Revista Iglesia en San Bernardo - Junio 2020

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Iglesia en San Bernardo

Junio 2020

“ Una Reserva de Amor que da Serenidad y Esperanza al que Sufre “


Sumario

Vocaciones

Campaña

Caridad en la Dióceis

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Voluntarios armando cajas de ayuda

Seminario San Pedro Apóstol

Director: Mons. Juan Ignacio González Consejo de Redacción: Mons. Juan Ignacio González y Pbro. Eric González Editora General: Carolina Echeverría Editora de Crónica: Ámbar Álvarez Publicidad: Luis Orellana E-mail:lorellana@obispadodesanbernardo.cl Nº de Ejemplares: 15.000 ejemplares Dirección: Freire 508, San Bernardo Casilla: 320 Teléfonos: 8586971 / 8591137 Página Web: obispadodesanbernardo.cl Aporte: Cuenta 188-01964-02, Banco de Chile Diseño: Obispado de San Bernardo Impresión: A Impresores S.A. Año: 14 Publica: S.C.D. Eyzaguirre A. Ltda.


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Ante las crisis: volver a los fundamentos

A

rrecia la pandemia del COVID y con ella el descalabro económico se hace cada día más patente. Son momentos irrepetibles en la vida de una nación y exigen también decisiones fuertes y heroicas. Nadie esta ajeno a la gravedad del momento y por ello las actitudes personales y sociales son también decisivas. Entre las personales, el cumplimiento de las medidas sanitarias dispuestas es esencial. No hay lugar a la frivolidad ni a pequeñas “salidas de libreto” por parte de nadie. Los protagonismos personales – tan presentes en algunos casos - deben ceder a la necesidad de la unidad y el trabajo conjunto, como vemos en muchos ámbitos de la vida del país. La irresponsabilidad debe ser combatida con claridad, porque necesariamente afecta a los demás y, en muchos casos, permite la expansión de la infección. Se deben dejar de lado las actitudes críticas – en otros momentos legítimas - que debilitan la eficacia de las medidas que las autoridades sanitarias están adoptando. En esto hemos mostrado mucha inmadurez en diversos ámbitos y especialmente en el político y de los medios de comunicación. La ciudadanía lo advierte y juzga esas actitudes. Las palabras que más deberían estar presentes en nuestro lenguaje son solidaridad y caridad con el prójimo que sufre. Es el momento de no aceptar miradas basadas en ningún otro interés que no sea el amor al prójimo, porque todos son personas, pero especialmente aquellos que más soportan las dificultades. El juicio crítico se hace severo, cuando en momentos de gravísimas dificultades, las pequeñas disputas se toman el espacio público o los medios de comunicación. Se aplica la enseñanza de un hombre santo: si no puedes alabar cállate. Lo demás manifiesta la falta de virtud, el pensar en uno mismo y el hablar de uno mismo, que son, según San Agustín, el símbolo de la soberbia arraigada, que todos llevamos facebook.com/obispado.sanbernardo

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dentro. ¿Pero, será posible enfrentar una crisis como esta sin un fundamento espiritual verdadero? Se puede decir que es muy difícil. Y el fundamento verdadero del amor al prójimo es la verdad de que todos somos hijos de Dios, tenemos un Padre común y por eso somos hermanos de los hermanos. La crisis que padecemos ha develado la crisis de fe y de espiritualidad en que hemos ido cayendo. Esto resulta evidente y debe ser uno de los grandes aprendizajes para cuando el momento crítico pase. Es claro que una nación que se forjó sobre las bases de los principios cristianos y evangélicos, cuando estos dejan de alumbrar la vida social, la política, la económica o la familiar, sobrevengan las crisis una tras otra y el Coronavirus ha sido solo una más de ellas, ni siquiera la más grande, pero que, al afectar a todos por igual, ha mostrado fuertemente la carencia de las verdaderas virtudes personales y ciudadanas. Una nación está construida sobre un entramado de virtudes cívicas y espirituales que la hacen capaz de resistir los momentos de dificultad, sabiendo cada uno ocupar su lugar en las crisis, aceptar el rigor y el dolor, sufrir en cierto silencio. Cuando ante ellas eso no ocurre y el disenso y la confrontación irrumpen en medio de las dificultades, es uno de los signos de que algo serio está pasando en los fundamentos. Debemos, por tanto, iniciar un nuevo aprendizaje, fundado en los valores y principios en los que nació la República. El amor a Dios, el amor al prójimo y el amor a la Patria. Tres amores que o andan juntos o terminan por hacernos caminar por sendas ruinosas y de desunión. Y los que más sufren, como tantas veces se ha dicho, son los desamparados y los pobres. + Juan Ignacio

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Especial agradecimiento

Agradecer y pedir por cada uno de los trabajadores del Hospital Parroquial de San Bernardo

E

n estos días en que la humanidad sufre a causa de la pandemia del Covid-19, queremos expresar nuestra estima y agradecimiento a quienes diariamente cumplen con su vocación se servir y salvar vida con su trabajo en el Hospital Parroquial de San Bernardo, médicos, enfermeras, auxiliares, capellanes…quienes con su generoso servicio dan asistencia corporal y espiritual al que sufre, quienes entregan una respuesta integral al dolor humano y se esmeran, incluso arriesgando su propia vida, en devolver la salud y alegría de vivir a numerosos enfermos de muchas generaciones que acuden a este lugar de cura. Pedimos a Cristo médico del alma y del cuerpo que les retribuya con creces la misión tan alta y abnegada.


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Entrevista:

La fe y el amor, dos armas contra el Covid-19 El Padre Pietro Magliozzi, sacerdote camiliano de la Diócesis de San Bernardo y capellán del Hospital Parroquial recorre, día a día, las salas donde se encuentran internados los pacientes con Covid-19 para brindarles la unción de los enfermos, conversar con ellos y acompañarlos, ya que ellos se encuentran aislados y sin contacto con sus familias. Es un trabajo pastoral arduo, pero más que nunca necesario en medio de esta pandemia que estamos viviendo a nivel mundial y que ha golpeado tan duro la vida de todos los seres humanos En entrevista con el religioso y médico, nos contó sobre el trabajo de la Pastoral de la Salud en dicho centro asistencial en tiempos de pandemia. Padre, el número de contagios y hospitalizaciones ha aumentado considerablemente, sobre todo en este último tiempo producto del Covid-19. ¿Cómo ha enfrentado el hospital esta pandemia?, ¿se ha habilitado algún sector para atención de los pacientes? En efecto, se esperaba un fuerte aumento de contagios y hospitalizaciones según las previsiones epidemiológicas para el 20 de abril, y llegaron puntuales al 20 de mayo, coincidiendo con la llegada del frío que activa más la virulencia. Pasamos de tener 4 o 6 pacientes Covid en una semana a tener: 38 pacientes en medicina, 8 en UCI, 4 o 5 en Urgencia para la evaluación, 213 ambulatorios y 18 funcionarios infectados. Para esta emergencia se habilitó todo el tercer piso del edificio nuevo y toda la UCI/UTI. Pero el hospital, estaba esperando este brote epidémico y supo cómo liberar espacios, trasladar y redistribuir pacientes para acoger a tantas personas sufrientes de esta

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Hospital Parroquial y Covid-19

terrible enfermedad, que necesitan cuidados particulares. Es este contexto que recuerda los Lazaretos de la antigua memoria cristiana; fueron los cristianos que inventaron por primera vez un lugar fuera de la ciudad para cuidar a los contagiados de las epidemias, llamado “Lazzaretto” bajo la protección de San Lázaro, el amigo de Jesús. Además, el hospital abrió la sala Sta. Rita para casos sociales o en situación de calle. ¿Padre Pietro cuál y cómo es el trabajo pastoral diario que realiza un capellán de hospital con los enfermos en general y en particular con los con Covid-19? Para proteger a los pacientes no-covid (y no llevarle el virus), tuve que, en este periodo de abril y mayo, restringir mis visitas de capellán solo a los pacientes con coronavirus. El trabajo con ellos tiene algunas particularidades; por ejemplo, ir a visitar a un paciente que puede contagiarme y ser causa de mi muerte, es un desafío de valentía, fe y ágape, significa estar reconciliado con la propia muerte y tener clara la propia vocación de servicio a los enfermos, hasta el peligro de la vida (como recita nuestro cuarto voto camiliano); y fue así que transformé esta visita diaria en un “privilegio” de poder ofrecer a Dios mi vida en cada visita de cada paciente (en forma concreta y no simbólicamente como se hace en las liturgias y ritos), diciéndome cada vez a mí mismo: “padrecito, no estás haciendo nada heroico o especial, sino eres un siervo inútil y estás haciendo sólo lo que debías hacer como camiliano” (cf. Lc 17,10). En práctica se trataba de ponerse un saco de plástico que protege solo parcialmente y deja muchos puntos de entrada para el virus, antiparras, gorro, mascarilla, guantes, poner el dedo en el aceite santo (porque no se puede traer nada consigo al cuarto del enfermo) y acercarse así armado al enfermo consultándole, en primer lugar, cómo está. La mayoría se encontraba en situaciones dramáticas: paralizados por el terror, algunos temblando, otros llorando, todos con dificultad respiratoria por tener los dos pulmones inflamados. Luego, a los católicos proponerles el gran remedio de la Unción de los enfermos, el encuentro real y sacramental con Cristo médico, que, hasta hoy, al 28 de mayo, nunca ha fallado y ningún paciente que lo ha recibido con fe ha muerto; las palabras del sacramento dichas de memoria, tienen un peso y un significado nuevo en este contexto, sé que de la fe con que se pronuncian y se reciben puede depender la vida o la muerte de esta persona. Termino la visita con algunas palabras de esperanza, de ánimo y una gran bendición “quédate con Dios y su gracia”, como


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decía Santa Teresa de Ávila. En otros casos, cuando no puedo entregar la Unción de los enfermos, digo oraciones en voz alta o baja según el permiso de la persona: el Kerigma, un Padre nuestro o Ave maría, jaculatorias, recordando la fuerza de la Inmaculada que para San Camilo tenía un papel importante de sanación en las epidemias, o recordando que Dios es amor y sanación y se queda en quien permanece en su amor (cf. 1Jn 4,16). En los encuentros con los evangélicos, doy una bendición asociada a la Palabra de Dios. Me pasó en una ocasión que una paciente estaba siguiendo por video en su celular un rito de su pastor y yo la acompañé durante todo ese momento. Ella me agradeció por haberme quedado, cumplí con Mt 25,40, donde no se habla sobre algo qué hacer o qué decir, ni de instituciones y diferencias confesionales, sino sólo que “a mí me visitaron, vengan benditos de mi Padre”. Además del acompañamiento espiritual a los enfermos, los trabajadores de la salud, lo han solicitado, cuál es la sensación, percepción frente lo que se están enfrentando el personal médico, auxiliares. Y personal en general. ¿Cómo ha visto el ánimo, el compromiso de los funcionarios del hospital parroquial? Con los trabajadores el acompañamiento ha sido más complejo que con los pacientes. Tres veces se ha lanzado un programa de autocuidado psico-espiritual para los funcionarios, en grupo (mutua ayuda), y de acompañamiento personalizado conmigo, vía teléfono o presencial. Pero, muy pocos han aprovechado esta instancia. Al final, viendo que los agentes sanitarios de los consultorios (estresados, con ansiedad, insomnio, problemas digestivos, miedo de contagiarse, aislamiento de sus familiares) pedían ayuda, decidí hacer diez videos en Facebook y ponerlos a disposición para todos aquellos que los necesitaran. Sé que varios han hechos los ejercicios de relajación o de integración, de paz y control emocional, de inteligencia espiritual propuestos en estos videos. Tengo que reconocer, sin embargo, que, a pesar de que 111 funcionarios fueron enviados a casa por ser riesgo de contagio, que otros quedaron con teletrabajo, otros tomaron licencia y otros renunciaron al trabajo despidiéndose, que algunos se infectaron y están en cama, los pocos que quedaron “vivos” en el “campo de batalla” se están portando un 7, en todo sen-

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tido: con serenidad, eficiencia, sonrisa y diligencia en un servicio tan difícil, riesgoso y exigente. Un trabajo de equipo, que están llevando adelante con toda dignidad y fortaleza. Y las autoridades administrativas del hospital, también lo reconocen públicamente. ¿Cuál es la importancia de la asistencia espiritual o el acompañamiento para los enfermos? Acompañar espiritualmente cuando está presente allí, “de pie con la hoz en la mano” la “hermana muerte”, significa algo muy fuerte e importante: primero, la persona enferma está enormemente más dispuesta a recibir todo lo que se le ofrece para su salud, también en términos de gracia, a arrepentirse de su mala conducta anterior. Es un clima de Gracia y de presencia palpable del Espíritu Santo. Me pregunto, si el hecho de que en todos los hospitales de Chile se haya prohibido el ingreso a los Capellanes (por lo que yo sé), no sea intencional para impedir esta oportunidad fuerte de conversión a tantos pacientes y a recibir la Gracia divina. Mi papel consiste en ser una presencia serena, segura, esperanzadora, bendiciente, ofrecer la imagen de un Dios que protege, perdona, tiene compasión, quiere dar consuelo y sanación a quien la pide con la fe (y no con miedo). Por esto, a pesar que, a veces, por la excesiva carga de dolor que tenía que enfrentar me invadió el desánimo por un trabajo que desborda cualquier dimensión humana, e incluso, raramente, el miedo al contagio. Con los enfer-

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Hospital Parroquial y Covid-19

sobrenatural de la Unción de los enfermos es importante tanto como el oxígeno, la azatioprina, la cortisona y la cloroquina; no es casualidad que ningún paciente que ha recibido con fe la Unción, hasta ahora, se haya muerto. Frente a este escenario que estamos enfrentando ¿cuál es el mensaje y llamado a la comunidad?

mos, siempre tengo una actitud positiva abriéndolos a la lucha contra el mal y a la aceptación de la enfermedad y esto sólo es posible cuando se confía en Dios, porque el 50% de las sanaciones de Jesús en los evangelios están vinculadas a la fe. ¿Cómo definiría usted la importancia de tener un hospital católico en los tiempos actuales? El Hospital Parroquial de San Bernardo es el último hospital que pertenece a la Iglesia Católica en Chile (en 1951, año en que nació el Servicio Sanitario Nacional chileno, eran 34). Desde hace 5 años nuestro hospital está consagrado a la Virgen Auxiliadora. Sólo un hospital católico como el Parroquial permite a su capellán seguir funcionando y no le cierra la puerta. Esto, porque un hospital católico cree que la asistencia espiritual-religiosa de las personas enfermas es tan importante como la médica, asistencial y social. Somos personas con cuerpo, alma y espíritu, seres capaces de actos sobrenaturales para sobrevivir y vivir en plenitud, y no somos animales hospitalizados en una clínica veterinaria, como pareciera ser lo que otros hospitales piensan, curando sólo los “cuerpos” enfermos. Yo digo a los pacientes de covid: “pasarás mucho tiempo a solas, piensa que éste será tu mejor retiro espiritual, el más profundo, el más fructífero de tu vida. Y acuérdate, no estás solo, Dios está contigo, y Él es más fuerte que la muerte. Confía en él, y él te dirá: ‘tu fe te ha salvado’”. Ofrecer fe, esperanza y caridad, ofrecer la fuerza

La comunidad sanbernardina conoce el hospital hace 123 años y la mayoría lo aprecia, aún más ahora que ofrece un servicio público gratuito, como si fuera el privado de la mejor calidad con la nueva estructura médico-quirúrgica de alta tecnología ofrecida por el Estado chileno. Esta nueva parte del hospital no logró nunca ser inaugurada, primero por el estallido social del 18 de octubre y luego por el coronavirus. En esta inauguración estaban listas para colocar en la entrada al hospital varias imágenes religiosas de más de un metro de alto: el Sgdo. Corazón de Jesús y de María, San Camilo (patrono de los hospitales), San Bernardo y Mons. Gandarilla (creador del Hospital Parroquial). Estas imágenes ahora esperan en una bodega, pero ellas son el símbolo de lo que representa el Hospital Parroquial para la comunidad entera: un corazón de santidad dentro de la ciudad, un pararrayos de amor divino (sagrado corazón), de cariño humano para proteger a San Bernardo de las crisis colectivas como el coronavirus. Las imágenes representan la creatividad pastoral que sabe dar respuestas a cualquier desafío y emergencia. El mensaje a la comunidad por tanto es: ver al Hospital Parroquial de San Bernardo como un milagro, sigue existiendo y trabajando, sembrando curación y sanación integral a pesar de las miles de dificultades internas y externas, sigue dando testimonio de fe en un mundo no creyente, sigue en defensa de la vida en una cultura de muerte, sigue anunciando a un Dios que es más fuerte que la muerte y te puede sanar incluso con una gota de aceite (unción de los enfermos). Y un último llamado, más profético, que quiero dejar, es que en estas batallas espirituales de las fuerzas del bien contra las fuerzas del mal que estamos viviendo, no se pongan de parte de los hijos de las tinieblas, no tengan miedo de un virus o de quien puede dañar el cuerpo, tengan fe en el único que puede salvarnos, Cristo Jesús.


Unción de Enfermos 7

El Sacramento de la Unción de Enfermos

C

onfiere al cristiano la gracia especial para sobrellevar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el "sagra viático", porque en estado de gracia el creyente se prepara para el encuentro con Dios. La Unción de enfermos se conocía antes como "Extrema Unción", pues sólo se administraba "in articulo mortis" (a punto de morir). Actualmente el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave.

316. ¿Quién puede recibir el sacramento de la Unción de los enfermos? El sacramento de la Unción de los enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. El mismo fiel lo puede recibir también otras veces, si se produce un agravamiento de la enfermedad o bien si se presenta otra enfermedad grave. La celebración de este sacramento debe ir precedida, si es posible, de la confesión individual del enfermo.

Compendio catecismo de la Iglesia: El Sacramento de la Unción de los enfermos

317. ¿Quién administra este sacramento? El sacramento de la Unción de los enfermos sólo puede ser administrado por los sacerdotes (obispos o presbíteros).

313. ¿Cómo es considerada la enfermedad en el Antiguo Testamento? En el Antiguo Testamento, el hombre experimenta en la enfermedad su propia limitación y, al mismo tiempo, percibe que ésta se halla misteriosamente vinculada al pecado. Los profetas intuyeron que la enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios y ajenos. Así, la enfermedad se vivía ante Dios, de quien el hombre imploraba la curación. 314. ¿Qué significado tiene la compasión de Jesús hacia los enfermos? La compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas por él son una clara señal de que con él había llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasión y muerte, Jesús da un nuevo sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse en medio de purificación y salvación, para nosotros y para los demás. 315. ¿Cómo se comporta la Iglesia con los enfermos? La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 5, 14-15). facebook.com/obispado.sanbernardo

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318. ¿Cómo se celebra este sacramento? La celebración del sacramento de la Unción de los enfermos consiste esencialmente en la unción con óleo, bendecido si es posible por el obispo, sobre la frente y las manos del enfermo (en el rito romano, o también en otras partes del cuerpo en otros ritos), acompañada de la oración del sacerdote, que implora la gracia especial de este sacramento. 319. ¿Cuáles son los efectos de este sacramento? El sacramento de la Unción confiere una gracia particular, que une más íntimamente al enfermo a la Pasión de Cristo, por su bien y por el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz, ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido confesarse. Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere, la recuperación de la salud física. En todo caso, esta Unción prepara al enfermo para pasar a la Casa del Padre. 320. ¿Qué es el Viático? El Viático es la Eucaristía recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del tránsito de este mundo al Padre, la Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de vida eterna y poder de resurrección.

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Hospital Parroquial y Covid-19

Entrevista a enfermera de la UCI del Hospital Parroquial:

“La fe en Dios es lo que me ayuda a seguir en mi vida, sobreponerme al miedo, al cansancio” Más de 20 años lleva trabajando como enfermera en la UCP (Unidad de pacientes críticos) de Hospital parroquial de San Bernardo la Sra. Inés Tapia, quien se enfrenta cada a día con la cara más triste de está pandemia del Coronavirus, los pacientes críticos.

S

u incansable fe en Dios y devoción a la Santísima Virgen la hace sacar fuerzas para cumplir con su trabajo, junto a sus compañeros médicos, enfermeras, Tens y personal de servicio que dan la batalla para salvar vidas y ayudar a quienes más lo necesitan en estos momentos, los enfermos.

Sra. Inés, ¿cuáles han sido los cambios que ha debido implementar en su vida personal o familiar debido a la exposición al virus? Grandes cambios no han sido, porque como trabajo en una unidad crítica, nuestros pacientes en general llegan ya con patologías infecto contagiosas graves, las medidas de prevención a infecciones ya están estandarizadas protocolizadas. En caso con pacientes con Covid-19 ha sido ir manteniéndome actualizada en cuanto a las medidas efectivas de protección, según se van desarrollando las investigaciones y tratar de ser lo más flexible en la implementación de estás.


Hospital Parroquia y Covid-19 9

¿Qué se podría esperar que nos deje esta crisis?

¿Cómo resumiría su experiencia diaria al lado de enfermos y compañeros de trabajo?

Espero que podamos discernir los valores que rigen y los que regirán nuestras vidas. Que sea Nuestro Señor Jesu- Ha sido un tiempo fuerte, enfrentados al miedo, cansancristo el centro y fin de toda nuestra existencia. cio, estrés, incertidumbre, dolor, aislamiento, cambios continuos. Hemos tratado de dar lo mejor de cada uno Usted está en la primera línea de salud en esta para sacar adelante a nuestros pacientes. pandemia ¿Qué es lo más doloroso de estar en esa A fines del mes de mayo fue la primera alta en la unidad de un paciente con diagnóstico de Covid-19, después de situación? casi un mes en el servicio, fue una gran alegría y satisfacEs palpar el aislamiento físico que se requiere para evitar ción para todo el equipo que trabaja en la UCI norte y sur la propagación del Coronavirus, en cuanto a los pacientes del Hospital Parroquial de San Bernardo. y familiares no tienen el consuelo de estar juntos, en algunos casos despedirse en vida.

¿Cómo siente la Fe en Dios en medio de ésta crisis sanitaria? La fe en Dios es lo que me ayuda a seguir en mi vida, sobreponerme al miedo, al cansancio al desánimo. Sin Dios la Virgen y la corte celestial no podría cumplir con mis obligaciones y ser feliz.

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GRACIAS POR TODO SU TRABAJO 11

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Actualidad

Sarah al rescate:

“La epidemia de Covid-19 responsabilidad

¿T

iene la Iglesia aún un lugar en tiempos de epidemia en el siglo XXI? A diferencia de los siglos pasados, la mayor parte de la atención médica la proporciona ahora el Estado y el personal sanitario. La modernidad tiene sus héroes seculares en batas blancas y son admirables. Ya no necesita de los batallones caritativos de cristianos dispuestos a cuidar de los enfermos y enterrar a los muertos. ¿Se ha vuelto inútil la Iglesia para la sociedad? El Covid-19 devuelve a los cristianos a lo esencial. En efecto, desde hace mucho tiempo, la Iglesia ha entrado en una relación falseada con el mundo. Confrontados con una sociedad que pretende no necesitar de ellos, los cristianos, por pedagogía, se han esforzado en demostrar que pueden serle útiles. La Iglesia se ha mostrado como educadora, madre de los pobres, «experta en humanidad» como dijo Pablo VI. Y tenía buenas razones para hacerlo así. Pero poco a poco los cristianos han acabado por olvidar la razón de estos rasgos. Han acabado por olvidar que, si la Iglesia puede ayudar al hombre a ser más humano, es en última instancia porque ha recibido de Dios palabras de la vida eterna. La Iglesia está comprometida con las luchas por un mundo mejor. Ha apoyado con razón la ecología, la paz, el diálogo, la solidaridad y la distribución equitativa de la riqueza. Todos estos combates son justos. Pero podrían hacernos olvidar las palabras de Jesús: «Mi reino no es de este mundo». La Iglesia tiene mensajes para este mundo, pero sólo porque tiene las llaves del otro mundo. Los cristianos han pensado a veces en la Iglesia como una ayuda dada por Dios a la humanidad para mejorar su vida

aquí abajo. Y no les faltan argumentos porque realmente la fe en la vida eterna ilumina la forma justa de vivir en el mundo. El Covid-19 ha puesto al descubierto una insidiosa enfermedad que está carcomiendo a la Iglesia: pensar en sí misma como «de este mundo». La Iglesia quería sentirse legítima a sus ojos y según sus criterios. Pero ha aparecido un hecho radicalmente nuevo. La modernidad triunfante se ha derrumbado frente a la muerte. Este virus ha revelado que, pese a sus promesas y seguridades, el mundo de aquí abajo quedaba paralizado por el miedo a la muerte. El mundo puede resolver las crisis sanitarias. Y seguro que resolverá la crisis económica. Pero nunca resolverá el enigma de la muerte. Sólo la fe tiene la respuesta. Ilustremos esta idea de modo concreto. En Francia, como en Italia, el tema de las residencias de ancianos ha sido un punto crucial. ¿Por qué? Porque se planteaba directamente la cuestión de la muerte. ¿Debían los residentes ancianos ser confinados en sus habitaciones aún a riesgo de morir de desesperación y soledad? ¿Debían estar en contacto con sus familias, arriesgándose a morir por el virus? No se sabía qué responder. El Estado, encerrado en una laicidad que ha elegido por principio ignorar la esperanza y restringir el culto al ámbito privado, estaba condenado al silencio. Para él, la


Actualidad 13

9 devuelve a la Iglesia a su d primera: la fe”

única solución era huir de la muerte física a toda costa, aunque eso significara condenar a una muerte moral. La respuesta sólo podía ser una respuesta de fe: acompañar a los ancianos hacia una muerte probable, en la dignidad y sobre todo en la esperanza de la vida eterna. La epidemia ha golpeado a las sociedades occidentales en su punto más vulnerable. Se habían organizado para negar la muerte, para esconderla, para ignorarla. ¡Y ha entrado por la puerta principal! ¿Quién no ha visto esas morgues gigantes en Bérgamo o en Madrid? Son las imágenes de una sociedad que prometía hace poco un hombre aumentado e inmortal. Las promesas de la técnica permiten olvidar el miedo por un momento, pero acaban siendo ilusorias cuando la muerte golpea. Incluso la filosofía no hace más que devolver un poco de dignidad a una razón humana abrumada por el absurdo de la muerte. Pero es impotente para consolar los corazones y dar un sentido a lo que parece estar definitivamente privado de él. Frente a la muerte, no hay respuesta humana que se sostenga. Sólo la esperanza de una vida eterna permite superar el escándalo. ¿Pero qué hombre se atreverá a predicar la esperanza? Se necesita la palabra revelada de Dios para atreverse a creer en una vida sin fin. Se necesita una palabra de fe para atreverse a esperarla para uno mismo facebook.com/obispado.sanbernardo

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y los suyos. Así pues, la Iglesia Católica está llamada a volver a su responsabilidad primera. El mundo espera de ella una palabra de fe que le permita superar el trauma de este encuentro cara a cara con la muerte. Sin una palabra clara de fe y esperanza, el mundo puede hundirse en una culpabilidad morbosa o en una rabia impotente ante lo absurdo de su condición. Sólo ella puede dar sentido a la muerte de las personas queridas, muertas en soledad y enterradas apresuradamente. Pero entonces, la Iglesia debe cambiar. Debe dejar de tener miedo a chocar y a ir contracorriente. Debe renunciar a pensarse a sí misma como una institución del mundo. Debe volver a su única razón de ser: la fe. La Iglesia está aquí para anunciar que Jesús ha vencido a la muerte por su resurrección. Éste es el corazón de su mensaje: «Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación, vana es también nuestra fe y somos los más desdichados de todos los hombres». (1 Corintios 15:14-19). Todo lo demás no es más que una consecuencia de esto. Nuestras sociedades saldrán debilitadas de esta crisis. Necesitarán psicólogos para superar el trauma de no haber podido acompañar a los más ancianos y moribundos a sus tumbas, pero necesitarán aún más a sacerdotes que les enseñen a rezar y a esperar. La crisis revela que nuestras sociedades, sin saberlo, sufren profundamente de un mal espiritual: no saben darle sentido al sufrimiento, a la finitud y a la muerte. +Cardenal Sarah Le Figaro, 19 de mayo de 2020

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Corpus Christi

La Iglesia vive de la Eucaristía

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l próximo 11 de junio se celebra la solemnidad del Corpus Christi (cuerpo y sangre de Cristo), publicamos un extracto de la Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia del entonces Pontífice Juan Pablo II, publicada el 17 de abril del año 2003.

Misterio de la fe 11. “El Señor Jesús, la noche en que fue entregado” (1 Co 11, 23), instituyó el Sacrificio eucarístico de su cuerpo y de su sangre. Las palabras del apóstol Pablo nos llevan a las circunstancias dramáticas en que nació la Eucaristía. En ella está inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca, sino que lo hace sacramentalmente presente. Es el sacrificio de la Cruz que se perpetúa por los siglos. (9) Esta verdad la expresan bien las palabras con las cuales, en el rito latino, el pueblo responde a la proclamación del «misterio de la fe” que hace el sacerdote: “Anunciamos tu muerte, Señor”. La Iglesia ha recibido la Eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es donde sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación. Ésta no queda relegada al pasado, pues “todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos... “. (10) Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de su Señor, se hace realmente presente este acontecimiento central de salvación y “se realiza la obra de nuestra redención”. (11) Este sacrificio es tan decisivo para la salvación del género humano, que Jesucristo lo ha realizado y ha vuelto al Padre sólo después de habernos dejado el medio para participar de él, como si hubiéramos estado presentes. Así, todo fiel puede tomar parte en él, obteniendo frutos inagotablemente.

Ésta es la fe de la que han vivido a lo largo de los siglos las generaciones cristianas. Ésta es la fe que el Magisterio de la Iglesia ha reiterado continuamente con gozosa gratitud por tan inestimable don. (12) Deseo, una vez más, llamar la atención sobre esta verdad, poniéndome con vosotros, mis queridos hermanos y hermanas, en adoración delante de este Misterio: Misterio grande, Misterio de misericordia. ¿Qué más podía hacer Jesús por nosotros? Verdaderamente, en la Eucaristía nos muestra un amor que llega “hasta el extremo” (Jn 13, 1), un amor que no conoce medida. 12. Este aspecto de caridad universal del Sacramento eucarístico se funda en las palabras mismas del Salvador. Al instituirlo, no se limitó a decir “Éste es mi cuerpo”, “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre”, sino que añadió “entregado por vosotros... derramada por vosotros “ (Lc 22, 19-20). No afirmó solamente que lo que les daba de comer y beber era su cuerpo y su sangre, sino que manifestó su valor sacrificial, haciendo presente de modo sacramental su sacrificio, que cumpliría después en la cruz algunas horas más tarde, para la salvación de todos. “La misa es, a la vez e inseparablemente, el memorial sacrificial en que se perpetúa el sacrificio de la cruz, y el banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor”.(13)


Corpus Christi 15

La Iglesia vive continuamente del sacrificio redentor, y accede a él no solamente a través de un recuerdo lleno de fe, sino también en un contacto actual, puesto que este sacrificio se hace presente, perpetuándose sacramentalmente en cada comunidad que lo ofrece por manos del ministro consagrado. De este modo, la Eucaristía aplica a los hombres de hoy la reconciliación obtenida por Cristo una vez por todas para la humanidad de todos los tiempos. En efecto, “el sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio”. (14) Ya lo decía elocuentemente san Juan Crisóstomo: “Nosotros ofrecemos siempre el mismo Cordero, y no uno hoy y otro mañana, sino siempre el mismo. Por esta razón el sacrificio es siempre uno sólo [...]. También nosotros ofrecemos ahora aquella víctima, que se ofreció entonces y que jamás se consumirá “.(15) La Misa hace presente el sacrificio de la Cruz, no se le añade y no lo multiplica.(16) Lo que se repite es su celebración memorial, la « manifestación memorial » (memorialis demonstratio),(17) por la cual el único y definitivo sacrificio redentor de Cristo se actualiza siempre en el tiempo. La naturaleza sacrificial del Misterio eucarístico no puede ser entendida, por tanto, como algo aparte, independiente de la Cruz o con una referencia solamente indirecta al sacrificio del Calvario. 13. Por su íntima relación con el sacrificio del Gólgota, la Eucaristía es sacrificio en sentido propio y no sólo en sentido genérico, como si se tratara del mero ofrecimiento de Cristo a los fieles como alimento espiritual. En efecto, el don de su amor y de su obediencia hasta el extremo de dar la vida (cf. Jn 10, 17-18), es en primer lugar un don a su Padre. Ciertamente es un don en favor nuestro, más aún, de toda la humanidad (cf. Mt 26, 28; Mc 14, 24; Lc 22, 20; Jn 10, 15), pero don ante todo al Padre: “sacrificio que el Padre aceptó, correspondiendo a esta donación total de su Hijo que se hizo “obediente hasta la muerte” (Fl 2, 8) con su entrega paternal, es decir, con el don de la vida nueva e inmortal en la resurrección”.(18) Al entregar su sacrificio a la Iglesia, Cristo ha querido además hacer suyo el sacrificio espiritual de la Iglesia, llamada a ofrecerse también a sí misma unida al sacrificio de Cristo. Por lo que concierne a todos los fieles, el Concilio Vaticano II enseña que “al participar en el sacrificio eucarístico, fuente y cima de la vida cristiana, ofrecen a Dios la Víctima divina y a sí mismos con ella”. (19) 14. La Pascua de Cristo incluye, con la pasión y muerte, también su resurrección. Es lo que recuerda la aclamación del pueblo después de la consagración: “Proclamamos tu facebook.com/obispado.sanbernardo

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resurrección”. Efectivamente, el sacrificio eucarístico no sólo hace presente el misterio de la pasión y muerte del Salvador, sino también el misterio de la resurrección, que corona su sacrificio. En cuanto viviente y resucitado, Cristo se hace en la Eucaristía “pan de vida” (Jn 6, 35.48), “pan vivo” (Jn 6, 51). San Ambrosio lo recordaba a los neófitos, como una aplicación del acontecimiento de la resurrección a su vida: “Si hoy Cristo está en ti, Él resucita para ti cada día”. (20) San Cirilo de Alejandría, a su vez, subrayaba que la participación en los santos Misterios “es una verdadera confesión y memoria de que el Señor ha muerto y ha vuelto a la vida por nosotros y para beneficio nuestro”. (21) 15. La representación sacramental en la Santa Misa del sacrificio de Cristo, coronado por su resurrección, implica una presencia muy especial que –citando las palabras de Pablo VI– “se llama “real”, no por exclusión, como si las otras no fueran “reales”, sino por antonomasia, porque es sustancial, ya que por ella ciertamente se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro” .(22) Se recuerda así la doctrina siempre válida del Concilio de Trento: “Por la consagración del pan y del vino se realiza la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo Señor nuestro, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre. Esta conversión, propia y convenientemente, fue llamada transustanciación por la santa Iglesia Católica”. (23) Verdaderamente la Eucaristía es “mysterium fidei”, misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser acogido sólo en la fe, como a menudo recuerdan las catequesis patrísticas sobre este divino Sacramento. “No veas –exhorta san Cirilo de Jerusalén– en el pan y en el vino meros y naturales elementos, porque el Señor ha dicho expresamente que son su cuerpo y su sangre: la fe te lo asegura, aunque los sentidos te sugieran otra cosa”. (24) “Adoro te devote, latens Deitas”, seguiremos cantando con el Doctor Angélico. Ante este misterio de amor, la razón humana experimenta toda su limitación. Se comprende cómo, a lo largo de los siglos, esta verdad haya obligado a la teología a hacer arduos esfuerzos para entenderla. Carta Encíclica Ecclesia De Eucharistia Del Sumo Pontífice Juan Pablo II

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Sagrado Corazón

Mes del Sagrado Corazón

Pensamiento de Benedicto XVI y Papa Francisco sobre el Corazón de Jesús El mes de junio es el Mes del Sagrado Corazón de Jesús. XVII, el también santo francés San Juan Eudes había es¿Qué es esta devoción? ¿Cuáles son sus raíces y sentidos crito el primer oficio litúrgico de esta fiesta, que se estabíblico y teológico? ¿Cuál es su actualidad? ¿Es una praxis bleció como propia de la Iglesia francesa en 1672. desfasada, meramente piadosa, anticuada? Un siglo después, en 1765, la Santa Sede autorizó a los Obispos polacos y a la archicofradía romana del SagraOrígenes históricos de este culto do Corazón la celebración de dicha fiesta. Pero no sería La devoción al Sagrado Corazón de Jesús surge en Fran- hasta el año 1856 cuando el Papa Pío IX estableció el culcia, en Paray Le Monial, tras una serie de visiones que to universal de esta fiesta, extendiéndola a toda la Iglesia tiene Santa Margarita María Alacoque, en las que Cristo Católica e incrementándose de manera notable su arraigo le pidió que trabajase para la institución de una fiesta en y popularidad. honor del Sagrado Corazón. Estas apariciones tuvieron El culto y devoción al Sagrado Corazón de Jesús se conlugar entre los años 1673 y 1675. vertiría así en la segunda parte del siglo XIX y en la pri“Quiero que sirvas -le dijo el Señor a esta santa france- mera parte del siglo XX en una de las características más sa, según testimonio de esta- de instrumento para atraer acusadas y fecundas de la religiosidad y piedad de todos los corazones a mi amor… Te constituyó heredera de mi los miembros de la Iglesia, pastores y fieles. Si repasamos corazón… Mi divino corazón de tal manera se abrasa en las biografías de los santos, beatos y fundadores de la époel amor a ti y a todos los hombres que ya no lo puedo ca citada y el arte y la literatura de entonces encontrarecontener y quiero, por tu medio, manifestarlo a todos… mos pruebas evidentes y hermosas de ello. Tengo sed de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento”. Sentido y naturaleza “El Sagrado Corazón -escribió la santa- es una fuente ¿Cuál es el sentido de esta devoción? La devoción al inagotable, que no desea otra cosa que derramarse en Corazón de Jesús no es el culto a una parte de su orgael corazón de los humildes, para que estén libres y dis- nismo y anatomía humana, es el culto y la devoción al puestos a hasta la propia vida… De este divino Corazón mismo Jesús, a la persona entera de Jesucristo. De hecho, brotan sin cesar tres arroyos: la misericordia para con los en la iconografía de esta devoción no se permitió jamás pecadores, la caridad en provecho de los necesitados y el mostrar sólo el corazón. Había y hay que representar a amor y la luz para los justos… Este Corazón divino es un Cristo en su humanidad completa, porque Él es el objeto abismo de todos los bienes, es un abismo de amor en el de nuestra adoración y a Él se dirige nuestra oración al que debe ser sumergida toda nuestra indigencia”. decir “Venid, adoremos al corazón de Jesús, herido por Por esas mismas fechas de la segunda mitad del siglo nuestro amor”.


Sagrado Corazón 17

De ahí, pues, que la devoción al Corazón de Jesús sea entraña misma del culto a Jesucristo como expresión del amor de Dios y siga siempre hoy y siempre un espléndido camino de vida y piedad cristiana. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es quintaescencia del evangelio y del plan de salvación de Dios. Hablar del corazón de Jesús es hablar de su humanidad, de quien nos “amó con corazón de hombre”. Hablar del corazón del corazón de Jesús es hablar del amor de Dios a los hombres. “Te amé con amor eterno”. “Tanto amó Dios al mundo que entregó por él a su Hijo único”. El corazón es el símbolo del amor El corazón es el símbolo del amor. Y puesto que Cristo tuvo un amor perfecto, su corazón es para nosotros el perfecto símbolo del amor. Su corazón fue saturado de amor perfecto al Padre y a los hombres. Nosotros aprendemos lo que es amor tratando de comprender y de vivir algo del amor de Cristo. Juan Pablo II El Papa San Juan Pablo II, en 1979, en su primera encíclica, “Redemptor hominis”, escribía: “La redención del mundo -este tremendo misterio de amor en el cual la creación se renueva- es en su raíz más profunda la plenitud de la justicia en un corazón humano, el corazón del Hijo Primogénito, para que pueda ser justicia en el corazón de muchos seres humanos, predestinados desde la eternidad Jesucristo a ser Hijos de Dios”. Celebrar el Corazón Jesús es, pues, celebrar la redenfacebook.com/obispado.sanbernardo

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ción. Es celebrar el amor y responder al amor amando, a ese Amor que tantas veces no es amado. “El corazón habla al corazón”, afirma a este respecto san Juan Pablo II, en referencia a la devoción al Corazón de Jesús como expresión y coloquio de amor. Celebrar el corazón de Jesús es celebrar el sacramento del amor salvífico del Padre. Y es que como se reza en el prefacio de la Misa del Sagrado Corazón, Jesús, “elevado sobre la cruz, hizo que de la herida de su costado brotaran, con el agua y la sangre, los sacramentos de la Iglesia: para que así, acercándose al corazón abierto del Salvador, todos puedan beber con gozo de las fuentes de la salvación”. Benedicto XVI El Corazón de Cristo es símbolo de la fe cristiana; el Corazón de Jesús es la síntesis de la Encarnación y de la Redención; el Sagrado Corazón es el manantial de bondad y de verdad; el Corazón de Jesús es expresión de la buena nueva del amor; el Sagrado Corazón es palpitación de una presencia en qué se puede confiar. Son estas algunas de frases con la que el Papa Benedicto XVI habló del Corazón de Jesús, en los primeros días de junio de 2008. He aquí, desarrolladas estas hermosas ideas sobre el Corazón de Cristo según Benedicto XVI: 1.- El Corazón de Cristo es símbolo de la fe cristiana, particularmente amado tanto por el pueblo como por los místicos y los teólogos, pues expresa de una manera sencilla y auténtica la “buena noticia” del amor, resumiendo en sí el misterio de la encarnación y de la redención. 3.- Desde el horizonte infinito de su amor, de hecho, @diocesis_sb

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Sagrado Corazón

Dios ha querido entrar en los límites de la historia y de la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito, el misterio invisible e inefable en el Corazón humano de Jesús. 3.- Toda persona necesita un “centro” para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al que recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el cansancio de la vida cotidiana. 4.- Cada uno de nosotros, cuando se detiene en silencio, necesita sentir no sólo el palpitar de su corazón, sino, de manera más profunda, el palpitar de una presencia confiable, que se puede percibir con los sentidos de la fe y que, sin embargo, es mucho más real: la presencia de Cristo, corazón del mundo. Por todo ello, Benedicto XVI nos invitaba a todos y cada uno de nosotros a renovar en el mes de junio y siempre nuestra propia devoción al Corazón de Cristo. Y recomienda como uno de sus caminos más privilegiados para revitalizar esta devoción al Corazón de Cristo valorar y practicar también la tradicional oración de ofrecimiento del día y teniendo presentes las intenciones que él mismo propone a toda la Iglesia. Asimismo nos llamaba a venerar el Corazón Inmaculado de María (su fiesta es en 2015 el sábado 13 de junio), encomendándonos siempre a Ella con gran confianza. Es la madre que nunca falta. Papa Francisco “El mes de junio –afirmó el Papa Francisco en el ángelus del 9 de junio de 2013- está tradicionalmente dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, máxima expresión humana del amor divino. El pasado viernes hemos celebrado precisamente la solemnidad del Corazón de Cristo, y esta fiesta da la pauta a todo el mes. La piedad popular valoriza mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que ha brotado la salvación para la entera humanidad. En los Evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo en el pasaje en el que el mismo Cristo dice: «Venid a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad mi yugo y aprended de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraréis vuestro alivio» (Mt 11,28-29). El relato de la muerte de Cristo según Juan es fundamental. Este evangelista testimonia de hecho aquello que vio en el Cal-

vario, o sea que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua (cfr Jn 19,33-34). Juan reconoció en aquel signo, aparentemente casual, el cumplimiento de las profecías: del corazón de Jesús, Cordero inmolado sobre la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres. Pero la misericordia de Jesús no es sólo sentimiento, es más, es una fuerza que da vida, ¡que resucita al hombre! Nos lo dice también el Evangelio de hoy, en el episodio de la viuda de Naím (Lc 7,11-17). Jesús acompañado de sus discípulos está llegando justamente a una ciudad llamada Naím, un pueblo de Galilea, en el momento en el que llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda. La mirada de Jesús se fijó inmediatamente en la mujer en lágrimas. Dice el evangelista Lucas: «Al verla, el Señor se conmovió» (v. 13). Esta «compasión» es el amor de Dios por el hombre, es la misericordia, o sea la actitud de Dios en contacto con la miseria humana, con nuestra indigencia, nuestro sufrimiento, nuestra angustia. El término bíblico «compasión» evoca las entrañas maternas: de hecho, la madre experimenta una reacción exclusivamente suya frente al dolor de los hijos. Así nos ama Dios, dice la Escritura. Y ¿cuál es el fruto de este amor? ¡Es la vida! Jesús dice a la viuda de Naím: «¡No llores!», luego llamó al muchacho muerto y lo despertó como de un sueño (cfr vv. 1315). Pensemos en esto. Es bello. La misericordia de Dios da vida al hombre, lo resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos miedo de acercarnos a Él! ¡Tiene un corazón misericordioso! Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él nos perdona siempre. ¡Es pura misericordia! No olvidemos esto: es pura misericordia. ¡Vayamos a Jesús! Dirijámonos a la Virgen María: su corazón inmaculado, corazón de madre, ha compartido al máximo la «compasión» de Dios, especialmente a la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos”. Y estas fueron las palabras del Papa Francisco sobre el corazón de Jesús tras el ángelus del domingo 7 de junio de 2015: “El próximo viernes, es la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Pensemos en el amor de Dios… ¡cómo nos ha amado! En el corazón de Jesús está todo este amor”. Fuente: Artículo originalmente publicado por Revista Ecclesia


Desde Roma 19

El Papa Francisco advierte del riesgo de una Fe sin contacto humanos real en este periodo de confinamiento

E

l Papa Francisco ha rezado en su homilía diaria en la capilla de la Casa Santa Marta por las mujeres embarazadas y advierte contra el riesgo de una fe "virtual", sin comunidad y sin contacto humano real, vivida sólo a través de transmisiones en directo que "viralizan" los sacramentos. “Quisiera que hoy rezáramos por las mujeres que están embarazadas, mujeres embarazadas que se convertirán en madres y están inquietas, preocupadas. Una pregunta: ‘¿En qué mundo vivirá mi hijo?’. Recemos por ellas, para que el Señor les dé el coraje de seguir adelante con estos hijos con la confianza de que ciertamente será un mundo diferente, pero siempre será un mundo que el Señor amará tanto”. En su homilía, el Papa comentó el Evangelio de hoy (Jn 21 1-14) en el que Jesús resucitado se aparece a los discípulos en la orilla después de una pesca infructuosa en el Mar de Tiberíades. Invitados por el Señor a tirar las redes de nuevo, llenaron las redes con peces. Es una escena – dijo Francisco – que tiene lugar de forma natural, porque los facebook.com/obispado.sanbernardo

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discípulos se habían familiarizado con Jesús. Nosotros los cristianos, explicó, debemos crecer en esta familiaridad, que es personal pero comunitaria. Una familiaridad sin comunidad, sin Iglesia, sin los Sacramentos, es peligrosa, puede convertirse en una familiaridad gnóstica, separada del pueblo de Dios. “En esta pandemia – observó – nos comunicamos a través de los medios de comunicación, pero no estamos juntos, como es el caso de esta Misa”. Es una situación difícil en la que los fieles no pueden participar en las celebraciones y sólo pueden hacer la comunión espiritual. Tenemos que salir de este túnel para volver a estar juntos porque esto no es la Iglesia, sino una Iglesia que corre el riesgo de ser "viralizada". Que el Señor – es la oración del Papa – nos enseñe esta familiaridad concreta, esta intimidad con Él, pero en la Iglesia, con los Sacramentos y con el santo pueblo fiel de Dios. "Los discípulos eran pescadores: Jesús los había llamado justamente en su trabajo. Andrés y Pedro trabajaban con las redes. Dejaron las redes y siguieron a Jesús. Juan y Santiago, lo mismo: dejaron a su padre y a los muchachos que trabajaban con ellos y siguieron a Jesús. La llamada fue en su trabajo como pescadores. Y este pasaje del Evangelio de hoy, este milagro, esta pesca milagrosa, nos hace pensar en otra pesca milagrosa, la que cuenta Lucas en el capítulo cinco: lo mismo ocurrió allí también. Tuvieron una pesca, cuando pensaban que no tenían ninguna. Después del sermón, Jesús dijo: “Vayan al mar - ¡Pero trabajamos toda la noche y no pescamos nada! – Vayan. Confiando en tu palabra, dijo Pedro, echaré las redes. Había tanto dice el Evangelio - que fueron tomados por el asombro, por ese milagro”. Hoy, en esta otra pesca no se habla de asombro. Se puede ver una cierta naturalidad, se puede ver que ha habido progreso, un camino que ha ido creciendo en el conocimiento del Señor, en la intimidad con el Señor; diré la palabra correcta: en la familiaridad con el @diocesis_sb

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Desde Roma

Señor. Cuando Juan vio esto, le dijo a Pedro: "¡Pero si es el Señor!", y Pedro se ciñó la túnica, se tiró al agua para ir al Señor. La primera vez se arrodilló ante él: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador. Esta vez no dice nada, es más natural. Nadie preguntó: "¿Quién eres?" Sabían que era el Señor, era natural, el encuentro con el Señor. La familiaridad de los apóstoles con el Señor había crecido. Nosotros los cristianos, también, en nuestro camino de vida estamos en este estado de caminar, de progresar en la familiaridad con el Señor. El Señor, podría decir, está un poco "a la mano", pero "a la mano" porque camina con nosotros, sabemos que es Él. Nadie le preguntó, aquí, "¿quién eres?": sabían que era el Señor. La familiaridad diaria con el Señor es la del cristiano. Y seguramente, desayunaron juntos, con pescado y pan, ciertamente hablaron de muchas cosas de forma natural. Esta familiaridad con el Señor, de los cristianos, es siempre comunitaria. Sí, es íntimo, es personal pero en comunidad. Una familiaridad sin comunidad, una familiaridad sin pan, una familiaridad sin la Iglesia, sin el pueblo, sin los sacramentos es peligrosa. Puede convertirse en una familiaridad, digamos, gnóstica, una familiaridad sólo para mí, separada del pueblo de Dios. La familiaridad de los apóstoles con el Señor fue siempre comunitaria, siempre en la mesa, un signo de la comunidad. Siempre era con el Sacramento, con el pan. Digo esto porque alguien me hizo reflexionar sobre el peligro que este momento que estamos viviendo, esta pandemia que nos ha hecho a todos comunicarnos religiosamente a través de los medios, a través de los medios de comunicación, incluso esta Misa, estamos todos comunicados, pero no juntos, espiritualmente juntos. La gente es pequeña. Hay un gran pueblo: estamos juntos, pero no juntos. También está el Sacramento: hoy lo tienen, la Eucaristía, pero la gente que está conectada con nosotros, sólo la Comunión espiritual. Y esto no es la Iglesia: es la Iglesia en una situación difícil, que el Señor permite, pero el ideal de la Iglesia es estar siempre con el pueblo y con los Sacramentos. Siempre. Antes de Pascua, cuando salió la noticia de que celebraría la Pascua en San Pedro vacía, un Obispo me escribió – un buen Obispo: bueno – y me regañó. "Pero cómo es que San Pedro es tan grande, ¿por qué no pone 30 personas por lo menos, para que se pueda ver a la gente? No habrá peligro...". Pensé: "Pero, ¿qué tiene en la cabeza, para decirme esto?". No lo entendí, en el momento. Pero como es un buen Obispo, muy cercano a la gente, querrá decirme algo. Cuando lo encuentre, le preguntaré. Entonces lo

entendí. Me dijo: "Ten cuidado de no viralizar la Iglesia, de no viralizar los Sacramentos, de no viralizar al Pueblo de Dios". La Iglesia, los Sacramentos, el Pueblo de Dios son concretos. Es cierto que en este momento debemos hacer esta familiaridad con el Señor de esta manera, pero para salir del túnel, no para quedarse allí. Y esta es la familiaridad de los apóstoles: no gnósticos, no viralizados, no egoístas para cada uno de ellos, sino una familiaridad concreta, en el pueblo. Familiaridad con el Señor en la vida diaria, familiaridad con el Señor en los Sacramentos, en medio del Pueblo de Dios. Ellos han hecho un camino de madurez en la familiaridad con el Señor: aprendamos a hacerlo también. Desde el primer momento, entendieron que esa familiaridad era diferente de lo que imaginaban, y llegaron a esto. Sabían que era el Señor, compartían todo: la comunidad, los sacramentos, el Señor, la paz, la fiesta. Que el Señor nos enseñe esta intimidad con Él, esta familiaridad con Él pero en la Iglesia, con los Sacramentos, con el pueblo fiel de Dios". Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración: “A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se abandona en su nada y en Tu santa presencia. Te adoro en el sacramento de tu amor, deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te ofrece. En espera de la felicidad de la comunión sacramental, quiero tenerte en espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, que yo vaya hacia Ti. Que tu amor pueda inflamar todo mi ser, para la vida y para la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Que así sea”.


Especial 21

Tres amores en tiempos de pandemia Una oportunidad, ¿para qué?

Se ha dicho de muchas maneras que el momento presente es una oportunidad. También lo es en el ámbito de la vida espiritual y de la vida familiar. En la mayoría de los casos, muchos de nosotros tenemos que estar junto a nuestras familias en un tiempo de encierro o cuarentena. Se trata de un momento particular de la vida familiar y de la vida social. Y por esa razón, es también un momento qué manifiesta muchas oportunidades para expresar nuestra dedicación con amor y cercanía hacia aquellos que siempre están con nosotros, pero que ahora deben estarlo obligatoriamente.

Los adultos mayores y los más pobres

En especial, en el caso de nuestros adultos mayores, como nuestros padres abuelos y parientes de la tercera edad, que son quienes más desvalidos se encuentran en la vida familiar y que dependen de nosotros para las cosas muchas veces más mínimas. También los pobres, los que nada tienen, los que están en situación de calle, deben ser objeto especial de nuestras preocupaciones, uniéndonos como familia a las campañas de alimentos y ropa para ellos, con una palabra de cercanía, una limosna generosa, etc.

Aprender a conversar de lo que nos une

Otro aspecto muy interesante es aprender a conversar de las cosas importantes y de las cosas sencillas de la vida. Por ejemplo, de la vida familiar, de las historias familiares comunes a todos los que viven en la casa, de los recuerdos de los que ya han partido, de los que están lejos, de los hijos o de los nietos. Gastar el tiempo en hablar de estas cosas nos hace muy bien, nos reencuentra con nuestras raíces familiares y con aquellos a los que tanto debemos, nos reconcilia con quienes hemos tenido a veces diferencias.

Orar en familia, una necesidad

Un elemento de especial importancia es crear espacios para la oración en familia, tan recomendada en la vida de la Iglesia y tantas veces olvidada por los ajetreos de la vida moderna. Por ejemplo, orar antes de las comidas, levantar el corazón al Señor para pedir por los que sufren, especialmente parientes y amigos, rezar juntos el Santo Rosario cómo nos ha recomendado el Papa Francisco. Meditar por tu cuenta en los pasajes de la vida del Señor que nos El espíritu de servicio, el peligro del encierro en sí relatan los Santos Evangelios, etc.

mismo.

De aquí surge entonces una primera realidad espiritual. El servicio desinteresado, cercano, amable, con los que viven junto a nosotros. Un peligro de los tiempos de cuarentena es el encierro en sí mismos. Cada uno dedicado a lo suyo, cada uno en sus ocupaciones cada uno ensimismado en lo que tiene que hacer. Nace así entonces una primera actitud de amor con los demás, que se puede expresar en muchos detalles de servicio y de cercanía. facebook.com/obispado.sanbernardo

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¿Quiénes son mis vecinos?

Todos vivimos rodeados con personas cercanas a nuestras casas, los vecinos con los que compartimos nuestro barrio y que muchas veces nos son ajenos y lejanos, pero que ahora vemos en forma habitual. Será posible muchas veces conocerse con mayor profundidad, ayudarse mutuamente, compartir experiencias, bienes de primera necesidad y hacerse pequeños servicios comunes: en vez de @diocesis_sb

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Especial

ir todos hacer nuestras compras, algunos se ofrecen y se las hacen a los demás, y así se va creando una cultura de la amistad cívica, que sobrepasa las diferencias naturales que podemos tener en tantos ámbitos de la vida social. Conocemos así, como diría el Papa Francisco, a “los santos de la puerta del lado”, a los que quizás nunca dimos una especial atención, ni descubrimos sus virtudes, su manera de ser o sus aptitudes. Nuestra calle, nuestro barrio, nuestra comuna se nos hace más cercana, como la casa común donde todos vivimos juntos y en paz.

Servicio, oración y amistad

Se convierte así la cuarentena en un tiempo de servicio, en un tiempo de oración, en un tiempo de conocimiento, en un tiempo de amistad y colaboración, en un tiempo de cercanía con mis hermanos y hermanas, y así se mejora también nuestra convivencia ciudadana.

Desapegarse de lo que es superfluo

Aprovechemos estos días de encierro obligado para crecer en el amor y el desapego a tantas cosas superfluas, vivamos con esfuerzo y algunas veces sacrificio las normas que nos han dado las autoridades sanitarias, pensemos que de ese rigor en vivir este tiempo cómo se nos ha pedido, depende nuestra salud la de nuestros familiares y vecinos. No son tiempos de frivolidades, salidas, fiestas y celebraciones que pueden ser fuentes de contagio.

Cultivar los tres grandes amores que a todos nos unen

Concluyamos. Si aprendemos a vivir este tiempo difícil y trágico que el Señor permite al mundo y para nuestra Patria, nos estaremos preparando para la época que viene, donde deben brillar con más fuerzas los tres amores que hemos de tener en esta tierra: el amor a Dios, el amor al prójimo y el amor a la Patria, la casa común que el Señor nos ha concedido y que debemos cuidar, amar y transmitir a las generaciones futuras mejor que como nosotros la recibimos de las pasadas. +Juan Ignacio González Errázuriz Obispo de San Bernardo


"Campaña Cinco Panes y Dos Peces" 23

¿En qué consiste esta campaña? La cruzada que comenzó el pasado 17 de abril, tiene como objetivo financiar cajas de alimentación y ropa de abrigo para familias de todas las comunas indicadas. ¿Comó llegaremos a las familias? A través de la Ayuda Fraterna de nuestras parroquias. ¿A quiénes llegaremos? A todas las familias que lo necesiten, sin distinción. ¿Quiénes se encargan? Caritas San Bernardo en alianza con la Fundación Casa Básica ¿Cuál es nuestra meta inicial? 5.000 cajas de alimento y 5000 bolsas de ropa nueva de invierno

¿Será esto posible? Solo si tú aportas el #quintopan se hará el milagro del Señor. ¿Cómo hacer llegar tu aporte? Puedes hacer tu depósito o transferencia bancaria a cuenta corriente 188-06159-02. Banco de Chile Email: caritassanbernardo@gmail.com Fundación Caritas San Bernardo RUT: 65.043.318-1 Si no sabes como hacer el depósito o no tienes cuenta en un banco Manda un sobre a tu parroquia a nombre de: Campaña Cinco Panes y Dos Peces O llama al +56954168963, también puedes recurrir a nuestra redes sociales: Facebook, Instagram y nuestra página web donde te podremos guiar.

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¿Cuanto sabes?

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te y responde las des aprender sobre religión, atréve En este tiempo de cuarentena pue Bernardo. reciendo en la Revista Iglesia en San apa irán s me a cad que tas gun pre siguientes

1) Mujer usurpadora del trono de Judá. (2Re 11) 1) Atalía 2) Maacá 3) Gomer 4) Lo-ruhama 2) Con qué cristiano tuvo Saulo contacto después de la caída en el camino de Damasco? (Hech. 9,17) 1) Teófilo 2) Barsabás 3) Ananías 4) Joel 3) ¿Discípulo y Secretario de Jeremías? (Jer 36,4) 1) Urías 2) Baruc 3) Ahaz 4) Simeón 4) Rey de Babilonia que fabricó una estatua de sí y exigió adorarla. (Dn 3) 1) Nabucodonosor 2) Salomón

3) Ramsés 4) Sihón 5) Apóstol elegido para reemplazar a Judas. (Hech. 1,26) 1) Matías 2) Bernabé 3) Apolos 4) Silas 5) Nuera de Noemí que al morir el esposo la acompañó hasta Belén. Un libro del A. T. lleva su nombre. 1) Ester 2) Judit 3) Rut 4) Rebeca 6) ¿Quiénes son los apóstoles a los que Jesús llamó: hijos del trueno? (Mc 3,13) 1) Tomás y Mateo 2) Santiago y Juan 3) Simón el cananeo y Judas Iscariote 4) Felipe y Bartolomé

Respuestas: Atalía - Ananías – Baruc - Nabucodonosor - Matías – Rut - Santiago y Juan

En este tiempo de cuarentena puedes aprender sobre religión, atrévete y responde las siguientes preguntas que cada mes irán apareciendo en la Revista Iglesia en San Bernardo

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Crucigrama 25

Crucigrama En esta cuarentena te traemos algunos desafĂ­os mentales para entretenernos aprendiendo

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Vocaciones

¡Todo Tuyo María! El pasado 13 de mayo, memoria litúrgica de la Virgen de Fátima, en medio de todas las dificultades e incertidumbres de la pandemia, nuestra comunidad del Seminario vivió un momento muy importante y significativo: la coronación de la imagen de la Virgen de Fátima que preside nuestro comedor. Durante la solemne Misa de ese día, Mons. Juan Ignacio procedió a cumplir el rito litúrgico de la coronación, con el potente significado espiritual de que todo el Seminario reconoce a María Santísima como Reina y Señora, y consagrándose a su Corazón Inmaculado, encontramos nuestro refugio y el camino que nos conduce a Dios. Todos, desde el Obispo, formadores y seminaristas le hemos dicho a la Virgen: ¡TODO TUYO MARÍA! Este Seminario es todo tuyo, para que así sea todo de Jesús. Terminada la Misa, se realizó una breve procesión desde la capilla “Mater Dei” en la casa de la comunidad propedéutica (los seminaristas de primer año) hacia el comedor donde colocamos la bendita imagen de la Virgen de Fátima ahora coronada, que preside y acompaña este lugar tan necesario de la vida del Seminario, el comedor, que no es sólo un lugar para alimentarnos con lo que la Divina Providencia nos concede día a día, sino también un momento privilegiado de compartir fraterno. Quienes quieran ver el momento exacto de la coronación puede hacerlo en el siguiente link de nuestro canal de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=5dF5pHgUQ20 También en nuestro canal de Youtube (https://www. youtube.com/user/smsanpedroapostol) podrás encontrar testimonios vocacionales de algunos de nuestros seminaristas.

Sobre la importancia de María Santísima en la formación sacerdotal “Cada aspecto de la formación sacerdotal puede referirse a María como la persona humana que mejor que nadie ha correspondido a la vocación de Dios; que se ha hecho sierva y discípula de la Palabra hasta concebir en su corazón y en su carne al Verbo hecho hombre para darlo a la humanidad; que ha sido llamada a la educación del único y eterno Sacerdote, dócil y sumiso a su autoridad materna. Con su ejemplo y mediante su intercesión, la Virgen santísima sigue vigilando el desarrollo de las vocaciones y de la vida sacerdotal en la Iglesia.” (Juan Pablo II, Ex. Ap. Pastores Dabo Vobis n°82)

¿Y SI CRISTO TE LLAMARA A SEGUIRLE? Contáctanos: pvocacionalseminario@gmail.com Facebook Seminario San Pedro Apóstol Mateo de Toro y Zambrano 112, San Bernardo. Fono 228572199


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Procedimientos para realizar la cuarentena debido al COVID-19 Quédate en casa. Evita todos los trayectos que no sean necesarios. A menos que salgas a comprar comida, medicina u otros artículos esenciales.

Controla tu temperatura. Contrólate la temperatura por lo menos dos veces al día.

Estate atento a otros síntomas. Además de fiebre, los síntomas del COVID-19 incluyen tos, dificultad para respirar y cansancio.

Practica la distancia social. Si tienes que salir, mantente a por lo menos 1 metro (3 pies) de distancia de otras personas.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

Se recomienda realizar cuarentena a aquellos individuos que hayan estado expuestos directamente al nuevo coronavirus o hayan viajado recientemente a zonas infectadas o de mucha población.

Lávate las manos. Mantén una higiene correcta lavándote las manos con agua y jabón o con alcohol en gel.

Quédate en un único cuarto. Si estás enfermo o crees estarlo, es mejor quedarse en un cuarto o una zona, y mantenerse alejado de otras personas. De ser posible, no compartas el inodoro ni el baño

Llama a tu médico o al hospital antes de ir. Si necesitas atención médica, ya sea porque presentas síntomas virales o por alguna otra razón, comunícate con tu doctor u hospital con tiempo para que puedan prepararse y tomar todas las precauciones necesarias antes de que llegues.


Jóvenes 29

Encuentro de Consejo de Jóvenes de la Diócesis

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ara dar inicio a las actividades virtuales, los Consejos de Jóvenes de las zonas de Alto Maipo y San Bernardo, acompañados por sus asesores, tuvieron un encuentro con Monseñor Juan Ignacio. En esta reunión realizada por las plataformas virtuales, el Sr. Obispo animó a los jóvenes en estos tiempos difíciles a seguir perseverantes en la fe y la oración y a no temer ser audaces en la Evangelización hoy.

Ciclo de charlas

"Formación en tiempos de cambio"

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a Pastoral Juvenil Diocesana, como parte de sus procesos formativos, está ofreciendo un ciclo de charlas denominadas “Formación en tiempos de cambio”. Las jornadas impartidas por los medios digitales están abiertas para todos los jóvenes y en general a cualquier persona que desee fortalecer su formación. Los encuentros charlas están siendo impartidas tanto por jóvenes que se preparan especialmente para ello, como por relatores invitados por su experiencia. Tal fue el caso de Klaus Droste, psicólogo, que impartió la charla de "Dimensión sobrenatural del ser humano. Estas charlas son realizadas todos los sábados de Mayo y de Junio.

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Vicaría para la Educación

Carta a los Profesores de Religión Muy queridos profesores: En estos días de celebración de Pentecostés, en los que recibimos nuevamente al Espíritu Santo, la Persona Amor de la Santísima Trinidad, me dirijo a Ustedes para saludarles y expresarles nuevamente mi cercanía, sabiendo que estamos muy unidos en el Señor, en la oración, como también a través de los medios de comunicación que están a nuestro alcance. Es por esto que ruego a Dios por todos, para que en esta efusión espiritual nos veamos renovados en el Señor, y así, por los dones del Santo Espíritu vivamos en la certeza de la fe, y desde esa seguridad anunciar a Jesús. Aunque el mundo diga: “juntos podemos”, nosotros decimos “juntos”, pero de la mano de Dios y de la Virgen. Hemos hecho desde la Vicaría una encuesta on line para los profesores. De ésta quería comentar tres cosas: 1.- Agradezco a Dios y a cada uno de ustedes, porque casi la totalidad de los profesores están trabajando, con gran esfuerzo y sacrificio, pero también con la esperanza cierta de hacer el mayor de los bienes: comunicar el Amor de Dios; 2.- Hay gran fatiga del corazón, cosa obvia, ya que están, muchos, trabajando de domingo a domingo. Por lo demás el teletrabajo es agotador. Lo cual nos muestra que la presencia de las personas in situ es irremplazable: ¡es invaluable estar ahí, porque la persona vale por sí misma!; 3.- Ante la pregunta que me hacen acerca de qué enseñar en las circunstancias que vivimos, cómo planificar, les digo: cada uno debe discernir según su realidad, no podemos dar una respuesta que sirva para todos en común en cuanto a lo doctrinal; pero hay algo que es fundamental y que todos debemos realizar. Se los explico a continuación: Hoy, en los momentos históricos que vivimos tenemos que entregar una clase kerygmática; ya que el kerygma es “el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre”. Así, en la boca del catequista y del profesor “vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte»” . Esto es tan importante hoy, porque no estamos solamente ante una Pandemia biológica, nos enfrentamos a una Pandemia Ideológica, desde mucho tiempo atrás, y que es mucho peor. Ésta descristianiza, arranca de los corazones el Amor del Corazón de Jesús, y, por tanto, el Amor del Padre, y la confianza en la acción del Espíritu Santo. Así pretende que ni descansemos en Dios ni que gritemos, con la certeza de la fe: ¡El Amor es más fuerte!¡El Amor vence siempre! Además, “no hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formación supuestamente más «sólida». Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es ante todo la profundización del kerygma que se va haciendo carne cada vez más y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea catequística, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle en la catequesis. Es el anuncio que responde al anhelo de infinito que hay en todo corazón humano (165). Por último, invito a los profesores de religión a que estén atentos a los correos, pronto iniciaremos reuniones on line por grupos, con la siempre maravillosa colaboración de las y los Coordinadores.

1 Evangelii Gaudium 160-175


Campañas de ayuda 31

Caridad en la Diócesis de San Bernardo

L

Comedor

a pandemia del Covid-19 no solamente ha atacado la salud de la población, sino que también la vida de muchas personas que han perdido su fuente de ingreso y que les impide proveer de alimentación a sus familias, `por esta razón son muchas las actividades que están realizando algunas parroquias para ir en auxilio de aquellos que más lo necesitan en estos momentos.

Parroquia Jesús Buen Pastor

Comedor

Parroquia San Felipe Neri

Campaña

Cinco Panes y Dos Peces

Parroquia Parroquia Jesús Buen Espíritu Santo

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Vida Diocesana

Abrigo y techo para los más necesitados

E

n el Hospital Parroquial de San Bernardo se ha habilitado la Sala Rita que alberga personas en situación de calle, brindándoles cobijo y atención. La instalación está funcionando con seis cupos (completos), cuyos pacientes no han podido ser egresados: porque previo a su hospitalización estaban en situación de calle y lo siguen estando. Algunos no cuentan con ninguna red de apoyo socio familiar, otros han sido rechazados por la familia, otros, no tienen a nadie... Las personas ingresadas son 6 varones, que necesitan de la solidaridad de las personas o familias que puedan donarles ropa, zapatos, útiles de aseo, ya que no cuentan con los medios para poder adquirirlos. Para más información contactarse al Hospital Parroquial de San Bernardo al fono 2 2373 6500


Vida Diocesana 33

Una nueva oportunidad

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a Fraternidad El Camino en el mes de mayo ha celebrado con mucha alegría el término de tratamiento para dependientes químicos de Pablo Muñoz y de Raúl Vera, quienes se encontraban en la casa de la comunidad situada en La Pintana. Los mismos han pasado alrededor de 9 meses de tratamiento teniendo como base terapéutica el trabajo, la disciplina y la oración, junto con un acompañamiento para la reinserción social y prevención de recaída. La celebración por el termino de tratamiento de Pablo Muñoz y Raúl han sido con la Santa Misa en Acción de Gracias el 1° de Mayo “Día de San José Obrero” y el día 13 de mayo “Día de Nuestra Señora de Fátima”, respectivamente. La Fraternidad acoge a dependientes químicos, personas con adicción a sustancias químicas que buscan cambiar sus vidas, y tienen como objetivo el ser instrumentos de Dios, posibilitando el rescate de la persona humana, el despertar de una nueva chance y la certeza del derecho de vivir en verdadera libertad. Para conocer más del trabajo de la Fraternidad El Camino realizado en San Bernardo pueden seguirles en las redes sociales: Facebook: Fraternidad El Camino Chile e Instagram: @fraternidadelcaminochile

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Vida Diocesana

Diplomado Online

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e está desarrollando un curso para catequistas, de manera online, en las dos zonas de la tra diócesis, con la Sra. Alejandra Barahona y con la colaboración de las hermanas del Instituto Mater Dei, Hna. Jacinta y la Hna. Ana María. En la zona sur hay 22 alumnos, correspondientes a las parroquias de Maipo, Champa, Hospital, Pirque, Santos Ángeles, San José Patriarca y Sagrado Corazón; en la zona norte asisten 34 alumnos, v las parroquias: San Edmundo, Nuestra Señora del Carmen, San Vicente de Paul, Colegio Instituto San Pablo Misionero, María Madre de Dios, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, San Víctor, San Ignacio de Loyola, Santísimo Sacramento de Pirque, San Vicente de Paul, San Bernardo, Colegio Inmaculada Concepción, Nuestra Señora del Carmen, La Ascensión del Señor, San Agustín - Calera de Tango, Colegio Marcelino Champagnat, María Reina de Los Ángeles, Divino maestro. En ambas zonas se dictan los cursos de Sacramentos y de Credo siguiendo el Catecismo de la Iglesia Católica.


Vida de Santos 35

MUND

INF NTIL

Corpus Christi

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orpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. En el día del Corpus Christi se recuerda la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta m uy impo rtante p o rq u e la Euca ristía es el re g a l o m ás gran de que Dios nos ha hecho, movido por su q u e re r quedars e con n o s o t ro s despué s de la Ascensi ón.

Sopa de Letras

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Vida de Santos

13 de junio:

San Antonio de Padua

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os padres de San Antonio eran muy ricos y querían ver a su hijo como distinguido hombre de sociedad. Él, en cambio, quería ser pobre por amor de Cristo y por eso se hizo franciscano. Antonio era un gran predicador. Lo mandaron como misionero por numerosas ciudades por Italia y Francia. Convirtió a muchos pecadores sobre todo con su buen ejemplo. Cuentan que mientras oraba en su habitación se le apareció Jesús, le puso las manitas al cuello y lo besó. Antonio recibió esta gracia extraordinaria por que mantuvo su alma limpia incluso del más mínimo pecado y amaba mucho a Jesús. Cuando Antonio enfermó se retiró a un monasterio en las afueras de Padua, donde murió a la edad de 36 años, el 13 de Junio de 1231. Treinta y dos años después sus restos fueron trasladados a Padua. La lengua se conservaba íntegra, sin haberse corrompido mientras que el cuerpo estaba aniquilado. Sucedieron muchos milagros después de su muerte. Aun hoy día le llaman el Santo "de los milagros". Su fiesta se celebra el 13 de junio. El entusiasmo popular ha hecho que San Antonio, más que otros, sea universalmente reconocido por los fieles de todo el mundo. "Santo Universal" le llaman. Durante los siete siglos ya transcurridos desde su muerte, millones de personas se han sentido atraídas a este gran "Franciscano Milagroso". Fue otro franciscano, San Buenaventura, quien dijo: "Acude con confianza a Antonio, que hace milagros, y el té conseguirá lo que buscas”. La Palabra de Dios "El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres." – Lc 4,18 Publiqué tu salvación en la reunión solemne." – Sal 40, 10-11 "La lengua del justo es planta fina…Los labios del justo procuran el alimento para muchos" – Pro 10, 20-21 El salva y libra, obra señales y milagros en los cielos y en la tierra." – Dn 6,28



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