Felipe Solá
“No hay tiempo para jugar”
Dora Barrancos “Sin autonomía, los derechos quedan mancos”
Mauricio Kartun
“El evento de resistencia crea la fiesta”
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La autonomía de la mujer Entrevista a Dora Barrancos
“No hay tiempo para jugar” Entrevista a Felipe Solá
Los alquimistas Opinión, por Daniel Rosso
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Neoliberalismo y subjetividad Opinión, por Gabriel Fajn
“El evento de resistencia crea la fiesta” Entrevista a Mauricio Kartun
Marielle Presente Ensayo fotográfico, por Celeste Riveros
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La imposibilidad del orden En el taller de Susana Munay
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Ritual contra el fastfood Entrevista a Juan Ferrara
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eH? Humor, por Leandro Gillig
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La nueva ruta de la seda Opinión, por Santiago Pilar
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Se vino el Memorándum Opinión, por Ernesto Mattos
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España, hacia el fin del bipartidismo Opinión, por Mónica Puertas
Evocar un futuro posible El Gnomo y la Filarmónica Cósmica
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Bibliófaga Por Julieta Dorio
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Editorial
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Carlín
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Salud privatizada Opinión, por Daniel Gollán
“La UniCABA es un logo” Entrevista a Pablo Pineau
Fútbol, al centro del espectáculo Entrevista a Ariel Scher
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Escribe: NatalĂ Revert Fotos: Pedro Guridi
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Escribe: Daniel Gollán (*) Ilustra: Matías Chenzo
El desfinanciamiento como acción premeditada Con la sub-ejecución y reducción del presupuesto destinado a programas de salud pública, el fin de la salud como derecho se convierte en una realidad. Los ciudadanos deberemos pagar de nuestro bolsillo cada vez más medicamentos y servicios médicos. El que no tenga con qué, se embroma. Resulta obvio a esta altura que Mauricio Macri procura una profunda privatización de todas las áreas de gobierno. Lo confirma su historia empresarial, su entorno familiar y social, lo que hizo el PRO en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante su gestión y lo que está haciendo al frente del gobierno nacional. En igual sentido actúan el actual Jefe de Gobierno de la CABA Horacio Rodríguez Larreta y la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. El PRO y sus aliados radicales y del ARI han venido a desguazar al Estado, a debilitarlo estructuralmente: quieren limitar su capacidad para definir soberanamente políticas públicas y ejercer acciones de regulación, fiscalización, control y de prestación de servicios básicos.
En la concepción de las elites empresariales de derecha, el Estado entorpece la actividad privada y resulta un gasto innecesario, aunque, por otro lado, estos grupos realizan todo el tiempo grandes negocios como proveedores o prestadores de servicios. Además, cuando acceden al gobierno,
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favorecen más aún los negocios y negociados. En el libro “Domando al elefante blanco”, editado en 1998, queda plasmada la visión del PRO sobre el Estado. Allí, Mario Quintana, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal plantean la necesidad ineludible de romper con el mito de que el Estado tiene tareas indelegables como la prestación de determinados servicios. La salud, la educación, la ciencia y la tecnología –se ensañan particularmente con el CONICET–, el deporte, la cultura, etcétera, no son responsabilidades indelegables del Estado. Todo es privatizable, hasta las Fuerzas Armadas y de Seguridad, el Servicio Penitenciario o el mismísimo Poder Judicial. Es la estructura de pensamiento del gobierno PRO y sus aliados: hay que destruir el Estado. Y vinieron a cumplirla a rajatabla. No es necesario siquiera dictar normas para debilitar al Estado. Se consigue el objetivo mediante el desfinanciamiento del sistema público. Los dos presupuestos de Salud de la era Cambiemos aprobados por el Congreso Nacional fueron a la baja. El presupuesto total descendió de 2,3 a 1,4%. Pero hay dos factores que agravan severamente esta restricción: la inflación en ambos años por encima de la prevista en el presupuesto y la enorme sub-ejecución de los recursos previstos que, en las áreas de prevención y promoción, llega a niveles alarmantes.
¿Qué significa sub-ejecutar? Que del total del presupuesto disponible se utiliza menos cantidad. Si se le suma que el poder de compra del presupuesto aprobado baja por una inflación mayor a la prevista, llegamos a la actual situación de desfinanciamiento grave de los programas nacionales de salud y de los hospitales a cargo del Ministerio Nacional. Pasa exactamente lo mismo en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires: en la primera desde hace 11 años y la provincia desde la asunción de Vidal. En la Provincia de Buenos Aires la velocidad del proceso destructivo del sector estatal es febril.
Por otro lado, ¿qué sucede cuando se recortan recursos a los hospitales, a los centros de atención primaria o a los programas de salud? La población tiene que comenzar a pagar servicios privados. Cuando un equipo de laboratorio o de imágenes de un hospital no funciona y no es reparado premeditadamente, los pacientes o el propio Estado deberán pagar un servicio privado. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el resonador magnético del Hospital Cosme Argerich dejó de funcionar en el año 2006. No se lo reparó ni se compró uno nuevo y el gobierno paga por servicios privados. Lo mismo ocurre con los tratamientos de radioterapia: la única oferta estatal de la Ciudad es obsoleta (bomba de cobalto) y se contratan servicios privados que dan turnos a un plazo muy prolongado. Esto se llama “tercerización”, una forma concreta de privatización. Estos ejemplos simples permiten comprender un fenómeno masivo: la falta de personal en los hospitales producto de la decisión política de mantener los bajos salarios y malas condiciones laborales. El deterioro de una infraestructura sin mantenimiento adecuado y la carencia de insumos son acciones premeditadas que traen aparejada una merma importante en la capacidad prestadora del Estado. A su vez, la población termina pagando de su bolsillo prestaciones que antes le cubría el Estado. Ni qué hablar de los tratamientos medicamentosos que se dejan de brindar, como los del Programa Remediar, o los que brindaba el Programa Nacional de Cáncer, o los de la diabetes, entre otros. La Universidad Nacional de Avellaneda viene siguiendo la evolución de la ejecución presupuestaria en salud y de los precios de los medicamentos. La sub-ejecución llega al 100% en programas tales como investigación, prevención, detección temprana y tratamiento de cáncer (es decir, no se aplicó ni un peso). En cobertura universal de medicamentos se usó sólo el 10,5%; en salud sexual y procreación responsable el 18,8%; en lucha contra el SIDA, enfermedades de transmisión sexual e infectocontagiosas el 52,6% del presupuesto disponible, por sólo citar algunos ejemplos. Programas de prevención de enfermedades inmunoprevenibles (vacunas) también han sido recortados. En cuanto a los medicamentos de uso masivo, sus precios han subido un promedio del 150%
desde diciembre de 2015, con picos del 284% como los usados para tratamientos de la tiroides o 225% como los broncodilatadores. A esta situación se agrega el desfinanciamiento de las Obras Sociales y el PAMI, producto de que sus ingresos están atados a salarios y jubilaciones que crecen a la mitad de la inflación. Todos los días se cortan o se retacean servicios, aparecen los cobros de “plus”, “copagos”, “coseguros”, o sea, al aumento del gasto de bolsillo de la población.
Como broche final, hay dos proyectos del Ejecutivo Nacional que se están poniendo en marcha y terminarán devastando la salud pública, desarmando los programas de prevención, aumentando de modo importante el gasto de bolsillo de los ciudadanos, profundizando la privatización de la prestación de servicios de salud que hoy realiza el Estado y desorganizando de manera terminal el sistema de salud a nivel nacional. Son la llamada Cobertura Universal en Salud y la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AgNETS). La primera generará una precarización de las prestaciones de salud para los sectores más vulnerables, brindándole una “canasta básica” de servicios muy pequeña que cubrirá cada provincia de acuerdo a su capacidad económica y con un ínfimo aporte del gobierno nacional. Por encima de esa “canasta”, el ciudadano deberá pagar de su bolsillo. El que no tenga con qué, se embroma. La AgNETS tendrá como misión quitar de la responsabilidad del Estado y de las obras sociales y prepagas el pagar muchos tratamientos y procedimientos de salud, sacando esas prestaciones del Programa Médico Obligatorio. Será el fin de la salud como un derecho al cual todos los habitantes puedan acceder de manera más o menos equitativa.
(*) Fue Ministro de Salud de la Nación en el año 2015, durante la presidencia de Cristina Kirchner. Director de la revista Soberanía Sanitaria.
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La cuarta moción de censura a Rajoy fue posible gracias a la presión de los nuevos partidos políticos. A pesar de la Ley de Memoria Histórica sancionada en 2007, en España no hubo políticas públicas de DD.HH. ni un proceso de reparación.
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La salida de Rajoy es el fin de la Transición como mito fundacional de la democracia española contemporánea.
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A sólo tres meses de la aparición de Indignados en la arena pública, el PSOE firmó su sentencia de muerte al priorizar el pago de la deuda externa.
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Escribe: Gastรณn Vera Fotos: Gastรณn Vera
Conversaciรณn con Juan Ferrara
"Cocineros Argentinos fue pionero en desacartonar la cocina, en sacar esa idea de cocinero de chaqueta blanca."
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"Hay una batalla contra el tiempo, contra el fast food."
"El alcance federal del programa se veĂa reflejado en cada emisiĂłn con la posibilidad de llegar a diferentes lugares en formato nota o con un mĂłvil."
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"La comida criolla la encontrรกs en los pueblos originarios. Falta trabajo para tener un registro de campo mรกs profundo."
"La cocina estรก conectada con la sensibilidad de todos los sentidos."
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Escribe: Bruno Díaz Fotos: Julia Vélez
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BIBLIÓFAGA Por Julieta Dorio