Año 3 Nro. 3 / mayo 2022
Narraciones
Publicación del Centro de Salud Mental nº1
Suplemento Narraciones Residentes Concurrentes
El rol de la Salud Mental en contextos de emergencias sanitarias
Marcelo Clingo Verónica Roma Yesica Embil Romina Belén Chade Rodrigo Levi Hadid Martina Pérez Porto Daniela Pedro María Victoria Gándara Luciana da Silva Dante Hernán Venturini Lucía Arroyo Victoria Cifuente María Victoria Barresi Fontao Virginia Marta Ramírez García Victoria Strasberg Bracchi Abril Cortez Julián Deza Victoria López del Carril Soledad López Mazzini Eleana Maretto Florencia Benedetto Juan Cruz Bubas Magdalena Grillo Ailén Metz Agustina Moroni Steffanini, Valentina Rivera Mariano Charroqui Florencia Estevez Marianella Ibelli Camila Mignolo Lucila Tommasi Gonzalo Zahlut
ISSN: 2618-3005
Narraciones Suplemento Residentes Concurrentes
Publicación del Centro de Salud Mental Nº1 Año 3 - Número 3 Tomo 3
3. Suplemento Narraciones es una publicación del Centro de Salud Mental Nº 1. Comité de Docencia e Investigación. Jefe de Unidad Dr. Horacio Rodríguez O´Connor Secretaria CODEI Lic. Patricia Álvarez Zunino Narraciones Dirección Silvina Czerniecki Comité Editorial Pablo Castillo Marina Pambukdjian Elena Singerman Paulina Radunsky Graciela Bernztein Comité editorial Concurrentes y Residentes Melisa Tancredi Sofía Giorgiutti Nicolás Maccora Fernando Sebastián Roselli Laura Soledad Sforza Jazmín Landi Redes Jazmín Landi Diseño Editorial Javier Bustamante Arte de Portada y dibujos de secciones Débora Zilberman Manuela Pedraza 1558, C.A.B.A. Mail: narracionescentro@hotmail.com ISSN: 2618-3005
Publicación del Centro de Salud Mental Nº1
Suplemento Residentes Concurrentes Revista Narraciones Declarada de interés para la comunicación social y la cultura por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. N° 445/2019
Índice Introducción Presentación Pág.: 9
Apertura Por: Yesica Embil y Verónica Roma Residencia de Salud Mental en tiempos de pandemia Sistematizaciones de residentes de primer año frente al desafío de la formación en servicio Pág.: 11
Conversaciones Por: Marcelo Clingo ¿El fin de las Concurrencias en CABA? Pág.: 18
Nuestra práctica Por: María Victoria Gándara, Luciana Da Silva y Dante Hernán Venturini La experiencia de adecuación del equipo de trabajo de la Residencia de Salud Mental en la sala de internación durante la Pandemia COVID-19 Pág.: 23 Por: María Victoria Barresi Fontao, Virginia Marta Ramírez García y Romina Belén Chade Experiencias y adecuaciones en contexto de COVID-19 en el Hospital Carlos G. Durand desde la perspectiva de residentes de Salud Mental Pág.: 36
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Por: Rodrigo Levi Hadid, Martina Pérez Porto, Daniela Pedro y Victoria Strasberg Bracchi Recorrido del Hospital Rivadavia en pandemia Pág.: 45 Por: Lucía Arroyo, Victoria Cifuente, Abril Cortez, Victoria López del Carril, Soledad López Mazzini, Julián Deza y Eleana Maretto Salud Mental y COVID-19: Reestructuración y Nuevos Desafíos Sede: Hospital Infanto Juvenil C. Tobar García Pág.: 52 Por: Florencia Benedetto, Juan Cruz Bubas, Magdalena Grillo, Ailén Metz, Agustina Moroni y Steffanini Valentina Rivera Salud Mental y COVID-19: Implicancias de la pandemia y su impacto en las instituciones hospitalarias Pág.: 61 Por: Mariano Charroqui, Florencia Estévez, Marianella Ibelli, Camila Mignolo, Lucila Tommasi y Gonzalo Zahlut Impacto del COVID-19 en el funcionamiento institucional: una lectura al interior de la práctica en un hospital monovalente de CABA Pág.: 69
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Presentación Narraciones es una publicación del Centro de Salud Mental N°1 “Dr. Hugo Rosarios”, que surge en el marco del Comité de Docencia e Investigación de dicha institución. Se propone destacar las diversidades discursivas provenientes de considerables campos como lo son el psicoanálisis, la filosofía, la política, el campo social, el arte y la literatura; e intenta establecer un diálogo, un debate -siempre fragmentario- preservando ese vestigio en el que un discurso fracasa en su aspiración de totalizar y solidificarse. En este punto, el discurso psicoanalítico ocupa un lugar central y posibilita la orientación epistémica. Incorporamos dentro de Narraciones la realización de un suplemento exclusivo para Concurrentes y Residentes, que saldrá en el mes de mayo de cada año, porque sostenemos que la capacitación en la clínica se sustenta en lo que llamamos el trípode freudiano: formación constante en los estudios teóricos, el atravesamiento de un análisis y la supervisión de los casos. Esto no equivale a un mandato superyoico, sino al requerimiento mínimo y ético para conducir un análisis, como así también las intervenciones de nuestras prácticas. Convocamos al lector a recorrer juntos este pacto de lectura, ya que la formalización de la experiencia en las instituciones públicas (incluso más allá de cómo éstas se configuren), es uno de los modos de garantía mínima de nuestra praxis. En este tercer número del suplemento el eje es El rol de la Salud Mental en contexto de emergencia sanitaria, convocando a concurrentes y residentes de los diferentes efectores del sistema de salud a participar en la transmisión y formalización de sus prácticas. Cada suplemento cuenta con dos secciones que se mantendrán constantes en cada número. Un primer eje es: “Conversaciones”, en esta sección invitamos a alguna personalidad a escribir sobre 9
la temática elegida. Y la segunda sección es: “Nuestras prácticas”, donde se expondrán los trabajos supervisados de los y las concurrentes y residentes. Por eso en cada texto se encuentra el autor y su supervisor. En las diferentes secciones respetamos la singularidad en la que cada autor o autora recorre la temática escogida, como así también las opiniones vertidas sobre los diversos temas, siendo de exclusiva responsabilidad de los respectivos autores y autoras el contenido de cada artículo. Narraciones propone brindar un espacio para la difusión de los escritos que surgen como producto de un tiempo de trabajo de reflexión sobre las prácticas que realizan los y las jóvenes profesionales en formación. ¡Les invitamos a su lectura!
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Apertura Residencia de Salud Mental en tiempos de pandemia Sistematizaciones de residentes de primer año frente al desafío de la formación en servicio Yesica Embil y Verónica Roma “La distancia no es obstáculo para conectarse, pero conectarse no es obstáculo para mantener distancia” Zygmunt Bauman
El 11 de marzo de 2020 la enfermedad por coronavirus SARSCoV-2 (COVID-19) fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Ante un panorama mundial sin precedentes, con impacto sanitario, social, económico, ambiental y en los Derechos Humanos, los sistemas de salud debieron instrumentar diferentes medidas para poder hacer frente a la compleja situación. Desde organismos internacionales y gobiernos locales, se pusieron en marcha medidas generales para el refuerzo de la respuesta sanitaria especialmente centrada en la reducción de las tasas de contagio, a fin de evitar los colapsos y mitigar el impacto negativo de tal situación excepcional. Medidas necesarias ante la situación caótica generada, que intentaron reforzar un sistema de salud a punto del derrumbe. Sin embargo, esa respuesta sostenida en una lógica eminentemente hospitalocéntrica y biomédica dejó en penumbras no sólo otras intervenciones imprescindibles en relación a la emergencia sanitaria, sino que también postergó la responsabilidad del sistema de alojar necesidades y demandas de la población más allá de la 11
pandemia. En consonancia con ello, desde diferentes áreas alejadas del poder de decisión, se realizaron esfuerzos por visibilizar lo que no parecía estar en escena: no sólo había que responder con aumento de respiradores, de camas de terapia intensiva o de nuevos sectores de cuidados a los afectados por la enfermedad misma (por ejemplo, los containers para las UFUs), sino que había que tener en cuenta otra serie de variables y efectos que se producían si considerábamos, por ejemplo, la salud mental1. En este panorama, formarse en una residencia del sistema público de salud, implicó inéditos desafíos para el grupo de residentes2. La residencia de Salud Mental, inserta en el sistema de salud, no fue ajena a este escenario en medio de un contexto muy particular. El entorno que esperaba el ingreso de nuevxs residentes se había visto modificado: servicios con menos dotación, producto del personal dispensado; profesionales sobrecargados en tareas de asistencia en relación al COVID, algunxs que enfermaban; actividades reorganizadas; admisiones en Salud Mental interrumpidas; centros de salud cerrados; días de formación trastocados por la virtualidad, la cual irrumpía como modalidad preponderante; encuentros presenciales suspendidos; formas de atención habituales que también requerían de tecnologías no empleadas en el pasado, entre otras. No obstante, este nuevo ámbito nos ha dado la posibilidad de desarrollar y adquirir competencias específicas de quienes trabajamos en salud mental. Tal es así que la formación en servicio como sintagma fue cobrando un nuevo peso y delineando un nuevo desafío: formarse y dar respuesta a la pandemia en medio de la afectación total del sistema de salud. Los profesionales de Salud Mental tienen claras funciones en situaciones de crisis, emergencias y/o desastres, acompañando con acciones en los diferentes niveles de atención a la población entre quienes también se encuentran los equipos de salud de primera línea de respuesta. 2 Cabe aclarar que el sistema de formación en el ámbito de la CABA está conformado por concurrentes y residentes. Durante el tiempo que nos ocupa, lxs concurrentes fueron dispensados de gran parte de sus actividades (vinculado con su situación contractual), no sucediendo esto con lxs residentes. 1
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La apuesta desde la formación, entonces, se orientó no sólo a fortalecer la adquisición de competencias propias, sino también aquellas competencias situacionales vinculadas al lugar que lxs profesionales de salud mental ocupan como agentes de salud. También nos permitió transitar el camino de una formación sostenida en currículos acabados que generaban “aprendices adaptativos” hacia una currícula abierta y dinámica con el fin de que efectivamente sean agentes de cambio. Desde esta Coordinación General, los espacios de encuentro, el compartir saberes y prácticas, siempre ha constituido un valor para la formación, que se compone como una red. Ahora bien, el primer impacto de la pandemia afectó ese tejido. A la par de sostener los programas formativos de la residencia de Salud Mental, y sin perder de vista el marco dado por el propio Programa Docente, devino imprescindible la generación de espacios de reflexión y de adquisición de nuevos conocimientos y competencias, la invención de nuevas formas de encuentro, mas no fuesen virtuales, que propiciaran tiempos de pensar y compartir lo realizado, lo no sabido, lo aprendido. La estimulación del pensamiento crítico y la construcción colectiva de saberes constituyó nuestro propósito cuando planificamos el curso “Residencia de Salud Mental y COVID19” en el Entorno virtual de la DGDIYDP3, destinado a residentes que ingresaron al sistema de formación en octubre del año 2020 y cursaban su primer año en la residencia. Como formadorxs nos surgieron muchas inquietudes, tales como: ¿De qué manera incluir la historia, sin caer en la nostalgia del pasado, intentando vivificar lo aprendido en otros tiempos?, ¿Cómo dimensionar el rol de la salud mental en contextos de emergencia sanitaria desde una mirada integral e inclusiva?, ¿Cómo reflexionar sobre el proceso salud-enfermedad-atención-cuidado incluyendo no sólo los factores biológicos y psicológicos individuales, sino también contemplando determinantes sociales? (pregunta 3
Dirección General De Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional
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de la que se desprende nuestra responsabilidad social como agentes de salud), ¿Cómo estimar, desde allí, el impacto específico de la pandemia sobre los grupos vulnerados?, ¿Con qué elementos podíamos revisar críticamente las representaciones/comunicaciones que comenzaban a habitar el contexto sanitario pandémico y que muchas veces eran estigmatizantes y portadoras de más sufrimiento o de desinformación?, ¿Cómo poner sobre la mesa los dilemas éticos que se fueron presentando en los equipos de salud sin caer en reduccionismos o respuestas dicotómicas? Efecto de estas preguntas fue el espacio mencionado anteriormente y que funcionó como catalizador de experiencias. Los trabajos que se presentan a continuación son fruto del trabajo de residentes que iniciaron su formación en este escenario caracterizado por un sistema de salud y una población visiblemente afectada; residentes que se apropiaron de las herramientas disponibles, para armar sus primeras preguntas y ensayar sus primeras respuestas como profesionales de salud en el sistema público. También se incluye la experiencia de jefxs de residentes, quienes, forzados por el contexto, debieron revisar su planificación anual y adecuarla al escenario, marca de la flexibilidad necesaria para cumplir con responsabilidad el rol de formadorxs. Para lxs lectorxs, estos escritos pueden aportar un conocimiento sobre lo realizado en diferentes efectores de salud mental, a la manera de guía de recursos, lo cual hubiese sido de suma utilidad para el fortalecimiento de la red de salud mental en el contexto de pandemia. Creemos que el fortalecimiento de nuestro campo de intervención solo es posible con la consolidación real y efectiva de la “red”, y que eso sólo es posible cuando no está la urgencia crudamente instalada, cómo en este momento. Es así como hacemos nuestras las palabras del Dr. Rovere: “Estas redes se construyen en tiempos de no emergencia y sin embargo es lo que hace a la diferencia en tiempo de emergencia. Lo mismo pasa 14
con el organigrama de emergencias de un hospital: ayuda al hospital en no-emergencia y en segundo lugar lo prepara para una eventual emergencia. Pero tienen funcionalidad incluso cuando la emergencia no esté instalada, porque también construye redes”. (Rovere, 1999, pág. 65) En esencia, tenemos por detrás un objetivo implícito… acortar las distancias que a veces se imponen, las cuales producen que siempre se esté comenzando desde cero, efecto de la fragmentación propia del diseño de nuestro sistema de salud. “Nosotros no partimos en ningún caso de una carencia absoluta de redes, de “cero-red”. Partimos de un nivel de red existente, aunque lo consideramos insuficiente y que deberíamos enriquecer, limpiar para evitar cortocircuitos, incrementar las conexiones, las interconexiones, las interrelaciones, etc.” (Rovere, 1999, pág. 42) Aspiramos a que esta comunicación sirva para tender redes y lazos, como aporte para armar tejido que entrame la imprescindible co-operación frente a un problema común.
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Bibliografía · Bauman, Z. (2005). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina. · Rovere, M. (1999). Redes En Salud; Un Nuevo Paradigma para el abordaje de las organizaciones y la comunidad. Rosario: Secretaría de Salud Pública/AMR, Instituto Lazarte.
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Conversación
Débora Zilberman
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¿El fin de las Concurrencias en CABA? Marcelo Clingo
Durante todo el año 2021 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de las máximas autoridades del Ministerio de Salud que encabeza el doctor Quiroz, ha ido informando a los diferentes efectores, que este año 2022 se cierra el sistema público de formación en servicio, conocido como concurrencias. La gravedad de esta decisión es de una magnitud incalculable, dado que implica un daño a la salud mental de los vecinos y vecinas de la ciudad, una lesión severa al sistema de formación pública en salud mental, y un cercenamiento de derechos de los y las colegas en su formación de posgrado. La información que circula, cada vez con más insistencia se vuelve verosímil, en tanto que recientemente se han cerrado vacantes de concurrencias en distintos servicios, reduciendo los espacios de formación. A este marco de preocupación que viven nuestros y nuestras colegas se suma una deliberada falta de comunicación fehaciente, respecto de las decisiones que tiene previsto el Ministerio, pues no se conoce ningún acto administrativo que dé cuenta de la decisión política asumida por el ejecutivo. De este modo, se genera un clima institucional enrarecido en el cual, todos los efectores del sistema público de la CABA son informados verbalmente y en reiteradas ocasiones del inminente cierre de las concurrencias, pero no hay una sola nota, ni ninguna firma de ningún funcionario con capacidad de decisión que corrobore lo que no cesan de decir. 18
El sistema de concurrencias de la Ciudad de Buenos Aires es uno de los lugares de formación más prestigiosos de nuestro país, con más de treinta años de historia. Cientos de nuestros y nuestras colegas se han formado de este modo, varios y varias de los y las cuales se han integrado al sistema público, fortaleciéndolo y valorizándolo. Este sistema de formación en servicio, afianzado históricamente, se ha conformado en un sistema de excelencia educativa, con escasas reediciones en nuestro país. Cerrarlo supone mellar muy seriamente la formación en Salud Mental de nuestros y nuestras jóvenes colegas y aún más grave, se vería seriamente afectada la atención de la salud de la comunidad. Finalmente nos llega la información de que el sistema de concurrencias sería reemplazado por carreras de posgrado universitarias. Este modelo supone extender la formación de posgrado con modalidad arancelada, sin la carga horaria ni la excelencia que ofrece la formación en concurrencia. El desprecio por lo público por parte del partido gobernante en la Ciudad de Buenos Aires se corrobora con el avance de la privatización de la formación en servicio, dado que el nuevo modelo supondría un acuerdo con la Facultad de Psicología de la UBA y otras facultades privadas, en la oferta de un posgrado pago. En este contexto desde la Asociación de Psicólogos y Psicólogas de Buenos Aires entidad gremial comprometida con la defensa de la profesión, la formación y la puesta en valor de nuestra práctica, nos solidarizamos con los y las colegas que desde hace décadas sostienen el sistema de formación, y hacemos nuestra la defensa de las concurrencias, la mejora en las condiciones de trabajo y la continuidad del sistema de formación en servicio. En función de lo expuesto hemos presentado sendos pedidos de informes al Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires y a la Facultad de Psicología de la UBA, para que respondan fehaciente19
mente si están llevando adelante la implementación de un nuevo proyecto que implique el fin del sistema de concurrencias a partir de este año 2022. La respuesta de ambas instituciones fue tan escueta e imprecisa que agravaron nuestras preocupaciones. Lejos de esclarecer los diferentes requerimientos solicitados, se limitaron a relativizar lo planteado sin ninguna referencia específica al nudo de la cuestión. Con fecha 21 de noviembre de 2021 la Universidad de Buenos Aires respondía: “En tal sentido, se le informa que la respuesta a sus puntos a) y b) resulta ser negativa, toda vez que no se ha celebrado un convenio con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los efectos de realizar capacitaciones para los graduados de las carreras de psicología clínica y/o musicoterapia y/o Terapia Ocupacional, que reemplacen al Sistema de Concurrencias que fuera establecido por la Ordenanza 40.997, la Resolución Nro. 2036-MSGC/14 y la normativa complementaria referida a las concurrencias, ni se han realizado reuniones formales o informales en tal sentido”. En la misma línea, con fecha 7 de diciembre de 2021 el Gobierno de la Ciudad responde: “Por otro lado, se informa que a la fecha no existen convenios para capacitación de postgrado de los profesionales de las especialidades consultadas, más se encuentran en proceso de análisis diferentes alternativas de mejora al sistema actual de formación, todas ellas en fase de desarrollo”. La falta de información rigurosa y pronta mella la credibilidad de la acción pública de los funcionarios responsables, en tanto es una de sus tareas informar sistemáticamente de sus acciones. El sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con recursos humanos con una formación de excelencia, y son ellos quienes sostienen cotidianamente la atención de la salud de los porte20
ños y las porteñas y de toda aquella persona que la requiera, más allá de donde provenga. La movilización del conjunto de los actores profesionales en articulación con la comunidad permitirá el éxito de la defensa del sistema de Concurrencias, así como del todo sistema público de salud. Resulta imprescindible en el contexto descripto, sostener altos grados de coordinación entre las asociaciones gremiales y profesionales y el conjunto de los involucrados para evitar el avance de una iniciativa que traerá consecuencias gravosas para todo el colectivo psi y fundamentalmente provocará un enorme daño a la salud de nuestra comunidad.
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Nuestra práctica
Débora Zilberman
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La experiencia de adecuación del equipo de trabajo de la Residencia de Salud Mental en la sala de internación durante la Pandemia COVID-19 Hospital Álvarez María Victoria Gándara, Luciana da Silva y Dante Hernan Venturini Supervisora: Lic. Verónica Roma
Introducción El Hospital General de Agudos “Dr. Teodoro Álvarez” funciona como una de las sedes de la residencia de salud mental - psicología clínica y psiquiatría, contando con doce residentes por disciplina y dos jefes de residentes. Las residencias cuentan con un Programa de Formación Local que ordena el aprendizaje y el trabajo supervisado y que garantiza derechos, responsabilidades y obligaciones. Si bien las distintas sedes cumplen con requisitos generales, los Programas Formativos Locales presentan variaciones con la finalidad de adaptarse a las posibilidades y exigencias de cada institución. Junto con la disposición espacial, las redes de trabajo y los mitos grupales conforman algunos de los determinantes más influyentes que encontramos en la organización del grupo de trabajo. Tener en cuenta estas variantes es fundamental para poder pensar los obstáculos, intervenir en las problemáticas, coordinar el grupo de trabajo, organizar la tarea diaria, facilitar la comunicación grupal y soportar los cambios. Es decir, las vertientes a las cuales debe prestar especial atención el equipo de jefatura de residentes para ejercer su rol. 23
En este escrito, compartiremos la experiencia de adecuación del grupo de trabajo de la Residencia de Salud Mental en la sala de internación durante la Pandemia COVID-19 como un proceso en curso. Primera parte: “Mapa y Trayecto Residencial” Nuestra residencia tiene la particularidad de estar ensamblada organizativa, espacial e históricamente a la sala de internación de pacientes agudos de salud mental. Esto quiere decir que la disposición del espacio residencial, emplazado en la sala, alejada del pabellón que centraliza los tratamientos ambulatorios de salud mental, determina nuestros recorridos diarios. Asimismo, la organización de rotaciones por programa local está estrechamente ligada a las necesidades de la sala como, por ejemplo, los dos años de rotación por guardia interna para cubrir la demanda del servicio. Esta disposición espacial y organizativa de las funciones a su vez afecta y se ve afectada por las redes de trabajo, que se van tejiendo en mitologías. Los/as profesionales residentes tienen una doble afiliación: formativamente dependen de la Dirección de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, a la vez, por la labor asistencial están sujetos/as a las disposiciones del efector de salud, Dirección y Servicio del hospital en cuestión. Debido a la cualidad anfibia de la residencia, se alimenta la mitología de desafiliación respecto a la organización hospitalaria o el Programa formativo, ayudando a sostener una ficción de autogestión. Esta ficción de autogestión, sumada al mito del trabajo horizontal, suele resultar eficaz a la red de trabajo de los residentes en el hospital. En este sistema los vínculos están dados entre numerosos subgrupos: entre residentes del mismo y de distintos años, residentes y jefes/as, residencia y profesionales de planta, y otros/ as agentes dentro y fuera del hospital. Por las características ya mencionadas, la residencia toma cercanía y se apuntala de manera 24
más estrecha y frecuente con los/as trabajadores/as del dispositivo de internación. El estilo actual de la jefatura de la sala y de los/ as profesionales de planta genera un ambiente de trabajo funcional al discurso de horizontalidad. Por otra parte, el mismo es operativo para que los/as residentes muchas veces se responsabilicen de los vacíos institucionales, se desdibujen algunas de las incumbencias profesionales y se dificulte vislumbrar a las autoridades hospitalarias como terceridad, así como las legalidades que atraviesan a la residencia y organizan la tarea4. Si bien parece invisibilizarse el lugar de la residencia en una red más amplia, ésta opera diariamente y sostiene el trabajo. Es importante destacar que como jefes/as de residentes es difícil no ser catapultados/as a una posición heroica de salvar la residencia o ceder el rol de organizadores y poder distanciarnos de los mitos de horizontalidad y autogestión, narrativas institucionales de las que también somos parte. Encontramos que existen ritos de paso que preparan a los profesionales tanto para el pasaje de rotaciones, que sucede hacia el mes de mayo, como para la entrada a la residencia y la promoción de año, que suceden en junio. Estos ritos son los encargados de zambullir a los residentes en las lógicas de trabajo residencial, de preparar afectivamente para la labor que vendrá, de armar una serie, una afiliación al grupo y a la historia de la residencia, de puntuar los tiempos; suponen una transmisión de un año a otro de los mitos que organizan la residencia5. En este sentido, la sala de internación presenta un rol de organizador central y, alrededor de ella, se dan una serie de movimientos que podemos sintetizar como: la entrada, la permanencia, la salida transitoria, el regreso y, por último, la salida definitiva. Esto refuerza una concepción generalizada dentro de la residencia y de los/as profesionales de distintas áreas del hospital que se expresa como “la residencia es la sala”. De esta manera, podemos encontrar que el rito iniciático corresponde al período Greco, C. & Vainer, A. (2007, febrero) “El jefe de residentes: ni ídolo ni traidor”. Clepios. Una revista de residentes de salud mental, 41, p. 104-108. 5 Campbell, J. (2016) El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito; adaptado por Daniela Negrete Martínez. 2a ed. 1a reimp. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 4
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de instructivo de guardia interna. En el cual los/as residentes entrantes toman contacto inmediato con el trabajo en la sala de internación con una modalidad intensiva y con acompañamiento del resto de los años. Al pasar ese año ocurre la transición hacia formar parte de equipos tratantes de sala, lo cual implica un aumento sustancial de tareas y responsabilidades, así como la necesidad de ampliar significativamente la concepción de red de trabajo que se tiene hasta el momento. Mitológicamente es el año más difícil y exigente, se asocia a las ideas de desgaste y burn-out. Pasados estos dos primeros años ocurre la primera salida de la sala, en la cual los residentes dejan los puntos de referencia habituales para rotar por fuera del hospital. Esta salida encuentra su fin hacia el último año de residencia en el cual se regresa al hospital y, por lo tanto, a la sala de internación. Asimismo, existe un último momento, que abarca el transcurso longitudinal de la residencia, que es la salida de hospital habiendo finalizado la formación. Algunos/as residentes deciden permanecer un año más para tomar la función de jefes de Residentes. Así como el paso de temporadas implica un ciclo necesario en la renovación de los biomas, el pase de año renueva los equipos que se encuentran con el cansancio de sus tareas y el anquilosamiento de dinámicas vinculares. A lo largo del año de trabajo, la promesa del cambio de rotación, la salida del hospital o la realización de la jefatura permite tolerar y descomprimir diversos malestares que se generan en el trabajo diario. Encontramos entonces, una serie de mitos que ordenan la tarea y el sentido de la residencia: la residencia es la sala, la residencia es autogestiva (autoengendrada) y la residencia es horizontal. Estos, a su vez, se sostienen en las prácticas y las redes que a la vez los constituyen. La pandemia tuvo un fuerte impacto disruptivo en todos los elementos de la tarea, desestabilizando la narrativa residencial y forzando a realizar movimientos novedosos que posibilitaran un devenir.
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Segunda parte: “Impacto de la Pandemia” Para poder situarnos en los efectos que tuvo la pandemia sobre la experiencia residencial, partimos del supuesto de que ésta se presenta como inaprensible -hasta el día de la fecha- e invade todas las áreas de la experiencia, siendo la laboral una más en la serie. Desde esta premisa esbozamos un relato inicial y las primeras pesquisas de sus efectos hasta el momento. A medida que se fue desarrollando la pandemia de COVID-19 comenzaron a sucederse una serie de alteraciones en los planes, expectativas, fantasías y modos habituales de trabajo. Hasta lo que estaba planteado como un cambio (las rotaciones, las salidas y entradas de diferentes profesionales) se vio modificado. El efecto disruptivo se vehiculizó mediante información a modo de decretos, normativas de diferentes dependencias y transmisión oral en reuniones formales e informales. Se comenzó a experimentar incertidumbre y una mayor tensión a la vez que se percibía que “algo no anda bien” y que algunos cambios se avecinaban, pero “no sabemos muy bien cuáles”, como un pródromo duradero. Fue un momento crucial en el cual se vieron exigidos los modos particulares, relacionales y grupales; y se empujaron los mitos y las narrativas preexistentes al límite de sus posibilidades. En el mes de marzo se estableció el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio a nivel nacional, que se tradujo en la suspensión de diversas rotaciones, quedando muchos residentes sin funciones específicas. Por otra parte, ocurrió una reducción significativa en la cantidad de profesionales asignados a la sala ya que los rotantes de la especialidad psicología clínica del sistema de concurrencias, los practicantes de las licenciaturas de terapia ocupacional y musicoterapia, así como los rotantes de la especialidad de psiquiatría de APSA y de la Universidad Maimónides dejaron de concurrir y otros profesionales de planta debieron exceptuarse de funciones por pertenecer a algún grupo de riesgo. Por lo tanto, se comenzó a requerir que los/as residentes asistieran en el tratamiento de los pacientes internados, aún sin ser una rotación específica de su año, aconteciendo un repliegue de la residencia en la sala. 27
Estos factores se sumaron a la resolución, por parte de la autoridad central, de suspender las promociones de año y la incorporación de nuevos residentes por cuatro meses. Esto significó la ruptura del contrato de trabajo y la caída definitiva del Programa de Formación Local. Nos encontramos sin una clara normativa que efectúe una regulación y establecimiento de nuestras tareas, vínculos y jerarquías. A partir de la fractura del instituido que es el recorrido habitual de la residencia surgieron distintas respuestas, en un contexto en el que la información se distribuía por la red de trabajo de manera parcial e informal. En principio, malestar y enojo hacia las autoridades por la falta de directivas claras, disminución de la motivación por la tarea, deseos de ausentarse del lugar de trabajo, ansiedad en relación a la incertidumbre que predominaba en todas las áreas. La “cuarentena” se instaló como un paréntesis temporal en el que predominaba el significante “suspensión”. Se suspendió la formación de los/as residentes, los permisos de salida para los pacientes internados, la asistencia presencial de pacientes ambulatorios. El efecto subjetivo grupal de la ruptura del contrato se sumó al temor individual de contraer la enfermedad y se combinó con la desfavorable posibilidad de ser reasignados en tareas fuera de nuestra área de incumbencia profesional, situación que ya estaba sucediendo en otras sedes. Teníamos adelante el desafío de adaptarnos a un contexto volátil e incierto (que continúa al día de la fecha), en el que la amenaza se podía materializar en el virus, en el gobierno, en la jefatura o, incluso, en los/as compañeros/as. En un segundo momento, comenzaron a aparecer intentos de reorganización en diversos niveles. A nivel macro, tanto el gobierno nacional como municipal dictaban decretos y protocolos que posibilitaran el abordaje de la emergencia epidemiológica. Además, desde la Dirección de Docencia y Capacitación estaban pensando formas de acompañar a las residencias a transitar esta reorganización, asegurando condiciones básicas de trabajo. Por otro lado, el hospital entero estaba abocado a la gestión de tareas, que aparecían de forma frenada y desorganizada. Una respuesta que 28
empezó a hacerse visible era la activación de redes informales intrahospitalarias. El Servicio de Salud Mental del hospital, siguiendo los lineamientos internacionales, se empezó a organizar en torno a la tarea de acompañar a los/as trabajadores/as de la salud. En este contexto, al interior de la residencia se apuntó a una lógica de distribución horizontal del poder. La asamblea de residentes se erigió como ente de toma de decisiones, en la que se definieron cuestiones como la asistencia al hospital, la división de las tareas por comisiones, la jerarquización de las actividades a realizar y las medidas de cuidado. Si un analizador es aquello que provoca a la estructura y la hace hablar6, la asamblea de residentes puede entenderse como reveladora de la mitología que subyace al tejido grupal: la residencia es autogestiva y horizontal. Ficción que cohesiona a los/as trabajadores/as bajo la idea de que “la residencia la hacemos entre todos”. En el ámbito laboral se presentan distintas estrategias de defensa colectivas, necesarias para desarrollar la tarea, tales como el humor y la creatividad, la rivalidad y los malos tratos7. En este sentido, la mitología también puede operar defensivamente, en especial en momentos de crisis, ya que encubre la multiplicidad de atravesamientos que nos determinan como agentes sanitarios -ya sea desde el hospital, el campo de la salud mental o a nivel macro en lo político-sanitario-, e incluso permite negar algunas de las consecuencias de estar transitando la experiencia de una pandemia. Por lo tanto, resulta necesario poner a trabajar estas ficciones cuando las mismas no se mantienen a distancia e “invaden la vida cotidiana”8. La actuación de estos mitos había llevado a renegar de las verdaderas capacidades y potencialidades de la asamblea, poniendo en riesgo el vínculo entre pares. Si la regulación que ordena el campo fantasmático desaparece, la horizontalidad puede empezar a vivirse de manera caótica, azarosa o violenta. En otros términos, cuando Lourau, R. (1970) El análisis institucional. Buenos Aires. Amorrortu. Dejours, C. (1998). La banalización de la injusticia social. Editorial Topia. Buenos Aires. 8 Ortiz de Gonta, T. (2006). La importancia de los mitos para la psicología institucional. Buenos Aires. Departamento de Publicaciones, Facultad de Psicología, UBA. 6 7
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el vínculo entre pares deja de estar mediatizado por la ley, puede verse teñido de desconfianza, posiciones paranoicas hacia los/as compañeros o pugna de poder por la correspondencia de tareas. Habíamos leído y discutido la bibliografía relativa a primeros auxilios psicológicos en tiempos de catástrofe: toda la literatura coincidía en la necesidad de que la información transmitida fuera clara y que existieran directivas que permitan orientar a los/as trabajadores durante la crisis. Sin embargo, en este escenario había sido difícil de llevar a cabo. Se tornó necesario recuperar el concepto de gobernabilidad en tanto área de control sobre las variables involucradas en el campo. Para ello ampliamos la red de actores intervinientes y, mediante supervisiones, apelación a coordinación local de residencia y, especialmente, la ampliación del equipo de jefatura de residentes sumando a los/as futuros/as jefes/as, redefinimos el espacio de asamblea. Se intentó restituir su lugar como la reunión entre pares para discutir temas que atañen a la residencia, tomar una posición política, practicar el consenso y el disenso, con cierta área de toma de decisiones que de ningún modo es absoluta. Además, se retornó a las bases de la unión grupal: estar convocados por el deseo de formarse y asistir en salud mental, entendiendo que la pandemia constituía una coyuntura única para el desarrollo del mismo. Este movimiento en torno a la restauración de cierta noción de legalidad que regule los vínculos y la tarea tuvo un efecto pacificador en el grupo residencial. Desde el primer momento de la pandemia, el mito “la residencia es la sala” devino en “la sala salva a la residencia”. Al constituirse como eje ordenador, la base estable frente a los innumerables cambios permitió que el colectivo de trabajo tome una actitud de aceptación de la realidad imperante como primer paso para comenzar a adaptarse a la misma. En paralelo, desde el Servicio de Salud Mental se ratificaron las medidas necesarias para poder contar con un sistema de asistencia presencial que implicara la reducción de la exposición de los/as residentes, tomando en cuenta la cantidad de profesionales y los espacios físicos disponibles. El encuadre de trabajo pudo elaborarse a partir de la reinstauración de una legalidad, 30
el ordenamiento de la espacialidad y la temporalidad y el anclaje al mito ordenador. Así es como la residencia, en calidad de equipo de trabajo, pudo orientarse hacia la tarea que recíprocamente organizó a la residencia: poder brindar atención de buena calidad a los pacientes internados. De esta forma, la telé, entendida como el clima de trabajo, mejoró. Al instaurar un encuadre que contuviera las ansiedades básicas9, ya no se catapultaron reacciones de parálisis o rivalidades, y se posibilitó la emergencia de un proyecto. Tercera parte: “Adecuación del Sistema” Desde el equipo de jefatura de residencia ampliado comenzamos a trabajar en una serie de disposiciones para reconstruir la ficción del contrato perdido, entendiendo la importancia de contar con una legalidad que ampare la práctica. Con el apoyo de una red extensa de actores se realizó la adecuación del Programa Formativo Local para los cuatro meses de extensión. Una nueva narrativa escrita que garantiza la legitimidad de los proyectos que comienzan a ponerse en marcha, que define incumbencias específicas por año y, también, transversales a todo el equipo. El nuevo programa no reniega de la caída del contrato anterior, del cambio al que debemos adaptarnos, pero tampoco ignora los mitos que dotan de sentido la tarea y los ritos que posibilitan contener ansiedades y malestares propios de la labor residencial. Para la adecuación se tuvo en cuenta la necesidad del pasaje de tareas que sostiene el rito del ciclo de entradas y salidas, que generaran condiciones deseantes grupales, así como también el mito de la autogestión que habilita a aprovechar la posibilidad única de crear dispositivos que respondieran a una nueva y creciente demanda de Salud Mental. El encuadre del trabajo reorganizado en días de la semana, a su vez, implicó la conformación de subgrupos relativamente estables de trabajo diario que definen algunas de sus tareas al inicio de la jornada, posibilitando contener algo del cambio constante. Asimismo, Saidón, O (2020). “Curso: Coordinación de grupos en el contexto de la pandemia por COVID-19”. Coordinación Local de la residencia de Salud Mental, Hospital Rivadavia. Modalidad Virtual. 9
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se pudieron asegurar las medidas básicas de cuidado físico y la disponibilidad de los elementos de protección indicados para las prácticas que se deben realizar, que, en caso de no estar, los residentes tienen indicado retirarse de la labor. Como coordinadores del equipo de tareas en un contexto de cambios vertiginosos promovimos un trabajo en red junto a los coordinadores locales de residencia, amparados por la dinámica que se impulsa desde hace años desde los/as profesionales de planta de la sala de internación y el Servicio de Salud Mental. Considerando fundamental el flujo del apoyo entre los trabajadores, con especial énfasis en la frecuencia y variedad de intercambios, existe un elemento central que es el favorecimiento de la reciprocidad10. Durante este tiempo de trabajo la residencia se colocó en clara actitud de colaboración hacia el hospital. La misma disposición se logró entre los años de residencia en cuanto a la cobertura de las tareas más críticas, como las guardias. En este tipo de redes, cuantos más lazos de colaboración tengan los profesionales, más probable es que surjan formas alternativas de satisfacer las demandas. Esto discute directamente la práctica de nuclear todas las soluciones y respuestas en un número reducido de actores. Siguiendo estos principios, se compartieron nuestras problemáticas con el resto del Servicio de Salud Mental, así como a otros servicios, a Dirección de Docencia y Capacitación, a residencias de otros efectores y a supervisores externos. La ilusión de poder generar una nueva organización permitió idear nuevos proyectos, atendiendo a las demandas del hospital así como a la formación de la residencia: el acompañamiento a familiares de pacientes internados en la Unidad de Terapia Intensiva y contención en el trabajo de duelo; la difusión de información a nivel comunitario para la protección de la salud mental y sobre la posible estigmatización de pacientes y trabajadores sanitarios con COVID-19; talleres sobre autocuidado y comunicación para agenMolina, J. L. & Maya Jariego, I. (Eds.), (2010, diciembre) “Elementos para el trabajo en red. Apuntes desde el análisis de redes sociales”. REDES, Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, Volumen especial. 10
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tes sanitarios; seguimiento y contención a pacientes internados en otras salas del hospital, en principio mediante equipo de interconsulta. Las propuestas que continúan surgiendo al interior de la residencia se vehiculizan a través de la red armada en conjunto con profesionales de planta y con otros actores del hospital, ya que la misma es la que posibilita la tarea. Al aumentar la cantidad de residentes realizando tareas en la sala de internación surgió la necesidad de conformar un mayor número de equipos de trabajos mixtos entre residentes de distintos años y profesionales de planta. Entre estos actores se dan intercambios que implican saberes específicos del campo (usualmente identificados con los/as profesionales que tienen más recorrido o mayor jerarquía), pero también saberes fuera del campo de especialidad, propuestas, cuestionamientos, amabilidad, tiempo y otros elementos. Valorar estos factores favorece la noción de reciprocidad y pone de manifiesto que en este movimiento se produce una redistribución del poder. Estos intercambios impulsaron, por ejemplo, la instalación de un Protocolo de ingresos y reingresos específico para la sala de internación de salud mental, en consonancia con lineamientos del Ministerio de Salud de la Nación. Asimismo, tuvo un efecto en la posibilidad de espacios grupales para pacientes de la sala, también interrumpidos por el temor al contagio, por normativas internas y por falta de profesionales. En paralelo con el rearme de la residencia y la reactivación de la red de trabajo, se fueron recuperando los espacios grupales y se reinstauró la asamblea de pacientes a modo de espacio de pensamiento comunitario, en el cual se discuten problemáticas de convivencia. Aun así, no debemos desconocer la existencia de actores con mayor cantidad de lazos y en una posición central dentro la red, que tienden a ser canales importantes de información11. Como tales, fue determinante que como jefes/as centralizáramos la comunicación oficial, lo que incluyó determinar nuevos canales soporMolina, J. L. & Maya Jariego, I. (Eds.), (2010, diciembre) “Elementos para el trabajo en red. Apuntes desde el análisis de redes sociales”. REDES, Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, Volumen especial. 11
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tados en medios digitales que aseguraran el intercambio directo y la llegada de información a todos los residentes en relación a la actualización semanal de asuntos organizativos y de infectología. Cabe destacar que esta posición central puede llevar a la paradójica situación de negar la amplitud de la red, al confundir el rol de coordinador con la de un actor encargado de resolver todas las situaciones que atañen a la residencia o a la sala de internación. En este sentido, para quienes desempeñamos esa función, es aún más importante creer y confiar en la amplitud de la red institucional y no aceptar el papel de ser garante del estatus quo en soledad. Conclusiones Este capítulo tiene el objetivo de analizar el andamiaje que subyace a nuestra clínica desde la óptica del rol de jefatura de residencia. Para alojar a los/as usuarios/as requerimos disponibilidad, ser hospitalarios/as con nosotros/as mismo/as en tanto trabajadores de salud mental inmersos en una pandemia. Entendemos que la tarea subjetiva a las personas pero que, a la vez, para que esa experiencia sea posible deben darse ciertas condiciones. Éstas implican el desarrollar pautas que funcionen como organizadoras de temporalidades y espacialidad, adaptadas al contexto, con transmisión de información clara, el armado de tareas específicas orientadas a la clínica, apuntaladas en la modalidad de trabajo en red y en el marco de una legalidad. Esto supone condiciones de cuidado en las dimensiones biológica, emocional, psicológica y relacional. En este sentido, el análisis de la mitología, determinante de nuestra cultura organizacional, que nos atraviesa y da sentido a la labor, fue fundamental para poder reorganizar el trabajo y orientarnos hacia un proyecto en el contexto de pandemia. Tomar distancia de estas narrativas y devolverles su lugar de historias posibilitó otros campos de acción. Estas nuevas propuestas no se desligan ni se amalgaman con la mitología, se sirven de ella y, en el proceso, la transforman. 34
Bibliografía · Campbell, J. (2016) El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito; adaptado por Daniela Negrete Martínez. 2a ed. 1a reimp. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. · Dejours, C. (1998). La banalización de la injusticia social. Editorial Topía. Buenos Aires. · Greco, C. & Vainer, A. (2007, febrero) “El jefe de residentes: ni ídolo ni traidor”. Clepios. Una revista de residentes de salud mental, 41, p. 104-108. · Lourau, R. (1970) El análisis institucional. Buenos Aires. Amorrortu. · Molina, J. L. & Maya Jariego, I. (Eds.), (2010, diciembre) “Elementos para el trabajo en red. Apuntes desde el análisis de redes sociales”. REDES, Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, Volumen especial. · Ortiz de Gonta, T. (2006). La importancia de los mitos para la psicología institucional. Buenos Aires. Departamento de Publicaciones, Facultad de Psicología, UBA. · Saidón, O (2020). “Curso: Coordinación de grupos en el contexto de la pandemia por COVID-19”. Coordinación Local de la residencia de Salud Mental, Hospital Rivadavia. Modalidad Virtual.
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Experiencias y adecuaciones en contexto de COVID-19 en el Hospital Carlos G. Durand desde la perspectiva de residentes de Salud Mental Hospital Carlos G. Durand María Victoria Barresi Fontao, Virginia Marta Ramírez García y Romina Belén Chade Supervisora: Equipo de Coordinación general de residencias de salud mental Poco saber no equivale a saber poco, alude a lo limitado, inalcanzable, inconcebible el saber clínico (...) La cuestión más difícil no reside en las incertidumbres por venir, sino en soltar las certezas hasta ahora. (Marcelo Percia, 2020)12
Ingresamos a la residencia en el año 2020, un año diferente y signado por la realidad epidemiológica en las que nos encontramos inmersas. Entramos en un hospital que tuvo que readaptarse para dar respuesta a lo que acontecía. En este marco describiremos los dispositivos creados como respuesta a la pandemia de los que recabamos información en un intento de comprender el funcionamiento actual del hospital: Comité de Crisis: El Hospital Carlos G. Durand cuenta con un comité de crisis creado en el año 2020 frente a la situación epidemiológica del COVID-19, que ameritaba la organización del mismo. Antecediendo a esa situación de emergencia sanitaria, solo contaba con un comité de ética y no hay historial de participación por Percia Marcelo (2020) Argumentos de la fiebre. Esquirlas del miedo. https://lobosuelto. com/argumentos-de-la-fiebre-segunda-entrega-de-esquirlas-del-miedo-marcelopercia/ 12
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parte de la institución en eventos o catástrofes hasta el momento, siendo la situación sanitaria actual el primer suceso de magnitud para el que el hospital organizó recursos y estructura. El comité se encuentra conformado por el director ejecutivo del hospital, el subdirector, la secretaria del comité de docencia y los jefes de los distintos departamentos de la institución. Estos se reúnen habitualmente de forma semanal. Los encuentros consisten en la transmisión de información por parte del director ejecutivo y el subdirector proveniente del Ministerio de Salud de la Nación acerca de próximas actividades y proyectos que respectan al COVID-19, como así también se manifiestan los distintos cambios que pueda sufrir el hospital con el correr de las semanas tanto edilicios como del desempeño de actividades. Vale considerar que la organización de los servicios es un tema que en la actualidad y debido a la situación resulta dinámico y complejo. Por otra parte, concierne a los distintos jefes de departamentos relatar la situación de sus respectivos servicios, informando al resto de los colegas acerca de cuestiones a resolver. Unidad Febril de Urgencia: Se encarga de la orientación, el testeo y la asistencia de las personas con sintomatología compatible con COVID-19, para lo que realizó una reorganización del espacio en la institución y señalizaciones necesarias. Reorganización de infraestructura: En consonancia con la demanda de atención, se realiza una constante y dinámica reorganización de los pisos de internación según el flujo de pacientes que son atendidos o quedan internados por COVID-19. Esto se vio reflejado en el servicio de Salud Mental que de cara a la segunda ola de COVID debió disponer la mitad del espacio físico para el servicio de clínica médica, y se transformaron gran parte de los consultorios en habitaciones para internación. Derivaciones de Salud Mental Responde: Si bien el servicio de salud mental de este nosocomio no trabajó directamente en el dispositivo de Salud Mental Responde (programa telefónico que funciona las 24 hs brindando contención y orientación a los usua37
rios para el cuidado de la salud mental), una profesional se encargó de centralizar las solicitudes que llegaron del mismo para el inicio de tratamiento, teniendo estos pacientes prioridad de atención. Admisión en Consultorios Externos: Durante el comienzo de la pandemia, las admisiones se cerraron y la atención de pacientes se adaptó a las nuevas modalidades de atención para poder sostener los espacios de escucha de quienes ya se encontraban en tratamiento, con la complejidad y el esfuerzo de los profesionales que aparejaba, en ocasiones, la insuficiencia de recursos tecnológicos. Ocho meses después de iniciada la pandemia se retomaron las admisiones y estas comenzaron a realizarse con frecuencia diaria por la alta demanda de atención, a diferencia del funcionamiento previo donde se realizaban de forma semanal. La actividad se reorganizó llevándose a cabo mediante un screening, priorizando la atención de quienes se consideraron casos graves según un protocolo organizado por el servicio. Interconsulta de salud mental: El equipo continuó trabajando en los pisos de internación atendiendo diariamente a pacientes con variadas presentaciones e incluyendo cuadros de COVID-19. Asimismo, se realizaron intervenciones con los pacientes, con sus familias, y en los casos que fue pertinente, con el equipo tratante. Grupos de apoyo destinados al personal de salud: Durante el 2020, inmersos en la primera ola de COVID-19, comenzó a realizarse un grupo de apoyo para el personal de enfermería coordinado por profesionales pertenecientes al área de residencia de salud mental. La creación de este dispositivo tuvo lugar por diversas demandas generadas a raíz del malestar vivenciado en el contexto de la pandemia. Frente a esto la residencia percibió la necesidad de brindar un espacio de apoyo por lo que se convocó al mismo logrando buena respuesta y adherencia. Posteriormente, debido al pedido de la reapertura del espacio, se desarrolló otro grupo de apoyo a enfermería coordinado por concurrentes. Estos grupos no tuvieron un objetivo terapéutico sino de apoyo y escucha. 38
Equipo de Violencia Familiar: El servicio cuenta con un dispositivo de abordaje y supervisión de Violencia Familiar. Considerando que el contexto actual exacerba la vulnerabilidad para mujeres y disidencias en situación de violencia, se convirtió en un equipo con alta demanda y muy consultado. Mediante estos dispositivos nombrados con anterioridad, se responde a distintos niveles de acción13. Por un lado, algunos se encargan de aspectos psicosociales en servicios básicos y seguridad de los trabajadores de la salud y de la comunidad en general, fortaleciendo la información acerca de medidas de higiene, prevención del contagio y el acceso a fuentes confiables de información sobre los servicios y mecanismos para la atención de la COVID-19, entre otras tareas. Al mismo tiempo, otra de las incumbencias abordadas implica el fortalecimiento de apoyos a la comunidad y a la familia, atendiendo los impactos psicosociales en las personas y familias afectadas directamente por COVID-19, los impactos generados por la alteración de prácticas significativas culturalmente asociadas a la muerte y el duelo, la identificación de los factores de riesgo y grupos vulnerables que puedan requerir intervenciones específicas y el fortalecimiento de redes de apoyo. Con respecto a los servicios especializados, entre sus tareas se incluye también garantizar el acceso y la continuidad de los tratamientos pertinentes, dentro de un marco de derechos para las personas con trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias. Asimismo, se promueven intervenciones a fin de garantizar el acceso a la atención remota en salud mental de psiquiatría, psicología y otras especializadas (modalidades telefónicas o virtuales), establecer una base de datos o registro de los pacientes con el fin de poder dar seguimiento y asegurar sus tratamientos farmacológicos y psicológicos, suministrar psicofármacos esenciales, en lo posible Organización Panamericana de la Salud (2020). COVID-19: Intervenciones recomendadas en salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante la pandemia. https://www.paho.org/uru/dmdocuments/Intervenciones-recomendadas-SMAPSpandemia-COVID-19.pdf 13
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con recetas por un tiempo más prolongado para evitar la frecuencia de visitas a las instalaciones de salud. Cuidar a quienes cuidan Cuidar a quienes cuidan con barbijos, guantes, trajes, alcoholes, salarios. También con demoras en las que cada cual pueda contar qué le está pasando. Sin negaciones ni temeridades. Sin pánico ni alarmismos. En confianzas que socializan astucias que ayudan a seguir viviendo. (Marcelo Percia, 2020)14 Con respecto a los espacios de cuidado dentro de nuestra residencia, se desarrollaron reuniones de servicio semanales donde se abordaron temas vinculados al COVID-19 en profundidad, así como también otras temáticas que se consideraron de impacto o incluso que contribuyeron a la reorganización dinámica que el contexto ameritaba. Asimismo, se realizaron espacios de charla Inter residencia para tratar como tema principal el cuidado del personal en contexto de pandemia. Por otra parte, durante este período se registraron dos etapas muy distintas en cuanto al accionar del servicio de salud mental dentro del hospital. El primer periodo comprende desde abril del 2020 hasta fines de agosto del mismo año. En éste, la actividad se concentró principalmente en brindar atención a los equipos tratantes de los pacientes internados por COVID-19. Sucedía que, muchas veces, el miedo y la incertidumbre respecto a esta nueva enfermedad repercutía negativamente en el personal de salud expuesto. Sumado a lo antedicho, la falta de personal de terapia intensiva frente a la gran demanda ocasionó que médicos de otras Percia Marcelo (2020) Argumentos de la fiebre. Esquirlas del miedo. https://lobosuelto. com/argumentos-de-la-fiebre-segunda-entrega-de-esquirlas-del-miedo-marcelopercia/ 14
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especialidades deban brindar ciertos servicios para lo cual no sentían seguridad en la práctica. La situación descripta trajo aparejada sus consecuencias emocionales. Por esto, se comenzaron a ofrecer y llevar a cabo tratamientos de salud mental a quienes lo requerían con el seguimiento necesario hasta poder obtener una admisión en sus obras sociales o prepagas. En este contexto se crearon los grupos de apoyo al personal de enfermería previamente mencionados. La etapa siguiente, comprendida entre agosto del 2020 hasta la actualidad, consistió en la reapertura de las admisiones por consultorios externos, lo que presentó diferentes desafíos en lo que respecta a la organización de nuestros equipos para brindar la atención a pacientes en un contexto de pandemia. Lenguaje y estigmatización No se trata de infectados, sino de vidas que padecen una infección. No expresa lo mismo si se dice contaminados, que, si se dice inocencias afiebradas que temen contagiar, que se ahogan, que pueden morir. Resistir lenguajes de crueldad, tecnicismos que anestesian dramatizando, la vida y la muerte traducida en gráficos. (Marcelo Percia, 2020)15 Retomando a Luis Sanfelippo (2020)16, el mundo que habitamos y llamamos “realidad” se construye por un conjunto de representaciones compartidas donde algunos significantes tienen prevalencia y comandan la trama desde la que abordamos la experiencia determinando los límites de lo posible de representar. Teniendo en cuenta esto nos adentramos a observar la cartelería presente en el hospital para dilucidar qué mensaje transmite. Entre los encontrados observamos un cartel que advierte la posibilidad de contagio entre niños y se pronuncia en contra de las clases presenciales con la frase “Sin vacunación masiva, la presencialidad es criminal”. Percia Marcelo (2020) Argumentos de la fiebre. Esquirlas del miedo. https://lobosuelto. com/argumentos-de-la-fiebre-segunda-entrega-de-esquirlas-del-miedo-marcelopercia/ 16 Sanfelippo, L. (2020) Coronavirus ¿un desastre? Revista Narraciones - Centro de salud mental nº1. Buenos Aires, Argentina 15
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Por otra parte, hasta hace poco tiempo hubo un pasacalle colgado dentro del hospital dedicado al personal de enfermería, donde se les llamaba “héroes de la pandemia “y otro cartel que convocaba a una marcha en “homenaje a los muertos luchando” sobre personal del mismo servicio. Estos mensajes reflejan metáforas bélicas y criminales que fomentan la construcción de imaginarios que distorsionan las nociones alrededor del COVID-19 y los trabajadores de la salud. A diferencia de estos mensajes, en las redes sociales de la Residencia Interdisciplinaria de Educación y Promoción de la Salud perteneciente al hospital Durand, hay diversos posteos con la portada de “Dudas, Preguntas, Mitos y Verdades”, en la cual se busca difundir información sanitaria basada en evidencia utilizando como fuente de información al ministerio de salud de la nación, contribuyendo a detener la estigmatización y la información errónea. En resumen, el contexto que atravesamos en la actualidad conlleva la necesidad de flexibilizar y deconstruir muchos de los saberes previos respecto de la atención de salud mental (entre otras) en el hospital, para reconstruir dispositivos y modalidades de atención que respondan a las demandas actuales. Esta situación apareja un aprendizaje complejo y diverso en el ámbito de la residencia, con una mirada amplificada de la salud mental, tanto con la riqueza como con las limitaciones que se presentaron en este comienzo de nuestra formación en el sistema público de salud. Destacamos la importancia de adaptarse a las adversidades, con aciertos y errores, pero sin perder el foco en las necesidades del entorno y la preservación de la salud desde una mirada integral.
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· Ministerio de salud de la Nación. (2020) Salud mental y apoyo psicosocial en emergencias y desastres: plan de acción. [PDF]. https://bancos.salud. gob.ar/sites/default/files/2021-01/plan-smaps-eyd-2020-13-1.pdf · Naciones Unidas (2020) Informe de políticas de las naciones unidas: la covid-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud mental. [PDF]. https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/policy_brief_-_covid_and_ mental_health_spanish.pdf · Organización Panamericana de la Salud (2020). Covid-19: Intervenciones recomendadas en salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante la pandemia. https://www.paho.org/uru/dmdocuments/Intervenciones-recomendadas-SMAPS-pandemia-COVID-19.pdf · Organización Panamericana de la salud (2020). La estigmatización social asociada a la Covid-19. [PDF]. https://www.paho.org/es/documentos/estigmatizacion-social-asociada-covid-19 · Sanfelippo, L. (2020) Coronavirus ¿un desastre? Revista Narraciones Centro de salud mental nº1. Buenos Aires, Argentina · Sociedad Española de psiquiatría. (2020) Cuidando la salud mental del personal sanitario. http://www.sepsiq.org/file/InformacionSM/SEP%20 COVID19-Salud%20Mental%20personal%20sanitario.pdf · Stolkiner, A. (2020). Prácticas y herramientas: Crónica sobre salud mental y pandemia. Revista Narraciones - Centro de salud mental nº1. Pág. 63-70.
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Recorrido del Hospital Rivadavia en pandemia Hospital Rivadavia Rodrigo Levi Hadid, Martina Pérez Porto, Daniela Pedro y Victoria Strasberg Bracchi Supervisora: Equipo de Coordinación general de residencias de salud mental Introducción Nuestro ingreso a la residencia de salud mental en el Hospital Rivadavia estuvo signado por el escenario que estableció la pandemia a comienzos del año 2020. El encuentro con la clínica y el ejercicio cotidiano de nuestra profesión se halló en primera instancia subordinada a decretos, protocolos, disposiciones y restricciones relacionados al manejo de la situación epidemiológica. Se tomaron medidas para disminuir la circulación de personas con el fin de reducir el riesgo de contagio. Grupos y talleres que se llevaban a cabo y apuntaban a fortalecer la promoción, prevención y tratamiento de la salud de la población hospitalaria (pacientes, familiares y profesionales) fueron cerrados o suspendidos por un tiempo indeterminado. La prioridad hospitalaria era contener los efectos de un virus incierto. A su vez la atención presencial por consultorios externos fue reducida al máximo, llevando adelante numerosos tratamientos de manera virtual. El contexto en el que se produjo nuestro primer encuentro con la clínica y sus devenires fue también el de una coyuntura de crisis que nos atravesaba a todos. En este escrito introduciremos algunos de los dispositivos que nos tocó habitar como residentes, tales como consultorios externos, el dispositivo psicovid, los talleres, y plasmaremos las diferentes actividades relacionadas con la pandemia que se llevaron a cabo en la institución. 45
Consultorios externos: Padecimientos colectivos, soluciones particulares En consultorios externos de salud mental en 2020, con insistencia se presentaba el malestar particular de cada sujeto imbricado y asociado a angustias, temores y duelos relacionados con la pandemia. Se escuchaba en el relato de los usuarios que los padecimientos psíquicos y clínicos se agravaron o comenzaron a partir del cambio abrupto en el régimen de vida que la pandemia provocó. Si bien la conmoción fue colectiva y sus consecuencias generales, encontramos que un posible rol de los profesionales de la salud pública en este contexto fue el de afinar el oído para circunscribir el modo particular en que un mismo hecho cobraba un valor singular en relación a la historia de cada sujeto. Lo subjetivo no alude a un objeto o hecho en sí sino a la lectura que la persona tiene sobre el mismo, “la conclusión (de esa lectura) será relativa, es decir, estará afectada por el contexto de quien la interpreta y el universo de sus intereses”17. Si los efectos de la pandemia fueron colectivos, en el laboratorio discursivo que es el consultorio, pueden comenzar a aislarse y a discriminarse modos singulares de hacer, de reaccionar, de asimilar y de defenderse de esos efectos. Nos parece que el profesional de la salud mental puede cumplir un papel en ese primer momento para determinar de qué modo la situación disruptiva devino “traumática” o no. Como profesionales de la salud mental estamos advertidos de que la pandemia no afectó a todos del mismo modo, y que nuestro rol sería diferente en cada caso. Benyacar explica que la situación disruptiva es un suceso que acaece en el mundo externo, irrumpiendo en el psiquismo, rompiendo la homeostasis existente pero no necesariamente impidiendo una reorganización o manteniéndose como un elemento inasimilable. El trabajo consistió en encontrar la huella singular en cada uno delhecho colectivo18. Muñoz, P. (2020) Una mirada sobre los efectos subjetivos y el psicoanálisis frente a la pandemia. Recuperado de: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_con tent&view=article&id=818:efectos-subjetivos-psicologicos-pandemia&catid=9:perspectiv as&Itemid=1 18 Benyacar, M. (2002) Salud mental y desastres, nuevos desafíos. Recuperado de: http:// cidbimena.desastres.hn/docum/crid/Volcanes/pdf/spa/doc14422/doc14422.pdf 17
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Por otro lado, el aislamiento, producto del contexto de la pandemia, generó que se extendiera a gran parte de la población una situación de desvalimiento o desamparo. Frente a ese desamparo, el psicólogo puede tener también una tarea importante. Sanfelippo19 recuerda que Winnicot sostenía que uno puede estar solo (o aislado) si se tiene la posibilidad de contar con un Otro. Es así como el equipo tratante (psicólogo, psiquiatra, terapista ocupacional o trabajador social) puede tener la tarea de encarnar un rol restitutivo del lazo social, o bien psicoprofiláctico. En tanto encarna un Otro al que apelar para los pacientes, el agente de salud puede prevenir que el aislamiento devenga desamparo. Promoción y prevención en Pandemia En relación a la promoción y prevención de la salud desde la residencia se organizaron campañas de difusión de información para promover hábitos saludables y otorgar pautas básicas de detección temprana y atención de problemas de salud mental prevalentes (alteración del sueño, consumo de sustancias, estrés y suicidio entre otros). Aparte del soporte virtual de estas actividades, en 2020 se difundió cartelería en espacios comunes del hospital y en distintos servicios. Un acercamiento posible En 2020 fue creado un dispositivo denominado “Psicovid” cuya finalidad consistió en poder realizar intervenciones en situación de crisis y hacer un seguimiento de los casos de la población afectada por el COVID-19 que se encontraba internada. El dispositivo contemplaba la salud desde un enfoque biopsicosocial en un sentido amplio. Apostamos a la importancia de que cada paciente tuviera un espacio en el cual pueda realizar una lectura de lo sucedido Sanfelippo, L. (2020) Coronavirus ¿guerra o desastre? Recuperado de https://revistapaco.com/coronavirus-guerra-o-desastre/ 19
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y encontrar allí un relato que, más allá de las paredes hospitalarias, se entrame con la historia vital del usuario. En las salas COVID todos estaban internados por la misma enfermedad, pero cada uno padecía de algo distinto. A su vez Psicovid fue muchas veces el único nexo del paciente internado con su familia, las redes socio afectivas se volvían cruciales para el acompañamiento de los sujetos. La angustia, los duelos y los temores eran las respuestas más frecuentes que encontrábamos relacionadas a la pandemia y que ameritaban la escucha y el seguimiento profesional. Las situaciones disruptivas pueden suscitar reacciones emocionales intensas que, de ser detectadas y acompañadas a tiempo, pueden prevenir problemas de salud mental a mediano y largo plazo posterior a la emergencia. Teniendo en cuenta que la angustia, aislamiento, soledad y el temor por perder la salud pueden verse incrementados al contagiarse la enfermedad y encontrarse en el contexto de una internación, el dispositivo proponía un seguimiento que brindara contención verbal, la posibilidad de ubicar lo subjetivo en juego y facilitar la comunicación entre el paciente y su familia con el fin de disminuir la soledad y el aislamiento. El dispositivo estaba compuesto por profesionales psicólogos y psiquiatras del servicio de Salud Mental. Nos dividimos en equipos para realizar distintas actividades dentro del dispositivo. Los que en su actividad diaria cubrían la labor de interconsulta, estaban a cargo del primer contacto con el paciente en las salas de internación COVID de manera presencial. En este primer contacto se recolectaban los datos de filiación del paciente, fecha de ingreso a la internación y número de teléfono propio y de los familiares o sus redes. Los residentes estábamos a cargo del seguimiento virtual de cada paciente a lo largo de su internación por medio de llamadas telefónicas. En la primera comunicación indagábamos sobre antecedentes personales, grupo familiar, tratamientos previos e información necesaria para realizar un diagnóstico situacional. Se trabajó sobre cómo fue recibida por el sujeto la noticia del diagnóstico de COVID-19 y qué efectos trajo en la vida de la persona y su red afectiva. En las entrevistas posteriores los pacientes solían hablar de su estado durante la internación, las evoluciones de su estado 48
de salud y sobre todo se repetía el discurso del malestar. Las temáticas que se reiteraban era el aislamiento que se expresaba como incertidumbre, sensación de encierro, soledad y extrañar a los familiares. A su vez se hacían oír las preocupaciones económicas por la falta de la posibilidad de prever la duración de las internaciones, el temor a la muerte y a la sintomatología que se presentaba por el cuadro clínico que se anudaban a las angustias singulares, las ansiedades por volver a sus viviendas con sus afectos y el temor de lo que su enfermedad pudiera estar generando en sus seres queridos. En caso de que a lo largo de este proceso se detectara población que requiriera comenzar un tratamiento individual por consultorios externos se asesoraba para gestionar el turno correspondiente. Por otro lado, otro equipo del dispositivo compuesto por profesionales de planta del servicio abordaba el primer contacto y seguimiento con los familiares de las personas internadas. El fin era actualizar el estado del paciente y brindar contención. Por último, para dialogar entre los diferentes equipos sobre cada uno de los pacientes y su situación de salud integral se realizaban reuniones, “el pase”, de manera semanal. Retomando espacios En marzo de 2022 con el descenso de contagios y el cierre de salas dedicadas específicamente a la atención de pacientes que presentaban sintomatología acorde al cuadro de COVID, el hospital fue retomando de manera gradual diversas actividades que habían sido interrumpidas por la pandemia. Actualmente existen talleres virtuales y presenciales de reiki, fotografía, teatro, salud sexual y reproductiva, reflexología, entre otros que son coordinados por equipos interdisciplinarios. Comparten el objetivo de morigerar los efectos que el aislamiento pudiera haber generado. En dichos talleres pueden participar pacientes, familiares y profesionales del hospital. Se intenta fortalecer el lazo que la población establece con la institución hospitalaria y reanudar las actividades de promoción y prevención de la salud. A su vez se ha vuelto progresivamente a la presencialidad en los tratamientos por consultorios externos. 49
Conclusión En el 2020 el hospital vio interrumpida su actividad habitual para atender una situación crítica, había que luchar contra los efectos de un virus incierto. En un principio las actividades de promoción y prevención se vieron interrumpidas, los servicios de consultorios externos dejaron de admitir nuevos pacientes y se sostuvieron los tratamientos iniciados en gran parte mediante la virtualidad. Desde el servicio de salud mental nos propusimos apostar a la escucha de los padecimientos singulares en la crisis generalizada. Paulatinamente, pudimos ir retomando las actividades prepandémicas. Estos años de pandemia sin duda dejarán marca en la forma de trabajar, estudiar y encontrarse; la virtualidad parece haber llegado para quedarse en muchos espacios. Sin embargo, hoy nos alegra afirmar que ya se pudo volver a apostar a la presencialidad, el encuentro con los otros y a la apertura nuevamente de las puertas del servicio a la comunidad.
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Bibliografía · Benyacar, M. (2002) Salud mental y desastres, nuevos desafíos. Recuperado de: http://cidbimena.desastres.hn/docum/crid/Volcanes/pdf/spa/ doc14422/doc14422.pdf · Muñoz, P. (2020) Una mirada sobre los efectos subjetivos y el psicoanálisis frente a la pandemia. Recuperado de: http://intersecciones.psi.uba. ar/index.php?option=com_content&view=article&id=818:efectos-subjetivos-psicologicos-pandemia&catid=9:perspectivas&Itemid=1 · Sanfelippo, L. (2020) Coronavirus ¿guerra o desastre? Recuperado de https://revistapaco.com/coronavirus-guerra-o-desastre/
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Salud Mental y COVID-19: Reestructuración y Nuevos Desafíos Sede: Hospital Infanto Juvenil C. Tobar García Lucía Arroyo, Victoria Cifuente, Abril Cortez, Victoria López del Carril, Soledad López Mazzini, Julián Deza y Eleana Maretto Supervisora: Equipo de Coordinación general de residencias de salud mental
Con el inicio de la pandemia por SARS-CoV2, el Hospital Infanto Juvenil C. Tobar García, nuestra sede de residencia de Salud Mental, ha tenido que adaptarse a las nuevas medidas de prevención con el propósito de evitar y reducir los contagios, al mismo tiempo que tomar sus propias medidas para establecer los aislamientos y el rastreo de contactos necesario cuando la situación lo ameritara. El rol del campo de la salud mental en contexto de emergencias sanitarias Desde el Grupo de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, se establecen ciertos lineamientos para actuar dadas las consecuencias en el impacto de la salud mental por la pandemia del COVID-19. Se propone aplicar un acercamiento a la sociedad para promover, proteger y cuidar la salud mental, asegurar el esparcimiento de la disponibilidad de la emergencia y el apoyo psicosocial, así como apoyar la recuperación de pacientes afectados por COVID-19, construyendo servicios de Salud Mental para el futuro20 Cumpliendo el rol de residentes de Salud Mental del Hospital Tobar García, nos vimos insertos en el trabajo en el tercer nivel de atención, al cual concurre una población en situación de vul20
Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, 2020.
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nerabilidad psicosocial, que llega como última instancia luego de un largo recorrido institucional. Muchos niños y adolescentes con problemáticas agudas, tales como descompensaciones psicóticas, ideación tanática y trastornos del espectro autista, se vieron sumamente afectados con el aislamiento preventivo y obligatorio de casi un año de duración (ASPO en 2020). Al suspenderse todas las actividades presenciales fundamentales para la salud en la infancia se complicó en gran medida para esta población sostener espacios de terapia, escolaridad o vinculación con pares de forma virtual. Desde el hospital, se realizaron ciertos cambios en los servicios para intentar establecer un mayor acercamiento a la sociedad que acude en busca de atención. Por un lado, se han implementado los seguimientos por guardia, en los que se sostiene semanalmente a los pacientes que acudieron a una consulta por primera vez y ante una urgencia, hasta poder lograr la derivación correspondiente, sea interna o externa. Por otro lado, desde Hospital de Día, donde hemos estado trabajando durante todo el año (2020), es de destacar el esfuerzo en el momento del ASPO de continuar la atención de manera virtual, y trabajar mediante la participación de talleres y espacios grupales que promuevan el lazo social, así como, una vez que la situación epidemiológica lo hizo posible, retomar estos espacios grupales de forma presencial, aunque de forma reducida, con medidas de prevención y respetando los protocolos vigentes. El nuevo rol del Comité de Crisis Anteriormente, con el incidente de Cromañón ocurrido en diciembre del 2004, se había establecido en el hospital el Comité de Catástrofes, de la misma forma que ocurrió en todos los hospitales de la ciudad de Buenos Aires. Aunque instaurado, sólo fue empleado en ese entonces. Con respecto al Comité de Crisis propiamente dicho, este se implementó por primera vez con el inicio de la pandemia (2020). El mismo se encuentra actualmente conformado por distintos profesionales médicos, bioquímicos, y la jefa del servicio de Farmacia, encargada del suministro de los insumos necesarios. 53
Las principales funciones del Comité de Crisis durante la pandemia han sido la realización de los testeos rápidos al personal del hospital durante la mayor parte del año 2020 y la organización del sector de triage para el ingreso al hospital, que ha estado en funcionamiento desde el inicio de la nueva situación epidemiológica y continúa vigente. Actualmente, el Comité también se dedica a reforzar constantemente las medidas de prevención implementadas para reducir el riesgo de contagio, mediante la realización y actualización de protocolos, la distribución de información y la toma de medidas epidemiológicas frente a nuevos contagios. Por esto es por lo que los protocolos implementados por el Comité y adoptados por la institución se han ido modificando a lo largo de la evolución de la pandemia para adaptarse a la nueva información que ha ido surgiendo con el pasar del tiempo. El Comité se ha destacado siempre por la rápida y temprana acción tomada frente a un nuevo caso positivo, tanto de profesionales del hospital como de pacientes en tratamiento, con inmediato aislamiento de los contactos estrechos y monitoreo epidemiológico. Formas de brindar información frente a la incertidumbre Ya es sabido que la pandemia evoluciona rápidamente y con ella, los cambios de protocolos y medidas tomadas se hacen frecuentes. Es por esto por lo que se torna necesario que la nueva información que surge se transmita de forma correcta y adecuada. Durante la pandemia, se han colocado a la vista y en los distintos sectores, los protocolos correspondientes para que puedan ser leídos por profesionales y pacientes y familiares. Esto suele estar acompañado por gráficos e imágenes para su mayor comprensión, ilustrando la forma correcta del uso del EPP. También se han dispuesto sanitizantes de manos en todo el hospital, con descripciones sobre la correcta forma de utilizarlo.
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Por otro lado, en los distintos sectores del hospital también se han colocado carteles donde se les informa a los pacientes y sus familiares que, como medida preventiva, si han presentado síntomas o mantenido contacto estrecho con un caso confirmado o sospechoso, no deben concurrir al hospital, pero haciendo énfasis en que de igual forma continuarán recibiendo la atención correspondiente y podrán seguir retirando medicación, sin interrupción del tratamiento. El triage: un nuevo dispositivo en el hospital Ante la venida de la pandemia, el hospital incorporó el dispositivo del triage al ingreso de este, donde los profesionales, el personal de la institución y los pacientes y sus familiares deben higienizarse las manos, cambiar su barbijo por uno nuevo suministrado por el hospital. Aquí también se toma la temperatura corporal y se interroga sobre posibles síntomas o contactos con personas que han dado positivo para COVID-19. Ante la detección de síntomas o antecedente de contacto, se toman las medidas necesarias de prevención dispuestas por el Comité de Crisis. Este dispositivo se encuentra a cargo de Enfermería y de distintos profesionales de Salud Mental que trabajan en el hospital y deben rotar por el mismo para su colaboración. Nosotros como residentes durante nuestro primer año también nos encontramos a cargo del triage de la entrada durante nuestra rotación por la guardia, durante la tarde, la noche y la madrugada, cuando ingresa personal del hospital o al llegar consultas externas. Hospital de Día: cómo la pandemia afectó al servicio durante el 2020 En el dispositivo de Hospital de Día, realizamos nuestra rotación de primer año, trabajamos con pacientes infantojuveniles con diferentes tipos de diagnósticos, tales como TEA, psicosis, trastor55
nos de conducta, entre otros. La mayoría de ellos se encuentran atravesados por distintas problemáticas sociales, lo que causa que se vuelvan un grupo de gran vulnerabilidad. Se destacan los conflictos por violencia intrafamiliar, consumo problemático de sustancias, dificultades económicas, poco acceso a recursos básicos tales como salud, educación, vivienda, entre otros. Todo esto fue inevitablemente intensificado y reagudizado con la pandemia por COVID-19, que ha dificultado aún más el tratamiento y el abordaje de estas problemáticas. Esto se ve reflejado en las dificultades que surgen para asistir al tratamiento, debido a casos de aislamiento preventivo, o dificultades en el transporte, entre otros. En este servicio, donde la problemática principal y más notoria de estos niños es la de construir y establecer lazo social con pares, se ha obstaculizado el trabajo en forma grupal, y, por ende, el verdadero funcionamiento de Hospital de Día. Muchos talleres grupales o actividades que antes se realizaban para facilitar el fortalecimiento del lazo con otros fueron suspendidos de acuerdo a los protocolos adoptados en el hospital. Con el pasar del tiempo y cuando la situación lo permitió, estas actividades fueron retomándose de forma gradual, pero, aun así, se continuaron realizando bajo restricciones en la cantidad de pacientes y profesionales participantes y siguiendo las medidas de prevención dispuestas, lo que mantenía cierta dificultad en su sostenimiento. El lugar de la Residencia El hospital cuenta con un espacio para los residentes, donde podemos reunirnos, y es el lugar donde realizamos los ateneos, las asambleas y diferentes clases organizadas por la jefatura. Este espacio es también compartido con el departamento de Enfermería. Al ser este un hospital monovalente, todos los servicios están atravesados por la Salud Mental, y nosotros como residentes de Psiquiatría y Psicología, nos encontramos siempre en contacto con los distintos servicios cuando lo requiere nuestro trabajo con los 56
pacientes. Es frecuente la necesidad de recurrir y realizar interconsultas a los servicios de Pediatría, Neurología, Psicopedagogía y Fonoaudiología, especialmente durante el trabajo con los pacientes de menor edad de Hospital de Día, que requieren un abordaje integral. Por otro lado, también trabajamos a la par con los residentes de Terapia Ocupacional y de Musicoterapia, así como con el servicio de Trabajo Social. Por este motivo es que nuestra residencia de Salud Mental atraviesa todos los distintos sectores del hospital. Nuestros dilemas e inquietudes Como forma de conclusión y frente a toda esta nueva situación y los cambios que ocurrieron durante este año tan incierto, en nuestro trabajo diario se nos han presentado ciertas inquietudes y preguntas sobre las que hemos tenido que reflexionar cotidianamente. Una de ellas, y teniendo en cuenta la atención que es posible brindar dentro del campo de la Salud Mental, y especialmente en el trabajo con niños y adolescentes, es sobre las implicancias del uso del equipo de protección correspondiente. Esto hace que se dificulte en cierta medida la interacción con el paciente al momento de hablar o de jugar y, por ello, la atención que se les puede brindar, representando una barrera más para la misma, donde ya existen otras relacionadas con los padecimientos de cada niño. Una segunda inquietud que se nos ha presentado con respecto a los tratamientos de Salud Mental en este contexto es que los aislamientos preventivos o por contagio implican una dificultad adicional en la posibilidad de tener un acompañamiento adecuado o un contacto con el otro. Al interrumpirse su asistencia al hospital, por ejemplo, se interrumpe también el vínculo del profesional con el paciente y, en cierta medida, el tratamiento que se venía sosteniendo. Lógicamente, se mantiene contacto virtual o telefónico 57
durante el aislamiento como forma de seguimiento, pero aun así y considerando los casos más agudos, es de esperar que el paciente pueda encontrarse en necesidad de ser acompañado y escuchado de una forma más activa. Actualmente (2022), como residentes de segundo año rotando por los servicios de internación y guardia, continuamos trabajando con las consecuencias del aislamiento. Con la agudización del padecimiento de niños y adolescentes que quedaron por fuera de la virtualidad y de las instituciones que alojan las infancias y adolescencias, vemos que se ha visto impedida la posibilidad de hacer lazo con pares, y se han incrementado las conductas de riesgo. Esto nos lleva a preguntarnos qué otras consecuencias se presentarán en un futuro en la salud mental de la población infantojuvenil. Estas, entre otras, son algunas preguntas que nos formulamos con cada nuevo caso que acontece en este contexto que se ha instaurado para mantenerse, al menos, en el futuro próximo, y que cambia constantemente. Nosotros, como residentes de Salud Mental y como parte del hospital y del sistema sanitario en general, continuaremos trabajando y adaptándonos de la mejor manera posible y junto al resto de los profesionales, para afrontar estos desafíos y encontrarles una solución lo más satisfactoria posible con el propósito de poder seguir brindando una atención adecuada.
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Bibliografía · Stolkiner, A. Prácticas y herramientas: Crónica sobre salud mental y pandemia. En: Revista Narraciones. Publicación del Centro de Salud Mental N° 1. N6, Julio 2020. P. 63. · Informe de políticas: La covid-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud (13 de mayo de 2020) Naciones Unidas –Recomendaciones para la intervención ante situaciones de emergencias y desastres (abril 2015) Equipo de Respuesta en Salud Mental y Apoyo Psicosocial ante Situaciones de Emergencias y Desastres. Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, Ministerio de Salud de la Nación. · Salud mental y apoyo psicosocial en emergencia y desastres: Plan de acción (diciembre 2020) Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, Ministerio de Salud de la Nación. · Alomo, M; Gagliardi, G; Peloche, S; Somers, E; Alzina, P; Prokopez, C. Efectos psicológicos de la pandemia Covid -19 en la población general de Argentina. Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba 2020; 77(3):176-181. · “Consumo de alcohol, tabaco y estupefacientes durante la emergencia sanitaria del Covid 19”. Defensoría de la Provincia de Buenos Aires - Observatorio de adicciones y consumos problemáticos – Informe de políticas: la covid-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud mental (13 de mayo de 2020) Naciones Unidas. · Covid 19. Intervenciones recomendadas en salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante l pandemia. (junio 2020) OPS - OMS. · Recomendaciones para la intervención antes situaciones de emergencia y desastre (abril 2015) Equipo de Respuesta en Salud Mental y Apoyo Psicosocial ante Situaciones de Emergencias y Desastres. Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, Ministerio de Salud de la Nación. · Cuidando la salud mental del personal sanitario. Sociedad Española de Psiquiatría. 59
· Protocolo de manejo frente a casos sospechosos y confirmados de Covid -19. GCABA. (enero 2021) En permanente actualización en: https://www. buenosaires.gob.ar/coronavirus/protocolos-coronavirus-covid-19 · La estigmatización social asociada a la COVID-19 (24 de febrero de 2020) IFRC - OMS - Unicef. · Sanfelippo, L. “Coronavirus: ¿un desastre?” En: Revista narraciones. Publicación del Centro de Salud Mental N° 1. N6, Julio 2020. P. 94- P-104. · Webinar “Dilemas éticos durante la pandemia”. Disponible en: https:// www.facebook.com/watch/live/?v=315023022845591&ref=watch_permalink
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Salud Mental y COVID-19: Implicancias de la pandemia y su impacto en las instituciones hospitalarias21 Hospital J. T. Borda Florencia Benedetto, Juan Cruz Bubas, Magdalena Grillo, Ailén Metz, Agustina Moroni, y Steffanini Valentina Rivera Supervisora: Equipo de Coordinación general de residencias de salud mental
Introducción El presente trabajo de revisión tiene como objetivo primordial establecer un recorrido acerca del abordaje de una institución especializada en Salud Mental, como lo es el Hospital José T. Borda, ante la pandemia del COVID-19 iniciada a comienzos del año 2020. Para tal fin, inicialmente se efectuará el desarrollo de situaciones de crisis anteriormente ocurridas, identificando cuáles han sido los grupos mayormente vulnerados en nuestra institución. En última instancia, se explicitarán aquellas actividades llevadas a cabo para la prevención y promoción de la salud en el contexto epidemiológico actual, profundizando a su vez sobre todas las medidas tendientes a disminuir los contagios y sobre el impacto de la situación para la salud mental, tanto en los usuarios como en los equipos de salud. Arqueología institucional y comité de crisis La pandemia COVID-19 no ha sido la primera crisis ante la que el hospital ha debido responder, ya que durante la epidemia de cóSupervisor: Dr. Manuel Fabre (Médico Psiquiatra, Instructor de Residentes, Coordinación General de la Residencia de Salud Mental) 21
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lera en la década de los 90, se montó un servicio especializado para recibir usuarios del Hospital Borda que presentaban dicha enfermedad. El mismo se encontraba aislado y con las medidas necesarias para paliar y reducir el riesgo de contagio dentro del hospital. Por otro lado, durante la epidemia de la gripe H1N1 ocurrida en el 2009 se amplió el cupo de psicólogos por guardia para responder con mayor eficacia a las demandas de atención. Actualmente, el Hospital Borda cuenta con un Comité de Crisis conformado por el director del hospital y por profesionales de diversas especialidades, entre ellos, un neurólogo, una infectóloga y los jefes de diferentes servicios (jefes de área). La función de dicho comité es proponer y controlar el cumplimiento de los protocolos relacionados con la actual emergencia sanitaria. Las reuniones de este suelen realizarse de forma quincenal, aunque se establece que, en momentos de mayor necesidad, como ante el aumento de la cantidad de casos dentro de la sede, pueden llegar a realizarse semanalmente. Identificación de grupos vulnerados Diversos grupos pudieron ubicarse en relación a su nivel de afectación a raíz de la situación epidemiológica actual, a saber: Pacientes internados: Se vieron afectados en su autonomía en actividades cotidianas, siendo restringidos los permisos de salida, inclusive al parque del hospital donde muchos solían realizar caminatas o pequeñas compras. Se suspendieron las actividades intrahospitalarias como talleres que apuntaban a la rehabilitación y socialización de los pacientes. Asimismo, se restringieron las visitas, lo que impactó significativamente en el tratamiento y el trabajo junto a las familias. Debido a dicha situación, se vieron obstaculizados los procesos de externación habituales. Por otro lado, los servicios de consultorios externos tanto en el hospital Borda como en muchos de los otros hospitales cerraron las admisiones, 62
situación que en nuestro efector recientemente se ha comenzado a regularizar. Se observó que la pandemia en sí misma fue un factor de estrés agregado generando una exacerbación de síntomas en los pacientes internados y una mayor incertidumbre respecto al futuro, la salud de sus familiares, entre otras cuestiones. Pacientes ambulatorios: Se visualizó una población que vio peligrar su trabajo, siendo a su vez la población joven la más afectada por la pérdida de empleos. Asimismo, se identificó un aumento de sintomatología depresiva/ansiosa debido a la incertidumbre frente al futuro, aumento del uso de ansiolíticos desde el inicio de la pandemia y de los casos de violencia intrafamiliar. Por otro lado, respecto a los pacientes que concurren a la guardia del Hospital Borda, se observó un incremento en las problemáticas de consumo de sustancias, sobre todo de alcohol y benzodiacepinas. Se observó, por otra parte, cómo la pandemia exacerbó también las brechas económicas. Por último, los pacientes ambulatorios se vieron afectados con la disminución de las admisiones a consultorios externos y, por lo tanto, su acceso a la atención. Actividades o programas de promoción/prevención de la salud La pandemia impactó en la accesibilidad al sistema de salud, que se vio duramente restringida. Debido a lo cual se implementaron diversas herramientas que se configuraron como facilitadores de acceso a la salud. A continuación, mencionaremos algunas de ellas: Programa Borda Responde/Salud Mental Responde. Este dispositivo de atención por vía remota funciona actualmente como alternativa al cierre de las admisiones y restricciones en el mantenimiento de tratamientos ambulatorios. Dispositivos asamblearios. Se destinaron equipos para moderar asambleas de usuarios donde puedan exponer sus preocupa63
ciones e inquietudes y trabajar en medidas de prevención como la higiene, uso de barbijo,alcohol, lavado de manos, distanciamiento físico, etc. Facilitación de medios remotos. Se pusieron a disposición de los usuarios dispositivos para que los mismos se comuniquen con sus familiares mediante video llamadas. Dicha iniciativa se correlaciona con lo planteado en el documento del CELS (2020)22 donde se sostiene que “El aislamiento, la distancia, necesariamente debe ser física, material, concreta, pero nunca simbólica. Las tecnologías de la comunicación permiten hoy que el acercamiento entre personas sea posible sin el acercamiento físico, pero para ello, es necesario asegurar los recursos materiales” (p. 2) Fortalecimiento del trabajo de limpieza. En los diversos servicios del hospital se ha trabajado al respecto. Puntualmente en el servicio de internación donde nos encontrábamos rotando se asignaron distintas tareas de orden, limpieza y desinfección en las cuales los pacientes tuvieron un rol activo. Recomendaciones generales e intervenciones En el presente apartado se mencionarán algunas medidas que fueron implementadas a fin de continuar garantizando una atención de calidad a los usuarios del sistema de salud mental. Armado de los servicios de Admisión 2 y 3 en la sede hospitalaria. Previo a la pandemia los pacientes que requerían internación ingresaban a un único servicio de Admisión donde comenzaba su tratamiento para luego, en caso de ser necesario, ser derivados a diversas salas de internación. Comenzada la pandemia se crearon los dispositivos de Admisión 2 y 3 a los fines de distribuir en tres servicios a los pacientes que ingresan por guardia externa. El objetivo de esta medida fue CELS (2020). Recomendaciones para la atención de personas internadas en instituciones psiquiátricas monovalentes en el contexto de COVID-19. 22
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evitar que aquellos pacientes con más probabilidad de haber estado expuestos al virus cumplan con el periodo de cuarentena epidemiológica a fin de preservar el contacto con el virus de pacientes internados. Prevención primaria. Como se mencionó anteriormente se realizó entrenamiento con profesionales y pacientes para el lavado de manos y uso de alcohol en gel y barbijos. En conjunto con la restricción de visitas, permisos de salida y actividades grupales. Borda Responde. Este dispositivo se inició en la pandemia con el objetivo de contener a las personas que estén en situación de crisis, con y sin historia previa de seguimiento por salud mental. Siguiendo un documento presentado por Naciones Unidas (2020)23 las personas están sufriendo las consecuencias inmediatas del virus. Tienen miedo de contraerlo, morir o perder familiares, así como también se encuentran con turbulencias económicas debido a la pérdida de medios de vida o el peligro de perderlos. En este sentido, es que se creó tal dispositivo, con el objetivo de amortiguar las consecuencias antes mencionadas y el impacto de ellas en la subjetividad de los usuarios. UFU Borda-Moyano y Salas COVID y sospechosos. El GCABA creó la Unidad Febril de Urgencias Borda/Moyano con el fin de que los usuarios de tales establecimientos contaran con un acceso rápido a los hisopados para SARS- COV2. La UFU, a su vez, se abrió a la comunidad. Por otro lado, dentro del Hospital Borda se abrieron dos salas: la Sala COVID (destinada a pacientes internados por salud mental que hayan dado positivo para dicha infección) y la Sala de sospechosos de COVID (donde pacientes internados pueden realizar aislamiento en caso de presentar patología compatible con el virus). Ambas salas cuentan con personal exclusivo para su funcionamiento: médicos/as clínicos/as, enfermeros/as y psiquiatras. Con el avance de la pandemia, también se comenzaron a recibir pacienNaciones Unidas (2020). La covid-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud mental. 23
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tes derivados de otros hospitales, que requerían control por salud mental y a la vez estaban cursando la infección. De esta manera, el hospital generó una red con los demás efectores. De dilemas y contradicciones La pandemia y las consecuencias que se suscitaron a raíz de ésta visibilizaron diversos dilemas en el campo de la salud. Puntualmente en nuestro efector pudo apreciarse que a la vez que se cumplían protocolos sanitarios, en ocasiones éstos implicaban un cercenamiento de derechos de los usuarios. Entre aquellos dilemas concernientes a nuestra práctica cotidiana, se destacan la reducción de las visitas familiares al hospital y las salidas de los usuarios que antes estaban permitidas, las cuales favorecían la inclusión social. Sumado a esto se vieron interrumpidos dispositivos y talleres protegidos de rehabilitación, microemprendimientos, etc. Cabe aclarar que, a mediados del año 2021, dichas actividades comenzaron a restablecerse de manera progresiva. Por otro lado, se desdibujó la función y encuadre de equipos terapéuticos ya que los mismos debían estar abocados a asegurar el cumplimiento de los protocolos vigentes. Asimismo, se redujo la asistencia de profesionales de otras disciplinas –abogados/as, acompañantes terapéuticos/as, etc.-, externos a la institución. El cuidado del equipo de salud A raíz de la pandemia, adquirieron mayor relevancia aquellos espacios que contribuyen al cuidado de la residencia y a su labor como profesionales de la salud. Uno de ellos es el estar de residentes, ubicado en el Departamento de Docencia e Investigación, donde se cuenta con todo tipo de comodidades que favorecen no sólo el descanso sino también al desarrollo de diversas actividades que fortalecen la comunicación y las relaciones interpersonales en 66
un contexto tan complejo como el actual. Por otro lado, se cuenta con asambleas semanales de residencia, en las que se abordan diversos temas inherentes a la práctica, dando lugar así a todo tipo de inquietudes y dificultades que puedan surgir a raíz de esta. En la misma línea se encuentran las reuniones de equipo, las cuales permiten no sólo el tránsito de la palabra en estos tiempos tan arduos, sino que también facilitan nuestra tarea al poder propiciar el apoyo en compañeros/as y profesionales de mayor recorrido institucional, con el objetivo de poder así sortear las vicisitudes diarias de nuestra práctica hospitalaria. De todas maneras, el cansancio es uno de los principales protagonistas en este contexto actual, ya que además de aumentar el trabajo en sí, lidiar con las dificultades cotidianas y la incertidumbre, fueron suspendidas las licencias durante la emergencia epidemiológica. Conclusiones Independientemente de las específicas características de nuestro hospital, la pandemia no pasó inadvertida, ya que se percibió una afectación global en los tratamientos, tanto en los servicios de internación como en los ambulatorios; a su vez, se vio también en usuarios y en el equipo de salud, quedando en evidencia limitaciones que atraviesan la práctica diaria, debiendo cumplir con normas y protocolos nuevos y desconocidos, con una población que también perdió a familiares, empleos y derechos. El camino de salida a muchos de los dilemas expuestos ha sido la apertura de diálogo entre profesionales y usuarios de salud mental, por medio de canales de escucha, asambleas y talleres. En último lugar, es menester destacar que revisiones como ésta son fundamentales para establecer un precedente ante futuras crisis sanitarias, que vean a usuarios y equipos de salud como sujetos activos, en la salida de aquellos dilemas a presentarse y sentar bases cada vez más sólidas en el trabajo interdisciplinario en pos de garantizar una atención integral y de mayor calidad. 67
Bibliografía · CELS (2020). Recomendaciones para la atención de personas internadas en instituciones psiquiátricas monovalentes en el contexto de COVID-19. · Naciones Unidas (2020). La covid-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud mental.
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Impacto del COVID-19 en el funcionamiento institucional: una lectura al interior de la práctica en un hospital monovalente de CABA Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear” Mariano Charroqui, Florencia Estévez, Marianella Ibelli, Camila Mignolo, Lucila Tommasi y Gonzalo Zahlut Supervisor: Trabajo realizado en el marco del curso centralizado de residencia
La actual situación local y mundial con respecto a la pandemia, convoca a pensar en distintos modelos a partir de los cuales elaborar e implementar medidas cuya finalidad sean un cambio adaptativo beneficioso para este contexto. Para una posible aproximación a esta problemática, podemos tomar dos conceptos que se explican recíprocamente. Pensamos a la “homeostasis” como la puesta en marcha de mecanismos complejos que utilizan gasto de energía para mantener parámetros en un rango de funcionamiento óptimo. Para la “alostasis”, podemos entenderla como los cambios adaptativos al entorno, lo que implica la puesta en juego de nuevos mecanismos que logren una posible “acomodación” al nuevo contexto. Sí bien estos conceptos fueron originariamente aplicados para organismos vivientes, podemos arriesgar una analogía y evaluar el impacto de la pandemia (aumento de la carga alostática, o demanda adaptativa) en distintos individuos, grupos e incluso a nivel institucional. A lo largo del trabajo nos vimos enfrentados con lo que podemos delimitar como distintas áreas de impacto, definidas estas por condiciones y características compartidas. Por un lado, tenemos repercusiones a nivel subjetivo: pacientes agravados por la situación, 69
y efectores de salud sobrepasados por aumento de la demanda. Una segunda área de impacto la localizamos a nivel institucional. Ésta se desdobla en dos niveles: la institución como entidad única -reorganizaciones al interior de ésta- y las instituciones como red amplia de atención -en consideración de efectores activos y posibilidades de derivación-. Impacto a nivel institucional: reorganización y reaseguro Luego de la caracterización de la infección por SARS-Cov2 por parte de la OMS como una pandemia, el 19 de marzo del 2020 se reactivaron inmediatamente las actividades del Comité de Crisis de nuestro Hospital. En un inicio, ante la Emergencia y la carencia de recursos suficientes, profesionales de todas las áreas de la institución interesados en informarse y contribuir comunitariamente a hacer frente a este Incidente Crítico, pasaron a formar parte del Comité (incluyendo empleados de mantenimiento, farmacia y cocina, entre otros). Una de las primeras medidas que se tomaron fue la implementación del triage, tanto en los diferentes puntos de acceso al Hospital como dentro de cada Servicio. Además, para los profesionales, se implementó la detección rápida de antígenos con una frecuencia semanal. Debido a esto, durante la contingencia de la COVID-19, el Comité de Crisis priorizó inicialmente la separación de los pacientes ambulatorios de aquellos que se encontraban internados. Para eso se limitó la circulación de estos utilizando vallas que delimitaran los espacios abiertos conformando burbujas y, por otra parte, se implementó una estrategia de distribución de la medicación con el fin de evitar el contacto con los pacientes que provenían de afuera. Para esto, el Comité organizó a los trabajadores de todos los sectores quienes se comprometieron para recolectar las recetas, alcanzarlas a la farmacia y posteriormente llevar la medicación a los pacientes. Este cambio en la dinámica generó, por supuesto, molestia por parte de los pacientes y cansancio extremo en los trabajadores, convirtiéndose en un estresor más para la comunidad. 70
Luego de las disposiciones del Ministerio de Salud de CABA, el Comité de Crisis quedó conformado oficialmente por los jefes de los diferentes servicios, Coordinadores Locales y secretarios. Comenzaron a reunirse con una frecuencia quincenal con la función de asesorar a la Dirección del Hospital recomendando medidas generales que luego serían adoptadas y reformuladas por cada Servicio, según las necesidades y funciones de estos. El Dispositivo de Guardia se dividió en dos subsectores; en uno se encontraban los pacientes recién internados que esperaban los resultados de los hisopados y en el otro, aquellos con confirmación de hisopado negativo. La sala de Admisión y Seguimiento donde los pacientes transcurrían un período de tiempo de estabilización previo al pase a la sala se constituyó como Sala de Admisión, Seguimiento y Aislamiento Preventivo, disponiendo los tiempos y entornos necesarios para el reaseguro de que todos los pacientes eran negativos para SARS-Cov2. En las salas propiamente dichas, las entrevistas de familia presenciales tuvieron que ser interrumpidas y tanto los pacientes como los profesionales tuvieron que fortalecer sus vínculos y capacidades para desarrollar métodos alternativos, como las videollamadas. Para esto fue necesario implementar nuevas tecnologías y actualizar las ya existentes. Actualmente, y luego de un largo período de reorganizaciones, las medidas dispuestas por el Comité se fueron fortaleciendo y la situación epidemiológica dentro del Hospital logra de alguna manera, mantenerse estable. Como profesionales pertenecientes a un hospital monovalente sin atención dirigida a pacientes infectados con COVID-19, hay muchas situaciones con las que nuestros compañeros de hospitales generales trabajan cotidianamente que no alcanzan a nuestra sede. Por ejemplo, no realizamos acompañamiento de pacientes internados por COVID, de sus familiares, ni de los profesionales de los sectores más comprometidos con la enfermedad (clínica médica, UTI, etc.), como lo hacen quienes participan del programa PSICOVID o 71
quienes realizan guardias en salas dedicadas a esta temática. Sin embargo, los pacientes que llegan a nuestro hospital a los dispositivos en los que nos encontramos rotando (servicios de Guardia, Admisión y Seguimiento, y Consultorios Externos) están inexorablemente atravesados por el contexto determinado por la pandemia. Además, ante la creciente demanda del servicio de Guardia y la saturación de solicitudes de admisiones para Consultorios Externos, se creó el Dispositivo de Orientación. Éste consiste en entrevistas mensuales con el fin de acompañar a aquellos pacientes que acudían a la guardia y estaban en condiciones de acceder a un tratamiento ambulatorio, pero debían aguardar varios meses hasta que llegara su turno de admisión. El motivo de esta demora se relaciona con las restricciones en la atención de la salud mental que muchos hospitales dispusieron ante el surgimiento de la pandemia. Mediante este dispositivo, los pacientes cuentan con un seguimiento por los mismos profesionales hasta que son derivados a su equipo tratante. Así, se genera un intercambio más personalizado y menos engorroso que los controles por guardia. También ésta es una acción perteneciente al cuarto nivel. El cuidado del recurso humano Con respecto a las medidas de cuidado en relación al COVID-19 recibimos capacitación acerca del uso de EPP y medidas de higiene. El hospital nos brinda permanentemente todos los elementos del EPP (barbijos n95; barbijos quirúrgicos; máscaras faciales; camisolines y guantes). Tanto las autoridades del hospital como los jefes de residentes fueron disponiendo diferentes medidas en base a los cambios de la situación epidemiológica, con el objetivo de promover el distanciamiento social y disminuir posibles contagios dentro de la institución. De esta manera se modificaron las actividades asistenciales y formativas de la residencia, adoptándose modalidades adecuadas al contexto de la pandemia. Con el fin de evitar la convivencia de grupos numerosos en espacios cerrados, se organizaron horarios rotativos para llevar a cabo las tareas asistenciales, 72
con el objetivo de limitar la permanencia dentro del hospital. Además, se implementó la estrategia de atención remota (tanto por teléfono como por videollamada) en los casos en que era posible. Existen espacios cuidados dentro de la residencia, tanto formales como informales donde es posible el diálogo y la puesta en común de situaciones conflictivas. Uno de estos es la Asamblea de Residentes, que ya se llevaba a cabo desde antes de la pandemia, pero que en esta época debió adecuarse a las circunstancias y abordar otras temáticas. Este espacio actualmente se sostiene de manera virtual y de él participan los residentes de las cuatro disciplinas que realizan sus prácticas en el hospital (Psicología; Psiquiatría; Trabajo social y Terapia ocupacional). La asamblea posibilita la comunicación entre todos los residentes del hospital, donde se discuten temáticas de interés y se busca la resolución de conflictos que involucran a la residencia. En los encuentros de este año se trataron temas en relación al COVID, las medidas de cuidados, situaciones institucionales y laborales, etc. Otro de los espacios formales dentro de la Residencia de Salud Mental (que comprende Psicología y Psiquiatría), es el pase de guardia. Este se realiza todos los días, y la modalidad es la siguiente: quienes realizaron la guardia el día anterior (residentes de primer y segundo año) cuentan algunos casos relevantes. De este espacio también participan referentes de cuarto año y jefes. El objetivo del pase de guardia es realizar el seguimiento de pacientes, plantear situaciones conflictivas de la guardia, debatir acerca del manejo, y despejar dudas. Del mismo modo están los momentos de referencia y supervisión de casos, donde es posible hablar de situaciones clínicas que pueden ser complejas y difíciles de abordar. Por otro lado, están los espacios informales, donde los referentes, jefes y compañeros de residencia brindan apoyo en caso de ser necesario. Al ser un hospital especializado en Salud Mental no recibimos consultas de otros servicios que requieran de nuestra especialidad. 73
Impacto en poblaciones vulnerables La pandemia generó diversos efectos en distintos grupos poblacionales. La situación de aislamiento social y los temores que se asocian al contagio pueden agudizar padecimientos por salud mental existentes o provocarlos. Pudimos ubicar que muchos usuarios comentaban la exacerbación del consumo de sustancias durante el aislamiento preventivo, especialmente tratándose de adolescentes y jóvenes. Si bien en algunas ocasiones se mencionó el inicio del consumo durante la cuarentena, mayormente se trataba de aumento de cierto consumo ya establecido. Asimismo, diversas usuarias manifestaron situaciones de violencia intrafamiliar y de género, ubicando en algunas ocasiones el inicio de las mismas y en otras, cierto aumento durante la situación de aislamiento preventivo, constituyendo en numerosas oportunidades el motivo de consulta a la guardia. A su vez, consideramos que los efectos del aislamiento preventivo son notables en los pacientes denominados “crónicos”. Los usuarios de dispositivos de inclusión social que implican una dinámica grupal y una mayor frecuencia, como es el caso de Hospital de Día, vieron obstaculizada la participación en las actividades que venían llevando a cabo. La modificación de la modalidad, pasando la misma a ser virtual, constituyó una ruptura para los mismos. Muchos de ellos continuaron llevando a cabo las actividades y muchos otros interrumpieron su tratamiento debido al contexto socioeconómico, manifestando la imposibilidad de acceso a los dispositivos electrónicos, o simplemente por no haber encontrado comodidad en la nueva modalidad. El grupo poblacional afectado por la pandemia del que mayor podemos dar cuenta -a partir de haber rotado por dispositivos de guardia interna e internación- es el conformado por los pacientes internados por salud mental. La internación por salud mental tiene tres instancias en la actualidad: una internación en la guardia -donde un equipo realiza el seguimiento-; al tener un hisopado negativo, se pasa a la sala de aislamiento, donde permanecen 15 días; al 74
realizar un nuevo hisopado, los pacientes están en condiciones de pasar a las salas generales. Las particularidades de esta modalidad inciden en los primeros días de internación de los pacientes ya que, tanto en la guardia como en la sala de admisión y seguimiento, los protocolos epidemiológicos suelen generar cierto malestar en los usuarios. No obstante, lo que ubicamos como de mayor dificultad es la imposibilidad de realizar los permisos de salida previo al alta. Partiendo de las redes sociales de apoyo como un determinante social de la salud, consideramos que un aspecto esencial del proceso de externación estaría siendo obstaculizado. Si bien los pacientes de las salas tienen visitas de sus familiares, al aire libre y con el cumplimiento de protocolos, no se permite que tengan salidas a sus casas para después retornar a la internación. De este modo, una herramienta que resultaba de gran ayuda a la hora de evaluar la reinserción del paciente en su medio luego de una internación resulta imposibilitada en la actualidad. En relación a ello, pudimos observar que, en algunos casos, la externación realizada sin los permisos de salida, dificultaba ese período para el paciente, habiendo presentado algunos de ellos reinternaciones en un breve lapso de tiempo. Considerando que los contextos en los que se desenvuelven los pacientes suelen tener una gran pregnancia en lo que hace a sus padecimientos, los permisos de salida constituían un indicador de suma importancia para evaluar las posibilidades del alta. Otra situación que destacar consiste en la dificultad de adaptar las internaciones a lo establecido por la Ley de Salud Mental: la premisa de que sean lo más breves posibles. En este sentido, sumado a las cuestiones mencionadas en relación a las salas, las externaciones se realizan con un turno para realizar tratamiento ambulatorio -ya sea en este hospital o en otro efector-. Teniendo en cuenta que la mayoría de los efectores de salud han restringido su atención y que las derivaciones del hospital monovalente han sido restringidas por esta misma cuestión, resulta muy dificultoso conseguir un turno de admisión para los usuarios, lo que se traduce en prolongaciones innecesarias de sus internaciones. 75
Consideramos que la limitación de los ya escasos recursos en salud mental tuvo efectos no sólo sobre los usuarios ambulatorios de los servicios, sino también en aquellos que se encuentran institucionalizados. En lo que hace a actividades o programas de promoción de la salud o prevención destinados a los grupos poblacionales mencionados en los dispositivos en los cuales rotamos, el Hospital cuenta en la Sala de Internación de Mujeres con un Equipo de Salud Sexual y Reproductiva, destinado a realizar actividades de promoción y prevención en las usuarias del servicio. A su vez, en relación a las problemáticas de abordaje familiar en pacientes con padecimientos graves, se lleva a cabo en el dispositivo de Consultorios Externos un grupo de Psicoeducación para familiares de pacientes con esquizofrenia. En relación a las temáticas de consumo, habiendo notado que el consumo de tabaco fue aquel que tuvo cierta prevalencia de aumento en las prestaciones de los pacientes -y que se asocia a cierto temor en relación al virus causante de la pandemia-, se retomó en Consultorios Externos un Grupo de Cesación Tabáquica. Conclusión Hasta aquí vimos el impacto y las medidas adoptadas en varios niveles. Queda abierto el planteo de una cuestión que, si bien en principio se presenta dilemática (dos o más posibles cursos de acción), ésta rápidamente deviene en situación problemática, en la medida en que obliga a la implementación de estrategias eficaces a un contexto. Como grupo llegamos a varias conclusiones: el impacto de la pandemia no se circunscribe a un grupo específico, y los efectos de ésta pueden observarse tanto a nivel individual como institucional. Observamos que la dificultad para articular tratamientos adecuados, tanto por derivación como por la necesidad de readaptación de los tratamientos actuales a vías virtuales, genera una dificultad grande e implican pautas para pensar en una prognosis o evolución de los distintos cuadros patológicos. Y sí bien afirmamos que las medidas implementadas hasta aquí fueron ne76
cesarias y efectivas, apostamos por pensar en que varias instancias que hacen al funcionamiento global de la salud mental en nuestro medio quedan por desarrollar e implementar de manera más dinámica.
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Autores Marcelo Clingo Licenciado en psicología UBA. Especialista en ciencias sociales UNQUI. Profesor titular de psicología general UNA. Presidente de la Asociación Psicólogos y Psicólogas de Buenos Aires.
Yesica Embil Licenciada y profesora en Psicología (UBA). Realizó la residencia en Salud Mental-Psicología Clínica (GCBA) y fue jefa de residentes en la RISAM del Hospital Laura Bonaparte (MSAL-Nación). Instructora en la residencia de Salud Mental (GCBA). Miembro de comité editorial de Revista Límbica.
Verónica Roma Lic. En Psicología. Coordinadora del equipo de abordaje de clima formativo. Coordinadora general de la residencia de salud mental. (DGDIyDP, Ministerio de Salud GCABA). Presentación en jornadas y congresos de trabajos vinculados a la temática de formación y clima formativo. Docente de la Facultad de Psicología UBA. Investigadora acreditada (categoría IV). Participación en Proyectos de Investigación UBACyT como investigadora formada. Maestría de gestión de servicios de salud mental (ISALUD). Participación en centros de estudios de Universidad ISALUD (Salud mental, Diplomacia en la Salud Global)
María Victoria Barresi Fontao Médica recibida en la Universidad de Buenos Aires. Residente de segundo año de psiquiatría en el Hospital Carlos G. Durand. Ingresante 2020.
Virginia Marta Ramírez García Médica recibida en la Universidad de Buenos Aires. Residente de segundo año de psiquiatría en el Hospital Carlos G. Durand. Ingresante 2020.
Romina Belén Chade Lic. en psicología recibida en la Universidad de Buenos Aires. Residente de segundo año de psicología en el Hospital Carlos G. Durand. Ingresante 2020.
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Rodrigo Levi Hadid Lic en Psicología (UBA). Residente de segundo año en psicología clínica en el Hospital Bernardino Rivadavia (2020 - 2025).
Martina Pérez Porto Lic. en psicología (UBA). Residente de segundo año en psicología clínica en hospital Bernardino Rivadavia (2020-2025).
Daniela Pedro Lic en Psicología (UBA) Residente de segundo año en psicología clínica en el Hospital Bernardino Rivadavia (2020-2025).
Victoria Strasberg Bracchi Médica USAL. Residente de segundo año en psiquiatría Hospital Bernardino Rivadavia (2020-2025).
María Victoria Gándara Lic. en Psicología. Residente de Salud Mental - Psicología Clínica en Hospital Alvarez (2016-2020). Jefa de residentes de Salud Mental - Psicología Clínica en Hospital Alvarez (2020-2021).
Luciana da Silva Licenciada en Psicología. Residente de Salud Mental - Psicología Clínica en Hospital Alvarez (2014-2018). Jefa de residentes de Psicología - PRIM Lanús (2018-2019). Jefa de residentes de Psicología Clínica Hospital Álvarez (2019-2020).
Dante Hernán Venturini Médico especialista en psiquiatría Residente de Salud Mental - Psiquiatría en Hospital Alvarez (2015-2019). Jefe de residentes de Salud Mental - Psiquiatría en Hospital Alvarez (2019-2020) Instructor de residentes de Salud Mental del GCBA (2020- actualidad).
Lucía Arroyo Psicóloga, residente de segundo año de Psicología Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
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Victoria Cifuente Psicóloga residente de segundo año de Psicología Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Abril Cortez Psicóloga, residente de segundo año de Psicología Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Julián Deza Médico, residente de segundo año de Psiquiatría Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Victoria López del Carril Psicóloga, residente de segundo año de Psicología Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Soledad López Mazzini Médica, residente de segundo año de Psiquiatría Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Eleana Maretto Médica, residente de segundo año de Psiquiatría Infanto Juvenil en Hospital Tobar García.
Florencia Benedetto Médica recibida de la Universidad de Buenos Aires y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021 septiembre 2022.
Juan Cruz Bubas Licenciado en Psicología de la Universidad Católica de Buenos Aires y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021 - septiembre 2022.
Magdalena Grillo Médica recibida de la Universidad Austral y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021 - septiembre 2022.
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Ailén Metz Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021Septiembre 2022.
Agustina Moroni Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021 - septiembre 2022.
Steffanini, Valentina Rivera Médica recibida de la Universidad de Buenos Aires y residente de segundo año del Hospital J. T. Borda. Octubre 2021 - septiembre 2022.
Mariano Charroqui Residente de Psiquiatría 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
Florencia Estévez Residente de Psiquiatría 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
Marianella Ibelli Residente de Psicología 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
Camila Mignolo Residente de Psicología 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
Lucila Tommasi Residente de Psicología 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
Gonzalo Zahlut Residente de Psiquiatría 2° año. Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”.
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Narraciones
Publicación del Centro de Salud Mental nº1
Suplemento Narraciones Residentes Concurrentes “Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior”. Frida Kahlo
“Una sociedad poseída por el frenesí de producir más para consumir más tiende a convertir las ideas, los sentimientos, el arte, el amor, la amistad y las personas mismas en objetos de consumo” Octavio Paz
“El momento presente no tiene más fundamento que su parentesco con el pasado.” Juan José Saer