Revista Historia para Todos Año 2 - Número 4 ISSN 2451 - 6333

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Editor responsable Haro, Agustin

Organismo(s) / Persona(s) responsable de la publicación //Chaile, Facundo Ezequiel //Córdoba, Julio Javier //Haro, Agustin

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//San Salvador de Jujuy

//facu_chaile@hotmail.com

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Índice SECCIÓN ARTÍCULOS 08 | Disciplinamiento e incorporación laboral de la mano de obra indígena en la industria azucarera

del noroeste argentino a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Andrés Felipe Pabón Lara 18 | Un escritor neogallego decimonónico: vida y obra de Fernando Calderón

José Andrés Guzmán Díaz 26 | “En la disputa por el alma del niño…”: el padre Castellani y su proyecto de reforma de la enseñanza

Ariel Julián Otal Landi 36 | Benito Quinquela Martín: Primeros pasos en la vida pública porteña 1910-1920

Miguel Ángel Ochoa 46 | Historia del movimiento juvenil vecinal en Córdoba desde desde un estudio de caso: la Aso-

ciación Vecinal de Cañero. Pedro Pascual Lindes 58 | Historia y postmodernidad: repensando la historia política

Eduardo Nazareno Sánchez

SECCIÓN RESEÑAS 72 | Javier Yuste / El Imperio del Sol Naciente: La aventura comercial. Tres siglos de exploración

y comercio de Occidente con Cipango. Nowtilus, Madrid, 2015 Rubén Almarza González 76 | Lorenzo Meyer / Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México,

Debate, México, 2013 Víctor Peñalver Guirao 80 | Márgara Millán (Coord.) / Más allá del feminismo: caminos para andar,

México, Red de Feminismos Descoloniales, 2014 Liliana María Gómez Montes

TRANSCRIPCIÓN DE DOCUMENTOS 84 | Denunçiaçion de Pedro Maybon, marinero natural de la çiudad de Amburg, en Alemania la baxa,

contra si propio de aver guardado la secta de Martín Luthero. 1604. AGN (México), sección Instituciones coloniales, ramo Inquisición, vol. 273, exp. 5, 11 fs. Eduardo Cruz Soto - Elizabeth Paola Pérez Tapia 98 | Documentos inéditos para una Historia de la Provincia de Aconcagua. Archivo Nacional His-

tórico de Chile , Reglamento para el Cuerpo de Serenos del departamento de Los Andes, 1846, Fondo Ministerio del Interior Vol. 240, fojas 38-43. Hugo José Castro Valdebenito


Palabras preliminares “Si yo fuera anticuario sólo me gustaría ver las cosas viejas. Pero soy historiador y por eso amo la vida”. Henri Pirenne a Marc Bloch

activos de Revista Historia para Todos, sin ellos no hubiera sido posible que hubiese desarrollado esta publicación.

1

Cabe destacar que en estos dos años numerosos artículos, reEstas palabras preliminares, no pretenden más que mostrar

señas y transcripciones de documentos permitieron al lector

brevemente una parte de lo que se van a encontrar en este

tener un gran espectro de temáticas, enriqueciendo de esta

cuarto número de Revista Historia Para Todos. Primero que

manera su interés por nuevas e interesantes investigaciones.

nada, queremos agradecerles a todos los autores y autoras

Los diferentes aportes que llegan hasta este nuevo número, sin

que confiaron en nosotros y que forman parte de esta nueva

lugar a dudas permiten posicionarse en una nueva mirada, una

edición. Siguiendo a lo que habíamos planteado en nuestro

visión a futuro sobre la historia que permita una mayor apertu-

tercer número, creemos que cuando ingresen a la lectura de

ra e inserción a todos los que formamos parte de la disciplina.

esta cuarta edición, el papel de la “alta divulgación” estará más acentuado, ese “medio camino” entre la academia y la

La elección de la pintura “Under one umbrela” – Bajo un paraguas

divulgación, atendiendo de igual manera a investigaciones

– del artista bielorruso – israelí Leonid Afrémov apunta a la repre-

de carácter científico. Siempre buscaremos mantener el foco

sentación de la calma, la quietud y la paz, palabras claves que en

principal, en una clave de la historia, siguiendo a Annales: la

la sociedad de hoy, muchas veces son cuestiones de paso.

problematización Esta cuarta entrega tuvo un proceso de desarrollo que coYa son dos años en los cuales vamos caminando y desarro-

menzó prácticamente al momento en el que terminábamos

llando la revista a paso firme, sin lugar a dudas que han sido

con el tercer número. Las secciones, como viene siendo en

tiempos de crecimiento, reflexión y nuevos desafíos tanto pa-

números anteriores, se encuentra sumamente enriquecida por

ra la historia como para quienes la escriben. Para nosotros

aportes de investigadores provenientes de distintas partes del

significó un gran proceso de aprendizaje, colaboración y desa-

globo como Colombia, España, Argentina, Chile, México y con

rrollo en conjunto, facetas que hasta ahora se consolidan en el

temáticas que van desde los estudios de la industria azucare-

nivel de la revista con el creciente número de participaciones

ra en el noroeste argentino, pasando por los nuevos estudios

en estos cuatro números, donde estudiantes, profesores, licen-

biográficos, la historia oral, la historia de la iglesia para llegar

ciados, magísters y doctores han colaborado en el desarrollo

a discusiones entre la historia y la postmodernidad. En la sec-

de este proyecto tanto siendo evaluadores como participantes

ción de reseñas y transcripciones de documentos, contamos con la colaboración de investigadores e investigadoras que se

1 En Introducción a la Historia, FCE, 1994

encargan de seguir esta idea de la variedad, con trabajos que


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toman la historia de oriente, del feminismo y de la democracia en México, pasando a un análisis de un proceso inquisitorial y del reglamento constitutivo del Cuerpo Serenos del departamento de Los Andes. Por todo esto, los invitamos a que se adentren en la lectura de este nuevo número de Revista Historia para Todos que esperamos puedan disfrutar tanto como nosotros. Desde ya, hacemos extensivo el agradecimiento a todos los evaluadores que participaron de este número, a los autores que confiaron en nosotros, a todos aquellos que van a leer a partir de las próximas páginas: Andrés Felipe Pabón, José Andrés Guzmán Díaz, Ariel Julian Otal Landi, Miguel Ángel Ochoa, Pedro Pascual Lindes, Eduardo Sanchez, Rubén Almarza González, Víctor Peñalver Guirao, Liliana Gómez Montes, Elizabeth Paola Pérez Tapia, Eduardo Cruz Soto y Hugo Castro Valdebenito. En fin, nuevamente les agradecemos a todos por acompañarnos y confiar en nosotros, esperamos que disfruten de esta nueva edición de Revista Historia para Todos y esperamos encontrarlos el año próximo, ya en nuestro tercer año con nuestro número 5 en junio de 2017. ¡Feliz año!

Diciembre/16 Agustín Haro – Director Facundo Chaile – Co-director Julio Javier Córdoba – Co-director



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SECCIÓN

ARTICULOS


Disciplinamiento e incorporación laboral de la mano de obra indígena en la industria azucarera del noroeste argentino a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Andrés Felipe Pabón Lara

En este trabajo se postula la existencia de una relación entre el proceso de construcción estatal, el desarrollo de la industria azucarera del noroeste argentino y la incorporación de mano de obra indígena en este proceso. Para lograr la incorporación de las comunidades indígenas asentadas en el territorio a finales del siglo XIX, se recurrió a la vinculación entre formas de coacción jurídica y dispositivos de disciplinamiento laboral, tendientes a la utilización de la mano de obra indígena en beneficio de intereses económicos de los sectores de poder. Paralelamente, las comunidades resultaron receptoras de formas de sometimiento cultural y dominio político que concurrieron en la aspiración de la transformación del indígena como presupuesto de su vinculación al modelo estatal. Palabras Clave: Industria azucarera, cuestión indígena, disciplinamiento laboral

Emprender el examen de la incorporación de mano de obra

naciente Estado. Así, el modelo agropecuario estuvo centrado

en el desarrollo de la industria azucarera argentina requiere

en torno a la Capital Federal y las provincias del Litoral, lo que

necesariamente inscribir este fenómeno dentro del proceso

posibilitó el reforzamiento del poder político de los sectores

general latinoamericano de integración económica en los

sociales allí afincados. No obstante, la consolidación de un or-

mercados mundiales, reconociendo que por este proceso las

den nacional alcanzada hacía 1880 supuso un cierto balance

estructuras productivas del subcontinente se organizaron

en la distribución regional del poder político entre la zona cen-

principalmente en torno a la explotación de materias primas

tral y el resto de provincias del interior. De este modo, dichas

destinadas al comercio de exportación. En la Argentina deci-

provincias pudieron constituir un vector de fuerza política que

monónica este modelo de integración comercial se fundó en

les permitió postular y defender en los circuitos del gobierno

la explotación agropecuaria, como actividad protagónica del

nacional acciones tendientes a favorecer los intereses ligados

desarrollo económico del país. Sin embargo, la extraordinaria

a sus industrias, logrando que ciertas medidas proteccionistas

dimensión del modelo productivo de exportación agropecuaria

coexistieran en un marco general de libre cambio1.

permitió, de forma relativamente marginal, el desarrollo paralelo de una industria incipiente que, fundada básicamente en

Pero no solo el factor político resulta relevante para recono-

torno a la producción azucarera y vitivinícola, estuvo princi-

cer la importancia del desarrollo industrial argentino durante

palmente destinada a suplir el mercado de consumo interno.

esta época, ya que los registros de distribución demográfica

Indudablemente, resultaría insostenible la idea de un desa-

y crecimiento poblacional permiten establecer una evidente

rrollo balanceado entre esta industria y el patrón productivo

relación entre las estructuras productivas y las formas de

agroexportador, teniendo en cuenta que esta última actividad

asentamiento y migración de la población. Puede reconocerse

tuvo una significación superlativa durante la segunda mitad

un claro desarrollo de la explotación agropecuaria de las pro-

del siglo XIX y las primeras décadas del XX, pero no por ello

vincias del Litoral basado en mano de obra proveniente de la

podemos restar importancia a la industria azucarera, más

migración atlántica europea, frente a una industria azucarera

aún, si se reconoce la particularidad geográfica de su desen-

asentada en las provincias del noroeste sostenida por mano

volvimiento. Es necesario por ello contextualizar el desarrollo

de obra local y regional. Teniendo en cuenta que tanto la es-

de estos dos modelos productivos dentro del proceso político de organización estatal, proceso en el cual no estaban en disputa solamente los modelos de estructuración productiva sino también la distribución geográfica del poder dentro del

1  Al respecto puede verse: Chiaramonte, José Carlos. “La cuestión regional en el proceso de gestación del Estado Nacional argentino”, en: Mercaderes del Litoral, Buenos Aires, FCE, 1991.


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tructura productiva colonial como el modelo de organización

obra integrada al trabajo de la industria azucarera, más aún

política del régimen monárquico propiciaron un poblamiento

cuando atendemos a las características socio-culturales de la

principalmente asentado en dicha región noroeste, próxima a

población de la época y región, y a las condiciones específicas

los importantes centros económicos y políticos del Alto Perú

de trabajo a las que se sometían, situación que claramente,

y al circuito comercial que giraba en torno a la minería, debe

aunque no simplemente en términos étnicos o raciales, los

reconocerse entonces una situación de muy baja densidad po-

diferenciaba de los trabajadores europeos. En este orden de

blacional para la región Litoral, que fue cubierta en el siglo XIX

ideas, intentaré esbozar una caracterización general de las

por inmigración ultramarina, o, lo que sería equivalente, que no

principales pautas seguidas para la incorporación de la mano

lo fue con migrantes internos.

de obra dentro de la industria azucarera del noroeste argentino (en adelante, NOA) durante el periodo de referencia que, como

Los interrogantes sobre esta situación han intentado respon-

se verá, implicó principalmente la utilización de mano de obra

derse desde distintas perspectivas. Se apunta a reconocer,

indígena. Vale aclarar que, aunque el foco principal del desarro-

por un lado, la existencia de ciertos factores de retención en la

llo de dicha industria está referido a la provincia de Tucumán,

forma de coerción laboral y de proteccionismo político regio-

algunos ingenios se establecieron en otras regiones cercanas,

nal, que mantuvieron a la industria azucarera como deman-

como Jujuy o Salta, principalmente en la parte final del auge

dante trascendente del mercado laboral, y, por otra parte, la

de esta industria. Sin ignorar el predominio tucumano, en el

existencia de factores diferenciales de capital humano que

presente trabajo se hará referencia genérica al NOA como es-

significaron una desventaja comparativa para los trabajado-

cenario geográfico de la explotación azucarera.

res locales frente a los migrantes ultramarinos, especialmente en actividades agrícolas y urbanas2. Acá, pretendo abordar

LA INDUSTRIA AZUCARERA

estas perspectivas explicativas introduciendo, o explicitando,

Antes de referir puntualmente los mecanismos de incorporación

dos elementos que considero fundamentales para dar cuenta

de la mano de obra dentro de la industria azucarera argentina del

de la relación entre el desarrollo industrial de la época y las

periodo estudiado, es preciso establecer ciertas características

variables de la migración y distribución poblacional desde la

de este tipo de explotación económica, en la medida en que re-

perspectiva de la incorporación de la mano de obra. Por una

sultan cruciales para entender el modelo de interacción laboral

parte, quiero referir que, a diferencia de la Europa del periodo

que le fue consecuente. La inscripción temporal del desarrollo

que actuaba claramente como ‘lugar de empuje’ de trabajado-

de esta industria nos permite dar cuenta de una transición, esto

res hacía el litoral argentino (y otras regiones sudamericanas)

es, como se mencionó antes, el paso de una economía signada

que fungían como ‘lugar de atracción’, el noroeste argentino

por el desarrollo minero altoperuano que implicaba la activación

intentó consolidarse durante el periodo de auge de su indus-

comercial dispuesta en torno a abastecer estos mercados, por

tria azucarera como lo que yo llamaría lugar de retención,

ejemplo, con la cría o levante de ganado, a una integración al cir-

e incluso, como otro ‘’lugar de atracción’’, a escala regional.

cuito mundial, en donde el patrón de productividad estaba ma-

Complementariamente, busco evidenciar que el supuesto ‘’di-

yormente influenciado por determinantes externos, por ejemplo,

ferencial en el capital humano’’, definido en términos de ‘‘entre-

la fijación de precios o la competencia del azúcar de remolacha

namiento’’ y ‘‘adaptación’’3, debe entenderse dentro del proceso

europeo. Este transito implicó que los grandes poseedores de tie-

histórico de disciplinamiento o proletarización de la mano de

rras se volcaran a transformar sus haciendas en plantaciones e ingenios lo cual suponía la introducción de capitales adicionales

2  Gerchunoff, Pablo. & Torre, Ivan. Criollos y europeos: la dimensión demográfica del desarrollo argentino a fines del siglo XIX, (mimeo), 2012. p. 7. 3  Gerchunoff, Pablo. & Torre, Ivan. Criollos y europeos, ibídem. p. 8.

referidos a la tecnificación necesaria para adelantar el proceso de producción. La escasez regional de estos capitales de inversión caracterizó el nacimiento y desarrollo de la industria del azúcar y significó una presión constante para los industriales que reque-


rían no solo del apoyo del Estado central, a través de medidas de

DISCIPLINAMIENTO LABORAL

tipo proteccionista, sino que les imponía la máxima reducción en

La caracterización de la interacción laboral dada dentro de la

los costos de producción, afectando con esto el costo laboral4.

estructura de explotación azucarera debe partir de un análisis del salario como mecanismo primigenio de la incorporación

Este tránsito hacía la incorporación al circuito mundial del comer-

al mundo del trabajo industrial. Pese a las dificultades de ras-

cio, hizo que la industria azucarera argentina sustentara su com-

treo que los investigadores reconocen frente al tema, puede

petitividad en los volúmenes productivos o, en otras palabras, en

sustentarse genéricamente una relación que oscila entre la

la destinación territorial de gran extensión para la explotación de

paridad y la tenue desventaja de las asignaciones nominales

la caña. Esto significó una concentración aún mayor de la tenen-

percibidas por trabajadores en el NOA frente a aquellas recibi-

cia de la tierra y la consecuente acumulación de la riqueza en

das en Buenos Aires y el Litoral. Un examen del poder adqui-

tanto los precios de la tierra ascendían vertiginosamente, mucho

sitivo de dichos salarios resulta igualmente desfavorable para

más con la introducción del ferrocarril después de 1876. Resulta-

los trabajadores del interior en atención al aumento de precios

ban afectados por este proceso de concentración de la tenencia

que tenían en el NOA los productos importados a causa de los

de la tierra los pequeños poseedores y los arrendatarios en tan-

fletes del transporte hacia aquellas provincias, y a la mayor

to sus tierras eran requeridas para el desarrollo de la plantación

disponibilidad de productos básicos como la carne y el trigo en

extensiva, su productividad resultaba imposibilitada de competir

la zona litoraleña. Sin embargo, resulta de mayor contundencia

frente a este patrón de explotación y, como corolario, su mano

explicativa el análisis del factor salarial cuando, además de un

de obra aparecía como indispensable en un contexto general de

estudio comparativo con la oferta salarial de otras regiones, se

escasez de trabajadores.

emprende un análisis del impacto social que el trabajo asalariado pudo tener en la región y para la época. Esta perspectiva

El patrón productivo de la industria azucarera imprimió una

permite reconocer cómo, en sí misma, la asignación salarial

caracterización particular a la interacción laboral en tanto la

no comprendía un medio suficiente para garantizar toda la in-

naturaleza propia del cultivo de la caña implicaba que su ex-

corporación de mano de obra requerida para la explotación

plotación, como ya vimos, de gran extensión, se desarrollara

azucarera, o, al menos, para garantizar su permanencia una

además de forma estacional, requiriendo la incorporación de

vez la captación inicial se lograba.

una amplia cantidad de mano de obra de forma temporaria en los periodos de corte o zafra. Esta particular vinculación labo-

En cuanto al relativo éxito de la oferta salarial para atraer

ral se sustentaba en una destinación intensiva de dicha mano

mano de obra es necesario tener en cuenta a los sectores

de obra, implicando un trabajo semanal de 7 días y extensivo

receptores de tales ofertas. Un mirada muy general sobre la

a jornadas nocturnas. Este tipo de trabajo que, como ya se

composición de tales sectores, para la época y región, señala

mencionó, no podía garantizarse a partir de una razonable re-

la existencia de parcialidades étnicas que tradicionalmente

tribución económica, pues se estimaba preciso bajar los cos-

habían desarrollado formas de autosubsistencia, como la ga-

tos laborales como prerrequisito de la viabilidad económica,

nadería o agricultura en pequeña escala, grupos para los que

solo resultaba posible gracias a un fuerte disciplinamiento del

la recolección de los frutos de la naturaleza resultaba práctica-

sector trabajador, tarea que asumieron los industriales y fue

mente suficiente para garantizar su mantenimiento o sectores

acompañada por el Estado bajo el desarrollo de una ‘‘coacción

empleados bajo formas arcaicas de servidumbre. En síntesis,

jurídica’’5 encaminada a efectivizar y legitimar el disciplina-

sectores que reconocieron, desarrollaron, e incluso, prefirieron

miento postulado por los intereses económicos industriales.

formas alternativas al trabajo asalariado6. Por ello, la demanda laboral no podía limitarse a la cuantificación de un salario

4  Para Jorge Balán, la escasez de capitales implicó también la introducción de inversores porteños y extranjeros, lo que significó básicamente la integración de intereses de tipo financiero como otro factor determinante en el desarrollo de la industria azucarera. Al respecto ver: Balán, Jorge. ‘’Migraciones, mano de obra y formación de un proletariado rural en Tucumán, Argentina, 1870-1914’’, en: Demografía y Economía, vol. X, n. 2, 1976. 5  La tesis de la coadyuvancia estatal en el disciplinamiento laboral es postulada por varios autores. La acepción de coacción jurídica fue tomada de: Teruel, Ana. ‘’Regulación legal del trabajo en haciendas, ingenios y plantaciones de la caña de azúcar en la provincia de Jujuy. Siglo XIX a mediados del XX’’, en: Campi, Daniel (comp.). Estudios sobre la historia de la industria azucarera argentina. San Salvador de Jujuy, UNJ-UNT, 1991. p. 100.

(lo cual podría surtir efectos frente a sectores que no tenían otra alternativa, como los inmigrantes ultramarinos) sino que requería la destrucción o ‘’disminución de posibilidades alternativas de subsistencia’’7. Evaluando la insuficiencia del factor salarial para garantizar la

6  Campi, Daniel. ‘’La evolución del salario real del peón azucarero en Tucumán (Argentina) en un contexto de coacción y salario ´´arcaico´´. (1881-1893)’’, en: América Latina en la historia económica, No. 22, 2004. p. 110. 7  Teruel, Ana. Regulación legal, ibidem, p. 111.


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http://www.salta21.com/Azucar-amarga-Ingenio-Ledesma-y-el.html

permanencia de la mano de obra dentro de las labores propias

relacionados con descuentos por consumo, daño o robo de caña,

de la explotación azucarera, se torna imprescindible cuestionar,

y con estipulaciones como la del ‘‘ahorro obligatorio’’, entre otras8.

ya no el monto salarial, sino las prácticas que limitaban su efectiva y completa recepción por parte de los trabajadores. Aunque

No puede colegirse de lo anterior una insignificancia absoluta

tampoco se cuente con un rastreo sistemático sobre el pago

del salario como factor de incorporación laboral, sino, como

efectivo de los salarios, las fuentes históricas permiten distinguir

se ha expuesto, un factor altamente matizado por prácticas

ciertas prácticas comunes que limitaban la recepción plena del

que terminaban relativizando su trascendencia dentro de la

salario estipulado. Vale mencionar en primer término el pago en

interacción laboral típica del patrón productivo que aquí se

especie, circunstancia por la cual la alimentación y el vestido re-

analiza. Según Daniel Campi, esta circunstancia se hace parti-

sultaban incluidos, o mejor, descontados del monto monetario

cularmente evidente ante el manejo del adelanto de salarios y,

recibido. Asimismo, el pago en fichas o bonos canjeables dentro

complementariamente, del endeudamiento por dicho adelanto,

de los almacenes o proveedurías del mismo ingenio generaba

como factores de captación y retención, respectivamente, de

una clara limitación a la disponibilidad salarial, más aún cuando

la mano de obra para la explotación azucarera. El autor pos-

se constataba usualmente que los trabajadores se veían obliga-

tula la existencia de una especie de ‘‘peonaje por deudas’’ que,

dos a canjear lo que estuviese disponible en la proveeduría y no

si bien no puede ser plenamente medido en razón a la preca-

lo que necesitaran. De mayor gravedad resultaba la imposición

riedad de las fuentes, si puede relacionarse con las causas

de retenciones y penalidades por días no laborados o por falta de

policiales y/o judiciales seguidas por fuga de los peones, toda

cumplimiento de la labor asignada para la jornada. En el primer

vez que, al corroborar la reiteración de estos casos puede de-

caso, el trabajador no solo resultaba perjudicado por la falta de

ducirse el carácter sistemático de la práctica del adelanto y el

pago en un día de descanso, sino que se le despojaba de otra

endeudamiento como medio de disciplinamiento laboral, así

parte más del salario que se presentaba como ‘‘premio’’ o bonifi-

como la fuga como única vía de resistencia a una costum-

cación por trabajo ininterrumpido semanal o mensual, pero que

bre que debe ser comprendida en su dimensión de coacción

era parte del salario nominal, configurándose una penalización doble. La afectación por incumplimiento de la meta de trabajo fijada para la jornada significaba el no pago en absoluto del trabajo realizado, ni siquiera en la parte efectivamente completada. Otros aspectos que disminuían el salario real percibido estaban

8  Un desarrollo pormenorizado de estas prácticas se encuentra en: Conti, Viviana & Teruel, Ana & Lagos, Marcelo. Mano de obra indígena en los ingenios de Jujuy a principios de siglo. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988.


extraeconómica9. Son indicios igualmente claros del carácter

mano de obra de los sectores populares. En relación directa y

reiterativo del endeudamiento las evidencias resultantes del

complementaria con la institución jurídica de la persecución

seguimiento de no pocas transacciones de tipo comercial en-

a la vagancia, la industria azucarera del NOA resultó mediada

tre industriales azucareros de la época, en donde se da cuenta

por las disposiciones propias de lo que se llamó ‘‘ley de con-

de la transferencias de derechos por el pago de deudas de

chabos’’. Esta figura jurídica instalaba una clara afectación a

un patrón a otro o el inventario de los peones y sus deudas

la libertad de los trabajadores en la medida en que estipulaba

como bienes integrados en la venta de fincas.10 Por su parte,

la obligatoriedad del porte de una ‘papeleta de conchabo’ co-

la persecución estatal ante la fuga del trabajador estaba sus-

mo documento en el que se consignaba la destinación laboral

tentada en la figura o principio jurídico del ‘‘hurto de servicios’’,

del portador, esto es, una especie de prueba para refutar el

que disponía el carácter delictivo de la conducta del peón que

implícito de su vagancia y por ende su carácter criminal y la

abandonaba sus oficios sin el consentimiento del patrón, ya

posibilidad de utilización como mano de obra. En otras pala-

fuese que su evasión comprendiera la falta de pago de una

bras, implicaba que quien no tuviera consigo como elemento

deuda, o aún si no mediaba endeudamiento alguno vigente.

de identificación su papeleta de conchabo podría ser imputa-

Bajo este principio se preconizaba que el empleador era des-

do como vago. Este dispositivo remarcaba un evidente des-

pojado de su derecho a utilizar los servicios de mano de obra

equilibrio entre los trabajadores y sus empleadores, es decir,

del trabajador, siendo equivalente tal despojo al hurto de una

aquellos autorizados a elevar o firmar dichas papeletas, refor-

parte de su patrimonio, es decir, equivalente a un delito, del

zando la dependencia y sumisión de los trabajadores frente

cual obviamente debía desdoblarse la aplicación de una pena.

a los patronos. La ley de conchabos no solo constituía una afrenta contra la libertad personal y hacía de la falta de incor-

Podría argumentarse con razón que la legislación reconocía

poración a la relación salarial de trabajo un delito, sino que

también la posibilidad de terminación unilateral y bajo preavi-

brindaba otras prerrogativas al empleador como la posibilidad

so del contrato por parte del trabajador, siempre, desde luego,

del castigo de encierro hasta por 24 horas para sus trabajado-

que este no se encontrara en deuda con su empleador. Sin

res o la eficacia y suficiencia de su palabra como prueba de

embargo, resulta necesario evaluar este tipo de disposiciones

los pagos que podían entrar en disputa judicial11. Hay eviden-

atendiendo a la complejidad del aparato normativo, bajo el

cias también del aprovechamiento de la fuerza policial que en

cual los dispositivos legales actúan de forma complementaria

algunos casos fungió como mediadora en la compra y venta

unos con otros y están mediados por las particularidades de

de deudas de peones prófugos, e incluso extorsionó a traba-

su implementación práctica y no solo por la literalidad de su

jadores con una suerte de impuesto por el benefició de estar

presentación. Vale, pues, retomar la idea de la ‘coacción jurí-

conchabados12. Como se expondrá a continuación, la fuerza

dica’ para evaluar las disposiciones atinentes a la vinculación

militar jugó también un papel decisivo en la incorporación de

y desvinculación laboral, y otras instituciones jurídicas de la

la mano de obra indígena en la industria azucarera. Con esto,

época como dispositivos de intervención estatal en la interac-

podemos reafirmar el carácter de coparticipe necesario que

ción y disciplinamiento laboral.

tuvo la estatalidad, en sus formas provincial y federal, y bajo dispositivos consecuentes con la idea de la coacción jurídica,

Como una herencia colonial hispanoamericana, los regímenes

frente al proceso de incorporación y retención de la mano de

republicanos decimonónicos adoptaron y adaptaron la repre-

obra en la industria azucarera.

sión contra la vagancia no solo en atención a lo que podríamos reconocer como perspectiva del régimen Habsburgo, dirigida

LA CUESTIÓN INDÍGENA

al mantenimiento del orden por vía de la imposición de bue-

En atención a la composición social y étnica de la región del NOA

nas costumbres por sobre aquellas tildadas de ‘‘relajadas’’ o

y a la precariedad de la oferta laboral para cubrir las necesidades

perjudiciales, sino también bajo la pretensión borbónica del

de la industria azucarera, la población indígena resultó -debido a

reforzamiento del orden como imperativo del aprovechamien-

su bajo costo pero sobre todo a la intensidad y características de

to económico, lo que se tradujo en el siglo XIX en una combi-

su trabajo- especialmente atractiva para ser incorporada en el

nación del control social propio del orden penal con la atribu-

proceso de explotación azucarera, por los factores que expondré

ción de penas encaminadas a efectivizar la explotación de la

a continuación. La instancia básica de inclusión de mano de obra

9  Campi, Daniel. ‘’Captación y retención ilegal de la mano de obra por endeudamiento. El caso de Tucumán en la segunda mitad del siglo XIX’’, en: Campi, Daniel (comp.). Estudios sobre la historia de la industria azucarera argentina. UNJ-UNT, San Salvador de Jujuy, 1991.

11  Eduardo Rosenvaig concluye que la figura del conchabo se aproximó en la práctica a lo que él llama una ´´ley de esclavitud´´. Ver: Rosenvaig, Eduardo. La Cepa. Arqueología de una cultura azucarera. Letra Buena, Buenos Aires, 1995. p. 294.

10  Campi, Daniel. ‘’Captación y retención ilegal…’’, ibídem.

12  Rosenvaig, Eduardo. La Cepa, ibídem. p. 295.


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indígena en esta industria estuvo íntimamente relacionada con el

social allí asentada. La afectación sufrida por los indígenas

proceso general de asimilación de la población aborigen no co-

en términos físicos, de por sí muy grave y catalogada con-

lonizada dentro de la formación del estado nacional argentino13.

temporáneamente como genocidio, tuvo como complemento

A diferencia de políticas de integración de poblaciones aboríge-

necesario la afectación socio-económica relativa a la modifica-

nes llevadas a cabo en otros países, fundadas sobre la base de

ción de sus zonas de movilidad y el impedimento de sus acti-

la concreción de reducciones o concentraciones de los sujetos

vidades comerciales, dando con ello forma a una relación con

originarios con el fin de adelantar su ‘‘civilización’’, la dirigencia

el Estado definida por un claro desconocimiento de éste de

argentina optó por la práctica del ‘‘extrañamiento’’ esto es, por la

los intereses de los pobladores originarios. La acción estatal

imposición de una migración forzada que pretendía una disper-

desconocía las problemáticas indígenas, no necesariamente

sión del indígena conducente a su desaparición cultural y, gra-

porque en la época se pretendiera su exterminio físico, sino en

dualmente, física14.

tanto se concebía su ‘‘civilización’’ como una asimilación dentro de la cual el indígena debía adoptar plenamente el modelo

Para analizar la intervención estatal argentina de finales del

occidental, abandonando sus costumbres, esto es, desapare-

siglo XIX, es necesario reconocer como antecedente el tipo

ciendo culturalmente.

de relaciones interétnicas dado en las inmediaciones de la llamada ‘‘frontera del desierto’’, en el sur del territorio, en don-

En 1877, la muerte del ministro de guerra Alsina y su sucesión

de el indígena se configuraba en una contraparte importante

por parte de Roca abre otra etapa en las relaciones interétnicas

de relaciones comerciales relativas especialmente al ganado

impulsadas por parte del Estado en el sur del territorio. En esta

bovino. La organización indígena representaba una suerte de

etapa, la de la llamada ‘‘conquista del desierto’’, la intervención

contención política a la expansión estatal. Si bien es cierto

se torna más claramente represiva. Acompaña y legitima esta

que la búsqueda republicana por desarrollar un control más

represión un discurso igualmente deslegitimador de lo indíge-

férreo frente a las sociedades indígenas y la entonces llama-

na que si bien ya no lo considera como un producto atávico de

da ‘‘frontera’’ no se circunscribe con exclusividad a la segunda

la precariedad propia del desierto, mantiene la mirada peyorati-

mitad del siglo XIX, resulta evidente que es a partir de 1874,

va al señalar al indio como un bandolero o un enemigo. Desde

con el denominado ‘‘Plan de Alsina’’, que se postula una acción

esta concepción, el crimen cometido por los indígenas no se

sistemática de penetración estatal como política de interven-

reducía a sus incursiones o malones, sino se extendía a su so-

ción. Esquematizada en su forma de ‘‘zanja patagónica’’, la ac-

la presencia en el territorio que el Estado ahora deseaba hacer

ción estatal podría ser percibida como una actitud defensiva

suyo. En esta lógica, la desintegración cultural podía perfec-

en tanto parecía apuntar al impedimento del robo de ganado

tamente incluir la extinción física. La incursión armada como

sufrido a raíz de los malones indígenas. Sin embargo, esta

operación sistemática de conquista territorial llevada a cabo

intervención implicó también una expansión territorial. Se ha

con mayor fuerza entre 1878 y 1880, comprendió una movili-

sostenido al respecto que dentro de esta etapa se esbozaba

zación de alrededor de 6000 soldados15 y significó la muerte

un enfrentamiento al desierto y no al indígena. El argumento

de algo más de 1300 indios de lanza Se trató de un ataque

principal estaba centrado en la concepción de matriz liberal de

del Estado argentino contra un sector poblacional, ejecutado

la organización nacional que relacionaba la institucionalidad

en forma de enfrentamiento bélico, aunque enmarcado en un

moderna con la integración territorial y el desarrollo econó-

contexto de clara asimetría. La acción represiva estatal se ex-

mico, de tal suerte que la productividad plena pasaba por el

tendió al tratamiento dado a los denominados ‘‘prisioneros de

poblamiento y explotación absoluto del territorio. Los espa-

guerra’’, combatientes y no combatientes, cuya cuantificación

cios improductivos (que para la retórica de la política pública

aproximada ronda los 13.000 individuos16. Estos últimos, aun-

se denominaban ‘‘despoblados’’) tanto en el sur como en el

que sobrevivientes del ataque armado, no resultaron liberados

norte, significaban tanto una afectación económica como una

de una incorporación al Estado que se fundamentaba en su

irracionalidad. Pero la separación entre el desierto y los pobla-

desaparición, en este caso, cultural, a través de su ‘‘civiliza-

dores originarios solo podía funcionar retóricamente ya que en

ción’’. La primera iniciativa oficial fue el llamado ‘‘sistema de

la práctica resultaba imposible tal disensión. Evidentemente,

distribución’’, que significaba el desplazamiento geográfico de

penetrar en el territorio significaba penetrar en la organización

los indígenas, esto es, la expropiación de sus posesiones te-

13  Ver, entre otros: Valko, Marcelo. Los indios invisibles del malón de la paz. De la apoteosis al confinamiento, secuestro y destierro. Ediciones Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2007, p. 67-83. 14  Mases, Enrique. Estado y cuestión indígena. El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio (1878-1930). Prometeo, Buenos Aires, 2010, p. 113 y ss.

rritoriales. La distribución implicaba el reparto, principalmente de mujeres y niños indígenas, a familias que los destinaban a 15  Martínez Sarasola, Carlos. Nuestros paisanos los indios. Emecé, Buenos Aires, 1992, p. 278. 16  Mases, Enrique. Estado y cuestión, ibídem. p. 61.


http://www.elortiba.org/guedes.html

la prestación de sus servicios domésticos, mientras que los

modificar la imagen del indígena como fuente de peligro, la

hombres eran empleados para el servicio de las armas o en

cambió por una realidad de indefensión y anonimato, y una

labores agrícolas. Se trataba de una destinación forzosa que

concepción atávica de su cultura. Como parte del sistema

causaba normalmente el desmembramiento de las familias,

de ‘‘repartimiento’’, gran cantidad de indios mapuches y ran-

usualmente definitivo, e incluso en instancias tan trágicas co-

queles, entre otros, provenientes de las regiones pampeana y

mo la de la separación de la madre de sus hijos pequeños17.

patagónica y víctimas de la llamada ‘‘conquista del desierto’’, fueron destinados, a modo de prisioneros de guerra, al servicio

El sistema de distribución se implantó como una alternativa

en plantaciones e ingenios. Son muy numerosos los testimo-

rápida para alcanzar la integración de los indígenas a la socie-

nios que dan cuenta de la llegada permanente en la década de

dad civilizada, lo que era entendido como algo tanto necesario

1880 de ‘‘remesas’’ de indios, traídos en los vagones usados

como indefectible. El indígena, despojado de su peligrosidad y

para el trasporte de ganado, y destinados al servicio de patro-

su carácter de enemigo, pasaba a ser considerado como un

nes previamente especificados18.

elemento del pasado o como un sujeto que aún no alcanzaba un grado natural de evolución. El modelo de integración

Una vez finalizada la guerra contra Paraguay hacía 1870, la

social estatalmente impulsado implicaba una transformación,

región del Chaco sufrió una creciente militarización relaciona-

proceso ante el cual el indígena no tenía nada que aportar.

da con los tratados y adjudicaciones territoriales producto de

Se estipulaba como imperativo el hecho de alejar al indio de

dicha posguerra, pero al mismo tiempo, con la necesidad de

su medio, de sus tierras, en tanto estas contextualizaban el

mantener y reforzar el control sobre las extensas poblaciones

escenario de usos y costumbres que comprendían su atraso.

de originarios de la zona, cuyas características dificultaban la

El ideal decimonónico y liberal del progreso legitimaba enton-

obtención de datos precisos en términos de su cuantificación

ces tanto el despojo territorial de espacios que podían ahora

demográfica19. Ya establecidos y consolidados los límites geo-

ser plenamente explotados, como la intervención social ante

gráficos del país, y luego de la fundación de Formosa como

sujetos que debían ser llevados a un grado óptimo de ‘‘evolu-

ciudad capital en 1879, y de la organización de los territorios

ción’’, siendo el trabajo el mecanismo principal para alcanzarlo. El sistema de distribución funcionó en la práctica como la oficialización de la expropiación al indígena y, aunque logró 17  Mases, Enrique. Estado y cuestión, Op. Cit. p. 110.

18  Mases, Enrique. Estado y cuestión, Op. Cit. p. 115-116. 19  Teruel. Ana. Misiones, economía y sociedad. La frontera chaqueña del Noroeste Argentino en el siglo XIX. Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2005, p. 47.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 15

nacionales, contemplada por la ley 1532 de 1884, los indíge-

dades trasladadas desde el sur del territorio como de comu-

nas, que según esta misma norma debían ser llevados gra-

nidades asentadas en la zona del Chaco, a la industria azu-

dualmente a la ‘‘vida civilizada’’, fueron objeto de intervención a

carera del NOA. Como ya se mencionó, en términos formales

partir de una serie de campañas o expediciones militares guia-

esta incorporación estuvo enmarcada bajo los parámetros de

das por una suerte de ‘‘táctica de arrinconamiento’’ dentro de

la relación salarial, aunque esta resultaba practicada a partir

la cual las ‘‘operaciones de desgaste’’ y la búsqueda y aprisio-

de dispositivos de opresión evidentes. Aunque una aparente

namiento de caciques fue desarrollándose sistemáticamente

contradicción puede desprenderse de la práctica conjunta del

como una “metodología de debilitamiento del adversario” en

desplazamiento forzado y la contratación laboral, era claro

el contexto de organización del poder en la región.

que sobre el indígena primaba una percepción racista y mar-

20

ginadora o, cuando menos, paternalista. Así, el trato dado al La acción militar desplegada en esta zona socavó las escasas

indígena trabajador combinaba los castigos físicos propina-

posibilidades de que en el Chaco la integración del indígena

dos por los capataces, el hacinamiento y la mala alimentación,

estuviese encabezada por las misiones católicas que inten-

con el supuesto cuidado que se establecía en cláusulas de su

taron continuarse o establecerse, viéndose limitadas por la

contratación que estipulaban que, si bien se fijaba un salario,

constante presión militar a un papel residual de agentes repa-

éste solo se pagaría cuando llegase el momento en que el in-

radores de las urgencias médicas, sanitarias y sacramentales

dio pudiera tener la madurez para administrar libremente sus

de los pobladores originarios. No obstante, válido es recordar

bienes, u otras que consagraban que el primer año de trabajo

que tanto el Estado como la Iglesia concordaban en la necesi-

sería recompensado con un salario bajo en tanto este com-

dad del abandono de las costumbres indígenas como prerre-

prendía una etapa de aprendizaje22. Resultaban los indígenas

quisito ineludible de su incorporación al modelo hegemónico;

destinados al trabajo en largas y extenuantes jornadas, some-

simplemente diferían en cuanto a las medidas aplicables para

tidos a la inclemencia del clima, a la desprotección frente a las

alcanzar tal fin.

enfermedades y, como corolario, a la invisibilización social de su situación23, lo que condujo a su disminución poblacional.

Una diferencia importante frente a la represión en la Pampa y la

Además del trabajo en temporada de zafra, la mano de obra

Patagonia se relaciona con las prácticas de captura y distribución

indígena era aprovechada en otras épocas para el manteni-

adelantadas en aquellas zonas y las tácticas de debilitamiento y

miento de los cercos y cañaverales, la construcción de casas,

arrinconamiento llevadas adelante en el Chaco. Esta distinción

caminos y puentes, y la excavación de acequias, entre otras

guarda estrecha relación con el interés económico del sector di-

labores. Tampoco se desaprovechaba la menor capacidad fí-

rigente del Estado en tanto el desplazamiento de los indígenas en

sica para el trabajo en la plantación de mujeres y niños, pues

el sur estuvo relacionado con la calidad y el potencial de explo-

eran estos destinados a labores acordes, aunque no por ello

tación de sus tierras en aquella región, y con el tipo de actividad

menos rigurosas.

productiva a priorizar allí, esto es, de baja aplicación de mano de obra, mientras que la calidad de las tierras, el patrón productivo y,

El trabajo estacional implicaba la utilización de gran cantidad

sobre todo, la inmensa necesidad de mano de obra impusieron la

de mano de obra, no necesariamente especializada, y al mis-

urgencia de la conservación de los indígenas en la zona norte del

mo tiempo, la necesidad de licenciamiento forzado de esta

país. Estos mismos factores permiten explicar el hecho de que la

mano de obra ante la imposibilidad de cubrir los gastos que

acción estatal se enfocara en la destrucción de las formas alter-

implicaría una vinculación permanente de tan extensa canti-

nativas de subsistencia de los indígenas y en su disciplinamiento

dad de trabajadores. Por su cercana ubicación geográfica, los

como mano de obra asalariada, combinando para tal fin otras

pueblos tobas y matacos del Chaco resultaban apropiados pa-

formas de intervención, como la mencionada coacción jurídica,

ra cubrir ambas dimensiones del asunto, básicamente debido

patente en los códigos rurales estipulados por los gobiernos te-

a la posibilidad de su reclutamiento o ‘‘enganche’’ en masa y

rritoriales que implantaban restricciones al uso de los recursos

a su predisposición para el retorno a sus lugares de origen

naturales y prohibiciones referidas a la caza, afectando con esto

una vez cumplida su labor. No debe pensarse sin embargo en

claramente las formas tradicionales de subsistencia indígena y

una vinculación totalmente voluntaria ya que, como quedó ex-

sus costumbres de explotación equilibrada de los recursos21. Es dentro de este contexto socio-histórico que se adelanta la incorporación de la mano de obra indígena, tanto de comuni20  Martínez Sarasola, Carlos. Nuestros paisanos, Op. Cit., p. 298. 21  Mases, E. Estado y cuestión, Op. Cit, p. 258.

22  Al respecto puede verse la comunicación entre J.A. Roca y el gobernador de Tucumán Martínez Muñecas, en: Guy, Donna. Política azucarera argentina: Tucumán y la generación del 80. Fundación Banco Comercial del Norte, Tucumán, 1981. 23  Galván, Miguel Antonio. ‘’El trabajo forzoso de mapuches, ranqueles y tobas en la expansión de la zafra azucarera’’, en: Política y Teoría, No. 69 (102), 2010.


presado más arriba, uno de los obstáculos principales para la

medida en que se incluían una gran cantidad de descuentos y

integración al trabajo asalariado está relacionado con la per-

sanciones, por ejemplo los días no trabajados, o la vestimenta

vivencia de formas alternativas de subsistencia, aspecto de

usada como factor de seducción y entregada al momento de

evidente relevancia para los pueblos indígenas en la época, y

la contratación, pero también porque usualmente terminaba li-

que fue objeto de un largo proceso de intervención a través de

quidándose una cifra totalmente arbitraria e irrefutable. El uso

normas de represión de sus usos y costumbres, del despojo

generalizado era que este pago se efectuara en especie, por lo

territorial y de la proscripción de sus lenguas y culturas.

cual, normalmente, el indígena culminaba una ardua temporada de trabajo con la sola recompensa de una mercancía como

Tuvo gran relevancia para la incorporación de trabajadores

pago de su salario, y no necesariamente la de su preferencia24.

indígenas la figura del ‘‘contratista’’ como agente encargado por el ingenio de ‘‘reclutar’’ o ‘‘seducir’’ a la mano de obra ne-

CONCLUSIÓN

cesitada para la cosecha. Este personaje no solo constituyó

La intervención estatal sobre las sociedades originarias com-

un agente más de intervención y aprovechamiento sobre los

binó prácticas de exterminio físico, prisión, desplazamiento,

indígenas en la medida del cobro de los porcentajes que perci-

confinamiento, desmembramiento de familias, imposición cul-

bía por su labor, que eran restados del valor destinado al pago

tural e idiomática y criminalización, entre otras, como correlato

de salarios, sino en tanto que usualmente fraguaba engaños

del despojo territorial, la transformación de modelos económi-

y retenciones extras a los indígenas, valiéndose del descono-

cos y el rompimiento de las formas de organización política y

cimiento que los indígenas tenían del idioma y la falta de cos-

los grandes cacicazgos. Dentro de este contexto se desarrolló

tumbre ante este tipo de transacciones mercantiles. También

el proceso de incorporación de la mano de obra indígena a la

solía el contratista ofrecer remuneración económica mayor

industria azucarera del NOA. Caracterizar el disciplinamiento

al cacique o para el lenguaraz, a fin de convencer a estos y

laboral propio del proceso de desarrollo de la industria azu-

propiciar que ellos se encargaran de hacer lo propio con sus

carera argentina en el periodo estudiado permite reconocer,

‘‘paisanos’’, sin ignorar desde luego que, en cualquier caso, los

más allá de las dificultades propias de un tipo de explotación

montos ofrecidos a los indígenas eran inferiores a los que se

productiva en un contexto básicamente adverso, la compleja

les podía ofrecer a braceros criollos o mestizos. No se puede

articulación política y económica entre los intereses privados

perder de vista en todo caso que, más allá de la promesa de

y la acción pública en pro de la defensa de esta industria y de

remuneración económica, el disciplinamiento laboral de los

la generación de ingresos que de ella se desprendía.

indígenas se daba en un contexto de paralelo socavamiento a sus formas tradicionales de subsistencia.

Como resultante de tal proceso se configuró un esquema de incorporación laboral muy distinto al planteado teóricamente bajo

También se constituyó en agente protagónico de este proceso

la fórmula del mercado de trabajo, principalmente por el cercena-

el ejército nacional, cuyos miembros responsables acompaña-

miento de la libertad contractual de los trabajadores y la continui-

ron a los contratistas y conchabadores, no solo para brindar

dad de prácticas represivas y serviles de disciplinamiento laboral.

protección, sino principalmente como factor de amenaza para

La incorporación de la mano de obra se fraguó dentro de un es-

aquellos que no decidieran voluntariamente aceptar la oferta

quema altamente coercitivo y ampliamente inequitativo, como

laboral, ya que se encargaban de recordar el carácter delictivo

garantía de la pervivencia de relaciones serviles y el aseguramien-

de la vagancia. En otras ocasiones la fuerza militar, más que

to de los bajos costos laborales y por ende de producción. La

agente del Estado, pareció actuar como agente del ingenio,

sofisticación y rigidez de estos dispositivos permiten concluir su

en la medida en que se encargaba de visitar tolderías y elevar

carácter absolutamente imprescindible para lograr la vinculación

relevamientos sobre la mano de obra disponible.

de la mano de obra requerida. Los mismos pueden caracterizarse como los factores de retención regional de mano de obra dentro

Finalmente, se encuentra que otra característica reiterada

del proceso migratorio que particularizó la integración económica

frente a la vinculación laboral del indígena se refiere a la prác-

al sistema de mercado propio de la época. Tales circunstancias

tica del ‘‘arreglo grande’’, esto es, la costumbre de no pagar

no solamente determinaron y particularizaron el desarrollo eco-

más que una pequeña parte, o ninguna, del salario durante el

nómico del NOA durante esos años de explosión productiva, sino

desarrollo de la labor, y efectuar una liquidación final al termino

que configuraron un modelo de interacción social que acentuó la

de la zafra. Como se expuso antes, esto se sustentaba bajo un supuesto paternalismo que entendía al indígena como incapaz, tanto de manejar sus bienes como de abstenerse ante los vicios de la embriaguez y el juego. Este ‘‘arreglo grande’’ resultaba absolutamente funcional a la estafa al indio, en la

24  Al respecto puede verse: Lagos, Marcelo. “Conformación del mercado laboral en la etapa de despegue de los ingenios azucareros jujeños (1880-1920)”, en Campi, Daniel (comp.), Estudios sobre la Historia de la Industria Azucarera Argentina-II, UNJ-UNT, San Miguel de Tucumán, 1992.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 17

jerarquización socio-económica y limitó la integración política y

Gerchunoff, Pablo. & Torre, Ivan. Criollos y europeos: la dimen-

cultural de los distintos sectores poblacionales dentro del marco

sión demográfica del desarrollo argentino a fines del siglo XIX,

de una unidad nacional nominalmente moderna. En tal sentido,

(mimeo), 2012.

resulta claro que no puede verificarse el supuesto ‘’diferencial humano’’ con el que se ha intentado caracterizar la integración de

Guy, Donna. Política azucarera argentina: Tucumán y la ge-

mano de obra en las distintas economías del territorio argentino.

neración del 80. Fundación Banco Comercial del Norte, Tucu-

Por el contrario, las formas de explotación laboral de los sectores

mán, 1981.

indígenas obedecieron a un proceso de disciplinamiento o proletarización impetrado desde el Estado en coadyuvancia de sus

Lagos, Marcelo. “Conformación del mercado laboral en la

distintas agencias y en defensa de los intereses de los industria-

etapa de despegue de los ingenios azucareros jujeños (1880-

les azucareros. Dichas formas de disciplinamiento y explotación

1920)”, en Campi, Daniel (comp.), Estudios sobre la Historia de

laboral no fueron una consecuencia indeseada del modelo econó-

la Industria Azucarera Argentina-II, UNJ-UNT, San Miguel de

mico y el régimen político que lo sustentó, sino que fueron parte

Tucumán, 1992.

esencial de su implementación. Martínez Sarasola, Carlos. Nuestros paisanos los indios. EmeBIBLIOGRAFÍA

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Andrés Felipe Pabón Lara

indígena en los ingenios de Jujuy a principios de siglo. Centro

Magister en Historia, Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. Abogado, Universidad Libre, Bogotá, Colombia. Investigador independiente Actualmente adelanta estudios de Doctorado en Historia, en la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina. Los temas de investigación de su especialidad giran en torno a las relaciones interétnicas y los procesos de construcción estatal en Latinoamérica, en el siglo XIX.

Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988. Delrío, Walter. Memorias de expropiación. Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia. 1872-1943. Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2005. Galván, Miguel Antonio. ´´El trabajo forzoso de mapuches, ranqueles y tobas en la expansión de la zafra azucarera´´, en Política y Teoría, No. 69 (102), 2010.

andresfelipe.pabon@gmail.com


Un escritor neogallego decimonónico: vida y obra de Fernando Calderón José Andrés Guzmán Díaz

Debido a que los escritores suelen tratar la biografía de Fernando Calderón y Beltrán de una manera muy escueta, se presenta en este texto una más completa y el recuento de las obras de este escritor neogallego, uno de los más destacados durante la primera mitad del siglo XIX, precursor del romanticismo mexicano. El trabajo es resultado de una investigación un tanto minuciosa, aunque breve, llevada a cabo en diversas bibliotecas de la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México, así como en fuentes electrónicas. Palabras Clave: siglo XIX, Guadalajara, literatura.

INTRODUCCIÓN

diputado, jefe de la Junta Departamental y secretario de Go-

El romanticismo en Latinoamérica fue tardío respecto del eu-

bierno de Zacatecas sucesivamente.1

ropeo propuesto por Victor Hugo en el prefacio de Cromwell en 1827, aunque ya desde antes había manifestaciones en el

Hijo de Don Tomás Calderón de la Pasqua y Doña María del

viejo continente que pudiéramos considerar románticas. Ade-

Carmen Beltrán y Olaeza, fue bautizado como Fernando Ma-

más, en Latinoamérica fue primordial el aspecto identitario

riano de la Purisima Concepcion [sic] con fecha de nacimiento

de las naciones emergentes, por tanto, podría decirse que se

el día miércoles 26 de julio de 18092. Vino al mundo en la casa

trató de un romanticismo activo, rayano en lo belicoso y cuyo

que hoy está ubicada en la calle Liceo, 204 y 208 (ahora está

enfoque preponderaba lo americano sobre lo europeo, puesto

dividida en dos domicilios) (Fig. 1).

que las ideas contra la corona eran un añadido a la corriente literaria. En México se ubica al romanticismo entre los años 1836 y 1867 cuyos representativos autores fueron Justo Sierra, Manuel Carpio, José Joaquín Pesado, Ignacio Ramírez, Luis G. Inclán, Guillermo Prieto, el cubano José María Heredia, quien realizó muchas actividades en este país, entre otros. Estos dos últimos, como se ve adelante en el texto, fueron personajes importantes en la vida de Fernando Calderón. La investigación en torno a la biografía y obra de Fernando Calderón surge de la consideración y el revaloramiento que se cree deberían darse a este autor, quien fue un precursor y un buen ejecutante del romanticismo mexicano. A continuación se narra la vida del autor y, después, se enlistan las obras con sumo detalle. EL AUTOR Fernando Calderón y Beltrán nació en Guadalajara, Nueva Galicia (actual estado de Jalisco, México), el 26 de julio de 1809. Sus cargos políticos incluyeron: secretario del Tribunal Supremo de Justicia, coronel de la Milicia Nacional, magistrado,

Figura 1. Casa de la familia Calderón. Calle Liceo, 204 y 208, Centro Histórico, Guadalajara, Jalisco, México. Fuente: propia, 2016

1  Cf. Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón y Beltrán” en Villaseñor y Villaseñor, Ramiro (Ed.), Ignacio Cumplido, impresor tapatío, Gobierno de Jalisco-Unidad Editorial, Guadalajara, 1987, pp. 167-168. 2  Archivo de la Parroquia del Sagrario Metropolitano (APSM), de la Catedral de Guadalajara, Jalisco, Libro de Bautismos de Hijos Legítimos, No. 45 folio 89, frente.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 19

Llegó a ostentar el título “Conde de Santa Rosa”3, aunque no

comentario, respecto de las obras de Calderón, citó a Horacio

se sabe con exactitud su predecesor. Existen, sin embargo,

en latín:

dos posibles escenarios: (1) provendría de su familia paterna, puesto que fue otorgado el 6 de febrero de 1691 al Maestre de

[…] Ubi plura nitent in carmine, non ego paucis,

Campo Don Juan Bravo de Medrano, descendiente directo de

Offendar maculis, quas aut incuria fudit,

varios conquistadores de Zacatecas; o (2) se le otorgó por ser

Aut humana parum cavit natura…9

el hijo de una sobrina del Conde Vicente Beltrán y Bravo . Fue4

ra cual fuese la razón, Fernando Calderón jamás utilizó dicho

En ese mismo año en que Heredia publicó su comentario, Cal-

título por tener ideales liberales.

derón (veinte años) recibió el título de abogadopor la institución que ahora se conoce como la Benemérita Universidad de

Estudió la educación primaria en el Real Colegio de San Luis

Guadalajara, que entonces sufría algunas crisis derivadas de

Gonzaga, de Guadalajara, con una beca real concedida por

la situación tensa en el país por las pugnas entre gobiernos

pertenecer a una familia que prestó servicios importantes a la

liberales y conservadores.10

corona y que, además, era distinguida. Fernando Calderón fue diputado, senador y gobernador de ZaCuando tan sólo contaba con catorce años, en 1823, murió su

catecas entre los años 1828 y 1834. En 1835, cuando el gene-

madre. Fue un año después cuando comenzó a escribir “algu-

ral Antonio López de Santa Anna comandó a sus fuerzas en la

nos versos líricos”5. Durante esta época escribió también su

batalla de Guadalupe (la cual se originó por la respuesta nega-

primera comedia, Reinaldo y Elina , la cual se estrenó en 1827

tiva que había dado el estado de Zacatecas ante la petición de

en el Teatro de Guadalajara, un año después de la muerte de

reducir cada una de las milicias estatales de México), Calderón

su padre, quien vivía admirando la poesía y el accionar de su

estaba combatiendo hombro a hombro con los zacatecanos

hijo, según la biografía de este último que escribirá su herma-

como Coronel de la Milicia.

6

no, Viviano Beltrán, en 1845.

7

Esta batalla sólo duró dos horas. Aunque perdió la tropa de En 1828 publicó Calderón en Guadalajara el Tomo I —y pro-

Zacatecas y Calderón terminó preso11 y herido: “la espada de

bablemente único— de sus Obras. Fue el poeta, crítico y dra-

un soldado imbécil [le] rompió el cráneo”12, ya en 1837 estaba

maturgo cubano, José María Heredia quien, un año después

recuperado, así que empezó a hacer una nueva edición de sus

de dicha publicación, al dedicarle a Calderón un elogioso co-

Obras, esta vez en Zacatecas. En el prólogo de este texto, se

mentario en la sección “Revisión de obras” del periódico críti-

queja el autor de que la literatura no haya surgido como se es-

co literario Miscelánea (no. 3, noviembre de 1829, pp. 92-97)8,

peraba que lo hiciera después de la Independencia de México

marcó el debut literario de Fernando a nivel nacional. En su

y critica el retraso evidente que padecía el país respecto de Europa. Sin embargo, es probable que esta edición de sus Obras

3  Ignacio Cumplido asegura que el título es “Conde de la Rosa”. Cf. Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón…”, ibídem, p. 167. 4  Francisco Monterde (1945) cit. en Calderón, Fernando, A ninguna de las tres, Universidad Autónoma de México, México, 1944, (s. p.). 5  Manuel Payno (1844) cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas (Parnaso mexicano, 1844), Premià, México, 1986, p. 8. 6  Los biógrafos refieren indistintamente, en el título de la obra, Elina o Elena. 7 Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 48.  8  Cf. Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 27.

9  “Si esmaltan un escrito mil primores, / Las levísimas manchas no me ofenden / Que al descuido cayeron, o que nunca / Evitar puede la flaqueza humana”. Francisco Martínez de la Rosa (Trad.) cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ídem. 10  Cf. (s. a.) “Historia” en Universidad de Guadalajara, (s. f.), http:// www.udg.mx/es/historia, consultado el 27 de junio de 2016. 11  Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón…”, Op. cit., p. 167. 12  Manuel Payno (1844, p. XIV) cit. en Calderón, Fernándo, Obras poéticas…, Op. cit., p. 13.


haya quedado trunca, ya que en ese mismo año se le ordenó

fisonomía, haciéndola dulce y simpática por extremo.

salir deportado de Zacatecas por sus ideas liberales, aunque

Un sombrerillo blanco, tendido, una polvosa levita ver-

meses después, el entonces Ministro de Guerra y Marina, el Sr.

de, unos zapatos bajos excéntricos y un bastoncillo de

Gral. José María Tornel, le permitiría volver al indicar: “el genio

Pepito; he ahí pintaparado a Fernando, a la luz de vein-

no tiene enemigos” y “los talentos deben despertarse por las

tisiete primaveras que entonces le iluminaban (1837).16

revoluciones”.

Después, describe un poco su carácter:

13

Porque es de saber que Fernando era turrón de amores Así pues, se trasladó al Distrito Federal, acción que le convi-

en el teatro. Franco, condescendiente, compasivo, ser-

no sobremanera, puesto que entabló gran amistad con va-

vicial, y de una alegría comunicativa y discreta, que se

rios escritores de la Academia de San Juan de Letrán —a la

propagaba, seducía, y desterraba las sombras del mal

cual asistía de manera asidua como “distinguido socio”—14

humor con su chiste y sus gracias. Favorecía los ensue-

y con personas influyentes del medio artístico de la capital.

ños de las pollas, atizaba la gula de los viejos, dejaba

Una mención especial merecen sus grandes amistades con

caer su sal y su pimienta en los chismes y devociones

Guillermo Prieto y con el mismo José María Heredia, quien,

de las viejas, y tenía su bolsillo abierto para aliviar las

como ya se ha dicho, elogió sus Obras.

penas que llegaban a su conocimiento.17

A propósito de su estancia en el Distrito Federal, la biografía

Relata, con lujo de detalle, la juventud de Calderón y su rela-

de Fernando Calderón que figuraba en la vasta bibliografía de

ción con la familia; cómo esta le animó a dedicarse a la dra-

la imprenta de Ignacio Cumplido dice:

maturgia:

Durante su permanencia o destierro en México, Calde-

Su familia tuvo que residir por algún tiempo en una de

rón se hizo notable, ya no sólo por sus principios políticos y sus sacrificios a favor de la causa del pueblo, por su renombre como adalid esforzado de la libertad y por la fama que le daban sus talentos poéticos, sino muy especialmente por la generosidad de su levantado corazón, que no podía menos que colocarle muy por encima de la envidia.15 Me permito en este espacio abrir un paréntesis anecdótico para compartir un poco de las Memorias de mis tiempos de Guillermo Prieto, respecto de Fernando Calderón. A continuación, un retrato del escritor jalisciense (Fig. 2): Ven acá, Fernando muy amado de mi corazón, que ahora sigues tú. Ahí le tienen Uds., grueso, ancho, chaparro, desgarbado, casi vulgar, con aspecto de vendedor de zarapes o de cueros de chivo. Entrecano, con una patilla de columpio que alargaba y encallejonaba su rostro picado de viruelas, nariz roma y labios gruesos que dejaban al descubierto unos dientes grandes y renuentes a una arreglada conformación. Fernando había pasado por feo en grado heroico, sin la mirada de sus ojos garzos que iluminaba y embellecía su 13  José María Tornel cit. en Álvarez, José Rogelio (Dir.), Enciclopedia de México, tomo II, Sabeca International Investment Corporation, Estados Unidos de América, 2003, p. 1159.

Figura 2. Fernando Calderón. Litografía Callejón de Santa Clara no. 8. Fuente: Prieto, Guillermo, Memorias de mis tiempos, Patria, México, 1969

14  Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón…”, Op. cit., p. 167.

16  Prieto, Guillermo, Memorias de mis tiempos, Patria, México, 1969, p. 143.

15  Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón…”, ídem.

17  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, p. 144.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 21

sus haciendas (La Quemada), propiedad de su padre, y

era ésta, alegre, expansiva, accesible a los más tiernos

Fernando la acompañó.

afectos, voluble y caritativa, con recursos de magia

La soledad del campo, sus aficiones y la tentación de

irresistible para los hombres, y seducciones para los

formar una compañía dramática con sus primos y los

jóvenes y las amigas; Mariquita Zozaya se revelaba

dependientes de la hacienda, le hicieron pensar seria-

siempre entre los rayos purísimos de sus acciones mi-

mente en escribir un drama o comedia.

sericordiosas.

En la sala de la finca, después del rosario y de la cena,

La maledicencia misma sucumbía y callaba cuando se

se sentaba el padre de Calderón, y a su lado la señora

hablaba del excelente corazón de aquella mujer adorable.

su madre.

Como decía, su tertulia la formaban el inteligente juez

A Fernando le llamaban frecuentemente a que les leye-

Pouchet, el más hábil y conocedor de los letrados en

ra alguna cosa, para matar el tiempo, y si la lectura era

materia criminal; Barrera, poeta de salón, entonces muy

divertida, primos y primas rodeaban la mesita en que

en boga; y entre los jóvenes sobresalían: por su genti-

Calderón leía.

leza, Gamboa; por su chiste, Juan Roo, D. José More, y

Calderón ya tenía escrita su comedia de “Reinaldo y

los hermanos Peña y Barragán, manirrotos, valientes y

Elena” y esperaba una ocasión para darla a conocer.

cumplidos caballeros con damas y galanes.

Sin anuncio previo, y como si se tratara de un libro indi-

Constantemente se proyectaban en aquella casa bailes,

ferente, una noche llevó Calderón su comedia…

paseos, excursiones al campo, banquetes y cantami-

El fuego con que leía, su declamación esmerada, y el

sas; porque es de advertir que no faltaban Reverendos

entusiasmo del auditorio dieron realce a aquella pro-

y Canónigos en la tertulia, y que aquella señora, como

ducción.

las grandes damas de la época, era tan bien aceptada

Fernando no se pudo contener, y dijo que aquella era

en los conciertos y saraos como en unos santos ejerci-

la causa del atraso del autor, quien turbado y lleno de

cios, o cumpliendo promesas edificantes en Guadalupe

vergüenza recogía su manuscrito, cuando las primas le

o en la Soledad de Santa Cruz.

rogaron, la mamá se interpuso, y el viejo, refunfuñando,

Calderón era el encanto de aquella tertulia, ya por sus

tomó asiento para seguir oyendo.

talentos, ya por su carácter dulce y condescendiente,

Entonces Calderón leyó con más o menos esmero; lle-

ya por sus aptitudes sobresalientes para los juegos de

gó un pasaje de tiernos sentimientos filiales, la voz del

prendas, bailes y suertes de prestidigitación, a que era

autor temblaba; la mamá llena de orgullo sollozaba, y

afectísimo.19

el padre, vencido y subyugado, se echó en brazos de su hijo, previniéndole severo que no volviese a distraerse

Cuenta después Guillermo Prieto la anécdota de su entraña-

de sus estudios con aquellas sutilezas.

ble amistad con Fernando Calderón, que llegó a tal grado que

Esta fue la gran confirmación de la vocación dramática

se llamaban entre ellos “hermanos”: fueron presentados por

de Fernando.18

Don Antonio, propietario de una alacena en el ángulo de los portales de Mercaderes y Agustinos conocida por los elegan-

Como se ha dicho, le gustaba sobremanera a Calderón enta-

tes como La Puerta del Sol; encuentro irrelevante y frío, pues

blar amistades con personajes del medio cultural de la Ciudad

Calderón en ese momento tenía mil asuntos en la cabeza y

de México. Una de las tertulias a las que asistía era la que

Prieto, que tenía un sueldo apenas de dieciséis pesos, estaba

organizaba su tía María de los Ángeles de Zozaya:

preocupadísimo por su madre, quien estaba muy enferma, con necesidad de mejores atenciones, ya que vivían en un domici-

Hablaba sabroso, reía con desgaire, y por angas o por

lio bastante decadente y querían mudarse a Tacubaya.

mangas dirigíase su conversación al teatro, que era su pasión dominante.

Sucedió que rumbo a las puertas de las Capuchinas a pedir

Frecuentemente concurría a la casa de su tía la seño-

oraciones por el remedio de su madre a la media noche, al

ra María de los Ángeles de Zozaya, hermosa matrona,

hablar Prieto con una señora acerca de sus pesares, notó este

cuya tertulia se componía de notabilidades artísticas

que un hombre los escuchaba, aunque no pudo identificarle

y literarias, lumbreras del foro y personajes eminentes

por la oscuridad de la noche.

en la política. El Sr. Zozaya ocupaba rica posición y tenía bastante

Días después, caminando por la calle de Capuchinas, un señor

influencia como letrado. Su esposa era su idolatría,

llamó a Prieto y le entregó doscientos pesos. La felicidad de

18  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, pp. 144-145.

19  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, pp. 146-147.


Prieto fue tanta que ni se preocupó por indagar la identidad

mi relación, y me dijo:

del misterioso benefactor, aunque después se enteró que su

—¿Cuánto tiene Ud. de sueldo?

nombre era Don Ildefonso del Castillo, “dependiente principal

—Diez y seis pesos mensuales, como meritorio gratifi-

de una gran casa de comercio, guatemalteco recién llegado

cado de la Aduana.

y de muy pocas relaciones”.20 Guillermo Prieto pensó que el

—¡Valiente sueldo! ¿Y cuándo me abonará Ud?

auxilio que le prestó se debía a la generosidad de un hombre

—Ocho pesos…

que había conocido a su padre, quien había manejado en vida

—Ya estaremos grandecitos cuando acabe el pago.

un caudal opulento…

Cierto acento de frialdad; aquel lenguaje que se parecía al de los usureros con quienes yo trataba, no sé en fin

Un segundo y un tercer auxilio, recibidos con suma

qué me hirió, me acobardó, despedazó mis ilusiones…

oportunidad y las mayores atenciones, porque el señor

Tenía un nudo en la garganta, contenía raudales de lá-

Castillo me había cobrado especial cariño, hicieron que

grimas…

mi curiosidad se despertara de un modo incontenible, y

No comprendía yo que aquello lo hacía Fernando por

un día que recibía dinero, me acomodé a buena distan-

oírme hablar.

cia del tenedor de libros, y vi: “Al señor Lic. D. Fernando

—¿En qué términos hago la obligación?

Calderón, para D. Guillermo Prieto…[”]

—En los que Ud. guste —dijo Calderón vistiéndose—,

Mi conmoción fue indescriptible… Yo, que había visto

todo depende de las garantías.

con indiferencia a Calderón; yo, que en mi interior le

—¿Quiere Ud. pagarés de otros empleados?

había calificado de frívolo; yo, que por pedantería y su-

—No, Sr. Prieto, porque estarán a la misma altura.

ficiencia (no por envidia, que jamás la he conocido), no

—¿Del Tesorero?

había ensalzado suficientemente el mérito del poeta y

—Tampoco; Ud. no goza de sueldo: gratificación.

las acciones heroicas del patriota… yo, [¡]debía a Calde-

Nos acercamos a la mesa, y se sentó Calderón.

rón la vida de mi madre!

—Acabemos, pues… —dijo— tomó la pluma y escribió

En este intervalo Calderón se había presentado en la

unas cuantas palabras.

Academia, leyendo, corregida, su Rosa marchita, que

—Vea Ud. —me dijo con un tono de voz que nunca olvi-

ya conocíamos.

daré—; vea si le convienen mis condiciones.

Al siguiente día de mi descubrimiento, me dirigí a la ca-

Yo leí… releí y me eché en sus brazos, llamándole: her-

sa de Fernando, para manifestarle mi reconocimiento

mano mío, hermano de mi corazón, y anegado en lá-

profundo y tratar de hacerle el pago de sus dineros.

grimas.

Vivía Fernando en la calle de San Andrés, en una ca-

El papel decía:

sita de plato y taza que tenía en la puerta el rótulo de

“Si me das el dulce nombre de hermano, habrás satisfe-

Amoladuría, rótulo que glosó Calderón con inagotables

cho con usura el corto servicio que me debes.

chistes.

“¿Aceptarás esta condición de tu hermano Fernando?”21

El plato y taza quería decir una accesoria para la calle y dos cuartitos en alto, a los que se subía por un caracol

Hasta aquí el paréntesis anecdótico de Guillermo Prieto. Volva-

incomodísimo.

mos a la biografía del escritor neogallego. En 1842 se publicó

En la accesoria vivían en holgura dos criados vestidos

“Discurso pronunciado frente a la tumba del Sr. D. Francisco

de cuero, con sus sombrerotes, y su ajuar eran sillas

García por el Lic. D. Fernando Calderón el día [1]2 de diciem-

de montar.

bre22 de 1842” en el folleto de Aniversario fúnebre de la muerte

Pregunté por Calderón; le dieron aviso, y me dijeron que

del Sr. D. Francisco García, impreso por Aniceto Villagrana en

subiera.

Zacatecas.

La primera de las piezas estaba con luz, y sólo vi en ella una mesa grande con papeles y vestidos.

El día 18 de enero de 1845 murió Fernando Calderón en Ojoca-

La segunda pieza estaba casi a obscuras, recibiendo la

liente, Zacatecas, dejando inconclusos sus poemas “El Caba-

luz por un mezquinísimo postigo del balconcito.

llero Negro” y “Poema sobre la Creación”; el primero de índole

Yo le conté mis relaciones con Castillo, mis amarguras; le aclamé con sincera ternura mi bienhechor, y le hablé de los términos en que había de pagarle. Oyó Calderón, con fisonomía entre dulce y socarrona, 20  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, p. 149.

21  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, pp. 149-151. 22  José Rogelio Álvarez dice que el título indica “2 de diciembre”; Fernando de Tola Habich, por su parte, señala “12 de diciembre”. Cf. Álvarez, José Rogelio (Dir.), Enciclopedia de México…, ibídem, p. 1160; y, Calderón, Fernando, Obras poéticas…, Op. cit., p. 85.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 23

histórica (sobre Ricardo Corazón de León) y el segundo de

la libertad”26 y “Sueño del tirano”.27 El primero de estos poemas

temática religiosa (sobre el Génesis).

era un grito de guerra contra la tiranía y el segundo era sobre el merecido suplicio a esta, ya que entonces ejercía López de

Su hermano Viviano Beltrán relató, en una necrología publi-

Santa Anna, quien se había apoderado de la presidencia de la

cada en el Observador zacatecano (23 de enero de 1845, pp.

República.

319-320), que un día antes de morir, en la mañana, se preparó su hermano a recibir el sagrado viático: “con voz clara y firme

Sobre dichas obras, es importante hacer las siguientes notas:

repitió las oraciones preparatorias, con toda la religiosidad de

Zadig, Zoila…, Ramiro…, Armandina, Hersilia…, Ifigenia y Los

su alma recibió el sacramento y dio gracias”.23

políticos del día “fueron puestas en escena en Zacatecas y Guadalajara entre 1828 y 1836”.28 De esta última se conserva

La noticia de su muerte llegó tarde al Distrito Federal: hasta

un fragmento gracias al impresor tapatío Ignacio Cumplido.

el 19 de abril de 1845. Apareció en el periódico El siglo XIX un largo poema titulado “En la muerte de mi hermano Fernando

Francisco Monterde supone que el título de Hersilia y Virgi-

Calderón”, por Guillermo Prieto. El 11 de julio de 1845 se ho-

nia en realidad es Muerte de Virginia por la libertad de Roma

menajeó al escritor neogallego en el Teatro Nacional: hubo una

(Zacatecas, 1882). Él añade también la obra Anclarse a las

presentación del Torneo, se recitaron poemas de varios escri-

escondidas.29 Se supone que las obras A ninguna de las tres

tores en conmemoración y se colocó un busto en el peristilo

y Ana Bolena se escribieron entre 1836 y 1839 porque fueron

del mismo teatro.

estrenadas a finales de la década 1830.30

Es importante mencionar que a los diez años de haber muer-

Monterde dice además que la obra El torneo fue estrenada el

to, el español José Zorrilla escribió una biografía de Fernando

18 de junio de 1839 y dos años más tarde se presentó en el

Calderón en la sección titulada “Correspondencia” de su libro

Distrito Federal. Todas y cada una de las representaciones de

La flor de los recuerdos. Forma parte de un panorama que

las obras teatrales de Fernando Calderón fueron aclamadas

traza Zorrilla sobre “México y los mexicanos” para el Duque

por la audiencia.31 “Sus Obras poéticas se publicaron en 1844,

de Rivas.24

1850 y 1883 (ésta última en París, con prólogo de Rafael B. de la Colina); sus Obras de poesía y teatro en 1902”.32

OBRAS A continuación puede leerse acerca de la importancia de la

Me permito de nuevo abrir un paréntesis histórico, que tal

que gozó este autor en vida:

vez sirva para quienes gusten de saber o investigar acerca de las publicaciones de mediados del siglo XX y del siglo XIX

Ninguno de sus contemporáneos imprimió su primer

en México, si no es el caso del lector, espero que al menos

libro a los diecinueve años de edad, ninguno de ellos,

sea interesante: la editorial que publicó en 1945 Hermán…, Bi-

por más respeto y consideración que mereciera, tuvo

blioteca Enciclopédica Popular, imprimía libros cada semana

la satisfacción de ver editadas en tres ocasiones sus

y los vendían a veinticinco centavos. Hacían los editores una

obras e, igualmente, ninguno alcanzó la representativi-

invitación a enviar en giro postal cinco pesos a la Secretaría de

dad necesaria para que un editor privado invirtiera en

Educación Pública, para recibir “20 publicaciones distintas a

dos oportunidades —una en vida del autor, otra a los

partir del número que usted indique”. Pero, además, “si el envío

cinco años de su muerte— en la impresión de sus tra-

fuera de doce pesos, se registrará el nombre de usted como

bajos literarios.25 Entre sus obras teatrales se encuentran: Reinaldo y Elina (1827); Zadig; Zoila ó la esclava indiana; Ramiro, conde de Lucena; Armandina; Hersilia y Virginia; Ifigenia; Los políticos del día; A ninguna de las tres (ca. 1836-39); El torneo (1839); Ana Bolena (ca. 1836-39); y Hermán ó la vuelta del cruzado

26  Se piensa, con razón, que es una imitación del poema “Pirata” de Espronceda. 27  Cf. (s. a.) Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, tomo X, Espasa-Calpe S. A., Madrid, 1911, p. 652. 28  Álvarez, José Rogelio (Dir.), Enciclopedia de México…, Op. cit., p. 1160.

(1842). Escribió también los poemas destacados: “Soldado de

29  Francisco Monterde cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, Op. cit., p. 8.

23  Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 48.

30  Fernando de Tola Habich cit. en ibídem, p. 26.

24  Cf. Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, pp. 58-60.

31  Ibídem, pp. 26-27.

25  Fernando de Tola Habich cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 7.

32  Álvarez, José Rogelio (Dir.), Enciclopedia de México…, Op. cit., p. 1160.


suscriptor para la serie anual de 52 cuadernos, pequeños vo-

[…] hacía versos como hacía resuello, sin darse cuenta

lúmenes de carácter histórico, filosófico, artístico, científico,

ni fijarse regla, en la conversación, hablando a solas,

literario, educativo, documental”.

escribiendo, interrumpiendo una carta con una cuarteta o con un soneto. De ahí nace su fluidez incomparable,

Las Obras poéticas de Fernando Calderón fueron publicadas el

su naturalidad inverosímil. Calderón no tenía mesa ni

15 de octubre de 1844, cuya edición estuvo a cargo de Ignacio

escritorio adrede; en su casa o en la del Lic. Beltrán [su

Cumplido. Este texto marcaba el inicio de la colección naciente

tío], tenía sus manuscritos, y cuando más animada es-

“El parnaso mexicano”, una “colección de tomitos, tan cómo-

taba la tertulia con gritos de muchachos, las risas de

dos en su forma, como agradables y útiles en su contenido”.33

muchachas y carreras de perros, [Fernando Calderón]

Sin embargo, el proyecto ambicioso quedó trunco después de

se quitaba en un rincón chinelas y calcetines, metía

esta primera y única publicación, en la cual aparecen guiones

los pies en agua fría, mandaba traer sus manuscritos,

teatrales y poesías de Calderón.

y escribía, escribía abstraído del bullicio, sin borrar ni una sola letra.39

Fin del paréntesis. Volvamos a las obras de Fernando Calderón. En 1944, la Universidad Nacional Autónoma de México

Además, Prieto menciona que Fernando era medianamente

imprimió A ninguna de las tres, rindiendo “un homenaje a la

instruido, puesto que leía un libro e inmediatamente escribía

memoria del poeta dramático, en vísperas del primer centena-

algo inspirado en este.40

rio de su muerte”. Esta obra teatral está influida o basada en Marcela, o ¿cuál de los tres? de Manuel Bretón de los Herreros.

Se refuerza, pues, la idea de que Fernando Calderón es el

Por alguna extraña razón, el prólogo de esta edición, a cargo

precursor del romanticismo en México (1836-1866), puesto

de Francisco Monterde, está fechado en 1945.

que las características generales de sus obras, aun con dejos neoclásicos, son: contraposición a las estructuras rígidas del

No participó mucho en publicaciones periódicas literarias.34 En la

neoclasicismo, promulgación bajo el liberalismo, el idealismo

revista El amigo del pueblo apareció su poema “La amistad” en

y el tono melancólico, imaginación prodigiosa sobrepuesta a

el día 5 de marzo de 1828, el cual presentará el hijo de Calderón

la razón, uso de personajes principales heroicos o patriotas,

con calidad de inédito hasta 1882. Son menos de una docena

rebelión del individuo ante la sociedad, personalidad libre del

sus participaciones en publicaciones periódicas. No obstante,

escritor ante las normas, rebeldía frente a los valores estable-

era una de las primeras personas en arribar a “las sesiones en la

cidos (rebeldía moral) y lo sagrado (la profanación y el sacri-

asociación política-literaria denominada ‘La Estrella Polar’ donde

legio son temas frecuentes), rebelión de la literatura ante la

figuraban otros personajes [destacados del medio]”.

autoridad del pasado y la presencia del hombre caduco (harto

35

36

del mundo y de la vida).41 Acerca de su estilo literario se afirma: “En general, se nota abundancia, ternura y viva imaginación. La versificación es

Concluyo con una cita del mismo Fernando Calderón cuando

fluida y el estilo puro, aunque tal vez se halla manchado con

opina sobre su propia obra, en la cual quizá pueda notarse la

repeticiones y epítetos comunes”.37 Suelen los críticos decir

terrible modestia del autor que mencionaba Guillermo Prieto:

que la lírica de Fernando Calderón, entre algunos leves y evita-

“[mis obras] no las creo con el mérito que algunos les suponen,

bles defectos, encierra la belleza de primer orden, que hace a

ni que contribuyan a la gloria de mi patria; pero las escribo

su libro acreedor del aprecio público.

para mis amigos”.42

Acerca de la fluidez de Calderón al escribir, Guillermo Prieto

CONCLUSIÓN

expresó:

Como puede notarse, ocho de las doce obras teatrales de Fer-

38

33  Fernando de Tola Habich cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, Op. cit., p. 27. 34  Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 7 35  No hay más referencias en las fuentes consultadas a un hijo de Fernando Calderón. 36  Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón…”, Op. cit., p. 167. 37  Fernando de Tola Habich cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, Op. cit., p. 10. 38  Calderón, Fernando, Obras poéticas…, ibídem, p. 11.

nando Calderón, que representan dos tercios de su producción dramaturga, fueron puestas en escena en Zacatecas entre 39  Prieto, Guillermo, Memorias…, Op. cit., p. 151. 40  Prieto, Guillermo, Memorias…, ibídem, p. 152. 41  Clark de Lara, Belem, “Propuesta para una historia” en Letras mexicanas del XIX. Modelo de comprensión histórica, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2009, pp. 70-79. 42  Fernando Calderón (1837) cit. en Calderón, Fernando, Obras poéticas…, Op. cit., p. 14.


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1826 y 1836. Además, como vimos también, fue uno de los

na, Herman o la vuelta del cruzado, Porrúa (“Sepan cuántos…”

autores que mayor fama tuvieron en vida. De manera que no

no. 222), México, 2004.

se explica el relativo olvido en que se tiene al autor tanto a nivel internacional como regional, puesto que no es valorado como

Calderón, Fernando, Obras poéticas (Parnaso mexicano, 1844),

uno de los más importantes, si no es que el más importante

Premià, México, 1986.

precursor del romanticismo mexicano. La importancia radica en que, si bien todavía en su escritura se leían influencias neo-

Clark de Lara, Belem, “Propuesta para una historia” en Letras

clásicas, estableció las bases del movimiento romántico, fue

mexicanas del XIX. Modelo de comprensión histórica, Universi-

exitoso y bien visto ante los ojos de los literatos contemporá-

dad Nacional Autónoma de México, México, 2009, pp. 70 y ss.

neos y, con posterioridad, representó un digno ejecutante de la corriente literaria.

Cumplido, Ignacio, “Fernando Calderón y Beltrán” en Villaseñor y Villaseñor, Ramiro (Ed.), Ignacio Cumplido, impresor tapatío, Gobierno de Jalisco-Unidad Editorial, Guadalajara, 1987, pp. 167-168.

REFERENCIAS 5.1 Fuentes documentales

Franco Frías, Efraín, “Protagonistas del teatro jalisciense” en Voces y testimonios, Consejo Estatal para la Cultura y las Ar-

Archivo de la Parroquia del Sagrario Metropolitano (APSM), de

tes, Guadalajara, pp. 13-33.

la Catedral de Guadalajara, Jalisco, Libro de Bautismos de Hijos Legítimos, No. 45 folio 89.

Prieto, Guillermo, Memorias de mis tiempos, Patria, México, 1969, pp. 143-155.

5.2 Bibliografía general Vogt, Wolfgang, “De la colonia a la revolución” en Enciclopedia (S. a.) Diccionario enciclopédico U. T. E. H. A., tomo II, (s. ed.),

temática de Jalisco (tomo VI “literatura”), Gobierno de Jalisco,

México, 1953.

Guadalajara, 1992, pp. 9-41.

(S. a.) Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, tomo X, Espasa-Calpe S. A., Madrid, 1911, p. 652. (S. a.) “Fernando Calderón” en Biografías y vidas, (s. f.), http:// www.biografiasyvidas.com/biografia/c/calderon_fernando. htm, consultado el 8 de julio de 2016. (S. a.) “Fernando Calderón y Beltrán” en Enciclopedia de la literatura en México, 9 de diciembre de 2013, http://www.elem. mx/autor/datos/2929, consultado el 8 de julio de 2016. (S. a.) “Historia” en Universidad de Guadalajara, (s. f.), http:// www.udg.mx/es/historia, consultado el 27 de junio de 2016. Álvarez, José Rogelio (Dir.), Enciclopedia de México, tomo II, Sabeca International Investment Corporation, Estados Unidos de América, 2003, pp. 1159-1160 Calderón, Fernando, A ninguna de las tres, Universidad Autónoma de México, México, 1944. Calderón, Fernando, Hermán o la vuelta del cruzado, Biblioteca Enciclopédica Popular, México, 1945.

José Andrés Guzmán Díaz

Estudiante de licenciatura Investigador independiente Originario de Guadalajara, Jalisco, México. Estudiante del diplomado en Cultura jalisciense en el Colegio de Jalisco y de la licenciatura en Letras hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Miembro del consejo editorial y escritor de la revista trimestral digital Ágora 127 (ISSN 2007-7548). Codirector y editor de la revista pluritemática Engarce (ISSN 2448-5438). Participa en el proyecto de investigación “Raíces con tinta. Antología de escritoras jaliscienses del siglo XIX (1810-1910)”. guzmandiaz_23@yahoo.com.mx

Calderón, Fernando, A ninguna de las tres, El torneo, Ana Bole-


“En la disputa por el alma del niño…”: el padre Castellani y su proyecto de reforma de la enseñanza Ariel Julián Otal Landi

Durante la década del ‘30 el panorama nacional y mundial sentaba las bases para la conformación de un nacionalismo católico o restaurador que tendría una importante influencia sobre amplios sectores de la sociedad ante la crisis del sistema liberal. Es bajo este contexto en donde el sacerdote jesuita Leonardo Castellani regresaba al país en 1935 con una clara definición de hacer conocer su proyecto social ante la opinión pública, donde la enseñanza constituía una de las preocupaciones fundamentales del mismo. Los propósitos del presente trabajo es detenernos en el proyecto de reforma de la enseñanza, tema que Castellani le brindó particular atención durante la década del 30 hasta los inicios del peronismo. Palabras Clave: nacionalismo, catolicismo, educación.

La década de los años 30 en nuestro país constituyeron un

tantes círculos de la sociedad argentina. Los numero-

momento clave para el catolicismo argentino: la actitud de la

sos “jefes” y sus agrupaciones no lograron conquistar

Iglesia con respecto al orden político fue adquiriendo mayor

el poder, pero sus temas hallaron creciente eco en la

protagonismo, sobre todo a partir del golpe cívico militar ins-

opinión pública”3

taurado en 1930 en donde la institución pretendió desarrollar una función tutelar para el establecimiento de un nuevo orden

Ideológicamente, dentro de estos nacionalistas restauradores

político y social. Ya desde los inicios del siglo XX se empezó

se impuso (luego de la experiencia uriburista en la que no só-

a denotar dos fenómenos: la fusión entre “Iglesia” y “nación”

lo hubieron nacionalistas que acompañaron al régimen con

(construcción de lo que Zanatta denominó como “el mito de

ideas católicas sino también existieron agnósticos y filofascis-

la nación católica”), el auge del neotomismo en los institutos

tas) una cosmovisión basada en un tradicionalismo católico

religiosos y la emergencia de una nutrida generación de “in-

y adoptando la filosofía neotomista como principio de inter-

telectuales católicos” donde esta última fue posible gracias

pretación de la realidad. En la formación de dicha corriente

a la proliferación de espacios de sociabilidad generados des-

tuvieron particular influencia dos figuras del catolicismo: el

de la Iglesia que habían dado sus frutos en, por ejemplo, el

presbítero Julio Meinvielle y el jesuita Leonardo Castellani.

Congreso de la Juventud de 1915 y en el Ateneo Social de la Juventud, así como también mediante los Cursos de Cultura

En el presente trabajo nos centraremos en este último: Leo-

Católica, creados en 1922 y que adquirirían notoria influencia

nardo Castellani (1899-1981) quien fuera una de las plumas

en la formación nacionalista a partir de los años treinta1. En

más polémicas dentro del nacionalismo católico argentino y,

ese sentido, el contexto nacional y mundial sentó las bases pa-

dentro de su particularidad, entendemos que en él se puede

ra la conformación de un nacionalismo católico o restaurador2

vislumbrar la particular tensión entre la amalgama “naciona-

que, si bien no se los pudo considerar un movimiento

lismo” y “catolicismo”. Es decir, la elaboración de un discurso de “barricada”4 que atendía todas las esferas de la vida pública

“había surgido una estructura ideológica de gran coherencia interna, al menos aparentemente, (cuya) muchas de sus concepciones habían lograr adeptos en impor1  Di Stefano, Roberto y Zanatta, Loris, Historia de la Iglesia Argentina, Sudamericana, Buenos Aires, 2009, p.413. 2  Buchrucker, Cristián, Nacionalismo y peronismo, Sudamericana, Buenos Aires, 1987, pp. 118-257.

3  Ibídem, p. 118. 4  Tomamos dicha denominación de Federico Neiburg en torno al rol de los intelectuales ante el peronismo, lo consideramos acorde al discurso de Castellani: “El discurso de barricada puede ser visto como un caso límite, basado en una retórica de calificaciones y descalificaciones, de acusaciones y defensas, de proclamas de alianzas y disensos. (…)Se trata de una retórica combativa que pone en evidencia algunas dimensiones de las luchas de clasificación que (lo) involucra-


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durante los años treinta acompañado de un proyecto sociopo-

zación y el avance irrefrenable de las masas9. En ese sentido,

lítico en donde la Iglesia se la entendía por encima de toda

el proyecto social que encaraba Castellani era crítico no sólo

esfera terrenal y, desde luego, sobre los estados nacionales.

ante el liberalismo, el cosmopolitismo y la “degeneración” que

En definitiva, esa nueva concepción “integral” del catolicismo

escondía para él sino además con la Iglesia que tenía la misión

que tenía su centro en Roma y atendía la problemática inte-

de combatir e intervenir ante la problemática de la “cuestión

gral de lo social, lo político, lo cultural y doctrinario que, no

cultural”10.

5

obstante, llevaría consigo desencuentros con perspectivas nacionalistas “laicas”6 en donde el proyecto católico, en mu-

El sacerdote jesuita fue un prolífico escritor, periodista, psicó-

chos casos, constituían recursos de cohesión sociocultural.

logo, pedagogo, teólogo y filósofo, por lo cual dar cuenta de

Habría que diferenciar, entonces, entre católicos nacionalistas

una aproximación general de su obra excedería los propósitos

de los nacionalistas católicos7. Ese desencuentro que deja-

del presente trabajo ya que la intención del mismo es detener-

ría en claro su incongruencia en el difuso proyecto corpora-

nos en el proyecto de reforma de la enseñanza, tema que le

tivista de Uriburu en donde la Iglesia, si bien adquiría notoria

brindaba particular atención durante la década del 30 hasta

influencia en sectores de las Fuerzas Armadas , entraba en

los inicios del peronismo. En dicho abordaje, no solo enuncia-

fricción con los conservadores y reformistas en torno al rol de

remos las problemáticas que Castellani detectaba en torno a

la Iglesia en la formación de la “nación católica” como barrera

la enseñanza nacional sino también el rol que le otorgaba a la

de contención ante una sociedad que cambiaba su fisonomía,

religión católica en la formación, así como también la injeren-

descubriéndose trastocada por la industrialización, la urbani-

cia del Estado en donde la tensión entre “Iglesia” y “Estado” se

8

ban… también a las de las diferentes posiciones que sustentaban los distintos puntos de vista…” Neiburg, Federico, Los intelectuales y la invención del peronismo, Alianza, Buenos Aires, 1998, p. 27. 5  “Por razones de economía verbal, podemos denominar a esta matriz común –antimodernismo liberal con propuestas de modernización “verdaderamente cristiana”, la unión del Syllabus con la Rerum Novarum– como catolicismo integral, entendiendo por tal a una serie de ideas integradas en un campo y movimiento cultural que se postulaba como intransigente, en una relación de conflicto triangular, frente a sus homólogos tanto del liberalismo y el socialismo”. Mallimaci, Fortunato; Cucchetti, Humberto y Donatello, Luis, “Caminos sinuosos. Nacionalismo y catolicismo en la Argentina contemporánea” en Colom, Francisco y Rivero, Ángel (eds.) El altar y el trono. Anthropos, Barcelona, 2006. 6  Dicha heterogeneidad también se puede detectar dentro del propio catolicismo de perfiles “antifascistas” por ejemplo. Dentro del nacionalismo “laico” podríamos resaltar a intelectuales maurrasianos (aunque de límites difusos) y de corte populistas, como los que procederían en nuestro país a través de FORJA. 7  En función de este dilema, Zanatta destaca la necesidad de la Iglesia por encuadrar a los militantes católicos durante los años treinta: “…debían evitar la identificación con fuerzas políticas específicas: que recordaran que eran católicos ante todo y luego, eventualmente, nacionalistas, y no a la inversa” Zanatta, Loris, Del Estado liberal a la nación católica, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 1996, p.188. 8  Zanatta, Loris, Op.Cit.

tornaba problemática. Bibliográficamente, la figura de Leonardo Castellani ha sido poco abordada: contamos con una exhaustiva biografía laudatoria realizada por Sebastián Randle11. Dentro del ámbito académico, Lila Caimari realizó una aproximación general en un artículo12 mientras que Diego Bentivegna realizó un ensayo crítico desde el plano del análisis del discurso tomándolo desde la producción integral de la obra del jesuita13. En líneas generales, la mención de la figura de Castellani es recurrente en la copiosa bibliografía abocada a los nacionalistas argentinos. Leonardo Castellani nació en 1899 y realizó sus estudios en la Compañía de Jesús. Ordenado sacerdote en la Iglesia de San Ignacio de Roma, inició estudios filosóficos y teológicos 9  Lida, Miranda, Historia del catolicismo en la Argentina entre el siglo XIX y el XX, Siglo XXI, Buenos Aires, 2015. P. 245. 10  Caimari, Lila, “Sobre el criollismo católico. Notas para leer a Leonardo Castellani” en Prismas, N° 9, 2005. 11  Randle, Sebastián, Castellani, Vórtice. Buenos Aires, 2003. 12  Caimari, Lila, Op. Cit. 13  Bentivegna, Diego, Castellani crítico, Cabiria, Buenos Aires, 2010.


en Roma y posteriormente en la Sorbona regresando al país

cias obligaban reemplazar de la agenda católica la “cuestión

en 1935 donde se incorporó como profesor en el prestigioso

social” por la “cuestión cultural”16.

colegio jesuita El Salvador, además de participar en numerosas instituciones religiosas (así como también disertando

Entrando los años 30, el catolicismo alcanzaba una amplia

en los Cursos de Cultura Católica) en donde, según Caimari,

presencia política y social, fortalecida ante la evidente crisis

su discurso cobró virulencia alcanzando visibilidad pública.

del liberalismo. En ese sentido, el mentado hito del multitudi-

Dentro del proyecto intelectual de Castellani se puede inferir

nario escenario del Congreso Eucarístico Internacional (cele-

una preocupación en el plano de las “sensibilidades religiosas”

brado en 1934 en Buenos Aires) daba muestras de un creci-

que atraviesan todas las problemáticas. En cuanto a las in-

miento pero también de un amplio desafío del proyecto social

fluencias se pueden detectar a Paul Claudel, Hilaire Belloc, el

de la Iglesia que provocaba tensiones con diversos sectores

primer Jacques Maritain y, en particular, una gran admiración

políticos y sociales.

hacia G. K. Chesterton. Aunque Randle no lo menciona, y sólo contamos con una afirmación parcial de Castellani14, podría-

En 1929, Pio XI anunciaba la encíclica Divini Illius Magistri, de-

mos encontrar cierta influencia del padre jesuita Pierre Lhande

fendiendo el enfoque tradicional y conservador en torno a la

quien además de ser un prolífico escritor antiliberal realizó una

enseñanza. La misma fue aliciente clave para que la Iglesia

intensa acción pastoral en parroquias suburbanas en Francia

Argentina retomara como prioridad a la enseñanza de la re-

y fue muy popular por su prédica cristiana “llana y accesible”

ligión en las escuelas, expuesta a las claras a través de una

cuyo alcance hacia los sectores populares fue importante. De

carta pastoral del Episcopado argentino en mayo de 1936. La

hecho, Miranda Lida afirma que

cuestión de la enseñanza fue uno de los factores de disputa con los liberales laicos desde tiempos tempranos cuando se

“La crisis (1930) hizo que el público se tornara receptivo

gestaba la organización del Estado argentino. En cierta forma,

a este tipo de prédica que resultó influyente en algunos

el escenario sociocultural era propicio para retomar y avanzar

curas de suburbio, tanto que no faltó quien se presen-

en las preocupaciones de la Iglesia en torno a la enseñanza.

tara como fiel imitador del padre Lhande”

A su vez, la influencia política en tiempos de Justo dejaba un

15

saldo favorable: como menciona Loris Zanatta, cuando dicho En ese sentido, la producción de Castellani abordaba un discur-

presidente concluía su mandato, la enseñanza religiosa se

so mordaz, criollo, sin caer en “bastardear la lengua”, cuestión

había impuesto en las provincias de Buenos Aires, Salta, Co-

que consideraba como un síntoma de la decadencia cultural.

rrientes y Catamarca; mientras que en Santa Fe y Córdoba las

Adoptaba también una presencia de padre “campechano” con

reacciones laicas habían sido derrotadas17.

su boina campera y su atuendo gauchesco mientras estimulaba en su escritura un discurso criollista católico. Su operación

Es bajo este contexto cuando el sacerdote jesuita Leonardo

discursiva se desarrollaba en múltiples publicaciones sobre

Castellani regresaba al país en 1935 con una clara definición

todo de corte nacionalistas como Cabildo mientras asesoraba

de hacer conocer su proyecto social ante la opinión pública,

el proyecto editorial católico Difusión donde se trataban nume-

donde la enseñanza constituía una de las preocupaciones fun-

rosos libros de divulgación (no necesariamente religiosos) y

damentales del mismo.

predicación, además de muchos best sellers. “EN LA DISPUTA POR EL ALMA DEL NIÑO…”: EL PROYECTO EL “RENACIMIENTO CATÓLICO” Y LA “CUESTIÓN CULTURAL”

DE LEONARDO CASTELLANI

La década del ’30 en nuestro país daba cuentas de una reali-

El diagnóstico social de la época para Castellani se fundaba

dad social que avanzaba con notorios cambios visibles des-

sobre una profunda decadencia tanto cultural como espiritual,

de la década anterior. Con la proliferación del tiempo de ocio

en donde la Iglesia también estaba inmersa. Acompañaba la

(acompañado con una incipiente cultura de masas) el catoli-

preocupación de Franceschi y de otros católicos en torno a la

cismo debía intervenir en dicha demanda que se estaba dando

cuestión cultural: la “decadencia” de las costumbres sociales

a través del deporte, el cine, el teatro y la industria del libro

e incluso del lenguaje callejero y la misión de cristianizar una

entre otras actividades culturales en ascenso. Las circunstan-

sociedad que se percibía deshumanizada18. En ese sentido, para Castellani el problema era estructural y atravesaba a todos

14  El mismo realiza una mención de Lhande dando a entender una relación intelectual en un documento inédito publicado por Randle llamado como “Mi confesión” escrito en 1949. Randle, Sebastián, Ibidem. P. 546. 15  Lida, Miranda. Historia del catolicismo…, Op.Cit., p. 165.

los sectores sociales incluyéndose a la intelectual en general, 16  Lida, Miranda, Ibídem, p. 104. 17  Zanatta, Loris, Del Estado liberal..., Op.Cit.,p. 173. 18  Lida, Miranda, Historia del catolicismo…, Op. Cit, p. 141.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 29

hecho que lo hacía valorar aún más a figuras con ideas supe-

cionamos anteriormente, el problema cultural era de raíz y en

riores a la mundanidad como Jacques Maritain.

tanto no se modificaran los principios de enseñanza desde un plano espiritual, toda reforma sería trunca. En función de eso,

Desde el plano escolástico, la crítica de la enseñanza pública

el autor sostenía que la solución se sentaba sobra las siguien-

en Argentina es uno de los temas recurrentes a los que acudi-

tes bases: una estrecha “Colaboración orgánica en la pública

ría Castellani durante este período. Acompañando el espíritu

educación de las tres sociedades concernidas esencialmente

de la encíclica Divini Illius Magistri afirmaba que la educación

en ella: Familia, Estado, Iglesia” (basado en la encíclica Divini

“es el problema central de este pueblo; es quizás, el más grave

Illius Magistri), “Respeto sagrado de los derechos naturales del

que tenemos, y se está volviendo uno de los más urgentes”19.

padre de familia sobre sus hijos” (Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino y Ética de Aristóteles) y una “primacía parcial de cada una de las tres sociedades dentro de su esfera específica” (Derecho constitucional de Joaquín V. González, 1897). De los siguientes principios enunciados en donde se soslayaba la concepción del correcto rol que le otorgaba Castellani a cada una de las instituciones, mencionaba las correspondientes conclusiones: 1°-“Abandono paulatino y prudente por parte del Estado de su pretensión dañina al Monopolio de la Enseñanza (Constitución Argentina, art. 14)”, 2°- “Obtención para todo docente apto de la libertad proporcionada a su responsabilidad y competencia, y necesaria a su crecimiento y perfeccionamiento. Renuncia del Estado a todo privilegio para sus alumnos” y 3°- “Organización de la enseñanza privada en forma tal que se puedan controlar sus deberes y de ese modo llegar a reconocer sus legítimos derechos”. En función de esto, debido a que lo consideraba de difícil concreción inmediata, proponía los siguientes objetivos: 1°- “Enseñanza de la Religión en todas las escuelas públicas argentinas, en forma tal que satisfaciendo al derecho de la mayoría del país, no lesiones las legítimas preocupaciones de ninguna minoría”, 2°- “Repartición proporcional del <<budget>> de Instrucción Pública en forma estrictamente equitativa”, 3°- “Posibilidad de <<asimilación>> para todos los establecimientos que se demuestren dignos en cuanto a la validez de títulos, li-

Portada de la primera edición de “Reforma de la Enseñanza” editada por Difusión en 1939.

bertad de programas y participación en los subsidios y 4°-“Supervisión y suplencia del Estado por medio de <<Programas sintéticos>>, <<Examen de Estado>>, Inspección Técnica de-

En 1939, a través de la editorial católica Difusión publicaba “La

bidamente organizada, otorgamiento o retiro de autorización,

Reforma de la enseñanza” que reunía una serie de artículos

así como por medio de multas y penas…”20.

abocados a esta problemática. La edición venía acompañada por una introducción de un trabajo a cargo del ex Ministro de

En líneas generales, el plan de reforma de Castellani atendía

Justicia e Instrucción Pública durante la presidencia de Alvear,

viejas demandas del catolicismo, en torno a la enseñanza re-

Celestino Marcó, quien proponía una reforma total de la ense-

ligiosa en particular y la defensa de la libre enseñanza en ge-

ñanza de las cuales muchas de las propuestas eran inspira-

neral. En torno a los modelos de inspiración, Castellani reunía

das en la Reforma de Gentile de la enseñanza en los tiempos

casos de diversas naciones: por ejemplo, sobre la “repartición

tempranos de la Italia fascista. La propuesta de Castellani

proporcional” como medio, en donde el Estado se encargaba

excedía el plano de la enseñanza religiosa ya que, como men-

de fiscalizar la correcta enseñanza y no el monopolio del mismo (que atentaba no solo a su especificidad sino también a

19  Castellani, Leonardo, Reforma de la enseñanza, Difusión, Buenos Aires, 1939, p. 25.

20  Castellani, Leonardo, Ibídem, p. 27.


la calidad de la enseñanza) el autor citaba un esquema que

pero entendía que el Estado no tenía que injerir en ello: antes,

le atribuía a la función actitudinal del Estado holandés y del

según el jesuita, debería encargarse de los suyos. La solución

inglés, con sus particularidades.

era la lógica corporativa, es decir, que la Iglesia se hiciera cargo de una homogeneidad y no avalar el libre albedrio a partir

“Yo subvenciono de acuerdo a justicia proporcional to-

de su falta de iniciativa.

da escuela buena, tanto más cuanto mejor sea. Escuela buena es la que reúne tal y cual núcleo de condiciones.

“Los que quieren libertad de enseñanza han de mere-

Me reservo el derecho de fiscalizar por tales y cuales

cerla, mostrarse hasta la evidencia capaces de ella,

medios si esas condiciones se realizan y mantienen”21

mostrar que son adultos, que soportan la responsabilidad de gobernarse a sí mismos, que tienen madura

La posición de Castellani con respecto a la enseñanza públi-

conciencia profesional. (…) La libertad no se pordiosea,

ca tenía sus reparos, producto también de la visión de crisis

se conquista. El que pide libertad llorando, por lo mis-

que emergía en cada uno de sus escritos: “Hemos conocido

mo demuestra que no la merece”25.

escuelas que eran verdaderos corruptorios morales o intelectuales”22. Se sustrae en su análisis que la enseñanza ponde-

Dentro de su proyecto de reforma de enseñanza, Castellani to-

raba la gratuidad por encima de la calidad (hecho que no lo

maba como caso paradigmático la reforma de Giovanni Gen-

cree inocente ya que el objeto de tal sistema el de presentar a

tile en la Italia fascista realizada en 192326. Siempre teniendo

“lectores analfabetos” preparados solo para leer los diarios), en

sus reparos ante la concepción totalitaria que engendraba el

ese sentido proponía establecer

fascismo, Castellani lo consideraba como un ejemplo a seguir para reformar lo que consideraba una concepción vacía y laica

“…un bachillerato sólido de seis años, con dos ramas

en la enseñanza bajo el proyecto liberal27.

optables, clásica y moderna. Que siga el Normalista la rama clásica, más noble y resistente. Especial pre-

La severidad que enfatizaba el sacerdote jesuita iba acompa-

paración pre-universitaria de dos años ¿para qué? Es

ñada de su concepción aristocrática de la enseñanza con una

un error que puede embarrar todo. La Universidad se

escuela secundaria reservada para unos pocos, para aquellos

encargará de <<pre-universitar>> a sus pretendientes,

que realmente estén preparados realmente para desempeñar

cada Facultad a su guisa. Es tarea suya, tarea espe-

funciones claves dentro de la sociedad perfectiva en el pensa-

cializada” . 23

En función de dicho programa, Castellani proponía una serie de esquemas en los que se estructuraría el Bachillerato: con una carga de 28 horas semanales los primeros 4 años y 24 horas en los dos últimos le brindaba una particular importancia a la enseñanza del Latín, el francés como idioma anexo, el castellano bajo una selección de textos clásicos seleccionados por su canon tradicional, mientras que la religión tomaba

25  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 63. 26  Mediante la reforma Gentile de 1923, en Italia la escuela era considerada un factor infalible al servicio de la nación, destacándose el papel a desempeñar por la educación primaria, como instrumento para crear cohesión social en torno a los valores e ideas que sustentaban el sistema político. En cambio, la educación secundaria, enfocada a formar la clase dirigente, tenía una dimensión elitista y humanista que veía en las disciplinas histórico-filosóficas las asignaturas más formativas.

23  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 53.

Las ideas pedagógicas que inspiraban la primera reforma educativa de Mussolini se fundamentaban en el idealismo filosófico y la defensa de la Escuela Nueva que abogaba por la formación plena del individuo. Esto condujo a la introducción de interesantes innovaciones metodológicas y supuso una ocasión perfecta para la defensa de una enseñanza activa, pero el idealismo inicial cedió conforme se fue perfilando el régimen y la ideologías fascista ganó terreno, hasta el punto de provocar la sustitución de las ideas pedagógicas por las políticas, en las que la defensa de valores espirituales e irracionales condujo a la extensión de posiciones contrarias al positivismo, el racionalismo y el enciclopedismo. Esto nos manifiesta una progresiva fascistización de la escuela que se materializó con la presencia cada vez mayor del Partido Nacional Fascista (PNF) en ella, para ejercer todo el control, desde el profesorado a los contenidos. Dichas consecuencias fueron observadas por Castellani, advirtiendo el peligro de la estatización. García Ruíz, Carmen, “La enseñanza de la historia nacional en la Italia fascista y la España franquista”, http://www.historiadeltiempopresente.com/web/DocumentosDescargables/Articulos/ RT31.pdf. Consultado el 16 de Agosto de 2016.

24  Castellani, Leonardo, Op. Cit., pp. 53-59.

27  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 80.

la atribución de enseñarse una hora por semana. Durante el quinto y sexto año se agregaban el griego y una “propedéutica filosófica” mientras que en sexto se incorporaban ejercicios militares. Los domingos estarían supeditados a la misa y a la práctica deportiva24. Con respecto al concepto de “enseñanza libre”, Castellani no reparaba en críticas también hacia los colegios católicos. La falta de control de la calidad en la enseñanza era en general

21  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 47. 22  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 50.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 31

miento de Castellani. La enseñanza liberal que padecía nues-

Recaía su pensamiento, entonces, en la distribución de roles

tro país buscaba “enseñar todo, y enseña de todo” y “no va a

esenciales para el funcionamiento de la sociedad en donde

ninguna parte”. Por la responsabilidad de esa enseñanza mal

cada uno ejerciera su función: familia, Iglesia y Estado eran ne-

orientada era la falta de aptitud del ciudadano no solo ante el

cesarios siempre y cuando respondieran a la idea de formarlo

acto electoral sino también en su bastardeo en el idioma, se

como católico en la nación católica.31.

observa en todo el ámbito sociocultural de la época . 28

“NACIONAL no es lo mismo que ESTATAL. Todo moLo que más recuperaba de la Reforma de Gentile era su concep-

nopolio estatal tiene la amenaza de la burocracia, que

ción espiritual de la que había prescindido la anterior Ley Casati29,

en enseñanza, cosa viva, es lo mismo que anemia. Y

reinstalando la enseñanza religiosa en el ámbito escolar:

la anemia docente es la que abre puerta a las toxinas antinacionales…”32

“Verá que era un crimen de leso pueblo haberla suprimido, de leso pueblo y de lesa patria y de lesa italianidad.

En resumidas cuentas, la propuesta de Castellani era cons-

Es el aire que respiró y respira ese pueblo equilibrado,

ciente de la delgada línea que se atravesaba en torno a la rela-

es el alma de su historia, el eje de su tradición, la base

ción Iglesia/Estado. ¿Hasta qué punto los proyectos naciona-

de su moralidad, la clave de su concepto del mundo, el

listas católicos no sustentaban la idea de un corporativismo

bálsamo de sus dolores, la voz de sus entusiasmos, la

de corte fascista en donde el rol tutelar de la Iglesia quedaría

materia de gran parte de su arte y su literatura. (…) que

supeditado al control totalitario? En ese sentido, la distinción

la escuela confesional es la única que puede formar

de atribuciones y la diferenciación entre un nacionalismo de un

al hombre entero; que la laica había sido traída por el

estatismo son cuestiones que dejaba en claro en estos textos.

odio antirreligioso… Benedetto Croce, adverso a Gentile, coincide, no obstante, en que <<escuela neutra, igual a

La familia, el Estado y la Iglesia (volviendo a la encíclica Divini

escuela nula>>, porque dejar sin respuesta las pregun-

Illius en la que Castellani reposaba) deberían de colaborar bajo

tas primeras, los ¿por qué? de los que todo pende, es

manera conjunta y equilibrada de acuerdo a sus atribuciones

renunciar a pensar, y por lo tanto, a enseñar”30.

en la enseñanza. El panorama sombrío que criticaba el jesuita no era una posición aislada sino que acompañaba a una preo-

En ese sentido, reconocía que Gentile tenía la intención de in-

cupación más generalizada: desde las páginas de Criterio, por

corporar la enseñanza religiosa dándole la potestad a la Iglesia

ejemplo, Fransceschi advertía que el ascenso de las multitu-

católica como una suerte de instrumento necesario para “im-

des a la esfera pública, la creciente urbanización, traía consigo

buir en la mente infantil” como método de formación moral.

un trastrocamiento de determinadas costumbres sociales que

En torno a esto, Castellani advertía que “la religión enseñada

incluía desde el lenguaje hasta el comportamiento indecoroso

católicamente no se plegará jamás a servir a lo temporal”. Los

sumado a prácticas de ocio poco aceptables para el catolicis-

mismos son principios con los que confrontaría Castellani an-

mo. Como menciona Miranda Lida, Franceschi (1933)

te las ideas estatistas, fueran o no totalitarias: concebir a la religión católica como una función utilitaria a fines políticos.

“hablaba sin tapujos de la <<invasión guaranga>> en tiempos de masificación: sostenía que ya no podía

28  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 80.

pensarse la ciudad como la cuna del espíritu cultivado

29  La ley Casati (1859) había sido la base de toda la legislación educativa posterior en la Italia unificada. La misma autorizaba la fundación de escuelas libres de primera y de segunda enseñanza; pero los alumnos de las mismas tenían que revalidar sus estudios sufriendo examen en el centro oficial correspondiente. Las escuelas primarias públicas pertenecían a los municipios, y las secundarias al Estado, ya solo o en colaboración con la provincia. La enseñanza de la Religión era obligatoria en todas las escuelas, privadas o públicas, de primera y segunda enseñanza. Para estas últimas debía haber un director espiritual. Pero su nombramiento dependía del Estado, y cuando las izquierdas liberales subieron al poder, no hicieron tales nombramientos provocando que la instrucción religiosa desapareciera, poco a poco, de los centros de enseñanza media. Posteriormente, la enseñanza religiosa era suprimida en las escuelas públicas y el 7 de julio de 1876 eran disueltas las órdenes religiosas. Jiménez Landi, Antonio, La institución Libre de Enseñanza y su ambiente: los orígenes de la institución, Editorial Complutense, Madrid, 1996, p. 545.

del <<hombre urbano, civilizado>>, sino que aquella se

En ese sentido, Leonardo Castellani acompañaba la preocu-

30  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 100.

33  Lida, Miranda, Historia del catolicismo…, Op. Cit, p. 141.

veía asolada por <<guarangos>>… que no tenían prurito alguno de mofarse de los códigos de <<buena educación>>, que denostaban como mera <<tilinguería, cuando no afeminamiento>> 33

pación de una de las figuras más notables del catolicismo de la época: bajo una estrategia discursiva contraria al estilo del director de Criterio, Castellani se apoyaba en un lenguaje lla31  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 102. 32  Castellani, Leonardo, Op. Cit., p. 140.


no, con reminiscencias camperas, haciendo un uso mordaz y

minada “Historia oficial” institucionalizada en los años veinte

sarcástico para retratar diversas problemáticas de la escena

con la denominada “Nueva Escuela Histórica”36. En El Nuevo

social y política durante los años treinta y comienzos del cua-

Gobierno de Sancho, Castellani se encargaba de representar

renta.

a una figura clave de dicha corriente: Ricardo Levene, bautizado como “el Taita oficial de la historia”. En dicho retrato

Mediante la publicación de El nuevo gobierno de Sancho

satírico que emprendía Castellani denunciaba la realización

(1942) Castellani hacía un retrato de la sociedad argentina y la

de un discurso automático y repetitivo de la historia liberal,

decadencia que se reflejaba en ella: como un desprendimiento

como una estrategia pedagógica. El “Taita de la Historia Ofi-

del Quijote de Cervantes, el autor presentaba a un Sancho Pan-

cial” se dedicaba, a los ojos de Castellani, que la misma fuera

za criollo que se encontraba pavoroso ante una ínsula viciada

funcional al Estado, siempre y cuando el mismo invirtiera en la

de liberalismo por doquier. En esta obra satírica, cuya edición

Academia (vale recordar que la Academia Nacional de la His-

definitiva sería en 1944, bosquejaba desde determinados as-

toria nace como tal en 1938, en consonancia de una intensa

pectos de la sociabilidad nacional (principalmente porteña) los

labor que pasaban por múltiples conferencias y congresos, la

problemas en la enseñanza.

publicación de manuales para todos los niveles educativos, la proliferación de políticas en torno a museos y monumentos

“-Paso, marido -lo atajó Teresa-, que no es el peor de

históricos). Si bien no fue un productor de libros de carácter

los profesores de la Ínsula; que hay otros que enseñan

histórico, Castellani acompañaba al revisionismo histórico

que no hay Dios, y hasta enseñan que los chicos no

principalmente al que era tributario a un pensamiento tradi-

vienen de París ni de los repollos sino que vienen ¡de los

cionalista católico y conservador37. De hecho, siendo asesor de

monos! De donde yo resulto mona y no mona de linda

la editorial católica Difusión, realizaría la introducción un libro

sino mona zoológica.

clave para los inicios del revisionismo histórico: La historia falsificada de Ernesto Palacio publicado en 1939.

“-¿Está pervertida la educación de mi Ínsula?34” El diagnóstico de la realidad social nacional según Castellani Desde una crítica estereotipada del discurso medio, Castellani

era sumamente crítica en comparación a las ambiciones de

ejemplificaba la falta de calidad dentro de la enseñanza. Con

otras figuras del nacionalismo católico como Julio Meinvielle

el primer ejemplo se podía apreciar, la separación de la ense-

que incitaba habitualmente a la batalla por el triunfo universal

ñanza religiosa dentro de un universo ficcionado por el jesuita

de la cristiandad. Los reparos del jesuita, como mencionamos

en donde los colegios llevaban nombres de intelectuales libe-

anteriormente, iban dirigidos también a la Iglesia en general y

rales de la época (como Ponce e Ingenieros), criticaba la apli-

hacia la propia Compañía de Jesús, manteniendo una cons-

cación de un cientificismo positivista (en el dialogo notamos

tante tensión con sus censores. Como menciona Caimari,

a la mujer de Sancho escandalizarse de la lectura darwinista

Castellani no guardaba reparos en críticas dirigidas incluso

indicando que los chicos “vienen de los monos”). No obstan-

hacia la revista de la Compañía, Estudios, acusando de muy

te, la crítica iba más allá del contenido ya que observaba (co-

bajo nivel intelectual mientras, en cambio, defendía a la revista

mo señala en su trabajo Diego Bentivegna) la distinción entre

Criterio ya que veía en ella

conocimiento-información: “No es lo mismo estar informado acerca de algo que poseer conocimiento de ese algo, lo que

“…un instrumento de cambio de la Iglesia misma- o un

implica <<saber una cosa con certidumbre>>” . En ese sen-

refugio donde protegerse de los peores defectos de la

tido, para Castellani la enseñanza no sólo carecía de espíritu

Iglesia, de esa Iglesia que llegaba tan mal preparada

sino también de contenido.

para ocupar espacios masivos en la enseñanza supe-

35

rior, y que tampoco parecía muy dispuesta a generar En cuanto a la enseñanza de la Historia también envolvía una

cuadros para ello”38.

crítica no sólo a la función reiterativa de construcciones de sentido sino al perfil liberal del mismo. Es necesario remarcar

Leonardo Castellani no llegaba a desprenderse de su postura

que en dicho contexto había surgido una reacción antiliberal

crítica incluso en los momentos triunfales para el nacionalis-

también en respuesta a la historia: el revisionismo histórico se constituía como respuesta del nacionalismo ante la deno-

36  Devoto, Fernando y Pagano, Nora, Historia de la Historiografía argentina, Sudamericana, Buenos Aires, 2010.

34  Castellani, Leonardo, El nuevo gobierno de Sancho, Dictio, Buenos Aires, 1964.

37  Devoto, Fernando, Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002. P.173.

35  Bentivegna, Diego, Castellani crítico, Op. Cit, p. 28.

38  Caimari, Lila, “Sobre el criollismo…”, Op. Cit.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 33

mo católico ante la Revolución militar de junio de 1943. Las

ante los censores de la Orden: los hechos fueron precipitán-

autoridades eclesiásticas se habían apresurado a delimitar

dose hasta la conminación a abandonar la Compañía por

junto con los militares llegados al poder los pilares del “nuevo

parte del provincial de la orden en Buenos Aires, Tomás Trevi:

orden” basándose en intervenir de forma radical la instrucción

sus críticas constantes hacia la jerarquía de la Compañía en

pública en todos los niveles dentro de los preceptos de un

particular y a la Iglesia en general, su colaboración en medios

“nacionalismo católico” acompañado por una serie de refor-

gráficos nacionalistas (Cabildo y, más tarde, Tribuna) en donde

mas económicas y sociales que pusiera freno a la creciente

no se abstenía de opinar políticamente cual escritor laico; su

inequidad social . Inmediatamente la Iglesia consiguía la ley

participación como candidato independiente a diputado por

de enseñanza religiosa obligatoria (ratificada posteriormente

la ciudad de Buenos Aires en las listas de la Alianza Liberta-

bajo el gobierno de Juan Domingo Perón) junto a una campa-

dora Nacionalista en las elecciones de 1946 que consagra-

ña de “moralización” del lenguaje en la radiotelefonía, que se

ran a Perón como presidente fueron cuestiones de carácter

extendía a otros campos de la cultura. Sin embargo, Castellani

intolerables para la Compañía de Jesús que lo llevaron a un

seguía manteniendo sus críticas en torno a la cultura y a la

desesperante destierro hacia la ciudad catalana en Manresa

enseñanza en particular. Así, por ejemplo, en 1944 a través

durante 1947-1949.

39

del periódico nacionalista Cabildo manifestaba su lapidario CONSIDERACIONES FINALES

diagnóstico

A lo largo del presente trabajo esbozamos varios tópicos del “El gobierno no está hecho para enseñar, sino para

pensamiento de Leonardo Castellani en torno a la enseñanza.

gobernar la enseñanza de los enseñantes, lo mismo

La misma no dejaba de enmarcarse del proyecto cultural de

que todo lo demás. En consecuencia, la enseñanza del

la Iglesia de entonces dentro de su objetivo en conformar un

gobierno anda mal, o mejor dicho, en cuanto es del go-

orden católico: si bien parte de los lineamientos que observaba

bierno no anda; es decir, no existe. (…) No es posible la

el jesuita se basaban en la encíclica Divini Illius Magistri el

solución de fondo. Estamos en el tiempo del enérgico

corpus general formaba parte de la disputa histórica que se

vaciado de tumores; y de la vociferación de principios.

daba en cuanto a las atribuciones entre Iglesia y Estado: por

La enseñanza religiosa ¿qué fue más que la proclama-

ejemplo, Úrsula Margarita Albrecht encontraba muchos pun-

ción de un principio? Más que una creación, un gesto” .

tos en común entre el pensamiento de Castellani con relación

40

al de José Manuel Estrada cuando defendía la enseñanza reliAunque Castellani había aprobado el desenvolvimiento de la

giosa durante los pormenores del avance laico que dio forma

Revolución del ’43 y la designación de su amigo escritor anti-

a la ley 1420 en 1884. Al igual que el jesuita, Estrada sostenía

semita Gustavo Martínez Zuviría (“Hugo Wast”) al Ministerio de

el rechazo hacia la instrucción obligatoria, renegando de la in-

Instrucción Pública en donde introdujo por decreto la enseñan-

tervención del Estado en la enseñanza. En 1871, durante la

za religiosa en las escuelas públicas, entendía que se estaban

Convención constituyente de Buenos Aires, manifestaba que

repitiendo los mismos errores que habían desarrollado los li-

“soy de los que piensan que el Estado no tiene capacidad para

berales en torno a la enseñanza: como citamos más arriba, al

enseñar, (…) el Estado no tiene capacidad para establecer una

no avanzar en las problemáticas de fondo que el jesuita había

religión…”42. Castellani acompañaba la afirmación de Estrada,

planteado en sus textos años atrás, la enseñanza religiosa no

aunque no sólo pensaba que no tenía capacidad sino que no

era más que la proclamación de un principio sin las cuestiones

le correspondía al Estado. El temor de confundir nacionalismo

de fondo necesarias para transformar la información en cono-

con estatismo estaba latente y por eso mantenía reparos ante

cimiento. Su diagnóstico seguía siendo el mismo y, al contrario

los fascismos emergentes en Europa, como el caso del italia-

que muchos de sus compañeros nacionalistas, sentenciaba

no: aunque valoraba la reforma de la enseñanza que realizaba

recurrentemente que la Iglesia de entonces no se encontraba

el filósofo Giovanni Gentile, entendía los peligros del totalita-

a la altura de las circunstancias como para realizar la restau-

rismo en donde la religión sólo era un instrumento necesario

ración católica que tanto ambicionaba41.

para reformar la italianidad, además sostenía que la libertad de la enseñanza tenía la finalidad de dejarle “levantar a la escuela

Los años siguientes fueron de constante rebeldía del jesuita

privada… para poder propinarle el knock-out, y vencer en regla, y no villanamente como los otros”43. “Que crezca pero que no

39  Zanatta, Loris, Perón y el mito de la nación católica, Sudamericana, Buenos Aires, 1999, p. 29. 40  Castellani, Leonardo, Las canciones de Militis, Dictio, Buenos Aires, 1977, p. 191.

42  Albrecht, Úrsula Margarita (2002) “El modelo educativo en El nuevo gobierno de Sancho: Castellani y la educación a la luz del pensamiento católico” en Granma Vol. 14, No 35, 2002, p.17.

41  Caimari, Lila, “Sobre el criollismo...”, Op. Cit., p. 6.

43  Castellani, Leonardo, Reforma…, Op. Cit., p. 92.


se afiance” era la lógica del Estado fascista y en el caso na-

BIBLIOGRAFÍA

cional se agravaba ya que no sólo el Estado no brindaba ese

Albrecht, Úrsula Margarita, “El modelo educativo en El nuevo

tipo de señales sino que también la Iglesia no estaba tampoco

gobierno de Sancho: Castellani y la educación a la luz del pen-

capacitada como para superarla cualitativamente. El problema

samiento católico” en Granma Vol. 14, No 35. 2002.

del contenido, transmitir conocimiento, era la debilidad del sistema de enseñanza y era funcional a una sociedad en franca

Bentivegna, Diego, Castellani crítico. Cabiria, Buenos Aires, 2010.

decadencia cultural de la que la propia Iglesia no estaba exenta: en cierto sentido coincidía en el diagnóstico con Franceschi

Buchrucker, Cristián, Nacionalismo y peronismo. Sudamerica-

como con otros católicos en que la crisis económica, política y

na, Buenos Aires, 1987.

moral que atravesaba la Europa occidental en la década del 30 también se replicaba en la realidad nacional, teniendo la sen-

Caimari, Lila, “Sobre el criollismo católico. Notas para leer a

sación de atravesar un “inminente desastre puesto que lo que

Leonardo Castellani” en Prismas, N° 9, 2005.

estaba en juego era la crisis de toda una civilización, dicho en términos de época”44. La intención de Castellani era la reforma

Castellani, Leonardo, Reforma de la enseñanza, Difusión, Bue-

de enseñanza a fin de “restaurar en el catolicismo las cualida-

nos Aires, 1939.

des varoniles perdidas en la sociedad moderna” , atribuyéndo45

le una falta de virilidad cultural cuya fuerza necesaria la apor-

Castellani, Leonardo, “Introducción” en Palacio, Ernesto, La

taba el espiritualismo. En ese sentido, El nuevo gobierno de

Historia falsificada, Difusión, Buenos Aires, 1939.

Sancho realizaba la crítica feroz a la sociedad subsumida ante el liberalismo y con una Iglesia cómplice de dicha decadencia

Castellani, Leonardo, El nuevo gobierno de Sancho, Dictio, Bue-

cultural. La construcción de un discurso sarcástico pretendía

nos Aires, 1964.

no sólo polemizar con los pares sino también alcanzar a determinados sectores de la opinión pública.

Castellani, Leonardo, Las canciones de Militis, Dictio, Buenos Aires, 1977.

Su apoyo condicional al proyecto católico de la época, cuyo súmmum fuese alcanzado con la revolución de 1943, puede

Castro, Martín, El ocaso de la república oligárquico, Edhasa,

deducirse en el plano de las preocupaciones de Castellani:

Buenos Aires, 2012.

siempre más atento a la calidad que a los efectos políticos que no atendían las problemáticas de fondo, entendía que la

Devoto, Fernando, Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo

Argentina no necesitaba primordialmente de un cesarismo po-

en la Argentina moderna, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.

lítico sino de un profundo proyecto cultural que avanzara sobre las problemáticas de fondo. El problema de raíz para Castellani

Devoto, Fernando y Pagano, Nora, Historia de la Historiografía

radicaba en “la disputa por el alma del niño”, es decir, si no se

argentina, Sudamericana, Buenos Aires, 2010.

realizaba la colaboración orgánica entre las instituciones de formación claves que eran la familia, la Iglesia y el Estado, el

Di Stefano, Roberto y Zanatta, Loris, Historia de la Iglesia Ar-

infante iba a crecer padeciendo un vicio de origen que luego se

gentina, Sudamericana, Buenos Aires, 2009.

profundizaría en la escuela pública que estaba vacía de contenido espiritual y de conocimiento necesario para el desarrollo

García Ruíz, Carmen, “La enseñanza de la historia nacional en

intelectual. La enseñanza era el elemento clave para poder vol-

la Italia fascista y la España franquista”,http://www.historiadel-

ver a virilizar al catolicismo y combatir el liberalismo.

tiempopresente.com/web/DocumentosDescargables/Articulos/RT31.pdf. Consultado el 16 de Agosto de 2016. Ivereigh, Austen, “The Shape of the State: Liberals and Catholics in the Dispute over law 1420 of 1884 in Argentina”, en Ivereigh, A. (ed.) The Politics of Religion in an Age of Revival. ILAS, Londres, 2000. Jiménez Landi, Antonio, La institución Libre de Enseñanza y su ambiente: los orígenes de la institución, Editorial Complutense,

44  Lida, Miranda, Historia del catolicismo…, Op. Cit., p. 141. 45  Caimari, Lila, “Sobre el criollismo…”, Op. Cit., p. 3.

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Ariel Julián Otal Landi

Profesor (I.S.P. “Dr. Joaquín V. González”). Profesor en Historia egresado del Instituto Superior de Profesorado “Dr. Joaquín V. Gonzalez”. En la actualidad es Profesor adjunto en dicha institución de la catedra “Historia de la Historiografía y Teoría de la Historia” cuyo titular es el Profesor Juan Carlos Cantoni. Además es Investigador externo en el proyecto “Trayectorias e itinerarios de intelectuales durante el peronismo” dirigida por Marcelo Summo en el marco del Programa de Estudios de Historia del Peronismo, 20142016 de UNTREF. julianotal@gmail.com


Benito Quinquela Martín: Primeros pasos en la vida pública porteña 1910-1920 “L’Histoire est hystérique: elle ne se constitue que si on la regarde -et pour la regarder, il faut en être exclu”. Miguel Ángel Ochoa

La pintura de Quinquela Martín se encuentra vinculada con el arte figurativo, entendido como el arte que representa objetos que existen en la realidad; asimismo su quehacer plástico situado en el barrio de La Boca está relacionado con un ámbito urbano con gran cantidad de inmigrantes (genoveses como su propio padre adoptivo) como de otros lugares de Italia. Sostendremos como hipótesis que su práctica pictórica se halla ligada a un asociacionismo (en sentido amplio) propio de las colectividades migrantes que arribaron a nuestro país. En ese sentido, la presente indagación busca visibilizar sus estrategias durante los años de 1910 a 1920 cuando inicia sus primeros pasos en la escena pública porteña, mostrando como más allá de sus preocupaciones estéticas ha sido un conocedor del entorno cultural y, social en el cual intentaba insertarse, en otras palabras, su condición de homo politicus (en un sentido laxo), que con el correr de las décadas mostrará mayores aristas que las que aquí comenzaremos a esbozar. Palabras Clave: arte, Quinquela Martín, vida pública.

INTRODUCCIÓN

Teatro Verdi3. Sin embargo, es pertinente señalar que este de-

Quisiéramos efectuar en las líneas que a continuación presen-

sarrollo cultural fue necesario –y posible- por la “relativamente

tan nuestra propuesta algunas consideraciones que, creemos,

débil y tardía influencia de las estructuras burocráticas estata-

vertebrarán el artículo en su conjunto. La primera es entender

les en la vida social del barrio”4 lo que permitió la emergencia y,

que La Boca por su emplazamiento al interior de la Capital

consolidación de una cultura “italiana” (proveniente mayorita-

Federal –Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde 1996- ha

riamente de Génova) autónoma. Así podríamos indicar que de-

sido signada por su aislamiento, es interesante marcar que

bido al marcado número de italianos, al asilamiento del barrio,

para 1855 la población italiana en el barrio de Barracas (que

al tardío desarrollo de instituciones formales vinculadas al Es-

incluía en ese momento a La Boca) es del 28,5%1; “si la pro-

tado se ha dado en La Boca una sólida cohesión socio-cultural

porción de italianos sobre el conjunto de la población era más

que ha perdurado hasta avanzado el primer tercio del siglo XX.

alta en Barracas que en cualquier otro distrito, más elevado era todavía en La Boca: llegaba al 42,5 %, y si incluimos dentro del

Los rasgos conjuntamente enunciados posibilitan ver las es-

grupo étnico a los hijos argentinos que vivían con sus padres

trategias personales de Quinquela Martín, al interior de una red

(…) hasta el 53%” . Rasgos que le han dado un cariz particular 2

y distintivo. En paralelo a esta inmigración temprana y, desarrollo de la comunidad italiana en el barrio fueron surgiendo las instituciones culturales, no nos interesa aquí hacer un recuento de ellas, sino simplemente marcar su temprana aparición, por caso el

1  Devoto, Fernando, “Los orígenes de un barrio italiano en Buenos Aires a mediados del siglo XIX” en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. E. Ravignani”, Nro. 1, 1er semestre de 1989, p. 95. 2  Devoto, Fernando, “Los orígenes de un barrio italiano en Buenos Aires a mediados del siglo XIX”… p. 100.

3  Los orígenes datan del año 1877, año de fundación de la “Unión de la Boca” (primera asociación filarmónica del barrio). Un año más tarde y por divergencias que existían entre los músicos surgió el compromiso de instituir una nueva banda musical. Nacía entonces la nueva sociedad filarmónica “Vecinos de la Boca”. En la asamblea del 12 de diciembre de 1878, con dos votaciones sucesivas se cambió el nombre por el de “José Verdi” por moción del Sr. Félix Pavero, basándose en que las primeras piezas que ejecutaba la banda fueran del maestro italiano. En 1883, al implantarse el socorro mutuo, amplió y completó su nombre por el de “Sociedad Cosmopolita, Filarmónica y de Socorros Mutuos José Verdi”, en el mismo año es nombrado al maestro José Verdi como presidente honorario, recibiendo una carta escrita de puño y letra por el mismo Verdi en agradecimiento. Eduardo Parise, “Teatro Verdi, cultura y mucho más” en Clarín, 9 de septiembre de 2013. http:// www.clarin.com/ciudades/Teatro-Verdi-cultura_0_989901047.html 4  Devoto, Fernando, Ibídem, p. 112.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 37

institucional informal, que le ha posibilitado situarse al interior

organizando junto a otros artistas un Salón de Recusados del

de La Boca y, desde allí trascender como un pintor emblemá-

Salón Nacional (una muestra cabal del carácter asociacionista

tico del lugar.

enunciado), por ello resulta conveniente relevar su propio recuerdo, que aunque modelado por el paso del tiempo, no deja

Un mecanismo posible para desandar su itinerario es pensar

de ser por ello, de importancia.

no en términos de un detallado y pormenorizado recorrido que explore su vida, postura que ha mostrado ya hace tiempo

Recuperemos entonces su [auto]biografía a pedido8, en ella

sus límites: la ilusión biográfica . Sino a partir de reconocer

dedica un capítulo a sus “Primeras Exposiciones” donde ex-

que las posibilidades de acceso a la vida de una persona son

plicita: “(…) La primera vez que ‘me expuse’ en público fue en

parciales, permitiéndonos sondear en cambio espacios, tal vez

1910, el año del Centenario patrio. La Sociedad Ligur, de la

pequeños, más o menos transitados pero siempre acotados,

Boca, cumplía entonces sus veinticinco años (…)”, para agregar

lo cual no impide intentar reconstruir y, restituir en un juego

más adelante que había asistido “(…) con tres cuadros, que

de luces y sombras, alguna penumbra difusa pero rica en su-

firmaba como Benito Chinchella. Los tres han desaparecido.

gerencias, que ciertamente merecerá sucesivas indagaciones,

Otros expositores fueron Santiago Stagnaro, Arturo Maresca,

cada vez que sea posible, en busca de profundizar los trazos

Vicente Vento, Leónidas Magiolo. Todos éramos principiantes

iniciales. Así es plausible que emerja la dinámica que el artista

(…)”, a lo que agrega: “y yo el más aficionado y novicio de todos.

boquense ha trazado entre sus deseos y el contexto con el que

No gané ni un cobre ni siquiera una mención, lo que prueba la

interaccionó, en última instancia su “experiencia singular” .

justicia e imparcialidad del jurado”9.

Lo que a continuación tiene el lector ante sí, son algunos de

y 1930, Buenos Aires, Nueva Visión, 1999, p. 28 [edición original de 1988]. El supuesto que subyace en el libro de Sarlo es que existiría un centro único y homogéneo del cual emanaría hacia la periferia los saberes. Nuestra incomodidad con esta idea es que olvida que las centralidades no solamente son construcciones sino que en un sistema complejo de relaciones internacionales e incluso nacionales son relativas al estar en permanente tensión. En otras palabras, no existe –al menos en términos empíricos un centro y una periferia sino una multiplicidad de ellos, lo cual no invalida reconocer que es posible reconocer en un momento y, contexto particular un centro dominante (pero no único, en tanto dependerá esa demarcación de las relaciones con las cuales se establezca el diálogo analítico).

5

6

esos fragmentos que recorren los primeros diez años del artista boquense jalonando el espacio público a través de su inserción social y, pictórica. LOS PRIMEROS PASOS El derrotero que va desde 1910 a 1920 amerita ser abordado para entender e iluminar el itinerario posterior. Esto se debe a que, si bien la emergencia de la figura –y de la obra- de Quinquela Martín podría situarse al interior de una modernidad periférica7. Su presencia en el ámbito local puede verse ya en 1914 5  Bourdieu, Pierre, “L’illusion biographique” en Actes de la Recherche en Sciences sociales, 62-63, juin 1986, pp. 69-72. 6  Jacques Revel, “La biografía como problema historiográfico” en Jacques Revel, Un momento historiográfico. Trece ensayos de historia social, Buenos Aires, Manantial, 2005, p. 223 [originalmente publicado en 2003] 7  Entendida como una “cultura de mezcla, donde coexisten elementos defensivos y residuales junto a los programas renovadores; rasgos culturales de la formación criolla al mismo tiempo que un proceso descomunal de importación de bienes, discursos y prácticas simbólicas”. Sarlo, Beatriz, Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920

8  En la “Advertencia preliminar”, Quinquela Martín señala: “al publicar ésta, que quisiera ser una autobiografía y que no lo es del todo porque, aunque contada por mí, fue escrita por otro”. Muñoz, Andrés, Vida Novelesca de Quinquela Martín, Buenos Aires, Edición de autor, 1949, p. 7. Por ello hemos elegido, señalamiento del Dr. Andrés Regalsky mediante, colocar entre corchetes la referencia a la propia realización con el prefijo auto y, remarcar que fue realizada a pedido. 9  Quinquela menciona del jurado a tres integrantes: “don Basilio Cittadini, director de ‘La Patria degli Italiani’, el profesor Giuseppe Miniacci. También conocí en aquel jurado artístico a Oreste Liberti, que había de pasar a la historia como fundador de los Bomberos Voluntarios de la Boca”. Muñoz, Andrés, Vida Novelesca de…, pp. 119-120. Tampoco es un detalle menor la alusión al premio –dinero o mención- ya que esto evidenciaría el interés subyacente de dedicarse profesionalmente al arte, aspirando a vivir de ello.


Sobre lo sucedido cuatro años después, recuerda:

Es importante recuperar ciertos comentarios y, contextualizarlos para notar su trascendencia. En esa dirección, es conviene

“(…) en 1914, asistí a otra exposición colectiva, que se

apuntar que la vida artística en nuestro país desde finales del

anunció valientemente con el título de Salón de los Re-

siglo XIX y, principios del XX se había ido conformando a tra-

cusados. Se realizó en un local de la calle Corrientes

vés de distintas instituciones: Sociedad Estímulo de Bellas Ar-

655, que nos cedió la Cooperativa Artística. Todos los

tes (1876); Academia de Bellas Artes12 (1878); Museo Nacional

expositores habíamos sido rechazados en el Salón Na-

de Bellas Artes (1895); Salón Nacional (1911); en un proceso

cional y resolvimos apelar de esa injusticia ante el tri-

lento pero creciente en número e intención de ganar un lugar

bunal de la opinión pública. (…). Los diarios nos hicieron

–que se presume merecido- para el arte. No es sino hasta el

ambiente y se armó cierto barullo alrededor de aquel

Salón Nacional en que surge la voluntad del Estado por regular

primer Salón de Recusados. Fue una actitud valiente la

la producción artística delimitando un “arte oficial”, colaboran-

nuestra, al enfrentarnos contra los ‘pulpos’ del Salón.

do a generar espacios paralelos, alternativos, que dinamizaron

(…) La aspiración de todo recusado, por supuesto, es la

el campo local de las bellas artes13. Tampoco conviene omitir

de dejar de serlo. Pero mientras llega el turno de oficia-

que un proceso análogo puede señalarse para la historia, con

lizarse, protesta airadamente contra las camarillas del

la creación del Museo Histórico Nacional (1891)14 y, la Junta

arte oficial. A partir de entonces se repitieron en años

de Historia y Numismática (1898)15.

sucesivos los salones de recusados, y este término acabó por hacerse sinónimo de incomprendido o de

En lo que refiere a nuestro artista boquense cabe señalar que

postergado (…)

para su primera participación como expositor, realizada en la Sociedad Ligur en 1910, firmaba como Benito Chinchella, que

En rigor de verdad, a mí nunca me afectaron demasiado

tenía alrededor de 20 años y, que se consideraba “aficionado”

los rechazos del Salón. Me fui acostumbrando a ellos.

y “novicio”. Más interesante se vuelven estos datos si conside-

Todos los años mandaba algún cuadro y todos los años

ramos que en 1914 participa con 24 años en el primer Salón

me rechazaban. Yo persistía en mis envíos y los jura-

de Recusados, aquí también es oportuno remarcar que el Sa-

dos persistían en sus rechazos. Hasta que un año, por

lón Nacional no tenía una tradición local afianzada, iniciado en

fin, me aceptaron un cuadro. Yo había enviado dos y me

1911, era uno de los escasos ámbitos oficiales de circulación

aceptaron uno. Confieso que aquella preferencia entre

que los artistas tenían para exponer sus obras. Si, a simple

dos obras, que a mí me parecían equivalentes en virtu-

vista, pareciera subyacer una “afrenta” al órgano estatal, una

des o en defectos, me contrarió más que los rechazos

mirada situada, en cambio, posibilita entender que las estrate-

anteriores. Pero mucho más que yo se enojó Filiberto ,

gias responden, más allá del lugar en que se busque exponer,

cuando se enteró del pronunciamiento del jurado.

no principalmente al prestigio, relativo además en un medio

10

que todavía no está plenamente consolidado, y que antes bien (…) Después supimos que nuestro amigo Taladrid había

está en proceso de conformación, sino a la visibilización; así

tenido algo que ver con la aceptación oficial de mis dos

un espacio oficial –bueno como cualquier otro- es un ámbito

cuadros. En el Salón Nacional de 1918 me aceptaron también el cuadro ‘Rincón del Riachuelo’, y en el mismo Salón, en 1920, obtuve el tercer premio con el cuadro ‘Escena de trabajo’”11.

10  Nacido el 8 de marzo de 1895 como Oscar Juan de Dios Filiberti fue un célebre músico argentino, de gran importancia para la consolidación del tango como género musical de fama mundial y autor de canciones clásicas como Caminito (1926), Quejas de bandoneón, El pañuelito (1920), Malevaje (1928), Clavel del aire, (entre otros temas que compuso). Siempre profesaron un mutuo afecto con el artista plástico. Firmaba como Juan de Dios Filiberto o simplemente Filiberto. 11  Muñoz, Andrés, Ibídem, pp. 120-123. No habremos de dejar pasar por alto la mención que el propio Quinquela Martín hace de la intervención de Taladrid, secretario de Collivadino –presidente de la Academia Nacional de Artes- en favor suyo para que ambos cuadros fueran aceptados, lo cual evidencia redes de sociabilidad, y el peso -¿relativo?- de una persona y, de la institución a través de la cual se vincula con el campo (en este caso artístico).

12  Nacionalizada en 1905. Matías Ignacio Zarlenga, Instituciones de enseñanza artística y modernización cultural en Buenos Aires. El caso de la Academia de Bellas Artes y Escuela de Artes Decorativas e Industriales (1878-1905), IDAES-UNSAM, 2011. Tesis de la Maestría de Arte Argentino y Latinoamericano, dirigida por la Dra. Laura Malosetti Costa. 13  Wechler, Diana, Marta Penhos, “Introducción. Tras los pasos de la norma” en Marta Penhos y Diana Wechsler (coord.), Tras los pasos de la norma. Salones Nacionales de Bellas Artes (1911-1989), Buenos Aires, Ediciones del Jilguero, 1999, p. 7. 14  Malosetti Costa, Laura, “Arte e historia. La formación de las colecciones públicas en Buenos Aires” en Américo Castilla (comp.), El museo en escena. Política y cultura en América Latina, Buenos Aires, Paidós- Fundación TyPA, 2010, pp. 71-88. 15  Para el clima de época en el cual se insertaba, y del que formaba parte la nueva institución: Devoto, Fernando – Pagano, Nora, Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2009, pp. 69-71.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 39

más, en términos cuantitativos, para mostrar al artista y a su

público de espectro amplio, a la vez de corte popular y letrado.

obra, en definitiva para presentarlo en sociedad (en especial

Mientras en las publicaciones pueden hallarse una crítica polí-

aquella que asiste al Salón, en tanto consumidores de arte y,

tico-social, es decir, destinada a la formación cívico-social del

que además podrían ser potenciales compradores y multi-

ciudadano19, la apelación al humor, la reproducción de autores

plicadores de obra, en tanto contribuirían ofreciendo mayor

hispánicos, locales, ingleses y franceses, las actualidades de

notoriedad a los cuadros al exponerlos en sus casas entre sus

lo que acontecía en el interior del país y del exterior; muestran

amigos, familiares y allegados).

una mixtura que no piensa en un público lector circunscripto,

16

lo cual se vería reforzado además con un bajo costo de los En 1916, dos años más tarde, la Revista Fray Mocho, le dedica

ejemplares, lo que potencia el acceso y, evidencia una circula-

a su obra, un artículo en la pluma de Ernesto Marchese, que

ción y, consumo masivos para la época20.

aparece publicado el 11 de abril bajo el significativo título de “El carbonero”. Consigue así el artista adquirir cierto recono-

Si en 1918 Benito Chinchella, ingresa al Salón Nacional con su

cimiento, al ser presentado en sociedad como pintor para un

obra Rincón del Riachuelo, más importante aún resulta que en

público que claramente desconocía su obra .

noviembre del mismo año consiga su primera exposición, en una

17

muestra individual en la Galería Witcomb. Esto no solamente se Es relevante indicar que Fray Mocho es una continuación de la

debe al hecho de la longevidad de la galería (1868-1971) ni de

revista Caras y Caretas en sus primigenios lineamientos edi-

la notable cantidad de exposiciones que realizó (1863 entre indi-

toriales (1898-1904) . Ambas publicaciones convocan a un

viduales, colectivas y remates)21. Antes bien, es trascendente el

18

lugar ocupado, por el espacio22 que tuvo la galería en la vida so16  Esto, probablemente estuviera en el imaginario de todos los artistas, sin embargo, la práctica coleccionista de la época difería del imaginario. Al respecto, es conveniente no olvidar que el coleccionismo privilegiaba la obra plástica de artistas europeos (particularmente de arte francés, italiano y español) y, que fue la coyuntura de la Primera Guerra Mundial la que contribuyó marcadamente a desacelerar la comercialización de bienes suntuarios con Europa, por lo que tímidamente los sectores más acomodados de nuestro país se volcaron a la producción plástica local, la que incluso durante la primera década del siglo XX estaba bastante circunscripta. Baldesarre, María Isabel, Los dueños del arte. Coleccionismo y consumo cultural en Buenos Aires, Buenos Aires, Edhasa, 2006, pp. 187-234. Habremos de destacar que el contexto internacional, coincidente con el momento en que los cuadros de Quinquela Martín comienzan a circular en el ámbito local, pudo haberlo favorecido, al menos relativamente. 17  Recuerda el propio Chinchella que el artículo aparecido en Fray Mocho le provocó proponerse cambiar “el carbón por la pintura” de manera definitiva. Y señala más adelante: “Es curiosa la reacción que produce la palabra impresa (…). Ese primer artículo –¡oh, milagro de la letra en molde!- me trajo mi primer comprador y me hizo vender mi primer cuadro, no ya como carbonero, que era al que habían comprado mis escasos clientes anteriores, sino como pintor que ya tenía un nombre y una firma y empezaba a conquistar la fama”. Muñoz, Andrés, Ibídem…, pp. 102-103. 18  Ambas tienen el mismo subtítulo: Semanario festivo, literario, artístico y de actualidades. Por otra parte, una vez fallecido José Sixto Álvarez (deja de figurar como director de Caras y Caretas, aparece como fundador), Eustaquio Pellicer (redactor) se va de la misma y, Carlos Correa Luna asume la dirección de la publicación. Rogers, Geraldine, Caras y Caretas. Cultura, política y espectáculo en el inicio del siglo XX argentino, Buenos Aires, Editorial de la Universidad de La Plata, 2008, pp. 13-26. Asimismo habremos de marcar que Fray Mocho era el seudónimo de Álvarez. Marcela Croce, “Las revistas literarias argentinas o una historia colectiva de la literatura local” en Lafleur, Héctor, Sergio Provenzano, Fernando Alonso, Las revistas literarias argentinas 1893-1967, Buenos Aires, El octavo loco, 2006 p. 11 [originalmente publicado por Ediciones Culturales Argentinas, 1962]. Por último mencionaremos que Eustaquio Pellicer antes de hacerse cargo de Fray Mocho (1912) funda y dirige la revista P.B.T (1905).

cio-cultural de finales del siglo XIX y, más de la mitad del siglo XX. El reconocimiento alcanzado por la galería se debió, a su carácter pionero y, su constante atención a las innovaciones técnicas, lo que generaba la admiración, rastreable en los medios periodísticos. Witcomb –en su pasaje de Casa de fotografía Alejandro S. Witcomb a Galería Witcomb S.R.L- aparece en la prensa de la época, como una casa destacada de la calle Florida al 364: “No es posible pasear por la aristocrática calle Florida, en horas de asueto y de vagar sin dirigir ‘un vistazo’ a esta galería fotográfica. 19  “Escenas callejeras. Uno ‘que no quiere oír nada’” en Caras y Caretas. Semanario festivo, literario, artístico y de actualidades, Año IV, Nro. 165, 30 de noviembre de 1901, [p. 24]; “La manifestación socialista” Caras y Caretas. Semanario festivo, literario, artístico y de actualidades, Año IV, Nro. 166, 7 de diciembre de 1901, [p. 25]. Este tipo de artículos, breves –de no más de media carilla- y, acompañados por una fotografía, tienden a pautar las conductas de lo deseable en tanto señalan lo que puede o no alejarse de las normas del deber ser ciudadano. 20  Caras y Caretas, La Nación y La Prensa, estos medios tenían una tirada promedio –semanal y diariamente de manera respectivapara la primera década del siglo XX de 10000 ejemplares. Ford, Aníbal, Jorge Rivera y Eduardo Romano, Medios de comunicación y cultura popular, Buenos Aires, Legasa, 1985. 21  Artundo, Patricia, “La Galería Witcomb 1868-1971” en Archivo Witcomb 1896-1971. Memorias de una Galería de Arte, Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes – Fundación Espigas, 2000, p. 15. 22  “Un lugar es pues una configuración instantánea de posiciones. Implica una identificación de estabilidad”. En lo que refiere al espacio, “es un entrecruzamiento de movilidades (…) es el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo circunscriben, lo temporalizan y lo llevan a funcionar como una unidad polivalente (…)”. De Certeau, Michel, La invención de lo cotidiano. 1. Artes de hacer, México, Universidad Iberoamericana, 1996, p. 129.


Witcomb ha renovado el ‘local de los curiosos’: Paredes con

La nota remarca ya desde estos tempranos años en que de

nuevo papel y vidrieras elegantes con fotografías en cromoty-

manera más frecuente comienza a aparecer públicamente el

pe, son la novedad que nos ofrece: y todo el mundo aplaude,

artista, tanto su “robusto temperamento” pictórico como su

como nosotros, las iniciativas de aquél” .

“no preocupación por escuela”29, es decir, el carácter inclasi-

23

ficable según el canon de la época para circunscribir la obra En la producción, acceso, consumo y apropiación de bienes

de Chinchella. La nota elogiosa, en general, hace una valora-

culturales la fotografía ha desempeñado un papel relevante;

ción de la obra muy favorable. No debe pasar desapercibido

especialmente con la fundación, en 1889, de la Sociedad Fo-

la importancia de este pequeño artículo sin firma, en principio

tográfica Argentina de Aficionados, a través de la cual se im-

no solamente porque editorializa la ponderación que se reali-

pusieron nuevas tecnologías , una nueva manera de mirar

25

za del autor, sino porque dado su escasa trayectoria pública

y, un novedoso y accesible –en términos económicos- modo

conforma un espaldarazo a su carrera, o cuanto menos traza

de presentarse en sociedad , al menos para los sectores aco-

un peldaño más de su ascenso. Incluso la nota explicita: “(…)

modados de la sociedad desde 1870 a los inicios del siglo XX,

el artista se posesiona del espectador y lo subyuga, lo obliga

durante las primeras décadas de éste último se fueron incor-

dulcemente a ‘sentir’ lo que él experimenta frente a las cosas.

porando los sectores medios, es decir, los grupos sociales me-

Su elemento preferido es el agua, y hay que reconocer que lo

nos favorecidos económicamente, quienes solo accedieron a

domina con indiscutible maestría (…)”30.

24

26

la fotografía no como recordatorio personal –a diferencia de lo que hacían los sectores más acomodados- sino como ilus-

En 1919 expone en el Jockey Club y, en 1920 finalmente obtie-

tración de escenas de costumbre27.

ne un premio en el Salón Nacional, el tercer puesto en pintura. Retomemos una vez más al propio Chinchella y, su recuerdo

La exposición de Benito Chinchella en la Galería Witcomb le

sobre la primera de las experiencias:

valió que apareciera un comentario en la revista “El Hogar” . 28

“(…) Como la prensa dedicó mucho espacio a comentar 23  La Ilustración Sudamericana, Año 9, Nro. 196, 28 de febrero de 1901, citado por Artundo, Patricia, “La Galería Witcomb 1868-1971” en Op. Cit., p. 17. 24  Se comenzaron a fabricar industrialmente las “placas secas” o negativos, que permitía en el nuevo soporte: papeles al gelatino bromuro de plata, la reproducción a muy bajos costos. Entre el darraguerrotipo y ésta hubieron dos etapas intermedias: por un lado, el proceso del ambrotipo que si bien con menor costo solamente producía un positivo; y por otro, el proceso negativo-positivo, que consistía en los negativos de vidrio emulsionado al colodión húmedo y sus papeles a la albúmina. 25  Alexander, Abel, “Un aporte a la historia visual de la Argentina” en AA.VV., La fotografía en la Historia Argentina, Buenos Aires, AGEA, 2005, pp. 4-5. 26  Aquí debemos pensar que la fotografía permitió un crecimiento cuantitativo, incluyendo a sectores que antes no podían pagar un retrato de un cuadro de caballete. 27  Príamo, Luis, “Fotografía y vida privada (1870-1930)” en Devoto, Fernando y Marta Madero, Historia de la vida privada en la Argentina. La Argentina plural: 1870-1930, Buenos Aires, Taurus, 1999, pp. 274299. Una mención aparte ameritan grupos marginalizados como los indígenas sobre los que, con acierto se ha señalado la asimétrica relación en la que estaban en la relación fotógrafo-fotografiados. Mariana Giordano, Indígenas en la Argentina. Fotografías 1860-1970, Buenos Aires, El artenauta ediciones, 2012, p. 15. Masotta, Carlos, “Representación e iconografía de dos tipos nacionales. El caso de las postales etnográficas en Argentina 1900-1930” en AA.VV., Arte y antropología en la Argentina, Buenos Aires, Fundación Espigas, 2005, pp. 65-114; Masotta, Carlos, “El atlas invisible. Historias de archivo en torno a la muestra ‘Almas Robadas – Postales de Indios’” en Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 1, N° 1, 1er semestre 2011, pp. 1-22 28  La revista “El Hogar” fue fundada por Alberto Haynes en el año

mi primera exposición [en la galería Witcomb], Taladrid se puso en campaña para organizarme una segunda. Esas gestiones se las facilitó bastante un largo artículo publicado en ‘La Nación’ por Julio Navarro Monzó. (…) Después de leer el artículo de Navarro Monzó se fue a ver a la señora Inés Dorrego de Unzué, que era entonces la presidenta de la Sociedad de Beneficencia de la capital. Como principal argumento de convicción, además del artículo de ‘La Nación’, Taladrid esgrimió ante la de Unzué mi condición de huérfano que había sido amparado por la Sociedad de Beneficencia, la cual en cierto modo, estaba obligada a seguir dispensándome su protección. Así argumentaba mi amigo y repre-

1904. Reconoció a la familia como unidad social y conformó gustos, vestimentas y formas de vida de los argentinos. Comenzó con el nombre de “El Consejero del Hogar”, definiéndose como una “revista quincenal literaria, recreativa, de moda y humorística”. Identificada con vastos sectores de la vida argentina, alcanzó consagración nacional e internacional. Se dirigió al gusto femenino de la clase media y halagó a la clase alta comentando sus reuniones sociales, viajes y sitios de veraneo. Del Cueto, Julio Daniel, Sebastián Benítez, Victoria Molinari, “Entre ‘La dueña de casa’ y ‘La verdadera dama’: La construcción de la femineidad en El Hogar y Para ti en la década del ‘40 en la Argentina” [En línea]. 3er Congreso Internacional de Investigación, 15 al 17 de noviembre de 2011, La Plata. Disponible en Memoria Académica: http:// www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.1453/ev.1453.pdf 29  El Hogar, 6 de noviembre de 1918, p. 2. Mucho agradezco al Dr. Andrés Bisso por haberme facilitado la referencia bibliográfica. 30  El Hogar…, p. 2.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 41

sentante espontáneo y desinteresado, que convenció

La primera invitación, que firmaban las señoras Inés Dorrego

fácilmente a la presidenta y a la secretaria de la po-

de Unzué como presidenta, y Susana C. Llobet como secreta-

derosa entidad. (…) Al poco tiempo recibí una noticia

ría [estaba dirigida al gran mundo, que vivía en la zona norte

oficial, diciéndome que la Sociedad de Beneficencia de

de la ciudad] (…) La segunda invitación iba firmada por Benito

la Capital, por conducto de las damas que integraban

Chinchella Martín y estaba dirigida a los amigos y colegas del

su directiva, había resuelto patrocinar una exposición

obrero y del artista (…) La aristocracia y el pueblo, alternaban

de mis obras, que se realizaría en uno de los salones

en los salones alfombrados del Jockey Club (…)”31.

del Jockey Club (…) En principio indiquemos que la Sociedad de Beneficencia (insFue una exposición singular, que dio motivo a varios hechos

tituida en enero de 1823 por decreto durante el gobierno de

interesantes y curiosos. Ya lo era por sí mismo el hecho de

Rivadavia)32 no era la única institución que asistía a los huér-

que un carbonero de la Boca viniera a exhibir sus cuadros en los aristocráticos salones del primer club del país. Otro detalle

31  Muñoz, Andrés, Ibídem, pp. 130-133.

digno de mencionarse es que se hicieron dos invitaciones (…)

32  González Bernaldo, Pilar, “Beneficencia y gobierno en la ciudad


fanos; en 1892 se crea el Patronato de la Infancia, institución

laciones interpersonales, al interior de sectores conectados

que a diferencia de la primera “no contaba oficialmente con

por lazos de sangre o alianzas matrimoniales, entre familias

recursos del Estado, la Intendencia Municipal le otorgaba, en

de raigambre local (en Buenos Aires o en el Interior) o de una

concepto de donación, edificios, terrenos e incluso subsidios

marcada prosperidad36.

monetarios”33. Es interesante asimismo recuperar sobre la Sociedad de Beneficencia la percepción de “poderosa entidad”

Si la creación de instituciones ligadas al arte no estuvo com-

que evidentemente no era exclusiva de Chinchella34. Asimismo

pletamente escindida de la política durante la última parte del

es relevante destacar el papel desempeñado por Taladrid, no

siglo XIX, en tanto que casi todos los escritores de la genera-

tanto por su carácter de “representante espontáneo y desinte-

ción del ‘80 “(…) ocuparon lugares de poder y tuvieron alguna

resado” sino por las condiciones que posibilitaron su interven-

actuación de mayor o menor envergadura en el terreno de la

ción (en tanto secretario de una institución con el peso que

política” ya fuera como ministros, o como legisladores, quie-

tuvo la Academia de Bellas Artes).

nes “(…) defendieron y llevaron adelante iniciativas vinculadas a las artes plásticas como el otorgamiento de pensiones a los

La preeminencia de la política durante el último cuarto del si-

becados, la asignación de fondos para la educación artísti-

glo XIX ha evidenciado unas prácticas que no siempre habrían

ca o la fundación de un museo”37; también es cierto que fue

gozado de contornos definidos y de una organización visible,

adquiriendo autonomía en el transcurso del siglo XX38. Dicha

lo que posibilitaría entender que no siempre la institucionali-

autonomización habría permitido el reconocimiento en el ám-

zación era necesaria . Era ciertamente una lógica de vincu-

bito de la cultura sin que fuera necesario pertenecer a la elite

35

tradicional39, desde esa óptica Benito Quinquela Martín o Tade Buenos Aires (1821-1861)” en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Emilio Ravignani”, 2001, Nro. 24, 2do semestre, pp. 45-72.

ladrid serían buenos exponentes (aunque presumiblemente,

33  Señala la autora que es ésta y, no la Sociedad de Beneficencia la que introduce por primera vez en la Argentina la colecta con alcancías, y es la que había dado inicio al “Día de los niños pobres”. Goldberg, Laura, De la Sociedad de Beneficencia a los Derechos Sociales, Buenos Aires, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, 2010, p. 26. Para 1911 podemos leer en una revista de la época que: “Como es tradicional, los asilados del Patronato de la Infancia, fueron obsequiados con té y masas en el Palacio Miró, atendidos por la señora Ernestina Lavallol de Acosta y otras damas”. “El día de los niños pobres” en Caras y Caretas, 1911, Año 14, Nro. 679 del 7 de octubre, s/n.

En lo que respecta al Jockey Club como institución vinculada

34  Poco más de un lustro antes, el publicista (de este modo se denominaba a los periodistas dedicados a temas culturales y políticos durante el siglo XIX) Jules Huret –arribado a nuestro país como enviado francés a cubrir los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo- deja ver su admiración por las damas de la Sociedad de Beneficencia, en especial, por la administración del financiamiento de la entidad, sobre el tema el viajero señala: “El Estado concede a la Sociedad de Beneficencia una subvención anual de dos millones y medio de ‘pesos-papel’ –unos seis millones de pesetas. La Sociedad recibe, además, donativos y legados particulares, así como los beneficios de las ventas y fiestas de caridad, de las colectas anuales que organiza a fecha fija, todo lo cual constituye una renta de diez millones de pesos -22 millones de francos- manejada íntegramente por un Comité de doce señoras, elegidas entre las que forman la Sociedad”. A Huret no le pasa desapercibido, y deja registro de ello, que alrededor de las sumas de dinero hay conflictos de intereses; por un lado, debido a que las mujeres son declaradas menores ante la ley a los efectos de administrar sus propios bienes, y sin embargo, lo hacen tan eficientemente con fondos ajenos; por otro, que muchos hombres de negocios ven a la actividad como una ocupación de prestigio que les interesaría desempeñar a ellos. Huret, Jules, De Buenos Aires al Gran Chaco, Buenos Aires, Hyspamérica, 1988, pp. 75 y ss. [originalmente publicado en Francia y Buenos Aires en 1911]. 35  Alonso, Paula, Jardines secretos, legitimaciones públicas. El Partido Autonomista Nacional y la política argentina de fines del siglo XIX, Buenos Aires, Edhasa, 2010.

no los únicos).

a la alta sociedad del novecientos, señalaremos que había sido creado bajo el impulso de Carlos Pellegrini40 quien además había sido su presidente. El Jockey Club había sido pensado originalmente como un ámbito de sociabilidad para las elites locales, no obstante, ser considerado parte de ellas –como ya hemos visto para las primeras décadas del siglo XX- no 36  Si entre 1880 y 1910 la alta sociedad estuvo integrada por tres grandes grupos: familias porteñas de raíces coloniales; familias fundadas por inmigrantes y extranjeros que habían ascendido socialmente en los dos primeros tercios del ochocientos; y, familias del Interior del país, desde mediados de la primera década del siglo XX las transformaciones políticas, económicas y socio-culturales fueron mostrando la emergencia de otras lógicas. Losada, Leandro, “El mercado matrimonial de las familias tradicionales argentinas, 1900-1940. Algunas dimensiones y tendencias” en Secuencia, Nro. 82, enero-abril de 2012, pp. 128-151. 37  Malosetti Costa, Laura, Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001, p. 161. 38  Altamirano, Carlos y Beatriz Sarlo, “La Argentina del Centenario: campo intelectual, vida literaria y temas ideológicos” en Altamirano, Carlos – Beatriz Sarlo, Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia, Buenos Aires, 1997, pp. 161-199 [originalmente publicado en 1983 por Centro Editor de América Latina]. 39  Losada, Leandro, “La alta sociedad, el mundo de la cultura y la modernización en la Buenos Aires del cambio del siglo XIX al XX” en Anuario de Estudios Americanos, Año 63, Nro. 2, julio-diciembre de 2006, pp. 171-193. 40  Gallo, Ezequiel, Carlos Pellegrini, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 43

implicaba poseer un linaje reconocido, en José Ingenieros en-

enseñanza y la difusión del arte conformando un concreto es-

contramos “(…) una persona arrojada a la carrera del talento

pacio histórico” y “el aspecto de mayor interés consiste en que

para la construcción de su propio perfil y de sus posibilidades

(…) la más difundida imagen pictórica del barrio, la de los cua-

de circulación intelectual y social” , que sin embargo, no era

dros de Quinquela Martín y la multitud de seguidores (…) fue

un transeúnte ocasional, un “invitado” como Chinchella sino

construida literalmente bajo el impulso del mismo Quinquela,

que era considerado parte de la alta sociedad .

en íntima relación con las instituciones locales, activamente

41

42

apoyado por organismos oficiales, en los años que van desde Quisiéramos hacer notar que los actores que forman parte de

1936 a 1959” momento para el cual “decir Quinquela era decir

la dinámica del campo artístico son múltiples: prensa43, críti-

pintura y decir La Boca”45.

cos, instituciones oficiales, galerías, así como los individuos y, sus relaciones interpersonales en un entramado complejo y di-

Esta idea es de vital importancia, más allá de no hallarse ple-

versificado, sin embargo, todos ellos comparten los diferentes

namente en concordancia nuestra datación con la de la autora,

espacios de sociabilidad de la época, ya fuera perteneciendo

sin embargo, subyace una manera parecida de periodizar que

a ellos (a alguno o varios) o vinculándose entre sí a través su-

nos resulta útil para instrumentar y respaldar el análisis aquí

yo. Esto es de vital relevancia, especialmente, en un momento

propuesto. Los años de 1910-1920 son una sub-etapa donde

donde el sistema normativo del arte está en proceso de con-

se ha intentado marcar los primeros pasos en ese derrotero

formación. Y donde, por ello mismo, los mecanismos de alian-

personal que el artista boquense habría trazado en busca de

zas o “asociacionistas” conforman una estrategia personal y,

consolidar “su” idea de La Boca, un barrio destinado a ser (y

grupal de posicionamiento y reconocimiento, principalmente,

que un recorrido en cualquier día soleado de la actualidad po-

individual.

dría mostrar que ha logrado).

Se ha planteado que una mirada posible sobre el paisaje bo-

CONSIDERACIONES FINALES

quense permite mostrarlo “como una construcción simul-

Si el triunfo y el fracaso son ilusiones –parafraseando a Ki-

tánea, en que interactúan (no siempre en una cronología

pling- en tanto son construcciones sociales que se desarrollan

paralela) naturaleza y arquitectura, planes políticos, anhelos

en un contexto y remiten a parámetros de época –agregare-

artísticos, instituciones sociales y vida cotidiana” y que “un

mos nosotros-, eso no debe hacernos olvidar que existe una

aspecto interesante en el estudio de La Boca reside en que,

voluntad personal que piensa una estrategia (o un conjunto

a diferencia de otros barrios porteños, su imagen fue en gran

de ellas) y, que busca con ahínco instrumentarlas. Quinquela

medida consolidada desde la pintura” 44. Señala la autora ci-

Martín ha querido y, ha sabido accionar buscando unirse y di-

tada también que: “En el periodo que va desde 1912 a 1936,

ferenciarse, según las circunstancias, a grupos o personas en

puede seguirse la trayectoria de estos grupos e instituciones,

su búsqueda de presentar un estilo pictórico propio.

y sus vinculaciones explícitas con propósitos que exceden la El ingreso de Quinquela en la vida pública con el Primer Salón 41  Terán, Oscar, Vida intelectual en el Buenos Aires fin-de-siglo (1880-1910). Derivas de la “cultura científica”, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008, p. 289.

de Rechazos de 1914, ofrece un testimonio de sus vinculacio-

42  José Ingenieros había sido socio del Jockey Club desde 1907 hasta 1925, año de su fallecimiento.

consolidación y transformación.

43  Es pertinente indicar que durante gran parte del siglo XIX y, hasta principios del siglo XX los diarios -un caso testigo es La Nación- accionan desde un posicionamiento ideológico concreto. Esto se modifica con la aparición de La Razón (1905), como primer diario comercial, diseñado y dirigido por un periodista profesional. Respectivamente: Sidicaro, Ricardo, La política mirada desde arriba. Las ideas del diario La Nación 1909-1989, Buenos Aires, Sudamericana, 1993; Alonso, Paula, “‘En la primavera de la historia’. El discurso político del roquismo de la década del ochenta a través de su época” en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Tercera serie, Nro. 15, 1er semestre de 1997, pp. 35-70; De Marco, Miguel Ángel, Historia del periodismo argentino. Desde los orígenes hasta el Centenario de Mayo, Buenos Aires, EDUCA, 2006.

Al interior de su jaula flexible, ha alcanzado trascender el tiem-

44  Graciela Silvestri, El color del río. Historia cultural del paisaje del Riachuelo, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes- Prometeo, 2003, pp. 276-277.

nes con la escena artística local (artistas, medios de comunicación, vinculaciones personales), todavía en pleno proceso de

po y perdurar con su arte, sus obras y las instituciones legadas a la posteridad (que conjuntamente forman un baluarte con el que podemos contar hasta la fecha). Si los años que hemos indagado aquí, 1910-1920, posibilitan la emergencia de la figura de Quinquela Martín, las décadas siguientes permitirán presenciar el reconocimiento (y las tensiones en las valoraciones entre la crítica internacional y la crítica local), la consagración institucional (alcanzada en los años de 1930) hasta arribar en 1974 a la exposición Homenaje 45  Graciela Silvestri, El color del río..., p. 278.


que se inaugura el 1º de mayo de ese mismo año en el Palais

De Certeau, Michel, La invención de lo cotidiano. 1. Artes de

de Glace en la capital de la república.

hacer, México, Universidad Iberoamericana, 1996.

Dado que la última palabra siempre estará en manos de la

De Marco, Miguel Ángel, Historia del periodismo argentino.

subjetividad del Yo (que en este caso ya no es necesariamente

Desde los orígenes hasta el Centenario de Mayo, Buenos Ai-

la propia, dado que ya no le corresponde al lector imaginario al

res, EDUCA, 2006.

que se ha aludido con el nosotros retórico que nos enseñara a formular Umberto Eco), queda al lector ponderar lo que hasta

Del Cueto, Julio Daniel, Sebastián Benítez, Victoria Molinari,

aquí hemos trazado.

“Entre ‘La dueña de casa’ y ‘La verdadera dama’: La construcción de la femineidad en El Hogar y Para ti en la década del ‘40

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Miguel Ángel Ochoa

Licenciado en Historia, especialista en Ciencias Sociales con Mención en Historia Social, Universidad Nacional de Luján. Maestría en Ciencias Sociales con mención en Historia Social, Universidad Nacional de Luján (cursando último seminario hasta septiembre de 2016) con todas las los seminarios y monografías previas aprobadas. He participado en proyectos de investigación (UNLu-UBA), actualmente solamente en UBACyT (FFyL, UBA). He trabajado como auxiliar docente en la facultad de Filosofía y Letras –UBA- ad honorem (2003-2007).


Historia del movimiento juvenil vecinal en Córdoba desde desde un estudio de caso: la Asociación Vecinal de Cañero. Pedro Pascual Lindes

Este artículo presenta un análisis sobre el asociacionismo juvenil vecinal en España (1960-1990), basado en un estudio de caso sobre la historia oral de un barrio de la ciudad de Córdoba. El análisis pone de manifiesto cómo el ámbito de lo político nace de la fundación de nuevos vínculos y de articular espacios para desarrollarlos. Serán los jóvenes quienes instauren nuevas formas de vida que del barrio trascenderán a la ciudad y que darán color político al primer ayuntamiento democrático. Sin embargo, en los años 80 asistimos a un claro deterioro de este asociacionismo ante el proceso de involución democrática, poniéndose de manifiesto el hecho paradójico de que durante la dictadura franquista se recupere el espacio de lo político y se pierda con la democracia. Palabras Clave: historia oral, asociacionismo, juventud.

INTRODUCCIÓN

que fueran ellos mismos los que recogieran las historias de su barrio y crearan un archivo oral para su Asociación vecinal,

“Los filósofos han interpretado el mundo de varios modos; pero la cuestión es cambiarlo” (Karl Marx).

que enriqueciera de manera notable el archivo documental y fotográfico que posee.

Después de la presentación de mi tesis doctoral en el año

Al afrontar el trabajo de campo de Cañero, se me presentó

2005 sobre la historia oral de la desaparecida pesca tradicio-

la oportunidad, porque así lo demandaba la investigación, de

nal de la playa de la costa andaluza, me propuse, por cuenta

recoger la historia oral de su asociación vecinal, la cual guar-

propia, recuperar, poco a poco, la historia oral de los barrios

daba en su seno los primeros escenarios de la reorganización

cordobeses. Empecé diseñando un proyecto de historia oral

del asociacionismo juvenil en Córdoba (desde mediados de

para una de las barriadas, concretamente para Santa María

los años sesenta hasta finales de los ochenta), después de

de Trassierra, alertado por lo que supondría para Córdoba la

que desapareciera bajo la dictadura franquista2. Esta peque-

pérdida de testimonios orales sobre formas de vida y oficios

ña historia oral, que se hallaba como guardada dentro de otra

rurales de nuestra sierra ya extintos. En el año 2012 continué

historia oral, como las muñecas rusas Matrioska se albergan

con el barrio Cañero1, por afecto y cercanía, y hoy día estoy

unas a otras, trascendía de las demarcaciones socioculturales

realizando, con la ayuda de la Asociación Cordobesa de Antro-

propias y exclusivas del barrio y se proyectaba hacía la historia

pología (ACA), la historia oral de la barriada del Naranjo.

de la ciudad. Ahora, aprovecho para presentarla en esta revista, pues guarda en sí claves para entender y reflexionar sobre

Para acometer el proyecto de Cañero, fue determinante contar

el proceso de retroceso democrático que ha sufrido España en

con la colaboración de la asociación argentina Otras Memo-

las últimas décadas.

rias y con la ayuda expresa de su presidenta, Laura Benadiba, que vino a iniciar el proyecto con la realización de talleres de

EL PROPÓSITO DE ESTA HISTORIA ORAL

historia oral en los distintos centros educativos del barrio y en

El motivo de suscitar la producción de estas historias no fue

su asociación vecinal. Bajo su asesoramiento, la investigación

pensando estrictamente en su conservación (perspectiva

adquirió un carácter participativo, pues alentó a los vecinos a

conservacionista3), sino con el propósito de generar reflexión

1  “Durante los meses de febrero a junio de aquel año Pascual realizó 23 entrevistas en video, con una duración que oscilaba entre los 40 y 170 minutos, a habitantes de dos generaciones, la de los fundadores de la barriada y la de los hijos mayores de esta, es decir, nacidos entre la década de 1920 y la segunda mitad de los 50, un total de 35 personas” (Federico Abad, 2015).

2  A no ser que fuera un asociacionismo católico con fines estrictamente religiosos o estuviera sujeto “a la legislación sindical y a la disciplina de la Falange Española Tradicionalista y de la JONS”. (Decreto de Asociaciones de 1941.). 3  “En las primeras décadas del siglo XX, antropólogos tanto del viejo como del nuevo mundo se lanzan, haciendo por primera vez uso de


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 47

sobre la participación ciudadana a partir de la experiencia de

CONTEXTO: LA BARRIADA DE CAÑERO

lo vivido y de articular nuevas formas de participación juvenil

La barriada de Cañero fue construida en plena dictadura

(estudio de la interacción e identidad social). Porque nos es

franquista entre los años 1951 y 1958 como promoción de

interesante saber (no en el sentido de información de datos)

viviendas unifamiliares de la Asociación Benéfica La Sagrada

desde dónde y cómo se organizaron estos jóvenes (perspecti-

Familia, que fue fundada por el obispo de Córdoba llamado

va socioestructural), qué les motivó, qué barreras solventaron

Fray Albino. El nombre de la barriada hace referencia a un rejo-

y cuáles les detuvieron cuando les estaba prohibido asociar-

neador cordobés4 afamado en el país que cedió seis hectáreas

se (dictadura) y cuando no (democracia) o qué alicientes les

de terreno de su propiedad para llevar a cabo las viviendas.

hicieron perdurar (perspectiva sociosimbólica). Sobre todo

Podríamos decir que este barrio, aunque diste en el tiempo de

cuando la época que ellos inauguraron parece haber periclita-

las migraciones producidas por el nacimiento de la Revolución

do, pues la mayoría de las asociaciones vecinales no disponen

Industrial, es heredero de este proceso, pues viene a suplir par-

de vecinos que las renueven generacionalmente; porque decir

te de la escasez de vivienda que soportaba la ciudad debido

que en algunas participan los jóvenes (de Córdoba capital me

al incremento de la población producido por el éxodo rural a lo

refiero) sería falsear la realidad o admitirlo como anomalía. Las

largo del primer cuarto del siglo XX. En este tiempo, la mayoría

asociaciones vecinales han dejado de ser protagonistas del

del excedente poblacional se hacinaba en casas de vecinos del

espacio de lo político y quedado sólo para encuentros espo-

casco antiguo, mientras el resto malvivía en núcleos extensos

rádicos con la ciudadanía (talleres de ocio, organización de

de chabolas (en Córdoba llamados chozos) que circundaban

fiestas, excursiones, etc.), sobre todo porque asistimos a un

la ciudad. Los primeros proyectos que se llevan a cabo de vi-

“vaciamiento de lo político” (Marinas, 2006), distanciados cada

viendas baratas para paliar la situación infrahumana de ha-

vez más como estamos de crear nuevos vínculos, de saber

bitabilidad, data de 1921, con la creación de 91 viviendas por

incluso que podemos crearlos, porque vivimos la sensación de

la Cooperativa La Solariega, en varios terrenos cedidos por el

que nos vienen impuestos o de que siempre han sido así y no

Ayuntamiento. Le siguen desde 1921 hasta 1940 la creación

hay otros, como si fueran condición natural nuestra. Cuando

de pequeños núcleos de casas para obreros, propiciadas por el

menos lo esperamos, estamos ya formados como individuos,

Patronato de casas Baratas de San Rafael (parte del barrio de

socializados, domesticados, sin poder generar cambios, sin

los Olivos Borrachos, de la Electromecánica, margaritas, Ciu-

poder atrevernos siquiera a pensar otras formas de relacionar-

dad Jardín y grupo de casas de detrás de la cárcel antigua de

nos, o a construir otros espacios públicos que generen otras

Fátima, etc.), concretándose nuestro barrio en los proyectos

maneras de encontrarnos.

de barriadas llevadas a cabo por la Sagrada Familia (barrio de Fray Albino y Cañero de finales de la década de los 40 y

Estas historias invitan a pensar nuevamente lo político, que

principios de los 50). El problema de la vivienda ni muchos

no hace mucho bullía en los barrios generando espacios de

menos acaba con la creación de estos barrios (continua hasta

libertad y deliberación pública (esta historia oral es un ejemplo

nuestros días), sino que se siguen levantando barrios baratos

de ello), hasta que declina ante el acoso silencioso del feroz

y periféricos a lo largo del siglo XX, como el Sector Sur, el Par-

individualismo y la profesionalidad de la política, en el sentido

que Cruz Conde, San Martín de Porres, Moreras y Palmeras y,

que hace Lefort del término, como la acción política instituida,

por último, Polígono Guadalquivir.

en sus dos formas de desactivar lo político, la violencia y la domesticación (Marinas, 2006).

los procedimientos de la historia oral, al rescate de formas de vida antiguas que tendían a desaparecer con el advenimiento de la sociedad industrial. Es lo que se ha llamado el antropologismo conservacionista” (José Miguel Marinas, 2007).

4  Antonio Cañero fue un rejoneador cordobés muy afamado y apegado al régimen franquista. Existen fuentes que lo señalan como protagonista indiscutible de la brutal represión que sufrió la ciudad durante la guerra civil, a través de su participación en un escuadrón de caballistas, que llevaba su nombre, y que se dedicaba a quemar chozas de las afueras de Córdoba supuestamente de familias republicanas.


cipal el número de habitantes del barrio ascendía a 9665 y el número de bautismos fue de 363, superada esta cifra el año anterior con un total de 380, lo que da una idea de la cantidad de niños y de familias numerosas que va albergar el barrio (Federico Abad, 2016). Hoy en día la mayoría de la población consta de matrimonios oriundos envejecidos, donde queda en Vuelo fotogramétrico americano de 1956-1957.

muchos casos la mujer solo habitando la casa, aunque empie-

El barrio de Cañero (rectangular blanco) a la derecha de la fotografía en los años de su construcción.

za a renovarse de nuevas familias del mismo barrio o venidas de fuera.

Cañero es un barrio que consta de 1857 viviendas unifamiliares, dispuestas en 22 calles y una plaza central. Los fundamentos en los que se apoya el obispo fundador para su creación fueron tanto económicos como sociales. Instó a todos los grandes empresarios de la ciudad a que aportaran recursos económicos y materiales, y supo contrarrestar proyectos de barrio donde primara la especulación del suelo antes que el bienestar de habitabilidad de las familias (bloques de pisos). Las viviendas deberían de ser de varios tipos, que albergaran a las diferentes tipos de familias según número de hijos, y constar de un salón, cocina, dormitorios y patio, donde se emplaza-

Vecinas y vecinos de la barriada, 1967.

ría un retrete y una pila de lavar. Los equipamientos deberían

Hay que decir también que la estructura del barrio, ordenada

de cubrir todo lo necesario para que sus habitantes pudieran

por la simetría de sus calles y la tipología de las casas (de fa-

desarrollar una vida social y cultural básicas, por lo que se le

chadas idénticas), por la ubicación de una plaza central gran-

dota al barrio de una Parroquia muy grande con dependencias

de, presidida por inmuebles nobles como la parroquia, el teatro

suficientes para poder, no sólo realizar la correspondiente misa

(en principio teatro, después pasó a ser cine), la Asociación

diaria y dominical, sino para que los feligreses pudieran llevar a

Vecinal, un Casino (que extrañamente pasa a ser de propiedad

cabo todo tipo encuentros, seminarios y actividades sociales

privada) más el mercado, hacen de esta extensión barrial que

y religiosas (la idea de la asociación de vecinos comienza a

se asemeje más a la tipología de un pueblo que a la de un

gestarse en dependencias parroquiales). De igual modo se le

barrio de ciudad. Esto marcará rápidamente una identidad de

confiere dos grupos escolares, uno para niños y otro para

pertenencia muy fuerte en la personalidad de sus habitantes,

niñas, de un grupo de locales para un mercado, de un casino,

que perdura hasta hoy en día.

un teatro y un campo de deportes, que no se lleva a cabo. El barrio es ocupado originariamente por matrimonios nuevos

LA ASOCIACIÓN DE VECINOS DE CAÑERO

que estaban comenzando a crear familia y que terminarán de configurarla en el mismo barrio. Su procedencia es tanto de la

“El día 8 de diciembre de 1963 tuvo lugar la asamblea

capital (matrimonios jóvenes que surgen de las casas popu-

de vecinos de la barriada Antonio Cañero, convocada

lares de vecinos de Córdoba) como de pueblos cercanos a la

por la junta organizadora de la Asociación de Vecinos

ciudad. Económicamente son familias muy humildes, obreras

Cabezas de Familia del Barrio de Cañero, con el fin de

la inmensa mayoría. Sólo se cubre de clase media en su calle

constituirse oficialmente…”.

central, casas de dos plantas, incluido cuarto de baño, del que carecía todas las demás, y que solían ser familias apegadas al

Con estas palabras, extraídas de la primera acta de constitu-

régimen (maestros, funcionarios, empresarios, militares), pero

ción, y con el acto al que se refieren, da comienzo la andadura

con los valores sociales de la acción católica, que propugnaba

de la Asociación Vecinal de Cañero. Estamos ante una de las

el prelado promotor de la barriada. Estas familias a la vez que

asociaciones vecinales más antiguas del país (muchos de los

ayudan a la evangelización del barrio, satisfacen sus ideales

asociados dan por hecho que es la primera en constituirse en

cristianos de vivir y criar a sus hijos junto a las familias humil-

España por la fecha de su acta de constitución, aunque des-

des. Todo esto hace que, más tarde, nos encontremos en el

pués aparezca registrada como la segunda), siendo por tanto

Club Juvenil con la presencia y mezcla de jóvenes estudiantes

pionera en el movimiento asociativo vecinal de nuestro país.

y obreros, que sabrán relacionarse íntegramente y enriquecer

Lo que sí está fuera de dudas es que es la primera que se crea

el club social, política y culturalmente. Según el padrón muni-

en la ciudad de Córdoba.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 49

No hubo de pasar más de una década desde la primera en-

TEORÍA Y PRAXIS DE LO BIOGRÁFICO; ENTRE HISTORIA

trega de llaves para que los vecinos del barrio sintieran la ne-

ORAL E HISTORIAS DE VIDA

cesidad de asociarse para afrontar los problemas que tuvo la

Para un investigador social, que trabaje mediante el método

barriada en sus comienzos, como el deterioro ocasionado en

de la historia oral, la recuperación del pasado reciente de un

las viviendas por el montaje de maderas verdes en el armazón

barrio puede ser de las investigaciones más bonitas e intere-

de sus tejados, la pavimentación de las calles, el alumbrado o

santes que lleve a cabo, pues un barrio es como una sociedad

la carencia de servicios mínimos municipales. Dos años más

en pequeño, un sistema con una clara delimitación (todo el

tarde, se incorporan a esta asociación un grupo de jóvenes,

mundo sabe donde empieza y se acaba el barrio y lo del ba-

que dan lugar al primer Club Juvenil, en el que la mujer, poco a

rrio), donde existen y se intercambian objetos, sujetos y men-

poco, va teniendo una presencia manifiesta y cuya participa-

sajes propios (Jesús Ibáñez, 1997).

ción, que iría en aumento, se confirmaría, como corresponde,

En todo proceso de investigación social, lo primero que lle-

imprescindible y necesaria hasta nuestros días. Con la incor-

vamos a cabo es la elección del objeto-realidad de estudio.

poración de estos jóvenes, la asociación va ajustándose a la

Fijamos nuestra atención en una realidad social que nos pa-

horma representativa del tejido social del barrio. En ella con-

rece interesante investigar, pero esa percepción la hacemos

viven y se organizan hombres y mujeres, jóvenes y adultos,

siempre desde una posición que hace precisamente que esa

estudiantes y obreros, creyentes y no creyentes, vanguardias

realidad nos parezca interesante. Hablamos entonces de

de la renacida izquierda y rescoldos del decrépito Movimiento

perspectiva, que no es nada más que una forma de mirar la

Nacional. A la vez que se continúa revindicando las infraes-

realidad que posee el investigador, que tiene mucho de apren-

tructuras que necesita el barrio para ser dignamente habitable,

dida (paradigma), pero también de compromiso e imaginación

la asociación va adquiriendo un compromiso político, social

sociológica (Mills, 1986)7. En sociología hablamos de perspec-

y cultural que trasciende los límites de la barriada, hasta tal

tiva cuantitativa y cualitativa. Si queremos saber por ejemplo

punto de ser pieza clave en el aporte y establecimiento de los

cómo se distribuye la geografía de una comarca, la posición

principios y valores democráticos de la ciudad. Los jóvenes

de sus pueblos, los trazados de sus caminos, la ubicación

realizan en ella todo tipos de actividades (se organizan colo-

de sus fuentes, ríos, etc., dirigiremos nuestra mirada hacia

quios, conferencias, cine, fiestas, conciertos, etc.) mientras

datos cuantitativos. Si por el contrario la dirigimos hacia la

que los mayores (cabezas de familia) consiguen solventar to-

percepción que tienen los aldeanos de ella (de su geografía,

dos los problemas y carencias que en sus pirmeras décadas

formas de vida, costumbres, etc.), entonces buscaremos va-

se les plantea al barrio (pase a propiedad de las casas, repa-

lores, sentimientos, reflexiones, etc., que no son datos, pues

ración de viviendas, asfaltado de las calles, etc). Todas esas

suelen presentarse en la forma de relatos, de discursos (Jesús

actividades juveniles, que antaño se tenían que hacer medio

Ibáñez hablaba de “cuentos” mientras que para lo cuantitativo

a escondidas, con vigilancia y control policial, hoy en día son

hablaba de “cuentas”.).

el origen de la Semana Cultural que organiza la Asociación cada año, de sus habituales Viernes Culturales, de sus talleres,

Los metodólogos de la historia oral fijan su mirada en los “cuen-

fiestas populares, Carrera Popular, equipo de futbol, escuela de

tos”, pero pasa una cosa y es que los cuentos no se miran, sino

tenis de mesa, etc. Sin embargo, hace ya más de dos décadas

que se escuchan. Por eso José Miguel Marinas prefiere hablar

que en la asociación no participan los jóvenes, cuando fueron

de escucha que de mirada. En mi tesis doctoral expresaba así

ellos los que desde sus comienzos la dotaron de frescura, de

sus pensamientos: “Epistemológicamente me apoyo en el concep-

vigor, la hicieron avanzar más allá de sus límites, y le dieron

to de escucha como “principio y fundamento de la historia oral” que

renombre, hasta llegar a ser un referente para el asociacionis-

traslada el profesor José Miguel Marinas a la historia oral desde

mo juvenil ciudadano. Parece ser que pudo luchar contra una

la teoría psicoanalítica. La escucha (sin escucha no hay historias,

dictadura férrea, pero se le ha vendió encima estos tiempos

nos viene a decir) se nos presenta no sólo como acto que realiza el

difíciles de soportar, inquietantes, violentos, donde nada se

entrevistador a la hora de sentarse junto al entrevistado y atender

hace para el pueblo, ni con el pueblo y contra el pueblo (Jesús

su historia, sino como un enfoque de trabajo y práctica de conoci-

Ibáñez, 1997) , donde la política parece no dejar espacio para

miento que atraviesa de principio a fin todo el proceso de investiga-

lo político y donde se hace más escuela de consumidores que

ción de lo biográfico, desde el momento de elegir el tema, el objeto

de ciudadanos (Marinas, 2015) .

y objetivos de estudio, hasta la forma de ir ayudando y atendiendo a

5

6

la producción, análisis e interpretación de las historias”.8 5  Ibáñez, Jesús. “A contracorriente.” Ed. Fundamentos. Madrid. 1997.

7  Mills. W. La imaginación sociológica

6  Marinas, José Miguel. “La fábula del bazar. Orígenes de la cultura del consumo” Edit. La balsa de la Medusa. Madrid. 2001.

8  Los pescadores del Faro. Historial oral de la pesca artesanal de la playa. Torrox (Málaga). Inédito.


Para realizar el estudio del pasado reciente de la barriada de

significaciones compartidas y nos lleva hasta un agotamiento

Cañero, supe de antemano que lo iba a cometer bajo una mira-

del sentido de un discurso o mejor de un metadiscurso (Ibá-

da cualitativa (dirigir la atención hacia el discurso de las expe-

ñez, 1985). Se trata de una historia oral contada juntos y en

riencias vividas) y a través de la historia oral como método. Por

común por lo que es notablemente enriquecida. Asistimos no

tratarse de un barrio joven, la historia de éste suele ocupar sólo

a una simple recopilación de datos (hechos o acontecimientos

una parte de la vida de las personas que lo habitan. Las parejas

históricos precisos), sino a un entramado de experiencias y

que estrenaron las casas estaban recién casadas y la inmensa

valoraciones compartidas de lo vivido.

mayoría de los hijos e hijas que tuvieron se mudaron de barrio al casarse. En otros barrios, por ejemplo, sí he podido utilizar las

Para la realización de las entrevistas se diseñó un guión abier-

historias de vida para su estudio, pues por su antigüedad y las

to y orientativo que ayudara a la producción de discursos.

circunstancias sociales y económicas vividas por las familias han hecho que muchas personas vivieran en él la totalidad de

La selección de la muestra se llevó a cabo a través de una bús-

sus vidas. Es así cómo lo biográfico determina la metódica a

queda activa en todos los ámbitos sociales y por el conocido

elegir, en este caso entre historia oral o historias de vida.

procedimiento de la bola de nieve. Responde a un perfil que se ajusta sólo a un criterio: que fueran personas que hubieran

Cuando estudiamos la realidad social mediante relatos que

pertenecido a la asociación como miembro de un colectivo

abarcan la totalidad de la vida de una persona, acompañada

juvenil. El número de entrevistas grupales a amigos fueron 4,

de documentos personales, tanto escritos, como fotográficos

con un total de 17 personas entrevistadas. No se ha buscado

o registrados en otros soportes (siempre que existan), habla-

la paridad, por la dificultad que entraña en estudios carentes

mos de historias de vida. Empero, si el hecho o circunstancia

de presupuestos la búsqueda y participación de entrevistados.

que queremos estudiar abarca sólo una época de la vida de la

Así es que se ha ido trabajando con las primeras personas que

persona, entonces echamos mano de la historia oral. Lo que

se ajustaban al perfil y que han estado disponibles y manifes-

sí tienen en común ambas prácticas, pues esta diferenciación

tado su disposición. De todas maneras, el mismo azar y cir-

es sólo instrumental, es que forman parte de lo biográfico (Va-

cunstancias han confeccionado una muestra en cuestión de

lles, 2003). Al final es la vida de la persona la que nos lleva

paridad bastante representativa según la época que represen-

o nos trae por las diferentes historias orales, convirtiéndose

taba el colectivo. En la segunda etapa del club juvenil, que es

en el cimiento, en la materia prima y fuente de investigación,

cuando se incorpora la mujer al mundo asociativo, en el grupo

porque como bien dice José Miguel Marinas, no es que sea la

entrevistado el número de mujeres supera al de hombres.

Historia la que es maestra de vida, como así “reza en el dictum antiguo”, “sino que es la historia de vida la maestra de vida”.

Mediante los relatos, hemos tratado de recoger no tanto los

(Marinas, 2007).

hechos o acontecimientos históricos precisos, sino sobre todo experiencias, percepciones o significaciones que han tenido

Precisamente una de las potencialidades que nos brinda la his-

estas personas ante la vida y ante lo vivido, los rumbos y las

toria oral es la de ser fruto de un sujeto plural, pues el mismo

orientaciones tomadas, individual o grupalmente, a partir de

hecho es construido por el relato de diferentes personas, mien-

un acontecimiento y contexto histórico determinado.

tras que la historia de vida es única, pero participa de muchas historias orales. Todas las personas que han participado en

El objetivo principal ha sido indagar la identidad de estos co-

nuestra investigación aportan varias historias orales al barrio,

lectivos mediante la producción de relatos compartidos, desde

como pudiera ser la historia oral de la enseñanza educativa de

un plano socioestructural (los modos de vida) y sociosimbóli-

aquellos años, la historia oral de los juegos infantiles, etc. Un

co (valores y representaciones de lo vivido a nivel social e indi-

barrio se construye a partir de compartir historias vividas en

vidual), (Daniel Bertaux. 1980), que abarquen temáticamente

él, historias que le dan razón de ser y le otorgan identidad. Po-

los campos semánticos siguientes: a) Emergencia: origen del

cas historias orales se escucharán tan interesantes y bonitas

asociacionismo (valores, saberes heredados y transmitidos,

como las recogidas en los barrios y sobre los barrios.

etc.), existencia de redes o asociaciones preexistentes, contexto y circunstancias. b) Consolidación: ideología, potencial de

Para la recogida de historias (del texto documento), como ma-

movilización, recursos, valores y representaciones consolida-

teria prima del análisis de la historia oral, he utilizado la técni-

dos, burocratización. c) Declive: causas y vivencias del declive,

ca de la entrevista en profundidad a grupos de amigos. Esta

experiencias y reflexiones desde el recuerdo, comparaciones

técnica de investigación consiste en realizar una entrevista en

con las representaciones y valores de los movimientos socia-

profundidad conjunta a un grupo de amigos que han vivido un

les de hoy en día, etc.

hecho en común. Su potencialidad radica en que nos aporta


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 51

Para el análisis de las historias hemos procurado hacer un

“Y es que no podemos olvidar un hecho allí y es que eran mil

análisis de superficie (Marinas, 2007), mediante el que poda-

y pico casas, mil y pico familias, todas familia numerosa, ¡tú

mos acceder a los procesos subjetivos. Es decir, no pensar

imagínate en un barrio como ese la cantidad de chiquillos! Que

que lo verdaderamente importante que nos trasladan estos

yo recuerdo cuando se jugaba al fútbol en la plaza, pues en

relatos se halla en un significado profundo que guardan los

todas las calles había equipos de fútbol, porque calcula una

textos, que hay que descifrar como si se tratara de alguna

media de seis por familia, porque algunos éramos nueve, otros

clave oculta o de un jeroglífico. Todo lo contrario, en lo más

menos, pero tú calcula una media de seis o de cinco, pues lo

simple, en la superficie misma del relato podemos encontrar

multiplicas y te sale el número de lo que había allí metido. Si

lo que nos puede dar la pista. Freud se fija, por ejemplo, en

no nos dejan un espacio cuando los jóvenes empiezan a plan-

las banalidades (chistes), en equivocaciones (lapsus), en ol-

tear… ¿Quién se iba a negar? ¿Qué padre de familia de ese ba-

vidos, aspectos que parecen nimios, pero que llevan consigo

rrio iba a negarnos la posibilidad de usar ese espacio? (CJ H2).

las claves. Marinas nos acerca a Lacan para decirnos que lo inconsciente, que nos parecería lo más íntimo o recóndito, es

De manera aún inconsciente, pero latente como deseo (que-

éxtimo (Gárate y Marinas, 2003) .

mar esa energía), la juventud se inquieta al sentir que en su

9

barrio no hay espacios donde poder desarrollar unos vínculos Atenderé también al análisis generalista de lo concreto que

propios de sus deseos e inquietudes. Pedir un espacio para

nos enseñó Alfonso Ortiz, que trata de leer lo que hay de gene-

llevar a cabo unos bailes, es empezar a crear ya el ámbito y

ral en los particular, la particularidad y universalidad que hay

sentido de lo político, iniciar un acuerdo en cómo habitar la

en los relatos.

polis (porque nos viene ya dada y construida).

HISTORIA ORAL

Después de organizar algunas sesiones de baile, este grupo de “Saber es recordar” (Jesús Ibáñez)

jóvenes ve la posibilidad de formar un grupo cultural juvenil al amparo de la asociación vecinal, desde el que poder organizar

Del Club Juvenil a la Vocalía de Juventud de la Asociación Ve-

actividades culturales, recreativas y deportivas. En la primave-

cinal de Cañero

ra de 1965, se constituye oficialmente el club, amparado por la Asociación y por el grupo juvenil de futbol que ya existía

1ª ETAPA DEL CLUB JUVENIL:

en la misma, mediante una asamblea celebrada en el patio

El Grupo Cultural Juvenil de la Asociación de Vecinos Cabezas

de la Asociación, a la que asisten un número considerable de

de Familia del barrio de Cañero, más conocido y recordado

jóvenes.

como el Club Juvenil de Cañero, comienza su andadura a raíz de que un grupo de amigos decidiera, aprovechando de que

“Yo me acuerdo que Antonio Moreno, Antonio Garrido, El Punki,

algunos de sus padres participaban en la Asociación, solicitar

que era gente que estaba… no estaban en ningún sitio, pero sus

el salón de la misma para llevar a cabo unos bailes, que venían

padres participaban en la asociación de vecinos y entonces crea-

organizando en sus casas para su diversión. El primer presi-

ron un grupo de baile y entonces a la asociación de vecinos, de

dente de la Asociación, García Antón, accede a su petición y

cabezas de familia, le pedimos, nos dejaban el salón, pero era para

pone a su disposición el salón de la misma para llevar a cabo

organizar bailes. […] Y eso duró una etapa nada más. A continua-

los bailes.

ción, el amigo Miguel Ángel, tú, el de las fotos, que siempre se me olvida…

“¿Porque la juventud dónde estaba? ¿Dónde estábamos? En las esquinas; organizando bailes en las casas individuales, hartándo-

- Ricardo.

nos de vino, como la cultura que hay ahora del botellón, y no había otro sitio. Salías del colegio o de la universidad o del trabajo y te

Ricardo, Isidoro Castro, una serie de gente contacta con nosotros,

encontrabas que a las ocho de la tarde estabas en el barrio dando

con los que estábamos bailando allí nada más, entonces nos di-

vueltas, dando vueltas… ¿Qué hacías? Formabas la charpita, pero no tenías un sitio donde desarrollarte y quemar esa energía que tienes”. (CJ H1)10. 9  Gárate, Ignacio, Marinas, José Miguel. “Lacan en español: Breviario de lectura”. Biblioteca Nueva, 2003. 10  Las siglas y números hacen referencia al entrevistado para localizarlo a la vez que se guarda su anonimato. CJ, alude a que se trata

de una persona masculina o femenina (H, M) que perteneció al Club Juvenil, como GT al grupo de teatro, como VJ a la Vocalía de Juventud. De todas maneras, no tienen los entrevistados problemas en que se haga constancia de sus nombres. De la primera etapa del Club Juvenil han participado Rafa, Germán, Félix y Miguel Ángel; de la segunda, Keti, Maricarmen, Mariana, Manolo y Antonio; del grupo de teatro Carátula: Carmen, Richar, Rafa, Cristino, Juan Carlos y Rafa, de la Vocalía de Juventud: Miguel y Juanfra.


cen que se podía formar un grupo juvenil, y se crea un club juvenil

es cuando se ve la necesidad de crear las asociaciones, perdón,

al amparo de la asociación de cabezas de familia. Se celebra -no

las Comisiones Obreras Juveniles. Además fue pensado aquí en

se me olvida- una asamblea de jóvenes, se convoca a un montón

Córdoba, porque no se hizo en ningún sitio del país”. (CJH3).

de jóvenes allí en el patio, que eso fue una primavera, y en esa asamblea se acuerda constituir un grupo juvenil y hacer activida-

Aunque abrigado por la Asociación de Vecinos Cabezas de Fa-

des, no solamente los bailes, charlas, deporte…”. (CJ H1).

milia, el grupo cultural se funda como organismo autónomo y estructura organizativa propia, en la que se contempla la figura

Paralelo a ese nuevo ámbito de lo político que estaban crean-

de un Presidente, de un Secretario y un Tesorero, a los que

do los jóvenes para los bailes, existe otro grupo de jóvenes que

les acompañan los vocales o coordinadores de las diferentes

participan en un ámbito político institucionalizado pero oculto,

Comisiones de Trabajo, creadas para llevar a cabo fines y ob-

prohibido, alimentado por la memoria del hogar (memoria de

jetivos (Comisión de Deportes, de Bailes, de Teatro…).

la guerra, violencia de la comunidad), por la violencia laboral sufrida en las fábricas y por la falta de libertad de pensamiento

“¿Nuestra participación en la asociación de cabeza de familia

en las universidades. Este grupo se une al primero y ayuda a

cómo se produce? Se produce de una manera análoga a la que

que el espacio de lo político que se había fundado con la in-

se produce de la intervención o participación de los sindicatos,

tervención juvenil, adquiera fuerza, se ideologice y se proyecte

exactamente igual, porque no era nada más que una continuidad,

aún más en la vida ciudadana.

porque formaba parte de una estrategia, la misma forma de participar en la lucha”. (CJH3).

“…un barrio obrero… la conciencia les viene a los jóvenes a raíz del trabajo en las fábricas. En las fábricas la lucha no se había

“La primera charla que se da así que todo el mundo… era diálogos

parado nunca, Franco no acabó con ella, la conciencia siempre

entre católicos y marxistas…

ha estado ahí […] entonces los que vienen del mundo de fábricas y demás y los que no venían del mundo de la fábrica, por ejemplo,

- Esa una conferencia que hubo que estaba allí toda la secreta,

Germán, o yo, que yo me incorporo sin una ideología, pero sí con

dentro y fuera.

una inquietud. ¿Por qué? Porque, bueno, Germán viene de una familia represaliada, que incluso participaron en la República, pero

Y la conferencia la dio tu padre y Rafael Sarazá, que eran personas

yo vengo de una familia que mi madre tuvo que ir huyendo desde

del movimiento católico y gente… Y esa fue la que puso la guinda

Espejo hasta Francia. Entonces, yo tengo una historia… yo podría

de lo que allí se iba a desarrollar”. (CJH1).

escribir un libro de lo que a mí mi abuelo me ha contado, mi madre me ha contado de su vida, porque había casas en las se transmitía

El Club Juvenil toma conciencia de la situación social y política

de padres a hijos, les transmitían su vida cuando el nene pregunta.

impuesta por la dictadura franquista, en la que la falta de liber-

Entonces yo de lo que sí tenía conciencia era de lo que mi gente

tades y derechos fundamentales es más que manifiesta. Ante

había sufrido y no le encontraba el porqué. Entonces esa es la

las pésimas condiciones laborales de los trabajadores, la fal-

inquietud que tenía, que no era ideológica, no te habías formado

ta de libertad sindical, cultural, en todas sus manifestaciones

todavía, pero sí tienes… Entonces, cuando se crea este grupo ju-

artísticas, de reunión, de prensa y radio, la juventud del barrio,

venil y se plantea una actividad cultural y social, entonces tú ves

descontenta por esta realidad, se organiza para llevar a cabo,

cabida ahí a esa inquietud que tú tienes. ¿Quiénes son los que

a nivel local, su propia revolución sociocultural. La creación

fomentan, los que guían para recoger esa inquietud y canalizarla?

del Club es paralela a la creación de las Comisiones Obreras

Los que vienen con esa formación…”. (CJH1).

Juveniles, que tendría como objetivo la formación de una conciencia obrera y política en los jóvenes de nuestra ciudad.

“Y antes es que se empezaba a trabajar con 14 años y a esa edad ya empezabas a enfrentarte con los problemas laborales, pues

“Porque ya Cañero había puesto su guinda con la creación de

lógicamente empezabas a despertar la conciencia de lo que signi-

ese grupo juvenil y estaba marcando, y entonces al calor… y como

ficaba ser trabajador, la producción, la plusvalía…”. (CJH4).

estábamos respaldados… que nosotros éramos un grupo juvenil de una asociación de cabezas de familia y eso te daba un respal-

“Aprendías, como dice Félix, porque leías mucho, hasta acostum-

do, y al calor de eso se contacta con otros grupos juveniles y se

brábamos a hacer reuniones en alguna casa con lecturas de algún

convoca la primera asamblea de las Comisiones Obreras juveniles

texto de Marx o de Lenin […] Y ya se ve que el campo ese clandes-

en Cañero, en López García”. (CJH1).

tino se queda corto, no tiene incidencia en la vida pública, porque… ¿Qué haces? ¿Tirar una octavilla? No tenía una repercusión

“Se empiezan a repartir libros en el Club Juvenil con un mensaje,

a efectos de crear conciencia cívica y conciencia social. Entonces,

creando conciencia política. Entre ellos, no se me olvidará, la no-


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 53

vela “La madre” de Maksim Gorki. Ese libro lo leyó medio Cañero.”

- Lo que alguna gente quería hacer en estos tiempos o no hace

(CJH1).

mucho, algunos partidos que quieren controlar las asociaciones… Nosotros en aquella época no teníamos nada… La actividad de la

El Club Juvenil de Cañero asume la formación cultural y políti-

juventud comunista en la etapa que yo estuve, que estuve algunos

ca de sus miembros, contrarrestando la reproducción ideológi-

años como responsable de la juventud comunista y eso, nosotros

ca de las relaciones jerárquicas de producción de las escuelas

discutíamos de temas políticos, de temas sindicales y cómo ac-

franquistas: se celebran conciertos de música, conferencias,

tuar, de actuaciones, acciones, preparaciones y de cosas de esas,

coloquios, en los que se reflexiona en grupo sobre el tema

pero del tema del Club, discutíamos en el Club como cualquier

tratado, recitales poéticos, cine fórum, talleres de formación

otro chico o chica, allí se discutía, allí se debatía y eso es lo que

laboral, excursiones, bailes, deporte…

realmente le dio grandeza aquello y le dio más vida, porque si llegamos a querer manipular… (palabra inaudible)… al final no hubiera

“A la gente del deporte también fuimos dándole calor. Hicimos los

tenido el éxito que tuvo el club, porque…

juegos atléticos de Lepanto, donde participaron muchachas en la natación y en atletismo, que para aquellos tiempos la participa-

- El partidismo no surgía por ningún lado. Cuando tú te incorpo-

ción de la mujer se veía muy raro y fue todo un logro.” (CJH3).

rabas a una organización de este tipo eras un miembro más de la organización de ese Club, independientemente de que tú luego

A partir de estos momentos, surgen Clubes Juveniles en toda

tuvieses otras inquietudes, pero tú no trasladabas allí el plantea-

la ciudad. Desde la creación del primer Club en Cañero a me-

miento político”. (CJH1,2,3,4).

diados de los años sesenta, se pasa, a finales de dicha década, a la existencia de 108 clubes. Nace la Interclub, organismo que se encargará de coordinar todas las actividades e iniciativas conjuntas que surgen en los diferentes grupos juveniles existentes en la ciudad. “Iniciativa del Partido Comunista, de las juventudes comunistas de aquella época que lanza la consigna, como decía Germán, paralelo al trabajo que desarrolla el Partido Comunista en el desarrollo de Comisiones Obreras con la integración en los sindicatos verticales para desarrollar una política y utilizar la estructura… - Para poder participar en la vida pública, en definitiva.

Grupo de jóvenes del Club Juvenil.

- Y eso fue paralelo al nacimiento del Club Juvenil. 2ª ETAPA DEL CLUB JUVENIL: “El grupo juvenil funcionaba de forma autónoma. La formación

La segunda etapa del Club Juvenil comienza a principios de

comunista lo que hacía era incitar, orientar y participar en los co-

los años 70. Se caracteriza por la incorporación de nuevos

loquios y en los trabajos de masas, digamos… Y nosotros era una

jóvenes y por la salida del mismo de gran parte de los fun-

Junta Directiva y lo mismo coincidía y no había nadie de las juven-

dadores, que se unen a organizaciones sindicales y políticas

tudes comunistas.

nacientes en la ciudad.

- Daba igual.

Sin embargo, lo que verdaderamente define a esta segunda etapa, en la que es presidente de la Asociación, Paco León, es

- No había un control político.

la incorporación de la mujer a cargos directivos del Club. Si la primera etapa del Club va a ser marcadamente masculina, la

- La visión de las juventudes comunistas era que hubiera muchas

segunda será femenina. Va a dar comienzo nuevamente una

actividades y que hubiera muchos jóvenes allí.

revolución femenina, después de que la condición de mujer fuera destruida durante la dictadura.

- Ir allí, entrar… pero sin asumir ningún cargo, porque las juventudes comunistas tenían mucho trabajo en las fábricas, en muchos

“Yo llegué al club con 15 años y llegué como llegaron todos, bus-

sitios, ¿sabes?, o sea, que había más trabajo…

cando a los chavales, para ligar, y para mí fue una experiencia enorme, porque el estar aquí, las actividades que hacíamos aquí


culturales me sirvieron para mi vida personal y mi vida profesional

“Llega un momento en que el Club controla la Asociación, y qui-

después, cogí base y formación suficiente para poderme enfrentar

simos poner a un presidente, que era Garrido, que la asociación

a mi empresa, meterme en un movimiento obrero –yo trabajaba

quería imponer otro, ¡y nos lo cargamos! (CJH5).

en grandes almacenes- y eso me daba a mí confianza y seguridad para llegar con 17 o 18 años a ser presidente de comité de

“Me siento muy orgullosa, y digo como Maricarmen, los mejores años

empresa, quiero decir que no era todo cuestión de política, era

de mi vida han sido aquí. Hemos trabajado mucho, porque nosotras

formación”. (CJM1).

pintábamos, a parte de todas las actividades (…) Hemos hecho de todo, ¡hasta caracoles! cualquier tipo de actividad para atraer a la gente

“Y no sólo se incorporaron como miembros del club, sino a la

y para que se sintiera a gusto y se quedara.” (CJM2).

Junta Directiva.” (CJH2). La actividad política clandestina se agudiza en los últimos Hemos tenido que esperar hasta contar con el testimonio de

años de la dictadura: se redactan panfletos reivindicativos, que

una mujer para que nos manifieste (síntoma de estar viviendo

se imprimen de incognito en la sede y se tiran de soslayo en la

una época de revolución feminista) que la política no es la que

calle; se organizan reuniones clandestinas y manifestaciones.

hace o se hace en un partido político o la de sentirse de iz-

El control policial, la censura y la represión se ceban con las

quierdas o de derechas, sino que es más cuestión de vínculos

actividades del Club:

y relaciones, de atreverse a fundar nuevos lazos que generen nuevas formas de vida y nuevos derechos. En esta historia el

“Se daba un concierto, un recital de cantautores, y teníamos que

ámbito de lo político empieza a tomar forma a partir de unos

llevar a la Delegación del Gobierno las letras de la canción; y había

bailes, de unos deseos de ligar que rompen con las pautas es-

letras que nos las borraban, borraban la mitad, y entonces decía

tablecidas por la tradición de entonces. Las nuevas relaciones

el cantautor: Bueno ¿y qué canto yo de esta canción? Y después

generaran reflexiones y nuevos discursos de legitimación, este

venía un policía de la Brigada Político Social para que aquello se

es el verdadero sentido de lo político.

cumpliera.” (GJM7)

Se incorpora un nuevo grupo de unas 30 personas provenien-

El Club Juvenil desaparece en el año 1981, después de haber

tes de grupos cristianos de la parroquia (para su incorporación

protagonizado en el barrio y para el barrio una revolución so-

es fundamental la figura de Pepe Villegas) y de grupos de ami-

ciocultural, que bien la podríamos asemejar a un pequeño y

gos que se juntan por el barrio:

local mayo del 68 (por contenido y época), que trasciende de los límites del barrio, que prepara y desata el nacimiento de la

“¿Y cómo se incorporó? Pues yo creo porque siempre hemos sido

Democracia en nuestra ciudad.

muy generosos y nos hemos abierto, y cuando llegaba, por ejemplo, este grupo, lo incorporábamos directamente a la directiva. Así es que le dábamos mucho juego y lo incorporábamos para trabajar directamente ya con ellos.” (CJH2). El Club, dicho por todos las personas entrevistadas, aunque se desarrollara en él una fuerte actividad política clandestina, era ante todo un Club sociocultural. Temas como el sexual, que por aquellos entonces era tabú, y del que carecían de información los jóvenes, se aborda en cantidad de ocasiones en profundidad con la presencia de especialistas en el tema, como médicos y psiquiatras: “La verdad es que en la asociación descubrí cosas de las que no

FOTO Equipo femenino de futbol del Club juvenil.

teníamos ni idea, porque yo la verdad es que no tenía ni idea de

GRUPO DE TEATRO INDEPENDIENTE CARÁTULA:

lo que pasaba en España, entonces, aquí se me abrieron los ojos,

El ámbito de lo político no sólo lo mueve y lo engrandece el

aquí empecé a aprender, aprendí a relacionarme con muchísima

amor, la convivencia, el trabajo o el afecto, sino también la

gente, a hablar, a saber estar en los sitios.” (CJM3).

manifestación artística. Con el Grupo de Teatro Comunitario Carátula, el nuevo ámbito de lo político que nació al amparo

El Club Juvenil adquiere un gran prestigio y relevancia dentro

de parroquias, asociaciones y partidos clandestinos, se inde-

de la Asociación de Cabezas de Familia, tanto que…

pendiza, se hace libre, sale a la calle y se hace por fin barrio.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 55

El grupo de teatro Carátula comienza su trabajo en el Club

de la gente; era, cómo te digo yo, como la Fura dels Baus. Con un

Juvenil Dosa de Salesianos, allá por el año de 1979. En 1980

zurrón en la cintura, llevaba una compañera y yo un zurrón col-

se trasladan a la Asociación de Cañero al cerrar sus puertas

gando y lo que llevábamos era un mechero de yesca y con la otra

el Club Dosa, aprovechando que la inmensa mayoría de sus

mano la metías, sacabas los petardos y los encendías, y los ibas

componentes pertenecen al barrio. Este grupo viene a suplir

tirando, y no sabemos cómo, o que el mechero sin darse cuenta

el hueco dejado por los jóvenes del Club Juvenil, aunque es

lo echó dentro o… el caso es que la bolsa le explotó,¡ y eso fue en

fruto, en cierta medida, del trabajo cultural, social y político

el estreno! (…) Para ello se ocupó toda la plaza, porque estaba el

desarrollado por los Clubes Juveniles de antaño:

escenario de los títeres de mano delante de la puerta de la asociación, y cuando los muñecos se hacían gigantes, salían de la iglesia,

“Yo recuerdo que fuimos a la Junta Directiva a pedírselo, que el

de donde se pone la Cruz.” (…)Se pusieron vallas, apagaron las

presidente era en aquellos momentos Garrido, que fue uno de los

luces de la plaza y la policía local estuvo allí para cortar el tráfico,

más críticos, y había una división de opiniones, y la acogida no fue

claro. Hicimos unos pasquines y los fotocopiamos. Alguien de la

muy buena; querían saber por qué estábamos ahí y cual era nues-

asociación con un megáfono fue por todo el barrio publicitándolo

tra contraprestación, que existiera un compromiso con el barrio;

y tirando los pasquines aquellos.” (GTM1).

y les dijimos que a cambio lo que trabajemos lo pondríamos en el barrio.” (GTH1). “Lo nuestro era hacer talleres, crear un público de teatro en el mismo barrio (…) Al principio los directivos fueron un poco reacios, pues eran los tiempos cuando se consumía droga en la plaza, pero en la primera actuación nos los ganamos.” (GTH3). Insertado dentro del movimiento de grupos de teatro independientes de los años 80, se declara como grupo asambleario, cuyos deseos se decantan –según contexto histórico y circunstancias- por la realización de un teatro social y popular cercano a la ciudadanía. Organizan un taller de teatro infantil, que publicitan por los colegios del barrio, donde se llevan a

Integrantes del grupo de teatro Carátula preparando un texto en el patio de la Asociación Vecinal.

escena varios cuentos de las Mil y una noches. Por la misma

El grupo de teatro deja de estar presente en la asociación entre

época, se hace un recital de poesía popular:

los años 1984 y 1985. Poco más tarde, después de intentar seguir de manera profesional dos de sus componentes, se

“Como todavía estaba el cuartelillo de la guardia civil en el barrio,

disuelve:

me acuerdo que, justo cuando estábamos recitando el poema de Lorca de la guardia civil, apareció un guardia civil y puso una cara

“Éramos como una familia, que nos dedicamos a hacer teatro, que en

de mosqueo que te cagas, digo: ¡veremos a ver si no acabamos

vez de no hacer nada, estar por ahí dando vueltas, aunque salíamos

aquí a tiros!” (GTH5).

también de fiesta, pues hacíamos algo que te proporcionaba una serie de cualidades y de inquietudes que lo disfrutabas. Y tanto es así

Quizás su obra cumbre fue “El Duque”, que representaron tanto

que después de 30 años seguimos siendo amigos.” GTM1)

en Cañero como por distintos pueblos de la provincia. Una de las obras que también tuvo bastante repercusión en el barrio

VOCALÍA DE JUVENTUD:

durante una Semana Cultural de la asociación fue “Las aven-

Alrededor del año 1983, se constituye la primera Vocalía de

turas de un juego”, obra infantil redactada por uno de los com-

Juventud de la Asociación de Vecinos de Cañero.

ponentes del grupo, Francisco Cuadrado: Procedentes de la parroquia (Movimiento Junior), se incorporan “La historia empezaba con un guiñol de guante con un teatrito pe-

a la Asociación con una idea clara, la de vincular el compromiso

queño y al final los mismos muñecos se convertían en gigantes y

cristiano adquirido con el compromiso social. El presidente de la

salían entre el público y se hacían bailes, acompañados de música

Asociación, Rafael Cano, invita a los jóvenes recién llegados a que

y pirotecnia. Era muy atractivo para la gente. Al final la pirotecnia

formen Vocalía con representación en la Junta Directiva.

acabó por suprimirse y lo que tirábamos eran serpentinas, papelillos, caramelos a los niños y demás, pero tirábamos al principio

“Digamos que el primer tirón fue gente que vino de esos grupos,

petardillos y cohetes de los que subían para arriba, allí por medio

pero luego teníamos una preocupación muy grande en que fue-


ra la vocalía un sitio de encuentro de los jóvenes del barrio (…) y

nes ante esos problemas, porque creíamos que el trabajo en una

esa preocupación trajo sus frutos, mucha gente, la mayoría, más

asociación era un trabajo militante más que voluntario.” (VJH2).

inestables, que ese primer grupo, iban, venían… pero hubo aquí un movimiento de gente joven del barrio muy interesante.” (VJH1).

La Vocalía opta por generar sus propias actividades (fiestas, deporte, cine, jornadas culturales, talleres de música, de aje-

Los objetivos fundamentales de la Vocalía fueron la de con-

drez, actividades infantiles…), que desarrolla tanto en la sede

trarrestar en cierta medida, no la falta de libertad que vivó el

como en otros lugares del barrio (calle, colegios…), por partici-

Club Juvenil, sino la pérdida de conciencia social y de parti-

par y potenciar las actividades de la Asociación (Cruz de mayo,

cipación ciudadana en los jóvenes, que se acrecienta por el

Semana Cultural, Carnaval…) y por formar parte de una red de

surgimiento de los valores posmodernos (estética por ética) y

actuación entre los distintos grupos y vocalías juveniles de la

por una sociedad democrática encaminada hacía el vorágine

ciudad. Fueron parte activa en la creación del Consejo y de la

individualismo y la imposición ideológica capitalista a través

Casa de la Juventud.

de los discursos tecnocráticos y de consumo. Especial mención merece la creación de una emisión de radio - Estábamos ya a finales de los 80 y vino una petición para todas

independiente que surge en su seno, “Radio Cañero”, y de una

las asociaciones de vecinos de que nos convirtiéramos en asocia-

revista sociocultural “El Trastero”, como forma de hacer llegar

ciones de consumidores y de vecinos…

sus valores y actitudes a la totalidad de los jóvenes del barrio.

- Yo creo que fue el momento de más tensión entre la Junta Direc-

“Y ese planteamiento de conciencia social y política, enten-

tiva y la Vocalía de Juventud.

diendo en un sentido amplio la palabra política, ¿no?. Estábamos muy… en el sentido no partidista, pero sí politizados desde

- Para nosotros eso era un paso atrás, porque a lo mejor se iban

el punto de vista de la polis, ¿no?, de construir, de romper el

a recibir más subvenciones, pero a costa de identidad y sentirnos

individualismo y de generar espacios de convivencia, ¿no?”.

absorbidos por el sistema político del momento. […]

(VJH1).

- Nosotros no queríamos ser una asociación de consumidores, no

Después de diez años de intensa actividad y de participación

queríamos ser consumidores, queríamos ser vecinos, ¿no?, queremos

en todas las esferas de lo social y cultural, la propia madurez

ser ciudadanos. Pensábamos que traer la figura del consumidor aquí

de los jóvenes, el cambio de vida que esto conlleva y la falta de

dentro, pues iba a potenciar todos los valores de la sociedad de con-

relevo generacional, hacen que desaparezca a principios de los

sumo contra los que nosotros estábamos luchando”. (VJH1,2).

años 90 la Vocalía. Desde entonces no participa la juventud del barrio de las actividades y espacios de la asociación. “Que no es un trabajo perdido… Nuestra experiencia ha sido de relaciones humanas, de habilidades sociales, de un montón de cosas que también son útiles para la vida en otros ámbitos, incluso en el profesional, ¿no?, desde poder hablar en público, de saber preparar una reunión, de saber programar, de saber… ahora que se ha puesto tan de moda una inteligencia ejecutiva, de saber planificar y llevar a cabo cosas… Eso ayudado por un tema más emocional, de saber administrar tus propias emociones, porque estás trabajando con otros no te sientes el centro del mundo, sino

Cartelería de la Vocalía de Juventud.

que aprendes a ser humilde, a ceder. Entonces, ese tipo de cosas fueron fundamentales y han tenido una repercusión en nuestra

Ante tal análisis de la sociedad, la Vocalía empieza a desarro-

vida posterior, y eso es muy importante valorarlo.” (VJH1).

llar una serie de actividades orientadas a posibilitar espacios de convivencia, que despertarán en los jóvenes conciencia so-

Quizás esto sirva de consuelo para el ámbito profesional y del

cial y ciudadana, critica y activa ante los problemas sociales,

mercado, pero el barrio, la polis sigue estando ahí huérfana de

políticos y económicos del momento:

ciudadanía; así lo declara Marinas en su libro Pensar lo político: “Añorar el terruño perdido (aunque nunca lo hubiéramos

“Y por eso teníamos que unir la creación de actividades y de espa-

vivido, aunque no fuéramos capaces de volver a él). Mientras

cios de convivencia con la denuncia de los problemas, actuacio-

añoramos no el regreso sino la fundación de un espacio polí-


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 57

tico verdadero. Ese es el llamado “regreso de lo político”: han

- “Más allá de la Sociología.” Ed. Siglo XXI. Madrid. 1985.

vuelto las ganas, la urgencia, la conveniencia de hablar, de discutir, de proyectar la vida ciudadana”11. La historia oral en este

- “A contracorriente.” Ed. Fundamentos. Madrid. 1997.

caso propicia el recuerdo, genera espacios de reflexión sobre lo vivido, única forma de coger impulso para recorrer el camino

Fraser, Ronald. “Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia

hacia otras formas de vivir.

Oral de la guerra civil española.” Ed. Crítica. Barcelona. 1979. Marinas, José Miguel.

CONCLUSIONES Se hace notar la potencialidad y riqueza que tiene para el es-

- “La escucha en la Historia oral.” Ed. Síntesis. Madrid. 2007.

tudio de los vínculos sociales el empleo de la metodología de la historia oral, pues coloca al sujeto ante una mirada global de

- “La razón biográfica. Ética y política de la identidad.” Ed. Bi-

lo vivido y experimentado, de lo por vivir y experimentar, tanto

blioteca Nueva. 2004. Madrid.

a través de lo individual como de lo colectivo. De igual modo, decir de las entrevistas de amigos, como técnica de investi-

- “El síntoma comunitario: entre polis y mercado”. Ed. Mínimo

gación histórico social, pues al juntar y reagrupar de nuevo

Tránsito. Madrid. 2006.

a actores (a petición del investigador) se pueden abordan los temas con la libertad, la reflexión y el temple que da el paso del

-

Marinas, José Miguel. Santamarina, Cristina. “La Historia

tiempo. Esto nos podría dar la oportunidad de analizar el rever-

oral: métodos y experiencias.” Ed. Debate. Madrid. 1993.

so del vínculo (José Miguel Marinas, 2008)12, lo que no se dijo en aquel tiempo o no se supo que se sabía y se experimentaba,

Pascual, Pedro. Los pescadores del faro. Historia oral de la

lo que se facturó de una forma, pero se vivió de otra, etc. Y en

pesca artesanal de la playa. Torrox (Málaga). Inédito. 2015.

el plano teórico, el artículo pone de manifiesto que para que se dé un cambio político es necesario, a parte de la incorpo-

Thompson, Paul. “La voz del pasado.” Ed. Edicims Alfons El

ración y participación, de alguna que otra forma, de todos los

Magnánim. Valencia. 1988.

colectivos del tejido social (incorporación de la mujer al club juvenil, la mezcla en el club de jóvenes de familias de clase

Valles, Miguel S. “Técnicas cualitativas de investigación so-

media y obrera, la permisividad de los cabeza de familia de la

cial. Reflexión metodológica y práctica profesional.” Capítulo

asociación apegados al régimen, por ejemplo), que se produz-

7 (Técnicas de conversación, narración II. La metodología bio-

can nuevos vínculos en los senos de los grupos, otras formas

gráfica.) (Págs. 285-277). Ed. Síntesis. Madrid. 2003.

de relacionarse. La historia oral que se presenta guarda en sí claves para reflexionar sobre el proceso de nacimiento, evolución y pérdida del ámbito de lo político. BIBLIOGRAFÍA Abad, Federico. La barriada de Cañero. Una pieza singular en el desarrollo urbano de Córdoba. Edit. Utopía. Córdoba. 2016. Alonso, Luis Enrique. “La mirada cualitativa en Sociología.” Ed. Fundamentos. Madrid. 1998. Bandera, Joaquín. Marinas, José Miguel. “Palabra de pastor. Historia Oral de la trashumancia.” Ed. Breviarios de la calle del pez. León. 1996. Benadiba, Laura. “Historia Oral, relatos y memorias.” Ed. Maipue. Buenos Aires. 2007. Ibáñez, Jesús. 11  José Miguel Marinas. Pensar lo político (Ensayos sobre comunidad y conflicto). Biblioteca nueva, Madrid, 2012. 12  José Miguel Marinas. Lo político y el psicoanálisis: el reverso del vínculo. Biblioteca Nueva. Madrid, 2008.

Pedro Pascual Lindes

Doctor por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la misma universidad. La tesis la hice en el Departamento de Filosofía del Derecho, Moral y Política II (Ética y Sociología) de la Facultad de Filosofía bajo la dirección de José Miguel Marinas Herreras, catedrático de Ética y Filosofía Política. Es también especialista en la sociedad de consumo de masas (curso de posgrado en Teoría y praxis de la investigación de mercados por la UCM. Dirección: Ángel de Lucas) y en Investigación Acción Participativa para el desarrollo local, metodología para la investigación y la intervención social (master realizado por la UCM. Dirección: Tomás Rodríguez Villasante). Sus trabajos más destacados son en Historia Oral


Historia y postmodernidad: repensando la historia política Eduardo Nazareno Sánchez

La postmodernidad contriubyó a la deslegitimación de la historia, como podemos apreciar en el caso de los estudios sobre la Revolución francesa, ya que ha dejado de lado la idea de que existe una orientación política indiscutida que podemos rastrear en la historia hasta nuestros días. Sin embargo, esta coyuntura no tiene que entenderse como un período de desconcierto porque nos otorga la posibilidad de pensar la historia política desde un lugar distinto debido a que podemos hacer foco en los procesos de construcción política, o sea, en la manera en la que los hombres buscan elaborar determinadas representaciones que legitimen y den forma a su vida en conjunto. Palabras Clave: Historia; Postmodernidad; Política INTRODUCCIÓN

Todo este proceso tuvo su correlato con el auge de los me-

No es ninguna novedad que vivimos en tiempos postmoder-

dios masivos de comunicación y la propaganda,4 a partir de lo

nos porque, en los términos de Lyotard, “El gran relato ha per-

cual empezó a configurarse la cultura del simulacro, es decir,

dido su credibilidad, sea cual sea el modo de unificación que

la adicción a la imagen generada por los medios de comu-

se le haya asignado: relato especulativo, relato de emancipa-

nicación que terminó por reemplazar la realidad porque todo

ción”. En otras palabras, todas las narrativas históricas que

pasa a través de la pantalla. En palabras de Baudrillard: nos

estructuraron los siglos XIX y XX (el historicismo, el materia-

topamos con la hiperrealidad debido a que el mundo cobra

lismo histórico, la historia social, entre otras) ya no encuentran

entidad a través de los medios y se pierde toda noción de lo

consenso porque son cuestionadas desde la objeción de que

que realmente sucede.5 Por lo que expusimos, en el trabajo

no existe un saber único y privilegiado en el campo de las dis-

circunscribiremos la postmodernidad a Occidente y el último

ciplinas humanísticas, ni una orientación política indiscutida.

cuarto del siglo XX en adelante.

Si tomamos a otro referente sobre el tema, Fredric Jameson, nos

Por otra parte, todas estas narrativas históricas son inescin-

encontramos con la siguiente definición: “Los últimos años se

dibles de las filosofías de la historia que las justificaban, ca-

han caracterizado por un milenarismo de signo inverso, en que

racterizadas por comprender que la historia encarna la unidad

las premoniciones catastróficas o redentoras del futuro han sido

de un desarrollo universal y lineal gracias al despliegue de la

reemplazadas por la sensación del fin de esto o aquello […] estos

razón, de la libertad, del progreso, etc.6 Si bien la postmoderni-

1

fenómenos quizá constituyan lo que cada vez más se ha dado

dad ha propiciado la estocada definitiva, o así parece, a las fi-

en denominar posmodernismo”.2 Es una interpretación cercana

losofías de la historia, muchas de éstas ya portaban muestras

a la que vimos en el filósofo francés ya que ambas comparten la premisa de que el postmodernismo, o posmodernismo, tiene como rasgo central el agotamiento de la historia, del arte, de la

estudios de Mandel, véase, Mandel, Ernest, Late Capitalism, NLB/Verso, London, 1975.

política, etc. Empero, el pensador anglosajón va un paso más allá

4  Ibid, p. 61.

debido a que sostiene que dicho movimiento se condice con el

5  Baudrillard, Jean, La guerra del Golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1991, p. 15. Por eso, en el caso del conflicto bélico de los 90’, “Los americanos, por el contrario, sólo son capaces de imaginar o de combatir un enemigo a su imagen y semejanza, debido a una especie de generosidad o de estupidez egocéntrica”. Ibid, p. 31. El enfrentamiento es contra un enemigo que es creado por el país beligerante a través de los medios masivos de comunicación.

estadio del capitalismo actual, la sociedad postindustrial, que ha dejado de lado la industria y la centralidad de la lucha de clases dando lugar a la primacía de la producción cultural.3 1  Lyotard, François, La condición postmoderna, Planeta-De Agostini, Barcelona, 1993, p. 83. 2  Jameson, Fredric, Ensayos sobre el posmodernismo, Imago Mundi, Buenos Aires, 1991, p. 15. 3  Ibid, pp. 17, 20 y 109. En esta consideración, Jameson sigue los

6 Walsh, William, Introducción a la filosofía de la historia, Siglo XXI, México, 1983, p. 7. Dos de las obras más emblemáticas en esta dirección son: Kant, Emmanuel, Filosofía de la historia, FCE, México, 2012 y Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Filosofía de la historia universal. Tomo I, Losada, Buenos Aires, 2010.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 59

de cierto agotamiento. Así, Adorno y Horkheimer plantearon

estas discusiones; y, tercero, presentaremos los alcances de

sus respectivas críticas a los pensadores más destacados de

las nuevas formas de pensar la historia política. De esta ma-

esta temática: en el caso de Kant, en relación a su concepción

nera, el objetivo del trabajo estriba en esclarecer parte del pa-

de la razón, entendida como el elemento primordial de pro-

norama que atraviesa la ciencia histórica en los últimos años,

greso en la historia del hombre, ya que ésta desembocó en

que tiene como punto de partida las discusiones generadas

el mero instrumentalismo que la alejó de cualquier potencial

por la irrupción postmoderna.

emancipatorio; respecto a Hegel, el despliegue del espíritu humano que rastrea en su trabajo supone cierta continuidad en-

EL FIN DEL MITO REVOLUCIONARIO

tre los distintos momentos históricos en los cuales se expresa,

La interpretación tradicional sobre los acontecimientos revolu-

sin embargo, los cambios y las diferencias que existen entre

cionarios en Francia se basa en la concepción de la Revolución

una época histórica y aquella que la precede hacen imposible,

como la culminación del Siglo de las Luces porque fue el triun-

o por lo menos dificultan, rastrear esa presunta continuidad.

fo de la razón frente al oscurantismo, frente al atraso propio del

7

Antiguo Régimen.10 En esta dirección, la Revolución es presenFinalmente, debemos tener presente que el apogeo de la histo-

tada como una bisagra, como el punto de inflexión entre la vieja

ria y de las filosofías de la historia en cuestión se correspondió

sociedad francesa y la nueva y pujante estructura capitalista en

con el ascenso de la burguesía como la clase social dominan-

pleno avance, es, en definitiva, una ruptura profunda y radical. Por

te ya que los preceptos en ellas implicados (progreso, libertad,

ejemplo, según Michel Vovelle, la Revolución fue el resultado del

etc.) se referían con los valores burgueses; el glorioso siglo

agotamiento del sistema de dominio absolutista que chocó con

XIX en el cual todos los parámetros respaldaron una expan-

el ascenso de la burguesía representada en el Tercer Estado,11

sión sin precedentes.

que estaba en pleno progreso y necesitaba alterar las condicio-

8

nes vigentes para seguir esa senda expansiva.12 Clase social que Recapitulando, estamos en un contexto donde no existe un

encontró su clímax revolucionario con los Decretos de Ventoso

relato histórico privilegiado que ostente el predominio en la

porque “[…] representan el punto culminante del compromiso so-

explicación sobre el pasado y que infiera en el presente y el

cial de la burguesía montañesa, cuando confisca los bienes y las

futuro de nuestras sociedades. Partiendo de este estado de la

propiedades de los ‘sospechosos’ […] Esta expropiación proyec-

cuestión, el escrito estará dividido en las siguientes secciones:

tada preparaba su redistribución a los más necesitados de los

primero, profundizaremos sobre las discusiones suscitadas en

habitantes del campo”.13

torno a la coyuntura que expusimos, para lo cual nos centraremos en las revisiones sobre la Revolución francesa9 ya que

Esta oposición entre la muerte del viejo orden y el empuje

ésta constituye el gran hito de la historia política en Occidente;

del nuevo como la clave interpretativa de la Revolución tuvo

segundo, ahondaremos en uno de los nuevos marcos historio-

una clara implicancia política ya que abogaba por la la parti-

gráficos que se ha desarrollado en el último tiempo a partir de

cipación de grupos, clases, sectores sociales, de acuerdo a la denominación que se les otorgue, a la acción política; o sea,

7  Adorno, Theodor & Horkheimer, Max, Dialéctica del iluminismo, Terramar, Buenos Aires, 2013, pp. 97 y 242. Además, la crítica instrumentalista fue continuada por el segundo de los autores citados, véase, Horkheimer, Max, Crítica de la razón instrumental, Terramar, Buenos Aires, 2007. 8  Iggers, George, La ciencia histórica en el siglo XX. Las tendencias actuales. Una visión panorámica y crítica del debate internacional, Labor, Barcelona, 1995, p. 18. Sobre el “siglo XIX burgués”, véase Hobsbawn, Eric, La era del imperio, 1875-1914, Crítica, Buenos Aires, 2009. 9  En el resto del trabajo nos referiremos a ella como Revolución, siempre en mayúscula.

aquellos elementos que se encontraban aislados u ocupaban 10  Soboul, Albert, “La historiografía clásica de la Revolución francesa. En torno a controversias recientes”, en Soboul A. & Kossok M., Las revoluciones burguesas, Crítica, Barcelona, 1983, p.160. 11  Al respecto, véase Sieyès, Emmanuel, ¿Qué es el Tercer Estado?, Aguilar, Madrid, 1972. 12  Vovelle, Michel, Introducción a la historia de la Revolución francesa, Crítica, Barcelona, 2000, pp. 11-23. 13  Ibidem, p. 55.


una posición marginal en la sociedad obtuvieron la posibilidad

ciada con la Carta Magna de 1215, histórica e ininterrumpida

de tomar un rol protagónico en la vida política. Dentro de éstos,

de un número cada vez mayor de libertades.

podemos mencionar a los movimientos campesinos, los principales actores de los levantamientos conocidos como el Gran

El meollo de los derroteros franceses se encontraba en la im-

Miedo, y los Sans culottes, las masas urbanas que adhirieron

plementación de una libertad indócil que desencadenó una

al movimiento jacobino.

anarquía desconocida e instauró el despotismo a manos de la Asamblea y luego de la Convención, ambas dominadas por hombres que carecían de dotes de conducción; a diferencia de Inglaterra donde todos los sectores sociales tenían incumbencia y participación en las instituciones de gobierno gracias a la composición bicameral del Parlamento integrado por la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes.15 En definitiva, Burke abandonó la idea de que la Revolución francesa había sido un hito positivo ya que se había convertido en una fuerza destructiva que ocluyó cualquier avance progresivo y medido de las libertades y los derechos políticos. Ya entrando en el siglo XX, desde mediados de la centuria en cuestión, se produjeron importantes revisiones sobre la interpretación tradicional de la Revolución. Uno de los ejes de estas críticas estuvo puesto en romper con el ideal de la “Gran Revolución”, para llamarlo de alguna manera, de dejar de lado la originalidad y la novedad de la Revolución francesa al ubicarla en el marco de las “Revoluciones atlánticas”, o sea, como una más entre otras tantas, como las revoluciones de independencia norteamericana e hispanoamericanas.16 Con la quiebra de este supuesto, empezó a resquebrajarse la idea de la inevitabilidad revolucionaria, es decir, que los acontecimientos (las guerras, los cambios de gobierno, etc.) que conformaron la Revolución ya no eran pensados como partes de un todo, sino que empezaron a tener mayor importancia por sí mismos; dando lugar al análisis más específico y concreto de estas particularidades, sobre todo teniendo en cuenta los derroteros de

Grabado anónimo del siglo XVIII que representa el peso de la nobleza y el clero sobre el Tercer Estado. Imagen extraída del sitio web de la biblioteca francesa http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b6944022s/ f1.item

cada una de las regiones, por eso, “Aunque los revolucionarios preferían enfatizar en la universalidad del proceso, a nivel cotidiano estaban muy interesados por las diferentes formas de resistencia que encontraban”.17 De acuerdo a Hunt, la Revolución estuvo lejos de cualquier homogeneidad, por lo tanto, la

Ahora bien, desde su inicio mismo, la Revolución fue cuestio-

vigilancia sobre las elecciones era tan necesaria ya que tenía

nada por diversas figuras, como el caso de Edmund Burke. Pa-

como finalidad lograr el control político para conocer la iden-

ra el pensador insular, los sucesos franceses denotaban una

tidad de los opositores. A través de estos procesos, podemos

novedad única porque habían roto de manera intempestiva

apreciar las claras divergencias que existieron al interior de la

con la organización política tradicional, centrada en la figura

fisonomía política francesa porque:

del rey, y dieron rienda suelta a prácticas y doctrinas sin precedentes que llevaron a la subversión de cualquier principio de

“Ni el núcleo de la izquierda parlamentaria ni el de la

autoridad. Claro está que la oposición tácita a lo que sucedía

derecha se formó en reacción a la experiencia más

14

en Francia estaba del otro lado del Canal de la Mancha debido a que la política inglesa se caracterizaba por la conquista, ini-

15  Ibidem, p. 85. 16  Soboul, Albert, “La historiografía…”, p. 165.

14  Burke, Edmund, Reflexiones sobre la revolución en Francia, Alianza, Madrid, 2010, pp. 74-75.

17  Hunt, Lynn, Política, cultura y clase durante la Revolución Francesa, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 2008, p. 169.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 61

dramática de la década [el Terror]. Pero las diferencias

territoriales.

socioeconómicas [que sí incidieron en la organización de dichas facciones] son impresionantes: las regiones

“En síntesis, la Revolución convertía el dominio útil

de derecha eran ricas y alfabetizadas; las de izquierda

de los enfiteutas en una propiedad plena y absoluta,

relativamente pobres, escasamente urbanizadas y do-

aunque hipotecada [...] Una ficción legal (el dominio di-

lorosamente analfabetas”.

vidido de la enfiteusis) era reemplazada por otra (una

18

operación de crédito abstracta, encuadrada en los molEs decir, que más allá de la vorágine y los cambios generados

des del censo consignativo) […] El monto de la indemni-

por la Revolución, las particularidades locales siguieron siendo

zación fue estipulado en veinte veces el valor anual de

sumamente relevantes.

cada carga enfitéutica”.22

Todos los elementos en que nos hemos concentrado hasta es-

Con la hegemonía jacobina en la Convención se llevó adelante

te punto nos ponen en vistas de un nuevo problema: ¿cuál fue

la quema de todos los títulos señoriales con la intención de

el verdadero alcance de la Revolución? Si su singularidad no

que no tuvieran curso nuevos reclamos. En definitiva, los cam-

fue tal porque se corresponde con un fenómeno más amplio

bios sociales generados por la Revolución no parecían tener

de “Revoluciones atlánticas”, si la homogeneidad del fenóme-

un carácter tan radical, esto no quiere decir que no se hayan

no no existió por las diferencias locales, entonces, ¿qué tan

producido modificaciones, pero nos encontramos lejos de una

profundas fueron sus consecuencias? Si retomamos a Vovelle,

visión maximalista que supone la radicalidad en los cambios,

la Revolución francesa, siguiendo con los lineamientos de la

es decir, que de un momento a otro Francia superó el sistema

interpretación tradicional, fue la causal de la caída del feuda-

feudal y sentó las bases para el desarrollo de la sociedad y

lismo en Francia porque la noche del 4 de agosto de 1789 se

la economía capitalistas; los cambios son innegables, aunque

abolieron las cargas feudales y sentaron las bases para un

esto no debe obturar la complejidad de las transformaciones.

nuevo derecho civil fundado en la igualdad jurídica, condición indispensable para la burguesía.19 Ahora bien, estos cambios,

Por otra parte, la revisión en los aspectos sociales de la Revo-

al parecer no fueron tales debido a que el programa presenta-

lución francesa estuvo escoltada por los planteamientos en

do en la Asamblea había sido ideado por el Club Bretón, aso-

el plano político. Ante todo, es importante tener en cuenta el

ciación política proveniente de Bretaña donde los derechos

contexto de estas reconsideraciones ya que el clima político

feudales tenían un arraigo sin comparación con alguna otra

e intelectual desde mediados del siglo XX hasta la desinte-

parte de Francia,20 en el cual los barones feudales aceptaron

gración del bloque soviético estuvo regido, entre otras preo-

la abolición de ciertas cargas sin indemnización a cambio de

cupaciones, por el fantasma totalitario;23 en esta dirección, la

que los derechos de propiedad se mantuvieran sin modifica-

Francia revolucionaria de fines del siglo XVIII seguía siendo

ciones. Entonces, sí se había eliminado el feudalismo si lo

contemplada como la cuna de la política moderna, pero bajo

entendemos como los derechos de una persona sobre otra,

una connotación distinta porque era pensada como el origen

pero seguían vigentes los derechos de propiedad; cuando se

de los problemas políticos vigentes, así, por ejemplo, las ideas

avanzó sobre los mismos, la compra de las tierras por parte de

de Rousseau pasaron de ser la inspiración de la democracia a

los campesinos se realizó a través de un censo consignativo

convertirse en el germen totalitario.

21

(una forma de préstamo) que hizo posible la adquisición de las mismas, pero la propiedad se encontraba absolutamente hipo-

“Por la misma razón que la soberanía no se puede ena-

tecada por las deudas contraídas como resultado del pago del

jenar, tampoco se puede dividir; pues o la voluntad es

censo en cuestión a los prestamistas que, por supuesto, eran

general, o no lo es: o es la voluntad de todo el pueblo, o

los señores feudales y que, además, debían recibir las indem-

tan solo la de una parte […] Mas no pudiendo nuestros

nizaciones correspondientes por desligarse de sus dominios

políticos dividir la soberanía en su principio, la dividen

18  Ibidem, p. 214.

22  Ibidem, p. 241.

19  Vovelle, Michel, Introducción a…, p. 29.

23  En términos elementales nos referimos al totalitarismo como un sistema de control absoluto en el cual se han eliminado todas las diferencias entre la sociedad civil y el Estado, controlado por un partido único, que busca la homogeneización social a cualquier costo y a través de los medios que se consideren necesarios, como la persecución, la tortura, los asesinatos en masa, etc. Desde ya que los estudios más recurridos sobre esta cuestión son los de Hannah Arendt en su texto Los orígenes del totalitarismo.

20  Como ha señalado Taine, Bretaña era el paraíso terrestre de la nobleza francesa. Taine, Hipólito, Los orígenes de la Francia contemporánea, Ediciones Mayo, Buenos Aires, 1944, p. 42. 21  Campagne, Fabián Alejandro, Feudalismo tardío y revolución. Campesinado y transformaciones agrarias en Francia e Inglaterra, Prometeo, Buenos Aires, 2005, pp. 230-231.


en su objeto: divídanla en fuerza y en voluntad; en de-

Debemos hacer un alto en esta cuestión para aclarar lo siguiente:

rechos de impuestos, de justicia y de guerra, en admi-

uno de los hechos más destacados del siglo XX fue la Guerra Fría

nistración interior y en poder de tratar con el extranjero:

en la cual las dos potencias que habían salido victoriosas de la

tan pronto unen todas estas partes, como las separan.

Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética

Hacen del soberano un ser quimérico, formado de di-

(aunque ésta última se encontraba inmersa en el destrucción que

versas partes reunidas, lo mismo que si formasen un

implicó la contienda bélica), se enfrentaron de manera indirecta

hombre con varios cuerpos, de los cuales uno tuviese

a través de la disputa por zonas de influencia en el globo.26 En

ojos, el otro brazos, el otro pies, y nada más”.

24

esta dirección, desde los países occidentales empezó a cobrar fuerza la asociación del estalinismo, de la URSS en general, con

De la cita del pensador ginebrino se entiende que la voluntad

el nazismo; es decir, antes la amenaza había sido Hitler, ahora

general contiene el principio de indivisibilidad de la soberanía

estaba en Moscú. En consecuencia, no fue casualidad el impac-

que fue parte de los experimentos totalitarios ya que, en el in-

to de la postmodernidad en los países occidentales porque, si el

tento suprimir cualquier tipo de disidencia política, terminaron

problema de la política estribaba en la totalización de la misma, la

por ocluir las diferencias y los opositores al régimen se con-

dispersión generada por la postmodernidad, al quebrar cualquier

virtieron en enemigos políticos porque atentaban contra de la

tipo de universalidad, aseguraba que esa amenaza se dejara de

voluntad general, aquella que decían representar los partidos

lado; aunque, en términos de Žižek, esto traiga implícito el desor-

en el poder que se confundían con el Estado.25

den o desunión de la política debido a que no tendríamos ningún sujeto y fin político colectivos, capaces de reclamar en sí y para sí, de forma absoluta, la lucha contra la opresión del sistema.27 Más allá de estas consideraciones, la revisión sobre el legado político de la Revolución francesa, al igual que en el resto de las objeciones planteadas, posibilitaron dejar de lado la visión tautológica y lineal del proceso revolucionario que, en el plano de la política, fue indisociable de las diatribas y las vicisitudes vividas en la segunda mitad del siglo XX; sobre todo, cómo volver inteligible los orígenes de ciertos fenómenos históricos, el nazismo, el fascismo y el estalinismo principalmente (ejemplos totalitarios por excelencia),28 que parecían subvertir cualquier principio de progreso.29 Política contemporánea que 26  Hobsbawn, Eric, Historia del siglo XX, Crítica, Buenos Aires, 2010, p. 230. 27  Žižek, Slavoj, “¿Lucha de clases o postmodernismo? ¡Sí, por favor!”, en Butler, Judith & Laclau, Ernesto & Žižek, Slavoj, Contingencia, hegemonía y universalidad. Diálogos contemporáneas de la izquierda, FCE, Buenos Aires, 2000, pp. 95-96.

Portada de la primera edición de El contrato social, publicado en 1762. Imagen extraída de: http://www.biografiasyvidas.com/obra/contrato_social.htm

24  Rousseau, Jean-Jacques, El contrato social, Fondo Editor de Cultura, Buenos Aires, 2011, p. 27. En la cita se ha actualizado la ortografía tradicional de la época que se corresponde con la traducción realizada por Mariano Moreno y publicada por la Real Imprenta de Niños Expósitos en Buenos Aires. 25  Para el caso italiano, véase Gentile, Emilio, La vía italiana al totalitarismo. Partido y estado en el régimen fascista, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.

28  Debemos tener presente que en torno al nazismo existen distintas interpretaciones sobre el origen y la caracterización de dicho fenómeno: como una forma de fascismo, como totalitarismo o como un hecho único derivado de las condiciones alemanas. Kershaw, Ian, La dictadura nazi. Problemas y perspectivas de interpretación, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004, pp. 39-72. 29  Aquí debemos aclarar que, como bien mencionamos antes, la imagen de la Unión Soviética como totalitarismo no es ajena a la Guerra Fría ya que el bloque occidental la presentó como la nueva amenaza para el “mundo libre”. Por otra parte, en la URSS existieron importantes avances que mejoraron la situación del país y las condiciones de vida de sus habitantes, por ejemplo, la acelerada industrialización, el alto nivel de empleo, etc. Hobsbawn, Eric, Historia del…, pp. 103 y ss. La cuestión estriba en que todos estos progresos fueron ocluidos tras el conocimiento de los crímenes del estalinismo que salieron a la luz cuando Khrushchev tomó el mando del bloque soviético y, años más tarde, por el estancamiento económico que precipitó la disolución de la URSS.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 63

había tenido su punto de inflexión con la Revolución en Fran-

francesa,35 por ejemplo, porqué fue posible la ejecución del Te-

cia, por lo cual, no fue casualidad que Furet, como uno de los

rror revolucionario en un momento determinado y no antes. En

principales pensadores de la revisión en cuestión, haya dejado

otras palabras, centrarnos en la manera en la cual los hombres

en claro el doble carácter de la misma debido a que involucra

construyen su vida en comunidad, en qué legitimaciones y qué

un plano político y otro histórico.30 Ideas que se encuentran

prácticas articulan la vida en conjunto de cualquier agrupa-

unidas, de manera casi indisoluble, en la conceptualización de

miento humano. Vayamos a un ejemplo.

la Revolución como la “Revolución burguesa” por antonomasia, como ya vimos, el fin del feudalismo y el inicio de la socie-

El juicio y la condena a Luis XVI es, sin lugar a dudas, uno de

dad eminentemente capitalista.31

los hechos más destacados de la Revolución porque se terminó ejecutando a quien representaba y daba coherencia al sis-

Uno de los puntos más destacados en estas reconsideracio-

tema político tradicional para establecer uno nuevo, fundado

nes es el concepto de “patinazo” o dérapage; en palabras de

sobre bases diferentes. En el Antiguo Régimen, la figura del rey

Furet: “Lo que me interesa es subrayar la idea de que el pro-

era determinante porque su poder y posición en la sociedad

ceso revolucionario en su desarrollo y en su duración relati-

se basaban en su tarea de administrar justicia, de dar a cada

vamente corta no puede reducirse al concepto de ‘revolución

estamento del reino lo que le correspondía por la posición que

burguesa’, haya tenido ésta ‘un apoyo popular’ o ‘ascendente’

ocupaba;36 en consecuencia, su desaparición resultaba desas-

[…]”.32 La cita del historiador francés nos invita a pensar que la

trosa ya que eliminaba el elemento organizador.

Revolución estuvo marcada por determinadas contingencias que le fueron dando dinámica, por eso, “No existen circunstan-

En esta dirección, para los jacobinos, el proceso contra el rey

cias revolucionarias sino una Revolución que se nutre de las

fue determinante porque constituyó el mecanismo para ex-

circunstancias”.33 La más importante, claro está, es la que se

tirpar el factor enfermo de la sociedad, la figura corrupta del

corresponde con la llegada al poder de los jacobinos ya que

soberano que no estaba gobernando a favor de sus súbditos.

fue el momento en el cual se precipitó la Revolución a un cierto abismo que decantó en el Terror,34 en lugar de ser la culmina-

“Juzgar y ejecutar a una persona no por sus hechos

ción burguesa del ciclo revolucionario. Visión que no es ajena

sino por haber sido el símbolo de un principio no tie-

al contexto de la Guerra Fría y el totalitarismo porque el meollo

ne nada que ver con la justicia; en consecuencia, no

de ambas cuestiones tuvo como referencia el problema revolu-

se puede basar en esto ningún juicio que sea legal en

cionario; o sea, cómo evitar que cualquier revolución terminara

algún sentido […] En segundo lugar, la ejecución de

en un sistema totalitario.

símbolos para romper con los viejos mitos en un acto igualmente simbólico, no legal, que marca el comienzo

En esta dirección, se empezó a pensar el proceso de construc-

de nuevos mitos no necesariamente menos opresivos,

ción de la política y su complejidad: las alianzas, las contradic-

y normalmente más que los viejos”.37

ciones, las resistencias, etc.; es este punto de vista el que nos propone Furet para abordar la historia política de la Revolución

Lo que debemos tener en mente es el valor simbólico del juicio, o sea, que para darle nacimiento a lo nuevo, fue necesario destruir

30  Furet, François, Pensar la Revolución Francesa, Petrel, Barcelona, 1980, p. 11.

con lo viejo; es decir, se había vuelto incompatible la convivencia

31  Ibidem, p. 33.

era necesario que uno de los dos desaparezca. Por eso mismo,

32  Ibidem, p. 165.

uno de los principales dirigentes jacobinos, Saint-Just, justifican-

33  Ibidem, p. 85. 34  Cuando hablamos de Terror nos referimos a las acciones llevadas a cabo por los jacobinos en el poder con la intención de proseguir con la Revolución frente a cualquier enemigo o intento de sabotearla. En el marco de las discusiones que estamos desarrollando, el Terror es considerado como un elemento sumamente autoritario porque impuso la norma del gobierno frente a la sociedad. Sin embargo, en el intento de revalorar la herencia de la Revolución, Žižek ha repensado el Terror a raíz de su relación con la Virtud porque, retomando a Robespierre, el primero es funesto sin la segunda, y ésta es impotente sin el primero. Žižek, Slavoj, Robespierre. Virtud y terror, Akal, Madrid, 2010, p. 31. En consecuencia, el Terror es absolutamente justificable porque del mismo surge una sociedad más humana, es un Terror humano y no nefasto.

entre Luis XVI y Francia, la nación, el Tercer Estado, por lo tanto,

do el accionar contra el rey, sostuvo que éste nunca había formado parte del contrato social, por lo tanto, no se lo podía juzgar de manera ordinaria, sino que eran necesarias nuevas formas de sanción.38 En este sentido, no es extraño pensar que el origen de 35  Furet, François, Pensar la…, p. 251. 36  Garriga, Carlos, “Orden jurídico y poder político en el Antiguo Régimen”, en Istor. Revista de Historia Internacional, Vol. 16, Año 4, 2004, p. 12. 37  Fehér, Ferenc, La revolución congelada. Ensayo sobre el jacobinismo, Siglo XXI, Madrid, 1989, p. 136. 38  Ibidem, p. 145.


los fundamentos del Terror estuvo en este acontecimiento por-

como referencia a Hobbes, nos encontramos frente al siguien-

que habilitó el uso de los medios extraordinarios para perseguir a

te panorama:

los enemigos de la Revolución. “El único modo de erigir un poder común capaz de defenderlos de la invasión extranjera y las injurias de unos a otros […] es conferir todo su poder y fuerza a un hombre, o una asamblea de hombres, que pueda reducir todas sus voces, por pluralidad de voces, a una voluntad. Lo cual equivale a elegir un hombre, o asamblea de hombres, que represente su persona […] autorizo y abandono el derecho de gobernarme a mí mismo, a este hombre o a esta asamblea de hombres, con la condición de que tú abandones tu derecho a ello y autorices todas sus acciones de manera semejante. Hecho esto, la multitud así unida en una persona de llama REPÚBLICA, en latín CIVITAS. Esta es la generación Grabado anónimo del siglo XVIII que expone la ejecución de Luis XVI y la exhibición de su cabeza guillotinada, momento final y culminante del juicio. Imagen extraída de: http://blogdelaclasedehistoria.blogspot. com.ar/2015/07/la-guillotina-entra-en-escena-1-de.html

de ese gran LEVIATÁN […]”.41 Desde esta lectura, es la acción de los hombres la que los empuja hacia la vida en conjunto, hacia la vida política ya que, como resultado del estado de naturaleza, terminan presos del

En conclusión, para cerrar el apartado, el revisionismo sobre

conflicto y la discordia, por lo tanto, es necesario que exista un

la Revolución francesa implicó, en primer lugar, la reconside-

poder por encima de ellos para establecer el orden necesario

ración sobre la profundidad de los cambios suscitados por la

que haga posible la supervivencia de la sociedad.

misma, como en el caso de la abolición del feudalismo, y, en segundo lugar, permitió repensar el papel de la Revolución en la política contemporánea ya que pasó de ser la culminación del siglo de Las Luces y la cuna de la democracia a convertirse en el origen del totalitarismo. En ambos casos, se dejó de lado la visión tautológica de la Revolución como un proceso único, homogéneo y coherente en sí mismo desde el principio al fin. No obstante, todos estos cambios han traído consigo la posibilidad de contemplar el plano político, el modo a través del cual los hombres construyen su vida en comunidad, particularmente en momentos históricos en los cuales se quiebran todos los fundamentos de un determinado orden como son las revoluciones. ACCIÓN Y REPRESENTACIÓN La esencia política del hombre no es algo nuevo ya que podemos encontrarla en los escritos de Aristóteles: “Por lo tanto, está claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que el hombre es, por naturaleza, un animal cívico”.39 Siguiendo con la interpretación del filósofo griego, es la naturaleza la que determina la condición política de los hombres y hace factible que vivan en conjunto; es, en última instancia, un fundamento natural que subyace a todos ellos.40 En cambio, si tomamos

Portada original de Leviatán, de 1651, en la cual se representa el soberano compuesto por el conjunto de individuos que renunciaron a su soberanía para construirlo. Imagen extraída de: http://iureamicorum. blogspot.com.ar/2009/08/la-iconografia-del-leviatan-de-hobbes.html

39  Aristóteles, Política, 1243ª, varias ediciones.

convirtió en la primera y única causa del mundo terrenal. Al respecto, véase Santo Tomás de Aquino, La monarquía, Altaya, Barcelona, 1997.

40  Esta idea fue mantenida por el pensamiento escolástico y neoescolástico que reemplazó el término naturaleza por Dios, así éste se

41  Hobbes, Thomas, Leviatán, Losada, Buenos Aires, 2011, pp. 166167.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 65

Más allá de las divergencias entre estas interpretaciones, en

han convertido en los principales responsables de violaciones

ambos autores se presenta la importancia de la política por-

permanentes a los derechos humanos en vistas de combatir

que no es una cuestión secundaria que simplemente refiere a

dicho flagelo;43 de esta manera, se mantienen prácticas abso-

las instituciones, sino que resulta fundamental debido a que

lutamente deleznables, pero que son justificadas porque se las

constituye el rasgo esencial del hombre, concebido de distinta

considera indispensables para vencer la amenaza terrorista y

manera. En palabras de Rosanvallon:

asegurar la paz en Occidente, subvirtiendo todo aquello que dicen defender (la tolerancia, la igualdad, el respecto, etc.).

“Lo político, tal como lo entiendo, corresponde a la vez a un campo y a un trabajo. Como campo, designa un

Por otra parte, el problema totalitario no se desentiende de la

lugar donde se entrelazan los múltiples hilos de la vida

naturaleza de la política moderna porque antes, en el mundo

de los hombres y las mujeres […] En tanto que traba-

medieval, el poder político estaba corporizado en la figura del

jo, lo político califica el proceso por el cual un agrupa-

rey, como bien ha demostrado Kantorowicz en su estudio ya

miento humano, que no es en sí mismo más que una

clásico, Los dos cuerpos del rey.44 En cambio, la política mo-

simple ‘población’, toma progresivamente los rasgos

derna se basa en la “descarnación” de la misma, en el hecho

de una verdadera comunidad. Una comunidad de una

de que ya no resulta consustancial con el rey.45 Por eso mismo,

especie constituida por el proceso siempre conflictivo

no es casualidad que “[…] el totalitarismo es una respuesta a

de elaboración de las reglas explícitas o implícitas de lo

la experiencia moderna de la vacuidad; es un intento de lle-

participable y lo compatible y que dan forma a la vida

nar ese espacio vacío de poder”.46 Justamente, la articulación

de la polis”.42

de dicho espacio, el intento permanente, pero insuficiente de llenarlo, será la clave que regirá la política moderna.47 Debido

Ya no hablamos de la política, sino de lo político, aquello que

a la condición que adquiere al no encontrar una figura en la

va más allá de los planteos formales y enfatiza en la política

cual corresponderse, ésta debe ser representada, es decir, los

como acción, como una práctica que llevan adelante los hom-

hombres deben tomar partido en la organización de su vida

bres para vivir en comunidad.

en conjunto a través de la representación del poder ya que no existe una figura consustancial con éste; por eso mismo,

Ahora bien, ¿qué pensadores se encuentran detrás de la pro-

“El lugar de lo Otro sigue estando, pero sigue estando como

puesta de Rosanvallon? Ante todo, es importante la influencia

un lugar vacío”.48 En fin, lo que nos interesa resaltar es que la

de Claude Lefort. Una de las tesis más destacadas del filósofo

política moderna se caracteriza por la acción de los hombres

francés fue su concepción de la democracia como un lugar

que se ven involucrados en la determinación de su vida en

vacío, es decir, que nadie puede abogar representar ciertas

comunidad debido a que no existe un poder ya establecido de

cuestiones por ser comunes a todos los hombres y, en con-

antemano. Por ejemplo, en el caso de la Revolución inglesa,

secuencia, inalienables a ellos mismos. Lo que está detrás de Sabrina Torres esta idea esAlvarez la amenaza totalitaria; o sea, si el totalitarismo se

como ha señalado Morgan, “[…] el éxito de un gobierno requiere

caracteriza por principios que luego operan Licenciada enencarnar Cienciasciertos Históricas-Opción Investigación

de la incredulidad, requiere que nosotros creamos que el em-

como fundamento sus acciones, por ejemplo, elHistoria partido en Maestranda ende Ciencias Humanas-Opción

perador está vestido aunque no podamos ver que no lo está”.49

el poder representa al pueblo, en consecuencia, puede y debe Rioplatense

Según el historiador anglosajón, la única manera en la que

enfrentarse todas las armasy posibles quienes se opoFacultad con de Humanidades Cienciasa de la Educa-

puede funcionar un gobierno es a través de ciertas represen-

la aceptación de ficciones, requiere la suspensión voluntaria

nen al mismo. Frente de a este panorama, la existencia de cierción; Universidad la República. tosDocente componentes universalesen (como pueden ser losde Derechos e investigadora el Departamento Hisdeltoriología hombre) opera como contrapeso tendencia debido del Instituto de Historia adeesa la FHCE-UdelaR. a que no pueden ser nadie; lo cual el noSinditiene en Investigadora en apropiados el conveniopor firmado entre cuenta muchas veces la oposición política a un régimen cato que único de la Construcción y anexos (SUNCA) y la específico siempre es pasible a actuar dentrodel de los marUdelaR, no desarrollando el proyecto «Historia SUNcosCA vigentes, por lodictadura tanto, en(1973-1985)». ese caso, sí serían necesarias en la última Becaria de la acciones extraordinarias, como bien plantea Žižek. Comisión Académica de Posgrados (CAP) de laParalelaUde-

43  Todorov, Tzvetan, El miedo a los bárbaros. Más allá del choque de civilizaciones, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2008, p. 17. 44  Kantorowicz, Ernst, Los dos cuerpos del rey. Un estudio de teología política medieval, Alianza, Madrid, 1985. 45  Lefort, Claude, La invención democrática, Nueva visión, Buenos Aires, 1990, p. 189.

mente, paraelotros autores, como la actualidad, laR con proyecto de tesis deTodorov, Maestríaen«Movimien-

46  Flynn, Bernard, Lefort y lo político, Prometeo, Buenos Aires, 2008, p. 26.

frente la amenaza del terrorismo, los países Montevideo que una vez detos asociales y sindicales rioplatenses:

47  Lefort, Claude, La invención…, p. 191.

nunciaron abusos(1969)». derivados de las acciones totalitarias se (1968) ylos Rosario

48  Flynn, Bernard, Lefort y…, p. 171.

s.alvarez.torres@fhuce.edu.uy

42  Rosanvallon, Pierre, Por una historia conceptual de lo político, FCE, Buenos Aires, 2003, pp. 15-16.

49  Morgan, Edmund, La invención del pueblo. El surgimiento de la soberanía popular en Inglaterra y los Estados Unidos, Siglo XXI, Buenos Aires, 2006, p. 13.


taciones o ficciones que le otorgan coherencia y fundamento

nante a través de la razón como fundamento.55

a las instituciones y a sus prácticas consecuentes. En definitiva, para clausurar el apartado, uno de los rasgos Además, debemos sumar que esta visión de la política deviene

destacados de la política moderna se basa en la importancia

en su naturaleza apóretica, o sea, en que es irrealizable porque

que adquiere la acción de los hombres en la misma. Por lo

ese espacio vacío nunca puede llenarse; y, dicha condición, es

cual, si sumamos lo que vimos en relación al revisionismo de

la que determina el campo en el cual habrá de desenvolverse

la Revolución francesa, llegamos a enfatizar en la política co-

la política a través de la historia. Una de estas aporías, tal vez

mo un campo de acción plausible.

50

la más destacadas, es la relación siempre conflictiva entre la razón y la voluntad como fundamento de la soberanía, es de-

CONCLUSIÓN

cir, ¿la soberanía se desprende del número o del componente

Como ha señalado Altamirano: “[…] la diseminación y el apogeo

racional? Para dilucidar esta cuestión, podemos recurrir a otra

que conoce en la actualidad la historia intelectual no están

parte de la obra de Rosanvallon.

desconectados de la erosión que ha experimentado la idea de un saber privilegiado, es decir, de un sector de conocimiento

Uno de los trabajos más destacados y difundidos del histo-

que obre como fundamento para un discurso científico unitario

riador mencionado es El modelo político francés. La sociedad

del mundo humano”.56 Esta falta de certezas en el campo his-

civil contra el jacobinismo, de 1789 hasta nuestros días, en el

tórico y humanista en general no debe, necesariamente, con-

cual analiza la repercusión de los cambios generados por la

ceptualizarse como un callejón sin salida ya que nos permite

Revolución en la política francesa;51 particularmente, la rela-

pensar la historia de otra forma a través de contemplar la po-

ción, cada vez más beligerante, entre el Estado y la sociedad

lítica de manera distinta debido a que al quebrar los principios

civil como herencia del jacobinismo. Uno de los puntos más

o los supuestos tautológicos de la historia política, tomando

álgidos en este conflicto fue el momento Guizot, para seguir

como referencia la Revolución francesa, podemos abordar los

con los términos de Rosanvallon, cuando el liberalismo doc-

procesos históricos de construcción política, los mecanismos

trinario llegó al poder tratando justamente de reconstruir los

a través de los cuales determinados actores históricos tratan

lazos políticos de la sociedad, tras las consecuencias revolu-

de organizar su vida en conjunto frente a la emergencia que

cionarias, a través de la razón como el elemento central para

impone toda revolución. En otras palabras, podemos llevar

contrarrestar la tendencia totalizante del número, de la volun-

adelante una historia política centrada, retomando los térmi-

tad general. De acuerdo al político francés del siglo XIX, la so-

nos de Rosanvallon, en el carácter verdaderamente aporético

ciedad sólo existe si predomina el desarrollo del hombre frente

de la misma que se despliega a través del tiempo.

52

a la generalidad, debe primar la vida individual como compo53

nente del entramado social y no viceversa, la imposición de la

En palabras de Kuhn:

generalidad por encima de los sujetos. El objetivo primordial de dicha tarea consistía en construir una sociedad civil que

“Por un lado, [un paradigma] hace alusión a toda la

funcionara como contrapeso de ese poder centralizado que

constelación de creencias, valores, técnicas y demás,

había hecho de la misma una masa amorfa e indistinta.54 He

compartidos por los miembros de una comunidad da-

aquí el eje del liberalismo doctrinario, reorganizar la sociedad y

da. Por otro, denota un tipo de elemento de dicha cons-

la política, pero encabezada por una clase social en particular,

telación, las soluciones concretas a rompecabezas que,

por la burguesía que se asentaba como la nueva clase domi-

usadas como modelos o ejemplos, pueden sustituir a las reglas explícitas como base para la solución de los restantes rompecabezas de la ciencia normal”.57

50  Rosanvallon, Pierre, Por una…, p. 43. 51  Al respecto, véase Rosanvallon, Pierre, El modelo político francés. La sociedad civil contra el jacobinismo, de 1789 a nuestros días, Siglo XXI, Buenos Aires, 2008, pp. 11-88. 52  Con liberalismo doctrinario nos referimos a un liberalismo que buscaba el “justo medio” entre el individuo y la sociedad. 53  Guizot, François, Historia de la civilización en Europa, Alianza, Madrid, 1966, p. 28. 54  Rosanvallon, Pierre, El momento Guizot. El liberalismo doctrinario entre la Restauración y la Revolución de 1848, Biblos, Buenos Aires, 2015, p. 65.

55  Más allá de Francia que tomamos como referencia en este caso, podemos recurrir a otros pensadores contemporáneos a Guizot, como John Stuart Mill en Inglaterra quien, a través de su teoría utilitaria, buscó encontrar un fundamento plenamente objetivo para organizar la vida política y social por medio del principio de la felicidad como el fin determinante de la vida humana. Stuart Mill, John, Sobre la libertad, Hyspamérica, Madrid, 1980, p. 139. 56  Altamirano, Carlos, Para un programa de historia intelectual y otros ensayos, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005, p. 13. 57  Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, FCE, México, 2012, pp. 302-303.


REVISTA HISTORIA PARA TODOS | 67

Teniendo en cuenta las consideraciones del físico e historia-

-Flynn, Bernard, Lefort y lo político, Prometeo, Buenos Aires,

dor de la ciencia norteamericano, podríamos decir que nos

2008.

encontramos frente a una crisis de paradigma en la historia porque aquellos que una vez fueron hegemónicos ya no gozan

-Furet, François, Pensar la Revolución Francesa, Petrel, Bar-

de consenso en el marco postmoderno; pero esta situación

celona, 1980.

nos permite, de manera simultánea, repensar la historia en el marco de estas transformaciones para recuperar una visión

-Garriga, Carlos, “Orden jurídico y poder político en el Antiguo

mucho más dinámica, en la política particularmente, debido a

Régimen”, en Istor. Revista de Historia Internacional, Vol. 16,

que enfatiza en la acción de los hombres al conformar su vida

Año 4, 2004, pp. 1-21.

comunitaria, por eso mismo, la trascendencia de dicho campo de estudios históricos.

-Gentile, Emilio, La vía italiana al totalitarismo. Partido y estado en el régimen fascista, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.

En conclusión, la historia y la postmodernidad se encuentran en una encrucijada ya que la segunda le ha quitado todo orien-

-Guizot, François, Historia de la civilización en Europa, Alianza,

tación a la primera, en consecuencia, nos enfrentaríamos a

Madrid, 1966.

una historia que no puede ofrecernos ninguna respuesta o panorama sobre la política porque ésta ya no tendría nada para

-Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Filosofía de la historia univer-

darnos. Empero, es una encrucijada sólo aparente ya que esa

sal. Tomos I, Losada, Buenos Aires, 2010.

desestructuración ocasionada puede servirnos para reorganizar el campo de la política, bajo los parámetros que vimos. No

-Hobbes, Thomas, Leviatán, Losada, Buenos Aires, 2011.

obstante ello, aquí se presenta la objeción más evidente a este tipo de enfoques, esa ausencia de universalidad que trae apa-

-Hobsbawn, Eric, La era del imperio, 1875-1914, Crítica, Buenos

rejada la postmodernidad, en su búsqueda de evitar cualquier

Aires, 2009.

tipo de totalización, implica dar por sentado las limitaciones 58

en el campo de la lucha política.59

-Hobsbawn, Eric, Historia del siglo XX, Crítica, Buenos Aires, 2010.

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Sánchez Eduardo Nazareno

Profesor de Enseñanza Media y Superior en Historia Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires Tesis de Licenciatura en curso: El concepto de historia en Sarmiento (1845-1884): continuidades y rupturas entre la teoría y la práctica en la búsqueda del orden político. Artículos relacionados con el tema: “Los debates monárquicos en el Río de la Plata: la disputa entre la voluntad y la razón”, en Revista de Historia, N° 16, Noviembre 2015, pp. 4-26. ISSN: 0327-4233. eduardo.n.sanchez.1988@gmail.com


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SECCIÓN

RESEÑAS


Javier Yuste,

El Imperio del Sol Naciente: La aventura comercial. Tres siglos de exploración y comercio de Occidente con Cipango. Nowtilus, Madrid, 2015

Rubén Almarza González Graduado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid Cursando actualmente el Máster en Archivos, Gestión de Documentos e Identidad Digital en la Universidad Carlos III de Madrid.

Javier Yuste es licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto. Su pasión por la Historia naval le llevó a ser colaborador de la Revista General de la Marina, con la que ha publicado varios artículos, así como con otras revistas como Historia Rei Militaris. En 2014 publicó su ensayo Crucero Reina Mercedes, y previamente en 2012 publicó su novela Los últimos años de mi primera guerra. Al ser su campo de estudio la Historia naval, se aventuró a hacer un estudio sobre las relaciones entre Europa y Japón durante la Edad Moderna, lo que tuvo como resultado el presente libro, publicado en 2015. El tratado comienza con un breve prólogo del novelista Francisco Narla. Se animó a esta

Rubén Almarza es graduado en

tarea, debido a que en el momento de la publicación de su novela Ronin: La leyenda del

Historia por la Universidad Com-

samurái azotado por el viento, no contaba con la bibliografía idónea para realizarla. Esta

plutense de Madrid. Actualmente

va a ser una constante a lo largo del tratado: lo que sabemos acerca de las relaciones

cursa el Máster en Archivos, Ges-

entre europeos y, en este caso, japoneses, es muy exiguo y da para muchas teorías que,

tión de Documentos e Identidad Di-

por desgracia, aún no pueden ser demostradas.

gital en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha obtenido títulos en la

La cantidad de mapas que se facilitan en el devenir de las páginas resulta crucial para

modalidad de estudios a distancia

poder entender los acontecimientos que se van a relatar. En las monografías de Histo-

por la UNED(Digitalización del Pa-

ria, siempre son necesarios mapas con leyendas y notas aclaratorias para que el lector

trimonio Cultural), la Universidad

no familiarizado con la materia a tratar no se sienta un extraño. En este caso, tanto los

Pompeu Fabra y la Universidad

mapas extraídos de otros tratados como los de cosecha propia son muy claros, repletos

de Yonsei, en Corea del Sur(sobre

de indicaciones sobre localizaciones, con los nombres y accidentes geográficos de las

Historia de Asia). Actualmente es

zonas más importantes para el tema a tratar y con notas aclaratorias en la parte inferior

redactor para la revista ArtyHum.

de las páginas, resolviendo posibles dudas.

ruben.almagon@gmail.com

El volumen comienza con una novelización del primer encuentro entre el almirante Buchannan y Nakajima Saburosuke. El motivo lo expone el propio Yuste al final de esta introducción: será el final del libro, añadiendo que el objeto de su estudio fueron los tres siglos anteriores de contactos entre Europa y Asia, aunque en este caso se trate de Japón. La fascinación por China, Corea y Japón venía desde antes de tiempos de Marco Polo, aunque será él el que nos introduzca la “tierra mítica” de Catay(China).1 A lo largo de esta monografía veremos los primeros contactos españoles y portugueses, la 1  En este punto, Javier Yuste es muy escéptico. Actualmente está demostrado casi al 100% que Roma tuvo contactos con China(Siglos I y II entre el Imperio Romano y la Dinastía Han). En cuanto a Marco Polo, si bien no es historiador, Yuste lo trata casi de filibustero por sus exageraciones a la hora de describir lo que vio en sus viajes.


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instalación de una de las mayores rutas comerciales de la Historia, el Galeón de Manila; y veremos los contactos con holandeses, franceses e ingleses. Es muy buena la manera de sintetizar de manera breve pero clara la Historia de la navegación española y portuguesa a finales del S.XV, así como sus razones: Bizancio había caído a manos de los otomanos, y la Ruta de la Seda había sido interrumpida sin solución. La única alternativa era lanzarse al mar, y ahí Portugal tomó la iniciativa. Tomé Pirés fue el primer europeo en llegar al Sudeste asiático tras el descubrimiento del Cabo de Nueva Esperanza por Vasco da Gama en 1488. Como bien señala Yuste, los españoles no se quedaron de brazos cruzados y, tras el descubrimiento de América, se lanzaron a la conquista del “Mar del Sur”2, llegando hasta Filipinas a mediados del S.XVI. Poco después se descubriría la ruta del Tornaviaje, que permitiría volver desde Asia a América. El contexto político en Japón resulta muy interesante a la hora de comprender los hechos que acontecerían a continuación. Yuste destaca a tres figuras clave: Oda Nobunaga, el cerebro de la unificación japonesa3; Toyotomi Hideyoshi, un militar que se convertiría en el general más importante a la muerte de Nobunaga; y Tokugawa Ieyasu, que finalizaría dicho proceso de unión tras vencer a los partidarios del vástago de Hideyoshi en la batalla de Sekigahara de 1600. Esta puesta en escena coincidiría con la llegada de los primeros jesuitas, lo que haría, según Yuste, que el contraste entre culturas y los malentendidos hiciese que se cerrase las fronteras de Japón a los europeos tras el secuestro del navío San Felipe, la masacre de los veintiséis mártires de Nagasaki y la llegada de Tokugawa Iemitsu, tercer shogun de la Dinastía, a la Corte. El comercio quedaría restringido a la isla artificial de Dejima, al sur de Nagasaki. No obstante, como señala Javier Yuste, los contactos con España y sus colonias de ultramar no se cortaría, y la comunicación, lejos de ser fluida, se mantendría alimentada por diversas embajadas como la de Sebastián Vizcaíno. No se olvida el autor de las otras potencias europeas, y pronto aparecen en su tratado tanto los holandeses como los ingleses. No en vano, fue el marino William Adams el que intercedió entre el Mikado(la corte imperial) y los comerciantes holandeses para 2  El actual Océano Pacífico 3  Japón se encontraba dividida en multitud de Daimios, zonas de influencia de terratenientes que tenían sus propias leyes y que se regían al margen del emperador.


comenzar unos lazos comerciales que se prolongaron durante aproximadamente dos siglos. Tampoco hace oídos sordos a otras potencias emergentes en la Edad Moderna que comienzan a buscar ejercer influencia más allá de sus fronteras. Es el caso de Rusia en el S.XVIII y de EEUU4 a partir de mediados del S.XIX, a las cuales dedica un capítulo a cada una. Un punto negativo es el modo de citación. Para el lector inexperto, trasladar las notas al final del libro puede ser un punto a favor ya que hace la lectura más fluida. Pero para el historiador que busca profundizar en la materia, resulta un incordio tener que ir desplazándose hacia adelante y hacia atrás en las páginas para saber qué es lo que se está referenciando. Quizá habría sido interesante haber colocado las notas al final de cada capítulo, para facilitar la búsqueda. En cuanto a la bibliografía empleada, podemos comprobar que se trata de un estudio muy completo. Esta se encuentra dividida en varios apartados: libros y monografías, artículos periodísticos históricos, artículos en revistas actuales y recursos web. Una webgrafía, dicho sea de paso, extensa y usada principalmente para las fotos e ilustraciones que completan este libro. Nos encontramos en la parte final un Eje Temporal con las fechas clave para comprender la temática que se trata a lo largo de este volumen. En definitiva, nos encontramos ante 300 páginas de Historia en mayúsculas: de forma amena habla de hechos que para muchos estudiosos de la materia nos resultan novedosos si no nos centramos en el estudio del Asia-Pacífico, y que para el no introducido en la materia puede resultar apasionante por su modo de escritura y por el lenguaje coloquial empleado. Quizá para el experto en la materia resulte un incordio encontrarse las citas en la parte final del tratado, en vez de a pie de página. Pero, por lo general, nos encontramos con un estudio realmente interesante y que recoge, si bien de forma breve, todas las relaciones que los reinos europeos tuvieron con el lejano archipiélago de Cipango entre los siglos XVI y XIX.

4  El interés de EEUU por la navegación en estas costas en la 1º mitad del S.XIX se debe a que cerca de Japón se encuentran aguas perfectas para la caza de ballena.


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Lorenzo Meyer,

Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México, Debate, México, 2013

Víctor Peñalver Guirao Soy Licenciado en Historia (20082013) con “Máster en Historia Social Comparada. Relaciones Familiares, Políticas y de Género en Europa y América Latina” (2013-2014) por la Universidad de Murcia. Formo parte del Grupo de Investigación E030-01 “América y España. Ayer y Hoy”. Actualmente curso estudios de doctorado en el Programa Internacional de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Murcia y soy beneficiario del programa Erasmus Mundus / Cruz del Sur con destino en El Colegio de Michoacán A.C (CONACYT). Mis investigaciones van dirigidas a la violencia política franquista, habiendo participado en distintos congresos nacionales e internacionales sobre la materia. penalver_7@hotmail.com

En esta obra, Lorenzo Meyer analiza con gran precisión los problemas arraigados en la nación mexicana y que ponen en dificultad la consolidación de una verdadera democracia en el país. Es Doctor en Relaciones Internacionales por El Colegio de México1 y nos relata, haciendo gala de su prosa dinámica adquirida por su trabajo como periodista, una Historia del Tiempo Presente desde el pasado, un pasado en gran parte coetáneo al propio autor. El libro va más allá de ser un libro de Historia para la academia, sino que trata de derribar esos muros que alejan la Historia del consumo de la ciudadanía. El objetivo no es que sea leída por los compañeros del gremio, sino por el común de la sociedad para alentar “al lector interesado a adentrarse en el gran tema político de nuestro tiempo y le ayude a tomar sus propias decisiones como ciudadanos”2, poniendo en alza la línea de Enrique Florescano sobre la responsabilidad social y moral del historiador.3 Para Meyer, la mayoría de la población mexicana se encuentra peligrosamente despolitizada aun sufriendo día a día los desmanes de la tiranía. En mi opinión, para encontrar el origen de la despolitización de la sociedad del siglo XX, no sólo de México sino a niveles generales, debemos destacar el triunfo de dos interpretaciones, a mi juicio, erróneas, la del Fin de la historia4 y la de la alternancia. Sobre la primera, que si menciona el autor en la obra, se afirma que tras la caída del modelo de la URSS se afianzó el triunfo de la única corriente hegemónica y viable, el neoliberalismo, significando que “el proceso político de la humanidad había llegado a su meta”.5 Respecto a la segunda, la de la alternancia, no se cita en la obra de manera literal pero sí se deduce a lo largo de la lectura (Partido Revolucionario Institucional y el Partido de Acción Nacional, éste último sólo a partir del año 2000,6 han monopolizado el poder de la nación mexicana), se basa en la alternancia de los gobernadores o de los partidos políticos como respuesta a los descontentos de la ciudadanía. El problema es que esta alternancia en el poder ha sido protagonizada

1  Para conocer el currículo y las publicaciones del autor véase http://www.lorenzomeyer.com.mx/ www/index.php Consultado el 10 de marzo de 2016. 2  Meyer, Lorenzo, Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México, Debate, México, 2013, p. 16. 3  Florescano, Enrique, La función social de la Historia, Fondo de Cultura Económica, México, 2013. 4  Fukuyama, Francis, El fin de la historia y el último hombre, Planeta, Buenos Aires, 1992. 5  Meyer, Lorenzo, Nuestra tragedia persistente, Op. Cit., p. 71. 6  Zarco, Patricia, Cambio en el cuadrante. La secreta historia de cómo fue posible la derrota del PRI y el triunfo de Vicente Fox, Edaf, Madrid, 2001.


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por las distintas élites, poniendo freno a las demandas de las mayorías populares7 al ser muchas de éstas incompatibles con el mantenimiento del statu quo neoliberal, afianzado tras la disolución de la URSS según las tesis de Fukuyama. El libro comienza desde el presente, describiendo los problemas de este sistema híbrido con tintes de democracia y de autoritarismo arraigado, a lo largo de siete densos capítulos. Para el autor, el mal endémico que afecta a casi todo el siglo XX mexicano tiene unos responsables organizados bajo unas siglas políticas: el PRI (Partido Revolucionario Institucional). Las históricas dolencias que afectan a México se han conservado y ampliado por culpa del partido político que ha monopolizado el poder, convirtiéndose el propio PRI en un problema en sí mismo. Meyer considera que el PRI es una organización política que ha hecho de la corrupción, de la violencia de estado y del fraude electoral, elementos intrínsecos del país que han frenado la evolución natural política propia de los estados contemporáneos, lo que desemboca en la implantación de un estado de derecho y un sistema de libertades. El secuestro de la democracia por el PRI, y la actuación de sus mandos, son para el autor el principal motivo de la contención que sufre México en la búsqueda de la libertad. Pero esos problemas endémicos, mantenidos y ampliados por el PRI, vienen desde muy atrás, por lo que en la obra se nos mostrará esos males desde una perspectiva histórica clarividente que ayude a entender el origen de esa tragedia persistente y que también permita plantear una serie de soluciones que clarifiquen el tránsito de la actual democracia autoritaria a una democracia plena, o al menos similar a la del resto de países occidentales y, por consiguiente, conseguir la inclusión de México, aunque tarde, en lo que el politólogo norteamericano Samuel P. Huntington denominaría La tercera ola democrática.8 7  Íñigo Errejón, politólogo y político español, expone los problemas ocasionados por el éxito de las interpretaciones de “fin de la historia” y “la alternancia” y que imposibilita el acceso de las masas populares al Estado y a su transformación. En sus palabras, “estas dos interpretaciones oscurecen las cosas más que aclararlas […]porque el Estado no es un terreno plano en que se encuentran los actores. Es un campo de disputa, pero nunca es plano porque está marcando por una sedimentación o acumulación histórica de fuerzas que se han consolidado […] Cuando una parte de las fuerzas populares acceden a una parte del poder político, acceden a una parte del poder político más o menos cercada, acceden a un territorio relativamente hostil que tiene inercias, contra-poderes conservadores en su interior, que trabajan contra la posibilidad de que las aspiraciones de las mayorías populares se conviertan en una ordenación jurídica-institucional y de políticas públicas de nuevo tipo”, en Errejón, Íñigo, “Estados en transición: nuevas correlaciones de fuerzas y la construcción de irreversibilidad”, p. 2-3. (https://www. academia.edu/6844236/Estados_en_transici%C3%B3n_nuevas_correlaciones_de_fuerza_y_la_construcci%C3%B3n_de_la_irreversibilidad ), Consultado el 25 de junio de 2016. El texto es una transcripción de la ponencia dictada en el seminario: “América Latina en la disputa geopolítica mundial” organizado por CELAG e IAEN el 27/2/2014 en el Instituto de Altos Estudios Nacionales en Quito, Ecuador. 8  Huntington, Samuel P., La tercera ola: la democratización a finales del siglo XX, Paidos Ibérica,


Destacamos de la obra la fluidez y sencillez en el relato y en el análisis de los distintos procesos políticos desde la independencia de México. También es meritorio destacar su valentía como intelectual, aunque a nuestro juicio consideramos que la intelectualidad no es tal sin audacia, que se observa en la identificación tanto de las víctimas como de los victimarios. La situación trágica, como la define el autor, de México es, a nuestro entender, consecuencia de las artimañas de una élite nacional, y apoyada por sus homólogos supranacionales, para mantener el poder a toda costa. El crimen de Estado, el falseo electoral, la alternancia de sus gobernantes pero no del modus operandi, la violencia sistémica, la polarización social e incluso la irrupción y hegemonía del narco, que actualmente ostenta el poder de facto en muchos estados de la nación, son producto de un Estado en el que sus dirigentes no quieren ceder ni un ápice de control y autoridad, aunque para ello tengan que recurrir a la violencia, al miedo o a pactar con los distintos tipos de delincuentes. Ésta es la situación actual de México, la cual deducimos que ha emprendido un camino rumbo a lo que Achille Mbembe denominó como necropolítica.9 Las soluciones a estos problemas son complejas y de efectos no inmediatos. Meyer se atreve a lanzar algunas de estas posibles soluciones, que se encuentran constantemente a lo largo de la lectura. Coincido con el autor en que las futuras mejoras deben emerger del común de la sociedad, por eso echo en falta en esta obra un análisis de la vida cotidiana de los mexicanos, sujetos históricos activos imprescindibles para el cambio histórico que dada su heterogeneidad merecen ser estudiados desde los principios teórico-metodológicos de la Historia Social, y que la Historia Política no puede abordar. Ésta sería una de las pocas ausencias de esta obra imprescindible para entender la realidad actual de la nación mexicana.

Barcelona, 1994. 9  Mbembe, Achille, Necropolítica, Melusina, Barcelona, 2011.


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Márgara Millán (Coord.),

Más allá del feminismo: caminos para andar, México, Red de Feminismos Descoloniales, 2014

Liliana María Gómez Montes Dra. en Historia. Por la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Actualmente colaboro como profesora Investigadora en la Universidad del Mar, Campus Huatulco, Oaxaca, México.

FEMINISMO Y DESCOLONIZACIÓN, EN BUSCA DE NUEVOS LENGUAJES. Proponiéndose ir más allá de los discursos que han ido configurando el feminismo por décadas, doce autoras y un autor participan en Más allá del feminismo: caminos para andar, donde se reflexiona desde los paradigmas de la descolonización. Podemos encontrar en nuestra lectura que las protagonistas de estos ensayos tendrán en común sus identidades femeninas, que son diversas entre sí. También los enfoques disciplinarios son múltiples, están presentes las ciencias sociales y las humanidades, e incluso hay lugar para un sutil guiño con las matemáticas. Encontraremos en los catorce

Dra en Historia, Maestra en Letras

textos, el diálogo epistémico que busca romper con los discursos monoculturales que

modernas por la Universidad Ibe-

han nombrado a las mujeres, lo femenino e incluso lo feminista.

roamericana. Profesora investigadora en la universidad del Mar

Los artículos nos llevan por temas y metodologías originales. El análisis busca ser per-

2002-2016. Mis líneas de investi-

formativo, pues al decir debe ir haciendo, en tanto el quehacer académico va configu-

gación son la Descolonización, in-

rando su discurso, la praxis colectiva se sabe, será un requisito. Se enmarca entre los

dígenas y Género. Último proyecto

discursos que confrontan la colonización occidental (conocimiento abismal) que se ha

2015 – 2016 Textiles oaxaqueños:

impuesto a países como México, desde el siglo XVI hasta la actualidad neoliberal del

pozahuanco y torso desnudo. Intru-

siglo XXI. Por lo que las autoras han considerado indispensable la rebeldía epistémica

sión indigenista a mediados del si-

como requisito, para poder mirarnos más allá de las supuestas “verdades universales”,

glo XX. Última publicación “Viajeras

que nos han nombrado, así fueran las mejor intencionadas, como las feministas del siglo

hacia el Nuevo Mundo en el siglo

XX. Por lo que en su lectura encontramos un ejercicio de escritura que nos nombra de

XVI. Women traveling to the New

otras formas.

World in the sixteenth century“, Revista de Estudios Marítimos y

La congruencia que se busca a través de este ejercicio de escritura, que intenta posicio-

Sociales. Publicación científica de

narse en el lugar de la rebeldía epistémica, parte desde la forma en que se han ordenado

Carácter Anual, Año 7/8, número

los textos para esta publicación, ya que se “intenta romper con un criterio de agrupa-

7/8, Diciembre de 2015, Mar del

ción temática” (:12). Buscan su configuración a través de preguntas que intentan no dar

Plata, Argentina, ISSN 1852 – 0669,

respuestas definitivas, ni unívocas y se muestran como el resultado de una reflexión

Pp. 177-191.

colectiva, que manifiesta otras formas de aproximarse a los objetos de estudio, con el

danzadenube@gmail.com

fin de desfamiliarizarnos con la monocultura que nos ha formado en las universidades tradicionalmente. La reescritura de la historia de los feminismos existentes, sus alcances, sus posturas epitémicas, se despliegan de una manera creativa, como en el primer ensayo de Sylvia Marcos en el que hace una evaluación de aquellas experiencias que ella denomina desde abajo y desde la izquierda, en las que da cuenta de las estrategias antisistémicas en países colonizados, que como México han estado reconfigurando sus estrategias


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identitarias. Así mismo, Ana Valadez, quien trata acerca de las experiencias de lucha en la zona lacandona en el estado de Chiapas, abre la posibilidad para que se escuchen los saberes femeninos que han sufrido el doble silenciamiento, por ser indígenas y mujeres. El estado de Chiapas al sur de México, es un ejemplo recurrente en estos ensayos, porque en este estado se ha encontrado a través de la lucha zapatista, un ejemplo de respuesta colectiva, exitosa, antisitémica (aunque con sus limitaciones y constantes embates, que han debido resistir los ataques del Estado mexicano). Una de las propuestas y prácticas revolucionarias dentro del mundo indígena ha sido la inclusión real de las mujeres zapatistas dentro del ámbito de las decisiones y la participación en las acciones estratégicas de este grupo. Mariana Mora observa la continuidad y las rupturas que se encuentran dentro de estas comunidades zapatistas. La investigadora incluye la voz de estas mujeres que desde sus ejidos narran cómo han vivido las nuevas prácticas, bajo la autonomía que ahora defienden. Concluyendo que “La política y la descolonización en minúscula (…) quizás esto es lo más profundo y lo más sencillo a lo que podemos, desde nuestros múltiples nosotros, aspirar en el ahora” (:181) La discusión acerca del mundo indígena se prolonga en los ensayos de la investigadora Márgara Millán quien reflexiona acerca de los alcances de estas luchas desde su mirada postmarxista y descolonial, que como ella señala al inicio de su ensayo, tiene una “intencionalidad feminista” teórica, acerca de las propuestas que se han desplegado como parte del mundo capitalista. Veremos su propuesta sobre “Lo parejo” como una filosofía de vida y una de las problematizaciones polémicas que el feminismo ha puesto en la mesa de las discusiones contemporáneas. El mundo de las mujeres indígenas también encuentra voz con los derechos a la salud reproductiva, tema que si bien tenemos años reflexionándolo, sigue siendo una demanda aún no satisfecha. La pobreza, la falta de educación, la tendencia a la privatización, además de los abusos de poder que no cesan, han hecho que no sea un tema resuelto dentro de la agenda feminista, tal como lo señala en su artículo Gisela Espinosa Damián. Es fuerte el tema de las mujeres en reclusión, como lo desarrollan en dos ensayos Meztli Yoalli Rodríguez Aguilera y Rosalva Aída Hernández. Se comprende que si bien la vida es dura para las mujeres indígenas que se encuentran en libertad, retos mayores enfrentan aquellas que se encuentran encerradas dentro del sistema carcelario. Para estos ensayos la metodología de la entrevista y la autobiografía configuran la narrativa, dando voz a quienes pocas veces son escuchadas. A través de sus voces podemos identificar la agresión que sufren en el encierro frente a sus compañeras no indígenas, quienes repro-


ducen el mismo modelo opresor que a ellas las ha sometido. Por ejemplo, nos cuentan sobre el rechazo que han padecido de parte de otras reclusas, cuando hablan en alguna de sus lenguas indígenas. Lo que constata que también aquellas que son marginadas y sufren la opresión de un sistema que las violenta, participan de la lógica colonizadora reproduciéndola. Que ser oprimida y lograr romper este sistema de opresión son procesos que no se corresponden de manera mecánica. Innovador es el ensayo sobre homosexualidad y sodomía en el mundo mesoamericano. El investigador nos propone una episteme en el que la dualidad ancestral nos da una comprensión fresca para la mirada de los historiadores contemporáneos. Sobre las jóvenes urbanas Mariana Favela reflexiona acerca del sistema autoritario mexicano, en el que los y las jóvenes han luchado por defender su derecho a expresarse sin ser censuradas o reprimidas, como se manifestó con el breve pero relevante movimiento denominado Yo soy 132. Finalmente, en este libro encontramos trabajos para el asombro y la confirmación de nuestras ideas y percepciones acerca del mundo femenino y masculino, desde una perspectiva que busca desestabilizar el canon. Leer nuestro mundo de estas formas requiere creatividad y arriesgarse a lo diferente. Este grupo de escritoras y un autor, toma fuerza al formar lo que han denominado la Red de Feminismos Descoloniales1 para la que han elaborado un Manifiesto y la aventura de investigar y publicar acerca de nuestro México que quiere ser leído de otras formas.

1  Red de Feminismos Descoloniales ha sido fundada por los y las integrantes de este proyecto académico desde 2008.


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TRANSCRIPCIÓN DE

DOCUMENTOS


Denunçiaçion de Pedro Maybon, marinero natural de la çiudad de Amburg, en Alemania la baxa, contra si propio de aver guardado la secta de Martín Luthero. 1604. AGN (México), sección Instituciones coloniales, ramo Inquisición, vol. 273, exp. 5, 11 fs. El presente documento se encuentra resguardado en el Archivo General de la Nación de México dentro de la sección Instituciones coloniales, su clasificación corresponde al ramo Inquisición, volumen 273, expediente 5, 11 fojas, mismas que no se encuentran enumeradas. Asimismo también forma parte del catálogo digital actualmente en construcción: “Fuentes para la navegación en América. (Siglos XVIXIX)” de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Este documento es un proceso inquisitorial, que tenía como fin averiguar, juzgar y castigar al marinero alemán Pedro Maybon, quien hizo denuncia de sí mismo por profesar la religión luterana en el año de 1604 ante la inquisición novohispana. La relevancia y riqueza del texto, no sólo reside en mostrarnos cómo juzgaba la Santa Inquisición probables actos en contra de la fe católica a través de procesos largos y complejos que implicaban una serie de etapas (denuncia, declaración, reconciliación, abjuración), sino que también nos presenta información para el estudio de otros temas sobre historia marítima1 tales como vida cotidiana y relaciones sociales a bordo de las embarcaciones, personas que se embarcaban, comercio ilícito, espacios sociales, rutas de los navíos, entre otros. Esto nos ayuda a conocer y entender la manera particular de vislumbrar el estrecho mundo flotante en el que vivía la gente de mar y en el cual se desarrollaba debido a los largos períodos en que se embarcaban, viéndose obligados a reproducir a bordo de las naves, aspectos sociales del espacio terrestre que representaban.2 La importancia que la corona española otorgaba a la religión católica durante los siglos XVI-XVIII la hacía velar por las buenas costumbres y llevar la fe de sus súbditos por buen camino, tanto en la península ibérica como en sus territorios ultramarinos. A su vez, las embarcaciones que conectaban los territorios del reino de España, a través de la Carrera de Indias3, eran espacios donde la trasgresión podía hacerse presente, la vida relajada y propensa a los vicios era común y los marineros podían caer en dichas tentaciones, por tanto, se debía cuidar que el dogma católico no fuera amenazado. El Santo Oficio fue la institución encargada de la administración de la justicia relacionada con la fe; juzgaba delitos que atentaban contra de la Iglesia Católica.4 Delitos como la blasfemia, herejía, sodo1  La historia marítima concebida como “el estudio humanístico de las numerosas dimensiones que comprende la relación del hombre con el mar en tanto contexto geográfico hostil...” según Gerardo Vivas Pineda, “En busca de la sociedad encapsulada. Metodología y fuentes de la historia marítima.” en José Ángel Rodríguez (comp.) Visiones de oficio. Historiadores venezolanos en el siglo XXI, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2000, p. 445. 2  Trejo Rivera, Flor, “El barco como ciudad flotante” en Pilar Gonzalbo, Historia de la vida cotidiana en México, II, La ciudad barroca, México, COLMEX-CEH, 2005, p. 161. 3  La Carrera de Indias fue una ruta marítima que unía a España y a sus territorios ultramarinos a través del Atlántico, la ruta fue establecida por Colón desde su segundo viaje y no tuvo variaciones importantes durante la hegemonía de la corona española. 4  Silva Prada, Natalia, Manual de paleografía y diplomática hispanoamericana. Siglos XVI, XVII y XVIII, México,


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mía y, en general, cualquier práctica que atentara contra el dogma religioso, sería castigado según la gravedad del caso. El documento recoge la declaración de Pedro Maybon quien dice tener 25 años de edad, ser natural de Hamburgo y de oficio marinero; desde los 11 años viajó en distintos navíos mercantes por los puertos de Alemania y posteriormente se embarcó en la flota de la Nueva España, a bordo del navío del general Alonso de Chaves Galindo. Maybon, cuenta cómo inició su vida de marino y las prácticas religiosas luteranas que llevaba a cabo tanto en su tierra natal como a bordo de las embarcaciones españolas (que según las ordenanzas, sólo podían ser tripuladas por católicos) y la forma en que debía ocultarlas para no ser castigados por el Santo Oficio. El marinero, debido a sus constantes visitas a tierras españolas, se fue interesando en la fe católica. Cuenta que en un viaje a Veracruz el capitán ordenó a la tripulación entregar sus cédulas de confesión para poder zarpar; Maybon al confesarse, decidió tomar la religión católica como buena. Cabe mencionar que la confesión fue un asunto importante para la preparación espiritual antes de partir, esto debido a los riesgos de muerte que el mar representaba. En las ordenanzas de 1582 y 1634, se refleja la importancia de este sacramento en los viajes ultramarinos. “...Conviene procurar que la gente de mar, y guerra de las Armadas, flotas, y los demás navíos, que van a las Indias, confiesen y comulguen, y vivan cristianamente...y se les dé testimonio tan cierto, y con tal advertencia, que en el no se pueda hacer fraude, y ninguno se excuse de esta obligación por ninguna causa, y cumpla allí, confesando y comulgando; y al que no llevare dicho testimonio, y le presentare ante el General de la Armada, o flota, o juez oficial, que asistiere al despacho, no se le haga paga, ni gane sueldo, y a todos obliguen a que cumplan esta obligación” 5 Finalmente, el proceso concluye en el mismo año con la abjuración de Maybon y su transformación al catolicismo, con la advertencia que, en caso de recaer en la herejía, sería relajado al brazo secular.

UAM-I, 2001, p. 87. 5 Recopilación de leyes de Indias, 1680, Libro IX, título XXX, ley LIIII. Disponible en http://www.gabrielbernat.es/ espana/leyes/rldi/rldi.html [Consultado el día 13/08/2016]


{Foja 1r.} Mexico 1604 Denunçiaçion de Pedro Maybon marinero natural de la ciudad/de Amburg, en Alemania la baxa, contra si pro/pio de aver guardado la secta de Martin Luthero Denunçiasse Reçibense sus confesiones/que sea admitido a recon[ciliaci]on/secreta/

Por lutherano

admitese 1° Leg[aj]o 3° {Foja 1v.} En la çiudad de Mexico viernes quatro dias del/mes de junio de mill y seisçientos y quatro años, estando el/señor inqui[sid]or liçen[cia]do G[utie]rre Bernardo de Quiroz en su audi[enci]a/de la mañana paresçio en ella de su voluntad y juro En forma/y prom[eti]o de dezir verdad un hombre estrangero, que por no/saber la lengua Hespañola, mediante Enrico Martínez /interprete de la lengua Alemana y Flamenca en este s[an]to/off[ici]o que hizo llamar El d[ich]o señor inqui[sid]or que tiene jur[a]do/de hacer bien y fielm[en]te el off[ici]o de tal interprete y de/guardar secreto, dixo llamarse,/Pedro Maybon natural de la çiudad de Amburg en Ale/mania la baxa estante al pres[en]te en esta de Mex[i]co de he/ dad que dixo ser de veinte y çinco años y que su off[ici]o/es marinero./Y dixo que el viene con mucho desseo de abraçar la ley/catholica Romana y apartarse de los errores que ha/tenido y creido, contra Dios nuestro señor y su s[an]ta/fee y que assi confessara llanam[en]te todo lo que huviere/hecho y dicho y lo que supiere contra otros y començan/do por el discurso de su vida para mejor poder decir/ en el en lo que sea ocupado despues que tiene usso/de razon dixo que el naçio en la d[ic]ha çiudad de/Amburg, en casa de Pedro Maybon, y Anna May/bon su muger padre y madre de este ves[in]os de la d[ic]ha/çiudad donde se crio hasta hedad de onze años sirvi/endo a los d[ic]hos sus padres en lo que le mandavan e/yendo

{Foja 2r.}


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yendo a la escuela del maestro enrrique en la parrochia/de sancta Cathalina el cual le enseño a leer y es/crivir y ha rezar El Padre nuestro añadiendo al fin/del suyo es el poderio y señorio para siempre y/ el credo, donde en lugar de dezir creo en la s[an]ta/Yglesia catholica Romana, dize creo en la Iglesia/ Christiana, y los diez mandamientos, en el pri/mero de los quales dize, no tendras otros Dioses/sino a mi, Y assi mesmo lo enseño algunos/psalmos, todo en su lengua materna, y los psalmos/los cantavan, assi en la escuela, como en la iglesia/que son las preçes que suelen cantar y rezar los que guar/ dan la secta de luthero como este y todos los de/aquella çiudad la guardavan y assi por enseñan/ça del d[ic]ho maestro enrrique, y de los d[ic]hos P[ed]ro/Maybon y Anna Maybon sus padres que tam/ bien eran lutheranos, creyo este y guardo la/d[ic]ha secta teniendola por buena ley y entendiendo q[ue]/en la observançia della se avia de salvar. Y acudia /como los demas a las preçes y a oir los sermones de/predicantes que son cassados, y confesso con ellos como /seys vezes y comulgo otras tantas como alla se usa/que es dandoles los d[ic]hos predicantes primero una/ostia, diciendo, tomad que este es mi cuerpo y /luego en un calix, un poco de vino, diziendo, to/mad que esta es mi sangre del nu[ev]o testamento /que se derramo en perdon de vuestros pecados/Y {Foja 2v.} y las vezes que lo hizieredes sea en mi remembrança/y para ello los d[ic]hos predicantes se revisten y dizen/missa, aunq[u]e no como aca porque no alçan la ostia/ni el calix, ni hazen las çeremonias como aca, aun/que en particular noseacuerda en que cossas difieren,/y entienden los que guardan la d[ic]ha secta de luthero/que debaxo de aquellas espeçies de pan y de vino/esta el cuerpo de nuestro redemptor Jesu Christo,/y assi lo creyo este, con todo lo demas que se guarda/en la d[ic]ha secta, como era que no se avia de ayu/nar, las quaresmas, vigilias, y quatro temporas, /y assi este no las ayunava y comia carne en los/d[ic]hos dias, sino era el viernes sancto que ayuna/van todos y no comian carne, ni tuvo por dias de fies/ta, ni los guardo como tales, sino las tres pasquas/del año y los dias de nuestra señora y de los Apos/toles, y los domingos del año y la asçension, y/aunque avia ymagenes en la yglesias por adorno/solamente, no las adorava ni las reverençiava este/ni los demas, teniendo esta/çeremonia por cossa/de burla por ser como eran de palo, piedra y de/otros metales ni resan a nuestra señora ni a ningu[n]o/de los sanctos, ni los ponen por intercesores, porque/dizen que no es menester, y no obedescen al Papa,/ni a sus mandatos, y tienen por cosa de burla las/indulgencias y bulas que conçede, diciendo que no tie/ne facultad para ello, ni para perdonar pecados ni/absolver dellos, antes en sus preces ruegan a Dios/los {Foja 3r.} los guarde y del jureo, y aviendosele muerto/el d[ic]ho su padre, que era piloto, luego este començo/a navegar cumplidos los onze años por grumete e/hizo algunos viajes a diversos puertos de Alemania/ en navios merchantes, y tres vezes vino a/Hespaña en los d[ic]hos navios, dos a Malaga y la/ultima vez a Sevilla, de donde se embarco para/esta Nueva Hespaña en la almiranta de la flota/general Alonso de Chaves Galindo por marinero/el año passado de mill y seisçientos y dos y todos/los d[ic] hos viages que hizo a los puertos de Alema/nia y de Hespaña hasta que llego a Sevilla fue/con gente de su tierra que guardavan como este /la d[ic]ha secta de luthero, y assi a la noche y/mañana reza-


van las preçes al modo de su tierra/y en los dias de fiesta les leya el evangelio el/escrivano de la nao por las mañanas antes de/almorzar, y traian libros lutheranos en que/rezavan las d[ic]has preçes y quando avian de/llegar a los puertos de Hespaña los hechavan/en la mar o escondian de manera que no los/pudiessen hallar los catholicos que alla llaman/Baptistas, ni los ministros de la Inq[uisici]on que visi/tan los navios, y aunque en Malaga, Cadis,/Sanlucar y Sevilla, entrava en las Yglesias/no era por paresçerle bien lo que en ella se hacia/ni con animo de hazerlo, sino por curiosidad/para verlo y contarlo en su tierra, porque tenia/por {Foja 3v.} por mejor la d[ich]a secta de luthero, que no la ley ca/tholica que guardavan los baptistas, y como nunca/este se descubrio en las d[ic]has partes de que era/lutherano no pudo salir de su error, ni tener/ noticia de las cossas de nuestra sancta fe/catholica, ni de lo que enseña la Yglesia Ro/mana, y assi estuvo siempre en la creencia/de lo que los d[ic]hos sus padres y maestros le ense/ñaron teniendo aquello por bueno, y por malo/lo contrario hasta la quaresma passada del/año pasado de mill y seisçientos y tres, que aviendo/mandado el d[ic]ho general Alonso de Chavez Ga/lindo en el puerto de San J[ua]n de Ulua, que se/confessassen todos antes que se embarcassen para/Hespaña y le diessen çedula de averlo hecho,/que se fue este a confessar con un clerigo del d[ic]ho/puerto que no sabe su nombre por medio de un yn/terprete marinero llamado Juan a quien dixo, q[ue]/pues savia de que tierra era y que todos eran allí lu/theranos, que dijese al confessor lo que le paresciesse/convenia, y no sabe si se lo dixo mas de que el con/fessor le absolvio y despues de absuelto/le mando comulgar como en effecto hizo y de/alli se fue afiçionando a las cossas de la Yglesia/Romana, considerando que sus antepassados/avian guardado esta ley, y que pues era tan antigua/que era de creer que seria la mas conforme a la que/enseñaron {Foja 4r.} enseñaron los apostoles pues era mas çercana/a ella, y que oy dia avia muchas reliquias en las/yglesias de alla de sanctos que avia avido en aquel/t[iem]po y que se hazian entonçes muchos milagros/ segun todos desian y referian algunos libros/y que aora no avia ningun milagro, demas de q[ue]/los que guardaban la dicha secta de Luthero no/vivian tan virtuosam[en]te como devian, ni proçedian/en las cossas de la Yglesia con la deçençia y /respecto que era justo por que en ella no se hin/cavan de rodillas, y quando llevavan el/sacram[en]to de la eucharistia a los enfermos era/debaxo de la capa un predicante, y que estos/se emborrachavan como la demas gente y que/ora via, que los que guardavan la ley catholica/Romana tratavan con mucha venera[ci]on y respecto/Las cosas de Dios y de su Yglesia, todo lo/qual le movio a dessear dexar la d[ic]ha secta/de luthero y los errores que en ella se guardan/y con este animo para poderlo mejor hacer le es/condio en la Havana y volvio a esta nueva Hes/paña en la nao del capitan Granillo y llegando a/puerto de San Ju[a]n de Ulua se detuvo alli algunos/dias pescando para ganar de vestir, porque el sala/rio que avia ganado en el viage de Hespaña a esta/tierra lo avia perdido por no bolver en la d[ic]ha flota/y en este ynterin le mando el comissario deste s[anc]to/off[ici]o


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{Foja 4v.} Off[ici]o en la Veracruz que es un religiosso de S[a]n Fran[cis]co/que viniesse a esta çiudad y se presentasse en esta/inqu[isici]on como lo hizo y llegado se le mando estuviesse/en el ospital de los convalesçientes y por estar allí/enfermo lo mudaron al de los desamparados,/y en ellos ha començado a aprender el credo,/padrenuestro, Ave Maria y los diez mandam[ien]tos/en la lengua Hespañola segun la rezan los que/guardan la ley catholica Romana, la cual este/dessea tener y creer y vivir y morir en ella y le/pessa mucho de aver estado tanto t[iem]po en la çeguera/de sus errores, que por no aver tenido notiçia en par/ticular de las cossas de nuestra sancta fe catholica/ni de lo que en ella se guardava dexo de salir de/ellos antes de aora que pide y supp[lic]a le man/den instruir en lo neccessa[ri]o para su salvacion, q[ue]/esta presto de reçebirlo, y acudira a todo lo que/en este s[an]cto off[ici]o se le ordenare porque su desseo/solo es salvar su alma./Preg[unta]do en que forma baptisan los que guardan/la d[ic]ha secta de luthero y si este es baptisado/segun ella, y confirmado,/dixo que llevan la criatura acompañándola/los padrinos y parientes hasta la Yglesia/y alli en una pila que ay de agua un predicante/se la echa tres vezes por la cabeça diziendo, Yo/te baptizo en el nombre del padre y del hijo y del/spiritu s[anc]to {Foja 5r.} spiritu sancto, y que este entiende que es bap[tisa]do/en la mesma forma por que assi lo ha oydo decir/a su padre y parientes y que no es confirmado,/ni sabe que alla se usse de la confirma[cio]n ni de/otro sacram[en]to si no es el de la eucharistia, ni tubo/notiçia q[u]e hubiesse mas que este hasta que vino/a esta çiudad que en los d[ic]hos ospitales le enseña/ron que avia siete sacram[en]tos./Y por ser çerca de la ora çesso la audi[enci]a y avi[en]do/sele leydo y dado a entender dixo que estaba/ bien escrito y como el lo avia d[ic]ho encargosele/el secreto prom[eti]o lo y lo firmo y tanbien el d[ic] ho/interprete

como interprete/enrrico martinez [Rúbrica]

petrus maÿbom [Rúbrica]

paso ante mi P[edr]o de Mañozca [Rúbrica] [al calce] Prossigue /En la çiudad de Mex[i]co viernes quatro días/del mes de junio de mill y seisçientos y quatro años /estando El s[eñor] Ynq[uisid]or licen[cia]do Gutierre Bernardo/de Quiros en su audi[enci] a de la tarde mando en/trar en ella al d[ic]ho Pedro Maybon./Y siendo pres[en]te mediante el d[ic]ho enrrico Martinez /interprete le fue d[ic]ho vaya prosiguiendo en su decla[raci]on/y confession diziendo verdad en todo so cargo del jur[amen]to/que {Foja 5v.} que tiene fecho sin encubrir de si, ni de otro cossa algu[n]a/que sea o paresca ser contra/nuestra sancta fee catholica/ley evangelica, que tiene, cree, predica sigue y enseña/la sancta yglesia Romana sin levantar assi ni/a otro falso testimonio./Dixo que el ha d[ic]ho con mucha llanesa todo lo que/


se le ha acordado, y en lo que resta hara lo mismo,/y procurara tratar verdad por hechar de ver que es/lo que importa para salvar su alma./Preg[unta]do si el tiempo que este guardo la d[ic]ha secta/ de luthero, assi en su tierra, como fuera della/tubo notiçia de la ley catholica Romana y de lo que /en ella se guarda y si supo que era contraria/a la d[ic]ha secta./Dixo que tuvo notiçia de la ley catholica Romana,/Y supo que los Papistas que llaman alla, La guar/davan pero nunca entendio ni supo las cossas que/en ella se mandan guardar aunque bien savia7que la d[ic]ha ley catholica Romana era contraria/a la d[ic]ha secta de Luthero que este y los demas de/su tierra guardavan porque assi lo oya desir a todos./Preg[unta]do si en las navegaçiones que hizo a las p[ar]tes/y lugares que tiene/ declarado, robo a algunos/christianos catholicos./Dixo que siempre navego en navios merchan/tes donde a nadie se hacia mal./Preg[unta]do si en las costas e islas adjacentes/de

{Foja 6r.} de Hespaña e sus Rey[n]os que estuvo rezo pre/çes como lutherano, comio carne los viernes/y quaresma y quatro temporas y vigilias, y no los /ayuno, ni los demas ayunos de la yglesia ca/tholica Romana y si se confesso con los d[ic]hos/predicantes lutheranos y si comulgo al modo/dellos y si pidió en sus preçes a Dios n[uest]ro S[eño]r/le guardasse del Papa./Dixo que todas las dichas cosas hizo este en/Las d[ic]has partes y puertos, aunque secretam[en]te/y con recato por no ser descubierto porque lo mis[m]o/hazian los demas lutheranos que venian en/su compañia, y si alguna vez dexava de comer/carne en los dias prohividos por la Iglesia catho/lica Romana, no era por entender tenia oblig[aci]on/a ello, sino porque no hechassen de ver que era/lutherano y por la misma razon quando estaba/entre los Hespañoles guardava las fiestas como/ellos y si yba a las yglesias era por curiosidad/(como dicho tiene) y tambien por cumplim[ien]to y/dar a entender que era catholico./Preg[unta] do desde quando y hasta quando tuvo este y/creyo los errores que ha confessado contra nuestra/ sancta fee catholica e Yglesia Romana y guardo/la dicha secta de luthero, Y que le ha movido /a apartarse della./Dixo que desde que tiene uso de razon ha guar/dado la d[ic]ha secta de luthero por enseñansa de los/d[ic]hos {Foja 6v.} [Al calce: (…) de creen[ci]a]/d[ic]hos los padres y maestro Enrico hasta que/como d[ic]ho tiene, se confesso y comulgo en la/isla de San Juan de Ulua avra dos años, que entonces/començo a sentir bien de las cosas de la Yglesia/catholica Romana, y paresçer le yba errado en la/secta de Luthero que guardava, Y despues q[ue]/llego a esta çiudad de Mex[i]co y estuvo en los d[ic]hos/ospitales de los convalesçientes y desamparados,/que le fueron enseñando las oraçiones que tiene/d[ic]hos e instruiendo en lo que devia guardar/como catholico christiano, sea determinado de/apartarse de todo punto de la creençia de la d[ic]ha/secta de Luthero y de sus errores, Y con lo q[ue]/oy selea advertido en el tribunal hecha de veer de/la çeguera en que ha estado, y dessea grandem[en]te,/vivir y morir en la creençia y observancia/de nuestra s[an]ta fee catholica, y en lo que enseña/la Yglesia Romana, y assi desde oy reçibe la/ley catholica Romana y se aparta de la d[ic]ha/secta de Luthero, y pide ser


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instruido en lo q[ue]/debe hazer para cumplir con la obliga[ci]on de buen/christiano, y que lo que le ha movido a dexar/los d[ic]hos errores y abraçar la ley catholica fuera/de las razones que tiene d[ic]ho fue veer esta/quaresma en esta çiudad el cuidado y devoçion/con que todos acudian a las Yglesias y ospitales/haziendo limosnas, proçessiones, diçiplinas /y otras obras pias, y la charidad con que/tratan {Foja 7r.} tratan a los pobres, y la reveren[ci]a y respecto/con que estan en las Yglesias oyendo los/sermones y offi[ci]os divinos./Preg[unta]do Como pudo este con tanta façilidad y sin/enseñança de persona alguna, mas de solo las/oraçiones que este quasi savia ya en su lengua/apartarse de la d[ic]ha secta de luthero, que tantos/años creyo y guardo por enseñança de los d[ic]hos/sus padres y maestro y de todos los demas de su/tierra, que es muy dificultosso de creer lo aya/hecho con tanta voluntad y delibera[cio]n como signi/fica, que por reverençia de Dios nuestro señor /y de su gloriossa y vendicta madre nuestraseñora La Virgen Maria diga la verdad de lo q[ue]/en esto ay, y no proçeda con fiction alguna/pues no le va menor que la salvacion de su anima./Dixo que sin dubda el ha proçedido y procede/con llaneza y sin fiction algu[n]a y que esta ver/daderamente convertido a las cosas de n[uest] ra santa/fe catholica y a lo que enseña la Yglesia Ro/mana, y que assi las razones que tiene d[ic]ho,/ como veer, que los catholicos hazen buenas obras/y que estas no pueden salir sino de quienes gu/ ardan una ley muy bu[en]a le ha movido a dexar /la d[ic]ha secta de luthero que le avian enseñado/ los d[ic]hos sus padres, y que las dichas razones/le han servido de instruçion para que sin tener/la de muchos años a esta parte, sino de pocos/dias, tenga por verdadera esta ley catholica q[ue]/ guardan {Foja 7v.} guardan los Hespañoles, y por falsa la secta/de los lutheranos./Preg[unta]do si quando comulgo en la Ysla de S[a]n Ju[an] /de Ulua creyo que en la ostia consagrada que reçi/bio estava el cuerpo verdadero de nuestro redemp[t]or/Jesu Christo, y con que fin lo reçibio./Dixo que creyo, que en aquella ostia consa/grada estava el cuerpo de nuestro señor Jesu/Christo, y lo reçibio con fin de salvar su anima./Preg[unta]do si savia [intercalado: tenia] obliga[cio]n de confessar El peccado/de la heregia a su confessor, y que no le podia absol/ver nadie del, sino era declarandolo en el s[an]to of[ici]o,/dixo que bien entendio tenia neces[ida]d y obliga[ci]on/de dezir al confessor que avia sido lutherano, y/que assi lo dixo (como lo tiene declarado) al d[ic]ho su/interprete, aunque no le dixo en particular las/cossas que guardavan en la d[ich]a secta, y que /no supo en ninguna manera, que el d[ich]o con/fessor, ni otra p[er]sona sino era el s[an]to offi[ci]o,no le/podia absolver del d[ic]ho peccado de la heregia/que si el lo supiera de muy buena voluntad vinie/ra a denunçiarse a este tribunal./Preg[unta]do con que p[er] sonas ha tratado este y com/municado en esta tierra y fuera della los d[ic]hos/errores que ha tenido y creido contra nuestra/sancta fee catholica, y quien lo sabe o puede/saber./Dixo {Foja 8r.} Dixo que en su tierra y en las navegaçiones q[ue]/ha hecho con los della siempre trato y communico/ los dichos errores con ellos por ser doctrina que/todos guardavan, pero despues que anduvo/con


Hespañoles nunca los communico con nadie/por no ser descuvierto porque pensaba que luego/que lo supiessen le avian de quemar, que bien/puede ser, que los d[ic]hos sus compañeros Juan/Fos, y Pedro Martin presuman que este ha sido/lutherano por ser de tierra donde todos lo son, aun/que nunca le han visto hazer ni dezir cossa por/donde lo pudiessen entender porque nunca trata/va con ellos de los que tocavan a la dicha secta,/ni ellos con este./Con lo qual çesso esta audi[enci]a, Y aviendosele/leido dixo que estava bien escrito y como el lo /avia dicho, encargosele el secreto en forma/prometiolo y lo firmo y tanbien el d[ic]ho interprete/Va entre renglones, tenia, Valga, como interprete/ Enrrico Martinez [Rúbrica]

Petrus Maÿbom [Rúbrica]

Passo antemi P[edr]o de Mañozca [Rúbrica] {Foja 8v.} [Al calce: Auto/(…) instruido] /En la çiudad de Mexico viernes quatro/dias del mes de junio de mill y seisçientos y quatro/años, estando los s[eñor]es Inqui[sido]res Licen[cia]dos, don Alonso/de Peralta y Gutierre Bernardo de Quiroz en su/audiençia de la tarde, Aviendo visto las decla/raçiones que ha hecho en este s[ant]o off[ici]o, Pedro Maybon/marinero natural de la çiudad de Amburg, en Ale/mania la baxa, y que no esta ynstruido en las cosas de/nuestra s[an]ta fee catholica, sea encomendado al padre/Andres de la Camara sacerdote religiosso de la comp[añi]a/de Jesus, que assiste en el convento y collegio desta/çiudad que sabe la lengua Alemana, para quele /instruia en las cosas de nuestra s[an]ta fee catholica/y quando lo estuviere de aviso en este s[an]to off[ici]o/para que vista su relaçion se provea lo que conven/ga y assi lo proveyeron y mandaron y lo firmaron El lic[encia]do don Alonso/ de Quiroz [Rúbrica] El licen[cia]do Gut[ierr]e Ber[nar]do/de Quiroz [Rúbrica] Passo antemi P[edr]o de Mañozca [Rubrica] {Foja 9r.} [Al calce: Auto/q[ue] sea admitido a recon[ciliaci]on/secreta]/En la çiudad de Mexico/Viernes Veinte y çinco días/del mes de junio de mill y seisçientos y quatro años estando /los s[eñor]es inqui[sido] res licen[cia]dos don Alonso de Peralta y Gutierre Bernardo/de Quiroz en su audiençia de la mañana. Dixeron/que attento que el padre Andres de la Camara religiosso /de la compañia de Jesus ha hecho relaçion, que Pedro/Maybon en el auto desta otra parte cont[eni]do que por este s[an]to/off[ici]o se le cometio para que le/instruiesse en las cosas de /n[uest]ra sancta fee catholica, lo esta ya, sea admitido/a reconçiliaçion secreta , y assi lo proveyeran y/mandaron y lo firmaron El lic[encia]do don Alonso/de Peralta [Rúbrica] El licen[cia]do G[utie]rre Ber[nar]do/de Quiroz [Rúbrica] Passo antemi P[edr]o de Mañozca [Rúbrica]


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E luego incontinenti los d[ic]hos se[ñor]es inqui[sido]res man/daron entrar en la dicha audiençia al d[ic] ho Pedro/Maybon, y al d[ic]ho enrrico Martinez interprete/y estando en ella el d[ich]o Pedro Maybon abjuro/los delictos de heregia que tiene confessados y g[ene]ral

/mente toda otra qualquier espeçie

della por las/palabras y en la forma y manera sigui[en]te {Foja 9v.} Abjuracion Yo Pedro Maybon marinero natural de la ciudad/de Aburgo en Alemania la baxa, que presente estoy/ ante Vuestra Señoria como Inquisidores apostólicos que son/contra la heretica pravedad y apostasia en esta ciudad/de Mexico, estados y provinçias de la nueva Hesp[añ]a/por authoridad app[ostoli] ca y ordinaria puesta ante mi/esta señal de la cruz y los sacro sanctos evangelios/que con mis manos corporal[men]te toco reconosçiendo/la verdadera, catholica y app[ostoli]ca fee abjuro, detesto,/y anathematizo toda espeçie de heregia que se le/vante contra la s[an]ta fee catholica ley evangelica de n[uest]ro/redemptor y salvador Jesu christo y contra la sede/app[ostoli]ca Yglesia Romana especial[en]te aquella/en que yo como malo he caydo y tengo confessado/ante Vuestra Señoria que aqui publicam[en]te se me ha leydo/y de que he sido accussado, Y juro y prometo detener/y guardar siempre aquella sancta fee que tiene/guarda y enseña la sancta madre Yglesia, y que/sere siempre obediente a nuestro señor el Papa y a sus/successores que canonicam[en]te succedieren en la s[an] ta silla/app[ostoli]ca y a sus determinaçiones, y confiesso que todos/aquellos que contra esta s[an]ta fee vinieren son dignos de/condemnaçion, y prometo de nunca me juntar con ellos,/y {Foja 10r.} y que quanto en mi fuere los perseguire, y las heregias/que dellos supiere las revelare y notificare a qualquier Inq[uisid]or/de la heretica pravedad y prelado de la s[an]ta m[adr]e Yglesia donde cual/quier que me hallare, y juro y prometo que reçibiera humilde/mente y con paçien[ci]a qualquier/o qualesquier pen[itenc]ia/o /peni[tenc]ias que me han sido o fueren impuestas con todas mis/fuerças y poder, y las cumplire en todo y por todo sin yr ni/venir contraello ni contra cossa alguna ni parte dello, Y/ quiero y consiento y me plaze, que si yo en algun t[iem]po lo/que Dios no quiera fuere o viniere contra las cosas/suso d[ic]has o contra qualquier cossa o parte dellas, que en/tal caso sea avido y tenido por impenitente relapso/y me someto a la correction y severidad de los sactos/canones para que en mi como persona culpada del d[ic]ho/delicto de heregia sean executadas las çensuras y/penas en ellas contenidas, y desde aora por entonces/y de entonçes por ahora consiento que aquellas me/sean dadas y executadas en mi y las aya de sufrir/quando quier que algo se me provare aver quebran/tado delo suso d[ic]ho por mi abjurado, y ruego al pres[en]te/secretario que me lo de por testimo[ni]o y a los pres[en]tes que sean/dello sean t[estig]os y fue absuelto en forma, estando a todo/ello pres[en] tes por tes[tig]os el doctor Martos de Boorques/promotor fiscal deste s[an]to off[ici]o, Juan de Leon Plazas/alcayde de las carçeles secretas del y el d[ic]ho enri/que Martinez interprete, que le dio a entender/y declarar la d[ich]a abjura[ci]on, y contanto fue absuelto/en forma y lo firmaron el d[ic]ho P[edr] o Maybon y el/d[ich]o interprete.


como interprete/enrrico martinez

petrus maÿbon

Antemi P[edr]o de Mañozca [Rúbrica] {Foja 10v.} [Al calce: Declara[ci]on dela/Abjura[ci]on ]/Fue le d[ic]ho mediante el d[ic]ho interprete, que para/que mejor sepa y entienda la abjura[ci]on que acava/de hazer se le tornara a leer, que este attento y/ la oya, y luego se le dio a entender la d[ic]ha/abjuracion, y el d[ic]ho Pedro Maybon dixo que/la avia bienentendido, y con esto se le advirtió/mucho guardasse lo que avia abjurado porque hazi[en]do/lo contrario si torna a caer en alguna heregia,/incurre en pena de relapso, y sin ninguna miseri/cordia sera relaxado al braço seglar, lo qual/se le dixo con particular cuydado para que no ignore/la fuerça de la d[ic]ha abjuracion. [Al calce: Benias espiritua/les]/Passo ante mi P[edr]o de Mañozca [Rúbrica] Luego incontinenti se le señalaron al d[ic]ho P[edr]o/Maybon las penitencias espirituales sigui[en]tes/ Que por tiempo de dos años confiesse y comulgue/las tres pasquas del año en las partes donde/ se hallare, y si fuere en esta çiudad de Mex[i]co/haga las confessiones con el padre camara con el/ qual se confiesse luego sacramentalm[en]te y el pri[mer]o/de los dichos dos años ayune los Viernes y reze en la/Yglesia que quisiere çinco Pater nostres y çinco/Ave Marias ofresçiendolos a la passion de nuestro/redemptor Jesu Christo, y los sabados la terçera parte {Foja 11r.} parte del rossario de nuestra señora, que son çinqu[en]ta/Ave Marias y çinco Pater nostres teniendola por su/abogada para que interçeda con su hijo preçiossissi[m]o/que le de su graçia y fortaleza para no volver a caer/en los errores pasados./Y aviendo le dado con tanto de las dichas pen[itenc]ias/se salio el d[ic]ho Pedro Maybon de la dicha audi[enci]a. P[edr]o de Mañozca [Rúbrica]


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BIBLIOGRAFÍA Fuentes documentales: Denunçiaçion de Pedro Maybon, marinero natural de la çiudad de Amburg, en Alemania la baxa, contra si propio de aver guardado la secta de Martín Luthero. 1604. Archivo General de la Nación, Sección Instituciones coloniales, Ramo Inquisición, volumen 273, expediente 5, 11 fojas. Bibliografía general: Recopilación de leyes de Indias, 1680, Libro IX, título XXX, ley LIIII. Disponible en http://www.gabrielbernat.es/espana/leyes/rldi/rldi.html [Consultado el día 13/08/2016] Silva Prada, Natalia, Manual de paleografía y diplomática hispanoamericana. Siglos XVI, XVII y XVIII, UAM-I, México, 2001 Trejo Rivera, Flor, “El barco como ciudad flotante” en Gonzalbo Pilar, Historia de la vida cotidiana en México, II, La ciudad barroca, COLMEX-CEH, México, 2005. Vivas Pineda, Gerardo, “En busca de la sociedad encapsulada. Metodología y fuentes de la historia marítima.” en Rodríguez José Ángel (comp.) Visiones de oficio. Historiadores venezolanos en el siglo XXI, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 2000, p. 445.

Eduardo Cruz Soto

Pasante de la licenciatura en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigador en el proyecto “Flota de la Nueva España de 1630-1631 e inventario y diagnóstico de recursos culturales sumergidos en el Golfo de México” de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). cseduardo@hotmail.com

Elizabeth Paola Pérez Tapia

Pasante de la licenciatura en Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) de la ciudad de México. Investigadora en el proyecto “Flota de la Nueva España de 1630-1631 e inventario y diagnóstico de recursos culturales sumergidos en el Golfo de México” de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). elis.bleu@gmail.com


Documentos inéditos para una Historia de la Provincia de Aconcagua. Archivo Nacional Histórico de Chile , Reglamento para el Cuerpo de Serenos del departamento de Los Andes, 1846, Fondo Ministerio del Interior Vol. 240, fojas 38-43. El documento que presentamos, corresponde al reglamento constitutivo del Cuerpo Serenos del departamento de Los Andes. En 1846, esta ciudad fronteriza, dependiente administrativamente de la revolucionaria provincia de Aconcagua,1 no contaba con un cuerpo especializado para la seguridad, protección, recaudación de impuestos y mantenimiento del orden público. Este último aspecto es muy importante, toda vez que fue el derrotero de los gobiernos de la llamada Republica Autoritaria.2 Este periodo comprendido entre 1831 y 1861, se caracterizó por una especial política de represión a la oposición liberal, aunque también destaca por organizar al país e institucionalizarlo. Otro aspecto relevante de estos decenios conservadores, fue la gran efervescencia política que se manifestó en la explosiva formación de sociedades literarias compuestas por antiguos pipiolos y jóvenes intelectuales de la llamada generación del 42.3 El ejemplo más notable de esta ola reformista liberal fue la Sociedad de la Igualdad.4 Aunque no solo el aumento de actividades políticas opositoras al régimen conservador, fue la razón última, de la creación de nuevos cuerpos armados al mando del estado, sino que también fue importante el paulatino aumento de los delitos y crímenes en la sociedad chilena.5 El presente reglamento da cuenta de la constitución del cuerpo de Serenos en el departamento de Santa Rosa de Los Andes, aportando ricos antecedentes se la conformación y funcionamiento de dicho cuerpo, como también entrega información, respecto a su orgánica y procedimientos aplicados en algunas hipótesis de acción, sueldos, castigos y multas, son parte de algunos de los elementos que se pueden extraer y que son útiles para documentar diversas investigaciones históricas. Dentro de este documento, se contiene otro reglamento, concerniente al modo de financiamiento del gobierno local. Desde esta fuente, es posible comprender tacita y expresamente ciertas conductas cotidianas en la sociedad de mediados del siglo XIX. Toda vez, que muestra un acabado modelo de clasificación de las clases socales, dividiéndola en seis tipos, clasificados según el tipo propiedades, 1  Este tema lo hemos abordado detalladamente en, Castro, Hugo y Monteverde, Alessandro. Conspiraciones, motines y sedición en Aconcagua. 1850 – 1851. Ediciones Facultad de Humanidades. UPLA. Valparaíso. 2016. 2  Época de historia política de Chile, caracterizada por constituirse tres gobiernos Conservadores de diez años cada uno. Estos decenios conservadores fueron claves en la organización del Estado nacional (1831-1861) como también se distinguieron por desarrollarse en ellos, dos grandes revoluciones liberales en 1851 y 1859. Siendo esta última, la que terminaría con los decenios conservadores, iniciando el periodo de gobiernos liberales. 3  Para obtener más información ver Gazmuri, Cristián. El” 48” chileno: igualitarios, reformistas radicales, masones y bomberos. Editorial Universitaria; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago.1999. 4  Un trabajo actualizado y recomendado para abordar este tema es Wood, James A. The Society of Equality. University of New Mexico Press, Mexico.2011. 5  Este aspecto de la sociedad se observa en el trabajo de Monteverde, Alessandro. Crimen y delincuencia en Aconcagua. 1800-1850. Ediciones Facultad de Humanidades. Valparaíso. 2006


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la renta anual de estas, y el uso de dichas propiedades, siendo algunas privadas y otras comerciales. Este documento, se conserva en el Archivo Nacional Histórico de Chile, precisamente en el Fondo Ministerio del Interior, en el volumen 240. Dicho volumen, no posee numeración correlativa entre sí, encentrándose cosidos los papeles con hilo en el libro volumen antes señalado, encuadernado en cartón. Este volumen es un volumen extraordinario, pues en él, no existe correlación de la naturaleza de los documentos contenidos, toda vez, que se trata de un compendio algo ordenado, de documentos, oficios, reglamentos y misivas, enviadas por las autoridades de la provincia de Aconcagua al gobierno. En este volumen, los remitentes son variados, a diferencia de otros volúmenes ministeriales, pues acá encontramos misivas enviadas a diferentes ministros, no solo al Ministerio del Interior, como podría pensar el investigador que los solicita. Por dicha razón, tiene un atractivo su lectura pues no es monótona ni secuencial. En cuanto a la materialidad de los documentos señalados, podemos decir que se encuentran en un grado de conservación preocupante, toda vez que sus bordes se encuentran ajados, por la resequedad y antigüedad del papel. No existiendo copias originales, siendo estos los únicos ejemplares. El papel utilizado, es el común para las comunicaciones oficiales de la época, con dimensiones tradicionales para el efecto. Hablamos de 24 x 38 cm. Están escritos a pluma, en verso y reverso. La calidad de la tinta, es variada, sin mucha trasparencia, aunque sí, en algunos casos la tinta del verso traspaso al reverso, confundiendo los caracteres. La caligrafía y el estilo, por tratarse de diferentes remitentes, denota distintos usos ortográficos, en similares palabras. Se trata de una escritura formal y solemne. Por dicha razón, es menester realizar la trascripción fiel de la fuente, toda vez que además de su contenido positivo, podemos inferir aspectos relevantes a la hora de estudiar la sociedad de aquella época. . A continuación, publicamos la transcripción de los documentos antes reseñados, agradeciendo la buena disposición, gentileza y paciencia del señor José Huenupi, encargado de la sala de investigación del Archivo Nacional, y al señor Luis Martínez, coordinador del mismo Archivo, por la colaboración y autorización para la publicación de estos documentos.


Reglamento para el cuerpo de Serenos del departamento de los Andes______________________________________ Organisacion y objeto del Cuerpo Art° 1°

Habrá en el departamento de los Andes un cuerpo de Serenos encargado de

velar duran-

te la noche sobre la conservación del orden y tranquilidad pública sobre la seguridad de las personas y propiedades y sobre la observancia de las disposiciones de policía. Art° 2°

El cuerpo de Serenos del departamento de los Andes, se compondrá de un cabo = Coman-

dante con la dotación de diez y seis pesos, y seis serenos de a caballo con la de diez pesos cada uno, en la estación de invierno, entendiéndose esta desde el primero de abril al treinta de Setiembre y ocho pesos desde el primero de Octubre al treinta y uno de Marzo. Art° 3

El nombramiento del cabo y de los serenos lo hará el Gobernador el de estos últimos a pro-

puestas de aquel. II 4°

El armamento se compondrá de un sable para cada individuo del cuerpo y lo costeara la

Municipalidad de su fondo. II 5°

Los Serenos se enumeraran corre=lativamente desde el uno hasta el seis.

II 6°

Habrán además tres Serenos suplentes que se emplearan en llenar las faltas de los propieta-

rios abonándoles por cada guardia en que se empleen lo que lo que corresponde al sueldo de estos, que se descontara a aquellos a quienes suplan. Del servicio Art° 7 °

El servicio se hará desde el anochecer hasta que amanezca.

Art° 8° Media hora antes del inicio del servicio, se presentaran el Cabo y los Serenos en el punto que el Gobernador haya designado, se armaran y saldrán a ocupar los puestos que el cabo les señale. Al venir el día, volverán al punto de donde salieron, depositaran en el sus armas y se les dará puerta franca. II 9°

Ningún Sereno saldrá del recinto de su cargo sin orden espresa del Cabo, a no ser en los casos

siguientes: cuando se necesite de su ausilio con urjencia en el punto inmediato para llenar alguno de los objetos de que están encargados: cuando se toque reunión en cualquier lugar: cuando vengan en alcance de algún delincuente. Hallándose en alguno de los cosos que se espresan en el numero 8° del articulo 11° cumplirán lo que en ellos se determina, trasmitiendo el encargo al Sereno del punto inmediato.


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Del Cabo 10° El Cabo estará bajo la dependencia absoluta del Gobernador i tendrá a su cargo inmediato la moral i disciplina del cuerpo y le corresponde: 1° Presentarse diariamente al Gobernador a la hora que este le prefije para recibir sus órdenes. 2° Pasar al Gobernador todas las mañanas un parte por escrito de todas las ocurrencias de la noche anterior 3° Comunicar inmediatamente al Gobernador los sucesos graves de que, bajo cualquier aspecto, interese que tenga pronto conocimiento y tomar sin perjuicio de esto las providencias que esija el caso y estén en la esfera de sus facultades. 4° Velar sobre el cumplimiento de los deberes de sus subalternos recorriendo frecuentemente los puestos que ocupan. 5° Cumplir y hacer cumplir a los Serenos las ordenes que reciba del Gobernador. 6° Harán dos Libros: uno de partes en que copie todo lo que pase al Gobernador y otro de alta y baja del cuerpo. De los Serenos Art° 11° Sus Deberes son: 1° Evitar que se cometan delitos 2° Aprender a los delincuentes infraganti; a las personas que se le haya encargado por el Cabo y por el Gobernador y a los que sepan que han cometido o intentado cometer algún delito, y conducirlas arrestadas. 3° Poner en conocimiento del Cabo i del Gobernador, si en algún punto se tienen reuniones que se juzguen atentatorias al orden público. 4° Prestar su ausilio a cualquier vecino que lo solicite para precaver algún mal que le amenase, bien sea en la calle o dentro de su casa. 5° Aprender y conducir ante el Gobernador a la persona a quien se impute algún delito, siempre que lo pida algún vecino bajo su responsabilidad obligándose este a presentarse también junto con el acusado. 6° Avisar inmediatamente a los dueños de las casas en que se note incendio y a los de las inmediatas y llamar al Cabo.


7° Darán aviso a los que habitan la casa en que se observe inundación; que se ha entrado en ella particularmente alguna persona i que se sufre o amenaza cualquier otro mal, y presentar prontamente el ausilio que se necesite, llamando para esto, si fuese necesario, al Sereno del punto inmediato y al Cabo. 8° Prestar a todo vecino cualquiera de los servicios que le pidan, de los que a continuación se espresan: Llamar algún médico, sacerdote, escribano u otra persona que se necesite, por enfermedad u otro acontecimiento semejante. Comprar alguna cosa en la Botica o en el Bodegón, siempre que sea en caso de enfermedad u otro igualmente necesario. Acompañar por la calle a quien lo solicite hasta el punto donde se dirija, no siendo fuera del recinto encargado a guardia de los Serenos. 9º Cuidar del cumplimiento de todas las disposiciones de policía que se les encomiende y proceder contra sus infractores del modo que en ellas se les prevenga. 10º Obedecer estrictamente las ordenes que reciban del Cabo, relativos a los objetos de su destino, que se indican en el artículo primero, bien sea que emanen de él o de autoridad superior. 11° Implorar, si fuese necesario no solo el ausilio de la fuerza militar que halla en el pueblo, sino también el de el público, diciendo en alta voz, “favor a la ley” en cuyo caso todos los que se hallen presentes, cualquiera sea su clase o condición, deberán prestar su asistencia, bajo las penas que señalan las leyes. 12°

Es prohibido a los Serenos-

1° Penetrar en las casas sin orden de autoridad competente, a menos que sus dueño lo pidan y permitan. 2° Perturbar las reuniones en que no se falte a las reglas establecidas y molestar de cualquier modo a los vecinos pacíficos. 3° Arrestar y detener a persona alguna por su propia determinación, ni en otros casos que los señalados en este reglamento y en los que se espresen en las disposiciones que estén encargados de cumplir. 4° Hacer uso de sus armas en otro caso que no sea el de hallarse obligados a ello para atender su propia defensa y el de ser absolutamente indispensable para vence una resistencia obstinada a sus mandatos, despues de haber empleado inútilmente todos los otros medios que sujiera la prudencia para hecerse obedecer. 5° Dispensar el cumplimiento de las disposiciones sobre cuya observancia estén obligados a selar.


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6° Ecsijir pago de algun particular por servicios que estén obligados a prestar en virtud del cargo que ejercen. De las penas Art° 13°

Los delitos comunes que comentan los Serenos serán juzgados por la justicia ordinaria,

conforme a las leyes y los de disciplina por haber faltado a los deberes que les impone este reglamento con las penas que a continuación se espresan: 1° Arresto 2° Multa 3° Destitución 14°

El Gobernador podrá imponer la primera a los Serenos, por un mes, y al Cabo por ocho días, y

la tercera a cualquiera de los individuos del cuerpo. El cabo podrá imponer a la los Serenos, la primera por dos días y la segunda al que incurra en ella, según se previene en este reglamento. 15°

Las penas comprendidas bajo los números primero y tercero, se aplicaran según la gravedad y

sircunstancias del delito o falta que se hubiese cometido y la de multa solo por inasistensia a las oras del servicio sin que ecseda de dos reales cada vez. Lo que produzcan estas multas pertenecerá a los fondos del cuerpo y de ella se dará cuanta circunstanciada al Gobernador, por el Cabo cada ocho días. La pena de arresto se cumplirá por los individuos a quienes se imponga, durante el tiempo que le cuerpo no esté en servicio. 16°

El Cabo dará cuanta al Gobernador de las penas que haya impuesto, en uso de sus facultades, igualmen-

te de los delitos i faltas que cometan sus subalternos y merezcan mayor pena de la que es permitido aplicar. De la responsabilidad del Cuerpo y modo de hacerla efectiva. 17° La responsabilidad del cuerpo de Serenos se reclamara por los robos que se hagan por la parte esterior de algún edificio, que se halle al alcance y bajo la custodia de aquel y siempre que sea por medio de forados o fracturas de puertas, ventanas o cerraduras. 18° Para que se haga efectiva esta responsabilidad señalara una fianza de trecientos pesos calificada por el Gobernador; y cualquier reclamo deberá dirijirse contra aquel. 19° Para hacer la indemnización de un robo, es necesario que se declarase por sentencia de juez competente.


Disposiciones generales 20° Reuniéndose dos o más Serenos en un punto hará de Jefe el que tenga la primacía por su número, mientras llega el cabo. 21° El presente reglamento se leerá a los serenos por le cabo, cada ocho días, y las disposiciones de policía en que tengan alguna injerencia, cada quince; haciéndoles las esplicaciones que se juzguen convenientes para su mejor intelijencia. Reglamento de la contribución Art° 1° La contribución de Serenos grava las casas, citios, conventos, establecimientos de comercio, artes y oficios, fabricas, despachos de licores y de cualquiera otra especie que se hallen en el reciento que guarden los Serenos. 2°

Los contribuyentes se dividen en seis clases a la primera corresponden las casas cuyo arriendo

anual efectivo i calculado no baje de docientos sincuenta pesos: establecimientos fiscales y municipales, casa de diezmos y destilación por mayor y las tiendas de comercio en cuyo capital notoriamente en jiro no ecseda de diez mil pesos. A la segunda corresponden las casas cuyo arriendo anual sea de docientos pesos a docientos sincuenta, la iglesia y piezas parroquiales y las tiendas a cuyo capital notorio en jiro, sea de cuatro a diez mil pesos. A la tercera, corresponden las casas cuyo arriendo anual sea de siento sincuenta a docientos pesos y las tiendas a cuyo capital notorio en jiro sea de mil quinientos pesos a cuatro mil pesos, establecimientos de javoneria por mayor. A la cuarta, corresponden los fondos cuyo arriendo anual sea de cien pesos a ciento sincuenta, capillas actualmente en ejercicio, las tiendas por menor, cuyo capital en jiro sea notoriamente de quinientos a mil quinientos pesos, los bodegones y despachos permanentes de licores por mayor y menor, los cafees y las mesas de billar i las fondas o despachos establecidos actualmente. A la quinta, corresponden las casas cuyo arriendo anual sea de cincuenta a cien pesos, las plasterias, herrerías y sastrerías, las carnicerías y javonerias por menor. A la sesta, corresponden los fundos cuyo arriendo sea de treinta a cincuenta pesos anuales, las cigarrerías, zapaterías, sombrerias, ojalaterias, talabarterías, carpinterías, y cancha de bola. 3° Los objetos comprendidos en la primera clase pagaran doce reales mensuales. Los de la segunda nueve reales, los de la tercera seis reales, los de la cuarta cuatro reales, los de la quinta dos reales y los de la sesta un real.


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Los establecimientos de comercio, artes y oficios, fábricas y despachos pagaran la contribución

que se les designa en el artículo anterior, a más de la que corresponda al fundo en que se hallen cituados. 5°

La contribución se pagara por trimestres adelantados, y se ecsijira de los que se hallen en

posesión de los fundos sujetos a ella, bien sea como propietarios, arrendatarios, depositarios o de cualquier otro modo. 6° La clasificación de los objetos que se mencionan en el artículo primero, corresponden al Gobernador del departamento sujetándose a la base que se establece por el artículo segundo. 7°

El Gobernador podrá eximir a las personas que habiten las casas de la quinta y sesta clase

siempre que acrediten que viven de limosna. 8°

Cada tres meses formara el Gobernador una lista por duplicado de todas la casa y demás obje-

tos, sujetos a la contribución de Serenos, en que se espresa la cantidad que a cada uno corresponde por trimestre y autorizado con su firma ambos ejemplares, entregara uno al recaudador para que por el haga el cobro y el otro al depositario. De la recaudación 9°

Habrá un recaudador de la contribución de Serenos por el Gobernador, rendirá una fianza de

trecientos pesos a satisfacción del Gobernador, en seguridad de los fondos que recaude y tendrá la asignación de un cuatro por ciento. 10°

Cuando alguna persona no pague la cuota que le corresponda, habiendo sido reconvenido por

el recaudador dos veces en distintos días, lo demandara este al inspector del distrito, quien espedira en el acto el correspondiente mandamiento de ejecución y embargo contra la persona y bienes del deudor. Si se ha trabado embargo sobre alguna prenda y el dueño no hace el pago al segundo día, se venderá en remate público y con su producto se cubrirá la contribución y las costas de la cobranza. 11°

En los primeros ocho días del cada trimestre hará entrega el recaudador al depositario de la suma

que haya percibido perteneciente al trimestre que acabo, y si algo ha dejado de cobrarle dará cuenta del motivo que se lo haya impedido. Si este encuentra que aquel es culpable de mal manejo o de omisión en el cumplimiento de lo que se dispone en el artículo noveno, lo pondrá en noticia del Gobernador. Del Depositario 12° El tesorero de la Municipalidad y en su defecto a la persona que nombre el Gobernador, será el depositario de la contribución de Serenos: rendirá una fianza de trecientos pesos a satisfacción del Gobernador que responda de su administración, y tendrá un tres por ciento de comisión sobre las cantidades recaudadas.


13° El depositario pagara mensualmente los sueldos del cabo y serenos por una nómina que debe formar el Cabo y que la presentara con V° B° del Gobernador. En esta nomina se hará cada individuo el descuento de lo que corresponde a las multas en que haya incurrido y de las guardias que por él se hayan pagado a los supernumerarios, y solo por alguna de estas causas o por orden de autoridad judicial se le podrá descontar o retener alguna parte del sueldo. 14°

Cada seis meses el depositario rendirá cuenta documentada a la municipalidad de los fondos

que hayan entrado a su poder. Disposiciones generales 15°

Si hubiere algún sobrante de los fondos del cuerpo después de cubiertos, los sueldos, la co-

misión del recaudador y del depositario, se consultara se consultara al gobierno la inversión que la Municipalidad acuerde para aumentar i mejorar el cuerpo, i si por el contrario hubiese algún déficit, se cubrirá por vía de suplemento de los fondos Municipales. Santa Rosa de los Andes, Octubre diez y nueve de mil ochocientos cuarenta y seis.

Hugo José Castro Valdebenito

Hugo Castro Valdebenito. Es profesor de Historia y Geografía, Licenciado en Historia, Licenciado en Educación (UPLA), actualmente (2016) cursa estudios de Derecho (UVM) y es becario del Programa de Formación de Capital Humano Avanzado de la Comisión Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología (CONICYT- PCHA/ 22160124) en el Centro de Estudios y Asistencia Legislativa de la PUCV. En el Magister en Relaciones Internacionales. Actualmente es académico en Departamento de Historia de la Universidad de Playa Ancha.


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