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Murallas, por Jorge Humberto - Poemas

Murallas, por Jorge Humberto

Café para dos

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De aquella mesita en la cafetería

donde en los mediodías de invierno

brillaba en tu rostro

un jardín de escarcha

en la mañana se abren tus ojos muertos

una mañana acuosa.

Desde que te convertiste en flor

petrificada:

el amargo café ahora es dulce

las noches heladas

pesadumbre

son los días

pesadillas ardientes

Ocurre el insomnio

te quiero abrazar.

Mi despertar

un sueño vacío

y tan lleno

como el espacio que despojas:

eco profuso de tu compañía glacial.

Es hoy tu aniversario:

por la tarde iré a la cafetería

nos pediré la misma mesa donde te

conocí

Café para dos, por favor

y que cada sorbo sepa a ti.

Del Sol sangrante a la noche ausente

Despierto cual tierno cobijo de los

amantes

despojo de sus brazos el calor

pinto con sus cielos los besos.

Fluyen las horas:

soy la angustia al mediodía

la brisa que desnuda ensoñaciones

para refractar en los ojos melancolía.

Sangro por miradas no encontradas

agonía exquisita que invoca al amor,

a la aceptación

y lo eterno.

Incandescente mi tacto

tímido como profundo

gélido, casi oculto

azul, negro otro tanto.

Preparo de los cuerpos el encuentro

expiro en delirios que angustian

y pasiones que arremeten.

Le rouge

Ojos que tiñen

carmín

Un latido

por otro latido

tacto pulsante

para pulsión

latente.

De un suspiro, asoma tu cuello el vino

penetrante,

Sabor afrutado,

enervante

tan delicado al comienzo y sinuoso al

noqueo:

escribo en verso

afano un beso.

Rojo galáctico:

tú en psicodelia

a sorbos se asoma el sexo

culpo a tus labios flamantes de rojo

burdeos.

Tu bulbo carnoso y húmedo

te acaricio en mi palma

el cutis oscuro y granuloso

la carne cremosa y verdosa

tu núcleo castaño y el trozo que pierdes

te disuelves al pronunciarte.

Aguacate

Le saule pleureur avec coeur (El sauce llorón con corazón)

Un verso

la danza del colibrí

una estrofa

el concierto del ruiseñor

una metáfora

con sus pétalos de rosa.

Parvada de poetas

que se pierde en caída libre

crujen sus huesos en la pendiente

rocosa

queda un mar de plumas al aire.

El sauce llorón

sus hojas despedidas cual traza de

lluvia

porque poeta sin plumas

y sauce sin hojas

ambos no existen más.

El simbolismo entre ellos es unívoco:

reivindicación de la náusea d

ilución de toda amargura

cuando bajo la sombra llorona del sauce

somos oquedad labrada por el corazón.

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