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GESTIÓN DEL RECURSO HUMANO

y evaluación constante de los equipos de liderazgo, pues es uno de los grandes vacíos de la educación formal que luego tenemos que realizar en los centros de trabajo.

Todo esfuerzo para la formación de los líderes en las empresas debe ir acompañado, obligadamente, de procesos alineados que permitan saber si lo que el líder está aprendiendo, lo está aplicando. Por otro lado, las distintas capas de supervisión, jefaturas y gerencias, desde el nivel de la alta dirección, deben estar involucradas en los procesos de formación y evaluar el progreso de sus reportes directos para formar una cadena de rendición de cuentas y resultados que va de abajo hacia arriba con la evaluación del clima organizacional, y de arriba hacia abajo con la evaluación del desempeño y el ejemplo.

Los Trabajadores Son Tratados Con Respeto

Un buen líder trata a su personal con respeto, escucha con atención sus opiniones y no duda en ponerlas en práctica. Es aquel que tiene claro su papel de mentor y se preocupa por enseñar a sus equipos, sin guardarse los secretos para sí mismo. Jim Collins, en su magistral obra Empresas que sobresalen, utiliza la metáfora de la ventana y el espejo para expresar este fenómeno característico de los buenos líderes (o líderes de nivel 5, como él los llama). La misma se refiere a que, cuando las cosas salen bien, un buen líder generalmente se asoma a la ventana para ver a quién otorgar el mérito del éxito alcanzado, ya sea a su equipo o a uno de sus integrantes, pero cuando las cosas van mal, lo que hace es verse en el espejo y preguntarse: “¿Qué hice mal para que esto sucediera así?”.

EL LÍDER GUÍA, ENSEÑA, ENTRENA, MOTIVA E INSPIRA A SU GENTE

Solo un líder que enseña, escucha, entrena, apoya y motiva a su personal puede lograr resultados sobresalientes. No podemos esperar buenos resultados de personas que sienten que su trabajo no es bien valorado y que sus opiniones no cuentan para mejorar. Por ello es tan necesaria la formación

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