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IGLÜ es tu refugio personal, donde sos vos y tu cámara; tu mente personificada en el plano óptico de la luz. Donde se presenta la conjunción entre la sensibilidad del fílmico y la que se encuentra dentro tuyo, armonizando el orbe visual que nos representa. Desde nuestro pequeño lugar y aporte, intentamos generar el reconocimiento de los fotógrafos/ artistas/ aficionados/amantes independientes, que muchas veces no traspasan la barrera de sus páginas web personales, mediante un espacio para que se exponga su trabajo.
IGLÜ is your personal haven, where's you and your camera, your mind embodied in the optical plane of light. Which shows the junction between the sensitivity of the film and the sensitivity that is within you, harmonizing the visual world that represents us. From our small place and contribution, we try to generate the recognition of independent photographers/ artists/ fans/ lovers, whom often do not break through their personal web pages, using a space to expose their work.
MARIANO BRIZZOLA JUAMPI DEL BOSQUE JEAN STUDLER MARQUITOS SANABRIA NICOLA ODEMANN MARGOT GABEL PANDA NUBE CECILIA FERRARO BONINO
TATE TITA FLAN SANTIAGO BAZAN
VERO GATTI COBRINHA
Compañeras
Tiene treinta y tres años. Nacido en Buenos Aires de vientre uruguayo. Sus primeras fotografías fueron hace más de dos décadas pero comenzó a hacer fotografía realmente hace siete años y medio. Entabló relación cuando las imágenes lo ayudaban en sus actividades de dibujo/pintura, hasta que luego le sedujo demasiado. A Mariano le interesa el lazo con la representación de lo “real”. “A la vez me fascina como miente todo, como exagera o minimiza, como da vida a lo inanimado y como magnifica lo artificial transmutándolo a un plano vivo. Además trabajar con luz es muy fuerte. La fotografía para mí significa muchas cosas, sobretodo una gran memoria como retener la voz de nuestro abuelo o el perfume de una tía”. Mariano define su fotografía en base a sus gustos por la poesía del rincón, por las cosas infra ordinarias. “Por los hechos cromáticos que dicen algo sobre nosotros, sobre mí. Una visiónversión lunfarda”.
Su inspiración acontece de la búsqueda de identidad, de la manifestación de pertenencia, de la celebración nostálgica. De sus amigos, de las pinturas que mira, de la música que escucha, de la comida. De las fotografías de álbumes familiares y de seis o siete fotógrafos foráneos. Entre otras cosas elige película 35mm por el resultado estético, básicamente. Casi nunca lleva su cámara encima, salvo cuando viaja. Puede ser al centro, a un pueblo a 70kms, o una ciudad a más de 250km.
_ flickr.com/marianomio
Compañeras
Tiene veintiún años. Nació en Villa Urquiza y actualmente vive en Villa Devoto, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Juampi fotografía hace unos tres años. Su interés surgió de un sentimiento incómodo por las cámaras compactas digitales, “es el hecho de que sean tan automáticas”. Así fue como desde la ignorancia comenzó a investigar sobre la fotografía manual, de capricho se compro su cámara digital, esa experiencia logro interesarlo un poco más por la fotografía. A medida que fue conociendo diferentes técnicas se dio cuenta que la estética de las fotografías analógicas le gustaban mucho más. Gracias al dinero que gano en un trabajo temporal de una semana, logro comprarse su actual Minolta srt-303. “Para ser sincero a mi no me es tan significativa la fotografía, me gusta mucho, me encanta sacar fotos, pero lo mío no va más allá de una leve afición. Yo saco fotos para mi, y las que me gustan las publico porque existen las redes sociales.” Juampi define su mirada como "variada". Le cuesta sacarle fotos a personas, pero de vez en cuando hace retratos de gente significativa para el (amigos, pareja, familia, etc). Le gusta mucho sacarle fotos a edificios, construcciones, esculturas y si de algo está seguro es de la curiosidad que le causan los objetos que hay en los techos de las casas o los edificios (chimeneas, antenas, cables, etc.)
Su influencia deviene de algo puramente estético. No busca, al menos conscientemente, encontrar ningún significado en las fotos que saca- “veo algo, me imagino desde que posición puedo tomar la foto, como me gustaría que quede y la saco, no doy muchas vueltas. Surge en el momento”. Juampi elige fílmico por dos razones, la primera es porque le parece estéticamente mucho más lindo que la foto digital y la segunda es la sensación de que las fotos en fílmico tienen más vida, tienen “alma”. “Al fin y al cabo una foto digital no es más que un código de números que una computadora lee y los traduce en una imagen, y si hay algo que no me gustan son los números. Le creo más a un negativo que a una pantalla”. Él prefiere elegir los momentos para llevar la cámara consigo, generalmente cuando sale con ella es porque sabe que va a sacar fotos. No existe el “por las dudas“. “Siempre me pasa que veo algo que me dan ganas de fotografiar y no tengo la cámara”. Cuando se va de viaje a un lugar que no conoce lleva la cámara encima todo el tiempo. “El tema de la Minoltita es que es bastante pesada, y me hace doler mucho el cuello. Quizás ahora que tengo la Lomo de plástico más liviana la saque a pasear más, eso sí, serán todas fotos panorámicas”. _ flickr.com/juampidelbosque
Compañeras
Tiene treinta años. Nació en Francia y vive actualmente en S. C. de Bariloche, Argentina. Fotografía con réflex hace unos trece años. Todo comenzó cuando Jean tuvo la suerte de heredar de su abuela la Canon F1- “esa debe haber sido la principal motivación, era una buena oportunidad para aprender”. Siempre le gustó la fotografía como medio de expresión, los colores, las formas, lo que transmite cada situación particular, la mirada propia de un hecho particular y mucho más. La fotografía es para él una herramienta que permite plasmar su visión del mundo y compartirla. “Interpreto a través de mi mirada, selecciono, sesgo, giro, en una danza elijo la cantidad de luz que pasa y lo escupo de vuelta en un papel. Es esa porción de realidad, esa historia contenida detrás en un momento congelado en el tiempo, lo que disfruto recordar o revelar a la gente que me rodea”. A Jean no le gusta mucho definir su mirada, prefiere sentir lo que ve, sin ponerle nombres, sin buscarle lógica. “Si los demás quieren definirlas al verlas, adelante. Yo no intento hacerlo”. Su inspiración deviene de todo lo que le rodea, todo lo que descubre a diario en la vida le inspira. Cuando viaja o se encuentra en situaciones fuera de lo cotidiano, las ganas de sacar
fotos aumentan porque reconoce más cosas como nuevas y eso lo motiva. “Cuando hay una foto que me gusta la veo enseguida, aparece en mi cabeza y quiero fotografiarla, hay veces que la cámara me acompaña, otras, queda grabada en mi memoria o en un dibujo. Una combinación de colores, formas y voluntades que a mi entender están en ese preciso instante en armonía”. “Me influencia todo, vos que te expresas aunque no quieras porque sos. Todo, no puedo ser sin ser influenciado”. Jean opina que hoy, pudiendo elegir entre digital y fílmico, elige ambas, pero para situaciones diferentes. “Todo lo que saco en fílmico es precioso. Es un tesoro de recuerdos que se va acumulando en el rollo, hasta el día en que lo revelo, descubro y revivo un montón de momentos. Ese instante, es el que me motiva a seguir usando el fílmico, la textura, esas pequeñas imperfecciones que hacen a una foto perfecta”. El elige los momentos para llevar su cámara. A veces son elegidos al azar, otras porque tiene vista una foto o sabe que va a encontrar una si la lleva.
_ jeanstudler.com.ar _ jeanstudler.tumblr.com _ historiasdenano.blogspot.com
Compañeras
Tiene veinticinco años. Nació en Mar del plata y vive actualmente en Buenos Aires. Marquitos tomo sus primeras fotografías cuando era tan solo un niño, recuerda aquella caja de fotos familiares con imágenes de cumpleaños o salidas que retrataba de su familia, pero específicamente le prestó atención a la fotografía a los diecisiete años, cuando un primo le regaló la Nikon y empezó a entretenerse. Estaba terminando el colegio y tenía que elegir una carrera, eligió estudiar fotografía en una escuela de arte, el problema fue que tenía todo un año de materias que nada, para él, tenían que ver, así fue como perdió interés por la carrera y se limito a hacer algunos cursos en un taller, hasta que luego se largo a sacar, sacar y sacar. El ve la fotografía como muchas cosas, depende el momento en que se encuentre, es su principal canal de expresión, de desahogo- “No me llevo muy bien con las palabras, aunque de a poco me voy soltando, y poner situaciones en fotografías me hace bien. Después me gusta jugar, juntarlas con otras que no tengan mucho que ver, llevarlas a diferentes papeles, tintas, colores, etc”. Marquitos define su fotografía como una parte de él- “mis fotos son lo que yo veo, y mi sensibilidad esta puesta al máximo, estoy tratando
de mostrar y de mostrarme como veo las cosas yo en ese momento y por algo, que a veces no es tan explícito, estoy eligiendo ese momento para guardar". Lo influencian lo cotidiano- “La fotografía me enseñó a estar atento, a observar, las personas, los lugares que recorro”. “Miro muchas fotos, sobre todo de chicos y chicas que tienen una búsqueda similar, los clásicos siempre están, pero la posibilidad que te dan páginas como Flickr o revistas como ésta, de compartir con el mundo lo que haces y lo que hacen me parece muy grato”. El elige fílmico por la paciencia- “esperar el momento exacto, en vez de sacar diez, esperar y elegir lo que quiero, pensar el cuadro, y sacar una”. “Un día se me terminó la pila de la cámara por lo que dejó de funcionar el fotómetro, y pensé que mejor era que el fotómetro funcione en mi cabeza, una cosa más para pensar, rescato mucho esa decisión, es parte de por qué elijo el analógico, la espera y la ansiedad a la hora de mandar a revelar, el goce de un rollo que te gusta se disfruta el triple”. El 90% de las veces que Marquitos sale a la calle tiene una cámara encima. _ flickr.com/xmarquitosx _ marquitossanabria.com.ar _ issuu.com/244ediciones
Compañeras
Tiene veinte años. Nació en Sindelfingen, Alemania; se crio en Bad Toelz y vive actualmente en Muenster. Nicola abordó la fotografía seriamente a los quince años cuando su padre le cedió la cámara que actualmente posee. Para ella la fotografía es sinónimo de hacer recuerdos, fabricarlos, generarlos. “Trato de capturar sentimientos, por lo tanto, mis fotos son como un espejo de las emociones que tuve cuando las sacaba. Realmente solo quiero mostrar la belleza de este mundo”. La inspiran grandes personas y lugares. Especialmente los lugares- “el mundo es tan hermoso”.
Nicola elige fílmico, porque le encanta la anticipación que va con ello, porque es mucho más sencillo que lo digital- “soy tan mala con la tecnología y quiero mantener las cosas simples y solo tener que apretar el disparador”. Ella siempre lleva la cámara consigo cuando viaja o explora.
_ cargocollective.com/nicolaodemann _ flickr.com/photos/carelessedition
Compañeras
Margot tiene veintiún años. Nacida al Este de Francia, Strasbourg, pero actualmente vive en Paris, donde estudia multimedios gráficos. Margot se adentro en la fotografía incluso antes de saber como obturar una cámara, comenzó revelando rollos bw en el laboratorio de su escuela de arte a los catorce años- “desde ese momento me enamore del fílmico”. Ella define su fotografía como espontanea, simple y verdadera- “Nunca busco una puesta en escena, quiero cosas reales, gente real, lugares vivos”. De chica se vio inspirada por los libros que hablaban sobre el Movimiento de fotografía humanista. Su inspiración ahora es variada, la influye el trabajo de Tamara Lichtenstein, Ezgi Polat o Baohien.
Margot elige fílmico porque le parece visceral, diferente y tangible- “el grano es bueno, polvo, rayas, cada defecto, cada luz se vuelve deliciosa y hermosa en rollo”. Nunca deja su cámara fuera del bolso- “me siento desnuda si no la tengo conmigo”.
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Compañera
Tiene veinticuatro años. Nació en S. C. de Bariloche, Argentina, donde vive actualmente. Panda fotografía hace tres años, cuando se compro su primera amiga-cámara, que hoy todavía conserva. Su comienzo en este medio fue al principio una cuestión impulsiva, sin tener conocimientos sobre fotografía compro su primer cámara y comenzó a tomar fotos manipulando el obturador y el diafragma instintivamente- “Con el paso del tiempo reconocí en las fotografías un gran mensaje y empezamos a conversar”. “Eso es personalmente la fotografía hoy para mi, un canal donde hablo con mi inconsciente, con mi interior”. Panda está segura de que la fotografía refleja su propia mirada y sensibilidad- “Aprendo a verme, a reconocerme”. Considera que es la estructura donde crecemos la que nos aparta de lo esencial y es el acto de tomar fotografías, pintar o dibujar, lo que permite rencontrarse con la esencia de uno mismo. “Hay una energía que me rodea al momento de tomar las fotos, a la que todavía no le encontré definición”.
Su mayor inspiración es la luz del sol- “La inspiración existe en cada día, en lo que me rodea, a la música le agradezco por musicalizar cada instante, y embellecerlo”. Los amigos que fotografían, que hacen música, que pintan, cortan y pegan ¡ellos inspiran! “Es una nueva película cada vez que despertamos y comenzamos a compartir”. Las fotografías en film la acompañaron sobre todo en su paso por Buenos Aires. En la cartera siempre había un lugar para ella y le permitió tomar instantes cotidianos- “La magia de olvidarte de lo retratado, de las fotografías que nunca fueron. La magia de esperar por verlas, es un trabajo para trabajar mi ansiedad también”. Panda asegura que con la cámara se eligen mutuamente, saben cuando salir a pasear juntas.
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Compañeras
Tiene veintiséis años. Nació en Buenos Aires donde actualmente vive. Cecilia se adentro en la fotografía hace ocho años, hace cuatro profesionalmente. Todo comenzó cuando fue con el colegio de excursión a la Reserva Ecológica. Le atraía tanto ese lugar, que no pudo contener la tentación y a escabullidas se llevo la cámara de su madre en la mochila. Ese día con once años hizo sus primeras tomas. “Siempre me sedujo el hecho de poder registrar y “adueñarme” de un momento. Sentir que con esa foto puedo traer ese instante otra vez al presente, como una especie de “ayudamemoria”. Al momento de fotografiar esta joven fotógrafa se deja fluir, vive el momento, está presente en sí misma. “Muchas veces eso es algo difícil de lograr, vivimos saltando de la nostalgia del pasado a la incertidumbre del futuro. Por eso para mí, cuando disparo es el momento de fluir, soltar y dejar que suceda”. Al momento de definirse le gusta decir que saca fotografías “con el corazón”. “Soy muy sensible y detallista para captar luz, formas y situaciones, todo esto va acompañado por una gran cuota de curiosidad. Es vivir con la antena continuamente encendida”. Lo que más disfruta es hacer retratos, tiene facilidad y empatía para congeniar con la gente, esto le permite lograr una relación de confianza, que se olviden de que hay una cámara entre
ellos y así captar al retratado lo más natural posible- "Es como decirle 'come as you are'. Sin artilugios, sin forzar nada". Cecilia definitivamente busca autenticidad, espontaneidad y un guiño de complicidad. La inspiran los viajes, sus amigos, las particularidades de cada ser y los diferentes modos de vida. Capturar momentos, gente y lugares que la enamoran instantáneamente. Tiene debilidad por retratar, la juventud, los primeros amores, los perros, las flores y las comidas. Es amante de la fotografía analógica por la plástica, textura, profundidad y estética que solo se logra con el fílmico y por todo el proceso en laboratorio que conlleva en sí. “Al tener solo 12, 16, 24 o 36 disparos, te hace ser más consciente de lo que fotografias y afilas la mirada”. También le gusta la etapa de la espera, “no es algo que se de inmediato, tenes que esperar, ser paciente. Me encanta cuando voy buscar un rollo revelado, que ya ni me acordaba que había en él y ‘serendipity’! me dejo sorprender”. Cecilia tiene etapas donde puede llevar siempre consigo su cámara u otras donde pasa un tiempo sin fotografiar. Va fluctuando según su estado de ánimo, su necesidad de expresión, a donde valla y cuan inspirada se encuentre.
_ ceciliaferraro.com.ar _ bonjourcecile.tumblr.com _ flickr.com/greengrocerstore
Compañeras
Tiene veintiocho años. Nació en Montevideo, Uruguay, pero vive actualmente en Buenos Aires. Bonino se inició en la fotografía como un reflejo de su padre fotógrafo- “De el aprendí hace muchos años, con el tiempo se transformó en un bello hábito que me fue gustando más y más”. Al momento de definir su mirada, prefiere que las personas lo hagan - “hago lo que siento en el momento, intento captar momentos reales de la vida y si no es así creo situaciones con un mensaje o un trasfondo para que queden en el cerebro”.
Lo influencia vivir, día a día, crecer, mirar situaciones cotidianas, el amor, el skateboarding, la música- “Me inspira e influencia todo en realidad”. Bonino elige fílmico porque tiene otro swing “las fotos que mas me gustan de otras personas son de película”. Al momento de llevar su cámara, elige los momentos, pero si recordara llevarla siempre asegura que lo haría.
_ juampibonino.tumblr.com _ flickr.com/bonino
por
Me dijiste: "Volveremos a juntarnos en cada lugar donde seas capaz de encontrarme". Debo admitir que desde entonces mi capacidad de descubrimiento de mundos enteros, se ha vuelto impecable. Aqui donde las palabras se vuelven volutas de humo en mi boca y la materia emerge del misterio, bajo la luz y sus tonalidades prodigiosas. Y yo puedo hablarte en todo mi libre albedrio dilatada en mareas de emociones y sentimientos que se elevan, rompen y caen. Ignorando ya, mi propia forma, desconociendo mi propio tiempo resuelvo mi imagen junto a la tuya. Aun con miles y miles de universos estallando a lo lejos. Aunque todo lo eterno se extinguiera a la fugacidad de este instante, yo seguire construyendote cerca, bajo intensos trazados vivos y hermosos colores brillantes.
Me detuve, arrinconada, en un instante sombrío. Mi cabello se dejaba jalar, por debajo de la corteza que sostenía mis pies, vaya una a saber que era aquella extrañeza. Embriagué mi visualidad con el néctar de la utopía mística, que cada día toma fuerzas, para estimular mis conexiones con ese mundo que hace de mi vida un colorido carnaval. Dulce cae de colorados arboles y así nuestras mentes sanarán. Rojo barro mana de melodías celestemente lejanas y así nuestras mentes crecerán. Portales acuíferos abrazando la atención de tan pocos, inmensos robles deleitando la sublimación espiritual onírica. Sin embargo salgo de pensamiento por el pueblo, sé que me aguarda el rito gris de cada día.
Hay un espacio entre despertar y el desayuno. Hay uno entre mi casa y aquél mercado. Hay espacio que hay entre el último en la fila y la caja, y de golpe ese espacio, entre tus manos, llenas de nada, manos sin tiempo, manos de bolsas de madera, de gentileza con gracia. Unas naranjas, una botella de leche, unos copos de maíz y sonreís, y yo quiero meter mis costillas entre tus paletas, y demorar el desayuno, a lo largo de un mar de domingos. Hoy me desperté 20 minutos antes de la alarma, me desperté con el timbre. Desde la cama te ví, del otro lado de la ventana, del otro lado del cerco, asomando una sonrisa entre las tablas. Me puse un pantalón, salí a abrirte y ahí estabas, con una bolsa de madera: unas naranjas, una botella de leche, unos copos de maíz y tus manos. Hoy desayunamos juntos, gentileza con gracia. Hoy el mercado abrió sin vos, espacio.
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NUNCA FUI A UN PARQUE DE DIVERSIONES/ www.parquee.com.ar
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de vos. depende lleno Sentirte