ISSN 0188-9834
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ
REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
Violencia: imágenes e historias
VOL. 17 NÚMERO
34
AGOSTO-DICIEMBRE 2008
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ Nóesis, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Ciencias Sociales y Administración
Jorge M. Quintana Silveyra Rector David Ramírez Perea Secretario General Javier Sánchez Carlos Director del Instituto de Ciencias Sociales y Administración Servando Pineda Jaimes Director General de Difusión Cultural y Divulgación Científica Héctor Antonio Padilla Delgado Director General Rosalía Herrera Olivas Asistente Mayola Renova González Subdirectora de Publicaciones
Comité Editorial:
Juan Luis Sariego Escuela Nacional de Antropología e Historia ENAH-Chihuahua Conaculta/Instituto Nacional de Antropología e Historia Chihuahua, Chihuahua, México Noemí Luján UAM-Xochimilco México, D.F.
María Vara Universidad Autónoma de Madrid Madrid, España
Tony Payán Universidad de Texas en El Paso Department of Political Science Estados Unidos Clara Eugenia Rojas Universidad Autónoma de Ciudad Juárez México Christine Carton Universidad Autónoma de Ciudad Juárez México Víctor Orozco Universidad Autónoma de Ciudad Juárez México Servando Pineda Jaimes Universidad Autónoma de Ciudad Juárez México Roberto Follari Universidad Nacional de Cuyo Argentina
José Manuel García Universidad Estatal de Nuevo México Estados Unidos Gustavo Gómez Quintana Diseño de portada Nóesis es una revista del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ, volumen 17, número 34, agosto-diciembre 2008. Para correspondencia referente a la revista, comunicarse al teléfono: (656) 688-38-00 exts. 3658, 3853 y 3658; línea directa (656) 688-38-53, o bien escribir a los siguientes correos electrónicos: roherrer@uacj.mx y/o hpadilla@uacj.mx. Hecho en México /Printed in Mexico © UACJ Los manuscritos propuestos para publicación en esta revista deberán ser inéditos y no haber sido sometidos a consideración a otras revistas simultáneamente. Al enviar los manuscritos y ser aceptados para su publicación, los autores aceptan que todos los derechos se transfieren a Nóesis, quien se reserva los de reproducción y distribución, ya sean fotográficos, en micropelícula, electrónicos o cualquier otro medio, y no podrán ser utilizados sin permiso por escrito de Nóesis. Véase además normas para autores. Revista indexada en Latindex, Clase y Redalyc
Nóesis: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades/Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Instituto de Ciencias Sociales y Administración. núm. 1, vol. 1 (noviembre, 1988). Ciudad Juárez, Chih.: UACJ, 1988. Semestral Descripción basada en: núm. 19, vol. 9 (julio/diciembre, 1997) Publicada anteriormente como: Revista de la Dirección General de Investigación y Posgrado. ISSN: 0188-9834
1. Ciencias Sociales—Publicaciones periódicas 2. Ciencias Sociales—México—Publicaciones periódicas 3. Humanidades—Publicaciones periódicas 4. Humanidades—México—Publicaciones periódicas H8.S6. N64 1997 300.05. N64 1997
Permisos para otros usos: el propietario de los derechos no permite utilizar copias para distribución en general, promociones, la creación de nuevos trabajos o reventa. Para estos propósitos, dirigirse a Nóesis.
El significado de Nóesis NÓESIS. Este término es griego y se vincula con otro muy empleado en la filosofía clásica: nous (razón, intelecto). La elección de este título se deriva de algunas consideraciones acerca de la teoría del conocimiento que se desprenden del conocido símil de la caverna (República, VII). El hombre, que ha podido contemplar el mundo de los arquetipos, esto es, que ha logrado penetrar las esencias, no puede ya contentarse con la proyección deformada del conocimiento sensible. La luz que lo iluminó es la filosofía, que Platón conceptualiza todavía en el sentido pitagórico de ancla de salvación espiritual. Al ser iluminado por ésta, el hombre siente la necesidad de comunicar a ex compañeros de esclavitud la verdad que ha encontrado, aun cuando estos últimos puedan mofarse de él, como lo había hecho la mujer tracia con Tales. La misma alegoría recuerda los descensos al Hades del orfismo y del pensamiento religioso pitagórico. En el conocimiento, así caracterizado, Platón encuentra diversos grados. El primero es dado por la experiencia, que es de suyo irracional, porque se fundamenta en una repetición mecánica de actos. Ésta se racionaliza en el arte (techne), es decir, en la habilidad adquirida, en las reglas metodológicas, puesto que en dicha actividad se investigan los datos de la experiencia. Entre las distintas artes sobresale la filosofía, porque no examina los fenómenos aisladamente, sino que los ve en su conjunto. Platón llama a esta visión totalizadora “dialéctica”, y dice que ella se alcanza a través del ejercicio de la razón (nóesis). Por medio de este ejercicio alcanzaremos pues el conocimiento que, para ser válido, debe ser verdadero y tan real como su objeto. Estas consideraciones sintetizan el propósito y el objetivo de esta revista: presentar trabajos que reflejen, manifiesten, denuncien, los diferentes aspectos de nuestra realidad y hacerlo a través del “ejercicio de la razón”, es decir, de la NÓESIS. Dr. Federico Ferro Gay ( )
Contenido
6 Abstracts 8 Presentación
Sección Monográfica (Coordinador Dr. José Manuel García)
15
43 67
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco Violencia e inseguridad en la frontera norte de México Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México
93 Héctor Pedraza Reyes 127 167
Sección Varia Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California Germán Vega Briones El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México Eduardo Sousa González Los vínculos sociales como formas de regulación. Reflexiones sobre el poder de los vínculos en la sociedad colombiana José Fernando Sánchez Salcedo
205 Las dimensiones de la globalización 237 César Silva Montes 265
Sección libros, entrevistas y otras narrativas Sociedad del conocimiento y energía Ifigenia Martínez Hernández La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
279 Peter Horwath y Dulce Estévez
Abstracts The Violence as Mechanism of the Public Debate in Venezuela during 20th Century The objective of the present paper is to describe the mechanisms by which the political violence has become one of the fundamental elements of the public debate in two historical conjunctures in Venezuela: The October’s Revolution and the Bolivarian Revolution. The work is developed around two ideas: first one will approach the problem of violence and fear from a theoretical perspective and the second one describes each of these historical conjunctures; finally the article makes a comparation of this phenomenon between both historical moments.
15
Keywords: Venezuela, political violence, October’s Revolution, Bolivarian Revolution. Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco Violence and Insecurity at the Northern Border of México The increasing importance of public insecurity in México has begun to develop an academic interest for the topics of violence and public security that prevails in different parts of the national geography. This article focuses in the complexity of these dimensions of social violence following two axes: the abstract one and the concrete one. With the first one, we position in the table of discussion the theoretical reflection of the conceptualizations of violence and insecurity that frame this work; and in relation to the concrete one, we show through the analysis of official documents and databases, the statistics of violence in the frontier states of the north of México, with six elements of analysis: victimology, murders, thefts, denunciation of the crimes, confidence in the police corporations and the perception of the safety of this population of the national territory.
43
Nóesis
Keywords: Violence, public insecurity, border, police corps, robberies, constitutional state, human rights.
6
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Ideological Foundation of the Revolutionary Action of the Armed Group Lacandones The study of armed groups of our country proves the importance of those being part of this path from latest seventies, and contraire from recent thoughts, there exist different organizations that bring back this option as a way of fight. That is why this work analyzes the ideological character and fundaments of revolution action that supports the revolutionary praxis of Comando Armado Lacandones (Lacandones’ Armed Command).
67
Keywords: Violence, revolutionary action, Lacandones’ armed group. Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez Notes about Armed Socialist Movement in México In the seventies the urban and rural guerrillas represented a real challenge for the Mexican government. Several organizations founded in 1973 la Liga Comunista 23 de Septiembre. Since then the President Luis Echeverría showed no mercy against the guerrillas, taking place a “dirty war”.
93
Keywords: Guerrilla, contemporary Mexican history, communism.
Reproductive Health among Migrants in Tijuana, Baja California The main idea of this article is to present the knowledge level, attitudes and myths of Mexican migrants that work or have been working in the U.S.A., and analyze the way in which their work in the United States have impacted to the migrants in terms of sexual and reproductive health.
127
Keywords: International migration, reproductive and sexual health. Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
Héctor Pedraza Reyes
7
Urban Space and its Transformation to a Metropolis in Übermodernity. The Case of Monterrey, N.L., México An urban space in the U.S. represents, in our days, the main form of demographic and economic concentration of the country, this in virtue of the continued processes of migration from field to city and of growing economic investments in this (pro-civil) spaces to the high density of settlers, this modifying the perception and the way of living in cities, from there the need to reframe theoretically this U.S. social relations containers, this incorporating contextually the new variables of global cut.
167
Keywords: Urban space, urban growth, metropolization stages. Eduardo Sousa González A Social Bonds as Regulations Forms. Thinking about Social Bond’s Power in Colombian Society Social bonds constitute particular ways of regulation, through which individuals negotiate social rules, adjusting to their needs and interests. It’s possible to find in Colombian society the origin of such bonds in traditional practices such as paternalism and patronage through the emerging of intermediation systems which develop in a parallel way to market and State dynamics. This article seeks to propose a reflection about the social bond regulation function starting with a description of its influence in some of the consolidation processes of Colombian society.
205
Keywords: Social bonds, social regulation, laws, protection strategies.
Nóesis
José Fernando Sánchez Salcedo
8
The Dimensions of Globalization This article examines how, under the pressure of powerful globalizing forces, México, which had been one of the most stable regimes in the world for over six decades, underwent a severe economic and political crisis in 1994, a crisis which prompted the arrival of the National Action Party to the Mexican presidency. The arrival of a right-wing party to the presidency did not imply an improvement of the Mexican electoral democracy in 2006, but instead diminished the social security system, increased Mexican dependence on the American economy, and added to public corruption. In Ciudad Juárez, the maquiladora model of development became further entrenched and the nexus with the global drug trafficking networks grew during the Fox administration, in spite of its aspirations to create a meritocratic State. Here, the author posits that the Zapatista movement is a new historical entity of resistance to globalization (Arriarán, 2002) and an alternative for Mexican democracy in the face of an unprofessional political class; an alternative where the citizenry can act on its own diverse interests and negotiate its own solutions.
237
Keywords: Globalization, economy, Zapatista movement.
Vol. 17 • número 34 • 2008
César Silva Montes
9
Presentación
U
Nóesis
na preocupación a nivel mundial consiste en promover la Cultura de la No Violencia y la Paz. Los antecedentes de esta preocupación pueden remontarse al 10 de diciembre de 1948, día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. La revisión detallada de tal Declaración invita a reflexionar el contenido de dos artículos especialmente importantes (Artículo 1 y Artículo 3), que a la letra dicen: “Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”; “Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Siendo conscientes de que en los países de América Latina (AL) diversos factores impiden el goce pleno de ambientes fraternos, dignos, seguros y libres, adquiere sentido detenernos en esta primera década del siglo XXI para revisar un fenómeno muy lamentable: la violencia. La señal de alerta que exige realizar esta revisión en el caso latinoamericano es la afirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sitúa a esta región como la segunda más violenta del mundo, después de África.1 Sin duda, la delincuencia y la violencia son dos variables que afectan directa e indirectamente el desarrollo social, económico, ambiental y político de las naciones. Una y otra variable se manifiesta de múltiples y diferentes formas negativas, trascendiendo fronteras geopolíticas y domésticas que implican diversas perturbaciones serias en espacios tradicionalmente inmersos de tranquilidad. Ante lo anterior, el contenido de la Sección Monográfica de este número de Nóesis busca estudiar la violencia, mas no justificarla, con el propósito de tener mayores elementos que nos permitan idear estra-
10
Según la OMS, el 42% de los homicidios con arma de fuego en el planeta tienen lugar en América Latina. Además, los gastos causados por los hechos violentos en Centroamérica en el año 2006 ascendieron a 6500 millones de dólares, cifra que equivale al 7.7% del PIB de esa región. Fuente: http://www.bbc.co.uk/.
1
Vol. 17 • número 34 • 2008
tegias que nos conduzcan a concebir ambientes donde el crimen y el terror queden fuera de lugar. Un primer artículo que nos facilita esta tarea es autoría de Inés Guardia Rolando (Universidad Panamericana-Guadalajara, México) y Giannina Olivieri Pacheco (Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela). Su texto se refiere a la violencia como un mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX. Julia Estela Monárrez Fragoso (investigadora de El Colegio de la Frontera Norte sede Ciudad Juárez) y Jaime García de la Rosa (estudiante de la Maestría en Economía Regional de la Universidad Autónoma de Coahuila) colaboran analizando el tema de la violencia asociada con la inseguridad en la frontera norte de México. Por su parte, Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez (profesores de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez) al igual que Héctor Pedraza Reyes (profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez) presentan dos textos ––por separado— que invitan a pensar en la violencia desde los acontecimientos del pasado para repensar la importancia que revisten los grupos (no) armados en ambientes “de protesta” o de “guerra sucia”. En el caso de los textos que conforman la Sección Varia, éstos invitan a debatir en relación con otros temas no de menor importancia: salud reproductiva, el espacio urbano, los vínculos sociales como formas de regulación y las dimensiones de la globalización. El tema de la salud reproductiva es abordado por Germán Vega Briones (investigador de El Colegio de la Frontera Norte sede Tijuana, Baja California). La idea central de su artículo es revisar los mitos y actitudes de migrantes que laboran o han laborado en Estados Unidos en términos de los impactos reflejados en su salud reproductiva y sexual. Eduardo Sousa González (profesor de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon) revisa el caso de Monterrey, Nuevo León en México para ilustrar la transformación padecida por el espacio urbano en la sobremodernidad. Propone que las nuevas condiciones del espacio urbano han modificado la percepción y la forma de vivir en la ciudad, de ahí la necesidad de reflexionar estas situaciones incorporando en el proceso variables de corte global.
11
Nóesis
Los vínculos sociales como formas de regulación es el tema que aborda José Fernando Sánchez Salcedo (profesor de la Universidad del Cauca). En su escrito plantea que los vínculos sociales constituyen formas particulares de regulación a través de las cuales los individuos negocian las normas sociales, ajustándolas a sus intereses y necesidades; revisa el caso de la sociedad colombiana. Enseguida, César Silva Montes (profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez) cierra esta sección exponiendo un tema provocador: las dimensiones de la globalización. Sus planteamientos están formulados para debatir sobre las transformaciones ocurridas en el caso de México ––derivadas de la crisis económica, política y social de 1994–– enmarcando diversas cuestiones. Por último, en la Sección Libros, Entrevistas y Otras Narrativas, se incluyen dos trabajos; uno de Ifigenia Martínez Hernández (profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México) y otro de Peter Horwath (profesor de la Universidad del Estado de Arizona) y Dulce Estévez (profesora de Arizona State University y traductora del artículo). Martínez presenta a los lectores y lectoras de Nóesis un texto sobre Sociedad del conocimiento y energía. Propone que conocimiento y energía son, en sí mismos, valiosos recursos para la construcción de una sociedad equitativa, culta y democrática, pero a condición de ser utilizados racionalmente y puestos al servicio de cada nación. En cambio, Horwath y Estévez reseñan la novela Las Casas vor Karl V: Szenen aus der Konquistadorenzeit (1938), de Reinhold Schneider. De manera muy adecuada y oportuna, los autores nos involucran para reflexionar el eje central de este número: la violencia. Confiemos que un producto principal de la lectura de este número consista en que cada lector, cada lectora, nos veamos motivados para actuar de un modo u otro para promover un mundo nuevo gobernado por la Cultura de la No Violencia y por una “Nueva Paz”.
12
Myrna Limas Hernández
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
Palabras clave:
14
El objetivo del presente ensayo es describir los mecanismos por medio de los cuales la violencia política se presenta como uno de los elementos fundamentales del debate público en dos coyunturas históricas en Venezuela: en la Revolución de Octubre y en la Revolución Bolivariana. El trabajo se desarrolla en torno a dos ideas: primero se abordará el problema de la violencia y el miedo desde una perspectiva Revolución Bolivariana. teórica, luego se describirá cada una de estas coyunturas históricas; finalmente se revisa comparativamente este fenómeno que se repite a lo largo del tiempo en Venezuela.
Venezuela, violencia política, Revolución de Octubre,
Inés Guardia Rolando1 y Giannina Olivieri Pacheco2 The objective of the present paper is to describe the mechanisms by which the political violence has become one of the fundamental elements of the public debate in two historical conjunctures in Venezuela: The October’s Revolution and the Bolivarian Revolution. The work is developed around two ideas: first one will approach the problem Political violence, of violence and fear from a theoretical perspective and the Bolivarian revolution second one describes each of these historical conjunctures; finally the article makes a comparation of this phenomenon between both historical moments.
Venezuela,
October’s revolution, .
1 2
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Vol. 16 • número 34 • 2008
Sección Monográfica
Profesora de la Universidad Panamericana, Guadalajara. Correo: iguardia@up.edu.mx Profesora de la Universidad Metropolitana, Caracas. Correo: golivieri@unimet.edu.ve Fecha de recepción: 1 de agosto de 2008 Fecha de aceptación: 17 de octubre de 2008
15
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Introducción
La
violencia política ha sido un tema recurrente en la historia venezolana; tal vez por esta razón se ha convertido en el mecanismo fundamental del debate político en ciertas coyunturas de cambio estructural del sistema político. Podemos aseverar que ella se ha hecho presente durante los llamados procesos revolucionarios del siglo XX venezolano: la Revolución de Octubre (1945-1948) y la Revolución Bolivariana (1998-2008). El objetivo del presente ensayo es describir los mecanismos por medio de los cuales la violencia política se ha convertido en uno de los elementos fundamentales del debate público en estas dos coyunturas históricas. Para presentar cómo la violencia ha estado presente en estos dos momentos, primero se abordará el problema de la violencia y el miedo desde una perspectiva teórica, para luego describir cada una de estas coyunturas históricas y tratar de explicar por qué este fenómeno se repite a lo largo del tiempo en Venezuela. Finalmente, se presentan las conclusiones y la bibliografía utilizada para este ensayo. Este trabajo forma parte de una investigación mayor sobre la violencia política en Venezuela. Quizá el hecho de que actualmente se esté viviendo un momento con estas características, sea la razón para que, teniendo como base la metodología de la historia reciente, se haya decidido contrastar ambos momentos de la historia de Venezuela.
Nóesis
La violencia y el miedo como categorías teóricas
16
Para entender mejor el contexto que estudiaremos, interesa examinar la violencia desde una perspectiva teórica,3 entendida como factor de lucha política en el que las movilizaciones, marchas, apoyos u oposiciones a determinados sectores políticos en ciertos contextos conducen a enfrentamientos y manifestaciones de violencia entre grupos dirigidos por líderes políticos, sean éstos, según el momento histórico, los repre3
Para otros acercamientos teóricos acerca de la violencia, ver: Stoppino, Mario. Voz: Violencia. Diccionario de política, tomo II, p. 1627.
Y es que ver en la violencia la causa de los sucesos históricos, lejos de construir un análisis escrutador, tan sólo induce a una concepción psicológica de la historia o a pretender que ésta llegue a una suerte de estancamiento o detención una vez que se la prive de su principio energético. Vanos intentos. Más cerca del origen de los fenómenos históricos nos situamos al ver en la violencia un instrumento, un modo de expresarse y combatirse contradicciones antagónicas presentes en la sociedad y que constituyen, esas sí, las verdaderas fuerzas del devenir histórico. (Carrera Damas, 1969: 173)
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
sentantes de los partidos políticos contemporáneos, o miembros de la sociedad civil identificados con los sectores en conflicto. En el marco de los procesos históricos estudiados, la violencia no es la causa de sucesos históricos de importancia en un orden político y social de un determinado régimen, sino que forma parte esencial de la dinámica misma del proceso que abarca la interrelación de la sociedad y el Estado nacional.4 La siguiente cita de Germán Carrera Damas, ayuda a comprender este argumento:
4
5
Sobre el concepto de régimen político, ver: Levi, Lucio. Voz: Régimen político. Diccionario de política, tomo II, pp. 1362-1365. Quien lo define como el conjunto de las instituciones que regulan las luchas en el poder y su ejercicio, así como los valores que animan la vida de las instituciones. Esta definición corresponde a Tenenti, Alberto, p. 10. Sobre el concepto de revolución, ver: Pasquino, Gianfranco. Voz: Revolución. Diccionario de política, tomo II, pp. 14121423 y Huntington, Samuel. El orden político en las sociedades en cambio. Buenos Aires, Editorial Paidós, 1972. En todas estas definiciones se evidencia que una revolución siempre implica un cambio de estructuras político-institucionales y el establecimiento de una nueva estructura sociopolítica, institucional y económica.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Ya que abordaremos dos momentos históricos conocidos en Venezuela como revoluciones, se debe recordar que desde la perspectiva de la teoría política, una revolución es una agitación colectiva que tiende y consigue transformar un orden político institucional, y este cambio se lleva a cabo de forma duradera, extensa y profunda, con la conciencia de que la transformación no puede ser atribuida a factores sobrenaturales, sino a la acción de los hombres que fueron sus protagonistas.5
17
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
18
Pero en Venezuela, una revolución ha significado algo distinto: representa el medio para cambiar o deshacerse de gobiernos, y es así como lo concibieron y conciben los distintos actores políticos de finales del siglo XIX y principios del XX. El punto de vista planteado por los escritores positivistas venezolanos refleja esta realidad, la de las “revoluciones” como instrumento para deshacerse de malos gobiernos (López Méndez, 1963: 35). José Gil Fortoul, de modo específico, sostiene que han tenido un beneficio relativo, tal como se demuestra en la próxima cita: “Ellas [las revoluciones] han sido casi el único medio de corregir los errores de los gobiernos y de evitar tiranías prolongadas. Cuando un gobierno comete demasiados abusos, está seguro de procrear él mismo la reacción que ha de derrocarlo” (Gil Fortoul, 1961: 204). Por su parte, Jesús Muñoz Tébar plantea que las revoluciones también surgen como una necesidad y un medio para superar grandes males como el personalismo, argumento que expresa de la siguiente manera: Cuando el personalismo, desatado por larga impunidad, nada respeta, llega con insolencia a buscar apoyo hasta en los vicios. Los intereses vitales y bamboleantes de la sociedad solicitan entonces, a todo trance, su equilibrio estable. Apelan, generalmente, a las revoluciones armadas, que sólo son un medio desesperado: buscan con ellas las seguridades del legalismo. (Muñoz Tébar, 1961: 78)
Pasquino señala que la revolución se distingue de la rebelión o revuelta porque esta última se circunscribe a un área geográfica, carece en general de motivaciones ideológicas, no propugna una subversión total del orden constitucional, sino un regreso a los principios originarios que regulaban las relaciones de autoridad política-ciudadana, y apunta a la satisfacción inmediata de ciertas reivindicaciones políticas y económicas. Según este autor, una rebelión puede ser aplacada con la sustitución de las personalidades políticas gobernantes o por medio de concesiones económicas ofrecidas a los revoltosos; además, agrega que una sublevación —aunque sea de notables proporciones— y una revuelta ––por mucho que se prolongue— no logran, en general, resultados revolucionarios (Pasquino, 1981: 1412-1423).
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
Algunos estudios señalan que los avances de la modernización no guardan relación con lo que subjetivamente la gente piensa o percibe, pues ella aprecia de modo diferente las oportunidades y amenazas del desarrollo, según sean sus condiciones particulares de vida (Campero, 1998; y Lechner, 1998). Este hecho explicaría que, en nuestro caso, ciertos estratos de la población perciban los procesos de cambio revolucionario como un peligro para el mantenimiento de sus derechos y privilegios, y reivindiquen la violencia como forma de manifestar su acuerdo o desacuerdo con ciertos sectores dirigentes; mientras que por su lado “los revolucionarios” utilicen la violencia para lograr sus objetivos y una vez alcanzado el poder, mantenerse en él. Según lo señalado por Lechner (1998), el abordar la relación entre modernización y subjetividad se revela como una tensión problemática, pues asegura que la subjetividad importa y ella es un fenómeno complejo que abarca valores y creencias, disposiciones mentales y conocimientos prácticos, normas y pasiones. Al referirse a un aspecto limitado de las subjetividades, el autor advierte que “Los miedos son una motivación poderosa de la actividad humana y, en particular, de la acción política. Ellos condicionan nuestras preferencias y conductas tanto o más que nuestros anhelos. Son una fuerte pasión que, con mayor o menor inteligencia, nos enseña la cara oculta de la vida” (Lechner, 1998: s./p.). A partir de esta definición distingue tres tipos de miedos: el miedo al otro, que suele ser visto como un potencial agresor; el miedo a la exclusión económica y social, y el miedo al sinsentido, a raíz de una situación social que parece estar fuera de control (Lechner, 1998: s./p.). Como ya se planteó, estos tipos de miedo, en general, conducen a quienes los padecen a manifestarse en acciones violentas contra el potencial agresor; y viceversa: quien detenta el poder amenaza o utiliza la violencia para generar miedo. La utilización que hace Julio González (2002) de la interpretación de Uribe (2002) sobre el miedo en la obra de Hobbes, merece nuestra atención, pues explica el proceso por medio del cual se construye al “enemigo”. Según este autor, en la concepción hobbesiana el miedo es
19
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
20
inherente a la naturaleza humana y, al mismo tiempo, es un fenómeno social que nace del contacto con los demás en relaciones de igualdad y, por lo tanto, es cercano y tangible, pues todos los seres persiguen cosas similares (González, 2002: 130). En este sentido, el temor es singular, definible y opuesto a otros. El miedo hobbesiano es un miedo que razona; que piensa, que calcula, que induce a sopesar posibilidades o riesgos; que diseña futuros posibles y deseables; en fin, es miedo razonable, que se fundamenta en hechos y que busca soluciones adecuadas en un horizonte de posibilidades reales: es un miedo con objeto definido —los otros hombres— y que permite saber qué hacer en determinados momentos y circunstancias; es un miedo que se puede instrumentar para producir terror y hacer desistir al enemigo de sus propósitos, para obligarlo a ceder y a rendirse o para mantener en vilo su poder, recordándole a cada momento que las situaciones son reversibles y que pueden perder su dominio incluso a manos de sus enemigos más débiles y pequeños. (Uribe en: González, 2002: 130)
Podríamos considerar como un rasgo contemporáneo la creación del “enemigo”. Un enemigo que no nace de la igualdad, sino, precisamente, de la diferencia y logra condensar todas las amenazas y peligros. Tal es el caso del terrorismo y del narcotráfico que son “buenos” enemigos, precisamente porque son “útiles” a los propósitos de quien sustenta el poder. Se tiene así una idea clara de quién es el adversario a vencer, pero nunca se sabe a ciencia cierta dónde aparecerá este desafío. Este enemigo no es fácil de percibir, ya que se muestra como invisible aunque poderoso, pero en función de él hay que prepararse para combatirlo. Aunque aparentemente invisible, este “enemigo” tiene múltiples formas de manifestarse que van desde la subversión, marchas, huelgas, concentraciones hasta la infiltración en instituciones y organismos del Estado. Por esta razón hay que estar preparados para combatirlo. “Se trata, en fin, de la construcción de un enemigo indefinible, proteico, que se expresa de mil maneras y al que, por tanto, hay que combatir en los mínimos detalles (…) una lógica que, (…) permite construir buenos enemigos, es decir, unos enemigos sumamente útiles” (González, 2002: 137).
• La fragmentación política, • El sistema judicial responda a una parcialidad y el acceso a los cargos sea por designación, • Existan escenarios de polarización social o fuerte división social, • El poder esté encarnado en una personalidad visible para todos los actores, • La actividad económica principal sea del Estado, quien subsidia con sus ingresos otras actividades. Como se verá a lo largo de este trabajo, estas realidades han estado presentes en Venezuela en las coyunturas analizadas. Y la presencia de
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
Otro autor que recuerda la eficacia del miedo es Rafael Vidal (2004), quien a partir de una revisión historiográfica sobre el tema, plantea que desde Erich Fromm (1986), su activación a través de la construcción del “otro”, enemigo/amenaza, ha sido fuente primordial de autoridad y consenso social. Por su parte, Beck (2000) sostiene que el uso del “enemigo” permite prescindir de la democracia con el consentimiento de la colectividad, la cual está dispuesta a resguardar su seguridad en lo militar y en la guerra, aunque ello limite la consistencia democrática de una nación. Como plantea Castells (1998), estamos ante una inseguridad fabricada por el infocapitalismo, la diversidad/particularidad cultural, o ante el ocaso de las instituciones democráticas, entre muchas otras razones. En fin, se tata de la era multicultural de las guerras preventivas o asimétricas. Tomando como referencia estas concepciones teóricas, se pretende mostrar algunos indicadores que han contribuido a la emergencia de la violencia como mecanismo del debate público en dos coyunturas históricas de Venezuela: en la Revolución de Octubre (1945-1948) y la Revolución Bolivariana (1998-2008), así como los mecanismos contextuales y situacionales que han contribuido a generar esta matriz. Se hace pertinente acotar que para fabricar este temor colectivo que hace fluir la violencia, consideramos necesaria la existencia de sistemas políticos en donde prevalezca:
21
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
22
estos escenarios ha sido el caldo de cultivo para que muchas subjetividades fluyan, imponiéndose, finalmente, distintas formas de violencia entre los grupos en conflicto.
La Revolución de Octubre (1945-1948) El triunfo de un golpe cívico-militar, el 18 de octubre de 1945, en contra de Isaías Medina Angarita, señaló el inicio del gobierno de la Junta Revolucionaria presidida por Rómulo Betancourt. En el golpe de Estado participaron sectores profesionalizados de las Fuerzas Armadas nacionales y líderes del Partido Acción Democrática. El nuevo régimen justificaba la acción utilizando el argumento de la necesidad urgente de instaurar una democracia representativa en Venezuela, que garantizara derechos, libertades y un nivel de vida adecuado a la gran mayoría del pueblo. Esta declaración de principios de la llamada Junta Revolucionaria de Gobierno, se manifestó en los diferentes decretos de ampliación de garantías políticas, civiles, sociales y económicas contenidas en el proyecto revolucionario. Posteriormente, se convocó a elecciones para escoger a los representantes de la Asamblea Constituyente, la cual se instaló el 27 de octubre de 1946. El 5 de julio de 1947 fue sancionada la nueva Carta que contemplaba la elección directa, universal y secreta del presidente de la República, de los senadores y diputados al Congreso Nacional, así como los representantes a las municipalidades y asambleas legislativas estatales. Además, estableció un marco jurídico que posibilitó el ejercicio de derechos políticos, civiles y económicos hasta entonces restringidos. El 19 de septiembre de 1947 fue promulgado el Estatuto Electoral que habría de normar las elecciones que se llevaron a cabo el 14 de noviembre de ese mismo año. En ese proceso resultó presidente constitucional de Venezuela, Rómulo Gallegos, candidato de Acción Democrática, quien tomó posesión de su cargo el 15 de febrero de 1948, dando fin así a la Junta que se había constituido. No obstante, durante ese gobierno se expresan contradicciones entre los principios de democracia representativa promulgados en la
Estamos, por lo tanto, en condiciones de afirmarle al país que no hay peligro de alteración del orden público y sí segura confianza, por nuestra parte de que la lealtad de Ejército y pueblo surgido de la Revolución de Octubre será bandera contra la cual se estrellarán los enemigos de Venezuela; (...) al frente de los destinos de Venezuela, por mandato de la Revolución; hay un equipo de hombres que conciliarán sus definidas convicciones democráticas con la firmeza y energía requeridas para defender al pueblo venezolano del peligro de recaer en manos de quienes condujeron a la Nación a la ruina económica, al envilecimiento político y al desbarajuste administrativo. (Gaceta Oficial No 210907, 1948: 173-174)
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
Constitución del 47 y el ejercicio del poder que se manifestó tanto en los discursos como en las acciones políticas de funcionarios gubernamentales y grupos asociados al Partido Acción Democrática. En diversas circunstancias, durante el denominado trienio adeco —gobiernos de la Junta Revolucionaria y de Rómulo Gallegos—, estos grupos violaron las garantías constitucionales, repitiendo prácticas políticas autocráticas del régimen que habían desplazado bajo la justificación del golpe de Estado. En efecto, durante este periodo se restringió el ejercicio de los derechos ciudadanos de dos formas distintas: a través del uso de mecanismos institucionales como la prisión sin previo juicio a algunos opositores, la inhabilitación de sindicatos opositores y el cierre de medios de comunicación impresos, etcétera; y, por otra parte, mediante la organización y adoctrinamiento de un gran sector de la población para convertirlo en un nuevo actor sociopolítico, utilizado como un instrumento en contra de quienes se oponían al proyecto revolucionario. Es el caso de la formación de los grupos conocidos como “cabilleros” que, a través de la violencia, intimidaban y enfrentaban a quienes se oponían al gobierno, actuando bajo una supuesta acción espontánea, pero que, en la práctica, era una forma velada de brazo armado del gobierno revolucionario. Desde un principio, los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno en los distintos discursos, manifiestos y alocuciones, enfatizaban como elementos clave de su legitimidad el apoyo del pueblo y el respaldo de las Fuerzas Armadas, e identificaban a la oposición con los enemigos de Venezuela. Tal como se muestra en la siguiente cita:
23
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
24
Reiteradamente los discursos políticos fueron utilizados para legitimar la acción gubernamental: apelaban al pueblo como el objetivo del sistema político y sostenían que el Ejército era el instrumento de éste para alcanzar esta redención. A pesar de que en estos discursos se garantizaba el ejercicio de los derechos políticos, sociales y económicos, la realidad política del momento —ante la ineficiencia administrativa, el elevado costo de la vida, la intranquilidad ciudadana y el sectarismo político— impuso una restricción de los derechos ciudadanos. En la práctica política cotidiana, los derechos se veían limitados o cuestionados por los miembros del Partido Acción Democrática, quienes ejercían una especie de censura en los medios de comunicación, descalificaban a los adversarios políticos, cuestionaban y anulaban las acciones de los sindicatos opuestos a la tendencia gubernamental e implantaban limitaciones legales para el ejercicio civil y político de quienes se les oponían. Los sindicatos fueron paulatinamente controlados por dirigentes acciondemocratistas, quienes supeditaron la defensa de los derechos de los trabajadores a los lineamientos gubernamentales, negociaban con las principales empresas petroleras que operaban en el país y acordaban los beneficios que se obtenían de éstos.6 Ante la preponderancia de los afectos al gobierno en los sindicatos, los dirigentes sindicales afiliados al Partido Comunista de Venezuela fueron desacreditados, inhabilitados, suspendidos y, en ocasiones, expulsados de las federaciones obreras.7 Llegaron a disolverse sindicatos controlados por mayorías comunistas, y ante un llamado a huelga en mayo de 1948 por el Sindicato de Marinos Petroleros controlado por el grupo comunista, ésta fue prohibida por decreto presidencial.8 Como se señaló anteriormente, los medios de comunicación también sufrieron la acción política del gobierno durante este periodo: 6
7
8
Las negociaciones de contratos colectivos, reseñados en la prensa como de más relevancia durante este periodo, fueron con las siguientes empresas: Creóle Petroleum Corporation (1946), Mene Grande Oil Company (1948) y Grupo Shell (1948). Para una mayor profundización del tema, recomendamos la lectura y análisis de los documentos 1315-1318, 1336, 1340, 1349 del tomo 95 del PPVSXX. Los documentos que explican el proceso son: el 1360-1361 y 1365.
...el insulto diario que prodiga la prensa controlada por el partido de Gobierno y todas las actividades antidemocráticas de los que hoy mandan a su antojo en el país, hacen posible que los ciudadanos conscientes y responsables vean con el mayor horror y la mayor indignación el camino peligroso hacia donde el actual gobierno está arrastrando a la República (...) Ante los intereses de la Nación se requiere una actuación administrativa que persiga el bien común, que tenga un objetivo total y no un fin parcializado hacia ninguna fracción de los venezolanos. Y desde
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Así pues, líderes de distintos partidos fueron detenidos por estar acusados de conspirar, y lo mismo ocurrió con varios directores de periódicos (El Universal, 27 de julio de 1946: 1y 3). También hubo prohibición de actividad a diversos partidos políticos, como fue el caso de Unión Republicana Democrática (URD), así como la prohibición de transmisión de sus conferencias por distintos medios radiales con el argumento de que se atacaría al partido gobernante (El Nacional, 22 de marzo de 1946: última pág.). Ante estos hechos, URD editó la conferencia y convocó a un mitin en el Nuevo Circo. El partido COPEI también exponía sus quejas ante los sucesos que se produjeron en la celebración de un mitin en el Nuevo Circo de Caracas el 18 de junio de 1946: “El saboteo se inició antes de comenzar el mitin impidiendo la entrada a numerosas personas y luego, apenas comenzado, con gritos, piedras, cohetes, palos y cabillas” (Copei, 22 de junio de 1946: 1-11). La lectura sesgada del cuerpo legal vigente para el momento, favorecía la postura oficialista y avalaba sus acciones. Por su parte, los líderes de opinión identificados con los partidos de oposición, planteaban que el sectarismo de Acción Democrática, la incapacidad gubernamental y la agitación política ponían en riesgo el desarrollo y futuro de la nación. En tal sentido, Aquiles Monagas señalaba:
Vol. 17 • número 34 • 2008
La actitud hacia los medios impresos que simpatizaban con los partidos de oposición, merece atención. Si bien es cierto que la Junta Revolucionaria de Gobierno no apeló al establecimiento de la censura de prensa, estipuló la detención policial a quien actuara en forma contraria a como, según el criterio del gobierno, deben condicionar su actuación los ciudadanos venezolanos. (Aquí Está!, 31 de octubre de 1945: 16 y 5)
25
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
26
que el gobierno tiene el nombre de Acción Democrática en Venezuela, el país se ha convertido en un fundo de una parcialidad política. (...) Los hombres del partido oficial se han creído los únicos dueños y señores del patrimonio de la República. El gobierno quiere ser una entidad política y administrativa intocable. Todos los opositores del gobierno son los enemigos de Venezuela. Rómulo Betancourt es digno de una estatua, según los hombres de su partido, y quien se niegue a reverenciar el monumento no puede ser más que un resentido que añora los viejos tiempos de los coroneles y generales, digno, (...), de ser “muerto a cabillas” o de ser llevado a prisión sin fórmula de juicio y sin ningún respeto a las garantías ciudadanas (...) El lema del partido oficial. Es un lema peligroso, es un lema que nos recuerda con mucha indignación al nacional socialismo. Y ese lema del partido que hoy gobierna en el país es: “O estás con nosotros o contra nosotros”. (El Heraldo, 28 de octubre de 1948: 3)
De las acciones en contra de los partidos y de la opinión manifestada por los líderes de oposición, parece pertinente la siguiente reflexión en torno a una de las formas en que se condujo el debate político durante esta etapa. Partiendo de la idea de que en una democracia representativa el poder político reside en el pueblo, éste se convirtió en un actor político activo, organizado, en su gran mayoría, en torno al proyecto de Acción Democrática y su programa policlasista y de amplia base. En el escenario político radicalizado del trienio, los sectores sociales que apoyaron el programa fueron utilizados por el propio gobierno como instrumentos, para que, en una pretendida defensa del proceso democratizador, fueran ellos mismos quienes coartaran el desarrollo y la aplicación efectiva de los derechos políticos que habían servido de bandera al proyecto acciondemocratista para ganar su apoyo. Aparentemente los hombres del Partido Acción Democrática reconocían la importancia de la oposición política; sin embargo, creían que las críticas señaladas por la oposición iban encaminadas a provocar un derrocamiento del gobierno. Aunque Juan Liscano defendía la postura gubernamental, frente a los cuestionamientos de la oposición se expresaba en los siguientes términos: Se le pueden hacer todas las críticas que se quiera al actual gobierno de Venezuela y al partido Acción Democrática, menos una, la de que no han sido consecuentes con su promesa fundamental de implantar una democracia en el país. (...) La
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Resulta evidente que desde el punto de vista político, en todas las áreas señaladas hubo restricción de los derechos constitucionalmente establecidos a partir de 1947. En otras palabras, lo que desde el punto de vista doctrinal era la meta fundamental del proyecto político gubernamental, no fue sostenido como práctica política efectiva en el ejercicio del gobierno. Durante el trienio adeco, se produjo una ampliación de los derechos ciudadanos que se manifestó en los diversos decretos emanados de la Junta Revolucionaria de Gobierno, en la Constitución de 1947 y en la actividad de los grupos y partidos de oposición. Sin embargo, a través de los discursos políticos se intentó legitimar la acción gubernamental utilizando como elementos cohesionadores los conceptos de pueblo, partido político y Ejército nacional. La debilidad del gobierno evidenciada en la ineficacia administrativa, el sectarismo político partidista, la intranquilidad ciudadana y la crítica de la oposición, impusieron en la práctica política una restricción de los derechos de ciudadanía. Se puede decir que esta restricción se implementó, por una parte, a través del irrespeto y violación de derechos constitucionales, mediante la cual se tendió a inhabilitar sindicatos, censurar artículos de prensa, encarcelar a los opositores sin previa fórmula de juicio, clausurar medios impresos, limitando de esta forma la libertad de pensamiento y expresión. Y por otra, mediante la intimidación a la oposición a través de las bandas armadas que utilizaban el recurso de la violencia física como mecanismo de lucha política. Sin desconocer el efecto verdaderamente democratizador del proyecto político acciondemocratista, tanto en su faceta política como social, las debilidades inherentes al divorcio entre los programas políticos de los promotores civiles y militares del golpe condujeron a una práctica política poco democrática.
Vol. 17 • número 34 • 2008
legítima tarea de una oposición democrática en un régimen democrático consiste en obligar al gobierno a hacerlo mejor, pero nunca criticarlo para que lo derroque la violencia. El estilo político de las oposiciones que aspiran a ver derrocado un gobierno por las armas, es siempre el de crear monstruos ficticios, con el fin, nunca confesado, de que nadie mire a los verdaderos monstruos que son quienes se comen un país. (El Nacional. Caracas, viernes 5 de noviembre de 1948)
27
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
28
Revolución Bolivariana (1998-2008) El triunfo electoral de Hugo Chávez en Venezuela durante tres periodos consecutivos (1998-2000, 2000-2006, 2007-2013) ha revelado a un electorado que favorece fórmulas que se alejan de las tradicionales ofertas de los partidos políticos y que proponen un cambio del sistema político venezolano. En 1998, la primera vez que Chávez resultó electo, se comprometió a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de instaurar la democracia participativa y protagónica ante lo que consideraba el fracaso de la fórmula representativa (1958-1998) y las políticas de corte neoliberal. En consecuencia, en 1999 se elaboró y aprobó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en 2000 se convocó al proceso de relegitimación de poderes. En 2004, la oposición convocó al referéndum revocatorio contemplado en la nueva Constitución, del cual el presidente salió airoso. Durante la contienda de 2006, Chávez anunció la instauración del socialismo del siglo XXI, así como la reelección indefinida e hizo el llamado a una reforma constitucional que contemplara estos puntos. Esta propuesta se sometió a referéndum en diciembre de 2007, y por primera vez el presidente salió derrotado. El ascenso de Chávez a la primera magistratura marcó una ruptura con las formas anteriores de gobierno. Durante este periodo se han ejecutado diversas acciones que han desencadenado una serie de transformaciones que han fortalecido el poder del Ejecutivo y quebrantado el dominio de los partidos políticos. Asimismo, la “vieja” clase política y económica se ha desplazado y el país se ha alejado cada vez más de lo que se consideró la etapa de la democracia representativa. En el marco del manejo de la violencia política, en sus discursos a la nación y a través del programa televisivo y radial Aló Presidente, el mandatario anuncia lo que serán sus planes y acciones futuras.9 Durante las alocuciones, ha declarado la muerte a los enemigos de 9
En estos programas, el presidente de la República ha avisado sobre la estatización de industrias; la purga de la compañía Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PD-
VSA); las nuevas tareas de las Fuerzas Armadas nacionales; se han conocido las novedosas formas de organización social y partidista —se hace referencia a consejos comunales y la organización del Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV)—; se han anunciado las nuevas misiones y se han asignado los responsables de atenderlas; se ha escuchado acerca de las nacionalizaciones de compañías, así como las haciendas a ser expropiadas por ser consideradas poco productivas u ociosas.
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
la nación. En este contexto, por citar sólo algunas acciones, se ha informado acerca de la no renovación de la concesión a Radio Caracas Televisión (canal privado), se ha participado la creación de los consejos comunales, la reserva, la guardia territorial y las milicias para asegurar la continuidad del proceso revolucionario y defender el socialismo del siglo XXI. También se ha advertido sobre una supuesta invasión por parte de Estados Unidos de Norteamérica (EU) y con ello el regreso a la llamada Cuarta República, lo que implicaría, según el presidente, un regreso a prácticas clientelares y corruptas de anteriores gobiernos. Tenemos así como a partir de un discurso impositivo, el verbo se ha hecho realidad y ha causado temor a ciertos estratos de la población. A través de los discursos presidenciales, se ha construido al enemigo y se han explicado las medidas para combatirlo. El discurso violento y el miedo es impulsado a través de la utilización de la figura de Míster Danger —nombre tomado de un personaje de la novela Doña Bárbara y que resuena en el colectivo nacional— y quien, según el presidente, se manifiesta de diferentes formas: en organizaciones de la sociedad civil lideradas por los “enemigos”; en manifestaciones de la oposición, lo que justifica los actos de represión llevados a cabo por efectivos militares o agentes policiales contra los revoltosos; y en la inminente invasión norteamericana, lo que explica la compra de armamento, a fin de poder combatir al enemigo en la guerra asimétrica (Globovisión, 25 de septiembre de 2005). En consecuencia, la utilización de la “invasión del otro”, así diseñada y utilizada, ha servido como medio de control, pues ha dividido a la nación entre “buenos” y “malos”, entre “patriotas” y “opositores”, entre “revolucionarios” y “contrarrevolucionarios”. Es así como el ciudadano que se encuentra en medio de esta nueva declaratoria de “guerra a muerte”, tiene que ser reeducado por el Estado en contra de los valo-
29
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
30
res del imperio y sus seguidores, que quieren acabar con la soberanía y autodeterminación; por lo tanto, el discurso revolucionario utiliza los valores patrios para justificar su acción. Al iniciar su tercer mandato en 2006, Chávez ha redoblado sus denuncias en contra de EU, acusándolo de preparar un golpe de Estado, así como la invasión al territorio nacional (Globovisión, 23 de junio de 2007). El presidente ha proclamado que Venezuela está empeñada en una “guerra de resistencia” contra la “guerra global” de Estados Unidos, pues “la guerra de resistencia es el arma con la cual estamos derrotando y derrotaremos la amenaza de la guerra imperial” (Globovisión, 24 de junio de 2007). De allí, la necesidad del país de invertir en armas, incluyendo submarinos y aviones supersónicos para estar preparados ante la invasión (El Universal, 21 de febrero de 2007). Ello explica también, como lo dijera en una entrevista el Gral. Carlos Freitas, que el presidente haya impulsado la Reserva Nacional, conformada por miles de ciudadanos, que reciben entrenamiento para “mantener resistencia a una invasión de agentes externos” (El Universal, 6 de agosto de 2007). Como se recordará, desde 1998 los militares han copado los espacios en la administración pública y han llegado a ocupar cargos en los gobiernos regionales y locales, tendencia que se ha ido profundizando con el tiempo. Los militares controlan a la sociedad y la vigilan, a fin de que no se salga de los derroteros que le marca el presidente Chávez. Los medios de comunicación son el otro enemigo de la Revolución Bolivariana, son el otro “ellos” que hay que confrontar, son aliados del Imperio y buscan acabar con la revolución; por lo tanto, hay que neutralizarlos por ser culpables del engaño y “adversarios irracionales”. Los dueños de los medios son marionetas del imperio, y son llamados por el presidente: “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”. El presidente constantemente arremete contra los medios en sus discursos y arenga al pueblo a ir en contra de ellos: “Mentirosos. Hasta que ellos no cambien de actitud, el pueblo venezolano no debe comprar ni un solo ejemplar de esos periódicos, ni uno solo... que salgan de los albañales donde han caído para tristeza del periodismo venezolano”.10 10
Ídem.
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
Son bastante conocidas las expresiones que ha utilizado el presidente para referirse a los medios, así como las medidas asumidas para el uso y control de los mismos. Baste para ello recordar la cadena de 24 horas el 9 de abril de 2002, primer día de huelga general, así como la famosa cadena del 11 de abril, en la que además amenazó a los canales privados con quitarles la concesión y optó por eliminarles el audio mientras transmitía su cadena. En este periodo son múltiples los periodistas inculpados y hasta sancionados judicialmente por las opiniones emitidas. Son conocidos los casos de Ibéyise Pacheco y Laureano Márquez. La culminación de este ataque contra los medios, se concretó con el cierre del canal de TV RCTV, a finales de mayo de 2007, al negársele la continuación de la concesión de la que gozaba desde hacía 50 años. En este marco, la sociedad civil ha perdido su rol, pues si es afecta al gobierno, se considera un agente subordinado de él; y si forma parte de la oposición, se considera enemiga del gobierno. En este punto, hay que destacar la constante y reiterada represión por parte de las fuerzas de seguridad en contra del grupo opositor, la cual se ha expresado en manifestaciones y concentraciones en lugares públicos desde finales de 2001 y que ha tenido como momentos culminantes la represión del 11 de abril de 2002 y la perpetrada contra el movimiento estudiantil entre mayo y noviembre de 2007. Entre los últimos hechos de violencia contra ciudadanos de la oposición que se pueden destacar, figuran los del 28 y 30 de mayo de 2007 que el Foro Penal Venezolano denunció ante la OEA, debido a la detención de más de 100 ciudadanos, lo que obedeció a la aplicación de un método sistemático de aplicación del “orden”. La directora de esta ONG sostiene que, “Es obvio que se trató de un método sistemático de detenciones. Siento que se buscó dar una advertencia para intimidar a futuros manifestantes. La cantidad de detenidos es excesiva: 251 presos en 167 manifestaciones. Demasiados” (El Universal, 1 de julio de 2007). Por otro lado, vale la pena destacar cómo el gobierno creó al comienzo de su periodo los Círculos Bolivarianos, la organización social de la revolución. Los Círculos, según fueron concebidos, deben ser
31
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
multiplicadores de la ideología de la revolución, deben existir en todas partes, como una red de alambre. Según palabras del presidente: “... esa es la esencia de la revolución... deben pasarse los documentos, leer la Constitución, analizar la problemática”, tiene que ser “una masa no anárquica, no anarquizada, sin orden interno, sin fin, sin metas, sin ideologías; es una masa consciente, organizada en movimiento, y esa masa es el pueblo venezolano”. Los Círculos trabajan para la revolución, pues “es el pueblo organizado, los Círculos Bolivarianos, son los mejores contralores populares, control popular y denunciar donde vean”.11 Los dirigentes de los Círculos se comportan como líderes benefactores para vastos sectores de la población. A pesar de que el Ejecutivo ha planteado que son nuevas formas de organización del “pueblo”, en determinados momentos han demostrado ser grupos armados que apoyan el proceso revolucionario conducido por el presidente de la República. El presidente Hugo Chávez es quien les ha otorgado el poder que poseen los Círculos, al plantear que ellos serían el “pueblo organizado para defender la revolución” y por ello desde el año 2000 se señaló que su cuartel sería el Palacio de Miraflores, es decir, el Palacio de Gobierno. Si en un primer momento fueron concebidos como organizaciones políticas, ese estatus se les cambió a la de “organizaciones sociales”, lo que permite al gobierno otorgarles financiamiento oficial. Los objetivos de estas nuevas organizaciones pueden apreciarse en la siguiente cita:
Nóesis
Los Círculos Bolivarianos, son grupos organizados, conformados por el pueblo en un número variable que puede oscilar entre siete (07) a once (11) personas, las cuales se reúnen para discutir los problemas de su comunidad y canalizarlos a través del organismo competente, para buscar su pronta solución, basándose en lo consagrado en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Los Círculos Bolivarianos entre otras misiones, también están
32
“Aló Presidente” del 15 de septiembre de 2001. Ejemplo vivo de ello fue lo que pudimos constatar el 11, 12, 13 y 14 de abril: la presencia de unos Círculos que hasta con radio y TV propia contaban (Radio Perola de Craicuao y TV Catia).
11
Vid. Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Círculos Bolivarianos en: presidencia@venezuela.gov.ve. 13 La primera vez que aparecieron en forma agresiva fue en la marcha por una educación libre, en contra del Decreto 1011, que había sido impulsada por las sociedades de padres de los colegios. De allí en adelante han agredido a la mayor parte de las marchas de la oposición. 12
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Ahora bien, a pesar de la visión social presente en sus estatutos, son conocidas las acciones violentas ejecutadas por los Círculos Bolivarianos en contra de determinados medios de comunicación, por ejemplo, El Nacional, Globovisión y RCTV. En esos casos los miembros de los Círculos rayaron y apedrearon las sedes de estos medios. Asimismo, miembros de los Círculos se han apostado en la llamada “esquina caliente”, frente a la Asamblea Nacional, donde constantemente han agredido verbalmente y hasta con piedras a políticos opuestos al gobierno. Si en un principio los Círculos Bolivarianos sólo era un grupo más del proselitismo político impulsado desde el gobierno, desde finales de 2001 se mostraron como “grupos de choque” armados que han enfrentado las distintas manifestaciones de la oposición.13 Al principio sólo agredían con piedras, pero a partir del 11 de abril, las armas se hicieron presentes de forma evidente. Baste para ello recordar las imágenes de individuos armados disparando contra la marcha de los Próceres el 3 de enero de 2003 y la de Los Valles del Tuy en ese mismo mes, así como la agresión en contra de manifestantes que se acercaban a PDVSA ese mismo año. Sin duda, estas acciones recuerdan a las de “los cabilleros” durante el trienio adeco, ya mencionadas anteriormente, y apuntan hacia una violencia manejada desde el gobierno, a partir del proselitismo político y la discriminación hacia los opositores del gobierno. Con referencia a este punto, los representantes del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) en
Vol. 17 • número 34 • 2008
formados para divulgar los sueños e ideales del Libertador Simón Bolívar, así como el de su maestro Simón Rodríguez y el de Ezequiel Zamora.12
33
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
34
su informe de 2007 destacan que para 2006 había seguido aumentando la discriminación política por parte del gobierno, así como una tendencia a criminalizar la protesta popular durante el último semestre de ese año. Su vocero, el abogado Marino Alvarado, indicó que tiene denuncias de trabajadores públicos que han sido obligados a asistir a actos del oficialismo bajo la amenaza de ser despedidos si no cumplen con la orden. Plantea el abogado que “Pensar en forma distinta al pensamiento oficial o ser crítico de la gestión de gobierno, se convirtió en una causa de despido laboral, un motivo para negar una determinada gestión pública o una razón para ser descalificado”(Globovisión, 8/12/2006). A esto se suman las denuncias de Liliana Ortega, presidenta del Comité de Familiares de las Víctimas de los sucesos ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989 (COFAVIC), quien señala que el gobierno se encuentra en la búsqueda permanente de enemigos (Globovisión, 26 de junio de 2007). Por su parte, el ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Carlos Ayala Corao, junto a la directora de COFAVIC, plantea que se ha agravado la situación de amenazas y persecución para los activistas y defensores de los DDHH, por parte de funcionarios gubernamentales y organismos del Estado (El Universal, 27 de junio de 2007). Se considera que el uso de “listas” de registro de opositores, como la llamada lista Tascón, derivada de la recolección de firmas para la convocatoria al referéndum revocatorio de 2004, ha contribuido a que se produzcan expresiones de violencia en los sectores opositores, pues sienten que se ha puesto en marcha un proceso de exclusión social y económica de ciertos estratos, lo que hace que ellos respondan a estos hechos. A partir de la publicación de esa lista, que asciende a un poco más de 4 millones de venezolanos, distintos organismos públicos la han utilizado para presionar a los firmantes o negarles el acceso a cargos en la administración pública en sus distintos niveles; en este sentido, los firmantes han sido satanizados, criminalizados y discriminados de la acción pública gubernamental.
Hay quienes señalan que esta lista es una base de datos sobre los venezolanos que los clasifica como opositores o chavistas, gracias a información cruzada de los que participan en las misiones o programas sociales del gobierno, y las firmas recolectadas para revocar al presidente y a sus diputados (http://rayasypalabras.blogspot.com/2006/08/estenterrada-la-lista-maisanta.html). Ahora bien, aunque el presidente ha dado la orden de enterrar la lista Tascón, han emergido otras como la del Partido Socialista Unido de Venezuela, fundado por el presidente en 2008 y donde se clasifica una vez más al pueblo en seguidores o traidores a la patria. Compañía mixta petrolera con alta participación del Estado en los negocios.
14
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
El Comando Maisanta es la expresión organizativa en todos los ámbitos de la geografía nacional de las fuerzas bolivarianas, para la actuación estratégicaoperativo de la Misión Florentino. Misión que guía la acción revolucionaria, orientada a asegurar el triunfo electoral en el referéndum nacional del 15 de agosto de 2004, cuando se reeditará (de acuerdo al imaginario colectivo del pueblo venezolano) la derrota de la oligarquía nacional y extranjera por el pueblo soberano en la Batalla de Santa Inés, magistralmente dirigida por el general Ezequiel Zamora. Directrices Estratégicas de la Misión Florentino: a. Incorporar a la base la búsqueda del voto; b. Evitar el fraude; c. Consolidar lo que se tiene; d. Atraer el segmento indeciso; e. Neutralizar el crecimiento del adversario; f. Aislar a los golpistas y g. Incorporar a los excluidos políticos. (http://www.gobiernoenlinea. ve/miscelaneas/maisanta/maisanta2.html)
Vol. 17 • número 34 • 2008
Como ejemplo en el uso de la lista Tascón existen denuncias, como la que sostiene que “El presidente de Sincor,14 Ysaac Donis, ratificó que sus trabajadores están clasificados en aptos y no aptos. Además, lanzó nuevos lineamientos: deben pertenecer a alguna misión y los viernes deben usar una franela roja” (Clarembaux, Patricia. “Se oficializó la lista Tascón”, en: Tal cual. Caracas, 26 de julio de 2004). Se puede hablar de otra lista excluyente, la Maisanta, utilizada desde 2004 en las diferentes contiendas electorales. En la página web del gobierno, se pueden leer las funciones del comando que llevaría a cabo las acciones, tal como se transcribe a continuación:
35
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha tenido éxito en fabricar al “enemigo” y, sobre todo, en personificarlo en la idea de la invasión norteamericana. De allí que justifique la aplicación de diversos controles en varios niveles. El gobierno tiene la fuerza de las armas y la capacidad de represión por parte de los organismos de seguridad del Estado; sataniza a la oposición y sus manifestaciones, sus formas de organizarse y sus tipos de movilización. Además, ejerce otro tipo de vigilancia, o “de control”, a través de las “listas”, lo que ha conducido a un proceso de exclusión de ciertos sectores que no pueden acceder a trabajos en la administración pública en sus distintos niveles; no pueden adherirse a los planes sociales del gobierno (las misiones) y no gozan de la garantía del ejercicio pleno de la ciudadanía. Todos estos hechos nos llevan a pensar en la crisis profunda de los valores liberales y de la democracia, lo que ha generado la imposibilidad de garantizar igualdades a todos los ciudadanos y que la universalidad contenida en la palabra democracia no se puede sostener en determinados países; de ahí que los discursos producidos desde ciertos Estados sólo puedan crear figuraciones que den cuenta del pensamiento estatista y de su poder. La democracia participativa no luce igual para todos en Venezuela, pues ante el temor del fin del llamado proceso revolucionario, se excluye a parte de la población para poder garantizar la permanencia de la llamada Revolución Bolivariana frente al gobierno.
Nóesis
Conclusiones
36
Si comparamos los dos momentos históricos estudiados, podemos darnos cuenta de que a pesar de la distancia temporal e ideológica que los separa, los medios utilizados por los gobiernos en ambos periodos estuvieron y han estado amparados por el uso de la violencia política, a través de la creación del enemigo y la generación del miedo. Como se pudo constatar en ambos casos, autodenominados revoluciones, el discurso originado desde el gobierno se convirtió en legitimador de la violencia y la discriminación política como elemento para
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
asegurar la permanencia del grupo hegemónico en el poder. Tanto en el trienio 45-48 como en la Revolución Bolivariana (1999-2008), los líderes de los movimientos impulsan a sus seguidores a la agresión hacia el otro, al distinto y opositor de ellos. De esta manera, ambas revoluciones manejan la noción del enemigo, aquel que se opone a los cambios propuestos y a quien se debe atacar para evitar que la revolución fracase. Durante la Revolución Bolivariana este ataque ha sido aún más fuerte, y el enemigo se ha multiplicado: es la oposición, son los medios, es el imperio norteamericano personificado en su presidente. Así, en los dos periodos estudiados se observa que se generó una matriz de opinión de división entre buenos y malos, entre afectos y opositores al gobierno, lo que crea un ambiente tenso y de violencia política entre distintos sectores de la sociedad. Tanto en la Revolución de Octubre como en la Bolivariana, se han manejado grupos afectos al gobierno para atacar a los opositores de éste. Guardando la distancia, los cabilleros del trienio adeco y los miembros de los Círculos Bolivarianos se convirtieron en factor de amedrentamiento y de acciones violentas hacia los opositores al gobierno, sean ellos políticos de otras tendencias, miembros de la sociedad civil o medios de comunicación. Así, podemos también decir cómo en ambos periodos los medios de comunicación fueron atacados por el gobierno, perseguidos algunos de sus directores y, en algunos casos, hasta clausurados sin razón alguna, más allá de presentarse como opositores abiertos al gobierno. Podemos entonces aseverar, tal como se presentara en la introducción a este trabajo, que en Venezuela la violencia política ha sido un mecanismo de acción política empleado por los gobiernos de las revoluciones de Octubre y Bolivariana, para justificar las acciones que realizaron o realizan en determinados momentos para su permanencia en el poder.
37
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
38
Bibliografía Beck, Ulrich. Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización. Barcelona, Editorial Paidós, 2000. Betancourt, Rómulo. Discurso radiado el día 30 de octubre de 1945, en: PPVSXX, tomo 51, doc. 137, pp. 178-180. Campero, Guillermo. “Más allá del individualismo. La buena sociedad y la participación”, en: Cortázar, R. y J. Vial. Construyendo opciones. Santiago de Chile, Cieplan-Dolmen, 1998. Carrera Damas, Germán. Temas de historia social y de las ideas. Caracas, Ediciones de la Biblioteca, Universidad Central de Venezuela, 1969. Castells, Manuel. La era de la información, vol. 2. El poder de la identidad. Madrid, Alianza Editorial, 1998. Cohen, Néstor. “La desigualdad y la exclusión como modo de relación entre jóvenes nacionales y migrantes externos”. Ponencia presentada en el XXVI Congreso Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Guadalajara, 13-18 de agosto de 2007. Congreso de la República. Pensamiento político venezolano del siglo XX. Caracas, Ediciones del Congreso, 1989. Cortés, Fernando. “Marginación, marginalidad, marginalidad económica y exclusión social”, en: Revista Papeles de población, Nueva Época, año 12, núm. 47. Toluca, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, UAEM, 2006. Del Álamo, Óscar. “América Latina: una región en conflicto”, en: Revista Futuros, núm. 10, vol. III. México, 25 de mayo de 2005. http://www.revistafuturos.info. Diccionario de Historia de Venezuela (1988/89), 3 vols. Caracas, Fundación Polar, 2005. El Gráfico. “Agitación e incapacidad”. Caracas, martes 2 de noviembre de 1948, p. 4, en: PPVSXX, tomo 92, doc. 955, pp. 39-40. El País. Caracas, 7 de febrero de 1948, pp.14-15, en: PPVSXX, tomo 95, doc. 1316, p. 122. Fleury, Sonia. “Política social, exclusión y equidad en América Lati-
Inés Guardia Rolando y Giannina Olivieri Pacheco
Vol. 17 • número 34 • 2008
na en los 90”, en: Nueva sociedad, núm. 156, julio-agosto de 1998. Fromm, Erich. El miedo a la libertad. Buenos Aires, Editorial Paidós, 1986. Gaceta Oficial Extraordinaria núm. 169. Caracas, viernes 15 de marzo de 1946, año LIV, mes VI, p. 14, en: PPVSXX, tomo 50, doc. 77, p. 265. Gaceta Oficial núm. 21 841. Caracas, martes 23 de octubre de 1945, año LXXIV, mes I, pp. 147-231, en: PPVSXX, tomo 50, pp. 9-10. ----- núm. 210 907. Caracas, lunes 14 de enero de 1948, año LXXIV, mes IV, pp. 174-814, en: PPVSXX, tomo 50, doc. 66, pp. 173-174. ----- núm. 21 970. Caracas, jueves 28 de marzo de 1946, año LXIV, mes VI, pp. 148-493, en: PPVSXX, tomo 50, doc. 76, pp. 231232. Gil Fortoul, José. “Movimiento social en Venezuela”, en: La doctrina positivista, tomo 13. Caracas, Pensamiento Político Venezolano del Siglo XIX, 1961. González Zapata, Julio. “El terrorismo: la utilidad del miedo”, en: Estudios políticos, núm. 22. Medellín, julio-diciembre de 2002. Guardia, Inés y Giannina Olivieri. “El ciudadano en armas: Círculos Bolivarianos y planes de contingencia. Una explicación de la violencia política actual en Venezuela”, en: L´Ordinaire Latinoamericain, núm. 192. Toulouse, abril-junio de 2003, pp. 85-107. Lechner, Norbert. “Nuestros miedos”, en: Perfiles latinoamericanos, núm. 13. México, FLACSO, diciembre de 1998. Liscano, Juan. “Venezuela, baluarte de la democracia en América”, en: El Nacional. Caracas, viernes 5 de noviembre de 1948, en: PPVSXX, tomo 92, doc. 957, pp. 55-57. López Méndez, Luis. Los partidos políticos (1887-1891). Caracas, Publicaciones de la Presidencia de la República, colección
39
La violencia como mecanismo del debate público en Venezuela durante el siglo XX
Nóesis
40
Nuestro Siglo XIX, 1963. Monagas, Aquiles. “El gobierno y la oposición democrática”, en: El Heraldo. Caracas, jueves 28 de octubre de 1948, p. 3, en: PPVSXX, tomo 92, doc. 952, pp. 25-26. Muñoz Tébar, Jesús. “El personalismo y el legalismo”, en: Liberales y conservadores, tomo 11. Caracas, Pensamiento Político Venezolano del Siglo XIX, 1961. Pasquino, Gianfranco, Norberto Bobbio y Nicola Matteucci. Diccionario de política, tomo II. México, Siglo XXI, 1981. Ramos, Julio. “La muralla”. Conferencia presentada en la UCV. Caracas, 2006. Reguillo, Rossana. Imaginarios globales, miedos locales: la construcción social del miedo en la ciudad. Brasil, IV Encuentro de la alaic, 1998. Uribe, María Teresa. “Las incidencias del miedo en la política: una mirada desde Hobbes”, en: El miedo: reflexiones sobre su dimensión social y cultural. Medellín, Corporación Región, 2002. Vidal Jiménez, Rafael. “El otro como enemigo. Identidad y reacción en la nueva cultura global del miedo”, en: Nómadas. Revista crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Madrid, Universidad Complutense, enero-julio de 2004. http://www.ucm,es/info/ eurotheo/nomadas.
Palabras clave: Violencia, inseguridad pública, frontera, cuerpos policiacos, robos, asesinatos, estado de derecho, derechos humanos.
Key Words: Violence, Public insecurity, Border, Police corps, Robberies, Constitutional state, Human rights.
The increasing importance of public insecurity in México has begun to develop an academic interest for the topics of violence and public security that prevails in different parts of the national geography. This article focuses in the complexity of these dimensions of social violence following two axes: the abstract one and the concrete one. With the first one, we position in the table of discussion the theoretical reflection of the conceptualizations of violence and insecurity that frame this work; and in relation to the concrete one, we show through the analysis of official documents and databases, the statistics of violence in the frontier states of the north of México, with six elements of analysis: victimology, murders, thefts, denunciation of the crimes, confidence in the police corporations and the perception of the safety of this population of the national territory.
La importancia creciente de la problemática de inseguridad ciudadana en México ha comenzado a desarrollar un interés en la academia por los temas de violencia e inseguridad pública que privan en distintas partes de la geografía nacional. Este artículo aborda la complejidad de estas dimensiones de la violencia social siguiendo dos ejes: el abstracto y el concreto. Con el primero de ellos pone en la mesa de discusión la reflexión teórica de las conceptualizaciones de violencia e inseguridad que enmarcan este trabajo; y con relación a lo concreto, muestra a través del análisis de documentos oficiales y bases de datos, las cifras de la violencia en los estados fronterizos del norte de México, con seis elementos de análisis: victimización, homicidios, robos, denuncia de los delitos, confianza en las corporaciones policiacas y la percepción de la seguridad de esta población del territorio nacional.
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México1 Julia Estela Monárrez Fragoso2 y Jaime García de la Rosa3
1
Este artículo es resultado del trabajo conjunto entre los sectores académico y empresarial en la Mesa de Seguridad para el Foro Frontera Norte 2007, el cual nunca se llevó a cabo. Esta mesa estuvo conformada por la Lic. Brenda Liliana Nava Ramírez y la Lic. Samanta Ramírez, de Desarrollo Económico, A.C. de Ciudad Juárez. Por el sector empresarial participó el Lic. Raymundo Domínguez, Lic. Marco A. Leppe, Lic. Jesús Humberto Garza Cantú, Lic. Alberto Capella, Dr. Juan Ortiz Isla y Lic. Genaro Román Saldaña Ito. Por El Colegio de la Frontera Norte, la Dra. Julia E. Monárrez, Mtro. Rodolfo Rubio Salas, Dr. Alejandro Burgués, Dr. César Fuentes Flores y Mtro. Luis Cervera Gómez, además de los relatores, el Lic. Jesús Alfredo Rodríguez y el Lic. Jaime García. El Colegio agradece la participación en este proyecto de las becarias del XVI Verano de la Investigación Científica de la Academia Mexicana de las Ciencias, Yolanda Silva Quiroz, Martha Angélica Gutiérrez Hernández y Alina Ramírez. Huelga decir que la responsabilidad de lo que aquí se expone es de ambos autores.
Profesora-investigadora de El Colegio de la Frontera Norte en Ciudad Juárez Correo: juliam@dns.colef.mx 3 Estudiante de la Maestría en Economía Regional del Centro de Investigaciones Socio-Económicas de la Universidad Autónoma de Coahuila Correo: jaimegder@gmail.com 2
Fecha de recepción: 28 de abril de 2008 Fecha de aceptación: 16 de octubre de 2008
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Introducción
En
los últimos años la violencia y la inseguridad pública afectan la convivencia y el desarrollo armónico de la región fronteriza del norte de México, que comprende los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas. Expresiones tales como: violencia generalizada, corrupción, impunidad, delincuencia organizada, narcotráfico, secuestro, homicidios, “ejecuciones”, “ajuste de cuentas”, robos, conductas delictivas juveniles, programas de seguridad fallidos, desconfianza y corrupción en los cuerpos policiacos y discrecionalidad en la aplicación de la ley, forman parte de la experiencia diaria de una ciudadanía lastimada, dolida, temerosa y desconfiada de las instituciones encargadas de la procuración de justicia en los tres niveles de gobierno. Ante esto, la seguridad fronteriza es uno de los temas centrales en la agenda pública para el desarrollo humano y económico; para tal efecto, se proponen dos conceptos que ayudan a diagnosticarla: violencia y seguridad pública.
Nóesis
Violencia y seguridad pública
44
La violencia es una acción intencional del uso de la fuerza o el poder con un fin predeterminado, por el cual una o más personas producen daños físicos, mentales o sexuales, los cuales lesionan la libertad de movimiento o causan la muerte de otras personas, a veces incluyéndose ellas mismas. Estos actos violentos suceden en el hogar, en lo público o en el grupo (Concha-Eastman, 2002, p. 44). La seguridad pública comprende el derecho que tiene toda ciudadanía —por toda se entiende y se asume todas las diferentes identidades que la componen— de moverse libremente y sin temor, de saber que no será despojada de sus objetos y pertenencias y que no será dolosamente estafada de sus bienes, que no será intimidada, y que puede confiar en otros seres humanos, así como que confía en las personas cercanas a ella (Concha-Eastman, 2002, pp. 44-45). A partir de estas con-
Con este marco referencial y seis elementos torales de análisis, identificamos que la ausencia de un estado de derecho y de una justicia expedita ha favorecido para que la ciudadanía de la frontera norte de México experimente una carga de consternación por la pérdida de vidas humanas y un costo económico muy grave para las economías regionales, debido a los actos delictivos que suceden en la región. Los costos aún no se han cuantificado;4no obstante, se puede afirmar —de acuerdo al análisis que hace la Organización Mundial de la Salud con relación a la violencia en el contexto mundial— que la frontera norte también experimenta un “descenso de la calidad de vida” manifiesta en la alteración de la vida cotidiana, debido al temor
4
A finales de la década de los noventa, la violencia en América Latina alcanza un costo neto del 12.1% del PIB, lo que equivale a 145 000 millones de dólares anuales. Los bienes que se roban, hurtan, atracan y los pagos por extorsión equivalen a un costo de 25 000 mil millones de dólares por año en la región latinoamericana. Asimismo, la destrucción de vidas humanas por muerte prematura y por incapacidad equivale en proporción con el PIB a casi todo el gasto en educación primaria que realiza el continente o la mitad del gasto público en todo tipo de educación. En México, las pérdidas en salud y en recursos materiales representan el 4.9% del Producto Interno Bruto (PIB) en costos directos. Y los costos indirectos, donde se encuentran la productividad e inversión, al igual que el trabajo y consumo, representan el 4.6% del PIB. Para México, en los años de 1996-97, la atención de los servicios de salud a víctimas de violencia representó el 1.5% del PIB (Londoño y Guerrero, 1999).
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Objetivos
Vol. 16 • número 34 • 2008
ceptualizaciones, vale decir que la violencia y la seguridad pública ponen en la mesa de discusión los problemas de la victimización, de los homicidios, los robos, la denuncia de los delitos, la confianza en las corporaciones policiacas y la percepción de la seguridad en las seis entidades federativas del norte de México. Estos elementos de análisis y diagnóstico de la inseguridad ciudadana, se tomaron en cuenta con relación a la disponibilidad de bases de datos que nos permitieran medir la problemática social.
45
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
por la seguridad personal aunada a “la desincentivación de las inversiones y el turismo, que pone trabas al desarrollo económico”5 de esta franja del territorio nacional. Es por esto que se establecieron cuatro objetivos principales de trabajo: Objetivo 1: Analizar la situación de seguridad pública que guarda la frontera norte de México. Objetivo 2: Abonar a través de este trabajo a la plena vigencia de un estado de derecho en la región, que fomente la cultura del respeto y la legalidad para toda su población. Objetivo 3: Fomentar la construcción de ciudades seguras para un desarrollo humano y económico sostenido. Objetivo 4: Desarrollar algunas recomendaciones que pudieran convertirse en políticas públicas para los tres niveles de gobierno en el fortalecimiento de una vida libre de violencia y segura para la ciudadanía fronteriza.
Las estadísticas de la inseguridad pública en la frontera norte de México Con el fin de lograr los cuatro objetivos propuestos, presentamos figuras relevantes que muestran la situación de los principales actos delictivos y nos apoyamos en el Plan Nacional de Desarrollo presentado por el C. presidente Felipe Calderón como eje de su política de gobierno (Visión 2030, 2007). Al mismo tiempo, suscribimos algunos de sus objetivos, estrategias —las metas deseables para ir construyendo una ciudadanía segura— e indicadores en materia de estado de derecho y seguridad en el contexto fronterizo (Manual Informativo de los Indicadores 2030, 2007).
Nóesis
5
46
En este contexto es necesario que se haga un estudio de los costos económicos que tiene la violencia en los estados fronterizos. Para tal efecto, es de vital importancia tomar en cuenta el sector salud, el educativo, el jurídico, por mencionar sólo algunos de ellos. Estos costos deben de tomar en cuenta las desigualdades de género y desarrollo humano que minan la riqueza de los estados (OPS, 2002).
Las víctimas La víctima es definida en un amplio término como la persona que, individual o colectivamente, ha sufrido daño. El daño puede ser físico, mental, emocional, pérdidas económicas o deterioro sustancial de sus derechos fundamentales, mediante actos de omisión que son violaciones de las leyes criminales e internacionales reconocidas como normas relacionadas con los derechos humanos (Naciones Unidas, 1999). En el año 2004, 11 de cada 100 personas en el territorio nacional fueron víctimas (ICESI, 2005)7 de algún delito. Para la región fronteriza del norte de México, el número de personas que experimentaron algún delito es el siguiente: Baja California, 20 de cada 100 personas; Chihuahua y Tamaulipas; 11 personas; Coahuila y Nuevo León con 9 personas; en Sonora, 14 de cada 100 personas fueron víctimas de algún delito. En el 13% de las viviendas del país, al menos una persona experimentó ser víctima de algún delito. En la frontera los resultados se pueden apreciar en la gráfica 1.
6 7
http://www.pnd.calderon.presidencia.gob.mx, consulta: 28 de mayo de 2007. Esta información fue generada por la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005 (ENSI-3/2005). Los datos que se manejan provienen de la población de 18 años o más identificada como residente habitual de la vivienda seleccionada. Se aplicaron 55 957 cuestionarios en 32 entidades federativas y 13 áreas metropolitanas. La encuesta captó los siguientes delitos: 1) Delitos patrimoniales: robo de vehículo, robo de autopartes o accesorios, robo en casa-habitación, y robo con violencia y sin violencia a transeúntes; 2) Delitos contra la integridad y la libertad: agresiones y delitos sexuales.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
El progreso de toda nación se funda en la justicia efectiva que brinda el Estado de Derecho. El desarrollo humano precisa del respeto irrestricto de la ley, porque es mediante su aplicación que las personas pueden acceder a mejores oportunidades de vida, participar libre y responsablemente de la democracia y disfrutar de una vida y un patrimonio seguros. Ningún Estado democrático puede lograrse sin la plena vigencia de la legalidad.6
Vol. 16 • número 34 • 2008
El principio rector en materia de justicia asume en este plan que:
47
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Gráfica 1. Porcentaje de viviendas que declararon que alguno de sus miembros fue víctima de algún delito durante 2004 en seis estados fronterizos del norte de México.
Fuente: Cálculos propios con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), INEGI e ICESI.
Para el caso de las entidades federativas norteñas surgen modificaciones con respecto a la tendencia del porcentaje nacional de viviendas con víctimas, debido a que Coahuila y Nuevo León están por debajo del indicador nacional. Llaman la atención Sonora con casi el 16% de viviendas con algún miembro víctima, y Baja California, que presenta el mayor número con el 23% de viviendas con víctimas.
Nóesis
Los homicidios
48
Una definición general de homicidio es “cuando un ser humano mata a otro deliberada e intencionalmente” (Oficina para Víctimas del Crimen, 2002, p. 1). Proteger el derecho a la vida es uno de los ejes fundamentales que rigen el principio de un gobierno encargado de velar por la seguridad de su ciudadanía. En México, 13 personas por cada 100 mil habitantes son víctimas de homicidio.8 El Plan Nacional de Desarrollo fija 8
Dentro del documento Visión 2030, el gobierno federal destina un capítulo a los temas
9
de estado de derecho y seguridad, en el cual se hace referencia a la situación actual del país en materia de procuración de justicia y a su vez se realiza un comparativo con distintos países. Esto le permite poder definir metas acorde a algunos de los resultados obtenidos en los reportes utilizados. Aunque no se define el cómo se llegará a dichas metas, sí se menciona en que se basaron para poder llegar a dichos resultados. Para los casos que nos competen el documento Visión 2030, utilizó los datos de la United Nations Survey of Criminal Trends (Eight and Ninth Survey), and the Operations of Justices Systems, en los cuales se hace un comparativo con los países miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En dicha encuesta se manejan datos de homicidios, y México presenta tasas de homicidio por cada 100 000 habitantes mayores a las de otros países de América Latina. La meta que se pretende lograr toma como ejemplo las tasas decrecientes que tiene Chile, que es el país con menos homicidios, teniendo apenas 1.7 homicidios generales por cada 100 000 habitantes. México, con la tasa a la que reduce Chile los homicidios para el año 2030, pretende que haya 5 para el mismo caso. El documento menciona que se basó en la United Nations Survey of Criminal Trends (Eight Survey) para hacer la meta nacional deseable. Ésta se calculó mediante un ranking internacional de delito, generado a partir de la encuesta de las Naciones Unidas, en el cual México se ubica en el lugar 42 de 45 países. Así que la tasa meta está ubicada dentro de las tasas registradas dentro de los primeros 25 lugares. Para la frontera norte se tomaron en cuenta las cifras proporcionadas por la Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI). Esta es una encuesta elaborada y aplicada en conjunto por el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). La información generada se refiere a la población del territorio nacional de 18 años o más identificada como residente per-
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Vol. 16 • número 34 • 2008
como meta deseable para el año 2030, cinco homicidios por cada 100 mil habitantes en todo el país.9 En la frontera norte, hasta el año 2005, se registró una tasa de 10.5 homicidios por cada 100 mil habitantes (ver cuadro 1). La meta deseable para 2030 pretende llegar a menos de 5 homicidios por el mismo número de personas. Con las excepciones de Coahuila y Nuevo León, que son los que tienen tasas más bajas, y por lo tanto, sus metas deseables a 2030 son diferentes al promedio nacional: 2.6 y 1.5, respectivamente. Por otra parte, si Nuevo León logra reducir su tasa actual de homicidios, tendrá una tasa similar a la que hoy en día presenta Chile. Chihuahua y Baja California presentan tasas mayores al promedio nacional e incluso al promedio fronterizo, lo que coloca a ambos estados en una situación especial para poder llegar a las metas deseables.
49
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Cuadro 1. Tasas de homicidio por cada 100 000 habitantes en los estados fronterizos del norte de México en 2005 y tasas meta para 2030.
Nóesis
FRONT
BC
COAH
CHIH
NL
SON
TAM
2005
10.54
15.43
6.17
17.62
3.60
10.81
11.41
6.50
2.60
7.42
1.51
4.55
4.80
Tasas meta deseables 2030
4.44
Fuente: Elaboración propia con base en Estadísticas de Mortalidad (INEGI, 2005) y II Conteo de Población (INEGI, 2005) y Visión 2030 elaborado por el gobierno federal.
Los robos El robo, el hurto, la “rapiña o raponazo” son las manifestaciones más frecuentes de la violencia contra la propiedad y pueden presentarse con o sin uso de la fuerza física (Londoño y Guerrero, 1999, p. 11). Un indicador importante para medir la seguridad patrimonial de la ciudadanía son los robos. El Plan Nacional de Desarrollo menciona que en el país se cometen 187 robos con violencia10 por cada 100 mil habitantes y que se pretende reducirlos a 40 casos para el año 2030. A la frontera norte le incumbe lograr la reducción propuesta por el
50
Indicadores Tasas actuales
manente en viviendas particulares, en la que se le pregunta a la gente si ha sido víctima de algún delito. Los tipos de delitos captados por la encuesta son: 1) Delitos contra el patrimonio de las personas, en los que se incluyen robo de vehículo, robo de autopartes, robo de casa-habitación, robo de otros objetos y robo con violencia o por medio de amenaza; 2) Delitos contra la integridad corporal como las lesiones; y, 3) Delitos contra la libertad ambulatoria y la libertad sexual, que incluyen el secuestro y el secuestro exprés y delitos de índole sexual. Es una encuesta victimológica que da resultados más cercanos a la realidad pues contabiliza incluso a la cifra negra de delitos, siendo los resultados divergentes a los datos oficiales. La elaboración de la tasa meta deseada para los robos utilizó las tasas de crecimiento que explica el documento Visión 2030. 10 Hay violencia en el robo cuando “el delincuente porta un arma o instrumento peligroso y ofensivo, o está acompañado de una o más personas, o si, en el momento inmediatamente anterior o inmediatamente posterior al robo hiere, golpea, ataca o utiliza cualquier tipo de violencia personal contra cualquier persona”. Encuesta Internacional sobre Criminología y Victimización 2004. México. http://www.vision2030.gob.mx/pdf/ indicadores/Indicador1.pdf.
Indicadores NAC FRONT BC COAH Tasas actuales 7,109 9,938 12,410 10,924 2004 Tasas meta deseables 157.8 221 275.5 242.5 2030
CHI
NL
SON
TAM
9,306 6,437 11,198 9,351 206.6 142.9
248.6
207.6
Fuente: Elaboración propia con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), ICESI-INEGI.
Las cifras muestran que las mayores tasas los presentan: Baja California, Sonora y Coahuila, y las más bajas: Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo León. Con esta información se observa que dentro de la franja fronteriza sólo Nuevo León está por debajo del nivel nacional, esto implica que los estados de la frontera norte suelen tener mayor número de robos que la media nacional. Se hace hincapié en que, al ser tomada como base una fuente diferente a la presentada en el documento Visión 2030, las tasas difieren a las presentadas por el gobierno federal. No obstante, toda la franja fronteriza deberá comprometerse para investigar, prevenir y erradicar las tasas de robos y de esta forma pasar de una tasa de 9 938 robos por cada 100 mil habitantes a la tasa meta de 221 robos en el año 2030. El diagnóstico del Plan Nacional de Desarrollo no es nada alentador. Menciona que en México una de cada cinco víctimas denuncia el delito. De cada 100 averiguaciones previas que se levantan, sólo en 23 concluyen las investigaciones. De estas 23, menos de 12 se 11
Independientemente de que el Plan Nacional de Desarrollo establece solamente la meta deseable para reducir los robos con violencia, es necesario que todos los robos, aun aquellos en que se considera que no ha habido violencia en su comisión, sean disminuidos; esto debido al costo en sufrimiento, salud, tiempo y daño económico que generan en la población víctima (Rubio Salas, 2006), (Fuentes Flores, 2006).
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Cuadro 2. Tasas de robos por cada 100 000 habitantes en los estados fronterizos del norte de México comparados con la media nacional en el año 2004 y tasas meta deseable para 2030.
Vol. 16 • número 34 • 2008
gobierno federal con el fin de contribuir a la meta nacional, para esto se muestran en el cuadro 2 las tasas de robos11 por cada 100 000 habitantes a 2004, y las reducciones que se pretenden para 2030.
51
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
consignan ante un juez. Sólo en tres de estos casos se dicta sentencia. Este patrón tiene una causa estructural que el mismo Plan precisa al afirmar que: 59% de la población percibe que las leyes en México se utilizan para defender los intereses de la gente poderosa y solamente entre el 28%-15% de la población cree que puede confiar en la mayoría de las personas. El cuadro 3 muestra de alguna manera la deficiencia del sistema judicial. El porcentaje de delitos que terminan en condena no es muy alentador, puesto que para los delitos relacionados con agresiones en la frontera se encuentran resultados mayores a los presentados a nivel nacional, con la excepción de Tamaulipas que no presenta casos resueltos para este tipo de delitos. También se debe de considerar que Nuevo León y Sonora tienen porcentajes de cero para otra clase de delitos fuera de las agresiones y robos, pero en general los estados fronterizos presentan un mayor número de delitos con condena. La tasa meta propuesta por el presidente Felipe Calderón es un tanto ambiciosa, pues pretende pasar de alrededor del 2% de condenas a sancionar 70 de cada 100 casos. Tomando como referencia lo anterior nos parece que cada uno de los estados deberá tomar en cuenta las figuras que aparecen en este cuadro 3, ya que si nos guiamos por la meta deseable habría estados que llegarían a tener el 100% de delitos en condena. Este escenario sería el ideal, pero no se cree que se pueda llegar a él todavía.
Nóesis
La denuncia de los delitos
52
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, denunciar significa “dar a la autoridad judicial o administrativa parte o noticia de una actuación ilícita o de un suceso irregular” (Real Academia Española, 2007). La ENSI es una encuesta victimológica que registra a las personas que fueron víctimas de algún delito y que fueron o no fueron a denunciarlo. Esto nos da una idea más precisa acerca del fenómeno delictivo, ya que hechos como el homicidio o el robo de vehículos tienen una alta propensión a la denuncia, mientras que otros delitos son denun-
Robos
Agresiones
Otros
Total de delitos
1.4 1.8 2.8 1.3 5.2 1.6 2.0 1.9
4.7 16.7 5.6 14.3 15.8 0 8.2 4
2.1 1.9 8 0 0 2.4 2.6 1.7
1.6 3.3 3.6 1.8 4.6 1.8 2.5 2.3
Fuente: Elaboración propia con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), ICESI-INEGI.
ciados de vez en cuando o nunca se les informa a las autoridades del hecho delictivo. Una situación que puede mostrar la confianza en las autoridades es el número de delitos que son presentados ante el Ministerio Público. En el Cuadro 4 se presentan los resultados para los seis estados fronterizos, comparados con la media nacional y desagregados por sexo (Naciones Unidas, 1996),12 ya que de acuerdo a la ENSI-3, el 56% de las víctimas fueron hombres y el 44%, mujeres. En la frontera norte, las mujeres denuncian más que los hombres. Sólo Sonora y Baja California presentan denuncias mayores al 40% de los casos cuando existen víctimas masculinas de algún tipo de robo. Es de notar que en Nuevo León y a nivel nacional, las mujeres denuncian en menos del 30% en los casos que fueron víctimas de robo. Para el caso de los hombres víctimas de agresiones, Sonora tiene más de un 50% de denuncias. Tamaulipas es otro estado que está por encima del porcentaje nacional, pero el resto de los estados no se acercan al 30% de denuncias. Coahuila tiene el caso más extremo 12
El informe de Beijing enfatiza en el artículo 120 que: “La falta de suficientes estadísticas y datos desglosados por sexo sobre el alcance de la violencia dificulta la elaboración de programas y la vigilancia de los cambios”.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
BC COA CHI NL SON TAM FRONT NAC
Vol. 16 • número 34 • 2008
Cuadro 3. Porcentaje de delitos cometidos que terminan en condena en las entidades federativas del norte de México.
53
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Cuadro 4. Personas que fueron víctimas de delitos y que se presentaron ante el Ministerio Público para denunciarlo, según el tipo de delito y sexo en los estados fronterizos, 2004 (porcentajes). BC
CHI
COAH
NL
SON
TAM
FRONT
NAC
Robos Hombres Sí No Total
43.1 56.9 100
32.0 68.0 100
17.8 82.2 100
23.2 76.8 100
46.2 53.8 100
17.8 82.8 100
30.0 70.0 100
24.9 75.1 100
Sí
44.0
35.3
40.3
26.6
31.6
39.7
36.3
20.2
No
56.0
64.7
59.7
73.4
68.4
60.3
63.7
79.8
Total
100
100
100
100
100
100
100
100
Mujeres
Agresiones físicas Hombres Sí
28.5
26.1
5.9
28.4
56.9
41.9
31.3
38.7
No
71.5
73.9
94.1
71.6
43.1
58.1
68.7
61.3
Total
100
100
100
100
100
100
100
100
Sí
54.7
70.5
39.7
57.9
56.1
19.6
49.8
36.4
No
45.3
29.5
60.3
42.1
43.9
80.4
50.2
63.6
Total
100
100
100
100
100
100
100
100
Mujeres
Otros delitos Hombres Sí No Total
25.5 74.5 100
29.2 70.8 100
22.5 77.5 100
9.6 90.4 100
33.7 66.3 100
4.6 95.4 100
20.9 79.1 100
20.9 79.1 100
Sí
17.9
43.2
38.6
23.4
13.9
45.8
30.5
22.0
No
82.1
56.8
61.4
76.6
86.1
54.2
69.5
78.0
Total
100
100
100
100
100
100
100
100
Nóesis
Mujeres
54
Fuente: Cálculos propios con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), INEGI e ICESI.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
en donde sólo 6 de cada 100 casos son reportados ante el Ministerio Público. Las mujeres víctimas tienen una conducta diferente ante la denuncia, pues para casi todos los estados más de la mitad de los casos de agresión son denunciados. Chihuahua presenta el porcentaje más alto: 70% de los casos. Por otro lado, los resultados que estuvieron por debajo de la media nacional son para Tamaulipas, que obtuvo la denuncia más baja en la frontera para ese tipo de delitos. Las personas tienen razones por las cuales no denuncian, el Cuadro 5 hace un desglose de ellas. Los hombres víctimas de robo no lo hacen porque lo consideran una pérdida de tiempo y creen que los trámites son largos en su mayoría; las mujeres presentan la misma situación incluyendo, además, otras causas no específicas. En general, las personas que sufrieron de alguna agresión, tienen razones más divergentes que las víctimas de robo. Para estos casos prevalecen, para ambos sexos, la pérdida de tiempo y desconfianza en las autoridades, además de otras causas no detalladas en la encuesta. Cabe destacar que para Nuevo León, el 100% de las mujeres víctimas cree que es una pérdida de tiempo ir a denunciar. Y el caso de Tamaulipas donde el 80% de las mujeres desconfía de las autoridades.
Es la apreciación, evaluación y/o clasificación que las personas tienen de los hechos. En este sentido podemos decir que la percepción está compuesta de un elemento objetivo y otro subjetivo. El primero de ellos se basa en hechos reales y cuantificables, con relación a la violencia y la inseguridad pública; el segundo se basa en las representaciones, sentimientos y emociones que tales hechos dejan en las personas (Del Olmo, 2005). En este orden de ideas es lógico que en el año 2005, 54% de los mexicanos y las mexicanas mayores de 18 años manifestaran sentirse inseguros. La meta para el año 2030 es disminuir hasta el 10% el porcentaje de población insegura. En el contexto fronterizo las figuras son las siguientes: Baja California ocupa el primer lugar con un 63% de
Vol. 16 • número 34 • 2008
La percepción
55
NL
SON
TAM
FRONT
NAC
23.7 27.1 12.5 0.7 3.9 32.1 100
44.4 34.0 4.4 0.0 1.8 15.5 100
17.8 22.0 10.4 1.7 15.8 32.3 100
28.87 25.80 12.53 1.80 8.00 23.02 100
42.6 10.0 17.3 4.6 13.1 12.3 100
33.4 38.0 27.7 26.0 16.9 42.6 2.2 15.7 2.2 4.1 1.7 0.0 8.3 11.6 9.3 26.1 16.1 18.2 100 100 100 Agresiones físicas
32.0 16.8 4.7 4.0 21.7 20.8 100
38.2 16.3 0.0 3.7 9.3 32.5 100
35.70 21.33 6.10 2.75 11.93 22.20 100
39.9 7.9 14.8 6.6 15.2 15.7 100
COAH
CHI
BC
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
Cuadro 5. Personas que fueron víctimas de delitos y que no denunciaron por razón principal de la misma por tipo de delito y sexo en los estados fronterizos, 2004 (porcentajes).
Robo Hombres Pérdida de tiempo Trámites largos y difíciles Desconfianza autoridad Por miedo al agresor No tenía pruebas Otros Total Mujeres Pérdida de tiempo Trámites largos y difíciles Desconfianza autoridad Por miedo al agresor No tenía pruebas Otros Total Hombres Pérdida de tiempo Trámite largos y difíciles Desconfianza autoridad Por miedo al agresor No tenía pruebas Otros Total Mujeres Pérdida de tiempo Trámites largos y difíciles Desconfianza autoridad Por miedo al agresor No tenía pruebas Otros Total
40.4 13.6 17.9 7.7 9.7 10.7 100 44.9 9.4 11.8 3.0 11.4 19.5 100
29.1 26.0 6.6 0.7 11.1 26.6 100
17.8 32.1 23.4 0.0 5.7 20.9 100
47 15.7 3.7 3.1 3 27.4 100
0 0 51 16.1 17.1 15.8 100
0 0 0 0 0 100 100
46.8 0 10.1 0 0 43.1 100
17.5 0 20.1 9 0 53.4 100
17.5 0.0 20.1 9.0 0.0 53.4 100
21.47 2.62 17.50 6.20 3.35 48.85 100
19.1 15.5 14.9 20.5 10.7 19.3 100
20.5 0 0 24.5 9.9 45.1 100
49.4 0 30.7 19.9 0 0 100
33.0 0 0 0 0 67.0 100
100 0 0 0 0 0 100
4.8 0.0 28.3 0.0 0.0 66.9 100
0 0 80.5 0 0 19.5 100
34.62 0.00 23.25 7.40 1.65 33.08 100
21.9 8.0 11.9 29.5 12.4 16.3 100
Fuente: Cálculos propios con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), INEGI e ICESI.
56
Estudios recientes refieren que “Las cifras sobre el nivel de denuncia están íntimamente ligadas con el nivel de credibilidad y eficacia de las instituciones que procuran e imparten justicia” (Sayeg, 2007). Dentro de la encuesta base se toma en cuenta el nivel de confianza que la ciudadanía le tiene a las autoridades. En el cuadro 6 se muestran los resultados para hombres y mujeres y su nivel de confianza para las autoridades locales y estatales.13 Para todos los casos el resultado más alto es el de poca confianza. Los habitantes de Nuevo León tienen la mayor confianza en sus autoridades locales y estatales, al tener un porcentaje más alto de mucha confianza que el de nada. Para el resto de los estados la diferencia entre estos dos rubros es casi imperceptible, pero en la mayoría de los casos la no confianza en las autoridades es superior al porcentaje de habitantes que tienen mucha confianza. 13
Para un análisis de la confianza de la población fronteriza en los cuerpos policiacos federales, véase los trabajos de Rodolfo Rubio Salas y César M. Fuentes Flores, citados anteriormente en este capítulo.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
La confianza
Vol. 16 • número 34 • 2008
personas inseguras, le siguen Chihuahua y Tamaulipas con 57% y 55% mutuamente de su población temerosa. Continúa Nuevo León con un 43% y se extiende a Sonora y Coahuila con un mínimo de diferencias entre ellos con el 39% y el 38% (Manual Informativo de los Indicadores 2030, 2007). La meta deseable para el 2030 se estima para cada uno de los estados fronterizos: en Baja California la reducción dejaría a la población temerosa en 12% que, junto con Chihuahua, que sería del 11%, son las entidades del norte de México que pasan la media nacional. Por otra parte, Tamaulipas estaría con 10% de su población con sentimientos de inseguridad, que tiende a ser igual a la nacional. Nuevo León tendría una meta del 8% y las metas para Sonora y Coahuila tenderían a ser iguales, alrededor del 7%. Estas percepciones de seguridad y el hecho de que no se denuncie, se puede deber a la confianza o a la falta de ella hacia las autoridades.
57
23.3 50.2 26.5 100 21.2 54.1 24.8 100
Hombres Mucha Poca Nada Total Mujeres Mucha Poca Nada Total
21.2 54.2 24.6 100 17.5 56.8 25.7 100
27.8 45.2 27.0 100 20.9 54.4 24.7 100
21.1 58.1 20.8 100 15.0 71.4 13.6 100
26.5 47.9 25.7 100 24.4 47.8 27.8 100
Hombres Mucha Poca Nada Total Mujeres Mucha Poca Nada Total
19.1 47.0 33.9 100 20.2 50.8 29.0 100
23.8 44.9 31.3 100 22.4 50.9 26.7 100
16.7 47.0 36.2 100 14.2 62.1 23.8 100
35.1 44.6 20.3 100 36.0 42.0 22.0 100
NAC
15.0 65.7 19.3 100 21.1 61.4 17.5 100
FRONT
TAM
25.8 23.0 32.5 47.7 51.6 51.3 26.5 25.4 16.2 100 100 100 21.3 29.6 31.8 52.7 50.2 51.2 26.0 20.2 17.0 100 100 100 Policía de Tránsito
NL
SON
COAH
18.7 54.2 27.1 100 18.1 56.5 25.4 100
CHI
Hombres Mucha Poca Nada Total Mujeres Mucha Poca Nada Total
Característica
BC
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
58
Cuadro 6. Percepciones acerca de los niveles de confianza en diferentes corporaciones policiacas por sexo, 2004 (porcentajes).
Policía municipal
20.7 28.5 59.3 43.6 20.0 27.9 100 100 27.7 27.3 47.7 49.8 24.6 22.9 100 100 Judicial Estatal 29.8 42.1 28.1 100 35.7 42.5 21.8 100
30.1 48.7 21.1 100 31.5 48.6 19.9 100
23.1 53.5 23.5 100 23.9 54.4 21.8 100
24.3 51.4 24.3 100 22.1 54.7 23.2 100
25.8 45.7 28.5 100 26.7 49.5 23.9 100
24.7 53.3 22.0 100 23.8 53.5 22.7 100
22.1 49.6 28.3 100 20.6 51.7 27.7 100
23.2 51.7 27.7 100 24.1 44.9 31.0 100
Fuente: Cálculos propios con base en la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-3/2005), INEGI e ICESI.
14
El representante de las Naciones Unidas contra la droga y el delito en México, Carlos Castresana, declaró que el tráfico de personas en el mundo es el negocio del futuro y que deja un promedio de ganancias de $32 mil millones de dólares al año al crimen organizado (EFE, 2007).
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Vol. 16 • número 34 • 2008
La frontera norte es parte de una nación que requiere de leyes que ayuden a perseguir y encarcelar a los delincuentes, para que los encargados de hacer valer el estado de derecho actúen con firmeza y honradez, sin permitir que ningún acto ilícito quede en la impunidad. Es impostergable la modernización del sistema de seguridad pública, de procuración e impartición de justicia mediante instituciones más eficientes y leyes más adecuadas. La problemática de las fronteras en materia de seguridad requiere de la acción coordinada de los diferentes cuerpos policiacos que operan en la zona, para tener una cobertura más amplia de vigilancia y mayor capacidad de respuesta, y eliminar duplicidades. Como frontera, las estrategias de seguridad fronteriza se deben enfocar a la protección de la población de estas zonas, que además está expuesta a grupos de contrabandistas y traficantes de personas14 y de drogas. Si bien es importante que el narcotráfico debe de atacarse en todas su modalidades —cultivo, transportación, distribución y comercialización, etcétera—, no es menos prioritario que se atienda el consumo y sus efectos. Los estados fronterizos deben generar una propuesta integral para atender el problema de la farmacodependencia y drogadicción que involucre a diversos sectores e instancias gubernamentales y privadas. Por eso, deben de reforzarse programas ya existentes tendientes a inhibir el crimen en todas sus modalidades. México necesita crear una cultura en contra del uso de armas —debido a que en nuestro país ni se fabrican ni se comercializan formalmente armas de fuego, a excepción de las que fabrica el Ejército Mexicano para su uso exclusivo—. La gran mayoría de las que poseen los ciudadanos comunes son adquiridas en el mercado negro, siendo éstas introducidas ilegalmente principalmente por las ciudades fronterizas colindantes con Estados Unidos. Es por ello que las autoridades de los tres niveles de gobierno deben de apoyar
59
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
60
con mayor interés y recursos las campañas y programas ideados por la iniciativa privada tendientes a retirar de la circulación cientos de armas —de fábrica y hechizas— en poder de ciudadanos que, a final de cuentas, nunca se sabe el uso o destino que les darán; en cambio, con estos programas sí se garantiza que, al menos, esa arma ya no será utilizada en la comisión de un hecho delictivo.
Consideraciones finales Ante la necesidad de (re)instaurar una cultura de la legalidad, es menester primero garantizar un estado de derecho que investigue, prevenga, erradique y procure justicia a todos sus habitantes. La puesta en marcha de varios programas operativos, por parte de las autoridades policiacas de los tres niveles de gobierno, ha mostrado resultados desalentadores y un desencanto entre la ciudadanía que, día a día, atestigua a través de los medios de comunicación como la violencia y la inseguridad pública van al alza. Consecuentemente, la percepción ciudadana es que las autoridades han sido rebasadas por el crimen. Garantizar este estado de derecho, que se encuentra ausente, requiere necesariamente de la constitución de un marco legal que salvaguarde la integridad física y los bienes materiales de la ciudadanía fronteriza. Ante esta situación que guardan los estados fronterizos del norte de México, es menester el compromiso de las autoridades de los tres niveles de gobierno para cumplir las siguientes tasas meta para el año 2030: 1. Pasar de 10.5 homicidios por cada 100 mil habitantes, a menos de 5 homicidios por cada 100 mil habitantes. 2. Pasar de una tasa de 9 938 robos por cada 100 mil habitantes a la tasa meta de 221 robos en el año 2030. 3. Disminuir el 50% de los sentimientos de temor e inseguridad de la ciudadanía fronteriza hasta el 10%.
Certeza jurídica e impartición de justicia 1. Eliminar exclusividad de las competencias del fuero local y federal para efectos de fortalecer el estado de derecho. 2. Continuar con la Reforma del Sistema de Justicia Penal Oral. 3. Legislar para elevar a precepto jurídico un código de ética para los medios de comunicación en el manejo de la información con relación a la seguridad pública en la frontera norte de México. 4. Establecer en nuestras leyes la restitución total a las víctimas de lo que fueron despojadas, en su persona, bienes y derechos, así como su estabilidad emocional. 5. Anteponer los derechos de las víctimas y de los policías a los delincuentes. Que las leyes den amplia protección y prioridad a los derechos de los ciudadanos y los policías. 6. Elevar a delito grave sin derecho a fianza y sin periodo de caducidad, fuera y dentro del territorio nacional, los siguientes delitos: venta y tráfico de droga, violación, secuestro, corrupción de menores y asesinato. Cuerpos policiacos 1. Instituir la especialización académica de policía de carrera. 2. Crear un mando único de coordinación nacional para todos los cuerpos policiacos. 3. Crear el Instituto Estatal de Política Criminológica como organismo público descentralizado.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Propuestas • Creación de un Sistema Fronterizo de Seguridad Pública, que busque:
Vol. 16 • número 34 • 2008
Para coadyuvar en estos objetivos, se propone, además, la creación de un Sistema Fronterizo de Seguridad Pública, que tome en consideración las siguientes propuestas que se hacen:
61
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
62
4. Dar facultades de investigación a la policía municipal. 5. Implementar un escalafón único aplicable a todos los cuerpos policiacos, que tome en cuenta la capacitación historial y el tiempo activo. Información e inteligencia 1. Crear indicadores de seguridad pública con metas para ir fortaleciendo el estado de derecho en los estados fronterizos. 2. Generar estadísticas —a través de la base de datos ENSI— para cada uno de los estados fronterizos sobre varios delitos. Luego fijar metas para la disminución de los mismos, basándose en cuestiones técnicas con expertos y en la capacidad de las instituciones policiacas para poder comprometerse con dicha meta. 3. Producir estadísticas de la correlación de ocurrencia de delitos con otras variables espaciales para generar indicadores que ayuden a la prevención, al control y a una rápida capacidad de respuesta. 4. Sistematizar la información y homologar bases de datos relacionadas con las temáticas de la seguridad pública fronteriza. 5. Promover un cluster aéreo que dé vigilancia automática para ciertas zonas de las ciudades y que puede llegar a convertirse en una propuesta general para toda la región fronteriza, como parte de incluir innovaciones en las actividades policiacas que generen diferentes formas de vigilancia. 6. Elaborar bases de datos estatales y binacionales sobre delincuentes. 7. Diseñar un sistema de información curricular y una base de datos de los cuerpos policiacos a nivel frontera y nacional.
Prevención del delito 1. Aumentar inversión en seguridad pública en los estados fronterizos del norte de México. 2. Dar continuidad a los planes de seguridad pública independientemente del partido político en el poder. 3. Investigar, prevenir y erradicar el consumo de enervantes en la zona fronteriza.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Cultura de la legalidad 1. Cambiar la imagen de la frontera como una zona de inseguridad y violencia extendida. 2. Promover la cultura de la denuncia de ilícitos por parte de la sociedad civil. 3. Promover programas de recompensa y denuncia anónima. 4. Continuar y mejorar campañas de despistolización y de registro de armas.
Concha-Eastman, Alberto. “Urban Violence in Latin America and the Caribbean: Dimensions, Explanations, Actions”. En: Susana Rotker (ed.). Citizens of Fear, Urban Violence in LatinAmerica. New Jersey, Rutgers University Press, 2002. Del Olmo, Rosa. Ciudades duras y violencia urbana, p. 6. En: Foro Seguridad Ciudadana, Nueva Sociedad, online: www.nuevasoc. org.ve; citada por Alejandra Massolo. En: Género y seguridad ciudadana: el papel y reto de los gobiernos locales. El Salvador, Seminario Permanente sobre Violencia, 2005. http://www. americalatinagenera.org/documentos/publicaciones/doc_50_ ponencia-massolo-undpsv.doc [consulta: 5 de septiembre de 2007]. EFE. El Universal. “Alarma a expertos aumento de tráfico de personas”. Monterrey, 9 de septiembre de 2007. http://www.eluniversal.com.mx/notas/448094.html.
Vol. 16 • número 34 • 2008
Bibliografía
63
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
Nóesis
64
Fuentes Flores, César M. “Análisis multivariado de las características sociodemográficas de las víctimas de la delincuencia en Ciudad Juárez”. En: Sistema socioeconómico y georreferencial sobre la violencia de género en Ciudad Juárez. Análisis de la violencia de género en Ciudad Juárez, Chihuahua: propuestas para su prevención. Vol. III. Inseguridad Pública en Ciudad Juárez. El Colegio de la Frontera Norte y Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, 2006, presentación en CD y en prensa. También se pueden consultar en: www. colef.mx y/o http://www.comisioncdjuarez.gob.mx/Portal/PtMain.php?nIdHeader=39&nIdPanel=81&nIdFooter=40. ICESI. Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-2005). Análisis de resultados. México, www.icesi.org.mx, 2005. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). II Conteo de Población y Vivienda 2005. -----. Fuente: INEGI. Dirección General de Estadística; Estadísticas Vitales. Estadísticas de Mortalidad 2005. Londoño, Juan Luis y Rodrigo Guerrero. “Violencia en América Latina. Epidemiología y costos”: Documento de Trabajo R-375. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999. http:// idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=788002 [consulta: 23 de agosto de 2007]. Manual Informativo de los Indicadores 2030. “Estado de derecho y seguridad”. En: Visión 2030. México, Presidencia de la República, 2007. http://www.vision2030.gob.mx/pdf/indicadores/ Indicador1.pdf [consulta: 23 de julio de 2007]. Naciones Unidas. Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Beijing, 4-15 de septiembre de 1995. Nueva York, 1996, A/CONF.177/120 Rev. 1 uninstraw.org/revista/hypermail/…/…/fr/att-0474/BeijingSpanish.pdf [consulta: 3 de febrero de 2006]. -----. Handbook on Justice for Victims. Nueva York, United Nations Office for Drug Control and Crime Prevention, 1999.
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Vol. 16 • número 34 • 2008
Oficina para Víctimas del Crimen. Víctimas secundarias al homicidio. Febrero de 2002. http://www.ojp.usdoj.gov/ovc/foreignlang/ spanish/help_series/pdftxt/HomicideCovictimization_sp.pdf [consulta: 20 de agosto de 2007]. Organización Panamericana de la Salud. Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud. Washington, D.C., 2002. http://www.who.int/violence_injury_prevention/ violence/world_report/en/summary_es.pdf [consulta: 23 de agosto de 2004]. Real Academia Española. http://www.rae.es/ [consulta: 4 de septiembre de 2007]. Rubio Salas, Rodolfo. “Análisis de las principales variables asociadas a la inseguridad pública en Ciudad Juárez, Chihuahua”. En: Sistema socioeconómico y georreferencial sobre la violencia de género en Ciudad Juárez. Análisis de la violencia de género en Ciudad Juárez, Chihuahua: propuestas para su prevención. Vol. III. Inseguridad Pública en Ciudad Juárez. El Colegio de la Frontera Norte y Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, 2006, presentación en CD y en prensa. También se pueden consultar en: www.colef.mx y/o http://www.comisioncdjuarez.gob.mx/Portal/PtMain.php?nI dHeader=39&nIdPanel=81&nIdFooter=40. Sayeg Seade, Cecilia. “Por qué y para qué denunciar”. En: Instituto de Estudios Ciudadanos sobre la Inseguridad. México, 2007. http:// www.icesi.org.mx/publicaciones/articulos/2004/por_que_y_ para_que_denunciar.asp [consulta: 30 de agosto de 2007]. Visión 2030. El México que queremos. México, Presidencia de la República, 2007. http://www.vision2030.gob.mx/ [consulta: 23 de julio de 2007].
65
Violencia e inseguridad en la frontera norte de México
El estudio de los grupos armados en nuestro país reviste importancia en tanto que son parte de una de las vertientes de las protestas de finales de los años sesenta y que, contrario a lo que se pensaba, en la actualidad existen distintas organizaciones que reivindican esta opción como forma de lucha. Por ello, en este trabajo se analizan el carácter ideológico y los fundamentos de la acción revolucionaria que dieron sustento a la praxis revolucionaria del Comando Armado Lacandones. PALABRAS CLAVE:
Violencia, acción revolucionaria, grupo armado Lacandones.
Nóesis
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones The study of armed groups of our country proves the importance of those being part of this path from latest seventies, and contraire from recent thoughts, there exist different organizations that bring back this option as a way of fight. That is why this work analyzes the ideological character and fundaments of revolution action that supports the revolutionary praxis of Comando Armado Lacandones (Lacandones’ Armed Command).
Key Violence, Revolutionary action, Lacandones’ Words: armed group.
66
Guadalupe Santiago Quijada1 y Jorge Balderas Domínguez2
Julia Estela Monárrez Fragoso y Jaime García de la Rosa
Vol. 16 • número 34 • 2008
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Docente-investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Correo: gsantiag@uacj.mx 2 Profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Correo: jbald28@hotmail.com 1
Fecha de recepción: 8 de febrero de 2008 Fecha de aceptación: 25 de junio de 2008
67
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
68
“La lucha contra el poder, es la lucha de la memoria en contra del olvido...”
Introducción
Milan Kundera
Du
rante el decenio de 1960, se originaron una serie de sucesos mundiales que imprimieron fuertes huellas en el pensamiento colectivo y en la actividad militante de los jóvenes de esa época. La guerra de Vietnam y la protesta estudiantil en contra de ella, el movimiento hippie y la revolución sexual en Estados Unidos, la revolución cultural en China, el Mayo francés y la Primavera de Praga en el contexto europeo. En el ámbito latinoamericano, el triunfo de la Revolución Cubana influyó fuertemente a los jóvenes, particularmente a quienes participaron en el movimiento de 1968. En ese contexto se dio el desarrollo de organizaciones revolucionarias en casi toda América Latina. Las revueltas juveniles de los años sesenta adquirieron la característica de una protesta social de dimensión mundial. En menos de cuatro años, cerca de 50 países y más de 250 ciudades fueron escenarios de protestas, en las cuales los jóvenes y los estudiantes jugaron un papel central.3 La mayoría de los análisis sobre ese periodo se centran en las condiciones nacionales que produjeron las revueltas, pocos se proponen explicar los rasgos comunes que le dan el significado epocal. La pretensión del presente trabajo es hurgar en las condiciones locales, pero además no dejar de lado las características de simultaneidad con el contexto latinoamericano, en particular, y con el mundial, en general. De acuerdo con Enrique Semo, “los movimientos de 1968 no tuvieron un origen económico claro. No fueron una protesta contra las condiciones de vida o la incertidumbre respecto al futuro económico, ya que el mundo, tanto en el Oeste como en el Este, se encontraba al final de un prolongado boom que duraba desde el final de la segunda 3
Semo, Enrique et al. 1968: raíces y razones. México, UACJ, 1999.
4 5
Semo, Enrique, op. cit., p. 10. Núñez, Orlando y Roger Burbach. Democracia y revolución en las Américas. México, Editorial Nuestro Tiempo, 1988, pp. 75-76.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
Guerra Mundial. Fue más bien un movimiento de contenido político, cultural y moral”.4 Los jóvenes estaban insatisfechos con los poderes establecidos, la moral dominante y la cultura existente. En ese contexto mundial, los citados acontecimientos influyeron en los imaginarios colectivos latinoamericanos y ejercieron una fuerte atracción en la cultura juvenil del continente, para que una vertiente del movimiento optara por una militancia política orientada a la izquierda y dentro de ella, un sector importante participara en la formación de grupos de guerrilla en Latinoamérica. Quienes participaron de estos movimientos se consideraban a sí mismos como una alternativa real frente a un sistema cada vez más autoritario, cerrado al diálogo y represor, y vieron en movimientos lejanos la posibilidad de unificación y respuesta colectiva. Después de la Revolución Cubana, entre los militantes de izquierda, se abrió un periodo de discusión ideológica en el que se construyó la idea de que la revolución política, la transición al socialismo, y la transformación de las sociedades por la vía armada era posible en los países periféricos. Así surgieron luchas guerrilleras con experiencias significativas en Guatemala, Venezuela, El Salvador, Colombia, Nicaragua, Bolivia, República Dominicana, Brasil y Uruguay.5 En los setenta hubo otros esfuerzos por desarrollar nuevos proyectos revolucionarios, como fueron el caso de Chile y Argentina. Bajo esta atmósfera ideológica, política y cultural inserta dentro del esquema de la “guerra fría” y agitada por efervescencia juvenil de la segunda mitad de los años sesenta, el Che Guevara no tardó en convertirse en el ícono emblemático de la nueva izquierda latinoamericana, es decir, en la imagen redentora del guerrillero de los pobres y oprimidos, figura no muy distante de las que para otro tiempo y escenario Le Goff encuentra en las representaciones sobre el proletariado, el líder, el partido, en organizaciones socialistas o
69
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
70
comunistas de una tradición utópica de larga duración. Todavía en este momento las guerrillas no habían mostrado su poca eficacia.6 En México, los grupos rurales y urbanos de carácter reivindicativo no sólo no se habían agotado, sino que se reorganizaron. Desde luego, algunos de los militantes y dirigentes de estas protestas se convirtieron en los líderes de organizaciones y corrientes ideológicas posteriores. Asimismo, pese al fracaso del asalto al cuartel Madera en septiembre de 1965, se consolidó una red de estudiantes simpatizantes de la táctica guerrillera “del foco”, que más tarde se incorporaron a diversas organizaciones. Poco después de los acontecimientos de 1968, entre 1969 y 1970, un grupo de jóvenes integraron una organización guerrillera bajo el modelo del movimiento uruguayo de los Tupamaros. En ésta confluyeron un grupo de jóvenes estudiantes que provenían, un buen número de ellos, de las preparatorias de Ciudad Juárez y fueron reclutados por estudiantes del Politécnico Nacional en una de las múltiples visitas que realizaron para difundir información y generar simpatizantes.
1. Grupo Lacandones: origen y estructura La historia de los jóvenes juarenses que se vieron involucrados de lleno en el movimiento de guerrilla urbana tiene que ver con el significado del desenlace del movimiento estudiantil de 1968. Para los juarenses que estudiaban y participaban activamente en el movimiento estudiantil en la ciudad de México como Benjamín Pérez Aragón, Miguel y Gabriel Domínguez Rodríguez, entre otros, la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco fue la justificación, la razón, la “coartada” que dejó, fuera del debate y de toda reflexión, la posibilidad siquiera de considerar la transformación pacífica del sistema político mexicano.7 6
7
Conrado Hernández hace un análisis acerca de la imagen, acciones y decisiones del Che. Confróntese, El viejo Che y el nuevo escenario, mimeo. Entrevista a Alberto Domínguez Rodríguez y Héctor Javier Velásquez, mimeo, 20 de agosto de 2001, p. 3.
8
Ibídem, pp. 5-6.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
El impacto inmediato de los hechos de Tlatelolco en Ciudad Juárez fue la movilización y organización estudiantil, en donde poco a poco se fue conformando el Consejo Local de Lucha (CLL). La primera respuesta de movilización y organización social fue la huelga estudiantil generalizada en apoyo a los estudiantes de la ciudad de México; y después sobrevino una gradual radicalización en las diferentes manifestaciones públicas, reparto de propaganda y, finalmente, el acto de oposición y repudio a la visita del presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, en abril de 1970. En esa manifestación confluyeron organizaciones con distintas posturas ideológicas: el Partido Comunista Mexicano (PCM), el Partido Acción Nacional (PAN), secciones y corrientes democráticas del magisterio, la Alianza Cívico-Demócrata Juarense (ACDJ) y el CLL. El evento tuvo como propósito principal realizar en la Plaza de Armas un mitin de repudio al presidente de la República; el reto era realizar el evento a la misma hora y lugar en el que estaba programado el evento oficial. En represalia, las fuerzas federales y la presencia masiva del Estado Mayor Presidencial tomaron por asalto la localidad. El resultado de la represión tiene un pequeño registro oficial en una crónica aparecida en Excélsior, de Julio Scherer García: “Cientos de detenidos, varios muertos y probablemente algunos desaparecidos”.8 Los integrantes del Comité Municipal de PAN que participaron en esas acciones fueron sancionados por su propio partido; el PCM se retiró y autocriticó por su participación en hechos violentos; la ACDJ se deslindó debido a la radicalización de los actos; los líderes magisteriales vieron muy riesgosas las perspectivas que se vislumbraban por ese camino; los activistas estudiantiles fueron los únicos que ratificaron su protesta radicalizada que estaba más que sustentada. Después de una actividad regular, en el periodo de 1970 a 1972 proliferaron los asaltos, expropiaciones, adoctrinamiento políticoideológico en las bases del marxismo-leninismo y reclutamiento de cuadros. La acción duró poco, entre octubre y noviembre de 1972,
71
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
72
a consecuencia de errores, casualidades y circunstancias desfavorables; el grupo de los Lacandones sufrió un golpe demoledor. “Unos cincuenta de sus dirigentes y activistas principales fueron detenidos y cerca de treinta encarcelados en Lecumberri y en la cárcel de Mujeres de Santa Marta entre ellos tres de los cuatro hermanos (Domínguez) que ahí militaban”.9 Gabriel y Miguel Domínguez destacaron por su papel de principales dirigentes de la organización que pretendía tener una visión apegada estrictamente a la moral revolucionaria, a la promoción del hombre nuevo, al desapego de las condiciones materiales, a la fraternidad y a la solidaridad que esta agrupación impulsaba, y de lo cual estos dos hermanos eran dos de los promotores principales. Por consecuencias propias de la dinámica guerrillera, se dio la separación física y geográfica de estos hermanos: Gabriel fue trasladado a la sierra de Chihuahua a continuar y mantener viva la organización que en el 64-65 habían iniciado Arturo Gámiz y sus compañeros. “Gabriel cabalgaría, andaría, esa guerrilla por dos años y medio […] hasta que en febrero de 1975, entrega su vida en un enfrentamiento con los militares. A su muerte, según se supo, los soldados le cortan las manos para identificar sus huellas y le encargan a los lugareños sepultarlo en su comunidad. Por años Gabriel fue uno más en la larga lista de desaparecidos en esta trágica guerra”.10 Miguel, por su parte, fue detenido los primeros días de noviembre de 1972, era uno de los cuadros más buscados. Los hermanos menores, Alberto y José, también fueron detenidos; todos los que fueron capturados en ese año pasaron por el lugar de “ablandamiento” tradicional: las caballerizas del cuerpo de granaderos de atrás de la Villa de Guadalupe (esto lo supieron hasta tiempo después, por tener los ojos atados, en todo momento) en donde la gama de torturas pasaba por los electrochoques en las partes más sensibles del cuerpo: pezones, testículos, boca, el tradicional “pocito”.
9
10
Ibídem, p. 7. Ibídem, p. 8.
Acosta Chaparro Escápite, Mario Arturo (General Brigadier). “Movimiento subversivo en México”, mimeo. México, enero de 1990. 12 Sergio Aguayo (2006: 93), basado en un informe de inteligencia militar del Ejército mexicano, estima que en México llegó a haber unos dos mil guerrilleros. “De acuerdo con este documento, la liga comunista 23 de septiembre tenía el mayor número de combatientes, 392, seguida por el partido de los Pobres, 347. Si uno compara el número con otros movimientos guerrilleros de la época, la cifra es relativamente importante. Los Tupamaros uruguayos fueron aproximadamente tres mil; los Montoneros argentinos 800, los del ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo), argentinos 500”. Aguayo Quezada, Sergio. “El impacto de la guerrilla en la vida mexicana. Algunas hipótesis”, en: Oikión, op. cit. México, El Colegio de Michoacán/Ciesas, 2006. 13 Domínguez, op. cit., 2001, p. 12. 11
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
En la ciudad de Guadalajara, Jalisco, nace la “Liga Comunista 23 de Septiembre” como reconocimiento a los que murieron en el ataque al cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965. La organiza Ignacio Salas Obregón, conocido con el alias “Oseas”, en ella participan: el Grupo 23 de Septiembre, la Liga Leninista Espartaquista, Movimiento Espartaquista, Liga Comunista Espartaco, Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), Frente Estudiantil Revolucionario y comandos armados como: Lacandones, Patria o Muerte y Arturo Gámiz, Fuerzas Armadas de la Nueva Revolución, Movimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil, Núcleo Guerrillero de Chihuahua y otros más.11 Estos datos son presentados por el general Arturo Chaparro en su texto de análisis del movimiento subversivo en México, El nacimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre. De acuerdo con José Domínguez, Nassar Haro, jefe máximo de la lucha contraguerrillera, en declaraciones periodísticas manifestó que la Liga contaba, en todo el país, entre simpatizantes y militantes, con unos cinco mil efectivos,12 cifra evidentemente inflada con fines de elevar los merecimientos propios, pero sin duda, era la mayor organización guerrillera del país.13 José Domínguez señala que es en junio de 1973, en la ciudad de Guadalajara, en donde unos veinte grupos y organizaciones partidarias de la lucha armada, y que com-
Vol. 17 • número 34 • 2008
Surgimiento de la Liga, segunda etapa de la represión, desapariciones
73
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
74
partían una visión extrema del marxismo-leninismo,14 fundaron la Liga Comunista 23 de Septiembre. En un inicio, la Liga estableció contactos con la guerrilla de Lucio Cabañas. Sin embargo, diferencias que tenían que ver con el carácter fundamentalmente rural del Partido de los Pobres, en las que prevalecía el liderazgo de Lucio y su influencia indiscutible entre las comunidades que le servían de base social, además de sus vínculos ideológico-políticos con el PCM, llevaron finalmente y después de fuertes discusiones a la separación de la guerrilla de Lucio. A su vez, el MAR sufrió una fuerte división frente al surgimiento de la Liga, con la que algunos de sus cuadros y activistas pasaron a formar parte de la nueva organización. Uno de los planes de la recién formada organización clandestina, era un espectacular inicio de operaciones que tenía programado para conmemorar la fecha que llevaba su nombre: el 23 de septiembre de 1973. Secuestros de algunos de los empresarios más connotados del país para obligar al gobierno a aceptar las exigencias de los guerrilleros. Eugenio Sada en Monterrey, Ignacio Aranguren en Guadalajara, el embajador de Bélgica en el Distrito Federal, el director de PEMEX, etcétera. Sin embargo, no todo salió como lo habían 14
Como señala Elster: “La teoría de la revolución [de Marx] debe ser reconstruida a partir de pasajes diseminados, muchos de los cuales fueron escritos con un propósito político inmediato”. Así, para Marx, la sociedad de los hombres libres e iguales es “la comunidad de proletarios revolucionarios, que toman bajo su control sus condiciones de existencia y la de todos los miembros de la sociedad […] debe abolirse el dominio económico del capital sobre el hombre”. Elster, Jon. Making Sense of Marx. Cambdridge, Cambdridge University Press, 1985. Lenin, por su parte, vivió por y para la revolución, y planteó a lo largo de toda su obra la pregunta de cómo hacer en una revolución especialmente el ¿Qué hacer? Para Lenin la producción de las revoluciones fue materia del trabajo político. Las revoluciones no eran meros acontecimientos. Una de las condiciones más importantes para la producción de una revolución era el profesionalismo de los revolucionarios: “esta lucha debe ser organizada de acuerdo con ‘todas las reglas del arte’ por personas que estén profesionalmente comprometidas en la actividad revolucionaria”. Lenin, Vladimir I. “¿Qué hacer?”, en: Obras escogidas, tomo II. Moscú, Editorial Progreso, 1975. En síntesis, la Liga Comunista 23 de Septiembre, al insertarse en la vertiente marxista-leninista, depositó en los cuadros dirigentes la tarea de revolucionario profesional y guía del movimiento, y el papel de las bases y del proletariado más amplio al de la necesidad de la educación y toma de conciencia.
El grupo Lacandones fue una organización formada con líderes estudiantes de la Escuela de Físico-Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional, deportistas muchos de ellos. La dirección del grupo, además de estar constituida por alumnos destacados en el ámbito académico, poseían un elevado nivel teórico, habían leído, analizado y discutido de manera profunda las obras clásicas del marxismo: Carlos Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo, Bakunin, Mao, Trotsky, Fidel Castro y el Che, además de conocer la historia de los principales movimientos sociales y sus resultados poco favorables para las mayorías. Por sus características, se trataba más de un grupo de líderes —algunos de clase media—15 científicos, pensadores e intelectuales, que de político-militares; aunque también poseían preparación técnica y militar; se habían entrenado en la selva chiapaneca, de ahí el alias. Asimismo, aunque en algunos su formación ideológica era poca y sólo tenían referentes teóricos de lecturas, habían aprendido parte del discurso político y de los ideales de la época, pero sin una idea clara de la práctica armada. Incluso se trataba de jóvenes con poca experiencia de participación partidista, con una idea poco clara de 15
La clase media, entendida no desde una perspectiva determinada por el nivel económico y de comportamiento social, sino como grupos o estratos que se encuentran en la zona de movilidad social no sólo por su capacidad económica, sino por tener expectativas de cambio y apertura al progreso; en ese sentido se refiere más a un cambio de mentalidad y una conciencia de la existencia de desigualdad. Una mentalidad que se forma con la circularidad de ideas al contacto con otros y como el reconocimiento de las diferencias y su participación política organizada. Alguno de los argumentos tomados de González, Arturo. Clases medias y movilidad social en México. México, Extemporáneos, 1976.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Origen de los miembros de la organización
Vol. 17 • número 34 • 2008
planeado: en Monterrey un imponderable ocasiona la muerte de dos de los secuestradores; en el D.F., accidentes y casualidades los obligaron a prorrogar los operativos; y sólo se lograron, en Guadalajara, los secuestros del cónsul honorario de Inglaterra y el del empresario Ignacio Aranguren. Sin duda alguna, estos acontecimientos dieron un tinte dramático y distinto al estreno que la Liga había programado.
75
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
76
cómo construir una organización política, pero con ideales reivindicativos no sólo movidos por la búsqueda de un mundo mejor, sino de la insoportable condición del presente que estaban viviendo. El anhelo de transformación era parte del intercambio de ideas que realizan las clases subalternas, es parte de la circularidad de percepciones y conceptos que, aun sin mayor información, la lectura o militancia les permite la incorporación de ideales libertarios, que si rastreamos su origen, encontraremos que estas aspiraciones están presentes no sólo en el discurso marxista o guevarista, sino a lo largo de la historia de este país; o como Cohn lo expone: estos ideales o utopías provienen de la antigüedad, de una idea más amplia y antigua que considera que la idea de la existencia o posibilidad de construcción de una sociedad igualitaria es una añoranza de todas las sociedades y de todos los tiempos pasados.16 Otra de las condiciones es que estos levantamientos milenaristas revolucionarios surgen en sociedades amenazadas por una crisis de “sobreexplotación y que se encontraban inmersas en un rápido proceso de cambio social y económico”.17 De igual forma, fueron un grupo de personas que optaron por las armas y que desde luego justifican su posición manifestando y argumentando su deseo de transformar las condiciones materiales de vida y de opresión en la que vivía la clase desposeída. Tenían como objetivo prioritario tomar el poder político para construir el socialismo en México; por lo mismo se convierten en los precursores de movimientos armados. La represión del movimiento organizado de ferrocarrileros, el menosprecio y falta de atención a las demandas ancestrales de las organizaciones y de los movimientos campesinos que reclamaban sus derechos sobre la tierra, e incluso la existencia de grupos rurales armados, eran indicios de la necesidad de la apertura política del Estado y eran parte de las demandas políticas y sociales de esos años. Alberto Domínguez y Héctor Javier Velásquez afirman que 16 17
Cohn, Norman. En pos del milenio. Madrid, Alianza Universidad, 1985, pp. 198-287. Ibídem, p. 53.
Sin embargo, la violencia del 2 de octubre de 1968 como respuesta a las demandas de democratización, desde la perspectiva de esos jóvenes, dejó fuera la posibilidad de considerar la transformación política del Estado mexicano por la vía pacífica. Definieron que la lucha armada era la única posibilidad de construir las condiciones para la transformación de la sociedad, a través de una revolución. Algunos dirigentes, desde sus propios espacios, contemplaron la posibilidad de iniciar una estrategia armada bajo la misma táctica que habían utilizado los cubanos: el foquismo. De esta manera, los estudiantes se plantearon la formación de grupos clandestinos para iniciar la lucha armada. Nuevas guerrillas de origen estudiantil se desarrollaron a finales de los sesenta a mediados de los setenta. Entre 1969 y 1970, surgieron las primeras organizaciones armadas y tuvieron algunas acciones limitadas, con el propósito de construir las condiciones mínimas necesarias para iniciar el movimiento de masas urbanas que diera forma al movimiento revolucionario amplio.19 Este proyecto fue interrumpido: entre enero y febrero de 1972, inició el historial de asesinatos y aprehensión de líderes con la consecuente reducción y desmovilización de las organizaciones armadas de México. Las más conocidas de esas fechas fue el asesinato de Genaro Vázquez, Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala. La deten18 19
Domínguez, op. cit., 2001, pp. 11-12. Bellingeri, Marco. Del agrarismo armado a la guerra de los pobres, 1940-1974. México, Juan Pablos, 2003, pp. 109-153.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
“nos salía el sol y todavía estábamos discutiendo […] todos coincidíamos en que íbamos por ahí, por la vía armada y por la toma del poder, pero para eso, todos llevábamos un trabajo previo y eso es muy difícil que tú lo entiendas […] Ahora se puede hacer trabajo político abierto, hay partidos políticos, se puede tomar el poder, en aquel tiempo no […] no era posible por la vía política, el gobierno falló, no querían dar nada.18
Vol. 17 • número 34 • 2008
casi siempre que convergían los amigos en distintas casas, se ponían a hablar de los problemas de México y de la forma de resolverlos:
77
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
ción de grupos guerrilleros como el Comando Armado del Pueblo (CAP), el MAR y el inicio de ejecuciones sumarias de guerrilleros detenidos en diversas ciudades. Los grupos armados rurales que ya existían, como la Asociación Cívica Revolucionaria, al mando de Genaro Vázquez; los de Madera, de Arturo Gámiz; y el Partido de los Pobres y su Brigada de Ajusticiamiento, de Lucio Cabañas, continuaron con su proyecto de lucha y más adelante intentarían converger en la formación de la Liga 23 de Septiembre. En un inicio, la Liga estableció contactos con la guerrilla de Lucio Cabañas. Sin embargo, diferencias que tenían que ver con el carácter fundamentalmente rural del Partido de los Pobres, en las que prevalecía el liderazgo personal de Lucio y su influencia indiscutible entre las comunidades que le servían de base social, además de sus vínculos ideológico-políticos con el Partido Comunista Mexicano, llevaron finalmente y después de fuertes discusiones a la separación de la guerrilla de Lucio. Esto marcó la separación de la acción de los dos focos guerrilleros: el urbano y el rural. Por supuesto, el declive de los intentos de una lucha armada compacta en México.
2. Objetivos, medios y acción revolucionaria
Nóesis
En México los grupos de estudiantes optan por la vía armada como elemento esencial para la lucha política y entienden que la violencia es parte inherente a la lucha revolucionaria.20 Éstos se constituyeron en torno a la idea del “foquismo”, concibiéndolo como la base de una estructura primaria en la que iban a hacerse responsables de las tareas de dirección y organización política en una situación concreta; como un detonador militar, aislado, organizándose a partir de sí
78
20
Apoyándose en pasajes de la obra de Marx como los siguientes: “Las relaciones sociales capitalistas descansan en la lucha de clases y se desarrollan por medio de ella […] La fuerza es la comadrona de toda vieja sociedad preñada de la nueva”. Marx, Carlos. El capital, tomo III. México, Siglo XXI, 1966.
Guevara, Ernesto Che. Obras escogidas de Ernesto “Che” Guevara, tomo I. España, Editorial Fundamentos, 1976, p. 31. 22 López, Saúl. Guerras secretas. México, Arte Facto Editor, 2005, p. 45. 21
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
mismo, independiente de toda acción u organismo nacional, aunque con una dirección vertical. La única diferencia es que en México, el foco surgiría preferentemente en las ciudades; ya había otros encargados de las acciones en el área rural. Una de las ideas difundidas era que, a partir de la organización y consolidación de un grupo “foco”, se empezaban o construían las condiciones “objetivas y subjetivas” necesarias para iniciar un movimiento de resistencia, que propiciaría la multiplicación de focos de insurrección hasta que adquiriera la estructura y características de un ejército regular.21 Se pensó como forma rápida de multiplicar la práctica revolucionaria sin la asimilación de las grandes teorías avanzadas, “creíamos la historia de David sin haber leído la Biblia, como creíamos en el marxismo sin haber leído a Marx, excepto el manifiesto comunista. […] nos sentíamos capaces de contagiar a las multitudes de nuestras emociones e ideas”.22 El modelo del “foco” se presentó como la más nueva e impactante forma de organización; desde luego tenía una dosis de voluntarismo o de idealismo alto, ya que pocos grupos y tan pequeños no podían crear de manera rápida las condiciones para construir y difundir un movimiento armado amplio. Esa fue la estrategia cubana, era su referencia de triunfo y se tenía la confianza de que tuviera éxito en México. No obstante, en Cuba se contaba con un trabajo organizativo previo que le permitió tener el apoyo de la población. Ahora, casi cuatro décadas después, se piensa que los guerrilleros subestimaron los alcances del movimiento foquista y que no se pudo generar la movilización e incorporación de nuevos sectores. Llegó muy rápido la represión de seguridad del Estado; algunos de los principales dirigentes de grupos fueron detenidos de manera legal o ilegal desmantelando o fragmentando la organización armada.
79
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
80
Faltó tiempo para establecer de manera clara no sólo los objetivos del movimiento armado, sino también pensar en cómo incluir a los diferentes sectores sociales en una lucha que con las primeras acciones había demostrado que no se trataba de una lucha por generación espontánea, ya que, a pesar de que los grupos armados tenían una alta valoración del trabajo de masas, tampoco pudieron involucrarse en huelgas, conflictos laborales o en los sindicatos. Es muy posible que el carácter idealista de los grupos armados no le permitía ver la realidad laboral: había un control sindical arraigado, los trabajadores habían sido corporativizados a través de las distintas organizaciones del PRI; en ese sentido, en ese grupo no existían las condiciones reales ni se podían crear a corto o mediano plazo para que se incorporaran a su lucha. Los miembros de los grupos guerrilleros no tuvieron el tiempo necesario para evaluar los resultados de la aplicación del “foquismo” en otros países de América Latina y reconocer el fracaso contundente de los movimientos en Perú o Argentina, a pesar de ser grupos organizados por el mismo Che.23 La inmediatez no les permitió admitir que la teoría guerrillera estaba muy poco sustentada en la práctica, que la acción revolucionaria en Cuba había tenido condiciones objetivas y subjetivas que no se tenían en México y que no iba a ser fácil ni rápido difundir los ideales e incorporar a los mexicanos en la lucha armada. Ya que en los pocos meses o años que funcionaron como organizaciones políticas ideológico-clandestinas, las acciones no sólo no habían agudizado las contradicciones, como lo habían leído en Lenin, sino que la estrategia del Estado estaba funcionando para mostrarlos como terroristas e infiltrando con espías su organización. Hecho que los llevó al encarcelamiento de buena parte de los dirigentes y militantes. A decir de uno de los militantes del grupo, los Lacandones fueron famosos entre las organizaciones y grupos armados, por dos razones: su eficacia en las expropiaciones, asaltos armados para acumular recursos económicos, armas y equipos, etcétera; entre su haber 23
Hernández, mimeo.
24 25
Domínguez, op. cit., 2001, p. 6. AGN, Galería I, CISEN, expediente 28-15-1-73, H-231, L-2.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
se recuerdan el Metro, la DINA, armerías y laboratorios de equipos médicos, y esto se debía principalmente a su minuciosa capacitación y preparación político-militar. La otra era su apego estricto a normas teórico-ideológico-políticas rigurosas; los entrevistados afirmaron lo siguiente: “[…] Menos conocido fue que esta organización tenía una alta valoración del trabajo de masas tanto estudiantil como obrero […] y que sólo una pequeña parte de ellos accedía a la capacitación militar y a la preparación de ese tipo de actos. Para llegar a ese nivel debían ser seleccionados, por votación secreta […]”.24 La estrategia del foco necesitó de una estructura cerrada, clandestina y compartimentada; sólo los miembros del grupo conocían a los participantes, y uno de ellos era el contacto con otro grupo; se organizaban de esa manera hasta conformar el grupo de dirección. El trabajo ideológico y organizativo; se realizaba en comandos mismos que disponían de casas de seguridad; como forma de protección y seguridad se utilizaba por nombre un seudónimo. Tener casas de seguridad y líderes de tiempo completo dedicados al trabajo revolucionario implicaba disponer de recursos, para ello había que realizar actividades que les permitiera disponer del dinero necesario. La forma de subvencionar los gastos se realizó a través de la realización de asaltos o “expropiaciones” con los que pudieran mantener las casas, tener apoyos económicos, comprar armas y equipo necesario, además de la manutención de algunos de sus miembros que estaban dedicados de tiempo completo al trabajo revolucionario. De ello da cuenta una declaración de un miembro de los Lacandones, quien confiesa haber participado en el asalto a la panificadora Bimbo, “de cuyo producto recibió 60,000 pesos de los cuales utilizó 38,000 para comprar 5 pistolas calibre 45, 1 rifle m1, 1 subametralladora calibre 45 y 7 cajas de cartuchos calibre 45, que 18 mil serían utilizados para reclutar 6 elementos para el comando que se denominaría Rubén Jaramillo”.25
81
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
De igual manera, sus acciones tenían del mismo modo la pretensión de realizar actos espectaculares que permitieran la difusión de la existencia de los grupos armados, por ello dejaban volantes o comunicados dirigidos al pueblo de México en los que expresaban los motivos de su lucha y demandas. El objetivo de las acciones, para lograr transformar las condiciones de miseria en México, era el elemento fundamental que justificaba todo acto de “despojo a la burguesía explotadora”; para los grupos revolucionarios no había ningún acto de delincuencia en tanto se les quitaba parte de lo que ellos habían “robado” a los trabajadores a través de la “sobreexplotación de la mano de obra obrera o campesina”, pero para los que no compartían la visión revolucionaria, esto era visto como un delito u arbitrario que rompía el estado de derecho. Para los militantes armados, la lucha por el cambio social era una misión de elegidos, de hombres y mujeres dispuestos a dar la vida por los otros, e incluso tomar la vida de otros, con una pronunciada inclinación al martirologio.26 Es decir, esta posición también se puede encontrar en la persecución de los ideales religiosos más antiguos de la sociedad con un desprendimiento de la seguridad individual por la colectiva. La propuesta marxista del cambio social se sustenta en algunos de los siguientes argumentos:
Nóesis
De hecho el reino de la libertad sólo comienza allí donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y la adecuación a finalidades exteriores […] toda emancipación es un regreso del mundo humano y de las relaciones a los seres humanos mismos. La emancipación política es la reducción del hombre, por un lado, a miembro de la sociedad burguesa, a un individuo egoísta e independiente; por el otro lado, a un ciudadano del estado a un persona moral […] no es sino hasta que el hombre reconozca y organice sus “fuerzas propias” como fuerzas sociales y así ya no separé las fuerzas sociales de sí mismo en la forma de fuerzas políticas, no es sino hasta entonces que la emancipación humana se habrá completado.27
82
Este concepto fue tomado del trabajo de Aroche al hacer una crítica al tipo de acción de los grupos armados. Aroche, Miguel, op. cit., El Che,…, pp. 31-32. 27 Marx, Carlos. El capital, tomo III. México, Siglo XXI, 1966. 26
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
En el pensamiento marxista se pueden encontrar coincidencias con elementos culturales tradicionales de corte místico, religioso, utópico, etcétera, fundados muchos de ellos en una deontología, es decir, en la esfera del deber ser, en una aspiración. En ese sentido, en los grupos armados se puede encontrar una tarea mesiánica, una exigencia ética de construir una especie de paraíso de Dios en la tierra, con una sociedad igualitaria que garantizara el cumplimiento de todas las aspiraciones humanas; bajo una perspectiva histórica determinista de avanzar inevitable hacia una sociedad en la que se garantizaría la satisfacción plena del ser humano. No obstante, estos ideales muy ligados a los campos culturales de Latinoamérica como una sociedad con dos matices culturales: la prehispánica y la judeo-cristiana occidental, que los lleva a intentar construir ese paraíso secular en la tierra, no son incorporados de manera consciente a su lucha, son ideas que aprenden o se apropian en los espacios donde los participantes de estos movimientos se formaron. Es decir, esa búsqueda de una sociedad sin clases, en la que todos sean iguales, en la que no haya escasez de ninguna naturaleza, en la que finalmente todos sean completamente libres, es parte de un discurso ideológico, religioso y político asimilado, y compartido por la sociedad de finales del siglo XX, que recoge y refleja sus sueños. Por otro lado, la práctica o acción en la Revolución Cubana sugería el asalto a cuarteles, lugares de almacenamiento de armamento y municiones y lugares estratégicos de la ciudad, pero no realizaron actividades que causaran una mala imagen ante la sociedad. Además de dar muestras de una moral revolucionaria, se deben mostrar como victoriosos siempre; de otra manera, la población deja de creer en una guerrilla. No obstante, las condiciones organizativas eran distintas en México; hubo que allegarse recursos de diversas maneras; los recursos propios ya se les habían terminado. Es necesario mencionar que la práctica de los grupos armados no siempre se llevó a cabo de manera hostil o con excesiva violencia, por lo menos en la primera etapa del surgimiento de los movimientos y de manera concreta en los Lacandones; fueron acciones pensa-
83
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
das en las que se intentaba dañar lo menos posible, esto se observa en una declaración de Gerardo Desvignes Lebas, quien señala que el 16 enero de 1973 fue asaltado en su domicilio cuando se dirigía a su automóvil, fueron: dos jóvenes y una mujer, que lo amenazaron con una pistola y que dijeron pertenecer el grupo Lacandones, bajándolo a las 9:15 horas aproximadamente frente al edificio del anexo de ingeniería en la UNAM, para lo cual fue atado de las manos por la espalda habiéndole indicado que su automóvil lo iban a necesitar para “realizar un trabajo” y que necesitaban también su número telefónico, para después comunicarse con él y darle a saber el lugar en el posteriormente recogería su vehículo.28
Así como en el siguiente hecho: 2 de diciembre de 1972. El 1/o actual dos hombres y una mujer asaltaron un taxista quitándole el auto y lo llevaron al desierto de los leones y unas barrancas, lo amarraron pero de modo que pudiera soltarse. En este auto a las 10:15 horas llegaron los asaltantes ahora número de 6 y 2 mujeres llegaron a las industria Sumbean, ubicada entre San Bartolo y Tlanepantla, México, donde desarmaron a 2 polícías y amenazando con aramas largas, se llevaron 80,000.0 en efectivo y 700,000.00 en documentos cobrables así como las dos pistolas de los policías.29
A través de estos testimonios se puede entender que se trata de una acción revolucionaria que incluía una conciencia de reconocimiento del otro y de utilización de la violencia selectiva, que se expresa en la consideración con el explotado, y como una reacción en contra de los dueños de los medios de producción y explotadores de la clase trabajadora.
3. El carácter ideológico en la práctica de los grupos armados
Nóesis
En la integración y movilización de los grupos que optan por la vía armada el referente ideológico es fundamental, ya que de éste
84
28 29
AGN, Galería I, CISEN, expediente 28-15-1-73, H-215, L-2. AGN, Galería I, CISEN, expediente 28-15-1-72, H-206, L-2.
…Yo creo que queda una actitud de descontento, de rebeldía, otra cuestión, es que mi padre, no sé en qué momento, pero él ya tendía a la izquierda […] yo me acuerdo muy poco, pero sí recuerdo (tenía 9 años) […] (que) él tenía un radiecito viejo, y se ponía a escuchar, ahí en su cuarto, cerca de la banqueta, Radio Habana, escuchaba el avance de la Revolución Cubana […] él estaba de acuerdo con la Revolución Cubana…32
González, Pablo. El Estado y los partidos políticos en México. México, Era, 1982, p. 178. El término se entiende como lo define Francois Furet, como aquellos sistemas de explicación del mundo por medio de los cuales la acción política de los hombres adquiere un carácter provisional. En el texto La pasión revolucionaria. México, FCE, 1998, p. 8. 32 Domínguez, op. cit., 2001, p. 2. 30 31
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
retoman, justifican y resignifican sus acciones y construyen nuevas aspiraciones. Así, se apropiaron de ideas, proyectos, discursos, acontecimientos y teorías diversas. Los miembros de los nuevos grupos armados, de manera general, fueron estudiantes de preparatoria y licenciatura, de clase media o popular, del ámbito rural o urbano, que tuvieron recursos para formarse e incluso viajar a los centros de educación en la capital de sus estados o en el centro del país. Vivieron las condiciones económicas limitadas de un modelo económico ya en crisis, pero sobre todo, no encontraron espacios de expresión abiertos que les permitieran manifestarse junto a ello estaba la arbitrariedad del Estado al mantener el artículo constitucional que obstruía la manifestación libre de las ideas de palabra, por escrito o por cualquier otro medio. En aras de la seguridad del Estado, el gobierno podía reprimir cualquier doctrina y encarcelar a cualquier persona con idea contrarias.30 Algunos estudiantes respondieron y empezaron una participación política o militante con un referente ideológico que les permitía explicar una acción práctica, que los llevaría a la transformación de las condiciones sociales de ese momento.31 Alberto Domínguez, afirma:
85
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
A esto hay que agregar que el ámbito académico fue un lugar de formación ideológica, de la difusión de las teorías sociales y la promoción del compromiso social; asimismo, se constituyeron en lugares de reclutamiento político y militante. La Revolución Cubana de igual manera favoreció la idea de la posibilidad de enfrentar al Estado y transformar la sociedad sin la mediación de la izquierda organizada, que hasta esos momentos no había respondido a las demandas de los trabajadores y de los más marginados.33 El impacto y la originalidad de la lucha cubana parecían ofrecer los elementos de cambio que tanto reclamaban y esperaban. También existía un marco latinoamericano que estaba en lucha en contra de las dictaduras militares, condición que acabó por favorecer una posición radical en apoyo de las guerrillas latinoamericanas. El Che señalaba en sus obras, algunas de ellas leídas o comentadas por los miembros de grupos armados, que “la victoria armada del pueblo cubano…, [ha] demostrado palpablemente la capacidad del pueblo para liberarse de un gobierno que lo atenaza, a través de la lucha guerrillera”.34 De la misma forma estaban presentes los levantamientos campesinos, que ya tenían años luchando contra los caciques regionales e incluso contra el Ejército mexicano; existían tres grupos armados que en ese momento daban forma a los grupos guerrilleros del sur. Utilizaron como estrategia la difusión del movimiento, a fin de promover entre los estudiantes la opción armada, construir una relación entre ambos y ampliar el movimiento armado en México. Un fragmento de un comunicado muestra hacia quién estaba orientado el discurso:
Nóesis
“nuestra acciones están planteadas en diversos niveles, tendiendo a organizar las masas cada vez más en acciones decididas en contra de las clases opulentas y del gobierno, sobre la base de una organización actuante que se va desarrollando y
86
Mayo, Baloy. La guerrilla de Genaro y Lucio. México, Editorial Diógenes, 1980, pp. 6078. 34 Aroche, Miguel, op. cit., El Che,…, p. 31. 33
En el texto de Miguel Aroche, El Che, Jenaro y las guerrillas, Federación Editorial Mexicana, aparece citado un fragmento del comunicado del grupo de Genaro Vázquez, publicado en la Revista ¿Por Qué?, núm. 189, ibídem, p. 65. 36 Ibídem, p. 61. 35
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Sin embargo, aunque este llamado pudo haber impactado por un corto tiempo, la no integración de los grupos en un frente amplio o la ausencia de un eje organizador los llevó a una temprana división. Una condición fundamental que favoreció la integración de grupos armados fue el sentimiento de pertenecer a una vanguardia que los definía como distintos, como revolucionarios. Algunos de los militantes señalan que habían realizado varias lecturas o escuchado distintas versiones —pero se quedaron con una que es fundamental e incluso algunos guerrilleros asumen como su referente inmediato—, esto es, las tesis de lo que habían leído en las Obras del Che acerca de las características de un guerrillero; era un “reformador social” que hace suyas las ansias de liberación de un pueblo y, agotados los medios pacíficos de lograrla, inicia la lucha, se convierte en la vanguardia armada36 y que, además, está dispuesto a dar su vida no por la defensa de un ideal, sino por convertirlo en realidad. Para el caso de los Lacandones su formación ideológica se sitúa dentro de la línea del foco, pero también se encuentra muy cercana a la línea política de Marx en el manifiesto del Partido Comunista, cuando señala que es a través de éste que se deben de crear las condiciones objetivas para la acción, en tanto que es el órgano de mayor conciencia y en tanto que guía a la sociedad, por ello los Lacandones tenían presente la construcción de relaciones políticas con los trabajadores en sus mismos espacios. Para, de manera posterior, irse constituyendo como vanguardia en alianza con los sectores sociales más desprotegidos. De las ideas de Lenin (que el Che difundió más tarde) retomaron la idea de que se debían crear las condiciones óp-
Vol. 17 • número 34 • 2008
nutriendo de los sectores más avanzados y despertando el apoyo popular. Nuestra lucha ha tomado el rumbo de la organización guerrillera para repeler la agresión de las clases explotadas […]”.35
87
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
88
timas para desarrollar la revolución y no esperar las condiciones objetivas como lo plantea Marx. Los guerrilleros se sentían con la capacidad de propagar entre la multitud sus ideales porque, como ya se señaló, no hubo tiempo de evaluar la inoperancia y fracaso de estas formas de organización en distintos países de América. La inmediatez de los movimientos y la prontitud de las acciones no les permitieron analizar, de forma crítica, las diferencias sustanciales entre México y Cuba u otros países que estaban envueltos en la actividad revolucionaria. Tampoco tuvieron espacios para revisar las coyunturas históricas, la dinámica social y política, la organización, los vínculos entre población civil y grupos armados. Es probable que la necesidad de actuar les haya impedido informarse y comparar el proceso de consolidación de organización cubana en la que hubo una movilización previa; había trabajo político, organizaciones, filias, huelgas, motines; existían organizaciones políticas que respaldaban o protegían a los distintos focos. A pesar de la formación ideológica e histórica de los miembros de los grupos armados en México, éstos no previeron que las condiciones para una alianza con los trabajadores eran prácticamente imposibles por los niveles de corporativización y control político que había realizado el PRI por más de 40 años.
Conclusiones El surgimiento de los grupos armados en México es el reflejo de un sector de la sociedad mexicana que creyó de manera firme y que comprobó que no existían espacios de participación económica, política, social y cultural que permitieran su inclusión de manera justa o equitativa. Refleja, además, la gama de aspiraciones: marxistas, católicas, guevaristas, leninistas, cristianas, libertarias, revolucionarias, todas ellas válidas, en contra de la concentración de capital, de los explotadores, de la ignorancia a favor de la igualdad, de la conclusión de la miseria, del reparto de la riqueza, y de las condiciones más favorables para la sociedad.
Cohn (1985) analiza en diversos periodos históricos y encuentra que esta pretensión de construir una sociedad igualitaria y justa, es una idea milenaria que se va arraigando y reinventando de diferente manera en las sociedades de diversos tiempos. 38 Revueltas, José. “México 68: juventud y revolución”, en: José Revueltas para revolucionarios. México, Universidad Juárez del estado de Durango/SEP, 1994. 37
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
El carácter ideológico y los fundamentos de la acción revolucionaria de los grupos armados está fundado en un reclamo o aspiración antigua de construir una sociedad sin distinciones de estatus; la idea de que la sociedad no puede avanzar bien “hasta que las cosas sean comunes y no haya ni villano ni noble, antes bien que todos seamos de la misma condición”.37 De alguna manera, lo anterior está incluido en la reflexión y balance que realiza el escritor mexicano José Revueltas, simpatizante y participante del movimiento estudiantil: “…si bien no puede hablarse en términos de totalidad, de que existiera en el movimiento del 68 un nivel teórico de cierta elevación, lo que sí puede afirmarse con toda certeza es que todos participábamos en un hacer de la historia, todos, sin distinciones jerárquicas”.38 El marxismo se fue convirtiendo en una de las teorías hegemónicas de interpretación y compromiso social hasta convertirse en una verdadera filosofía de la historia, fue parte de un discurso que recuperaba e incluía todas las aspiraciones humanas y ésa era la motivación de los grupos armados. Aunque décadas posteriores es cierto que desarrolló un discurso político autoritario y excluyente, incapaz de establecer un diálogo con las otras visiones del mundo (visión que se reflejó en la fragmentación de los grupos armados, pero también de los que se asumían de izquierda), también es verdad que inspiró y aglutinó los más grandes anhelos de jóvenes que optaron por las armas para transformar las condiciones reales de la sociedad mexicana. El marxismo imprimió un sentido teleológico a la lucha armada, cuya finalidad última era la noción de libertad e igualdad; de hecho, éstos son parte de los preceptos con los que se formaron algunos de los dirigentes de los grupos armados, como fundamento ideológico o de representaciones que construyen las sociedades para explicar su contexto inmediato.
89
Fundamento ideológico de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones
Nóesis
90
La perspectiva de quienes asumieron el marxismo como doctrina redujo el conflicto social a las luchas entre dos bloques antagónicos: la burguesía y el proletariado; cimentaron el sentido del cambio en la dominación del proletariado como clara muestra del triunfo de la revolución social, aunque no tuvieron tiempo para el trabajo político, para incorporar a los obreros ni a otros sectores de la sociedad. No obstante, y hay que subrayarlo, en términos objetivos los movimientos reivindicativos no sólo son movidos por la búsqueda de un mundo mejor, sino de la insoportable condición del pasado inmediato y del presente.
Bibliografía Aguayo Quezada, Sergio. “El impacto de la guerrilla en la vida mexicana. Algunas hipótesis”, en: Oikión, op. cit. México, El Colegio de Michoacán/Ciesas, 2006. Aroche, Miguel. El Che, Jenaro y las guerrillas. Federación Editorial Mexicana, 1974. Bellingeri, Marco. Del agrarismo armado a la guerra de los pobres, 1940-1974. México, Juan Pablos, 2003. Cohn, Norman. En pos del milenio. Madrid, Alianza Universidad, 1985. Debray, Regis. Los Tupamaros en acción. Actas tupamaras, prólogo de Regis Debray. Chile, Ediciones Prensa Latinoamericana, 1972. Elster, Jon. Making Sense of Marx. Cambdridge, Cambdridge University Press, 1985. Furet, Francois. La pasión revolucionaria. México, FCE, 1998. -----. El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX. México, FCE, 1995. González, Arturo. Clases medias y movilidad social en México. México, Extemporáneos, 1976. González, Pablo. El Estado y los partidos políticos en México. México, Era, 1982.
Guadalupe Santiago Quijada y Jorge Balderas Domínguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
Guevara, Ernesto. Obras escogidas de Ernesto “Che” Guevara, tomo I. España, Editorial Fundamentos, 1976. Hernández, Conrado. El viejo Che y el nuevo escenario, mimeo. Hodges, Donald C. y Abraham Guillén. Revaloración de la guerrilla urbana. México, Editorial El Caballito, 1977. Kolakowski, Leszek. Las principales corrientes del marxismo. La crisis. Madrid, Alianza Editorial, 1983. Lenin, Vladimir I. “¿Qué hacer?”, en: Obras escogidas, tomo II. Moscú, Editorial Progreso, 1975. López, Saúl. Guerras secretas. México, Arte Facto Editor, 2005. Mayo, Baloy. La guerrilla de Genaro y Lucio. México, Editorial Diógenes, 1980. Marx, Carlos. El capital, tomo III. México, Siglo XXI, 1966. Núñez, Orlando y Roger Burbach. Democracia y revolución en las Américas. México, Editorial Nuestro Tiempo, 1988. Pimentel, Ramón. El secuestro: ¿lucha política o provocación? México, Editorial Posada, 1974. Revueltas, José. “México 68: juventud y revolución”, en: José Revueltas para revolucionarios. México, Universidad Juárez del estado de Durango/SEP, 1994. Scott, James. Los dominados y el arte de la resistencia. México, Era, 2000. Semo, Enrique et al. 1968: raíces y razones. México, UACJ, 1999. Subirats, Héctor. Marx o los restos del naufragio. México, UAEM, 1984.
91
Key Guerrilla, Contemporary Mexican Words: history, Communism.
Notes about Armed Socialist Movement in México (1969-1974)
In the seventies the urban and rural guerrillas represented a real challenge for the Mexican government. Several organizations founded in 1973 la Liga Comunista 23 de Septiembre. Since then the President Luis Echeverría showed no mercy against the guerrillas, taking place a “dirty war”.
En los primeros años de la década de los setenta la guerrilla urbana y rural representó un verdadero desafío para el gobierno en México. Varias agrupaciones confluyeron en la Liga Comunista 23 de Septiembre en 1973 y a partir de ese momento el presidente Luis Echeverría libró una guerra sin cuartel contra los guerrilleros, que terminó siendo una verdadera “guerra sucia”.
PALABRAS CLAVE:
Guerrilla, historia contemporánea mexicana, comunismo.
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974) Héctor Pedraza Reyes1
1
Docente-investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Correo: hpedrazar@hotmail.com
Fecha de recepción: 21 de marzo de 2008 Fecha de aceptación: 12 de septiembre de 2008
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
94
Introducción Hoy, cuando ya nadie o casi nadie cree que una revolución resuelva todos nuestros problemas, cuando parece definitivamente clausurado el camino al socialismo, cuando vivimos en un mundo sin esperanzas, sin ilusiones, resulta difícil entender que haya habido otra época en la que había alternativas, en que se creía que la sociedad podía cambiar, una época llena de esperanzas y de ilusiones en un mundo mejor, donde los seres humanos conscientes fueran los arquitectos de su propio destino. Claro que siempre ha habido gente sin ilusiones. También en la época de los setenta, con todo su romanticismo, hubo grandes sectores de la población que aceptaban el sistema tal y como era y otros que soportaban su pesada carga con estoicismo, sin pensar siquiera en que las cosas pudieran ser de otra manera. Eran realistas. Pero junto a ellos estaban los románticos, los comunistas, los socialistas, los marxistas. Los que aspiraban a revolucionar la historia. Este sector es el que parece hoy condenado a la extinción. Quienes otrora se afiliaban a esas corrientes, hoy se esmeran en adaptarse al sistema, tratan de portarse bien, de ser buenos chicos y de competir dentro del sistema de partidos. Han olvidado todo su pasado revolucionario. Y los más jóvenes dan por supuesto que la idea misma de revolución es obsoleta. Es el romanticismo lo que está desapareciendo. Su lugar está siendo ocupado por otro “ethos”, por un espíritu que tiende al realismo, a veces al cinismo y a la ciega adaptación al sistema. Por eso nos cuesta trabajo entender el romanticismo de otras épocas. Cuando vemos los esfuerzos de los jóvenes revolucionarios de los setenta, de los guerrilleros urbanos en particular, tendemos a juzgarlos como jóvenes ingenuos y descarriados. ¡Qué pretensiones tan altas tenían! ¡Querer cambiar el mundo! Como si se pudiera. Lo que no se entiende hoy es que en aquella época se abría un horizonte de posibilidades, que la construcción del socialismo no parecía una idea descabellada, sino, al contrario, una idea viable y digna de ser materializada, realizada.
Héctor Pedraza Reyes
Hoy, hasta los que estuvieron convencidos de la viabilidad del socialismo se han rendido ante las evidencias. La caída del Muro de Berlín en 1989 dio la puntilla a sus mejores ilusiones. Hasta presienten que estuvieron persiguiendo una vana ilusión, que hoy se ha desvanecido por completo. Pero a principios de los setenta, las cosas se veían de otra manera. Lo ingenuo y lo candoroso era pensar que el capitalismo se sostendría. Parecía venirse abajo en cualquier momento. Se estaba tambaleando y sólo parecía necesario darle el último empujón. Entonces empezó la guerra, pero, como dice Maquiavelo en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio: “Cualquiera puede empezar una guerra a voluntad, pero no acabarla; un príncipe, antes de embarcarse en una empresa, debe medir bien sus fuerzas y conducirse de acuerdo con ello. Pero ha de ser prudente, para no engañarse respecto a sus fuerzas”.2
¿Cómo entender a la guerrilla mexicana de los setenta? 1. En primer lugar, hay que entender que a lo largo del siglo XX se produjeron las revoluciones rusa, china y cubana, que permitían pensar que era posible construir nuevas formas de sociedad. Todas esas revoluciones fueron desafíos al sistema capitalista, a los que ha seguido, en el siglo XXI, un reflujo. Pero en el siglo XX era posible pensar en salir del capitalismo. Y los guerrilleros mexicanos estaban inspirados en esas revoluciones, que todavía a principios de los setenta habían constituido el bloque de países del llamado “socialismo real”. 2. En el caso de México y de los países latinoamericanos, el influjo principal provino de la Revolución Cubana y de Ernesto Che Guevara. El ejemplo de los revolucionarios cubanos dejó ver que era posible hacer una revolución en el continente americano, en el área geográfica del principal imperio capitalista de la época: Es2 Maquiavelo, N. Discursos sobre la primera década de Tito Livio, libro II, cap. 10.
Vol. 17 • número 34 • 2008
La guerrilla mexicana de los setenta: una revolución abortada
95
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
96
tados Unidos. En 1965, Arturo Gámiz asaltó el cuartel de Madera, Chihuahua, precisamente siguiendo el ejemplo cubano. El Che había escrito que las condiciones objetivas para la revolución ya estaban dadas en toda América Latina. Sólo bastaba que un grupo de hombres y mujeres decididos crearan las condiciones subjetivas, la aspiración social de cambiar la sociedad, consolidando un “foco” guerrillero desde el que se irradiara la esperanza de que era posible combatir al Ejército y la policía, y construir nuevas formas de relaciones entre los seres humanos. 3. La guerrilla mexicana tiene varios aspectos: a) la guerrilla de Madera, Chihuahua, que abortó, pero dio un ejemplo; b) la guerrilla rural del estado de Guerrero; c) la guerrilla urbana del periodo 19691973; d) la Liga Comunista 23 de Septiembre, el principal esfuerzo de unificación de todos los grupos actuantes en el territorio nacional entre 1973 y 1982; y e) las secuelas guerrilleras, totalmente amortiguadas, del período 1982-2008. 4. La elección de la vía armada estaba plenamente justificada. La violencia estructural del capitalismo es mucho mayor y tiene múltiples formas: condena a miles de personas al desempleo; condena a millones de personas a vivir en condiciones infrahumanas en la periferia de las ciudades; condena a vivir una vida indigna de seres humanos en las fábricas; niega posibilidades de desarrollo personal a los jóvenes. A todo esto hay que sumar las cifras de homicidios, de robos y asaltos que se suscitan todos los días. La justificación de la violencia revolucionaria era en los setenta algo tan evidente que hasta el arzobispo de Chihuahua y el obispo de Ciudad Juárez, publicaron un desplegado periodístico en enero de 1972 en el que declaraban que la violencia de los jóvenes revolucionarios era una reacción a la violencia “institucional”. 5. Todas las revoluciones las han hecho los jóvenes. En Nicaragua y El Salvador hubo combatientes hasta de 15 y 16 años. En la Revolución de 1910-1920 el rango de edad de los combatientes estaba entre 16 y 22 años. Las personas mayores, generalmente casadas y con hijos, no se atreven a participar en un movimiento de esa índole. El movimiento estudiantil de 1968 formó en los jóvenes
1. Diciembre de 1971: la certeza del triunfo ¿Cuál era la situación de los jóvenes guerrilleros mexicanos hacia diciembre de 1971? Todo parecía ir sobre ruedas. Los grupos armados se multiplicaban en las principales ciudades de la República y en el medio rural, sobre todo en el estado de Guerrero. Las universidades de provincia se hallaban convulsionadas y se habían convertido en semilleros que proporcionaban un número creciente de cuadros a los grupos guerrilleros. Lo mismo sucedía en Guadalajara, Monterrey, Chihuahua, Ciudad Juárez y Culiacán, que en el Distrito Federal, en las Normales, en la UNAM y en el Politécnico.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
preparatorianos y universitarios el deseo de integrarse en un movimiento revolucionario. De allí se nutrieron los primeros grupos guerrilleros, de los contingentes de jóvenes que dieron las primeras batallas al régimen autoritario del PRI en 1968. 6. ¿Por qué abortó la revolución que pretendían llevar a cabo los guerrilleros en los setenta? Son múltiples factores: a) El gobierno cubano y la URSS negaron todo tipo de apoyo; b) la policía mexicana fue capacitada en técnicas de contrainsurgencia por el gobierno de Estados Unidos. Muy pronto pudo infiltrarse a los grupos guerrilleros, obtener información de sus planes y sembrar la discordia entre ellos; c) como en toda guerra, siempre hay el riesgo de perder o ganar: todo depende de las circunstancias, del tacto, de la capacidad para hacer alianzas, del valor o la cobardía de los combatientes, de la facilidad para obtener recursos económicos y armamento. En fin, son muchos factores. Lo que hay que entender es que se trataba de una guerra, y en las guerras los proyectos de los revolucionarios pueden ser contrarrestados por el enemigo si tiene la capacidad y los recursos suficientes. 7. ¿Puede reeditarse la experiencia de la guerrilla en México? No. Al menos en el corto plazo. Ni siquiera hay ahora quien se plantee la necesidad de una revolución. Tampoco hay la perspectiva de que pueda darse una alternativa al capitalismo. El sistema económico fundado en el mercado sigue su marcha, atropellando a los seres humanos y la naturaleza.
97
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
98
Luis Echeverría encabezaba la administración pública federal, pero carecía de legitimidad para la inmensa mayoría de los mexicanos. Se le juzgaba como uno de los principales responsables de la masacre del 2 de octubre de 1968. Apenas iniciado su gobierno, en enero de 1971, tuvo que autorizar el aumento de algunos productos de la canasta básica, que desató de inmediato un proceso inflacionario que no se había visto en varias décadas. Era a todas luces un presidente impopular y su imagen habría de perjudicarse todavía más el 10 de junio de ese año, a consecuencia de la represión contra una manifestación estudiantil efectuada en la ciudad de México. En el escenario internacional, el socialista Salvador Allende había resultado electo como presidente de la República chilena. Y por todo el mundo se extendía la condena al gobierno de Estados Unidos, debido a la guerra genocida que libraba en Vietnam. En ese contexto, desde principios de 1969, en diversas ciudades del país habían ido surgiendo pequeños grupos de jóvenes convencidos de la necesidad de armarse para enfrentar a las fuerzas represivas del Estado. La intransigencia del presidente Díaz Ordaz y de su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, había polarizado en su contra a amplios sectores del estudiantado y de las clases medias. “Nació Lacandones, un grupo armado constituido fundamentalmente por brigadistas de la ESIA, la ESIME, la ESFM, la ESE y algunos universitarios”.3 Algunos de estos grupos rápidamente entraron en contacto con los sobrevivientes del asalto al cuartel de Madera, Chihuahua, efectuado el 23 de septiembre de 1965 y que había tenido un desenlace trágico. En particular, el politécnico Leopoldo Angulo Luken se contactó con el chihuahuense Diego Lucero, quien se hallaba en la ciudad de México y había sido formado políticamente por el doctor Pablo Gómez y el profesor Arturo Gámiz en la ciudad de Chihuahua, así como con Raúl Ramos Zavala, de Monterrey, y con Miguel Domínguez Rodríguez, de Ciudad Juárez. Ellos serían los precursores de una organización nacional. 3 López Poo, Jorge. “Los protagonistas olvidados”, en: Aréchiga, 1998, p. 130.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
A todo lo largo de 1969 y 1970, también había estado entrenándose un grupo de aproximadamente sesenta jóvenes en Corea del Norte, que luego sería conocido como el Movimiento Armado Revolucionario (MAR). Entrarían en acción el 18 de diciembre de 1970, al asaltar el Banco de Comercio de Morelia. Desde 1966, había entrado en acción en Guerrero el grupo del profesor Genaro Vázquez Rojas, que a partir de 1968 se había denominado Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), y que secuestra al gerente del Banco del Sur, en Atoyac, el 20 de diciembre de 1970 y al empresario Jaime Castrejón Díez, en noviembre de 1971. Genaro había sido liberado de la cárcel en que se hallaba el 22 de abril de 1968. El profesor Lucio Cabañas, líder del Partido de los Pobres y de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, se había remontado también a la sierra guerrerense, a raíz de la matanza de Atoyac, efectuada el 17 de mayo de 1967. El grupo conocido como Los Guajiros, donde militaba Angulo Luken, había reunido alguna cantidad de dinero tras un asalto efectuado en la colonia Polanco de la ciudad de México, a fines de 1970, y en un banco de la misma ciudad el 3 de febrero de 1971; para finales de septiembre de 1971, Angulo entregaría parte de esos recursos a Lucio Cabañas personalmente en la estación del Metro San Lázaro de la ciudad de México. Otra parte le sería entregada a Diego Lucero en octubre siguiente para que se trasladara a Ciudad Juárez, donde podría comprar armas y municiones en la vecina ciudad de El Paso, Texas. Poco a poco se iba formando una organización de alcance nacional. En diversas fuentes se habla de que la organización, que carece de nombre por entonces, es simplemente llamada “N”. Quizá por decir que se trataba de una organización con un “n” número de grupos locales, o quizá tomando la inicial de “Nacional”. Conforme ese proyecto fue desarrollándose, empezó a hablarse de la “Organización Partidaria”, para simplificar “La Orga” o “La Partidaria”. En diciembre de 1970, se consolida en Monterrey el grupo de Los Procesos, encabezado por Raúl Ramos Zavala, al que se une Ignacio
99
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
100
Salas Obregón. También por esas fechas se organiza el grupo de Los Enfermos, de Sinaloa, que pretendían contagiar el virus de la revolución a todo el país, según sus propias declaraciones. En octubre de 1970, el Frente Urbano Zapatista (FUZ), integrado por algunos alumnos de la Facultad de Derecho como Paquita Calvo, asalta una sucursal del Banco Nacional de México y el 27 de septiembre de 1971, secuestra a Julio Hirschfeld Almada en la ciudad de México, obteniendo 3 millones de pesos, cantidad que se pretendía hacer llegar a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Sin embargo, el FUZ fue detenido y consignados sus integrantes el 29 de enero de 1972. El 19 de noviembre de ese mismo año (1971), el grupo de Genaro Vázquez secuestra al empresario Jaime Castrejón Díez en Guerrero. Los acontecimientos se precipitaban. Los guerrilleros no dudaban de que el pueblo estuviera de su parte. Ni siquiera la detención de un grupo considerable de guerrilleros del MAR el 15 de marzo de 1971, desanimaba al resto de los grupos. Al contrario, tras la represión de una manifestación estudiantil en la ciudad de México el 10 de junio de 1971, se había fortalecido la convicción de que no había otro camino más que la vía armada para democratizar al régimen político mexicano. El 14 de julio de 1971, agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) detienen en el D.F. a Pablo Alvarado Barrera, figura emblemática del Comando Armado del Pueblo (CAP). Luego, el 11 de septiembre el antiguo Servicio Secreto del D.F. detiene a Aurora González Meza y Roque Reyes García. Después de infames torturas, al día siguiente se produce la captura de Martina Cárdenas Montaño, Gladis Guadalupe López Hernández y Enrique Téllez Pacheco. Todos son consignados el 17 de septiembre de 1971. De esa manera, el CAP había desaparecido. En Ciudad Juárez, el Consejo Local de Lucha (CLL), que mantenía relaciones políticas con un grupo de estudiantes del Politécnico, había incendiado en mayo de 1970 el templete donde se realizaba el mitin de Luis Echeverría como candidato del PRI a la Presidencia de la República. El principal dirigente del CLL, Benjamín Pérez
4 Glockner, Fritz. Memoria roja. México, Ediciones B, 2007, p. 305.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
Aragón, se había trasladado con otros jóvenes a la ciudad de México, a principios de 1971, para integrarse al Comando Lacandones, donde militaban varios paisanos originarios de Ciudad Juárez, como Miguel y José Domínguez Rodríguez. El Comando Lacandones se había conformado entre fines de 1968 y principios de 1969. “A las pocas semanas de clausurados los Juegos Olímpicos, iniciaron su actividad, haciéndose de fondos para poder comprar armas”.4 A pesar de las victorias obtenidas y del aumento de los contingentes guerrilleros, era preciso unificar a las diversas organizaciones. Uno de los primeros esfuerzos realizados en ese sentido tuvo lugar el 1º de diciembre de 1971 en la ciudad de México, en el que estuvieron presentes Diego Lucero, Leopoldo Angulo Luken, Avelina Gallegos y David López Valenzuela. Angulo Luken contaba con la participación del Frente Urbano Zapatista, liderado por Paquita Calvo y los hermanos Francisco y Lourdes Uranga, así como de los Lacandones, muchos de ellos condiscípulos suyos en el Politécnico, como los hermanos Miguel, Gabriel y José Domínguez, que mantenían vínculos políticos con el CLLE de Ciudad Juárez. Igualmente, se consideraba garantizada la participación de Los Procesos, de Monterrey, donde militaban Raúl Ramos y los hermanos Gustavo y Sergio Hirales, así como del MAR y del FER de Guadalajara, y de algunos cuadros del Partido de los Pobres. En aquella reunión, Angulo Luken defendió la idea de clausurar la fase de las “expropiaciones” para pasar a la del hostigamiento militar del enemigo. En diciembre de 1971, se hallaban plenamente definidos los dos campos enemigos. Por un lado, las fuerzas represivas del Estado, el Ejército, la DFS y las diversas policías. Por otro lado, los jóvenes guerrilleros, muchos de ellos estudiantes de preparatoria o de licenciatura y casi todos con menos de 25 años de edad. Salvo el caso del estado de Guerrero, donde una buena parte de los combatientes eran profesores y hasta padres de familia, como Genaro y Lucio, en
101
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
102
el resto del país se trataba de jóvenes universitarios determinados a morir por un ideal. El presidente de la República era Luis Echeverría Álvarez desde el 1º de diciembre de 1970. El secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia. El secretario de la Defensa, Hermenegildo Cuenca Díaz. Sin embargo, las acciones contrainsurgentes estuvieron a cargo de figuras siniestras como Fernando Gutiérrez Barrios, Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nassar Haro, quienes contaban con el auxilio de la policía judicial federal y de la policía judicial del Distrito Federal, así como de todas las policías judiciales de todos los estados del país. Para dar una idea de la desproporción de las fuerzas, en el estado de Guerrero habrían de concentrarse hacia mediados de 1972 alrededor de 25 mil soldados, enfrentados a 250 guerrilleros: una relación de 100 a 1. Junto a ello, los militares contaban con recursos tecnológicos y logísticos, y con una virtual licencia para matar y violar todas las garantías individuales y todos los derechos humanos de las poblaciones del estado y de los propios guerrilleros.
2. Las alternativas de la guerra en 1972 Los campos enemigos ya se hallaban claramente definidos a fines de 1971. Entonces empezaron las alternativas de la guerra, con su sucesión de victorias y derrotas para ambos lados. De pronto parecía inclinarse la balanza hacia uno de los bandos, pero su contraparte no tardaba en anotarse un tanto, una victoria inesperada, un golpe espectacular. En todo conflicto armado se producen victorias y fracasos, deserciones y traiciones. En ambos bandos, algunos cuadros actúan más temerariamente que otros. Algunos se atemorizan y retroceden ante el peligro más insignificante. Otros acometen al enemigo en cargas suicidas. Cada bando observa los movimientos del contrario y trata de pegar donde más duela. A veces lo logra, a veces desata en su contra fuerzas inesperadas. Los planes de batalla no siempre se cumplen al pie de la letra y, en ocasiones, resultan consecuencias inesperadas de la acción. Mientras más acosada se
5
Oikión, Verónica. “El Estado mexicano frente a los levantamientos armados en Guerrero. El caso del Plan Telaraña”, en: Tzintzun, núm. 45, enero-junio de 2007, p. 81.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
halla una fuerza, más estallan sus contradicciones internas. Mientras más espectacular es su avance, amalgama mejor su fuerza y se lanza al combate más decididamente. La organización revolucionaria toma la iniciativa de nueva cuenta en enero de 1972. De lo que se trataba era de realizar varias acciones armadas simultáneas en Monterrey, Guadalajara, Chihuahua y la ciudad de México, que tenían el propósito de reunir fondos para la lucha. En Guadalajara se obtuvieron algunos recursos, pero no de consideración. El 14 de enero estaba previsto que se realizaran asaltos bancarios simultáneos en Monterrey y Chihuahua. Ambos intentos fracasaron con fatales consecuencias. En Chihuahua, murieron Diego Lucero y Avelina Gallegos. Muchos otros militantes fueron detenidos y sometidos a una violencia excesiva que incluso fue condenada por el arzobispo de aquella ciudad y por el obispo de Ciudad Juárez, quienes hablaron en un desplegado de la “violencia institucional” como la verdadera causa de la violencia revolucionaria. En Monterrey también fracasaron los intentos de asaltos bancarios y se desató una furiosa persecución que, a la vuelta de tres semanas, cobró la vida de Raúl Ramos Zavala, el 6 de febrero. El 29 de enero habían sido detenidos ocho de los guerrilleros del Frente Urbano Zapatista, que habían secuestrado a Julio Hirschfeld. Pero eso no fue todo. El 2 de febrero murió Genaro Vázquez Rojas, acorralado por el Ejército y la policía en la carretera federal México-Morelia a la altura de Zinapécuaro, “en un enfrentamiento que se hizo pasar como accidente automovilístico… La ACNR rápidamente perdió presencia en la tierra guerrerense”.5 El Plan diseñado por el Ejército mexicano en Guerrero, el Plan Telaraña, con el que se habían ido trasladando a Guerrero 25 mil efectivos, empezaba a rendir sus frutos. Los Lacandones, que ya habían hecho un considerable acopio de armas, sufren un descalabro en febrero de 1972, al ser detenidos
103
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
104
varios de sus integrantes, entre ellos Yolanda Casas Quiroz. Pero logran escapar sus principales dirigentes, como David Jiménez Sarmiento y Miguel Domínguez, que mantenían relaciones con el grupo de Los Guajiros, de Mexicali, y con uno de los principales dirigentes del movimiento en aquellos momentos, Leopoldo Angulo Luken. Así, no todo estaba perdido. La ausencia de Raúl Ramos Zepeda rápidamente fue cubierta en Monterrey con la inteligencia teórica y la capacidad operativa de Ignacio Salas Obregón, que llegaría a ser el principal dirigente de la Liga Comunista 23 de Septiembre en los dos años siguientes. Por su parte, Lucio contraatacó en Guerrero, secuestrando a Cuauhtémoc García Terán el 14 de marzo y dando a conocer su ideario dos semanas después. Luego, el 25 de junio, Lucio emboscaba a una partida militar en San Andrés de la Cruz, en Atoyac, dando muerte a diez soldados. El 23 de agosto siguiente, el Partido de los Pobres, a través de su Brigada Campesina de Ajusticiamiento, vuelve a incursionar en terreno enemigo con un saldo de dieciocho soldados muertos y dieciocho heridos, sin que la guerrilla hubiera sufrido baja alguna. Otra acción semejante se escenifica el 21 de septiembre en Coyuca de Benítez, Guerrero. Y en agosto se habían fugado espectacularmente de la cárcel de Chilpancingo dos lugartenientes de Lucio, Carmelo Cortés y Carlos Ceballos. Definitivamente, Lucio Cabañas y el Partido de los Pobres se habían convertido en un dolor de cabeza para las fuerzas federales. El Procup hace estallar varias bombas. El 11 de junio en los edificios del PRI y de la CTM en el Distrito Federal. El 23 de julio en Oaxaca. El 31 de agosto en las instalaciones del periódico El Sol de México, en el Distrito Federal, y a principios de septiembre en la estación del Metro Chapultepec. El 4 de septiembre hay bombazos simultáneos en la Secretaría de Hacienda, en el Distrito Federal, y en edificios públicos de Oaxaca. Se hacen estallar otras bombas los días 14, 15 y 29 de septiembre en diversos lugares de la ciudad de México y, luego, en octubre, en las tiendas Aurrerá, Telas Junco y Liverpool, también del D.F. La contraofensiva insurgente estaba en su apogeo.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
El 8 de noviembre de 1972, un grupo denominado Liga Armada Comunista libera a varios estudiantes detenidos en Monterrey, a través del secuestro de un avión que es enviado a Cuba. Los Lacandones, por su parte, seguían cumpliendo la tarea de reunir fondos para solventar los gastos de la guerra, con una efectividad que habría de volverse legendaria, gracias a las dotes organizativas de Miguel Domínguez y al arrojo de David Jiménez Sarmiento. En la ciudad de México son asaltadas la Joyería Áuriga, la armería Armas y Deportes, una camioneta del Banco del Atlántico, la estación del Metro Gómez Farías, la zapatería Tres Hermanos, la Compañía Goodrich Euzkadi, Sunbeam Mexicana, las oficinas de Diesel Nacional (DINA) y la Panificadora Bimbo. Miguel Domínguez y Carlos Salcedo habían logrado reunir una gran cantidad de jóvenes estudiantes del Politécnico, muchos de ellos originarios de Ciudad Juárez, donde Domínguez mantenía contactos con el Consejo Local de Lucha (CLL). Pero no todo sería miel sobre hojuelas para los Lacandones. A fines de octubre y principios de noviembre, es detenido un considerable grupo de ellos por Miguel Nassar Haro en el Distrito Federal. Les incautan una gran cantidad de armas, pero sólo una parte de los recursos económicos. David Jiménez Sarmiento logra escapar de las garras del que llegaría a ser el principal investigador de la policía política, Nassar Haro, quien años más tarde figuraría como jefe operativo de la siniestra Brigada Blanca y responsable de innumerables casos de tortura y desapariciones de guerrilleros. El que no logra salvarse es Miguel Domínguez, quien ve terminada de esa manera su fulgurante carrera como guerrillero urbano. Tampoco escapan de la policía política mexicana Benjamín Pérez Aragón y Carlos Salcedo, quienes sólo saldrían de la cárcel siete años después, con la Ley de Amnistía. El balance después de la campaña de 1972 hablaba de un virtual empate entre las dos fuerzas enemigas. Cada bando procedió entonces a reorganizarse a principios de 1973, dando lugar al nacimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
105
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
106
3. 1973: la fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre En septiembre de 1972, Ignacio Salas Obregón y Leopoldo Angulo Luken habían realizado un viaje a la sierra de Guerrero para entrevistarse con Lucio Cabañas. El propósito era coordinar las acciones y fundar una organización con un mando único que hiciera frente al enemigo en mejores condiciones.6 No fue posible lograrlo. Sin embargo, los esfuerzos de unificación prosperaron en Guadalajara, el 15 de marzo de 1973, cuando se acordó la fusión de las organizaciones que habían venido actuando de manera descoordinada en diversos lugares del territorio nacional. Para ese momento, sólo el Comando Lacandones seguía infligiendo graves pérdidas al enemigo, gracias sobre todo a las acciones de David Jiménez Sarmiento, quien había reaccionado asaltando el 18 de enero de 1973 a la empresa Bimbo y a la terminal de autobuses Del Valle en el Distrito Federal, todo ello tras enterarse de la detención de otro grupo de Lacandones efectuada el 15 de enero anterior, grupo en el que figuraba su hermano Carlos. En efecto, el 31 de enero de 1973 es presentado ante los medios de comunicación el tercer grupo de guerrilleros Lacandones. Recordemos que el primer grupo fue capturado en febrero de 1972,7 el segundo grupo fue presentado ante los medios de comunicación el 7 de noviembre de 1972,8 y el tercer grupo es presentado a los medios de comunicación el 31 de enero de 1973.9 Pero David Jiménez Sarmiento conserva en su poder la mayor parte del dinero obtenido en las expropiaciones realizadas semanas atrás, en particular el de la empresa Bimbo.
6
7
8
9
Lagarda, Ignacio. El color de las amapas. México, Universidad Tecnológica del sur de Sonora, 2007, p. 52. La documentación correspondiente a este grupo que generó la DFS tiene fecha del 23 de febrero de 1972. Exp. 28-15-1-72, L-1, H-41, de la Galería 1 del AGN. La documentación correspondiente al segundo grupo figura en el oficio DFS 4-XI-72 y en el Exp. 28-15-1-72, L-1, H-92 del AGN. La documentación correspondiente al tercer grupo en Exp. 28-15-1-73.
1. Ignacio Salas Obregón (MEP) 2. Leopoldo Angulo Luken (Mexicali) 3. David Jiménez Sarmiento (Lacandones) 4. Rodolfo Gómez García (23 de Septiembre) 5. Fernando Salinas Mora (FER) 6. Gustavo Hirales Morán (MEP) 7. José García Martínez (MEP) 8. Manuel Gámez García (23 de Septiembre) 9. Eleazar Gámez García (23 de Septiembre) 10. Wenceslao José García (MAR) 11. José Ignacio Olivares Torres (MEP) 12. Emilio Rubio 13. Héctor Torres González (MEP) 14. Francisco Rivera Carvajal. López Limón, Alberto. David Jiménez Sarmiento: por la senda de la revolución. México, Editorial 23 de Mayo, 2006, p. 13. 11 ¿Por qué?, núm. 245, 8 de marzo de 1973. 10
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
Esos fondos económicos facilitaron la conformación de la Liga en aquel 15 de marzo.10 La detención del tercer grupo motivó que los alumnos del IPN dirigieran una carta que apareció en la revista Por qué?,11 la cual en su portada habla del viaje de Echeverría a los países del bloque socialista de la siguiente manera: “sale del país dejando mil presos políticos: La Revolución está en la cárcel”. Del Comando Lacandones sólo se habían librado de ser aprehendidos unos cuantos, entre ellos, David Jiménez Sarmiento y José Alfonso Rojas Díaz, que eran precisamente quienes tenían los contactos con el grupo de Los Procesos y con el grupo “N”. Las circunstancias exigían que de una vez por todas se constituyera la nueva organización nacional. A la reunión fundacional acudieron, en la ciudad de Guadalajara, el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), el Movimiento Armado Revolucionario (MAR), el Movimiento Estudiantil Profesional (MEP), el Grupo 23 de Septiembre y el Comando Lacandones. La lista de los fundadores de la Liga es la siguiente:
107
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
108
A partir de ese momento se integrarán diversas brigadas y se establece un Comité Militar con Leopoldo Angulo Luken, David Jiménez Sarmiento y Francisco Pérez Rayón. La Coordinación Nacional, una especie de jefatura suprema, queda a cargo de Ignacio Salas Obregón. La Brigada Roja se hace responsable de las acciones en la capital de la República y en el Estado de México, siendo sus dirigentes tres ex Lacandones: David Jiménez Sarmiento, José Alfonso Rojas Díaz (que moriría el 5 de octubre de 1973 en Popo Park) y Arturo Rivas Jiménez (capturado el 8 de enero de 1974). La primera acción pública de la LC 23S es efectuada el 12 de abril de 1973, cuando un comando de la Brigada Roja expropia la IEM en la carretera de Tlalnepantla-Cuautitlán. Uno de los primeros acuerdos de la Liga Comunista 23 de Septiembre había sido realizar acciones para liberar a los guerrilleros presos en diversas cárceles del país. Por lo tanto, el 4 de mayo una brigada de Guadalajara, comandada por David López Valenzuela, secuestra al cónsul de Estados Unidos en aquella ciudad, Terrance Georges Leonhardy. Se logra la liberación de diecinueve jóvenes presos en el Distrito Federal, tres en Guadalajara, tres en Sonora y dos en Chihuahua, los cuales son trasladados a la isla de Cuba. Entre ellos iba José Luis Alonso Vargas, autor de Los guerrilleros mexicalenses, quien había sido detenido en Chihuahua el 15 de enero de 1972. El diplomático también fue liberado. El 22 de junio de 1973, un comando de la Brigada Roja recupera armamento asaltando una caseta de la policía auxiliar en la colonia 7 de Noviembre de la ciudad de México. Participaron al menos cuatro Lacandones: David Jiménez Sarmiento, Teresa Hernández Antonio (esposa de David), José Alfonso Rojas Díaz y Arturo Rivas Jiménez. Otro acuerdo fue enviar un contingente al estado de Guerrero para apoyar la lucha de Lucio Cabañas. Mario Ramírez recuerda que la Liga bautizó aquella brigada como Brigada Revolucionaria Emiliano Zapata, que llegó a Guerrero entre julio y agosto de 1973, y de la que formó parte Luis Miguel Corral García, de Ciudad Juárez. Durante doce días de julio de 1973, se realiza la Segunda Re-
12
López Limón, Alberto. David Jiménez Sarmiento: por la senda de la revolución. México, 2006.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
unión Nacional de la Coordinadora Nacional de la LC 23S en Guadalajara. Participan casi los mismos que intervinieron en la reunión fundacional de marzo, pero se integra Salvador Corral García, de Ciudad Juárez. La Liga decide realizar una acción de alto impacto para darse a conocer a nivel nacional. El 17 de septiembre de 1973, un comando intenta secuestrar a Eugenio Garza Sada en Monterrey, sin conseguir su propósito, ya que fallecen dos guerrilleros y el mismo Garza Sada. El presidente Echeverría participa en los funerales del poderoso industrial. Para evaluar los acontecimientos, se convoca una Reunión Nacional de la Liga en Popo Park el 5 de octubre de 1973, lugar en que los Lacandones y David Jiménez Sarmiento acostumbraban reunirse desde dos o tres años antes. Son descubiertos y sitiados por la policía y mueren dos guerrilleros, José Alfonso Rojas Díaz y “Roberto”. El 10 de octubre siguiente otro comando secuestra al empresario Aranguren y al cónsul de Gran Bretaña en Guadalajara, Anthony Duncan Williams. Sin embargo, esta vez el gobierno no cede, como había sucedido en mayo anterior con el exitoso secuestro del cónsul de Estados Unidos. Aranguren es ejecutado y el cónsul, liberado, sin recibir nada a cambio. “La intensa persecución contra la LC 23S la hizo replegarse momentáneamente. Acosada, con varios de sus dirigentes muertos o presos, cambió el centro de sus acciones hacia la ciudad de México a través de la Brigada Roja, conformada por los Lacandones y el grupo de David Jiménez Sarmiento. Esta brigada será la más conocida de todas, la más temida y odiada por las fuerzas policíacas. El 28 de noviembre la Brigada Roja, metralleta en mano, recupera nueve armas en una caseta policíaca de Lindavista”.12 El secuestro fallido de Garza Sada, el hecho de que la reunión en Popo Park hubiera sido descubierta y el fracaso del secuestro de Aranguren y Williams en Guadalajara, así como las numerosas
109
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
110
detenciones de guerrilleros efectuadas el 1, 3 y 14 de diciembre, hicieron necesario convocar a una reunión de evaluación de los acontecimientos, la cual tuvo lugar en la ciudad de México en diciembre de 1973, a lo largo de diez o doce días, durante los cuales Salas Obregón atribuye los fracasos a Manuel Gámez García. Se toma la decisión de lanzar una poderosa ofensiva en Sinaloa, la cual queda a cargo de Salvador Corral y García y es planeada para el mes siguiente.
4. 1974: el asalto al cielo La más ambiciosa de las acciones de la LC 23S comenzó en Sinaloa, en la madrugada del 16 de enero de 1974. Se trataba de promover un levantamiento popular, el primer alzamiento revolucionario de las masas en más de sesenta años. No sólo se produjeron escaramuzas con la policía, sino tomas de radiodifusoras y paros de los obreros agrícolas, lo que produjo que la ciudad de Culiacán fuera ocupada por el Ejército. A aquella insurrección se le denominó Asalto al cielo, parafraseando al Carlos Marx de La Comuna de París, y estuvo a cargo de Salvador Corral García. Lamentablemente, él e Ignacio Olivares Torres fueron detenidos el 31 de enero y aparecieron asesinados el 7 de febrero siguiente. La campaña de Sinaloa había terminado sin tener los resultados previstos. Benjamín Pérez Aragón recuerda aquellos hechos: “Se provoca que 40 mil efectivos del ejército nacional se concentren en la zona de Sinaloa y lo que pudo haber sido una insurrección, no fue más que un ensayo, resultando 300 muertes”.13 De cualquier manera, las acciones continúan. En Xalostoc, Estado de México, el 14 de febrero, David Jiménez Sarmiento y Adolfo Lozano Pérez, entre otros, asaltan un tren que prestaba servicio entre
Pérez Aragón, Benjamín. “Algunas apreciaciones históricas del Comando Armado Lacandones”, en: Ibarra Chávez, Héctor. La guerrilla de los setenta. México, Ce-Acatl, 2006, p. 53.
13
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
Puebla y la ciudad de México y ejecutan a cuatro soldados. La Brigada Roja tenía en ese momento el propósito de recuperar algunas armas para entregarlas a la Brigada Emiliano Zapata, que operaba en Guerrero. El 2 de febrero se realiza la Tercera Reunión Nacional de la Liga Comunista 23 de Septiembre en Ciudad Nezahualcóyotl. Ignacio Salas Obregón reafirma su liderazgo y forma, junto con Luis Miguel Corral García (a) Maestroca o Piojo Blanco, de Ciudad Juárez, y con José Luis Martínez Pérez, del antiguo MAR, la Coordinación Nacional. En esa reunión se hace un balance del primer año de actividades y se concluye en la necesidad de desarrollar nuevas jornadas de agitación y combate, tomando como ejemplo los hechos de Culiacán. En esos momentos, algunos Institutos Tecnológicos, como el de Ciudad Juárez, se encuentran en huelga y se han convertido en semilleros de jóvenes guerrilleros que promueven la revolución en la industria maquiladora de la frontera. Por todo el país se realiza una gran cantidad de acciones para obtener armas, tomándolas de casetas y patrullas policiacas. En los primeros días de marzo de 1974, la Brigada Roja de David Jiménez Sarmiento realiza un seminario militar en la ciudad de México. Luego, el 12 de marzo, un comando expropia la sucursal Viveros de la Loma del Banco Nacional de México. Un mes después, el 19 de abril de 1974, David Jiménez Sarmiento dirige el asalto a la compañía Koblenz, en la calle Oceanía de la ciudad de México. El principal dirigente de la Liga, Ignacio Salas Obregón, “Oseas”, se traslada al estado de Guerrero, a principios de ese mismo mes de abril, para evaluar la situación en que ha quedado la Brigada Emiliano Zapata, una vez que desde el mes de enero se habían roto las relaciones entre dicha Brigada y Lucio Cabañas. Al regresar a la ciudad de México, Salas Obregón es aprehendido por la policía preventiva de Tlalnepantla el 25 de abril. Es trasladado al Campo Militar No. 1. A pesar de existir varios documentos que consignan los interrogatorios a que fue sometido, desapareció para siempre del escenario. Seguramente fue ejecutado a los pocos días de su detención y, como tantos otros guerrilleros de la época, su
111
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
112
cuerpo fue cremado en las propias instalaciones del Campo Militar No. 1. Antes de desaparecer, Salas Obregón había tenido un altercado al empezar el año con Manuel Gámez. Desde la reunión de diciembre se habían producido serias diferencias entre ambos, en parte relacionadas con la planeación de las acciones y en parte con la convicción que Salas Obregón tenía de que Manuel Gámez podía estar actuando como espía de la Dirección Federal de Seguridad.14 Eleazar Gámez García, hermano de Manuel, deserta antes del 24 de abril de 1974. Según algunas versiones, Rodolfo Gómez fue comisionado para ejecutar a Manuel Gámez. Acerca de los rumores de infiltrados resulta por demás sospechoso que en el archivo de la DFS exista un informe, que es en realidad una transcripción de la III Reunión de la Liga en la casa de Arandas. El reporte está fechado el 28 de abril, dos semanas después del encuentro en el que Manuel Gámez, alias “Julio”, fue señalado como responsable del atraso en el trabajo político como integrante del Buró de Dirección. Algunos ex militantes sostienen que “Oseas” le dio la orden a Rodolfo Gómez García, “El Viejo”, de ejecutar a su amigo Manuel Gámez, “Julio”, nos dice Cristina Tamáriz, en Operación 23 de septiembre.15 Pero no es posible afirmarlo categóricamente. Lo que llama la atención es que casi inmediatamente después de la desaparición de Manuel y de la deserción de su hermano Eleazar, Ignacio Salas Obregón es aprehendido, el 25 de abril. Es inevitable conjeturar que el líder máximo de la LC 23S fue víctima de alguna delación. De otra forma, la policía no hubiera podido saber que estaba de paso por la ciudad de México. Y, por tanto, parece forzoso conectar las confrontaciones entre Salas Obregón y Gámez con la ulterior desaparición de ambos. López Limón, op. cit., p. 19. Tamáriz, Cristina. Operación 23 de septiembre. San Juan de Aragón, 2007, p. 81. Hay más información del caso en: Beltrán del Río, Pascal. “El caso del fundador de la Liga 23 de Septiembre”, Proceso, 17 de febrero de 2002.
14 15
Héctor Pedraza Reyes
Ante la ausencia de Salas Obregón, hacia el 11 de mayo de 1974, “David Jiménez comienza a hegemonizar la conducción de la Coordinadora Nacional de la Liga Comunista 23 de septiembre. Además de dirigir la Brigada Roja”.16 Así, se abre la segunda fase del movimiento guerrillero de los años setenta, que será materia de otro artículo, y que se caracterizará por la ofensiva gubernamental, que no tuvo miramientos ni escrúpulos de ninguna índole. Si en la primera fase era más o menos común que los detenidos fueran consignados ante las autoridades judiciales, en la segunda fase lo más común fue que los militantes fueran asesinados y desaparecidos.
Sabemos con exactitud la fecha en que se disolvió el Comando Armado Lacandones: el 15 de marzo de 1973. En esa fecha, los pocos Lacandones que no habían sido detenidos, se sumaron a las fuerzas que constituyeron la Liga Comunista 23 de Septiembre y los Lacandones dejaron de actuar como tales. Lo que resulta difícil de precisar es el momento en que se integró el Comando Armado Lacandones. Fue un proceso que se fue dando entre 1969 y 1970, y en el que confluyeron, al menos, tres vertientes. Algunos Lacandones tenían una larga historia de militancia en la izquierda de los años sesenta y habían llegado a la convicción de que el Partido Comunista era una rémora para movimiento revolucionario. Otros surgieron directamente del movimiento estudiantil-popular de 1968. Algunos más provenían de las preparatorias de Ciudad Juárez, de donde eran originarios varios estudiantes del Politécnico que acudieron a aquella región fronteriza para reclutar simpatizantes y militantes. En la ciudad de México, muy poco después de los acontecimientos de 1968, varios jóvenes decidieron integrar una organización de guerrilla urbana bajo el modelo de los Tupamaros de Uruguay. La 16
López Limón, ibídem, p. 61.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Apuntes para la historia del Comando Lacandones (1969-1973)
113
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
114
mayoría de ellos eran jugadores de futbol americano y estudiaban en el Politécnico, como Jorge Poo Hurtado y José Luis Moreno. Pronto entraron en contacto con algunos disidentes de la Liga Comunista Espartaco y con los estudiantes de Ciudad Juárez, algunos de los cuales, como Benjamín Pérez Aragón, habían recibido el influjo de Arturo Gámiz y del doctor Pablo Gómez, asesinados en el asalto al cuartel de Madera el 23 de septiembre de 1965. Según cuenta José Domínguez: “El grupo guerrillero al que habían decidido integrarse estos estudiantes y activistas sería conocido posteriormente como Los Lacandones; en realidad esta organización no tenía nombre, pues estaba en proceso de coordinación, discusión y construcción de una entidad superior con otras organizaciones y grupos; y como contaba entre sus filas con tres comandos especializados, Arturo Gámiz, Lacandones y Carlos Marighella, al momento de su detención a la policía le gustó el nombre de Lacandones y los medios hicieron el resto. Y estamos hablando del 69 y del 70”.17 Carlos Salcedo, quien se integrará a los Lacandones, provenía del espartaquismo: “Para 1966 se constituye la Liga Comunista Espartaco, y se inicia la publicación del periódico El Militante”.18 Y añade: “La creciente actividad política de los jóvenes espartaquistas en las escuelas de educación superior los lleva a constituir el Movimiento de Izquierda Revolucionario Estudiantil (MIRE), fundado entre otros por Fabio Barbosa Cano, de la Facultad de Economía, Jesús Pacheco, de la Facultad de Filosofía y Letras, Mario Rechy de la preparatoria 1, Enrique Condés Lara, de la preparatoria 4, Fernando Castillo de preparatoria 8, y Gerardo Peláez Ramos de la Escuela Nacional de Maestros”. Algunos espartaquistas, como Mario Rechy, no alcanzaron a integrarse en los Lacandones porque habían sido confinados en Lecumberri, incluso antes del movimiento de 1968. “En octubre de Domínguez, José. Testigo, mimeo, 2004; y Domínguez, José. “Cuatro hermanos en la guerrilla”, en: Nexos, núm. 319, julio de 2004, pp. 39-43. 18 Salcedo García, Carlos. La luz que no se acaba. Historia del grupo guerrillero Lacandones, mimeo. México, Símbolo Digital, 2005. 17
Castellanos, Laura. México armado. México, Era, 2007, pp. 204-205. Alonso Vargas, José Luis. Los guerrilleros mexicalenses, mimeo, 2000.
19 20
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
mil novecientos sesenta y siete, un grupo de integrantes del MIRE, indignados por la muerte de Ernesto Guevara de la Serna, ‘El Ché’, deciden colocar una bomba en la embajada de Bolivia en México, ubicada en la ciudad capital; desgraciadamente un mal manejo del artefacto casero, en un envase de spray, por parte de las fuerzas especializadas de la policía, les estalla en las manos a dos de ellos. Poco después son detenidos y encarcelados Fabio Barbosa Cano, Antonio Luna, Gerardo Peláez Ramos, Mario Rechy Montiel, Justino Juárez, y Enrique Condés Lara”, cuenta Salcedo, quien también era parte del MIRE y luego formaría parte de los Lacandones hasta su captura en noviembre de 1972. “Los Lacandones de la Ciudad de México habían surgido del movimiento estudiantil reprimido en la capital. Su embrión principal estuvo en el núcleo de estudiantes del Politécnico que jugaban futbol americano y que eran conocidos como los Cheyenes”, dice Laura Castellanos en México armado, a partir de la información que obtuvo de la entrevista que Cristina Winkler hizo a Jesús y Luis Rosas, hermano y primo de Héctor Rosas, que murió en un enfrentamiento en enero de 1974 en Popo Park, Estado de México.19 Inmediatamente después del movimiento estudiantil-popular de 1968, se dieron varios intentos de constituir un movimiento armado de corte socialista. Un grupo de estudiantes mexicalenses que radicaba en la ciudad de México y entre los que se encontraba Leopoldo Angulo Luken, se entrevistó en 1970, en Torreón, Coahuila, con Diego Lucero y otros sobrevivientes del grupo armado que había actuado en Chihuahua desde 1965, a partir del asalto al cuartel militar de Ciudad Madera. Se dieron provisionalmente el nombre de Grupo “N” y realizaron su primera acción armada en diciembre de 1970.20 Simultáneamente, los Lacandones empiezan a organizarse. Benjamín Pérez Aragón, uno de sus fundadores, dice que los Lacandones surgieron de tres vertientes: “la del Politécnico, la de la UNAM
115
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
y la de Ciudad Juárez”. Luego dice que los estudiantes de la UNAM y del Poli tenían un pasado común, si no todos, al menos la mayoría: “La Liga Comunista Espartaco. Esta Liga viene de la expulsión de las células Carlos Marx y Federico Engels del Partido Comunista que encabezaban por aquel entonces José Revueltas y Guillermo Rousset Banda”.21 En Ciudad Juárez se había formado el Consejo Local de Lucha (CLL), bajo el influjo de los estudiantes juarenses que radicaban en la capital del país y estudiaban en la UNAM, pero, sobre todo, en el Politécnico, así como de un grupo de estudiantes que había tenido contacto con el doctor Pablo Gómez y Arturo Gámiz en 1964. Una de las acciones más espectaculares del CLL tuvo lugar el día en que Luis Echeverría realizaba un mitin en aquella ciudad fronteriza como parte de su campaña presidencial de 1970. El CLL fue, a partir de entonces, un semillero de futuros guerrilleros, gracias a los enlaces que tenía con quienes formaron el Comando Lacandones, sobre todo con los hermanos Miguel y Gabriel Domínguez Rodríguez, estudiantes del Politécnico y oriundos de Juárez. Por su parte, Carlos Salcedo, otro de los fundadores de los Lacandones, recuerda: “En mil novecientos setenta y uno se constituyeron tres comandos, los integrantes de cada uno fueron autónomos para ponerles el nombre que quisieran, para identificación interna fundamentalmente; uno de ellos, conformado por Gabriel Domínguez Rodríguez, Yolanda Casas Quiroz, Víctor Manuel Velasco Damián, Valente Irena Estrada, entre otros, denominaron a su célula de acción como Lacandones”.22 Desde mediados de 1970 y a lo largo de 1971, los Lacandones realizaron varias expropiaciones en tiendas y empresas de la ciudad de México. Veamos lo que dice Carlos Salcedo: Pérez Aragón, Benjamín. “Algunas apreciaciones históricas del Comando Armado Lacandones”, en: Ibarra Chávez, Héctor (comp.). La guerrilla de los setenta y la transición a la democracia. México, Ce-Acatl, 2006, pp. 55-56. 22 Salcedo García, Carlos. La luz que no se acaba. Historia del grupo guerrillero Lacandones, mimeo. México, Símbolo Digital, 2005.
Nóesis
21
116
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
“Se corría por las mañanas en Chapultepec o en Xochimilco, se hacían caminatas al Ajusco, a los Dínamos de Contreras, al Desierto de los Leones, a la Marquesa. “Con algunos recursos y la adquisición de algo de armamento, principalmente pistolas, se planteó la profesionalización de algunos elementos, empezando por la dirección, para poder armar los comandos. En este proceso, los elementos más experimentados en la organización fueron desertando, nunca plantearon discrepancia con los planteamientos en ciernes, sino simplemente sus ligas con la familia o problemas personales, que no estaban preparados para dar el salto a la profesionalización y la clandestinidad. Para nadie fue fácil el paso, sólo se lograba a base de autoconvencerse de la necesidad revolucionaria y de que no había de otra. “Para fines de mil novecientos setenta se conformaron tres comandos, totalmente profesionalizados, uno, reunía a los compañeros con más experiencia en la preparación previa y cubría las necesidades de acción por sí solo, era el comando Lacandones, integrado por Yolanda Casas Quiroz, Valente Irena Estrada, Victor Manuel Velasco Damián, Alfonso Rojas, Jorge Poo Hurtado, y Gabriel Domínguez; rentaron una primera casa de seguridad, en donde los compañeros estudiaban los documentos de la organización, avanzaban en su entrenamiento y preparaban algunos operativos. “El comando numero dos era el Arturo Gámiz, nombre de uno de los principales combatientes del Grupo Popular Guerrillero de Chihuahua, que atacaron en septiembre el cuartel militar de ciudad Madera en el estado de Chihuahua, y murió junto con otros guerrilleros. Estaba integrado por Miguel Domínguez, Benjamín Pérez Aragón, Raúl Irena Estrada, Encarnita Morales Salamanca; más adelante se integrarán Rigoberto Lorence López y Lourdes Quiñones Treviso, después de su participación con el Frente Urbano Zapatista (FUZ). “Por último se conformó el comando Patria o Muerte, llamado así por la consigna, hecha lema oficial, por la revolución cubana; era un reconocimiento a la revolución y a los revolucionarios cubanos, era el grupo menos experimentado y se integró con Paulino Olvera Morales, Fabio Julio Dávila Ojeda, Carlos Salcedo García, Jesús Torres Castrejón y David Jiménez Sarmiento. “El comando más activo de esa época, definitivamente lo fue el comando Lacandones, le siguió el Arturo Gámiz; y el Patria o Muerte participó como cobertura a los otros dos. “Algunas de las acciones expropiatorias realizadas por la organización en esta primera etapa fueron: tienda de autoservicio De Todo, camioneta del Banco del Atlántico y taquilla de la estación Valentín Gómez Farías del Sistema Metropolitano de Transporte (Metro), Siderúrgica Mexicana DINA, S.A. de
117
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
118
C.V., a la tesorería de la Unidad Habitacional de la CTM; del producto de esos robos, según afirma el director de la DFS, capitán Luis de la Barreda Moreno (expediente 28-15-1 L-4 H 30-35) destinaron 50 mil pesos para la compra de armas y parque en el norte de la República.23 “Otras expropiaciones fueron a la joyería Minerva, Zapatería 3 Hermanos y a la Armería Armas y Deportes, ubicada en pleno centro de la ciudad de México, teniendo como consecuencia esta última expropiación, la detención del primer grupo de militantes y la detección de la organización y la identificación de Carlos Salcedo G. Toda esta actividad se desarrolló entre mediados de mil novecientos setenta y febrero de mil novecientos setenta y dos. “El número de integrantes del Grupo Armado Lacandones es difícil de precisar, ya que era una organización clandestina en donde no se manejaba registro ni carnet… Este bloque de doscientos cuarenta y cinco militantes y simpatizantes desarrolló una intensa actividad política que tenía una influencia directa en por lo menos tres mil ciudadanos”.24
A mediados de 1972, se habían empezado a concretar los planes de construir una organización de alcance nacional, que absorbiera a los distintos grupos que operaban sobre todo en el Distrito Federal, Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Morelia, Sinaloa, Chihuahua, Mexicali y Ciudad Juárez. En agosto de ese año, incluso se pactó una alianza con Lucio Cabañas en Guerrero. Las organizaciones involucradas fueron: Los procesos, de Nuevo León, una parte del Movimiento Armado Revolucionario (MAR); el Grupo 23 de Septiembre, con Manuel y Eleazar Gámez García y Rodolfo Gómez; los Enfermos, de Sinaloa, con Camilo Valenzuela; el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) de Guadalajara, con el Richard y el Clark; los Lacandones, de Ciudad Juárez y el Distrito Federal; los Guajiros, de Mexicali, con Leopoldo Angulo Luken, Francisco Alfonso Pérez Rayón y José Luis Alonso Vargas; y los Macías, de Tamaulipas, entre otros.25 La primera detención de un comando de los Lacandones fue el 28 de febrero de 1972. Otro grupo de Lacandones es capturado el Santacruz Negrete, David. “Lacandones Urbanos”. Investigación en el Archivo General de la Nación, para su trabajo de tesis, expedientes 28-15-1-73, 28-15-1, H 30-35, L-4. 24 Salcedo García, Carlos, op. cit. 23
Los hermanos Domínguez: de los Lacandones a la Liga Los hermanos Domínguez Rodríguez nacieron en la región serrana del estado de Durango, en la comunidad de San Darío, municipio Flores, Óscar. “Del movimiento universitario a la guerrilla”, en: Oikión, Verónica (ed.). Movimientos armados en México, Siglo XX, vol. II. El Colegio de Michoacán, 2006, p. 478. 26 López Limón, Alberto. David Jiménez Sarmiento. México, Editorial 23 de Mayo, 2006, p. 13. 25
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
7 de noviembre de 1972. En este momento es detenido Miguel Domínguez, que había sido el principal organizador. También fueron detenidos Benjamín Pérez Aragón y José Domínguez Rodríguez, originarios de Ciudad Juárez, donde habían fundado el Consejo Local de Lucha, filial de los Lacandones y más tarde de la Liga Comunista 23 de Septiembre. El tercero y último grupo de Lacandones es detenido el 15 de enero de 1973. Se libran de ser capturados David Jiménez Sarmiento, Teresa Hernández, Olivia Ledesma, José Luis Moreno Borbolla, Juan Escamilla, Trinidad León Zempoalteca, Jorge Torres y Alfonso Rojas. Deciden incorporarse a la Liga Comunista 23 de Septiembre, al fundarse ésta en una reunión efectuada en la ciudad de Guadalajara el 15 de marzo de 1973. Según López Limón, los recursos económicos originales fueron aportados por los Lacandones.26 Los ex Lacandones forman la Brigada Roja de la Liga Comunista, que opera en el D.F., pero tiene enlaces en Ciudad Juárez. David Jiménez Sarmiento murió en combate el 11 de agosto de 1976, al tratar de secuestrar a Margarita López Portillo. Fue el verdadero cerebro de los Lacandones —y de la Brigada Roja— después de la detención de Miguel Domínguez y Benjamín Pérez Aragón, en noviembre de 1972. Así, las acciones armadas de los Lacandones duraron poco más de dos años, de mediados de 1970 a marzo de 1973. A partir de esta última fecha, comienza la historia de la Liga Comunista 23 de Septiembre, que es otra historia.
119
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
120
de Tamazula, pero desde pequeños se trasladaron a Ciudad Juárez, a donde llegaron en 1953 y donde realizaron sus estudios primarios y secundarios. Los dos mayores, Gabriel y Miguel, se trasladaron a mediados de los años sesenta a la ciudad de México para estudiar la carrera de Geología en el Instituto Politécnico Nacional, en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura. El de en medio, Plutarco, permaneció en Ciudad Juárez. Y los menores, Alberto y José, se integraron en 1969 al Consejo Local de Lucha en Ciudad Juárez, para luego trasladarse a la ciudad de México en 1971, donde sus dos hermanos mayores ya habían integrado, junto con otros activistas, el Comando Armado Lacandones.
José Domínguez Rodríguez
Plutarco Domínguez Rodríguez
Alberto Domínguez Rodríguez
Miguel Domínguez Rodríguez
En noviembre de 1972 fue capturado un numeroso grupo de integrantes de dicho comando en la ciudad de México. Entre ellos, Miguel, Alberto y José. Gabriel se libró de ser capturado y más tarde se integró a la Liga Comunista 23 de Septiembre, fundada el 15 de marzo de 1973. Lo mismo hicieron Alberto y José al ser liberados de la cárcel de Lecumberri ese mismo año (1973), así como Plutarco, quien había per-
Gabriel Domínguez Rodríguez
Vol. 17 • número 34 • 2008
Gabriel Domínguez Rodríguez
Héctor Pedraza Reyes
manecido en Ciudad Juárez hasta el 20 de julio de 1973, fecha en que se trasladó a la Sierra Tarahumara para integrarse al comando de la Liga en que ya militaba su hermano Gabriel. En cuanto a Miguel, que había demostrado tener grandes dotes de organizador y un fuerte liderazgo entre sus compañeros del Politécnico y de los Lacandones, murió trágicamente en un intento de fuga de Lecumberri el 8 de octubre de 1975. Gabriel había fallecido, también de manera trágica, el 24 de noviembre de 1974, en un enfrentamiento con el Ejército en la Sierra Tarahumara del estado de Chihuahua. Ese mismo día desapareció Plutarco sin dejar rastro. Desde el 1º de septiembre de 1976, los dos menores, Alberto y José, se han integrado a la lucha política dentro de los cauces legales, el primero en Ciudad Juárez y el segundo en el estado de Sinaloa.
121
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
122
Bibliografía Acosta Chaparro, Mario, General. Movimiento subversivo en México, 1990. Aguilar Terrés, María de la Luz (comp.). Memoria del primer encuentro nacional de mujeres ex guerrilleras. México, s/e, 2007 [Encuentro del 13 de diciembre de 2003 en el Senado]. Alonso Vargas, José Luis. Los guerrilleros mexicalenses, mimeo, 2000. -----. “La guerrilla socialista contemporánea en México”, en: Oikión, 2006. -----. “Natalia en mi memoria”, en: Aguilar, 2007, pp. 171-174. Angulo Luken, Leopoldo. “Historia”, en: Alonso Vargas, José Luis. Los guerrilleros mexicalenses, mimeo, 2000. Aréchiga Robles, R., Jorge López Poo et al. Asalto al cielo. México, Océano, 1998. Balderas Domínguez, Jorge y Guadalupe Santiago. “La formación de la guerrilla urbana en Ciudad Juárez”, en: Oikión, 2006, pp. 567-576. Carr, Barry. La izquierda mexicana a través del siglo XX. México, Era, 1996. Castellanos, Laura. México armado, 1943-1981. México, Era, 2007. Domínguez, José. Testigo, versión electrónica, 2004, 45 pp. -----. “Cuatro hermanos en la guerrilla”, en: Nexos, núm. 319, julio de 2004, pp. 39-43. Glockner, Fritz. Memoria roja. Historia de la guerrilla en México (1943-1968). México, Ediciones B, 2007. Hirales, Gustavo. La Liga Comunista 23 de Septiembre: orígenes y naufragio. México, ECP, 1978. Ibarra Chávez, Héctor. La guerrilla de los setenta. México, CeAcatl, 2006 [Encuentro del 2 de febrero de 2006]. Lagarda Lagarda, Ignacio. El color de las amapas. Crónica de la guerrilla en la sierra de Sonora. Hermosillo, Universidad Tecnológica, 2007.
Héctor Pedraza Reyes
Vol. 17 • número 34 • 2008
López Limón, Alberto. David Jiménez Sarmiento. México, Editorial 23 de Mayo, 2006. -----. “María Margarita Marcelina Andrade Vallejo, Andrea”, en: Aguilar Terrés, María de la Luz (comp.). Memoria del primer encuentro nacional de mujeres ex guerrilleras. México, s/e, 2007 [Encuentro del 13 de diciembre de 2003 en el Senado], pp. 86-88. Maquiavelo, N. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Madrid, Alianza, 1987. Marighella, Carlos. “Minimanual del guerrillero urbano”, en: Tricontinental, núm. 16. La Habana, enero-febrero de 1970. Oikión Solano, Verónica. “El Estado mexicano frente a los levantamientos armados en Guerrero. El caso del Plan Telaraña”, en: Tzintzun, núm. 45. Morelia, UMSNH, enero-junio de 2007. -----. “El Movimiento de Acción Revolucionaria”, en: Oikión, 2006, pp. 417-460. Oikión Solano, Verónica y Marta García (eds.). Movimientos armados en México. Siglo XX, 3 vols. México, El Colegio de Michoacán-Ciesas, 2006 [Encuentro de julio de 2002]. Pérez Aragón, Benjamín. “Algunas apreciaciones históricas del Comando Armado Lacandones”, en: Ibarra Chávez, Héctor. La guerrilla de los setenta. México, Ce-Acatl, 2006. Ramírez Salas, Mario. “La relación de la LC 23S y el Partido de los Pobres en el estado de Guerrero en la década de los setenta”, en: Oikión, vol. II, 2006, pp. 527-547. Reyes Peláez, Juan Fernando. “El largo brazo del Estado. La estrategia contrainsurgente del gobierno mexicano”, en: Oikión, vol. II, 2006, pp. 405-413. Rivas Jiménez, Arturo. “Recordando a Teresa Hernández Antonio”, en: Aguilar, 2007. Salcedo García, Carlos. La luz que no se acaba. Historia del grupo guerrillero Lacandones, versión electrónica, s./f. Santiago, Guadalupe. “Carácter ideológico y fundamentos de la acción revolucionaria del grupo armado Lacandones”, mimeo.
123
Apuntes sobre el movimiento armado socialista en México (1969-1974)
Nóesis
124
Santiago, Guadalupe y Jorge Balderas. “La formación de la guerrilla urbana en Ciudad Juárez”, en: Oikión, Verónica (ed.). Movimientos armados en México, Siglo XX, vol. II. El Colegio de Michoacán, 2006, pp. 567-576. Sierra, Jorge Luis. “Fuerzas armadas y contrainsurgencia (19651982)”, en: Oikión, 2006, pp. 361-404. Tamáriz, Cristina. Operación 23 de septiembre. San Juan de Aragón, 2007, disco compacto.
Hemerografía Informe final de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP). http://www.gwu.edu/~nsarchiv/ NSAEBB/NSAEBB180. www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/ NSAEBB180/070-Grupos%20armados.pdf. “La captura de los Lacandones”. Revista Por qué?, núm. 245, 8 de marzo de 1973. Revista Alarma, 8-11 de noviembre de 1972. Ramírez Cuevas, Jesús. “Liga Comunista 23 de Septiembre. Historia del Exterminio”, en: La Jornada. México, 28 de marzo de 2004. http:// www.jornada.unam.mx/2004/03/28/mas-historia.html. Velásquez, Héctor Javier. Comandante Camilo, mimeo, s./f. -----. Consejo Local de Lucha, mimeo, s./f. -----. Tuto, mimeo, s./f.
PALABRAS CLAVE:
al, Migración internacion tiva. uc rod rep y l ua salud sex
rnia-Salu o if al C a aj B a, an u ij T e e migrantes d Salud reproductiva entr , los mitos r el nivel de conocimientos ra ost m es ulo tíc ar e est de La idea central do en Estados Unidos y ora lab n ha o n ora lab e qu en términos de y actitudes de migrantes en la Unión Americana jo ba tra su do cta pa im ha analizar cómo ual. su salud reproductiva y sex
d owledge level, attitudes an kn e th nt ese pr to is le tic the U.S.A., The main idea of this ar or have been working in k or w at th s nt ra ig m cted n myths of Mexica e United States have impa th in k or w eir th ch hi w and analyze the way in health. of sexual and reproductive to the migrants in terms n,
tio Key International migra l ua sex d an ve cti du Words: Repro health.
Secci贸n Varia
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
alifornia C a aj B a, an u ij T e d s te tre migran -Salud reproductiva en Germ谩n Vega Briones
1
1
r de El Coleg Profesor-investigado
en Tijuana. io de la Frontera Norte .mx Correo: gvega@colef
11 de febrero de 2008 Fecha de recepci贸n: 2 de junio de 2008 Fecha de aceptaci贸n:
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Introducción En este trabajo discutimos, basados en material estadístico y en un total de 40 entrevistas efectuadas durante 2005 en distintas colonias de la ciudad de Tijuana, cuáles son las percepciones, actitudes y comportamientos de los varones migrantes de esta ciudad de la frontera norte acerca del uso del condón, la práctica de la vasectomía y los chequeos de la próstata. Quisiera indicar que aunque sólo se efectuaron 40 entrevistas, el material recopilado permite tener una idea bastante aproximada sobre esta triple cuestión de salud de los varones tijuanenses. De las 40 entrevistas, intentamos recoger testimonios de diferentes sectores de la población, tales como obreros de maquila, albañiles, comerciantes, empleados de limpieza, peluqueros, choferes y empleados que contaban con mayores niveles de educación formal. Nos interesa discutir si la experiencia laboral y cultural en EU está haciendo más abiertos y cooperativos a los varones en la división del trabajo doméstico, el cuidado de los hijos, el uso de condones, los chequeos de próstata y la práctica de la vasectomía. El asunto a investigar es justamente cómo está repercutiendo este proceso al interior de las familias, y de qué manera tanto el capital social de los migrantes como los constreñimientos de género están influyendo en la decisión o decisiones de migrar.
Nóesis
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
128
En un trabajo ahora clásico: America Now: The Anthropology of a Changing Culture, el antropólogo norteamericano Marvin Harris (1985), creador de la denominada escuela del “materialismo cultural”, intentó dar respuesta a interrogantes, aparentemente poco conectadas, como la relación que guardan entre sí la inflación y el aumento del número de homosexuales, el incremento de las tasas de divorcio y la mala calidad de los bienes de consumo, la liberación de la mujer y los índices crecientes de delincuencia urbana, la pro-
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
liferación de cultos estrafalarios y la multiplicación de vendedores groseros y poco serviciales. Aunque Harris (1985) enfocó su mirada hacia el caso de EU, uno podría hacerse las mismas preguntas para el caso del México contemporáneo, y en particular de la frontera norte. Una de las cuestiones más fascinantes del trabajo de Harris (1985) es la vinculación que este autor establece entre el empleo femenino, la liberación de las mujeres y, sobre todo, la actitud que históricamente asumieron los hombres ante la participación laboral de las mujeres. Harris (1985) argumenta que fueron justamente los varones los que más se oponían al trabajo femenino, aduciendo que ello representaría el fin de la institución de la familia, este autor también señala que parte de la reacción de los varones tuvo que ver con el hecho de que la participación laboral femenina atentaba justamente contra los privilegios de los varones respecto al trabajo doméstico, el cuidado de los hijos, y el poder que los hombres ejercían sobre las mujeres a partir de ser básicamente éstos los que fungían como principales proveedores económicos. En otro trabajo también ya clásico: A Treatise on the Family, Gary S. Becker (1981) planteó cuestionamientos y afirmaciones que suelen incomodar a mucha gente, particularmente por la manera como éstas fueron expuestas por este autor. Así, por ejemplo, Becker (1981) en el desarrollo de su concepción sobre los “mercados matrimoniales”, sostiene que los matrimonios poco tienen que ver con asuntos de romanticismo y que se trata más bien de intercambios (de bienes o de “capital humano” en la terminología de Becker) en los que los novios tratan de maximizar sus ganancias. La explicación de Becker (1981) incluye cuestiones como el número de hijos y el empleo femenino. De hecho, para Becker las parejas determinan el número de hijos que desean tener basadas en cálculos de costo/beneficio, y postula que la cantidad de hijos está supeditada al tipo de empleo, remuneración y tiempo disponible para atender a los vástagos. Es, inclusive, esta cuestión de la disponibilidad de tiempo que Becker (1981) da como razón central respecto al número de hijos que las parejas deciden tener y no en la disponibilidad de medidas de planificación familiar, como algunos académicos suelen asumir. De aquí deriva
129
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
130
su idea de que el tipo de empleos al que se integran las mujeres tiene mucho que ver con el tiempo disponible para atender a los hijos y con cálculos de costos de educación y tiempo libre. Becker (1981) establece que son justamente los altos costos de educación de los hijos, incluidos manutención y escolaridad formal, los que definen y/o limitan la participación laboral de las mujeres. Aunque pudiéramos estar en desacuerdo con este autor, sin embargo, sus ideas no dejan de ser interesantes al intentar explicar la participación laboral femenina (tanto en México como en Estados Unidos) y las actitudes, percepciones e incluso el rechazo de algunos varones al empleo femenino. Por otra parte, recientemente autores como Nock (1998) han afirmado que el matrimonio tiene diferentes sentidos y efectos para hombres y mujeres, esto se deriva de una definición cultural de lo que el matrimonio significa tanto para los varones como para las mujeres. Este autor indica que los beneficios del matrimonio son bien conocidos: las personas casadas son generalmente más sanas, son más longevas, tienen mejor actitud mental y mejor vida sexual, y son más felices que aquellos que no están casados. Además, las personas casadas tienen las tasas más bajas de suicidios, de accidentes fatales, de enfermedades crónicas, de alcoholismo y depresión con respecto a aquellas personas no casadas. Por otro lado, en el caso concreto de algunas ciudades fronterizas, recientemente autores como Newby (1999) han señalado que se ha prestado poca atención a la compleja red de interacciones sociales que tiene lugar en el área fronteriza entre México y Estados Unidos. Esta autora propone que la frontera juega un rol mucho más complejo que solamente constituir una línea fronteriza. Para algunas personas que esta autora entrevistó, la frontera representa algo psicológico que dividía lo nuevo de lo viejo, lo conocido de lo desconocido. La frontera también representó y proveyó a esas personas entrevistas de oportunidades que éstas no hubieran podido encontrar en el interior de México. Luego, el panorama contemporáneo sobre la migración mexicana nos muestra una complejidad y heterogeneidad nunca antes prevista, en la que se están incorporando comunidades que carecían de tradición migratoria. Poblaciones
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
de estados como Veracruz, Chiapas, Puebla, Hidalgo, Quintana Roo, etcétera, se están agregando al complejo proceso migratorio en la medida en que no han visto mejorar sus condiciones de vida. También los lugares de destino en EU, se han estado ampliando hacia estados como Georgia, Louisiana, Oklahoma, Nevada, Arkansas, New York, etcétera (Hernández-León, Zúñiga y Canales, 2000). Habría que preguntarse, sin embargo, qué es lo que va a suceder con los migrantes cuando cambien las condiciones de los mercados de trabajo en México, pero sobre todo en EU (Canales, 2000), o qué va a pasar en regiones como Los Altos de Jalisco, donde la población de esta región del Centro/Occidente de México aún concibe la migración como “la profesión de hacer dólares”. Autores como Espinosa (1998) indican que el endurecimiento de la vigilancia en la frontera, lejos de desalentar la migración ha obligado a los migrantes a prolongar por más tiempo sus viajes y retardar el retorno, asimismo ha propiciado un proceso migratorio interno en EU hacia otros estados menos saturados de mano de obra migrante. En términos generales, la gran mayoría de los trabajos recientes sobre migración internacional de población mexicana hacia Estados Unidos muestran que en años recientes los migrantes, en forma creciente, se han estado trasladando hacia diferentes destinos urbanos en EU y ellos mismos son, en porcentajes considerables, de origen urbano. Lozano (2002) ha mostrado, sin embargo, que este patrón migratorio internacional ya no es predominante, y que la evidencia demográfica muestra que nuevamente se está haciendo relevante el patrón migratorio: ruralrural. A pesar de este señalamiento, hoy en día, los migrantes tienden a permanecer de manera más estable y permanente en ese país, particularmente a partir de la implementación de la Ley Simpson-Rodino de 1986, que permitió a muchos migrantes legalizar su estancia en EU y facilitó que esposas e hijos se hayan podido reunificar con ellos (Roberts, Bean y Lozano, 1999). Por otro lado, vale la pena llamar la atención acerca del efecto que ha tenido, sobre el proceso migratorio, el incremento en la vigilancia fronteriza por parte de Estados Unidos, a partir de 1994. Tanto Alonso (2001) como Cornelius (2001) han mostrado que, para controlar las entradas ilegales
131
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
132
por la frontera, Estados Unidos inició una serie de operativos entre los que destaca “Operation Gatekeeper”, operativo implementado a partir de 1994 en la frontera entre California y Baja California, y que entre otras cosas ha venido a incrementar las muertes entre la población que fallece en su intento por lograr el “sueño americano” (se trata fundamentalmente de población indocumentada que muere al intentar cruzar el desierto de California y Arizona, tanto por hipotermia como por deshidratación). Lamentablemente ninguno de los autores diferencia las estadísticas que presentan por sexo, por tanto no es posible distinguir cuántas de estas muertes corresponden a mujeres y/o jóvenes que han fallecido en su intento por realizar el “sueño americano”. Sin embargo, los peligros de la frontera no han hecho disminuir el cruce por estas áreas de mujeres y menores de edad, como lo atestiguan diferentes organismos gubernamentales y no gubernamentales, incluido el DIF. Esta institución, incluso, ha expresado que en las diferentes ciudades donde ellos auxilian a los migrantes se ha hecho imposible contar con camas y alimentos para todos los menores que diariamente intentan cruzar hacia Estados Unidos, lo mismo fue expresado por YMCA, el Ejército de Salvación, la Casa del Migrante y la Casa de la Madre Assunta, todas ellas ONG dedicadas a auxiliar a la población que intenta cruzar hacia EU o que ha sido rechazada en este intento. Este asunto de la migración nos lleva a reflexionar sobre el denominado fenómeno de la globalización y, en concreto, cómo este proceso está cobrando expresión en la experiencia migratoria internacional. Al respecto, Giddens (2000) señala que el fenómeno de “la globalización no es sólo, ni principalmente, interdependencia económica, sino la transformación del tiempo y del espacio en nuestras vidas. Acontecimientos lejanos, económicos o no, nos afectan más directamente e inmediatamente que nunca. A la inversa, las decisiones que tomamos como individuos tienen, con frecuencia, implicaciones globales. Los hábitos dietéticos de los individuos —indica Giddens— tienen consecuencias para los productores de alimentos, que pueden vivir al otro lado del mundo”. Este autor subraya que el fenómeno de la globalización es una compleja serie de procesos,
Salud reproductiva En un texto publicado recientemente sobre Varones, sexualidad y reproducción (Lerner et al., 1998) se subraya, en la introducción, que los distintos programas de planificación familiar han relegado al varón, al otorgarle a las mujeres el poder de decisión en torno a la
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
impulsados por una amalgama de factores políticos y económicos. “La globalización también presiona lateralmente, creando nuevas regiones económicas y culturales que a veces traspasan las fronteras nacionales… La soberanía ya no es una cuestión absoluta, si es que alguna vez lo fue: las fronteras se están volviendo mas borrosas…”. “Se habla con frecuencia de la globalización como si fuera una fuerza de la naturaleza, pero no lo es. Estados, empresas y otros grupos han promovido activamente su avance. Gran parte de la investigación que ayudo a crear la comunicación por satélite fue sufragada por gobiernos, al igual que, mas recientemente, lo fueron las primeras fases de lo que ha resultado ser Internet”. La globalización, en suma, está transformando la vida diaria, especialmente en los países desarrollados; a la vez que crea nuevos sistemas y fuerzas trasnacionales, está también transformando las instituciones de las sociedades en que vivimos. Partimos del supuesto de que tanto la solidaridad como el conflicto predominan al interior de los hogares o familias, y que el estudio de estas dos dimensiones permite un mejor entendimiento de los cambios que ocurren entre los grupos domésticos y los individuos que conforman éstos, estén o no unidos por lazos de parentesco. Partimos también del supuesto de que como resultado de la construcción social de la identidad de género, hombres y mujeres pertenecientes a la misma unidad doméstica o familia tienen diferentes percepciones y actitudes ante cuestiones como el empleo, la migración, la división del trabajo doméstico, etcétera. Suponemos, además, que no todas las opiniones de los distintos miembros de la familia tienen igual peso, y que el poder dentro de éstas se encuentra desigualmente distribuido dependiendo de la edad y las jerarquías de género en general.
133
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
134
procreación y anticoncepción, aunque se reconoce que en este proceso han influido tanto la percepción médica de dichos programas, así como algunos componentes de tipo cultural en los que han estado presentes representaciones simbólicas de la visión del mundo de los varones, tradicionales detentadores del poder. Se subraya, también, en este texto, la importancia de incorporar el concepto de género, como categoría relacional, las condiciones de desigualdad social y genérica, y las relaciones de poder entre hombres y mujeres para poder entender algunas prácticas sexuales y los programas de planificación familiar. Se reconoce, también, que el aumento de la esperanza de vida, la disminución de la fecundidad y las modalidades de conformación familiar y migratoria imponen, a su vez, nuevas y diferentes posibilidades en los comportamientos de los hombres y las mujeres a lo largo de su vida reproductiva (Lerner et al., 1998). Dos de los artículos de dicho texto son de enorme importancia para este trabajo, dado que uno de ellos trata el asunto de los condones y, otro, la práctica de la vasectomía. En el artículo de Arias y Rodríguez (1998) sobre el uso del condón, se arriba a las siguientes conclusiones: en el nivel de los grupos entrevistados no se encontraron modificaciones en los valores tradicionales respecto a la sexualidad masculina y su doble moral. La protección del usuario del condón respecto al embarazo no deseado y a las enfermedades de transmisión sexual (incluido el sida) puede considerarse como relativa, ya que el condón no se usa en forma sistemática, básicamente porque el valor de lo que es lo masculino está fuertemente vinculado a la valoración de asumir riesgos y no desperdiciar oportunidades en materia sexual. Arias y Rodríguez (1998) señalan que la significación que se atribuye al condón presenta un claro dualismo. En el contexto del sexo ocasional es visto como protección contra enfermedades, mientras que respecto a la pareja estable se le concibe como un método de planificación familiar. Estas autoras señalan, también, que es significativo que en ninguno de los grupos focales que ellas estudiaron se mencionara el amor como un elemento relevante respecto a sus relaciones sexuales. Para estas autoras mencionar el amor constituiría una forma de apertura que los varones no podrían permitirse,
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
ya que exponerlo ante un grupo de hombres implicaría debilidad al mostrarse como incompletos y necesitados. En el trabajo de Castro Morales (1998), acerca de la vasectomía sin bisturí, se reportan como conclusiones que las actitudes de los varones estudiados muestran que muchos de los estereotipos que se reiteran acerca de los hombres no tienen fundamento. Esta autora encontró que la no participación de la vasectomía puede obedecer a diversas razones, entre las que resaltan en orden de importancia: posturas o pensamientos machistas, concepciones acerca de la hombría, la virilidad o potencia sexual, o bien un desconocimiento de la existencia de las ventajas de este método. Castro Morales (1998) indica que la participación de los hombres vasectomizados en la regulación de la fecundidad parece ser, más bien, resultado de un acuerdo o negociación en la pareja, y no sólo producto de una conducta asumida por el hombre y secundada sólo por la mujer. Esta autora señala que la participación de los varones en la vasectomía obedece, también, a inquietudes relacionadas con la salud física y emocional de la pareja y de la familia, y que ésta se relaciona, en una buena parte, con la insatisfacción en el uso de métodos anticonceptivos por parte de algunas mujeres. Castro Morales (1998) llama la atención sobre el hecho de que la situación económica es un elemento importante que entra en juego en la toma de decisiones del varón, que lo lleva a optar por una intervención definitiva para regular su fecundidad. Otra estudiosa del tema, Graciela Infesta Domínguez (1998), afirma que la diferencia entre lo masculino y lo femenino está siempre contextualmente definida, construida históricamente, y toma lugar en diferentes esferas macro y micro, tales como el Estado, el mercado de trabajo, la escuela, los medios de comunicación, el ámbito jurídico, la familia y los hogares, y las relaciones interpersonales. En este sentido, Graciela Infesta Domínguez (1998) subraya que los resultados de algunas investigaciones muestran, en relación al uso de métodos anticonceptivos, que un mismo hombre puede tener simultáneamente comportamientos diferentes dependiendo del tipo de vínculo que tenga con sus parejas sexuales y de las pautas culturales dominantes en la sociedad. Esta autora concluye afirmando
135
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
136
que la paternidad debe analizarse en el contexto de un momento determinado de la vida de la persona, de la familia y, por lo tanto, de la relación de pareja; es decir, las personas no tienen actitudes o conductas atemporales. Gutmann (1996) encontró en su estudio etnográfico de la ciudad de México que el adulterio sigue siendo percibido como resultado de que los hombres tienen “necesidades especiales”, aunque este autor encontró, también, que el adulterio está cobrando importancia entre las mujeres. Es interesante llamar la atención sobre este asunto porque uno de los reclamos típicos de algunos varones tijuanenses es que, “ahora que las mujeres trabajan, tanto en las maquiladoras como en Estados Unidos, no sólo son más gritonas, sino que también se van con sus amigas a tomar algunos tragos, a bailar y probablemente hasta tener algún encuentro de tipo sexual con otros hombres. Antes, cuando las mujeres no trabajaban no se veía nada de eso”. Es importante llamar la atención sobre este fenómeno, debido a los riesgos de transmisión de enfermedades sexuales que dichas prácticas pudieran implicar. A pesar de la existencia de una doble moral, el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual no es ya algo exclusivo de los hombres, sino también de las mujeres. Me parece que lo que está en el centro del debate son las posibilidades de cambio que se están dando entre hombres y mujeres respecto a sus prácticas sexuales (el derecho al uso de sus cuerpos) y de salud en general. Por otro lado, el asunto no sólo se reduce a denunciar las asimetrías de poder entre los géneros, temas como la manera en que se decide y quién decide la cuestión de la salud reproductiva y la salud sexual es de suma importancia porque rebasa las fronteras de las decisiones individuales y porque decisiones de políticas públicas de salud que son tomadas no necesariamente parten de una consulta a la población en general, es decir, no son necesariamente democráticas. En este sentido, el entreveramiento de condicionantes culturales y económicas (de pertenencia a determinada clase, por ejemplo) limita o posibilita la apertura o no de los varones hacia determinadas prácticas de salud sexual. Sin embargo, aún se tiene una idea bastante estereotipada del rechazo de los varones hacia el
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
uso, por ejemplo, de condones por el supuesto de que éste reduce el placer, o que los hombres no desean practicarse la vasectomía porque pudieran perder su virilidad. Además, se suele pensar que los varones no acuden al médico a chequear su próstata por razones de machismo, porque es tabú entre la población masculina que otros hombres exploren sus anos. Creo que las cosas están cambiando y que necesitamos saber más de cómo opera este “tabú” y describir y descubrir qué están haciendo los hombres en sus vidas cotidianas para atender este tipo de asuntos sexuales. Por otro lado, las críticas feministas más fuertes sobre las políticas de salud reproductiva tienen que ver con el cuestionamiento sobre los derechos de las personas a ser propietarias de sus cuerpos, señalan que muchas de estas políticas de salud son elaboradas por varones o grupos sociales que no necesariamente conocen las necesidades, deseos y problemáticas de hombres y mujeres de sectores populares. Además, existe el cuestionamiento de que mucha de la información que se recaba tiene la impronta de los varones que, como se mencionó, no necesariamente responde a las expectativas de las mujeres. En uno de los trabajos más críticos al respecto, Hill Collins (1991) indica que los grupos que están en el poder, en este caso los hacedores de las políticas de salud reproductiva, suelen silenciar las voces de aquellos que no tienen acceso a los mecanismos de poder: minorías, mujeres, obreros, adolescentes, etcétera. Bell Hooks (1990) va más allá y comenta que en muchas ocasiones la falta de diálogo entre hombres y mujeres no se da porque ésta pudiera resultar subversiva para los grupos que están en el poder, y que la implementación de un diálogo “humanizado” constituye un mecanismo que desafía y ofrece resistencia a las formas de dominación que suelen tener los hacedores de las políticas de salud. Habría que decir, sin embargo, que este diálogo se está iniciando no sólo con los hacedores de políticas de salud, sino, y principalmente, entre hombres y mujeres en la vida cotidiana. Obviamente no sólo hay diálogo, también son comunes las fricciones, dominación y resistencias entre hombres y mujeres. En un estudio sobre mujeres hispanas que cruzan a Estados Unidos para recibir cuidado materno, Wallace y Fullerton (1996; citado
137
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
138
en Vega, 1997) encontraron que de 587 mujeres que acudieron a los hospitales del condado de San Diego, éstas eran muy jóvenes, la mayoría no hablaba inglés y vivían en condiciones de pobreza. Catorce por ciento de éstas afirmaron que cruzaron hacia Estados Unidos para recibir servicios de salud reproductiva, pero no necesariamente para tener sus hijos en esos hospitales, lo cual sí parece ser la norma en el caso del Hospital Thomason de la ciudad de El Paso, Texas (Newby y Vega, 1999). Estas autoras señalan que las mujeres que entrevistaron, a pesar de vivir por abajo de la línea de pobreza, tenían niveles altos de educación formal y estaban casadas en su gran mayoría. Las mujeres que Wallace y Fullerton (1996; citado en Vega, 1997) entrevistaron reportaron que, previo al embarazo, no contaban con ningún tipo de servicio médico de cuidado materno. Expresaron, además, que las posibilidades de adquirir la ciudadanía norteamericana para sus hijos, junto con el acceso a mejores servicios de salud, constituyó un fuerte incentivo para cruzar la frontera y dar a luz en ese país.
La cuestión de la masculinidad Para entender la fuente del origen de la desigualdad entre hombres y mujeres, es necesario detenerse a revisar lo que los estudios sobre masculinidad han aportado, justamente para entender estas diferencias entre los géneros. Así, por ejemplo, autores como Godelier (1986), Brandes (1991) y Gilmore (1994) sostienen que en diferentes contextos culturales o entre diferentes sociedades, prácticas como la heterosexualidad, el matrimonio y la procreación son elementos que se entrelazan en la construcción de las representaciones de la masculinidad (como también la feminidad). Sin embargo, localmente estas prácticas no son suficientes para alcanzar el reconocimiento social de un hombre. Para legitimarse como hombres en las distintas sociedades, los varones deben cumplir con una serie de expectativas respecto de una representación local simbólicamente dominante de masculinidad; incluso, sostienen estos autores, deben desplegar diversas estrategias y demostraciones de su género y de su hombría en
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
ciertas circunstancias de interacción (ver los excelentes resúmenes de esta discusión en autores como Huerta Rojas, 1999; López Moya, 1999; Andrea Cornwall y Nancy Lindisfarne, 1994; Mirande, 1997; Gutmann, 1998). Por ejemplo, para adecuarse al modelo dominante local de la masculinidad, se espera que los varones adultos actúen como hombres, mostrándose públicamente con la capacidad de mantener a su familia, y en muchos de los casos para saber mandar y lograr la obediencia de la esposa. En este caso un migrante que no cumpla con el rol esperado de ser buen proveedor económico, se enfrenta, potencialmente, a ser censurado y estigmatizado no sólo por su familia, sino por toda la comunidad de donde es originario. Se enfrenta, también, a potenciales castigos que van desde el ostracismo hasta el estigma de ser considerado “hombre incompleto” (esta expresión me fue referida por una mujer migrante que entrevisté en Ciudad Juárez, durante el año 1999), pasando por agresiones verbales, apodos (huevón, mantenido, etcétera) y rechazos de diversa índole, incluido el sexual. Pero la masculinidad también se puede entender y expresar a través de los deportes, el ejército, el fisicoculturismo, etcétera, y más recientemente en su participación en los mercados laborales de Estados Unidos (Klein, 1993; Pronger, 1990; Cornwall y Lindisfarne, 1994; Núñez Noriega, 1994), etcétera. Huerta Rojas (1999), por ejemplo, sostiene que las canchas y otros espacios compartidos (los espacios de trabajo en Estados Unidos) son lo que las plazas y los jardines centrales fueron —y con frecuencia siguen siendo— en las pequeñas localidades: lugares de recreo, socialización, distribución de información acerca de empleos, etcétera. Y en estos espacios se marcan algunas de las sutiles diferencias entre juego y trabajo en términos de aprendizaje de reglas y jerarquías. “Es posible agruparlo todo (el deporte) en el concepto de actividad lúdica, pero considerar que este es sólo una sucesión de ademanes, movimientos y emociones con las que nada se busca, que están al margen de los mandatos culturales, de su cumplimiento y reproducción, puede resultar de reflexiones poco rigurosas”. En este sentido, el juego al igual que el trabajo en Estados Unidos, o el trabajo en general, contiene una
139
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
140
serie de elementos de carácter ritual, competitivo, simbólico, mimético, reglamentado, de temporalidad y especialidad específica, y que considerados, tanto como juego y empleo, contienen otros elementos que convierten a “los deportes” y “el trabajo” en un espacio en el que se reproducen las estructuras, los sistemas y las instituciones sociales, es decir, la desigualdad social, cultural, política, económica y de género (Huerta Rojas, 1999, el agregado sobre el trabajo en EU es de mi exclusiva responsabilidad). Estas aseveraciones podrían ser fácilmente aplicadas para entender la participación y los roles de género, tanto de hombres como de mujeres, en el momento en que participan como trabajadores en Estados Unidos. De particular relevancia es la cada vez más intensa participación de mujeres y jóvenes, estos últimos suelen ver su inserción en el fenómeno migratorio como un ritual de pasaje, y para nada extraña que en sus lugares de origen, incluso, los niños hablen o se refieran a los lugares donde sus hermanos(as) y padres trabajan como sitios en los que pareciera que alguna vez han estado, aun sin haber visitado éstos jamás (Newby y Vega, 1999). El juego, tanto como el trabajo, en este sentido, puede ser considerado como una situación en que se producen y reproducen los valores y las prácticas de la opresión de género y la enajenación varonil. El juego, al igual que el trabajo, es también situación y contexto de formación de hombres: de sus cuerpos y sus mentes, de concepciones de hombría, de actitudes viriles, de ejercicio del imaginario patriarcal, de construcción y fortalecimiento o pérdida de poderes y prestigio (para un mayor desarrollo de la conceptualización sobre cuerpo y masculinidad, ver las publicaciones de Bordo, 1999; Núñez Noriega, 1994). Un excelente ejemplo de estas asimetrías de género nos la ofrece Hirsh (1999) cuando refiere el caso de que las mujeres al estar en Estados Unidos no sólo se enfrentan a una legislación distinta, sino que se apropian de ella y hacen uso de la línea de auxilio 911 ante abusos físicos o psicológicos de sus compañeros. Incluso, esta autora se atreve a aseverar que algunos comportamientos de los hombres cambian debido al hecho de que varios de estos migrantes están en calidad de indocumentados, y en este sentido, lo que menos desean es atraer la
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
atención de la policía en casos de abusos físicos o de escándalos debidos al abuso de bebidas alcohólicas. Pero, también, Hirsh (1999) se lamenta que los logros que en el terreno de una nueva legislación adquieren las mujeres, se vean perdidos o con pocas posibilidades de ejercer cuando éstas retornan a sus lugares de origen, dado el predominante ambiente patriarcal y machista que suele caracterizar a los lugares de origen de las mujeres migrantes. En este sentido, el creciente interés por los estudios de masculinidad se debe, en parte, a la abundante producción de estudios que critican la existencia de relaciones de desigualdad y de dominación genérica entre distintos grupos sociales (Gilmore, 1994; Connell, 1997), argumentando que no todos los hombres gozan de situaciones de privilegio económico; por ejemplo, que hipotéticamente les posibilitaría explotar o sacar provecho tanto de hombres como de mujeres. Por otra parte, varones simpatizantes del movimiento feminista de diversos países, cuestionan poseer privilegios y posiciones de poder sobre las mujeres (Kimmel, 1992), han formado grupos que reivindican la equidad entre los géneros (Valdés, 1988; citado en López Moya, 1999). Autores como Mohanty (1991), Hooks (1990) y Hill Collins (1991) critican el “colonialismo discursivo” que ha producido el feminismo occidental, al producir una imagen de las mujeres del “tercer mundo” como un grupo homogéneo, subordinado y sin historia. Así, al partir de paradigmas epistemológicos que privilegian la subordinación de las personas y adoptar argumentos en los que subyace una noción esencialista de las identidades genéricas (de masculinidad y de feminidad), en este tipo de estudios la masculinidad aparece como algo dado por sentado (Gilmore, 1994), como si ésta se produjera al margen de la producción de la feminidad o de las formas de ser mujer aceptadas para cada sociedad. Al respecto, López Moya (1999) indica que algunos estudios no sólo dejaron de lado el carácter relacional y multidimensional del género, sino también las formas de poder y de dominio simbólico que todos los miembros de una sociedad construyen al relacionarse cotidianamente (ver también: Connell, 1997). En síntesis, la masculinidad no es una categoría inmutable para reflexionar acerca de los hombres,
141
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
142
esta categoría se ha venido construyendo socialmente e incluye, también, a las mujeres, y tiene como característica central que se transforma de una época a otra. Por otro lado, la masculinidad, también, ha sido abordada como una representación colectiva. Según De Keijzer (1997), la identidad masculina contempla “un conjunto de atributos, valores y conductas que se suponen esenciales al varón en una cultura determinada”. Desde este enfoque, las concepciones culturales, los aspectos simbólicos y el mundo imaginario que se establecen alrededor de la masculinidad, varían tanto de una sociedad a otra como de una época a otra. Así, referirse a distintas masculinidades (Brandes, 1991; De Keijzer, 1997) o a diversas identidades masculinas (Gutmann, 1998; Connell, 1997), incluso dentro de una misma sociedad, y a grupos de edad y momentos históricos específicos, ofrece una perspectiva más amplia para entender las intrincadas relaciones entre los géneros (citado en López Moya, 1999). En sus estudios sobre la masculinidad, Badinter (1992) y Bourdieu (1990) enfatizaron los contrastes y la complementariedad entre masculinidad y feminidad, en el sentido de que uno de los aspectos clave durante la adquisición de la identidad masculina es la búsqueda por la diferenciación, la lucha por no ser lo que dentro de un grupo se asigna a lo femenino. Así, actuar como un hombre, para algunos varones, es una práctica que puede estar marcada por un fuerte temor a todo lo que pueda feminizarlos, ya que de esta manera “se desvalorizan a sí mismos” y pierden o pudieran perder poder como hombres. Para López Moya (1999), la masculinidad también ha sido abordada como una práctica “que se inscribe dentro del juego y la competencia social presente en las interacciones cotidianas”. Así —comenta este autor—, “en su estudio sobre las concepciones de la masculinidad en distintas culturas del mundo, Gilmore (1994) encontró que ésta aparece como algo precario e incierto, por lo que ha de ganarse con apremio y esfuerzo y, una vez alcanzada, deberá de mantenerse” (citado en López Moya, 1999). Esta perspectiva sugiere que entre los varones existe una búsqueda constante o una ansiedad por la validación de su hombría. “En su interactuar cotidiano, los hombres se representan como ‘buenos
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
hombres’ desde un punto de vista moral, como ‘buenos hombres’ en función de la exigencia social acorde con las circunstancias en que interactúan, pues sus conductas y comportamientos quedan expuestos a la supervisión colectiva” (citado en López Moya, 1999). El ejemplo de ser buenos proveedores económicos constituye un excelente ejemplo no sólo para referirnos al caso de la migración internacional, sino para entender las sanciones, desprestigio e incluso castigos que un hombre puede sufrir al no cumplir con esta expectativa de ser buenos proveedores económicos, un rol fuertemente asociado no sólo con un tipo de sociedad patriarcal, sino con las propias necesidades y preservación de los núcleos familiares y de los lugares de origen de los migrantes. En síntesis, autores como López Moya (1999), Huerta (1999), Archetti (2003), Fernández (2004), Gutmann (1998) y Gilmore (1994), entre otros, sostienen que la masculinidad se construye socialmente en el ámbito de las relaciones sociales y adquiere legitimidad a través de la opinión y prácticas públicas de hombres y mujeres. Funciona como un mecanismo por el cual los varones se adaptan a su entorno social, o una actuación puesta en el escenario cotidiano en el que adquieren reconocimiento social como hombres (López Moya, 1999). Al constituirse como sujetos de una representación local de la identidad masculina, se espera que los varones incorporen un conjunto de reglas corporales, habilidades, valores y discursos para que actúen como hombres. Además, una aproximación al estudio de la masculinidad debe contemplar desde una comprensión del cuerpo y el poder hasta el sistema complejo de relaciones y de prácticas por medio del cual los individuos construyen su identidad genérica (Bordo, 1999). En estos tiempos de globalización acelerada y apertura de las economías nacionales, una de las preocupaciones actuales, tanto de las distintas autoridades del Sector Salud como de los individuos en particular, es la que se refiere a la salud sexual. Tanto los medios de comunicación como la cultura popular en general cotidianamente exhiben su preocupación por las cuestiones de salud. Así, durante octubre de 1998 diversos medios informativos empezaron a divul-
143
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
gar la aparición de un “nuevo condón unisex”, mismo que hipotéticamente va a terminar con los pretextos o resistencias sobre el uso del condón como una buena opción para prevenir la transmisión de enfermedades sexuales y/o los embarazos no deseados. Recientemente los medios de comunicación difundieron la noticia de que, según nueva evidencia médica, los hombres también necesitan efectuarse chequeos de mama (zona pectoral) para prevenir riesgos de este tipo de cáncer. En el caso de Estados Unidos, recientemente se han levantado múltiples quejas por parte de las mujeres porque mientras la mayoría de los seguros médicos en ese país pagan para que los varones puedan hacer uso del viagra, casi ninguna de estas compañías del sistema de seguridad médica sufraga los gastos que requieren las mujeres para adquirir medicamentos anticonceptivos o para efectuarse ciertos tipos de intervenciones como el aborto. Por otro lado, prácticamente todas las campañas de control de la natalidad generalmente han estado dirigidas a la población femenina, pocas de éstas han sido diseñadas para los varones y es raro también encontrar información específica que concierna a los hombres. A partir del creciente número de casos de enfermedades transmitidas sexualmente, particularmente el sida, la difusión y uso del condón se vieron incrementados; sin embargo, aún se sabe poco acerca de la disponibilidad, resistencia o rechazo de los varones de Tijuana respecto al uso de preservativos, tanto como medida de planificación familiar y/o mecanismo de prevención de enfermedades sexuales. A pesar de esto, las entrevistas que nosotros efectuamos permiten indicar que cada vez más varones están haciendo uso de condones, tanto para evitar embarazos no deseados como para prevenir el contagio de enfermedades.
Nóesis
El chequeo médico de la próstata
144
Recientemente el publicitado caso del popular actor Andrés García de alguna manera sensibilizó y permitió adquirir una mayor conciencia sobre el problema del cáncer de la próstata entre los varones; sin embargo, las entrevistas que nosotros efectuamos parecen
Germán Vega Briones
indicar que debido a la falta de información, y en muchas ocasiones como consecuencia de la falta de acceso al servicio médico “estatal” y a una infraestructura apropiada (aun a pesar de que comúnmente los obreros de las maquiladoras o cualquier tipo de empleo formal cuentan con la cobertura médica que proporcionan las diferentes dependencias del Sector Salud del Estado mexicano), pocos varones suelen chequear su estado de salud, a menos que se sientan mal o padezcan algún tipo de enfermedad considerada como seria. Defunciones por cáncer de próstata en hombres de 40 años y más. México, 1999-2004. 1999 3741 33 467 101 16 22 30 45 28 6 6 38 11 9 32 13 20
2000 3849 28 446 106 10 26 34 59 28 4 7 42 11 5 31 9 25
2001 3991 35 440 95 18 33 35 59 35 11 4 51 12 11 21 15 24
2002 4189 31 466 100 13 31 38 43 38 6 6 58 19 9 39 10 25
2003 4584 44 504 113 14 29 49 56 34 3 5 56 14 13 45 10 32
2004 4404 39 473 101 17 27 37 63 46 7 9 53 14 7 38 20 27
Fuente: Elaboración propia con base en el Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS) y las bases de datos de mortalidad del INEGI.
Información cuantitativa sobre “defunciones generales” reportada al INEGI para los años 1999-2004, indica que en el caso concreto de la ciudad de Tijuana para 1999 hubo un total de 32 defunciones causadas por el cáncer de la próstata; para el año 2004 se reportaron un total de 38 casos de muerte debidas a este tipo de cáncer. Si bien pudiéramos pensar que comparados con los números totales a nivel nacional (que van de 3741 muertes en 1999 a 4404 en 2004) las defunciones debidas a este tipo de cáncer no son tan lacerantes para
Vol. 17 • número 34 • 2008
Ciudad Nacional Ciudad Juárez Distrito Federal Guadalajara Matamoros Mérida Mexicali Monterrey Morelia Nogales Nuevo Laredo Puebla Reynosa Tapachula Tijuana Tuxtla Gutiérrez Veracruz
145
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
146
ciudades como Tijuana, y otras que se indican en la tabla respectiva, sí en cambio sugieren que dichos incrementos en el número de defunciones debidas al cáncer de próstata han venido cobrando más vidas. Presentado en otro formato, la misma fuente arriba aludida (Defunciones por cáncer de próstata en hombres de 40 años y más, 1999-2004), ubica al caso del cáncer de la próstata como una de las principales causas de mortalidad entre la población de diferentes ciudades. Así, por ejemplo, este tipo de cáncer ocupó el lugar número 16 para el año 2004 en Tijuana. A pesar de que aún los números absolutos de causas de muerte siguen estableciendo a las enfermedades del corazón como la principal causa de muerte en nuestro país y, también, en la mayoría de ciudades de que se dispone información, sin embargo, no debe de subestimarse tanto el incremento como el lugar que ocupa el cáncer de la próstata respecto a constituir una de las principales causas de muerte contemporáneas en nuestro país. Evidentemente esto lleva a plantear que el Estado mexicano debe revisar sus políticas de salud, a fin de desarrollar campañas preventivas contra este tipo de cánceres. Sobre la cuestión del “chequeo de la próstata” encontramos que aún existe mucha resistencia por parte de los varones mexicanos a ser auscultados vía anal, a pesar de las probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. La información recabada durante las entrevistas de campo muestra, sin embargo, que parte del problema es la falta de información respecto a qué es la próstata, cuáles son sus funciones, a qué edades se deben practicar los chequeos y, sobre todo, un enorme desconocimiento de que la próstata también se puede chequear a través de análisis de muestras de sangre. Habría que agregar que instituciones como el IMSS suelen carecer de los reactivos para que los varones chequen las condiciones de salud de su próstata vía muestras de sangre. Esto último era ignorado aun por los profesionistas que nosotros entrevistamos. Si bien la gran mayoría de las personas entrevistadas tenían al menos una idea vaga de la auscultación anal, nadie sabía que también a través de la sangre se podían conocer las condiciones de la próstata. Las entrevistas dejaron ver, también, que la gran mayoría de los varones, incluidos el sector de
Germán Vega Briones
profesionistas entrevistados, acuden al servicio médico sólo cuando se sienten enfermos, y que rara vez se hacen chequeos si no se los ha solicitado un médico. Las resistencias de los varones en torno a las implicaciones de la exploración anal, independientemente de que ésta sea efectuada por personal médico, aún son predominantes entre los varones mexicanos. Entre éstos, la exploración anal sigue siendo interpretada como algo cercano a una relación de tipo homosexual. En parte por presión social de otros hombres, en parte por ignorancia, nadie desea que alguien, así sea un médico, le introduzca un dedo en el ano. Para algunos hombres esto es considerado como “equivalente a perder la virginidad o sufrir cierto tipo de violación de lo más íntimo que posee un hombre”. Habría que aclarar que en México, a diferencia de otros países, en términos generales, todavía se considera homosexual sólo a aquel varón que es penetrado y no al que penetra.
En torno a la práctica de la vasectomía aún existen una serie de mitos y prejuicios en torno a una supuesta pérdida de virilidad o vigor sexual entre aquellos varones que se atrevan a hacerse esta intervención quirúrgica menor. En Tijuana la cuestión de los métodos anticonceptivos, incluida la vasectomía, todavía suele ser considerada como “un asunto que compete a las mujeres”. En esta actitud ha tenido mucho que ver la educación médica en México, que ha dirigido sus campañas de planificación familiar fundamentalmente hacia las mujeres, haciendo a éstas responsables de dichas medidas de control de la natalidad. Cuando hicimos preguntas sobre métodos de planificación familiar, y sobre vasectomía en particular, una buena proporción de varones dijeron que ellos no contaban con ese tipo de información, que le preguntáramos a sus esposas. Muchas mujeres no sólo veían esto con bastante “naturalidad”, sino que, inclusive, tenían bastante claro y era entre ellas absolutamente normal que se les “reconociera” como las encargadas o responsables de “esos asuntos”. Como lo pudimos constatar a través de las entrevistas, hubo
Vol. 17 • número 34 • 2008
Mitos y realidades en torno a la práctica de la vasectomía
147
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
148
varones que, por ejemplo, comentaron que era quirúrgicamente más fácil efectuar un amarre de trompas de Falopio a las mujeres que realizar vasectomías entre los varones, porque mientras se podían fácilmente desamarrar las trompas para que las mujeres volvieran a tener hijos, en el caso de la vasectomía ya no había marcha atrás, “si te hacen la vasectomía jamás podrás volver a tener hijos, es una operación irreversible y he oído que sexualmente pierdes mucha potencia”. Afortunadamente no todos los hombres tienen este tipo de concepción y hay quienes consideran la vasectomía como una buena opción cuando sus compañeras han estado teniendo problemas con los anticonceptivos o cuando el médico les dice que podría ser riesgoso efectuar una intervención quirúrgica, como se puede constatar a través de los estudios de caso presentados más adelante. En este sentido, varios varones manifestaron (más del 50%) que ellos estarían dispuestos a efectuarse la vasectomía para no poner en peligro la vida de sus compañeras. Lo interesante del caso es que los varones que manifestaron mayor disposición a la vasectomía, se encuentran sobre todo entre el sector de población que ha trabajado en las maquiladoras y que cuenta, también, con experiencia laboral en Estados Unidos. Varios de ellos contaron que en sus lugares de empleo continuamente les daban pláticas referentes al control de la natalidad y que, también, instituciones como el Seguro Social (IMSS) los orientaban sobre los diferentes mecanismos de control de la natalidad y en la prevención de enfermedades transmitidas sexualmente. Además, durante sus estancias laborales en Estados Unidos observaron y escucharon que usar condones y hacerse la vasectomía era de lo más común entre la población norteamericana. Incluso, nos comentaron que sabían que en Estados Unidos todos los hombres se practican la circuncisión, aunque algunos no tuvieron muy claro por qué o para qué servía hacerse la circuncisión. El problema es que ideológicamente aún se continúa reproduciendo la idea y la práctica, tanto en las familias como entre el personal médico, de que el “asunto” del uso de métodos anticonceptivos es responsabilidad exclusiva de las mujeres. Hubo personas entrevistadas que, por ejemplo, sostienen la idea de que la vasectomía es un
Germán Vega Briones
mecanismo de control de los hombres sobre la sexualidad de las mujeres, aduciendo que sería relativamente fácil para un hombre darse cuenta si su compañera está teniendo relaciones con otros hombres, es decir, si llegaban éstas a embarazarse. Lo interesante de lo que nosotros observamos en Tijuana es que existe, también, por parte de los varones, una preocupación genuina por proteger a sus compañeras ante posibles complicaciones o riesgos potenciales, a partir del uso de diferentes métodos de planificación familiar. A pesar de esto, la gran mayoría de los varones que entrevistamos expresaron que el uso de métodos anticonceptivos era una responsabilidad femenina. Y, en la mayoría de los casos en que fue sugerido algún método definitivo para ya no tener más hijos, comúnmente los varones, incluido el personal médico, solían pedir a las mujeres que fueran ellas las que se operaran. Lo interesante de la información cuantitativa que nosotros revisamos, indica que en los siete estados de los que se tiene información, en todos ellos hay una variación año con año en cuanto al número de varones recurriendo a la vasectomía. Aunque los números aún son modestos comparados con las salpingoclasias, sin embargo, muestran una continua participación por parte de los varones en este tipo de prácticas anticonceptivas “definitivas”.
2001
2002
2003
2004
Salpingoclasia
10 676
10 800
10 366
11 037
Vasectomía
1318
1356
1073
1265
Salpingoclasia
15 502
14 195
13 748
11 891
Vasectomía
611
324
317
151
Salpingoclasia
10 172
9587
10 231
9096
Vasectomía
1778
1970
2011
1987
Salpingoclasia
16 281
18 300
18 569
21 010
Vasectomía
2011
2439
2254
2097
Salpingoclasia
10 608
10 560
12 302
10 395
Vasectomía
858
776
1050
759
Salpingoclasia
15 183
15 059
15 897
15 727
Vasectomía
1618
1536
1352
1500
Salpingoclasia
11 114
11 068
10 614
9583
Vasectomía
922
800
817
759
Fuente: Secretaría de salud. Boletín de información estadística, vol. 3, 2001-2004.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Tamps. Puebla Mich. Jalisco Chih. Chiapas
BC
Intervenciones quirúrgicas de planificación familiar. Salpingoclasia y vasectomía. Por estado, 2001-2004.
149
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
150
En el caso concreto del estado de Baja California, durante 2001 fueron reportados 1318 casos de vasectomía. En otros estados fronterizos como Chihuahua, se reportaron en ese mismo año un total de 1778 vasectomías. En estados más grandes como Jalisco hubo en 2001 un total de 2011 casos de vasectomía. El estado que menos casos de vasectomía reportó fue el de Chiapas, con un total de 611 vasectomías para 2001. Como mencionamos arriba estas cifras presentaron tanto incrementos como descensos en los años posteriores a 2001. Así, Baja California pasó de 1318 vasectomías en 2001 a 1356 en 2002 y a 1265 en 2004. En el caso de Chihuahua pasó de 1778 casos en 2001 a 1970 en 2002 y a 1987 en 2004. Jalisco también vivió un incremento considerable al pasar de 2011 casos en 2001 a 2439 vasectomías durante 2002 y disminuyó a 2097 en 2004. Chiapas reportó durante 2002 un total de 324 vasectomías, 287 casos menos que en 2001, disminución que continuó presentándose, siendo de 151 casos en 2004. Otro caso muy interesante es el del estado norteño de Tamaulipas, el cual reportó en 2001, 922 vasectomías, pero durante 2002 da cuenta de un total de 800 vasectomías y en 2004 sólo se presentaron 759 casos, siendo otro de los estados que vio disminuir, de manera importante, el número de casos de vasectomías. Como hemos estado mencionando a lo largo de este trabajo, la cuestión de las medidas de planificación familiar aún son “asuntos” que suelen ser dejados bajo la responsabilidad de las mujeres, y aún se continúa percibiendo a éstas como los sujetos principales para el control de la natalidad. La fuente arriba señalada muestra, por ejemplo, que mientras en el caso de Baja California durante 2001 se efectuaron 1318 vasectomías, se practicaron 10 676 salpingoclasias, frente a 1265 vasectomías y 11 037 salpingoclasias en 2004. Es decir, las mujeres continúan siendo la población objeto de las políticas de planeación familiar. Esa misma fuente de información reporta números y proporciones semejantes en los otros estados revisados (Chiapas, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Puebla y Tamaulipas). Los casos que más llaman la atención son los de los estados de Chiapas y Tamaulipas: en el primero se practicaron durante 2001, 15 502 salpingoclasias con-
Germán Vega Briones
tra sólo 611 vasectomías. Para el año 2002 se practicaron en este mismo estado 14 195 salpingoclasias contra 324 vasectomías. Durante 2004 hubo 11 891 salpingoclasias y tan sólo 151 vasectomías. En el caso del estado de Tamaulipas, en el año 2001 se practicaron un total de 11 114 salpingoclasias contra 922 vasectomías. Para el año 2002 se tiene registro de 11 068 salpingoclasias contra 800 vasectomías; finalmente en 2004 se reportaron 759 vasectomías y 9583 salpingoclasias. Nuevamente estas cifras revelan de manera contundente cuál sigue siendo la población-objeto de las campañas de control de la natalidad en nuestro país. Desafortunadamente este tipo de fuente de datos no permite conocer cuántas de estas mujeres aceptaron de manera voluntaria someterse a este tipo de métodos definitivos, tampoco dicen mucho de la serie de circunstancias que permitan entender la razón de ser de ese tipo de decisiones. De hecho, históricamente, se tiene noticia de que en algunos estados el gobierno federal estuvo practicando, sin previa consulta, este tipo de métodos definitivos entre la población campesino/indígena del país, quizá por esta razón son tan elevados los casos de salpingoclasias reportadas para estados como Chiapas (15 502 para 2001, 14 195 para 2002 y 11 891 en 2004, contra 611, 324 y 151 vasectomías para esos mismos años).
A pesar del relativo éxito de las diferentes campañas para que los varones hagan uso de condones, a fin de prevenir contagios de enfermedades transmitidas sexualmente, la cultura popular y los medios de comunicación aún propagan la idea de que los hombres son reacios a usar éstos bajo el pretexto de que el placer sexual no es el mismo. Pensamos, sin embargo, que la información que se difunde a través de instituciones oficiales y de algunos medios de comunicación (principalmente la T.V.) no necesariamente es confiable, dada la naturaleza sensible de estos asuntos. Evidentemente las percepciones y conductas sexuales varían según edad, nivel de escolaridad, estatus social, credo religioso, género y etnicidad.
Vol. 17 • número 34 • 2008
El complejo uso del condón
151
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
152
A partir de la enorme publicidad en torno a la expansión del sida entre la población de todas las edades y diferentes clases sociales, se tienen hoy en día datos sobre algunos aspectos de la salud sexual de los mexicanos. González Fagoaga (1997) comenta que a fin de conocer las actitudes, comportamientos y percepciones sobre la sexualidad de los varones, se han levantado algunas encuestas entre población joven; éstas, al parecer, han pretendido más bien definir los factores relacionados con el embarazo en las adolescentes, su actitud hacia el sida, su conocimiento y práctica en el uso de anticonceptivos, y sus carencias y requerimientos de información sexual en general. Este autor comenta que desafortunadamente no existe una fuente de información que permita tener una visión integral de las percepciones, actitudes y prácticas sexuales, tanto de los varones como de las mujeres. Los estudios que se han realizado acerca de las prácticas sexuales de los jóvenes, en términos generales, se han centrado en poblaciones muy específicas, lo cual si bien permite tener un panorama parcial del problema no muestra una visión general ni comparativa en cuanto a cómo perciben tanto hombres como mujeres su sexualidad, su salud y su función reproductora. En este sentido, consideramos que, en términos generales, en México se suele considerar el uso o no uso del condón en términos bastante estereotipados. Si bien es cierto que en México el machismo es aún bastante común, nuestras entrevistas nos permitieron ver que los varones mexicanos de la ciudad fronteriza de Tijuana ya no son tan machos como la cultura popular los suele presentar y que éstos están cooperando con las mujeres, todavía en forma modesta, mediante el uso de condones, a fin de prevenir la expansión de enfermedades transmitidas sexualmente, tanto con su pareja como cuando llegan a tener relaciones sexuales extramaritales. Consideramos que los hombres están cooperando con las mujeres, esto lo pudimos constatar a través de la nada fácil decisión de practicarse la vasectomía. Y decimos nada fácil decisión por toda la serie de implicaciones y constreñimientos culturales que aún prevalecen entre muchos hombres respecto a practicarse esta intervención. Consideramos también que la cultura de salud médica de la po-
Conocimiento del condón como método anticonceptivo por estado y a nivel nacional.
Estado Baja California Chiapas Guanajuato Guerrero Oaxaca Puebla San Luis Potosí Sonora Tamaulipas Nacional Fuente: ENSAR 2003
Sí 100 74 93 85 70 85 90 98 96 92
No 0 26 7 15 30 15 10 2 4 8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
blación mexicana está cambiando, creemos que los bajos niveles de fecundidad en la frontera norte de México (2.2, 2.4 y 3.0 para los casos de Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Tijuana, respectivamente, según González, R., 1992) perfilan esta nueva cultura de salud de la población fronteriza, en el sentido de que están tomando medidas de planificación familiar y de prevención de riesgos de contagio sexual. Evidentemente tanto las condiciones económicas de la población como los proyectos de desarrollo personal y/o profesional, tanto de hombres como de mujeres, también han estado empujando a esta población para espaciar los embarazos, decidir sobre el número de hijos deseados, y acerca del acceso y uso de métodos anticonceptivos como el condón. Sin embargo, las entrevistas también nos dejaron entrever que algunos hombres están modificando algunas de sus actitudes acerca de estos asuntos de salud, y están siendo más cuidadosos en el uso, por ejemplo, de condones, a fin de prevenir enfermedades que no sólo pudieran minar su salud, sino también la de su familia. Evidentemente esto no significa que, por ejemplo, los hombres sean menos infieles, pero sí ha contribuido a que sean más responsables en sus prácticas sexuales. De hecho como métodos de control de la natalidad para los hombres sólo existen los condones, la vasectomía y la abstención, mientras que para las mujeres existe toda una industria: los preservativos, la píldora, el DIU, inyecciones, etcétera.
153
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
154
¿Alguna vez ha usado usted o su pareja el método del condón? Por estado. Estado Baja California Chiapas Guanajuato Guerrero Oaxaca Puebla San Luis Potosí Sonora Tamaulipas Nacional Fuente: ENSAR 2003
Sí 52 20 27 29 17 23 31 32 27 31
No 48 80 73 71 83 77 69 68 73 69
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Métodos actuales utilizados por estado y a nivel nacional. Entidad Baja California Chiapas Guanajuato Guerrero Oaxaca Puebla San Luis Potosí Sonora Tamaulipas Nacional Fuente: ENSAR 2003
Pastillas, inyecciones, condón, locales
Operación, DIU, Norplant
45 25 27 29 29 21 29 26 26 26
55 75 73 71 71 79 71 74 74 74
Total % 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Sobre el uso de condones, a través de información reportada por la Encuesta de Salud Reproductiva (ENSAR, 2003), se puede observar que a nivel nacional el 92% de la población encuestada tiene conocimiento del condón como método anticonceptivo; en el caso particular del estado de Baja California, el 100% de la población encuestada conoce el método, el 52% alguna vez lo ha utilizado, y durante la fecha de aplicación de la encuesta (2003) sólo el 1% lo utiliza. Analizando los métodos por categorías, para el mismo estado y con la misma fuente, se tiene que de todos los que utilizan algún
Estudio de caso número 1 Raúl R. cuenta con experiencia migratoria a Estados Unidos. Trabajó durante un buen tiempo cerca de Las Vegas, Nevada, en la construcción, pero debido a un accidente automovilístico, Raúl y su esposa decidieron regresar a México. No fue una decisión sencilla porque
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
método anticonceptivo, el 45% recurren a pastillas, inyecciones, condones o métodos locales y 55% a la operación, DIU o Norplant. Nuevamente se puede apreciar que en el uso de métodos anticonceptivos las usuarias de los principales métodos continúan siendo las mujeres. En otras palabras, las políticas de control de la natalidad continúan teniendo como población objetivo a las mujeres, suponemos que básicamente por razones culturales, mismas que reflejan las asimetrías de poder entre hombres y mujeres. De los estados analizados, Baja California aparece como el estado con los porcentajes más altos de usuarios de pastillas, inyecciones, condones y métodos locales (45%). Las usuarias de operación, DIU y Norplant también contribuyen de manera importante en la planificación familiar. A nivel nacional, el porcentaje más alto de métodos anticonceptivos utilizados lo ocupa el caso de la operación femenina, el uso del DIU o Norplant (74%). Quisiéramos resaltar que pudiera existir una subestimación considerable respecto a los usuarios de preservativos, ya que los datos aquí reportados por dicha encuesta fueron obtenidos a través de las mujeres, lo cual no permite calcular el porcentaje real o aproximado de los varones que están haciendo uso de preservativos (particularmente porque algunos de éstos pudieran estar haciendo uso de condones en relaciones extramaritales), aunque sí permite tener una visión general de ciertas tendencias respecto al uso de métodos anticonceptivos. A continuación presentamos, a manera de ilustración, extractos de algunas de las entrevistas que efectuamos entre población con experiencia migratoria internacional, a fin de mostrar las actitudes y comportamientos de este tipo de población, y la interrelación entre uso de medidas de planificación familiar y migración internacional.
155
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
156
Raúl se había hecho a la idea de trabajar unos cinco años, ahorrar y regresar a México para abrir un negocio. Aunque su historia laboral en Estados Unidos no es muy larga, Raúl considera que aprendió mucho de esta experiencia y que vivir y trabajar en ese país le abrió los ojos sobre muchas cosas en las que anteriormente nunca había pensado, entre ellas el hecho de que muchas mujeres trabajan en ese país y que para hacerlo controlan su natalidad y tienen pocos hijos. Raúl conoció a un compañero de trabajo que le habló sobre las ventajas de la vasectomía. “Yo tenía algo de temor porque pensaba que con ello mi vida sexual llegaría a su fin, pero ahora me doy cuenta que es por machismo e ignorancia (y porque nos da vergüenza) que no solemos solicitar información al respecto. Ahora me pregunto: ¿cuál es el sentido de tener tantos hijos si no va uno a poder mantenerlos a todos ni darles educación? De hecho fue nuestra precaria situación económica la que nos animó a buscar trabajo en Estados Unidos. Yo tenía cuñados que trabajaban en Las Vegas y durante algún tiempo vivimos con ellos. Todo iba bien hasta que tuvimos ese accidente automovilístico, a partir de éste nos regresamos a la frontera.” Además, dado que estaba en calidad de indocumentado, y su esposa Esperanza no estaba trabajando, fue como decidieron regresar a la frontera. Al poco tiempo de estar en Tijuana, Raúl y Esperanza (todos los nombres siguientes son ficticios) discutieron largamente respecto a que fuera Raúl el que acudiera al médico para ya no tener más hijos (ya tenían tres y consideraban que era más que suficiente para poder ofrecerles, al menos, educación y una buena alimentación). Raúl comentó que su salario no alcanzaba para sufragar los gastos de una familia compuesta por la esposa y dos niños en escuela secundaria y un niño de menos de un año que demandaba comida especial porque la madre no había podido alimentarlo con leche materna. “Así que le dimos varias vueltas al asunto, yo no quería que mi mujer trabajara, pienso que cuando una mujer trabaja descuida la educación de los hijos, particularmente cuando éstos son pequeños. Fue entonces que nos decidimos por eso de la vasectomía.” “El asunto de mi operación para no tener más hijos fue más sen-
Estudio de caso número 2 Edwis E. tiene 29 años de edad, ha trabajado en EU, estudió sólo hasta el tercer año de secundaria, trabaja como policía en el Municipio. Su esposa, de nombre Rosa, se dedica sólo a las tareas del hogar. Ella tiene 33 años, estudios de secundaria y nunca ha trabajado en EU. Edwis piensa que “eso de los anticonceptivos es una navaja de doble filo, son buenos sobre todo ahora con todos los problemas que hay de enfermedades sexuales, y sirven para planificar la familia, pero también para que las mujeres puedan engañar a sus
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
cillo, resulta que mi mujer estaba teniendo muchos problemas con los anticonceptivos que le recetaban los médicos del Seguro Social. Uno de esos médicos le recomendó que ya no se volviera a embarazar porque su vida podría correr peligro, le dijo que era una de esas mujeres de alto riesgo y fue así como empezamos a platicar sobre la posibilidad de que se operara, pero el médico le dijo que con la operación también corría riesgos. Yo no podía entender, total, parece que todo eso de la operación sólo se trata de amarrar unas cosas y ya, trompas, creo que les dicen. Pero ni modo, me puse a pensar que si ella se operaba y le iba mal nunca me iba a perdonar dejar a mis hijos sin su madre. Entonces le preguntamos al médico qué tal si era yo el que se operaba y él me explicó todo eso de la vasectomía, hasta me dijo que en los hombres esta operación es muy rápida y que casi ni anestesia ocupaba porque todo era muy rápido. Me dijo, además, que no iba a perder mi potencia sexual y que mis relaciones iban a ser como de costumbre. Nos dio un tiempo para pensarlo, lo platicamos largo y tendido mi mujer y yo, y finalmente llegamos a la conclusión de que si realmente no había riesgos para mí, entonces yo debería operarme para no poner en peligro la vida de mi mujer. Como que primero la idea no me convencía, pero no dejaba de pensar en mis hijos. Claro que esto no era para estarlo platicando de cantina en cantina, pero sí me daba mucha curiosidad saber qué pensaban otros hombres, desafortunadamente no tenía amigos que se hubieran hecho la operación.”
157
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
158
esposos, si ellas así lo desean, sin el temor de quedar embarazadas, sin el temor a la prueba de la infidelidad. Yo nunca he usado ningún tipo de anticonceptivo, pero si fuera necesario los usaría. Yo jamás estaría dispuesto a operarme, eso sí que no, es más fácil la operación en la mujer que en los hombres. A las mujeres sólo se les corta un pedazo de las trompas de Falopio y ya, y es más fácil operarlas nuevamente si quieren volver a pegárselas. En el caso del hombre ya no hay marcha atrás, si te operan ya no podrías volver a ser papá, éste es el inconveniente por el que yo jamás me operaría. Pero está bien usar anticonceptivos porque ahora las familias ya no son tan grandes como las de antes, ahora ya no funciona tener cinco o diez hijos, ahora lo más usual es tener sólo dos o tres hijos porque la vida está muy cara y los ingresos no alcanzan para mantener tanta familia”.
Conclusiones Queremos llamar la atención acerca de que no hay respuestas únicas, que hay enormes vacíos de información médica y rechazo, debido a prejuicios o estereotipos más que a información confiable. Sin embargo, nos parece, como tendencia general, que los varones tijuanenses están adoptando actitudes de mayor apertura hacia su salud sexual y mayor conciencia acerca de que en ocasiones es preferible o necesario que ellos se hagan la vasectomía, a fin de evitar los riesgos que pudieran tener sus mujeres si llegasen a operarse. Parte del problema de algunas de las actitudes “conservadoras” de algunos varones tiene que ver con falta de información, carencia de infraestructura médica, y en algunos casos recursos económicos limitados como para poder acceder a este tipo de servicios especializados, nos referimos básicamente al chequeo de la próstata, aunque esto también pudiera ser aplicable respecto al acceso a condones y a la vasectomía. Por otra parte, pudimos apreciar también que aún existe, en el contexto del mundo laboral de la ciudad de Tijuana, un ambiente de machismo entreverado con valores patriarcales que limitan que los varones cooperen con sus compañeras, a fin de evitar embarazos no
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
deseados. Quizá debido a esta serie de elementos de tipo cultural (valores y creencias) aún muchos hombres no desean hacer uso de los condones porque creen y “sienten” que el disfrute sexual disminuye con el uso de los preservativos. Curiosamente algunas esposas de los varones entrevistados reforzaban esta actitud, aduciendo que efectivamente no era lo mismo hacer el amor con condón que sin él. Y existen todavía varones que simplemente no desean saber nada de condones o vasectomía porque estas cuestiones van en contra de sus ideas religiosas. Hubo también población entrevistada que debido a la edad nunca tuvo necesidad de recurrir a algún método anticonceptivo y afirmaron que eso era asunto de las nuevas generaciones. Habría que decir que en varios de estos casos de población de la tercera edad sus compañeras habían sido previamente operadas, razón que directamente los eximía de la responsabilidad de hacer uso de, por ejemplo, preservativos. Este tipo de varones asumieron también, en general, que en sus casos nunca existieron prácticas sexuales extramaritales, ni de parte de ellos ni de sus mujeres. Incluso llegaron a señalar con bastante tono moralista que una de las razones por las cuales las familias se estaban desintegrando era por el acceso y abuso de los anticonceptivos, ya que mediante el uso de éstos ahora estaban proliferando las relaciones extramaritales, que nadie podía tener control de eso y que cuando alguno de los cónyuges se enteraba decidía separarse del compañero. En términos generales, las diversas entrevistas efectuadas dejaron ver que aún existen muchas resistencias, miedos, tabúes, prejuicios y, sobre todo, falta de información apropiada sobre condones, vasectomía y próstata. La cuestión de la próstata, por ejemplo, nos pareció de enorme relevancia, dado que, a principios de 1999 en un noticiero de Televisa (la cadena de televisión de mayor cobertura e importancia en el país), un médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS, principal agencia de asistencia médica gubernamental del país) comentó que actualmente el cáncer de la próstata es la segunda causa de muerte entre los varones en México. Como mostramos en el apartado sobre la próstata, este tipo de cáncer no
159
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
160
constituye la segunda causa de muerte en nuestro país, aunque sí se han estado incrementando el número de casos en términos absolutos, y el cáncer de la próstata está ya ubicado entre las primeras veinte causas de muerte en varios estados y entre algunas de las principales ciudades del país. Por si esto fuera poco, todavía se asume entre los médicos que el chequeo de la próstata es un asunto exclusivamente de los hombres, lo cual limita las posibilidades de que las cónyuges y/o la familia en general participe más en estos delicados asuntos de salud. Supusimos que esta cuestión de la próstata nos llevaría al asunto de la cultura médica y la manera en que las familias dirimen estos temas de salud. Esto nos parece importante porque todo parece indicar que el asunto de la salud sexual, se continúa percibiendo como un asunto de “planificación familiar” y de absoluta responsabilidad de las mujeres. Así lo propagan tanto las diferentes campañas del Estado mexicano sobre planeación familiar como algunas de las actitudes tanto de hombres como de mujeres en edad reproductiva o sexualmente activos. Pero además del carácter patriarcal del discurso del Estado mexicano pudimos constatar de manera directa, como se mostró a través del caso de Raúl, cómo se negociaba entre las parejas estos asuntos de la salud sexual de las familias, y que estos “asuntos” también conciernen a los varones. El asunto del uso de medidas anticonceptivas que están utilizando las “nuevas parejas”, nos parece, indican, por una parte, las actitudes de los varones (y también de las mujeres) en torno a la sexualidad. Asimismo, dan cuenta de las condiciones económicas que está viviendo esta población, las cuales les ha llevado a “tomar la decisión” de tener sólo dos o tres hijos como máximo. Evidentemente el uso de determinado método anticonceptivo implica cierto nivel de negociación entre las parejas, suponemos que las respectivas decisiones que se toman al respecto están permeadas de ambivalencias, contradicciones, imposiciones, y en varios casos, respeto y cooperación. Quisiéramos señalar, sin embargo, que no todo es blanco o negro, es decir, que las decisiones que son tomadas, tanto a nivel individual como por parejas, no son necesariamente fáciles, simples ni carentes
Alonso Meneses, Guillermo. “Riesgos y vulnerabilidad en la migración clandestina”, en: Revista Ciudades, núm. 52, octubrediciembre de 2001. Archetti P., Eduardo. Masculinidades: fútbol, tango y polo en la Argentina. Buenos Aires, Editorial Antropofagia, 2003. Arias, Rosario y Rodríguez, Marisela M. “A puro valor mexicano. Connotaciones del uso del condón en hombres de la clase media de la ciudad de México”, en: Lerner, Susana (ed.). Varones, sexualidad y reproducción. Diversas perspectivas teórico-metodológicas y hallazgos de investigación. El Colegio de México/Sociedad Mexicana de Demografía, 1998, pp. 319-340. Badinter, Elizabeth. Masculine Identity. Columbia University Press, 1992. Becker, Gary S. A Treatise on the Family. Cambridge, Harvard University Press, 1981. Bordo, Susan. The Male Body. A New Look at Men in Public and in Private. New York, Farrar, Straus and Giroux, 1999. Bourdieu, Pierre. “La dominación masculina”, en: La Ventana, Revista de Estudios de Género, núm. 3. Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1990, pp. 7-95. Brandes, Stanley. “Ideología masculina en Andalucía”, en: Ramos, Carmen (comp.). Género en perspectiva: de la dominación universal a la representación múltiple. México, UNAM, 1991. Brusco, Elizabeth. The Reformation of Machismo. Evangelical Conversion and Gender in Colombia. Austin, University of Texas Press, 1995. Castro Morales, Patricia. “Qué razones exponen los hombres que
Germán Vega Briones
Bibliografía
Vol. 17 • número 34 • 2008
de discusión y conflicto. Deseamos indicar aquí que, aunque nuestro foco de atención fueron las percepciones y conductas de los varones, en la medida que las entrevistas que efectuamos fueron conducidas entre familias, las referencias a las parejas y/o las familias estuvieron presentes a lo largo de este documento.
161
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
162
están recurriendo a la vasectomía sin bisturí para limitar su fecundidad?”, en: Lerner, Susana (ed.). Varones, sexualidad y reproducción. Diversas perspectivas teórico-metodológicas y hallazgos de investigación. El Colegio de México/Sociedad Mexicana de Demografía, 1998, pp. 341-368. Collins Hill, Patricia. Black Feminist Thought. Knowledge, Consciousness, and Politics of Empowerment. New York, Routledge-Chapman and Hall, 1991. Connell, R. W. “La organización social de la masculinidad”, en: Valdés, Teresa y José Olavarría (eds.). Masculinidades: poder y crisis. Chile, Flacso, 1997. Cornelius A., Wayne. “Death at the Border: Efficacy and Unintended Consequences of the U.S. Immigration Control Policy”, en: Development Review, núm. 4, vol. 27, diciembre de 2001. Cornwall, Andrea y Nancy Lindisfarne (eds.). Dislocating Masculinity. Comparative Ethnographies. London, Routledge, 1994. De Barbieri, Teresita. Mujeres y vida cotidiana. Estudio exploratorio en sectores medios y obreros de la ciudad de México. México, Secretaría de Educación Pública/FCE, 1984. De Keijzer, Benno. “El varón como factor de riesgo. Masculinidad, salud mental y salud reproductiva”, en: Muñón Pablos, Esperanza (comp.). Género y salud en el sureste de México. México, Ecosur/Universidad Autónoma de Tabasco, 1997. Easthope, Antony. What a Man’s Gotta Do: The Masculine Myth in Popular Culture. Berkeley, University of California Press, 1999. Espinosa, Víctor M. El dilema del retorno: migración, género y pertenencia en un contexto transnacional. Zamora, El Colegio de Michoacán, El Colegio de Jalisco, 1998. Fernández, Josefina. Cuerpos desobedientes. Travestismo e identidad de género. Buenos Aires, Editorial Edhasa/IDAES, 2004. Foucault, Michel. Historia de la sexualidad, tomo 1: La voluntad de saber. México, Siglo XXI, 1982. Giddens, Anthony. Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid, Editorial Taurus, 2000.
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
Gilmore, David D. Manhood in the Making. Cultural Concepts of Masculinity. New Heaven, Yale University Press, 1990. -----. Hacerse hombre. Concepciones culturales de la masculinidad. Barcelona, Editorial Paidós, 1994. Godelier, Maurice. La producción de los grandes hombres. Poder y dominación masculina entre los Baruya de Nueva Guinea. Madrid, Editorial Akal, 1986. González Fagoaga, Eduardo. Salud reproductiva masculina. Trabajo final no publicado del curso sobre Métodos Cualitativos de la Maestría en Demografía. San Antonio del Mar, El Colegio de la Frontera Norte, 1997. González, Raúl. Fecundidad en la frontera norte de México: Tijuana, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo. Cuadernos # 3. El Colegio de la Frontera Norte, 1992. Gutmann, Matthew. “Traficando con hombres: la antropología de la masculinidad”, en: La Ventana, Revista de Estudios de Género, núm. 8. Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1998, pp. 47-99. -----. The Meanings of Macho. Being a Man in Mexico City. Los Ángeles, University of California Press, 1996. Harris, Marvin. La cultura norteamericana contemporánea. Una visión antropológica. Madrid, Editorial Alianza, 1985. Hernández-León, Rubén, Víctor Zúñiga y Alejandro Canales C. “Migración internacional y flexibilidad laboral en el contexto del TLCAN”, en: Revista Mexicana de Sociología, núm. 2, vol. 62, abril-junio de 2000, pp. 3-27. Hirsh S. Jennifer. “En el norte la mujer manda. Gender, Generation, and Geography in a Mexican Transnational Community”, en: Rumbau, Rubén G., Nancy Foner y Steve J. Gold. Transformations: Immigrations and Immigration Research in the United States, núm. 9, vol. 42. California, SAGE Publications, Inc., American Behavioral Scientist, junio-julio de 1999. Hooks, Bell. Talking Back. Thinking Feminist, Thinking Black. Massachusetts, South End Press, 1990. Huerta Rojas, Fernando. El juego del hombre. Deporte y masculini-
163
Salud reproductiva entre migrantes de Tijuana, Baja California
Nóesis
164
dad entre obreros. México, Plaza y Valdez Editores/Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 1999. Infesta Domínguez, Graciela: “La relación entre los estudios sobre reproducción y los estudios de género”, en: Lerner, Susana (ed.). Varones, sexualidad y reproducción. Diversas perspectivas teórico-metodológicas y hallazgos de investigación. El Colegio de México/Sociedad Mexicana de Demografía, 1998, pp. 423-430. Kimmel, Michael. “La producción teórica sobre la masculinidad: nuevos aportes”, en: Revista ISIS Internacional, núm. 17. Ediciones de las Mujeres, 1992, pp. 119-138. Klein, Alan. Little Big Men. Bodybuilding Subculture and Gender Construction. New York, State University of New York Press, 1993. Lerner, Susana (ed.). Varones, sexualidad y reproducción. Diversas perspectivas teórico-metodológicas y hallazgos de investigación. El Colegio de México/Sociedad Mexicana de Demografía, 1998. López Moya, Martín. “Hacerse hombres cabales. Prácticas y representaciones de la masculinidad entre indígenas tojolabales de Chiapas”. Tesis de maestría no publicada. CIESAS Sureste, 1999. Lozano A., Fernando. “Migrantes de las ciudades: nuevos modelos de la migración mexicana a Estados Unidos”, en: García Guzmán, Brígida (coord.). Población y sociedad al inicio del siglo XXI. México, El Colegio de México, 2002, pp. 214-259. Mirande, Alfredo. Hombres y machos. Masculinity and Latino Culture. Riverside, Westview Press, 1997. Mohanty, Chandra Talpade. “Under Western Eyes. Feminist Scholarship and Colonial Discurse”, en: Russo, Amm y Lourdes Torres (eds.). Third World Women and the Politics of Feminism. Indianápolis, Indiana University, 1991. Monsiváis, Carlos. Escenas de pudor y livianidad. México, Editorial Grijalva, 1981. -----. “Paisaje de batalla entre condones”, en: El nuevo arte de amar: usos y costumbres sexuales en México. Editado por Hermann
Germán Vega Briones
Vol. 17 • número 34 • 2008
Bellinghausen. México, Editorial Cal y Arena, 1990. Newby C., Alison. Migrante Trajectories in a Transborder Context: Decision-Making Processes and Cross-Border Linkages Unpublished Dissertation. University of Texas at Austin, 1999. ----- y Germán Vega Briones. The Role of Gender Inequality in a Feminist Approach to Fertility. Tijuana, Cuadernos de Trabajo de El Colegio de la Frontera Norte, 1999. Nock, Steven. Marriage in Men’s Lives. New York, Oxford University Press, 1998. Núñez Noriega, Guillermo. Sexo entre varones. Poder y resistencia en el campo sexual. Hermosillo, El Colegio de Sonora/Universidad de Sonora, 1994. Pronger, Brian. The Arena of Masculinity. Sports, Homosexuality and the Meaning of Sex. New York, St. Martin’s Press, 1990. Roberts, B., F. Bean y F. Lozano. “The Interconnectedness of Internal and International Migration: The Case of the United States and México”, en: Transnational Migration. Baden-Baden, Ed. Nomos Verlagsgesellschaft, 1999. Salles, Vania y Rodolfo Tuirán. Sexualidad, salud y reproducción. Programa de salud reproductiva y sociedad. Reflexiones, núm. 6. México, El Colegio de México, 1995. Segal, Lynne. Slow Motion. Changing Masculinities, Changing Men. New Jersey, Rutgers University Press, 1990. Thorne, Barrie. Gender Play: Girls and Boys in School. New Brunswick, Rutgers University, 1993. Vega Briones, Germán. “Poder y decisiones en la unidad doméstica: la identidad masculina y las relaciones entre los géneros en Ciudad Juárez”. Ponencia presentada en el XX International Congress of LASSA. Guadalajara, México, 18 de abril de 1997. -----. “Efectos de la migración femenina hacia Estados Unidos. Una perspectiva de género”, en: Revista Norteamérica. Ed. UNAM/ CISAN/CNAS/AU, 2006, pp. 39-76. Williams, Christine. Still a Man’s World. Berkeley, University of California Press, 1995.
165
Urban Space and its Transformation to a Metropolis in Übermodernity. The Case of Monterrey, N.L., México
Key Words:
Urban space, Urban growth, Metropolization stages.
An urban space in the U.S. represents, in our days, the main form of demographic and economic concentration of the country, this in virtue of the continued processes of migration from field to city and of growing economic investments in this (pro-civil) spaces to the high density of settlers, this modifying the perception and the way of living in cities, from there the need to reframe theoretically this U.S. social relations containers, this incorporating contextually the new variables of global cut.
El espacio urbano representa la principal forma de concentración demográfica y económica del país, ello en virtud de procesos continuos de migración campo-ciudad, de crecimiento natural y de inversiones económicas crecientes, efectuadas en estos espacios proclives a la alta densidad de pobladores; esto ha modificado la percepción y la forma de vivir en la ciudad, de ahí la necesidad de reflexionar sobre estos contenedores de las relaciones sociales, incorporando en el proceso las variables de corte global.
PALABRAS CLAVE:
Espacio urbano, crecimiento urbano, etapas de metropolización.
nity.
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México Eduardo Sousa González1
Mexicano, doctor en Asuntos Urbanos por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León; profesor-investigador en la División de Posgrado de la Facultad de Arquitectura. Profesor del Doctorado en Filosofía con orientación en Arquitectura y Asuntos Urbanos. Correo: esousa_gzz@hotmail.com, esousa@far.uanl.mx, http://esousa.es.tl. 1
Fecha de recepción: 1 de marzo de 2008 Fecha de aceptación: 8 de octubre de 2008
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
168
Introducción Las ciudades han adquirido una importancia significativa en virtud de su incremento sostenido en el crecimiento numérico de sus pobladores y de su concentración de actividades secundarias y de “servicialización” (Garza, G. 2003a: 11), de ahí la necesidad de entender su proceso de crecimiento y en su caso, de transformación metropolitana; valorizando las diferentes variables que indefectiblemente se tendrán que incorporar en la sobremodernidad. De esta manera, en la primera parte del artículo se pretende delinear algunas líneas de investigación que desprendan elementos para situar a la ciudad en el contexto de la globalización, para posteriormente incursionar sucintamente en algunas características contextuales del área metropolitana de Monterrey, N.L., México, incorporando finalmente algunas deducciones preliminares.
La ciudad. Hacia una definición preliminar Con las concentraciones de pobladores agrupadas en espacios físicos establecidos podríamos afirmar que se inicia la aparición de las ciudades; en efecto, es claro que las ciudades existen, en primera instancia, por los habitantes que ahí se asientan, por la sociedad que se forma encontrando un modo de subsistencia y de gobernabilidad, por la existencia de condiciones mínimas para la permanencia y la posibilidad, o al menos la esperanza, de generar un mayor desarrollo personal y para los miembros de la familia. En este marco contextual relacionado con las ciudades como abordaje teórico inicial, podríamos presentar un recorrido sobre su génesis, o sus tipos y sus características morfológicas, socioeconómicas o como refiere Munford, L. (1979, tomo I: 9-380): desde las formaciones anteriores a las ciudades feudales o las denominadas ciudades jardín hasta nuestra época con la formación de la ciudad global propuesta por Sassen, S. (1999: 283-363), o aquel espacio multicultural que menciona Borja, J. (2002: 11-139), o ahora las llamadas ciudades del conocimiento. Empero, para el propósito de
2
3
4
Sin pretender una profundización teórica exhaustiva, para interpretar el concepto de sobremodernidad aquí mencionado, se ha establecido una relación de correspondencia biunívoca con esta noción definida por Augé, M. (2005: 15-47): él propone caracterizar a la situación de la sobremodernidad como concepto, en lo que llamaría las tres figuras del exceso, esto con el propósito, entre otros, de demostrar que los fenómenos estudiados por la Antropología no están a punto de desaparecer, ya que estas figuras del exceso “no son sino la forma actual de una materia prima perene que sería la materia misma de la antropología” (Augé, M., 2005: 47). Dichas figuras del exceso obedecen a las aceleradas transformaciones mundiales de la contemporaneidad que son: 1. La superabundancia de acontecimientos; 2. La superabundancia espacial y; 3. La individualización de las referencias. Para profundizar en estos conceptos, ver: Augé, M. (op. cit.: 9-47). Con la expresión vita activa, Arendt, H. (2002: 21-36) designa tres actividades fundamentales de la condición humana: la labor, el trabajo y la acción, que en esta investigación quedarían circunscritas en la ciudad; sobre todo la acción que, según la autora, estaría relacionada como condición humana, con la pluralidad y la vida política del poblador. El concepto de cultura urbana es inmenso, sus referencias bibliográficas, innumerables y en muchos casos con características ideológicas, incluso, como lecturas obligadas sobre este tema son recomendadas las de H. Lefebvre (1980), o las referidas al Castells urbano de ayer (1974, 1976, 1986), para contrastarlo con el Castells informacional de
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
este artículo, solamente se intentará prefijar algunos elementos que la sitúen en un tiempo-espacio-diferencial (Lefebvre, H., 1980: 44), con la intención de desprender lineamientos generales que posibiliten desenganchar, por lo menos en forma preliminar, posibles vertientes diferenciadas coligadas en la “sobremodernidad” (Augé, M., 2005: 30-47);2 permitiendo en el proceso, perfilar posibles líneas generalistas que posibiliten avanzar en el conocimiento de esa visión comprensiva de lo “urbano” o del “fenómeno urbano”, como Lefebvre, H. (1980: 23) se refería a este espacio de características disímiles que es la ciudad. Desde la óptica trazada en este artículo, se enfatiza en que el concepto de ciudad alude a una agrupación de pobladores o de un espacio físico territorial habitado, pleno de usos públicos y de usos privados, derivando en una concentración urbana de actividades con determinadas características de lugar; particularidades que revelan la condición humana del sitio: una sociedad urbana en plena vita activa3 con prácticas y acciones urbanas y, sobre todo, una cultura urbana,4 generando con todo esto problemáticas urbanas concatena-
169
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
170
das de corte físico-espacial, socio-económico, de política, de sustentabilidad, gobernabilidad y otras muchas más. Lo que queda claro es que ciertamente el concepto de ciudad cumple con la función que distingue un espacio habitado, el cual ciertamente estaría coligado al nombre propio del lugar (Ángel, Miguel A., 1984; Barca, 2000: 45), por ejemplo, Monterrey o área metropolitana de Monterrey (AMM). En este orden de ideas, y sin pretender profundizar demasiado en el establecimiento y la distinción dimensional perfilada en la antigüedad del concepto de ciudad, sería prudente, con propósitos de ubicar la segunda parte de este artículo, que se refiere al caso de Monterrey y la forma en que se produjo su proceso de metropolización, recordar que históricamente se entendía que en la ciudad coexisten dos dimensiones claramente diferenciadas: i. Una referida a la urbe, derivada de la urbs latina, en tanto espacio físico, y ii. La otra referida al simbolismo como centralidad o poderío; donde la construcción física urbana protegida con elementos sólidos, coincidía y contenía al poderío.
hoy (2002: volúmenes I, II y III); sin embargo, en este espacio sólo se tratará de situar el concepto, para que permita comprender lo referente a las concentraciones urbanasmetropolitanas desde el punto de vista cultural. En el sentido clásico francés, la cultura se remite a la idea de creación, de obra; en el sentido alemán, se relaciona con la idea de civilización e integra los valores, las representaciones, los símbolos y el patrimonio, tal como son compartidos por una comunidad en un momento de su historia; es el sentido anglosajón el que más interesa, ya que toma en cuenta las maneras de vivir, los estilos, los saberes cotidianos, las imágenes y los mitos. Para complementar esta noción anglosajona del concepto cultura y transformarlo a la de cultura urbana-metropolitana, se deben incorporar conceptos derivados, precisamente, de las sociedades urbanometropolitanas, como los de: multiculturización (Borja, J., 2002: 11), globalización o mundialización (McLuhan, 2005: 19-133 y otros), informacionalización (Castells, M., 2002: vol. I), mezcla social, identidad compartida, especialización laboral, consumismo en masa y, sobre todo, el relacionado con el incremento generalizado en la velocidad de los procesos, en la velocidad de la vida; sin descontar las cuestiones referidas a la inseguridad pública, incremento en los tiempos constreñidos y algunos otros más. Así, la cultura urbana-metropolitana ubica a la población en un mundo de mayor competitividad y bienestar, pero también en un mundo proclive a la indiferencia, a la indolencia y de menores relaciones sociales de clase; incluso sería evidente aquella actitud blasée que menciona Simmel, G. (Bassols, M., 1988: 47-61).
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
La reflexión en torno a las dos dimensiones indica que la ciudad, denominada polis por los griegos y civitas por los romanos, sería el resultado de una asociación entre habitantes-poder; en cambio, la urbe en tanto espacio físico, sería el resultado de una decisión posterior que circunscribe la construcción físico-territorial de la ciudad, restableciendo las relaciones sociales en un domicilio fijo. Así, existe un elemento en la vida de toda ciudad que obedece a un sentido de realidad, que la fundamenta e incluso es condicionante para supervivencia; se trata de la economía doméstica denominada oikos, la cual se encuentra ubicada entre la urbs y la polis, en el terreno de la familia como habitantes de la polis y de su relación con su lugar de asentamiento en el sitio: su casa habitación como espacio vital, el lugar en donde se desarrollan las actividades familiares. Esto quiere decir que la oikos tendría un orden vinculatorio, tanto con la polis como con la urbs, ya que la familia como proveedora de ciudadanos incide en la polis y en tanto fuerza de mano de obra para la construcción de viviendas, también incide en la urbs en una asociación de complementariedad (Barca, op. cit.: 47). En el contexto de “sobremodernidad” (Augé, M., 2005: 30-47), a que se refiere este artículo, es claro que la polis se ha convertido en el espacio físico donde se circunscribe la autoridad ejercida por el Estado (poderío), en franca asociación con la organización, derechos y deberes de los ciudadanos asentados en el lugar; en efecto, para este caso de estudio sería posible referir la ubicación centralizada de los poderes públicos a una ciudad-Estado, que sería precisamente el área metropolitana de Monterrey, donde la localización de los poderes del Estado se ubica en su centro metropolitano, o ciudad primada: Monterrey. Aún más, para el caso de Monterrey, como polis, evidentemente tiene una relación directa con la ciudadanía, de tal manera que quienes habitan en el sitio ciertamente gozan, tanto del “derecho a la ciudad”, en términos lefebvrianos (Lefebvre, H., 1973: 123), como de obligaciones estipuladas en sendas leyes y normas que rigen el comportamiento del individuo en la sociedad; y como urbs sería posible coligarla a la expansión creciente de esa ciudad primada,
171
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
172
abarcando cada vez más zonas periféricas de otras áreas urbanas de municipios adyacentes, los cuales tienden a diversificar la multidimensionalidad de problemas urbanos; generados en virtud y en función del crecimiento numérico de pobladores, y convirtiendo a Monterrey en una metrópoli de características sui generis. La mayoría de los estudios clásicos de la polis y la urbs en cuanto a su conceptualización contextual, es posible circunscribirlos y caracterizarlos en el ámbito de la investigación del concepto de ciudad, por lo menos, en dos vertientes de análisis: una relacionada con la legitimación de la política in situ y otra asociada propiamente a los estudios de la ciudad, que se coligan, entre otros, con las políticas públicas; en México, generalmente procedentes del Estado o de los gobiernos locales en virtud de las disposiciones del artículo 115 constitucional, lo cual estaría ligado a la concomitante expansividad físico-territorial del sitio en cuestión; ya sea un área urbana, una metrópoli o una megalópolis (Ángel, Miguel A., 1984: 35, y en Barca, 2000: 48). De hecho, si revisamos el enfoque evolucionista propuesto por Lefebvre, H. (1980: 22) mostrado en el diagrama 1, sería posible agregar a las vertientes mencionadas en el contexto de los conceptos de polis y la urbs una tercera que se compone, por un lado, del modo de producción MP de las ciudades de épocas anteriores; por ejemplo, la ciudad oriental que se vincula al MP asiático y es eminentemente política; la griega y romana a la posesión de esclavos; la medieval insertada en las relaciones feudales, con un carácter político, comercial y artesanal hasta situarse en los inicios de la industrialización, en donde surge la ciudad industrial y el naciente capitalismo concurrencial (Lefebvre, H., 1980: 22; 1973: 17); por el otro, incorporar como una conditio sine qua non, el asunto de las variables exógenas vinculadas a la sobremodernidad, las cuales se identifican, desde la posición teórica de este artículo, como elementos tendientes a influenciar el sitio, y de alguna manera podrían considerarse como elementos participantes de los que Lefebvre, H. (1980: 24) menciona como “zona crítica” o “caja negra”; serían:
Ciudad Come rcial
de lo a r cola a lo ur a o
Fuente: Lefebvre, H., 1980: 22; Bettin, G., 1982: 127 (cfr.). Modificación propuesta por el autor de esta investigación.
tr a car act r í tica o r ano m lo i e ur a u ordi com le aa ur a
lo i a ac i r cola o
Ca a e ra
Zona crítica Ciudad du rial ra ciudad e
Ciudad ol ca i
cor oraci
Por limitaciones de espacio no es posible profundizar en estos dos últimos ítems, por lo que se remite: para el subdesarrollo intermedio, ver: Sousa, E., 2007: 31 y Sousa, E., 2007a (Revista Quivera: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/HomRevRed. jsp?iCveEntRev=401); para la globalización: Sousa, E., 2007: 45 y los autores citados.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
5
aria na lo ali aci rado de de arrollo
Diagrama 1. Enfoque evolucionista lefebvriano espacio-tiempo de la ciudad (modificado).
a. El grado de desarrollo del lugar, en este caso México como país con un subdesarrollo “intermedio” (Di Filippo, 1998: 1-14) y b. Los procesos incorporados a la globalización (Castells, M., 2005: 11-52; Petras, J., 2003: 11-92; Carmona, S. et al., 2002: 13-112; Ianni, O., 2001: 3-99; Sousa, E., 2005, 2007, 2007a; y otros).5
173
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
174
Recapitulando, la primera vertiente coligada al estudio de la ciudad se localiza en la esfera de la legitimación del poder, sería donde se define a la ciudad como espacio de la acción política; aquí es pertinente circunscribir temas o líneas de investigación relacionados con la ciudadanía,6 la gobernabilidad, la gobernanza,7 la participación política, la reforma política, la relación entre lo público y lo privado, el comportamiento social, entre otros. La segunda vertiente estaría vinculada con la multiplicidad de problemas derivados de la hiperurbanización y que son susceptibles de ser tratados mediante políticas específicas; aquí se agrupan las denominadas políticas públicas, enfatizando aquellas ligadas 6
7
La ciudadanía (C) en tanto habitantes de una ciudad, tienen una relación de carácter simbiótico dada entre el individuo propiamente dicho y el Estado, en este sentido el individuo sería parte de una comunidad organizada políticamente, con determinadosderechos individuales y de grupo social que orientan sistemáticamente su comportamiento en la sociedad. En efecto, sería la comprensión de lo público y el lugar del individuo frente a la autoridad; así, a la C se le relaciona con tres dimensiones que actúan en forma concatenada: primero, aquella asociada al conjunto de derechos y los mecanismos para su ejercicio, que son reconocidos por todos y para todos; segundo, esta dimensión apunta a las interacciones entre individuos y la condición de igualdad en el trato que el Estado y sus instituciones deben aplicar; tercero, se relaciona con la dimensión moral, coligada con los valores cívicos que orientan el comportamiento considerado adecuado para la vida en sociedad. De estas dimensiones se desprenden para la C tres tipos de derechos: a. los civiles, que permiten la libertad individual; b. los políticos, que permiten la participación del ejercicio del poder y; c. los sociales, que garantizan a la C la igualdad (Bobes, C., 2000: 50). La noción de gobernabilidad ha sido definida desde diversas ópticas, por ejemplo, Neira y Novaes (1996: 104) la relacionan a cuestiones desarrolladas por organismos internacionales (governance) y que se refieren a la capacidad de gobernar; evaluada mediante indicadores tales como eficiencia, honestidad, transparencia, responsabilidad e información con que debe operar la administración pública para mejorar la calidad de vida en las ciudades; en cambio, Ziccardi, A. (op. cit.: 104) considera a la gobernabilidad en un sentido más amplio, como la capacidad de gobernar; incluyendo los conceptos de la governance, pero también incorporando todo aquello que surge del campo de las relaciones sociales, del ejercicio de la democracia, de las formas de participación y representaciones sociales y de la legitimidad que deben generar las acciones gubernamentales; quizá podríamos pensar que el término de governance de Neira se relaciona con métodos cuantitativos y el de Ziccardi, con cualitativos-cuantitativos. Conceptualizada la gobernabilidad desde este último punto de vista, el Estado jugaría un papel indispensable en el rol sustentable, ya que debe legitimar sus acciones en materia de medio ambiente para protección de los pobladores que lo eligieron.
8
En esta investigación consideramos a la globalización como un “sistema emergente de codificación histórico social (SECHS)” (Sousa, E., 2007: op. cit.: 45). El concepto de “sistema emergente” lo derivamos de la interpretación de Johnson, S. (2003: 29): “Emergencia es lo que ocurre cuando un sistema de elementos se organiza espontáneamente hasta dar lugar a un comportamiento inteligente”. Entonces, los SECHS los definimos como periodos de la civilización históricamente determinados como el tribalismo, esclavismo, feudalismo, colonialismo y el imperialismo, o el socialismo y el capitalismo; ahora también consideraríamos al fenómeno de la globalización dentro de esta categoría, claro está, guardando las debidas proporciones. Distinguimos el concepto de codificación en el sentido que la globalización es posible identificarla y aislarla en periodos de tiempo para su estudio, digamos, codificarla, e histórico-social en tanto que no es un fenómeno reciente y afecta o influye a la sociedad en su conjunto.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
con aspectos como servicios, equipamiento, infraestructura, salud, transporte, vivienda, seguridad, sustentabilidad, recreación y otros muchos más. La tercera vertiente, propuesta en esta investigación, estaría asociada al concepto de la globalización revistiendo una importancia significativa en el análisis, ya que como lo mencionamos anteriormente, es un fenómeno que ha tenido un importante impulso en la sobremodernidad y que el autor de este escrito considera como un “sistema emergente de codificación histórico social SECHS”;8 manifestación de amplia influencia tanto en el espacio de la acción política como en las propias políticas públicas locales, sobre todo en las zonas urbanas con características de metropolización y de cierto desarrollo económico, o aquellas que convergen con los límites fronterizos, por ejemplo, con los EU. Aún más, complementando a estas tres vertientes se puede considerar como elementos iniciales de importancia que definen a la ciudad a aquellos que estarían asociados: i. Con su conformación política, en términos de legitimación (polis) incluyendo sus límites físicos, ii. Con la ciudadanía o pobladores en función de su densidad, reflejada ésta en la relación habitante-espacio físico, y iii. La inevitable adopción de una forma de vida ciudadana-comunitaria de cultura urbana, ahora, irremediablemente influenciada por procesos de “informacionalización, globalización y difusión generalizada” (Borja, J., 2002: 12). Finalmente, pudiera reconocerse como una úl-
175
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
176
tima vertiente (cuarta), dentro de los elementos fundamentales mencionados que definen a la ciudad en la sobremodernidad; al modo de producción de mercancías, el cual se considera predominantemente capitalista o, si se prefiere llamar, neocapitalista; representado en actividades predominantemente referidas a los sectores secundario y de servicialización.9 Este característico y vigente modo de producción (MPC) mencionado ha sido normado por tres procesos concatenados característicos de asuntos globalísticos: primero: la movilidad internacional de capitales; segundo: la internacionalización de mercancías; y tercero: la velocidad ascendente de estos dos procesos (Castells; 2002: vol. 1, caps. 2 y 6); además de un incremento generalizado en agrupaciones urbanas, demandas ciudadanas y de género, incluyendo también la tendencia a los procesos de democratización política, pluralidad, autogestión local y del Estado-nación. Y sobre todo la inserción cada vez más explícita, generalizada y aceptada por los pobladores que adoptan una cultura urbana definida, y los procesos relacionados con la conexión de otros nodos urbanos mundiales, otros centros urbanos con dinámicas de desarrollo diferentes, ligados a la globalización y, por ende, a la informacionalización y difusión urbana generalizada. Entonces, desde lo descrito hasta aquí y en términos de construcción de una hipótesis de investigación, se entendería a la ciudad, a la ciudad-metropolitana, “lo urbano” o el “fenómeno urbano” en términos lefebvrianos, e incluso al espacio urbano, considerando un nivel de abstracción mayor, como si fueran variables dependientes o indicativas que se intentan explicar metodológicamente, a través de variables independientes o explicativas, las cuales serían, entre muchas otras y siguiendo las cuatro vertientes anteriormente mencionadas: primero, las que corresponden a la definición legitimizada 9
Si a la revolución industrial como proceso se le denomina industrialización (de industria > industrial > industrialización), con el mismo razonamiento lingüístico a la revolución de los servicios se le puede llamar servicialización (de servicio > servicial > servicialización) (Garza, G., 2003a).
El término identidad, según la Enciclopedia Interactiva, se refiere al hecho o circunstancia de ser una persona o cosa ella misma, o la misma con la que se compara. Este término ha sido un concepto básico dentro de la filosofía aristotélica y la filosofía tradicional: criticado por Hume, quien niega su percepción, pues menciona que la experiencia sólo aporta un conjunto de impresiones relacionadas de manera subjetiva (mediante principios asociativos) entre sí y con un sustrato único, y reafirmada por Hegel como la primera de las “esencialidades” o “determinaciones de reflexión”; aunque el autor distingue entre identidad abstracta (pura tautología del entendimiento) e identidad de la razón (que incluye la diferencia y es momento constitutivo de lo absoluto). En un sentido más específico el discurso sobre la identidad sería: “mi identidad es, pues, lo que me hace semejante a mí mismo y diferente de los demás, es aquello por lo que me siento existir tanto en mi persona (valores, sentimientos) como en mis roles sociales. Mi identidad es aquello por lo que me defino y me conozco, aquello por lo que me siento aceptado y reconocido como tal por otro”. Con este ejemplo podríamos construir conceptos agregados del término, ya que la identidad es inseparable de la individualización, de la diferenciación de clases o elementos de clase del mismo nivel y anclado en una temporalidad. Identidad cultural sería el hecho, para una realidad, de ser igual o similar a otra en la situación de compartir una misma esencia, en un mismo tiempo. Identidad urbana: el hecho de construir simbólicamente referentes urbanos actuales o históricos que me identifiquen a un espacio físico existencial, en tanto persona circunscrita a una sociedad urbana en una época específica.
Eduardo Sousa González
de un área geográfica territorial específica y localizada georreferencialmente; segundo, las que se relacionan con un producto social urbano, es decir, definidas por una sociedad urbana con identidad,10 mezcla social y cultura urbana; tercero, las que demuestran la capacidad del Estado-nación para autogobernarse en la pluralidad y democracia, y autogestionar recursos económicos para beneficio de la sociedad, en función del sistema federalista existente; y cuarto, las que sistematizan, actualizan y utilizan las conexiones informáticas mundiales para transacciones económicas, relaciones ciudadanas, gestión y generación de conocimiento científico. Aunque evidentemente no se intentará en este artículo una contrastación hipotética de esas características, sería importante clarificar la posición que guarda esta investigación en torno a la dependencia de las variables y la posible construcción hipotética futura, que se identifica en potenciales enfoques sobre el estudio de la ciudad; ya que a continuación se abordará el área metropolitana de Monterrey, tratando de matizar algunos de los conceptos explorados en los
Vol. 17 • número 34 • 2008
10
177
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
párrafos anteriores, sobre todo aquellas cuatro vertientes mencionadas que se relacionan con la definición de ciudad. Para este esclarecimiento proponemos el siguiente ejemplo didáctico: Primero: Supongamos que se tiene una hipótesis preliminar sobre el comportamiento y evolución de cierto aspecto de la sociedad asentada en determinada área urbana, requiriéndose su comprobación. Aquí el objeto de intervención estaría referido a la sociedad, circunscrita a una determinada ciudad o espacio físico; entonces ese aspecto de la sociedad desde el punto de vista de variables de investigación, en tanto método de investigación científica, funcionaría en una relación de dependencia; en efecto, sería una variable dependiente o indicativa y el espacio urbano, una de las variables independientes, que “explicarían” en cierta medida el rol de la sociedad en cuestión. Segundo: Si este ejemplo ilustrativo hipotético se le circunscribe a alguna ciudad ubicada en el ecuador, en el desierto, o en los polos terrestres; seguramente el comportamiento de la población, en cuanto a su evolución y en cierta medida, hasta su grado de desarrollo o su posible redesarrollo,11 estaría influenciado, entre otros, por las características físicas-espaciales del lugar, sus recursos naturales, nivel cultural y otros; serían variables independientes y su forma de edificación constructiva, su cultura, su comportamiento social, inclusive su vestido, sería diferenciado. Tercero: Por el contrario, si en el mismo ejemplo hipotético, el objeto de intervención se modificara, seleccionando al espacio urbano construido, con el propósito de verificar determinada hipótesis asociada con su definición, diferenciación, o incluso para prever su ocupación y orientación futura; sería condición sine qua non abordarlo como variable dependiente, precisamente en función de las
Nóesis
11
178
El redesarrollo, concepto propuesto por el autor, podríamos definirlo como el asociado a aquellos espacios geográficos que, por su condición de ciudades desarrolladas, han adoptado nuevos procedimientos internacionales de movilización dinámica de capital y de procesos de hiperinformacionalización, como los empleados en la globalización; serían ciudad global en el concepto de Saskia Sassen (1999), por ejemplo, N. York, Londres, Tokio, París y otras.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
características de la sociedad (variable independiente), ya que éstas nos explicarían el uso que la población le adjudica al suelo. Esta particularidad implicaría la posibilidad de analizar al espacio urbano en un proceso de división en dos partes; o como división explicativa conceptual en otros dos que agotan la extensión del primero: una dicotomía. La importancia de los esclarecimientos anteriores, “por lo menos para esta óptica de investigación”, que han sido referidas al surgimiento de las ciudades y sus procesos histórico-sociales generados, radica primordialmente en evidenciar la multiplicidad de formas investigativas en que pudiera abordarse metodológicamente el espacio urbano como objeto de intervención. Aquí nos interesaría, por lo pronto, descender en el ámbito de las exploraciones expuestas anteriormente sobre la ciudad a esferas más territorializadas y de mayor especificidad (método deductivo), entendiendo al espacio urbano con fines de análisis, como una variable dependiente; donde su reconfiguración, en términos de crecimiento físico, se plantea como un factor que influye y es influido en un proceso iterativo directamente en, o por, los modos de vida que se practican o se yuxtaponen en el mismo. Esta reconfiguración del espacio urbano sería precisamente el proceso que genera el crecimiento físico de la metrópoli, la cual en su proceso de expansividad ensancha sus límites perimetrales adyacentes, en virtud del progresivo incremento en el número de pobladores; extendiendo en forma continua, y en muchos de los casos con una proclividad que evidencia la carencia de una orientación planificada específica, los linderos de la periferia metropolitana. A continuación pretendemos abordar con la profundidad que permite este artículo, algunas de las características físicas de Monterrey como centro metropolitano, para posteriormente referirnos al conjunto del área metropolitana, en la esfera de los conceptos explorados en los párrafos anteriores, sobre la polis y la urbs y su definición.
179
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
180
Contexto metropolitano de Monterrey En la exploración de Monterrey y su área metropolitana (AMM), en el ámbito mencionado anteriormente, se pretende iniciar como referencia contextual y abordaje preparatorio de las cuatro vertientes que definen a la ciudad, la revisión de sus principales antecedentes históricos, recordando que el propósito de esta segunda parte estaría encaminado, entre otras cosas, a tratar de descubrir en la esfera del argumento aludido: ¿cómo logró Monterrey procesalmente ser una metrópoli?, y ¿cuál sería el proceso de metropolización de Monterrey? Para esto se describirán algunas de sus particularidades físicoespaciales, así como un examen breve del ascenso a la actividad industrial que la ha caracterizado y la mención de algunos de los principales antecedentes en cuanto a los instrumentos de planeación que han llevado al estado de hechos: 1. La conformación histórica como primera vertiente de legitimación de poder Como se ha mencionado en apartados anteriores, la primera vertiente relacionada con la definición de ciudad se refiere a aspectos relacionados con la ciudadanía, la gobernabilidad, la legitimación del poder (LP) del sitio, entre otros; en virtud de limitaciones de espacio se ha preferido incluir en el ámbito de la LP sólo algunos aspectos históricos de la fundación y de la conformación política de Monterrey, con el propósito de contextualizar este ítem en el lugar de análisis. Así, la fundación Monterrey, como centro metropolitano, tiene como crónica diversas incursiones extranjeras con intención de exploración territorial, expediciones que con la finalidad de colonización realizarían particularmente los españoles; de las más trascendentes para esta zona geográfica fue la realizada por Alberto del Canto, al que le comisionó el gobernador de la Nueva Vizcaya, Martín López de Ibarra, incursionar por estos lugares en el año de 1577. Uno de los más importantes colaboradores de Del Canto fue Diego de Montemayor, al que se le atribuye, junto con doce familias, la fundación de Monterrey el 20 de septiembre de 1596 (Garza,
Eduardo Sousa González
G., 1995: 60). Sería hasta el 5 de marzo de 1825, cuando por decreto de la Constitución Política del Estado de Nuevo León (CPENL), Monterrey es distrito municipal del estado y el 16 de diciembre de 1917, cuando por un instrumento análogo, se le nombra como capital del estado (INEGI, 1996: 45). Es posible advertir que desde este tiempo-espacio-diferencial, se refiere al sitio como la ciudad de Monterrey; aún más, sería factible circunscribir las primeras décadas de legitimación de poder de la polis a la primera etapa de metropolización,12 ya que el proceso de poblamiento y expansividad del sitio en virtud de los satisfactores urbanos permitió su consolidación.
12
El concepto de etapas de metropolización (ES) ha sido manejado por diversos autores (desde Unikel, L. et al.: 1978; Busquets, J., 1993: 165; Sobrino, J., 2003: 198 y otros; para profundizar sobre el tema en el área metropolitana de Monterrey, consultar: Sousa, E.: 2007: capítulo tercero. Las EM son: 1. Urbanización: cuando la tasa de crecimiento porcentual anual de pobladores de la ciudad central supera a la de la periferia; 2. Suburbanización: cuando la periferia alcanza una mayor tasa de crecimiento porcentual anual; 3. Desurbanización: cuando la ciudad central observa un despoblamiento relativo o absoluto; 4. Reurbanización: cuando en la ciudad central ocurre un repoblamiento relativo o absoluto. El autor de este artículo (Sousa, E., op. cit.: 160) ha propuesto una quinta EP, la cual correspondería a una fase posterior a la de reurbanización: 5. Megalopolización informacional: que se presenta cuando ya ocurrieron las cuatro etapas anteriores, agregándose más ciudades o áreas metropolitanas de diferentes entidades federativas; con la característica de que la mayoría de éstas cuenten con relaciones económicas internacionales de importancia mundial basadas en procesos informacionales. A esta etapa también podríamos denominar: superurbanización.
Vol. 17 • número 34 • 2008
2. Los instrumentos de planificación como la segunda vertiente asociada a los estudios de la ciudad Antes de referirnos a los planes de desarrollo urbano para Monterrey como investigaciones ligadas a la segunda vertiente de estudios de la polis, se considera pertinente contextualizar morfológicamente el sitio: Monterrey y gran parte de su área metropolitana se ubican en la base de la Sierra Madre Oriental, dominando lo que se podría nombrar como la gran llanura esteparia del noreste de México, que incorpora a los estados de Coahuila y Tamaulipas conocida también como la región noreste de México; una de las características topográficas de la zona es que está rodeada por diferentes elevaciones
181
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
182
orográficas, lo cual ha diferenciado, en gran medida, la orientación de su crecimiento físico y la morfología urbana del lugar; por ejemplo, si consideramos la ubicación del Centro Histórico metropolitano (DCN) como el área donde se ubica el antiguo Palacio Municipal de Monterrey, éste se encuentra a una altura de 534 metros sobre el nivel del mar (MSNM), al compararla con los gráficos 1 y 2 (3D), tendríamos que los municipios localizados al poniente del AMM (García: 702.5 MSNM; Sta. Catarina: 705 MSNM) tienen diferencias significativas con respecto a los ubicados al oriente (G. Escobedo: 489.34 MSNM; B. J. Juárez: 393.81 MSNM). Es clara la inclinación topográfica direccionada oeste-este, la cual está asociada a la conformación de las estructuras orográficas, representando las especificidades territoriales indicativas que dan al espacio físico-territorial de Monterrey y su área metropolitana, sus particularidades en el ámbito de la ocupación de los usos del suelo; dichas variables espaciales son restrictivas para el desarrollo urbano, e incorporan factores elementales a considerar en la construcción de los instrumentos de planeación y de las políticas públicas que forman parte de la orientación expansiva del sitio, en este tiempo de la sobremodernidad. Gráfico 1. Altitud en puntos metropolitanos.
Área metropolitana de Monterrey
Kilómetros
Fuente: Datos generados en esta investigación a partir de información del INEGI (2002: 28).
En este contexto espacial sería donde se ha desarrollado Monterrey, la cuestión del cómo. Implicaría referir algunos antecedentes históricos del proceso de poblamiento con mayor puntualidad, por ejemplo, es claro que con el auge económico en la segunda mitad del siglo XX y liderando Monterrey en el sector industrial, se generaba una gran cantidad de empleos directos e indirectos, propiciando ciertamente, la llegada de emigrantes de la región y del interior del país.13 En este proceso no sólo se incrementan los índices de crecimiento de pobladores, sino que se inicia en Monterrey la transformación metropolitana, ya que en la década de 1940-1950 se agregan a la ciudad primada dos áreas urbanas de municipios adyacentes: Guadalupe y San Nicolás de los Garza (ver tabla 1); obligando a generar una nueva Ley de Planificación en el año de 1952, la cual en su artículo primero define a la planificación urbana como “la 13
En términos históricos podríamos situar el gran despegue industrial y de pobladores de Monterrey a partir de 1900, cuando empresas como la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S. A. (1903) iniciaron su actividad industrial, de ahí para mediados del siglo XX la industrialización de la metrópoli regiomontana revoluciona la producción de mercancías, incrementándose sobremanera el crecimiento de sus pobladores y, por supuesto, su expansión urbano-territorial; razón por lo que surge en el año de 1927 la Ley sobre Planificación y Construcciones Nuevas de la ciudad de Monterrey, expedida por el Congreso del Estado, obteniéndose un reglamento formal en 1928; posteriormente, entre 1931-1940, la Cámara de Comercio promovió la realización de un Plan Regulador, que no llegó a materializarse ni en el año de 1941 cuando se creó la Comisión Coordinadora y de Planificación.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
Gráfico 2.Altitud en puntos metropolitanos: 3D.
183
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad...
formulación de planes reguladores que norman las obras públicas y privadas...”. A continuación, en 1962, ya con una población metropolitana de 708 300 pobladores y con cuatro municipios conurbados (Monterrey, Guadalupe, S. Nicolás y San Pedro Garza García), Monterrey continúa liderando en población con 601 100 habitantes en plena consolidación de la primera etapa de metropolización (urbanización); se crea el Departamento del Plan Regulador de Monterrey y Municipios Vecinos, el cual después de cinco años, en julio de 1967, genera el Plan Director de la Subregión Monterrey; aunque no fue legalmente aprobado constituyó un valioso documento relacionado con la planeación urbana de Monterrey. El año de 1979 fue en el que prácticamente se incorporaron todos los municipios que forman el AMM (exceptuando el de García), en este tiempo la población metropolitana era de 2 001 500 habitantes, se elabora el Plan Estatal de Desarrollo Urbano y aparece un segundo plan en 1981: Plan de Desarrollo Urbano Metropolitano de Monterrey y su área de influencia, en donde ya se incorpora al municipio de García dentro del AMM. Tabla 1. Crecimiento poblacional: municipios por año de incorporación metropolitana. AÑOS (cifras en miles)
N° Municipio
AMM
1940
1950
190.1 375
1960 708.3
1970
1980
1990
1995*
1281
2001.5 2573.5 2988
2000
2010*
3243.5 4259.6
39 Monterrey
190.1 339.3 601.1
871.5 1090
1069.2 1088.1 1111
1106.9
26 Guadalupe
12.6
38.2
170.2 370.9
535.6
618.9
670.2
936.6
46 S. Nicolás
10.5
41.2
118.1
280.7
436.6
1088.1 496.9
749.3
19 S.P.G. García
14.9
48.3
82
113
487.9
126
162.4
48 Sta. Catarina
38.1
89.5
163.9
202.1
227
345.8
6
Apodaca
18.6
37.1
115.9
219.5
283.5
453.7
21 G. Escobedo
10.5
37.8
98.2
176.8
233.5
363.6
31 Juárez 18 García
13.5
28 13.1
50 23.9
66.5 29
99.2 41.7
Fuente: INEGI (2002). Estadísticas del medio ambiente: 85 *Gobierno del Estado de N.L. Plan Metropolitano 2021: 37, 143.
184
3. La globalización, como una variable exógena que define a la ciudad (tercera vertiente) Es claro que los procesos globalizantes en la sociedad representan un factor importante en el rol que define a la ciudad en la sobremodernidad, en apartados anteriores se mencionaba que existen, por lo menos, dos elementos exógenos que influyen no sólo en el crecimiento y morfología urbana de la ciudad, sino también en los aspectos inherentes de la sociedad (ver diagrama 1): la globalización y el grado de desarrollo del sitio; enseguida como la cuarta vertiente que define a la ciudad, se analizarán algunas de las particularidades procesales de la mundialización en la “ciudad global”, terminando con una exploración sucinta de la inserción de Monterrey en estos procesos: una característica del funcionamiento global urbano, se relaciona con el que las grandes metrópolis como Nueva York, Londres y Tokio, estudiadas por Saskia Sassen (1999: 11) y algunos otros, funcionan más que como centros direccionales como una red de nodos urbanos insertados como un centro nervioso de la economía globalizada (Borja, J., 2002: 310); o como los neurotransmisores que menciona
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
Finalmente, y a pesar de las diferencias de niveles topográficos descritas al inicio de este apartado y lo que ello implica en materia de infraestructura y otros, se ha incluido a García como parte del área metropolitana de Monterrey (AMM) con plena potencialidad para el desarrollo urbano, consignándose en el Plan Director de 1988 (Comisión de Conurbación del Área Metropolitana de Monterrey, 1988: 19, en Garza, G., 2003: 206) y en el Plan Metropolitano 2021: Desarrollo Urbano de la Zona Conurbada de Monterrey, aprobado en septiembre de 2000 y aún vigente. Incluso en este último Plan se han agregado 50 000 hectáreas adicionales a las consideradas en el Plan Director de Desarrollo Urbano del AMM 1988-2010 para reserva del crecimiento urbano periférico, las cuales han sido programadas para utilizarse en el corto (año 2005), mediano (2010) y largo plazo (2020) (García, R., 2002: 119).
185
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
186
Johnson, S. (2003: 103), donde las neuronas representarían un papel importante en la comunicación en estas ciudades.14 En efecto, es posible afirmar que se asiste a la concurrencia de un nuevo modelo de crecimiento urbano global caracterizado por una sui generis organización de la actividad económica mundial, espacialmente dispersa pero a la vez globalmente integrada; donde la misma dispersión mundial estaría acompañada por el desarrollo de recursos de integración, llámese nodos que funcionan también a escala mundial, representando una característica determinante de la mundialización que actualmente rige estos acontecimientos (Ianni, O., 2001: 49). Esto ha dado como resultado la reinterpretación de los sistemas urbanos, básicamente en función de la ciudad global y de la globalización, más que desde el punto de vista de los requerimientos y normatividad del Estado-nación, confiriendo en este proceso, un rol estratégico de desarrollo a las grandes metrópolis de los países desarrollados como ciudades globales centro. Donde se ha sustituido la producción industrial tradicional por servicios avanzados e innovación financiera y de mercado, inversión sostenida en investigación básica, desarrollo tecnológico e innovación (I+D+ i) y construcción de conocimiento; de estas ciudades globales se derivan lo que podríamos denominar las tecnópolis, que son complejos espaciales de desarrollo tecnológico, regularmente situados en la periferia de las áreas metropolitanas.15 La ciudad global de estas características finalmente emerge en las últimas décadas del siglo XX, rediseñándose como resultado y condición indispensable de los requerimientos primarios del capita Según Sassen, S. (1999: 11): “Nueva York, Tokio y Londres son ciudad global donde se organiza la economía del mundo”. Consideramos ciudad global “en singular porque las tres según Sassen forman una sola unidad”, forman parte de una red nodal compuesta por otras áreas urbanas de características similares y algunas más con dinámicas diferenciadas y francamente disimétricas, como aquellas de los países emergentes, que en conjunto forman la estructura urbana de la globalización. 15 Las más importantes, además de Tokio, se encuentran en EU, por ejemplo, cerca de San Francisco, Silicon Valley, la del sur de California, la de Austin, Texas; la de Carolina del Norte, la de Boston en la carretera 128. 14
La expresión “tercer mundo” se origina en un artículo publicado en 1952 por el economista francés Alfredo Sauvy, quien observó que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el planeta fue repartido entre los países vencedores del bloque occidental y del bloque oriental, sin tomar en cuenta a los demás países que, al igual que el “tercer estado” en los años de la Revolución Francesa, quedaron relegados a un ignorado tercer plano o tercer mundo. En ese contexto, el vocablo “tercer” no expresa un orden numérico, sino que implica una marginación impuesta por parte de otros dos. Sin embargo, una elemental lógica presupone que si existe un tercero, necesariamente deben existir un segundo y un primero. Así, a los países situados en Europa Occidental y Norteamérica, además de Japón, Nueva Zelanda y Australia, se les denominó bajo el nombre genérico de primer mundo; a los países de Europa Oriental y a sus aliados, se les ubicó en el segundo mundo; y, por exclusión, se designó como tercer mundo al conformado por los demás países. A raíz de la desaparición del segundo mundo debido al colapso del bloque comunista, vuelve a tener vigencia la intención original de Alfredo Sauvy. Así, el tercer mundo vuelve a representar a los países que permanecen marginados de los designios y negociaciones internacionales. 17 Si quisiéramos simplificar el surgimiento de este tipo de ciudad, particularmente se relacionaría con las etapas y transformaciones del sistema capitalista, a saber: mercantilismo, colonialismo, imperialismo y globalización. Se entendería que la globalización (SECHS, ver cita de pie 8) y su eje fundamental, “la ciudad global”, representan una fase superior del imperialismo; que ha sido formada por una amplia historia de procesos de acumulación, de urbanización, de ciudades coloniales, de ciudades centro y periféricas (CEPAL), de definición de distintos “mundos” (1°, 2°, 3°), así como ciudades capitales, metrópolis y megalópolis; no nos atrevemos a pronosticar qué más seguirá.
Eduardo Sousa González
lismo global; un sistema con claros objetivos de acumulación primaria de capital, el cual ha invadido, conquistado, asimilado y se ha acomodado cómoda y oportunamente en prácticamente todas las regiones de los tres mundos.16 En esta panorámica suponemos que es como surge la ciudad global,17 reinventada y reconcedida, para el servicio de la acumulación primaria derivada de la globalización. En este ámbito, Thrift, N. (1986: 12) distingue tres tipos de ciudades mundiales o globales: 1. Las ciudades que son verdaderamente centros internacionales: Nueva York, Londres, París, Zurich y Hamburgo: poseen oficinas centrales, filiales y redes regionales de grandes corporaciones, incluso oficinas centrales y de representación de muchos bancos; 2. Las ciudades llamadas centros de zonas: Singapur, Hong Kong, Los Ángeles: también cuentan con oficinas corporativas y sirven como vínculo del sistema financiero internacional, pero son responsables de zonas particulares antes que a escala mundial; 3.
Vol. 17 • número 34 • 2008
16
187
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
188
Finalmente, se encuentran las ciudades denominadas centros regionales: Sydney, Chicago, Dallas, Miami, Honolulu y San Francisco: hospedan muchas oficinas de corporaciones y mercados financieros extranjeros, pero no son vínculos esenciales del sistema financiero internacional. ¿Dónde estarían las ciudades de México? Es claro que muy alejadas de las características que define Thrift, N. para una ciudad global, pero muy cerca a la globalización y a sus empresas multinacionales que ahora acechan con fines proclives al petróleo mexicano. Finalmente, para el caso de Monterrey y su área metropolitana, que cuenta con historia industrial trascendente y con una importancia significativa en la economía nacional, los procesos de globalización y los cambios en los modelos económicos surgidos en el país: el de sustitución de importaciones (1930) al de neoliberalismo (1983); han tenido claras repercusiones tanto a nivel de producción industrial como en la utilización del espacio urbano, las cuales a continuación analizaremos sucintamente. Las políticas de Estado representadas en el modelo de sustitución de importaciones fueron adaptadas por los industriales de Monterrey, al parecer, con bastante rapidez, ya que los empresarios regiomontanos contaban con suficiente experiencia en el ramo; por esto, el modelo de sustitución de importaciones les facilitó un crecimiento importante (Ceruti, M. en Gutiérrez, 1999: 76). A pesar de lo anotado anteriormente, no todo ha sido fácil para los empresarios regios, por ejemplo, en el año de 1976 con el periodo presidencial de Luís Echeverría, las relaciones con el gobierno federal no se encontraban en su mejor momento, ya que el presidente y su equipo no fueron capaces de generar un clima de confianza satisfactorio para el empresariado regiomontano; agravándose estas diferencias en el último año echeverrista: específicamente cuando surge el proyecto de la Ley de Asentamientos Humanos y los industriales regiomontanos se reúnen para su discusión; desatando con esta acción un ambiente de confrontación entre el presidente y los participantes de la misma. En el sexenio presidencial de José López Portillo, los empresarios pactaron una alianza para la producción, pero no abandonaron
4. La producción de mercancías: el suelo urbano como la cuarta vertiente que define a la ciudad Aunque la producción de mercancías pudiera abordarse desde diferentes esferas, se ha preferido aproximar algunas disquisiciones en torno al espacio urbano, como una conditio sine qua non en la definición de la ciudad; así, de las tres vertientes mencionadas anteriormente (legitimación de poder, los instrumentos de planificación y la globalización) como posibles factores que inciden en la dilucidación del sitio, el suelo urbano (SU), como la cuarta vertiente, representaría el elemento indispensable para el asentamiento humano, por lo que a continuación se explorarían algunas características del SU en la esfera de la producción de mercancías: en el idioma de los economistas ingleses, la mercancía se define como una cosa cualquiera, necesaria, útil o agradable a la vida; en cambio, en el lenguaje marxista adquiere diversas connotaciones, donde la acumulación de ellas representaría a la riqueza burguesa (Marx, 1978: 21); aquí se
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
estratégicamente sus posiciones en la dirección nacional de las principales organizaciones sectoriales como la Concanaco, Coparmex, Caintra y otras (para mayor profundización, ver: Ceruti, M., op. cit.: 263). Con las nuevas políticas económicas implementadas por el gobierno federal, como el modelo neoliberal (1983), la situación era totalmente distinta, ya que incluía variables radicalmente diferentes al modelo anterior; obligando a los sectores industriales regiomontanos a una redefinición de sus políticas. En Monterrey, los empresarios pudieron adecuarse perfectamente a los nuevos tiempos, ya que este nuevo modelo económico promovía menor injerencia del Estado, y usufructo abierto de los procesos de privatización. Incluso con la modificación de la Ley sobre Inversiones Extranjeras en 1984, se tornó frecuente que las empresas regiomontanas comercializaran paquetes accionarios. Precisamente esta apertura a la inversión extranjera es derivada de acuerdos como el GATT (1986) y Tratado de Libre Comercio (TLCAN, 1994) y, por ende, de la incorporación de Monterrey en los procesos globalizantes vertiginosos.
189
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
190
reconoce que la mercancía posee una naturaleza dual, aunque esta concepción dualista de la mercancía no es propiamente contribución de Marx, ya que esto era reconocido en la antigüedad.18 Sin pretender profundizar demasiado en estos conceptos, sería importante por lo menos destacar el hecho de que esta doble existencia de la mercancía como producto determinado contiene su valor de cambio en su forma natural y su valor de cambio en dinero,19 mientras que la mercancía es utilizada en razón de sus propiedades naturales y el dinero solamente como valor de cambio. Es en este proceso de intercambio “mercancía-dinero, dinero-mercancía” donde cada uno alcanza formas independientes de existencia (compraventa) y de esta compraventa surge la plusvalía; que no es otra cosa que comparar el valor de la mercancía (producto neto social) con la cantidad de salarios pagados para su obtención;20 derivando que ésta es igual al trabajo no pagado de los involucrados en el proceso. Ahora, para el caso del suelo metropolitano de Monterrey, calificado como un objeto21 que cuenta con posibilidades de incorporarle mejoras (infraestructura, equipamiento, edificaciones y otras), ya sea dentro de él mismo o las que se efectúen en su hinterland próximo. Estos dos conceptos de suelo y sus mejoras son considerados como mercancías, pero no como mercancías normales; ya que los conceptos de valor de uso y valor de cambio, al relacionarlos con suelo urbano y sus mejoras, adquieren connotaciones diferenciales y de Aristóteles. De la República, L. I, 1837, ed. Bekkeri, Oxonii: “Toda mercancía tiene dos usos, que le pertenecen esencialmente, sin pertenecerle, sin embargo del mismo modo: uno es especial a la cosa, el otro no lo es” (uso directo y uso de cambio). 19 La capacidad de todos productos, naturales e industriales, de servir a la subsistencia del hombre recibe la denominación particular de valor de uso; la capacidad que tienen de trocarse unos por otros se llama valor de cambio (Marx, 1984). 20 Según Berumen, S. et al. (2008: 73) “el salario es la cantidad que está por debajo del valor de la fuerza de trabajo necesaria para la subsistencia, mientras que la plusvalía es la cantidad que está por arriba del valor de la fuerza de trabajo necesaria para la subsistencia”. 21 Arendt, H. lo considera también como un producto artificial de la “variedad interminable de cosas cuya suma total constituye el artificio humano” (Arendt, H., 2002: 23, 157). 18
Finalmente, son claras las propiedades del suelo urbano explicitadas anteriormente, de ahí la seducción de esta figura como
Eduardo Sousa González
1. El suelo metropolitano de Monterrey y sus mejoras (SMM) no pueden ser trasladados de un sitio a otro a voluntad, como lo menciona Marx: “Los valores de uso de las mercancías llegan a ser, pues, tales porque cambian universalmente de sitio…”. Marx, C. (op. cit.: 63-70); ciertamente se distinguen de otras mercancías como automóviles o las compras del supermercado. El SMM tiene una localización fija y en tanto propiedad privada, se le concede determinados privilegios al poseedor; por tanto, diferente significado de valor usado y valor cambiado; además, esta característica de propiedad privada del espacio urbano tiene implicaciones teóricas fundamentales. 2. El SMM son mercancías de las que ninguna persona puede prescindir. Esto es claro, si consideramos que ningún habitante metropolitano puede existir sin ocupar un espacio; aunado a ley de mercado de oferta-demanda tendría implicaciones en el diferencial de precio de esta mercancía. 3. El SMM es algo permanente y la permanencia de sus mejoras también es considerable; en consecuencia y en tanto propiedad privada, los derechos de uso y usufructo relacionados con él, proporcionan la posibilidad de almacenar riqueza (incubar plusvalía); implicando la utilización del suelo como una mercancía de especulación. 4. El SMM tiene numerosos y diferenciados usos que, en la mayoría de los casos, no se excluyen entre sí para el usuario, claro está, siempre y cuando no contradigan las disposiciones generadas por los planes urbanos, las leyes y la reglamentación en la materia.
Vol. 17 • número 34 • 2008
relativa especialidad. Según David Harvey (1979: 163) en relación con estos conceptos habría que prestar atención a diversas características relacionadas con el suelo urbano; éstas, al asociarlas con el área metropolitana de Monterrey en particular, se podría decir que:
191
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
192
un artificio (Arendt, H., 2002: 23, 157) indispensable para la vida en sociedad (Harvey, D., 1979: 166), de donde se pueden obtener múltiples ganancias marginales; muchas de ellas provenientes de transformaciones especulativas que lo involucran directamente o de otras variadas formas proclives pero igualmente ofensivas, por lo que son cuestionadas en su proceso. En tal caso, esta mercancía, señalada como el suelo urbano, de propiedades inmanentemente específicas y muy diferenciadas a las de otros muchos artificios, cosas o mercaderías, que dan carácter a la objetividad del mundo (en tanto producción de objetos) para su utilización mundana y, muchas de las veces, suntuaria (Connolly, P., 1988; Sousa, E., 2007: 32), sería el espacio urbano; aquel lugar donde se desarrolla la vita activa de los pobladores y todas las interacciones posibles que se desarrollan entre las diferentes matrices sociales que pudieran existir en el sitio.
Deducciones preliminares En este orden de ideas es posible afirmar que la evidencia histórica indica que las concentraciones urbanas, las ciudades, en su mayoría, no han representado modelos aplicados de relaciones humanas equilibradas que adoptar, ni mucho menos han generado estadios de igualdad, justicia o equidad social. Incluso en la polis griega, donde se ha comprobado que se manifestaban también, entre otras, las crisis de urbanidad, la segregación social, hacinamiento, corrupción y otros muchos problemas urbanos de actualidad. Esto, en virtud de cuatro procesos histórico-sociales reconocidos, generados, e inherentes a concentraciones urbanas de ciudades de países en desarrollo o de subdesarrollo intermedio (Di Filippo, 1998: 14) como México; dichos procesos podrían identificarse con: Primero, la vida en sociedad independientemente de la matriz social a la que pertenezca el individuo, requiere de un proceso de aculturación como conditio sine qua non, que le permita las diversas interacciones entre pobladores con diferentes características socioeconómicas, costumbres, identidad, y otras.
22
Funcionario contingencial o urbanista de contingencia, concepto que ha sido propuesto por Sousa, E. (2006: tesis doctoral y 2007: 43) y que alude a aquellos servidores públicos incrustados en algunas dependencias municipales o agencias estatales asociadas
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
Segundo, lo relativo al funcionamiento económico de la ciudad que acusa una marcada división del trabajo, generando explotación a favor de la producción de mercancías (industriales, de servicios, o de conocimiento, incluso del suelo); con fines de acumulación primaria de capital y, por ende, antagonismos de clase derivados de la antinomia histórica humana: la explotación del hombre por el hombre. Tercero, se refiere a la clase gobernante del Estado-nación, la cual administra los recursos generados por la sociedad en una forma que pareciera ser la menos adecuada: sin consenso social, en muchos casos, con objetivos electorales y en otros tantos, favoreciendo a los grupos económicamente dominantes. Además, en tanto administrador normativo del espacio urbano los gobiernos locales y el Estadonación han cedido ante las demandas generadas en torno a éste: en unos casos, permitiendo la urbanización de áreas ecológicas y protegidas; en otros, consintiendo la incorporación al desarrollo urbano de áreas urbanas sin vocación (i.e. García), e incluso gestionando la construcción de infraestructura en monumentos identitarios (túnel del Cerro de la Silla) y muchas irregularidades más, donde están involucrados en claro contubernio los grupos económicamente dominantes, así como la clase política de élite. Cuarto, de esta manera, en su compromiso y obligación de ordenador del espacio urbano-metropolitano, se han utilizado, en numerosos casos, procesos de planeación urbana con teorías parcialesimportadas, e instrumentos operativos decimonónicos; sin la visión continuada de largo plazo y lo que es más serio, sin un proyecto futuro de ciudad consensuado socialmente. En efecto, se ha utilizado una forma de “planeación” que se pudiera denominar de contingencia: que cambia lo importante por lo urgente, lo importante por lo electoral, o lo importante por la permanencia en el poder, ejercida por lo que pudiéramos llamar funcionarios contingenciadores,22
193
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
194
ocasionando, en muchos casos, las características de metropolización que ahora tenemos. En el área metropolitana de Monterrey son claros los múltiples problemas urbanos derivados de procesos asociados precisamente de esta característica de metropolización, tal circunstancia obedece claramente a que, con las estrategias actuales de planeación implementadas por las dependencias gubernamentales, difícilmente será posible disminuir el ritmo de crecimiento urbano, u orientar debidamente el incremento de pobladores hacia las zonas adyacentes;23 sino también organizar al interior elementos fundamentales como la vialidad y el transporte, que están ciertamente coligados con lo que denominamos “velocidad del movimiento urbano”, el cual al parecer se desarrolla en un proceso paralelo e iterativo con el proceso de me
con la planificación del desarrollo urbano, los cuales tienen una visión decimonónica y limitada del futuro, además de serias deficiencias de orden teórico-metodológico de aplicación procesal en la planeación urbana, ya que su formación en el tema urbano radica en una visión, en el mejor de los casos, parcial del sitio (ya sea puramente espacial o jurídica o medioambiental u otras); lograda a través de su tiempo de adherencia en las diferentes estructuras gubernamentales, mediante un clásico empirismo “fragmentado” (Lefebvre, H., 1980: 53-83): “sería algo así como mencionar, que algunos pudiesen tener 20 años de experiencia en los problemas de la ciudad, pero… en el mejor de los casos, es la experiencia de un año repetida 20 veces”. Aunado a que algunos de estos personajes tienen una proclividad galopante hacia prácticas negativas coligadas al contubernio y a la corrupción, lo que les impide formular las soluciones urbanas integrales de largo plazo en beneficio de la sociedad a la que debieran de servir; prefiriendo intervenir en problemas contingenciales, que surgen diariamente en el reducido espacio territorial que delimitan y al que llaman “la ciudad”. En efecto, tienden a cambiar lo importante por lo urgente, lo importante por el sostenimiento del poder o por asociaciones clasistas (Pratt, H., 2006: 41, propone tres clases: alta, media y baja; la asociación a que nos referimos sería entre la clase alta, los funcionarios públicos y los políticos) de complicidad, francamente ilegales y nocivas, no sólo para el equilibrio físico-espacial del sitio, sino también para las diversas actividades socioeconómicas de la sociedad asentada en el lugar; y cuando se trata de una metrópoli, indefectiblemente involucraría a todos los pobladores que hacen uso de los municipios conurbados, incluyéndose paradójicamente a ellos mismos, razón por lo que también se les ajustaría el concepto de banáusico propuesto por Arendt, H. (2002: 175): “aquel individuo con vulgaridad de pensamiento y actuación de conveniencia”. 23 Para el AMM en virtud de los recientes problemas de gobernabilidad que enfrenta, se está empezando a mencionar en los discursos de algunos políticos y funcionarios con-
tingenciales, el concepto de área metropolitana ampliada, la cual incluiría algunas áreas periféricas de municipios adyacentes, como el de Hidalgo, Abasolo, El Carmen, Salinas Victoria, Dr. González, Cadereyta y otros; iniciando con estas acciones, procesos especulativos del suelo, que se transforman en serias dificultades estratégicas y de política pública para la formulación imparcial de la imagen futura de ciudad, y guiar las exiguas acciones de planeación en ese sentido. Esto aunado a que con las atribuciones que otorga el artículo 115 constitucional a los municipios, impide, en gran medida, lograr consenso entre las autoridades locales, sobre la orientación y características específicas del crecimiento urbano como un todo metropolitano; ya que cada autoridad local se enfoca solamente a su área de influencia municipal, otorgando permisos a desarrolladores especuladores, sin una visión del conjunto urbano. Descuido que debemos pagar todos los habitantes de la metrópoli: con mayores distancias de recorridos, deficientes servicios públicos, saturación de vías públicas, inseguridad y lo que es peor, una “mayor velocidad iterativa en la vida urbana”. Creemos que, aunque la modificación del artículo 115 constitucional, décadas atrás, tiene en el fondo fundamentos de bienestar ciudadano, para áreas con características de metropolización, como la de Monterrey, este artículo mencionado debería de ser revisado y equilibrado con algún otro que otorgue al Estado la posibilidad de ejercer la planeación en el contexto metropolitano. 24 El concepto de “espacio de indolencia social EIS”, propuesto por el autor de este artículo, se define como aquel grupo de individuos que no se afectan o conmueven por los hechos urbanos negativos que les ocurren a las personas de una sociedad. El EIS se asocia a la indiferencia manifiesta por los individuos hacia sus semejantes, generalmente de las clases más favorecidas, a los sectores de pobladores de grupos de estratos económicos de bajos ingresos, tanto a aquellos que forman parte de la economía informal, como a los que sobreviven de las limosnas: ellos también tienen derecho a la ciudad (Lefebvre, H., 1973: 123). Esta situación, aunque no es privativa de grandes concentraciones urbanas, habitualmente se presenta en aquellas ciudades con estas características (ver: actitud blasée en Simmel, G., op. cit.). Se podría decir que la indolencia social es directamente proporcional al número de pobladores de un sitio, que al incrementarse paulatinamente genera la modificación de patrones culturales, identitarios y otros: entre mayor sea la relación entre el espacio físico territorial y los pobladores in situ (densidad), mayor sería la indolencia social manifestada por los individuos que integran dicho espacio social.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
tropolización: a mayor índice de metropolización sin control de planeación, mayor será la velocidad de la vida urbana (ver diagrama 2). En este contexto: ¿sería de esperar un comportamiento social contestatario que equilibre los cuatro procesos mencionados y el incremento iterativo en la velocidad de la vida urbana; o una aceptación incondicionalmente resignada de ceteris paribus? O quizá... ¿se debería reconocer que como sociedad urbana metropolitana indolente24 y apática se tiene lo que se merece?
195
I tera ción
Nóesis
Velocidad ascendente en el proceso de la vida urbana
Incremento en los índices de crecimiento de p obladores
Modificac ión en las distancias: origen-destino (viajes pendulares)
Crecim iento en el núm ero d e vehículos para transporte c olectivo y particular
Demanda de una eficiente e structura v ial (espacio público)
I tera ción
I tera ción
Fuente: Datos generados en esta investigación.
Con lo expresado anteriormente no se pretende estimular cambios radicales en el sistema; ni qué decir de la revolución de Lefebvre (1974: 57), Proudhon, J. P. (2002: 51), Marx (op. cit.), Bakunin (en Woodcock, G., 1979; y Cappeletti, A., 1986) y otros, o los factores que iniciaron la “revuelta en las ciudades” que menciona Arrom, S. et al. (2004: 20),25 donde la variedad de conflictos populares e ingobernabilidad creciente crean las condiciones para situaciones de esta naturaleza. La intención sería solamente enfatizar que aún en las sociedades de las metrópolis en la sobremodernidad (en desarrollo, desarrolladas o redesarrolladas), existen amplios espacios de 25
196
I tera ción
Velocidad ascendente en el proceso de la vida urbana
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Diagrama 2. Proceso iterativo de metropolización basado en la velocidad del movimiento urbano.
Arrom, Silvia y Servando Ortoll (2004) coordinaron una investigación histórica sobre los motines en las ciudades latinoamericanas, incluyendo en México el denominado motín del Parián en 1828 y el de Guadalajara en 1910. Aunque existen otros más recientes como el de Marcos en Chiapas, el de Atenco, o el de la APPO en Oaxaca (2006).
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
dominación, desigualdad, injusticia, conflicto de clases, indolencia social, parcialidades en la impartición de justicia, negligencia burocrática en las agencias que gestionan el desarrollo urbano, corrupción de cuello blanco y otros factores negativos más que requieren de una legislación operativa en la rendición de cuentas, e intervención judicial y jurisprudencia aplicada de facto, que alcance hasta los más altos niveles de gobierno; para tender a lograr un equilibrio del sistema en beneficio de la sociedad urbana que se asienta y enfrenta día con día las faltas, los errores, las injusticias y, muchas de las veces, las incompetencias, corruptelas y, sobre todo, insuficiencias por desconocimiento del área disciplinar de los tomadores de decisiones. Por último, en el desarrollo del presente artículo se ha tratado de presentar una posición teórica que permita avanzar en el conocimiento sobre la forma de interpretar a la ciudad, para esto se han propuesto cuatro vertientes comprensivas (la legitimación de poder, los instrumentos de planificación, la globalización y el suelo urbano) que es posible coligar a los procesos que abarcan las etapas de metropolización; permitiendo trazar algunos lineamientos que se involucren en la definición de ciudad, a partir de la ciudad industrial, y procesalmente en las ciudades de características metropolitanas en la sobremodernidad. Para ello se considera necesario la identificación de la etapa de metropolización del sitio, no solamente en el ámbito asociado al número de pobladores, como se ha abordado aquí; sino también en la determinación de los patrones de concentración espacial de empleos ligados al sector secundario y terciario; ya que por cuestiones metodológicas sería indispensable esta información para la determinación de la etapa de metropolización en que se encuentra el lugar. Dichos procesos se encuentran esquematizados en el diagrama 3.
197
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
198
Diagrama 3. Ciudades en la sobremodernidad a partir del enfoque evolucionista lefebvriano. iudade e n
tras ciudade s de la an tig e dad
iudad ol tica
iudad ome rcial
a
e
e ien e d e an i i 1. Legitimación d e poder 2. Los instrumen tos d e planificación 3. La glob alización 4. El suelo urbano
iudad ndus trial
mp losión e plosión urban a subordina ción completa ag r cola urban o
Fuente: Lefebvre, H. 1980: 22; (cfr.). Modificación propuesta por el autor de esta investigación.
de nidad
Definición de ciudad
den ficac i ión de e a a de e i ac ión ac ión e e
Definición de iud ad e i ana
Eduardo Sousa González
Ángel, Miguel A. La ciudad contra el castillo. México, Juan Pablos y UAM, 1984, pp. 35-50. Arendt, Hanna. La condición humana. España, Paidós, 2002, pp. 21-349. Arrom, Silvia et al. Revuelta en las ciudades, políticas populares en América Latina. México, M. A. Porrúa, 2004, pp. 20-50. Augé, Marc. Los no lugares, espacios del anonimato: una antropología de la modernidad. Barcelona, Gedisa, 2005. Barca, Laura et al. Léxico de la política. México, FCE, 2000. Bassols, Mario et al. Antología de sociología urbana. México, UNAM, 1988, pp. 47-61. Berumen, Sergio et al. Economía crítica. Escuelas y pensadores para una globalización alternativa. México, Trillas, 2008, pp. 73-110. Bettin, Gianfranco. Los sociólogos de la ciudad. México, GG, 1982, p. 127. Blumer-Thomas. La globalización moderna. México, Fondo de Cultura Económica, 2003. Bobes, Cecilia. “Ciudadanía”, en: Barca, L. et al. Léxico de la política. México, FCE, 2000, pp. 50-114. Borja, Jordi. Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. México, Taurus, 2002. Busquets, Javier. Perspectiva desde las ciudades. Ciudad y territorio. Estudios territoriales, núms. 95-96, 1993, pp. 163-174. Cappeletti, Arturo. Bakunin y el socialismo libertario. México, Minerva, 1986, pp. 32-275. Carmona, Salvador et al. La vía mexicana del desarrollo ante la globalización y la nueva economía. México, BUAP, 2002, pp. 13-112. Castells, Manuel. Globalización, desarrollo y democracia. Chile en el contexto mundial. México, FCE, 2005, pp. 11-56.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Bibliografía
199
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
200
-----. La era de la información. México, Siglo XXI. La sociedad red, vol. I; El poder de la identidad, vol. II; Fin de milenio, vol. III, 2002. -----. La ciudad y las masas. Madrid, Alianza, 1986. -----. La cuestión urbana. México, Siglo XXI, 1976. -----. Movimientos sociales urbanos. México, Siglo XXI, 1974. Connolly, Priscilla. “Crecimiento urbano, densidad de población y mercado inmobiliario”, en: Revista A, vol. XI. México, UAM Azcapotzalco, 1988. Filippo Di, Armando. “La visión centro periferia hoy”, en: Revista de comisión económica para América Latina (CEPAL). Número extraordinario, 1998, pp. 1-14. García, Roberto. “Evaluación de la planeación y gestión urbana del AMM y sus escenarios de futuro: hacia un modelo alternativo de planeación estratégica y participativa”, en: Carreño, Martha et al. Planeación en México: región y medio ambiente. UAEM, 2002. Garza, Gustavo. Políticas urbanas en grandes metrópolis: Detroit, Monterrey y Toronto. México, El Colegio de México, 2003, p. 206. -----. La urbanización de México en el siglo XX. México, El Colegio de México, 2003a. -----. Atlas de Monterrey. Gobierno del Estado de Nuevo León, 1995, pp. 60-120. Gobierno del Estado de Nuevo León. Plan Metropolitano 2021: Desarrollo Urbano de la Zona Conurbada de Monterrey, 2000, pp. 37-143. -----. Plan Director, 1988, p. 19. Guilia, Ángela. En: Ramírez Kuri. Espacio público y reconstrucción ciudadana. México, M. A. Porrúa, 1995a, 2003. Gutiérrez, Esthela. La globalización en Nuevo León. México, El Caballito, 1999, pp. 76-263. Harvey, David. Urbanismo y desigualdad social. México, Siglo XX1, 1979, p. 166.
Eduardo Sousa González
Vol. 17 • número 34 • 2008
Ianni, Octavio. La era del globalismo. México, Siglo XXI, 2001, pp. 3-99. INEGI. Estadísticas del medio ambiente de la zona metropolitana de Monterrey, 2001, 2002, pp. 28-87. -----. División territorial del estado de Nuevo León, 1810-1995, 1996, p. 45. Johnson, Steven. Sistemas emergentes. México, FCE, 2003, pp. 29147. Lefebvre, Henry. La revolución urbana. Madrid, Alianza, 1980. -----. La revolución de hoy. México, Extemporáneos, 1974. -----. El derecho a la ciudad. Barcelona, Península, 1973, pp. 17-84; 123. Marx, Carlos. Miseria de la filosofía. México, Siglo XXI, 1984, p. 21. -----. Contribución a la crítica de la economía política. México, Ediciones de Cultura Popular, 1978. McLuhan, Marshal. La aldea global. México, Gedisa, 2005, pp. 11133. Munford, Lewis. La ciudad en la historia. Buenos Aires, Infinito, 1979. Neira, Eduardo y Eduardo Novaes. El desarrollo sustentable y las metrópolis latinoamericanas. México, El Colegio de México, 1996, p. 104. Petras, J. La globalización desenmascarada: el imperialismo en el siglo XXI. México, M. A. Porrúa, 2003, pp. 11-92. Pratt, Henry. Diccionario de filosofía. México, FCE, 2006, p. 41. Proudhon, Jan Paul. ¿Qué es la propiedad? México, Folio, 2002, pp. 51-185. Sassen, Saskia. La ciudad global. Buenos Aires, Eudeba, 1999, pp. 283-363. Sobrino, Jaime. Competitividad de las ciudades de México. México, El Colegio de México, 2003, p. 198. Sousa González, Eduardo. El área metropolitana de Monterrey. Análisis y propuesta de lineamientos metodológicos para la
201
El espacio urbano y su transformación metropolitana en la sobremodernidad. El caso Monterrey, N.L., México
Nóesis
202
planeación. México, Colección Trayectorias, UANL, 2007. -----. “El crecimiento metropolitano en el contexto del subdesarrollo latinoamericano. Reflexiones metodológicas para la planeación: el caso de las áreas metropolitanas de México”, en: Revista Quivera, año 10, núm. 2007-2, julio-diciembre, 2007a, p. 323. -----. El área metropolitana de Monterrey. Análisis y propuesta de lineamientos metodológicos para la planeación. Tesis doctoral, 2006. -----. “El proceso de mundialización como variable dependiente del desarrollo metropolitano: el caso de los países emergentes”. Revista ASINEA, mayo de 2005, p. 80. Thrift, Nigel. The Geography of International Economic Disorder. Oxford, Basil Blackwell, 1986, pp. 11-45. Unikel, Luis. El desarrollo urbano de México. México, El Colegio de México, 1978. Woodcock, George. El anarquismo. México, Ariel, 1979, pp. 30413.
Economy groups and urban growth: the two realities of the southeastern cities of the United States
Los vínculos sociales constituyen formas particulares de regulación a través de las cuales los individuos negocian las normas sociales, ajustándolas a sus intereses y necesidades. Es posible This article seeks to explain how the level of urban development and urban comencontrar en la sociedad colombiana el petitiveness of cities in the American Southwest is contingent upon the type of origen de dichos vínculos en prácticas entrepreneurial classes existent in each urban locality similar to what happen tradicionales como el paternalismo y el in the Northern Mexican border cities. To provide evidence this article studies patronazgo, a través de la emergencia the urban processes experienced by Tucson and Phoenix, Arizona. The document de sistemas de intermediación que provides an overview of the economic, political and social context of development se desarrollaron paralelamente a las in Arizona and describes and compares the development of both Phoenix and dinámicas del mercado y del Estado. Tucson. In the last part, the document relates the characteristics of the American Este artículo busca proponer una Southwest Cities to those of the Mexican Northern Border Cities. reflexión sobre la función reguladora de los vínculos sociales, a partir de una descripción de su influencia en algunos de los procesos de consolidación de la PALABRAS Vínculos sociales, CLAVE: regulación social, normas, sociedad colombiana. estrategias de protección.
A Social Bonds as Regulations Forms. Thinking about Social Bond’s Power in Colombian Society Social bonds constitute particular ways of regulation, through which individuals negotiate social rules, adjusting to their needs and interests. It’s possible to find in Colombian society the origin of such bonds in traditional practices such as paternalism and patronage through the emerging of intermediation systems which develop in a parallel way to market and State dynamics. This article seeks to propose a reflection about the social bond regulation function starting with a description of its influence in some of the consolidation processes of Colombian society. bonds, Social Key Social regulation, Laws, Words: Protection strategies.
stern
Los vínculos sociales como formas de regulación. Reflexiones sobre el poder de los vínculos en la sociedad colombiana1 José Fernando Sánchez Salcedo2 Este artículo constituye un avance de la investigación sobre Estrategias relacionales de los grupos profesionales en la ciudad de Cali, que el autor viene adelantando como requisito para obtener el título de Doctor en Sociología. 2 Comunicador Social y licenciado en Literatura, candidato a Doctor en Sociología por la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica. Profesor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad del Cauca. Correo: jfsanchez@unicauca.edu.co 1
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
206
Introducción
Hi
stóricamente en la sociedad colombiana los vínculos sociales han constituido un importante mecanismo de regulación social, cuya incidencia, en muchos casos, termina siendo más decisiva que los marcos legales formales. Así, en contextos como los formados por los partidos políticos, pasando por la burocracia de Estado y la gestión pública hasta la empresa privada, los vínculos sociales han desempeñado un importante papel de soporte y de satisfacción de necesidades sociales. Independientemente de su inscripción en determinados patrones culturales y referentes valorativos, los vínculos sociales crean, en una sociedad fuertemente marcada por el conflicto, escenarios de confianza, al tiempo que entran a suplir demandas y necesidades que el Estado por su precariedad no está en capacidad de satisfacer. Este último aspecto justamente es el que garantiza su existencia y reproducción social, pues provee a los individuos de diferentes tipos de recursos con los cuales les es posible si no mejorar al menos mantener las condiciones existentes. En este sentido, estos vínculos son funcionales para una sociedad fuertemente marcada por el riesgo (Beck, 1998), pues proporcionan una cierta forma de protección que asegura a los individuos frente a las incertidumbres, de un contexto claramente inestable. El presente texto busca, bajo la premisa de la función reguladora de los vínculos sociales, hacer una descripción de sus principales características en el contexto de la sociedad colombiana. Para ello se propone una reflexión que, a la vez que articula alguna de las principales nociones teóricas que explican el rol desempeñado por los vínculos en la regulación de los procesos sociales, busca dar cuenta del modo en que dichos vínculos han funcionado en algunos escenarios políticos y sociales de nuestra sociedad.
José Fernando Sánchez Salcedo
Tradicionalmente en Sociología se han propuesto dos perspectivas para el estudio de las regulaciones sociales: una primera, de origen estructuralista, que entiende la regulación como un conjunto de normas institucionales, externas a los individuos, a partir de las cuales se “ tiende a obtener el equilibrio de procesos sociales o a restablecer un equilibrio que se ha roto” (Petit, 2005: 35), y una segunda perspectiva, que podemos denominar interaccionista, que concibe la producción de normas y reglas sociales como un proceso negociado, resultado de las interacciones sociales. Mientras el punto de vista estructuralista hace hincapié sobre el rol que juegan las instituciones, en tanto sistemas productores de normas, el enfoque interaccionista enfatiza el rol que juegan los actores y las regulaciones desde la base social. La concepción de la regulación de corte estructuralista se enmarca claramente en la tradición de estudios sobre el control social, corriente analítica cuyo propósito principal ha sido indagar todo tipo de procesos que contribuyan a asegurar el mantenimiento y la permanencia de la estructura social. La influencia reguladora y directriz de la sociedad sobre el comportamiento de sus miembros recae, en este punto de vista, sobre el Estado y sus instituciones, pero también sobre un conjunto de agentes expertos en la intervención social: administradores, jueces, psiquiatras, políticos, etcétera. Todos ellos van a ser estudiados “no solamente como productores de normas y controladores de su aplicación, sino también como quienes tienen la capacidad, a partir de la comprensión de las necesidades y demandas de los grupos dominados, de adaptar y restaurar los equilibrios sociales y políticos comprometidos” (Petit, 2005: 36). De manera distinta a las teorías estructuralistas de la regulación que enfatizan el poder de las normas, de las jerarquías y las estructuras sociales, las interaccionistas valoran la autonomía relativa de los actores individuales y colectivos, dadas “no solamente su resistencia, sino también su creatividad, sus proposiciones, su propia actividad reguladora: todo eso que en la sociedad viene de abajo o de
Vol. 17 • número 34 • 2008
Los estudios sobre la regulación social
207
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
208
las márgenes sin ser recuperado por el centro” (Petit, 2005: 37). La base sobre la cual se estructura la acción reguladora de los actores radica en su capacidad de negociación, por eso para los autores que defienden esta perspectiva, sociólogos de las organizaciones y de las relaciones industriales, “La regla, fundamento de todo sistema social no es solamente una producción de arriba hacia abajo. En tanto modo contractual de vivir juntos, la regla es también negociable y negociada por actores diversos, que aunque adscritos a un determinado marco normativo, guardan una parte de su autonomía” (Petit, 2005: 38). El énfasis de la perspectiva interaccionista en los procesos de negociación realza el importante papel que tienen las relaciones y los vínculos interpersonales en la construcción y negociación de reglas sociales, no sólo porque son los intercambios producidos por dichos vínculos el escenario donde se llevan a cabo estas negociaciones, sino porque, según se conservan, negocian o se relativizan estas reglas, se contribuye a la renovación de los lazos sociales, como núcleo sobre el cual se estructura la vida y la convivencia en una sociedad. Pese a la importancia que estas teorías han tenido para el desarrollo del concepto de regulación, ambas desconocen el rol complementario que pueden jugar el sistema y el actor (Crozier y Friedberg, 1977). El primero, a partir del rol fundamental que tienen los sistemas normativos institucionales en el mantenimiento de un cierto orden social, y el segundo, a partir del reconocimiento de la autonomía de los actores frente al sistema, que se traduce en su capacidad de decidir y actuar con relativa independencia. De esta forma, se reconoce que no hay un sistema normativo completo, sin fisuras y contradicciones que englobe y dirija la conducta de todos los individuos y que el actor tampoco puede actuar de forma totalmente independiente a las restricciones que impone el sistema.
La teoría de Tonnies se formula a través de la oposición entre comunidad y sociedad, en donde lo comunitario implica una determinación total del individuo a un sistema de reglas, que inciden en sus formas de relacionarse. En este marco, el vínculo social que resulta es fuerte, pero la autonomía individual es negada y la no conformidad a las normas del grupo es sancionada. El opuesto de dicho modelo es el societario, en donde las relaciones entre los individuos está fundada por el interés de cada uno. En el modelo societario, el vínculo social permite una gran autonomía en el marco de un contrato social generalizado. 4 Para Durkheim la expansión de la división social del trabajo dio origen a dos tipos distintos de mecanismos de cohesión social: la solidaridad mecánica, donde la base principal de cohesión de la sociedad es la conciencia colectiva, la cual envuelve completamente la conciencia individual dando como resultado una identidad entre los indi3
José Fernando Sánchez Salcedo
Los vínculos sociales constituyen uno de los ejes principales sobre los cuales se estructura el pensamiento sociológico en la medida en que retoman el problema central sobre el cual se conforma la vida en sociedad, es decir, a partir del tipo de intercambios que llevan a cabo los individuos. Los vínculos son concebidos, entonces, como una unidad mínima básica de configuración de la sociedad, a través de las cuales los individuos forjan sus relaciones y comportamientos. El estudio de los vínculos sociales es posible abordarlo a partir de tres categorías distintas: su constitución, densidad y uso. En lo que respecta a su constitución, los vínculos se pueden clasificar en colectivistas e individualistas. En la perspectiva colectivista, el establecimiento de relaciones entre los individuos es el resultado de la pertenencia a un grupo y/o a un conjunto de categorías (estatus, roles, etcétera) que determinan la posición que ocupan y las funciones que desempeñan los individuos en una determinada colectividad. El énfasis de este modelo está en la primacía de la estructura social sobre los vínculos individuales. Las teorías del vínculo social que mejor representan esta tradición son las de F. Tonnies (1887) y E. Durkheim (1893), la primera, a través de la distinción entre comunidad y sociedad;3 y la segunda, mediante el establecimiento de dos tipos de solidaridades diferentes: una solidaridad mecánica y una solidaridad orgánica.4
Vol. 17 • número 34 • 2008
Las teorías sobre los vínculos sociales
209
Los vínculos sociales como formas de regulación.
El desarrollo del proceso de individualización, por su parte, si bien no es nuevo en teoría sociológica,5 ha tomado en las sociedades contemporáneas una especial relevancia para explicar las transformaciones acontecidas en el seno mismo de las sociedades industriales. “Los mismos modos de producción, el mismo sistema político, la misma dinámica de la modernización, hace nacer otro rostro de la sociedad: otras redes de relaciones, otros modos de sociabilidad, nuevas facetas y nuevas formas de organización política de los individuos” (Beck, 1998: 17). Las razones del incremento de este proceso es posible rastrearlas en aspectos como la finalización del Estado social después de la Segunda Guerra Mundial, la expansión de la formación, el aumento del salario real, la movilidad social y geográfica, el crecimiento de la actividad femenina, el ascenso del divorcio y de la flexibilidad del trabajo, etcétera. La consecuencia de estos cambios ha puesto en cuestión las nociones clave de la sociedad industrial, tales como: la clase social, la familia nuclear, la profesión dificultando las representaciones y modelos de análisis que dichos conceptos proponían para dar cuenta del funcionamiento de la sociedad. Pero sobre todo estas transformaciones se han revertido, fundamentalmente en los países industrializados occidentales ricos, en “un impulso social de individualización de un alcance y una dinámica desconocidas con anterioridad (y esto manteniéndose constante las relaciones de desigualdad)” (Beck, 1998: 96). Al enfatizar una u otra perspectiva para explicar cómo están constituidos los vínculos sociales, la concepción colectivista e individualista de los vínculos desconoce su carácter dialéctico y complementario que se expresa justamente en el reconocimiento de ambas dimensiones como componentes fundantes, integradores y no
Nóesis
210
viduos y la solidaridad orgánica, la que, por el contrario, no propone identidad, sino diferencia entre las creencias y las acciones de los distintos individuos. El progreso de la solidaridad orgánica, típica de las sociedades modernas, depende necesariamente de la disminución de la importancia de la conciencia colectiva. 5 En la medida en que ha sido abordado por autores como Max Weber (1903), Georges Simmel (1908) y Norbert Elias (1987), entre otros.
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
excluyentes de la experiencia y las formas de relación que establecen los individuos. En lo que tiene que ver con la densidad de los vínculos interpersonales, Mark Granovetter (1973) propone dos clasificaciones: vínculos fuertes y vínculos débiles. La fuerza del vínculo es “una combinación del tiempo, la intensidad emocional, intimidad (confianza mutua) y los servicios recíprocos que caracterizan a dicho vínculo” (Granovetter, 1973: 1361). En ese orden de ideas, los vínculos fuertes incluyen intimidad, provisión mutua de servicios y contacto frecuente, mientras que los débiles son aquellos que no se mantienen frecuentemente en la medida en que no existe intimidad entre los actores. Si bien los vínculos fuertes mantienen la cohesión del grupo, por el grado de intimidad y de pertenencia que generan, los vínculos débiles permiten una mayor difusión de la información en la medida en que muchas veces funciona como puentes entre círculos y grupos diferentes. En la medida en que los miembros de grupos constituidos por vínculos fuertes conocen y comparten redundantemente la misma información, las personas que establecen vínculos débiles al poco frecuentarse poseen información desconocida para los otros. Vínculos fuertes y vínculos débiles constituyen, pues, formas distintas de organización social que responden a dinámicas diferentes. Los vínculos fuertes pueden ayudar a la constitución de grupos unitarios, pero a la vez fragmentados. Los vínculos débiles, pese a su relativa capacidad de integración, conforman un importante mecanismo de movilización social al interior de las redes sociales. Finalmente, en lo que respecta al uso de los vínculos sociales, esta perspectiva recoge una importante tradición sociológica que concibe los vínculos y las relaciones interpersonales como recursos. Pierre Bourdieu (1980) y James Coleman (1986) son dos de los principales exponentes de dicha concepción. Para Bourdieu las relaciones constituyen no sólo una serie continua de intercambios, sino un conjunto de recursos que garantizan el logro de ciertos objetivos. Dichos recursos que pueden ser actuales o potenciales conforman
211
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
212
una suerte de capital que estaría ligado “a la posesión de una red durable de relaciones más o menos institucionalizadas de interconocimiento o reconocimiento mutuo y de interreconocimiento; o en otros términos a la pertenencia a un grupo como conjunto de agentes que no están solamente dotados de propiedades comunes (susceptibles de ser percibidas por el observador, por los otros o por ellos mismos) sino que son también unidos por vínculos permanentes y útiles” (Bourdieu, 1980). El concepto de capital social para Coleman (1986) parte de la idea de que “cada actor tiene control sobre ciertos recursos y situaciones, entonces el capital social constituye una clase particular de recursos disponibles para un actor” (Coleman, 1986: 98). En la medida en que constituye una suerte de recurso, el concepto de capital está definido por su funcionalidad, “todo (capital) está conformado de algunos aspectos de la estructura social y ellos facilitan ciertas acciones de los actores dentro de la estructura” (Coleman, 1986: 98). La integración del capital social en la estructura social delimita, de un lado, las acciones de los actores en cuanto a sus posibilidades individuales. No se trata de un actor todopoderoso que orienta sus acciones motivado solamente por sus intereses y necesidades, sino más bien de un actor enmarcado por la posición que ocupa en la estructura social; y de otro lado, establece fronteras en relación con el contexto de la acción donde tiene injerencia el tipo de capital que se pone en funcionamiento. Indicando de esta forma que el valor del capital es específico a ciertas situaciones. Este último aspecto es importante porque delimita claramente sus alcances, espacios y escenarios de aplicabilidad. Aunque ambas concepciones de capital se diferencian en el origen de la producción de los recursos, Bourdieu enfatiza el importante papel que juegan las disposiciones sociales mientras que Coleman se centra en las elecciones individuales; los dos autores coinciden en que los principios que fundamentan la existencia del capital social están en las relaciones socialmente estructuradas que unen a un individuo, a una familia, a grupos, a otros individuos en el barrio, la iglesia, el club, etcétera.
Relaciones entre vínculo, Estado y sociedad
José Fernando Sánchez Salcedo
La configuración, la densidad de los vínculos y su uso van a determinar la función reguladora de los mismos, mientras que los vínculos de tipo colectivista van a enfatizar el importante papel que desempeñan las estructuras sociales y cognitivas, tanto en la cohesión como en el control de los individuos; el origen individualista de los vínculos evidenciará la capacidad de los individuos para construir sus propias reglas y negociar los sistemas normativos existentes.
6
Después de la proclamación de la República en 1810 la sociedad colombiana, como muchas sociedades latinoamericanas, se vio abocada a construir su propio sistema normativo para establecer un orden político y social que se diferenciara del antiguo sistema colonial impuesto por la Corona española. Este proceso se caracterizó por una diversidad de posturas políticas e ideas de nación que, junto con los viejos esquemas políticos y modelos económicos heredados del antiguo régimen colonial, contribuyeron a la consolidación del proyecto republicano, fuertemente inspirado en las ideas y principios de la República francesa. Sin embargo, ni la constitución de partidos políticos ni el conflicto bélico que generó la diversidad política y de intereses de las diferentes regiones, lograron resolver las diferencias regionales no sólo ideológicas, sino institucionales que supuso la conformación de un Estado moderno.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Paralelamente al desarrollo de una ideología igualitarista de carácter universal fundamentada en la razón y en el respeto de los derechos individuales, las élites de las naciones latinoamericanas, desde su fundación,6 hicieron de las relaciones personales una forma de garantizar la reproducción del sistema jerárquico sobre el cual sustentaban su lógica de dominación, perpetuando así formas tradicionales de poder de carácter personalista, fuertemente afincadas a nivel local y regional. Estas particulares formas de dominación es posible encontrarlas, primero, en La Colonia, en la encomienda, y después en la República, en la hacienda. Ambas conforman no sólo un sistema económico, sino político, sustentado en mecanismos de sujeción que a la vez que adscriben a los individuos a la lógica de producción económica, los vinculan política y socialmente a través de un complejo sistema de lazos primarios y redes personales que tienen como figura central el encomendero y el hacendado, respectivamente.
213
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
214
“La hacienda es una especie de evolución de la encomienda, en donde el dueño mantiene el control sobre enormes cantidades de tierra, dándole a los campesinos un espacio para trabajar y para vivir. La relación de dominación se establece formalmente entre hombres y mujeres libres, pero también comprende un ingrediente moral en el cual el hacendado tiene un poder casi religioso para disponer de la vida de sus asociados” (Pizano, 2001: 77). A través de dichas redes relacionales que vinculan mecanismos de dominación y de control moral, se organizaron los poderes locales. En ese sentido, la hacienda es un modelo de organización colectiva económica y política fundamentado en redes familiares y comunitarias, de carácter paternalista, centradas sobre el poder del hacendado. La base de estos poderes son los vínculos sociales expresados en relaciones asimétricas, en donde “el establecimiento de contactos cercanos con el hacendado va a ser la condición de garantía de la atención de las demandas fundamentales de la población que esta a su cargo” (Pizano, 2001: 78). Por su fuerte raigambre local y regional, la hacienda como núcleo del sistema político y económico, extendió sus redes de vínculos a través del clientelismo, el caudillismo y el patronazgo. Estas formas sociales estaban ligadas ante todo con las condiciones de atraso generalizado que caracterizaban a la sociedad colombiana durante el siglo XIX: una sociedad con una organización precapitalista, en la cual las relaciones mercantiles eran incipientes, la urbanización estaba definida por comunidades pequeñas y personalizadas, la disponibilidad de bienes era limitada y el Estado tenía una cobertura ínfima. En tal situación, “el caciquismo constituían un recurso extendido, como compensación a la insuficiencia en la satisfacción institucionalizada de necesidades” (Dávila y Leal, 1990: 43). El clientelismo y el caudillismo, por su parte, surgen en “estructuras particulares de control político y económico y a la vez que se alimentan de relaciones sociales informales y autoritarias, tienden a perpetuarlas. Si bien en el periodo colonial estas relaciones, también paternalistas, estuvieron fundamentalmente ligadas a la institución de la encomienda, en el siglo XIX será la hacienda el espacio por excelencia para su reproducción” (Pizano, 2001: 77).
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
Este tipo particular de redes paternalistas estructuradas como formas de control y regulación de las comunidades indígenas, habían configurado de tal manera la sociedad que —frente a la mentalidad señorial y paternalista— se superpusieron las realidades propias del ejercicio de la ciudadanía y de la ética colectiva, de la construcción de una comunidad política capaz de desbordar los límites locales y regionales. De esta forma, en el proceso de formación de los Estados en América Latina se produjo una forma particular de gestión de las decisiones colectivas “caracterizada por lógicas fundamentadas en los acuerdos informales, en la influencia política, en la personalización del poder, en la autoridad como privilegio y en el patrimonialismo” (Pizano, 2001: 77). Dicha forma de gestión, a la postre, institucionalizó un modo de regulación que se fue extendiendo y desarrollando de modo paralelo a las instituciones públicas, privatizándolas. Esta forma de regulación se hizo posible gracias al tipo de vínculos fuertes construidos entre los actores que hacían parte del sistema de la hacienda y, en general, de la estructura comunitaria que caracterizaba dicha sociedad. Con el surgimiento de los partidos políticos no se generó una ruptura con dichos modos de regulación. Al contrario, formas de organización como la clientelista son incorporadas a su estructura de funcionamiento, dando pie a un sistema fundado en un modelo de redes primarias de intercambio. Dichas redes se inscriben en prácticas asociadas a “situaciones y actitudes personalistas, excluyentes, jerárquicas y corporativas” (Pizano, 2001: 74). El núcleo de estas relaciones es la reciprocidad, basada en el principio de que las personas tienen que ayudar a aquellas de quienes han recibido apoyo. En otros términos, se trata de que el actor más poderoso se comprometa con los otros en la realización de favores maravillosos y que, de hecho, realice algunos de estos favores con el fin de generar en los demás una actitud de agradecimiento y sumisión (Pizano, 2001: 79). La hegemonía conservadora, desde 1885, con su proyecto de sentar las bases de un Estado centralizado, abierto a la dinámica capitalista y unificado por la fe católica y la herencia hispánica, no logrará formalizar el poder del Estado como el principal mecanismo
215
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
216
de regulación política y social de la sociedad colombiana. Dicho proceso será posible sólo hasta el advenimiento de la República liberal, después de 1930, donde se intentará configurar un modelo de Estado que aspirará a poner fin, a través de un importante conjunto de reformas al sistema normativo, al conflicto bipartidista y establecer las condiciones legales y jurídicas que permitieran afrontar las contradicciones y problemas que se derivan de una economía de corte capitalista. En este nuevo contexto, sin embargo, ni la modernización del Estado ni la emergencia de nuevas formas de trabajo generadas por la empresa privada logran romper los modos de regulación tradicionales. En las instituciones del Estado, las redes familiares y locales se transforman, a través de los partidos, en redes burocráticas, convirtiendo al Estado en un fortín de los intereses partidistas. De esta forma, lo público se privatiza de nuevo, subordinando dicha función a actividades políticas, en respuesta a los compromisos y a las mutuas obligaciones que tejen los miembros de los partidos. En la industria, por su parte, “los requisitos de ingreso para las primeras generaciones de trabajadores, en época de pleno empleo, paradójicamente se reducían a una recomendación (de un familiar, un sacerdote o una autoridad política), y al examen médico” (Archila, 1991: 127). De esta forma, la importancia de los lazos personales en las nuevas relaciones laborales evidencia el rol desempeñado por los vínculos sociales en la cultura relacional de los colombianos, como un mecanismo que favorece la reciprocidad a través del favor personal. “Esto hacia que el trabajador, al conseguir empleo, se sintiera escogido no por un impersonal sistema de selección, sino por la generosa concesión del empresario. Por ello, quienes ingresaban a las primeras empresas se sentían agradecidos con los patronos.” (Archila, 1991: 127) La presencia de las prácticas clientelistas y paternalistas en las instituciones del Estado y en el mercado laboral, no supone una continuidad de dichos modos de regulación (en el sentido en que no se operan en ellas ningún tipo de cambios ni transformaciones), sino que más bien evidencian su capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones
7
Gran incidencia en esa perspectiva tuvieron las teorías de la administración científica de Taylor (1911) y de Fayol (1916), las cuales no sólo fueron adecuadas a las carac-
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
y reglas, generando síntesis y mutaciones que lograron sobrevivir a los cambios de modos de regulación económica y política. Un ejemplo de dicho proceso son los reacomodamientos que generan en las prácticas clientelistas, la violencia y el Frente Nacional, respectivamente; la primera, entendida como una estrategia de fortalecimiento de un partido en el poder mediante la utilización de la fuerza, a través de la cooptación de instituciones públicas (la policía) y organizaciones civiles (los pájaros), y el segundo, a través de la instrumentalización de las relaciones de los individuos con el Estado y con la política, lo que generó nuevas formas de dependencia, funcionales a un modelo económico y político centrado en los intereses partidistas y de los grandes gremios económicos, pero nefastos en la construcción de una ciudadanía comprometida con los asuntos públicos. La particularidad de las prácticas clientelistas que se desarrollan en la violencia es su sectarismo, mientras que las que se forjan en el contexto del frente nacionalista se caracterizan por su desvinculación con toda ideología política, mediante el desarrollo de un cierto pragmatismo que hizo del ejercicio de la política no tanto la expresión de una identidad, y la adscripción a una determinada creencia ideológica como una actividad que permitió el ascenso y la movilidad social mediante el logro de los objetivos y la satisfacción de necesidades individuales. El pacto del Frente Nacional resolvería así, a costa de sacrificar su representatividad y fuerza cohesionadora, la violencia partidista. Durante el FN, la relativa estabilidad política del bipartidismo fue complementada por una estabilidad económica que garantizó el mantenimiento del orden frente nacionalista y que aportó al desarrollo de una racionalidad del trabajo, que a pesar de que en sus comienzos había establecido vínculos con algunas prácticas de corte paternalistas, contribuyó, a través de la difusión de teorías administrativas y prácticas laborales,7 a desligar a los individuos de los
217
Los vínculos sociales como formas de regulación.
viejos mecanismos de sujeción laboral derivados de las filiaciones locales y políticas. Este proceso de modernización económica y política, se frenó en primera instancia a causa de la precariedad del Estado y sus instituciones, expresado en su incapacidad para responder a los intereses y necesidades de la población; en una segunda instancia, a través de un incremento de la violencia interpretado como una consecuencia de la debilidad del Estado, pero sobre todo del cierre de opciones políticas que generó el bipartidismo. Por último, mediante el desmonte radical de un modelo económico que buscaba armonizar gradualmente una política de sustitución de importaciones con una de liberalización del mercado, de acuerdo con las condiciones económicas internas y externas ligadas al precio del café, por una perspectiva marcadamente neoliberal centrada en la disminución del intervencionismo del Estado y el predominio de las leyes del mercado como base de la regulación económica. La consecuencia de la combinación de dichos factores fue un desequilibrio en lo político y lo económico que condenó al país, a finales de la década de los ochenta, a una de las peores crisis económicas, políticas y sociales de su historia traducida en: el incremento del desempleo, la escalada del conflicto armado, el aumento de la delincuencia y el secuestro, entre otros. La crisis de lo económico y lo político incentivó en la población colombiana, la creación y la reactivación de mecanismos de reciprocidad y asociación que buscaron suplir las vías formales de estabilidad laboral y movilidad social, por una estrategia centrada en las relaciones. De esta forma, se promocionaron prácticas que favorecieron la mutua dependencia de los ciudadanos en la consecución de sus fines sociales.
Nóesis
218
terísticas de las empresas colombianas, sino llevadas a la administración pública. El aporte de dichas teorías fue, sin duda, fundamental no sólo para la implementación de las técnicas de racionalización del trabajo (estudios de tiempos, métodos, planes de incentivos, evaluación de oficios, etcétera), sino para generar una nueva relación con el trabajo, basada en el desempeño y las competencias individuales, que de alguna manera, a la postre, entraría a chocar con las características del trabajo subordinado y poco especializado de la producción de sectores como el agrícola.
José Fernando Sánchez Salcedo
Aunque estas prácticas recogen viejas formas relacionales, analizadas previamente como las derivadas del patronazgo y el clientelismo, éstas no se inscriben, necesariamente, en esquemas ideológicos, prácticas o costumbres consuetudinarias, sino en formas de reciprocidad que se desprenden de intereses individuales, que buscan en las estrategias colectivas rápidos beneficios. Esto no quiere decir que no medie en este tipo de relaciones ninguna normatividad, sino que se derivan de los acuerdos y las negociaciones que los individuos establecen a partir de sus objetivos e intereses. El logro de estos objetivos, que la mayoría de las veces sólo buscan favorecer intereses individuales, dificultan la convivencia y lesionan todavía más la débil institucionalidad de las instancias formales de regulación social. Las roscas y las palancas son un buen ejemplo de este tipo de prácticas: las primeras, porque están integradas por grupos cerrados y excluyentes que propenden por el logro de sus propios objetivos, y las segundas, porque implican formas de promoción social, basadas en redes de relaciones y no en los méritos y las capacidades de los individuos.
La permanencia de estos modos de regulación, se explica a partir de la existencia de un sistema transaccional que intenta subsanar los vacíos de un Estado precario y/o mediante el reconocimiento de un cierto pluralismo normativo, que plantea la existencia de normas paralelas a partir de las cuales se regulan los comportamientos de los ciudadanos. Mientras que el intercambio transaccional privilegia la relevante función que tienen las interacciones y los actores en el desarrollo de los procesos de regulación, el pluralismo normativo, por su parte, hace hincapié sobre el poder de las estructuras sociales, como instancias que de arriba hacia abajo de la estructura social, buscan imponer un conjunto determinado de reglas y normas sociales. En lo que respecta a la primera perspectiva, las regulaciones interpersonales son explicadas por la falta de un sistema político y
Vol. 17 • número 34 • 2008
Los vínculos como formas de regulación social: entre las transacciones individuales y el pluralismo normativo
219
Los vínculos sociales como formas de regulación.
económico que “se expresa sobre todo y de manera más simple, en el hecho de que la autoridad del Estado, la aceptación de las reglas institucionales, la adhesión compartida a una misma simbólica de la unidad nacional se encuentran sometidas a numerosas eventualidades o brillan por su ausencia” (Pecaut, 2003: 97). De esta manera, el vacío dejado por una incipiente y precaria ciudadanía política es llenado por la institucionalización de ciertas prácticas sociales8 y políticas soportadas en estrategias, que logran satisfacer de manera personalista y discriminadora las necesidades de los individuos. La segunda perspectiva, por su parte, analiza la emergencia de modos de regulación relacionales, a partir de la existencia de una normatividad doble que reconoce una legalidad formal y tiene en cuenta la presencia de normas implícitas que recogen tradiciones normativas de las sociedades coloniales (Da Matta: 1987). Así, el individuo se desenvuelve en una diversidad de marcos normativos que utiliza dependiendo de cada situación o contexto. Para Pecaut (2003), defensor de la primera perspectiva, no ha sido el Estado el que garantice un mínimo de cohesión nacional, sino las redes vinculadas con los dos partidos y la mediación de las clientelas partidistas. De esta forma, “la democracia liberal, tal como se formula en muchos textos constitucionales, no siempre logra producir el advenimiento del individuo ciudadano sino que se establece sobre la base de sistemas de control de la población” (Pecaut, 2003: 98). Dichos sistemas privilegian un clientelismo cínico que se expresa a través de un conjunto de “transacciones, formales o implícitas, legales o ilegales que, en función de las circunstancias, definen las reglas del juego y que, en ciertos casos, adquieren una validez jurí-
Nóesis
8
220
Lo paradójico de estos modelos es que si bien benefician a ciertos grupos y personas, incrementan la desigualdad y la exclusión, favoreciendo la prevalencia de un sistema de privilegios que desconoce no solamente el valor del mérito y el esfuerzo individual, sino las normas y las reglas de funcionamiento de las instituciones mismas. Lo que sin duda ha ido en favor de un cierto individualismo y en detrimento del valor de la norma y del respeto a la institucionalidad en nuestra sociedad.
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
dica y, en otros, una validez que, por ser puramente de facto, no se impone menos a los actores” (Pecaut, 2003: 100). Las transacciones hacen referencia a la existencia de unas reglas de juego que no se derivan de las normas jurídicas, sino “de las interacciones entre actores que disponen de recursos de poder heterogéneos, legales o ilegales” (Pecaut, 2003: 101). La existencia de dichas reglas no supone la pluralidad de fuentes de derecho y de tipos de normatividad, sino que reconoce la importancia de reglas circunstanciales que se construyen en la base misma de las interacciones. Si bien es cierto que muchas de estas reglas son el resultado de vínculos fuertes, construidos localmente y a partir de grupos cerrados, la lógica de su funcionamiento “banaliza” la consistencia misma de las relaciones, debilitándolas e instrumentalizándolas. El recurso a reglas transaccionales aparece como la contrapartida “de una sociedad que no se puede apoyar en una regulación estatal suficientemente legítima y eficaz. Sin embargo esa sociedad lejos de ser autónoma, se encuentra ella misma sometida muy a menudo tanto a la influencia de redes múltiples, en el primer rango de las cuales se encuentran las redes partidistas, como al impacto de transacciones en las cuales sólo pueden participar ciertos grupos y cuyo resultado son arreglos precarios destinados a ser redefinidos en cada situación” (Pecaut, 2003: 102). Una de las principales consecuencias de este sistema de transacciones es que es un fuerte difusor de las diferentes formas de violencia que caracterizan a la sociedad colombiana. Particularmente en este país, las transacciones no sólo han caracterizado las relaciones entre actores políticos legales e ilegales, sino que además se han vuelto una costumbre en la historia colombiana, en donde “las transacciones asociadas a la violencia parecen inscritas en el orden de las cosas y banalizan los fenómenos de la violencia” (Pecaut, 2003: 107). Así, la violencia se presenta como un recurso más con el cual negociar y no como una ruptura con la unidad de un orden simbólico sobre el cual se configura la legitimidad del Estado. Para Roberto Da Matta (1987), al contrario, la irrupción de formas distintas de regulación relacional no es el resultado de una falta
221
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
222
de Estado, sino que es el producto de la coexistencia de modelos que ha caracterizado el devenir histórico de las sociedades latinoamericanas, a través del desarrollo de dos sistemas normativos de regulación:9 uno moderno, centrado en el funcionamiento del Estado y el mercado, y uno tradicional, estrechamente ligado a las relaciones y los poderes personales. Mientras el primer modelo, que podemos denominar universalista, se fundamenta en la igualdad individual, el segundo, el relacional, se basa en la autoridad de la jerarquía. Los dos establecen marcos normativos que prescriben unas determinadas pautas y conductas sociales, que son interpretadas y usadas de manera distinta en cada situación. De esta forma, a pesar de sus diferencias, de la distinción existente entre la regla teórica y la práctica, incluso de su prohibición (en la medida en que no se reconoce sino un sistema de códigos de reglas de conducta posible), hay una práctica general que estimula una pluralidad de discursos e interpretaciones de la normatividad, garantizando de esta forma la existencia de modelos de regulación alternativos al sistema formal. La importancia del reconocimiento de formas distintas de regulación al interior de un mismo sistema social, evidencia la especificidad normativa, política y social de la sociedad colombiana. Especificidad que se caracteriza por la existencia de sistemas intermediarios, a través de los cuales se negocia y se decide el funcionamiento mismo de las cosas. Claro está que dichos sistemas son posibles gracias a que se encuadran en un marco normativo dual que prescribe lo que se puede o no se puede hacer, a través de un conjunto de principios, valores y mecanismos de sanción socialmente reconocidos. La influencia del modelo relacional sobre el mercado y el Estado, se manifiesta en el desarrollo de modelos alternos de regulación fundamentados en sistemas específicos de intermediación. La 9 Regulación que asegura el mantenimiento de la sociedad en la medida en que está constituida (como lo plantean Commaille y Jobert: 1998) por equilibrios mantenidos, pero igualmente por tensiones, rupturas, contradicciones, provocaciones, por una multiplicidad de instancias y de actores sociales implicados, así como por la pluralidad de las estructuras sociales generadas.
José Fernando Sánchez Salcedo
alternatividad de dichos modelos radica en que se proponen como formas organizacionales, “informales” a las establecidas institucionalmente. Desde esa perspectiva funcionan como instancias paralelas de regulación que terminan imponiéndose, por su capacidad de intermediación, a las instancias formales. En ambas concepciones, la pluralista y la transaccional, los vínculos no sólo se constituyen en una alternativa posible para la resolución de problemas y necesidades sociales, sino que se legitiman, hasta ser reconocidos como prácticas “normalizadas”, pese a su carácter excluyente. En las dos perspectivas, también, las relaciones se instauran como formas intermediarias de regulación que, según sea el caso, se desarrollan paralelas a las instancias formales o son el resultado de las estrategias relacionales de los individuos en determinados contextos.10
La intermediación como modo de regulación relacional
Si bien ambas perspectivas reconocen el importante papel que juegan las relaciones como formas de intermediación, el punto de vista del pluralismo normativo concebiría las intermediaciones como sistemas que surgen y funcionan paralelos a los sistemas jurídicos formales, mientras que la perspectiva transaccional insiste en concebir las mediaciones como un conjunto de prácticas que surgen de las interacciones entre los sujetos. 11 Los mediadores jugaron un importante papel como “agentes de regulación social, que recurren al uso de las violencias públicas-privadas para la resolución de los conflictos y el control local, territorial y social de los pobladores” (Betancourt, 1998: 30). Dicho proceso de mediación se llevó a cabo en municipios de frontera abierta “con poblaciones integradas en un principio por remontados, delincuentes y rebuscadores” (Betancourt, 1998), en donde se llevan a cabo relaciones caracterizadas por un marcado peso de lo individual sobre lo colectivo y el recurrente uso de la violencia. 10
Vol. 17 • número 34 • 2008
Los sistemas de intermediación que se instalan al interior de las instituciones y estructuras organizativas operan como mecanismos de regulación informal, incidiendo directa o indirectamente sobre las decisiones que se toman en conformidad con la lógica de sus intereses. Algunas veces dichos sistemas11 funcionan como “puentes”, llevando a cabo una labor de representación entre una instancia y otra, y otras veces como “filtros”, encargados de controlar la manera
223
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
224
como circula y se distribuye la información o simplemente de frenar o viabilizar el desarrollo de ciertas actividades. La función de intermediación es constitutiva del modelo relacional, pues no todos los individuos cuentan con las mismas capacidades y condiciones, lo que se traduce en el predominio de unos individuos sobre otros, los cuales por los recursos acumulados que poseen pueden desempeñar funciones de representación que, a la vez que garantizan el logro de sus objetivos para sus representados, se revierten en un incremento de los favores y servicios prestados, que luego pueden cobrar para su propio beneficio. Concebida de esta forma, la mediación contribuye a la formación de una serie de relaciones sociales y políticas muy frágiles, “con una marcada privatización de lo público, gran peso de lo individual y un enorme valor de lo transaccional (dinero, bienes) sobre lo espiritual (estético, cultural) y la supervivencia de relaciones de prestigio y mediación, por herencia y recurrencia a linajes con el apellidos” (Betancourt, 1998: 39). Es el caso particular de la constitución de fronteras agrícolas generadas por el proceso de colonización y la fundación de pueblos en algunas regiones colombianas, en donde surgen los mediadores como “agentes intermediarios entre las comunidades y los entes gubernamentales, sobre todo a partir de los procesos de legalización de los municipios recién fundados” (Betancourt, 1998: 53). En el proceso de fundación de pueblos, el mediador obra a la vez como “agente de ventas” de los latifundistas, quienes deciden parcelar sus tierras para ponerlas en venta, como requisito para la nueva población, y como “benefactor” de los colonos, quienes veían en dicho personaje, representados sus intereses y esperanzas de tierra. El establecimiento de nexos entre colonos y entidades gubernamentales supuso también la fijación de acuerdos políticos con los líderes y jefes de los partidos, bajo el presupuesto que una vez que los candidatos fueran elegidos y nombrados funcionarios, harían viable la legalización de predios o la fundación de un pueblo. Este proceso a la vez que contribuyó a la politización de las nuevas localidades, a favor de uno u otro partido, fortaleció las prácticas clientelistas, las
12
Así, los vínculos se convierten en mecanismos estratégicos que procuran a los individuos la satisfacción de ciertas necesidades, así como respaldo, soporte y protección frente a escenarios cambiantes e inciertos como los generados por la dinámica del conflicto político. En este contexto, son justamente los vínculos partidistas los que entran a suplir dichas demandas de protección y seguridad de los individuos.
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
cuales fueron concebidas no sólo como una necesidad para el logro de objetivos, sino como una forma de respaldo y protección. De esta forma, se empieza a operar un cambio en los vínculos clientelistas, pues éstos ya no responden a los lazos de lealtad configurados con las autoridades locales, sino que se convierten en una estrategia,12 una necesidad para el logro de objetivos y la protección de las personas. La función del mediador, sin embargo, no terminaba con procurar el enlace entre las poblaciones y los funcionarios, representantes estos últimos de los partidos, sino que buscaba mantener el control social de las comunidades mediante “el estrechamiento de afinidades e identidad familiar, étnica o local” (Betancourt, 1998: 63). Esta última tarea es fundamental en un contexto de orden precario como el que caracterizó el proceso de colonización. Orden generado por la dinámica misma del conflicto por la tierra y la falta de presencia de las instituciones del Estado, como instancias formales de mediación y resolución de conflictos. De esta forma, en la misma figura del mediador coincidía una función reguladora tendiente a mantener un determinado orden social existente (nuevos pueblos y fundaciones), pero también un conjunto de transacciones y actividades de mediación, a través de las cuales los individuos eran representados para negociar sus intereses con el Estado y sus instituciones. Una consecuencia de los sistemas de intermediación, pese a estar inmersos en dinámicas colectivas, es la segmentación que generan conformando círculos alternos que rompen la unidad de la organización o de la institución. De esta manera, acrecientan la individualidad porque dividen a los individuos obligándolos a incorporarse (de manera duradera o pasajera) a bandos o permanecer aislados de
225
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
226
las dinámicas grupales. Este efecto, sin embargo, no puede pensarse separado del proceso de individualización que caracteriza a las sociedades occidentales, pues en el caso particular de la sociedad colombiana, dicho proceso ha estado a la vez fuertemente ligado al rol individualizador del Estado y del mercado, a través de la creación de ciudadanos y consumidores, respectivamente, y a la paulatina desafiliación de los individuos a vínculos tradicionales como los generados por los partidos políticos (sectarismo partidista), las creencias religiosas y las violencias. Violencias que no sólo han generado incontables procesos de desplazamiento (y con ello propiciado rupturas con los vínculos regionales y locales), sino expuesto a los individuos a diversos contextos (círculos sociales en términos de Simmel), lo que se ha traducido en una mayor conciencia de individualidad (desde una perspectiva negativa del concepto) frente a los demás y en una consecuente relativización de las pertenencias grupales. Sin duda alguna, el gran favorecido de dicho proceso de intermediación es el individuo que logra poner a su servicio las redes personales en la consecución de sus objetivos, lo que termina yendo en concordancia con los valores del mercado, que han hecho del éxito y la competitividad individual13 la base sobre la cual se estructuran las relaciones entre las personas. Puede ser que el valor de las relaciones radique en que constituyen un importante mecanismo de ubicación social, de establecimiento de posiciones sociales, en un sistema donde es funcional saber qué lugar se ocupa y quién ocupa qué lugar; porque esto orienta bien las conductas y las relaciones con los otros, pero sobre todo su valor se traduce en un sistema de gratificaciones y movilidades que son fundamentales para la buena marcha de la sociedad. El reconocimiento de la existencia de un modelo relacional, cualquiera que sea su explicación, implicaría aceptar la existencia de dos concepciones de la realidad: una integracionista y otra exclusivista, 13
Valores que, sin embargo, no definen totalmente su marco de referencia normativo, pues éste está supeditado a la lógica que impone la oportunidad de cada situación.
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
que no obstante sus diferencias, no funcionan como dos Colombias separadas y antagónicas, sino de modo complementario. Bajo el presupuesto que el primer modelo, el relacional, ha logrado permear los ámbitos de las prácticas y de los usos del lenguaje generados por el Estado y el mercado. Así, frente al igualitarismo del mérito se impone el particularismo de la familia o de la amistad; y ante el trato burocrático impersonal se impone la cordialidad y exclusividad derivada de la autoridad del reconocimiento social. De esta manera, los roles políticos y profesionales derivados del Estado y del mercado se confunden con las identidades, jerarquías y filiaciones sociales y comunitarias. Imponiéndose muchas veces estas últimas en determinadas situaciones. En última instancia, lo que se pone en juego es una determinada posición, cuyo reconocimiento se juega en un complejo sistema de clasificaciones y valoraciones construidas socialmente. La mayoría de las veces estrechamente ligado con el prestigio de una institución, de una profesión o actividad. Lo que el modelo relacional garantiza es el establecimiento de un conjunto de fronteras simbólicas (Lamont, 1995), a través de las cuales los individuos demarcan sus diferencias sociales mediante un sistema de categorías que identifican y señalan los niveles de superioridad o de estatus, según su pertenencia a diferentes grupos. La importancia de la identificación de estas categorías es funcional al sistema porque se basa en grados jerárquicos distintos. Aun con condiciones económicas similares, a los individuos los distinguirán otras formas de clasificación ligadas a sus características: físicas, morales, profesionales, etcétera. Construyendo de este modo, un sistema clasificatorio basado en criterios diversos que involucran aspectos generales y, sobre todo, personales e íntimos de los individuos. Justamente son estos aspectos personales e íntimos involucrados en las relaciones, los que permiten un relativo equilibrio con el marco jurídico dominante, en el sentido en que, por ejemplo, la racionalidad del contrato laboral es reforzada por el compromiso personal derivado a su vez de la relación que posibilitó la vinculación con
227
Los vínculos sociales como formas de regulación.
el trabajo, lo cual se traduce en vínculos de lealtad, solidaridad y reciprocidad.14 Ahora bien, las diferentes formas relacionales que resultan de las relaciones se inscriben en un marco normativo de “reciprocidad informal” sustentado en el intercambio de favores, cuyo funcionamiento depende de un sistema de mutuos endeudamientos (Mauss, 1979) que garantizan no sólo la devolución del favor prestado, sino reconocimiento y lealtad a los deudores. La reciprocidad constituye el motor que mueve las relaciones y sobre el cual se estructuran los intercambios que las personas establecen. Todo el funcionamiento y reproducción del sistema depende del mantenimiento de dicha reciprocidad. Justamente, la creación de un complejo sistema de deudas garantizará dicha reciprocidad porque contiene una obligatoriedad moral que exige a los individuos pagar la deuda contraída, so pena de exclusión real y simbólica. Real, cuando los individuos son expulsados de las redes sociales en las que están inscritos, y simbólica a partir de la pérdida de prestigio y reconocimiento. El sistema de endeudamiento con sus estrategias de exclusión/ inclusión real y simbólica constituye uno de los mecanismos fundamentales de regulación de las relaciones, por medio del cual se desarrolla una moral de la reciprocidad que se instala en una estructura de jerarquías sociales.15 Valorando de esta manera los privilegios y las conveniencias que se derivan de dicho sistema. Así es posible compensar y equilibrar las diferencias sociales como las que se desprenden de la dupla: patrón-empleado, por un sistema de clasificación diferente al económico, que permite catalogar a los patrones en buenos o malos, considerados o no, suavizando de esta manera el conflicto a través de apreciaciones personales. 15 El respeto a las jerarquías es fundamental en el sistema de endeudamiento, porque endeudadores y endeudados no ocupan nunca, a pesar de una relativa igualdad de condiciones, la misma posición en la relación. Precisamente es el acumulado de recursos, relaciones y símbolos, lo que garantiza la primacía de unos individuos sobre otros, en lo que respecta a su capacidad de invertir (Coleman, 1986) y aumentar su crédito en el sistema de intercambio de favores sobre el cual se lleva a cabo el proceso de endeudamiento. Así, los favores se convierten en un capital que es posible invertir a conveniencia, según las necesidades e intereses estratégicos de los individuos.
Nóesis
14
228
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
La palanca, por ejemplo, se estructura sobre la base de este sistema de reciprocidad, que supone la dinámica del endeudamiento, pues todo servicio ofrecido por una palanca implica para el que ofrece el servicio un aumento de su capital de favores y para quien lo recibe, lealtad, compromiso y agradecimiento para con su benefactor. La importancia de esta moral de la reciprocidad más allá de la reproducción del sistema de relaciones, radica en que comprende un marco normativo a partir del cual los individuos buscan protegerse frente a las incertidumbres que generan los riesgos sociales. Ante ciertos riesgos como la posible pérdida del empleo, en el contexto de crisis económica, o la demora en un trámite generado por la ineficiencia burocrática, el intercambio de favores que subyacen a prácticas y estrategias relacionales funcionan como soportes (Martuccelli, 2001) mediante los cuales los individuos buscan resguardarse frente a las adversidades sociales, garantizando su protección individual y grupal. La particularidad de esta estrategia de protección consiste en generar una resistencia pasiva, que más que buscar transformar las condiciones sociales, económicas y políticas que producen los riesgos, lo que intenta es garantizar la supervivencia de un determinado grupo de individuos en dicho contexto, pero sin alterarlo. En última instancia, a lo que hace referencia la estrategia de protección es la capacidad que tienen los individuos pertenecientes a un determinado grupo de ponerse a salvo frente a los diversos riesgos que los acechan. La posibilidad de inscribirse en un determinado tipo de estrategias relacionales comprende, en consecuencia, un importante mecanismo de protección y defensa de los individuos frente a dichos riesgos. La inserción de una determinada estrategia relacional supone, entonces, el conocimiento de un conjunto de saberes (sistemas clasificatorios), de valores y de normas (moral de la reciprocidad), pero también de la posesión de una serie de recursos (capitales sociales y simbólicos) que le permiten al individuo posicionarse socialmente al interior de cada estrategia, según sea su capacidad para acumular y ofrecer favores y servicios, endeudando y endeudándose con sus pares.
229
Los vínculos sociales como formas de regulación.
En el caso colombiano, las estrategias relacionales han supuesto desde formas tradicionales de vinculación familiar como el compadrazgo y un matrimonio conveniente hasta formas modernas de integración a determinadas redes sociales, como las estrategias educativas y de movilización espacial a nivel urbano, que le han permitido a varias generaciones de clases medias romper con el pasado popular, ascendiendo por la vía del conocimiento y de la ubicación espacial a una mejor posición en la escala de valores sociales. Si bien la inscripción en una u otra estrategia relacional no depende de la posición económica y constituye de una u otra manera una práctica más o menos generalizada, sobre todo en los grupos o estratos medios y superiores, quienes a la vez que se muestran proclives a la sociabilidad, lo son también al establecimiento de redes sociales. Esto tal vez se deba a que son dichos grupos los que desarrollan una mayor preocupación no sólo por el “arte del relacionamiento” (las buenas maneras), sino por la movilidad social, fundamentada en el éxito social. Ambas, movilidad y sociabilidad, hacen parte de la “buena voluntad cultural” (Bourdieu, 1997) de dichos grupos, por inscribirse en los modelos de reconocimiento y de prestigio sancionados socialmente.
Nóesis
Conclusiones
230
Generadores de prácticas y diferentes formas de regulación, las relaciones sociales no se reducen a simples formas de sociabilidad y de cortesía, sino que se encuentran en el corazón mismo de la convivencia social, pues del tipo de relaciones que se establezcan dependerá, en muchos casos, una forma particular de funcionamiento de la sociedad. En el caso específico de la sociedad colombiana, las relaciones y los vínculos sociales han desarrollado un importante papel en las formas de organización de la sociedad, pues se han inscrito en las redes económicas y políticas a través de un conjunto de reglas y de pautas de comportamiento, sin las cuales es imposible comprender el modo como operan desde las actividades comerciales hasta las
José Fernando Sánchez Salcedo
Vol. 17 • número 34 • 2008
prácticas burocráticas y clientelistas. Todo ello en un contexto donde a partir de las relaciones (y no, por ejemplo, las capacidades y el mérito personal) se ordenan preferencialmente las diferentes experiencias de los individuos en una sociedad. El origen de dichas formas de relación hay que buscarlo en prácticas económicas como la hacienda, que además de constituir un sistema de producción, organizó a su alrededor una red de relaciones primarias sustentadas en jerarquías heredadas del antiguo modelo colonial. Esta particular estrategia de dominación que se sustentaba en la sumisión y obediencia al hacendado, a cambio de protección, se extendió paulatinamente a todas las prácticas sociales, a partir del surgimiento de diferentes tipos de intermediarios: caudillos, caciques, tinterillos, abogados, etcétera, cuya función principal era servir de nexo entre las instituciones del Estado o los grandes propietarios y el pueblo. Con el surgimiento de los partidos políticos y el proceso de consolidación del Estado, se dio origen a nuevas formas de intermediación de carácter clientelista, que rápidamente se hibridaron con las antiguas, reforzando y algunas veces transformando el sentido mismo de los vínculos. De esta forma, los viejos vínculos fuertes sustentados en solidaridades primarias se relajaron y dieron paso a vínculos débiles, cuyo carácter estratégico e instrumental resignificó el carácter mismo de las relaciones. Esto no quiere decir que los vínculos fuertes hayan desaparecido (de hecho, el modelo de la hacienda siguió funcionando bien entrado el siglo XX en algunas regiones colombianas), sino que la emergencia de nuevas condiciones económicas, políticas y sociales generadas por el capitalismo demandaron la configuración de lazos sociales flexibles, libres de toda dependencia y subordinación. Por las condiciones específicas de la modernidad colombiana y la particular constitución del Estado, los vínculos sociales dieron origen a un uso estratégico de los mismos, que en muchos casos convirtió las relaciones y los valores que de ellas se desprenden en recursos negociables. La peculiaridad de dichos vínculos se refleja en su capacidad de inscribir intereses personales en prácticas formales de carácter eco-
231
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
232
nómico y político, lo que evidencia la precariedad del Estado y de sus instituciones, pero sobre todo su imposibilidad de configurar un sistema de relaciones entre el Estado y la ciudadanía, fundamentado en deberes y derechos, que permitieran resolver los problemas y necesidades de los ciudadanos. Así, los vínculos sociales no solamente se transforman en recursos intercambiables, sino en formas de regulación, a partir de las cuales el acumulado de recursos relacionales se convierte en un sistema de crédito y de inversión, con los cuales los individuos negocian socialmente, relativizando las reglas y normatividad formal. Dicho sistema de crédito y de inversión relacional se apoya a partir de valores y principios como la reciprocidad, sin los cuales no es posible garantizar la continuidad de las transacciones. Esta moral de la reciprocidad garantiza, también, un cierto clima de confianza, a partir del cual los individuos interactúan desplegando sus estrategias de apoyo y cooperación grupal. En una sociedad tan inestable, política y económicamente, lo que dichos vínculos se juegan es la posibilidad de ofrecer protección y movilización social a sus beneficiarios frente a los riesgos permanentes que los acechan, y a un sistema cerrado de estratificación social que dificulta el ascenso social. Los efectos de dicho modelo de regulación, fuera de horadar los acuerdos formales, debilitan los preceptos institucionales y contribuyen a difundir las desigualdades entre los individuos. Sin embargo, es importante reconocer también su funcionalidad en un contexto como el colombiano, donde la falta de Estado es suplida permanentemente por organizaciones paraestatales que ofrecen, a través de extensas redes personales, formas de protección y cohesión, sobre las cuales se juega la supervivencia misma de las personas. En consecuencia, la inserción en algún tipo de red social constituye una suerte de garantía para sus beneficiarios, sin la cual se dificulta la obtención de objetivos sociales, pero sobre todo se corre el riesgo de desafiliarse de importantes mecanismos de protección, que un momento dado pueden garantizar el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
José Fernando Sánchez Salcedo
Archila, Mauricio. Cultura e identidad obrera: Colombia, 19101945. Colombia, 1991. Auyero, Javier (comp.). ¿Favores por votos? Estudios sobre clientelismo político contemporáneo. Buenos Aires, Editorial Losada, 1997. Beck, Ulrich. La sociedad del riesgo. Barcelona, Paidós, 1998. -----. “Le Conflit des Deux Modernités et la Question de la Disparition des Solidarités”, en: Lien Social et Politiques-RIAC, núm. 39. Quebec, 1998. Betancourt, Darío. Mediadores. Rebuscadores, traquetos y narcos. Valle del Cauca 1890-1997. Bogotá, Ediciones Antropos, 1998. Bourdieu, Pierre. “Le Capital Social, Notes Provisoires”, en: Actes de la Recherche en Sciences Sociales, núm. 31. París, 1980. -----. La Distinction, Critique Sociales du Jugement. París, 1997. Coleman, James. “Social Theory, Social Research, and Theory of Action”, en: American Journal of Sociology, vol. 91, 1986. Commaille, Jacques y Bruno Jobert. Les Métamorphoses de la Régulation Politique. París, LGDJ, 1998. Crozier, Michel y Friedberg. Erhard. L´acteur et le Systeme. París, Editions du Senil, 1977. Da Matta, Roberto. “The Quest for Citizenship in a Relational Universe”, en: Wirth, J. D., Oliveira, Nunes E. y Bogenschild, T. State and Society in Brazil, Continuity and Change. Boulder, Lynne Reiner, 1987. Dávila, Andrés y Francisco Leal. Clientelismo, el sistema político y su expresión regional. TM. Bogotá, Editores Universidad Nacional de Colombia, 1990. Durkheim, Emile. Textes l: “Eléments d’une Théorie Sociale” ; Textes 2: “Religion, Morale, Anomie” ; Textes 3: “Fonctions Sociales et Institutions”. París, présentation de V. Karady, Minuit, collection Le Sens Commun, 1975. Fecteau, Jean-Marie y Janice Harvey. La Régulation Sociale entre
Vol. 17 • número 34 • 2008
Bibliografía
233
Los vínculos sociales como formas de regulación.
Nóesis
234
l´acteur et l´institution, pour une Problématique Historique de l´interaction. Canadá, Presses de l´Université du Quebec, 2005. Granovetter, S. Mark. “The Strength of Weak Ties”, en: American Journal of Sociology, núm. 6, vol. 78, 1973. Lamont, Michèle. “La Morale et l’argent, les Valeurs des Cadres”, en: France et aux Etats-Unis, Métailié. París, 1995. Martuccelli, Danilo. Dominations Ordinaires, Explorations de la Condition Modernes. París, Éditions Balland, 2001. Mauss, Marcel. “Ensayo sobre los dones. Razón y forma del cambio en las sociedades primitivas”, en: Sociología y Antropología. Madrid, Editorial Tecnos, 1979. Nisbet, Robert. La Tradition Sociologique. París, P.U.F. Collection Sociologies, 1984. Pecaut, Daniel. Violencia y política en Colombia, elementos de reflexión. Medellín, Hombre Nuevo Editores y Universidad del Valle, 2003. Petit, Guy-Jaques. “Les Regulations Sociales et l’historie”, en: Le regulation sociale entre l’acteru et l’institution pour une problemmatique istorique de interaction fecteau. Quebec, Ed. Jean Marie-Janice Arvey, 2005. Pizano, Lariza. “Caudillismo y clientelismo: expresiones de una misma lógica. El fracaso del modelo liberal en Latinoamérica”, en: Revista de Estudios Sociales, núm. 9. Bogotá, Uniandes, 2001. Simmel, Georges. “Le Croisement des Cercles Sociaux”, en: Etudes Sur les Formes de la Socialisation. París, PUF, 1999. -----. Cuestiones fundamentales de Sociología. Barcelona, Gedisa, 2002.
En el presente artículo se analiza cómo en el marco de la globalización económica México, uno de los regímenes más estables del mundo durante seis décadas, sufrió una severa crisis económica, política y social en 1994 y que seis años después propició el arribo a la Presidencia de la República del Partido Acción Nacional (PAN). La llegada al gobierno de un partido de derecha no mejoró la democracia electoral en 2006, disminuyó la seguridad social, aumentó la subordinación económica y política a Estados Unidos (EU) y la corrupción en la administración pública. En Ciudad Juárez, se observó la profundización de la maquiladora como modelo de desarrollo y el ascenso de los cárteles integrados a la aldea global del narcotráfico durante el gobierno de Vicente Fox, que aspiró a consolidar un Estado Nacional de Competencia. En esta coyuntura, se plantea la experiencia del movimiento zapatista como un nuevo sujeto histórico que se resiste a la globalización (Arriarán, 2002) y una alternativa en México por su democracia directa con un gobierno sin profesionales de la política orientada a formar una ciudadanía diferenciada y autogestiva. PALABRAS CLAVE:
Globalización, economía, movimiento zapatista.
Globalization, Key Economy, Zapatista Words: movement.
The Dimensions of Globalization This article examines how, under the pressure of powerful globalizing forces, México, which had been one of the most stable regimes in the world for over six decades, underwent a severe economic and political crisis in 1994, a crisis which prompted the arrival of the National Action Party to the Mexican presidency. The arrival of a right-wing party to the presidency did not imply an improvement of the Mexican electoral democracy in 2006, but instead diminished the social security system, increased Mexican dependence on the American economy, and added to public corruption. In Ciudad Juárez, the maquiladora model of development became further entrenched and the nexus with the global drug trafficking networks grew during the Fox administration, in spite of its aspirations to create a meritocratic State. Here, the author posits that the Zapatista movement is a new historical entity of resistance to globalization (Arriarán, 2002) and an alternative for Mexican democracy in the face of an unprofessional political class; an alternative where the citizenry can act on its own diverse interests and negotiate its own solutions.
Las dimensiones de la globalización
César Silva Montes1
1
Docente-investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Correo: cesilva@uacj.mx, cesimont@yahoo.com.mx. Fecha de recepción: 28 de mayo de 2008 Fecha de aceptación: 6 de julio de 2008
Las dimensiones de la globalización
Para Sofía, con el anhelo de que la alcance el sueño zapatista
“La globalización no es un concepto serio. Nosotros, los norteamericanos, lo inventamos para ocultar nuestra política de penetración económica en el exterior” John K. Galbraith2
Nóesis
Introducción
238
La globalización se considera irreversible y contiene elementos comunes, fundamentalmente económicos, como la internacionalización del capital a través de la tecnología y el movimiento libre de mercancías, servicios, información y dinero (Cano, 1999). La globalización como una categoría histórica-analítica es útil para comprender el momento actual del capitalismo caracterizado por el fortalecimiento del monopolio de las empresas trasnacionales, el aumento de la migración de la fuerza de trabajo y la desregulación de las economías nacionales para facilitar los tratados de libre comercio. Las leyes del mercado y las organizaciones económicas mundiales ahora rigen el intercambio entre los países. Asimismo, las modernas tecnologías aplicadas a la producción y la caída del denominado bloque socialista abrieron nuevos mercados. Como un proceso la globalización genera paradojas: mientras se avizora un Estado supranacional se fortalecen los Estados-nación; cuando se piensa en un mundo ideológicamente unipolar, la internet trasciende el control de la información y es un medio de enlace para conocer la diversidad de pensamientos; el discurso que sentencia el achicamiento del Estado en lo económico y lo social, se rebate 2
Citado por Atilio Borón (2003: 136).
3
4
En la crisis de 2008 no fue la excepción. La crisis se inició en Estados Unidos en el sector hipotecario y arrastró a todos los países del mundo. Aunque la estrategia fue el rescate de las grandes empresas automovilísticas, bancarias y de seguros, se volvió a prestar ayuda en seguridad social para las personas desempleadas, como un recuerdo del Estado de bienestar. Cuando cayó el Muro de Berlín, la retórica hegemónica sentenció un mundo feliz, pero 19 años después, sin embargo, parafraseando a Naomi Klein (2002), la globalización produjo ventanas para el libre comercio y vallas para la gente. Las vallas que privatizan el agua en Soweto, la desregulación que excluye a las personas de las escuelas, hospitales, del trabajo, de sus propias granjas, casas y comunidades; crece la inseguridad y las empresas privadas de protección de las propiedades se multiplican. Los países capitalistas más desarrollados empiezan a tener el paisaje del Tercer Mundo en la periferia de sus ciudades.
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
con la mayor intervención del Estado para controlar la economía;3 los capitales se globalizan pero también el crimen. Más que homogeneización, la globalización alienta la polarización, la universalización del mercado genera la exclusión de regiones. Las fronteras parecen desdibujarse con los tratados de libre comercio (TLC), pero éstas se refuerzan con los bloques económicos o los muros como el edificado en la frontera México-EU que divide simbólicamente el capitalismo realmente existe y los países explotados de América Latina. Además, el muro representa la esencia de la globalización: el tránsito franco de mercancías y la integración de mercados, y las murallas y la exclusión de seres humanos. Aunque la globalización es un hecho con preponderancia económica, incorpora, cuando menos, otras tres dimensiones (Hirsch, 1996: 85): la técnica, asociada a la revolución tecnológica para elaborar y transferir información a los mercados; la política, el fin de la guerra fría y de los bloques capitalismo-socialismo se interpretó como una victoria del modelo de democracia liberal y de EU, en espera de un gobierno mundial;4 y la ideológica-cultural, signada por la universalización de los valores, la preeminencia de los principios liberales en los derechos humanos y la generalización del modelo de consumo, vinculado al monopolio de los medios de comunicación. En la dimensión económica la globalización no es un fenómeno nuevo ni inédito. Su origen se ubica en el mercantilismo de algunas ciudades europeas en los siglos XIV y XV, en el intercambio de
239
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
240
mercaderías que estableció Marco Polo entre Oriente y Occidente. Ulrich Beck (1998: 41) describe las posibles etapas históricas de la globalización: Marx, siglo XV con el capitalismo moderno; Wallerstein, siglo XV con el sistema mundial capitalista; Robertson, 18701920, lo denomina multidimensional; Giddens, siglo XVIII con la modernización; y Perlmutter, al final del conflicto Este-Oeste, la nombra civilización global. Para Hirsch (1996) y (Saxe-Fernández, 1999), el capitalismo es un sistema global desde su origen, vinculado al colonialismo e imperialismo. Según Saxe-Fernández (1999), la globalización no presenta rupturas fundamentales con la experiencia del pasado capitalista. Entonces no es algo irreversible y abstracto. No obstante, el discurso global divulga la idea de un mundo interdependiente donde la soberanía económica es un anacronismo, y lo congruente es privatizar las empresas y los servicios controlados por el Estado para competir en la reestructuración de la producción mundial. Desde esta perspectiva, la globalización se manifiesta en el discurso de los teóricos gerencialistas (Borón, 2003) como un proceso irreversible que no depende de opciones políticas, sino de necesidades económicas. En la globalización económica (Forrester, 2000), sustenta que el afán de ganancia es incompatible con el empleo y la economía se destruye por la especulación provocando que los fondos sociales para educación, salud y pensiones se recorten. Aporta datos y nombres de empresas guiadas por la lógica de que “la competitividad exige…”, se fusionan y su primera estrategia es reducir empleos para elevar su cotización en la bolsa de valores y se desplaza la solidaridad social. Borón (citando a Barlow, 2003: 47-48) ilustra la paradoja de las 200 megacorporaciones que alcanzan ingresos por 7.1 billones de dólares anuales y acumulan una riqueza equivalente al 80% de la población mundial, pero emplean a menos de un tercio del 1% de la fuerza de trabajo en el mundo. Otra incongruencia de la globalización es: mientras un amplio sector de la población no tiene servicio de agua potable, la prioridad son las autopistas de la información. Paradojas que pueden sintetizarse en: modernización económica y tecnológica, y marginalidad.
César Silva Montes
En este breve recorrido por la globalización económica es evidente que se acrecentó la distancia entre los países ricos y las naciones pobres, ahora denominados el Norte y el Sur, respectivamente, se polarizó al mundo y emergieron problemas de alcance internacional como los derechos humanos, el medio ambiente, la delincuencia, la pobreza, la insalubridad. En suma, la globalización es un proceso de internacionalización del capital que se profundizó en los ochenta con base en las revoluciones tecnológica e informática dirigidas por el poder financiero. La crisis del Estado de bienestar que ya no reguló la economía ni amplió las posibilidades de inversión y de los márgenes de ganancia al capitalista fue la puerta de acceso a la globalización. Para insertarse en la globalización, los países empezaron a conformarse en Estados nacionales de competencia.
En la dimensión económica, la génesis inmediata de la globalización la ubica Hirsch (1996), desde una perspectiva sociopolítica, a mediados de los años setenta cuando comenzó la crisis del Estado de bienestar (EB). La característica central del EB fue su papel de interventor en la economía, la producción y el consumo masivos que garantizaban las condiciones de reproducción del trabajo y del sistema social con las instituciones públicas de seguridad social. Estas condiciones de vida fueron posibles, también, por las luchas proletarias y porque la seguridad social era una necesidad estructural para controlar a la sociedad, aunado a la burocratización de la vida cotidiana. La vigilancia y la supervisión de las personas en el EB se realizaron mediante las credenciales de identidad, las solicitudes de atención médica, los sistemas de selección de estudiantes; además, con los expedientes policiacos y/o de afiliación ideológica a los sindicatos, a los partidos políticos y en los procesos electorales. No obstante, la burocratización y la estatización disminuyeron la capacidad del EB para controlar, mediar los intereses y resolver los problemas sociales. Por tanto, el EB se debilitó y no pudo regular el desarrollo de la sociedad capitalista, esencialmente, porque los par-
Vol. 17 • número 34 • 2008
Del Estado de bienestar al Estado nacional de competencia
241
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
242
tidos, los sindicatos y las organizaciones gubernamentales perdieron su legitimidad y su papel de actores sociales (Hirsch, 1996). Situación que polarizó a la sociedad en un sector moderno formado por capitalistas, clase media y trabajadores calificados, y otro marginal integrado por trabajadores no calificados, discapacitados, jubilados y todas las personas consideradas prescindibles para el desarrollo económico. En la coyuntura, emergieron organizaciones ciudadanas independientes del aparato político en reclamo de mejores condiciones de vida y surgieron conflictos en demanda de democracia, respeto a los derechos humanos, conservación del planeta, entre otros. En el EB los partidos como aparatos burocráticos de clase, hasta la fecha, integraron a las masas dominados por élites y elaboraron programas acordes a la lógica del mercado, disfrutaron privilegios jurídicos, creciente financiamiento público, lo que generó una tendencia a mantener el estado de cosas (Hirsch, 1996). Para los partidos el proceso de reestructuración social y económica se perfeccionaría con medios administrativos, disminuyendo la corrupción y aliados con el capital internacional sin realizar grandes reformas en la economía, planteamientos similares de los partidos políticos de la derecha y la izquierda en la elección presidencial mexicana de 2006. En la época del EB se acuñó la frase “democracia de mercado” basada en el principio de “democracia-dólar-papeleta de voto” (Alvater, 1997: 52), en la que los partidos políticos “venden” a sus candidatos-candidatas a través de campañas publicitarias congruentes con la mercadotecnia de las sociedades de consumo. En esta metáfora, quienes sufragan acuden al “supermercado político”, voto en mano, como mercancía en búsqueda de intercambio, a “comprar” un bien consumo que resuelva sus problemas. Situación semejante en México cuando se llamó a votar por Vicente Fox en el año 2000 para expulsar al PRI de la presidencia, y en 2006 por Andrés López Obrador con la prédica de evitar la llegada de la ultraderecha al poder. Al final del EB como modelo del desarrollo capitalista, se inició la reprivatización de sectores estratégicos de las economías nacionales y de las instituciones de seguridad social, entre ellos, los sistemas de pensiones, jubilaciones y educación. Entonces el mercado
5
Son “…los aparatos de dominación centralizados y burocratizados que conquistaron el poder concentrado (‘monopolio de la violencia’) sobre un territorio definido y los individuos que habitaban en él tras la disolución del orden social corporativo-feudal europeo” (Hirsch, 1996: 51).
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
se erigió en el actor social dominante y en el principio regulador de las relaciones y la vida política, social y cultural de las naciones. Los Estados-nación5 perdieron legitimidad: para supervivir se alinearon a los intereses del mercado, abandonando el proyecto de bienestar social, y se convirtieron en un Estado de competencia preocupado por ofrecer las mejores condiciones de operación y en paraísos para la inversión capitalista de las empresas globalizadas. Entonces las empresas se encumbraron como la “…única organización capaz de asegurar la mejor gestión (para el desarrollo económico) a través del mundo de los recursos materiales e inmateriales disponibles” (Anguiano, 1995: 405-406). Con la debacle del EB, apareció el Estado nacional de competencia (ENC) cuyo propósito fundamental es optimizar las condiciones de rentabilidad del capital nacional en el mercado mundial, en relación con el proceso de acumulación globalizada y ligado a los intereses de las grandes empresas y las élites estatales. En el ENC sus conductores buscan reconstruir el poder estatal y la soberanía basados en la nación, encaminados a ejercer cierto grado de control sobre los flujos de riqueza, información y poder. Pero por esta senda, los Estados-nación funcionan menos como entidades “soberanas” y más como componentes de un “sistema de gobierno” internacional (Castells, 1999: 334), donde confluyen los intereses de los miembros. Un ejemplo es la Unión Europea donde se cuestiona cómo se determina la pertenencia a una comunidad política, cultural y social, convertida en un bloque regional de competencia. Además, postergan los intereses políticos y sociales internos, y las necesidades de ingreso de la sociedad en su conjunto. Se genera una nueva forma de Estado autoritario, excluyente y empobrecedor que compite ofreciendo mano de obra barata, infraestructura acorde a las exigencias de los inversionistas y con una laxa legislación ambiental.
243
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
244
El recuento de la transformación del EB en ENC a escala planetaria arroja similitudes con los procesos recientes en México, y es un ejemplo del fracaso de las políticas globalizadoras en favor del desarrollo independiente de los países. La comprensión de la crisis mexicana iniciada en 1994 no puede prescindir del entorno de la globalización económica, ideológica y tecnológica. Tampoco para plantear la posibilidad de recuperar la soberanía nacional.
México en la globalización Castells (1999) realiza un análisis específico de la crisis contemporánea de los Estados-nación. Toma el caso de México para ilustrar cómo uno de los regímenes más estables del mundo durante seis décadas, se desintegró en unos cuantos años en el contexto de la globalización, la identidad y de una sociedad transformada. En este sentido, México es un ejemplo de cómo el capital financiero y monetario se difunde por todo el planeta sin control como una red de redes, compleja y diferenciada, pero sumamente frágil, con inestabilidad financiera y especulación, pero que no afecta a los países del Norte. Siguiendo con Castells (1999), la estabilidad social y política del Estado mexicano fue posible por las conexiones entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la sociedad civil, porque el sistema priista era a la vez un régimen político y la estructura del Estado. El PRI se vinculó con la sociedad civil mediante la construcción de la identidad indígena, el nacionalismo y el clientelismo político; y la persistencia del régimen se debió a que la camarilla priista ejerció la corrupción sistemática y ordenada rotando puestos políticos y posibilidades de hacer negocios a muchas personas. El perfil del partido fue nacional y populista, representante de los intereses de la burguesía nacional y del capital extranjero. Todo se vino abajo en 1994, año del TLC, del levantamiento zapatista, de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y de Francisco Ruiz Massieu, y de la devaluación del peso de fin de año. Esta situación tiene su antecedente inmediato en la implementación del programa de austeridad de Miguel de la Madrid, que originó una
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
recesión y rompió el pacto social con sindicatos y sectores populares urbanos. El terremoto de 1985 que permitió la organización de la sociedad civil, la escisión de la corriente democrática del PRI y el fraude electoral a favor de Carlos Salinas de Gortari en 1988, obligaron al gobierno a extender los márgenes de democracia en la sociedad y a conseguir legitimidad en la integración global. El levantamiento zapatista unificó a una sociedad civil golpeada en lo económico y relegada en lo político. La rebelión indígena acabó con la mitología de que los supuestos beneficiados de la revolución eran las excluidas y los excluidos. Desprestigiado el gobierno de Salinas porque la rebelión indígena evidenciaba que México aún pertenecía al tercer mundo, el descrédito alcanzó a Colosio y fue asesinado. Ante el ambiente de desconfianza salieron los capitales. EU y el Fondo Monetario Internacional (FMI) rescataron a la economía mexicana aportando 20 mil y 8 mil millones de dólares, respectivamente. Así, México profundizó su dependencia económica. La crisis mexicana fue calificada como la primera del siglo XXI, mostró la fragilidad de la economía mundializada y la penetración de las redes criminales globales (Castells, 1999). No obstante, para Castells, los saldos son alentadores: una sociedad civil más culta y con nuevos métodos de expresión y organización; se minó el poder de Televisa; el zapatismo recuperó el poder de identidad y tendió puentes entre los verdaderos indios e indias; los sectores pobres y urbanos educados buscaron nuevas utopías; la nación mexicana se unió contra el PRI. Por otra parte, el desmembramiento del PRI posibilitó el arribo de la derecha al gobierno en el año 2000 y no trajo un gobierno más democrático, sino la repetición de una administración favorable y subordinada a Estados Unidos. Poco cambió durante el sexenio de Vicente Fox, del PAN, porque siguió la política del desarrollo estabilizador de favorecer al capital trasnacional, entregándole los sectores más rentables y transformando el aparato productivo conforme a las estrategias internacionales, además de protección, subsidios y hasta financiamiento. El mercado interno cerrado y la dependencia tecnológica, de insumos y financiamiento aumentaron el déficit de la balanza de pagos y se optó por el endeudamiento externo para
245
Las dimensiones de la globalización
crecer. Fox, igual que desde Luis Echeverría, priorizó el pago de la deuda y la vinculación política y económica con Estados Unidos. Otras coincidencias del gobierno de Fox con sus antecesores desde Miguel de la Madrid, son: la primacía del control de la inflación sobre el gasto social; la política monetaria de flotación del peso y el aumento mensual en gasolina, gas y electricidad; la insistencia en la privatización de las industrias petrolera y eléctrica; el intento de aumentar el Impuesto al Valor Agregado para elevar la recaudación de impuestos y el presupuesto del gobierno; los programas compensatorios aplicados en las zonas en extrema marginación como Contigo y Oportunidades para prevenir revueltas sociales. Estratagemas orientadas a conformar un ENC para atraer inversión y provocar las condiciones de certidumbre para la rentabilidad del capital.
Nóesis
El Estado nacional de competencia en el foxismo: crisis e ilegitimidad
246
Desde el principio de su gobierno, Vicente Fox viajó al extranjero para promocionar el país como un ENC, ofertando la inversión privada en los sectores energético y eléctrico, propio de un gobierno que se autoproclamó de empresarios y para los empresarios. El llamado, por algunos analistas, gobierno de la alternancia, repitió las prácticas priistas, evidenció la fragilidad del sistema electoral y de representación republicana y no promovió el control social sobre la clase política. Los problemas y contradicciones de la política de Fox fueron múltiples: la difusión de las banalidades de su vida personal; el arrebato de yo por qué cuando se le pidió resolver el problema entre las televisoras CNI y Televisión Azteca; la incapacidad para combatir la corrupción en la administración pública y de los hijos de Marta Sahagún; el financiamiento extranjero durante su campaña electoral al organismo Amigos de Fox; el pírrico crecimiento de la economía; la pérdida de controversias constitucionales, como el amparo que ganó el Grupo Azucarero Mexicano para la devolución de los ingenios expropiados; las cuestionadas elecciones de 2006. Para cerrar el recuento, como una “burla del destino”, la promesa de
6
7
8
Es un vehículo alemán marca Volkswagen que por su austeridad, bajo precio en el mercado automovilístico y durabilidad, en México se convirtió en el prototipo de auto al alcance del presupuesto de la clase media baja. Así se les nombra a los pequeños negocios que permiten a la gente convertirse en su propio patrón, tener independencia económica y obtener ingresos que le permita vivir con pequeños lujos de vez en cuando. La abstención en 1994 fue de 22%, en 2000 de 36% y en 2006 de 41.5%. El padrón electoral creció de 1994 a 2006 en 26 millones y el número de votantes en 6 millones. La abstención en 2006 alcanzó 29 millones 716 mil 943 ciudadanos, la votación para Felipe Calderón y López Obrador llegó a 29 millones 600 mil 023 votos. Cfr. Sergio Rodríguez (2006: 55).
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
Vicente Fox de que las personas obtuvieran tele, vocho6 y changarro7 durante su sexenio, no se realizó porque a la mitad desapareció el Volkswagen, elementos considerados por el ex presidente como la aspiración de todo mexicano y mexicana. O su insistencia en privatizar el servicio de energía eléctrica, el 14 de agosto de 2003, día del apagón en Nueva York por fallas en la modernización y mantenimiento de las instalaciones administradas por empresas privadas. O el rechazo a la construcción del aeropuerto en San Salvador Atenco, que pretendía despojar al campesinado de su tierra para comercializarla en beneficio del empresariado y que terminó con la represión de mayo de 2006. En agosto de 2003, Amnistía Internacional informó sobre la incompetencia del gobierno federal para descubrir a los homicidas de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Además, los problemas con los pagarés del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y la presión sobre periodistas para que revelaran sus fuentes de información, acotando la libertad de expresión. En el plano político, en 2003 y 2006 los partidos se desdibujaron, usaron el “marketing”, intentaron ubicarse en el inexistente centro político y no se apreció alguna propuesta distinta al modelo económico o democrático actual. Las encuestas avalaron la escasa credibilidad del electorado en los partidos, candidatos y propuestas. Cuando la lógica electoral suponía el fortalecimiento del sistema de partidos, el abstencionismo demostró lo contrario: a más transparencia en la votación, menos sufragios.8 Esta relación puede en-
247
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
248
tenderse por el desfase entre promesas y cumplimiento, encabezado por Vicente Fox y seguido por los partidos políticos. La crisis de los partidos obligó a que 20 senadores propusieran la creación de un “consejo económico y social”, integrado por representantes de la sociedad para opinar sobre las reformas necesarias para el país, pero sin depositar en las organizaciones sociales o en la gente el poder de decisión (Silva, 2003). Wallerstein (2006) realiza un recuento de las fallas e incumplimientos de los partidos en el mundo y su similitud con los sucesos en México: todos prometieron superar la polarización económica; mayor inclusión de la ciudadanía y democratización del Estado; una genuina participación popular en todos los niveles de gobierno; la expansión de la educación y los servicios de salud. Pero permanecen la polarización de la pobreza, las divisiones de clase, las decisiones las siguen tomando desde la cúpula y la iniquidad en la distribución de servicios públicos. Por esto, desde 1968 hubo una reacción contra las estructuras de poder capitalista y los partidos de izquierda que no alcanzaron las transformaciones revolucionarias prometidas. En el país sobran ejemplos de la inconsecuencia de los partidos políticos que asumen las mismas estrategias socioeconómicas neoliberales, bajo el pretexto del realismo global. Durante el sexenio foxista, las promesas incumplidas y el fracaso marcaron su gobierno. Los errores de Fox y su aversión hacia López Obrador, lo empujaron a coligarse con Elba Esther Gordillo, los empresarios y los medios de difusión para perpetuar el fraude el 2 de julio de 2006 a favor de Felipe Calderón. Tal hecho desacredita la opción electoral para el cambio político y genera coyunturas que abonan a la postura de algunos grupos armados de utilizar la guerra como una vía de transformación social. En lo legal, los magistrados que calificaron la elección reconocieron irregularidades —entre ellas, la intervención de Vicente Fox a favor de Calderón y del empresariado comprando propaganda—, pero validaron el triunfo del panista porque no se pudo medir el impacto de estas acciones en los resultados de la votación. Por su parte, el Instituto Federal Electoral (IFE) el día de la votación manipuló los resultados preliminares, se
César Silva Montes
mostró parcial y declaró ganador a Felipe Calderón sin las facultades para ello. El cuestionamiento a la elección presidencial de 2006 cierra el círculo de la ilegitimidad de Vicente Fox, iniciada con la sanción que le impuso el IFE al Partido Acción Nacional, quien lo postuló a la Presidencia de la República, por el financiamiento externo a los Amigos de Fox, que violó la ley electoral.
Para cerrar el recuento de la administración foxista, dos ejemplos del fracaso de la política económica que se observan en Ciudad Juárez: 1) la crisis de la industria maquiladora (IM) en el marco del ENC; y 2) el auge del narcotráfico, como una ironía, de cómo esta frontera se integró a los mercados internacionales de producción y distribución de drogas. Desde el año 2000 y hasta mediados de 2004, luego en 2008, en la IM de la ciudad disminuyeron las prestaciones, se redujo el empleo y bajó la contratación de profesionales. En respuesta, a escala estatal, el ENC subsidió con 50 millones de dólares a Electrolux en terrenos e incentivos fiscales, 500 mil pesos a la empresa ADC para capacitar a nuevo personal técnico; además, Thompson, Delphi, Yazaki y otras recibieron exenciones o reducciones en el pago de impuestos estatales, dentro del Programa de Retención de Maquiladoras (Silva, 2004). La importancia de la maquiladora en 2006, se reflejó en las 2 mil 822 empresas establecidas en el país que representan el 44% de las ventas al exterior (Norte, 30-X-2006 a 5-X-2006, p. 2E). Pero también esa importancia se transforma en una crisis mayor, por ejemplo de Delphi, proveedor de General Motors, empresa en quiebra y que empezará el recorte de empleados administrativos a nivel mundial. Así, preocupados por la competencia con China, un empresario maquilador espera de Felipe Calderón: “La certidumbre de que la industria maquiladora va a mantener las facilidades con las que hoy cuenta” (ídem, p. 16E). El saldo luego de la crisis maquiladora es: bajos salarios, despidos, contaminación, nula libertad sindical, desarrollo tecnológico incipiente y profundización de México como país ensamblador.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Ciudad Juárez en el sexenio foxista
249
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
250
Respecto al narcotráfico, como empresa trasnacional, según Castells (2002), el cártel de Ciudad Juárez creció en los años ochenta. Entonces la formación de las redes globales y el aumento de la presión estadounidense sobre las rutas caribeñas y centroamericanas llevaron a los cárteles colombianos a compartir parte del comercio vinculado con Estados Unidos. Esta coyuntura facilitó la integración del narco de Ciudad Juárez a la economía criminal que se conecta con los mercados financieros globales y es parte de la estructura de Estado penetrada por la corrupción, en la que cada dólar invertido es rentable porque crea una red de respaldo que asegura el silencio. Con tal panorama, no se descarta que cárteles mexicanos financien guerrillas colombianas y candidatos (La Jornada, 7-IV-2001). Aquí también se aprecia la propuesta de Vicente Fox de crear changarros, valga la ironía, porque existen cientos de picaderos (lugares donde se distribuye droga al menudeo) conocidos por la población y la policía, pero que no han sido erradicados porque es un negocio para distribuidores, agentes policiacos y narcos. El fracaso de Vicente Fox en el combate al narcotráfico y el fortalecimiento de las redes criminales alcanzan la infiltración en las policías mexicanas (que hasta entrenan a los sicarios y los protegen), la corrupción de funcionarios (en especial de aduanas) y la violencia cotidiana entre los cárteles de Juárez, del Golfo, de Sinaloa y de Tijuana que se disputan la plaza de Michoacán por sus amplias conexiones con el Pacífico (no es coincidencia que la primera acción de Felipe Calderón contra el narcotráfico iniciara en su estado natal). En su gobierno, Fox vivió paradojas: cuando declaró la “guerra al narcotráfico”, los jefes de los cárteles realizaron operaciones para demostrar su poderío: la fuga del Chapo Guzmán de la prisión de alta seguridad Puente Grande en Guadalajara, el rescate de dos narcos que eran trasladados del penal de Almoloya a otra cárcel, y las amenazas de muerte al procurador general de la República y a su familia (La Jornada, 5-IV-2001); cuando implementó el programa México Seguro, aumentaron las ejecuciones en Nuevo Laredo y el resto de Tamaulipas. En Ciudad Juárez, la pugna por la plaza (como se dice en el argot
Basta leer los diarios locales y oír y ver los noticieros locales para enterarse de estos sucesos. Hasta diseñaron un contador de asesinatos atribuidos al narcotráfico y de quejas por los abusos del Ejército. 10 Llamado así por quienes criticaron las declaraciones de Vicente Fox para ocultar el fracaso de su administración y, en cambio, concebir su mandato como un dechado de avances en la calidad de vida de la población, cuando los índices económicos, sociales, educativos y políticos indicaron lo contrario. 9
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
del narcotráfico) entre el grupo La Línea y el Chapo Guzmán, provocó más de mil muertes asociadas. El presidente Calderón empezó a perder la guerra contra el narcotráfico, prueba de ello fue el envío de 8 mil soldados a recorrer las calles del municipio. Ataviados con pasamontañas, ametralladoras y en volantas de cuando menos ocho soldados, no han podido acabar con los enfrentamientos, las extorsiones, los secuestros y los robos a los negocios. Mientras una parte de la población juarense aprueba la toma de la ciudad por el Ejército, otra parte cuestiona su inconstitucionalidad y los abusos sobre los bienes y las personas comunes. Existen bastantes quejas de las violaciones a los derechos humanos y la intimidación de las y los habitantes de Ciudad Juárez.9 Finalmente, el sexenio de Foxilandia10 puede sintetizarse en lo político en que: no concilió con el Congreso, no fortaleció al sistema de partidos, controló al Poder Judicial y al IFE, permitió fraudes en las elecciones federales y estatales, no combatió la corrupción heredada por el priismo y permitió la de su propia familia. En el México de abajo hubo rebelión en Atenco e insurrección en Oaxaca, producto de una clase política que impone gobernantes. Para ambas revueltas populares, la respuesta de Fox fue la represión. En Oaxaca, junto con el gobernador Ulises Ruiz, golpearon al movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca encarcelando a 200 personas, entre ellas a sus representantes, desapareciendo a 40 militantes y matando a 17, más allanamientos a escuelas y casas, balazos a instalaciones universitarias e iglesias, espionaje y persecución política (Proceso 1571, 10-XII-2006). En suma, un sexenio más que demostró los límites de la democracia representativa como una forma de Estado.
251
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
252
Estado, democracia y ¿una posibilidad? Fascinados por la globalización, los últimos gobiernos eligieron la modernización neoliberal y se profundizó la marginación social como parte de una paradoja en un mundo que parece empequeñecido por la realidad virtual diseñada por las computadoras, los satélites y la telefonía, con una gran exclusión de las necesidades, condiciones de vida y aspiraciones de la mayoría de la población del planeta. El Estado nacional de competencia sustituye al Estado de bienestar en la globalización económica, pero con influencia en lo político, lo social, lo ideológico-cultural. El ENC renueva el ejercicio de un Estado autoritario coercitivo y represivo que subordina la actividad humana al mercado. En México, el ENC diseñado con más claridad desde el sexenio de Miguel de la Madrid y continuado por Vicente Fox, no mejoró el nivel de vida de la población. El fracaso de la administración de Fox, evidenció la crisis social y de la clase política, salpicada por escándalos de corrupción videograbados y la intercepción de llamadas telefónicas. A pesar de tanta inconsecuencia de la élite política, ningún político profesional cambió sus prácticas. Por eso en México la política es una mercancía como patrón de relación entre los intereses de los grupos sociales, lo económico se impone a lo político y lo individual a lo colectivo en un juego electoral dominado por el poder económico, la propaganda que descalifica y la ausencia de propuestas. Así, en la campaña electoral de 2006 se generó odio entre sus participantes que culminó con la toma de la tribuna de la Cámara de Diputados por integrantes del Partido de la Revolución Democrática para impedir a Vicente Fox rendir su último Informe de Gobierno. En respuesta, los miembros del PAN se apoderaron con golpes de la tribuna para que Felipe Calderón protestara como presidente de México. En medio de la pugna por el poder, el movimiento zapatista inició la Otra Campaña con el propósito de organizarse con la sociedad para generar un nuevo Constituyente, promover la autonomía y el mandar obedeciendo como otra forma de hacer política. La propuesta nodal del zapatismo es crear las condiciones para instituir una nueva
En el libro de Yvon Le Bot (1997) se encuentra con más amplitud la postura zapatista.
11
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
relación política que incluya la toma de decisiones no jerárquicas, la organización autónoma y la democracia comunitaria. Propone el diálogo, el escuchar más que hablar, las indefiniciones más que las certezas, y la búsqueda de compromisos más que promesas para resolver demandas. Invita a la reflexión y a la consulta, más que votar y generar ganadores y perdedores, mayorías y minorías, a favor del consenso, aunque sea más lento. La senda zapatista pone en crisis la lógica de las elecciones, los refrendos y plebiscitos expuestos a la manipulación y al control. El zapatismo sigue otro camino que no aspira a la conquista del Estado para destruirlo, no es su problema porque no existe una relación mecánica entre la toma del poder y la transformación del mundo.11 Aspira, en todo caso, a la construcción de un poder popular distinto al que conocemos (Díaz-Polanco, 2006). En consecuencia, primero se planteó arrancar el monopolio de los partidos que, al menos en México, representan cada vez menos a la gente y sólo la toman en cuenta en cada elección. Desde su aparición en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sostuvo que su declaración de guerra no era para la toma del poder, porque nadie podía imponerle al pueblo de México un gobierno por la vía armada; por esto en la polémica sobre el poder no importa quién lo tenga, sino que lo ejerza obedeciendo al mandato de la sociedad. Coincidieron con Lenin (1973: 83) en que, “…la revolución (armada) es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe; es el acto mediante el cual una parte de la población impone su voluntad a la otra por medio de los fusiles; y el partido victorioso, si no quiere luchar en vano, tiene que mantener este dominio por el terror que sus armas inspiran a los reaccionarios”. En todo caso, se trata de tomar el Estado para la gente y, si el mandar obedeciendo zapatista no es la destrucción de éste, sí es el primer acto de un Estado que se dirige contra él, porque el control ya no se deposita en la élite gobernante ni en los políticos profesionales, sino en la sociedad organizada.
253
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
254
Es la democracia como una forma de Estado que empieza a restringir los gastos de representación y privilegios pecuniarios de los funcionarios del Estado, incluso su remoción. Un ejemplo de eso sucedió durante la administración del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien realizó dos consultas telefónicas ciudadanas en 2002 y 2004 para refrendar o renunciar a su puesto; además, aplicó un plan de austeridad en los salarios de los funcionarios de primer nivel. En 2006, Felipe Calderón decretó la disminución salarial del 10% del presidente y los principales funcionarios, además de elaborar una Ley de Salarios Máximos. Tal vez es la primera experiencia de un gobierno que realiza un acto contra él e inicie la extinción del Estado. En este sentido, el movimiento zapatista llama a retomar la ética política, a redefinir la función pública para que deje de ser algo privilegiado y jerárquico. Su experiencia en las Juntas de Buen Gobierno (JBG) demuestran que es posible otro Estado y nuevas relaciones entre gobernantes y gobernados. La práctica del mandar obedeciendo en la zona zapatista destaca la crisis de legitimidad de la democracia formal y la de clase política. Su organización se compone de Concejos Municipales Autónomos elegidos por la Asamblea Comunitaria y forman las JBG por tres años. Pero cada dirigente es relevado cada semana12 y el cargo se considera un servicio al pueblo, no una forma de obtener ingresos. La revocación de mandatos de quienes no cumplen con su encargo es una realidad, convirtiéndose la experiencia zapatista en una escuela democrática (La Jornada, 18-IV-2005). También se lucha contra la burocratización, la corrupción y el establecimiento de privilegios del ejercicio del poder. Un aspecto fundamental del accionar de las JBG en su relación con la comunidad es convertir a la política en un asunto que puede ejercer cualquier persona. De acuerdo con Aguirre (2006b), se trata de desmitificar la falsa idea de que la política es una actividad muy compleja reservada para una élite. En contraste, se pretende practi12
Cada 15 días, según Estrada (2006: 53). Otra fuente sobre la autonomía zapatista es Ramírez (2003).
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
car la política como la simple gestión y administración de los asuntos públicos y comunes a un grupo humano. Siguiendo a Aguirre, el propósito es que lo social se imponga a lo político en un Estado donde los seres actuarán con sentido ético en cada decisión tomada y obedeciendo al pueblo desde el principio. Además, que la política no sea algo exclusivo del Estado, para regresarle a la gente su poder de decisión sin pretender sustituirlo por alguna forma de delegación del poder (Rodríguez, 2006). El intento zapatista se inscribe dentro de la tradición de construir una política desde América Latina, que comenzó en los años sesenta y setenta con la conquista de espacios de autonomía, autoorganización, autoafirmación y el abandono de instancias estatales y partidarias (Zibechi, 2006). En el Manifiesto de Tiahuanaco de 1971, ya se cuestionaba la asimilación a la cultura occidental y capitalista. En oposición, defendían los valores comunitarios, el sistema cooperativo y repelían el uso del campesinado con objetivos partidistas. Zibechi agrega que los Aymaras no tienen el concepto de Estado y construyen un poder difuso, descentrado, pero cohesionado, desde una lógica comunitaria ligada al poder colectivo. Por ende, no extraña que las JBG empiecen a conformar un autogobierno que administre los fondos externos, la comercialización de productos y la actividad de las cooperativas, entre otros, para distribuir los excedentes a los municipios autónomos zapatistas menos desarrollados (Díaz-Polanco, 2006). La práctica del zapatismo no sigue el esquema clásico de tomar el Estado para que una clase oprima a la otra, sino como una relación entre seres humanos en la comunidad en el cual los conflictos, las luchas y las demandas se resuelven mediante el diálogo y el control social del poder. Implica que los sujetos en su carácter de miembros de una totalidad pública deciden las formas, parámetros y contenidos de su vida común (Hirsch, 1996). Parece no ser el tiempo para que el Estado tome posesión de los medios de producción en nombre de la sociedad y sea su último acto independiente como Estado, ni que el gobierno de las personas se sustituya por la administración de las cosas y por la dirección de los procesos de producción (Lenin,
255
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
256
1973: 27). Pero sí es la época de pensar en una política que dentro del Estado y con él, se dirija al mismo tiempo contra él y contra el sistema político internacional que lo sostiene (Hirsch, 1996: 64), lo cual es posible desechando la idea del Estado como aparato ideológico por la de un entramado de relaciones y un campo de lucha de clases. Mientras es factible formar órganos ciudadanos de vigilancia y contraloría social, autónomos de los poderes, del gobierno y de los partidos políticos (EZLN, 2002). No obstante, en la Otra Campaña el subcomandante Marcos expresó la necesidad “…de luchar por destruir a los capitalistas y quitarles ya la propiedad de los medios de producción” (Rebeldía, 2006, p. 6). La experiencia zapatista aporta, según Hernández Millán (s./f.), la creación de espacios de encuentro y de construcción de nuevos vínculos políticos que aspira a generar una revolución donde el ser humano tenga un espacio de dignidad. Otro aporte es la idea de democracia entendida como el control ciudadano de las funciones del gobierno, además de participativa y directa que abarque las relaciones de vida cotidiana, no restringida al orden político. Castellanos (2008) recoge el balance de cuatro años de práctica de la autonomía indígena y de los lazos entre gobernantes y gobernados. Destaca que el EZLN ha respetado el desarrollo diferenciado de cada comunidad para evitar construir un sistema homogéneo de gobierno (duración, remoción), educación, salud, justicia o reforma agraria. El subcomandante Marcos asevera que las comunidades zapatistas son: …uno de los pocos lugares en el mundo en el que un gobernante después de ser gobierno regresa a su casa igual de pobre, con las mismas necesidades, a trabajar en lo mismo… (con el) relevo continuo se evitan casos de corrupción… que todos aprendan a ser gobierno porque si no, estaríamos formando una casta de dirigentes con el halo indígena o zapatista… Cada pueblo manda a sus representantes y sabe que está haciendo la Junta de Buen Gobierno… No es información privilegiada del gobernante sino que la tiene cualquier gente de los pueblos. Esto ha permitido que se desacralice la figura del gobernante y del político y se tome todavía más distancia entre los partidos políticos, porque entonces se ve como un trabajo y no como un privilegio. (Castellanos, 2008: 42-43)
César Silva Montes
Vol. 17 • número 34 • 2008
El planteamiento zapatista es una posibilidad, no es un modelo, ni una receta, ni un plan o una guía para la acción. Para Zibechi (La Jornada, 19-I-2006) la experiencia de autogobierno desde abajo más avanzada son las JBG de Chiapas, donde todos y todas aprenden a gobernarse, disolviendo así el Estado. Es apenas un punto de referencia y una prueba de la posibilidad de superar lo que existe, de emprender otro camino y trascender la opresión. De ahí que su experiencia repercuta en las luchas que buscan una senda alterna a la lógica del mercado y del control estatal, la cultura y la política, como en Oaxaca donde la experiencia de gobierno popular incluye sectores sociales, profesorado y pueblos indios. Inspira también la lucha por establecer acuerdos sociales globales encaminados a reducir la brecha de las condiciones sociales y laborales entre el Norte y el Sur, a evitar que el Estado nacional de competencia sólo sirva al capital para la recuperación de la tasa de ganancia. También para oponer los valores del individualismo, la lógica de la supervivencia y la competencia, la democracia con sus valores de libertad, diferencia y solidaridad. Es una lucha nacional para impedir que la globalización económica destruya las posibilidades de supervivencia de las comunidades indígenas (Arriarán, 2002) y se convirtió en un referente para las protestas contra los organismos financieros internacionales como la Organización Mundial de Comercio y las reuniones del Foro Social Mundial para discutir soluciones a las políticas neoliberales (Wallerstein, 2006). En México, la alternativa no se encuentra en los partidos que entre videos, expulsiones y renuncias de sus miembros para postularse en el partido contrario, los actores de estas organizaciones convirtieron a la política en una comedia. La posibilidad es que la sociedad se autoorganice independiente del aparato estatal con una nueva concepción del Estado y de la globalización, para evitar que el disfrute de los derechos sociales surja de la inevitable disciplina macroeconómica propia del mercado. Para que el poder financiero no disfrute de un “Estado de bienestar” que le garantiza la privatización de las ganancias y socializa los costos, como ocurrió con el IPAB y el rescate carretero en México.
257
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
258
Conclusiones En síntesis, el marco para la clase política que intenta apropiarse del poder es el neoliberalismo, con sus elementos clave: mantener las variables macroeconómicas, privatizar los sectores centrales del proceso productivo, la austeridad salarial y el modelo de industrialización maquilador. No obstante, aún se insiste en profundizar las tendencias globales y las políticas de antaño. Nadie de la clase política en México pretende provocar una ruptura en el sistema; al contrario, intentan recomponerlo. No existe el menor atisbo de impulsar una autonomía popular ni la reivindicación del derecho del pueblo a ejercer directamente su soberanía para acotar el poder de los políticos profesionales. En consecuencia, es conveniente una propuesta desde fuera del sistema sociopolítico mexicano, pues el país se debate entre la corrupción de los políticos y los negocios, la pederastia que incluye a curas e Iglesia, las redes del narcotráfico y la marginalidad. Las imágenes del México de hoy son la represión en Atenco y las barricadas en Oaxaca, luchas que, junto al zapatismo, bregan por la autonomía y otras relaciones políticas entre gobernantes y gobernados. En Ciudad Juárez, la violencia cotidiana hacia las mujeres, la explotación en las maquiladoras, los ajustes de cuentas entre narcotraficantes, la violación de los derechos humanos por el Ejército y el muro de la ignominia, exhiben el talante más inhumano de la globalización.
César Silva Montes
Aguirre Rojas, Carlos. “Ir a contracorriente: el sentido de la Otra Campaña”, en: Contrahistorias, núm. 6. México, 2006a, pp. 7-24. -----. “La ‘otra política’ de la Otra Campaña: la muerte de la política y el renacimiento del poder social”, en: Contrahistorias, núm. 6, 2006, pp. 81-92. Aguiton, Christopher, Ricardo Petrella y Charles André Audry. “Construyamos juntos una mundialización diferente”, en: Viento del sur, núm. 42, 1999, pp. 71-80. Alvater, Elmar. “El mercado mundial como campo de operaciones o el Estado nacional soberano al Estado nacional de competencia”, en: Viento del sur, núm. 9, 1997, pp. 45-54. Anguiano, Arturo. “Mundialización, regionalización y crisis del Estado-nación”, en: Argumentos, DCSH/UAM-X, núm. 25, 1995, pp. 379-415. -----. “México, entre el Norte y el Sur”, en: Estudios sociales, Revista de Investigación del Noroeste, núm. 14, vol. VII. Hermosillo, 1997, pp. 26-51. Aponte, David y Ciro Pérez Silva, “Amenazas de muerte contra el titular de Sedena”. [ref.: 5 de mayo de 2001]. Disponible en internet: http://www.jornada.unam.mx/2001/04/05/019n1pol.html. Arriarán Cuéllar, Samuel. Multiculturalismo y globalización. La cuestión indígena. México, Universidad Pedagógica Nacional, 2002, p. 168. Beck, Ulrich. ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. España, Paidós, 1998, p. 224. Borón, Atilio. Imperio e imperialismo. (Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri.) México, Itaca, 1998, 2003, p. 157. Cano Tisnado, Jorge Guillermo. La vida en globo. Avatares de la globalización. Sinaloa, El Colegio de Sinaloa, Centro de Investigaciones y Servicios Educativos, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1999, p. 293.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Bibliografía
259
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
260
Carrillo, Jorge, Martha Cecilia Mikel y Julio César Morales. Empresarios y redes locales. Autopartes y confección en el norte de México. México, UACJ-Plaza y Valdés, 2001, p. 169. Castellanos, Laura. Corte de caja. Entrevista con el subcomandante Marcos. México, Endira-Bola de Cristal, 2008, p. 136. Castells, Manuel. La era de la información. Economía, sociedad y cultura, vol. I. 4ª edición. México, Siglo XXI, 2002, p. 590. -----. La era de la información. Economía, sociedad y cultura. El poder de la identidad, vol. II. México, Siglo XXI, 1999, pp. 179-226; 334. Díaz-Polanco, Héctor. “Caracoles: la autonomía regional zapatista”, en: El Cotidiano, núm. 137, año 21, mayo-junio de 2006, pp. 44-51. Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2002). Democracia sustantiva, democracia social. México, Berbera Editores, p. 85. Esteva, Gustavo. Celebración del zapatismo. México, Ediciones ¡Basta!, 2005, p. 89. Estrada Saavedra, Marco. “¿Autonomía o hegemonía? Un análisis de la Junta de Buen Gobierno Hacia la Esperanza en las Cañadas tojolabales de la Selva Lacandona”, en: El Cotidiano, núm. 137. México, año 21, mayo-junio de 2006, pp. 52-61. FounouTchuigoua, Bernard, “La revisión del consenso de Washington: ¿cuál es el nuevo papel del Estado?, en: Viento del sur [ref.: 2 de abril de 2002]. Disponible en internet: http://nodo50. ix.apc.org/viento_sur/Articulos/a0470203.htm. Forrester, Vivian. Una extraña dictadura. México, Fondo de Cultura Económica, 2000, p. 164. Gil Olmos, José y Pedro Matías. “Terrorismo de Estado”, en: Proceso, núm. 1571, 10-XII-2006, pp. 30-34. Gutiérrez, Alejandro y Jesús Esquivel. “La AFI: red de complicidades”, en: Proceso, núm. 1519, 24-IX-2006, pp. 13-15. Hernández, Gabriela. “México seguro, un ensayo sangriento”, en: Proceso, núm. 1560, 24-IX-2006, pp. 36-41. Hernández Millán, Abelardo. EZLN. Revolución para la revolución (1994-2005). Madrid, Editorial Popular, s./f., p. 455.
César Silva Montes
Hirsch, Joachim. Globalización, capital y Estado. México, UAM, 1996. Ianni, Octavio. La sociedad global. México, Siglo XXI, 1998, p. 131. Klein, Naomi. Vallas y ventanas. Despachos desde las trincheras del debate sobre la globalización. Barcelona, Paidós, 2002, p. 262. Le Bot, Yvon. Subcomandante Marcos. El sueño zapatista. Barcelona, Plaza y Janés, 1997. Lenin, Valdimir I. El Estado y la revolución. México, Grijalbo, 1973, p. 154.
Norte de Ciudad Juárez. “Genera Industria Maquiladora de Exportación la mitad de las exportaciones del país: Fox”. Suplemento Industria Maquiladora, 30-X-2006 a 5-XI-2006, p. 2E. -----. “Evolucionó maquila a procesos más sofisticados”. Suplemento Industria Maquiladora, 30-X-2006 a 5-XI-2006, p. 16E. Ramírez Muñoz, Gloria. 20 y 10, el fuego y la palabra. México, Rebeldía-La Jornada Ediciones, 2003, p. 298. Ravelo, Ricardo. “Declive del PRI, ascenso de narcos”, en: Proceso, núm. 1560, 24-IX-2006, pp. 42-48. -----. “El narco manda”, en: Proceso, núm. 1519, 11-IX-2006, pp. 8-11. -----. “Año de ejecuciones”, en: Proceso, núm. 1521, 25-XII-2006, pp. 6-11. Rodríguez Lazcano, Sergio. “Once tesis y una premonición sobre la otra política zapatista”, en: Contrahistorias, núm. 6, 2006, pp. 41-48; 55. Saxe-Fernández, John (coord.). Globalización: crítica a un paradigma. México, UNAM-DGPA-Plaza y Janés, 1999, p. 365. Silva Montes, César. Currículum, calidad y evaluación en las universidades públicas de Ciudad Juárez. Ciudad Juárez, Chihuahua,
Vol. 17 • número 34 • 2008
Misión de Observación del Grupo Paz con Democracia. “Chiapas y las alternativas zapatistas” [ref.: 18 de abril de 2005]. Disponible en internet: http://www.jornada.unam.mx/2005/abr05/0500417/maschiapas.html.
261
Las dimensiones de la globalización
Nóesis
262
tesis doctoral, 2004, p. 308. -----. “Democracia, autonomía y diferencia. Reflexiones en torno al triunfo de Vicente Fox en el 2000”, en: Cuadernos didácticos de Sociología, núm. 5, 2003, p. 12. Subcomandante Marcos. “El capitalista el responsable, el enemigo que tenemos que enfrentar y vencer”, en: Rebeldía, año 3, núm.43, 2006, pp. 3-6. Venegas, Juan Manuel. “Acuerdan los gobiernos de México y Colombia crear grupo bilateral de combate al narcotráfico” [ref.: 5 de mayo de 2001]. Disponible en internet: http://www.jornada.unam.mx/2001/04/07/005n1pol.html. Wallerstein, Immanuel. “La Otra Campaña en perspectiva histórica”, en: Contrahistorias, núm. 6, 2006, pp. 73-78. Zibechi, Raúl. “El zapatismo y América Latina. La Otra Campaña y nosotros”, en: Contrahistorias, núm. 6, 2006, pp. 57-72. -----. “Las imágenes del socialismo” [ref.: 19 de enero de 2006]. Disponible en internet: http://www.jornada.unam.mx/2007/01/19/ index.php?section=opinion&article=026a1pol.
Sección Libros, entrevistas y otras narrativas
Sociedad del conocimiento y energía
Ifigenia Martínez Hernández1
1
Economista y profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo: Fecha de recepción: 8 de abril de 2008 Fecha de aceptación: 16 de junio de 2008
Sociedad del conocimiento y energía
Nóesis
266
El
concepto “sociedad del conocimiento” se ha abierto paso internacionalmente y México no es la excepción. Por otra parte, la noción de “energía” está inmersa en la vida cotidiana de todos los habitantes del planeta. Y ambos términos están relacionados entre sí más de lo que parece, debido a su importancia y trascendencia en la sociedad mundial. El conocimiento nos permite estar conscientes de las constantes innovaciones y descubrimientos que se logran en las ciencias, en la técnica y demás actividades humanas. El mundo vive una revolución tecnológica que modifica las formas de producción, de consumo, de vida y convivencia de todos sus habitantes, y la información ocupa un primer plano. La preocupación por el conocimiento es parte esencial de la naturaleza humana. Desde el descubrimiento del fuego, y posteriormente de la agricultura y la Revolución Industrial, la especie humana no ha dejado de avanzar en la ciencia, el arte y la técnica. En este devenir se pueden distinguir cuatro estadios: • El primero fue el helenismo, o sea, la expansión de la cultura griega (helénica) por el mundo conocido en los días de esplendor de aquella civilización, particularmente bajo el imperio de Alejandro Magno. • El segundo surge en la Edad Media, con los conceptos de trivium y el quadrivium; estos términos provienen del latín trivium (tres: tres y vía: camino), es decir, confluencia de tres artes liberales referentes a la elocuencia, a saber: gramática, retórica y dialéctica o lógica. En las universidades medievales se les consideraba los tres aspectos básicos del conocimiento: la gramática como mecánica del lenguaje, la lógica como proceso del pensamiento y el análisis, y la retórica como empleo del lenguaje para instruir y persuadir. En la Escolástica medieval se consideraban campos preparatorios para el quadrivium, el cual comprende la aritmética, la geometría, la música y la astronomía. • El tercer estadio del conocimiento fue la Ilustración, también llamada Siglo de las Luces, teniendo como antecedente el Renacimiento. La Ilustración, que significó la separación de la religión como explicación del universo, se expandió por Europa y alcanzó su cima en Francia e Inglaterra durante casi todo el siglo XVIII. Este gran movimiento abarca desde el Racionalismo y el empirismo del siglo XVII hasta la Revolución Industrial del siglo XVIII, la Revolución F y el Liberalismo, que influyó mucho en el pensamiento económico, político y social.
Ifigenia Martínez Hernández
En la actual vorágine planetaria, surgen grandes preguntas; en particular nos cuestionamos si será posible lograr un equilibrio entre la enorme y creciente población mundial y la disponibilidad de recursos naturales, entre ellos los energéticos. Sólo unos cuantos países, como Japón y Francia, disponen de un significativo número de plantas nucleares para prevenir una eventual crisis energética internacional. También hay preocupación por los desajustes ecológicos y el cambio climático, fenómenos en los cuales influye cada vez más la actividad humana. Problemas que se creía superados, como las epidemias que diezmaban la población, nos amenazan de nuevo por la resistencia de los microbios a los antibióticos y por el surgimiento de nuevas afecciones. Inclusive cuestiones como el hambre resurgen como desnutrición en parte por la mayor demanda, pero también por la canalización de cultivos a la producción de biocombustibles, y aun por deformaciones sociales como la moda. Se hace imprescindible que las sociedades, hoy abrumadas por tantas noticias y comentarios superficiales, conozcan y reflexionen a profundidad en torno a los grandes problemas, retos y expectativas de la especie humana actual y futura. El término “sociedad del conocimiento” fue creado por el teórico empresarial Peter Drucker, nacido en Austria y desarrollado en Estados Unidos. Su idea era colocar al conocimiento en el centro de la producción económica. Al respecto escribió varios libros, uno de los cuales fue La sociedad poscapitalista, publicado en 1974. Sus trabajos coincidieron con el fuerte despegue de Japón y los llamados “Tigres” asiáticos, que se agregaron al potencial económico de Estados Unidos y a una Europa en ascenso que culminaría, primero, en la unificación económica y en la Unión Europea después. Ya en los años noventa del siglo XX se acuñaron otros términos
Vol. 17 • número 34 • 2008
• El cuarto estadio es el actual, que se caracteriza por su expansión planetaria, su desempeño interdisciplinario y un fuerte componente tecnológico. Existe en un mundo cuya pluralidad de nacionalidades, grupos sociales y culturas exige respeto a las diferencias para alcanzar la convivencia, pero también corresponsabilidad de todos los Estados y ciudadanos para ver a nuestro planeta en su conjunto como un solo organismo que requiere especial cuidado.
267
Sociedad del conocimiento y energía
Nóesis
268
acordes al veloz ritmo del desarrollo mundial y de la competencia; entre ellos figura el de “economía del conocimiento”, para diferenciar entre la planta productiva basada principalmente en la industria y la fincada en el conocimiento, el desarrollo de empresas de magnitud mundial y redes de información para hacer más fluido el tráfico de mercancías y capitales. Estas ideas estuvieron relacionadas con una expansión de la producción, el comercio y el empleo a nivel mundial en lo que hoy se denomina “la edad de oro del capitalismo”. Esta etapa empezó a marcar su fin con la crisis financiera dictada por el abandono del patrón oro-dólar en 1971, consecuencia de los déficit presupuestales de EU, el aumento en los precios del petróleo y la caída del bloque socialista europeo, en el filo de los años noventa del siglo XX. Entonces se habló de la unipolaridad de Estados Unidos como sustituto de la bipolaridad en que el otro extremo era la Unión Soviética. Enseguida vino el ascenso de la Unión Europea, consolidado con su moneda única: el euro. Muy poco después hicieron su aparición Brasil, India, China y la Rusia con economía de mercado, es decir, los hoy famosos “BRIC”, por sus iniciales. Se habla desde entonces de la economía-mundo, muy integrada gracias a las tecnologías de la comunicación, donde sobresalen la internet y, en estos días, innovaciones como Youtube, que dispara el tráfico de imágenes y videos de toda índole. Cada día ocurren avances en la biotecnología, la medicina, la química, la nanotecnología, las tecnologías de la comunicación, materiales sintéticos y otras áreas de gran potencial para la especie humana. Pero también se habla, cada vez con mayor preocupación, del cambio climático, de los riesgos de los cultivos transgénicos, del peligro de que la fabricación de etanol acentúe el hambre que aún padecen cientos de millones de habitantes del planeta. En este contexto brotan importantes paradojas: países que antes eran ejemplos de atraso, como India y China, hoy tienen fuerte presencia en la economía globalizada mientras Estados Unidos, que supuestamente tenía reservado el siglo XXI para dominar el planeta, hoy atraviesa por una recesión que se combina con ruinosas guerras
Ifigenia Martínez Hernández
Vol. 17 • número 34 • 2008
en Oriente Medio para declinar como “locomotora” de la economía mundial. Por otra parte, los países productores de materias primas y de energéticos, proverbialmente castigados por el “intercambio desigual” y por el colonialismo, hoy disfrutan (¿por cuánto tiempo?) de la revaluación internacional de sus productos, que sin embargo no se ha trasminado al bienestar de sus pueblos, pues persisten fuertes desigualdades. La globalización de la economía ha producido resultados espectaculares para muchos países, aunque no siempre en el sentido vislumbrado por sus promotores. Ingredientes de este cambio planetario, entre ellos el concepto de “sociedad del conocimiento”, se han consolidado como parte de la economía-mundo y también han cambiado de matiz. Hoy en día van en pos de este ideal ya no solamente los países más avanzados, sino también los emergentes como los BRIC y muchos de escaso desarrollo, algunos de los cuales aprovechan para ello los crecientes ingresos por sus materias primas. Sociedad del conocimiento ya no sólo significa colocar la información y el saber como pivotes de la producción económica, sino aprovechar ambos factores para resolver problemas sociales y ambientales, elevar los niveles de vida y cultura de las mayorías; en suma: que los individuos, familias y sociedades del mundo lleven una vida cada vez más racional, satisfactoria y acorde con su entorno social y ecológico. Se pretende el conocimiento como instrumento liberador de carencias e insuficiencias económicas, pero también de sistemas políticos y jurídicos opresivos. Es decir: el concepto sociedad del conocimiento se enriquece con nuevos significados. El reconocido astrónomo inglés Carl Sagan hizo ver que, a fin de cuentas, todas las sociedades han sido “del conocimiento”, pues para sobrevivir han requerido aptitudes generadas por ellas mismas. Al respecto, es muy aleccionador que algunos grupos étnicos que se cree atrasados, por ejemplo, los bosquimanos (tribu de Namibia), demuestren conocimientos muy notables a los que deben su sobrevivencia: con sólo observar el terreno detectan la cercanía de alguna especie animal,
269
Sociedad del conocimiento y energía
su número muy aproximado, el rumbo que tomó, la distancia recorrida y el tiempo que requerirá su posible captura, para finalmente realizarla. En la sociedad postindustrial se ha perdido buena parte de ese manejo del conocimiento, de su utilización como instrumento de nuestro raciocinio. En la producción de bienes y servicios las tareas tienden a ser cada vez más mecánicas, y fuera de los centros de trabajo el conocimiento está contaminado por el consumismo: anuncios, historietas, imágenes con escaso sentido e inteligencia nos abruman en los medios de difusión. En un “Llamamiento a la nación mexicana”, publicado el 16 de noviembre de 2007, un grupo de distinguidos intelectuales mexicanos —que incluyó a Pablo González Casanova— advirtió: El control de los medios ha significado la difusión de discursos y representaciones de un modelo de vida de ser y de pensar único, que niega y distorsiona las especificidades y las diversidades culturales, y sus formas propias de significar el mundo (Sociedad Mediática). La homogeneización y las formas en que se mediatiza la creatividad popular y se amenaza el patrimonio étnico-lingüísticocultural de la nación mexicana, son una estrategia (del poder) para disolver toda frontera política, ideológica y cultural que pueda impedir el avance del capital trasnacional.
Nóesis
A este uso del conocimiento a favor de unos cuantos, se agrega que la “comunicación” de las mayorías suele limitarse a “chatear” intrascendencias mediante la computadora y recibir “noticias” manipuladas y “rasuradas” conforme al interés de los “emisores”. Así, se promueve una “sociedad del embrutecimiento”. Los riesgos de una mal entendida y peor aplicada sociedad del conocimiento afectan en particular a los centros de enseñanza, desde los jardines de niños hasta los planteles de educación superior.
270
En materia educativa —observan los intelectuales citados—, el proceso de ocupación está dirigido fundamentalmente hacia dos objetivos: por un lado, ocupar las mentes de los jóvenes, esto es, formar conciencias adaptadas a una situación social determinada, y por otro, a reproducir la fuerza de trabajo
el desmantelamiento del Estado Benefactor y la imposición del modelo neoliberal implicaron la elaboración y la instauración de nuevas políticas educativas, cuyo eje conductor ha sido el discurso de la calidad, la eficiencia y la competitividad. En nombre de la calidad se impulsaron medidas y reformas… que obedecen de manera muy clara a los señalamientos de la OCDE… con ciclos cortos de educación, basados en la nueva concepción de un profesionista deshumanizado y sin conciencia histórica, con una concepción pedagógica centrada en la enseñanza de manuales técnicos, y vinculados directamente con las empresas privadas enclavadas en la localidad, cuyos directivos deciden en última instancia los programas de estudio y los perfiles profesiográficos de la región.
Además, en nuestro sistema educativo abundan los funcionarios “especialistas” que no aciertan a definir a los sujetos de la enseñanza-aprendizaje y experimentan con ellos en una serie interminable de “reformas educativas”. El resultado es que hoy México figura entre los países con peores sistemas de enseñanza. Como si fueran portales de la internet, muchas escuelas vacían información superficial e indiscriminada sobre tópicos dispersos a sus alumnos; con ello no sólo les producen “indigestión académica”, sino deficiencias en asignaturas tan importantes como la gramática y las matemáticas, que requieren concentración. Y qué decir de la historia, indispensable para adquirir conciencia cabal de nuestra identidad y trayectoria. Si queremos sociedades del conocimiento, debemos empezar por nuestros centros especializados en un propósito tan noble y trascendental. Es urgente organizar un sistema integrado de enseñanza que combine, en vez de contraponer, las actividades productivas con el conocimiento concreto del entorno social, cultural y natural. Un sistema que seleccione, conforme a las capacidades e intereses de los niños o los jóvenes, aquellos conocimientos e informaciones que les resulten más comprensibles, útiles y hasta amenos para su desarrollo integral. Un sistema que los adiestre en el percibir y en el pensar,
Ifigenia Martínez Hernández
Ese grupo de intelectuales también señala que
Vol. 17 • número 34 • 2008
necesaria, en función del lugar que ocupa el país en la división del trabajo del capitalismo internacional.
271
Sociedad del conocimiento y energía
que los prepare para concentrarse en la elaboración y orientarse en la investigación. Pero también un sistema que incluya disciplinas como la lectura y la atención personalizada en las aulas, en vez de descartarlas como si ya fueran obsoletas. Y qué decir del rescate del propio idioma, en nuestro caso el español, que es la base misma de nuestro pensar y comunicar. De esa manera las nuevas generaciones serán eficaces en la producción y en la vida personal; podrán navegar por el mundo de la información sin naufragar en las trivialidades ni en la repetición mecánica de equívocos; coadyuvarán a integrar a México en el escenario global conservando su identidad y aportando en los diversos ámbitos. El sistema educativo debe ser, pues, el punto de partida para impulsar a México a convertirse en una sociedad del conocimiento, donde éste rinda sus mejores y más amplios frutos materiales, intelectuales, artísticos y de convivencia.
El factor energético En mi libro México; desarrollo y fortalecimiento del sector estratégico de la energía eléctrica, escribí:
Nóesis
No se concibe la vida moderna sin energía eléctrica. Desde su invención a finales del siglo XIX hasta sus más recientes aplicaciones en el mundo de las comunicaciones, del entretenimiento y de la teleinformática, entre otras, tiene un mercado futuro sin más límites que los que le imponga, transitoriamente a la llamada nueva economía, el conocimiento, la tecnología y la demanda efectiva.
272
Por supuesto que estas ideas son extensivas a las demás formas de energía. La cuestión energética ocupa un primer plano en la atención mundial; nuestro país se encuentra ante la posibilidad de contar con importantes yacimientos de hidrocarburos, tanto en aguas profundas como cercanos a la superficie marina y terrestre. Y aquí también surge el problema del conocimiento: existe una posición que niega la posibilidad de explorar y explotar tales recursos con tecnología
• “Integrar la industria energética nacional y considerar al sector energético como un todo: hidrocarburos, electricidad, gas natural, energía nuclear y fuentes renovables y alternativas, en especial hidroeléctricas incorporando en forma adecuada a los pueblos y comunidades involucrados.” • Aumentar la inversión en exploración de Petróleos Mexicanos para restituir las reservas de hidrocarburos. Asimismo, incrementar la capacidad de refinación culminando las obras de reconfiguración de refinerías en marcha, iniciando la construcción de nuevas refinerías y suministrando el crudo y demás materias primas necesarias para operar la capacidad instalada de acuerdo con un óptimo nacional. Es igualmente necesario reconstruir y modernizar las plantas petroquímicas para satisfacer la demanda nacional y exportar productos con el mayor contenido tecnológico y el mayor valor agregado posibles. Con ello dejar de ser exportadores de petróleo crudo e importadores de gas natural y derivados, gasolinas y petroquímicos. • Fortalecer la investigación y el desarrollo de potenciales técnicos y económicos de todas las fuentes de energía, así como de desarrollo tecnológico a través del Instituto Mexicano del Petróleo, Instituto de Investigaciones Eléctricas y del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares. La diversificación energética debe beneficiar a la economía nacional y aumentar el bienestar social.
Ifigenia Martínez Hernández
Vol. 17 • número 34 • 2008
propia y propone asociarnos con empresas trasnacionales; en oposición, otros proponen alquilar servicios específicos, aprovechar y desarrollar las tecnologías propias. En este caso, el factor tecnológico evidencia su importancia porque de él depende el destino de miles de millones de dólares anuales: las arcas de empresas trasnacionales o el impulso al desarrollo energético e industrial del país, áreas estratégicas para nuestro presente y nuestro futuro. Y algo similar ocurre con otros energéticos, como los provenientes del átomo, de la energía solar, de los vientos o de las mareas oceánicas. Todos ellos están estrechamente relacionados con el conocimiento y constituyen un gran potencial para la economía del país, base del bienestar social, es decir, empleos suficientes y bien remunerados, servicios sociales, obras públicas. De ahí que la plataforma electoral del PRD para las elecciones de 2006 haya propuesto:
273
Sociedad del conocimiento y energía
Hablamos, pues, de que en México los recursos energéticos constituyen una gran riqueza, propiedad de todos los mexicanos, y que, por tanto, deben constituirse en pilar del desarrollo general. En cuanto a los hidrocarburos, como escribí en reciente artículo periodístico (El Universal, 12 de abril de 2008), “el beneficio obtenido por su venta debe reinvertirse en la ampliación de la capacidad productiva del sector y del país para transformar así el beneficio obtenido de un recurso no renovable, propiedad de todos los mexicanos, en un capital productivo; generador permanente de bienes, ingresos y empleo”. Pero ahí mismo, advertí: “Muy lejos estamos de haber cumplido con ese propósito, pues la renta petrolera ha ido a parar —mediante un esquema fiscal excesivamente duro— a la Secretaría de Hacienda, incluso obligando a Pemex a endeudarse para financiar sus propias inversiones con el alegato de que ‘así le conviene más al gobierno’”. Por tanto, la Secretaría de Hacienda debe trabajar el proyecto de una verdadera reforma fiscal. De aquí la importancia de reducir el gasto corriente, en especial sueldos y salarios de funcionarios altos y medianos, y aplicar una política de austeridad; disminuir las prerrogativas y concesiones a las grandes empresas, transformadas en ‘pequeños gobiernos’ ocupados en otorgar patrocinios y caridades deducibles de impuestos, y restablecer el impuesto progresivo sobre la renta de las personas físicas, como se hace en todos los países modernos de economía mixta con una distribución del ingreso, menos desigual que la nuestra.
Nóesis
| Al respecto, la plataforma electoral 2006 de la Coalición por el Bien de Todos propone:
274
• Realizar una profunda y verdadera reforma hacendaria, basada en los principios de equidad y progresividad; establecer mecanismos de tributación modernos que permitan lograr mayor eficacia y aumentar la captación; adoptar una política de ingreso y gasto público que promueva el crecimiento económico, la generación de empleos y realice obras de infraestructura productiva y social. • Aumentar el gasto social para cumplir en coordinación con los gobiernos estatales con la educación obligatoria a nivel preprimaria, primaria y secundaria, así como
Vemos, pues, que hay una estrecha correlación entre los energéticos y la tecnología, entre ambos y el desarrollo general de una nación como la mexicana, y como resultado superior el progreso hacia una concreta y verdadera sociedad del conocimiento que beneficie a todos. Para el caso de México el objetivo es alcanzar el desarrollo, hasta hoy postergado por políticas excluyentes y supeditadas a los intereses corporativos del país y el extranjero. Lo deseable y viable es avanzar hacia un sistema económico y político que garantice a todos los mexicanos el bienestar material y el ascenso cultural. Es aquí donde entra el factor político, entendido como la participación democrática y efectiva de las mayorías en las decisiones públicas. La gran pregunta es: ¿con el estado actual del conocimiento sería posible asegurar una vida satisfactoria para los 6 mil millones de habitantes del planeta? Alcanzar este objetivo requeriría utilizar los recursos naturales, tecnológicos y humanos para satisfacer las necesidades básicas de alimentación, educación, empleo; pero también las de cultura, recreación y deporte para abatir problemas sociales como la delincuencia y la drogadicción, en vez de recurrir a falsas
Ifigenia Martínez Hernández
Vol. 17 • número 34 • 2008
satisfacer la demanda de educación media y superior, cultura e investigación científica y desarrollo tecnológico en toda la República. • Fortalecer los institutos de seguridad social para brindar los servicios de salud preventiva, de atención médica de todo tipo y con la colaboración de los gobiernos estatales, con la cobertura de protección social a la población no asegurada, procurando integrar todo el conjunto en un esquema unitario que asegure la protección de los servicios de salud para toda la población. • Sustentar el financiamiento no inflacionario del gasto público en la reforma de todo el sistema impositivo y de su administración, con el propósito de incidir significativamente sobre la equidad social; gravando más a quienes más tienen; combatiendo la evasión, omisión y elusión fiscales y liberando a las finanzas públicas de su excesiva dependencia de los ingresos petroleros. Las reformas fiscales deben servir para promover la actividad económica y no solamente para sostener la administración pública. Especial énfasis debe recibir el Impuesto sobre las Personas Físicas, pero también el Impuesto Sobre la Renta de las empresas y el IVA por tratarse de un impuesto cuya administración debe ser complementaria. Estos tres impuestos bien administrados pueden duplicar su participación en la recaudación (actualmente 8% del PIB).
275
Sociedad del conocimiento y energía
soluciones como la Iniciativa Mérida (combate a la drogadicción), riesgosas para la soberanía nacional. Conocimiento y energía son, en sí mismos, valiosos recursos para la construcción de una sociedad equitativa, culta y democrática, pero a condición de ser utilizados racionalmente y puestos al servicio de cada nación. Estos objetivos y requisitos son precisamente la razón de ser de los Estados modernos; pero en las últimas décadas las políticas neoliberales los han “adelgazado”, convirtiendo gran parte de sus funciones económicas y sociales en “nichos de mercado”, es decir, en negocios de las corporaciones privadas. De ahí la importancia de la participación democrática de todos los sectores de nuestra sociedad que propugnan el bienestar general. La nueva izquierda debe tener una visión antropológica, humanista, e incluir en sus prioridades una educación para todos que conjugue el conocimiento de la historia y el manejo de la ciencia con la ética y la política, el bienestar social y la armonía con la naturaleza.
Nóesis
25 de abril de 2008
276
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider: un disfrazado ataque a las prácticas del totalitarismo
Peter Horwath1 Dulce Estévez2
1
Ph. D. School of International Letters & Culture Arizona State University. Correo: peter.horwath@asu.edu 2 Article submission translated by Dulce Estévez. Correo: dulce.estevez@asu.edu Fecha de recepción: 8 de abril de 2008 Fecha de aceptación: 16 de junio de 2008
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
Introducción La primera referencia en la literatura alemana a las recién descubiertas islas de la Hispaniola, se encuentra en una obra que data de 1494. Ésta toca dos temas que subyacen en la literatura europea durante los siguientes dos siglos: El Dorado y los nativos desnudos. Las obras literarias posteriores potenciaron dichos temas como promesa de enriquecimiento y representación de la inocencia. A pesar de que los conquistadores alemanes fueron líderes en la exploración y explotación de Venezuela (1528) y de que Alexander von Humboldt (1799-1804) realizara una impresionante exploración de Latinoamérica, tuvieron que pasar varios siglos para que los escritores alemanes redescubrieran Latinoamérica como topos literario. En anticipación temerosa a los caminos del nihilismo, el nacionalismo y los movimientos de masas que recorrería la nación, los autores alemanes salen en busca de paradigmas. La historia temprana de la Latinoamérica poscolombina parece ofrecerles algunas respuestas. Autores como Eduard Stucken (1865-1936), Reinhold Schneider (1903-1958) y Fritz Hochwälder (1911-1986) recrean ese entorno histórico y al mismo tiempo iluminan el paisaje político y nihilista de Europa Central. Sin embargo, sólo Reinhold Schneider logró reemplazar, en su obra, la Angst existencial mediante la fe, la esperanza y la caridad. Su desenmascaramiento del régimen totalitario y el racismo nazi provocaron la ira del gobierno. La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider: un disfrazado ataque a las prácticas del totalitarismo El topos literario americano no es, de ninguna manera, ajeno para el mundo germano parlante.3 Sólo dos años después de que Colón
Nóesis
3
280
Ver: America in der Deutschen Literatur: Neue Welt –Nordamerika– USA, editada por S. Bauschinger, H. Denkler y W. Walsh. Stuttgart: Reclam [1975]. Son de especial interés las contribuciones hechas por W. Walsh, K Guthke y E. Merz. Ver también: Williams, Scholz, Gerhild, “Zauber der Neuen Welt”, en: German Quarterly, núm. 65, vol. 304 (Summer-Fall 1992): 39-54 y Heidemarie Blankenstein, “Amerika Wird Noch Einmal Entdeckt”, en: Rheinnischer Merkur-Christ und Welt, núm. 36, vol. 7 (7 October 1990): 19. Otra información de interés se encuentra en: Richard, John Ascarate,
“‘Have You Ever Seen a Shrunken Head?’: The Early Modern Roots of Ecstatic Truth in Werner Herzog’s Fitzcarraldo”, en: PMLA, núm. 2, vol. 122, 2007: 483-501. La primera expedición al interior de Venezuela es descrita por Nikolaus Federmann (15051542), el segundo gobernador del país, en Indianische Historia… (Hagenow, 1557). Federmann fue un contemporáneo de fray Bartolomé de las Casas (1474-1566).
Peter Horwath y Dulce Estévez
Vol. 17 • número 34 • 2008
pisara tierra en el Nuevo Mundo en 1492, encontramos la primera referencia literaria alemana a las recién descubiertas islas de la Hispaniola en la obra de Sebastian Brant (1457-1521), Das Narrenschiff (1949). El autor hace referencia a dos leitmotifs que durante los siguientes dos o tres siglos estarán presentes en gran parte de la literatura americana: El Dorado y los nativos desnudos. Mientras las referencias de Brant aparecen como una curiosidad, las obras literarias alemanas posteriores potenciaron dichos motivos literarios como promesa de riqueza/enriquecimiento e inocencia/paraíso. Estos dos conceptos encierran una naturaleza dual. En 1497, las denominadas Cartas de Colón aparecerían en una traducción al alemán; ellas contenían noticias más fehacientes sobre el Nuevo Mundo. De ahí en adelante, surgió una oleada de información que procedía casi exclusivamente de informes extranjeros y descripciones de viajes, pero también relatos hechos por y sobre los conquistadores. Un poco después, en Der Weltbot, los jesuitas contribuyeron con un gran número de relatos verídicos sobre las costumbres, condiciones de vida y otros detalles basados en sus experiencias como misioneros, etnógrafos, astrónomos, etcétera. Durante esa época, con la excepción de los informes hechos por los jesuitas, el enfoque parece haberse quedado en curiosidades. Por un lado, había informes sobre la “inocencia redescubierta”, y por otro, se hablaba sobre sacrificios de niños, rituales satánicos y canibalismo. Ya bastante perturbaban las noticias de que la conquista espiritual se había pervertido en muchos lugares, convirtiéndose en una conquista temporal. Lo que fray Bartolomé de las Casas (14741566) tenía que decir sobre la conquista fue degenerado por la prensa propagandística de las Coronas de Francia e Inglaterra y por los
281
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
Nóesis
282
fanáticos protestantes.4 Con el tiempo, el centro de interés se trasladaría de América Latina hacia el norte del continente. Sin embargo, la crítica al anglo-colonialismo fue mucho menos severa que aquella expresada contra el colonialismo español. Aparentemente, no había una yuxtaposición entre “europeos crueles” e “indígenas indefensos” —por lo menos, no por algún tiempo. Históricamente, Carlos V (1500-1558), de la casa de Austria, estableció un nexo comercial y político entre Alemania y Latinoamérica al conceder, para fines de explotación y colonización,5 casi la mitad de Latinoamérica a las casas comerciales y bancarias de Fugger (1521) y Welser (1528). Sin embargo, estas empresas no dejaron una huella duradera en Latinoamérica. Además, la escena literaria alemana no fue receptiva a este movimiento, dado que el monje alemán Martin Waldseemüller (1475-1521), dio en 1507 el nombre de “América” a la parte sur del Nuevo Mundo. Una mejor oportunidad para los novelistas alemanes se presentó en el hecho de que los primeros tres gobernadores de la Venezuela poscolombina fueron conquistadores alemanes (Dalfinger, Federmann y Hohermuth, junto con el último capitán-general Philipp von Hutten). Sus empresas se hubiesen prestado con naturalidad para ser narradas, así como también los retos y tribulaciones de Schmidel y von Staden. Incluso las expediciones a Centro y Sudamérica (1799-1804) de la época de Alexander von Humboldt (1769-1859) no dejaron su huella en la literatura. Todo esto cambió radicalmente justo antes de que se desatara la Primera Guerra Mundial (1914-1918), produciendo autocuestionamientos y dudas sobre los valores nacionalistas y permitiendo que se 4
5
Por ejemplo, Albert von Haller (1708-1777), un pío suizo calvinista, denigra el trabajo de los misioneros católicos, especialmente el de los jesuitas, en una forma bastante ofensiva. La leyenda negra ingresa en Alemania en 1594 a través de la Historia del Mondo Nouvo, de Girolamo Benzoni (vol. IV). Fray Bartolomé de las Casas criticó las actividades de los conquistadores alemanes en Venezuela. Ver: Horwath, Peter. “The First Three Governors of Venezuela (15281542): Mistaken Identity, Rivalry, and the Elusive El Dorado”. Artículo que está por publicarse en Actas del X Coloquio Internacional: La Frontera. La Paz, Baja California Sur, México.
6
Hans Erich Nossack considera que la Die Weissen Götter (1917-1922), de Stucken, se encuentra en buena compañía entre la Odisea, la Eneida, poemas épicos medievales, etcétera. Ver: Carlson, Ingeborg S. Eduard Stucken: Ein Dichter und Seine Zeit. Berlín, Haude & Spener [1978] —Fritz Hochwälder se ocupa de la supresión brutal del Estado jesuita de Paraguay. Esta obra fue adaptada para los escenarios americanos.
Peter Horwath y Dulce Estévez
Vol. 17 • número 34 • 2008
asentara una cultura liberal. Los poetas y escritores motivados por la Angst buscaron en la historia paralelos que elucidaran su predicamento espiritual. Plagados por una temerosa anticipación sobre el futuro belicoso y nihilista de Europa, algunos autores alemanes parecieron encontrar respuestas en la temprana historia poscolombina y algún tiempo después en Latinoamérica en general. Eduard Stucken (1865-1936), Reinhold Schneider (1903-1958) y Fritz Hochwälder (1911-1986) lograron recrear aquel momento histórico y al mismo tiempo iluminar el entorno social, político y espiritual de Europa Central.6 Sin embargo, sólo Reinhold Schneider logró reemplazar la Angst existencial con la fe, la esperanza y la caridad cristiana. En su novela Las Casas vor Karl V: Szenen aus der Konquistadorenzeit (1938), Reinhold Schneider encara los movimientos totalitarios que surgen tras la Primera Guerra Mundial y que se expresan en el racismo de Hitler. Schneider se interesa por la naturaleza y los límites del poder, la interrogante de la culpa histórica y la función de la gracia; así como también por el locus classicus de la libertad genuina. En el centro de esta obra de tintes profundamente escatológicos están la esclavitud y la liquidación de los indios, el expansionismo disfrazado de alcance misionero y la función de la gracia divina. Bartolomé de las Casas, el defensor de la ley divina, y Juan Ginés de Sepúlveda, el partidario de los derechos ilimitados del Estado, se enfrentan en una disputa en Valladolid en 1542 ante el emperador. Para De las Casas existe una fundación moral para toda ley. Él sostenía que todas las guerras y conquistas españolas en el Nuevo Mundo eran ilegales. También mantenía que la Corona española debía limitarse a despertar en los nativos un deseo por las verdades del cristianismo y a la revitalización de las estructuras tradicionales de los indios, impregnadas con las creencias sobre la vida y el espíritu
283
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
Nóesis
284
de la fe cristiana. Para él, la esclavitud de los indios era inexcusable. Argumentaba que la institución de un estado “cristiano” no era necesaria para el desarrollo de la fe. Además, argumentaba que España había pervertido su misión sagrada y por ello sufriría la ira de Dios.7 En realidad, Schneider pensaba que esa condena aplicaba para ese contexto y para toda la Alemania nazi. Por su parte, el Dr. Jur. Juan Ginés de Sepúlveda declaraba que la justicia, el derecho y la ley debían beneficiar y ser útiles al Estado porque éste representaba el poder y los nativos debían ser sometidos antes de ser convertidos. El someterlos significaba hacerlos sujetarse a la ley de Cristo, por ello, desde su perspectiva, las guerras de los españoles eran justas y santas. La aproximación escatológica al tema hace posible un acercamiento a los eventos históricos desde una perspectiva sub specie aeternitatis y en términos del juicio final. El conflicto era inevitable y, pese al dualismo permanente entre la “ciudad de Dios” y la “ciudad del hombre”, se hacía necesario mitigar el conflicto manteniendo el poder temporal bajo control. El hombre debía luchar por la preservación de la eterna ley divina para que se salvara el alma del individuo y evitar la bancarrota moral y la destrucción del Estado. La culpabilidad no podía evitarse, pero podía removerse y aun volverse productiva al llevar al hombre a abrirle su corazón a Dios. El motivo subyacente en la antropología espiritual de Reinhold Schneider es la búsqueda de la paz temporal y eterna. Para este autor, la paz estaba fundamentada en la dignidad del hombre. Además, ésta presuponía la libertad individual y la disposición hacia una ley universal eternamente válida que, desde su punto de vista, se origina fuera del hombre, es decir, en la voluntad divina. Según Schneider, las bases éticas para la existencia humana consistían en: (1) la reverencia hacia Dios, hacia los individuos libres, 7
Este comentario trae a la memoria al fraile dominicano del Perú, fray Francisco de la Cruz (quemado en 1578), quien en sueños vio la “destrucción de España” por sacar toda la plata del reino y desentenderse de los pobres.
8
Para nuestro autor, la verdad puede ser alcanzada en situaciones límite, por ejemplo, cuando se enfrenta la muerte o el sufrimiento externo. (El concepto de Martin Heidegger de Grenzsituationen.) Lacaya, la heroína de Schneider, nos recuerda a la criada en Der arme Heinrich (1195), de Hartman von Aue, y el arrepentimiento del caballero es análogo al de Bernardino de Lares. En esta novela la gracia y el amor sacrificado se combinan para engendrar la verdad.
Peter Horwath y Dulce Estévez
Vol. 17 • número 34 • 2008
hacia la ley y hacia la creación; (2) la verdad8 como garantía de justicia y (3) el amor que representaba el cumplimiento y la coronación de la justicia. El amor era capaz de soportar el dolor y el sufrimiento. El recibir amor podía destruir el egocentrismo e inspirar, con la ayuda de la gracia divina, el amor por los demás sin consideraciones de raza, nación o poder. El autor señala que la superioridad en armamento no significa superioridad en verdad. El poder podía ser una tentación satánica o una voluntad de participar en el gobierno mundial de Aquel que es el único realmente poderoso. Schneider planteó que el abuso de poder produce remordimiento y que éste a su vez produce historia. Según Reinhold Schneider, una historia de culpabilidad se puede convertir en una historia de perdón. Un buen gobernante usa su poder para alcanzar la paz. Por otra parte, el poder temporal sin freno puede ser usado, por ejemplo, para proteger a los déspotas y convertir la religión en una vía de enriquecimiento personal y una herramienta de poder político. La pregunta es: ¿cómo puede abolirse la esclavitud de la población nativa? Para este autor hay algo seguro: ésta debe ser abolida mediante métodos pacíficos. Una conciencia “activa” podía ser “combatiente” como la de Bartolomé de las Casas o sufrida como la de la joven nativa Lucaya; quien sufría tanto por la desgracia de su gente como por la de sus opresores europeos. Al convertirse en obispo de Chiapas, el trabajo de De las Casas requería que ejercitase los dos tipos de conciencia. Él también “sufrió” por los nativos pisoteados y por sus compatriotas, pero sin dejar de pelear por la causa del bien. De las Casas se convirtió en la conciencia del rico, quien se comportaba como si la ley procediera de los hombres y no de Dios. Bar-
285
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
tolomé informó sin temor al emperador sobre los abusos cometidos por los conquistadores y caciques contra los nativos. Sin importar el precio que tuviera que pagar, la verdad debía prevalecer. Carlos V, quien inicialmente se enojó por las amenazas que De las Casas había proferido, en cuanto a la ira de Dios descendiendo sobre su reino, se dio cuenta de que realmente había faltado a las enseñanzas del Evangelio y subsecuentemente promulgó las Leyes nuevas —una acción que lo hizo acreedor del odio de muchos. Al sintetizar el poder, la justicia y la gracia, el emperador ocasionó que la culpa histórica fuese productiva y es ahí donde descansan las bases para el cumplimiento de la misión española en el Nuevo Mundo. La “tragedia de la expansión”, según la describe Reinhold Schneider, implica los aspectos negativos de crueldad y esclavitud; pero por el lado positivo, representa la mayor expansión de justicia, amor y paz propiciada por la unión entre una conciencia objetante y la ayuda divina (la gracia).9 Sería interesante comparar este trabajo con la monumental novela histórica de Eduard Stucken, Die Weissen Götter (1917-1922). Stucken creía que el destino de su tiempo estaba prefigurado en la caída de México. Martina, la amante de Hernando Cortés (14851547), aparece en su obra como la conciencia del conquistador. Ante el impacto de la inmensidad de sacrificios humanos (hasta veinte mil por día), el codicioso Cortés se transforma en un verdadero caballero de la Cruz. El Cortés de Schneider, por el contrario, no llega al sacrificio total porque se aferra a las riquezas que le quedan y continúa tratando de mejorar su papel en la historia. La referencia de Reinhold Schneider sobre su época (1933-1938) demarca su convicción de que lo único que una persona podía hacer
Nóesis
9
286
Antes de convertirse en papa (como Benedicto XVI), Joseph Ratzinger escribió un buen estudio, “Das Gewissen der Zeit”, sobre las formas de conciencia con respecto a la novela de Reinhold Schneider. En la edición de C. P. Thiede. Uber Reinhold Schneider. Suhrkamp [1980], pp. 242-260. Otro extraordinario estudio en esta colección fue escrito por el reconocido físico y filósofo C. Fr. Von Weiszäcker. Ver también en la Revista Humanism and the Good Life editada por Horwath, P. y Michael Lehmann. “Power, Guilt, and Grace”. Bern, Lang [1998], pp. 451-468.
Para más información, ver: Königswald, H. v. Die Gewaltlosen: Dichtung und Widerstand Gegen den Nationalsozialismus. Herborn, 1962, pp. 48-58; y Chue, Tea-Wha. Nationalsozialismus und Verantwortung der Christlichen Literature. Frankfurt am Main, P. Lang, 1954. —La novela de Reinhold Schneider tuvo su impacto en audiencias americanas cuando fue traducida con el título de Imperial Mission y subsecuentemente adaptada para la televisión con el nombre de Conquista. 11 Ver el capítulo titulado “How All Grievous Things in Life are Gladly to be Suffered for Winning the Life that is to Come”. Reinhold Schneider fue un católico converso. 10
Peter Horwath y Dulce Estévez
Vol. 17 • número 34 • 2008
en esas circunstancias era transformar su propio corazón. Con el nazismo arraigado fuertemente en Alemania (así como el estalinismo en la Unión Soviética) y los líderes del país declarados enemigos implacables del cristianismo, no se podía hacer mucho —hasta que la ira de Dios descendiera sobre la nación—. El autor creía que aquellos que sufrían por dicha situación, se mantenían justos y podían mitigar las asperezas del sistema totalitario y la culpa que había caído sobre la nación. La debilidad inherente en el ser humano (el “pecado original”) limitaría la eliminación total de la dualidad entre la “ciudad de Dios” y la “ciudad del hombre”. Para mitigar dicha dualidad, minimizar la “culpa” y hacerla productiva, era necesario el nuevo nacimiento del individuo. “Ha llegado la hora”, exhorta De las Casas, “no adquiriremos la salud mediante la actividad; debemos estar saludables si deseamos actuar” (Schneider: 132). El locus classicus para la libertad lo encuentra en segunda de Corintios (3: 17): “en donde está el espíritu de Dios ahí hay libertad”. La libertad capacita al hombre para actuar en un espíritu de hermandad y esto puede traer la paz. El mensaje de Reinhold Schneider fue entendido por amigos y enemigos. Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, se le prohibió escribir y en 1945 se le acusó de traición.10 Él estaba convencido de la preeminencia del poder de vida del cristianismo sobre el nihilismo totalitario. Su Vademecum fue el libro de Thomas à Kempis, Imitation Christi.11 Hay mucho más que decir sobre la escatología y la política del autor, pero pese a lo seco que el texto parezca a algunos, la novela de Reinhold Schneider es una recreación cautivadora de la España y la Española históricas.
287
La novela Las Casas vor Karl V (1938), de Reinhold Schneider
Nóesis
288
Bibliografía Ascarate, Richard John. “‘Have You Ever Seen a Shrunken Head’: The Early Modern Roots of Ecstatic Truth in Werner Herzog’s Fitzcarraldo”, en: PMLA, núm. 2, vol. 122, 2007, pp. 483-501. Bauschinger, S., Denkler, H., and Walsh, W. (eds.). America in der Deutschen Literatur: Neue Welt – Nordamerika – USA. Stuttgart, Reclam [1975]. Blankenstein, Heidemarie. “Amerika Wird Noch Einmal Entdeckt”, en: Rheinnischer Merkur – Christ und Welt, núm. 36, vol. 7, 7 de octubre de 1990, p. 19. Brandi, Karl. The Emperor Charles V: Gnowth and Destiny of a World-Empire, en: Wedgwood, C. V. (trad.). New York, A Knopf, 1939. Carlos V (1500-1558). Homenaje de la Universidad de Granada, 1958. Carlson, Ingeborg. Eduard Stucken: Ein Dichter und Seine Zeit. Berlín: Haude & Spener [1978]. Chue, Tea-Wha. Nationalsozialismus und Verantwortung der Christlichen Literatur. Frankfurt am Main, P. Lang, 1954. Gesner, Konrad. Beasts & Animals in Decorative Woodcuts of the Renaissance, en: Carol Belanger Grafton (ed.). New York, Dover Publ. [1983]. Horwath, Peter. “The First Three Governors of Venezuela (15281542): Mistaken Identity, Rivalry, and the Elusive El Dorado”. [Está por publicarse en Actas del X Coloquio Internacional: La Frontera. La Paz, BCS, México]. -----. “Los dos últimos gobernadores alemanes y el último capitán general alemán de Venezuela (1530-1542): rivalidad y asesinato”. [Está por publicarse en Actas del X Coloquio Internacional: La Frontera. La Paz, BCS, México].
Peter Horwath y Dulce Estévez
Vol. 17 • número 34 • 2008
-----. “Misioneros jesuitas del Santo Imperio Romano en la Nueva España: su formación educacional”. En: Chale Solís, P. J. y Varguez Pasos, L. A. (eds.). Sociedad y cultura: las múltiples caras de sus fronteras. Mérida, Universidad Autónoma de Yucatán, 2007, pp. 497-508. Kamen, Henry. Philip of Spain. New Haven, Yale UP [1997]. Königswald, H. v. Die Gewaltlosen: Dichtung und Widerstand Gegen den Nationalsozialismus. Herborn, 1962, pp. 48-58. Lehmann, Michael. “Power, Guilt, and Grace”, en: Horwath, Peter (ed.). Humanism and the Good Life. Bern, Lang [1998], pp. 451-468. Milkou, Alain. “De las Casas frente a las reivindicaciones de los colonos de isla Española (1554-1561)”, en: Historiografía y bibliografía americanistas, XIXXX, 1975-1976. Münster, Sebastian. Cosmographia Universalis [Imprinted at London: In Lombard Street by S. Mierdman for Edward Sutton, 1553]. Ratzinger, Joseph. “Das Gewissen der Zeit”, en: Thiede, C. P. (ed.). Ueber Reinhold Schneider. Suhrkamp [1980], pp. 242-260. Schneider, Reinhold. “Las Casas vor Karl V”, en: Gesammelte Werke, vol. 3, Insel [1978], pp. 119-260. Scholz Willams, Gerhild. “Zauber der Neuen Welt”, en: German Quarterly, núm. 65, vol. 304, verano-otoño de 1992, pp. 39-54.
289
The Editorial Board of Nóesis permanently welcomes submissions of academic articles for publication on any of its different sections. Proposals are received throughout the year. The following guidelines are applicable in preparing a submission for Nóesis: 1. All papers submitted for publication in Nóesis must be original and unpublished. 2. The Universidad Autónoma de Ciudad Juárez claims all copyrights to the paper once it has been published in Nóesis. 3. Submissions can be research or academic articles (result of an in-depth study), shorter essays on a specific scientific development, or book reviews. The subjects covered are generally in the social sciences. 4. The works can be written in English or Spanish. Authors who submit texts translated into Spanish from another language, including English, must enclose a copy of the version in the original language. 5. Manuscripts submitted for review will not be returned to the authors. 6. The Editorial Board reserves for itself the right to evaluate the scientific and methodological quality of all submissions. Generally, the process will follow the following timeline: a) After submission, the paper is given a first reading by a member of the Editorial Board to determine its suitability for publication in accordance to the editorial norms presented in number 7. b) If the document complies with such norms, it will be reviewed by two specialists who may approved it, reject it, or request the author to make editorial corrections or give recommendations to strengthen the paper. c) If corrections or recommendations were made, the paper is returned to the author to make the suggested changes. The paper must be re-submitted in accordance to the deadline established by this journal. In the given case the author does not respond within one month after having been presented with the suggested changes for his paper, Nóesis reserves the right to not publish it or make the pertinent editorial corrections.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Guidelines for Contributors
291
Nóesis
292
7. Manuscripts must include the following editorial requirements: a) The front cover must have title and subtitle (brief and concise in English and in Spanish) and type of work (article, book review, etc). b) An abstract of summary of content of no more than 150 words, also in English and Spanish. c) Name, title, nationality of the author(s), e-mail address of collaborator(s) and Institutional and departmental affiliation of the author(s). d) Indicate maximum degree obtained and area of specialization. e) Present the printed original or send in electronic form via email (Word format, Times New Roman, font size 12, justified, double-spaced, numbered pages from cover to end). f ) The length of the article must be between 15 and 30 pages, considering 26-line pages. g) Tables and figures must be done preferably in MS Office Excel for Windows and must be inserted in the text and properly labeled (include a separate file for each). If not in Excel, indicate in your cover letter the software used for tables and figures. These must be self explicative; do not use abbreviations; indicate the units used; and properly cite and annotate on footnotes. Reader must be able to understand tables and figures without recurring to the text. h) Bibliographical references must follow consistently the Spanish conventional style: author’s last name, year of publication: page number (e.g. Foucault, 1984: 30-45). Include the complete reference only in the bibliography, unnumbered and in alphabetical order. i) When citing books in Spanish, remember that only the first word is capitalized (La casa de la noche triste); in English, capitalization is generally done at the beginning of all principal words (The House of the Sad Night). In both languages the original spelling should be kept.
j)
When using acronyms in the text, figures, tables, and bibliography, spell the meaning at least the first time and specify the acronym to be used in the rest of the text in parenthesis (e.g. Drug Enforcement Administration (DEA); thereafter only DEA). k) In case the article is accepted, the author must submit to the Editorial Board a signed consent form declaring the work presented is original and unpublished and copyrights are granted to the journal. l) Follow this style for bibliographical citations: BOOK ENTRIES — Last name(s), name of the author. Title of the book in Italics. Place of publication, Publishing Company, year, page numbers. Examples: Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI, 1984, pp. 30-45. Levine, Frances. “Economic Perspectives on the Comanchero Trade”. In Katherine A. Spielmann (ed.). Farmers, Hunters and Colonists. Tucson, AZ; The University of Arizona Press, 1991, pp. 155-169.
Examples: Conte, Amedeo G. “Regla constitutiva, condición, antinomia”. Nóesis, núm. 18, vol. 9, enero-junio de 1997, pp. 39-54. Krotz, Esteban. “Utopía, asombro y alteridad: consideraciones metateóricas acerca de la investigación antropológica”. Estudios sociológicos, núm. 14, vol. 5, mayoagosto de 1995, pp. 283-302.
Vol. 17 • número 34 • 2008
JOURNAL ENTRIES — Last names and name(s) of the authors. “Title of the article”. Name of the Journal, number, volume, date, page numbers.
293
Taxes in electronic texts, bases of data and computer programs Responsible main (of the contribution). “Title” [support type]. In Responsible main (of the main document). Title. Edition. Publication place editor, publication date, date of upgrade or revision [it dates of consultation]**. Numeration and/or localization of the contribution inside the document source. Notes*. Disponibility and acces**. Normalized number. Example:
Nóesis
Political and Religious Leaders Support Palestinian Sovereignty Over Jerusalem. In Eye on the NBegotiations [on line]. Palestine Liberation Organization, Negotiations Affairs Department, August 29, 2000. [ref. August 15, 2000]. Available on Web: <http://www.nad-plo.org/eye/pol-jerus.html>
294
El Comité Editorial de Nóesis de manera permanente acoge con gusto propuestas de artículos para publicar en cualesquiera de sus diferentes secciones. Por favor consulte las siguientes normas al preparar sus documentos: 1. Los trabajos a presentar en Nóesis deberán ser originales e inéditos. 2. Una vez que la revista publica el artículo los derechos del autor pasan a ser propiedad de la UACJ. 3. Los artículos pueden ser de fondo (resultados de investigaciones o ensayos académicos) o reseñas bibliográficas breves o críticas, los cuales deberán referirse a alguna área de las ciencias sociales y humanidades. 4. Los trabajos pueden ser en inglés o español. Si se envía una traducción al español, hay que adjuntar también el texto en el idioma original. 5. No se devuelven los originales. 6. Los artículos deberán ajustarse al dictamen del Comité Editorial, el cual evalúa su calidad científica y decide sobre la pertinencia de su publicación. Generalmente el proceso de dictaminación contempla tres etapas: a) el autor envía su propuesta al Comité Editorial, la cual se sujeta a una primera revisión para determinar si cumple con las normas editoriales que se presentan más abajo; b) si el documento cumple con tales normas se somete a un dictamen por dos especialistas en el tema, los cuales podrán aprobarlo, rechazarlo o aprobarlo solicitando correcciones; c) si el documento es aprobado pero requiere cambios, el autor deberá realizarlos en el plazo establecido por la revista. En caso de que el autor no responda en un mes después de habérsele presentado las correcciones o dudas de su trabajo, Nóesis se reserva el derecho de no publicarlo o hacer los cambios editoriales que considere pertinentes. 7. Los trabajos deben ajustarse a los siguientes requisitos editoriales: a) Asentar en la portada el título del trabajo (breve, conciso, inglés y español) y la naturaleza del mismo (artículo, reseña u otros). b) Un resumen del contenido de una extensión no mayor de 150 palabras, escrito en inglés y español.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Normas para autores
295
Nóesis
296
c) Nombre, nacionalidad del autor o autores, correos electrónicos de cada colaborador y adscripción (institución, departamento y/o coordinación). d) Indicar grado máximo de estudios y área de especialización. e) Presentar el original impreso o enviar por correo electrónico en archivo de versión Word, con cuerpo justificado, en letra Times New Roman, a 12 puntos y a doble espacio, numerando cada página desde la portada. f ) La extensión debe ser entre 15 y 30 cuartillas, considerando páginas de 26 líneas. g) Los cuadros y el trazado de gráficas deberán estar elaborados en Excel para Windows, indicando el nombre de cada uno de ellos (incluyendo un archivo por cuadro o gráfica). Asimismo, las ilustraciones, cuadros y fotografías deben referirse dentro del texto, enumerarse en el orden que se cita en el mismo, e indicar el programa de cómputo en el que están elaborados. Éstos deben explicarse por sí solos, sin tener que recurrir al texto para su comprensión; no incluir abreviaturas, indicar las unidades y contener todas las notas a pie de página y las fuentes completas correspondientes. h) Las referencias bibliográficas deben asentarse de la forma convencionalmente establecida en español, es decir, indicando éstas en el cuerpo del texto de la siguiente manera: Apellido del autor, fecha: número de páginas (Foucault, 1984: 30-45). La bibliografía completa se presenta sin numeración al final del artículo, organizada en orden alfabético. i) Al citar los títulos de libro se deben utilizar mayúsculas sólo al inicio y en nombres propios; para los títulos en el idioma inglés se respetará la ortografía original. j) Al menos la primera vez se debe proporcionar la equivalencia completa de las siglas empleadas en el texto, la bibliografía y los cuadros y las gráficas. k) En caso de que el artículo sea aceptado, el autor debe enviar al Comité Editorial una carta debidamente firmada donde declare que el escrito presentado es inédito y que se ceden los derechos de autor.
l)
Distribuir los datos de las referencias bibliográficas de la siguiente manera:
FICHA DE LIBRO Apellidos, nombre del autor. Título del libro. Lugar de edición, editorial, año, número de páginas. Ejemplos: Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI, 1984, pp. 30-45. Levine, Frances. “Economic Perspectives on the Comanchero Trade”. En: Katherine A. Spielmann (ed.). Farmers, Hunters and Colonists. Tucson, AZ; The University of Arizona Press, 1991, pp. 155-169. FICHA DE REVISTA Apellidos, nombre del autor. “Título del artículo”. Nombre de la revista, número, volumen, fecha, número de páginas.
Conte, Amedeo G. “Regla constitutiva, condición, antinomia”. Nóesis, núm. 18, vol. 9, enero-junio de 1997, pp. 39-54. Krotz, Esteban. “Utopía, asombro y alteridad: consideraciones metateóricas acerca de la investigación antropológica”. Estudios sociológicos, núm. 14, vol. 5, mayo-agosto de 1995, pp. 283-302. Contribuciones en textos electrónicos, bases de datos y programas informáticos Responsable principal (de la contribución). “Título” [tipo de soporte]. En Responsable principal (del documento principal). Título. Edición. Lugar de publicación editor, fecha de publicación, fecha de actualización o revisión [fecha de consulta]**. Numeración y/o localización de la contribución dentro del documento fuente. Notas*. Disponibilidad y acceso**. Número normalizado*.
Vol. 17 • número 34 • 2008
Ejemplos:
297
Ejemplo: Political and Religious Leaders Support Palestinian Sovereignity Over Jerusalem. In Eye on the Negotiations [en Internet]. Palestine Liberation Organization, Negotiations Affairs Department, 29 de agosto 2000 [ref. de 15 de agosto de 2002]. Disponible en Internet: <http://www.nad-plo.org/eye/pol-jerus.html>
Nóesis
Esta revista está indexada en REDALyC (Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal), CLASE (Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades) y LATINDEX
298
Esta obra se terminó de imprimir en febrero de 2010 en los Talleres Gráficos Universitarios ubicados en edificio R, campus ICB, en Av. Hermanos Escobar y Av. Plutarco Elías Calles, zona Pronaf, C.P. 32310 Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Tiraje: 500 ejemplares