Sept. 2007
Año 1, No. 8
CRIMEN O SUICIDIO
Nos guste o no, Jesús –que sabía perfectamente su destino- optó por el suicidio.
René Avilés Fabila
INGMAR BERGMAN
Es sólo una luz que se extingue. Octavio Machado
FIESTAS PATRIÓTICAS
Un general revolucionario, en su discurso
triunfal ante su destacamento, proclamó: El país ha sido ganado por el pueblo y para el pueblo, la tierra por fin será de quien la trabaja y debemos dar gracias a los valientes que dieron su vida en esta noble y ardua tarea. Ahora a festejar nuestra nueva patria. ¡Que se arranque la música, que llueva el tequila y tráiganse unas viejas! Tan pronto dijo esto, su palabra fue tomada al pie de la letra, la música, el tequila y las putas no pararon hasta el amanecer, dejando un saldo de todo un pelotón de borrachos. Cuando el sol salía, los músicos interpretaron el Himno Nacional, y fue entonado con gran algarabía entre los presentes. Al terminar, y sin recordar el motivo de la celebración, sólo acertaron a gritar al unísono, ¡Viva México cabrones! Alonso Díaz
TIERRA VIRGEN
Colón por fin decidió partir, se subió en la Niña
y después del largo viaje desembarcó en la Pinta. Fue entonces cuando la Niña se hizo llamar María. Julián Lemus
RIÑA DE GATOS
Los conductores se ven en la necesidad de en-
cender las luces de sus vehículos debido a la improvisada aparición de una sombra total. En una calle solitaria frena el único automóvil que la circula, baja una persona, al parecer es para mirar qué sucede en el cielo, pero unos gritos agudos llaman más su atención: es una pelea de varios gatos. Uno de ellos se siente observado, olvida la riña y voltea hacia la persona que está parada a unos cuantos pasos; los otros hacen lo mismo, se aproximan. Ahora su fuerza de riña la enfocan en ese humano que trata de defenderse inútilmente, el dolor aparece, pasan los minutos y los felinos son incontenibles; sólo paran hasta que sienten la seguridad de haberlo matado, se alejan del cuerpo, el eclipse permanece, los cinco gatos regresan a atacarse entre sí. Héctor Palacios
NI TAN DIVINA LA COMEDIA
Aquel Dante (en sempiternos retornos) recorría infierno, purgatorio y paraíso para encontrarse con su Beatriz. Las primeras veces bien valía la pena la ocurrencia. Pero en el arqueo de las cuentas y la suma de los viajes, resultaba más cara la ida que la venida. Octavio Machado
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LA TIERRA SINALOENSE Para el P.P.
A mí nunca me dio por comer tierra. Decían
que sabía exquisita, pero no, a mí nunca me dio por probarla. Todos los plebes decían que ese sabor era como jugar al nintendo sin nunca perder, que el saborcito te dejaba feliz. Me ofrecían, ten, Jaime, pruébala, pero no, a mí nunca me dio por comer tierra. El color y el olor me llamaban la atención, pero sólo jugaba con ella, nunca la probaba. A veces, cuando miraba a los demás plebes con el hocico lleno de tierra, me daba asco, casi vomitaba. Y es verdad, la tierra le daba de comer a mucha gente, pero mataba a los que la traicionaban. Pablo Jaime Sáinz
QUERIDO SANTO CLÓS
Atento a los sonidos de la noche me encon-
traba al filo de la cama. Mis padres ya se habían dormido, pero yo seguía esperando. En la carta le pedí un Atari, algo que ansié durante todo el año. De súbito escuché pasos en la azotea. Es él, susurré. Después, como lo indica la tradición, se oyó que entró por la chimenea, ahí mi corazón latió con vehemencia. Transcurrió un minuto. Empecé a sudar, a pensar en el Atari. Oí sus pasos sigilosos en la sala, después en la cocina, y hasta pude percibir que estuvo a punto de caer. Una lágrima alegre se deslizó por mi mejilla; Santo Clós estaba en casa, con mi regalo. Emocionado me acosté al sentir que se había marchado. Feliz navidad, Santa, dije en silencio. A la mañana siguiente, ávido y excitado bajé a la sala para ver mi nuevo Atari, pero resulta que Santo Clós se llevó el televisor. Luis Alfredo Gastélum
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PRIMERA EDICIÓN A Ignacio Trejo Fuentes
Lo encontró sobre un cesto de basura e in-
tentó tomarlo, pero su tacto no le respondía. Se conformó con una ojeada desde lejos. Tenía una vista saludable y vio palabras parecidas a las que pensaba. Intuyó acciones violentas y una repentina ausencia de pensamientos, sobre todo eso: la desesperación de alguien que de pronto se queda sin ideas. Notó la sangre en la primera frase, luego el disparo y el resto estaba escondido en su inconsciente. La nota roja anunciaba su muerte, pero nunca estuvo seguro. No podía sacar la cartera para comparar el nombre de la víctima con el que constaba en su identificación. Se sabe que el limbo siempre resulta más cómodo para un fantasma sin memoria. Se sabe, también, que un disparo en el cráneo puede provocar la amnesia de un fantasma. Javier González Cárdenas
EL TÍCHER DEL ROCK
Soy BB King. Soy Berry. Son Hendrix. Soy Pai-
ge. Soy Dylan. Soy Young. Soy Clapton. Soy Lennon. Soy Beatle. Soy piedra rodante. Soy ese buey de la armónica atada al cuello, con la guitarra entre las piernas, esperando el taxi en una esquina del Fundadores. ¿Quieres que te toque algo mientras llega, mamacita? Néstor Robles
LA PROLÍFICA PASÍFAE
Llego al mercado y me atiende el Minotauro.
Llego a la escuela y me enseña un Minotauro. Voy al cine, el protagonista es un Minotauro. Daimary Sánchez Moren 4
EXISTENCIALISMO RADICAL
Dios ha muerto. Firma Nietzsche.
Nietzsche ha muerto. Refrenda Dios. Los dos Han muerto. Confirmo, sustentado en lo perecedero. Octavio Machado CUSTODIA COMPARTIDA
Por fin se divorciaron. Después de tantas pe-
leas y desacuerdos coinciden en algo: compartir mi custodia. Mi madre me quiere de lunes a viernes. Mi padre también. Discuten frente a mí como en los viejos tiempos. Me empiezan a jalonear los brazos hasta que logran arrancármelos. Con mis brazos en sus manos se les ocurre una idea. Me cortan las piernas. Parten mi torso en dos. Cada uno se va contento a sus respectivas casas con un brazo, una pierna y la mitad de mi torso. Mi cabeza queda olvidada en el piso. Pero confío en que mi padre regresará por ella. Lucirá fenomenal en su salón de trofeos. Carla Aguíñiga CONFESIÓN
Cuando mi madre me advirtió que no tocara el frasco de tinta invisible, la desobedecí vilmente. Ahora se pasa los días gritando: ¡Vas a ver, chamaco, cuando te encuentre! Nadia Rosas Vásquez
LA MUJER IDEAL
¡Ponme atención!, Atención. ¡Vas a lavar mi
ropa a mano!, A mano. ¡Quiero la comida antes de la una!, Una. ¡Limpias la casa! Casa. Eco, qué feliz soy de estar casado contigo. Ángela García 5
ZOOFILIA
Después de que Sherlock Holmes descubriera
al lobo merendándose a la abuela, Caperuza, por despecho, se casó con el leñador. Julián Lemus 13 DE ABRIL
Al taladrar del sonido del despertador, abro
los ojos, me encuentro con el sol justo donde lo había dejado. Mi boca seguía con ese sabor amargo, y el frio encuartelándose en mis pies, todo está en su lugar, una mañana más. De entre los muebles empolvados tomo lo indispensable, dinero, llaves, ropa. Afuera. Allá, los ríos de personas, los automóviles fugaces, la soledad pintando las calles color indiferencia, la vida laboral. Veo cómo el tiempo intenta inútilmente permanecer, mientras me hundo en la rutina de dar un respiro, uno tras otro, tras otro, se distingue cómo llega un segundo y es asesinado por su heredero. Así mil veces se repite la escena de regicidio. Por fin las sombras cubren la ciudad. De vuelta, entre los muebles sucios, me despojo de la ropa, entro al baño y una cascada corre por mi cuerpo. Espero que la ducha me haga arrinconar el día entre los muchos que se han disuelto en la memoria. Enseguida llevo mi cuerpo hacia la cama, lo recuesto y olvido lo que es estar un día más sin ti. Alonso Díaz OTRO
Viejo, has pedido misericordia, no te la doy, no me la pidas. Doblego mis rodillas, de un impulso me haces recrudecer que de humano no has pasado. Violento cotidiano, sus voluntades han cambiado. El retroceso gastado y frenético. Tal cual gata revolcada boca arriba. Israel Morgado 6
ARBOLEDA
Recuerdo los árboles, verdes, tan diferentes,
tan irregulares. Todos envolviendo la materia que se llevó a la naturaleza. En el centro, entre la lluvia, se desvanece una protesta, pero nadie se mueve, nadie cambia su rumbo porque el que se ha escogido está justamente ahí, bajo la lluvia. Tal vez inmóviles, tal vez desprotegidos ante las inclemencias, pero, ¿quién ha podido avanzar sobre un camino plano y derecho? Todo es esquivo y maltrecho en apariencia. Todos aguerridos y desconcertados, algunos tan claros que parece saliera el sol en el horizonte; llovizna ahora. Aun cuando el agua cae, hay lugares donde comienza a secarse el suelo. El viento sopla y las gotas vuelan en él como si fueran en armonía, cantando, bailando, unas se quedan sobre las hojas, se caen, se secan; mientras las otras, sutilmente se desvanecen entre colores. Empieza la narración del testigo, el grito de angustia en sus ojos, una tristeza profunda, luz que se nubla ante todo lo que ha visto, lo recuerdo, alguna vez lo vi haciendo guardia en el palacio de justicia, con su machete en mano, su pañuelo sobre la cara, como ahora, como siempre. Lo escucho como aquella vez que estaba en silencio y su voz continúa, enalteciendo la lucha, defendiendo la causa. Entonces cambia su tono, su desesperación ahora nos habla ¿Cuántos más? Hemos estado aquí desde hace varios años, hemos perseguido y defendido el derecho a vivir aquí, como cualquier otro, como todos. Puede su voz ser singular, pero es eco que en cada uno de nosotros se repite. Ha dejado de llover completamente. Son sólo nubes en el cielo, los edificios grises, como ellas, guardan fervientemente lo que ha acontecido. No han sido las amenazas ni los golpes, no ha sido nada, no hay amenaza que no muera, ni justicia que no llegue. Por eso nos rodeamos de árboles. Helena Muréz
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Año 1, No. 8
DIRECTOR GENERAL Alonso Díaz SUBDIRECTOR EDITORIAL Luis Alfredo Gastélum CONSEJO EDITORIAL DISTRIBUCI�� Ó� N Alonso Díaz Néstor Robles Rosa Razo Luis Alfredo Gastélum C. I. Solórzano Rafael Zamudio EDITORES Rosa Razo Néstor Robles CORRECCIÓN DE ESTILO Rafael Zamudio DIRECTORA ADMINISTRATIVA C. I. Solórzano IDEA DE DISEÑO Octavio Machado VERSIÓN DIGITAL Néstor Robles
Revista Mensual Tijuana, Baja California, México Septiembre 2007 Edición Digital Envía tus minificciones a: colaboraciones@revistamagin.com Visita: www.revistamagin.com