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Divagación de la liberación interna por José N. Méndez

por José N. Méndez.

(Para los que, en medio de la ansiedad, no se han rendido)

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Se trata de la sensación

de rebeldía de tus entrañas

antes de que llegue la hora en que las miradas

habrán de cruzarse.

Se trata de dibujar en la psique

la molestia de los líderes

incluso si tu labor

fuera exacta garra de jaguar

acometiendo a su presa.

Se trata de las mil lecturas

de aquellos mensajes

e incluso después de ellas,

oír a las voces internas

decir que algo estuvo mal.

Se trata de lo invisible

y de lo angustiante

por encima de todo aquello

que reciba el roce de tus dedos.

Se trata de preocuparse por la cena del viernes

apenas llegado el martes

y sumarle al lunes

cuatro juntas del jueves

y pedirle al fin de semana

un respiro para ser humano,

un respiro para el caos interno.

Y sabes bien que se trata de temblar,

caerte,

tener ascos,

toser hasta la dolencia del hueso,

llorar siempre a la una de la mañana,

buscar, preguntarte

y ser incapaz de responderte

y confrontarte con quienes amas

porque el ánimo es insuficiente

y se te dijo que afuera alguien al mismo tiempo

la está pasando peor

y deberías estar avergonzado por lo que sientes.

Porque el ojo y el oído ajeno

un día se hicieron insuficientes

para que las ideas y la calma

sean completamente libres

no sólo a base de lágrimas y

ni Piaget discutiendo con Freud

sabrán el modo

en el que diariamente

estás restaurando

todas las grietas internas.

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