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4° Edición Mayo 2018
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Experiencias con San Pedro
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22 Entrevista a Emilio Ruchansky
33 Literatura narrativa
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Crรณnica urbana
35 Inundaciรณn en Santa Fe
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Semana feminista
15 Nunca mรกs
Receta matera
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SUMARIO
SE AGRANDÓ EL TERMO PERO LA YERBA ES LA MISMA El nuevo grupo de trabajo, con más de 25 estudiantes, implicó: diseño editorial y secciones transformadas; estreno de una página web en WordPress; descubrimiento de un público más grande y diverso; faltazos a cursar, lecturas olvidadas o archivadas; cambios en las modalidades de trabajo; aprendizajes, desafíos inesperados, dilatación de los tiempos; complicaciones para imprimir y las correcciones a último momento de siempre. El relanzamiento de la revista: encuentros, debates y finalmente, decisiones. No es fácil pasar de ser un grupo de 4 a ser 2 personas para hacer una revista. Pero mucho más difícil es pasar de 2 a casi 30 personas. He aquí el justificativo de esta edición tardía. Como sabemos, en los grupos autogestivos que toman decisiones colectivamente, los tiempos avanzan lentos. Ahí aparece la buena organización, darnos el momento de pensar las mejores estrategias para agilizar y mejorar nuestro trabajo. Como siempre, cuesta, pero se logra. Entrevistar a uno de los mejores especialistas en políticas de drogas de Argentina. Racionalizar en una crónica lo que se siente en una ceremonia de San Pedro. Investigar la historia emblemática del monumento que más nos gusta. Cuestionar(nos) el uso que hacemos del lenguaje y de las redes sociales. Encontrarnos todas las semanas y que siempre haya faso, en plena macrisis. Cristalizar las emociones de una juventud comprometida en el litoral y ubicarnos en los márgenes del discurso hegemónico y deshumanizante. La macrisis golpea y aunque abril florea, no olvidamos nuestras ideas. La Mate construye agenda entre las sombras y la humareda de las bombas de humo que lanzan la derecha y los medios tradicionales para desviar, ocultar y silenciar el grito de les cuerpes excluides en el modelo patriarcal del capitalismo, que habitan la periferia. Por lo tanto, nuestro compromiso parte desde la diversión y la diversidad de trabajar entre amigues, desde la alegría, desde la convicción política de generar contenido inclusivo e igualitario con perspectiva de género y desde la constante actualización sobre el trato de la información para no generar estigmatizaciones y desigualdades. Ahora es tiempo de que el público lector se apropie de la revista y que construyamos nuestras identidades de la mano, haciendo mucho quilombo, hermanades y en manada.
Staff Redacción Aldecoa, Valentina - Dittrich, Jésica - Echeverría, Tabaré - Ferraris, Guillermina Gallo, Octavio - Gonzalvez, Paula - Horisberger, Amaral - Leiva, Manuel - Monge, Cira - Mussin, Gaspar - Rettore, Victor - Soperez, Micaela - Veaute, Bautista - Zuázaga, Lautaro. Diseño Aldecoa, Valentina - Grünewald, Emiliano - Mana, Roque - Ríos, Evelyn - Udrizard, Keila. Ilustración Bertos, Guido (tapa) - Casañas, Guillermo - Delgado, Juan F. - Fontana, Cecilia - Saavedra, Mateo. Fotografía Monge Cira - Ireí BF - Silva Violeta - Sosa Clara.
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EL MATE MÁS GRANDE DEL PAÍS Por Víctor Rettore Ilustración de Guillermo Casañas Cuenta una leyenda guaraní que un día un enviado por Tupá obsequió la planta de yerba, mediante un hechizo, a un amable anciano y a su preciosa hija. Antes de despedirse nombró custodio a Yará y diosa protectora a Yarií del “Caá”, que significa “yerba”. Y al final, “desde el fondo de la naturaleza, por la fuerza de los elementos más puros, desde el corazón de los yerbales, la diosa nos tutela”, cierra el relato en su libro “El mate: bebida nacional argentina”, Francisco Scutellá. En 2016 fue reconocido y seleccionado por la Universidad Autónoma de Entre Ríos para solicitar a la UNESCO la declaración del
Y allí quedo la obra de arte, dispuesta a ser cebada por las lluvias sin correr el peligro de desbordarse y caer. mate como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. En 1978 fundó el Museo Único del Mate en Paraná. Luego de haber vendido una colección de armas antiguas y piezas paleontológicas al periodista y 4
editor Julio Ramos, Scutellá compró su primera colección de mates y comenzó su carrera. En cada viaje que realizó para hacer relevamientos y profundizar en sus investigaciones sobre usos y costumbres en nuestra cultura, verificó en un mapa gigante, que llenaba con banderitas cada vez que volvía, cuántos monumentos al mate había en el país. Hasta que terminó de hacer el registro, de chequear una y otra vez en cada libro, museo o lugar hasta ver que Entre Ríos no tenía su propia obra arquitectónica. “Lo voy a hacer. Yo lo hago. No dudo”, se dijo el artesano, reconocido en Buenos Aires por haber creado seiscientos mates durante una década para el famoso programa televisivo Argentinísima. Entonces decidió ver a un ingeniero, le encargó una torre para soportar la inmensa calabaza y le especificó los kilos que debería soportar, pues no es ningún improvisado. Toda la obra fue financiada por el propio Scutellá, que en aquel tiempo se había comprado su casa y había construido el monumento gracias al éxito de la primera edición de su libro. Demoró seis meses pensando cómo y con qué hacer el mate gigante. “Un día estaba en la costanera y vi unas lanchas que iban en el aire y ahí me dije: esto es lo que necesito, fibra de vidrio”, narró
Scutellá. Y recurrió a un modo de producción similar al de un grupo de religiosas provenientes de Italia que inventó la bombilla: “Las hermanas Clarisas se ponían fibras vegetales en el pulgar y transversalmente le tejían cerda de jabalí. Cuando le sacaban el dedo formaban una
Los de El Diario me fueron a preguntar cómo iban los trámites del litigio y les dije que iba a cambiar el mate por una zanahoria. canastita en miniatura y allí le ponían una cañita”. Scutellá hizo una construcción de hierro nervado, le dio forma y envolvió transversalmente la estructura con tejido pajarero. Moldeó el armazón y un amigo suyo agregó la fibra de vidrio. Luego, guardó la inmensa calabaza en un galpón. Transcurría el verano de 1994 en la capital entrerriana, el intendente Solanas y el funcionario Cáceres estaban recorriendo el barrio Villa Almendral porque había caños de desagües rotos que arruinaban el ingreso a la ciudad y querían solucionarlo pronto porque llegaría una camada de constituyentes. Scutellá los vio merodeando en la calle, charló con ellos y les dijo: “Si ustedes me hacen los papeles para poner un monumento al mate de 18,50 metros de altura, nadie, pero nadie va a mirar las calles”. Ambos funcionarios aceptaron y le dieron la autorización “de palabra” para colocar la ambiciosa e ilustre obra arquitectónica en la vereda de su antigua casa en calle Antonio Crespo entre Francisco Soler y Pedro Scalabrini. ¿Qué otra pieza artística de semejante calibre se podría admirar antes de entrar a la costanera paranaense luego de pasar el túnel subfluvial?
Una grúa del Ejército colaboró para colocar la estructura, como si lo agarrara con la mano colgó el mate y en pocos minutos todo estuvo listo. A los dos días, una vecina denunció al artesano porque temía que el monumento se cayera encima de alguien o de su casa. La municipalidad envió dos peritos y comprobaron que no había peligro. Scutellá había solicitado al ingeniero una torre que soportara tres mil kilos, mientras que el mate pesaba trescientos. Y allí quedó la obra de arte, expuesta para la ciudadanía, para el turista, para los ojos curiosos, dispuesta a ser cebada por las lluvias sin correr el peligro de desbordarse y caer. Inmensa y grande como el Guarán y la naturaleza. Al poco tiempo, en el mismo verano, dado que la municipalidad no se había apresurado a dar la autorización formal para colocar el monumento, una jueza intimó a Scutellá y le ordenó que lo
Archivo personal de Francisco Scutellá 5
quitara. Lo citó tres veces a tribunales y las tres veces lo echó de su despacho, ya que el artesano no estaba dispuesto a acatar sus órdenes. Mientras tanto, en las veredas paranaenses estaban los cucuruchos grandes de los helados Massera, las réplicas de tetrabrik Termidor hechas de lata, centenares de lanchas sin guardería y talleres mecánicos que no pagaban impuestos. “¿El mate está mal y todo eso está bien?”, preguntó a la jueza en la primera cita. Y queda una anécdota muy divertida registrada en dos diarios locales que difundieron la noticia sobre una ocurrencia del artesano durante aquellos días. “Los de El Diario me fueron a preguntar cómo iban los trámites del litigio y les dije que iba a cambiar el mate por una zanahoria —por una inmensa zanahoria—. Y sí, pa’ cagarse de risa”, contó.
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En el último encuentro, la jueza le entregó la notificación de una multa que debía pagar... ¡en litros de nafta! “Yo no voy a pagarla. Además esto es una burla”, le contestó, firme en su convicción. Luego, el clima subió los niveles de tensión y lo intimaron con una orden de arresto. Por suerte, esto se detuvo a los pocos meses, cuando Humberto Varisco ganó la elección para intendente y cumplió con una de sus promesas de campaña: ayudar a Francisco Scutellá a superar su conflicto con la justicia. El mate más grande y más alto del país está en Paraná. Así como lo estuvo el escritor del Martín Fierro que nunca abandonó el cimarrón. José Hernández vivió en la misma zona donde actualmente Francisco Scutellá dirige el Único Museo Itinerante del Mate, en calle Venezuela 144. El artesano sigue escribiendo, investigando y extendiendo su inmensa trayectoria, tan inmensa como el monumento. Es importante reconocer sus obras, tanto como aquellas manos desapercibidas que labran los retazos de la historia y marcan los caminos, dándonos un atajo.
VESTIGIOS DE DOMINIO Por Jésica Dittrich y Micaela Soperez Ilustración de Guillermo Casañas Si callamos, no nos escuchan. Si no escribimos, nadie nos lee. ¿Por qué deberían hacerlo? Lo que no se nombra no existe. Lo dejamos debajo de la verdadera piel que nos recubre. Hablar es limitarse y lo sabemos muy bien. Estamos atrapades dentro del lenguaje, y si bien podemos realizar pequeñas modificaciones que le den dinamismo y no lo constituyan como un sistema cerrado, no hay posibilidad de ser fuera de la palabra. La lengua madre nos va construyendo. A nosotres y al mundo que nos rodea. Como bendición existe la performatividad. Este decir que hace, que transforma la realidad, pero a la vez puede invisibilizarla: se trata de un arma de doble filo. Ocurre que las palabras nos traicionan e implican en sí mismas mucho más de lo que vemos. Porque el lenguaje que nos gobierna, el aceptado por la Real Academia Española, nos deja a las mujeres y les transgéneros ocultes en la indiferencia, entre las sombras. Y hemos naturalizado esa práctica por costumbre, ya que lo consideramos correcto, normal. ¿Y quién define la normalidad? Aquellos, los no oprimidos. No les demás. Desde el comienzo de la Segunda Ola del feminismo, en el año 1960 hasta nuestros días, la manera en cómo hablamos y nos nombramos comienza a ser vista como fundamental. Se empezó a entender que las denominaciones no son inocentes y que lo que es, siempre
tiene una razón de ser, un origen que a veces no discutimos. Hoy, gracias a esta movida iniciada desde hace casi 60 años, debatimos si tenemos que dejar de usar el genérico O y en su lugar emplear la X, la E, el asterisco, o la @ para alcanzar un lenguaje más inclusivo, no sexista, ni partidario del binarismo, aquella normativa que tanto nos atraviesa y que deja afuera a todas las identidades no cisgénero. ¿Qué pasa si no nos identificamos ni como mujer ni como varón? ¿Qué ocurre con las personas que se escapan a esa moral regla de ser blanco o negro? Desde ya, su opresión también nace en el lenguaje: no hay quien les nombre. Y esto es un fusil en el arma simbólica de los discursos de odio que imperan. Sin embargo, cabe preguntarnos, ¿qué 7
es lo que está en juego realmente detrás de los grafemas propuestos? Valentín Voloshinov, un lingüista marxista, escribió en El marxismo y la filosofía del lenguaje, que la palabra era la arena de la lucha de clases. El lugar en el que se define todo: quién manda, quién pierde. Con esta afirmación deja en claro que lo que se disputa no es solo una cuestión de significación, sino también un asunto social, ya que quienes dominan son los que le van a proporcionar el sentido que deseen al signo. A su vez, el escritor afirma que la palabra es el fenómeno ideológico por excelencia, debido a que todos los sectores la utilizan y está presente en cada acto de vida consciente: en el diálogo cotidiano, en nuestras publicaciones en las redes sociales, en nuestros pensamientos. Y en los medios de comunicación, también, por su llegada e impacto. Por eso, nosotres, desde nuestra revista planteamos no oprimir mediante el lenguaje. Por ello, usamos términos que nos incluyan a todes, dejando de lado el machismo nuestro de cada día y la presuposición de que cada une de nosotres es cis. Consideramos que la transformación y la deconstrucción son posibles y necesarias, y deben empezar por los ámbitos en los que nos desenvolvemos. ¿Puede generar molestias nuestra decisión? Seguramente. Les que se erigen como defensores de un lenguaje que privilegie solo a un género, se escudan en las leyes de la gramática, sin tener en cuenta, quizás, que el lenguaje es una construcción permeable a la cultura. Que está vivo. Como nosotres, como elle. Como vos, lectore. El idioma se modifica a lo largo del tiempo: sumamos nuevos términos, dejamos de usar otros, hasta cambiamos la forma de escribirlos. Pero hoy es distinto. Nadie dedica publicaciones en Facebook al hecho de que utilicemos palabras en otro idioma, pero sí lo hacen debido a que empleamos la e en lugar de la x. Ocurre 8
que ahora estamos haciendo sentir amenazados a los que siempre se subieron en un pedestal de poder y nunca se quisieron bajar, y, además, tienen defensores entre aquelles aún hoy atravesados por el machismo y el patriarcado. Hoy les oprimides comenzamos a sublevarnos y a levantar nuestra voz, antes callada. Y esto molesta, esto rompe, esto quiebra con lo impuesto. Con lo que nos quieren hacer creer. Pero ser revolucionaries es casi una obligación. Y las palabras también pueden ser nuestras armas, para una sociedad más inclusiva. Pero no para todos solamente. Sino para todes.
EL LENGUAJE DE MIS DÍAS Por Micaela Soperez Yo, por esta calle errante, camino mis sombras. Voy armando la ciudad de papel, entendiendo el idioma del arte. Hace días que me están moldeando, soy una pieza de cerámica a medio armar. Una muchacha de casi una década mayor me sabe armada. Yo, por esta ciudad con zoom incorporado, me encuentro rota. Soy el brote de un paraíso enfermo. Extraño el origen del silencio, la bombilla plana, mi refugio de libros. Siento las vueltas de los ácidos nucleicos de mi ADN [cambiándome la estructura primaria. Por momentos se asemeja a un repiqueteo como el que [siente la tierra cuando pisan las mujeres. Otras veces todo se percibe como si el líquido amniótico volviera a ser el filtro. Pienso que a estas horas el sol en Japón pega [como si te estuvieran esmaltando. Una fina capa te va coloreando, unas yemas de mujer le dan forma a tus curvas. Te toca y respondés con muecas. Ella elige la capa con la que cubrirte. Vos, como buena materia prima, entregás tu cuerpo. Ella, permiso de por medio, te cuenta sus tristezas. Vos, objeto de una gran repisa, las transformás en belleza. ¿Existirá alguien para conmigo que lo haga a la inversa?
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NOSOTRAS QUE NOS QUEREMOS TANTO Por Jésica Dittrich y Guillermina Ferraris Fotos de Cira Monge y Violeta Silva
Verde lucha Ellas esquivan. Huyen. Se cierran y escapan a algún refugio en el que se sientan seguras. Ellas, las miradas que defienden a capa y espada la moral y la religión: una serie de preceptos que intentan alejarse de una marea de gritos verdes que no quiere que nadie quede sorde. Que quiere que todes puedan oír a través de la fuerza de una lucha que desde hace años copa el espacio público. Una lucha, que volvió a
Pañuelazo en Plaza 1° de Mayo, Paraná 10
quebrar con las tan valoradas buenas costumbres el pasado 6 de marzo, el mismo día en el que se presentó el proyecto de ley para el Aborto legal, seguro y gratuito. La apertura de este debate constituye una conquista de las mujeres, que se obtuvo en base a la militancia, y no gracias a una supuesta benevolencia de Mauricio Macri. Decir lo contrario es dar vuelta el foco y deslegitimar un movimiento. Y no sería la primera vez. Dentro de una seguidilla de jornadas
eminentemente feministas, ese martes la Plaza 1º de Mayo y el sector de la peatonal que la custodia, se vieron copados por pañuelos portados en brazos, bocas y cuellos que rezaban una consigna: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Las primeras personas iban llegando a partir de las cuatro de la tarde. Casi la totalidad de ellas eran mujeres y caminaban de a dos, de a tres, de a cuatro. Con amigues, con compañeres, con parejas. Y con hijes, también. Y esto desestructuraba la mirada simplista de una parte de la sociedad que poco sabe de empatía pero mucho de prejuicios. Mala combinación. A la cara de espanto de algunes transeúntes, se le sumaba la mirada de piedra de la catedral de Paraná, que, desde sus ojos muertos, veía cómo se iba armando la mesa de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Asimismo, banderas de organizaciones
flameaban posando sobre la peatonal. Se trataba de una marea verde de aproximadamente 500 cuerpes agitando sus pañuelos. Y agitando cada rincón de sus pieles, también, porque en esta revolución cabe el movimiento frenético. Y más aún cuando de fondo se podía escuchar a Miss Bolivia, Krudas Cubensi y Ana Tijoux, escupiendo emancipación con melodías. Como dijo una vez Emma Goldman: “Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”. Y la nuestra sí le hubiera atraído. El tiempo seguía pasando y la plaza comenzaba a despoblarse y a volver a su geografía característica. La gente se marchaba y la moral imperante en nuestra ciudad se tranquilizaba. Pero no por mucho tiempo más: al día siguiente fue el besazo, y el jueves, la marcha por el 8M. Además, el 20 de ese mismo mes se abrieron las primeras pautas para que el proyecto de ley del Aborto legal, seguro y gratuito comience a ser debatido. Parece que sí: que el feminismo va a vencer.
Guerreras, deseantes y disidentes La semana feminista paranense transcurría su segunda jornada. El 7/3 venía a visibilizar una realidad que como muchas otras, sólo es aceptada por una porción de la ciudadanía. Era el día de la visibilidad lésbica. “Que se amen si quieren, pero no hay necesidad de mostrar en público”, justifican algunes que se autoproclaman intolerantes. Suena un tanto injusto, lo es. Los motivos de lucha, como siempre, sobran. En 2010 recordamos a Natalia “La Pepa” Gaitán. Fusilada a quemarropas en una calle de su barrio, por el padrastro de su novia. Por ser militante social y lesbiana visibile. En 2016 recordamos la violación “correctiva” que recibió Higui, quien fue detenida y apresada por defenderse. Pero sin ir más lejos, hay un caso reciente 11
que invocó la ira de los distintos colectivos feministas y de diversidad sexual. Hablamos del conocido caso de Mariana Solange Gómez, que fue detenida el 2 de octubre pasado por besar a su esposa en el subte de la línea C de Constitución, en el microcentro bonaerense. En los tres casos el movimiento feminista se hizo presente y luchó. Y esa batalla es la que se ve representada todos los 7M. Día en que les cuerpes disidentes y deseantes resisten hermanades y en manada. Por la Pepa, por Higui, por Mariana y por todas aquellas mujeres que son reprimidas y estigmatizadas a diario, por las abandonadas, por las negadas, que no pueden demostrarse cariño en público. En repudio a la violencia que la heteronorma y moral religiosa conlleva, el grito feminista se hizo presente nuevamente en las calles paranaenses. La cita era a las 18:30 en la Plaza Alvear. Pero había que ser puntuales, ya que la actividad consistía en recorrer la peatonal hasta la Plaza 1º de Mayo. En el centro de la escena placera una gran ronda se iba formando a medida que
las camaradas iban llegando. Caían con sus novias, sus amigas, sus hermanas y otras llevaron una fiel compañera de luchas que en este caso era sustancial, la cámara. La intervención consistiría en recorrer la peatonal al son del “himno torta” y en cada estrepitoso final, se visibilizaría la resistencia con un escandaloso Besazo que de seguro incomodaría a unes cuantes transeúntes. Resulta que ese día, los roles se iban a invertir. A las 19:10 ya estaba todo dicho. La canción había sido ensayada un par de veces, las gargantas y los megáfonos ya habían entrado en calor. Los ojos de las protagonistas brillaban, emocionados por la cantidad de compañeras que aparecieron a brindar apoyo. Los abrazos fortalecedores y las cabezas rapadas no escasearon. A lo lejos, desde la peatonal se podía observar una empoderada peregrinación de cuerpas que avanzaban a pasos agigantados. Una vez que el espacio estuvo completamente habitado por mujeres dispuestas a hacerse ver, comenzó la función. “Ya me fui de lo normal, por torta!” era la frase que daba inicio al ritual.
El aquelarre representa la tradición diánica, la unión de las mujeres 12
Desde afuera se observaba una hermosa postal que transmitía un fuerte repudio a los estereotipos de la mal llamada normalidad. Las gargantas exigían a gritos pelados la liberación de las ataduras patriarcales y heteronormativas que las oprimen día a día. “Acá está la resistencia torta, bien visible y orgullosa torta” seguían agitando. El corte de la calle Andrés Pazos, una de las principales perpendiculares a San Martín, es un buen indicio de que el espacio había sido completamente tomado. Una larga fila de autos se detuvo a presenciar el beso de dos, tres y hasta cuatro compañeras. La cerveza oficiaba de hidratante y resultaba una sustancia óptima para el brindis. Porque, a fin de cuentas, la movida que se había generado era una forma de festejar. Fue el festejo por la emancipación de las cuerpas que se aman libremente, en público, y sin represiones.
El día del aquelarre La espera había terminado. Las susceptibilidades estaban a flor de piel, pero eso no nos debilitaba. Al contrario, nos hacía sentir poderosas. Éramos una marea violeta y verde formada por miles de mujeres que, desde las horas en la que Paraná dormía la siesta, demostraba que estaba muy despierta. Despierta, por aquella compañera a la que encontraron mutilada dentro de una bolsa. Por la estudiante violada por el profesor y silenciada por las autoridades. Por Chiara, por Lucía, por Candela, por Nahir, por Micaela. Y por tantas otras a las que les ahogaron sus gritos. Por tantas otras a las que las asesinaron dos veces: una por un femicida, otra por una sociedad que revictimiza. Y también marchamos por nosotras, que estamos vivas, pero que queremos ser libres. Queremos cobrar lo mismo que nuestro par varón. Que queremos aborto legal,
seguro y gratuito. Que queremos salir a la calle sin miedo en el cuerpo. Sin acoso, sin abusos. Sin pensar en no poder volver. Por todo esto salimos. Y por mucho más. Y por ni una menos. La cita era a las 17, sin embargo, las primeras organizaciones llegaron minutos antes. Las banderas, los pañuelos verdes, los carteles y las pinturas violetas comenzaron a adueñarse de la plaza más céntrica de la ciudad. Una plaza, en la que los cánticos feministas se volvían himnos de guerra contra un sistema que nos oprime y mata día a día. “Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven”, se replicaba en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la concentración. Y en el mundo entero, también. La movilización arrancó frente a la Catedral, la cual se mostraba vallada y rodeada de policías, a los que nadie les avisó que había que ir de violeta. Su estructura defensora del machismo y los abusadores, tembló ante los gritos de una manada de mujeres que pedíamos no tener más rosarios en nuestros ovarios. Y no más doctrinas en nuestras vaginas. Cerca de este edificio, la Municipalidad también se vio aludida por la furia luchadora que se podía percibir en el ambiente. A medida que arrancaba la marcha, un grupo de mujeres interpelaba con sus fuertes alaridos, erizándonos la piel con lo desgarrador de su voz. Aquí, el miedo se materializó en una fuerte intervención artística. La escena proponía romper con la complicidad machista que se vive en esa misma institución, allí eclipsada por la presencia de cuatro chicas que sostenían carteles dirigidos al intendente Sergio Varisco. “Violencia son tus empleados municipales” denunciaba una pancarta. Un violentómetro era sostenido por otra joven. A su vez, cada cinco golpes de un bombo, una de las manifestantes se desplomaba en un suelo opaco y gris. 13
La que contempló Encabezando la marcha estaban algunas representantes de las agrupaciones que forman parte de la Asamblea Participativa de Mujeres de Paraná. Ellas llevaban la bandera de arrastre que ocupaba todo el ancho de la calle. Detrás, miles de mujeres con redoblantes, megáfonos y voces, le ponían música y color a la caminata por las cuadras que duró la marcha, la cual finalizó en la Plaza Mansilla. Allí, se desarrolló uno de los momentos más emotivos de la movilización: de a filas, mujeres con pañuelos a modo de mordazas, se mostraban calladas y con la mirada apa-
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concentración parece algo que ocurre siempre, pero la realidad es que nunca antes se había visto un despliegue de tal magnitud, por lo menos en Paraná. La organización, la dedicación y el compromiso de la Comisión de Cultura de la Asamblea dieron como resultado un inolvidable espectáculo que a más de une dejó boquiabierta. Efectivamente, vivirlo desde adentro fue muy distinto. Momentos antes de salir a escena nos reunimos las que encarnaríamos la opresión simbólica, nos formamos en filas y esperamos muy ansiosas. Pese a que nuestras personajes eran sufridas, sentíamos una fuerza inquebrantable, muy característica
Una plaza, en la que los cánticos feministas se volvían himnos de guerra contra un sistema que nos oprime y mata día a día.
gada. No sabemos si eran actrices, pero sus miradas, sumadas a la musicalización, lograban hacer parte de la escena a cualquiera de les presentes. Ocurre que la atención de todes se iba sobre esas mujeres, disfrazadas de embarazadas, de ejecutivas, de niñas. Y de putas, además. “Trabajen”, “limpien”, “cuiden a sus hijos”, decía el patriarcado, personificado por una mujer vestida de negro. A su lado, estaba la iglesia y el capital: el dúo que lucha por no vernos libres. La alianza a la que vamos a dar vuelta.
La que encarnó Acá, como en el resto del mundo, conviven varias clases y tipos de feminismos. Todos ellos unidos en un solo grito de rebeldía y desobediencia a los mandatos patriarcales culturales y estatales, religiosos u económicos. Dejar una huella en los imaginarios de los asistentes a una 14
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de la lucha feminista. Es la fuerza que se siente al tener la certeza de que se está visibilizando una injusta realidad, que se está haciendo algo para cambiarla. Sin dudas, sentíamos que estábamos haciendo historia. Hacia las 20:00, la lluvia comenzó a caer y el aquelarre pisó Paraná. Alrededor de un fuego que iluminaba rostros y cuerpas con un anaranjado furioso, danzaban decenas de mujeres. Algunas disfrazadas, otras no. Pero todas recordando a aquellas brujas, a las que el fuego del patriarcado quemaba hace siglos. Y que dejaron nietas. Y que son las que hoy estamos acá, en la calle, luchando, por ellas también.
TIEMPOS DE REVOLUCIÓN Por Cira Monge Es domingo por la tarde, las calles están muy tranquilas en Suardi, una ciudad muy pequeña que se ubica al oeste de la provincia de Santa Fe. Me dirijo hacia la casa de Sara Girau, hermana de Gervasio Ramón Girau desaparecido en la última dictadura cívico militar. Sara vivía con Ramón y fue víctima de los allanamientos en reiteradas ocasiones. Me recibe con el mate preparado, y se sienta a la mesa. Su cara está casi sin arrugas a pesar de los 74 años de edad, su mirada siempre tierna y sus manos cálidas me reciben con un par de caricias sobre el rostro y un gran abrazo. Se me ocurre preguntarle: —¿Cuál era la situación de la mujer en época de dictadura y cómo se manifestaba el machismo? —Éramos pocas las mujeres que defendíamos nuestra postura. Una de las que recuerdo desafiaba constantemente a los hombres, que a la vez era ella misma una mujer golpeada, eso me llamaba la atención. Mi manera de relacionarme no era estando a la defensiva, pero ahí la situación me obligaba a pensar distinto, en general estaban muy sometidas en aquella época. Si el marido no la dejaba que se pusiera pantalones, no se los ponía. Decidir vestir un pantalón bermuda, era una locura. Sin embargo una vez me calcé uno de esos y me fui a un supermercado a comprar, cuando llegué me dijeron: “¿No te da vergüenza estar con bermudas… y
con el culo que tenés?” a lo que le respondí “el culo es mío y el cuerpo también, ¿qué querés, que me lo saque?”, otra de las mujeres que recuerdo, su pareja no la dejaba salir de la casa, porque si alguien la pasaba a buscar tenía que entrar el auto para que ella subiera. Él hacía lo que quería, porque estaba con varias pibas, pero ella si quería ir a trabajar hacía toda esa vuelta para ir, era maestra. El machismo estaba muy fuerte. Y de alguna manera la mujer lo permitía y además lo fomentaba, porque la competencia que había entre nosotras mismas era alta. Ellas me decían que era una loca por andar con bermudas. “¿Cómo te peinás así? ¿Tu marido no te decía nada?”, —Y entre mujeres ¿se juntaban a discutir sobre política?, me decían —No, la política era un tema que se dejaba de lado. Lo discutían los hombres y a veces escuchabas que decían: “En la mesa no se habla ni de política ni de religión”. Era algo muy marcado. Ramón tenía una imprenta y formaba parte de un proyecto llamado La Gaceta, donde imprimía y también colaboraba. —¿Cómo fue que Ramón empezó con su imprenta? —Ramón cuando tenía 15 o 16 años empezó a soñar con una imprenta. A él le gustaba mucho la música, pero no tenía oído. Además le agradaba leer. El otro día encontré un recorte de diario que le dejó Ramón a un amigo. Era una nota de 15
Galeano y al final decía: “A mis amigos les dejo las cosas pequeñas, las cosas grandes son para todos.” —¿Cuándo comenzó a militar? —Empezó a militar porque él era de la Juventud Peronista y acá había varios peronistas. Él vivía conmigo, incluso antes de irse habló conmigo y con mi hermano Felipe. Dijo que se iba, pero yo nunca imaginé todo lo que había detrás de eso. Y yo tenía ganas de viajar con él, pero dije: “No, tengo los chicos, no lo voy a hacer”. Tanto Felipe como yo, dijimos “Si vos sentís que tenés que hacerlo,
Ramón Girau, archivo de la familia.
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hacelo”. Pero estoy segura de que no teníamos ni idea de lo que iba a pasar. Nos había advertido: “Una vez que me meto en esto, no salgo más”. Después cuando vi cómo venía la mano, me quería morir. En mi casa allanaron como tres veces. Recuerdo cuando estuvo toda la noche la cana dentro de mi vivienda. Estaban mis dos hijos, un amigo y esperaban a Godio que siempre venía a casa a las reuniones. Pero él no vino. Estaba en Suardi, nunca se fue. Mucho tiempo después me di cuenta que era necesario que se quedara acá. Era empleado del Banco, siempre me traía unos paquetes que yo no sabía qué eran pero yo no tenía que mostrarlos. Yo decía: “¿Qué serán esos paquetes?” Un día se cae uno, se rompe un poco y veo que había nombres de personas y el documento de cada uno de elles. Y yo entendí que seguramente eran para falsificar DNI, como Ramón tenía la imprenta, Godio se las pasaba y los hacían.La gente en Suardi decía que eran guerrilleros, que eran mala gente. Tuve la suerte de que en la escuela nunca me hicieron un vacío. En el trabajo nunca tuve que cambiar mi apellido. Pero a mi hermana no le permitían escribir Girau, por Ramón. Con lágrimas en sus ojos, cierra su respuesta contándome que cada noche al escuchar, desde su habitación que daba hacia la calle, los pasos de alguien sobre la vereda, se sentaba de manera rápida para ver si llamaban a la puerta e ir corriendo a abrirle a Ramón “porque seguramente andaba escondiéndose”.
PREMONICIONES Por Paula Gonzalvez Cierro los ojos en democracia y despierto en un sueño medio rodeada por gendarmes del 2018 y medio por genocidas del ‘76 -es decir, medio atacada por la misma clase de bichos. Corro y me escondo y entro en crisis porque sigo vestida con la remera de la oposición enarbolando la bandera del ser pensante de la crítica de la búsqueda para rearmar los lazos quebrantados. Es un sueño, me digo, lo sé, pero una voz me grita que la realidad es más que un sueño y más que ficción que no me detenga porque las cadenas aún no se terminaron de romper que los 30.000 de ayer también son los miles de hoy. Y con miedo me susurra en el oído: “no les creas, en aquellos años las cosas empezaron más o menos igual: los ojos se taparon y las persianas cerraron y otros muchos afuera luchaban por la libertad”. Luego caigo en el río de la inundación y nado hasta el mar de los desaparecidos. Es un sueño, me repito, me aseguro, pero nado rápido igual porque la sombra del pasado me persigue y me apunta por la espalda a sangre fría -a la sombra, pienso, pronto se la convertirá en una estatua. Llego a un espacio abandonado por el Estado y me doy cuenta de que soy exiliada. Gritan mi nombre a lo lejos, quizás me buscan, pero yo ya no sé quién soy ni dónde estoy. Pienso: ¿Cuánto tiempo puede aguantar la esperanza? Pasan días, semanas, años. No me despierto. Voces siguen gritando, cada vez son más, gritan presente, dicen que aunque no esté, estoy. ¿En qué clase de país estoy viviendo? ¿No llegó el momento de dar un salto revolucionario y despertarnos de verdad?
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CRÓNICA COLECTIVA DE UN VIAJE DE HUACHUMA Por Yacuruna, Queen of the Bongo y Mamihlapinatapai de Multifruta Ilustración de Guillermo Casañas Desde pibes nos hemos visto rodeades de prejuicios emergentes de una cultura occidental tradicional que desacredita y reprime las extrañas habilidades y el potencial psíquico de sanación y transmutación que tiene la figura del Chamán. Ni hablar de la exagerada preocupación social que se ha gestado durante tantos años, de manera colectiva, al mencionar la existencia de la auto-experimentación con enteógenos. Las plantas son estigmatizadas bajo el rótulo de droga y tantos años de desinformación causados por el prohibicionismo hacen que su potencial medicinal sea ignorado. Sin embargo, nada de todo esto se interpuso en nuestro camino. La decisión ya estaba tomada. Íbamos a tomar huachuma, planta de uso ancestral que, desde la Conquista, fue denominada San Pedro por los españoles. Y así se la conoce hasta hoy. Las condiciones témporo-espaciales eran insuperables. La cita fue en San Esteban, un pueblito cordobés con más variedad de vegetación e historias ancestrales que habitantes. “¿Vamos a tomar San Pedro? Conozco un chamán de confianza” fueron las palabras mágicas con las que uno de los pibes presentó la propuesta, a la que evidentemente fue imposible negarnos. La confianza de la que hablaba había sido construida gracias a experiencias 18
previas en las que Juan, el chamán que nos presentaría a huachuma, se había desempeñado con mucha seguridad, amor y buena predisposición. Ocurre que para él, el ritual inicia mucho antes del momento en que se bebe la sagrada medicina. De hecho nos instalamos en la comunidad un par de días antes, para tener tiempo de familiarizarnos con el lugar y la gente que lo habitaba. Además queríamos tener el tiempo suficiente para poder realizar una purga que limpiaría de residuos, tensiones y preocupaciones nuestres cuerpes y mentes. El ambiente no podía ser mejor. La comunidad quedaba bien alto, alejada del pueblo y metida en el medio del monte. La calidez de la gente y lo especial del entorno generaban una energía especial y mística que hacía que el tiempo pase más lento.
Del viaje interior Una melodía de tambores que invadió progresivamente el espacio fue la señal. Estaba por conocer al Abuelito, como suele llamársele a esta planta. Entre la bola de fuego que nos iluminaba la cara y la mezcla de aromas propia del monte, percibía una atmósfera que me transportaba a kilómetros de la cotidianeidad en la que estoy acostumbrade a moverme. Estaba distanciade de todo lo conocido y natura-
lizado. No podía dominar la situación, la curiosidad y las ganas de comprender me hacían parecer une infante. Cuando quise acordar, ya lo estaba bebiendo. La fluidez del momento permitió que nos relajáramos y un porro comenzó a girar. Si bien la conversación era escasa, la conexión mental era absoluta. Me mantuve un rato abstraíde hasta que comencé a sentir calor. Una sensación similar al subidón del MD, con euforia y vehemencia incluidos. Ante el cambio de ánimo repentino Juan me ofreció rapé, para despejar la mente. Decidí recostarme al costado del fuego y cerrar los ojos. Mi cuerpo se relajó por completo, y mi cerebro comenzó a crear hipnóticas imágenes. Eran similares a una aurora boreal en colores rosado, naranja y lavanda que cambiaban de forma al compás de la música. Simultáneamente a las visuales, una seguidilla de pensamientos existenciales irrumpió en mi mente. Llegué a olvidardonde me encontraba e incluso que tenía un cuerpo. Hasta que de repente pude recordar el sentido del tacto, y me hice consciente de que mis manos habían estado masajeandose entre ellas fuertemente, desde hacía largo rato. Estaba sentade observando el fuego. Hace rato sentía que la planta estaba den-
tro mio, actuando en mi cuerpo. Sentía un subidón de energía que venía desde la base de mi cuerpo y subía hasta el pecho y la garganta, donde se estancaba. Esa traba me incomodaba, sentía la necesidad de hacer algo para facilitar que esa energía terminase de subir por mi columna. Enseguida tuve una arcada. Al toque me paré, fui atrás de la ronda que habíamos formado y, apoyade en la rama del árbol que nos abrazaba, vomité esa angustia que estaba impidiendo sentirme plene. A través del vómito destrabé mi pecho y mi garganta para permitirles sanar gracias a mi firme intención de curarme y gracias al impulso de la medicina. Enseguida vino Juan y empezó la limpieza. Cuando logré reaccionar y sentarme divisé algo a mi derecha que me dejó helade. Eran Juan y uno de los pibes. Estaban haciendo una limpieza. No entendía mu cho de que se trataba, hasta que alguien me comentó lo que era y me dejó más tranquile. Se trata de una transmutación que realiza el chamán al conectarse con todo ser vivo y su energía. Logra conectarse y adoptar los patrones energéticos negativos del otre para luego expulsarlos de su cuerpo físico y sutil, dejándole su esencia libre de influencias externas. Lo cierto es que cuando llegó mi turno,
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comencé a sentir una angustia interior que llenó mis ojos de lágrimas. Intentaba recordar lo último que había estado pensando y por qué tenía imperiosas ganas de llorar. Mis manos se agitaron exageradamente. “Juan, ¿qué pasa? Me tiemblan una banda las manos”, exclamé asustade. “Es energía, sos una persona muy cargada de energía vos… relajate y soltá todo”, me aconsejó. Y automáticamente emití un
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Eran similares a una aurora boreal en colores rosado, naranja y lavanda que cambiaban de forma al compás de la música.
llanto desconsolado que parecía provenir de une niñe de seis años. Seguidamente me sentí envuelte en el más hermoso y prolongado abrazo. Me senté y sentía que ya estaba todo bien. Miraba el fuego hipnotizade, admirando cómo mutaba constantemente en nuevas y diversas formas impredecibles. Podía observar en su esencia su capacidad para abrigar a través del calor, de renacer con mucha fuerza desde la madera muerta hecha leña. Pensaba que el mismo fuego que nos cobijaba podía incendiar un bosque, una persona, terminar con muchas vidas sólo con su ignición. Dentro de sí, como dentro de todes nosotres, el fuego tenía la habilidad de salvarnos del frío e iluminarnos en la oscuridad, así como de invadirnos con su presencia y terminar con todo a su alrededor. Comencé a reflexionar que esa gran capacidad que podía usar tanto a favor como en contra de la vida también me correspondía a mí y a todes les seres, teniendo todes que convivir con nuestra luz y nuestra oscuridad, equilibrando nuestras partes y usándolas de manera tal que beneficien al bienestar tanto nuestro como de les demás. En un momento, sentí la necesidad de 20
alejarme del fuego. Me paré y caminé en dirección al monte. La noche era cinematográfica: parecía estar hecha para nosotres. Estábamos en una especie de valle gigante, rodeado de montañas. Y parecía estar lloviendo en todos lados menos en el punto exacto en el que nos encontrábamos. Era un festival de rayos y truenos constantes. Los espacios entre las nubes en los que se llegaba a ver el cielo estaban
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llenos de estrellas vibrantes y llenas de vida. El cielo negro, cargado de nubes, se iluminaba con cada rayo y yo sentía que no pasaban más de cinco segundos entre cada uno. Era fantástico ver todo oscuro y que, de golpe, se iluminara con tanta claridad que podía observar las plantas
adentrándose en el monte, volviéndose monte, formando el monte, que se imponía sobre nosotres, preparándose para soltar el conflicto que llevaba dentro de sí mismo en forma de tensión electromagnética y mucha agua para limpiarse (y limpiarnos). Cuando me di cuenta, estaba al lado de uno de mis amigues más cercanes. Mirábamos el cielo, extasiades, sentía el otre: que todo era hermoso. que, la naturaleza entera era un regalo, un regalo que se nos brindaba gratuitamente todos los días. Nos pusimos a llorar de felicidad. Nos abrazamos y nos recordamos el amor mutuo. No era necesario, porque sabíamos perfectamente que nuestras almas estaban sintiendo eso; pero igual lo dijimos. En un momento, el chamán se nos acercó también. La noche era tan increíble que hasta él se había alejado por un momento de su rol y se limitaba a mirar hacia arriba. Les tres nos fundimos en la contemplación y la admiración hacia el fenómeno
increíble que sucedía alrededor nuestro. Las plantas, el viento, las nubes con sus poderosos rayos luminosos, el aire ingresando por nuestras fosas nasales; todo esto era un espectáculo maravilloso que podíamos disfrutar. Entre nosotres y toda la naturaleza que nos rodeaba había una comunión, un entendimiento profundo del amor que fluia entre todes les seres de una manera imperceptible en un estado de conciencia ordinario. Todo respiraba en un compás vital orquestado imperfectamente. Huachumita estaba ahí para permitirnos ver ese fluir, para hacerlo consciente e incorporarlo a nuestras vidas. Estaba para mostrarnos esa esencia y recordarnos que nunca debemos olvidarla. Charlamos un rato hasta que, finalmente, la lluvia cayó. Y recibir el agua en mi cuerpo era recibir todo el cariño que la Tierra tenía para brindarme. “La lluvia borra la maldad y lava todas las heridas de tu alma”, había dicho Spinetta. Y yo me acordé de eso, y realmente sentí que no tenía heridas, porque era une niñe. Que acababa de caer en el mundo, que lo comprendía todo y a la vez no comprendía nada, y sin embargo estaba más consciente que nunca. Después de un rato de mojarnos, decidimos entrar. Nos acomodamos en la piecita y Alejandra nos preparó unos chapatis calientes: una tortilla de harina riquísima. Comiendo, riendo y charlando fui sintiendo cómo, de a poco, huachuma se retiraba de mi cuerpo. Se retiraba en su faceta más explícita, pero sin dejar de recordarme que, en realidad, seguiría estando ahí conmigo. Al terminar cada experiencia con drogas soy consciente de que algo de mí cambió: pero que, en realidad, ese cambio me está acercando a mi esencia. Esta sensación nunca fue tan fuerte como con huachuma.
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EMILIO RUCHANSKY:
“Los modelos de legalización pueden ser tan dañinos como los de prohibición” Por Tabaré Echeverría y Guillermina Ferraris Foto de Clara Sosa Ilustración de Mateo Saavedra Lo conocíamos bien, defiende el consumo que cada une elija y articula trabajados argumentos a favor de la regulación de todas las sustancias. “El narcotráfico es una creación del Estado”, polemiza, sabe bien que el mercado ilegal no existiría sin prohibicionismo y aporta la información que necesitamos para dar el debate. La entrevista iba a ser el sábado a las 10 A.M, trámite de menos de una hora y “chau chau un gusto”, pero el viernes nos invitaron a una cena con él y otros periodistas. La Mate estuvo de yapa y conocimos a un Emilio muy simpático que nunca nos trató diferente por tener 15 años menos que los demás comensales. La sobremesa fue fluída cual peña amiguera y el final fue el esperado: aire libre, vista al Paraná, vaporizador y charuto compartido. La nota era a las 10 am pero nuestras resacas anticipadas se organizaron para las 4 P.M. Antes de la marcha del 24 de marzo. El día era atípico, de lucha, con amenaza de lluvia y en formato desconocido: la charla iba a ser filmada. El lugar también era inusual, el patio de una abuela que escuchó atenta a la juventud perdida y drogadicta. Nada impidió que la conversación fuera tranquila, más allá de gotas esporádicas, el mate pudo girar y nos sacamos las ganas de preguntar. Les dejamos con él: editor de la revista THC, judío y comunista cultural, periodista de judiciales y de temas de drogas, cebador nivel uruguayo, redactor de informes en Canal 7, autocultivador y autor de Un Mundo con Drogas: los caminos alternativos a la prohibición.
¿Cuáles son las diferencias entre despenalizar, regular y legalizar el consumo de una sustancia? Despenalizar quiere decir suprimir las penas por la tenencia para consumo personal (TPCP) de cualquier sustancia. El fallo Arriola en 2009 indica la inconstitucionalidad de penalizar la TPCP porque implica inmiscuirse en la esfera privada de una persona, en su autonomía y en su plan de vida. Legalizar implica simplemente sacar una sustancia de la lista de prohibidas, pero no conlleva ningún tipo 24
de control. En Argentina tuvimos, por ejemplo, el tabaco legalizado y sin controles sobre la publicidad. Los modelos de legalización pueden ser tan dañinos como los de prohibición: si una legalización no tiene ningún tipo de control, puede incrementarse el uso, como con el tabaco. Y regular es algo intermedio que implica controlar la producción, la distribución, la comercialización y la publicidad de la sustancia. Se recomienda una regulación estricta para no dejar las sustancias liberadas al mercado. Las personas tienen que saber qué es
perjudicial y en algún punto el Estado debe intentar controlarlo, no prohibirlo, no ser paternalista pero sí regular. ¿La marihuana es la puerta de entrada a drogas más duras? Es un mito que existe hace muchos años, incluso hace poco la DEA lo retiró de su página oficial... Se creía que había
es fin de semana, quiere salir y consumir alguna sustancia. ¿Cómo opera el patriarcado en las redes del narcotráfico? Es algo muy interesante y no es un aspecto tan explorado. En Córdoba y Buenos Aires se des-federalizaron los delitos de drogas (la TPCP, tenencia simple y
Cuando en 2001 empezó a circular la pasta base en Argentina no fue algo mágico, los dealers la pusieron en “las góndolas” una especie de relación mágica entre la marihuana y, por ejemplo, la cocaína. Se decía que era una “droga de inicio”. En el debate por la regulación en Uruguay un diputado dijo que “la gente fuma y antes tomaba coca cola y antes la teta de mamá”, no hay una relación de causa-consecuencia. La puerta de entrada es el dealer, eso es lo que sostienen los holandeses y lo han probado. Permitieron los Coffee Shops, eso hace que mucha gente no vaya a un dealer que le ofrezca otras drogas. Cuando en 2001 empezó a circular la pasta base en Argentina no fue algo mágico, los dealers la pusieron “en las góndolas”. El paco se vende en dosis, esto permite al usuario más pobre financiar su consumo sin tener demasiado dinero. Es central entender que el dealer es el regulador de lo que se consigue en el mercado para emplear determinadas políticas que eviten el consumo de sustancias más nocivas. Quien quiere consumir lo hace igual, de eso no hay duda, lo que hay que evitar es la experimentación forzada: ir a tu dealer y que te diga “no tengo marihuana, pero llevate un poco de cocaína”, por ejemplo. Muchas veces la persona termina tomando eso porque
tenencia para comercialización, pasaron a la esfera de la justicia provincial). Y se dieron algunos pactos entre dealers grandes y la policía para entregar a mujeres, por eso en la Provincia de Buenos Aires se triplicó la cantidad de mujeres encarceladas por delitos menores de drogas. La lógica del patriarcado está presente en las organizaciones criminales y considera a las mujeres como objetos descartables, también se entregan hombres pero generalmente son mujeres y hay casos que son las propias parejas de los dealers las que terminan presas. Por otro lado, hay un fenómeno muy importante en la provincia de Buenos Aires y en Córdoba donde las mujeres trans que son trabajadoras sexuales y están en las paradas, muchas veces venden o consumen cocaína. Lo malo es que caen detenidas por la misma policía que les baja la mercadería para comerciar y que cuando salen de la comisaría las esperan para ponerlas a vender en la calle. La primera vez zafan, pero les roban toda la recaudación y en algún sentido están secuestradas por la policía. Después, a nivel carcelario uno ve que no hay visitas, hablo más que nada de la cárcel de Ezeiza que es la que que conozco. La mujer que está presa no cumple las 25
normas del patriarcado: no fue una buena madre o una buena esposa y por eso nadie las visita y dentro de la cárcel también sufren un maltrato disciplinario por no ajustarse a los roles tradicionales de género. La mayoría de las detenidas son jefas de hogar, madres solteras que tienen muchos chicos y la venta al menudeo les permite trabajar en su casa, vender desde allí. Los estudios muestran que esta situación no es solamente en Argentina, en muchísimos países de América Latina la mayor parte de las mujeres están detenidas por delitos de drogas y van en aumento. En el Norte del país está lleno de mulas presas, muchas son bolivianas que dejaron en Bolivia a sus chicos que terminan siendo institucionalizados. La guerra contra las drogas es una guerra también contra las mujeres, porque son las principales víctimas.
las personas. Si los usuarios no quieren o no pueden dejar de consumir, igual se los puede ayudar. Es algo que empieza ahí donde el consumidor tiene una necesidad. Si pensamos en nuestro país, lo mejor sería hacer boquillas especiales para las pipas con las que se fuma pasta base: así los pibes no se cortarían ni se quemarían la boca, como pasa. Ofrecer una ducha es hacer reducción de daños: ofrecer un baño a una persona que está de gira, o en “situación de pasillo” (consumiendo en una villa), para que pueda bañarse y tomar un café sin extorsión, sin obligación de
¿Qué es la reducción de daños y riesgos en las políticas de drogas?
dejar de consumir para ser ayudado. Otra de las reglas de esta práctica es adaptar el servicio al usuario y no hacer esperar a un consumidor hasta que lo atiendan en una guardia, sino llevar un dispositivo intermedio, como puede ser un centro de día para que la persona pueda tener un contacto sanitario. En las farmacias se venden pastillas o sobrecitos para tener menos resaca, eso es reducción de riesgos.
Es una teoría que apoya la despenalización porque entiende que la criminalización impide la ayuda a las personas que consumen. Como fenómeno empezó cuando muchísimas personas que usaban drogas empezaron a contagiarse de HIV y Hepatitis C. En Suiza, algunos círculos médicos y psiquiátricos se dieron cuenta de que el consumo de heroína no era el mayor problema, sino estos contagios por compartir jeringas. Ellos empezaron a repartirlas gratis y eso evitó que mucha gente contraiga las enfermedades. Después la reducción de daños fue avanzando, hoy podemos pensar en el testeo de pastillas en fiestas electrónicas, por ejemplo. La idea de la reducción de daños es que se puede ayudar a una persona que no quiere o no puede dejar de consumir una sustancia: más allá del abstencionismo se pueden provocar mejoras en la salud de 26
La iglesia hace un ejercicio ilegal de la medicina, de hecho tiene algo así como unidades terapéuticas
En Argentina, ¿qué lobby se mueve contra la despenalización del autocultivo? El lobby tiene varias caras acá. La más importante es la de la iglesia católica pero también la de las evangelistas, que consideran que la despenalización es un mal mensaje para la juventud. Ellos fueron los que en parte hicieron fracasar el debate en 2012, cuando se llevó un proyecto de consenso para despenalizar la tenencia y el autocultivo, para que sea excarcelable la venta al menudeo y bajarle las penas. La iglesia tiene una postura histórica con
las drogas, como con el aborto y la diversidad sexual. Además son muy influyentes porque hacen trabajo territorial reemplazando al Estado en las barriadas, muchas veces ofreciendo tratamientos abstencionistas. Es decir que la iglesia hace un ejercicio ilegal de la medicina, de hecho tiene algo así como unidades terapéuticas. Narcóticos Anónimos y Alcohólicos Anónimos hacen reuniones en la iglesia local, tienen un poder muy importante. El Papa dijo que la regulación en Uruguay no era el camino y criticó la sustitución de sustancias, una técnica que se utiliza mucho en el caso de la heroína, que se reemplaza con metadona, un opioide “de largo alcance” que evita que la persona tenga subidones y bajones que lo hagan inyectarse constantemente. Después está la cartera de seguridad, toda la plata que mueve la guerra contra las drogas: armas, narco tests, vigilancia, entrenamiento, fuerzas especiales, etc. Muchas personas no tendrían trabajo que hacer si disminuyera el narcotráfico. Además, la Ley de Drogas tiene un tratamiento coactivo: o te penan con TPCP (que la mayoría de las veces se archiva) o podés optar por declararte adicto y el juez te deriva a comunidades terapéuticas que movilizan dinero. La parte burocrática judicial ha tenido su impacto también, aunque actualmente la justicia fue la primera en advertir que el 70% de las causas que trabajaban eran de TPCP, osea, gente que no representaba ningún riesgo para la seguridad nacional. ¿Cómo funcionan las comunidades terapéuticas en Argentina? Muchas son centros clandestinos de detención porque los padres pueden hacer secuestrar a sus hijos. Contratan ex-adictos para buscar gente que tiene un consumo problemático o no: lo capturan, lo llevan dentro de la unidad terapéutica y las
obras sociales muchas veces cubren esto. Adentro son torturados, hacen confrontes, son humillados, etc... Son tratados como viciosos, es un tratamiento moral de una supuesta enfermedad, que en realidad es un cuadro químico, pero el consumo problemático es consecuencia de otros factores. Quienes tenemos un espíritu más democrático, y desde la revista THC, insistimos con que no hay que centrarse en la sustancia sino en la persona. Si tuvieras un día sentado en el sillón de Rivadavia, ¿qué harías con 3 decretos? El primero sería derogar la ley de drogas, el segundo crear un mercado regulado para el cannabis y el tercero cerrar las comunidades terapéuticas. Por supuesto que me quedaría todo el narcotráfico de otras sustancias sin solucionar y caería mi gobierno rápidamente porque dirían que es un narco-gobierno. Creo que la represión hace mucho más daño que la sustancia, peor que la droga es el narcotráfico.
EL MATE ¿Qué yerba usás? Mezclo dos yerbas uruguayas sin palo: Moncayo, que es de yuyos (y) Y Sara suave. ¿Mejor momento del día para tomarlo? A la mañana. ¿Tipo de mate? Calabaza. ¿Tácticas para no lavarlo? El chorro de agua siempre sobre el lomo de la bombilla.
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ESQUINA POR SIEMPRE Por Manuel Leiva Ilustración de Guido Bertos Rociado con desodorante, Juan intenta llegar a lo del Negro Leña. La patineta esquiva mil autos con él arriba, mientras tanto piensa en la cantidad de letras al pedo que sacaría del abecedario. Corte misteriosa, Luana está sentada en la entrada de una casa gris, con un frente lleno de manchas de humedad, llegando a una de las últimas esquinas de Ameghino. Para qué mentirse, todo en lo que Luana esté involucrada tiene algo de misterio. Ambos personajes de la vagancia de nuestra ciudad se clavan los ojos como si se hubieran estado esperando. No fue así, pero es obvio que si salís a patear, alguien te vas a cruzar. Ella escupe una cáscara de girasol y prende un porro, él deja las letras de lado y se percata de un perro muerto que está tirado en la vereda, justo al lado de donde Luana sigue con la vista a Juan, sin expresión alguna. “Si el pobre bicho hubiera muerto con los ojos abiertos, miraría con más vida que esta loca” piensa rebuscadamente Juan. Frena a ver qué pinta.
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Pasa por arriba del cadáver y se agacha para saludar a la mina con un beso. Luana tiene la maña de soltar un “muuá” cuando da besos de hola; ya todos se acostumbraron a eso. —¿De qué te escapás boló? —pregunta la morocha con sonrisa sarcástica. —¡Ahí está! La B larga o la V corta, una de las dos tiene que volar a la mierda. —¿Eh? —No nada, estoy en otra. ¿Vas a fumar sola? —pregunta Juan que intenta conectarse con la realidad. —Ni ahí —Dice Luana, endureciendo la cara otra vez y abriendo los ojos como cobra–con vos. Los autos dejaron de pasar y Juan se sienta hechizado. Ha visto en los ojos negros de esa mujer, todos los colores del mundo en forma de milimétrico y complejo mandala. Era el mapa del universo, lo vió un segundo pero para siempre. Se hace de noche, y el sol, aunque invisible para los paranaenses, estalla y con él el sistema solar entero. Se desintegran todas las montañas y océanos, planetas y
asteroides; calles y plazas, la humanidad y los extraterrestres; todos los libros y líneas de merca del planeta, las pantallas de tv y átomos de carbono o de cualquier otro elemento de esta parte del universo. Nada queda, todo pasa en un instante que nuestra estrella libera toda la energía calórica contenida en su núcleo para arrasar nada menos que con toda la materia que orbita alrededor de ella. En un punto cualquiera del vacío sideral, una luz lejanísima resplandece fugaz entre los astros de otra galaxia. Fue la luz de la reciente supernova que se reflejó en la bombilla del mate que Luana le está pasando a Juan, advirtiendo “Guarda que ta que pela”. La realidad de los dos sigue intaczta: la casa gris, las estrellas y los cables de teléfono, la bicicleta apoyada en el jacarandá de la esquina, sus flores lilas, la cancha de Sportivo, la patineta, el desodorante, la tuca, el mate y el perro en el piso simulando una mesita de té. Nadie ni nada queda, y ellos, los sobrevivientes al desastre, ni enterados. —¿Pa’ dónde ibas? —pregunta con tono dulzón la posible destructora del cosmos mientras destapa el termo para que se enfríe un poco el agua. —Ni me acuerdo. Ambos ríen despreocupados (están de vacaciones).
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BASTA DE COMPLICIDAD EN LA UNIVERSIDAD: CON LAS PIBAS NO Por Guillermina Ferraris y Valentina Aldecoa
Esteban Rezza, denunciado por estudiantes de la FCEdu (UNER) Hemos sido testigos de que ninguna esfera de la vida social está exenta del régimen patriarcal, y el ámbito universitario paranaense no fue la excepción. En 2017 estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación se vieron afectadas, en reiteradas ocasiones, por abuso de poder y violencia de género perpetradas por un ex profesor adscripto quien decidía utilizar mensajes personales de Facebook para comunicarse de forma “privada”. Si bien contaban con un grupo institucional en la red social, las alumnas denunciaron públicamente que sus mensajes no tenían nada que ver con la metodología de trabajo del equipo de cátedra, lo que les generaba mucha incertidumbre e incomodidad. “Internamente nos preguntábamos si nos escribía porque le parecíamos débiles o porque buscaba algo en nosotras, sentíamos vergüenza, inseguridad, incomodidad, muchas clases nos paralizábamos y decidíamos no participar” señalan las estudiantes en su descargo. Se trata de Esteban Rezza, vocero de la Empresa Provincial de Energía (EPE) de Santa Fe, quien además daba clases en la cátedra de Sociología de la Educación de la Licenciatura en Ciencias de la Educación. En función de la denuncia efectuada 30
por siete estudiantes y planteada hacia el interior de la UNER, Rezza ya no está más al frente de alumnes por decisión del cuerpo docente de la cátedra. Fue por su condición de adscrito que la denuncia no pudo derivar en juicio académico, sino en una investigación administrativa que quedó como antecedente en su legajo y que se convertirá en un obstáculo para ocupar otras cátedras. Además de la denuncia realizada el 22 junio del 2017, se llevó adelante un Protocolo de Actuación y la apertura de un expediente en la institución en el que se repudia la conducta tomada por el docente. El Protocolo de Actuación de las Expresiones y Acciones Discriminatorias Basadas en las Violencias Sexistas de la UNER había sido presentado en noviembre del 2016 por la Facultad de Trabajo Social en Consejo Superior. Su finalidad es la de propiciar un ambiente libre de violencia sexista generando espacios institucionalizados para debatir/denunciar casos concretos y proteger/promover los derechos de les estudiantes universitaries. Un año después fue aprobado por el Consejo Superior, paralelo a la presentación de la denuncia en la FCEdu por lo que requirió una aplicación urgente. En Consejo
Directivo se nombra a las Autoridades de Aplicación quedando el Abog. Federico Ornik como Instructor Sumariante, a la Dra. Alicia Naput como Asesora en cuestiones de Género y a la Prof. María Isabel Martínez como Secretaria, siguiendo el artículo 2° del Protocolo. Las alumnas involucradas hicieron un descargo en facebook informando dificultades resultantes de los procesos administrativos necesarios a la hora de denunciar. En el mismo afirman que Federico Ornik, el asesor legal de la facultad e instructor sumariante presentó su informe final argumentando que no existió acoso en los hechos denunciados, tampoco violencia de género o abuso de autoridad. Algo que desestima por completo el reclamo de las compañeras y relega el arduo camino emprendido por ellas para sentar precedentes en la lucha de género dentro de la universidad. Por su
parte Alicia Naput, docente elegida por las estudiantes, solicitó al Consejo Directivo que los hechos denunciados calificaran como acoso, factor constituyente de la violencia de género y por lo tanto exigió que se validara la denuncia. “La conducta de acoso (al menos verbal) se basa en una relación de poder que a la vez que se reconoce vicaria de la relación de asimetría educativa, la pervierte lesionando la libertad de las estudiantes, infunde miedo, vergüenza e incertidumbre en las situaciones de copresencia áulicas (en las que debiera proliferar una asimetría sostenida en la confianza y el cuidado al servicio del aprendizaje)” concluye en el informe. Finalmente el Consejo Directivo falló a favor de lo expresado por las estudiantes y la Asesora, aprobando el procedimiento de investigación administrativa a Rezza. Además se solicitó a la Cátedra de Sociología de la Educación que inclu31
ya en el informe final de adscripción del denunciado las conductas descritas en el artículo pertinente.
Conrado Astudilla, denunciado por estudiantes de la UADER No es la primera vez que las relaciones de poder asimétricas habilitadas por la estructura académica posibilitan un caso de abuso o acoso en la ciudad de Paraná. Un profesor de la UADER fue y sigue siendo, desde hace mucho tiempo, acusado en las redes sociales por alumnas de Psicología. El señalamiento por violencia sexista recae sobre Conrado Rudy Astudilla, docente de Semiótica de dicha carrera. La exposición pública de sus actitudes violentas y de acoso no había generado ningún tipo de escucha por parte de las autoridades. En la primer sesión del año realizada por el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales el pasado 7 de marzo, se resolvió apartar de su cargo al docente acusado e imponerle una orden de restricción de 200 metros a cualquier sede de la Facultad. La medida aplica por un período de 90 días durante los cuales se reunirán pruebas para un juicio académico que podría apartarlo definitivamente del cargo. Según informó el sitio AHORA una integrante de la Unidad Fiscal de Violencia de Género del Poder Judicial, Valeria Vilchez confirmó la existencia de una denuncia penal contra el docente por acoso y violencia de género que data de diciembre del año pasado. Esto indica que hubo un pacto de complicidad, silencio e inacción por parte de la institución, ya que otros espacios del feminismo se
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mostraron comprometidos. Tampoco hay información oficial en el portal de la facultad y esto es un claro reflejo del nivel de impunidad y anonimato con el que pueden manejarse las autoridades de una institución de este rango, además de la falta de solidaridad y compromiso. Fue gracias a la lucha y el valor de las estudiantes organizadas que Astudilla fue desplazado de la universidad.
Rompamos con el silencio y la complicidad machista Desde la revista Mate queremos repudiar todo tipo de actitud pasiva ante cualquier hecho de violencia institucional, de género o abuso de autoridad. Entendiendo que toda acción o inacción forma parte de una decisión política. Al replicar y resignificar esta información y difundir las voces de les involucrades, aspiramos a impulsar a les lectores a comprometerse a visibilizar las injusticias que se viven en aquellos ambientes que debieran ser educativos, de construcción colectiva y de formación civil. Esperamos empoderar a todes les que hayan sido víctimas de alguna situación de violencia para que se animen a hacer la denuncia pública y penalmente. Nuestras páginas están ansiosas de romper con la complicidad machista y la opresión naturalizada a las mujeres y les diverses. Si necesitas exponer una situación de violencia, no dudes en comunicarte con nosotres. Queremos propiciar un diálogo continuo, resguardar tu identidad y garantizar ser un nexo para hacer justicia. Nos organizamos y alzamos nuestra voz para hacer caer el patriarcado, time’s up machos.
YA FESTEJAMOS SUFICIENTES NAVIDADES Por Bautista Veaute Ilustración de Cecilia Fontana Estábamos en Lima: Juana, dos amigos y yo. Hace 12 días habíamos iniciado un viaje desde Santa Fe tomando el tren a Tucumán, y después a dedo, desde ahí hasta Cartagena. Era 24 de diciembre y estaba pasando, después de tantísimos años, una Navidad lejos de mi familia en la casa de mi abuela: a 3600 km. En mis 21 años tuve dos novias: 1 año y medio, una, dos años, la otra. Además de ellas, de pibe hasta hoy –creo– estuve enamorado de Juana. Nunca había hecho algo por esto que me pasa desde hace rato. Preferí, siempre, escaparme. Pasaron los años, 15 si no me equivoco, y nuestro vínculo se fortaleció y devino en una amistad muy fuerte. Ahora estábamos viajando juntes, en un periplo de movida alucinante: 7000 km a dedo por América Latina. Yo no quería dejar pasar la oportunidad. Aquel 24 de diciembre, estábamos alojades en el barrio de Miraflores, en un hostel cercano a la costa limeña. Decidimos cocinar arroz con camarones para la cena de Noche Buena. Juana y yo nos encargamos de preparar la comida, a les dos nos sentaba bien la cocina y mis dos amigos preferían lavar, y hacer el fuego, en caso de que estuviéramos acampando. Cada une cumplía bien su rol, éramos un buen equipo viajero. Mientras preparamos la cena con Juana, destapamos un
vino y fuimos emborrachándonos de a poco. Ella empezó a decir que esperaba encontrar durante el viaje, una o más razones que le demuestren que estaba contenta con las cosas que hacía con su vida. Semejante duda existencial no tuvo una respuesta clara de mi parte, más que algunas divagaciones. Casi lista la comida prendí un porro y lo compartimos con otres viajeres que estaban en la cocina. Cuando quedó una tuca, estuvo listo el arroz con mariscos. Cenamos les cuatro juntes y tomamos otro vino. A las 12 brindamos con todes les huéspedes y empleades del hostel. —¡Feliz Navidad! —¡Joyux Noel! —¡Feliz Natal! —Merry Christmas! Yo nunca le encontré sentido festivo a la Navidad. Mi ateísmo temprano, en un primer momento, y mi agnostismo, después, lo que encontraron de bueno era la reunión familiar y renovar el placard con los calzoncillos y remeras que todos los años las tías me regalaban. Una razón de amor, otra de necesidad material, ninguna de fe. Sin embargo, antes de empezar este viaje pensaba que sería una experiencia cultural interesante pasar navidad en otro país. Después de brindar nos fuimos a la costa. La brisa marina le daba un aroma 33
salado al ambiente y se sentían las gotitas en la cara cuando soplaba fuerte el viento. Conocimos unas pibas chilenas y en un momento los chicos desaparecieron, y ellas también. —Me siento libre. Es raro esto de viajar así y es raro sentirse libre -dijo Juana, mientras miraba el mar, apoyada en una baranda. —¿Qué pensás qué es la libertad, Juani? —Hacer lo que querés. Y ser realmente consciente de qué querés, además. —Yo no soy libre entonces, si tu definición de libertad es así. Agarré la botella de vino tinto chileno que acabamos de comprar, la destapé, tomé un sorbo y seguí: —¿Alguna vez te pusiste a pensar en las cosas que naturalizamos? ¿En las que ni siquiera reflexionamos? Eso me falta, desnaturalizar lo normal. —¿A dónde querés llegar, Tomi? Yo creo que experimentar esas cosas que decís, te va a resolver tus dudas. —¿Nos acercamos hasta la playa, Juani? Saqué el pareo que llevaba siempre en la mochila de mano y lo estiré en la arena. Nos sentamos sobre él y nos quedamos un rato en silencio mirando el mar. —Me parece que tenés que dejar de reprimirte algunas cosas, Tomi. —Dijo de repente Juana. —Juani, ¿qué pensás de los riesgos?
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—Que algunos valen la pena. —¿Pensás que nuestra amistad es tan fuerte, si pasara algo entre nosotres y no funcionara? —¡Estás flashiando boludo, jaja Me quedé mirándola, sin decir nada. Sonriendo pícaramente. —Además—continuó— compartimos un mismo grupo de amigos. También nos queda hasta marzo viajando juntos. —Tus excusas son pésimas. —Hay demasiadas cuestiones en juego. Pasame el vino. —¿No vale la pena el riesgo, pensás? Nos quedamos en silencio de nuevo. —¿Lo de la experiencia que me dijiste, dónde lo pongo entonces? —Agregué. —¿Por qué, Tomi? —¿Y por qué no, Juani? —No quiero. —Tenés miedo. —No tengo miedo. No hace falta, eso es. —Tenés miedo y está bien. No pasa nada, quedate tranqui. Voy a ver si encuentro a los chicos. —No te vayas, no me quiero quedar sola. —Me quiero ir. Ya me aburrí. Vamos y los buscamos a los chicos. —Bueno, andá… Otra vez quedamos mirándonos. Yo estaba parado y ella seguía sentada en la tela. Entonces dijo: —Quedémonos 5 minutos más. Mirá lo hermoso que está la playa y el cielo. —Si veo una estrella fugaz, te voy a tener que dar un beso, Juana. —No, no. No. —Dijo y revoleó los ojos unas dos veces. —Si veo dos, nos vamos a dormir juntos. No alcanzamos a ver ninguna estrella. Juana me agarró la nuca y me dio un beso sutil. Después, sin soltarme la nuca con sus manos, me corrió el cuello hasta que puso su boca en mi oído y me dijo: —Vamos al hostel. Ya festejamos suficientes Navidades para no creer ninguno de los dos en Jesús.
LA IMPUNIDAD LASTIMA MÁS QUE EL AGUA: A 15 AÑOS DE LA INUNDACIÓN DE 2003 Por Octavio Gallo Fotos de José Almeida Santa Fe es una ciudad rodeada de ríos. La pesca, la maratón Santa Fe-Coronda o el Puente Colgante son postales de la ciudad. Sin embargo, las postales son imágenes congeladas. Y si algo caracteriza al río es que corre. El fluir del río involucra una dimensión espacial y otra temporal. El río lleva barro, camalotes y canoas que cruzan a la gente de la isla a la ciudad. Y el río, también, implica el paso del tiempo. Los minutos que se nos van de las manos mirándolo, sus crecidas y sus bajadas. El 29 de abril de 2003, el río Salado protagonizó la aparición de una nueva y triste postal santafesina: la inundación. El agua entró por el oeste y avanzó hacia el sur, cubriendo los terrenos más bajos,
que estaban (y están) habitados por las personas más pobres. La inundación también abarcó una dimensión espacial y otra temporal. Los que se movieron en el espacio fueron los evacuados: más de 130 mil personas, casi un tercio de la población total de la ciudad. El tiempo también se movió. Duró un par de días la inundación en sí: entre el día del 28 y la noche del 29 el agua cubrió los barrios periféricos de la ciudad, desde Barranquitas y Villa Oculta hasta Centenario y Chalet. Pero algunas personas no volverían a su casa durante casi un año, cuando por fin se cerraron los últimos campamentos de evacuados (La Tablada y La Florida). También pasó el tiempo para la Justicia: a 15 años de una
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Inundación de Santa Fe en 2003
tragedia que pudo haberse evitado todavía no hay ningún condenado. Finalmente, hay una tercera dimensión de la inundación, que escapa al tiempo y al espacio: la de la muerte. 23 fueron los muertos contabilizados de manera oficial; 158, los que relevó la Casa de Derechos Humanos.
Se pudo prevenir La provincia venía recibiendo fuertes lluvias desde hacía meses. El punto clave de la cuestión era la Circunvalación Oeste, que se había inaugurado el 8 de agosto de 1997 durante el gobierno de Obeid. La obra funcionó como la pared de una gran pileta, impidiendo que el agua escurriera hasta que no superara la altura de esa defensa. El agua entró por calle Gorostiaga. El tramo 3 de la obra nunca se había hecho, y en el proyecto se recalcaba la necesidad de hacer un cierre provisorio en esa zona. Tampoco se hizo, aunque podría haberse construido en 20 días. El 10 de marzo, 50 días antes de la inundación, el pescador Sixto Montenegro comentaba con el canal de televisión Cable y Diario que había alertado a la policía porque “caían pedazos de siete 36
metros del paredón del terraplén del lado del río”. “Toda el agua de lluvia del norte viene para acá”, agregaba. El 14 de marzo, el senador Alfredo Esquivel elevaba esta alerta a la Legislatura. El 26 de abril, el gobernador Reutemann declaraba que Santa Fe capital estaba “muy complicada”, y que “el número de evacuados que va a haber en la zona oeste va a ser altísimo”.
Se pudo evacuar antes En la tarde del 28 de abril, el agua ya había ingresado a la ciudad. El ministro de obras públicas Edgardo Berli declaraba en la radio LT10 que estaban intentando cerrar las defensas, pero que si no se lograba “había tiempo suficiente para organizar una evacuación tranquila”. En la mañana del 29, el intendente Marcelo Álvarez declaró en la misma radio que los vecinos de los barrios del norte ya no iban a poder ser salvados, y aseguró que la Municipalidad iba a disponer camiones y colectivos para la evacuación. Mariela, vecina de Santa Rosa de Lima que habló con el programa “La conjura” días despues de la inundación, dice que estuvo hasta las 9 de la noche en el agua
y no vio ni una lancha de prefectura. Menos, los camiones y colectivos que había prometido el intendente. Álvarez también dijo que el suroeste de la ciudad no iba a tener problemas porque la casabomba 1, correspondiente a esa zona, estaba funcionando bien. Ya en la tardenoche de ese día la realidad se encargó de desmentirlo. De esos barrios (Chalet, San Lorenzo y Centenario) se desprende la mayoría de los muertos reconocidos oficialmente. Recién el 30 de abril Reutemann dinamitó las partes de la defensa que estaban reteniendo el agua. Luego declararía que, al estar recorriendo la zona el día anterior, alguien le había gritado que si dinamitaba la autopista lo iban a matar. Con esto justificó esta demora de un día en un contexto de emergencia. Un día después dictaría la Ley de Seguridad Interior: Santa Fe pasaba a estar militarizada. Mariela se preguntaba, desde el centro de evacuados, por qué los militares tenían ametralladoras, botas y chalecos antibalas, pero no chalecos salvavidas.
Se podría haber hecho justicia El 3 de mayo, Reutemann dio una conferencia de prensa en la que dijo la célebre frase “a mí nadie me avisó”. Minutos después se contradijo, porque respondió que sabía que las lluvias llegarían a Santa Fe. También dijo que no había estudios sobre el Salado, y que el único dato existente en la provincia de Santa Fe era del que “va y mide con un palito y dice ‘hasta acá llegó’”. El 15 de mayo presentó su renuncia la secretaria de Promoción Comunitaria Adriana Cavutto por el acopio indebido de donaciones de sus empleados. El Estado sólo reconoce 23 muertos. La Casa de Derechos Humanos, en cambio, estuvo recibiendo información y testimonios durante dos años. La cifra final alcanza los 158 muertos. Algunos de ellos
murieron hasta dos años después por consecuencias indirectas de la inundación: estrés postraumático, infartos o cuadros depresivos. Desde el 2003, se instaló la legendaria Carpa Negra de los inundados en la Plaza 25 de mayo, frente a la Casa de Gobierno. Muchos de los damnificados iniciaron juicios al Estado: con algunos, el gobierno arregló por atrás, aprovechando el desamparo en el que habían quedado los sectores más vulnerables. En algunas casas en las que vivían varias familias, el dinero (escaso) se entregaba a una sola persona, lo que generó no pocas disputas intrafamiliares. Pero el reclamo sigue, porque los inundados no quieren dádivas: quieren ser indemnizados. La figura de la indemnización implica daños y perjuicios, por lo que exige que el Estado asuma la responsabilidad de los hechos. A 15 años de la tragedia, la causa penal sigue impune. Ha pasado por las manos de varios jueces, ha atravesado pedidos de prescripción por parte del ex intendente Álvarez, y nunca incluyó a Reutemann entre los imputados. Cada 29 de abril que pasa, la impunidad se perpetúa y suma una nueva página al dolor de todos los santafesinos que perdieron su casa, sus cosas, sus recuerdos y muchos de sus sueños. El río sigue siendo el mismo: un caudal de agua barroso que corre a la par del tiempo, pero que sigue devolviéndonos el mismo reflejo.
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ESCAPÁ A LA REALIDAD
Por Gaspar Mussin ¿Vieron la noticia que anuncia que Facebook vendió datos de más de 50 millones de usuarios a una consultora política que trabajaba para Trump durante su campaña? Si no, busquen. Es sólo una muestra de la influencia que tienen las redes sociales a través de sus herramientas de control y registro de nuestra información. Nos muestra cómo al usar redes sociales no sólo avalamos el comercio con nuestros datos personales y la cosificación de nuestra individualidad, sino que también nos dejamos llevar en la lógica de uso constante e intensivo de los medios digitales de socialización, lo que les hace más fácil la tarea. Whatsapp, Instagram y Facebook, entre otros, buscan intensificar el uso que hacemos de sus servicios a través de algunas herramientas informáticas de control social como los algoritmos —modelos matemáticos sofisticados desarrollados por algún grupo de ingenieros de EE.UU. que ponen 38
en relación la gran masa de datos que les proveemos los internautas y toman decisiones basadas en esta puesta en relación—. Por ejemplo, el objetivo de Facebook es mantener a los usuarios todo el tiempo que se pueda en la red social, interactuando con el mayor número de publicaciones posibles. Esto se logra mostrando contenido que se ajusta a lo que el usuario considera interesante, definición que se elabora analizando constantemente sus reacciones, interacciones, gustos y muchas variables más. Esto tiene varias implicancias que es difícil desarrollar en algunas páginas. Hoy nos proponemos considerar el peligro que esto significa para la vida en el aquí y ahora, la “realidad real” y no la virtual. Existen corporaciones que ponen en uso una maquinaria enorme de recursos humanos y tecnológicos con el fin de mantenernos la mayor cantidad de tiempo posible atados a la vida en la red. Internet es hoy una
oportunidad para comunicarse, compartir e intercambiar intereses con otras personas, expresar ideas y generar lazos simbólicos y culturales. Actualmente significan un medio fundamental para canalizar nuestros deseos y reclamos, para encontrarnos con comunidades con las que tengamos afinidad. Pero ¿cuánto frecuentamos la realidad fuera de las redes sociales en búsqueda de sentirnos parte de una comunidad, del intercambio cultural, de la expresión de nuestros deseos y temores? Nuestra sociabilidad se transforma si la imaginamos sin redes de información a nuestro servicio. Hasta hacer planes con nuestros amigos se dificulta si no es a través de Whatsapp o Facebook. Gran parte de nuestras conversaciones se basan en contenido consumido a través de ellas. También transforman nuestra soledad, ya que siempre tendremos algún contacto disponible para chatear y sentirnos más acompañados. Si estamos aburridos o esperando la llegada de alguien enseguida podemos buscar el celular en nuestros bolsillos, abrir algunas aplicaciones y ya está, podemos pasar el rato. Es en la soledad donde podemos experimentar con lo que nos rodea y encontrar esas actividades y pasatiempos que pueden convertirse en motivaciones para nuestra vida, es allí donde podemos establecer lazos de representación simbólica con el mundo cultural. Debemos cuestionarnos qué tanto necesitamos las redes sociales y cuánto pueden influirnos a la hora de establecer relaciones con los demás o con nuestro contexto, cualquiera sea. Personalmente, me propuse hacer un cambio respecto al uso sin cuestionamientos que vengo dando a las redes y me encuentro pensando estrategias que permitan alejarnos de esta lógica cínica, tanto para mí como para quienes leen. El objetivo es aprender a usarlas como las herramientas que pueden ser, intentando impedir que sean ellas quienes nos manejan a nosotros, lejos de negar los beneficios que pueden traer bien utilizadas.
Bloqueá las notificaciones de las aplicaciones que quieras usar menos tiempo. Esto nos permitirá revisarlas cuando lo decidamos.
No uses el celular si estás en grupo o realizando alguna actividad. Así no nos vamos a distraer de lo que estemos haciendo en el momento.
Intentá pasar tu tiempo tanto de ocio como de aprendizaje alejando tu mirada del celular. Si te animás, ponelo en modo avión.
Mesurá el tiempo que pasás online. Si te cebás, algunas aplicaciones como FaceUp, que hacen estadísticas sobre tu uso personal del celular y te ayudan a llevar un registro.
Priorizá tus necesidades y ocupaciones antes que el uso del celular. Por ejemplo, desayuná antes de revisar Whatsapp.
Cuestionate cuán necesario es que uses las redes, cuán seguido conviene usarlas y cuáles de las que usas son realmente indispensables.
Podés experimentar con redes sociales y clientes de mensajería alternativos, que respeten la privacidad de sus usuarios, tales comov Diáspora, Telegram, VK (algo así como la versión rusa de Facebook), ProtonMail, entre otras. 39
SUMEMOS REPERTORIO AL FOGÓN Vivo en Tribus Astillas del Mismo Palo
Por Jésica Dittrich Sí, vos, amigue, ¿sabés de todo lo que te estás perdiendo por no ir más allá de las mismas bandas que escuchás hace años? ¿Tenés idea de cuántos talentos ignorás por no salir de esa zonita de confort musical? Sí, hay vida después de esas canciones que repetís una y otra vez. Por eso hoy queremos presentarte un CD para que agregues a tu selección rockera: Vivo en Tribus, el último trabajo discográfico de Astillas del Mismo Palo. La banda nacida en el 2013, es oriunda de la ciudad de Crespo y está formada por Javier Unrrein, en la guitarra y los coros; Alexis Berg, en la batería; y Martín Eclecia, en la voz y el bajo. El CD al que nos vamos a dedicar fue lanzado el año pasado y es el tercer trabajo de un grupo que compartió escenario con Eruca Sativa, Jóvenes Pordioseros y Las Pastillas del Abuelo. Vivo en Tribus fue grabado en el popular bar santafesino y cuenta con nueve canciones de los dos CD’s anteriores. Como el power trío acostumbra, los temas son pegadizos y potentes, y si bien se encuadran en el rock, muestran también influencias de punk y blues. Las canciones que componen el trabajo son Rabiolandia, Canción para drogueta, Matando zombies online, Dulce María, Ud. murió alguna vez?, Tu revolución, Tirales un ladrillo, 40
Llamada rock, Mi chica robot. Si bien las letras de los temas son un fuerte de la banda, debido a su inteligente uso de las metáforas (como por ejemplo, “usás un libro de trinchera”, en Tu revolución), el gran as de Astillas se ve en el plano instrumental. La guitarra, el bajo y la batería, a través de solos o de las bases de las canciones, brindan una potencia musical que invita a poguear. Sin embargo, esto puede entenderse como un arma de doble filo: todos los temas del CD van en la misma línea de sonido, poniéndose del lado de un rock más pesado y duro. Tal vez hubiera sido acertado agregar un tema que baje las revoluciones, como Pesadillas de ocasión, de su segundo trabajo discográfico. Si te quedaste manija, al CD podés encontrarlo en YouTube y Spotify. A su vez, tenés la opción de descargarlo gratuitamente por medio de la plataforma Bandcamp, entrando a esta dirección: astillasdelmismopalo.bandcamp.com.
AL BORDE DEL GRITO Terminal y La tristeza del oso polar Fabián Reato Fundación La Hendija $250
Por Víctor Rettore En la primavera de 2017 la editorial de la Fundación La Hendija publicó las dos nuevas nouvelles del periodista y escritor entrerriano Fabián Reato en un sólo ejemplar que brinda la oportunidad de llevarse dos lecturas al precio de una. Por este motivo, la obra de arte no tiene contratapa, sino que posee dos tapas muy hermosas que dibujó la artista Lorena Cabello. Ambas nouvelles proporcionan una atrapante y contagiosa lectura, dada la intensidad del relato que generó Reato al utilizar el narrador en primera persona del singular. Las historias están “centradas en adolescentes pero, como contracara de una medalla, se oponen en cuanto al clima, las épocas y la temática”, anticipa la editorial. En Terminal se contempla una ficción que narra la batalla de una joven, que en un tramo dice: “El mismo terror que me llevaría a gritar si abriese la boca, es el que me paraliza”. A medida que avanza, la historia aumenta los niveles de tensión, digamos mejor, los latidos. Lucha contra el silencio, contra el abuso y las mentiras. El dolor es tan pleno y angustiante, que como toda buena literatura, traspasa el papel e interpela. En la otra cara del libro, La tristeza del oso polar se presenta con un título
altamente sugerente, con un tono poético muy tentador, e invita a transitar los secretos, las motivaciones y los deseos más simples de un adolescente. Transcurre en un pueblo en donde no suele ocurrir otra cosa más extraordinaria que ver a un pez aleteando desesperado al borde de un arroyito. El personaje no tiene mucho de qué ocuparse, hasta que un día llega un circo y las circunstancias de su vida, despreocupada y cómoda, comienzan a resquebrajarse cuando se encuentra con el oso polar, y en una oportunidad expresa: “Me contenté con acercarme y sentir el agrio olor de su tristeza”. El autor ha publicado las novelas Esparadrapo, El buen samaritano y La rueda de la fortuna en la editorial mencionada. Ha desempeñado su labor como periodista en diversos medios de comunicación de la provincia, es director del sitio web Laurentino y conduce un programa radial en la emisora municipal Costa Paraná. Su reciente publicación de nouvelle o novela corta puede adquirirse a través del sitio web de la editorial de la Fundación La Hendija.
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QUERER Y NO PODER Serie web “Urbanos” Director Nahuel Beade Disponible en Fwtv.tv
Por Lautaro Zuázaga Es indudable que las formas de consumo audiovisual, dado las nuevas tecnologías que se renuevan en una velocidad constante, están cambiando en muchos sentidos. Los formatos streaming están ganando más relevancia y aunque a muchos puristas amantes de lo clásico pueda causarles pudor, lo cierto es que estas plataformas permiten una diversificación de productos que se van abriendo paso de una forma distinta a la del celuloide clásico. En este contexto, es digno de celebrar que Paraná tenga la posibilidad de tener un producto del carácter de ‘Urbanos’, cuya existencia es posible gracias a que fue ganadora del Concurso Federal de Episodios Web del INCAA y que, independientemente del resultado final, una serie de este carácter sea parte de nuestro suelo ya es un logro importante a tener en cuenta. La serie web cuenta con una idea de base atractiva y que puede explotar de manera interesante muchos conflictos que atraviesa nuestra sociedad o simplemente nuestro día a día, ya que muchos de los que vivimos en esta ciudad solemos tener anécdotas peculiares sobre vivencias que hayamos tenido arriba de un colectivo. Desde ahí hay muchas posibilidades de crear un producto tan entretenido 42
como provocativo. Lamentablemente, en mi opinión, la serie no logra explotar del todo ese concepto, se ven sobre el guión muchas ideas interesantes que pretenden de alguna forma analizar nuestra realidad desde distintas perspectivas, pero creo que la ejecución en muchos casos no está a la altura de lo pretendido. Claramente al tratarse de un producto realizado en forma minimalista no se puede pretender un nivel exorbitante de dirección y actuación. Pero muchas veces la narrativa visual que tanto puede explotarse en ambientes con tantas posibilidades como son los colectivos urbanos, no logra sumergirte en la historia ni involucrarnos en los relatos que narran los distintos episodios. En fin, “Urbanos” es una serie que a pesar de que no logre estar a la altura de sus pretensiones, es un puntapié inicial más que loable que espero que estimule la creación de nuevos productos audiovisuales en estos pagos.
TALLARINES CASEROS CON SALSA ROJA Mientras seguís craneando deconstrucciones tomate un tiempito para vos, para repensar, para cocinarte. Date un gusto, te traemos una propuesta tan económica como exquisita. Desconectate un rato, prendé esa tuca y mimate con esta ricura.
100 g. de harina 0000 por persona Tantos huevos como personas Sal segun el nivel de adicción ¼ morrón cada 4 personas Ajo a gusto 200g de carne picada por persona Puré de tomate a gusto
Receta: -Romper los huevos en un bowl y batirlos como un omelette agregando sal. -Hacer una montaña con la harina necesaria y abrirla cual volcán para poner los huevos batidos en el medio. -Amasar hasta que la masa quede lisa y blanda. -Una vez lista, dejarla reposar 5 minutos (opcional). -Estirarla en la forma más rectangular posible. -Usar harina constantemente, la masa tiene que estar lo más seca posible. -Debe quedar tan fina como se quiera (bastante). Los fideos se hincharán durante la cocción. -Una vez estirada, se deja secar hasta casi no sentir al tacto el fresco de la humedad de la masa. -En este momento ponés el agua a hervir.
-Cuando la masa está seca, se la enrolla sin dejar aire hasta formar un tubo de masa que cortaremos con un cuchillo bien afilado. -Luego de cortados, nos quedarán discos de masa que debemos desenrollar por completo hasta que queden largos fideos. -Cuando el agua rompe hervor, echamos los fideos y los probamos. La cocción es bastante breve. Si querés hacerlos con una rica salsa -Picá el morrón, la cebolla y el ajo chiquitos. Podemos echarlo junto con los condimentos. -Saltealos en una sartén con aceite hasta que la cebolla quede transparente. -Sumar la carne, luego sal e ir revolviendo. -Agregar la cantidad de salsa que queramos. -Condimentos recomendados: pimienta, comino, orégano. 43
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