Mayo 2007
Año 1, No. 4
JURAMENTO
Lo juro, nunca me acosté con él. Siempre hicimos el amor de pie.
René Avilés Fabila EDÍPICO
Cuando la madre de Edipo murió, éste optó por casarse con su abuela.
René Avilés Fabila NOVIA
Desde que le implanté sentimientos, sueños
y pecados, mi novia robot nunca fue la misma. Terminó abandonándome por un automóvil eléctrico del año que entre nubes la pasea. Luis Alfredo Gastélum INTERMITENCIAS
Leyó la breve nota en el periódico y levantó
la vista. Grandes espejos después de la lluvia, sobre las baldosas; ramajes, vidas como lágrimas. Aún relámpagos. Alfonso René Gutiérrez ESCRITOR EN FORMACIÓN
La hoja sigue en blanco. Karina Uribe
LA MORENA
Desde un rojo reservado del bar, entre noctámbulos conocidos, veo a la Morena que ha vuelto a servir tras la barra. Con la quietud del espejo nos observa; domina las hojas de la puerta, las mesas, los pasillos, las caras. Oye sin oír; su voz, tintineo de vasos y botellas, abre de golpe la caja registradora. Como el espejo, mira sin recordar.
Víctor Soto Ferrel
SIN TÍTULO
Nació aquel hombre junto a su sombra, ambos de parto natural. Crecieron como el hermano y la hermana que viven desapercibidos el uno del otro, pero al paso del tiempo se volvió notable el cariño que de ellos brotaba: de jóvenes se les veía jugar sin descanso a las escondidas. Él se ocultaba detrás de ella y ella hacía lo mismo. Por la tarde llegaban cansados, como arrastrándose. Algunos dicen de ellos que no se despegan en días enteros y otros aseguran que hay noches en que no se pueden ni mirar. Yo -en verdad- no sé si sean felices pero los he visto pasear alegres, tomados del pie.
Mario Araujo
LA PRINCESA Y EL SOL
Para la princesa, todos en el reino eran gira-
soles. Para todos en el reino, la princesa era el sol. Ella los iluminaba; ellos la seguían. Todos vivían felices. El reino se dio cuenta que el sol debía estar en el cielo y construyeron un hogar especial para ella. La princesa entendió que la encerraron porque iban a quemarse si permanecían cerca del sol. El reino entero se marchitó. Karina Uribe
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EL FANTASMA DICE
-Hay versos que quisieran desaparecer, pero nadie los ha escrito todavía.
Jhonnatan Curiel ESTAFANDO POLICÍAS Y LADRONES
Muerto de hambre y con cuentas que pagar,
llegó a la estación de policía decidido a levantar una denuncia. Declaró que la noche pasada, un oficial, aprovechándose de su estado de embriaguez y de su piel blanca, le bajó doscientos dólares. Le solicitaron identificar al agresor y señaló al gendarme que se encontraba contando algunos billetes. El Juez lo hizo pasar. Sólo bastó decirle que regresara el dinero para que el asunto se diera por olvidado en la comandancia. Pero él juró nunca olvidar el suceso. Cuando la necesidad llama, va y desfalca a cualquier policía que tenga cara de corrupto. Porque si ellos pueden, piensa, ¿por qué yo no? Patricia Casián EXPLORANDO
El otro día fumé tanta hierba, que el andar
arriba dejó de ser una metáfora. Me convertí en humo y subí con el viento. Seguí el rumbo que la naturaleza me envió. Es verdad, desde las alturas todo se ve mejor. Rosa Razo LLANTO DE CIRCE
Esperó incansable hasta el fin de los tiempos
mortales, maquillada y vestida con adornos coralinos. Siguió esperando hasta que el suyo fue inevitable, lamentándolo entre llantos y maldiciones, porque Homero jamás fue profeta sino maestro de la ficción. Rafael Zamudio 3
PRÍNCIPE AZUL
Había una vez, en un reino lejano, una donce-
lla que buscaba a su príncipe azul. Para lograrlo empezó a besar sapos al por mayor, sin obtener resultado; pero el día que llegó el anhelado príncipe azul, ella lo besó y éste se convirtió en sapo. Luis Alfredo Gastélum
LA PALABRA INSUFICIENTE
El saludo no pudo ser más casual. Siguieron las
preguntas triviales, cotidianas, disfrazadas de importancia. Ella tenía prisa y se lo dijo, pero él la detuvo con la mano. Al sentir la fuerza que sujetaba su brazo, empezó a sentir un movimiento que crecía en su interior. Sabía que era importante esa detención, que sujetar a una mujer con tal coerción no era algo común. Accedió al momento. Esperó conocer el motivo de aquella escena. Él la miró de cerca, como nunca, sintiendo que respiraban al mismo tiempo. Ambos estaban a punto de estallar, de querer estar en el siguiente instante para saber lo que pasaría. Entonces de sus labios salió sólo una palabra, la cual, no fue suficiente para transformar ese momento, para explotar en pedazos, para cambiar el mundo. Josué Barrera
EL PAN DE CADA DÍA
Estoy por cumplir 36 horas sin dormir ni comer.
Son lujos que gracias a mi nuevo empleo ya no puedo disfrutar. Es sábado por la noche y mi novia Chío me exige que la lleve al pinche antro, y entre lo buena que está y las ganas que le tengo, no me niego. A fin de cuentas, el hambre y el sueño no es nada que un Red Bull y un Snickers no curen. Alonso Díaz � 4
PRIMER AMOR
En la azotea tus calzones ondeaban como ban-
dera y el sol quemaba en mi bragueta. Agachado, atrás del tanque de gas, te miraba echada en el suelo con tus tetas al aire como escultura prehispánica. Desesperado sacudía mi mano mientras mi espalda chocaba una y otra vez contra la pared. El olor a suavizante y cloro era nuestro testigo, me imaginaba que así olían los mismísimos ángeles. Mi cuerpo alcanzaba posiciones que ni en mis mejores remates con el equipo de la colonia. Me revolvía irregular como estación del metro en domingo a mediodía. La mano izquierda entraba al quite pasados quince minutos. El sudor bañaba mis ojos, en automático jalé algo del tendedero y me sequé la cara; desesperado aguantaba la voz. Mi corazón: ¡Qué bello es el amor! A tres segundos del triunfo, inexplicablemente, de mi garganta se escapó un jocoso y prolongado: ―¡Lupitaaaaaaaaa! Te encaramaste como una leona y acto seguido me jalaste de la oreja mientras decías no sé qué cosas, estuve tan cerca de tus senos que no pude evitar lamerlos furtivamente, a lo que tú respondiste con una tremenda cachetada. El siguiente viernes, a pesar de todo, te esperé escondido en el lugar de siempre. Faltaban tu olor y tus pechos, pero no el sol. Impaciente me acerqué a la orilla y desde ahí te vi subir a una camioneta amarrilla de mudanzas dejándome el corazón roto y llevándote mi primer amor entre tus bragas. Mavi Robles-Castillo
A 18 SEGUNDOS DEL AMANECER
Después de darse topes contra la pared, Marcelo le seguirá preguntando a la luna: “¿Por qué no te vi la sonrisa antes?”.
Rosa Razo
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SATISFACTION A José Agustín, a quién más..
Para José Agustín, dormir es morir, mínimo, ocho horas para despertar más vivo. Esta noche se recuesta pensando lo rápido que viaja el tiempo. También piensa en Par, su gran amigo: si hubiera sobrevivido su locura, habría gritado y saltado conmigo hace unas horas al compás de los aullidos de Mick Jagger y los requintos de Keith Richards en una de las primeras filas del Palacio de los Deportes. Un concierto genial: las piedrucas no pudieron haber estado mejor: fue impresionante la energía de Mick a pesar de exceder los sesenta. ¡Puta, cómo pasa el tiempo!, dice en voz alta. Margarita, que reposa a lado de él, pregunta ¿Qué dijiste? Nada, mi amor, contesta mientras la besa, la acaricia: si el piedra mayor puede seguir rockanroleando, ¿por qué yo no? Y comienza a hacerle el amor suavemente a su Margarita, como si fuera la última vez, mientras repasa su vida. Al final, en plena polución, parafrasea a los Stones: Tiiime is on my side, ¡yes it is! Pero Paul Simon se le rebela cantándole que las hojas que fueron verdes se vuelven café. Enciende un cigarrillo, lo devora, dice un Te Amo al oído de su esposa y, mientras cierra los ojos, piensa: ¡Ahora sí puedo dormir a gusto, carajo!
Néstor Robles DE PESCA CON LOS AMIGOS
Me convencieron dos amigos de la fábrica
para que fuera a pescar con ellos al lago. Hay que ir de madrugada, justo antes de salir el sol, cuando una neblina flota sobre el agua. Me dicen que entonces los peces suben a miles, me explican también la leyenda de un pez enorme y hambriento que habita bajo las aguas, y cuando ven mi cara de terror se burlan de mi credulidad. Me siento feliz en esta barca, pescando con ellos. Luego el golpe, ya está, los oigo y sé que no era una leyenda. Yo soy el cebo. Aquiles Heredia 6
TIEMPO
Dispondría de tiempo si tuviera un reloj en
mi muñeca, así sabría al menos de pronto si las campanadas de las 12 son de medio día. Pero no, debo sujetarme a la idea del sol, inclusive de la luna mediática entre mis noches de asfalto, en donde trituro zancudos con mis dedos que dan sombras a la pared. Ahora me dispongo a escuchar el tic tac que emana tu pecho para no olvidarme que existe un segundero. Lo he decidido, mañana te sacaré el corazón y lo llevaré conmigo, espero sea solar. Javier García APARICIÓN
Entre las calles corruptas y violentas de Tijua-
na, dudaba de visiones milagrosas hasta que vi tu prodigiosa y curvilínea imagen en el celular de un poeta. Alonso Díaz EL EXILIO DEL LEÓN
En este miserable e injusto mundo ni el león,
el rey de la selva, se libra de las tragedias. No fueron suficientes esos cientos de libras para detener el tiempo ni esa larga melena para conservar a su hembra cazadora ni ese gran rugido bastaría para alejar a la muerte, pues cuatro garras más jóvenes llegaron a exiliarlo al olvido. Así, decidió cruzar un cuarto de mundo y establecerse en Tijuana para probar suerte: A lo mejor conseguiría algunos bistecs en el crucero de la 5 y 10 después de ofrecer un espectáculo a media ciudad encolerizada por el tráfico y dormir debajo del puente compartiendo la caja de cartón con ese vagabundo sin nombre, rezando cada noche no morir encerrado en el zoológico privado de algún político. Ya no importaba lo que el destino deparara: Sin reino y sin amada, la vida no vale nada. Néstor Robles 7
Mayo 2007
Año 1, No. 4
DIRECTOR GENERAL Alonso Díaz SUBDIRECTOR EDITORIAL Luis Alfredo Gastélum CONSEJO EDITORIAL DISTRIBUCI�� Ó� N Alonso Díaz Néstor Robles Rosa Razo Luis Alfredo Gastélum C. I. Solórzano Rafael Zamudio EDITORES Rosa Razo Néstor Robles CORRECCIÓN DE ESTILO Rafael Zamudio DIRECTORA ADMINISTRATIVA C. I. Solórzano IDEA DE DISEÑO Octavio Machado VERSIÓN DIGITAL Néstor Robles
Revista Mensual Tijuana, Baja California, México Mayo 2007 Edición Digital Envía tus minificciones a: colaboraciones@revistamagin.com Visita: www.revistamagin.com