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EL BUEN LÍDER
Por: Mariano Codoñer | Director General de Estratek, S.A.
En Estratek, desde nuestros inicios acuñamos la frase que nos ha servido de slogan: “La gente feliz es gente productiva” y lo hicimos convencidos de que es un axioma en el mundo del trabajo que se evidencia no solo por sentido común, sino por muchos datos de investigación científica.
¿Quién determina el ambiente en una organización, en un área o un equipo de trabajo? Con datos obtenidos de más de 150 mil encuestas aplicadas en Centro América y algunos otros países de América Latina, consideramos tener el respaldo suficiente para afirmar que nuestro slogan, más allá de una frase inspiradora, tiene una sólida base científica.
El Ambiente Que Genera Un Buen L Der
Un líder que genera un mal ambiente por la forma de comportarse y conducir a sus colaboradores, no necesariamente es una persona mal intencionada, ya que, en muchos casos, quienes generan malos ambientes lo hacen con la intención de lograr buenos resultados. Sin embargo, por ignorancia, utilizan técnicas de supervisión ineficaces y contraproducentes con las que obtienen lo contrario: desmotivación y malos resultados. Un buen líder debe conducir a su equipo con firmeza y determinación, no con autoritarismo y faltas de respeto. Cuando lo hace de manera efectiva logra el compromiso, el entusiasmo, el esfuerzo continuado, la automotivación, la innovación, la creatividad, la búsqueda de opciones de mejora y el trabajo en equipo, sin necesidad de su presencia física constante.
EL EQUIPO ADQUIERE UNA VISIÓN COMPARTIDA, INSPIRADA POR EL LÍDER
Un equipo sin visión es como un barco sin brújula, pero cuando se cuenta con una visión y no es adecuadamente comunicada, es como un barco con brújula defectuosa. El norte debe estar claro y ser comunicado e inspirado por el líder. Cuando un equipo conoce la visión, sabe exactamente hacia dónde dirigir sus esfuerzos y, más importante aún, por qué debe esforzarse. Para que un líder pueda inspirar a su equipo, los miembros del mismo deben tener confianza en él, verlo como un ejemplo a seguir y sentirse valorados y tomados en cuenta. Esto no es asunto de conocimientos o habilidades, es apelar a comportamientos que van más allá de aspectos actitudinales, pues la integridad, transparencia, amor por la verdad y el trato respetuoso, son aspectos que tocan la esfera de las decisiones éticas.