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MACRON Y EL EFECTO DE SUS MEDIDAS

Sube interés y registro en la vacunación

El presidente Emmanuel Macron anunció una serie de medidas sanitarias y laborales para los franceses y para la llegada de extranjeros a su país debido al incremento de casos de la COVID-19 propagados por la variante Delta. La determinación más polémica es la implementación del llamado pase sanitario que incorpora la presentación del carnet de vacunación para el ingreso a cines, bares y centros comerciales. Las reacciones en contra no han tardado en llegar y entre marchas y enfrentamientos existe un llamado de obligatoriedad que los franceses no están dispuestos a aceptar teniendo en cuenta que desde el inicio la aplicación se planteó como “voluntaria”.

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Por: Jhoselyn Pfuño @jhospfuno

El 12 de julio, el presidente de Francia Emmanuel Macron se dirigió a los ciudadanos para anunciar una serie de medidas destinadas a enfrentar una nueva ola de contagios ocasionada por la variante Delta de coronavirus. Entre las más polémicas y que desencadenaron el rechazo de los ciudadanos se encuentra la obligatoriedad del carnet sanitario para acceder a numerosos locales públicos como restaurantes y centros comerciales. Este anuncio desató una respuesta inmediata y más de 2,2 millones de ciudadanos solicitaron una cita para su vacunación en solo dos días.

Este fue el primer anuncio del Ejecutivo, pues el proyecto de ley sobre la aplicación del pase sanitario o “pase verde” también tenía que ser aprobado por el Congreso y el Senado y así fue. Los ciudadanos franceses que quieran ingresar a cualquier lugar de ocio con un aforo de más de 50 personas tendrán que presentar la vacuna completa, un test PCR negativo o el certificado de haber pasado por la enfermedad.

La aplicación de estas restricciones comenzó el 21 de julio pero será obligatorio desde el primero de agosto y se da en su mayoría para los locales como restaurantes, bares, museos, gimnasios o centros culturales que aglutinen a una gran cantidad de personas en un espacio cerrado. Frente a estos anuncios, la principal crítica de los franceses es a la restricción al libre tránsito, así como la obligatoriedad de la vacuna va en contra de respetar la decisión personal de vacunarse que desde el inicio de la pandemia se proyectó como voluntaria.

Ante la polémica que han desatado estas medidas, el presidente Macron ha señalado en sus apariciones públicas que no cederá con las personas que se nieguen a vacunarse: “De qué vale tu libertad si me dices: no quiero vacunarme. Pero si mañana contagias a tu padre, a tu madre o a mí”.

Otra de las medidas anunciadas se orienta a que todo el personal sanitario debe contar con la vacuna de manera obligatoria. “Cuando más vacunemos, menos espacio para que el virus se difunda, más hospitalizaciones evitaremos y evitaremos otras mutaciones del virus, más peligrosas aún (…) Tanto si es cerca de casa, en el lugar de vacaciones, con o sin cita, ¡vacúnense!”, expresó de manera enfática el mandatario francés.

Estas medidas que fueron anunciadas por todos los canales de televisión y luego difundidas por las redes sociales oficiales del Gobierno Francés, responden al incremento de casos de contagio de coronavirus en las últimas semanas. En la quincena de julio, Francia ya superaba los 10 mil casos diarios y la tasa de incidencia había subido un 50% en una semana. Este contexto motivó el incremento de las medidas para el ingreso a sitios muy visitados como la Torre Eiffel, donde además del carnet sanitario, los turistas deben presentar una prueba negativa de la COVID-19.

Al respecto, el Ministerio de Sanidad, Olivier Véran, señaló a los medios de comunicación que ante el aceleramiento de los contagios se prevé que podría alcanzar de 60 mil a 120 mil contagios cada día durante la temporada de verano que atraviesan en los meses de agosto y setiembre. “Si todos estuviéramos vacunados, el virus no tendría nadie a quien infectar. Pero no hemos llegado ahí”, mencionó.

Cabe destacar que Francia es uno de los países europeos que se encuentra con el 44.1% de vacunados y su propósito es impulsar la vacunación masiva. Asimismo, entre las exigencias para los extranjeros se encuentran la presentación de test negativos de menos de un día, en especial para los viajeros no vacunados procedentes de España, Portugal, Reino Unido, Países Bajos, Grecia y Chipre.

Emmanuel Macron. Presidente de Francia

Este fue el primer anuncio del Ejecutivo, pues el proyecto de ley sobre la aplicación del pase sanitario o “pase verde” también tenía que ser aprobado por el Congreso y el Senado y así fue. Los ciudadanos franceses que quieran ingresar a cualquier lugar de ocio con un aforo de más de 50 personas tendrán que presentar la vacuna completa, un test PCR negativo o el certificado de haber pasado por la enfermedad.

La respuesta de los ciudadanos

Ante el reiterado mensaje del Gobierno sobre las restricciones para las personas que no cuenten con documentación que sustente su vacunación o prueba negativa de la COVID, los ciudadanos se inscribieron para separar una cita y recibir la vacuna en los centros de salud de todo el país, llegando a más 3,7 millones inscripciones a la fecha según el portal de reservas médicas Doctolib, que emite información actualizada en la red social Twitter.

Además, el Gobierno señaló que los tests PCR dejarán de ser gratuitos desde el mes de octubre lo que dejará con menos opciones a quienes se rehúsen a la vacunación por lo que tendrán que pagar por la realización de este análisis. Las medidas al interior del país galo se están incrementando, se ha vuelto a exigir el uso de mascarilla en los espacios públicos, como en los Pirineos Orientales que desde el 18 de julio ha impuesto un toque de queda a la hostelería entre las 23:00 p.m. y las 6:00 a.m. por tratarse de una zona altamente turística.

No obstante, la respuesta más radical frente a las medidas fueron las marchas de protesta de los ciudadanos que consideran: “Pase forzado = dictadura”. El sábado 17 y 24 de julio se registraron protestas multitudinarias en las principales ciudades del país, como París, Marsella, Lyon, Montpellier, Nantes y Rennes, entre otras, congregando a más de 100 mil personas.

Estas medidas que fueron anunciadas por todos los canales de televisión y luego difundidas por las redes sociales oficiales del Gobierno Francés, responden al incremento de casos de contagio de coronavirus en las últimas semanas. En la quincena de julio, Francia ya superaba los 10 mil casos diarios y la tasa de incidencia había subido un 50% en una semana.

En algunas pancartas el mensaje es claro “La libertad no se inyecta”, “No al pasaporte de Salud”, y en algunos medios de comunicación los manifestantes han señalado que dicha medida supone un desprecio hacia las libertades democráticas. “Tenemos dudas sobre las vacunas contra el coronavirus, no es que pensemos que la Tierra es plana, pero no conocemos los efectos a largo plazo de estas vacunas fabricadas rápidamente y que Macron quiere imponernos”, comenta una ayudante de enfermería de 39 años que participó en la caravana del sur, en Montpellier, donde 5.500 personas se hicieron escuchar en las calles, según información de la Prefectura.

En las redes sociales, a través de portales como Facebook y Twitter, los usuarios compartieron las listas de los lugares que serían puntos de concentración para el inicio de las manifestaciones. Asimismo, muchos han mostrado su molestia porque consideran que se desarrollaría una especie de segregación entre los vacunados y los que no; ya que si las personas quieren asistir a cines, museos, partidos deportivos y otros lugares culturales deberán presentar su carné de vacunación de COVID-19 o una prueba negativa.

En el momento más extremo de la protesta, algunos centros de vacunación fueron vandalizados, como la Sala de fiestas de la comuna de Lans, al sudeste de Francia, que motivó el pronunciamiento del alcalde de Lans, Michael Kraemer: “Estamos pagando el precio de la instrumentalización de algunos grandes políticos nacionales que utilizan la desconfianza en la vacunación para existir hoy en día”. No obstante, logró abrir un nuevo centro de vacunación en las siguientes horas. Mientras, el centro de inmunización de la comuna de Urrugne fue incendiado la noche del sábado 17 de julio, caso que se encuentra en investigación.

Información para motivar la vacunación

Si bien es cierto la medida fue dada por el Ejecutivo, esta tenía que ser sometida a votación en el Parlamento, donde contó con el apoyo de 117 diputados y 86 votos en contra. El llamado pass sanitaire o pase verde será requerido en todo evento o lugar que presente un aforo de más de 50 personas a partir del miércoles 21 de julio. En agosto su obligatoriedad se extenderá a cafés y centros comerciales.

A través de la cuenta oficial del Gobierno francés @gouvernementFR en Twitter se dió a conocer que el pase sanitario consta de 3 documentos: el certificado de vacunación, una prueba de RT-PCR o antígeno negativa y el certificado de recuperación de la COVID-19. Además, habilitaron el portal web http:// gouvernement.fr/pass-sanitaire donde explican al detalle lo que implica la presentación de cada documento, así como los motivos que llevaron a la imposición de estas medidas.

En las otras redes sociales del Gobierno como Facebook e Instagram se comparten además declaraciones de especialistas o personas que han optado por la vacunación y los beneficios que le traen, así como un llamado a “confiar en la ciencia”. Por otro lado, en las calles de los sitios arqueológicos más concurridos se encuentran letreros que anuncian la obligatoriedad del uso de mascarillas.

El objetivo de toda esta organización sanitaria será haber aplicado 50 millones de dosis para agosto, así lo señala el primer ministro, Jean Castex, en su cuenta de Twitter @jeanCASTEX. El premier reforzó su mensaje asegurando en una entrevista televisada que Francia “ya entró en una cuarta ola del brote y que cerca del 96% de los nuevos contagios corresponden a personas que no se han vacunado contra la COVID-19”.

Estas medidas son solo una antesala de lo que podría ocurrir en toda Europa ya que en las naciones vecinas de Francia, los casos de contagio que se vieron disminuidos en los meses anteriores han mostrado un gran repunte como muestra Holanda que ya alcanza los 52 mil contagios a la fecha y Bélgica presenta un 83% de incremento, según su última data.

El escenario actual en Francia reta al presidente Emannuel Macron a enfrentar la ola de contagios por la variante Delta del coronavirus que se incrementa en su territorio cada día. Además debe animar a los ciudadanos a que se vacunen. Ello en contraposición con las marchas y protestas de algunos sectores de la población quienes no dan por válida la información sobre la importancia de la vacunación, ven en estas medidas una restricción a su libertad de decisión y su libre tránsito.

Sin embargo, la determinación del gobieron francés es alcanzar su objetivo, centrado en vacunar a millones de personas apoyándose en todas las plataformas de comunicación y mediante mensajes claros y directos.

A través de la cuenta oficial del Gobierno francés @gouvernementFR en Twitter se dió a conocer que el pase sanitario consta de 3 documentos: el certificado de vacunación, una prueba de RT-PCR o antígeno negativa y el certificado de recuperación de la COVID-19. Además, habilitaron el portal web http://gouvernement.fr/pass-sanitaire donde explican al detalle lo que implica la presentación de cada documento, así como los motivos que llevaron a la imposición de estas medidas.

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