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Música derribando murallas
Por Carlos Valle / Arte TheJavisCEffect
/ Issue No. 34 ‘YOAKE: EL ETERNO AMANECER MUSICAL’/
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Todo el arte que existe lleva un paralelismo con lo que sucede en su lugar de origen, por lo que siempre es posible rastrear y comparar todas las corrientes, todos los estilos y todo lo que pasa con el arte relacionado con la historia de la humanidad.
No es gran ciencia darse cuenta que los grandes booms artísticos vienen de la mano de eventos que marcaron a la sociedad. Un ejemplo muy claro es la España de Franco, un régimen fascista -con todas las vertientes y posibilidades que se pueden agregar según el académico que se le preguntecon las libertades personales coartadas. Una época donde tener una opinión propia era casi imposible y que la única manera de estar “bien” era alinearse al régimen -para ver esto en detalle hay que analizar a Salvador Dalí y al Barcelona FCde lo contrario la ibas a pasar muy mal, por decir lo menos.
Basta ver que la liberación de la sociedad a la muerte de Franco fue elegir un rey: El liberalismo más sui generis. Lo que sí era muy liberal era la Movida Madrileña, el movimiento de contracultura que nos dio grupos que de otra manera hubiera sido inconcebible su aparición en la escena.
Ese movimiento influenciado por el post punk y el new wave en inglés, que marcó a toda una generación de españoles que hace 10 años hubiera sido imposible de que ocurriera. Grupos como Mecano, que acabó siendo estandarte -aunque debatible si son parte real o no de la Movida- de la transición española.
A lo mejor un caso muy parecido en Rusia con T.A.T.U., que fue la culminación de la disolución de la U.R.S.S.... porque nadie se imagina “All the Things She Said” sin la Perestroika.
Estos son dos ejemplos para tratar de poner en contexto lo que pasó en Asia. En pleno 2020, hay un fenómeno con el K-Pop y el J-Pop, pero es un proceso que tomó 70 años para llegar al estado de la escena musical, incluso para entender figuras como Babymetal
Hay que entender que la cultura oriental es por mucho más hermética a diferencia de la occidental, porque al hablar sobre la apertura que ha tenido al mundo, es necesario mencionar que ni siquiera llega a los 100 años cuando se trata de culturas milenarias. Y eso pensando solamente en Japón, China y Corea del Sur. Hong Kong tiene un asterisco por todo el tiempo que estuvo bajo la administración inglesa.
Si pensamos en el sudeste asiático, con la excepción de Bollywood, todavía se perciben atrasos importantes en estos temas, que se desencadenan en otros más importantes de los que no estamos hablando ahorita. Eran sitios que en los 1800 se seguía hablando de dinastías y no de Revolución Industrial.
Como siempre, el catalizador de este cambio fueron la guerra y los Estados Unidos de América, rarísimo. Tenemos primero el caso más obvio, el de Japón con la Segunda Guerra Mundial. Ya todos sabemos cómo terminó eso, pero pasó algo que no contemplamos, sobre todo porque el país nipón se llevó la peor parte de todo el conflicto.
Los norteamericanos no invadieron como lo hicieron en Normandía o en Corea, pero hubo algo que se quedó, algo que escandalizaba todos los lugares a los que llegaba. Llegó el jazz, ese género que sí es de propiedad gringa. Obviamente no era bien recibido al principio, no porque escandalizó a la juventud, sino porque era el himno del enemigo.
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“LA MÚSICA NO SOLO HA CAMINADO AL LADO DE GRANDES EPISODIOS HISTÓRICOS, SINO QUE HA SIDO LA INCITADORA
DE LOS MISMOS.”-
Pero algo se quedó en ellos, en esa cultura tan propia, que le da tanta importancia al orden de cómo se deben hacer las cosas. Estaban enamorados del caos y de la improvisación que le da alma al jazz y lo fueron adaptando a sus propios sonidos mientras incorporaban otros elementos como el Big Band.
Por eso no es de extrañar que el otro sonido que les llegó de esa manera fuera en los 80 -coincidentemente con la Movida Madrileña- fue el del heavy metal, en particular el progresivo, género que al día de hoy tiene de esas bandas de culto como X Japan, que allá es enorme pero aquí continúan en el “underground”.
En este periodo también tenemos que darle su mención a Damo Suzuki, que desde los 70 ya estaba en Alemania haciendo rock experimental, tal vez sin sonidos orientales que lo distinguieran, quitándose exactamente esa etiqueta de “artista oriental” para ser el del Krautrock.
Fue uno de los provocadores que le siguieron en Asia, cuya población de más de cuatro millones de personas volteaba a todo lo que estaba pasando. Todo esto mientras salían del yugo de dictadores, sin embargo es la primera vez que el mundo se está conectando con la música como catalizador. Ya será de otro artículo analizar cómo llegamos de Can a Babymetal y BTS.