LAS LIBRES AGOSTO

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LAS LIBRES NI DEVOTAS NI SUMISAS, REBELDES, LIBRES Y LECTORAS

FEMINISMO

LATINOAMERICANO No neguemos el

privilegio Nada cambió en Colombia para las

mujeres

Feminismo radical y

abolicionista Por Arussi Unda

MUJERES

¡GRACIAS POR NUESTRO PRIMER AÑO!

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INDÍGENAS EN MÉXICO


Bienvenidas bienvenida #lasLibres EJEMPLAR DE ANIVERSARIO


FOTOGRAFÍA: Andrea Leyva


LAS LIBRES DIRECTORA GENERAL Flerybeth López Nares EDITOR EN JEFE Marina Daowz Montero JEFA DE REDACCIÓN Keith López Nares APOYO GRÁFICO Y EDITORIAL Itzel Nallely José López Itzel Guadalupe Ortega CORRECCIÓN DE TEXTOS Danya Guadalupe Martínez de la Brena María Fernanda Valeiras Muradás Nallely Yael González González Arleth Mara Valeria García Sánchez Keith López Nares Gloria López Calderón SITIO WEB Y REDES SOCIALES Itzel Nallely José López Paola Ramos PORTADA Andrea Leyva FOTOGRAFÍA: MARINA DAOWZ


NI SUMISAS NI DEVOTAS, REBELDES LIBRES Y LECTORAS

LAS LIBRES

Los articulos presentados en el ejemplar muestran la opinión del autor, no de la revista. Revista Las Libres se deslinda de cualquier responsabilidad o derivación de los mismos


FOTOGRAFÍA: FATIMA ARIAS DAOWZ

FOTOGRAFÍA: ANDREA LEYVA


EDITORIAL Ni devotas ni sumisas:

Por otro lado, nos da muchísimo poder compartir con ustedes que con este número de agosto cumplimos un año de crear un espacio seguro para nosotras las mujeres, les agradecemos a cada una que ha sido parte de este proyecto asi como a todas nuestras lectoras que nos han dado la oportunidad de crecer y ser escuchadas, por muchos más años. Porque las mujeres juntas podemos crear cosas extraordinarias y gritemos juntas:

Como cada mes nos da mucho gusto compartir con ustedes nuestro numero mensual el cual aborda la problemática a nivel nacional de las mujeres indígenas: es decir, 7,364,645 personas, de las cuales 51.4% son mujeres (INEGI, 2020). No son una minoría sin embargo como la mayoría de las mujeres de este país han sido relegadas sin oportunidades y condenadas a vivir una vida de privaciones, solo basta recordar estados como “¡Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, Oaxaca donde desde muy pequeñas pueden ser abajo el patriarcado se va caer, se va caer. Arriba el intercambiadas, vendidas, secuestradas. feminismo que va vencer, que va vencer!” Todas las pasadas administraciones se han olvidado de garantizar derechos para estas comunidades, por eso es importante visibilizar las problemáticas que viven día a día, asi como la falta de oportunidades. Ellas son nuestras raíces, nuestro pasado y merecen estar incluidas en las agendas políticas que garanticen seguridad, educación, salud. No basta con conmemorar una fecha, es necesario que la administración actual busque soluciones para mejorar las condiciones de vida de las mujeres y niñas indígenas mexicanas.

Flerybeth López Directora General

Revista realizada por:


@RevistaLibres

SUMARIO DE CONTENIDOS

1 5 9 15 Feminismo radical y abolicionista: resistencia y reivindicación de las jóvenes

Mujeres indígenas en México

La construcción de la identidad del feminismo latinoamericano

No neguemos el privilegio

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Medidas de satisfacción Ni perdono, ni olvido para víctimas de feminicidio en el municipio de San Luis Potosí.

Del Génesis a la violencia obstétrica

Nada cambió en Colombia para las mujeres

29 31 33 37 Violencia Obstérica

Una poeta silenciada por la historia

Nombrar la violencia

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Horóscopos


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Feminismo radical y abolicionista: resistencia y reivindicación de las jóvenes

FOTOGRAFÍA: FATIMA DAOWZ

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ulie Bindel escribió que pocos meses antes de su muerte, Andrea Dworkin le dijo: “las mujeres regresarán al feminismo, porque las cosas van a ser mucho peores para nosotras, antes que mejoren”. Entre las citas que recuerdo esta es la que más tengo presente al momento, casi profética, pues describe el panorama del feminismo latinoamericano, donde las explosiones sociales a

causa de la violencia, la pobreza y la corrupción se vuelven cada vez más recurrentes. En México, las mujeres encabezamos los reclamos a la sociedad y al Estado en exigencia de medidas para prevenir y erradicar la insoportable violencia que nos azota a las mexicanas, hartas de estar secuestradas por el miedo al constante peligro dentro y fuera de nuestros hogares.

Por: Arussi Unda


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ajo este escenario, la lucha de las mujeres mexicanas se da de manera orgánica, sin teorías, sin “estudios de género” y alejadas de la academia, movidas por el sentido común y el sentido de la sobrevivencia. Desde los colectivos de mujeres enterrando varillas en las tierras, buscando a sus desaparecidas; los grupos de madres que agotan todos sus recursos exigiendo justicia para sus hijas asesinadas; hasta las jóvenes y mujeres que se organizan en sus localidades para cuidarse unas a otras, visibilizando casos, escuchando a víctimas y sobrevivientes, exigiendo atención a lo que está pasando y combatiendo la violencia feminicida en contextos mayormente precarios. Sin recursos, sin herramientas, organizándose con lo que se tiene a la mano, que muchas veces solo son los ovarios.

hacen trabajar sin paga por eso, dos de cada tres personas analfabetas son mujeres por eso, nos obligan a parir por eso, comercializan nuestros cuerpos por eso, nos humillan, nos castigan, nos matan con tanta saña por eso. En lo cotidiano, ser mujer se vive con rabia, dolor y miedo, y se siente en el cuerpo, el mismo cuerpo que la Iglesia, la sociedad y el Estado han censurado y condenado a ser mano de obra gratuita al servicio de los hombres, un agujero a merced de sus deseos y un objeto de compraventa a disposición de terceros. Y sabemos que cambiarnos los pronombres no cambiará esto.

¿Por qué el feminismo radical está atrayendo a tantas jóvenes en México y en Latinoamérica? Y no me malentiendan, tenemos enfrente lobbys con Hace no mucho fui a Oaxaca a acompañar a una recursos inimaginables, llegando de países que son querida amiga, asesinaron a su hermana; ambas potencias mundiales e inundando medios, mujeres indígenas. Sentadas en la noche, en el piso academias, instituciones y marcas de todo tipo, de una plaza en el centro de la ciudad, rodeadas de haciendo mímica de discursos progresistas para velas, carteles, nombres y fotos, me confesó: “sólo sembrar sus mensajes truculentos, que confunden, dos veces en mi vida me ha dolido ser mujer, esta es dividen y silencian. una de ellas”. Sus palabras me calaron hondo porque yo también he sentido ese dolor, aunque de Vemos mujeres defendiendo “el derecho” de diferente forma, y es que esa es la experiencia prostituirse o alquilar sus vientres en un país donde universal que el feminismo explica. Ella no tiene la pobreza tiene rostro de mujer; mujeres formación política como feminista, sin embargo, es discutiendo qué es una mujer en un país con doce una mujer que lucha naturalmente contra el feminicidios diarios y una violación cada seis machismo y la misoginia, pues desde niña le ha minutos; mujeres hablando de “la libre elección” sin atravesado el cuerpo. Hablamos de esto, voltear a ver el asqueroso grooming, que las compartimos experiencias, le cuento lo que he hipersexualiza y cosifica cada vez más jóvenes, aprendido en mi camino como feminista, me pide diciéndoles que es empoderante; mujeres que que le comparta lecturas. Le hacen sentido. defienden que la inclusión es no nombrarnos, en un país que no nos escucha; mientras, las políticas Así como ella, llegué yo. Huyendo de la violencia neoliberales avanzan rápidamente, aprobadas de masculina, buscando respuestas a las preguntas forma masiva y sin mucha discusión tanto por la que no sabía que existían pero que muy en el fondo derecha, como por la supuesta izquierda. La se sentían: ¿por qué es tan difícil? ¿por qué es más socialización femenina en contextos peligroso? ¿por qué es tan injusto? ¿por qué pasa latinoamericanos, sobretodo mexicanos, donde se esto? Hablar entre mujeres nos lleva a plantearnos nos adiestra desde niñas para servir, priorizar, preguntas que nos habitaban de lo individual a lo cuidar y amar a los hombres, facilita la entrada de la colectivo. De nuevo, entendiendo la experiencia mal llamada “teoría queer”. La ley del agrado de la universal compartida: ser mujeres. En un país tan que habla Amelia Valcárcel. desigual, donde nacer con una vulva entre las piernas lleva consigo una pena, lo tenemos claro. Sin embargo, la violencia ya es tan cruda y cínica, Venden a las niñas por eso, nos violan vivas y que cada vez son más las mujeres convencidas de muertas por eso, nos pagan menos por eso, nos que esto no es normal, una lo empieza a cuestionar.


EjeSOCIAL Social LAS LIBRES 3 EJE Muchos son los velos que hay que quitarse de los ojos y el proceso es agonizante, alrededor muchísimas personas tratan de convencerte de que nada por lo que se lucha es importante, o que las prioridades son otras. Tenemos el plato muy lleno. Existe una persecución por distintos frentes, nos atemorizan e intentan cansarnos; los grupos conservadores, el gobierno, hombres violentos… Muchas dejamos ya un rastro de nuestra salud mental y emocional en el camino, incluso nuestra integridad física, entonces una avanza con una voz interna que te pide constantemente cuidar las palabras, para no ponerte en riesgo. En más riesgo. Poco se habla de esto. Es por eso que muchas compañeras dejan sus cuestionamientos y críticas al generismo en los espacios seguros, y las charlas privadas; con tantas amenazas encima, es lógico pensar que tenemos suficiente con el escenario actual, y al ver el escrutinio, acoso y violencia que le cae encima a las pocas voces que deciden hablar, sirve de ejemplo de lo que pudiera pasar con las demás. Además, hablar representa puntos de quiebre irreconciliables, y se supone tenemos que estar unidas, jalando juntas, ¿pero hacia dónde o para qué?

sexo. Como diría Marcela Lagarde “el feminismo es lo único que puede eliminar la orfandad patriarcal. No somos huérfanas, tenemos genealogías, no somos seres de la diversidad, somos las mujeres”. No es coincidencia que las colectivas radicales o abolicionistas con más incidencia en nuestro país se ubiquen en los estados más precarizados y con mayores tasas de violencia contra las mujeres. Así como tampoco es coincidencia que los mayores detractores de estas sean personas de la capital que viven en contextos privilegiados. El lenguaje inclusivo y los muchos géneros e identidades, palidecen siendo una mujer en un país sin ley, aguantando la respiración cada que un coche pasa junto, y apretando la mandíbula cuando un varón se acerca. En un país tan desigual, sabemos lo que toca al habitar este cuerpo, lo tenemos claro y no nos pueden contar qué se siente. Como dije, movidas por el sentido común, y el sentido de la supervivencia. Retomando a Dworkin, poniendo en el centro del movimiento el dolor de las mujeres, volviendo a lo que ella llamaba “el primer feminismo”, mismo que describía de manera clara y simple: Si algo lastima a las mujeres, las feministas estamos en contra. Así la agenda se vuelve sencilla.

Es difícil competir con “los feminismos” divertidos y felices, que prometen mucho twerk, influencers, celebraciones y girl power; cuando lo que se ofrece a cambio es una batalla por la dignidad y la vida de las niñas y las mujeres; de las que sin ningún poder político, económico o social se enfrentan al poder de los poderosos, sabiendo que de lo que se siembre hoy, no nos tocará ver la cosecha. Pero en un país tan desigual, abandonadas por las leyes, las instituciones, el Estado y la sociedad, nos convencemos de que no tenemos mucho que perder y solo nos tenemos a nosotras; y entre nosotras lo poco que tenemos lo debemos defender, empezando por el feminismo.

Contra el género.

Defendiendo a las mujeres como el sujeto político del feminismo, y definiéndonos desde, para y por nosotras como sujetas de derecho, la media de la humanidad, diciendo no a que redefinan nuestra existencia para complacer a terceros. Y el primer paso a ese no, empieza por el sí a nosotras mismas. Ese no al borrado de las mujeres, es el sí a la existencia legal y protegida con base en nuestro

Contra el capital. Contra la explotación sexual y reproductiva. Contra cualquier forma de opresión patriarcal.

Arussi Unda Co fundadora de Las Brujas del Mar, activista y feminista radical.


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Mujeres indígenas en México

FOTOGRAFÍA POR ANDREA LEYVA


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México se caracteriza por ser un país con desigualdad social, siendo la población indígena la más vulnerada, población que sufre violencia y discriminación. Estas formas diversas y continuas de marginación tienen una condición histórica de larga duración, provocando que las mujeres indígenas sean las que sufren mayor discriminación. Sus derechos humanos son violados a diario, estos van desde sus derechos civiles y políticos, hasta sus derechos económicos, sociales y culturales, pasando por su derecho de vivir sin violencia dentro de su propia comunidad de origen.

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lgunos de los obstáculos que las mujeres indígenas enfrentan son los siguientes: pocas oportunidades para acceder al mercado laboral, dificultades para acceder al sistema educativo y de salud, los cuales están condicionadas por su economía y localización geográfica, tasas elevadas de analfabetismo, escasa participación en la vida política y marginación social. La población que se reconoce como indígena en México suma un total de 25 millones, de ellos 6 millones 146 mil 479 son mujeres, más del 75% se concentra en ocho estados: Oaxaca, Chiapas, Veracruz, México, Puebla, Yucatán, Guerrero e Hidalgo .

Cuerpos que hablan La concepción del género, los roles masculinos y femeninos están claramente divididos y socialmente marcados en la cotidianeidad de las comunidades indígenas. La sexualidad, las relaciones sociales entre sexos opuestos y el cuidado del cuerpo son un entramado de normas sociales que se pueden leer y entrever en la vida diaria de los sujetos; desde las expresiones corporales que se manifiestan en el saludo hasta las locuciones de los sexos en las fiestas rituales . Los patrones de interacción entre sexos opuestos en los

poblados indígenas se basan principalmente en la distinción de géneros. Esta distinción es entendida como algo dado naturalmente y forma parte del orden de las cosas. La sexualidad de las mujeres indígenas es reprimida desde la infancia, cuando llegan a la adolescencia, la mayoría de ellas no cuenta con información sobre la menstruación y la viven con miedo y vergüenza , ya que la sangre es considerada mala y hay muchos tabús alrededor de la menstruación. Al llegar a la etapa adulta , están totalmente ajenas al conocimiento de su cuerpo. Las mujeres indígenas se casan muy jovencitas, incluso siendo niñas y la mayoría de los matrimonios son arreglados, sobre todo en comunidades con alto índice de pobreza. En poblados donde el mestizaje está más presente y se cuenta con una estabilidad económica, las jóvenes pueden decidir sobre su cuerpo y su futuro . Optando por migrar fuera de su comunidad para continuar sus estudios o trabajar en lugar de residir en su comunidad de origen. El matrimonio es uno de los más terribles cautiverios, donde el cuerpo de la mujer es de otros y las relaciones sexuales que mantienen durante su matrimonio representan un servicio que debe darse al esposo. No


Feminicidios indígenas La violencia que ejercen los hombres hacia las mujeres es el principal factor cohesionador que no cambia a lo largo de la vida de las mujeres indígenas, se transforma, pero no desaparece. La violencia que viven las mujeres indígenas es extraordinaria. Cada vez es más común el conocimiento de los casos de feminicidios de mujeres indigenas.

EJE SOCIAL LAS LIBRES 7 Ante este escenario, las mujeres indígenas comparten una realidad que está atravesada tanto por la condición de género como por la de clase y etnia. Es necesario hacer visibles a las mujeres indígenas, que, si bien no se salvan de vivir la violencia que caracteriza a México, su historia y etnia, las hace vivir una doble violencia, por ser indígenas y por ser mujeres. Hablar de la violencia que viven y de los feminicidios indígenas existentes es darles voz ante una sociedad que se niega a reconocerlas.

Un estudio que sistematiza los asesinatos de mujeres indígenas en México es el Diagnóstico BIBLIOGRAFÍA Nacional sobre Violencias en Contra de las Mujeres Gómez Mena, Carolina (05 septiembre 2020) Mujeres indígenas sufren más pobreza y limitaciones: La Jornada, https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/09/05/mujeres-indigenasy Niñas Indígenas, coordinado por Sonia M. Frías INPI, sufren-mas-pobreza-y-limitaciones-inpi-4218.html Entiéndase como fiestas rituales todas aquellas que representan una nueva etapa en la vida de los del Centro Regional de Investigaciones individuos: bodas, bautizos, funerales, etc. Actualmente en las regiones mas urbanizadas de las comunidades indígenas las mujeres ya tienen Multidisciplinarias de la UNAM. En el estudio se da acceso a toallas sanitarias, tampones, etc. La poca información sobre reproducción y salud sexual que llegan a obtener la escuela se las brinda. Esto solo aplica para las niñas que tienen acceso a la a conocer que, en 15 años, entre 2001 y 2016, mil pudieran educación secundaria. las mujeres indígenas son consideradas adultas cuando logran reproducirse o se casan. trescientos noventa y nueve mujeres fueron Usualmente Boege, Eckart, Los mazatecos ante la nación. Contradicciones de la identidad étnica en el México actual, México, XXI, 1980, pp.67. asesinadas en las regiones indígenas de Oaxaca . A la fecha no seSiglo han publicado cifras estadísticas sobre feminicidios para el resto de los estados con indígenas. Estas cifras señalan que las regiones con un índice población Ruiz, Yalina (24 de marzo de 2021) Feminicidios de comunidades indígenas: muertes de mujeres que nadie ve, registra ni atiende, El Universal, Oaxaca, https://oaxaca.eluniversal.com.mx/sociedad/ alto de feminicidios son las siguientes; la Mixteca feminicidios-en-comunidades-indigenas-muertes-de-mujeres-que-nadie-ve-registra-ni-atiende. (296), la Costa y Sierra Sur (233), los Valles Centrales (259) y el Istmo, con 102 homicidios. Tales son los casos de Virginia y Julia, mamá e hija, torturadas y asesinadas brutalmente en junio de 2020 en Huautla de Jiménez (Oaxaca) y, Erika, asesinada en marzo de 2021 en la CDMX. Es importante darle vida a este tipo de casos, saber que la violencia contra la mujer indígena existe y, saber que aún hay un largo camino que recorrer para poder eliminarla. Desde la niñez hasta la vejez, la violencia marca todas las etapas de la vida. La violencia psicológica, económica y física es el pan de cada día, esta normalizada en la vida indígena. Es frecuente escuchar a los hombres jóvenes y adultos privar a sus esposas o hijas de su libertad, discriminarlas por su forma de vestir y reclamarles por haber salido sin ellos. Hay algunas mujeres que se han opuesto a seguir siendo violentadas y maltratadas. Mujeres que se han enfrentado a padres y hermanos, que optan por tener una vida alterna al matrimonio y tener que cuidar a un hombre de por vida. Mujeres que buscan otras formas de vida, que se cuestionan y cuestionan su alrededor.

Carolina Flores De Dios Jiménez Etnohistoriadora (ENAH) gustosa por la vida


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La construcción de la identidad del feminismo latinoamericano Por: Keith López Nares

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Qué es el feminismo? el feminismo en sí mismo es la lucha colectiva por la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres. Es imposible pensar el feminismo sin el voto o peor aún, sin el aborto, porque ambos temas representan el trabajo y la ardua lucha colectiva por su logro. Ola tras ola, en la historia del feminismo se han visto pasar mujeres que, desde la academia y/o desde el activismo político han pugnado por defender el sufragio y los derechos reproductivos, entre otras cuestiones, pero ¿qué es realmente el feminismo latinoamericano? En la búsqueda de responder esta pregunta, antes vale la pena reconocer la labor feminista de mujeres que, desde la década de 1920, iniciaron en este continente la lucha sufragista, algunas de ellas son: Paulina Luisi de Uruguay, Matilde Hidalgo de Ecuador, Bertha Lutz de Brasil, Elvia Carrillo Puerto de México o Eva Duarte Perón de Argentina. (Smink, 2013) De norte a sur, todas han sido mujeres que dedicaron gran parte de su vida al activismo político y que, desafortunadamente, su trabajo ha sido poco recordado porque gran parte del feminismo se ha enfocado en estudiar a las teóricas europeas y estadounidenses de la primera, segunda y tercera ola (no así lo han hecho los estudios feministas decoloniales). Así, ni siquiera los sistemas educativos de los diferentes países que componen América Latina han propuesto integrar a estas luchadoras sociales. Es decir, esto bien podría traducirse en un eurocentrismo normalizado y casi intacto, cuyos efectos han invisibilizado a las actoras latinoamericanas.


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FOTOGRAFÍA POR HIJA DEL CIELO


Eje Social LAS LIBRES 11 Así, con base en lo anterior, este ensayo propone realizar un breve esbozo sobre: cómo se compone la identidad del feminismo latinoamericano, cómo se ha transformado y hacia dónde se dirige con el impacto de la globalización, considerando, por supuesto, la exclusión que ese proceso ha supuesto particularmente para las mujeres y que, hoy en día obliga a la lucha feminista a re-visualizar el camino que se debe trazar, así como la interconexión que los medios de comunicación han ofrecido para la conformación de esa identidad. Por otro lado, para comprender el surgimiento e impacto de la globalización es relevante señalar la importancia que la modernidad ha tenido como proceso histórico. Modernidad y globalización: arrebato identitario en América Latina Autores como Aníbal Quijano sugieren que la modernidad es un fenómeno de todas las culturas siempre y cuando las ideas de novedad, de lo avanzado, de lo racional-científico, laico y secular, sean normalmente asociadas a ese concepto, sin embargo, en lo que corresponde particularmente a la historia de las mujeres, con inmediatez se piensa en violencia y arrebato identitario. Por otro lado, retomando a Quijano, la globalización es la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América Latina y la del capitalismo colonial/moderno eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial y, desde luego, de carácter eurocentrista. (Quijano, 2014) Hay mucho que decir acerca de la globalización y la modernidad pues, esta última también Dussel la explica como el proceso histórico mediante el cual se definió una trayectoria civilizatoria con la colonialidad europea al mando y que comprende alrededor de 5000 años. Así, fueron destruidos y secularizados los pensamientos ajenos al progreso, se acumuló riqueza y se fabricó tecnología militar que funcionaría para el SistemaMundo con la superioridad como estandarte para invadir y someter regiones amerindias, no así en África o Asia, que mantuvieron resistencia hasta la Revolución Industrial. (Dussel, 2001) De este modo, como parte de esa superioridad, se estableció una clasificación racial encaminada al trabajo y como si fuera poco, fueron impuestas ideas homogeneizadoras de la población por medio del exterminio, resultando en una pérdida de la identidad y, sobre todo, de la memoria histórica. (Quijano, 2014) La globalización como promotor de la desigualdad Ahora bien, para autoras como Emma Zapata y Rosario Ayala, particularmente en México, el proceso de globalización actualmente ha sido un ejemplo de la transformación estructural desigual de la sociedad, donde las mujeres rurales e indígenas se han visto

mayormente afectadas en cuanto al trabajo, la remuneración, educación, tenencia de tierra, etc. (Zapata, 2017) Además, las autoras, retoman los aportes de Juan Luis Hernández y señalan que el proceso de la globalización ha sido histórico, multidimensional, discontinuo y desigual. (Hernández, 2006) A continuación, se explica por qué: • Discontinuo y desigual: Avances y retrocesos con afectaciones diversas. • Histórico: Historia de la humanidad, se acelera en tanto existe una intensificación de las comunicaciones (acceso a la información, por ejemplo) • Multidimensional: Esfera económico-financiera, cultural y política. Con base en lo anterior, es posible apreciar que el proceso de globalización ha tenido diferentes matices, en donde, particularmente la intensificación de las comunicaciones se ha conjugado con aquellos retrocesos que poseen afectaciones diversas y, para el tema que corresponde analizar, los medios de comunicación han sido una pieza clave en la lucha feminista de lo que muchas autoras llaman “la cuarta ola”. Los medios de comunicación y el feminismo El feminismo de la conocida “cuarta ola” es caracterizado por un boom en los medios de comunicación y particularmente del internet. Es verdad que medios como la radio, el periódico o la televisión han tenido una presencia importante en los escenarios políticos y sociales, sin embargo, la llegada del internet y de las redes sociales ha intensificado las conexiones. Actualmente, es bastante reconocido que hay movimientos civiles que tuvieron un mayor alcance a nivel internacional gracias al poder de convocatoria que poseen las redes sociales, por ejemplo, la primavera árabe. En lo que corresponde al feminismo en América Latina, las redes sociales han tenido una presencia significativa precisamente en cuanto al poder de convocatoria. Temas como los feminicidios, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, entre otros, se han denunciado a través de plataformas como Facebook o Twitter. En este sentido, existe un alcance fuerte para concientizar e informarse sobre una inmensa cantidad de temas y basta dar un clic para descargar libros o hasta para reunirse virtualmente con mujeres de otros países.

De este modo, la lucha feminista en América Latina se define en gran medida por la capacidad de organización y convocatoria que el internet ofrece, es decir, mediante concentraciones o marchas virtuales. Por ejemplo, el 8 de marzo del presente año se llevaron a cabo protestas en Twitter bajo el contexto de la pandemia.


12 LAS LIBRES Eje Social Por otro lado, no todo es positivo. La globalización y esta gran cantidad de servicios que se pueden encontrar ofertados en la red ha implicado que la explotación sexual, el tráfico de drogas y armas, se lleven a cabo bajo estos parámetros, es decir, detrás de una computadora. La identidad del feminismo latinoamericano Establecer cuál es la identidad del feminismo latinoamericano es de entrada complicado porque tendría que ponerse en duda si en Latinoamérica se posee una identidad. La modernidad y el actual proceso de globalización han construido identidades basadas desde el eurocentrismo. Con esto no se busca sugerir que el feminismo latinoamericano no posee identidad, sino que es importante trazar hojas de ruta diferentes, adecuadas a las necesidades de un continente sumamente violento para las mujeres. De ninguna manera es la intención de este texto prohibir o señalar a quienes durante años hemos leído y nos hemos educado sobre el feminismo europeo y las grandes teóricas que constituyeron el feminismo radical en EE. UU, sino reconocer que ha habido un robo de la memoria histórica que hoy nos obliga a entablar diálogo con el activismo de las mujeres que no han sido valoradas por la historia. Las redes sociales no pueden ser buenas o malas: simplemente son. Y de este modo, la globalización es un proceso del que no se puede escapar tan fácilmente porque se vive bajo sus normas y subjetividades. Lo que es importante, como se menciona, es reconocer que hay que, primero, reconstruir la identidad latinoamericana con el feminismo como filosofía de vida y luego, utilizar los medios de comunicación a nuestro favor, al favor de la emancipación de todas las mujeres. Al feminismo latinoamericano de la cuarta ola no solo lo caracteriza el uso de redes sociales e internet, sino la lucha por erradicar la violencia feminicida, la prostitución, los vientres de alquiler, etc. Hay numerosos retos, pero reiteradamente el primero consiste en la recuperación de la memoria colectiva y el segundo, en la re (de) construcción de la identidad de las mujeres latinoamericanas.

La globalización tiene un impacto diferente en todas las personas, hay quienes se han visto beneficiadas de ella y, por otro lado, hay quienes han visto la exclusión de primera mano. El feminismo de América Latina es diverso porque debe incluir la lucha de aquellas mujeres que denuncian la violencia eurocentrista y racista, o la de aquellas que militaron durante años en los sindicatos de maquileras, o la de las madres que buscan incasablemente a sus hijas, o de aquellas estudiantes que se reúnen en plazas y cantan consignas cada que alguna mujer o niña es asesinada o está desaparecida. La identidad del feminismo latinoamericano es esa, la que ya se posicionó como resistencia firme contra el patriarcado colonial, capitalista y neoliberal y de terrorismo estatal, ambos impuestos desde la instauración de las dictaduras militares de la década de 1970 y caracterizada por la represión. (Dávalos, 2011) Es imposible cambiar la historia y modificar el proceso de modernidad y la inevitable presencia de la globalización, pero lo que sí es posible es construir una identidad feminista que apele a la lucha de los derechos humanos de todas las mujeres bajo un Estado patriarcal.

Keith López N. Internacionalista, co fundadora de Colectiva Asteria y feminista radical


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neguemos el privilegio Por: Michel Marin

Fotografía por. Marina Daowz

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axaca, paisajes apantallantes, gastronomía única, habitantes acogedores, comunidades indígenas olvidadas y venta de mujeres. Este bello estado de la republica Mexicana nos ofrece y nos garantiza diversión, cuando los turistas visitan estas comunidades que se encuentran en condiciones de pobreza, observan el trabajo que hacen, solo enfocándose en lo externo, sin imaginar el trasfondo tan grande que las mujeres de estas comunidades tienen que vivir. Las comunidades abren sus puertas a los turistas para que estos conozcan su trabajo y lo que producen para poder subsistir, no obstante, no solo reciben dinero por los objetos que producen sino también por las mujeres de su núcleo familiar, ya que venderlas es una práctica bastante común para obtener dinero o comida. “Es común que las chicas de 11 a 15 años se casen o sus padres las vendan por fauna que habita en la comunidad, parcelas o dinero. Sus padres tienen completo control de ellas y es mejor venderlas u obligarlas a casarse que el resto de la comunidad las tache de mujeres ‘quedadas’ o tengan que resignarse a casarse con un hombre viudo o que no trabaje” ese fue el testimonio que me dio una guía de turistas mientras conocía este Estado y me adentraba a conocer sus costumbres y tradiciones, a primera instancia no le tome mucha importancia, pero conforme pasaron los días no pude evitar sentir el privilegio y de la mano del privilegio la historicidad que marca a cada persona, el privilegio de poder conocer otro estado de la República de forma libre, el privilegio de elegir qué es lo que quiero hacer con mi vida, el privilegio de decidir si quiero casarme o si no quiero hacerlo, el privilegio de haber vivido mi adolescencia y parte de mi adultez de forma libre y sin que nadie me privara de mis derechos y libertad. El Instituto Nacional de las Mujeres denunció que, en comunidades pobres de Oaxaca, Chiapas, Campeche y Guerrero, principalmente, la población indígena, por sus costumbres, realiza la venta de mujeres hasta por dos cajas de refrescos y una de cerveza. Según el diccionario panhispánico del español jurídico; una costumbre es una práctica asumida por la mayoría de los que están en un lugar o participan en determinada situación, lo cual me hace comprobar que no podemos seguir negando que muchas mujeres vivimos en el privilegio y que por sororidad debemos darle voz y dar a conocer estas aberrantes situaciones. Del mismo modo, debemos comenzar a visibilizar estas prácticas que hasta el día de hoy siguen formando parte de las costumbres y que deben dejar de denominarse así, la cultura machista debe dejar de nombrarlas “costumbres” y señalarlas como lo que son: venta de mujeres y niñas. Es increíble como a pesar del tiempo, la mujer sigue siendo vista como un objeto del cual los hombres pueden abusar, violentar y subyugar sobre su libertad. En Oaxaca una investigación realizada por la Secretaría de Inmujeres contempla por lo menos 30 feminicidios por mujeres que no han querido adoptar estas costumbres. Por otro lado, Teresa Bautista Merino y Felícitas Martínez

Sánchez periodistas de la radio comunitaria, decidieron alzar la voz y fueron víctimas de feminicidio. Pablo Navarrete Gutiérrez, Coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres, señaló que los usos y costumbres no pueden ser usados como pretexto para perpetuar prácticas discriminatorias y violentas contra las niñas y mujeres indígenas, en donde los hombres creen tener el derecho de vender a sus propias hijas entre 12 y 20 años para casarse o para dedicarse al trabajo doméstico. A veces juzgamos las practicas machistas con las que tenemos que vivir en nuestro día a día, enfatizamos los patrones de conductas machistas y patriarcales que como mujeres recibimos desde antes de ser concebidas, queremos desprendernos a toda costa de las ideologías que nos dejan en desventaja, a veces queremos dejar de correr rápido para ser vistas y no ser menospreciadas por no ser “exitosas como los hombres”, estamos hartas del acoso, estamos cansadas de los feminicidios y estamos todas aquí para ser una red de apoyo donde todas las mujeres se sientan seguras y sepan que, si tocan a una nos tocan a todas. Que sin pensarlo seremos la voz de las que no la tienen y pediremos justicia por todas las que nos han quitado, la sociedad muy pocas veces visibiliza todo lo antes mencionado, ahora enfoquémonos en las mujeres indígenas y como estas han sido denigradas desde siempre teniendo que someterse a las infancias perdidas, las adolescencias llenas de violencia intrafamiliar y el feminicidio; todo esto en conjunto es algo que tanto las mujeres como las niñas indígenas no deben vivir, tienen derecho a la libertad de su persona y de expresión. Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio, Oaxaca no practica costumbres, Oaxaca VENDE mujeres como si estas fueran un objeto y las autoridades lo saben y lo permiten…

Michel Marin Estudiante de Ciencias de la Comunicación. “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. IG: @_aloap__


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Medidas de satisfacción para víctimas de feminicidio en el municipio de San Luis Potosí. Por: Cecilia Gabriela Rodríguez Quintero. Johana Ventura Bustamante.

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l feminicidio es la expresión máxima de la violencia contra las mujeres; constituye la concurrencia de múltiples formas de violencia, que no solo atenta contra sus vidas, sino que causa una vulneración a otros derechos como lo son la dignidad, la libertad, la seguridad, la integridad física y psicológica, la igualdad y la no discriminación (Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos 2020). A saber, el término feminicidio se encuentra reconocido como un delito específico dentro de los catálogos establecidos en los códigos penales locales y en el Código Penal Federal, en donde se establece que comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género . Lastimosamente, en nuestro país el año 2020 se caracterizó por ser el más violento para las niñas y las mujeres. Tan solo de las cifras oficiales presentadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública sobre la incidencia delictiva y llamadas de emergencia del 911 sobre violencia contra las mujeres se reveló que ese año se registraron 969 víctimas de feminicidio, la cifra más alta desde el 2015, año en el que se empezó a clasificar este delito en el país (Reporte sobre Delitos de Alto Impacto, Observatorio Nacional Ciudadano, 2020). Para recrudecer esta realidad, otras variables que acrecentaron la incidencia de feminicidios fueron sin duda los efectos negativos derivados de la emergencia sanitaria a causa de la pandemia por COVID-19, mismos que se tradujeron, entre otras cosas, en ajustes presupuestarios en perjuicio de la operatividad de programas y servicios institucionales de respuesta inmediata para mujeres y niñas (Equis Justicia para las Mujeres, 2020).

FOTOGRAFÍA POR HIJA DEL CIELO Fotografía por. Andrea Leyva

A pesar de que la Declaratoria de Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres (DAVGM) fue decretada en el año de 2017 para seis municipios del estado en atención a la fuerte incidencia de la violencia feminicida, el


18 LAS LIBRES EJE SOCIAL panorama actual (2021) no ofrece tregua: solamente hasta marzo de este año los datos oficiales indican que el municipio de San Luis Potosí se ubica en el lugar 13 de la lista de los 100 municipios nacionales en el índice de Presuntos Delitos de Feminicidio (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2021). Con relación a los derechos de las víctimas de la violencia feminicida, este mecanismo contiene en las medidas 5 y 6 sobre justicia y reparación la obligación de las autoridades competentes de determinar una medida de reparación simbólica para las víctimas directas del delito de feminicidio, tomando en cuenta a las víctimas indirectas y a la sociedad civil, y contemplando los estándares básicos en materia de reparación integral del daño, reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos, así como lo establecido en la Ley General de Víctimas, y la Ley General y Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. La reparación del daño integral es una institución jurídica de carácter dual, es decir, es una figura que se impone como una obligación de los Estados cumplimentarla derivado de su responsabilidad internacional , y a su vez es contemplado como un derecho fundamental de las víctimas. Es decir, no solo los Estados tienen per se el deber de reparar, sino que las víctimas cuentan con el derecho a implementar mecanismos para exigir una reparación integral, misma que el Estado deberá acatar en los términos propuestos por las víctimas (CALDERÓN, 2013). Este derecho se compone de diversas medidas (enunciativas, mas no limitativas) estas pueden ser: de restitución, rehabilitación, compensación, satisfacción, no repetición, de acceso a la justicia y a la verdad. Para fines de este trabajo, nos centraremos en explicar la naturaleza y alcances de las medidas de satisfacción en el marco de procesos de reparación simbólica del daño. Este tipo de medidas buscan, entre otras cosas, el reconocimiento de la dignidad de las víctimas o transmitir un mensaje de reprobación oficial a las violaciones de los derechos humanos de que se trata, así como evitar que se repitan violaciones a derechos humanos. De la jurisprudencia establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), las medidas de satisfacción se han materializado por medio de la realización de actos u obras de alcance o repercusión públicos; algunas de estas medidas han sido: la publicación y difusión de la sentencia en un

diario oficial del Estado, así como en otros medios de comunicación; El ofrecimiento de disculpas públicas oficiales, un reconocimiento a su dignidad y una crítica a las violaciones; medidas de conmemoración mediante homenajes y otros actos para rescatar el recuerdo y la memoria de las víctimas, como los son el nombramiento de plazas o calles con el nombre de las víctimas , la elaboración de placas conmemorativas , el levantamiento de monumentos, la realización de unas semblanzas de vida de las víctimas , la realización y publicación de material audiovisual para documentar la vida política y periodística , el otorgamiento de becas conmemorativas, entre otras. En el municipio de San Luis Potosí se ha gestado un proceso de reparación simbólica a víctimas de feminicidio en el marco del cumplimiento a las medidas 5 y 6 sobre justicia y reparación de la DAVGM, mismo que se realizó a través de la participación de siete familias de mujeres víctimas de feminicidio, que desde sus casos concretos construyeron una propuesta colectiva de reparación constituida por diversas medidas de satisfacción. Dentro de estas medidas se encuentra la conmemoración del 14 de Mayo como el día por la justicia para las víctimas de feminicidio en San Luis Potosí, gestionada a través de una iniciativa ciudadana presentada al Congreso del Estado de San Luis Potosí y aprobada el 6 de mayo de 2020, teniendo como efectos adhesivos a esta solicitud el exhorto a los tres poderes de gobierno del estado de San Luis Potosí, y los 58 ayuntamientos de la entidad, a que con base en su presupuesto asignado organicen y realicen eventos, foros, conferencias y cualquier otra actividad que sensibilice la problemática tanto del acceso a la justicia para las víctimas de feminicidio y sus familias, como de la violencia contra las mujeres como un impedimento para garantizar el acceso pleno a sus derechos humanos. Con relación a los actos públicos de reconocimiento de los hechos y las violaciones a derechos humanos de las mujeres, el 14 de mayo de 2020 se llevó a cabo un acto público en la plaza de armas ubicada en el centro de la ciudad de San Luis Potosí, en donde se instaló un memorial para las mujeres víctimas de feminicidio y para sus familias. Esta instalación buscó por medio de un acto público el reconocimiento de la violencia feminicida como un problema de salud pública y justicia social, y que permita detonar procesos de recuperación de memoria histórica y comunitaria sobre el rechazo a la violencia de género, intencionando narrativas de ruptura de la impunidad y del silencio y dinamizar


CINEEJE Y TV EJE SOCIAL SOCIAL

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condiciones institucionales que permitan garantizar el cumplimiento de otro tipo de medidas de reparación, en aras de transitar de un proceso de reparación simbólica a un proceso de reparación integral. Este proceso de reparación constituye un precedente a nivel nacional en materia de reparación simbólica del daño a víctimas de feminicidio, ya que es el resultado del encuentro de familias y víctimas indirectas que, desde el reconocimiento de las necesidades individuales y colectivas, diseñaron medidas de satisfacción aplicables para sus casos concretos, además de ser un proceso que se realizó con estricto apego a los estándares nacionales e internacionales en materia de derechos humanos Lo anterior dibuja un panorama esperanzador para la materialización del acceso a los derechos humanos de las mujeres, ya que construye un cimiento que obliga a las autoridades municipales y estatales en San Luis Potosí, desde la garantía al principio de progresividad y pro persona a dar continuidad a procesos de esta naturaleza, ampliando sus alcances y con ello garantizando una mayor protección a los derechos humanos, en este caso el derecho humano a la reparación del daño a las víctimas de la violencia feminicida en el estado.

Johana Ventura Abogada feminista por la UASLP. Maestra en Estudios Antropológicos por la UAQ. Activista y defensora de derechos humanos. Twitter: @yohana_vb FB: Yoh Ana Correo: jo.ventbus@ gmail.com

Cecilia Rodríguez Abogada feminista por la UASLP. Defensora de derechos humanos desde el litigio estratégico. Colectiva Sororidad Ciudadana Perspectiva Lila. Twitter: @CGRQ19 @SororidadL Correo: Cecilia.rdzquin@gmail.com

FOTOGRAFÍA POR HIJA DEL CIELO


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Ni perdono, ni olvido Quisiera escribir con más dulzura, seguro les gustaría más a muchas personas, pero no, escribo con enojo, rabia y dolor. Enojo por todas las mujeres que no podemos denunciar, por las que denunciamos y no pasa nada, por las encarceladas que decidieron no ser madres. Rabia por todas las mujeres que un golpe les atravesó el alma, por todas las asesinadas debido a la violencia feminicida perpetrada por las sociedades y los Estados. Dolor por todas a las que nos han violentado sexualmente. No me pidan dulzura, ni amabilidad, ni calma. No la tengo, obligan a convivir y perdonar a nuestros abusadores, a aceptar presidentes municipales, diputados y senadores violadores. Nos piden que olvidemos y que aprendamos a tener mejores maneras. Nos cuestionan comportamientos y sueños, nos culpan a nosotras por actos machistas. Nos piden que aceptemos tener vecinos acosadores o violadores. Tenemos que aceptar que nuestras universidades no tengan protocolo de género, debemos compartir aulas con nuestros abusadores y tenemos que aprender de docentes misóginos. No me pidan templanza, no me pidan comprensión cuando no hay comprensión hacia la mamá que después de once años

sigue buscando a su hija. No hay empatía con la mujer que todas las noches tiene pesadillas sobre la noche que abusaron de ella. No hay entendimiento hacia la mujer que se manifiesta porque quiere ganar lo mismo que su colega hombre. No me pidan paciencia para explicar la masculinidad tóxica que muchos mantienen, no me pidan comprensión cuando su masculinidad ya golpeó las emociones de una mujer a partir del gaslighting. Escribo con dulzura hacia todas las mujeres que seguimos resistiendo. A las mujeres que nos levantamos todos los días para ir a un trabajo en donde nuestro jefe nos acosa. A las mujeres que tomamos las calles y las paredes para recordar a nuestras muertas. A todas las amigas que nos cuidamos entre nosotras hasta de la policía. A todas las mujeres que seguimos aprendiendo cómo deconstruirnos para dejar de repetir conductas que nos dañen como un grupo que ha sido y sigue siendo vulnerado. A todas las mujeres que seguimos existiendo y a todas las que ya no están porque alguien decidió que su existencia no valía lo suficiente. Con rabia hacia el Estado por la impunidad y templanza hacia el violador y feminicida. Las mujeres no perdonamos, ni olvidamos.

María Fernanda Valeiras Muradás

Estudio la Licenciatura en Relaciones Internacionales y soy miembro del Programa de Honores de la Universidad de las Américas, Puebla.

FOTOGRAFÍA: MARINA DAOWZ


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Del Génesis a la violencia obstétrica

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¿Dónde empieza su recorrido la violencia? ¿En qué punto de la historia se decidió que éramos nosotras las que teníamos que ser silenciadas y condenadas a la sumisión? A la mujer dijo: “En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto. Con dolor darás a luz a tus hijos y tu deseo será para tu marido y él tendrá dominio sobre ti”. Génesis 3:16

l presente texto se enfoca en la forma en que el dolor durante el parto fue institucionalizado como un pilar del yugo religioso y patriarcal sobre las mujeres y, su evolución hasta la violencia obstétrica ejercida por el personal médico, que desvirtúa las ventajas de los partos humanizados realizados por mujeres parteras.

Después cimentaron las bases de la ciencia y la medicina, sobre los pilares androcéntricos del conocimiento, que nosotras (según la biblia), les instamos a probar. Y entonces la violencia también se convirtió en invisibilización.

Y nuestra penitencia, consistió en no otra, que en sufrimiento y sumisión; sufrimiento en el parto y sumisión en todos los otros aspectos de nuestras vidas. Y ellos, los hombres, se lo tomaron muy a pecho, siguieron al pie de la letra cada una de las palabras de la biblia, y por siglos, no solo nos sometieron, sino que también nos explotaron y utilizaron para su beneficio, sosteniendo su lógica patriarcal en las dos líneas del génesis.

¿Cuántas mujeres no hemos experimentado el castigo de Eva en nuestra propia cuerpa? ¿cuántas madres, hemos parido en el dolor y el sufrimiento? y no porque esto sea propio de nuestra “naturaleza femenina”, sino por las prácticas violentas de quienes asisten los partos y se configuran a partir de la lógica de que sufrir en el parto, es natural.

Así pasaron los años y los siglos, construyendo una sociedad misógina que nos castiga, y se siente con derecho divino a hacerlo; porque el sufrimiento es Nuestro texto se remonta a ese pasado bíblico parte de nuestro castigo; ese sufrimiento que su donde nos atrevimos a probar una manzana, la del ciencia solo ha logrado mitigar con anestesias e árbol prohibido, y entonces accedimos a un intervenciones quirúrgicas obligadas, en lugar de conocimiento que estaba reservado solo para un entender el proceso corporal y espiritual de las hombre poderoso; a partir de ahí fuimos castigadas. mujeres al parir.

En función de esta construcción religiosa y patriarcal, es como la ciencia médica se ha referido


22 LAS LIBRES EJE SOCIAL a nosotras, en la teoría y en la práctica. En la teoría, aludiendo a sus saberes científicos para explicar el proceso del embarazo, como un compilado de episodios que culminan en el parto. Y en la práctica, al mantenernos ajenas a la información sobre los procedimientos médicos y sus implicaciones en nuestra salud.

intentado utilizar la condición de precariedad de muchas mujeres como justificación a acciones tan deplorables como la esterilización involuntaria. Frases como “cállate ¿para qué abrías las piernas?, si gritas no te ponemos la epidural”, rememoran los momentos de muchas mujeres en una sala de parto; mientras el personal médico platica y hace bromas sobre los distintos casos que ahí se presentan.

En este contexto, donde se sienten poseedores de la ciencia y los únicos dotados de habilidades para la práctica médica, aparecen las distintas violencias que las mujeres padecemos, cuando llegamos a la sala de labor de un hospital. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, nos dice que la violencia ejercida por profesionales de la salud hacia las mujeres embarazadas, en labor de parto o puerperio, es reconocida como violencia obstétrica.

A pesar de todo este irrefutable mar de experiencias y pruebas de su violencia y negligencia, se aferran a decir que es ese el modo correcto, que es en hospitales y clínicas donde debemos seguir pariendo, para evitar nuestra muerte o la de nuestras hijas e hijos, invilibilizando nuevamente las diferentes opciones y alternativas a las que tenemos acceso.

Esta violencia que puede constar, entre otras representaciones, de prácticas innecesarias de cesárea, en obligarnos a parir acostadas o inmovilizadas, en negarnos la posibilidad de cargar y amamantar a nuestras crías apenas nacen, en no atender las emergencias obstétricas.

La violencia obstétrica no nace en una sala de labor, sino que viene desde nuestra socialización hacia esa perturbadora cita bíblica que nos condena al dolor, como preludio de tener a nuestra cría en brazos; la violencia nace cuando nos condicionan a citas médicas de seguimiento donde nos empiezan a aleccionar sobre el modo en que debemos prepararnos para el parto.

Esta lista resulta escueta, para relatar las escalofriantes historias que muchas madres tenemos para contar en México, según la ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares) de 2016, entre 2011 y 2016 hubo 8.7 millones de mujeres que tuvieron al menos un parto, de las cuales, el 34.4% refirieron haber sufrido maltrato por parte de quienes las atendían, los cuales refieren como gritos, regaños, retrasos en la atención, ignorancia de la paciente, presión para aceptar métodos anticonceptivos o esterilización, obligación a colocarse en posiciones incómodas, ofensas, anestesia denegada y sometimiento al dolor injustificado, firma involuntaria de consentimientos o aislamiento de la o el bebé por más de cinco horas.

Nos dicen que no hagamos nada que no dicte la receta médica, que no acudamos a consejos y menos a los que pudieran decirnos nuestras madres y abuelas, nos dicen que eso es incorrecto, que la medicina tradicional solo son yerbas que no nos harán ningún bien. Entre líneas leemos que nos quieren alejar de la sabiduría de nuestras ancestras, porque antes la medicina no les pertenecía y quieren arrebatarnos esa relación que aún tenemos las mujeres con nuestras raíces.

En nuestro México feminicida, existe una profunda tradición de mujeres que ayudan a otras mujeres a parir, que las preparan para el parto desde una perspectiva más espiritual y, por ende, nos ofrecen partos más humanizados que los que podemos Numerosos han sido los cuestionamientos hacia el acceder en un hospital. personal médico señalado de cometer este tipo de acciones en contra de mujeres embarazadas y la Las parteras son mujeres que no solo entienden respuesta ha sido desde la total arrogancia, perfectamente el mandato patriarcal de dolor, sino aludiendo a ignorancia de quienes les señalan, que lo han vivido en carne propia, que no ven a las


LITERATURA EJE SOCIAL LAS LIBRES 23 mujeres embarazadas como un vehículo portador de vida, sino que las conciben como dadoras de vida, que respetan sus procesos de dolor y lo reivindican desde la fuerza del espíritu. En el mundo prehispánico, el nacimiento era un acontecimiento que no solo involucraba a la madre y a la partera, sino a toda la comunidad, por lo que apoyar en esta tarea era una encomienda sagrada; en el parto la mujer se convertía en guerrera al estar librando una batalla entre la vida y muerte, donde eran guiadas por una partera, quien proveía de compañía, té e infusiones herbales a la madre, a fin de que el proceso le fuera más llevadero. Hoy por hoy, existen escuelas de parteras, y cientos de mujeres en nuestro país se dedican a esta labor, ya sea de manera profesional o tradicional y ofrecen a las mujeres embarazadas una alternativa a un parto más humanizado, donde su voz será escuchada, donde no serán objeto de crítica, ni se les silenciará por sentir dolor. Sin embargo, las instituciones médicas dedican líneas en sus oficios y pronunciamientos para demeritar el trabajo de estas mujeres, para poder continuar con su hegemonía sobre la ciencia médica proveniente de laboratorios y probetas, en lugar de voltear la mira hacia las prácticas de estas mujeres y poder obtener de ellas, sino conocimiento médico, por lo menos conciencia, de que el dolor no es solo una respuesta corporal al parto, sino que nuestro dolor al parir también necesita ser expresado, abrazado y comprendido. No pretendo decir que todas debemos acudir a una partera en lugar de a un hospital, pero sí afirmo que necesitamos urgentemente otras formas de parir, necesitamos personal médico capacitado no solo en la práctica médica, sino también en la empatía y el respeto al dolor de las mujeres y, sobre todo, afirmo enfáticamente que las parteras merecen reconocimiento a su labor y trabajo, que deberían tener cabida en las salas de hospitales para poder brindarnos a las mujeres, la compañía y respeto que necesitamos al momento del alumbramiento.

Nallely González Mujer y madre feminista. Periodista y literata con enfoque crítico y de género. Batuquera y activista que prioriza siempre a las mujeres.


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Nada cambió en Colombia para las mujeres Sol Tobia: Integrante de Pibas x la abolición, Argentina. Activista feminista.

Imagen por: https://co.boell.org/es/feminismos


26 LAS LIBRES EJE SOCIAL Entrevista con Alejandra, vocera de la Corporación Mujer Denuncia y Muévete Desde el inicio del Paro Nacional en Colombia, en respuesta al intento de reforma tributaria por parte del gobierno de Iván Duque, miembros de organizaciones sociales y usuarios de internet en general denunciaron que miles de casos de violencia institucional y violaciones de los derechos humanos habían tenido lugar desde el 28 de abril, entre los que se cuentan agresiones físicas, detenciones arbitrarias, desapariciones, asesinatos y episodios de violencia sexual. El 21 de mayo la defensoría del pueblo comunicó haber recibido 23 reportes de violencia sexual en el marco de la protesta.

descreimiento. Siguiendo las palabras de Alejandra, la cuestión de la empatía completa la visión del problema: las violaciones cometidas contra las mujeres son tomadas, sin más, como pormenores necesarios en el marco del paro e incluso como inventos porque “en materia de violencia sexual nadie empatiza con las víctimas”. Alison

Hace algo más de un mes, una joven menor de edad fue abordada por un grupo de oficiales de la Policía Metropolitana de Colombia en Popayán mientras se dirigía hacia la casa de un amigo. Los policías la detuvieron, la arrastraron por el piso y abusaron sexualmente de ella. Al poco tiempo, concretamente Alejandra, vocera de una organización feminista el 12 de mayo, la secretaría de la mujer de la Alcaldía ubicada en el departamento de Norte de Santander, de Popayán emitía un comunicado de prensa atribuye los casos de violencia sexual a la aséptico “lamentando” la muerte de “la adolescente institucionalización y el arraigo de toda una cultura que atentó contra su vida” aquel día en la ciudad. de la violación: “desde nuestra organización recibimos constantemente denuncias de violencia “Esto no fue un suicidio”, sentenció Alejandra. “Esto sexual de parte de hijas, esposas o familiares de fue un femicidio inducido por el Estado, literal. Y miembros de la fuerza pública”. Según ella denuncia, esa niña ya quedó en el olvido, ya no existe. O sea, la normalización de la violencia sexual contra las las mujeres son violables (...) acá ese es el decir, mujeres puede leerse explícitamente en las propias muchas mujeres no salen a las protestas porque ‘te declaraciones de las autoridades policiales, quienes, van a violar’, ¿y a quién vas? A nadie, porque para en el marco del paro, han dicho que las denuncias eso una sale. Entonces la mujer dice, oiga, salir a de las mujeres son inventos, que ellas “siempre marchar es sinónimo de que me violen o me maten, ‘tienen esas mañas de hacer quedar mal a los entonces mejor no marcho, y que salgan solo los hombres’; que eso que les pasó fue una requisa, que hombres. Pero los hombres, a lo que van a salir, es a ‘cómo vienen a decir que les metieron los dedos en luchar por sus derechos, que no vamos a gozar las el ano’, porque ésos son los casos que hemos mujeres”. recibido”. Colombia parece demostrar que la justicia es solo una falsa promesa para nosotras las mujeres, A pesar de todo, unas cuantas mujeres salieron a y esto tiene que ver con tres cuestiones remarcadas las calles colombianas durante el Paro Nacional. Lo por Alejandra: la ya mencionada naturalización de que sucede es que quienes se sientan en las mesas la violencia misógina, la eterna insuficiencia del de negociaciones, quienes se postulan para las testimonio de las víctimas y la falta de empatía para elecciones e incluso quienes se embanderan con con las mujeres agredidas sexualmente: una causa justa para sus públicos de redes sociales suelen rescatar de nuestra presencia todo cuanto “No nos cuadra que se piense que un paro puede sirva a su propia imagen, al tiempo que se aseguran desatar violencia sexual porque supuestamente de que la situación estructural de opresión, ‘así funcionan los paros’ o la guerra; que en conflicto explotación y violencia sexual sistemática que armado lo más obvio sea que las mujeres terminen padecemos se mantenga cajoneada, irrelevante y, violadas, con hijos producto de embarazos sobre todo, invisible. forzados”. A esto se añade que los testimonios de las víctimas suelen ser directamente objeto de


EJE SOCIAL LAS LIBRES 27 Si, como dice Alejandra, “las mujeres hemos hecho una presencia en las marchas, enfrentando a este agresor que es el Estado”, ¿por qué las violaciones, los femicidios y la explotación continúan? ¿Por qué esa violencia de base se exacerba en el marco de la represión durante las manifestaciones, y aún así el tema no es ni de lejos una de las demandas principales?

aprovecharon la ocasión para promover la reglamentación de la prostitución útil a los intereses del proxenetismo), en un contexto en que “las víctimas de abuso sexual se han escondido, todo se vuelve en su contra, la culpa recae en ellas, nadie las escucha, la familia empieza todo ese proceso de señalamientos, se dice que ella ‘le destruyó la vida a un pobre hombre, héroe de la patria que estaba sirviendo”. La misoginia, explica, está demasiado “Muchas veces a las mujeres se nos abre el espacio arraigada, incluso entre muchas mujeres. “¿Por qué para tener unas intervenciones o hacer ver que tenemos que esperar que nos pase a nosotras, o a estamos posicionándonos, pero todo esto se vuelve alguien muy cercano? ¿Por qué no simplemente nos un circo: ‘mostrémosle a la sociedad que las mujeres duele el hecho de que [sea] cualquier mujer?” están ganando espacios, que están organizadas’; pero en la realidad no pasa nada. Es solamente un Ni la clase gobernante ni la clase trabajadora show mediático para que los hombres se organicen cooptada por los intereses patriarcales de los entre ellos. Eso lo descubrimos después”, explica hombres van a escuchar a las mujeres abusadas, Alejandra. Cuando servimos para sumar votos “sí violadas y traficadas de antes y de ahora en somos sujetas de derecho. Pero cuando ponemos Colombia. Los revolucionarios contra la opresión las cartas sobre la mesa, sobre la realidad que de clase parecen perder todo su interés estamos viviendo, entonces ya no. Ya somos unas transformador cuando las mujeres van más allá y histéricas, unas locas. Hay organizaciones que se ponen en cuestión la opresión sexual: “Las mujeres han denominado feministas, y son reconocidas tienen mucho que contar, pero tienen miedo, como organizaciones de mujeres, pero tampoco porque este paro ha dejado una fractura y es que a responden a las problemáticas que estamos la que habla la callan, entonces no hay garantías. Y viviendo. Entonces se vuelven, dicho vulgarmente, si ella pone la cara o da información… a una el comité de aplausos de los hombres”. compañera de nosotras la amenazaron”. Alejandra vive en zona fronteriza. “Tenemos unas problemáticas específicas que son migración, trata, explotación en el marco de la prostitución, narcotráfico (...) el narcotráfico va muy ligado con el consumo de los cuerpos de las mujeres”, igual que el conflicto armado. Pero nada de eso parece ser prioritario. Al parecer, la problemática del exterminio de las mujeres siempre puede esperar un poco más. “Las mujeres tienen mucho que contar, pero tienen miedo” Habiendo afirmado que políticos y políticas sólo se acercan a las mujeres “para la foto” de campaña electoral, Alejandra pone el foco, finalmente, en las propias mujeres en un sentido colectivo. Señala, puntualmente, la falta absoluta de respaldo por parte de las principales organizaciones autodenominadas feministas (muchas de las cuales Fotografía por. Andrea Leyva

Finalmente, Alejandra concluye con una apuesta: “tenemos que empezar a buscar esas organizaciones de base, pequeñitas, que realmente lo sientan y empiecen a sumar y construir, y en algún momento organizarnos y decir, oiga, esto no puede seguir pasando”.


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Violencia Obstétrica

En la recomendación general No. 31/2017 que ha emitido la CNDH, (CNDH, 2017) derivadas de algunas de estas quejas, ha ubicado a la violencia obstétrica como una manifestación de violencia contra las mujeres que incluye la violación a diversos Derechos Humanos como:

1. Es una forma de violencia ejercida por el profesional de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres. 2. Es un problema que no puede reducirse a una cuestión de “calidad en la atención médica”, o a las difíciles condiciones en las que labora el personal de las instituciones de salud, o a un problema de formación en la ética del personal médico.

-derecho a la vida, -derecho a la integridad personal, -derecho a la igualdad y no discriminación, - derecho a la libertad y la autonomía reproductiva, Constituye una violación a los derechos humanos, -derecho a la información y al libre consentimiento, por ser una forma de violencia de género contra las -derecho a la protección de la salud mujeres y por atentar contra su derecho a vivir una vida libre de violencia. La violencia obstétrica presenta una grave violación a los derechos humanos de las mujeres. Para su 1. 22.4 por ciento de nuestras encuestadas tuvieron prevención y erradicación es urgente fortalecer el parto en una institución pública y les realizaron la marco normativo federal y diseñar y poner en episiotomía. práctica una política pública de prevención de violaciones a los derechos humanos con un enfoque 2. De ese 22.4 por ciento, 16 por ciento recibió la de género, intercultural y presupuesto público episiotomía no sugerida por estudios médicos y que suficientes. Este enfoque es primordial, para ocasiona lesiones permanentes en las mujeres y 81 disminuir la muerte materna en la población por ciento no dio su consentimiento directamente indígena; sobre todo, para garantizar a todas las para recibir este procedimiento. mujeres el ejercicio pleno de su ciudadanía y una vida libre de violencia. 3. De una muestra de 306 mujeres, 19.3% tuvieron un parto en una institución pública y recibieron En resumen, de acuerdo con la violencia obstétrica: gritos o regaños en su trato con el personal médico. 4. De ese 19.3%, el 51% además escuchó cosas ofensivas o humillantes (“¿así gritabas cuándo te lo


30 LAS LIBRES EJE SOCIAL hicieron?” o “cuándo se lo hicieron, ahí sí abrió las E.Realización de exámenes vaginales durante el piernas ¿no?”) parto, sin respeto a la intimidad y a la confidencialidad de la mujer. 5. De ese 19.3%, el 68% también fue ignorada cuándo preguntó acerca de su parto o pidió F. La práctica de la episiotomía y la sutura posterior información acerca de su bebé. al parto, sin consentimiento informado y sin anestesia. Después de la aplicación de la episiotomía, 6. De ese 19.3%, 42% de las mujeres refieren un la aplicación de más puntos de los necesarios. retraso en su atención médica, debido a que se G. El uso excesivo, injustificado y sin consentimiento quejaron o gritaron en algún punto de su parto. informado de la práctica de la cesárea. 7. De una encuesta de 308 mujeres, el 53% de las mujeres tuvo un parto por cesárea, aun cuando los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%.

H.Una medicalización excesiva durante el parto. I.Manipulación de la información y negación al tratamiento, sin referir a otros servicios para recibir asistencia oportuna.

8. De este 53%, el 44% de las cesáreas J. Aplazamiento de atención médica urgente. ocurrieron en una institución pública, 53% en una clínica privada y el 3% no especificó. K. Indiferencia frente a las solicitudes o reclamos de la mujer. 9. Del número de cesáreas en instituciones públicas, el 24% de las mujeres no dieron su Referencias consentimiento. CNDH. (2017). SOBRE LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA EN EL. MÉXICO: CNDH MÉXICO. 10. Del número de cesáreas en instituciones privadas, el 13% de las mujeres no dieron su consentimiento. La violencia obstétrica puede manifestarse, entre otras, a través de las siguientes conductas: A. La esterilización forzada y sin consentimiento informado. B. Negar la autonomía y capacidad de decidir de las mujeres, incluida la posibilidad de elegir su posición de parto o el lugar donde prefiere parir. C.Burlas, reproches, insultos, gritos, amenazas por parte del personal de salud. D.Prácticas humillantes, agresiones verbales y observaciones sexistas durante la atención del parto. Artículo de nomasviolenciaobstetrica@gmail.com


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Una poeta silenciada por la historia “Hoy no ha pasado nada” de Margarita Paz Paredes Margarita Camacho Baquedano, también conocida como Margarita Paz Paredes, fue poeta, profesora y periodista mexicana que colaboró no solo en la literatura, sino en la docencia y la producción hemerográfica. Su obra no ha sido reconocida ni estudiada con amplitud a pesar de las preocupaciones políticas que ya reflejaban sus obras, rasgo que también manifestaron otras poetas coetáneas a ella, como “Pita” Amor y Rosario Castellanos, con las que también había conformado un grupo de escritoras. Sin embargo, aunque ellas escribían sobre sus conflictos sobre el entorno en el que vivían, otros grupos como los contemporáneos, conformado en su mayoría por escritores, encabezaban otras polémicas por su interés de renovación artística cultural. Asimismo, los escritores de “la onda” ya comenzaban a problematizar el contexto político caracterizado por la represión y la violencia en torno a varios sucesos históricos que ocurrieron en el país.

Por: Arely Pantoja

Como un ejemplo de esto, Margarita Paz Paredes escribió “Hoy no ha pasado nada” en 1971 y está incluido en el libro Memorias de hospital, publicado en 1983. En este poema, como en muchos otros que escribió, la voz poética manifiesta un profundo compromiso político y social. hace algo similar a un reclamo, o una protesta, en la que alude directamente a la ciudad y a quienes habitan en ella, por dos grandes razones: las muertes e injusticias que tuvieron lugar en junio de 1971, cuando el grupo paramilitar conocido como “los halcones” abrió fuego contra estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional que habían salido a protestar, ese 10 de junio, en favor de la huelga que sostenía la Universidad Autónoma de Nuevo León; a este suceso se le llama “Matanza del Jueves de Corpus” o “El halconazo”. No es coincidencia que la poeta haga referencia a un hecho histórico apenas 3 años después de la masacre de Tlatelolco, que


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aún ahora sigue sin ser esclarecida y sin haber aspecto, resulta interesante hacer una encontrado responsables. revalorización y acercamiento a las preocupaciones políticas que cada vez se hacen más presentes, pero Aunque la única referencia explícita que Margarita con una fuerte mirada al pasado, hace falta Paz hace al suceso es la firma: “México, 10 de junio preguntarse ¿por qué se considera que el de 1971” (Ballester s/p), el que esté incluido en compromiso político en el arte es cosa reciente? Memorias de hospital, podría tener relación con que, durante esta masacre iniciada en Avenida de Así pues, aunque no alude directamente al los Maestros en la Ciudad de México, luego de la sentimiento de la indiferencia, contrastar una persecución “hombres armados intimidaron en las ciudad apacible con un lugar donde también “quede salas de urgencia de los hospitales a médicos y la escoria lejos, el hambre, la miseria/ y la verdad enfermeras: no debían atender a los marchistas que hiere y que perturba”, llama directamente a que heridos. El objetivo no era disolver la manifestación quienes son receptores de sus obras, que también era matar.” (CNDH México s/p). hablan sobre política, a no dejar de lado que la idea de “progreso” y “modernidad” es más bien una Sobre esa línea, la poeta apela a figuras retóricas de fantasía ilusoria en la que quienes están en oxímoron como una forma de expresar lo irónico desventaja, en otras palabras “El aumento de la del suceso; así pues, describe imágenes como: desigualdad casi nunca se considera señal de un “cristales de roca”, “oxidado grito”, “lienzo problema que no sea estrictamente económico” desgarrado”, que bien se parecen al suceso ya (Bauman 10). De este modo, se puede comprender mencionado. Aunque la voz poética habla de una que a Margarita Paz “le molestaba de singular aparente tranquilidad y calma, subraya más bien la manera […] la indiferencia, el aletargamiento, la indiferencia con la que se trató el suceso y a renuencia de las personas ante la mala situación propósito retoma varias veces la idea inicial que ya política que imperaba en el país” (Arroyo 119). A se plantea desde el título “Hoy no ha pasado nada” y esto se debe que sea considerada como una de las versos más adelante escribe: “¡Todo está en paz!” pocas poetas que escribían con un profundo (8) En la ciudad nada sucede/ ¡Ah, sí! Tal vez lo compromiso social y político, aunque fuera de su acostumbrado”, son la repetición de esta idea que, tiempo. La pasividad de los mexicanos, durante todo el poema hace hincapié en que las especialmente los de la capital, ante un hecho tan tragedias, que ya se gestaban con la represión del trágico como “el halconazo”, donde “el hambre, la gobierno desde la década de 1960, pasan marginación, la pobreza eran tópicos que imperaban inadvertidas, y por demás ignoradas. en su época.” (Arroyo 119). De ahí que Margarita Paz también escriba: “Una estatua a la paz, otra a la libertad y a la justicia” (8), como aludiendo a que todas esas “virtudes” que corresponden a las garantías que debe dar cualquier gobierno a sus regidos. Aunque las instituciones gubernamentales fueron iniciadores y perpetradores de estas masacres, la poeta también destaca que aunque haya habitantes que padecen hambre y pobreza, la violencia que predomina tanto sobre las vidas de sus gobernados, “en términos generales y lógicos está marcado por el hecho de que los efectos resultaron ser […] más poderosos que sus causas” (Ryklin 111). En este


TESTIMONIO

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Nombrar la violencia ANONIMO

N

ombrar la violencia no es un proceso sencillo. Las mujeres vamos interiorizando, erróneamente, que el espacio público no nos pertenece y que no merecemos la libertad para disfrutar de nuestra vida desde el esparcimiento. En consecuencia, cuando vivimos un hecho de violencia, nos culpamos; nos culpamos injustamente porque nos han hecho creer que es consecuencia de nuestras decisiones y pocas veces se cuestiona la otra parte de la historia. El lunes 30 de agosto de 2010 mi decisión fue salir corriendo del trabajo para llegar a casa y alcanzar a despedirme de mi hermano que vive en otro estado; eran entre las 10 y 10:30 de la noche. No logré despedirme, alguien decidió que no debía llegar a tiempo a mi casa. Las mujeres disfrutamos la vida, las relaciones, las amistades, las experiencias ¡amamos vivir! Mirando hacia atrás, pienso que viví muchas cosas maravillosas que me han traído hasta donde estoy y de las cuales me he nutrido para ir mejorando; ahora soy más fiel a mí misma, por ejemplo. Antes de mi desafortunada experiencia vivía libre. Pero todo cambió. Alguien decidió que debía vivir con miedo. Subí a un taxi para ir a mi casa. Veinte minutos después, al intentar bajar, dos hombres se acercaron a las puertas del automóvil y uno de ellos me impidió bajar; me empujó hacia el otro extremo. “¡Arráncate chofer!”, dijo el que iba sentado a mi lado. Asumí rápidamente lo que estaba pasando y respiré profundamente muchas veces. No recuerdo a detalle todo lo que dijo, pero me interrogó respecto a mi familia y trabajo. Tuve la facilidad para falsear toda la información que me pidió. Me preguntó sobre la caja en forma de cámara fotográfica que llevaba “es mi cumpleaños”, le dije. En todo el trayecto, él me ordenaba que mantuviera los ojos cerrados, pero aún con algunas lágrimas encima, los mantuve un poquito abiertos, así que


34 LAS LIBRES TESTIMONIO pude mirar un poco de sus movimientos y trataba de identificar por dónde circulaba el taxi. Abrieron mi bolsa y sacaron todo. Me pidió el NIP de la tarjeta de débito; pensé en darle uno equivocado, pero no me arriesgué. Me preocupó que le tomaran una fotografía a mi identificación oficial. Al final fue lo menos preocupante. Comenzó la peor parte. Subieron mi blusa para tocarme los senos. Quería gritar, quería llorar con más ganas, pero no pude. Me bajó el pantalón y los calzones para que el tipo que iba sentado al lado del conductor me tomara una fotografía. La vergüenza cayó sobre mí como un muro; se adentró y me jodió por muchos años. Estaba segura de que me violarían. “No me hagas daño por favor, estoy embarazada”, fue lo único que se me ocurrió decir para que no me lastimaran: “eres una puta, ¿no qué no tenías novio?” “Los valientes están en la tumba, chofer”. Intuyo que el chofer hizo algo para llamar la atención, aunque meses después pensé que él había estado involucrado, pero no tuve pruebas. Abrí los ojos y ubiqué dónde estábamos. No me sentí tan lejos, creí que podría regresar a casa. Abrir los ojos fue mi segunda mala decisión del día. El hombre que iba sentado a mi lado jaloneó mi cabello y, encañonándome con una pistola, bajó mi cabeza hacia sus piernas. “Te dije que cerraras los ojos, pendeja”. Vi su esclava en la muñeca derecha. Por mucho tiempo el olor de su loción lo tuve impregnado. Bajó el cierre de su pantalón. La descripción de ese momento está de sobra. “Si vomitas, te mato”. Me salieron las lágrimas y me quedé sin voz. Era tanto mi asco que pensé que no bajaría del taxi por mi propia cuenta. Él nunca sabrá que me jodió la vida. Se detuvieron en una esquina. “Toma tu bolsa. Camina sin voltear porque te disparo y vales madres”. Bajé y sentí el piso. Estaba de pie. Sentía el peso de mi cuerpo así que estaba viva. Caminé, aunque sentía que flotaba. Grité, aunque nadie me escuchó. Llegué a la otra esquina y había una señora que vendía comida. Me derrumbé y grité para que todas las personas me escucharan, en cada grito se me iba el alma, los sueños, la vida; el dolor era muy

grande. Me sentaron en un banco y me dieron un bolillo. Ojalá también ayudara para aliviar ese dolor que vivimos las mujeres cuando nos destruyen la vida. La segunda decisión de mis agresores fue dejarme el chip de mi teléfono y 50 pesos. Un chico tomó mi chip y usó su celular para llamarle a mi mamá: “no está en casa”, les dije. Me preguntaron a quién le llamaban. No recuerdo si antes de llamarle a mi hermano le llamé a alguien más. No sé cuánto tiempo pasó, pero llegó mi hermano y me subí al carro; no recuerdo si seguía llorando o si estaba en shock; tampoco recuerdo si ese mismo día fui al médico para una valoración, sobre todo psicológica, porque claro, a mí no me pasó nada grave comparado con otras historias. Días después presenté mi denuncia ante la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, aunque fui a un careo, jamás dieron con mis agresores y tampoco podría reconocerlos. Lo único que deseo es que jamás vuelvan a vivir en paz. Alrededor de mi desafortunada experiencia se suscitaron muchas cosas que nunca comprendí: había una camioneta con vidrios rotos en mi calle esa misma noche, recibí correos electrónicos posteriores al suceso burlándose de lo que me pasó y mi expareja se burló de mí cuando le pedí ayuda. Estaba sola y profundamente triste. Mi mamá y mi abuela no estaban en México, y mi tío y mi hermano no tuvieron las herramientas para brindarme la ayuda que creo necesité en ese momento. Hicieron lo que pudieron. Pasaron, creo, siete días para que pudiera salir de mi casa e ir a trabajar, 365 días para que pudiera abordar un taxi en compañía de alguien y diez años para que pudiera contar a detalle esta historia. Hace poco más de un año, mi amiga y maestra R.R.S. me escuchó atenta a lo que decía, me entendió y estoy segura de que me abrazó con muchas fuerzas. Lloró conmigo. Qué ironía, íbamos en un Uber. Un par de semanas después del suceso estaba en el trabajo y sonó mi teléfono: “¿cómo estás?” Era mi mamá, había regresado. Comenzó a llorar: “tu hermano me contó lo que pasó”. En lugar de llorar, me enojé mucho. ¿Con qué derecho se atrevió a narrar algo que me correspondía a mí? Mi hermano tomó la decisión de robarme esa oportunidad, la de


TESTIMONIO poder mirar a mi mamá a los ojos y decirle cuánto la amo y que por su existencia estaba viva. Ninguna persona, menos un hombre, podrá comprender lo que las mujeres vivimos. Nuestro sexo no es ningún privilegio. No pueden, no deben hablar por nosotras. Viví pensando todo este tiempo que lo que me había sucedido no había sido nada. Pensé en todas las mujeres que sí habían sido agredidas sexualmente o que no volvían a casa. “Por favor, no seas exagerada” me decía a mí misma. Jamás le puse nombre a lo que viví, hasta hoy. Hasta hoy asumo que lo que viví fue violencia sexual; reconozco que mi desafortunada experiencia tuvo consecuencias en mi persona y en mis relaciones personales. Me volví insegura de mi sexualidad y de mi cuerpo por la vergüenza que cargaba, y aunque no es fácil liberarse de ello, el feminismo y las mujeres me han dado esa oportunidad para intentarlo. Las mujeres necesitamos construir redes de acompañamiento; ya lo dice mi querida amiga y maestra Y.C.G.M: “las redes de mujeres salvan vidas”. Este 30 de agosto se cumplen once años de ese momento que resultó ser traumático, doloroso y, sobre todo, un momento crucial que afectó considerablemente mi estabilidad emocional, sentimental y, por supuesto, sexual. Mi cumpleaños caerá una vez más en lunes. Afortunadamente estaré muy lejos, con mis pies en la arena y probablemente llorando de alegría porque el mar se llevará ese miedo de volver a llegar a casa en lunes, el mero día de mi cumpleaños. Gracias, mamá, porque desde la lejanía fuiste el principal motivo para vivir, regresaste y jamás me soltaste. Gracias P.V.H.R. y A.R.S. por haber estado en esos momentos, por su amistad y abrazarme tanto para quitarme un poquito de miedo. Gracias a las personas que estuvieron allí y que no puedo recordar; aunque no fueron muchas, estuvieron las que debían estar. No soy valiente al escribir este texto, mucho menos por haber vivido lo narrado, solo busco que, si estas líneas llegan a ti y has vivido violencia sexual, debes saber algo: no estás sola, algún día el miedo cambiará de bando. Mientras llega ese momento, nombremos nuestras experiencias, dejemos de pensar que fue nuestra culpa y abracemos los miedos para poder vivir en libertad.

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HAY QUE VER Dumplin Dirigida por: Anne Fletcher Plataforma:Netflix Lost Girls v Dirigida por: Liz Garbus Plataforma:NETFLIX Decidida a encontrar a su hija desaparecida, una mujer desesperada inicia una investigación personal que lleva a la policía a los casos no resueltos de trabajadoras sexuales asesinadas.

Una joven obesa, hija de una antigua reina de la belleza, se inscribe en un concurso de belleza como forma de protesta. Cuando otras chicas empiezan a imitarla, las muchachas revolucionan la apacible rutina de su pequeño pueblo texano. y que han dejado una impronta importante en el lugar.

TIK TOK

“La Herencia de las Ausentes Creada por Katerina Anfossi y Andrea Alvarado. Plataforma:Youtube Premio Nacional por la Igualdad y Equidad de Género Ängela Acuña Braun 2014-2016. Este documental investigativo producido por Radio Internacional Feminista narra la historia del paradigmático caso de Campo Algodonero en Ciudad Juárez, México, donde en el 2001 fueron encontrados los cuerpos de 8 jóvenes mujeres brutalmente asesinadas y torturadas

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