tele-extásis. En la Argentina planeada por la derecha, el Papa, Lorenzetti, Macri y Michetti no son imágenes a concatenar con la inseguridad. Esa inseguridad que la misma derecha produce en los noticieros que aún no se ajustan a la Ley democratizante que supimos conseguir para los medios de comunicación. El Habemus Papam hizo estremecer no sólo al 80% del peronismo como dijo Guillermo Moreno, sino, podríamos decirlo, al 90% del país. “Francisco” devino en un abrir y cerrar de ojos en un significante vacío alrededor del cual se arremolinaron nobles deseos de cambio de otra corporación corrupta, espiritual en este caso. Allí se concentró la derecha mediática y política (funcionales entre sí) y la izquierda como La Alameda que no teme autodenominarse con cierta esquizofrenia como “los troskos de Dios”. Luego de décadas de persecución sistemática no sólo de la Teología de la Liberación, sino también de toda inspiración en el Concilio Vaticano II, no quedó obispo en pie que pueda concretar lo que ateos y creyentes de buena leche esperamos de una organización que lleva 1800 años en el error y en el bando del mal. ¿Qué pasó en esos 200 años? No había Iglesia, sino comunidades cristianas que seguían las hermosas palabras del Nazareno que ni siquiera son las de Pablo, el santo. Así en comunidades, y siguiendo no sólo las palabras de los Evangelios “legales” sino también de los apócrifos, como la comunidad de María que el machismo púrpura mandó fuera del canon oficial. En este desierto tan terrible por el que el pueblo judío deambuló durante 40 años luego de su partida de Egipto, quien esperaba un Papa a lo Mugica es un delirante más brillante que Lilita Carrió. Por esto, pensar la elección de un Jesuita y no de un Comunión o Liberación es como usar la picana en una intensidad más baja. ¿Decisión de progreso o estrategia de marketing? Si sumamos a estas dudas el estilo “canchero” que Bergoglio le está imprimiendo a sus apariciones, estamos seguros/as que vienen por todo. Vienen por ese desierto en el que se habían sumido las iglesias por temor a que te violen un hijo y a poblar de pobres a los/as que en los '90 y durante todas las dictaduras las jerarquías eclesiales se olvidaron de apacentar para cuidarlos/as de la guadaña

de la persecución, tortura, desempleo y el hambre, las que se han reducido en esta década en América Latina. Llamativo, al menos, que durante un proceso latinoamericano de transformaciones profundas elijan a un Papa del “fin del mundo”, tal como dijo Bergoglio con una mirada más que etnocéntrica. Vienen por todo y para eso deberán ordenar su casa, lo que implicará enviar algún cura violador a una embajada lejana, cortar la 9 de Julio en los actos que nos esperan soportar bajo el auspicio de Estado monárquico Vaticano y hablar mucho de la pobreza (espiritual, por supuesto). Y también, llamar a la “reconciliación” cuando la puja distributiva exige “confrotación” para la “liberación”, dos términos que la democracia liberal latiguea a la clase media para que se asquee de la política y entregue las tareas de gobierno a las tecnocracias neoliberales. Soy gay y también cristiano porque creo en la palabra de Cristo y en su prédica, como en la de muchos/as que después de él lo interpretaron en un sentido de amor y liberación. Me enteré de su designación dando clases sobre discriminación a un grupo de abogados/as. Me preguntaron de manera inmediata qué pensaba de Bergoglio, del que se había opuesto al “matrimonio igualitario” llamando a una “guerra de Dios”: sentí miedo. Como no hay obispo progresista en pie, no esperaba nada bueno. Pero la elección de Bergoglio es toda una operación de la fina ingeniería de los otros obispos, entre ellos muchos fachos confesos que lo votaron: dime con quién andas… Como gay y cristiano voy a seguir militando por un mundo y una iglesia distinta. Lo que sí queda claro es que un cura que no alineó a su Iglesia para que revise su complicidad con la última dictadura cívicomilitar difícilmente alinee a una curia burocrática que hace más de 1800 años no temió impulsar sus ambiciones de poder bajo el paraguas del capitalismo rapiñero mundial, quebró un banco y está envuelta en enredos sangrientos en un mundo y en un continente que está respondiendo a los intentos de restauración neoliberal. * Lic. en Filosofía UBA - Docente e investigador en Comunicación, Facultad de Periodismo y Comunicación UNLP - Activista de la FALGBT


Escribe: Abel Sanabria – Pájaro Rojo El Papa Francisco le regaló a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner un libro con las conclusiones de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) que él mismo presidió en Aparecida, Brasil, en 2007. Documento del que, dicen, fue el principal redactor. En esas casi 300 páginas, los obispos trataron más de 500 ítems y condenaron de manera clara al neoliberalismo y también, nominalmente, al “neopopulismo”. Además, claro, de explicar cómo se debe organizar la iglesia durante el tercer milenio para enfrentar a la globalización, el peor de los males de este mundo. “Esto va ayudar para ver un poco qué pensamos en este momento los padres latinoamericanos”, le dijo Jorge Mario Bergoglio a la Presidenta. Los temas más interesantes y sorprendentes para la mayoría seglar, no clerical, están condensados en tres párrafos continuos referidos a economía y política. Si el Papa no se lo advirtió a Cristina, la jorobó. Porque el volumen no tiene apéndice. Quien escribe se tomó el trabajo de leer y destripar el volumen y encontrar esos párrafos. Vamos, pues, al punto 74: “Constatamos un cierto progreso democrático que se demuestra en diversos procesos electorales. Sin embargo, vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte neopopulista”. Agrega que “esto indica que no basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo”. Tal como es habitual en el estilo eclesial, plagado de circunloquios, no hay referencias a nadie en particular. Sin embargo en el punto 76, el documento sostiene que “después de una época de debilitamiento de los Estados por la aplicación de ajustes estructurales en la economía, recomendados por organismos financieros internacionales, se aprecia actualmente un esfuerzo de los Estados por definir y aplicar políticas públicas en los campos

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de la salud, educación, seguridad alimentaria, previsión social, acceso a la tierra y a la vivienda, promoción eficaz de la economía para la creación de empleos y leyes que favorecen las organizaciones solidarias”. A continuación de este claro distanciamiento del neoliberalismo, el documento subraya que “todo esto refleja que no puede haber democracia verdadera y estable sin justicia social, sin división real de poderes y sin la vigencia del Estado de derecho”. Así, mientras acerca del neoliberalismo que gobernó Latinoamérica en los años 90 la referencia es clara, no lo es la supuestamente referida al “neopopulismo”, calificación que proviene de un discurso mediático incapaz de abarcar a la Iglesia y menos aún a los obispos de la región. Sin embargo, entre ambos párrafos, los obispos describen que “con la presencia más protagónica de la Sociedad Civil y la irrupción de nuevos actores sociales, como son los indígenas, los afroamericanos, las mujeres, los profesionales, una extendida clase media y los sectores marginados organizados, se está fortaleciendo la democracia participativa, y se están creando mayores espacios de participación política”. Ni más ni menos. El documento fue calificado por los medios hegemónicos como una condena del populismo. Pero si bien los purpurados se permiten algunas miradas interesadas, dejaron en claro que el movimiento político predominante en la región es “participativo”. Finalmente, el documento enseña cómo deben formarse los sacerdotes en la región, los catequistas, cómo deben actuar los laicos, cuál es la situación en la región y cómo debe introducirse el mensaje de Jesucristo en la región, sin ninguna referencia a la Teología de la Liberación pero con un llamativo destaque de las comunidades eclesiales de base, hijas de aquella. A pesar del tedioso fárrago de muchas páginas, el documento merece ser leído por su clara condena a la globalización, su advertencia sobre los riesgos de las nuevas tecnologías y acerca de las consecuencias del consumismo, plagas mucho más concretas que el indefinido populismo.


Escribe: Sebastián Pujol Fotos: Mica Hernández

“Leer y escribir me hacen mejor persona”

Entrevista con Leonardo Oyola

“Lo más lindo sobre mis libros me lo dijeron en el Instituto de menores Agote”, explica el escritor Leonardo Oyola, sentado en un bar de Almagro con una cerveza sobre la mesa. “Un pibe que leyó ‘Kryptonita’ me contó que lo ayudó a ‘robarla’ un poco. En la jerga ellos le llaman así a pasar el tiempo. Yo empecé a leer de esa manera, viendo cómo podía ‘robarla’ cuando era chico”. Oyola no sabía jugar al fútbol y eso en el barrio, en su Isidro Casanova natal, lo aislaba de sus amigos. Además, era la época de los cortes programados de luz del gobierno alfonsinista y un ejemplar de “Crónicas marcianas”, de Ray Bradbury, fue una oportunidad única para hacer pasar las horas. Sin embargo, el libro que realmente le trastocó la existencia, el que le dio vuelta la vida, fue “La naranja mecánica” y su jerga ‘nasdat’, que le hacía acordar al modo en que hablaban él y sus amigos. Muchos años después y casi por casualidad llegó al taller literario del escritor Alberto Laiseca y desde entonces no dejó de escribir. Editó nueve novelas en seis años, entre las que resaltan “Chama-

mé” —premio Dashiell Hammett al mejor policial negro— y “Kryptonita” —elegida mejor libro de 2011 por la editorial Eterna Cadencia—, con un estilo personal, en el que junta géneros como el policial negro, el comic y la fantasía, con historias de barrios bajos.

¿Cómo llegaste al taller de Laiseca? Gracias a un amigo que me insistió para que fuéramos. Yo lo agarré a Laiseca en un muy buen momento. Aprendí mucho. Él está muy pendiente de mí y le debo todo. Si estamos vos y yo sentados acá es por Alberto Laiseca.

¿Recomendás ir a talleres literarios? Hay quienes pueden hacer grandes cosas siendo autodidactas. Pero esas personas se leyeron la vida, garabatearon muchas cosas y en un momento encontraron el camino solos. Sin embargo, siempre es necesario tener una formación y la primera, obviamente, es la lectura. Si sos tan soberbio como para decir: “No puedo

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aprender nada de nadie”, es difícil. El problema que tienen muchos talleres se da cuando el coordinador busca clones, en lugar de tipos que saquen su propia voz. Yo no soy un maestro de escritores, como lo son Laiseca o Pablo Ramos, por ejemplo. Pero si viene alguien con un proyecto le puedo enseñar lo que sé hacer. En estos casos estoy siempre con el pie en el freno, porque muchas veces te tentás de llevarlo hacia tu mundo, hacia lo que vos sentís más cómodo y quizás no es lo que necesita esa historia. Hay que saber ser muy delicado en un taller, porque lo peor que puede pasar es que le quites las ganas a alguien. Tenés que incentivar a escribir, porque habiendo tantas cosas para hacer, esa persona decidió volcarse a esto y está dejando muchos otros ítems de su vida de lado. Veo muy mal también cuando muchos colegas resentidos dicen: “¿Para qué vas a escribir?, ¿sabés lo que cuesta publicar?”. No, no hay que perder la fe. En el momento menos pensado un editor se puede interesar. No hay que tirar la toalla. Muchos hablan desde el romanticismo y dicen: “Yo sólo quiero escribir”. Pero llega


un momento que tenés tres o cuatro manuscritos cajoneados y no está bueno.

¿En algún momento sentiste que lo que estabas haciendo merecía ser publicado? No tuve tiempo de pensarlo, pero me sentía muy bien escribiendo. Cuando terminé mi primera novela, “Siete y el tigre harapiento”, la mandé al Premio Clarín. No tenía demasiadas expectativas, pero quedó finalista. Obtuve una mención y esa noche fue muy importante porque se acercaron los jurados de preselección y me dijeron: “Vos tenés que dedicarte a escribir, Oyola”. Andrés Rivera, por ejemplo, me agarró la mano y me dijo: “Muy buena la reconstrucción histórica”. Yo no lo podía creer. Ese día me dije: “Tengo que darle a esto”. De hecho, enseguida empecé con la segunda novela. Tuve mucha suerte y la

viene. Yo creo que lo estoy entendiendo y que, dentro de mis posibilidades, acompaño los libros y trato de estar cerca del lector. El momento de la escritura lo disfruto y espero seguir así. Estoy teniendo una buena vida.

¿Qué es lo que te llevó a escribir dentro del género policial? Cuando tenía veinte años compraba los saldos en la avenida Corrientes de Chandler, Hammett, Chase, MacCoy y los disfrutaba a rabiar. Los leía viajando en el tren y no eran los apuntes de la facultad. Me hablaban de Los Ángeles, de la década del 30, de otra realidad. Después más adelante enganché a Arlt, Oliverio Girondo, y otras cosas. Cuando empecé en el taller con Laiseca no lo tenía tan claro como te lo voy a decir ahora, pero sabía que quería hacer ese gé-

“EN LA JERGA LE LLAMAN ‘ROBARLA’ A PASAR EL TIEMPO. YO EMPECÉ A LEER DE ESA MANERA, VIENDO CÓMO PODÍA 'ROBARLA' CUANDO ERA CHICO”. ayudé con trabajo. Con el libro que acabo de publicar, la novela infantil “Sopapo”, ya tengo nueve novelas publicadas en seis años. La otra vez me preguntaron si sabía cuál era el libro por el que me iban a recordar. Si me pongo a pensar en eso no escribo más. Me pierdo en otra cosa.

¿La pasas mal en algún momento de la escritura? No me sucede. Me puede agarrar la rabieta típica que tenemos todos, de decir no me sale. Me pasó con la última y seguro que me va a pasar con la próxima. Pero no puedo decir que lo sufra. Leer y escribir me hacen mejor persona. Creo que soy un tipo feliz porque me dedico a esto. Ser escritor tiene sus cosas amargas, pero que van por fuera de lo que es el momento de intimidad con la escritura. Es fulero cuando se te atrasa un pago, pero eso es algo que le sucedió a los escritores toda la vida. Si ves los contratos de Arlt, que él mismo ha publicado, ya era así. Además, pasa en todo el mundo. En España el escritor cobra el ocho por ciento del libro y no el diez, como en Argentina. Hay que aceptar las reglas del juego, como en el fútbol. Sos jugador o sos hincha. Sos delantero, mediocampista, defensor o arquero. Tenés que aprender a moverte en el juego como

nero. Trataba de enmarcar las historias en el terror, la ciencia ficción o el policial. Los mejores resultados que tenía iban para el lado del policial.

Dijiste alguna vez que recién cuando viniste a Capital pudiste empezar a escribir sobre Isidro Casanova, ¿por qué? Porque en su momento no lo podría haber articulado en palabras como lo estoy haciendo ahora. Me parece que estando allá escribiría desde el resentimiento y eso no está bueno. Creo que hay textos que lo pueden llegar a necesitar, pero si a largo aliento destilás rencor se vuelve venenoso. Desde acá lo puedo hacer sin juzgar. Si estuviera allá en seguida me masifico, quiero romper todo. Acá no tiene por qué ser así.

Hay una tendencia actual del periodismo a mirar hacia el Conurbano. ¿Te gusta el modo en que lo hacen? Veo que hay una estigmatización. Hay programas hechos con calidad, como “Policías en acción”, y berretadas, como los programas de América 2 al estilo de “Cámara Testigo”. Los dos programas son sorete-consumición. El de América 2, al menos, es una cobra. Vos sabés que si te

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ponés delante de la cobra te va a morder. El otro lo venden de una manera distinta, con más edición, ritmo, más apto para todo público. En ambos casos están lucrando con la miseria. Todo eso está orientado al público que lo está mirando en su departamento y se horroriza o se caga de risa. ¿Por qué lo quieren mostrar?, ¿es noticia? Ni siquiera dan un servicio. Está claro que no buscan eso.

¿Investigás mucho para tus novelas? Siempre investigo mucho y en un momento tiro el ancla, porque si no me puedo engolosinar demasiado en ese proceso. No me olvido de que escribo ficción y lo importante para mí es no perder el impulso. Ahora estoy trabajando en mi nueva novela. Ya investigué, tengo todas las anotaciones hechas, la canción que va a ser el índice y toda la historia. Se va a llamar “Ultratumba”. Transcurre dentro de una cárcel y se compone de varias historias corales. La primera es la de una pareja, que se está terminando ahí adentro, entre un dealer que está guardado y un guardacárceles que tiene su familia afuera. Quiero mezclar la novela con el universo zombi y hace rato que quería hacer algo sobre el paco. Es una droga que liquida muy rápido y da aspecto de zombi. Algunos adictos en la fase terminal sufren lo que le llaman “el impulso”. Se trata de un período de cuatro a seis horas en las que les agarra híperactividad. Después de haber estado tan sedados empiezan a correr, cagarse, mearse, etc. Eso da las características de las películas de zombies de Dany Boile o Schnaider, los zombies de ahora, los que corren. Sería una pelea entre pabellones. El que tiene a los “fiambres”, como les dicen en la jerga, que son enfermos de sida y paqueros, todos a la vez tienen “el impulso”, peleando contra otros dos pabellones, uno de los cuales quería armar un motín. Un combate a puertas cerradas al que se sumaría la policía.


Fotos: Veronique Pestoni Ilustra: Diego Perrotta

El arte, una razon de ser Entrevista a diego perrotta

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Escribe: Silvana Jáuregui Cuando decidió que quería ser artista, era tan pequeño que no tenía conciencia de lo que estaba haciendo. Ya no pudo desprenderse de ese sentimiento. “Fue algo que naturalmente se dio. En una familia donde ninguno de mis padres era artista, en una casa donde casi no había libros. Era muy inquieto, con bastantes problemas de conducta y travieso, pero cuando llegaba el momento de empuñar un lápiz me conectaba con otra situación, me tranquilizaba y la pasaba muy bien. Entraba en una especie de trance donde las horas pasaban, una sensación increíble”, cuenta el artista plástico Diego Perrotta. “Si en la escuela veía a alguien dibujando me hipnotizaba, por los lápices, por los colores”. En su taller, seres de intensos colores remiten a ciudades y personas de América Latina. Se percibe el impacto que tuvo México en su obra, repletas de lo mágico, el diablo, lo sexual, la denuncia, la memoria, la justicia, el bien y el mal, la vida y la muerte. Nació en Buenos Aires en 1973, en Liniers, un barrio que describe como una instalación esotérica. Se formó desde adolescente en el taller de Héctor Tessarolo y hace ya 16 años que recibe a sus propios alumnos, a los que siente como parte de su cuerpo de obra. A los 20 años comenzó a pintar murales en los barrios porteños. Hizo también el arte de discos de rock, como 3° Arco de Los Piojos. Además escribe y fue parte del colectivo de FM La Tribu, donde creó y curó el ciclo de muestras Enfoque. Perrotta tiene mucho para decir, si en su obra hay un hueco lo ocupan las palabras. Y viceversa: “De los relatos me surgían imágenes, veía que eran textos donde aparecían imágenes fuertes y que a mí me daban ganas de dibujarlas, como si las tratara de imitar”. ¿Qué incentivos tuviste para ser artista? No hubo un incentivo que viniera de afuera, fue una búsqueda personal. Ya de chico estaba conectado con el dibujo. Era un niño y la pasaba bien dibujando. Y fue después, en el momento de terminar la primaria y empezar la secundaria, que empecé a recorrer las librerías. Me llamaban la atención los libros de arte. Me acuerdo que cuando iba por las librerías de la calle Corrientes, era un festival entrar y que me dejaran abrir los libros. Así comencé a informarme. Era como empezar a estudiar, a descubrir a pintores contemporáneos o a otros que simplemente me interesaban. Obviamente, era una edad muy temprana

donde estas imágenes ejercían una influencia muy grande sobre lo que hacía. Así fui buscando a mis referentes.

LA MODALIDAD DEL TALLER FUE PARA MÍ COMO UNA ESCUELA DE VIDA.

“El político” Tinta sobre papel. ¿Cómo ingresaste por primera vez a un taller? Fue a los 15 años, también de una forma bastante casual. Pasé por una inmobiliaria del barrio de Liniers y vi unas pinturas colgadas que desde la vidriera me llamaron la atención. Salió el dueño de la inmobiliaria, me invitó a pasar a mirarlas y me dijo que las había pintado su hijo. “Esperá porque va a venir mi hijo, así lo conocés”, me dijo. El hijo se llamaba Carlos y me preguntó si pintaba, obviamente le dije que sí. “Un día que puedas traeme lo que hacés”. Tardé un tiempo pero un día le alcancé unos dibujos. Los miró, puso una cara como que necesitaba una mano. “Necesitás ir a un taller”, me dijo, y me invitó al taller al que él iba. Lo recuerdo como un momento bisagra. Fue así como ingresé al taller de Héctor Tessarolo, pintor italiano, discípulo de Demetrio Urruchúa, quien formó a artistas como Carlos Gorriarena. Tuve la suerte de caer ahí. La modalidad del taller fue para mí como una escuela de vida. Fue encontrarme con un grupo de artistas que estaban guiados por este maestro. Era como una especie de clínica. Nosotros íbamos los sábados a la tarde y llevábamos lo que producíamos durante la semana. Yo

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en la semana me pintaba todo. Estaba los siete días con esa vehemencia para que llegara el día sábado, el día esperado. Nos anotábamos en un pizarrón a medida que íbamos llegando, éramos 40. Entonces el maestro te llamaba e íbamos pasando con nuestras pinturas, con nuestros dibujos, y recibíamos la crítica de él. Para mis 15 años era increíble esa situación. Empecé a conocer muy de golpe un montón de cosas. Me acuerdo que era un taller donde el maestro era súper comunista, de izquierda, todos lo eran también. Yo estaba feliz ahí y sentía que me entendían las cosas que pintaba. ¿La escritura siempre estuvo presente en tu obra plástica? A los 17, 18 años ya escribía. Lo que pasa es que me daba vergüenza mostrar los escritos, porque creo que no escribo bien. Eran cuentos con mucho sabor a redacción, a relato, la forma de escribir que tenía se relacionaba explícitamente con lo que dibujaba. El cuento principal para mí es “El Matasiete”, donde desarrollé la historia de un personaje: una especie de hombre justiciero. La primera vez que hice una pintura sobre este texto fue en el año 91, un retrato de este personaje. Para mí es como un leitmotiv, es un alter ego, un ícono en mi obra que la define. En esa época, cuando terminé la secundaria laburaba en un trabajo administrativo en la zona del puerto. Me acuerdo que había una camionetita que nos sacaba del trabajo hacia la zona del Bajo, y ahí había una serie de bares. La zona bohemia del Bajo a principios de los ’90 me gustaba mucho sobre todo cuando caía la noche. Era desde ahí hasta el corredor de San Telmo donde me gustaba caminar y donde yo sentía que rondaban mis personajes. De allí aparecieron en mis primeros relatos los justicieros como el Matasiete, las contraposiciones del bien y el mal, el diablo desde el lugar de lo inquietante, personaje del mal, pero también un Diablo encantador presente en la cultura latinoamericana. El Matasiete es un personaje que me acompaña hasta hoy. Yo siento que para mí existe, no solamente en la pintura. Es como un camino, voy directo al diálogo con ese personaje, un personaje que admiro. Y hay dos libros que me influenciaron mucho, que son multiplicadores de mis ideas e imágenes: “Seres imaginarios” de Borges y “Los cuentos de la selva” de Quiroga. Además me influencian los pueblos originarios de nuestro país, los trabajos textiles. Hacés murales desde muy joven. ¿Cómo pasaste de la práctica en un ta-


ller intimista casi de laboratorio, al muralismo? El maestro Tessarolo amaba el movimiento muralista mexicano. Recuerdo cuando Demetrio Urruchúa volvió a repintar los murales de la Galería Pacífico. Antonio Berni pudo subir, estaba en perfectas condiciones físicas, Spilimbergo y Castagnino también. En cambio Urruchúa estaba muy viejo, preparaba los colores de la pintura y subía su discípulo. A raíz de esta experiencia, el muralismo ya rondaba en mi cabeza desde temprana edad. Cuando pude alquilar un taller, transcurría mucho tiempo

ME CONCIBO COMO UN ARTISTA BARROCO DE LA IMAGEN, TENGO UN TOTAL HORROR AL VACÍO. entre cuatro paredes, pintando todo el día, y al salir a la calle veía a los personajes que estaba haciendo en mi taller, sentía que salían de ahí. Quería ir en busca de experiencias callejeras y sacar la pintura afuera. Mi primer mural lo hice muy primitivamente. En San Telmo, en una de esas paredes con consignas políticas que utilizaban los partidos para los candidatos, pintadas con muchas manos de cal. Me llevé una espátula, martillo y una mochila con esmalte sintético y aerosol. Un mural bastante deforme, tenía que pintar de manera muy rápida porque caía la policía. Obviamente había vecinos con buena onda, todos te preguntaban quién te mandaba, si es un partido político, quién te paga para hacer esto. Y yo tenía el “cuento” de que era estudiante de Bellas Artes (que en realidad no lo era). Si venía el patrullero, me daba la vuelta, me iba a tomar un café y a la media hora volvía y seguía. Nunca tardaba más que seis horas, el aerosol me ayudaba a retratar rápido la cosa del dibujo y después con el esmalte diluido con aguarrás lo estiraba. Después estuve cada vez más atento a hacer un laburo previo en el lugar armando una carpeta y hablando con los vecinos. No era muy común en los ‘90 pintar murales. ¡No existía el esténcil! Era raro, me acuerdo que estaba el grupo de Fernando Brizuela, imágenes de una generación que salíamos a copar la calle. No nos conocíamos, no existían las redes sociales. Yo a toda la gente la conocía en las fiestas. Siempre me fascinaron los murales y, por suerte, hasta ahora sigo haciéndolos. Hoy directamente me llaman, he trabajado para la Secretaría de Cultura, para Tecnópolis o FM La Tribu.

¿Cómo fue tu experiencia en FM La Tribu, en un medio de expresión distinto al tuyo? De FM La Tribu me interesó la ideología política de la radio, que sea un medio independiente en esos años. Conocía gente que laburaba ahí en el diseño y que a los poquitos años de vida de la radio me invitaron a intervenir el muro, la fachada de la radio, que aún hoy persiste. Con la crisis del 2001, estábamos todos muy convulsionados con el estallido. Nos juntamos y me llamaron para que me acercara a formar parte del colectivo y a pensar un proyecto en las visuales con la Radio. Ahí surgió la idea de armar un ciclo de muestras que se llamó “Enfoque”, fui el fundador y quien organizó el criterio de las muestras, desarrollaba los puntajes e invitaba a los artistas. En el pasillo que llevaba al bar, creamos una pared donde periódicamente se hacían exposiciones. Hoy sigue el ciclo manejado por otras personas. Yo lo curé por cinco años. Se trata de cinco años para mí muy vitales, muy ricos y de una experiencia muy buena. Diríamos que te nutren una multiplici-

ME INTERESÓ LA IDEOLOGÍA POLÍTICA DE FM LA TRIBU, QUE SEA UN MEDIO INDEPENDIENTE. Y SURGIÓ EL CICLO DE MUESTRAS “DESENFOQUE”. dad de visiones y experiencias. Todo el laburo que uno hace yo lo defino como un cuerpo de obra. Mi obra no es sólo lo que pinto, mi obra es en la calle, es dirigiendo personas, como el grupo de alumnos, trabajando y gestionando en otros espacios. Me interesa mucho la interrelación fuera de las visuales con los

“El Matasiete” Tinta sobre papel entelado.

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artistas, con músicos, con poetas. Todo me refresca, no son sólo las artes visuales sino trabajar con otras mentes. Además yo me concibo como un artista barroco de la imagen, me cuesta el vacío, tengo un total horror al vacío. Me crié en Liniers, ¡cómo voy a ser minimalista! Liniers, barrio esotérico, entre las miles de santerías, estudié

TODO EL LABURO QUE UNO HACE, YO LO DEFINO COMO UN CUERPO DE OBRA. en la Escuela 18, al lado de la iglesia de San Cayetano. Para mí era el paisaje más común del mundo, donde todos los sietes es el festejo del patrono, con millones de personas. Liniers es así, porque estoy con la calle Rivadavia, con el tren, con la autopista, con la segunda Rivadavia, con la General Paz. Esa locura que produce el cruce Provincia-Capital, del ruido, la cumbia y el choripán y un millón de personas y curas tirando agua bendita. Es como una instalación, una cosa impresionante. No soy religioso, pero me encanta la religiosidad y amo las iglesias y todo lo que las rodea. Todo ese mundo está en mi obra. Al igual que los paisajes de México, donde fui con una beca del Fondo Nacional de las Artes. Al llegar rápidamente se produjo en mí un choque cultural muy fuerte. Decidí no quedarme en el DF, fui a Guajaca y me fascinó. Ese fue el lugar donde nos quedamos, la ciudad donde vivió Rufino Tamayo. Encadenando la idea de ese arte muralista con el arte político, ¿qué sucede en tu obra, le das una intencionalidad a tus creaciones? Sí, sí. Esencialmente siento que todo mi arte lo puedo cruzar con lo político. Y lo hago desde un lugar que no es panfletario. Para mí la pintura son documentos, son registros del tiempo. Me interesa trabajar por temáticas. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando una serie sobre la trata de mujeres. Siento que se cruza en mi pintura, en esos diálogos, la lucha de clases, el bien y el mal, diablos que acechan. El año pasado hiciste una muestra sobre los desaparecidos en la Sindicatura General de la Nación. Sí, pero te cuento cómo la encaré. He visto homenajes de artistas que admiro, como Carlos Alonso, Berni, que generalmente cuando encararon esos temas lo hicieron con personajes o retratos en blanco y negro. Yo trabajo a la inversa, con color, con


una idea de vida plena que siento que era lo que definía muy bien a esa generación de argentinos. Donde se les iba la vida en esa alegría de vivir y de cambiar las cosas. Ese compromiso con la vida que ellos tuvieron, me interesaba verlo desde ese lado por lo que trabajé en una serie de retratos de hombres y mujeres. Me influencié muchísimo con esas fotos de los años 80 que

para poder exponer en uno de ellos. Yo tuve la suerte de conocer a mi primer galerista, Alberto Elía, que era un tipo muy honesto, que defendía a los artistas cuando nadie se animaba a exponer, que lo llevó a Pablo Suárez a pesar de que le quisieron poner una bomba en la galería. Expuso a Ferrari cuando nadie tenía los cojones de exponerlo en esos años porque se metía

de hermandad con la visión de nuestro Libertador, de nuestros próceres, con una idea de unidad para defendernos de embates sociales y políticos, de poderíos económicos. Respecto al arte también hay movimientos muy positivos. Desde lo que decías de las Bienales, hay intentos. Está, por ejemplo, la bienal del Mercosur, con sus embates y complicaciones. Pero

“El cura, la puta, el monstruo y el punk” Tinta sobre papel. estaban en los organismos de Derechos Humanos. En estos casos trabajé también con lo textual, con palabras: Cambio, Militancia, Compromiso, Lucha, Amistad. Palabras que para mí definen como nombres a las personas y a esa generación. Y después fue muy interesante porque en la inauguración se han acercado padres de desaparecidos agradeciendo, eso fue muy fuerte. Respecto al mercado del arte, ¿cómo ves la perspectiva para los artistas? El mercado del arte es un mercado fluctuante, pero hoy día hay muchísimas posibilidades. Han crecido las artes visuales, los lugares de exposición, las becas, los espacios. Espacios auto gestionados por artistas, residencias, clínicas. La posibilidad de estar, de poder mostrar en un museo. Cuando teníamos 18 años pensábamos que íbamos a tener que ser viejos

contra la iglesia. En lo político, se tuvo que ir a Brasil exiliado y también Gorriarena, quien decía que los cuadros tenían que romper la pared. “Tienen que tener eso, que rompan los muros, no son para decorar”. ¿Qué mirada tenés respecto al arte latinoamericano? ¿Qué es lo que nos falta para que se construya, por ejemplo una Bienal latinoamericana? Yo creo que estamos ya hace algunos años, en un momento muy especial de una realidad latinoamericana. Lo que siento es que se empieza a forjar desde el estallido de la Argentina y que en otros países de América Latina hay una oleada de vientos favorables, de sintonía política y de acercamientos muy interesantes. Ha cambiado la visión y estamos con la idea de unificación y de proteccionismo entre países latinoamericanos. Pensamientos

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creo que en lo nacional en muchos de los países de Latinoamérica se frenó esto de mirar hacia afuera y algo de redescubrirnos, de revisitarnos, de investigarnos más, de rever la historia, de repensarnos. Es muy importante lo que se hizo con el tema de la memoria y de ir a fondo con la dictadura y de reflotarlo y me parece muy importante, educa a futuras generaciones. Creo que eso nos dignifica, a todo nivel, a mí me hace pensar el arte de otra forma. Me parece que hay un laburo enorme por hacer por todos, por la clase política, por la sociedad. En lo personal, el campo de batalla lo doy con la producción de mi obra. Bajo las temáticas que encierran mi trabajo, utilizar este espacio para decir ciertas cosas. Eso es lo que me moviliza todos los días.


Escribe: Santiago Gómez Ilustra: Rep Los de alrededor de treinta conocemos a Miguel Repiso como Rep por la contratapa de Página/12, que desde el inicio contiene su línea quebrada en armonía. Rep creó a Lukas, Gaspar el revolú, El Culpo, sus Postales, sus barrios porteños. Dibujó en Humor, Fierro y hoy publica también en Veintitrés. Un autor que logró marcar en su obra sus orígenes. Rep historiza sin determinismos, da lugar a la existencia, es un tipo sensible. De un tiempo de denuncia a un presente de propuestas, en el que difunde su idea de Artépolis, una ciudad de las artes, como lo fue Tecnópolis para la ciencia: “Tareas que sólo las puede encarar el Estado porque las artes visuales están muy abandonadas. La voluntad del Estado por lo que estuve

viendo es una gran fiesta popular con las artes”, nos contó. Las palabras de Rep son un valioso testimonio para todos aquellos que crean, que quieren crear, que tienen un proyecto. Una de las posibilidades que brinda el arte es habitar otro lugar. ¿A qué lugar te lleva? Seguramente me dediqué a esto porque no me gusta el mundo tal cual es. No me gusta ni mierda. De chico tenía cierta petulancia de querer cambiar el mundo a través de mis dibujos. Tenía ínfulas modernistas, no posmodernas. La desilusión posmoderna vino más tarde. Mi generación se me anticipó, más que nada los hombres de letras, los periodistas: pescaron la posmodernidad y renunciaron a cualquier pretensión de cambiar el mundo, simplemente se abocaron a adaptarse a él. Me acuerdo de la experiencia de los primeros años de Página/12. Trabajando

con una tira absolutamente modernista, creía que se podía cambiar la sociedad. Los periodistas me miraban por arriba del hombro diciendo: “Sos un antiguo” y sin embargo me seguían publicando porque

creían que esa inocencia le hacía bien al diario. Seguramente esa modernidad y

esa ingenuidad en la que vivía era un refugio hacia un mundo mejor. Siento que cuando trabajo lo hago con mis ideales de lo que sería el mundo. Es un traslado exacto de lo que sentía cuando era niñito y leía las historietas. Eso que leía era un mundo mejor que, cuando cerraba la revista, era ese abrigo que tienen las obras de ficción, las obras de arte. Aún cuando en la ficción se te presente un mundo apocalíptico, ese mundo al ser narrado, al tener una forma, es mejor que éste. Porque en este mundo en que uno vive, las emociones superan la forma todo el tiempo, es un mundo muy incierto. El mundo y la vida son básicamente un drama. ¿Quién fue el primero que reconoció este mundo tuyo y le dio un lugar? Mi familia no. Secundario apenas hice, no terminé. Creo que fue una mezcla de alguna amistad, alguna pareja, algún editor. En ese combo pude decir: “Aquí

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estoy contando algo, aquí se me acepta por contar”. Pero la certificación de que mi mundo podía servir para comunicar algo, que emocionaba o polemizaba, fue cuando en Humor Registrado dibujé la muerte de Lennon, la noche misma de aquel amanecer. A los quince días me sorprendieron un montón de cartas de lectores, que no las recibí sino que eran impresas. Había defensas y ataques a lo que hice. Fue mi salvo conducto: guarda, que alguien se creyó lo que yo dije y he aquí un autor. ¿Cómo lidiaste con el momento de llevar un trabajo al editor y ser rechazado? Supongo que hay mucho de autismo, no del feo que angustia a tantas familias, pero sí una especie de capricho, de unicidad del mundo. Es lo único que hago y que tengo que hacer contra viento y ma-

rea, pero empecinarme puede significar un rechazo, renunciar a que me quieran. Hice “El recepcionista de arriba” y el editor me rechazó la segunda entrega. Pensé que se había terminado la serie y sin embargo me pidió la tercera y seguí haciendo humor y opinando con una impunidad absoluta. A los 20 años, cuando me rechazaban, tuve una crisis donde podría haber quebrado mi profesión, y sin embargo seguí empecinadamente. Fui un saltimbanqui por circos donde me echaban. En otros me aceptaban, hacía proezas, me caía. ¿Cómo sobreviví? Por voluntad, lo único que tengo. Siempre fui rebelde y obstinado. Recién volví a estar en mi eje en el ´85, ahí sí encontré un estilo. Son años de psicoanálisis, una nueva técnica que se apropió de mi vida y no me olvidaré más. Salvo que aparezca algún maharishi que me saque del tembladeral de la razón, no encuentro otra lectura para leerme o reflexionar sobre mí que no sea el psicoanálisis.


¿De qué se trata ese estilo propio que encontraste? Decidí hablarle a mi gente lo mejor posible. No quiero ser Mordillo, no quiero ser universal. Me gustaría ser Quino en lo universal, pero ser más y más del sur. Quino ha hecho maravillas, pero no dibujó el Obelisco. Volví con esa polenta y decidí cortar con todo lo que había hecho y ser cada vez más autor, obcecado, más verdadero. Planeé dar mi opinión, ser subjetivo al máximo, no pretender que me quieran todos ni contar lo que vivía disfrazado. Y con dos esfuerzos paralelos: cuidar el guión y el dibujo. Si hago “Joven argentino” es una historieta de sexo que tiene mucho de cómo sentía en ese momento el desreprimir sexual, el amor. Y si hago “Los Alfonsines” es mi opinión y una molestia hacia el poder, sin llegar a ser anarco tira bombas, pero sí cuestionándolo simpáti-

camente. Ese ya no soy yo, ahora soy más adherente al gobierno o muy sangriento, ya no tengo ese ángel con el poder. Ser más yo, más caprichoso, ver qué dibujo me sale si no hago caso a las escuelas, a las modas del dibujo, si me corto solo. Aún sigo recibiendo el mensaje de “no te entiendo” y no me molesta porque forma parte de mi savia. ¿Cómo te relacionás con tus personajes? No quiero que dominen mi laburo. Les agradezco, por supuesto. Son un tuteo con el lector, franquean muchas puertas. Pero yo no soy mis personajes, soy lo que ellos no son. Ellos son una mascarada, a veces más feliz, otras menos. El día que sea viejito y vea mi obra, me voy a encontrar más en mis no personajes que en ellos. Los personajes no te dejan libertad: son como los hijos, no te dan libertad, te dan miedo. En cambio lo otro, el no tener que volver al hogar, el andar yirando en el

camino, como son las situaciones sin personaje, te da más libertad y en ella encontrás buenas cosas y a veces chotadas. Te frenás, patinás, balbuceás, pero cuando encontrás algo, sólo lo encontrás ahí, no en los personajes, a quienes les agradezco su voz, su compañía, me sacan del paso cuando tengo que dibujar en público. Allanan la comunicación y cuando estás en eje decís: “Puta, pude crear unas cositas que tienen carnadura, qué poder”. Si me agoto del mundo exterior, puedo volver a los personajes como refugio y si tengo un tema poderoso que le calce a un personaje poderosamente construido, se lo tiro a él. ¿Cómo hacés para publicar todos los días? Lo único que me molesta de publicar todos los días es que podría estar haciendo otra cosa, que siempre está ese deber.

Pero si no estuviera el deber no haría nada, sería fiaca. Ese no hacer nada no es por bucólico, sería depresivo. Trabajo mucho para no deprimirme, no es por placer, es por goce. A veces siento placer cuando me sale algo muy redondo y lo veo publicado. Pero trabajar y trabajar tanto no es algo muy sano. Todo mi trabajo es para publicar y siempre estoy debiendo. Ilustraste varios libros. ¿Por qué considerás que José Pablo Feinmman o Eugenio Zaffaroni aceptaron tus dibujos en sus libros? En el caso de Feinmman podría decir aceptó, en los casos de Zaffaroni, Jorge Alemán o Paenza, buscaron. Las tapas de los libros de Soriano, todas son mías, ahí no hay un involucramiento natural de Osvaldo, pero hubiera estado de acuerdo, porque el primero lo vio. La tapa de Fontanarrosa es aceptada seguro por el Negro, que me pidió una tapa antes de morir. En el caso de la complejidad de los

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intelectos que nombrás, otros intelectos me pidieron colaboración, lo que me sigue pareciendo extraño. No tengo diseñado el lugar donde ellos me ven. Si me ven como el dibujante que les allana el camino con simplicidad a sus discursos o si realmente tienen una empatía ideológica e intelectual conmigo. Eso cuando requieren un dibujo. Ahora, cuando hay un largo aliento es más extraño, porque me requieren como coequiper. Encima me siento alumno, no par. Es raro, porque no les pasó a otros. ¿Qué carajo hice para terminar ahí? Creo que ser alumno, tener cierta complicidad y empatía personal. Con Zaffaroni nos cagamos de risa, lo mismo me pasaba con Soriano. No me pasó con Kliksberg. Me asociaron con él luego de lo de Zaffaroni en Página, tuvimos un almuerzo y me pareció un hombre con el que no tenía nada que ver, y patiné. Fue un trabajo que le cumplí pero no acompañé bien, por eso

creo que duró poco. No quise ser alumno de Kliksberg. No me conmovió. Kliksberg exuda bondad y no me conmueve la gente buena. Por más que sea auténtico, necesito que haya maldad, ironía, no puedo trabajar con un Premio Nobel de la Paz, no podría trabajar con Pérez Esquivel. No me gusta la gente que trabaja de buena.


¿Con quién te hubiera gustado trabajar y no pudiste? Estar cerca de Osqui, laburar con Copi, en alguna cosa de teatro. Con Verbistky, pero onda crónica, no ilustrar artículos, sino viajando con el Perro ilustrando, las cosas que ve y cuenta, me da por acompañar a la gente en crónicas. Si hubiera tenido reflejos y no se me hubieran complicado cuestiones personales por las fiestas y esas chotadas, me hubiera gustado ir a Ghana y volver con la Fragata. Con quien sí me gustaría trabajar pero no tengo el idioma es con John Berger, pero ya tiene 88 años y para cuando consiga que conozca y tenga cierta empatía ya no va a vivir. Con quien haremos algo es con Gelman. Cuando estábamos en Frankfurt en uno de los pasillos me invitó a tomar un café y me dijo: “¿Cuándo vamos a hacer algo juntos?”. Pero para agarrarlo a Juan tendría que ir al DF y ver cómo ocurre, sobre todo para tutearlo más, porque genera mucho respeto. No sé si miedo es la palabra, es parco, tiene una ironía tanguera muy sólida y uno parece rockero al lado de él. Estuve cerca de trabajar con Leonardo Favio, que me llamó en el 2009 y

me dijo que quería que fuese director de arte de su próxima película, “El mantel de hule”. Después se fue enfermando, hubo desencuentros, hasta que decidí que no podía trabajar con él, que no me necesitaba, tenía un director de arte: él mismo. No podía aportarle salvo que fuera algo de la mecánica de su cuerpo, pero como temía mucho pelear con él, como era un autor muy fuerte, con caprichos muy fuertes, decidí no llamarlo más para no hacer el trabajo. Hubiera sido hermoso estar ahí en la filmación. Otra que me gustaría y nunca se dará, laburar con Quino. Estar con él, que me cuente su vida y dibujarla con él al lado. Pero como es Quino, no quiere, sino haría su biografía, pero es muy fóbico, es así, no lo voy a hinchar. Es amigo, pero si no surge de él, no. Me gustaría trabajar conmigo. ¿Qué harías con vos? Ilustraría las cosas que tengo que escribir, lo más difícil. Hace doce años que estoy pensando un libro, engañé a Sudamericana porque firmé un contrato por él y ya los traicioné. Firmé un contrato con Planeta por dos libros y sólo entregué “200 años de peronismo”. No me siento a hacerlo, siento que mi tono no está maduro. Ese es el trabajo más difícil que tengo por delante, aunque el año que viene voy a ilustrar “La Divina Comedia”, que ya está escrito, y puede salirme como el orto. Lo difícil es lo que quiero contar: la noche que nació el tango. No sólo eso, porque hay un antes y un después. Esa idea la desarrollé en Fierro, pero me pareció tan mala la historieta que la abandoné en un continuará, que nunca continuó. Te metiste en otro trabajo chiquitito que se llama Artépolis, que ya nació… No, no nació hasta que no se esté trabajando en eso. La idea ya está planteada, la Presidenta la anunció tres veces. Pero la última vez la maltraté... Bueh, no la maltraté sino que me salió mal el malhumor. No

quería hablar, así que no estuve muy feliz. ¿Qué pasó? Cuando estuve en Venecia, en la Bienal de Arquitectura, establecieron una inauguración por video conferencia, Cristina estaba acá en Tecnópolis con Clorindo Testa. Como no quería salir, llegué tarde. Le avisé al Canciller que no quería estar, que quería dibujar y no salir. Cuando llegué, me fui al fondo, lejos de los que querían aparecer ahí. En un momento me fueron a buscar, yo no escuchaba lo que pasaba, pero Cristina había preguntado por mí en cadena nacional. Yo no quería estar ahí, era una fiesta de diplomáticos. Encima había delay y yo por llegar tarde me perdí la capacitación sobre el delay. Cristina me dijo algo de Artépolis y le dije que todavía no había Artepolis, alguna cosa más, y le dije “Un beso grande, me voy a trabajar” y salí de escena. Una actitud fóbica típica mía. Cristina contestó que ella también estaba trabajando. Le dije a Timerman: “Te dije, yo sabía que no iba a funcionar”. Pero como Cristina es un ser muy inteligente, Artépolis va a salir, no tengo dudas.


Entrevista a

Florencia Saintout Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP

YA NADIE HABLA DE PERIODISMO INDEPENDIENTE Escriben: Jimena Riveros y Damián Cots Fotos: Gisela Mouradian Florencia Saintout es decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Comenzó la escuela secundaria en el año 83, siete meses antes de que volviese la democracia a nuestro país. Estudió en la ciudad de Bahía Blanca hasta cuarto año y cursó el quinto en Kingston, Jamaica, a raíz de un intercambio cultural. Cuando regresó, ya tenía decidido estudiar en La Plata. "Ya estaba todo dicho, era el lugar", afirma. Le atraía el imaginario de la militancia estudiantil. Le gustaba escribir pero muchos le habían advertido que “en Letras no se escribe, sólo se forman críticos”. Así fue que llegó a la carrera de Comunicación. ¿Qué sucedía en La Plata cuando entraste en la Universidad? Un poco lo que sucedía en el mundo. Una clara derrota de las fuerzas emancipadoras. Cada vez éramos menos los que militábamos, había una despolitización muy fuerte. Mi generación se hizo adulta con

la democracia y para mí esa experiencia tuvo mucho más que ver con la desilusión. Yo creo que es por eso que muchos de nosotros recibimos esto que se abrió en el 2003 con fascinación. Me acuerdo que escuché el discurso de Evo cuando asumió como presidente y me emocioné muchísimo pero tenía adherido el sentimiento de “Ya nos va a cagar”, como siempre sucedía. Este año se cumplen 20 años de la desaparición de Miguel Bru [Estudiante de periodismo desaparecido en 1993] y pienso en cómo ese hecho impactó en la Facultad. Reconstituyó inmediatamente la organización de los estudiantes. Por esa época aparecían los primeros casos de gatillo fácil, se conformaba la agrupación HIJOS de La Plata. Me acuerdo que el CELS empezaba a hablar de "Violencia institucional". Pero los que teníamos una militancia más clásica (y no me refiero a una estructura partidaria porque nunca estuve afiliada a ninguna), no podíamos entender qué era un desaparecido ahí, en plena democracia. Y en aquellos momentos, ¿te imaginabas ocupando este lugar? No. La verdad es que no. Los primeros

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meses me costó adaptarme pero fui encontrando esa conjunción entre el deseo de otros compañeros y el propio, buscando una forma que no necesariamente está escrita en un manual. No hay una manera de ser decana. Y las maneras de ser decana que conocía no me atraían. Recién cuando empezamos a imaginar qué era

lo que queríamos, cobró mucho más sentido estar acá. Y esto también tiene que ver con el contexto histórico, no sé sí podría haber sido decana en otro momento. En este momento respiramos claramente la posibilidad de hacer y de pensar, más que nunca en contraposición a esa idea del "Fin de la historia" de los '90, donde parecía que no existía otra salida que el neoliberalismo. En cambio, este es un momento que genera la sensación de que uno puede ir a cualquier lugar que imaginemos. Eso es tremendamente desafiante porque nos obliga a ser creativos y pone una responsabilidad. Yo nunca dejé de dar clases, las clases para mí son un desafío


enorme: estamos formando a los que se van a hacer cargo de la comunicación de este país, jóvenes que que vienen de diferentes lugares del país y diferentes sectores sociales. Ahí tenemos algo que hacer. ¿Qué ves en estos jóvenes que eligen ser comunicadores sociales? La pregunta es qué modelo de periodista, qué modelo de comunicador quieren ser. Yo me acuerdo que en los '90 regía esta cuestión del periodista de CQC. Ese era el modelo. Lo que fuimos viendo en estos poquitos años que llevo como decana es que ya nadie habla de periodismo independiente. Los estudiantes tienen en claro que no quieren ser como los periodistas de Clarín pero tampoco como los de 6,7,8. Aquel modelo de periodista de CQC iba de la mano de la condición de independiente y nadie lo discutía. En la Facultad, hace tres años que empezó la carrera de periodismo deportivo, la única en el país que se da en una Universidad pública. Teníamos bien claro que no queríamos un periodismo deportivo machista, clasista. Eso no. Ya hace tres años nadie quería hacer un convenio con Olé y hoy yo creo que eso mismo se sigue sosteniendo. En cambio, si se hubiera creado hace 10 años, todo el mundo hubiera querido ir ahí. Somos una Facultad que defiende la autonomía de cátedra. Tenemos cátedras donde

hay profesores que creen que no tienen ideología, otras a cargo de militantes de Quebracho, de radicales, otras que están a cargo de periodistas que trabajan en el diario La Nación. Y ojo, no es que yo digo: "¡Qué bien, vivimos todos juntos!”. No es así. Tenemos discusiones, tenemos conflictos permanentes y todo eso hace a la complejidad de una Universidad.

Dejamos de hablar de periodismo independiente y de la supuesta objetividad, las cosas se empiezan a llamar por su nombre... Fijate qué interesante. Ni siquiera aquellos que se autodenominaban “Periodistas independientes” hoy hablan de periodismo independiente. Y pienso en una de las publicidades de Clarín que dice: “No somos independientes, somos dependientes de la gente”. Ni siquiera ellos mismos pueden defender esta idea de independencia. Lo destacable aquí es que el cambio etimológico ha tenido mucho más que ver con el campo de la política que con el de laboratorio. Todos aquellos que creyeron en una academia neutral, por fuera del mundo, independiente, se dieron cuenta de que la historia siempre los va a atravesar. A veces

de las peores maneras. El neoliberalismo también impactó de una manera abismal sobre las discusiones teóricas, epistemológicas, etc. La Universidad no ha sido una isla en el neoliberalismo pero tampoco es una isla con respecto a este proceso histórico y lo que se está discutiendo en las universidades, se está discutiendo en toda la sociedad: ¿qué es el periodismo?, ¿cómo se comunica? En esta sociedad hay un afán, un deseo de otra comunicación y eso se nota mucho en esta carrera. ¿Cómo tomaste la decisión de entregarle el premio Rodolfo Walsh a Hebe de Bonafini? Estaba escuchando Radio Continental y me indignó lo que se decía de Hebe. Era la avanzada sinvergüenza de una derecha tenebrosa. Después se dio una discusión muy fuerte acá adentro. Está el mito de que los tiempos de la Universidad son distintos y que los debates tienen que durar tres años para ser reales, pero a veces hay cosas que exigen tomar decisiones rápidamente. Esta es una Universidad del pueblo argentino y tenemos la responsabilidad de tomar posición, incluso asumiendo el riesgo de equivocarnos. El premio a Hebe fue por el trabajo de comunicación que se ha dado en Madres. Por la honestidad, porque no fue sólo una cuestión de apoyar a Hebe. Ponerse el pañuelo blanco


en los setenta significó decir todo lo que no se estaba diciendo. Desde ese momento hasta la radio de las Madres hay toda una tradición de trabajo en comunicación. A veces nos pegan porque politizamos los premios Rodolfo Walsh. Me causa entre gracia y preocupación. Primero, como si pudiera ser pensable que el premio Rodolfo Walsh no fuera político y segundo, como si fuera posible que la Universidad esté por fuera de la política. La figura de Rodolfo Walsh condensa muchas cosas y es ilegítimo cortar en pedazos a Walsh como lo ha hecho la derecha. Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa también recibieron el premio. Y eso nos ha generado discusiones, porque a veces es más fácil ir juntos. Cuando vino Evo Morales se lo recibió en el Rectorado, fue toda la Universidad. En cambio, con Chávez no. Muchas veces dijiste que no alcanza con un sistema educativo público, que además de público tiene que ser popular. Eso es algo que se puede pensar ahora y que realmente ha sido radicado como cambio en el sistema universitario. Hoy se puede pensar como un horizonte posible porque la transformación que se hizo fue infernal, no solamente porque se crearon nueve universidades sino que se sextuplicó el presupuesto y eso va a investigaciones, a docencia, a becas. Da oportunidad a más estudiantes, a proyectos de voluntariado. Por ejemplo, esta Facultad trabaja con 200 organizaciones. Hace poco creamos una carrera corta que es la tecnicatura en Comunicación Popular. Acabamos de firmar un convenio con el MOCASE, estamos conversando con la Tupac y esto es para que la Universidad también salga hacia afuera. El título universitario es una herramienta que sirve y hay que hacerla valer, incluso para pelear mejores condiciones de igualdad. Más allá del crecimiento de la matrícula, aparecen

las preguntas: ¿por qué entran?, ¿a qué entran? Es un desafío para nuestra Facultad poder hacerse esas preguntas. Tengo una convicción muy fuerte de que cuando esos debates se abren y realmente se profundizan, la realidad ya se está transformando. La discusión que se dio por el Matrimonio igualitario, por ejemplo, va mucho más allá del matrimonio, se está debatiendo la igualdad y eso tiene que ver con una lucha que viene de siglos. Estas discusiones se presentan de una manera compleja y profunda. El reconocimiento de la diferencia entra en un terreno muy distinto al que tenía que ver con el multiculturalismo y todas las teorías posmodernas de la multiplicidad. Uno de los cambios más importantes que se dieron tiene que ver con la recuperación de la política como opción para las mayorías y eso es emancipador. Es emancipador que el destino común se decida a través de la política y no del capital. Desde tu lugar aquí en la Facultad de Periodismo de La Plata, ¿para dónde imaginás que está yendo este proceso? Creo que hoy éste es el único proyecto político donde se van a poder encarar los desafíos que existen en la Argentina. Eso me hace apostar cada día más. ¿Por qué creo? No porque me levanté creyendo, por una verdad revelada. ¡No! Creo por lo que se hizo. Hace poco criticaban el discurso de la Presidenta en la apertura del año le-

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gislativo porque había hablado solamente de lo que se hizo en 10 años. ¿Está mal? Justamente es debido a la memoria de lo hecho que es posible encarar los desafíos venideros. Si no hay un “hacia atrás”, ¿cómo pensar lo que viene hacia adelante? Acá no se trata de defender neciamente cualquier cosa. Tenemos que hablar de lo que no nos está saliendo, de lo que debería salir de otra manera. Diez años no son mucho en realidad. Mi generación tuvo registro de la otra generación que había imaginado un mundo mejor pero que había perdido. Y que lo que venía después era seguir perdiendo más. Entonces, ¿cómo no creer que algo está sucediendo ahora? Cada vez hay más jóvenes que se incorporan a pensar la política como opción para transformar el mundo. ¿Vieron esa frase que se le atribuye a Gramsci que habla sobre el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad? Para mí este es un momento donde la voluntad y la razón están desafiadas desde una memoria, de estos diez años, que han demostrado que algo sucede, que algo se mueve. La continuidad es fundamental. Esta idea de la alternancia porque sí es un invento de los liberales para seguir manteniendo sus privilegios. Lo interesante es que el signo de esta época ya no es el miedo. Este proceso ha generado muchos más cuadros políticos de los que nos imaginábamos, y los va a seguir generando.


Cuentos con historia

Escribe: Pablo Román Malizzia Ilustra: Marcelo Mosqueira Esa noche de septiembre era fría y llovía a cántaros en Bogotá. Sin embargo, Manuela Sáenz dormía plácidamente desnuda acurrucada en el pecho de Simón. De tanto en tanto algún trueno más o menos cercano le daba una excusa para apretar el abrazo protector del Libertador. Pero uno de esos estruendos sonó distinto y los ojos de Manuela se abrieron centellantes de terror. Saltó de la cama y sumergió el oído en la madera de la puerta. Los últimos días, ellos ya habían escuchado rumores respecto a que Cartujo y su “Sociedad de Salud Pública” venían tramando un plan para matar a Bolívar. Pero nunca imaginaron el descaro de intentarlo por la noche, mientras dormían, y en el mismísimo Palacio de San Carlos. Apenas si se trataba de un puñado de “niños bien”, hijos de la oligarquía local, y de unos pocos militares resentidos por haber sido expulsados con deshonra por su mala conducta. Se escucharon patadas a las puertas de los cuartos vecinos: los traidores habían conseguido ingresar al edificio y no tardarían en dar con la habitación del Libertador. Manuela volvió a la cama y despertó a Bolívar tapándole la boca. —Simón —le dijo—, vinieron a matarte. El General tomó su sable y la pistola. Furioso y en camisón, estuvo a punto de abrir la puerta y salir al encuentro de los conspiradores. Manuela lo detuvo: —No, mi General. La Revolución Americana lo necesita demasiado todavía. Le ruego que se escape por la ventana a la calle, no por mí sino por todos los americanos. Bolívar escuchó la súplica y esa noche, sin saberlo, la “Libertadora del Libertador” le salvó la vida. Esa noche de abril era fría y llovía a cántaros en Caracas. Chávez dormía profundamente las pocas horas diarias que le dedicaba al sueño. Especialmente desde la masacre que sus opositores habían

perpetrado en Puente Llaguno. Había un plan para matarlo y Chávez lo sabía. Pero nunca sospechó del descaro de intentar hacerlo por la noche, mientras él dormía, y en el mismísimo Palacio de Miraflores. Los ojos del Comandante se abrieron en alerta cuando escuchó voces extrañas en el pasillo de su dormitorio. Tomó su pistola justo antes de que la puerta se abriese con un estruendo. Estuvo a punto de batirse con los conspiradores, cuando escuchó la voz de Manuela Sáenz diciéndole al oído “No, mi Comandante; que la Revolución Americana lo necesita demasiado todavía...”. Esa noche, Hugo Chávez fue secuestrado en pijamas por un grupo casi indigno de él: apenas si se trataba de un puñado de militares sediciosos al mando de Rincón Romero, al servicio del imperialismo, de las oligarquías locales petroleras que vivían en Miami y de los dueños de las corporaciones mediáticas. Los traidores trasladaron al Comandante hasta la base naval de Turiamo. Allí lo confinaron a un cuarto pequeño bajo la custodia de un infante de marina, al que le dieron orden de matarlo si intentaba escapar. Una vez solos, el joven conscripto no pudo sostener la mirada a los ojos de quien sabía que era su Comandante en Jefe y miró al piso con el fusil que temblaba entre sus manos. En la prisión improvisada, habían olvidado retirar algunos elementos de escritorio. El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías tomó un papel y un bolígrafo y rápidamente escribió una nota: “No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio”. Apenas tuvo tiempo de arrancar el papel del anotador, hacerlo un bollo y tirarlo al cesto de la basura. Los conspiradores volvieron para trasladarlo una vez más, ésta vez a Isla La Orchila. Todavía temblando, el joven infante de marina apretó los ojos mientras el sudor le goteaba la frente. Pudo ver, detrás de sus párpados cerrados, a sus hermanitos en Puerto Cabello corriendo felices a la escuela; también la sonrisa de su abuela al volver a ver los colores gracias a la operación que le habían

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practicado aquellos médicos cubanos. Estando solo, el joven infante de marina se dirigió al tacho de basura y rescató el bollo de papel. Lo planchó cuidadosamente y, arriesgando su propia vida, consiguió enviarlo por fax. Esa noche, sin saberlo, le salvó la vida a Chávez. No llovía en Guayaquil esa mañana de julio. El sol vaticinaba otra jornada de calor insoportable. Las pompas y las fiestas populares habían quedado atrás y finalmente Bolívar y San Martín pudieron reunirse a solas. Rivadavia, la oligarquía porteña y sus socios ingleses habían dejado a San Martín en la más absoluta de las soledades. Con un ejército diezmado, cansado, desmoralizado y sin siquiera poder pagarles el sueldo, el Libertador de Chile y Perú no tenía mucho que ofrecer a su par caribeño. El General San Martín no tenía intenciones de tomar partido en la discusión pequeña y pacata de la oligarquía guayaquileña sobre si esa provincia debía ser peruana, grancolombiana o independiente. Sabía bien que Bolívar no estaba en condiciones de ofrecerle el auxilio que Rivadavia le negaba. Por eso San Martín optó por hacer propia la frase de Monteagudo y le dijo a Bolívar: “Yo no renuncio a la esperanza de servir a mi país, que es toda la extensión de América”. Ese 26 de julio, casi como una anticipación histórica, San Martín hizo el Primer Renunciamiento. Ambos Libertadores pensaron primero en la independencia y la unidad suramericana, y se fundieron en un abrazo. Esa mañana de noviembre había comenzado con un cielo plomizo en Mar del Plata. Los Movimientos Sociales de toda América del Sur marcharon hacia el Estadio Mundialista, con un tal Diego Maradona entremezclado con su Pueblo. Cada uno de ellos llevaba una pala de enterrador. Horas antes, en la Cumbre de las Américas, Chávez y Kirchner pudieron finalmente reunirse a solas. El imperio y sus personeros locales y regionales, pre-


na. Y al mismo tiempo le resultó ser un segundo. Había gente de su misma edad, otros que eran mucho más jóvenes, había parejas con sus bebés o sus chicos de la mano, también muchos viejos. Todos lloraban con dolor pero sin encono y al mismo tiempo vociferaban consignas de fuerza y de futuro. Cuando finalmente se pudo encontrar frente al féretro de Néstor, no pudo decir nada. Detrás estaba Cristina y a su lado estaba Chávez. Lloró sin poder contenerse. Cristina llevó el puño al pecho y luego lo extendió con los dos dedos en “V”. Hugo, bajando levemente la cabeza, hizo una respetuosa venia. Ese fue su único encuentro con ambos. La fila se le volvió interminable, casi eterna. Y al mismo tiempo le resultó ser un segundo. Había gente de su misma edad, otros que eran mucho más jóvenes, había parejas con sus bebés o sus chicos de la mano, también muchos viejos. Todos lloraban con dolor pero sin encono y al mismo tiempo vociferaban consignas de fuerza y de futuro. Cuando finalmente se pudo encontrar frente al féretro del Comandante, no pudo decir nada. Detrás estaba Cristina. Lloró sin poder contenerse. Cristina llevó el puño al pecho y luego lo extendió con los dos dedos en “V”. Ese fue su único encuentro con ambos.

sionaban para firmar la claudicación del Sur al norte. Néstor lo llamó aparte a Hugo y le dijo: —A este tenemos que cansarlo. Vos, que sos charlatán. Te voy a dar la palabra aunque no me la pidas. Y vos hablale, hablale, que a Bush no le gusta tener que escucharte. Yo, mientras tanto, voy cerrando con el resto de la región. Y así fue: Néstor le dio la palabra a Hugo y Hugo dale con la verborragia caribeña. Y Néstor, conversaba por lo bajo para juntar los votos necesarios para el entierro. El

cielo continuaba plomizo en Mar del Plata cuando Chávez llegó a la Contra Cumbre del Estadio Mundialista. Preocupado por la inminente lluvia, el Comandante sopló tres veces al cielo e inmediatamente las nubes se abrieron en un verdadero día peronista. —ALCA, ALCA… ¡Al Carajo! —sentenció Hugo, y un rato más tarde se fundió con Néstor en un abrazo que pensaba, ante todo, en la unidad sudamericana. La fila se le volvió interminable, casi eter-

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Hugo y Néstor murieron rodeados de sus pueblos militantes; José murió en el exilio; Simón murió en la soledad. Quienes están dispuestos a luchar toda la vida por una Patria inconclusa, saben que se arriesgan a morir sin haberla visto realizada. La historia y el presente se entrelazaban una vez más con un Pueblo que avanza a su destino. Alguien esperaba el colectivo a su casa, en Gregorio de Laferrere; alguien más esperaba el telesférico a su casa, en el barrio de Mariche. Atravesando los tiempos, cruzando el continente, ambos sintieron en el pecho el legado de aquella lucha.


Entrevista a la actriz VANINA FALCO

Escribe: Juliรกn Saud / Fotos: Nicolรกs Blanco


Sobre un escenario vacío se encienden seis faroles redondos que iluminan de frente al público. Desde arriba, como si lloviera, cae ropa de todo tipo. Remeras, pantalones, sacos, camisas, jeans, vestidos hacen una montaña de ropa desde la que sale una de las actrices. Con un ritmo lento pero constante la ropa no deja de caer mientras ella se acerca a un micrófono que está al pie del escenario. Agarra una guitarra eléctrica y toca la música que da pie a la aparición de los demás actores. Vanina Falco es la hija del apropiador de Juan Cabandié. Al papá de Carla Crespo, sargento del ERP, lo asesinaron en Monte Chingolo. Los padres de Liza Casullo, Nicolás Casullo y Ana Amado, se exiliaron en México. Mariano Speratti es hijo de un periodista automovilístico y militante peronista que fue desaparecido cuando él tenía tres años. El papá de Pablo Lugones trabajaba en un banco que intervinieron los militares. El padre de Blas Arrese Igor era cura durante la dictadura. Ellos son los actores de "Mi vida después", obra de teatro que fue dirigida por Lola Arias. Nacidos entre fines de la década del '70 y comienzos del '80, cuentan la historia de sus padres a partir de fotos, grabaciones, libros, cartas, recuerdos que van siendo manipulados a lo largo de la obra y acompañan el relato de cada uno de ellos. Una obra que pretende contar el pasado desde el presente de los hijos de esos jóvenes que vivieron en la época más oscura de la Argentina reciente. Vanina Falco nos recibió en el hall de una librería del barrio de Palermo y nos contó cómo es que empezó en el teatro. Y cómo llegó a la obra “Mi vida después” que le permitió declarar en el juicio contra su padre. ¿Cómo fue trabajar con tu propia vida arriba del escenario? Cuando Lola Arias (directora de “Mi vida después”) nos convoca, la primera pregunta que le hice fue: “¿Qué es esto? Yo soy actriz y queres que actúe de mí, pero en realidad queres que no actúe”. Fue una situación bastante esquizofrénica. Las historias per se garpaban como cuando uno agarra una buena obra de teatro, pero también esas historias estaban muy ligadas a lo emocional. Cuando Carla, la actriz que encarna la historia de su padre militante del ERP, trajo por primera vez la carta escaneada que le había dejado su papá

(esa carta estuvo guardada en una muñeca de trapo durante veinte y pico de años y nunca salió de la casa) y la empezó a leer no pudo avanzar más de dos líneas. Y fue pasando de mano en mano y a todos nos pasó lo mismo. Esta situación es la más emblemática pero cada vez que un compañero traía algo, que había encontrado una foto o “Mirá lo que encontré” o “Uh, me enteré de esto” era un pasa mano para que entre todos tratáramos de ver cómo mierda hacíamos con eso, cómo era que se trabajaba con algo que estaba tan vivo.

¿Qué representa tu personaje? Mi historia es una de las miles de historias que reflejan lo que era el proceso hacia adentro, el micro proceso, la micro tortura. Cómo lo que pasaba era el reflejo de algunas organizaciones familiares, sociales, que reproducían la misma lógica. No en vano mi hermano y yo bromeábamos mucho antes de saber la verdad de Juan, de que nosotros crecimos en un cuartel general. Porque un poco la obra intenta hablar de eso, todas esas ficciones en las que creció nuestra generación y no importaba de qué lado estabas. A Carla también le mintieron, ya sea por miedo o para protegerla. La verdad sobre la muerte de su padre se la enteró mucho tiempo después. A Lola misma. Ella se entera a partir de la muerte de su tío. El loco que se había ido a vivir a Brasil resultó que había sido montonero. ¿Por qué le ocultan eso, si en realidad no había motivo para hacerlo? Los padres de ella son dos intelectuales que estaban en contra del proceso. Entonces Lola se pregunta: “Los actores y actrices que conozco o que no conozco ¿de dónde vienen? ¿En qué micro ficciones crecieron?”. ¿En qué circunstancias nace tu vocación por el teatro?

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Lo charlo con mis alumnos, sobre todo cuando recién ingresan al conservatorio. ¿Por qué decide uno dedicarse a esto? Para cambiar la realidad, entre otra cantidad de cosas posibles. Un poco de narcisismo, ganas de que te aplaudan, de que te miren, pero sobre todo para cambiar la realidad. Cuando empecé, los primeros juegos eran vestirme de otras personas, ser otra, con otros vínculos, vivir en otro lugar, escapar. Escapar de una realidad, que yo no sabía que era una ficción. Era mi realidad que no me cerraba por ningún lado. Si la vida es esto, bueno, no sé si tengo ganas de seguirla. Así fue como de a poco se fueron cayendo los duelos. Siempre tuve sospechas en relación a mi padre, sus actividades, nunca me cerró, siempre sentí que estábamos metidos en el medio de una nube turbulenta. Después, lo de Juan trajo luz sobre todo lo que teníamos sospecha. La gran ceresita del postre. Sobre una pantalla se proyecta una foto familiar. 1978. Es la madre de Vanina bañando a Juan en una palangana de color amarillo. Con los ojos bien grandes, muy pequeña aún, Vanina mira al bebé. Un marcador rojo interviene la foto mientras Vanina relata la escena: “Estoy muy feliz pero confundida. No entiendo muy bien de dónde vino mi hermano porque no recuerdo haber visto a mi mamá embarazada”. Después de varios intentos, la justicia la aceptó como testigo en la causa que se llevaba a cabo contra su padre Luis Antonio Falco, ex-agente de inteligencia de la Policía Federal. Luis Falco fue condenado a 18 años de prisión por la apropiación de Juan Cabandié, actual legislador porteño. “Sentó el precedente de que una hija pueda declarar contra su padre y esto habilitó a que otros familiares puedan también hacerlo. Esto abre un campo importante para la causa y la lucha de Abuelas”. Desde el punto de vista narrativo, ¿qué simboliza tu historia? Cómo desde adentro de las familias de posibles nietos que todavía no han aparecido, las personas que tienen la sospecha pueden colaborar y acompañar a ese posible nieto, sean hermanos, primos, incluso algunos padres o madres. Nosotros que somos de la familia apropiadora debemos ser portantes de un empuje, de un acompañamiento o incluso de un develar. Porque a veces pasa que la propia perso-


na no lo ve. No fue así en el caso de mi hermano. Él fue el primero en sentir esas dudas, yo lo que hice fue acompañarlo. Me tocó esa suerte de estar ahí con él y que él quisiera que yo estuviera. ¿Qué te pasa a vos cuando descubrís quién era realmente tu padre? Si bien es Juan la persona más afectada, es él quien descubre una verdad, tiene un renacer y encuentra una nueva familia, soy yo quien me quedo con los escombros. Por eso la obra va más atrás, habla de esas ilusiones de infancia, un padre que intentaba mostrarse como una especie de héroe, un playboy, y que después deviene en lo que deviene. Y cómo esa actriz, ol-

vidate que soy yo, esa actriz que es portante de una historia pero que podría estar narrando la historia de otro, se queda con los escombros, con las ruinas, con un expediente. Pero también con cosas positivas. Un nuevo posicionamiento frente a esa historia que quisieron venderle y que esa verdad también la constituye a ella como una nueva persona. Por ejemplo cuando Blas le preguntó al padre en la primera función “¿Te sentiste reflejado?”, el padre dijo “No, esa no es mi historia”. Y estuvo bueno porque en realidad es la lectura de su hijo sobre su historia. Por supuesto que un montón de cosas que yo bromeo no son del todo así. Papá obviamente que no tenía todos trajes azules en el placard. Obviamente que no, el que cree que eso es verdad no está entrando en el código teatral.

“Mi vida después” se estrenó en el 2009 en el Teatro Sarmiento y desde ahí agotó localidades hasta las últimas funciones que se hicieron a fines del año pasado en la sala de multipropósito del San Martin. Participó de 22 festivales en países latinoamericanos y europeos. ¿Cómo fue recepcionada la obra? Nosotros estrenamos y no sabíamos si los organismos de Derechos Humanos nos iban a matar o iban a decir que era poco setentista. Porque no es lo mismo ahora, que Teatro Abierto del '81. Nosotros ahora prendemos una foto de Videla en el escenario y la mitad de la platea se levanta y dice: “No me van a cagar la noche”.

Nos ha pasado de salir a saludar y que gente en primera fila, que casi siempre es el “Club La Nación”, no nos aplauda, y el resto de la platea esté descañetada de pie. Y ahí uno les sostiene la mirada. Porque sabemos que claramente nosotros tomamos una posición política aunque no sea la intención ni el objetivo de la obra. Si a alguien le queda alguna duda, como nos ha dicho una crítica que decía que la obra no se hacía cargo de nada, bueno... La intención era tener un lenguaje renovador sobre la dictadura. Se estrena acá, éxito bárbaro, a la gente que venía de distintos palos le encantaba. Viajamos, vértigo, ir a mostrar este material a lugares recónditos, como por ejemplo Bergen en Noruega. Ahí posta que no saben quién es Maradona. Para los jóvenes noruegos que vinieron a ver la obra le costaba creer que jóvenes como ellos hubieran tenido tan cercano un horror como el que narrábamos. En cada lugar la gente entendía de qué se estaba

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hablando porque lo asociaban a sus propios genocidios. ¿Cuál es rol del artista? Para mí el artista haga lo que haga tiene que en algún lugar hacerse cargo. También es verdad que si estás haciendo una versión de “Tres Hermanas” de Chéjov hay que ver hasta qué punto uno puede colar. El artista tiene el compromiso de estar en la calle, pero no haciendo arte sino estar en la calle y punto. Cada vez que yo me paro delante de mis alumnos y hago lo que hago y digo lo que digo y me muestro como me muestro estoy llevando adelante un hecho político.

En el final de la obra los seis actores quedan parados frente al público y de la misma manera que contaron de dónde vinieron, hablan del futuro. Mientras lo hacen, uno de ellos dispara con una pistola de agua en la cara del que habla. Cuando llega el turno de Vanina, con la cara mojada por los disparos de agua, irónica y provocativa dice: “Yo me muero en el 2038 y la Argentina sigue casi igual que ahora, la misma presidenta, la misma lucha contra los grandes medios... Pero hay uno que ya no está”.



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