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Adios a un grande

Adios a un grande

José Augusto Calderón Díaz, nació el 24 de abril de 1940 en Garzón, Huila. De allí su conocido apodo de “El filósofo de Garzón”, que repetía divertido y con el lanzaba sus más afinados comentarios. Fue el orgullo de una gran familia huilense desde donde comenzó su acercamiento con el mundo del periodismo.

En 1963 contrajo matrimonio con Ana Isabel Henao de Calderón, su “único amor y única mujer”, como le gustaba llamarla. Superaron los 60 años de matrimonio y de esa feliz unión nacieron sus tres hijos: Edgar Augusto, José Javier y Carolina Calderón y sus cuatro nietos: Daniel, Lucas, María Camila e Isabella.

Fue creador del posgrado (especialización) y director durante seis años en Gerencia de la Comunicación Empresarial en la Universidad de la Sabana, en Bogotá.

Esta labor fue internacionalmente reconocida mediante homenaje y diploma entregado por el Alcalde de la ciudad de Miami, Tomás Regalado en 2013 y como huilense ejemplar con el “Garzón de oro” en 2019.

A la par con su ejercicio de periodista, durante 18 años fue profesor en las universidades La Sabana, Sergio Arboleda, Externado de Colombia y Javeriana de Bogotá en las cátedras relacionadas con la enseñanza del periodismo y con su lema de “Dar de sí sin pensar en sí”, ayudar primero a los desvalidos.

Realizó estudios de Alta Dirección Empresarial en Inalde, instituto en Bogotá con la franquicia de Harvard Business School, Especialización en Mass Communication, organismo patrocinado por Unesco y OEA y realizado en la Universidad Central de Quito (Ecuador) donde también fue corresponsal de Emisoras Monserrate, en Bogotá (1963).

Se destacó como creador de medios de comunicación en Colombia, donde creó 12 revistas, semanales, quincenales y mensuales que han tenido destacado éxito y las cuales puso en funcionamiento como su director en este lapso de 59 años. Entre estas revistas figuran: Clase Empresarial, de Legis (Director 1995/2001), Vea,

Como diplomático, durante cinco años fue Cónsul General de Colombia en Roma y Consejero económico de la Embajada de Colombia ante el gobierno de Italia. Y corresponsal de El Espectador en Roma (1985 a 1988). En Italia fue designado Académico Ordinario (miembro Académico con silla permanente) en la Academia de Cultura Universitaria y de Estudios Superiores de Roma (1987).

El Emprededor Latinoamericano, Rotary International (publicación oficial regional de Rotary con circulación en Colombia, Venezuela y Ecuador y condecorado con su máxima distinción, la medalla de oro Paul Harris), HIT (revista dedicada al espectáculo) y AS Deportes. Fue creador de diarios como El Espacio (1965/74, jefe de redacción) y LA PRENSA (Subdirector 1984/86), en Bogotá. Fue director de la revista Cromos (1975/79), Director de la Cadena Radial Todelar (1979/82).

Director de Comunicaciones de PUNCH TV (1982/84) y Director de Comunicaciones del Banco Central Hipotecario (1991/94). También se destacó como gran escritor. Su novela Tiempos de mucho, tiempos de nada, fue seleccionada en Barcelona en 1990 como una de las diez finalistas entre 355 participantes en el Concurso de Novela Plaza&Janés. Ha terminado la novela Los amores del Virrey Fraile y se encuentra en corrección un libro de cuentos.

En sus últimos años se desempeñó como Director General de la revista Hechos&Crónicas desde su planeación en 2009 y posterior lanzamiento en 2010. Allí recibió cuatro premios Águila como reconocimiento a la excelencia en los medios de comunicación con enfoque cristiano en 2014, 2017, 2018 y 2019 en la categoría de mejor revista impresa con enfoque cristiano de América Latina, el Caribe y EE.UU. y dos premios Praise Music Awards. Su compromiso con la revista lo llevó a dirigir cada número hasta su retiro en 2021 por temas de salud y su fallecimiento el pasado 14 de abril.

En la primera columna editorial, publicada en la edición de septiembre de 2010 de la revista Hechos&Crónicas, Augusto escribió: “Hemos nacido en libertad para ser libres y predicar libertad. Hemos nacido para amar al prójimo como a nosotros mismos. Hemos nacido para construir paz, pues el mundo necesita rosas y no espinas, puentes y no muros; ternura y jamás rencor… la vida de Hechos&Crónicas no será inútil… escribiremos para educar y evangelizar”.

Y es precisamente esto último lo que lo destacó como uno de los mejores. Sus amplísimos conocimientos en periodismo trascendieron hasta el mundo de la evangelización, procurando que con cada número de la revista un alma fuera tocada para Cristo y una persona fuera sensibilizada para Su obra.

Antes de irse, Augusto siempre decía:

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