Revista Iglesia en San Bernardo - Marzo 2022

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Iglesia

en San Bernardo

Marzo 2022

“Hemos acordado reconocer a los cristianos y a todos los demás hombres la libertad y la posibilidad de practicar la religión que cada uno quiera”. Edicto de Milán


Sumario

7 21 24 26 Desde Roma

30 Sí a la Vida 35 Vida Diocesana Director: Mons. Juan Ignacio González Consejo de Redacción: Mons. Juan Ignacio González y Pbro. Eric González Publicidad: Luis Orellana E-mail:lorellana@ obispadodesanbernardo.cl Dirección: Freire 508, San Bernardo Casilla: 320 Teléfonos: 8586971 / 8591137 Página Web: www.obispadodesanbernardo.cl Aporte: Cuenta 188-01964-02, Banco de Chile Diseño: Obispado de San BernardoAño: 16 Publica: S.C.D. Eyzaguirre A. Ltda.

Libertad Religiosa

San Ireneo

CECH


Editorial

Libertad religiosa amenazada

Por Monseñor Juan Ignacio González E.

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e discuten en este momento en la expresión pública de la fe, sino a algo que Convención Constitucional las nor- es esencial, como es el amparo de la propia mas que integrarán el proyecto de conciencia ante las leyes del estado y reconueva carta nociendo abiertafundamental y que mente el papel esenLos gobernantes han de hacer deben ser propuescial de las confesiones todo lo posible a fin de que todos tas a la ciudadanía religiosas en la vida puedan tener la mínima base para su aprobación del país y de sus habien un plebiscito. Es el material y espiritual para ejercer su tantes. proceso político más dignidad y para formar y mantener Sin embargo, en complejo y serio que algunos ambientes una familia, que es la célula hemos enfrentado dirigentes no se capprimaria de cualquier desarrollo ta en su profundidad en décadas. Todas las normas son impor- social. Este mínimo absoluto tiene que la realidad de la tantes, pero algunas religión y la espirien lo material tres nombres: techo, son esenciales, entre tualidad es un hecho trabajo y tierra; y un nombre en lo ellas las que regulan anterior al Estado y el derecho a la liber- espiritual: libertad de espíritu, que que este lo que debe tad religiosa y de con- comprende la libertad religiosa, el hacer es reconocerciencia. Ambas van al lo, ampararlo e imderecho a la educación y todos los corazón de la vida de pulsarlo, no porque otros derechos cívicos”. cada persona y son, el Estado deba haen definitiva, la exprecer una especie de sión más pura de su profesión de fe, sino libertad: la de amar a Dios y la de actuar porque esa religiosidad es un factor muy siempre según se lo dicte su propia concien- esencial de nuestra vida como nación. Encia debidamente formada. tre ambos órdenes, el religioso y el propio Precisamente en este tema es donde del orden político deben existir las mejores las normas que está elaborando la Conven- vinculaciones, porque si el fin del Estado es ción Constitucional deberían ser muy expli- realizar el bien común, hoy y ahora, en una citas y precisas, dando margen no solo a la sociedad, para que éste se lleve adelante es


Editorial

necesario que las fuerzas espirituales colaboren en la misma dirección. La religión, por su propia naturaleza no es sólo una expresión de la dimensión individual, sino que también colectiva, razón por la cual quienes forman parte de una misma religión tienen entre si vínculos sociales, derechos y deberes, que deben ser reconocidos por el ordenamiento. La legislación estatal no da origen al fenómeno religioso al concederle existir, sino que corresponde que sea reconocido. La Iglesia Católica goza en Chile de un reconocimiento jurídico que le viene de su propia naturaleza de sociedad fundada por el mismo Jesucristo para existir en este mundo. Y a la autoridad civil le corresponde acoger ese reconocimiento, como también su autonomía para darse sus propias normas, sus autoridades, sus celebraciones y sus fiestas. Y cuando en virtud de esta autonomía se produzcan dificultades, es necesario entonces acordar conjuntamente entre la Iglesia y el Estado como regular esas relaciones. Pese a ello, la convención no ha dado lugar a la petición de las confesiones de establecer acuerdos para regular relaciones mutuas. En el fondo, subsiste abiertamente la idea de que la libertad religiosa y de conciencia es una concesión estatal, más o menos amplia. Si fuera el caso que la libertad religiosa no quedara adecuadamente establecida en el proyecto de nueva constitución -cosa que habrá que juzgar al momento de conocer la redacción última que se establezca – sería una razón suficiente para no dar la aprobación a dicho proyecto, pues se estaría vulnerando y minimizando el corazón mismo de una verdadera democracia. Como enseñó el Papa Francisco en la ONU: “Los gobernantes han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una fa-

milia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social. Este mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad de espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y todos los otros derechos cívicos”. Corresponde a todos estar atentos para no ser vulnerados en nuestros derechos esenciales y actuar en su defensa con los medios que la ley nos entrega. +Juan Ignacio


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El primer reconocimiento de la libertad religiosa

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“Hemos acordado reconocer a los cristianos y a todos los demás hombres la libertad y la posibilidad de practicar la religión que cada uno quiera”. Estas palabras no proceden de una moderna declaración de derechos civiles, sino del llamado Edicto de Milán, promulgado por los emperadores Constantino y Licinio en febrero de Pero para entender qué es este Derecho fun- 313, del que ahora se cumplen 1.700 años. damental en la vida de las personas, publica- Era la primera vez en la historia que se recomos algunos textos que nos ayudarán a com- nocía jurídicamente tal libertad. prenderlo. El Edicto llegaba después de una de las duras e presentó a la Convención Constitucional una iniciativa popular de norma sobre libertad religiosa, de conciencia y de creencias, que junto a otras de muy similares características llegaron a 80 mil firmas, todas estas fueron rechazadas por el organismo que redacta una nueva Constitución para Chile.


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persecuciones que los cristianos sufrieron a comienzos del siglo IV. La había desatado en el año 303 el emperador Diocleciano, junto con Galerio, en un intento de restaurar la unidad estatal amenazada, a su entender, por el crecimiento del cristianismo. Estos mandatarios ordenaron demoler las iglesias de los cristianos, quemar las copias de la Biblia, condenar a muerte a las autoridades eclesiásticas, privar a todos los cristianos de cargos públicos y derechos civiles, así como obligar a hacer sacrificios a los dioses bajo pena de muerte. Como explicó el experto latinista Antonio Fontán en Humanismo romano (Planeta, 1974), “el Imperio era capaz de aceptar la aparición de los nuevos dioses o la implantación de nuevos cultos, como había probado durante siglos la generosa y constante ampliación del Panteón romano y la expansión, ordinariamente tolerada, de las religiones de misterios. Pero la religiosidad del Imperio no podía asimilar el personalismo cristiano que iba a traer al mundo el nuevo concepto de libertad religiosa proclamada políticamente, por primera vez en la historia, en la Constitución milanesa de Constantino y Licinio del año 313”. La teología política del sistema “resultaba de hecho incompatible con el cristianismo, tanto en el plano teórico, por la génesis divina atribuida a los emperadores, como en la práctica, a causa del culto imperial en el ejército y en la vida civil”. El terror resultó inútil y la sangre de los mártires fomentó la fe de nuevos cristianos. Ante la ineficacia de estas medidas, Galerio, por motivos de clemencia y de oportunidad política, promulgó el 30 de abril de 311 el Edicto de Tolerancia de Nicomedia, por el que cesaban las persecuciones anticristianas. Se reconoce a los cristianos existencia legal, y libertad para celebrar reuniones y construir templos. “Establecemos que a nadie se le niegue el

derecho a la práctica de la religión de los cristianos ni la posibilidad de adherirse al culto que piense es el más adecuado para él” La elección de Constantino Cayo Flavio Aurelio, Constantino, fue hijo de Constancio Cloro, que obtuvo el título de César en 293, y Helena, quien posteriormente sería canonizada por la Iglesia. Nació hacia 272, probablemente en Nasos (la actual ciudad de Niš, en Serbia). Alejado de sus padres, recibió una educación esencialmente política y militar, al lado de Diocleciano y Galerio. En el año 306, con la muerte de Constancio Cloro, surgieron disputas por el poder entre Constantino y Majencio. En 312 Constantino vence definitivamente a su enemigo, el 27 de octubre, en la batalla del Puente Milvio, pocos kilómetros al norte de Roma. Constantino es reconocido entonces como emperador de todo Occidente. Como recuerda Fontán, “en vísperas de la batalla decisiva, Constantino realiza su trascendental opción de elegir al Dios de los cristianos como su divinidad protectora (…) Por eso renuncia al ascenso al Capitolio en su entrada triunfal a Roma, se abstiene de tomar parte en los sacrificios y ritos paganos, que tenían un sentido hostil para el Dios de los cristianos (…), despliega una creciente generosidad con la Iglesia y pone al servicio de esta –principalmente al de su unidad–, el poder del Imperio”. En la corte de Diocleciano, Constantino se había dado cuenta de que la persecución a los cristianos no hacía más que fortalecer esta fe. Tras derrotar a Majencio, Constantino se reunió en Milán, en febrero de 313, con el emperador de Oriente Licinio. Entre otras cosas, trataron de los cristianos y acordaron publicar nuevas disposiciones en su favor. El resultado de este encuentro es lo que


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se conoce como “Edicto de Milán”, aunque probablemente no existió un edicto promulgado en Milán por los dos emperadores. En el edicto se acuerda “reconocer a los cristianos y a todos los demás hombres la libertad y la posibilidad de practicar la religión que cada uno quiera (…) Por lo tanto, establecemos que a nadie se le niegue el derecho a la práctica de la religión de los cristianos ni la posibilidad deadherirse al culto que piense es el más adecuado para él”. El edicto mandó restituir a los cristianos sus antiguos lugares de reunión y culto, así como otras propiedades, que habían sido confiscados en la persecución de Diocleciano Tras el Edicto de Milán, la religión cristiana contó con el favor del emperador. Posiblemente influyó en su decisión el cristianismo de su madre Helena. A juicio de Fontán, “Constantino estaba profundamente convencido de que su peculiar relación con el Dios cristiano, a quien él había escogido como divinidad protectora, (…) le imponía como una obligación sagrada esta misión de amparo y de apoyo a la Iglesia”.También se esforzó por mantener la unidad de esta religión, interviniendo en sus problemas, entre los que destacaron las herejías del donatismo y el arrianismo. Con motivo de la persecución que Licinio promovería contra los cristianos en Oriente –incumpliendo el Edicto de Milán–, Constantino luchó contra él y le venció en 324. Entonces se hizo dueño de todo el imperio y retomó una política centralizadora. Fundó la nueva Roma, Constantinopla, lo que tuvo efectos de largo alcance, acentuándose el dualismo entre Oriente y Occidente. Mantuvo la paz en Oriente y Egipto gracias a una acertada diplomacia. Murió el 22 de mayo de 337, mientras preparaba una expedición a Persia. El Imperio se rompería de nuevo, por sucesión hereditaria, al ser repartido entre sus hijos y sobrinos.

Tolerancia y libertad religiosa El texto del Edicto nos ha llegado por una carta escrita en 313 a los gobernadores provinciales, que recogen Eusebio de Cesarea (Historia eclesiástica 10, 5) y Lactancio (De mortibus persecutorum 48). En la primera parte se establece el principio de libertad de religión para todos los ciudadanos y, en consecuencia, se reconoce explícitamente a los cristianos el derecho a gozar de esa libertad. El edicto permitía practicar la propia religión no solo a los cristianos, sino a todos, cualquiera que fuera su culto. En la segunda se decreta restituir a los cristianos sus antiguos lugares de reunión y culto, así como otras propiedades, que habían sido confiscados por las autoridades romanas y vendidas a particulares en la pasada persecución (cfr. R. Jiménez Pedrajas, “Edicto de Milán”, en Gran Enciclopedia Rialp). Como explica el Prof. Juan Chapa, “lejos de atribuir al cristianismo un lugar prominente [el cristianismo no fue hecho religión oficial del Imperio hasta 380, por Teodosio I], el edicto parece más bien querer conseguir la benevolencia de la divinidad en todas las formas que se presentara, en consonancia con el sincretismo que entonces practicaba Constantino, quien, a pesar de favorecer a la Iglesia, continuó por un tiempo dando culto al Sol Invicto. En cualquier caso, el paganismo dejó de ser la religión oficial del Imperio y el edicto permitió que los cristianos gozaran de los mismos derechos que los otros ciudadanos. Desde ese momento, la Iglesia pasó a ser una religión lícita y a recibir reconocimiento jurídico por parte del Imperio, lo que permitió un rápido florecimiento”. ¿Era constantiniana? Se ha convertido ya en un tópico referirse a una “era constantiniana”, a partir de la cual la Iglesia habría quedado enfeudada en las


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estructuras estatales. Fontán no cree que tal situación sea atribuible a Constantino. “Si esta realmente ha existido o predominado en siglos posteriores, ha sido más bien el resultado de la obra colectiva de los protagonistas de una historia que comienza después de la muerte del gran emperador”. En la relación entre poder político y religión, “Constantino fue configurando una política favorable de hecho al cristianismo, pero no hostil a los otros cultos, ni persecutoria de la religión pagana. El cristianismo no llegó nunca a ser impuesto ni reconocido como religión oficial”. De hecho, el propio Constantino “no ingresó formalmente en la Iglesia hasta poco antes de su muerte, cuando fue bautizado por el obispo arriano y palaciego Eusebio de Nicomedia. (…) Constantino, visto desde la perspectiva de hoy se nos aparece como una figura histórica de dimensiones universales, acompañada, como es normal, de todas las debilidades comunes a la naturaleza huma-

na. Él era por vocación y por temperamento, ante todo, un animal politicum. Pero era al mismo tiempo un espíritu profundamente religioso, que asimila, y aun encarna, con sinceridad y entusiasmo nunca desmentidos, un cristianismo adecuado a su formación personal, a su posición y a su época. Nada más lejos de su ánimo que imponer por la fuerza de su autoridad una religión en cuya victoria confiaba, porque confiaba en su verdad, no solo de manera racional, sino con la firme convicción de quien lo había experimentado en lo más íntimo de su persona y en su historia política. Ya desde el principio de su reinado fue él el primer político de la historia universal que proclamó el principio de la libertad religiosa, aunque tal vez luego, al poner frecuentemente el peso de su autoridad al servicio de la Iglesia, no siempre lo observara con la fidelidad que en él querrían ver panegiristas y adversarios”. Por José Ignacio Moreno


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Papa Francisco pide a diplomáticos defender el derecho a la vida y a la libertad religiosa

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l Papa Francisco advirtió este 10 de enero que hay valores permanentes que no debemos olvidar, como el derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa. Así lo dijo el Santo Padre durante su discurso pronunciado al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede en la tradicional audiencia para las felicitaciones del nuevo año. El Papa señaló a los embajadores que el objetivo de la diplomacia es “ayudar a dejar a un lado los desacuerdos de la convivencia humana, favorecer la concordia y experimentar cómo, cuándo superamos las arenas movedizas de los conflictos, podemos redescubrir el sentido de la profunda unidad de la realidad”. En esta línea, el Santo Padre subrayó la importancia del diálogo porque “es el camino más adecuado para llegar a reconocer aquello que debe ser siempre afirmado y respetado, y que está más allá del consenso circunstancial”.

“Nunca debemos olvidar que hay algunos valores permanentes. No siempre es fácil reconocerlos, pero aceptarlos otorga solidez y estabilidad a una ética social”, dijo el Papa quien añadió que “esos valores básicos están más allá de todo consenso”. En este sentido, el Santo Padre destacó especialmente los valores del “derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa”. “Dios tiene para nosotros planes de paz y no de desgracia, de dar [nos] un futuro y una esperanza. Por eso, no debemos tener miedo de dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la fraternidad entre nosotros. La paz es un bien ‘contagioso’, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero”, afirmó el Papa. De este modo, el Pontífice señaló que “la educación, a través de la cual se forman las nuevas generaciones, que son la esperanza y el futuro del mundo, es el vector principal del desarrollo humano integral, ya que hace a la persona libre y responsable”. “El proceso educativo es lento y complicado, a veces puede llevar al desánimo, pero nunca se puede abandonar; es una expresión eminente del diálogo, porque no hay verdadera educación que no sea dialógica en su estructura. Asimismo, la educación genera cultura y construye puentes de encuentro entre los pueblos”, advirtió el Papa. Por último, el Santo Padre recordó que “la Iglesia Católica siempre ha reconocido y valorado el papel de la educación en el creci-


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miento espiritual, moral y social de las jóvenes nuevas generaciones”. “Por ello, me resulta aún más doloroso constatar que en diversos ámbitos educativos -parroquias y colegios- se han producido abusos a menores, con graves consecuencias psicológicas y espirituales para las personas que los han sufrido. Son crímenes sobre los que debe haber una firme voluntad de esclarecimiento, examinando los casos individuales para determinar las responsabilidades, hacer justicia a las víctimas y evitar que semejantes atrocidades se repitan en el futuro”, concluyó el Papa. Fuente: ACI Prensa


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Dios está con los que hacen la paz El mundo entero se ha conmovido con los ataques de Rusia a Ucrania, que se iniciaron el pasado 24 de febrero, en la cual miles de personas han sufrido los estragos de una guerra cruel e injustificada. El Papa Francisco ha sido enfático y ha clamado por la paz en Ucrania, ha invitado a la Iglesia en todo el mundo a orar por los que sufren, "¡Que callen las armas!" señaló. Además, hizo un llamado al diálogo y a la apertura urgente de corredores humanitarios. Para comprender la naturaleza de la paz entre los pueblos, publicamos algunos textos que nos ayudarán a nuestra reflexión.

El fomento de la paz y la promoción de resplandor al proclamar bienaventurados a los constructores de la paz, porque serán llala comunidad de los pueblos mados hijos de Dios (Mt 5,9). Introducción Por esto el Concilio, al tratar de la nobilísima y auténtica noción de la paz, después de 77. En estos últimos años, en los que aún condenar la crueldad de la guerra, pretende perduran entre los hombres la aflicción y las hacer un ardiente llamamiento a los cristiaangustias nacidas de la realidad o de la ame- nos para que, con el auxilio de Cristo, autor naza de una guerra, la universal familia hu- de la paz, cooperen con todos los hombres mana ha llegado en su proceso de madurez a cimentar la paz en la justicia y el amor y a a un momento de suprema crisis. Unificada aportar los medios de la paz. paulatinamente y ya más consciente en todo lugar de su unidad, no puede llevar a cabo la Naturaleza de la paz tarea que tiene ante sí, es decir, construir un mundo más humano para todos los hom- 78. La paz no es la mera ausencia de la guebres en toda la extensión de la tierra, sin que rra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuertodos se conviertan con espíritu renovado zas adversarias, ni surge de una hegemonía a la verdad de la paz. De aquí proviene que despótica, sino que con toda exactitud y el mensaje evangélico, coincidente con los propiedad se llama obra de la justicia (Is 32, más profundos anhelos y deseos del género 7). Es el fruto del orden plantado en la sociehumano, luzca en nuestros días con nuevo dad humana por su divino Fundador, y que


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los hombres, sedientos siempre de una más perfecta justicia, han de llevar a cabo. El bien común del género humano se rige primariamente por la ley eterna, pero en sus exigencias concretas, durante el transcurso del tiempo, está cometido a continuos cambios; por eso la paz jamás es una cosa del todo hecha, sino un perpetuo quehacer. Dada la fragilidad de la voluntad humana, herida por el pecado, el cuidado por la paz reclama de cada uno constante dominio de sí mismo y vigilancia por parte de la autoridad legítima. Esto, sin embargo, no basta. Esta paz en la tierra no se puede lograr si no se asegura el bien de las personas y la comunicación espontánea entre los hombres de sus riquezas de orden intelectual y espiritual. Es absolutamente necesario el firme propósito de respetar a los demás hombres y pueblos, así como su dignidad, y el apasionado ejercicio de la fraternidad en orden a construir la

paz. Así, la paz es también fruto del amor, el cual sobrepasa todo lo que la justicia puede realizar. La paz sobre la tierra, nacida del amor al prójimo, es imagen y efecto de la paz de Cristo, que procede de Dios Padre. En efecto, el propio Hijo encarnado, Príncipe de la paz, ha reconciliado con Dios a todos los hombres por medio de su cruz, y, reconstituyendo en un solo pueblo y en un solo cuerpo la unidad del género humano, ha dado muerte al odio en su propia carne y, después del triunfo de su resurrección, ha infundido el Espíritu de amor en el corazón de los hombres. Por lo cual, se llama insistentemente la atención de todos los cristianos para que, viviendo con sinceridad en la caridad (Eph 4,15), se unan con los hombres realmente pacíficos para implorar y establecer la paz. Movidos por el mismo Espíritu, no podemos


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dejar de alabar a aquellos que, renunciando a la violencia en la exigencia de sus derechos, recurren a los medios de defensa, que, por otra parte, están al alcance incluso de los más débiles, con tal que esto sea posible sin lesión de los derechos y obligaciones de otros o de la sociedad. En la medida en que el hombre es pecador, amenaza y amenazará el peligro de guerra hasta el retorno de Cristo; pero en la medida en que los hombres, unidos por la caridad, triunfen del pecado, pueden también reportar la victoria sobre la violencia hasta la realización de aquella palabra: De sus espadas forjarán arados, y de sus lanzas hoces. Las naciones no levantarán ya más la espada una contra otra y jamás se llevará a cabo la guerra (Is 2,4). Fuente: Concilio Vaticano II



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La paz de Cristo en el reino de Cristo II. Los males presentes 2. La falta de paz. Admirablemente cuadran a nuestra Edad aquellas palabras de los Profetas: Esperamos la paz y este bien no vino, el tiempo de la curación, y he aquí el terror; el tiempo de restaurarnos, y he aquí a todos turbados. Esperamos la luz, y he aquí las tinieblas...; y la justicia, y no viene; la salud, y se ha alejado de nosotros. Pues aunque hace tiempo en Europa se han depuesto las armas, sin embargo sabéis cómo en el vecino Oriente se levantan peligros de nuevas guerras, y allí mismo, en una región inmensa como hemos antes dicho, todo está lleno de horrores y miserias, y todos los días una ingente muchedumbre de infelices, sobre todo de ancianos, mujeres y niños, mueren de hambre, de peste y por los saqueos; y donde quiera que hubo guerra no están todavía apagadas las viejas rivalidades, que se dan a conocer: o con disimulo en los asuntos políticos, o de una manera encubierta en la variedad de los cambios monetarios, o sin rebozo en las páginas de los diarios y periódicos; y hasta invaden los confines de aquellas cosas que por su naturaleza deben permanecer extrañas a toda lucha acerba, como son los estudios de las artes y de las letras. 3. Falta la paz internacional. De ahí que los odios y las mutuas ofensas entre los diversos Estados no den tregua a


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los pueblos, ni perduren solamente las enemistades entre vencidos y vencedores, sino entre las mismas naciones vencedoras, ya que las menores se quejan de ser oprimidas y explotadas por las mayores, y las mayores se lamentan de ser el blanco de los odios y de las insidias de las menores. Y los Estados. Sin excepción, experimentan los tristes efectos de la pasada guerra; peores ciertamente los vencidos, y no pequeños los mismos que no tomaron parte alguna en la guerra. Y los dichos males van cada día agravándose más, por irse re tardando el remedio; tanto más, que las diversas propuestas y las repetidas tentativas de los hombres de Estado para remediar tan tristes condiciones de cosas han sido inútiles, si ya no es que las han empeorado. Por todo lo cual, creciendo cada día el temor de nuevas guerras y más espantosas, todos los Estados se ven casi en la necesi-

dad de vivir preparados para la guerra, y con eso quedan exhaustos los erarios, pierde el vigor de la raza y padecen gran menoscabo los estudios y la vida religiosa y moral de los pueblos. III. Causas de estos males 7. El olvido de la caridad. Firmóse, sí, la paz solemnemente entre beligerantes, pero quedóse escrita en los documentos públicos, mas no grabada en los corazones; vivo está todavía en esto, el espíritu bélico y de él brotan cada día los mayores daños a la sociedad. Porque el derecho de la fuerza paseóse mucho tiempo triunfante por todas partes, y poco a poco fue apagando en los hombres los sentimientos de benevolencia y compasión que, recibidos de la natura-


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leza, son por la ley cristiana perfeccionados, y hasta la fecha no han vuelto a renacer ni con la reconciliación de una paz hecha más en apariencia que en realidad. De aquí que el odio, al que se han habituado los hombres por largo tiempo, se haya hecho en muchos una segunda naturaleza, y que predomine aquella ley ciega que el Apóstol lamen taba sentir en sus miembros, guerreando contra la ley del espíritu,Y así sucede con frecuencia que el hombre no parece ya, como debería considerarse según el mandamiento de Cristo, hermano de los demás, sino extraño y enemigo; que perdido el sentimiento de la dignidad personal y de la misma naturaleza humana, sólo se tiene cuenta con la fuerza y con el número, y que procuran los unos oprimir a los otros por el solo fin de gozar cuanto puedan de los bienes de esta vida. 8. El ansia inmoderada de los bienes de la tierra. Nada más ordinario entre los hombres que desdeñar los bienes eternos que Jesucristo propone a todos continuamente por medio de su Iglesia y apetecer insaciables la consecución de los bienes terrenos y caducos. Ahora bien: los bienes materiales, por la misma naturaleza, son de tal condición, que en buscarlos desordenadamente se halla la raíz de todos los males, y en especial del descontento y de la degradación moral, de las luchas y las discordias. En efecto, por una parte, esos bienes, viles y finitos como son, no pueden saciar las nobles aspiraciones del corazón humano que, criado por Dios y para Dios, se halla necesariamente inquieto mientras no descanse en Dios. Por otra parte, como los bienes del espíritu, comunicados con otros, a todos enriquecen, sin padecer mengua, así, por el contrario, los bienes materiales, limitados como son, cuanto más se re parten tanto menos toca a cada uno. De

donde resulta que los bienes terrenos incapaces de contentar a todos por igual, ni de saciar plenamente a ninguno, son causas de divisiones y de tristeza, verdadera vanidad de vanidades y aflicción del espíritu, como las llamó el sabio Salomón, después de bien experimentado. Y esto que acaece a los individuos acaece lo mismo a la sociedad. ¿De dónde nacen las guerras y contiendas entre nosotros?, pregunta Santiago Apóstol, ¿No es verdad que de vuestras pasiones? 10. El olvido de Dios, causa de la inestabilidad. Pero el que se haya ausentado la paz, y que después de haberse remediado tantos males toda vía se le eche de menos, tiene que tener causa más honda que la que hasta ahora hemos visto. Porque ya mucho antes que estallara la guerra europea venía preparándose por culpa de los hombres y de las sociedades la principal causa engendradora de tan grandes calamidades, causa que debía haber desaparecido con la misma espantosa grandeza del conflicto si los hombres hubieran entendido la significación de tan grandes acontecimientos. ¿Quién no sabe aquello de la Escritura: ¿Los que abandonaron al Señor serán consumidos?; Ni son menos conocidas aquellas gravísimas palabras del Redentor y Maestro de los hombres Jesucristo: Sin mí nada podéis hacer, y aquellas otras: El que no allega conmigo, dispersa. Sentencias éstas de Dios que en todo tiempo se han verificado y ahora sobre todo las vemos realizarse ante Nuestros mismos ojos. Alejáronse en mala hora los hombres de Dios y de Jesucristo, y por eso precisamente de aquel estado feliz han venido a caer en este torbellino de males y por la misma razón se ven frustradas y sin efecto la mayor parte de las veces las tentativas para re parar los daños y para conservar lo que se ha salvado de tanta ruina. Y así, arrojados


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Dios y Jesucristo de las leyes y del gobierno, haciendo derivar la autoridad no de Dios, sino de los hombres, ha sucedido que, además de quitar a las leyes verdaderas y sólidas sanciones y los primeros principios de la justicia, que aun los mismos filósofos paganos, como Cicerón, comprendieron que no podían tener su apoyo sino en la ley eterna de Dios, han sido arrancados los fundamentos mismos de la autoridad, una vez desaparecida la razón principal de que unos tengan el derecho de mandar y otros la obligación de obedecer. Y he ahí las violentas agitaciones de toda la sociedad, falta de todo apoyo y defensa por alcanzar el poder atento a los propios intereses y no a los de la patria. IV. Remedios de estos males Ya hemos enumerado brevemente, Venerables Hermanos, las causas de los males que afligen a la sociedad; veamos los remedios aptos para sanarla, sugeridos por la naturaleza misma del mal. 12. La paz de Cristo. Y ante todo es necesario que la paz reine en los corazones. Porque de poco valdría una exterior apariencia de paz, que hace que los hombres se traten mutuamente con urbanidad y cortesía, sino que es necesaria una paz que llegue al espíritu, los tranquilice e incline y disponga a los hombres a una mutua benevolencia fraternal. Y no hay semejante paz si no es la de Cristo; y la paz de Cristo triunfe en nuestros corazones; ni puede ser otra la paz suya, la que Él da a los suyos, ya que, siendo Dios, ve los corazones, y en los corazones tiene su reino. Por otra parte, con todo derecho pudo Jesucristo llamar suya esta paz, ya que fue el primero que dijo a los hombres: Todos vosotros sois hermanos,

y promulgó sellándola con su propia sangre la ley de la mutua caridad y paciencia entre todos los hombres: este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado: soportad los unos las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo. 13. La paz de Cristo, garantía del derecho y fruto de la caridad. Síguese de ahí claramente que la verdadera paz de Cristo no puede apartarse de las normas de justicia, ya porque es Dios mismo el que juzga la justicia, ya porque la paz es obra de la justicia; pero no debe constar tan sólo de la dura e inflexible justicia. Sino que a suavizarla ha de entrar en no menor parte la caridad que es la virtud apta por su misma naturaleza para reconciliar los hombres con los hombres. Esta es la paz que Jesucristo conquistó para los hombres; más aún, según la expresión enérgica de San Pablo, El mismo es nuestra paz; porque satisfaciendo a la divina justicia con el suplicio de su carne en la cruz, dio muerte a las enemistades en sí mismo..., haciendo la paz , y reconcilió en sí a todos y todas las cosas con Dios; y en la misma redención no ve y considera San Pablo tanto la obra divina de la justicia, como en realidad lo es, cuanto la obra de la reconciliación y de la cari dad: Dios era el que reconciliaba consigo al mundo en Jesucristo; de tal manera amó Dios al mundo que le dio su Hijo unigénito[29]. Con el gran acierto que suele, escribe sobre este punto el Doctor Angélico que la verdadera y genuina paz pertenece más bien a la caridad que a la justicia, ya que lo que ésta hace es remover los impedimentos de la paz, como son las injurias, los daños, pero la paz es un acto propio y peculiar de la caridad. El reino de la paz está en nuestro interior. Por tanto, a la paz de Cristo, que, nacida de la caridad, reside en lo íntimo del alma, se


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acomoda muy bien a lo que SAN PABLO dice del reino de Dios que por la caridad se adueña de las almas: no consiste el reino de Dios en comer y beber [31]; es decir, que la paz de Cristo no se alimenta de bienes caducos, sino de los espirituales y eternos, cuya excelencia y ventaja el mismo Cristo declaró al mundo y no cesó de persuadir a los hombres. Pues por eso dijo: ¿Qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde el alma? o ¿qué cosa dará el hombre en cambio te su alma? Y enseñó además la constancia y firmeza de ánimo que ha de tener el cristiano: ni temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, sino temed a los que puedan arrojar el alma y el cuerpo en el infierno. Los frutos de la paz. No que el que quiera gozar de esta paz haya de renunciar a los bienes de esta vida; antes, al contrario, es promesa de Cristo que os tendrá en abundancia: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura. Pero: la paz de Dios sobrepuja todo entendimiento, y por lo mismo domina a las ciegas pasiones y evita las disensiones y discordias que necesariamente brotan del ansia de poseer, Refrenadas, pues, con la virtud las pasiones, y dado el honor debido a las cosas del espíritu, seguiráse como fruto espontáneo la ventaja de que la paz cristiana traerá consigo la integridad de las costumbres y el ennoblecimiento le la dignidad del hombre; el cual, después que fue redimido con la sangre de Cristo, está como consagrado por la adopción del Padre celestial y por el parentesco de hermano con el mismo Cristo, hecho con las oraciones y sacramentos participante de la gracia y consorte de la naturaleza divina, hasta el punto de que, en premio de haber vivido bien en esta vida, llegue a gozar por

toda una eternidad de la posesión de la gloria divina. 16. La paz de Cristo en el Reino de Cristo. Extensión y carácter de este reino Síguese, pues, que la paz digna de tal nombre, es a saber, la tan deseada paz de Cristo, no puede existir si no se observan fielmente por todos en la vida pública y en la privada las enseñanzas, los preceptos y los ejemplos de Cristo: y una vez así constituida ordenadamente la sociedad, pueda por fin la Iglesia, desempeñando su divino encargo, hacer valer los derechos todos de Dios, los mismo sobre los individuos que sobre las sociedades. En esto consiste lo que con dos palabras llamamos Reino de Cristo. Ya que reina Jesucristo en la mente de los individuos, por sus doctrinas, reina en los corazones por la caridad, reina en toda la vida humana por la observancia de sus leyes y por la imitación de sus ejemplos. Reina también en la sociedad doméstica cuando, constituida por el sacramento del matrimonio cristiano, se conserva inviolada como una cosa sagrada, en que el poder de los padres sea un reflejo de la paternidad divina, de donde nace y toma el nombre; donde los hijos emulan la obediencia del Niño Jesús, y el modo todo de proceder hace recordar la santidad de la Familia de Nazaret. Reina finalmente Jesucristo en la sociedad civil cuando, tributando en ella a Dios los supremos honores, se hacen derivar de él el origen y los derechos de la autoridad para que ni en el mandar falte norma ni en el obedecer obligación y dignidad, cuando además le es reconocido a la Iglesia el alto grado de dignidad en que fue colocada por su mismo autor, a saber, de sociedad perfecta, maestra y guía de las demás sociedades; es decir, tal que no disminuya la


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potestad de ellas -pues cada una en su orden es legítima-, sino que les comunique la conveniente perfección, como hace la gracia con la naturaleza; de modo que esas mismas sociedades sean a los hombres poderoso auxiliar para conseguir el fin supremo, que es la eterna felicidad, y con más seguridad provean a la prosperidad de los ciudadanos en esta vida mortal. De todo lo cual resulta claro que no hay paz de Cristo sino en el reino de Cristo, y que no podemos nosotros trabajar con más eficacia para afirmar la paz que restaurando el reino de Cristo. Fuente: Encíclica UBI ARCANO de PÍO XI


La Paz

Religiosas se quedaron en Ucrania y son las heroínas de las que pocos hablan

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as consagradas en Ucrania también sufren los embates de la guerra, pero el miedo y los peligros no impiden que sigan ayudando a los fieles locales, con la esperanza puesta siempre en el Señor, sostenidas por las oraciones y la ayuda de los católicos de todo el mundo. Magda Kaczmarek, responsable de los proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) para Ucrania, está en contacto con diversas congregaciones religiosas en las zonas de guerra y comparte el testimonio de una hermana de un convento en el norte del país. Por razones de seguridad ACN reserva el nombre de la religiosa y el lugar donde está, pues allí “se está librando una batalla feroz”. Ante los constantes ataques rusos, las religiosas han tenido que refugiarse varias veces en el sótano y duermen con el hábito

puesto para poder salir ante cualquier emergencia; apagan todas las luces por las noches para evitar ser blancos de los bombardeos; y ahora incluso tienen un teléfono móvil con ellas cuando rezan para saber si es que hay un ataque. Kaczmarek dijo que el sótano del convento ya no es tan seguro y las religiosas han tenido que resguardarse en un refugio antiaéreo. Varias bombas han caído ya cerca del convento, dejando como víctimas a una joven familia vecina. “Las hermanas han acogido en su convento a tres familias que temían por sus vidas”, agregó. El cuidado de las familias en peligro no es algo nuevo para las religiosas.Ya lo hacían antes de la invasión del 24 de febrero, e incluso desde que se inició la guerra en 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea.


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Los vecinos del convento, que ven en las religiosas un signo de esperanza, afirman: “Nos quedaremos mientras estén aquí las hermanas. Cuando ellas se vayan, nos iremos también nosotros”. Sobre las oraciones de los fieles de todo el planeta por el fin de la guerra, Kaczmarek dijo que “las religiosas reciben mensajes de todo el mundo diciendo que la gente piensa en ellas y reza por ellas, también experimentan una gran solidaridad por parte de los amigos y vecinos del convento, a pesar de que estos también se vean muy afectados”. Las hermanas afirmaron que “sienten la oración de los salmos en su propia carne”, pero “los ruegos por protección de la guerra y las promesas de la cercanía de Dios les infunden fuerzas”. Una de las religiosas compartió que nunca ha rezado tantos rosarios como ahora, en medio de la guerra. ACN contribuyó a financiar la construcción del convento de estas hermanas y durante años ha sostenido a las religiosas, quienes agradecen por esto a la fundación pontificia, que ha pedido a todos los conventos de clausura del mundo que recen constantemente por Ucrania. “Este apoyo hace que se sientan parte de la Iglesia y acompañadas por mucha gente”, resaltó Kaczmarek. En respuesta a la grave crisis humanitaria en Ucrania a causa de la guerra, ACN ha preparado un paquete de ayuda de emergencia de 1.3 millones de euros. El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, dijo que esta ayuda beneficiará a los sacerdotes y religiosos que trabajan en parroquias, orfanatos y residencias de ancianos, y que se ocupan de los desplazados en toda Ucrania.


San Ireneo

San Ireneo proclamado por el Papa doctor de la iglesia La decisión está contenida en el Decreto firmado el pasado 21 de enero por el Papa Francisco. El apóstol de los pueblos celtas y germánicos y defensor de la Doctrina recibe el título de "Doctor unitatis". En su nombre y en su vida está impreso el anhelo de paz y de diálogo "Que la enseñanza de tan gran Maestro anime cada vez más el camino de todos los discípulos del Señor hacia la plena comunión". Esta es la esperanza con la que el Papa Francisco firmó el Decreto del 21 de enero en el que declaraba a San Ireneo de Lyon Doctor de la Iglesia, con el título de Doctor unitatis Puente espiritual e inspirador de la paz En las motivaciones que preceden a la proclamación, Francisco destaca dos aspectos de la vida y la obra del santo que "vino de Oriente" y "ejerció su ministerio episcopal en Occidente": "Él fue un puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente. Su nombre, Ireneo, expresa esa paz que viene del Señor y que reconcilia, reintegrando la unidad". Recordamos que ayer mismo se dio el último paso para este pleno reconocimiento del obispo de Lyon del siglo II, con la aceptación por parte del Papa del dictamen afirmativo

de la Congregación para las Causas de los Santos. Francisco ya había hablado también de él el 7 de octubre del año pasado, cuando se reunió con el Grupo Mixto de Trabajo ortodoxo-católico San Ireneo, y destacando, como ha vuelto a hacer hoy, su papel de "gran puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente" y la misión de paz ya impresa en la raíz griega de su nombre: Ειρηναίος (Eirenaios), que significa "pacificador". La paz del Señor, había dicho el Papa en aquella ocasión, "no es una paz 'negociable', fruto de acuerdos para proteger intereses, sino una paz que reconcilia, que reintegra en la unidad. Esta es la paz de Jesús". ¿Quién es Ireneo de Lyon, el nuevo doctor de la iglesia? San Ireneo fue el más destacado adversario del siglo II en contra el pensamiento gnóstico, es decir, contra aquellas corrientes filosóficas que surgieron en el siglo I entre las sectas judías y algunas cristianas de origen griego, en las que el evangelio fue acepta-


San Ireneo

do, pero al cual incorporaban sus creencias y algunos rasgos de su cultura emanada de pensadores clásicos, de modo que era una fe contaminada. Algunos de los llamados evangelios apócrifos y gnósticos, como el de Judas, son una muestra de ello; además, los gnósticos aceptaban las revelaciones privadas que querían añadir a las enseñanzas de los apóstoles y a las enseñanzas patrísticas, es decir, de los grandes pensadores de la Iglesia con gran cercanía a los apóstoles.

quien fue discípulo del Apóstol San Juan, de quien dice: “He conservado sus enseñanzas, no sobre el papel sino en el corazón, ya que lo que aprendemos en nuestra infancia se convierte en parte de nosotros mismos.” Ireneo sucedió como obispo a Potino, obispo de Lyon, poco después del año 177 cuando falleció en prisión.

‘Contra las Herejías’, su obra más conocida Su obra más conocida es Contra las Herejías, pero también se conoce una carta dirigida al Papa Víctor suplicándole que no excomulgaLas aportaciones de San Ireneo ra a quienes celebraban la fiesta de Pascua en otra fecha distinta a la Iglesia Romana. Él Muchos gnósticos, influenciados por el pen- escribió tanto en griego como en latín. samiento griego, consideraban que había tres Él decía: “Hay solo un Dios soberano univerclases de hombres: el material, el psíquico y el espiritual a lo que llamaban sustancia, ante lo que Irineo respondía que solo había un hombre que asume las tres sustancias y que por el pecado perdía el espíritu. La forma de corregirlos de Ireneo mostraba gran bondad y tolerancia, él insistía en la fe en las revelaciones de Cristo, y cuando había dudas que no podía resolver les decía, Cristo nos explicará más en la eternidad. Él ataco principalmente al evangelio gnóstico de Judas del cual dice que es un libro utilizado por un grupo gnóstico al que denomina cainitas, el cual lo inventó tratando de hacer pasar a Judas por un ser superior que llevó al cabo “el misterio de la traición”, para que así Jesús pudiera morir en la cruz y redimiera a la humanidad. San Ireneo enfocaba sus sermones principalmente en el Génesis y en San Pablo; en su cristología consideraba que Cristo encarnado es el hombre ideal y que Dios lo tenía en mente cuando hizo a Adán, y afirmaba que, al haber nacido Jesús de María, “es la prenda de que él es descendiente de Adán”. San Ireneo nació en el año 140 en la actual Turquía, fue alumno de Policarpo de Esmira,


San Ireneo

sal que creó todas las cosas por medio de su verbo, que ha organizado y hecho de la nada todas las cosas para que existan” San Ireneo falleció en el año 202 y es celebrado por la Iglesia católica el 28 de junio, por las iglesias orientales el 23 de agosto e incluso, está incluido en el calendario luterano de los santos. Gracias a sus cartas y sermones conocemos detalles de la iglesia y de los personajes que existieron en los primeros años. San Policarpo, por ejemplo, escribió: “Ireneo, que se hallaba en Roma en tiempos del martirio del obispo Policarpo, enseñó a muchos. De él proceden muchas obras, muy bellas y ortodoxas, en las que recuerda como fue discípulo de Policarpo. Refutó apropiadamente todas las herejías y transmitió la regla de la fe eclesial y católica tal como la recibió del santo.” Por Carlos Villa Roiz


CECH

Obispos ante la aprobación de aborto en Convención Constitucional El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile da a conocer una declaración respecto de la aprobación de norma por parte de la Convención Constitucional que establece que el Estado debe asegurar a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, entre otras cosas, “las condiciones para (…) una interrupción voluntaria del embarazo”. A continuación, el texto completo de la declaración: Ante aprobación de aborto en Convención Constitucional 1. El pleno de la Convención Constitucional aprobó ayer martes 15 de marzo, una norma sobre derechos sexuales y reproductivos que quedó en situación de ser incorporada al texto constitucional. Dicha norma establece que el Estado debe asegurar a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, entre otras cosas, “las condiciones para (…) una interrupción voluntaria del embarazo”. Es necesario señalar que esta norma, por sí misma, es un gravísimo atentado a la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales, más allá de cualquier concepción religiosa. Además, no se establecen condicionamientos ni limitaciones a este derecho, ni se da un mandato al legislador para que lo regule por una ley, con lo cual queda abierto el camino para permitir el aborto a todo evento. Establecido el aborto como un derecho constitucional sin ninguna restricción, cualquier ley que pretenda regularlo puede ser declarada inconstitucional. De esta manera, podría darse el caso que fueran abortadas creaturas incluso de siete u ocho meses o a punto de nacer. 2. Es evidente que una norma de tal naturaleza constituye un hecho de la máxima gravedad. La Convención afirma un derecho a decidir en forma libre y autónoma sobre el propio cuerpo, pero olvida y silencia del todo que en el vientre de quien está embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano, que para quienes aprobaron la norma simplemente no existe. Agradecemos a quienes en la Convención se han opuesto a esta norma, pero lamentablemente, como lo hemos sostenido en reiteradas oportunidades, se ha ido imponiendo en el país una mentalidad contraria a la vida de la persona ya concebida. Por eso llamamos a


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los chilenos a ser conscientes de esta triste dinámica, que tiene como corolario inaudito la incorporación del aborto libre nada menos que como un derecho constitucional. Con el Papa Francisco volvemos a decir: “si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad” (cf. Papa Francisco, Fratelli Tutti, 107). 3. Una Constitución Política con una norma sobre aborto libre no podrá ser sentida y asumida como propia por muchos chilenos, entre ellos muchas personas que profesamos una fe religiosa, pues el respeto a la vida humana desde la concepción no es algo secundario o cuya consideración sea optativa, sino un valor fundamental que afirmamos apoyados en la razón y la fe. De no cambiar esta decisión, la Convención Constitucional pone un obstáculo insalvable para que muchos ciudadanos den su aprobación al texto constitucional que se está elaborando. Lamentamos que la mayoría de los convencionales estén optando por polarizar el proceso constitucional con un tema tan significativo, en vez de ofrecer una propuesta en la que la mayor parte de los chilenos podamos reconocernos, más allá de nuestras legítimas diferencias, en torno a un proyecto compartido. EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE + Celestino Card. Aós Braco Cardenal Arzobispo de Santiago Presidente + Fernando Chomali Garib Arzobispo de Concepción Vicepresidente + Juan Ignacio González Errázuriz Obispo de San Bernardo + Ricardo Morales Galindo Obispo de Copiapó + Sergio Pérez de Arce Arriagada Obispo de Chillán Secretario General Fuente: Comunicaciones CECh CECh, 16-03-2022


Desde Roma

El Papa consagra Rusia y Ucrania a la Virgen pidiéndole «el fin de la guerra insensata»

E

n el marco de la Celebración de la Penitencia, este 25 de marzo, Francisco consagró a Rusia y a Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Un gesto -dijo el Pontífice- que no es una fórmula mágica, sino un acto espiritual que refleja “la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, entregándose totalmente a Ella”.

de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28); sobre todo cuando nos acercamos a recibir el sacramento de la Reconciliación:

“Hermano, hermana, hoy puedes oír estas mismas palabras dirigidas a ti; puedes hacerlas tuyas cada vez que te acercas al perdón de Dios, porque allí el Señor te dice:Yo estoy contigo”, dijo Francisco haciendo hincapié en que cuando pensamos en la confesión, no debemos presentarnos “cabizbajos”, puesto La tarde del viernes 25 de marzo, el Papa que confesarse, es dar al Padre la alegría de Francisco presidió la Celebración de la Peni- volver a levantarnos: tencia con el acto de consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, “En el centro de lo que experimentaremos no están nuestros pecados sino su perdón. en la Basílica de San Pedro. Imaginemos que en el centro del SacramenReflexionando sobre el Evangelio de hoy, to estuvieran nuestros pecados: casi todo solemnidad de la Anunciación del Señor, el dependería de nosotros, de nuestro arreSanto Padre invitó a los fieles a hacer nues- pentimiento, de nuestros esfuerzos, de nuestras las palabras del ángel Gabriel tras su en- tros afanes. Pero no, en el centro está Él, que cuentro con la Virgen María: «Alégrate, llena nos libera y vuelve a ponernos en pie”


Desde Roma

La Reconciliación es el sacramento de la alegría En este sentido, el Pontífice exhortó a todos a pedir el don de comprender que la Reconciliación “no es principalmente un paso que nosotros damos hacia Dios, sino su abrazo que nos envuelve, nos asombra y nos conmueve”. Continuando con su alocución el Santo Padre destacó la importancia de confesarse desde la perspectiva de nuestro Creador: “Lo necesitamos, porque cada renacimiento interior, cada punto de inflexión espiritual comienza aquí, en el perdón de Dios”, aseveró Francisco alentando, especialmente en este tiempo de Cuaresma, a no descuidar nuestra Reconciliación, sino más bien, a redescubrirla como el Sacramento de la alegría:

Un temor que, según el Obispo de Roma, puede invadirnos cuando nuestros pecados nos asustan, nuestro pasado nos inquieta, nuestras heridas no cicatrizan o cuando nuestras caídas nos desmoralizan. En este punto, resulta fundamental seguir el ejemplo de la Virgen María, que siempre nos acompaña brindándonos un mensaje claro y consolador: “Cada vez que la vida se abre a Dios, el miedo ya no puede convertirnos en sus rehenes. Dios conoce tus debilidades y es más grande que tus errores. Te pide una sola cosa: que tus fragilidades, tus miserias, no las guardes dentro de ti; sino que las lleves a Él, las coloques ante Él, y de motivos de desolación se convertirán en oportunidades de resurrección. ¡No temas!”

“Sí, de la alegría, donde el mal que nos hace Ante la guerra sólo Dios elimina el mal y avergonzarnos se convierte en ocasión para devuelve la paz experimentar el cálido abrazo del Padre, la Y haciendo alusión a las noticias e imágenes dulce fuerza de Jesús que nos cura y la ternura materna del Espíritu Santo” Sacerdotes: “No pongan obstáculos a la confesión” Por ello, el Papa pidió a los sacerdotes que administran el sacramento del perdón de Dios, que ofrezcan este anuncio de misericordia, “Alégrate, el Señor está contigo”, a todos los que deciden confesarse sin ser rígidos, sin poner obstáculos o incomodades, ya que en la Confesión -dijo- “estamos especialmente llamados a encarnar al Buen Pastor que toma en brazos a sus ovejas y las acaricia; a ser canales de la gracia, que vierten el agua viva de la misericordia del Padre en la aridez del corazón”. Asimismo, Francisco subrayó otra de las frases del ángel Gabriel a María «No temas» (v. 30).


Desde Roma

de muerte que nos llegan desde Ucrania en medio de la atroz guerra y las bombas que destruyen las vidas de tantas personas indefensas, el Pontífice reiteró que ante estas “experiencias de miedo, impotencia y aflicción”, necesitamos escuchar que nos digan “no temas”.

Sin amor no podemos ofrecer nada al mundo Igualmente, el Santo Padre recordó que sin amor, en efecto, no podemos ofrecer nada al mundo, de ahí la importancia de cambiar primero nuestros corazones si verdaderamente queremos cambiar lo demás.

“Sin embargo las seguridades humanas no son suficientes -añadió Francisco- resaltando que, en cambio, es necesaria la presencia de Dios, la certeza del perdón divino, el único que elimina el mal, desarma el rencor y devuelve la paz al corazón. Volvamos a Dios, a su perdón”.

Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón de María Y para que esto suceda Francisco expresó su deseo de dejarnos guiar por la mano de la Virgen a quien consagró el futuro de los dos países enfrentados:

Para el Papa la situación es clara: “Nosotros solos no logramos resolver las contradicciones de la historia, y ni siquiera las de nuestro corazón. Necesitamos la fuerza sabia y apacible de Dios, que es el Espíritu Santo. Necesitamos el Espíritu de amor que disuelve el odio, apaga el rencor, extingue la avidez y nos despierta de la indiferencia”.

“En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a Ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre”


Desde Roma

Antes de finalizar, el Papa indicó que estas palabras “no son una fórmula mágica”, sino un acto espiritual ya que es el gesto “de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su Corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella”. Francisco concluyó afirmando que los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: «Que se haga en mí lo que tú dices» (v. 38): “La Madre de Dios, después de haber pronunciado el sí, afrontó un largo y tortuoso viaje hacia una región montañosa para visitar a su prima encinta (cf. Lc 1,39). Que Ella tome hoy nuestro camino en sus manos; que lo guíe, a través de los senderos escarpados y fatigosos de la fraternidad y el diálogo, por el camino de la paz”. Fuente: Vatican News


Sí a la Vida

Llaman a votar en contra de nueva Constitución de Chile porque liberaliza el aborto

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l directorio de la ONG Comunidad y Justicia señaló que ante la inclusión del aborto como “derecho” en el proyecto de la nueva Constitución de Chile, lo que queda es rechazarlo en el plebiscito al que será sometido el 12 de junio. En la sesión del 10 de marzo, la Convención Constitucional, organismo que discute y analiza el contenido del proyecto de la próxima Carta Magna, aprobó en general 14 artículos presentados por la Comisión de Derechos Fundamentales. Entre ellos, el artículo 16, sobre derechos sexuales y reproductivos, que obtuvo 109 votos a favor, 40 en contra y 5 abstenciones. El texto señala que “todas las personas son titulares de derechos sexuales y derechos reproductivos” y será el Estado quien garantice su ejercicio “libre, autónoma y no discriminatoria”. En ese sentido, agrega que deberá asegurar “a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, las condiciones para un embarazo, una interrupción voluntaria del embarazo, parto y maternidad voluntarios y protegidos”. Asimismo, debe “garantizar su ejercicio libre de violencias y de interferencias por parte de terceros, ya sean individuos o instituciones”. El directorio de Comunidad y Justicia expresó, en una carta publicada en el diario El Mercurio el 13 de marzo, que el pleno de la Convención “definió el aborto en sí como un derecho, sin plazos ni causales, lo que po-


Sí a la Vida

dría abrir la posibilidad de que se realicen abortos hasta antes del nacimiento”. “No contentos con ese despropósito, la mayoría de los convencionales prohibieron obstaculizar su acceso. Esto lleva a concluir que podríamos despedirnos de la objeción de conciencia personal e institucional”, sostuvo. “Lo aprobado por el pleno atenta contra el derecho a la vida del no nacido. Frente a esto, la conciencia recta se queda sin alternativas: solo nos queda optar desde hoy por el rechazo a una propuesta constitucional que consideramos radicalmente injusta”, expresó Comunidad y Justicia ante el plebiscito de salida del proyecto de Constitución que se realizará el domingo 12 de junio de 2022. Chile cuenta desde septiembre de 2017 con una ley que permite el aborto hasta las 12 semanas de embarazo para los casos de violación, y sin límite gestacional cuando hay inviabilidad fetal y riesgo de vida de la madre. Aún así, “este cruel genocidio se quiere imponer a rajatabla. Resulta ilusorio creer que la ley restringirá este atropello, de la misma manera que terminó siéndolo la esperanza de que el pleno corrigiera lo que emanó de la comisión”, lamentó Comunidad y Justicia. “Se está cimentando lo que muchos temíamos que ocurriera. No solo se trata del aborto durante todo el embarazo, sino también de una propuesta constitucional que establece la obligación de unos de servir a otros para acabar con la vida de inocentes”, denunció. Comunidad y Justicia recordó que el 30 de noviembre de 2021 la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley que buscaba liberalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación, sin causal alguna. Además, considerando que en la Convención se presentaron a discusión iniciativas populares favorables a la vida, con más de 31 mil firmas digitales, los expertos expre-

saron que “la desconexión de esta mayoría circunstancial del resto de la sensibilidad nacional es total”. “El espíritu deconstructivista de la Convención deviene en ‘destructivista’, configurando una Constitución sin objeción de conciencia, sin derechos de las personas jurídicas en las que se agrupan las personas, y que busca erradicar los cimientos sobre los que se ha forjado el país, y que están hoy dentro del carácter y la conciencia de parte importante de los chilenos”, reflexionó Comunidad y Justicia. También, el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González explicó que atentar contra la vida es “un agravio a la dignidad de la persona humana” que “constituye una afrenta a la antropología cristiana y al pensamiento de la inmensa mayoría de los chilenos”. En un videomensaje el 13 de marzo, Mons. González expresó que “Chile sería el primer país del mundo que establecería en su Constitución el derecho al aborto”. “Esto es un signo de totalitarismo que debe hacernos meditar hacia donde camina nuestro país” y “hacia donde nos llevan estas normas que están siendo definitivas”. Por ese motivo, oró para que Dios otorgue “coraje y sabiduría en un mundo cada vez más complicado”, para “poder seguir viviendo nuestra fe cristiana, nuestra concepción del hombre y de la familia cristiana y que cada uno de nosotros sepa” elegir bien “las decisiones importantes de nuestra vida”, sostuvo Mons. González.


Vocaciones

TESTIMONIO DE UN SACERDOTE EN KIEV

J

Un joven sacerdote español, Pedro Zafra, misionero en Ucrania narra su testimonio en medio de la guerra.

unto a otros sacerdotes de una parroquia en Kiev, la Asunción de la Virgen María, al este de la ciudad, rezan y mantienen la pastoral para todo aquel que quiera ir a hablar, rezar y confesarse. “Nos levantamos en común para desayunar y rezar las Laudes. Ya durante el día si tenemos que comprar algún producto lo hacemos, celebramos la Misa que la retransmitimos online para los parroquianos que no pueden venir. Por la tarde, a las 20h, nos reunimos para hacer la exposición al Santísimo, rezar el Rosario, etc.” En la parroquia, han habilitado varias salas que sirven de refugio, que es donde realmente están haciendo vida las personas que se encuentran en su interior. Pese a las duras circunstancias que está viviendo junto a tantos ciudadanos de Ucrania, el presbítero asegura que no pierde la esperanza, “que nos viene de la gracia de Jesucristo, que vivimos a través de los sacramentos, de la Eucaristía. Él nos da esperanza y nosotros somos un instrumento que el Señor nos ha puesto para la evangelización. Por eso estoy tranquilo y contento de hacer esta misión en Kiev”, ha expresado Pedro Zafra. Dada su nacionalidad española, ante la posibilidad de irse de Ucrania e irse con su familia, ha decidido no abandonar a los fieles y perseverar junto a ellos en la oración: “La voluntad de Dios está por encima de todo, incluso de la familia”. Ante todo el mal, sufrimiento y muerte que genera la guerra, Jesucristo no abandona a la humanidad, y la sigue acompañando a través de sus sacerdotes, que con la predicación de la Palabra del Señor y la administración

de los sacramentos ayudan a fortalecer la fe, esperanza y caridad, y a no odiar, sino que a perdonar. Sigamos rezando por la paz y por tantos sacerdotes y religiosas que en el anonimato hacen presente a Jesús “Príncipe de la Paz”, que vence siempre el odio con el amor de su Corazón y a la muerte con la vida eterna prometida. Fuente: www.cope.es

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Vida Diocesana

Superiora General de la Congregación visita la Provincia Chilena

C

on la presencia de la Madre General y todas las religiosas, se celebró el pasado 5 de marzo, la Santa Misa, con la que se dio inicio a la visita Canónica a la Provincia Chilena de la Hermana María del Rosario Castro, Superiora General de la Congregación Hermanas de la Caridad Cristiana. La Eucaristía celebrada en la Capilla de la Casa en San Bernardo, fue presidida por el Padre Eric González, capellán de las hermanas, quien pidió rezar por las intenciones de la Madre General en esta visita a toda la Provincia de Chile, que concluye en la quincena del mes de abril. La Hermana María del Rosario durante su estadía en nuestro país, visitará cada una de las comunidades que se encuentran en las ciudades de Santiago, San Fernando, Concepción, Talcahuano, Valdivia, Puerto Montt y Ancud. Además, se reunirá y dialogará con las religiosas de cada comunidad en Chile, y realizará una visita protocolar a los colegios de la Red IC.


Vida Diocesana

Postulación 2022 Preuniversitario Virtual gratuito Caritas San Bernardo

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l preuniversitario está destinado a jó- un solo email en caso de elegir postulación venes de la diócesis de San Bernardo on line) que no puedan costear un preuniversi- 1. Certificado de Alumno Regular * tario de mercado (pagado). Pueden postular 2. Certificado de Notas Enseñanza Media alumnos de 3º Medio, 4º Medio y egresados. ( www.mineduc.cl ) 3. Carta RecomenEl proceso de postulación se puede realizar dación Párroco o del Colegio vía online o presencial. Para la vía on line, los 3. Últimas 3 liquidaciones de sueldos de interesados deben escribir al correo electodos los miembros del grupo familiar trónico: preucaritassb@gmail.com; enviando que aporten al ingreso del hogar. adjuntos los antecedentes del postulante 4. Comprobante de pensión si es que coque se detallan más abajo. Posteriormente, rresponde (alimentos, vejez o incapacise coordinará con el postulante, una fecha dad) y hora para la entrevista socioeconómica, la 5. Registro Social de Hogares con máximo cual se realizará telefónicamente o por me1 mes de antigüedad ( www.registrosodio de la plataforma zoom. cial.gob.cl) Para la visita presencial deben escribir al co- 6. Boletas de Servicios Básicos del hogar rreo preucaritassb@gmail.com y solicitar una (agua, luz, teléfono, etc) – Último mes hora de atención. (Enviar Fotografías por email). El período de postulación será desde el *Este documento (Certificado de Alumno Remiércoles 12 de enero hasta el jueves 31 gular) será el único que podrá enviarse aparte de marzo de 2022. de los demás, pues requiere que lo soliciten en sus establecimientos educacionales.

Requisitos Mínimos de Postulación • Promedio de notas de Enseñanza Media 6,0 o mayor • Domicilio de residencia del alumno dentro de las siguientes comunas: El Bosque, La Pintana, San Bernardo, Calera de Tango, Pirque, Buín, Paine. • Acreditar situación socioeconómica que impida o dificulte gravemente el pago de un preuniversitario de mercado. Toda la documentación debe ser enviada en

• Si la documentación no se envía completa, la postulación no será considerada. • Enviar los documentos a la brevedad para programar la entrevista socioeconómica. Toda documentación requerida tiene que ser enviada al correo electrónico preucaritassb@gmail.com - (Importante enviar todos los documentos juntos, no se considerarán las entregas parciales). Cualquier consulta sobre la postulación pueden contactarse al mismo email o al celular +56 9 54161031, donde serán atendidos por uno de nuestros trabajadores sociales. Las consultas telefónicas pueden realizarlas de lunes a viernes. de 9:00 a 18:00 hrs.


Vida diocesana

Trabajo Pastoral y Humanización de la Salud

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na emotiva despedida brindaron los fieles de la Parroquia San Camilo de Lellis, al Padre Pietro Magliozzi, quien después de muchos años de trabajo pastoral en Diócesis de San Bernardo, retorna a su país natal, Italia, para continuar con su ministerio sacerdotal y su vocación de médico y de servicio. El Padre Pietro, se desempeñó como capellán del Hospital Parroquial, trabajando en la humanización y pastoral de la salud. En plena crisis de la pandemia, el sacerdote camiliano

recorrió día a día las salas donde se encontraban internados los pacientes con Covid-19 para brindarles la unción de los enfermos, conversar con ellos y muchas veces acompañarlos, ya que ellos se encuentran aislados y sin contacto, además espiritualmente a los enfermos a todo personal médico y técnico que trabaja en el hospital, lugar en el cual también realizaron una despedida agradeciendo sus años de trabajo y servicio hacía los que sufren.


Vida Diocesana


Vida Diocesana

Sacerdote polaco se despide de su comunidad en Champa

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l Padre Robert Szczotka, sacerdote de la localidad Champa en la Diócesis, regresó a su país natal Polonia, para ayudar a los refugiados de la invasión a Ucrania y ejercer su encargo pastoral a los fieles de la Diócesis Bielsko-Zywiec El pasado 6 de marzo, con la celebración de la Misa presidida por Monseñor Juan Ignacio González, el Padre Robert se despidió de su comunidad en la parroquia a Nuestra Señora de Guadalupe en la localidad de Champa en la Diócesis de San Bernardo, en la cual se desempeñaba como párroco desde hace 6 años. En una carta enviada a su comunidad el Párroco señaló “Agradezco su acogida, cercanía, colaboración y la comunión de la fe y oración que he vivido durante más de seis años en Champa. De manera muy especial agradezco el testimonio de la fe y amor a Cristo Sacramentado, su compromiso con Cristo que quiso quedarse en nuestra capilla de adoración perpetua”.

Fieles de la localidad Buin celebran la Solemnidad de San José Con una procesión y Eucaristía presidida por su párroco, el Padre Marcelo Guzmán, la comunidad de la Parroquia San José Patriarca, conmemoró la fiesta de su Patrono, el pasado 19 de marzo. La romería con la imagen de San José abarcó las principales calles del sector, que fue acompañada por cánticos y rezos de los fieles de la Parroquia ubicada en la localidad de Buin.


Vida Diocesana


Vida de Santos

24 de Marzo

Santa Catalina de Suecia

S

exta de ocho hijos de Brígida (s. Brígida de Suecia) y Ulf, Catalina nació en Suecia en 1331. Fue educada en las costumbres y preceptos de la Iglesia católica y educada en el amor cristiano al prójimo. Como testigo del proceso de canonización de su madre declaró: “Recuerdo cómo mi Madre me llevaba con mis hermanas, cuando iba a visitar los hospitales que había construido, y con sus propias manos, sin asco, vendaba sus heridas”. En efecto, Brígida deseaba que sus hijos aprendieran a servir al Señor en los pobres y enfermos. Catalina creció en ese clima fuertemente evangélico. Pero todavía era una jovencita cuando su madre fue llamada a la corte sueca como institutriz de la joven esposa del rey Magnus Eriksson, Blanca de Namur. Catalina fue confiada, junto con su hermana Ingeborg, al monasterio cisterciense de Riseberga. Unos años más tarde, Brígida dejó Estocolmo debido a algunos desacuerdos con la familia real y porque estaba angustiada por la muerte de su hijo Gudmar, de sólo 11 años. Y como Brígida, deseaba profundizar en las raíces de su fe, se fue en peregrinación con su marido y Catalina esta vez fue acogida, para continuar sus estudios, en el convento dominicano de Skenninge con su hermana Cecilia. Esa vida itinerante en los conventos le hizo sufrir mucho por la falta de vida familiar normal. De Suecia a Italia Catalina tenía 14 años cuando su padre, regresando con su esposa de Santiago de Compostela, gravemente enfermo, decidió pasar los últimos años de su vida en el monasterio cisterciense de Alvastra. Pero deseaba ver a su hija casada y la obligó a casarse con Edgar von Kyren. Catalina, aunque se oponía a un matrimonio sin amor, a final de cuentas obedeció a sus padres. Pero luego supo obtener el acuerdo de su marido para consagrarse a Dios y hacer el voto de castidad. Y junto con él llevó un estilo de vida monástica de oración, ayuno y penitencia. Su modelo de vida fue el ejemplo de su madre. Catalina amaba y admiraba profundamente a su madre y, como ella, aspiraba a la santidad, pero, a diferencia de su madre, no tenía aún claro cómo podía servir

a la Iglesia. En 1349 Brígida se fue a Roma para obtener la aprobación de su fundación en Vadstena y para instar al regreso del Papa de Avignon. Catalina se entristeció por esta partida, pero al año siguiente se unió a su madre con motivo del Año Santo, para responder a la invitación del Papa de visitar la tumba de Pedro y las otras grandes basílicas romanas para obtener indulgencias. En misión con su madre Brígida y abadesa en Vadstena De ese modo, junto con Brígida, Catalina se dedicó a la catequesis con las familias romanas nobles, hizo lo mejor que pudo en obras de caridad, abogó por la realización del proyecto de Vadstena e hizo peregrinaciones. Con Brígida, durante unos veinte años, vivió en Roma en una casa cerca de Campo de’ Fiori, viviendo en la extrema pobreza una vida cotidiana llena de actividades pastorales, de oración y de rígida ascesis. El 23 de julio de 1373 Brígida murió. Su hija había pedido que sus restos mortales fueran sepultados en el monasterio de Vadstena. Después de un largo viaje, Catalina llegó allí el 4 de julio del año siguiente y allí decidió convertirse en monja. Fue elegida abadesa, pero poco después regresó a Roma para pedir la canonización de su madre y obtener la aprobación de la regla de la Orden que había fundado. En los siguientes cinco años Catalina recogió testimonios sobre su madre y se encontró primero con Gregorio XI, luego con Urbano VI. Este último aprobó la regla de la Orden brigidino con una bula el 3 de diciembre de 1378, pero dejó de lado la Causa de canonización de Brígida. Después de entregar toda la documentación necesaria para tal proceso de canonización, Catalina regresó a Vadstena. Murió el 24 de marzo


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