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II Simposio del Pino Piñonero

El I Simposio del Pino Piñonero se celebró en el año 2000; veintidós años después, los principales agentes del sector han vuelto a reunirse para ponerse al día de las novedades. Un total de veintiséis ponentes nacionales e internacionales y casi ciento cincuenta asistentes disfrutaron de dos días de convivencia y debate en el entorno único de La Posada Real del Pinar en Pozal de Gallinas (Valladolid). El contenido de las ponencias se organizó en bloques temáticos que abordaron los avances y nuevos conocimientos científicos y técnicos ligados a la selvicultura, la realidad cada vez más patente del cambio climático, la oportunidad del cultivo agroforestal de la especie, la necesidad de una apuesta decidida por la diferenciación y promoción del piñón y, sobre todo, la amenaza que supone Leptoglossus occidentalis. Celebramos también una visita de campo en la que comprobamos in situ los trabajos asociados a los modelos selvícolas propuestos para la especie, los logros del programa de mejora genética y la relevancia de la especie en las políticas de movilización de recursos forestales y en el programa de forestación de tierras agrícolas en Castilla y León. Luis Gil, en su ponencia inaugural, y el investigador británico David Hall, rindieron un merecido homenaje a Juan Pajares, fallecido en diciembre de 2020. Profesor e investigador de la Universidad de Valladolid, con el que trabajamos estrechamente varios de los ponentes, fue un referente para todos. Es de destacar la apuesta del Simposio por una apertura a la sociedad en general, programando de forma paralela las primeras jornadas gastronómicas del piñón con la participación de varios restaurantes de la región y una jornada divulgativa en la que cuarenta asistentes conocieron de primera mano cómo se gestionan los pinares de pino piñonero y visitaron las instalaciones de una industria dedicada a la extracción de piñón blanco. Todas las ponencias y un original videoclip estrenado en el Simposio para concienciar del valor del piñón y de los problemas que le afectan, están disponibles en la web del Grupo Operativo Pinea: www.gopinea.org. El Simposio se celebró en el marco de las acciones del Grupo Operativo Pinea y estuvo financiado al 80 % por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20 % por fondos de la Administración General del Estado (AGE).

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Homenaje de jubilación al profesor Luis Gil Sánchez

El día 3 de junio de 2022 tuvo lugar un entrañable homenaje a Luis Gil con motivo de su jubilación en la ETS de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural (UPM). El acto, promovido por algunos compañeros, fue conducido por la más veterana colega del Grupo de Investigación, Pilar Pita, y en él intervinieron nueve compañeros del homenajeado, de diferentes procedencias y ámbitos de trabajo, con los que ha trabajado en sus cerca de cuarenta años de vida profesional. Cada uno debía abordar una faceta –de las muchas que le adornan– de su vida personal o profesional. Alfonso San Miguel, de la misma promoción que Luis y también catedrático de la Escuela, recordó anécdotas, encuentros y desencuentros con Luis desde sus años de estudiantes. Peculiar tuvo que resultar para muchos de los presentes escuchar los episodios contados sobre la escuela y los estudiantes de los años 70 del siglo XX, hoy probablemente inimaginables. David León, del Área de Recursos Genéticos Forestales de la DG de Biodiversidad, Bosques y Desertificación (MITECO) habló, en sustitución de Salustiano Iglesias, ausente por problemas de salud, sobre la contribución de Luis a la conservación de los recursos genéticos forestales en España y, muy en particular, sobre el éxito del Programa español del olmo. Javier Gordo, coordinador del Atlas Forestal de Castilla y León junto con Luis, puso en valor su papel imprescindible para que tan magna obra viera la luz. Trabajo académico inclasificable por extraordinario, y que ojalá hubiese abarcado toda España. Alberto Alonso, del Área de Educación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, dedicó unas cariñosas palabras a Luis, destacando su contribución a la declaración del Hayedo de Montejo como Patrimonio Mundial y a ser uno de los montes más y mejor estudiados de España. Roberto Vallejo, antiguo responsable del Inventario Forestal Nacional y también compañero de promoción, habló de la vinculación de Luis con la Historia Forestal de España, quizás la única disciplina que ha impregnado todos los ámbitos de su trabajo. Destacó todas sus aportaciones y se felicitó por cuanto el homenajeado seguirá enriqueciendo al IFN con nuevas contribuciones. Javier Ezquerra, antiguo alumno de Luis y hoy jefe de Servicio de Gestión Forestal en la Junta de Castilla y León, asombró a todos con un poema en el que, tomando prestada la voz y el alma de los pinos ibéricos, estos reconocen y agradecen a Luis la defensa que ha hecho de ellos. El poema resume de forma tan exquisita todas y cada una de las situaciones de las que Luis se ha valido para lograrlo que se reproduce en estas páginas. Rosana López Rodríguez, también antigua alumna y posteriormente colaboradora de Luis en el Grupo de Investigación creado por él, dedicó unas sentidas palabras al maestro y luego compañero, narrando anécdotas del profesor y poniendo en valor su inigualable faceta investigadora. A Juan Ignacio García Viñas, profesor de botánica y uno de los últimos en incorporarse al grupo de colaboradores de Luis, le correspondió destacar su labor en paralizar la propuesta de declarar a todas las especies de eucaliptos y en particular a Eucalyptus globulus y a Eucalyptus nitens como especies inva-

soras. Y agradeció esta tarea en nombre de los más de 80.000 propietarios que han utilizado la especie. Cerró el turno de intervenciones Luis García Esteban, también catedrático de la Escuela, además de su director, y miembro, como el homenajeado, de la Real Academia de Ingeniería. Entre otras anécdotas, le agradeció su apoyo para entrar en tan ilustre institución. Muchos de ellos recordaron con cariño su fuerte carácter, no siempre fácil, su vehemencia, su valentía y su entusiasmo en todo lo que acomete. Pero, pese a que cada uno de los que intervino abordó temas muy diferentes, todos ellos coincidieron en poner el énfasis en la misma palabra. GRACIAS. Gracias por su tesón, por su defensa de la profesión, por sus investigaciones, por la pasión con que acomete todo lo que se propone, por no dar ninguna batalla por perdida, por habernos enseñado nuestra historia... Al acto asistieron antiguos catedráticos que trabajaron con él, compañeros, doctorandos y en especial antiguos alumnos. Se completó con un libro de firmas en el que dejaron escritas unas palabras los asistentes y en el que se incluyeron los correos que enviaron aquellos amigos y compañeros que no pudieron acudir. En nombre de todos ellos, gracias, Luis.

“Mientras exista un árbol el bosque no se pierde”, cantó el poeta, y debió decirlo mirándonos a algunos de nosotros solitarios, diezmados, exhaustos, arruinados, testigos de antiguas arboledas que el fuego destrozó, el hacha y la peguera arrinconaron y el cabruno diente cercenó sin duelo.

Tal vez lo dijo al ver nuestras entrañas sangrantes de resina, arrancadas las teas y robadas las ramas para templar el invierno, las pobres piñas prietas esperando la hora de poblar de piñones el abrasado suelo.

Siempre creímos eso, que en cada uno de nosotros yacía la esperanza de un bosque siempre nuevo, esculpida en millones de años de silencio.

Esa fe nos mantuvo cuando de tantos sitios nos expulsó el arado, el trashumar o el fuego, y nos mantuvo también cuando llegó la noche y el mundo se olvidó de quienes éramos: se nos quitó sin tino ni saber nuestro derecho a sentirnos de aquí, de donde somos, en igualdad con el roble o el acebo.

Negado nuestro ser, nuestra labor, nosotros, que dimos sombra al Homo antecessor, y vimos cosas que no imaginaríais, como desembarcar rebaños de elefantes arder Numancia o levantarse Alcántara sobre un andamio de nosotros hecho.

Nos robaron la paz y la memoria y en nuestra tierra fuimos extranjeros hasta que el paladín al que hoy hablamos nos hincó donde acampan sus desvelos. Recorriendo los montes persiguió nuestras pistas, hundido en bibliotecas rastreó viejas fuentes, asaltó a las palabras para que revelaran del pasado los más hondos recuerdos, en versos y legajos encontró nuestras huellas y las unió al susurro de capiteles y escudos y a los gritos del polen silenciado en la turba o en los trozos de palo y carbón de los lechos. Denostado por ello se revolvió, guerrero, enarboló nuestra bandera y con ella fatigó los caminos para encontrarnos luego en sierras, arenales, acantilados, volcanes, playas, páramos y yermos. No contento con eso, indagó nuestros secretos: nuestro pacto azul con los pinzones, nuestra forma de crecer y de aguantar al viento, el patrón filotáctico de nuestros primordios, la génesis del oro que atesoramos dentro, el entramado ancestral de las traqueidas, las procedencias, los piñones y también los injertos las cadenas de ácidos de nuestras células, cómo sobrevivimos al paso del incendio, los bancos de semillas que atesoramos cautos, el estrés y la sed que padecemos, y apuntaló las bases de mejorar nuestras razas montando ensayos, clones, rodales y huertos. Derribando los mitos con quijotesco empeño, nos enseñó a ser vistos como un paisaje nuevo. Alimentó vocaciones entrenadas a discutir lo asumido y a cuestionar sin miedo, confió en la juventud de sus discípulos y florecieron las tesis doctorales con nuestro nombre grabado como nexo. Nos llamábamos ler, sapin, picea, pity o taeda, laricio, albar, cascalbo, resinero, piñonero, negral, carrasco, canario, salgareño, marítimo, silvestre, doncel, uñal, moro, tea, negro, rojo, blanco, melis y, por supuesto, rodeno. Él excavó lexemas, halló nuestro escondite y nos sacó a la luz desde los Tiétar, Teide, Cerler, Sapero, Valsaín, Peguera o Candanedo. Llevó nuestro vetusto nombre a la Academia, al aula, al periódico, al Senado, a los cuatro vientos, lo propaló de boca en boca y sembró nuestra semilla en biólogos, geógrafos y también ingenieros. Fue tanta y tal su devoción y sus desvelos que nuestra sombra disimuló sus otros éxitos, cuando solo hemos sido unos de los muchos ámbitos en que don Luis abrió camino, sembró y vio fructificar su sueño. Francisco Javier Ezquerra Boticario

Elmia Wood 2022

La feria sueca de maquinaria forestal, que se celebra cada dos años, estuvo dedicada este año 2022 a las máquinas forestales ligeras, lo que se conoce como Small Scale Forestry. Algunas de las máquinas presentadas en esta edición (2-4 junio), tienen un potencial interés en primeras claras – dado el tamaño de la madera, y la necesidad de coordinación con los medios de desembosque – o en resalveos de rebollares – donde la poca anchura de estas máquinas permitiría abrir calles estrechas, reduciendo así el riesgo de rebrote -. Su poco peso puede hacerlas recomendables en suelos de escasa capacidad portante. Otra de las peculiaridades de algunas de esas máquinas es que permiten alternar las funciones de cosechadora o procesadora con las de autocargador, cambiando el cabezal por una grúa y ensamblando el remolque en una operación bastante rápida, e incluso es posible el trabajo como máquina combinada (harwarder). Una de estas máquinas, que ha sido objeto de pruebas por Central Forestal en Vizcaya para primeras claras de pino radiata, es la finlandesa Vimek Combi. Otra similar, pero algo más potente y robusta, es la sueca Malwa 560H, de 55 kW pero también con una anchura reducida (1,95 m con neumáticos de 500 mm). Será también objeto de pruebas en el País Vasco en otoño. La sueca Terri 3CW es una máquina combinada de 8 neumáticos y 55,4 kW de potencia de motor. Su mayor particularidad es que la transmisión no es hidrostático-mecánica sino totalmente hidrostática, lo que le dota de más estabilidad y comodidad de conducción. Otras máquinas presentes en la feria, con configuraciones similares pero más ligeras, son la sueca Alstor 834/840, una máquina de 8 neumáticos sorprendentemente maniobrable para su tamaño, o las Kinetic, ligeramente mayores pero sólo con configuración como autocargador.

Vimek Combi en configuración de procesadora o cosechadora forestal

Malwa 560 en configuración de procesadora o cosechadora forestal

Alstor 834 en configuración de autocargador forestal

Galiforest Abanca 2022 consolidada como la mayor feria forestal de España

La sexta edición de la feria forestal Galiforest Abanca, que se celebró en el monte del Centro de Formación e Experimentación Agroforestal de Sergude (Boqueixón) del 30 de junio al 2 de julio, registró 7.161 visitantes, cifra récord para el certamen que representó un 27 % más que en la pasada cita. También ha sido la mayor edición en expositores y superficie, además de convertirse en la más internacional tanto en su exposición como en la procedencia de los visitantes. Los asistentes se desplazaron desde multitud de puntos de España, además de otros países, esencialmente de Portugal, pero también Italia, Francia, Alemania, Finlandia o Estonia. Éstos pudieron conocer las propuestas de 371 firmas de 26 países, de las cuales 96 fueron expositores directos de España, Portugal, Italia, Letonia y Eslovenia. En su área expositiva, que ocupó 13.726 metros cuadrados, se mostró maquinaria, equipos y recambios con un valor superior a los 40 millones de euros. Los expositores trasladaron a la organización de forma generalizada que esta edición superó sus

expectativas, al tiempo que confirmaron que volverán a participar en 2024. Con todo ello, Galiforest Abanca se consolida como la mayor feria forestal de España, con la organización de la Feira Internacional de Galicia ABANCA, entidad que depende de la Vicepresidencia Segunda de la Xunta de Galicia, y el apoyo de la Consellería do Medio Rural a través de la Axencia Galega da Industria Forestal (XERA). A su exposición se unió un interesante programa. En él destacaron las exhibiciones de maquinaria y sistemas forestales, que sumaron más de 180 durante los tres días. Así, se realizaron desde demostraciones de procesadoras, astilladoras, aserraderos portátiles, biotrituradoras, rajadoras, plantas de embalaje, trituradoras, autocargadores, peladoras o destoconadoras, hasta sistemas de trepa, poda en altura, motosierras, sistemas para obtención de resina o simuladores de maquinaria forestal. Se sumaron propuestas más lúdicas, como talleres de afilado, manejo y corte seguro con motosierra, figurismo o exhibiciones del conocido como deporte de la madera. Por otra parte, se celebró un programa de jornadas en las que se trataron temas de gran interés, como los productos forestales no maderables (NTFP) y los servicios ecosistémicos del monte, la transición digital en el sector, los retos y oportunidades de Pino de Galicia o la mejora en la planta forestal de pino. Galiforest Abanca 2022, en su objetivo de contribuir al fomento del I+D+i en el sector, celebró de nuevo su Concurso de Innovación Tecnológica. El primer premio fue para un proyecto en técnicas de extracción de resina para masas de pino con fines productores de madera y obtención de resina de alta calidad.

Un ingeniero de montes, nuevo presidente de la AEIP

Nuestro compañero, el doctor ingeniero de montes Guillermo Tardío, ha sido nombrado presidente de la Asociación Española de Bioingeniería del Paisaje (AEIP). Se trata de una asociación que difunde y promueve el uso de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) y la ecoingeniería en los trabajos y proyectos de estabilización de laderas, control de la erosión, restauración del medio natural y restauración del medio fluvial. La asociación se enmarca dentro de la Federación Europea de Bioingeniería del suelo (EFIB) en la cual están representados muchos países europeos y, además, cuenta con una potente red internacional de conexión con otras asociaciones y grupos del sector de la restauración ambiental y ecológica. Guillermo quiere apoyar y reforzar el sector mediante el impulso de nuevos cursos de formación teórico-práctica, el desarrollo de la posibilidad de certificar a empresas y profesionales en este tipo de trabajos a través de la AEIP, la publicación de guías de buenas prácticas y la elaboración de fichas donde se analicen los aciertos y errores de obras y proyectos existentes. Parte de sus esfuerzos irán dirigidos a difundir y apoyar el uso de este tipo de estrategias y técnicas en el ámbito mediterráneo, así como su inclusión en pliegos de concursos, proyectos y obras para las distintas administraciones. También promoverá el uso de las SBN en el espacio público y privado del entorno urbano. Más información: https://aeip.org.es/ r

Only the Brave (Héroes en el infierno)

Pais: EE. UU. (2017) Director: Joseph Kosinski Reparto: Josh Brolin (Eric Marsh), Miles Teller (Brendan McDonough), Jeff Bridges (Duane Steinbrink), Jennifer Connelly (Amanda Marsh), Andie MacDowell (Marvel Steinbrink). Como decíamos ayer… Retomamos la serie cinéfila que publicamos entre 2004 y 2010, precisamente en la época en la que sucedieron los incendios forestales más mortíferos de España en las últimas décadas (Guadalajara 2005 y Horta de Sant Joan 2009). A lo largo de estos años, los DVD y los videoclubes han dejado paso al streaming y a las suscripciones digitales. Ahora lo tenemos casi todo accesible desde casa o en el móvil, pero un buen paseo por el monte sigue siendo mejor que cualquier película. El escenario

La trama

Antes de nada, hay que recordar que la pelicula describe hechos reales, que sucedieron en el verano de 2013 en Arizona. Aunque se puede considerar un drama sobre relaciones humanas, las escenas de los incendios forestales de la parte oriental de las Montañas Rocosas son de lo mejorcito. Es interesante ver cómo una cuadrilla de bomberos forestales de tipo municipal o comarcal solicita su certificación como “Hotshots”. Estos son cerca de una centena de cuadrillas repartidas por el Oeste americano y dependientes de instituciones como el Servicio Forestal de EE. UU., el Servicio de Parques Nacionales, la Oficina de Administración de Tierras, la Oficina de Asuntos Indígenas u otras agencias estatales. Los equipos Hotshots son bomberos de élite que reciben ese nombre porque suelen trabajar en primera línea de los incendios forestales. Son equipos que fueron creados en el sur de California a fines de la década de 1940, de tipo profesional estacional, muy bien dotados en medios técnicos y en una óptima forma física. También en esa época aparecieron los primeros smokejumpers o bomberos paracaidistas, que actualmente son unos 320 repartidos en siete bases aéreas y dependientes del Servicio Forestal de EE. UU. Tras superar el examen en un incendio forestal auténtico, esta “nueva BRIF” se bautizó como Granite Mountain Hotshots. Participaron con éxito en la extinción de varios incendios y en el más conocido de ellos consiguen salvar un árbol singular, el enebro conocido como “Grandfather Juniper”. Se trata de un ejemplar de Juniperus deppeana de una edad estimada de unos 2.000 años. Siento el spoiler, pero, como se suele decir, al final mueren heroicamente casi todos. Los 19 bomberos de élite fallecidos en el incendio en Yarnell Hill eran muy jóvenes, entre 21 y 43 años. Tres de ellos iban a ser padres, dos eran primos y uno de ellos se había sumado a este grupo de élite tras la muerte de su madre por cáncer. Descansen en paz.

La película se rodó en diferentes localizaciones alrededor de Santa Fe y de Los Álamos, en el vecino Estado de Nuevo México. Aunque en algunas escenas se aprecian pinares densos de las Rocosas, la mayor parte de la acción discurre en áreas semidesérticas dominadas por matorral alto y disperso, y por bloques graníticos. Mucho material combustible que se seca fácilmente con las temperaturas y los fuertes vientos veraniegos, causando incendios enormes. Es curioso el origen del nombre de Arizona. Aunque algunos autores hablan de palabras semejantes procedentes de dialectos indios, es mucha casualidad que se pronuncie igual que la expresión vasca “Haritz ona” o “buen roble”. Hay que tener en cuenta que en Arizona abunda la frondosa perennifolia Quercus arizonica, llamada encina Arizona, y que en otros países colonizados por vascos se repite el mismo topónimo Arizona, como en Honduras y Argentina. Para rematar, el considerado como primer explorador del sur de Arizona, el hernaniarra Juan Bautista de Anza I (1693-1740), consiguió reunir grandes cantidades de plata y las centralizaba en el llamado rancho Arizona, antes de enviarlas a México. Dejamos para próximas entregas la enorme herencia forestal española en Estados Unidos y en otras partes del globo. Disfrutemos ahora de esta buena película y honremos a estos héroes y a todos los que luchan contra el fuego. O

Se nos fue José Miguel

En la mañana del jueves 26 de mayo recibí una llamada de Madrid, del compañero Paco Rodríguez, ingeniero de montes nacido en Güimar, comunicándome el fallecimiento de nuestro jefe y maestro, José Miguel González Hernández. Tal como le contó su esposa, la causa había sido por culpa de un problema de corazón, que le había fallado. Con él se nos fue toda una eminencia del mundo forestal, político y económico. A José Miguel, que nació en Santa Úrsula, lo conocí cuando, estudiando Ingeniería de Montes en Madrid, me vine a Tenerife en el verano del tercer curso para hacer prácticas forestales y me encargó unas actividades en los montes de Arico, en la finca “Camas Verdes”, donde aprendí de los trabajos topográficos de Carlos Marzán. Luego, al terminar la carrera, después de viajar a Suecia para conocer el mundo forestal de la empresa MÖDÖ, conseguí trabajar en Agroman y en Explotaciones Forestales en Canarias hasta que Francisco Ortuño me contrató para el Patrimonio Forestal del Estado, con José Miguel de jefe, quien me destinó a La Gomera y a los montes consorciados de Tenerife y El Hierro. Tras las oposiciones al Icona en 1972 me inicié en el mundo de los parques nacionales. Primero en el Teide y luego en Garajonay (La Gomera). El papel de José Miguel en la reclasificación del Teide, Caldera y Timanfaya se dejó notar en el BOE de abril de 1981, al igual que la declaración de Garajonay como parque nacional y como patrimonio mundial. Sus relaciones con el Ayuntamiento de La Orotava, cuando fue director general del Icona, se hicieron notar, sobre todo tras el informe del profesor García Enterría, y le llevaron a poner en marcha el desarrollo socioeconómico de los municipios canarios afectados por los cuatro parques nacionales. Se le notaba el aprendizaje en los seminarios de Estados Unidos y en el espíritu de Yellowstone que introdujo Paco Ortuño en España. De ahí que la polifacética historiadora Milagros Luis Brito se entusiasmara con los “Hombres de los Parques” en su etapa política, cuando conoció a José Miguel y a su equipo profesional, época en la que los montes y los parques, las repoblaciones y las explotaciones, así como la proyección internacional de la naturaleza canaria, se dejaron notar en los congresos internacionales, en Asia y en América principalmente. Creó escuela. De su etapa política hablarán los periodistas canarios, buenos conocedores de sus capacidades, de manera especial en el mundo del REF de Canarias, es decir, del Fuero de nuestra Comunidad Autónoma. ¡Descansa en Paz! b Isidoro Sánchez García Ingeniero de Montes

José María Para Cabello

José María, Doctor Ingeniero de Montes, falleció en Santander el 23 de marzo de 2022. No soy el más apropiado para escribir esta nota de in memoriam, pues no era José María de mi promoción, pero coincidimos en los Servicios Forestales (Patrimonio e Icona) lo suficiente como para haber disfrutado de su amistad y compañerismo. Conocí a José María cuando, al terminar en la escuela de montes, me correspondió hacer el proyecto fin de carrera bajo la supervisión del Regional de Zaragoza, en la Sierra de Guara. Por tal motivo fui a Zaragoza para presentarme y tomar datos. En el centro de Patrimonio Forestal no estaban quienes podían orientarme y me indicaron que me desplazara a Jaca y preguntara por Para y Marraco. Así lo hice y repetí mi pregunta en el lugar indicado, convencido de que se trataba, como Menéndez y Pelayo, de una sola persona. Como habían salido al monte, no fue hasta el día siguiente cuando tuve la oportunidad de saludar a José María, quien, además de aclarar el malentendido, señalándome que eran dos personas diferentes, me explicó que debía ir a Sabiñánigo, donde el guarda forestal me indicaría el terreno objeto del proyecto. Pasados los años, volví a tener noticias de José María cuando, estando él en Patrimonio Forestal, en Almería, y yo en el Servicio de Explotaciones Forestales de Renfe, a caballo entre las sierras de Cazorla y Segura, me comentaron un día que había estado de visita el director general de Montes, Paco Ortuño, y habían comido en Baza, por donde también me desplazaba con frecuencia. Al contármelo, indicándome quiénes habían estado por aquella zona, resultó que uno de ellos era José María. Posteriormente fui destinado al Patrimonio Forestal en Santander, donde por enfermedad del jefe, nuestro Antonio Cuesta Areales, solo había otro ingeniero, José María Para Cabello. No puedo olvidar aquellos días en los que tuvo que hacer de jefe, y los bonitos años de labor que se sucedieron, en los que “el rubio Diplona” siempre estaba listo para ayudar. Sus apellidos, y el hecho de ser rubio, le valieron en la Escuela de Montes el apodo de “Diplona”, que era el nombre de una loción capilar que por aquel entonces estaba de moda y era anunciada por un hombre rubio. Cuando fue seleccionado para el viaje de estudios en Australia y Nueva Zelanda, con el objetivo de adentrarse en temas propios de las antípodas (eucalipto y pino radiata fundamentalmente), me cupo el honor de seguir su trabajo. Mucho me ha sorprendido su enfermedad, por su rapidez, ya que, aunque jubilados, vivíamos muy próximos y nos veíamos con frecuencia. Su simpatía y buena disposición dejan un magnífico recuerdo entre compañeros, guardería forestal y demás personas del sector forestal en Cantabria. Dios lo tenga en su gloria. b Gerardo García Rodríguez Dr. Ingeniero de Montes

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