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EDITORIAL

LA RELEVANCIA DEL BENEFICIO MUTUO

SE HA REDEFINIDO LA FORMA DE HACER NEGOCIOS

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Por: Lillian Zapata

Durante el año 2022 hemos visto el interés de diversas organizaciones por mejorar la gestión empresarial e iniciar el cambio desde el interior para ir alineados con un propósito que guíe, inspire y esté reflejado en cada interrelación como parte de la cultura. En el ámbito de la transformación, las empresas han comprobado lo trascendente que es abrirse a la escucha para conocer las expectativas de los grupos de interés e integrarlas al plan estratégico teniendo como resultado la relevancia del beneficio mutuo.

La comunicación estratégica, cada vez más valorada por la alta dirección, ha demostrado ser la aliada del negocio y junto a la reputación forman parte de la estrategia corporativa. Un reciente informe de KPMG y Corporate Excellence demuestra la importancia que tiene la reputación para los consejos de administración, el 87% de los encuestados indica que la reputación se incluye en la definición de la estrategia de las compañías, tanto a corto como a largo plazo. Además, subraya que las cuestiones de gobierno e integridad alcanzan el 80% de valoración.

En este escenario, donde las organizaciones asumen el valor de los intangibles e ingresan al camino del cambio para hacer viables sus negocios, los desafíos que les espera a lo largo del 2023 son retadores. Más aún en un mundo donde la guerra entre Ucrania y Rusia no cesa, la crisis energética toca la puerta de los hogares y la disconformidad frente a la desigualdad y falta de oportunidades es una realidad que la sociedad vive por lo que dirige su mirada a la empresa, a quien considera capaz de abordar los problemas que les aqueja desde una visión más amplia y resolutiva.

La ciudadanía ubica a la empresa como un actor preponderante, recordemos los resultados de Edelman Trust Barometer 2022 donde destaca que un 81% de sus encuestados “espera que los CEO sean los representantes del cambio” y asuman una postura visible sobre políticas públicas o transmitan el trabajo que sus empresas realizan en beneficio de la sociedad. Además, la investigación da cuenta que un 60% de personas entrevistadas señala que al aplicar a un empleo considerará si el CEO aborda públicamente los temas sociales o políticos que les preocupan.

Ante este panorama, que demanda una actuación decidida, los máximos representantes de diversas organizaciones han venido detallando la ruta a seguir, y resulta muy útil volver a repasar sus apreciaciones. La carta anual 2022 dirigida a los CEOs escrita por Larry Fink, CEO de BlackRock, lo puntualiza claramente: “En el mundo globalmente interconectado de hoy, una compañía debe crear valor y ser valorada por todos sus stakeholders con el fin de entregar valor a largo plazo a sus accionistas”.

Es decir, no será posible hacer negocios que sobrevivan en el tiempo si no se agrega valor a la sociedad y este es reconocido por el conjunto de grupos de interés y entorno. Se trata de aplicar el capitalismo de stakeholders que Fink enfatiza no es una “agenda social o ideológica” sino capitalismo impulsado para el beneficio de todos: empleados, clientes proveedores y comunidades “de las que su compañía depende para prosperar. Este es el poder del capitalismo”, en cuya base está el proceso de reinvención constante, agrega Fink.

Hablamos de una evolución y de la oportunidad que tiene la empresa para liderar el cambio. Un paradigma de gestión que mira el largo plazo e integra al plan estratégico la actuación con los grupos de interés. El Manifiesto de Davos 2020 define la esencia del Capitalismo de los Stakeholders y, entre otros puntos, recalca que “El propósito de las empresas es colaborar con todos sus stakeholders en la creación de valor compartido y sostenido”, una nueva forma de hacer empresa con futuro que en palabras del fundador y presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Martín Schwab, responde a “reiniciar nuestro mundo y forjar un futuro más sano, más equitativo y más próspero”.

Nuevamente en el recorrido del 2023 se presenta la posibilidad para que los líderes hagan de las empresas organizaciones coherentes e innovadoras donde el propósito corporativo los guíe, su actuación conecte con el interés de la sociedad y la confianza se recupere mediante un liderazgo responsable, ético y ejemplar.

Toca a los líderes empresariales asumir la importancia del compromiso, cumplir con todos los grupos de interés y ver la relevancia del beneficio mutuo. Hay que estar claro y no confundirse, se ha redefinido la forma de hacer negocios para que las organizaciones sean sostenibles a largo plazo. Adaptarse y actuar en consecuencia teniendo en cuenta el bien común contribuirá a la construcción de una buena reputación considerada clave por los consejos de administración.

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