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PERÚ: DOSCIENTOS AÑOS DE PROGRESOS Y ESPERANZAS

Hechos memorables

El Bicentenario de la independencia del Perú es ocasión obligada para recordar algunos momentos claves de la declaración de nuestra libertad y otros de la celebración de la emancipación, hasta llegar al 28 de julio de 2021.

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Por: Federico Prieto Celi. Doctor en Derecho, periodista y profesor universitario

En la noche del 8 de septiembre de 1820, San Martín emitió su primera proclama desde suelo peruano, mediante una imprenta perteneciente a su ejército, en la que firmaba: “San Martín. Cuartel general del Ejército Libertador en Pisco. Septiembre 8 de 1820. Primer día de la libertad del Perú”. Ese mismo día había desembarcado en Paracas.

El 15 de julio de 1821 el alcalde de la Ciudad de los Reyes, Isidro de Cortázar y Abarca, conde de San Isidro, entonces ciudad abierta por el abandono el 14 de junio del virrey José de la Serna y Martínez de Hinojosa, conde de los Andes, invitó a los vecinos a firmar el Acta de Independencia del Perú, el documento mediante el cual el Perú declaró solemnemente su independencia de la Corona Española. El 28 de julio de ese año el general San Martín proclamó la independencia desde la Plaza de Armas.

El 29 de julio, por invitación de San Martín al arzobispo de Lima, Monseñor Bartolomé de las Heras, celebró la Santa Misa y cantó el Tedeum en la Basílica Catedral de Lima, en acción de gracias a Dios por la declaración de la independencia del Perú, costumbre que ha continuado en Fiestas Patrias, ininterrumpidamente, hasta nuestros días, aunque en tiempos de pandemia de la COVID-19 se haya hecho virtualmente.

Leguía, el presidente del centenario

Cien años después, el presidente Augusto B. Leguía preparó grandes festejos para el centenario de la independencia, ensombrecidos por el incendio de Palacio de Gobierno el 3 de julio de 1921 se hizo de inmediato una reparación de emergencia, y todo siguió adelante.

El 29 de julio de ese año el arzobispo Emilio Lissón Chávez, de santa memoria, celebró en la basílica catedral una misa con un solemne Tedeum, con una oración patriótica, pronunciada por el padre Inocencio Hernández O. P, con la presencia del jefe de Estado, ministros, autoridades civiles y militares, cuerpo diplomático y lo más destacado de la sociedad limeña. Las cancillerías de 29 países habían enviado sus representantes diplomáticos especiales para participar en los festejos de esos días, lógicamente también en la mencionada ceremonia religiosa.

Desde el 4 de julio de 1919, el presidente Augusto B. Leguía gobernaba el Perú. Había convocado a una asamblea constituyente, encargada de elaborar la constitución de 1920, dejando atrás la de 1860. Hay que contemplar que “El Perú era un país mayoritariamente serrano y rural. En 1921, el Perú tenía algo menos de cinco millones de habitantes”.(1)

En la noche del 8 de septiembre de 1820, San Martín emitió su primera proclama desde suelo peruano, mediante una imprenta perteneciente a su ejército, en la que firmaba: “San Martín. Cuartel general del Ejército Libertador en Pisco. Septiembre 8 de 1820. Primer día de la libertad del Perú”. Ese mismo día había desembarcado en Paracas.

Carlos Alzamora apunta que Leguía, a menos de dos años en el Gobierno, había advertido la necesidad de hacer de la celebración del centenario un acontecimiento que devolviera al Perú el sitial que había perdido entre las naciones del mundo y restaurara en el pueblo peruano el orgullo nacional y la fe en el futuro. Habían transcurrido tan solo 38 años desde que el Perú, derrotado, había tenido que firmar con el vencedor un tratado de paz que le había arrebatado una rica provincia, mientras seguían ocupadas tres más. No gozaba ello, de la debida consideración y el respeto en el continente americano y había perdido en el mundo el aura legendaria de su nombre (2).

Carlos Miro Quesada apunta que, contrariando la autoestima de los peruanos, Leguía se encontró con la imposibilidad de controlar la honradez en el manejo de los fondos públicos, como desde entonces, como mayor o menor medida, porque conforme han subrayado sus detractores, dio paso “al alegre juego de los beneficios rápidos y las comisiones suculentas” especialmente en las obras públicas, que su gobierno hizo muchas. Entonces se decía, en alusión a la casa de Pizarro:

La República prospera

en cien años de nación.

Una plaza de madera

y un palacio de cartón (3).

La ciudad de Lima fue especialmente iluminada para la ocasión: el viejo y chamuscado Palacio de Gobierno de la época, la Municipalidad, el Congreso, el ministerio de Fomento, las plazas de Armas y San Martín, el Paseo Colón, etc. El gobierno había ordenado erigir un monumento a San Martín en Lima y otro en Pisco; sacó del baúl del olvido la Orden del Sol del Perú, creada por el Libertador; y creó la Medalla Conmemorativa del Primer Centenario de la Independencia Nacional, mientras que Correos emitió diez estampillas conmemorativas. Ante el famoso balcón de Huaura se pronunciaron importantes discursos conmemorativos. Leguía inauguró la Exposición Industrial de Lima y el Museo Bolivariano en Magdalena Vieja (4).

El monarca español envió de regalo un cofre, con un mensaje que decía:

«Don Alfonso XIII Por la Gracia de Dios Rey Constitucional de España A la muy noble, insigne i muy leal ciudad de los Reyes, a Lima la ciudad tres veces coronada, que en las estribaciones de los Andes se asienta sobre las orillas del poético Rímac, fruto del valioso esfuerzo pacificador i cristiano de la Raza Hispana que guarda en sus anales un tesoro de tradiciones y leyendas, como histórica capital de la República del Perú y representadora del pueblo peruano, envío mi saludo, así como a su ilustre Presidente, en testimonio de vivo y sincero interés por el engrandecimiento de ese hermoso país, que, con ocasión de las fiestas que van a celebrarse simboliza hoy la unión y el amor que liga a España i a sus hijas las Naciones Hispano-Americanas. Con sentimiento de verdadera amistad

Yo el Rey

En el Palacio Real de Madrid a 21 de junio de 1921» (5)

Alemania regaló la torre de reloj del Parque Universitario. España un Arco del Triunfo, en la plaza Jorge Chávez, al inicio de la avenida Wilson, hoy Inca Garcilaso de la Vega, Arco que tuvo que ser destruido en la ampliación de la avenida. Hoy hay otro en el distrito de Santiago de Surco, similar al antiguo. Gran Bretaña donó un estadio de fútbol en el entonces parque deportivo de Santa Beatriz, con tribunas de madera, reconstruido por Odría y vuelto a construir en el segundo gobierno de García. Italia donó el llamado Museo Italiano en el parque de la Exposición. Estados Unidos levantó un monumento a George Washington. China construyó la Fuente de Agua del Parque de la Exposición. A nombre de Japón, la colonia japonesa en el Perú levantó la estatua a Manco Cápac en la plaza que lleva su nombre en el distrito de La Victoria.

El gobierno había ordenado erigir un monumento a San Martín en Lima y otro en Pisco; sacó del baúl del olvido la Orden del Sol del Perú, creada por el Libertador; y creó la Medalla Conmemorativa del Primer Centenario de la Independencia Nacional, mientras que Correos emitió diez estampillas conmemorativas.

En un gesto inusual, el gobierno peruano ofreció donar las sedes diplomáticas de Argentina, Brasil y España, y puso las primeras piedras de los nuevos edificios. Con participación de militares de diversos países, se rindió homenaje ante sus monumentos a los libertadores San Martín y Bolívar (6). Fue muy significativo el pronunciamiento del embajador de los Estados Unidos, Albert Douglas, sobre el derecho internacional, en defensa de la postura peruana frente al litigio con Chile. El arte estuvo presente en diversas actividades, como la Exposición de Arte Pictórico, en la que participaron Darío Eguren Herrera, Herminio Arias de Solís, José Sabogal y Bernardo de Ribero.

Hubo desfiles de carros alegóricos, en los que participaron el Ejército, la Marina, los estudiantes de San Marcos, las colonias china y japonesa, la empresa nacional del Tabaco, entre otras instituciones. De la misma manera hubo una revista militar y un desfile escolar. El Hipódromo de Santa Beatriz se vistió de gala, el Jockey Club «hizo época en los anales del turf nacional», con el Gran Clásico Centenario, carrera de 2,600 metros, que ganó el caballo Marcial «mimado de nuestro público» comentaba poco después la revista Variedades. Jaime Pulgar-Vidal Otárola narra que Leguía donó andas de plata a la Hermandad del Señor de los Milagros, que llevaba la imagen del Señor en andas de madera.

Alemania regaló la torre de reloj del Parque Universitario. España un Arco del Triunfo, en la plaza Jorge Chávez, al inicio de la avenida Wilson, hoy Inca Garcilaso de la Vega, Arco que tuvo que ser destruido en la ampliación de la avenida. Hoy hay otro en el distrito de Santiago de Surco, similar al antiguo. Gran Bretaña donó un estadio de fútbol en el entonces parque deportivo de Santa Beatriz, con tribunas de madera, reconstruido por Odría y vuelto a construir en el segundo gobierno de García. Italia donó el llamado Museo Italiano en el parque de la Exposición.

El clásico hípico Bolívar lo ganó Céfiro y el clásico San Martín Doña Sol, ambos equinos del stud Alianza, del presidente Leguía, muy aficionado a la hípica. Ministros de Estado, diplomáticos y personalidades del mundo social asistieron al Hipódromo. Mientras tanto, en el Club Internacional Revólver se realizó «el match de tiro entre argentinos y peruanos», siempre de acuerdo a la misma publicación. No faltaron las fiestas, donde muy elegante, acudía a bailar «lo más florido del mundo social y oficial», al decir del cronista de Variedades, a Palacio de Gobierno, el Club Nacional, el Club de la Unión, así como a las sedes de las embajadas acreditadas en Lima, entre 7 otras instituciones. (7)

Sin perder la compostura, al presidente Leguía (8) le gustaba compartir algunos momentos con el pueblo, que le aplaudía en el hipódromo, en la plaza de Acho, en los teatros y en los desfiles. Oficializó el carnaval y participaba en las fiestas. La primera reina del carnaval de Lima se eligió el 22 de febrero de 1922, entre quince señoritas de la alta sociedad de la capital peruana. El Comercio publica al día siguiente el número de votos de las cuatro finalistas: Lucrecia Vargas Buenaño, la ganadora, con 4 462 votos; Carmen Rosa Leguía, con 3 778 votos; Adela Berríos Llosa, con 2 314 votos; y Luisa Rada Benavides, con 1 345 votos. Hubo desfiles de carros alegóricos, en los que participaron el Ejército, la Marina, los estudiantes de San Marcos, las colonias china y japonesa, la empresa nacional del Tabaco, entre otras instituciones. De la misma manera hubo una revista militar y un desfile escolar.

El legado de dos gobiernos

En su primer gobierno Leguía había creado la Compañía Administradora del Guano, había reformado el sistema aduanero con el propósito de producir mayores rentas para el Estado, promulgó la ley de seguridad en los accidentes de trabajo, presentada por José Matías Manzanilla al Congreso durante el primer gobierno de Pardo, obtuvo un empréstito para que la Compañía Peruana de Vapores adquiriera modernas unidades, impulsó la producción azucarera y algodonera, así como buscó el mejoramiento de la producción agraria de la sierra, como la del trigo, la papa, la cebada y el maíz, y apoyó a los colonos para que explotaran el caucho en la Amazonía.

Verdad o leyenda, se decía que promovió 9 al club Alianza Lima (9) , formado por obreros afroamericanos de La Victoria. «En 1923, el presidente fue el invitado central a la inauguración del Estadio Nacional, donado por los ingleses. Más de 20 mil personas asistieron al estadio el 29 de julio de ese año, fue Leguía el encargado de dar el puntapié inicial de honor del Campeonato Sudamericano de Fútbol que organizó por primera vez nuestro país» (10).

En el segundo gobierno reconoció a las comunidades indígenas, creó la Dirección de Asuntos Indígenas, en el Ministerio de Fomento; y la de Obras Públicas, y estableció la celebración del «Día del Indio» cada 24 de junio. Creó centros agropecuarios y escuelas agrícolas en zonas rurales, importantes obras de irrigación en la costa; entre ellas en la pampa de Imperial, en Cañete; y en las pampas de Olmos, en Lambayeque. Se estudió también la irrigación de las pampas de La Joya, en Arequipa.

Se realizaron empréstitos de la banca y de capitalistas estadounidenses, para diferentes obras públicas. Se construyeron las atarjeas de Lima, Arequipa, Cuzco, Trujillo, Huacho, entre otras. Se inició la construcción del terminal marítimo del Callao y se pavimentaron muchas calles de la ciudad de Lima. Se modernizaron las avenidas Arequipa -que no existía, Venezuela, Argentina, etc. Precisamente pensando en el centenario de la independencia, se finalizó la construcción de la Plaza San Martín. Se construyó el Palacio Arzobispal, se inició la construcción del Palacio de Justicia, así como la reconstrucción del Palacio de Gobierno. Se creó el Banco de Reserva, el Banco Hipotecario y el Banco de Crédito Agrícola.

En el plano social inauguró el Lima Golf Club el 28 de mayo de 1924 en el distrito de San Isidro, un club de golf fundado principalmente por miembros de la colonia británica residentes en Lima. Leguía inauguró oficialmente las instalaciones del club; y el Gran Hotel Bolívar, fue inaugurado en 1924, durante los festejos por el centenario de la batalla de Ayacucho.

En el segundo gobierno reconoció a las comunidades indígenas, creó la Dirección de Asuntos Indígenas, en el Ministerio de Fomento; y la de Obras Públicas, y estableció la celebración del «Día del Indio» cada 24 de junio. Creó centros agropecuarios y escuelas agrícolas en zonas rurales, importantes obras de irrigación en la costa; entre ellas en la pampa de Imperial, en Cañete; y en las pampas de Olmos, en Lambayeque. Se estudió también la irrigación de las pampas de La Joya, en Arequipa.

Actos conmemorativos

Si queremos subrayar quién fue en la práctica el primer peruano que se declaró formalmente independiente, tenemos que mencionar nuevamente al alcalde de Lima, Isidro de Cortázar y Abarca, conde de San Isidro. Porque fue él quien abrió el Acta de la Independencia en la Municipalidad de la capital del Perú, y la ofreció a notables y vecinos para su firma. Tendrían que pasar doscientos años para que el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, declarara Patrimonio Cultural de la Nación el Acta de la Declaración de la Independencia del Perú, en sesión solemne del Concejo Metropolitano, el 15 de julio de 2021. El acto protocolar se realizó, en esta ocasión, en el centenario Teatro Municipal de Lima, con la asistencia del presidente de la República, el ministro de Cultura y diversas autoridades, y el público.

Entre los actos conmemorativos de 2021 se cuenta la realización de un concierto virtual por el Conservatorio Nacional de Música, hoy Universidad, interpretando el himno del bicentenario, escrito por María Victoria Vázquez Córdova y con música de María Elena Rossana Díaz Torres; la inauguración del nuevo y moderno Museo Nacional del Perú; la presentación de la obra Bicentenario, dirigida por Ricardo Delgado Ayala, de la Escuela Superior de Arte Dramático; la muestra denominada Las independencias regionales, con 50 pinturas, grabados, esculturas y otras obras de arte, de 24 autores de diez regiones, en el distrito limeño de Miraflores; la exposición de pinturas del artista Bruno Portuguez de Rostros del Bicentenario en el palacio de la cultura del distrito limeño de San Isidro; y la presencia, especialmente invitado, del actor Omar García y su esposa a los Estados Unidos, para representar al director y a los protagonistas de la serie televisiva sobre la independencia del Perú “El último bastión”, en la que interpreta al Libertador San Martín, en el Desfile Peruano de Los Ángeles, California, con motivo del Bicentenario.

El Papa Francisco, en la presentación del libro “Memoria, Coraje y Esperanza, a la luz del Bicentenario de la Independencia de América Latina”, escribe: “Conmemorar el Bicentenario sirve hoy para recoger el legado interpelante y las cuestiones irresueltas que nos dejó la Independencia y afrontar todas las “tareas pendientes” -como lo plantea este libro- o no sirve para nada; solo sería un nuevo motivo de distracción y manipulación folklorica. No desperdiciemos los grandes acontecimientos de nuestra historia”. (11)

9. El club fue fundado el 15 de febrero de 1901 por muchachos trabajadores que eligieron el nombre en honor a la caballeriza Alianza, propiedad de Leguía, que utilizaron para celebrar sus primeros partidos. 10. Pulgar-Vidal Otárola, Jaime, A bastonazo limpio: la historia del primer clásico del fútbol peruano, pp. 111-134, en Ese gol existe, Aldo Panfichi Editor, Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2008, p. 122.

1. TORRES, Alfredo, Opinión Pública 1921-2021, Ed. Aguilar, Lima, 2010, p. 25.

2. ALZAMORA, Carlos, Leguía, La historia oculta, Titanium, Lima, 2013, p. 63.

3. MIRO QUESADA, Carlos, Autopsia de los partidos políticos, Lima, 1961, p. 464.

4. Para los datos referidos a las celebraciones del centenario de la independencia, cfr. Revista Variedades, Lima, 6 de agosto de 1821, N° 701. Su director era Clemente Palma.

5. Revista Variedades, Lima, 6 de agosto de 1821, N° 701, p.5. Su director era Clemente Palma.

6. Basadre, Jorge, Historia de la República del Perú, 1822-1933. Tomo IX, 7° edición, Editorial Universitaria, Lima, 1983, p. 273 y s.

7. Cfr. PRIETO CELI, Federico, La segunda independencia 1821-2021, USIL, Lima, 2007. Los párrafos sobre las celebraciones están en las pp. 118 y s.

8. El lector podrá ver muchos aspectos de la vida y obra del presidente Leguía en los siguientes dos libros: Carlos Alzamora, Leguía, La historia Oculta, Titanium, Lima, 2013; y María Delfina Álvarez Calderón, El saqueo olvidado, Titanium, Lima, 2013.

9. El club fue fundado el 15 de febrero de 1901 por muchachos trabajadores que eligieron el nombre en honor a la caballeriza Alianza, propiedad de Leguía, que utilizaron para celebrar sus primeros partidos.

10. Pulgar-Vidal Otárola, Jaime, A bastonazo limpio: la historia del primer clásico del fútbol peruano, pp. 111-134, en Ese gol existe, Aldo Panfichi Editor, Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2008, p. 122.

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