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ARLO PARKS El dolor no durará por siempre DJANGO DJANGO Planes de escape para tiempos sofocantes GOAT GIRL Del afertpunk al badibaba con crack La distopia de STEVEN WILSON MOGWAI Deja de pensar en las palabras
DJANGO DJANGO
PLANES DE ESCAPE PARA TIEMPOS SOFOCANTES
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TXT:: Misael Hiram
En entrevista, David Maclean comparte sus fantasías de escape para estos días tórridos, aunque también revela su comportamiento a la hora de entrar al estudio de grabación y las menudencias que conforman el nuevo plato del combo donde se desempeña como baterista y productor.
Glowing in the dark simboliza crecer en la oscuridad justo cuando el mundo pasa por momentos difíciles. ¿Cómo fue este nuevo viaje para Django Django?
Fue justo después de que la pandemia empezó que ya teníamos el disco en proceso, así que entonces arrancamos con las mezclas. Todo se llevo a cabo durante el confinamiento, justo después de haber vuelto de México. Grabar la continuación de Marble skies durante el encierro lo hizo todo diferente; necesitábamos algo distinto.
El álbum incita a seguir tus sueños y dejar las limitaciones atrás. ¿En el escape se puede encontrar la esperanza?
Creo que sí, justo antes de la pandemia y todo lo que está pasando, el mundo ya estaba un poco loco. Nuestro estudio se halla en una zona muy industrial de Londres y eso nos inspiró a escribir canciones sobre escapar, viajar con tu mente y pensar en cosas distintas. Ahora que lo considero, hacemos justo eso al momento de crear nuestra música; pensar sobre otras personas o situaciones, cosas que nos hagan salir de nuestro propio ambiente.
El álbum abre con “Spirals”. Ahí abordan el tema del ADN y el cómo todos estamos conectados. Se siente la unión entre ustedes como músicos. ¿Será éste su álbum más confidente hasta el momento?
No lo sé, obtuvimos más seguridad para escribir nuestras canciones y en lo personal gané mayor confianza como productor, pero supongo que mientras más entras a una sala a grabar, es decir, conforme lo haces con mayor frecuencia, aprendes más; es algo que hace que constantemente estés abriéndote frente al resto. Así pasó cuando hicimos el primer disco; no sabíamos lo que estábamos haciendo, cada quien estaba por su cuenta, pero con el tiempo nos fuimos abriendo. ¿Tiene sentido eso?
Para “Waking up” Charlotte Gainsbourg salió a relucir agregando todo su glamur. ¿Cómo fue darle vida a esta canción junto a ella?
Cuando escuchamos por primera vez el demo de ese tema nos la imaginamos cantándolo. Finalmente ella grabó su parte en París, así que realmente yo no hice más que la mezcla del tema en el estudio; jamás estuve con ella. Y lo hizo increíble, fue genial. Charlotte saldrá en el video correspondiente.
“Free from gravity” es un anhelo agridulce por escapar de todo lo que está pasando. Si pudieras huir, ¿adónde irías?
Esa canción habla sobre escapar del planeta e ir a otro mundo, pero si pensara en escapar de, por ejemplo, Londres, yo creo que me iría a una playa o un bosque. A viajar y probar diferente comida. Me gusta mucho la Ciudad de México, así que ese será uno de los primeros destinos a los que iré cuando todo esto pase.
Grabaron el disco en su estudio en Londres, ¿se veían todos juntos al mismo tiempo, por separado, hubo grabaciones a la distancia?
No estuvimos tanto tiempo juntos al momento de grabarlo porque Tommy vive en Escocia y pues cuando se pudo nos reunimos; sino que nos enviábamos el trabajo por correo. Aunque algunas canciones como “Spirals”, “Headrush” y “Kick the devil out” sí las pudimos grabar todos juntos.
Justo sobre los temas a distancia, ¿han pensado en presentar este disco vía livestream?, ¿cuál es su postura al respecto?
Lo estuvimos hablando en su momento, pero cada que nos queremos reunir a practicar es complicado, nos quedamos atorados porque siguen los confinamientos, no podemos viajar. Sé que tenemos que empezar a pensar pronto sobre cómo presentaremos estas canciones. Será algo de lo que hablaremos luego.
Me gustaría saber si a lo largo de este disco tuvieron un verdadero momento a la “glowing in the dark”.
Creo que todos en nuestras vidas personales hemos tenido nuestros buenos y malos momentos. Esa cosa sobre “glowing in the dark”, de encontrar la luz, es una forma de seguir, día con día, de tratar de ver más allá del túnel, donde todo estará bien. La vida es así, como un subibaja; sólo buscamos hallar la luz y estar lo más cerca de ella.
¿Cuál era su forma de celebrar una vez que publicaban un disco y cómo ha cambiado eso ahora?
Personalmente iba a un club y hacía un DJ set, pero eso no se puede hacer en este momento, así que hice uno online. Sé que no es lo mismo que presenciarlo en directo, pero está en Youtube.
Retomando la parte inicial de la entrevista, ¿tras cuál sueño estás actualmente?
Quizá ir de vuelta a Escocia. Superar toda esta pandemia. Estar de nuevo en la carretera y tocar. Regresar a México, comer delicioso y beber de sus asombrosas cervezas.
Dicen que la noche es más oscura justo antes del amanecer; mientras la luz significa esperanza, pues a veces marca el final de un camino largo, frío y lúgubre. El disco más reciente de Django Django nos enseña a crecer en estos momentos negros, nos inspira a soñar y pensar fuera del molde. Glowing in the dark significa una nueva etapa en la carrera de la banda; un álbum concebido en tiempos pandémicos para adaptarse de forma esplendida a nuestra nueva realidad. 13 canciones que se traducen en un disparo de salida para correr tras nuestros sueños.
GOAT GIRL
DEL AFERTPUNK AL BADIBABA CON CRACK
TXT:: Alejandro Mancilla
A los mexicanos nos gusta mucho el britpop (somos de esos países donde más se escuchan a The Beatles o a Blur); ahí mi primera conclusión. La segunda, la corroboré recientemente, justo después de platicar con L.E.D. (Ellie Rose), vocalista del grupo británico Goat Girl: que las chicas indie, al contrario de las rubias extrañas en vagones nocturnos, sí saben lo que dicen. Y es que Rose sí tiene buenas referencias de México y — no obstante el nombre del grupo en el cual milita— no está “más loca que una cabra”, como su compatriota del tren.
“Lo que más extraño hacer por culpa de la pandemia es cocinar para mis amigos. Me sé varias recetas mexicanas”. ¿Cómo cuáles? Le pregunto a Ellie tras escucharla hablar de gastronomía, temiendo que, como la güera del Eurotunel, me salga con referencias fuera de contexto, como la paella o los hot dogs; “Enchiladas, guacamole y quesadillas”, me contesta.
Así comenzamos a platicar de On all fours, el disco que la banda de chicas que lidera acaba de lanzar. Un álbum que viene acompañado de enigmáticos temas, como el single “Badibaba”. El combo femenino, integrado, además de L.E.D., por Rosy Bones, Holy Hole y Clottie Cream, sorprendió al mundo con su “innata habilidad para expresar las preocupaciones socio-políticas de su generación” (como lo definió un crítico de la revista británica DIY). Ahora, la mesa está puesta para que su sonido afterpunk “heredado de otra era” (como las mismas autoras han afirmado), se haga de más adeptos (y ya perdí la cuenta en qué revival vamos).
¿Qué significa “Badibaba”? Suena como a conjuro.
Suena así pero en realidad viene de una melodía que comencé a tararear en mi mente y luego, cuando quise agregarle letra, ya no sonó igual, así que dejamos así la canción, sin significado. Me gusta que pienses que parece una palabra de hechizos, pero el tema habla sobre el medio ambiente y la conservación del planeta.
En algún momento de esa composición dices “leave the silence underground”, ¿qué te hace sentir triste en estos tiempos?
Muchas cosas me dan tristeza; por ejemplo, ir a una ciudad nueva y no conectar con nadie.
¿Y qué te hace feliz?
Este disco. Es un gran logro que quizás nos haga pasar al siguiente nivel. Es difícil ahora, pero trato de conectar conmigo misma. Hago yoga, leo, salgo a correr. Esas cosas me hacen feliz.
¿El segundo disco es el más difícil para un artista?
Genera más responsabilidad, porque ahora no es lo mismo que cuando Clottie escribía canciones en su cuarto, a los 15 años de edad. Actualmente contamos con un público que espera cosas, y un sello discográfico atrás.
¿De dónde vienen las canciones de On all fours? Suenan a un lugar diferente que las del primer disco.
Sí, en particular “Once again” y “The crack” vienen de un proceso muy colaborativo por parte del grupo. Por lo general muchas de las ideas nacen de Clottie, ella hace las melodías y llega con algunas letras y luego cada quien les agrega su instrumento; pero en esta ocasión todas colaboramos.
Esta edición de Marvin está dedicada al Reino Unido, tú eres del sur de Inglaterra, ¿verdad? Podrías describirnos la vida en esa zona.
Las demás chicas del grupo sí son del sur, pero yo soy de East London. Es una zona muy concurrida, normalmente hay mucha gente de Bangladesh. Encuentras bastantes nubes en el cielo, edificios muy altos y artistas callejeros haciendo hip hop. En cierta parte hay muchos pubs y clubes de música.
¿Existe un orgullo británico, tú lo sientes?
Es difícil tener ese sentimiento, por el colonialismo, cuando descubres que gente inglesa ha hecho en el pasado cosas atroces. Las colonias inglesas fueron pura maldad. Lo que sí me hace sentir orgullo son algunos elementos de nuestra cultura, por ejemplo la música británica, toda esa herencia me hace sentir bien. Creo que estoy muy orgullosa de muchas cosas, pero personalmente no me siento orgullosa de ser inglesa.
Muchos críticos dicen que la música pop los estadounidenses la inventan mientras los británicos la perfeccionan, ¿qué opinas?
Uh, no sé, me parece extraño. Creo que hay muchos músicos americanos que lo hacen muy bien. Creo que tanto Estados Unidos como Inglaterra están en constante intercambio de influencias en la música y no es que uno sea mejor que el otro. La inspiración es mutua. A mí me gusta mucho el hip hop de allá.
¿Cómo has sentido el encierro?
Difícil. Lo más complicado ha sido no poder socializar y seguir manteniendo la cordura. Lo que más extraño es tocar música como antes.
Vi que Goat Girl ya tiene planes para salir de tour en septiembre de este año.
Espero que ocurra, estamos expectantes y emocionadas, creo que estamos muy cerca, debemos ser pacientes. Pero si no pasa, pues también estoy bien.
En México somos muy fans de lo británico…
Creo que estamos correspondidos. Espero que podamos ir pronto. Nunca he estado en México, pero lo amo, me encanta su cultura y de la comida ya hablamos.
Y dime, sobre esa vieja batalla del britpop, Oasis contra Blur, ¿de qué equipo eres?
¿Tengo que escoger uno? Uh, creo que Blur. Durante un viaje en 2017 hacia Londres, a través del tren interoceánico que conecta a Francia con Inglaterra, platiqué con una chica británica que ahogaba sus penas de amor con una anforita de whisky filtrada de contrabando. En algún punto del trayecto me comentó: “¿Entonces eres de México? Me encanta Antonio Banderas… ¿que es español? Bueno, me gusta Ricky Martin, ése sí es mexicano, ¿verdad?, ¿no? Me rindo. ¿A ti qué te gusta?... ¿Los Smiths? No son lo mío, yo escucho a Robbie Williams”. Aquella accidentada plática me hizo comprobar dos cosas importantes sobre la cultura inglesa y sus alcances.
LA DISTOPIA DE
STEVEN WILSON
TXT:: David Cortés
Es temprano en la CDMX, pero en Inglaterra ya es hora de comer. Eso no parece importarle a Steven Wilson, conocido por sus correrías al frente de Porcupine Tree, quien ahora nos atiende por videollamada, aunque durante el tiempo de la charla mantenga apagada su cámara. No obstante, cuando el guitarrista comienza a hablar su voz es clara, afable y, sí, lo primero que dice es acerca de cómo la pandemia ha afectado el trabajo y el lanzamiento de The future bites, su más reciente producción.
“Es un momento muy extraño para lanzar un álbum —dice—, no puedo hacer trabajo promocional, ni TV ni firmas, así que ahora estoy haciéndolo todo en línea. Es una manera muy surrealista”. The future bites estaba listo en diciembre de 2019, pero su lanzamiento se postergó a la espera de encontrar un momento más adecuado. Comenta Wilson: “Debió haber salido en junio, pero lo pospusimos porque no creímos, nadie podía realmente imaginarlo, que ahora mismo estaríamos viviendo en medio de esta pandemia. Esperé un año y ya no lo pude detener más; ahora aparece en un momento muy relevante, por lo que está sucediendo. Este es el momento correcto para lanzarlo”.
El disco habla, entre otras cosas, de una corporación muy poderosa que en 2037 será la única proveedora de todo lo necesario para los seres humanos, diversión incluida. Es una crítica al consumismo y a la influencia que las empresas han ganado, al grado de tornarse más fuertes que los gobiernos de algunos países. Pero su autor niega que se trate de un disco conceptual: “Me gusta tener siempre temas que puedan correr a lo largo de más de una canción, así que hay un par de ellos que flotan en la obra: el consumismo y el cambio del yo en la era de las redes sociales, internet y esas cosas. Todo esto salta en la mayoría de las canciones, pero no estoy tratando de contar una historia”.
Aunque el tono del también cantante es neutro a lo largo de la conversación, hay instantes en donde hace una pausa más larga para sopesar sus pensamientos antes de dar la respuesta. Cuando le digo que no parece muy contento con el estado actual del mundo y le pregunto si cree que a la humanidad se le hizo una promesa y ésta fracasó, se toma más tiempo del normal: “No creo que fuera una promesa, lo que sucedió es que internet se inventó y esto ha cambiado la senda de la evolución humana en un periodo de tiempo muy corto”.
El músico toma aire y prosigue: “En 25 años, la manera en que nos comportamos y relacionamos con el mundo, en que nos comprometemos con otros seres humanos, con todo, ha cambiado más allá de lo reconocible. Es divertido porque solía leer historias de ciencia ficción cuando era niño y las amaba porque sucedían en el siglo XXI; hablaban de la invención de una tecnología que esclavizaría a los seres humanos y lo único en lo que se equivocaron fue en que no pudieron haber imaginado que no habría robots a nuestro alrededor, pero estamos viviendo en una era donde esencialmente nos hemos esclavizado por la tecnología que hemos creado”.
Oye, le digo entonces, ¿estás haciendo una crítica a la bestia desde su interior a pesar de ser uno de los privilegiados al estar firmado por un sello multinacional? Otra vez el músico se toma una pausa: “Me encanta comprar, a la mayoría de la gente le gusta hacerlo, es divertido. La idea detrás de ese video (“The future bites”) es que una compañía como Amazon puede un día volverse tan poderosa, en un futuro no distante, que esencialmente todo mundo le compre lo necesario y si ese fuera el caso, se alcanzaría a profetizar que la civilización podría comenzar a fracturarse. Y es una fantástica distopía, pero al mismo tiempo posible; estoy fascinado por eso y también un poco atemorizado”.
Yo también, le digo, y ambos reímos.
Hace 12 años Wilson hizo a un lado su trabajo con Porcupine Tree para enzarzarse en una carrera en solitario que comenzó con Insurgente, placa donde los impulsos progresivos se mantenían y hacían difícil trazar la frontera entre su banda y el solista. Desde entonces su música se ha transformado, luego de The raven that refused to sing (and other stories), considerado como su punto creativo más alto, el condimento pop existente en su obra comenzó a dominar y de allí derivó a su actual tendencia, más inclinada a lo electrónico.
Sobre su más reciente álbum, The future bites, donde se percibe un cambio radical, Steven refiere que se trata un movimiento natural: “Siempre he creído que un artista, de cualquier ámbito, con una carrera larga, tiene la habilidad de reinventarse y evolucionar. Me gustan muchos tipos de música y no entiendo eso de trabajar en una sola línea. Moverme de una cosa a otra me inspira. Mis héroes, cuando estaba creciendo, eran esa clase de artistas, no solo músicos; directores como Stanley Kubrick o músicos como David Bowie que siempre redefinían lo que eran y hacían. No hacer lo que esperan que hagas, crear algo diferente, sorprender a la audiencia, tratar de llevarla contigo, eso para mí es la esencia de un verdadero artista”.
The future bites está coproducido por David Kosten (Bat For Lashes, Everything Everything): “Lo que me encanta de su enfoque es que busca un sonido en donde te puedes dar cuenta de que hay un total entendimiento de toda la historia de la música, pero al mismo tiempo suena fresco, contemporáneo y diferente. Deseaba que sonara a un disco actual y David hizo un gran trabajo. No quiero decir que no puedas escuchar rastros de mi pasado en The futrure bites, nadie puede negar su pasado, pero la impresión que deseaba que se llevara quien lo escuche es de que es una obra fresca, del ahora, y David fue la mejor opción para conseguirlo”.
Nuevo productor, una tendencia sonora distinta y una banda diferente, pero no obstante es la placa más individual de Wilson en años: “Es el disco más solitario que he hecho por un largo tiempo. Esencialmente soy yo y estoy orgulloso de ello, de hacer un álbum donde soy el músico principal que es algo que no había hecho en un rato. En los últimos dos o tres discos estaban estos músicos increíbles trabajando conmigo pero ahora quise hacerlo diferente”, concluye.
TXT:: Aldo Mejía
El grupo originario de Gasglow entró al estudio de grabación el año pasado, en plena pandemia, para grabar su décimo disco: As the love continues. En ese sentido, al platicar con su guitarrista Stuart Braithwaite, queda al descubierto cómo la banda llevó el proceso de grabación luego 25 años de la salida de su primer sencillo.
“Aunque da tristeza no poder ofrecer conciertos por el momento, creo que es bueno compartir música, sobre todo cuando las personas están atravesando por un momento tan difícil. Quizás podamos hacerles pasar por un rato más agradable con nuestro trabajo”, cuenta el guitarrista con una amplia sonrisa, además de mostrarse emocionado por saber qué piensan los fans de las once canciones que él y sus colegas en la banda escribieron para este nuevo álbum.
Cuando se le pregunta si se retaron a sí mismos en la grabación, Stuart responde con un rotundo sí. “En cada disco hay algo diferente, pero la situación actual del mundo nos rebasó y nos puso a prueba. Para empezar, teníamos planeado viajar a Estados Unidos para grabar As the love continues, pero simplemente no se dieron las condiciones y tuvimos que trabajar con David Fridmann, nuestro productor, a la distancia”.
Más allá de las excepcionales condiciones que se viven hoy día, el propio Fridmann desafió a los músicos a hacer algo diferente, según explica Braithwaite; experimentaron con sonidos, ritmos y melodías, tanto grupal como individualmente, y aunque algunos resultados no fueron del todo buenos inicialmente, se las arreglaron para mantener atractivo el proyecto. Stuart platica que, por ejemplo, él está en una búsqueda constante de nuevos sonidos en la guitarra, un reto imperecedero, una práctica que lo mantiene inspirado. ¿Todavía tienes la capacidad de sorprenderte a ti mismo cuando surge una idea que funciona?, le pregunto. “Por supuesto, cuando Dave estaba mezclando el álbum nos enviaba avances y escuchar lo que hacía con lo que habíamos grabado hasta el momento era impresionante”, recuerda el músico con emoción. Luego continúa: “Aprovechamos y valoramos el proceso porque no había nada más qué hacer. Nadie estaba involucrado en otro proyecto así que nadie se contuvo en cuanto a las ideas. Y todo el tiempo me sorprendo, no sólo con lo que hago yo, sino con lo que hacen los demás”.
Le cuento sin miramientos que la canción que más llamó mi atención fue “Midnight flit”, un track que va de menos a más con sorprendente rapidez y en donde convergen cajas de ritmos con un imponente arreglo de violines para en su apogeo pintar un impresionante paisaje sonoro. El tema, además, cuenta con la participación de Atticus Ross, quien, me dice Stuart, es el responsable de los arreglos de cuerdas. “Estoy de acuerdo contigo, me encanta cómo resultó esa canción porque es un gran muro de sonidos y matices. Nosotros teníamos un montón de ideas y Ross logró encaminar la composición. Es una canción un tanto rara dentro de nuestro catálogo, resalta de forma positiva, y es por eso que espero con ansias a que más gente la escuche y la aprecie”.
Esta vez Mogwai incluyó tres canciones con líneas vocales, “Ritchie Sacramento”, “Fuck off money” y “Supposedly, we were nightmares”. Aunque sólo la primera las presume de forma tradicional; las otras dos pasaron por efectos de pedal. “En el caso de ‘Ritchie Sacramento‘, creo que la composición lo pedía por la estructura y el estilo que posee; es un poco raro esto, pero nos parecía obvio”, ahonda Braithwaite; “en las otras dos sólo estábamos intentando algo que sonara cool y divertido con un pedal. Barry es igual que yo y seguro que sólo estaba buscando entre varias opciones hasta encontrar algo que funcionara”. Luego remata: “Es como darle un extra y no agregarlas sin motivo aparente”, explicando acerca de cuándo él y su compañeros creen preciso incluir voces .
Hoy en día, Stuart y sus compañeros, Barry Burns, Dominic Aitchison y Martin Bulloch, siguen eligiendo los nombres de sus canciones de forma aleatoria. “Oh sí, los títulos siguen siendo un sinsentido. No son serios, pero no diría que son bromas. Rayan en lo surreal y en lo extraño, pero me gusta porque así dejas de pensar en las palabras por un momento para concentrarte en la música y al final los títulos se resignifican, terminas por asociarlos con nuestra música”, continúa Stuart.
Hace veinticinco años que los escoceces lanzaron “Tuner / Lower”, el primer sencillo de su carrera, y desde entonces se han mantenido activos en el estudio, en giras y proyectos alternos. Stuart toma un momento para calcular que ahora tienen más del doble de la edad con la que empezaron y no niega que le parece increíble seguir haciendo música; más aún, seguir siendo amigos. “Ha sido un viaje muy loco, y estoy muy feliz de seguir aquí”, me dice con una sonrisa franca. Is Blur still a shite?, le pregunto a Braithwaite para terminar; “Ya ni me importa”, responde, y nos despedimos entre carcajadas.