3 minute read
EDITORIAL
SOSTENIBILIDAD: UNA APUESTA POR EL BIEN COMÚN
ORGANIZACIONES CON PROPÓSITO
Advertisement
El nuevo capitalismo se encamina a dar respuesta a las expectativas sociales y requerimientos de los grupos de interés. Las organizaciones tienen una extraordinaria oportunidad de ampliar su visión de crecimiento de la mano de los diferentes actores, ambos requieren uno del otro. El primero para hacer viable sus proyectos y el segundo dispuesto a acoger oportunidades de mejora y reconocer un trabajo integral que genera valor y suma en beneficio del bien común.
Por citar un ejemplo, en el enfoque multistakeholder, que contribuye con la sostenibilidad de una empresa, generamente las autoridades regionales y locales precisan aprender a gestionar como lo hace una compañía. Necesitan ser eficientes en la ejecución de las obras y hacer uso efectivo de los recursos provenientes del gobierno central, de los impuestos, del canon minero; al parecer en diversos casos no hay problemas económicos sino un tema de fondo: no saben dirigir, ni liderar y utilizar ingresos.
En este escenario, la empresa y la academia pueden unirse a la autoridad para aplicar un nuevo modelo de gestión pública donde los intereses por el bien común estén plasmados, los conocimientos expuestos y los emprendimientos convertidos en realidad. Sin embargo, lo que falta es voluntad, un querer hacer de forma articulada encaminado a poner en valor el rol social de la empresa. Toca dar el paso a una reflexión estratégica desde el redescubrimiento del propósito que potencia el actuar ético hoy para operar con licencia social mañana.
El Foro Económico Mundial ha defendido durante años su postura de impulsar un capitalismo que tenga en cuenta a los stakeholders y lo ha ratificado en el Manifiesto de Davos 2020, que centra la idea de trabajar con todos los sectores para alcanzar un beneficio conjunto. Jean Tirole, Nobel de Economía 2014, autor de La economía del bien común, ha definido que “la economía está al servicio del bien común y su objetivo es buscar un mundo mejor”.
Un mundo mejor que es posible con la activa participación de la empresa y la universidad, agentes de cambio capaces de abordar el bien común que impulsa el valor compartido y el futuro de la organizaciones.
Ser sostenible requiere una mentalidad holística, un querer hacer inspirado en un propósito que motiva, amplía el panorama e impulsa una transformación cultural. Los factores Environmental, Social and Governance (ESG) son los criterios centrales en la medición de la sostenibilidad, a través de ellos se identifica cómo andamos y qué es lo que hay que regular para equilibrar las relaciones.
El mundo está clamando líderes, un liderazgo ejemplar interesado en el bien común que redundará en beneficio propio. La reflexión nos conduce a mirarse al espejo para recibir el retorno de lo que ves, pero esta vez también de lo que haces. Al 65% de los millennials le interesa que se mejore la sociedad, según una encuesta realizada por Deloitte, mientras que el estudio de Meaningful Brands de Havas Group precisa que a la gente le es indiferente que desaparezcan el 74% de las marcas al no ser significativas en su calidad de vida.
Aquel que inspire dejará huella y marcará el camino para que otros lo sigan. Mientras más rápido se orienten acciones hacia el desarrollo sostenible, más viable serán las organizaciones y alcanzarán el reconocimiento de los grupos de interés logrando consolidar una buena reputación.
Verónica Valderrama, vicepresidenta de Recursos Humanos de la minera Gold Fields, comparte su experiencia con la revista Imagen y Comunicación, destaca que ¨Trascender” es el propósito de la compañía y la gente es el alma del negocio. En suma, el interés por las personas que equivale a la sostenibilidad: una apuesta por el bien común.