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LIDERAZGO
Cómo emprender desde el propósito
Muchas personas creen que crear empresa es muy fácil y que sólo es cuestión de ser jefe y recibir dinero. No hay mentira más grande que esta. Lo cierto es que no hay mayor satisfacción que ver crecer el proyecto empresarial y el propósito de vida.
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POR KATHERINE LOAIZA COACH EMPRESARIAL
Para llegar a esa meta continua llamada estabilidad empresarial hay que pasar por experiencias que tan solo un emprendedor entenderá: la responsabilidad de pagar una nómina; la regularización de impuestos; el proceso de selección del equipo de trabajo; solucionar las diferencias con los socios; la inversión en máquinas, infraestructura, insumos, logística, software, CRM y estrategia digital. También, tener que luchar con otros desafíos que vienen de los sentimientos humanos más profundos: la capacidad de adaptación, la tolerancia con relación a la derrota, la pérdida de interés, los egos y los desprestigios injustificados, entre otros. Propónganse mantenerse firmes cuando los enemigos y las críticas lleguen.
Y es que, en el ejercicio diario, quiero invitarlos a que hagan este experimento: aprendan a calcular una hora de trabajo; a medir el valor de un salario… que inviertan incontables horas y se queden otras tantas noches sin conseguir dormir, preocupados por las cuentas. Los invito, así mismo, a que trabajen en formar personas para lograr sacar e inspirar lo mejor de cada uno. Motivar con palabras, con respeto, honestidad, dinero e incentivos. También es necesario invertir en marketing, ponerse la camiseta y salir a la calle para atraer clientes.
Piensen que pueden llegar a su casa frustrados por los proyectos, las ideas, alianzas y estrategias que no dan resultados pero, aun así, siguen firmes y animados porque han interiorizado su propósito y esto los motiva. Hagan esta prueba y se van a ver despertando a la madrugada sin motivos aparentes, pero con el pensamiento en un producto, en una conversación de oficina o en un plan para evitar la quiebra. Prueben lo que significa mirar a los ojos a un empleado y despedirlo.
Intenten sentirse empresarios por algunos años: ser vistos como “explotadores” e, incluso, como “estafadores” –porque aquí en Colombia generalizan esta palabra en cualquier situación–. Hagan esta prueba con la convicción de creer que el propósito de su negocio va mucho más allá de ganar dinero –ya les he explicado la importancia del Ikigai–. Y cuando hablen de ustedes o cuando alcancen el éxito, recuerden todo por lo que han pasado, y tengan presente a quienes se quedaron con ustedes, a quienes se alejaron, a quienes los ignoraron, y guárdenlo en el alma.
Una gran lección que el emprendimiento me ha permitido conocer es entender la ética de las personas. Los ejercicios de crear empresa deben ir más allá de una suma de capitales de varias partes; es mejor entenderlos como una suma de voluntades éticas y comportamientos que puedan vencer los intereses particulares. Ya no me importa tener grandes negocios con buenas utilidades, mi prioridad son los negocios que prosperen en la verdad con los socios. Porque nadie –absolutamente nadie– puede pasar por encima de la honra y el buen nombre que merece un emprendedor.
Los invito a que hagan este experimento un día: abran su empresa en Colombia y entren al grupo de la mayoría de los emprendedores y empresarios que estamos realmente poniéndole el corazón y el pecho a nuestras compañías, guiados por un propósito, sin querer que la salida sea liquidar o acabar las firmas y ya.
Admiro a todos los emprendedores y empresarios verracos que, como yo, decidimos continuar y transformar para no morir en el intento, asumiendo las críticas y los desplantes de quienes se rindieron a mitad de camino o sólo buscaban el dinero, sin un propósito ni un proyecto de vida. #KatheDice
IG @katheloaiza Linkedin: Katherine Loaiza