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EL DILEMA: LO ´POSITIVO Y NEGATIVO DE LAS REDES SOCIALES
Un vistazo a su repercusión
Escribe: Javier Marquez @javiermarquez
Esta mañana me desperté por el ruido del teclado del celular de mi mujer, que sentada al borde de la cama ya estaba revisando el Twitter, después del saludo matutino me puse a revisar todos los mensajes recibidos. Al mismo tiempo, ya escuchábamos las primeras clases de los chicos utilizando el Zoom.
Según avanza la mañana de un día de semana, ya conectados, cada uno visitaba la cocina para desayunar o comer algo rápido, previa leída de mensajes, revisión de información pudiendo saludarnos con un beso o mirada cariñosa. La dinámica cambió con el aula en casa, y se extremó la conectividad con sus ventajas y desventajas.
Los chicos en cuanto tienen un tiempo libre se contactan con los amigos, compañeros de clase y otros que figuran como “amigos” porque están en el networking; surgen notificaciones, mensajes, likes, comentarios, suscripciones, noticias, etc., en un momento absorben todo tu tiempo y algo más.
Llega la hora de almuerzo, pero hay diferentes horarios, a veces no pueden estar todos ya que tienen reuniones de grupo para avanzar tareas o es inmediata la siguiente clase y antes deben prepararse. Y aunque al menos en nuestro caso no se permiten los celulares a la hora de comer, están presentes en su imaginario para hacer una consulta que deriva de la conversación.
Las redes han llegado demasiado rápido, son en muchos casos gratificantes, los padres y educadores no hemos tenido tiempo para analizar el impacto negativo que está produciendo en la sociedad; absorbe, genera adicción y cambia a las personas.
Ha sido impactante ver el documental "El dilema de las redes sociales" de Netflix, ya no solo por el problema que crea, sino porque lo cuentan los mismos creadores. (1) El informe muestra el otro lado de la moneda, el noticiero de un programa de televisión americana comenta las últimas investigaciones del crecimiento de las empresas tecnológicas e indica la adicción de millones de personas, el aislamiento y la expansión de noticias falsas que genera grandes problemas. La periodista menciona: “Los cirujanos acuñaron un nuevo síndrome, trastorno dismórfico de Snapchat para los jóvenes que buscan parecerse a sus fotos con filtro”.
Aza Raskin (2) comenta sobre las redes sociales que no se trata de vender la información, sino de todo lo contrario, consiguen tener un mejor modelo de nosotros, cuanto más datos recopilan pueden predecir mejor nuestras acciones, ya que se va construyendo con todos los likes, “me gusta”, ingresos, suscripciones, comentarios, etc., nos conocen mejor que nosotros mismos y consiguen modelos que podrán manipular. Tristan Harris (3) precisa que se “utiliza la psicología persuasiva, un diseño aplicado intencionalmente al extremo porque queremos modificar una conducta, que actúen de cierta forma (…) La idea es llegar hasta el tronco cerebral e implantar un hábito inconsciente dentro de ti para programarte sin que te des cuenta”.
Las horas van pasando y después de un largo e intenso día reviso en las redes el mensaje de un amigo y sus fotos donde se visualiza la pareja ideal contrario a lo que me comentaba. Mi hijo recibe unas imágenes de un plato de comida muy atractivo y la niña mira fotos de sus amigas con diferentes poses propias de la edad. La mayoría de las veces la gente transmite mensajes con estándares altos que son muy valorados y parece que viene de un mundo perfecto, te seducen a compararte por lo que muchas veces provocan frustración y afecta el comportamiento sin tener la menor idea hacia donde nos están conduciendo. Sean Parker (4) observa “que se trata de explotar las vulnerabilidades de la psicología humana”.
Ya es tarde, hora de descansar, y retomando una conversación con mi mujer comentamos sobre un tema que estábamos averiguando por las redes, y tuvimos resultados diferentes ante la misma inquietud, ya que nuestro registro está supeditado en función del perfil que Google tiene de cada uno.
Una de las conclusiones recopiladas entre los creadores de redes es la distorsión de los objetivos de su creación, razones y conflictos éticos que los llevaron a renunciar a las empresas y participar en el documental de Netflix. Unos dicen que ya no es una fuerza para el bien y otros transmiten su preocupación porque consideran que se perdieron de vista las cosas importantes y maravillosas de la vida.
Sandy Parakilas (5) nos indica que “como 5 humanos hemos perdido el control porque nos controlan más de lo que les controlamos”. Al mismo tiempo durante el filme se resalta en varias ocasiones el interés de la información falsa, hace más ruido, impacta más y según un estudio de MIT (6) viaja seis veces más rápido y por lo tanto las empresas tecnológicas generan mucha más recaudación.
Es muy ilustrativo ver el documental hecho por los mismos creadores de las diferentes redes, quienes se sienten vulnerables y nos transmiten sus propias preocupaciones ante la nueva ruta que se ha tomado y el poder destructivo que tiene en nuestra sociedad. Todas las redes compiten por llamar nuestra atención, somos productos, los anunciantes pagan y pagan más cuanto más utilicemos las redes que a su vez cambian nuestro comportamiento.
Tristan Harris es terminante en su apreciación del cambio de lo que se quería al principio a lo que se busca en la actualidad "...y pasamos de un entorno tecnológico basado en herramientas a uno de tecnología basado en la adicción y manipulación. Eso es lo que cambió".
Tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos; pasaron de una fiesta infantil con payasos o magos a tener que esperarles en la puerta de la discoteca, y ya no los buscaremos a la salida del cine, empiezan a manejar su vida. Antes aprendían de los éxitos y fracasos nuestros, acompañados de un gran abrazo o una conversación que motive la reflexión, sin inmediatez, sin redes, de las que dudo puedan arroparlos.
Durante el confinamiento se ha demostrado la necesidad de despegarse de la tecnología, de salir, de disfrutar de la naturaleza, de mantener una tertulia, de contar las anécdotas, de aprender de las historias de nuestros padres y abuelos, compartir una comida, saber escuchar, disfrutar de nuestra condición humana, de transmitir cariño y empatizar, por lo que exclamo con firmeza que rechazo contundentemente convertirnos en un algoritmo. Podremos arreglar el dilema si hacemos una tarea consciente y conjunta como sociedad de lo que no queremos y de aquello que sí beneficia al bien común.
1. Documental de Netflix El dilema de las redes sociales: Tristan Harris (diseñador ético de Google), Jeff Seibert (Twiter), Joe Toscano (Google), Bailey Richardson (Instagram), Guillaume Chaslot (Google, Youtube, AlgoTransparency), Tim Kendall (Presidente de Pinterest, Facebook, Moment), Sandy Parakilas (Facebook, Uber), Justin Rosenstein (coinventor de Google Drive, chat Gmail, “me gusta” de Facebook), Aza Raskin (Firefox & Mozilla, Center for Human Technology), Shoshana Zuboff (Harvar Business School), Jaron Lanier (Virtual Reality Computer Scientist), Chamath Palihapitiya (Facebook), Alex Roetter (Twiter), Sean Parker (Facebook), Renée Diresta y Anna Lembke (Stanford University), Cathy O´Neil (Data Scientist), Randima (Randy) Fernando (Nvidia, Mindful School), Maria A. Ressa (Rappler, CEO), Cynthia M. Wong (Human Rights Watch).
2. Raskin es defensor del uso ético de la tecnología, también es escritor, inventor, empresario y diseñador de interfaces. Miembro del Consejo Global de IA del Foro Económico Mundial (2019).
3.Tristan Harris, especialista en ética, informático y empresario. Es presidente y cofundador del Center for Humane Technology (www.humanetech.com).
4.Sean Parker, empresario de la industria del software y la computación (Facebook, Napster, Plaxo, Causes).
5.Sandy Parakilas, experto en privacidad y manejo de datos de usuario, ex jefe de Facebook.
6. Massachussets Institute of Technology (MIT).
