SEP-DIC 2020
71 Revista de patrimonio y turismo cultural
UN LUGAR DEL MUNDO ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS
EL CENTRO DE RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN DE BIENES CULTURALES
EL VATICANO Y SUS ARCHIVOS 71 9 771578 551003
Edición: Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico Dirección de la revista: Lucía Garrote Consejo editorial : Víctor Manuel Álvarez Gutiérrez, Zoa Escudero Navarro, Jaime García Prado, Lucía Garrote Mestre, Carmen Molinos Zumel, Jaime Nuño González y Juan Carlos Prieto Vielba Redacción: Maximiliano Barrios, Lucía Garrote, Carmen Molinos Colaboraciones: Julia Rodríguez, Beatriz García, Juan Antonio González, Sonia Sánchez, Blanca Mateo, Leire Escalada, Guillermo José Morán, Zaida Lamas, Miguel Ángel Jaramillo, Javier Ortega, Ana Carmen Pascual, Miguel Sobrino, Carlos Porro, Cristina Jular, Xosé Manoel Sánchez, Manuel Belver Imágenes: Maxi Barrios, Archivo General de Simancas, Fundación Miguel Delibes, Archivo Lafuente, Archivo Ortíz Echagüe, Manuel Álvarez Casado, Fundación Cerezales, Luis F.Lorenzo, ICAL, Alberto Plaza, MSG, Museo Nacional del Romanticismo, Museo Universidad de Navarra, Fundación Joaquín Díaz, Archivo Apostólico Vaticano, Archivo Biblioteca de la Catedral de Santiago, Jonathan Tajes. Maquetación: porENDE estudio gráfico Impresión: Gráficas Eujoa ISSN: 1578-5513 versión impresa ISSN: 2386-5741 versión electrónica Depósito Legal: P-62-2015 Foto de portada: Archivo General de Simancas. Foto: Maxi Barrios Interior de portada: AMD,120,43, Miguel Delibes Setién escribiendo en el despacho de su casa del Paseo de Zorrilla (Valladolid) en 1960. Foto: Archivo Miguel Delibes Fe de erratas: Pedimos disculpas a Jose Carlos Sanz por omitir por error su nombre en el despiece de la pág. 10 de la revista 69.
Aguilar de Campoo Centro Tecnológico del Patrimonio Avenida de Ronda, 1 // Aguilar de Campoo (Palencia) 979 125 000 Madrid C/Infantas 40, 2º dcha // 28004 Madrid 915 221 262 Valladolid Casa Luelmo // C/Ancares s/n // Valladolid 983 219 700
www.santamarialareal.org
Archivos para custodiar nuestra memoria Lo primero queremos pedir disculpas por el retraso de salida de este número. El coronavirus no nos acaba de dejar volver a la normalidad. A los problemas sanitarios se unen los económicos, la dificultad de la logística y la temida incertidumbre. Son muchas las dificultades directas e indirectas que nos afectan a todos, también a nuestra Fundación y a nuestra red de trabajadores y colaboradores. Pero no podemos dejar que todo esto nos haga dudar de quiénes somos y cuáles son nuestras metas. No podemos perder nuestra memoria, nuestro disco duro, en definitiva, nuestros ARCHIVOS. Quiero dar las gracias por enseñarme la importancia de este tipo de bienes a mi compañero Maxi Barrios, coordinador del portal online Románico Digital, experto en cine, en fotografía, y en muchísimos temas interesantes, además de colaborador habitual de Cultur Viajes y de esta revista. Precisamente de archivos vamos a tratar en este número tan especial y tan profundo. Para ello hemos contado con los más destacados no solo de España, como el Archivo General de Indias, el de la Catedral de Santiago de Compostela, de la Universidad de Salamanca o el ArNo podemos dejar chivo General de Simancas, sino también que todo esto nos haga dudar de saber el interesantísimo caso del Vaticano. Y quiénes somos y cuáles documentación más local, pero al tiempo son nuestras metas. internacional como los grandes escritores No podemos perder Delibes o Shakespeare. Por cierto, el Archinuestra memoria, vo de Simancas, situado en estas tierras, nuestro disco duro, en definitiva, nuestros es uno de los más importantes del mundo archivos. y referencia de unos cientos de miles de investigadores. También recogemos la gran labor del Centro de Conservación y Restauración de Castilla y León, que ha cumplido treinta años, que en este caso centramos en recuperación de documentos por ir acorde con el resto de la revista; y entrevistamos a un archivero muy vocacional, el actual Consejero de Cultura y Turismo de esta Comunidad Autónoma, Javier Ortega. Por último, recorreremos lugares históricos que contienen documentos, testimonios, grabados, fotografías, grabaciones sonoras como el fondo documental de nuestro querido Joaquín Díaz... En definitiva, la memoria de nuestras gentes, de la humanidad. Es imprescindible saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos, si no estaremos completamente perdidos. Gracias por la inmensa tarea de los archiveros, por la espera, por el esfuerzo y también por vuestra paciencia. Esperamos llegar a tiempo de AR&PA, virtual este año... ¡Cruzaremos los dedos!
Lucía Garrote Mestre
UN LUGAR DEL MUNDO Archivo General de Simancas
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EL ARCHIVOBIBLIOTECA DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
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MIGUEL DELIBES El archivo de la Fundación
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ARCHIVO LAFUENTE
PATRIMONIO DE CINE
Una colección documental sobre arte moderno y contemporáneo
Mapas del tesoro y archivos secretos
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LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO
MEMORIA DE ULTRAMAR
TERRITORIO/ ARCHIVO
El patrimonio español, a través de los ojos de José Ortiz Echagüe
El Archivo General de Indias
Fundación Cerezales Antonino y Cinia
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27
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EL ARCHIVO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
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JAVIER ORTEGA ÁLVAREZ Consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León
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NOTARIOS DEL TIEMPO
EL RÍO DE LA TRADICIÓN
Primeros Daguerrotipos en España
El archivo sonoro de la Fundación Joaquín Díaz, de Urueña
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DEPARTAMENTO DE DOCUMENTO GRÁFICO del Centro de Conservación y Restauración de Bienes culturales de Castilla y León
BIBLIOTECAS Y LIBRERÍAS Donde se custodiaban los libros
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ARCHIVO APOSTÓLICO VATICANO
DE SHAKESPEARE A DICKENS
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UN LUGAR DEL MUNDO ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS
Julia Rodríguez de Diego
La orden de Carlos V de 16-09-1540 fue su acta de nacimiento. Con ella se ponía fin a intentos frustrados desde comienzos del siglo xvi por dotar a la monarquía castellana de un archivo real estable y se satisfacía una necesidad de seguridad jurídica largamente sentida por algunos grupos de la sociedad castellana de concentrar y organizar un sinfín de pequeños depósitos documentales dispersos por toda la geografía castellana en monasterios, fortalezas y casas de los principales agentes de la administración real: secretarios, embajadores, contadores y escribanos de cámara. Se eligió a este fin la fortaleza que los Almirantes de Castilla habían construido en Simancas y permutado a los RRCC en 1480 para servir como depósito de armas, de bienes de la Corona y, lo que le daría eterna fama, cárcel de significados desafectos a la corona como el obispo comunero, Antonio de Acuña que da nombre a uno de sus cubos, el mariscal de Navarra, Pedro de Beaumont o el barón de Montigny, entre otros muchos. No fue inocente la elección. Simancas estaba próxima a Valladolid, destacada sede de corte en la primera mitad del siglo xvi, sede también de una potente institución judicial: La Chancillería, y espacio donde se enseñoreaba el poderoso secretario Francisco de los Cobos, alcaide titular de la fortaleza simanquina y actor decisivo en el nacimiento del Archivo. El proyecto carolino, aunque primicia que llenaba un vacío archivístico, no ofrecía proyección de futuro. Por eso la obra se circunscribió a la rehabilitación de una parte de un cubo de la fortaleza que lleva el nombre de su creador. Sirvió, sin embargo, como garantía de permanencia en Simancas del gran proyecto arquitectónico y archivístico de su hijo Felipe II erigiéndose en símbolo de la dinastía haubsburga.
La obra de Felipe II marca un punto de inflexión, un salto cualitativo que hace del archivo de Simancas el primer edificio concebido como archivo del mundo y el gran archivo de la Monarquía Hispánica. Era el suyo un proyecto de futuro, innovador y moderno. Un instrumento extraordinario en la administración, control y gobierno del vasto y complejo entramado de espacios que conformaban la Monarquía Hispánica, donde la información ingente y veloz corría como arma sutil y eficaz lubricante de la maquinaria política de un monarca cautivo de lo escrito. Este será el contexto de la obra filipina asentada en tres pilares. El primero e imprescindible lo encarna Diego de Ayala a quien, como buen conocedor de los entresijos administrativos, nombrará Felipe II en 1561 archivero. Será alma, mentor y guía de todo el proceso. El archivo de Simancas le debe todo. El segundo será el arquitecto real Juan de Herrera quien, junto a Ayala, proyectó una obra visionaria y moderna, verdadero anticipo de la arquitectura archivística. La vertebró en dos ejes básicos, independientes pero bien comunicados: el depósito documental, eje principal, y el área de
Cubo del Obispo
Cubo de Carlos V
Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas | 5
gestión y servicios archivísticos. Sólidas rejas colocadas en todos los vanos del depósito evocan un lugar seguro que ofrece defensa. En el interior simbología y belleza se alían en el más puro estilo herreriano de horizontalidad y belleza desnuda. No se oculta un guiño al paisaje castellano inmortalizado en el pino de Valsain que reviste orgulloso todas las estancias de armarios. La selección del depósito documental en recintos bien diferenciados aunaba sentido práctico, al readaptar la traza de la primitiva fortaleza, con un nuevo ideario de representación político-archivística que creaba espacios únicos cargados de simbología. En las salas rectangulares, a modo de síDurante tres siglos, mil de la escritura, se custodiaría desde su creación, «lo ordinario», la documentación cotidiana producida por la impoSimancas se comportó nente maquinaria de consejos y como un archivo cerrado, contadurías, en forma de legajos. al servicio del poder y En el cubo vertical, en aspirade la discrecionalidad ción de eternidad, se situará «lo del rey que autorizaba perpetuo», unidad a unidad, en cajoneras y arquetas temáticas o prohibía su acceso a decoradas con los emblemas reacronistas o resolvía las les. Un artificio arquitectónico peticiones de aquellos que trasciende un aura sagrada que tenían aquí algo para custodiar los derechos del que validar según rey que parecen descansar bajo palio. Testamentos reales, capituconveniencia Propuesta de invento para pasar tropas por el agua, de Michael Florenz van Langren (1634)
6 | Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas
laciones matrimoniales, acuerdos y tratados, investiduras, juramentos, privilegios y derechos singulares como acredita el dintel de la puerta de acceso bajo la inscripción PATRONAZGO REAL. Quedaba el tercer pilar que, no por ser el último en el tiempo, será el menos importante. Las instrucciones para el gobierno del Archivo de Simancas otorgadas en 1588 por Felipe II, un ideario archivístico completo y moderno que contemplaba todas y cada una de las funciones hoy presentes en los archivos. La mano de Ayala deja huella en ellas pues su espíritu y regulación sobrevuela todo el proceso de la obra. Con el siglo se cierra en lo fundamental la configuración del archivo al igual que la vida de los que fueron sus artífices: Diego de Ayala, el Rey y Juan de Herrera que tuvo su continuador en Francisco de Mora. Atrás quedaron las funciones de cárcel, depósito de armas y bienes, que sin embargo convivieron con las obras y las primeras tareas archivísticas «embarazandose las unas a las otras» a decir de Diego de Ayala. El archivo comenzó su andadura tranquila bajo la dinastía de los Ayala con luces y sombras como toda obra que necesita para coronar su éxito no solo de buenos principios sino de una práctica administrativa sólida y eficaz que garantizara la recepción sistemática de toda la documentación producida en los órganos de gobierno y administración, como las ordenanzas establecían. No fue así siempre y creó vacíos documentales que mermaron la vocación de perfección con la que el archivo nació.
Durante tres siglos, desde su creación, Simancas se comportó como un archivo cerrado, al servicio del poder y de la discrecionalidad del rey que autorizaba o prohibía su acceso a cronistas o resolvía las peticiones de aquellos que tenían aquí algo que validar según conveniencia. La voluntad del Rey era ley. De todo ello hay constancia en el archivo del Archivo, que cuenta bien su propia historia. El real decreto de libre accesibilidad a los archivos de 1844 cambió su naturaleza y Simancas dejó de recibir fondos documentales, de ser un archivo vivo administrativo para pasar a su condición de histórico, concepto que definía bien el espíritu del siglo. Servía al poder pero de otro modo, ofreciendo material con el que construir nación a los historiadores propios y extraños porque la corriente invadía toda Europa. Cambió su andadura y pasó a ser un referente internacional. Aunque ya lo era. De sobra lo sabía Napoleón y sus asesores que no dudaron en 1811 en expoliar los fondos documentales de mayor proyección internacional como eran los del Consejo de Estado a fin de trasladarlos a Paris para formar el Archivo del Imperio. Un acuerdo del Congreso de Viena obligó a su devolución aunque la parte relativa a las Negociaciones con Francia la retuvieron los franceses y fue finalmente repatriada en 1942 tras la intervención de Franco ante el mariscal Petain. Este fue el único punto negro en la historia del archivo porque, si bien los fondos llegaron en perfecto estado, la ocupación francesa causó irreparables destrozos. Si la primacía archivística y singularidad del edificio dan un sello de identidad al archivo, sus fondos documentales lo dotan de magnificencia y universalidad como la monarquía que lo creó. Continente y contenido, las dos caras del proyecto, forman un todo indisoluble. Son un espejo fidelísimo del armazón administrativo austriaco y de gran parte del borbónico, sin olvidar el reinado de los RRCC, punto de referencia expresamente señalado por Felipe II. Del siglo xv al xix comprende el arco cronológico de la documentación simanquina coincidiendo con los siglos en que una gran parte del mundo estaba bajo soberanía de la Monarquía Hispánica y el resto en diálogo o negociación porque nada le resultaba ajeno o susceptible de interés. Por ello la voz del mundo está aquí contenida en casi todas sus lenguas. En tres grandes bloques se agrupa la documentación simanquina: el que alberga lo producido por el régimen consiliar austriaco, los Consejos, que ofrecían consejo al rey en los temas de su competencia; el que contiene lo generado por las grandes Secretarías Borbónicas y el último y más voluminoso, ya que constituye el sesenta por ciento de los fondos del archivo, el producido por la inmensa maquinaria hacendística: las Contadurías de Hacienda y Cuentas. No en vano el dinero era el nervio y sustento de un poder insaciable. Entre los consejos destaca el de Estado encargado del diseño de la política exterior, diplomacia, gestión militar europea y de cualquier asunto grave que afectara la imagen, reputación y poder de la Monarquía. Es el que ofrece una perspectiva más internacional, no habiendo espacio geopolítico, por insignificante que sea, por él ignorado. Le sigue el Consejo de Guerra a quien competía la ofensa y defensa de espacios estratégicos y sensibles como Península Ibérica, Norte de África e islas del Mediterráneo. Los consejos provinciales de Flandes, Italia
Carta del Patriarca Armenio David IV de Vagh al rey de España, Felipe III.
(Milán, Nápoles y Sicilia) y Portugal, con su imperio de la Indias Orientales, gestionaban la administración interna de estos territorios bajo soberanía de la Monarquía Hispánica. Todos ofrecen una extensa mirada al mundo completada con el Consejo de Hacienda que pone en juego el dinero de los poderosos banqueros europeos (genoveses, alemanes y portugueses) fundido con el oro y plata de las Indias en una empresa de globalización que desarrolló una complejísima ingeniería financiera al servicio de la Monarquía Hispánica o, al cabo, al suyo propio. La globalización no es de hoy. Nació en el siglo xvi. Otros consejos miraban más hacia dentro en su quehacer, entre sus papeles está la voz y el latido de la socieUn lugar del mundo: Archivo General de Simancas | 7
Planta de Argel (1603)
Mapa de la bahĂa de TĂşnez con Bizerta (1593) 8 | Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas
Plano en perspectiva de Aranda de Duero (1503)
Vista de Bizerta (1603)
Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas | 9
Indígenas de Vanuatu (1606)
Escudo de armas de Adriano Francisco de Isembart (1697)
10 | Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas
dad castellana: son el Consejo Real y el Consejo de la Cámara de Castilla. Tres grandes consejos: Indias, Aragón e Inquisición fueron excluidos del conjunto simanquino en distintos momentos y por razones distintas, unas más justificadas que otras. Son los segregados. La documentación del consejo de Indias salió para Sevilla en 1785 para conformar el Archivo de Indias junto con los fondos de la Casa de Contratación y Consulado allí existentes, satisfaciendo el deseo ilustrado de concentrar en un único lugar todo el caudal que permitiera elaborar una nueva historia de América sobre base histórica rigurosa. Frustró el proyecto de ampliación, desestimado por costoso, que Juan de Villanueva elaboró para hacerlo en Simancas. La fuerza del sentimiento nacionalista condujo en 1852 al Archivo de la Corona de Aragón, atendiendo la petición de su director Bofarull, los fondos del primitivo consejo de Aragón. Finalmente, la curiosidad despertada por el estudio de la Inquisición, las incomodidades que el traslado a Simancas causaba a historiadores y eruditos así como la creación del Archivo Histórico Nacional en Madrid favoreció el traslado en 1914 del fondo del consejo de Inquisición a este destino. La documentación de las distintas secretarías borbónicas ofrece un amplio y vistoso repertorio de los éxitos y frustraciones del reformismo ilustrado en todos los ámbitos y el inmenso caudal de la hacienda trasciende la frialdad de las cifras para adentrar al historiador en el mundo más íntimo de espacios y personas.
Colección de firmas:
Un total de 13 kilómetros de papel con más de 8300 piezas de mapas, representaciones y dibujos que nos hablan de la configuración y transformación del espacio europeo y extraeuropeo de la mano de los más selectos ingenieros y de los inventos e ingenios científicos al servicio de una monarquía presta a defender espacio y nombre con la ayuda de los más altos representantes del arte y las letras. El archivo de Simancas, aunque hecho del pasado, mira al futuro. Por ello se inició en el año 2000 un pro-
yecto de intervención integral que salvara y potenciara el proyecto filipino haciéndolo más visible y admirable a la vez que lo adaptara a las exigencias que las nuevas tecnologías de conservación e información ofrecían. Hoy el Archivo afronta los retos que la protección de su patrimonio documental y arquitectónico plantea y garantiza un servicio de información cada vez más amplio e intenso a través de la plataforma digital PARES con la misma voluntad de hacerlo perpetuo que animó a Diego de Ayala. Un lugar del mundo: Archivo General de Simancas | 11
El archivo de la Fundación
Miguel Delibes Beatriz García
“¿Qué podemos hacer con todos estos papeles que tenemos en casa de mi padre?” Esta pregunta supuso el comienzo del Archivo Miguel Delibes. Con ella los hermanos Delibes de Castro, sin ser del todo conscientes, sembraron la semilla de lo que actualmente constituye el fondo documental del escritor vallisoletano. Y la respuesta vino de la mano de Javier Ortega Álvarez, actual Consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, anterior director de la fundación que lleva su nombre. Tal y como versa en la página web del fondo documental, la Fundación Miguel Delibes, a través de la creación de este archivo, desea facilitar el acceso a los documentos generados o reunidos por el escritor a lo largo de su vida, incluyendo, lógicamente, los que corresponden a su tarea profesional. De esta forma, esta institución pretende, además de conservar los fondos cedidos por los hijos, ponerlos a disposición del público, de manera libre y gratuita, para fomentar el estudio e investigación de su figura y su obra. Ortega Álvarez fue el precursor y director del Proyecto de Organización y Digitalización del Fondo Documental Miguel Delibes, que se inició en el año 2014 y que se distribuyó en dos fases: La primera, Identificación, organización, descripción, con una duración de 12 meses (del 7 de enero de 2014 al 31 de diciembre de 2014), la más extensa, comenzó tras una ardua labor previa de estudio de situación, en la que se observó que el fondo se hallaba distribuido en diferentes residencias familiares y, dentro de éstas, 12 | El archivo Miguel Delibes
Escribir con precisión no consiste únicamente en hallar en cada caso el adjetivo adecuado, sino también el sustantivo, el verbo o el adverbio, es decir, la palabra. Y es en el manejo de esas palabras, en hallarlas a tiempo y adobarlas debidamente, donde reside el secreto de un buen escritor. Miguel Delibes
en armarios, estanterías, muebles, y que no contaba con ningún tratamiento documental previo. Los documentos se hallaban agrupados en carpetas, cuadernos y blocs de diferentes formatos y tamaños, e introducidos –en muchos casos- en fundas de plástico como forma de protección. Pese a ello el estado de conservación del fondo era, en general, bueno. Existía correspondencia en papel cebolla, expuesta al deterioro por su uso y por los cambios ambientales. Asimismo, se encontraron gran cantidad de grapas y clips utilizados para unir documentos que, al estar oxidados, afectaron a la buena conservación de la documentación. Tras una primera cata de aproximación al fondo, se observó cómo diversas tipologías documentales se confundían con agrupaciones que parecían responder a “cierta organización temática”. Esto se debe a que desde 1986, y hasta el fallecimiento de Miguel Delibes, Dª Josefa Caballero Casillas desarrolló tareas de apoyo al escritor, de ahí que cuente con un profundo conocimiento de los “procedimientos de trabajo” del mismo, y del fondo documental. Hasta su reciente jubilación, ha sido la conservadora del legado. Una vez finalizado este primer proceso, se pasó a una segunda fase de Digitalización y vinculación de imágenes del Archivo Miguel Delibes, que se ejecutó en un período comprendido entre el 15 de febrero de 2015 y el 15 de enero de 2016. La finalidad era disponer tanto de una copia de seguridad de todo el Archivo -en un formato que garantizase su conservación a largo plazo-, como de copias que permi-
tiesen en un futuro realizar la difusión de este. Todo ello contando con una herramienta que, además de un instrumento de trabajo interno, constituyese un medio de investigación y de difusión de la obra. Los objetivos se concretaron en: educir el uso de los documentos origiR nales. Crear una copia de seguridad. Mejorar los servicios proporcionados al usuario poniendo a su alcance un acceso de mayor calidad. Incrementar el acceso a la información. Este proyecto fue la respuesta a una decisión estratégica de la Fundación Miguel Delibes en relación con la conservación y la gestión del legado del escritor, y cuya puesta en marcha fue posible gracias a la aportación económica de Bodegas Vega Sicilia. Por todo ello es posible disponer hoy en día, de manera accesible desde cualquier dispositivo y en cualquier parte del mundo, de un fondo documental identificado y organizado, completamente descrito, contando para ello con una herramienta basada en los estándares internacionales de descripción archivística; además de estar digitalizado en su totalidad y con una copia de seguridad que asegure su preservación a lo largo del tiempo, así como su consulta y su difusión. La Fundación Miguel Delibes busca poner en valor el legado documental del autor, así como situar al mismo y a la ciudad de Valladolid en un lugar relevante dentro del panorama cultural autonómico, nacional e internacional.
El centenario de un escritor El 17 de octubre de 2020 se conmemora el centenario del nacimiento del escritor Miguel Delibes. Sin duda, un acontecimiento muy importante y significativo, no solo para la Fundación y su familia, sino también para todos los que estiman a Delibes como un icono, un maestro, un visionario, un defensor del mundo rural y un protector de la naturaleza, un modelo a seguir y uno de los mejores representantes de la literatura en español del siglo xx. Pese a que el escenario actual ha desmerecido muchas de las actividades propuestas para esta conmemoración, el autor de “Las ratas” se sigue leyendo, se sigue comprando y se sigue traduciendo. La lucha contra viento y marea, que este 2020 se llama COVID-19, no ha impedido que el pasado mes de septiembre se inaugurase en la Biblioteca Nacional, en Madrid, la exposición Delibes. Un recorrido biográfico que muestra al escritor más reconocible, su obra, su legado, pero también otros aspectos más íntimos y desconocidos.
fondomigueldelibes.fundacionmigueldelibes.es
El archivo Miguel Delibes | 13
ARCHIVO LAFUENTE
UNA COLECCIÓN DOCUMENTAL SOBRE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO Juan Antonio González Fuentes
14 | Archivo Lafuente
Sol LeWitt: S. t. (dedicado a José Luis Castillejo), 1969. Tinta sobre papel, 30 x 30 cm. Archivo Lafuente
Ceesepe: Desastre naval, 1993. Gouache, acuarela y pluma sobre papel, 91.5 x 70 cm. Archivo Lafuente
Marcel Janco: Mouvement Dada. Zur Meise. Tristan Tzara lira de ses oeuvres et un Manifeste Dada, 1918. Cartel, 46.9 x 32.2 cm. Archivo Lafuente
Maruja Mallo: Autorretrato con manto de algas, 1945. Fotografía b/n, 23.8 x 16.4 cm. Archivo Lafuente
El Archivo Lafuente, creado en Santander por el empresario José María Lafuente en el año 2002, es una colección especializada en la historia de las vanguardias artísticas desarrolladas a lo largo del siglo xx. En la actualidad el Archivo alberga más de 130 000 ítems: pinturas, esculturas, obra gráfica, fotografía, collages, libros, revistas, correspondencia, material autógrafo, folletos, etc. Las vanguardias desbordaron la idea tradicional de obra, y los artistas, además de pintar o hacer esculturas, también escribieron y se hicieron editores, colaboraron con poetas, músicos, arquitectos, diseñadores, coreógrafos, dramaturgos... De toda esa actividad han quedado manifiestos, revistas, programas, proyectos, catálogos, fotografías y todo tipo de documentos, muchos efímeros, en los que se plasma una actividad creadora que va más allá de la que reflejan los cuadros y las esculturas. En este sentido, José María Lafuente entendió la importancia de los archivos en el arte moderno y contemporáneo, no solo porque son imprescindibles para contextualizar las obras de arte, sino también porque una parte sustancial del arte del siglo xx ocurre en los libros, folletos y en todo tipo de material impreso. Desde su creación, el cometido del Archivo Lafuente ha sido triple: compilar todos estos materiales con la finalidad de trazar y seguir diferentes líneas de investigación que permitan conocer de primera mano y difundir el caudal de ideas, actos, sucesos y acontecimientos que configuran la historia del arte moderno y contemporáneo, desde las primeras vanguardias hasta la posmodernidad. La intensidad de las interrelaciones que vinculan entre sí muchos de los materiales del archivo, constituye una dificultad para estructurar sus contenidos en forma de narración lineal. No obstante, obligados a ofrecer una ordenación comprensible de los documentos del archivo, estos se presentan organizados en cinco grandes apartados: Arte Internacional 1900-1945, Arte InterArchivo Lafuente | 15
Natalia Goncharova (cubierta); Mikhail Larionov, Nikolai Rogovin, Vladimir Tatlin (ils.); Velimir Khlebnikov, Aleksei Kruchenykh (autores): Mirskontsa, Moscú: s. e., 1912. Archivo Lafuente
nacional 1946-1980, Latinoamérica, España y Cantabria. Destacando de esta ingente colección documental conjuntos como Futurismo, Dada, Surrealismo, Vanguardia Rusa, Bauhaus, Revolución Tipográfica, Escritura experimental internacional, Sol Lewitt, Internacional Situacionista, Joseph Beuys, Arte Impreso 1960-77, Ulises Carrión, Mathias Goeritz, Torres-García, Clemente Padín, Graciela Gutiérrez Marx, Grupo Escombros, Maruja Mallo, Westerdahl-Domínguez, Eugenio F. Granell, José Luis Castillejo, Elena Asins, Valcárcel Medina, Centro de Cálculo, América Sánchez, Nazario, Ceesepe, Mariscal o Escuela de Altamira. Actualmente, catalogando, investigando, conservando y difundiendo los contenidos del Archivo Lafuente trabajan cerca de una decena de personas entre las que hay historiadores del arte, conservadores, periodistas o diseñadores gráficos. Con el objetivo de difundir los contenidos del Archivo, en 2009 José María Lafuente fundó Ediciones La Bahía, sello editorial que ha editado hasta la fecha más de cuarenta títulos entre libros y catálogos. Dentro de esta labor de investigación y difusión de su colección, el Archivo también ha participado en la última década en más de medio centenar de exposiciones, colaborando con museos e instituciones nacionales e internacionales como, por ejemplo, Museo Reina Sofía, Fundación March, ivam, Círculo de Bellas Artes, Casa Encendida, Palau Robert, musac, cccb de Barcelona, moma, Whitechapel Gallery, Casa Luis Barragán, Museo Júmex, Kunsthaus de Zúrich, o mamba de Buenos Aires. 16 | Archivo Lafuente
Sonia Delaunay-Terk (il.) y Blaise Cendrars (autor): La Prose du Transsibérien et de la Petite Jehanne de France, París: Éditions des Hommes Nouveaux, 1913. Archivo Lafuente
PATRIMONIO DE CINE MAPAS DEL TESORO Y ARCHIVOS SECRETOS
Sonia Sánchez Recio En 1911, en el británico National Archive, apareció el documento que podría haber salvado de la horca al capitán Kidd. Se trataba del «pase francés» que identificaba como galo -y no como inglés- al barco Quedagh Merchant, al que había abordado en el océano Indico el intrépido capitán escocés. Kidd era corsario, es decir, un pirata, pero con «patente de corso»; un salvoconducto otorgado por el rey Guillermo III de Inglaterra para que pudiera atacar con el beneplácito real a los buques franceses y españoles -que venían de las Américas cargados de onzas de plata y reales «de a ocho»-. El capitán defendió su «inocencia» cuando le detuvieron, aportando el citado «pase» a las autoridades de Boston. Sin embargo, el documento desapareció cuando el tribunal
Fotograma de El proceso, 1962
británico le juzgó en 1701, condenándole a morir ahorcado a orillas del río Támesis. Su vida fue llevada al cine en 1945 por Rowland V. Lee; Charles Laughton interpretó a un sanguinario y zafio capitán Kidd, ansioso por adquirir riquezas y aprender modales de Lord inglés. Kidd fue el primer marino en enterrar tesoros robados. Su historia influiría en Robert Louis Stevenson que escribió «La isla del tesoro» en 1883. Su personaje John Silver «el largo» se convertiría en arquetipo del codicioso pirata que porta un mapa con una «equis». Desde entonces la leyenda de los outsider de los mares no ha dejado de crecer con títulos cinematográficos como El capitán Blood (M. Curtiz, 1935), Caribe (F. Borzage, 1945), El halcón del mar (M. Curtiz, 1940), El cisne negro (H. King,
1942) y Los contrabandistas de Moonfleet (F. Lang, 1955), entre otros. En 2003 el género se renovó con Piratas del Caribe, una saga protagonizada por Johnny Depp en el papel del carismático Jack Sparrow. A partir de la década de los 80, la pantalla grande mostró que era un buen momento -entre secretos y aventuras- para lanzarse a la búsqueda de tesoros arqueológicos esbozados en planos y mapas. Así lo acreditan títulos como Tras el corazón verde (1984) o En busca del arca perdida (1981), que se convirtieron en éxitos de taquilla. Después vendrían sagas cinematográficas como La búsqueda (J. Turteltaub, 2004), Lara Croft: Tomb Raider (S. West, 2001) y El Código Da Vinci (R. Howard, 2006). Como contraposición al exceso de acción, el doctor Henry Jones, padre del mítico Indiana, puso en valor el trabajo de investigador de archivos. En Indiana Jones y la última cruzada (S. Spielberg,1989) afirmaba: «La arqueología busca el hecho no la verdad (...) No seguimos mapas del tesoro y la «X» nunca marca el lugar. El setenta por ciento de la arqueología se hace en la biblioteca». El cine mantiene una peculiar relación con la sección de archivos y documentación; en ocasiones se convierten en un «macguffin», como ocurre en las «películas de juicios», en las que los legajos judiciales y los contratos resultan fundamentales para resolver la trama; muestra de ello son: Kramer contra Kramer (R. Benton, 1980), Chinatown (R. Polansky, 1974) Erin Brokovich (S. Soderbergh, 2000) y Michael Clayton (T. Gilroy, 2007). En un «giro de tuerca» burocrático, el espectador se pierde entre los pasillos repletos de amenazantes archivos del tribunal de justicia de El Proceso, película que dirigió Orson Welles en 1962, a partir de un relato de Kafka. En una derivada más siniestra, el funcionario nazi Adolf Eichmann apila carpetas con información sobre campos de concentración; un personaje que inspiró a Hannah Arendt la célebre frase sobre «la banalidad del mal»; la directora Margarethe von Trotta realizó un biopic sobre Arendt en 2013. Spielberg retrató en Los papeles del Pentágono (2017) la defensa de la libertad de expresión ejercida por el Washington Post cuando, en 1971, publicó los informes secretos sobre Vietnam. En El quinto poder. Wikileaks (2013), Bill Condon relató la filtración que hizo Assange sobre los archivos secretos sobre Afganistán, y en Snowden (O. Stone, 2016) un antiguo empleado de la CIA alerta sobre la recopilación de datos privados de los ciudadanos por parte del gobierno. Probablemente, uno de los mayores peligros de la nueva realidad digital. Patrimonio de cine | 17 Villamorón. Una catedral en el desierto
EL ARCHIVOBIBLIOTECA DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA 18 | La costa amalfitana
Documentación, culto e institución desde los tiempos medievales
Xosé M. Sánchez Sánchez
La historia de una institución está en sus personas. Extendido en el tiempo, permanece, imborrable, en sus edificios y documentos. El Archivo-Biblioteca de la Catedral de Santiago, llegados a nuestros días, es hito de pasado, presente y futuro para la institución catedralicia, y testimonio de lo que se ha dado en llamar «hecho jacobeo», en las largas extensiones de cultura, política y sociedad. Patrimonio, al fin y al cabo. Patrimonio a custodiar, a transmitir y a emplear en el fortalecimiento de las sociedades contemporáneas, desde un contenido que dota de profundidad a sus propias dimensiones. Llegados a este punto del tiempo real y la información constante y no pocas veces incierta, los Archivos y Bibliotecas se erigen en testimonio clave entre presente y futuro; aquellos a quienes, en momentos de duda, se recurre para volver a la sombra después. El Archivo-Biblioteca de la Catedral de Santiago (ABCS) vincula su origen de manera indeleble al de la sede y a la institución capitular que le da origen y alberga, con la custodia de la documentación que el Cabildo compostelano, órgano rector de la institución catedralicia, produce a lo largo de su historia, con especial modelado durante el período medieval en sus formas y fondos, aunque de amplia trayectoria en los tiempos modernos y contemporáneos. La institución custodia actualmente más de once mil documentos simples procedentes de los siglos ix a xv. A partir de ahí el volumen de documentación de época moderna y contemporánea es incontable. Los tipos documentales son variados, sobre sus múltiples otorgantes; en lo fundamental: diplomas sueltos concedidos por la monarquía; diplomas sueltos concedidos por el papado; aquella documentación que tiene a notables y población particular como protagonistas y otorgantes; y los diversos volúmenes compilados a lo largo del tiempo, en forma ya de tumbos ya de libros actas. Documentos, textos e instituciones, responden, siempre, al sentido político y social del entorno en que han sido producidos. Siempre.
Y es así que un organismo como el Archivo-Biblioteca compostelano hunde sus raíces en la más profunda historia de la sede, desde el cuidado de aquellos primeros testimonios documentales que se consideraron de valor suficiente como para conservar, concedidos desde que hacia el 830 se diese noticia del hallazgo de un edículo atribuido al Apóstol Santiago. El propio tesoro compostelano toma ya ubicación en una de las torres del templo en los siglos xii-xiii, sobre la base de esta voluntad de conservación documental; algo que no es exclusivo de Compostela sino generalizado en el Occidente medieval. En Europa, desde las tradiciones de los scriptoria monásticos carolingios allá por el siglo ix, la cultura escrita se difundía a buen paso en las escuelas catedralicias. «¿Noche de la Edad Media? Sea; pero noche llena de estrellas», decía Theodor Lessing. La escuela de gramática se encuentra presente y vinculada al templo catedralicio desde época gelmiriana. Diego Gelmírez (1100-11139) obispo, consciente de la necesidad escriptoria de la institución, funda y promueve una escuela catedralicia que formará a los capitulares y promoverá la elaboración de textos y volúmenes, en una tradición que se sostendrá en los siglos siguientes. Pocos se conservan actualmente entre los fondos custodiados, pero entre ellos, los bifolios y fragmentos dan cuenta del El Archivo-Biblioteca de la Catedral de Santiago de Compostela | 19
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Decreto de Graciano, obras de Gregorio Magno, el libro de Job o el Digesto de Justiniano, dejando testimonio de dicha actividad en espera de estudios más profundos. De su época, y en respuesta a diversas revueltas, la redacción del cartulario denominado Tumbo A, compila de manera magnífica la colección de documentación de concesión regia desde el lejano privilegio de Alfonso II allá por el 834. La institución en Compostela crecía a pasos agigantados; ensanchamiento en propiedad, en atribuciones señoriales, en rentas (desde el plomizo Voto de Santiago a inicios del siglo xii que nutría de fondos), en preeminencia socioeconómica y política plasmada en una nueva catedral consagrada en 1211. Y todo ello genera un extenso cuerpo documental de obligatoria custodia en la más variada temática: liturgia, gestión, pleitos de índole diversa, constituciones... Así ventas, intercambios, sínodos provinciales, compras y recuentos propietarios, empiezan a integrar un patrimonio documental de lo más variado, rico y numeroso. Nada, nuevamente, que no observemos en otras catedrales peninsulares o europeas de la plena Edad Media. La producción documental continúa a ritmo ya frenético, la revuelta de 1319-1320, que deriva en la elaboración del llamado Tumbo B (1324) o ya algo más pausado (aun con momentos de tensión, especialmente a mediados del xv con las guerras nobiliarias), siempre en el fluir constante de la gestión propietaria, patrimonial
y administrativa. La reorientación de la política económica tras la peste de 1349, con recuentos de inmuebles y parcelas, identificación de espacios vacíos, puesta en arriendo de nuevo… ofrece perspectivas bien cercanas a las actuales; visiones análogas que ofrecen buena esperanza desde coyunturas más críticas que han visto una rápida reconducción ya en el quinquenio siguiente. Desde aquí fluyen los fondos organizados, ordenados y puestos a disposición de investigadores hoy en día. Protocolos Notariales, con los volúmenes de notarios de la ciudad, por ejemplo, o una abundante documentación suelta que ha dado lugar a la conocida hoy día como «Colección de Documentos Sueltos», con 25 carpetas y documentación entre los siglos xi y xv. A todo ello habrá que sumar nuevas políticas de copia de documentación que dan lugar a otros cinco cartularios más, conocidos por las letras sucesivas D-H y elaborados entre los siglos xiv y xv, fortaleciendo la tradición textual y documental capitulares. Llegados a época moderna el Archivo toma forma en la extensión institucional que conocemos. En 1519 se documenta ya un encargado de las llaves del Tesoro y en las constituciones capitulares aprobadas por el prelado Francisco Blanco en 1578 figura ya el cargo de archivistas, en especificación de la custodia documental. La institucionalización había tomado un camino definitivo, sobre la concepción de la necesidad de conservación y organización de los fondos. El Archivo-Biblioteca de la Catedral de Santiago de Compostela | 21
Archivo, documentación e investigación. El hoy hacia el mañana. Más de 11.000 documentos, ocho cartularios a los que añadir tres Libros de Constituciones, un Tumbillo de Concordias del siglo XIII, tres Tumbos de Aniversarios… ofrecen a la comunidad investigadora e interesados todo un panorama de estudios, temáticas y posibilidades; algunas explotadas, otras todavía por llegar. La institución ofrece servicios de consulta, documentación, reproducción... La actividad cotidiana, como en cualquier archivo o biblioteca, abarca desde la organización de los fondos y su descripción hasta el servicio al usuario y la difusión, albergando además alumnado en formación de las vecinas universidades gallegas en desarrollo de su prácticum de grado o máster. En los últimos tiempos se ha hecho especial hincapié en la comunicación de resultados y la presencia en lo social. El Archivo-Biblioteca compostelano había sido el primero de todo el panorama latinoamericano, allá por el 2006, en abrir un archiblog, cuando comenzaba la época dorada de las bitácoras; actualmente un nutrido y
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activo grupo de facebook ha tomado el relevo. A mayores la actividad sostenida en digitalización, descripción y, de manera selectiva, subida a la red de contenidos, ha ensanchado tanto las posibilidades de consulta e información como las formas de atención y cuenta la institución con un portal de consultas de fondos en red con varios miles de registros así como documentos digitalizados a disposición de quien guste. *** La trayectoria del tesoro, del Archivo-Biblioteca, hunde así sus raíces en la Edad Media y los orígenes de la institución catedralicia compostelana. Allá en las lejanas brumas del siglo IX, cuando la monarquía asturleonesa comienza su vinculación con la futura sede en concesiones y comunicaciones. En el lejano tiempo en que se empieza a considerar necesario conservar, mantener y transmitir este patrimonio, primero con sentido político, al tiempo con significación cultural y, no mucho después, con la consciencia del patrimonio.
LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO El patrimonio español, a través de los ojos de José Ortiz Echagüe Museo Universidad de Navarra Con tan solo 12 años, José Ortiz Echagüe (Guadalajara, 1886 — Madrid, 1980) recibió una cámara fotográfica y quedó fascinado por la posibilidad de capturar las escenas y los paisajes que le rodeaban. Así, desde las primeras décadas del siglo xx hasta los años sesenta, el artista retrató una España a punto de desaparecer, sus costumbres, sus paisajes, sus gentes, un mundo en constante cambio, además de la realidad que descubrió en sus viajes a Marruecos. Ingeniero militar y piloto, compaginó su desempeño profesional y con la pasión fotográfica, convirtiéndose en uno de los autores más relevantes de la historia de la fotografía española.
Ortiz Echagüe realizó este intenso trabajo fotográfico movido por el interés humano y la cercanía con los personajes y los espacios que pueblan sus imágenes, a los que se aproxima con una gran sensibilidad. Además, empleó el procedimiento técnico el carbón directo sobre papel Fresson, que dota a sus fotografías de una textura muy característica. A diferencia de otros procesos, este implica que la imagen final no se obtiene directamente del negativo de cámara, sino a través de una serie de pasos intermedios hasta llegar a la pieza definitiva. El artista engloba su obra en cinco series diferentes, dedicadas a los tipos y
trajes populares, temas religiosos, paisajes y arquitecturas. En España castillos y alcázares, publicado en 1956, continúa la línea emprendida en España pueblos y paisajes, series en la que retrata el patrimonio arquitectónico español y los paisajes en los que se enclava. En un mundo que comenzaba a agitarse por la modernidad y el desarrollo tecnológico que el propio fotógrafo impulsaba con su trabajo como ingeniero, su mirada busca capturar estampas de otro tiempo. Para la realización de estos proyectos, Ortiz Echagüe recorre la geografía española y retrata parajes en localidades como Medina del Campo, Almodóvar, Loarre, Olite o Segovia, entre otras, donde realiza fotografías como la del Alcázar que acompaña a este artículo. En estas series, apenas hay presencia humana y la protagonista es la arquitectura popular o histórica. En 1981, Ortiz Echagüe legó su fondo fotográfico a la Universidad de Navarra, dando origen a su Fondo Fotográfico, que actualmente alberga el Museo Universidad de Navarra. Este incluye, además de su producción artística, la editorial, así como fotografías familiares, su biblioteca y objetos personales. El Espacio José Ortiz Echagüe, inaugurado en 2007 y renovado de forma periódica, permite al público contemplar una selección de sus obras más icónicas y conocer la trayectoria del artista y su proceso creativo.
Memoria de Ultramar El Archivo General de Indias Guillermo José Morán Dauchez Fotos: Manuel Álvarez Casado
El Archivo General de Indias (AGI, en adelante) es fruto de una compleja historia, en la cual tanto el contenido —el riquísimo patrimonio histórico documental que custodia— como el continente —el emblemático edificio en que tiene sede—, anteceden ambos a la propia institución que al presente los aúna.
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Si por archivo entendemos el conjunto de documentos producidos por una organización como consecuencia del desarrollo de sus funciones, no hay uno, sino múltiples archivos en el General de Indias: los de la Casa de la Contratación, el Consejo de Indias, los diversos Consulados y las distintas Secretarias de Estado competentes en Ultramar — por citar sólo aquellos más estructuralmente relevantes— conforman su fondo. Esta multiplicidad, que es una característica común a los grandes archivos históricos españoles, es en este caso el reflejo de la integración de distintas instancias administrativas para la gestión del asunto indiano; así como testimonio de la evolución de éste a lo largo del tiempo. Como síntesis mínima, y aún a riesgo de caer en una simplificación excesiva, podría decirse que el AGI reúne los documentos derivados de la gestión de los territorios transoceánicos de la Monarquía Hispánica, desde su descubrimiento a fines del siglo xv y principios del xvi, hasta la culminación del ciclo de las Independencias de la América Continental; digamos, por tanto, hasta el primer tercio del siglo xix. Más en concreto, de los documentos producidos por las instituciones centrales (Consejo y Secretarías) y de aquellas radicadas en la Península Ibérica (Casa de la Contratación, Consulados), puesto que es importante notar que lo producido por las autoridades delegadas allá, allá permaneció, constituyendo el núcleo fundacional de las denominadas Sección Colonia o Colonial de los Archivos Generales de las distintas repúblicas americanas actuales. Tales Archivos Generales de la Nación son, en este sentido, reflejo del AGI —y a la inversa—, generándose aquí una extraordinaria complementariedad que constituye uno más de los lazos culturales que tan estrechamente nos unen con los hispanohablantes más allá del Océano Atlántico.
En cuanto al continente, el edificio conocido como La Lonja de Mercaderes, si bien precede al Archivo en su fundación, sus orígenes están igualmente vinculados a la Carrera de Indias: el gremio de los mercaderes que en Sevilla, único puerto autorizado entonces al comercio con Ultramar, se reunía en la plaza del Triunfo, intermedia entre la Catedral y el actual emplazamiento del Archivo, para la celebración de sus negocios y transacciones financieras. Mas cuando el tiempo resultaba inclemente, dicho gremio tomó por costumbre reunirse en el interior de la Catedral, generando no pocas molestias, escándalos y protestas consiguientes por parte de las autoridades eclesiásticas. El asunto quedó zanjado cuando la Corona se avino a adelantar el montante necesario para un edificio ad hoc, cuya traza primera se debe a Juan de Herrera, como arquitecto de cabecera de Felipe II que era, y cuyas obras de construcción ocuparon las últimas dos décadas del siglo xvi. El Guadalquivir dejó de ser navegable hasta la ciudad de Sevilla muy pronto, trasladándose toda la logística del comercio indiano a la ciudad de Cádiz y permaneciendo en la primera tan sólo las sedes sociales de algunas de las instituciones involucradas en el mismo. El edificio cayó así en desuso, llegado a ser destinado a otros usos: aquí tuvo Bartolomé Esteban Murillo la sede de su taller y academia, por citar a su más ilustre huésped durante esta época. Durante el reinado de Carlos III, convergieron varias cuestiones que empujaron a reunir en una sola sede los documentos derivados de la gestión de los territorios de Ultramar. El Archivo General de Simancas, archivo general de la Monarquía Hispánica, que llevaba funcionando desde el siglo xvi, había crecido tanto en su volumen de fondos que el edificio se hallaba saturado, lo cual
afectaba muy negativamente a sus funciones como archivo. Además, nos encontramos en el momento en que empieza a desarrollarse en otros países europeos la corriente historiográfica conocida como La Leyenda Negra y, con el carácter ilustrado del entorno de la Corona Española en aquel momento, se tomó la determinación de contrarrestar aquella postura con la redacción de una historia de la acción ultramarina de España basada en fuentes documentales y desde una perspectiva menos sesgada. Para subvenir a estos condicionantes, y tras barajar distintas soluciones alternativas, se optó por reutilizar a tal fin el edificio de La Lonja, fundándose así, en 1785 el AGI. Unificados así fondo y edificio —y aunque su historia es más rica en detalles— puede señalarse cómo a partir de 1832, con el fin oficial del Antiguo Régimen en España, el AGI quedó nominalmente abierto a la investigación, aunque la normalización de esta actividad fue paulatina y hasta principios del siglo xx no hubo propiamente una Sala de Investigadores, atendida desde entonces por el Cuerpo Facultativo de Archiveros del Estado. Durante el siglo xx, Indias se incorporó al Sistema Archivístico Español y, siguiendo tal tendencia integradora, hoy en día es un centro dependiente de la Subdirección General de los Archivos Estatales, que lo reúne con sus parientes, más o menos próximos, de Simancas, Histórico Nacional, Corona de Aragón, etc. El AGI sigue hoy prestando servicio a la investigación académica, cuyo público se ha diversificado notablemente, puesto que ya no sólo ocupa a historiadores propiamente dichos, sino que entre sus usuarios se cuentan filólogos, geólogos, biólogos e incluso investigadores en Inteligencia Artificial. También ha variado la forma de ofrecer sus El Archivo General de Indias | 25
servicios: amén de la Sala de Investigadores en la que aún hoy se siguen consultando documentos originales, un parte creciente de sus fondos ha sido descrita y digitalizada y es accesible telemáticamente a través del Portal de los Archivos Españoles (http:// pares.culturaydeporte.gob.es/). De hecho, la digitalización sistemática de sus fondos es una actividad en la que precisamente del AGI fue pionero, dado que las primeras experiencias en ese sentido se dieron en 1992, coincidiendo con los fastos del V Centenario del Descubrimiento. Ello permite a no pocos investigadores realizar sus tareas (o al menos parte de ellas) sin necesidad de acudir a la sede física del Archivo. Es especialmente notable y conveniente en el caso del Archivo de Indias que, por su contenido,
atrae una buena cantidad de investigadores provenientes de todos los países del continente americano y diversos estados asiáticos, además de nuestros vecinos europeos y españoles residentes fuera de Sevilla. Además, al igual que le sucede a otros grandes archivos, el AGI ha visto surgir, en los últimos tiempos, una nueva demanda por parte de un público más amplio que desea disfrutar del acceso a un elemento significativo de su Patrimonio Histórico. Ello ha supuesto a la vez una oportunidad para una mayor apertura de la Institución a la sociedad y un reto en el cual los archiveros han tenido que familiarizarse con actividades tales como exposiciones, aprendiendo así y haciendo suyo un nuevo lenguaje. Por citar sólo algunas de las más recientes, el
AGI ha preparado y albergado algunas muestras de notable éxito como Mare Clausum, Mare Librerum —sobre la piratería—, El Hilo de la Memoria —acerca de la presencia española en los territorios de los actuales EE. UU.—, Hacia un Mundo Nuevo —en torno al surgimiento del liberalismo en la América Española—, Pacífico —en conmemoración del V Centenario del descubrimiento de La Mar del Sur por los españoles— y El Viaje más Largo —en conmemoración de V Centenario de la I Vuelta al Mundo—. Actualmente, está a punto de inaugurarse La Fábrica del Mundo, cuyo tema es la transformación del concepto del mundo consecuente a la Era de los Descubrimiento y cómo esta se refleja en la cartografía.
El Tratado de Tordesillas (España. Ministerio de Cultura y Deportes. Archivo General de Indias, Patronato Real, N. 6, R. 1, fol. 2R.)
De este documento existen dos ejemplares originales: la copia castellana, que se localiza en el Arquivo da Torre do Tombo, en Lisboa; y la copia portuguesa, custodiada en el Archivo General de Indias de Sevilla. Suscrito en las postrimerías del siglo xv, este tratado es un acuerdo bilateral entre las coronas castellana y portuguesa mediante el cual ambos reinos se reparten de antemano el mundo por descubrir. Pese a sus defectos, que trajeron consigo no pocos conflictos, traduce la intención de superar los episodios armados de centurias anteriores y dar paso a una rivalidad más ordenada y restringida a lo comercial, suponiendo un hito en materia de Derecho Internacional. No sólo es uno de los documentos más conocidos de cuantos residen en el AGI, sino que por sus consecuencias históricas, puede decirse que es la razón misma de la existencia del Archivo, puesto que da carta de naturaleza a la acción exterior hispánica en el llamado Nuevo Mundo.
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TERRITORIO/ ARCHIVO FUNDACIÓN CEREZALES ANTONINO Y CINIA Zaida Llamas
La Fundación Cerezales Antonino y Cinia (FCAYC.org) es una institución de origen privado y vocación de servicio público, orientada al desarrollo del territorio y a la transferencia de conocimiento a la sociedad mediante tres vías de acción: el arte y la cultura contemporánea; el sonido; y la etnoeducación. Dichas vías de acción se articulan alrededor de la práctica artística, en su variedad de lenguajes y diversidad de registros en el presente; la experimentación sonora, la escucha y la música; la ecología como forma de percibir la complejidad de cuanto nos rodea y la educación. Territorio Archivo (territorioarchivo. org) es un programa y un trabajo artístico de autoría colectiva iniciado en 2011 fruto de una idea del cineasta Chus Domínguez y producido por FCAYC. Parte de la voluntad de este creador de analizar las relaciones que dan sentido al concepto de territo-
rio, mediante el análisis de las imágenes pertenecientes a los álbumes familiares y fotografías domésticas propiedad de las vecinas y vecinos de Cerezales del Condado y las poblaciones cercanas, bajo la premisa de no ficción. Se articula desde una perspectiva fílmica: no se trata, por tanto, de trabajar desde la exhaustividad a la hora de recuperar imágenes, sino de alcanzar acuerdos entre cineasta y conservadores domésticos a la hora de incorporar cada imagen a un archivo, tanto físico como digital. Por así decirlo, la película resultante tiene como soporte un archivo, en lugar del celuloide. El proyecto tiene un marco temporal, en lo que respecta a los documentos que lo componen, que abarca desde 1870 hasta 1990, con la llegada de la fotografía digital y la sobreproducción de imágenes en el ámbito doméstico. Territorio Archivo es, por otra parte, un trabajo de investigación vivo en la actualidad y abierto a la participación y revisión crítica de otros creadores y artistas. Así Ismael Aveleira incorporó su perspectiva y su análisis al mismo en 2013, en una extensión del proyecto llevada a cabo con la complicidad y la ayuda en la coproducción de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en Peñaranda de Bracamonte. En la actualidad Territorio Archivo consta de una página web organizada como una base de datos, un archivo, un mapa y un tesauro en la que es posible buscar y componer álbumes propios con carácter temático o bien, buscar imágenes aisladas las cuales siempre llevan asociadas la voz
de sus conservadoras y conservadores domésticos. Ellas y ellos son quienes incorporan a cada imagen los «fuera de campo» que amplían su dimensión. También reúne toda una serie de obras, tanto fílmicas como fotográficas, específicamente creadas a partir de la investigación tanto por parte de Chus Domínguez como de Ismael Aveleira. Dispone de una publicación en formato físico. Desarrolla todo un programa de activaciones, donde se incluyen encuentros con la población implicada en el proyecto en forma de filandones o formatos de carácter experimental basados en la oralidad. Como metodología, Territorio Archivo ha servido de base a numerosos proyectos de investigación y creación en torno a la fotografía doméstica en el Estado Español. Además ha formado parte de exposiciones y ciclos audiovisuales tanto a nivel nacional como internacional, la más reciente: «Otros mundos en el cine: entre ficción y no ficción» celebrada a lo largo del mes de septiembre de 2020 en la sede del Instituto Cervantes en Varsovia.
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EL ARCHIVO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Miguel Ă ngel Jaramillo Guerreira Fotos: Luis F. Lorezno
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La Universidad de Salamanca es una de las instituciones españolas más conocidas debido su actividad académica, pero también a la importancia del notable patrimonio que ha ido acumulando a lo largo de sus ochocientos años de vida. Un patrimonio que a veces se resume en la famosa fachada de las Escuelas Mayores, cuya sombra puede oscurecer otros elementos que merecen un singular aprecio, entre ellos uno que durante mucho tiempo estuvo detrás mismo de esa fachada, el archivo universitario. El archivo, contra lo que pudiera parecer, no es una simple acumulación de documentos sino un todo orgánico en el que se recoge la práctica de la Universidad a lo largo de su existencia. Surge con ella y crece al ritmo de su actividad. Por supuesto tiene su propia dinámica interna al tratar los documentos, pero está condicionada a la consecución de su objetivo, dar soporte a la tarea administrativa y de gobierno reunien-
do su producción documental. En el archivo se acumula un patrimonio que a su utilidad inmediata evidente une su dimensión histórica, la que permite ayudar a conocer lo ocurrido en el mundo universitario salmantino en cualquier época, algo difícil de imaginar sin recurrir a la lectura atenta de sus documentos. Comienza a formarse en el momento en que se consolida el Estudio salmantino y desde entonces, en la baja Edad Media, reúne los documentos que considera de interés, aquellos que garantizan su existencia y muy especialmente sus privilegios, los que la sitúan en un lugar preferente dentro de la sociedad del momento. De esta forma se guardaron con esmero los diplomas emanados por los dos grandes poderes: la monarquía y el papado, los que hasta el final del Antiguo Régimen serán su sustento. Prácticamente todo lo existente de sus primeros años son documentos reales y pontificios, el esqueleto institucional sobre el que la Universidad
se asienta. En ellos están las definiciones de cuáles van a ser sus funciones, el alcance de su jurisdicción, el soporte económico y la regulación de su actividad, todo reunido en unas cuantas bulas y privilegios. A este núcleo documental fundacional se le unirá la inevitable documentación económica y los documentos del gobierno de la Universidad, los libros de claustros en los que la corporación plasmaba sus acuerdos. La actividad académica tenía sus registros de matrícula y de grados y los expedientes para la obtención de cátedras. Destacables son también los que se ocupaban del sustento de sus miembros, el control del alojamiento o la entrada de víveres, y finalmente los que nos muestran los conflictos internos y la relación con los habitantes e instituciones del entorno. El archivo, como la propia Universidad, sufrirá un cambio importante a partir del momento en que la institución deje de tener financiación propia, las tercias reales,
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y pase a depender del Estado en todos los aspectos, también en el académico. Esto ocurre a mediados del siglo xix y tiene una consecuencia directa en la documentación: Los responsables y oficiales hasta entonces encargados de ella -secretarios, mayordomo, maestrescuela, notarios o jueces-, desaparecen y con ellos la razón de ser de unos documentos que se convertirán en una carga que no aportaba beneficios. La consecuencia es fácil de deducir: abandono y pérdidas, algunas muy importantes.
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Es un proceso que a lo largo del siglo xix sufrieron muchas otras instituciones cuyos archivos desaparecieron o quedaron seriamente mutilados y dispersos. Afortunadamente en la Universidad se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo y, para intentar remediar un mayor desastre, crearon en 1855 el Archivo General Universitario en el que intentarán reunir la documentación de esa universidad tradicional ya desaparecida. No lo lograrán en su totalidad, pero al menos salvarán una parte de las notarías
del tribunal escolástico y los restos de los archivos de los colegios seculares. Estos fondos junto con el viejo archivo formarán un notable conjunto documental que a partir de ese momento se utilizará para justificar la permanencia de la propia Universidad, una institución por entonces muy debilitada. A partir de este momento se produjo la ruptura entre el archivo y la administración universitaria. El archivo será la documentación antigua y permanecerá completamente al margen de la vida de las oficinas, que seguirán produciendo documentos sin plantearse su custodia permanente hasta muy avanzado el siglo xx, cuando de nuevo se volverá a intentar incardinar al archivo en la vida administrativa incorporando la nueva documentación. El Archivo de la Universidad de Salamanca es hoy un servicio que se ocupa de la conservación y la utilización de todo el patrimonio documental universitario, de los documentos medievales y de los actuales, de los soportados en pergamino o en papel. Unos documentos a los que únicamente diferencia el paso de los años. Todos han cumplido la misma función relacionada con la actividad administrativa de la institución académica y están destinados a lo mismo: ser garantía de derechos y obligaciones de la comunidad universitaria, dar testimonio de lo ocurrido y de cómo se hizo o se hace,
además de ser un elemento insustituible para el conocimiento del pasado y su divulgación, sobre todo en lo que toca al devenir de la universidad española, de la que la de Salamanca es un elemento de primer orden. Pero el archivo universitario no se acaba aquí. Como ocurre en los de casi todas las instituciones de largo recorrido, además de custodiar la documentación que le es propia ha ido reuniendo en torno a ella otros fondos documentales y colecciones de gran interés. Se trata en su mayor parte de archivos personales de quienes durante los dos últimos siglos de una u otra manera han estado en relación con la Universidad o de personajes destacados por su actividad intelectual o investigadora: Miguel de Unamuno, Pedro Dorado Montero, Julio Senador Gómez, José Antonio Valverde, Ricardo Espinosa, Alain Guy o Norberto Cuesta Dutari. Todos han sido figuras destacadas de la escritura y el pensamiento, de las Matemáticas, la Filosofía, el Derecho, la Filología o las Ciencias de la Naturaleza, a los que habría que unir algunos otros del campo de la política como Augusto González Besada o Gonzalo de Aguilera. En todos estos fondos encontraremos el testimonio inestimable de su vida y obra a través de una rica correspondencia y de los borradores y manuscritos de su producción intelectual, una rica información sobre su época y las materias de las que se ocuparon.
El archivo podría considerarse como un tesoro. De hecho, nació ligado a este concepto, pero solo lo es si lo vemos como un todo. Si no lo hacemos así y atendemos a cada uno de sus elementos de forma aislada no solo perderemos información, las conexiones internas, sino también su principal valor, la visión de conjunto, la plasmación en documentos de la Universidad y de la sociedad en que se engarza. Esto lo tuvieron muy claro en el pasado, cuando en 1608, al cons-
truir el nuevo mueble del archivo, desarrollaron en sus puertas todo un programa iconográfico representando a una Universidad cuya garantía de existencia estaba contenida en los cajones de ese armario, explicitada en la siguiente inscripción: Hoc Academiae tabulae servantur asylo munerane regum stat quibus ipsa cadant (En este santuario se conservan las tablas de la Academia para que no caigan los privilegios de los reyes en los que ella misma se apoya).
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JAVIER ORTEGA ÁLVAREZ Consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León La pandemia ha mostrado que no podemos vivir sin cultura y que dependemos de ella para ser ciudadanos críticos y libres
Carmen Molinos El coronavirus ha cambiado nuestras vidas y ha afectado especialmente al sector turístico y cultural, ¿cuenta la Junta con una radiografía clara de hasta qué punto ha incidido la pandemia en las empresas de la región? Una de nuestras prioridades desde el inicio de la pandemia ha sido la celebración de Reuniones telemáticas de carácter periódico con los representantes de todos los sectores culturales, lo cual nos ha permitido detectar desde el primer momento sus necesidades y diseñar las mejores fórmulas para satisfacerlas. Esta comunicación no ha sido interrumpida en ningún momento y continúa hoy en día. ¿A qué retos ha de hacer frente el sector a partir de ahora? ¿qué medidas de apoyo adoptará el gobierno regional? Está claro que los nuevos comportamientos y usos derivados y obligados por la pandemia han venido para quedarse. La Consejería atiende diversos sectores muy heterogéneos, con problemas diferentes. Las medidas deben ser distintas por ello. En algunos casos han implementado ayudas para cubrir gastos corrientes, en otros casos se plantean ayudas para la innovación y
modernización que son claves para la adaptación del sector al nuevo escenario. Todas las ayudas lanzadas por parte de Consejería para hacer frente a los efectos causados por la pandemia en el sector se caracterizan por un procedimiento de concesión ágil y directo. Aunque es muy difícil ver la pandemia en positivo, lo cierto es que, muchas personas han apostado este año por el turismo de interior y, eso, de algún modo, ha beneficiado a Castilla y León, ¿hemos superado el examen? ¿lograremos mantener el tirón? Desde la Consejería de Cultura y Turismo, hemos hecho un importante esfuerzo para que nuestro sector turístico se resintiese lo menos posible. Durante estos meses, hemos mantenido un contacto directo y estrecho con nuestros empresarios, aprobando líneas de ayuda y creando herramientas de gran utilidad como el «Sello de Turismo de Confianza», que ayudan al posicionamiento de calidad del sector. Además, hemos reforzado la promoción de Castilla y León, a través de una campaña turística «Castilla y León inspira», organizada en diferentes fases y dirigida a mercados diversos, con el objetivo de seguir apostando por Castilla Javier Ortega Álvarez | 33
y León como destino turístico seguro, no masificado y de calidad, a través de una oferta diversificada y, ahora más que nunca, tomando como referencia la oferta de turismo rural y de naturaleza en la Comunidad. Castilla y León es la Comunidad con más bienes patrimoniales y la Consejería ha apostado firmemente por su conservación y por el uso de las nuevas tecnologías, ¿en qué medidas o planes se concreta esta apuesta? Actualmente tenemos lanzada una nueva línea de ayudas a la modernización, innovación y digitalización en el sector del patrimonio cultural por volumen de 8000.000 euros, que esperamos institucionalizar de cara al futuro. Otro aspecto importante es la introducción de cambios a la hora de programar intervenciones en el patrimonio, ya que además del ingente patrimonio religioso que tiene Castilla y León no podemos descuidar otras manifestaciones patrimoniales de carácter arqueológico, civil, industrial etnológico e inmaterial que también merecen ser atendidas. Finalmente otro pilar fundamental de nuestro programa es el impulso de un nuevo modelo de conservación preventiva que a la larga permita planificar de una manera más racional la inversión en restauraciones reduciendo el número de intervenciones costosas. Otro punto en el que las nuevas tecnologías pueden resultar esenciales es en la conservación y protección del patrimonio en zonas deshabitadas, en territorios ru34 | Javier Ortega Álvarez
rales. Hace tiempo se anunció la puesta en marcha de un plan para evitar expolios en provincias como Soria, por ejemplo, ¿se ha puesto en marcha ya? ¿cómo está funcionando? En estos momentos estamos trabajando en el diseño de un proyecto piloto en la Tebaida Berciana. Se trata de experimentar con un modelo que será replicable y escalable en todo nuestro territorio y en las diferentes manifestaciones patrimoniales. Hay varios requisitos para que funcione bien, que sea integrable con varias tipologías de patrimonio, interoperable con otras tecnologías o plataformas diversas y finalmente está el aspecto económico dado el amplio número de elementos patrimoniales a controlar. Este año está previsto celebrar una nueva edición de la Bienal del Arte y el Patrimonio, AR&PA. La consejería ya avanzó que daría un giro a éste y otros eventos como INTUR. El cambio ahora es obligado, ¿cómo se va a concretar? La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia unida a las tensiones económicas sufridas por las empresas del sector y la dificultad de las mismas para realizar inversiones en difusión ha motivado que este año no se celebre ARPA en su modalidad presencial. No obstante actualmente está en marcha y con éxito ARPA Territorio que consta de un elenco de cincuenta actividades culturales abiertas a la sociedad, como exposiciones, visitas didácticas, talleres participati-
vos, conferencias y diversos proyectos culturales, que integran acciones orientadas al conocimiento y disfrute de los bienes culturales. También está prevista la celebración de una edición online de AR&PA. Para el futuro esperamos poder celebrar ediciones mixtas presenciales y online. Se cumplen 30 años desde la puesta en marcha del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Simancas, ¿qué papel ha jugado en este tiempo y qué futuro le aguarda? El Centro de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural de Castilla y León inició sus primeros trabajos en 1988, por lo que lleva más de 30 años funcionando. Durante estos años se ha convertido en Centro de referencia en materia de conservación y restauración por su metodología y criterios de intervención. Se han llevado a cabo más de 2.000 intervenciones directas en diferentes obras y se ha realizado más de 22.000 análisis para la caracterización de las piezas. Ha impulsado y participado en proyectos de investigación sobre la conservación del patrimonio cultural que han permitido avanzar en la preservación, conocimiento del mismo. Ha participado en programas formativos de técnicos y de prácticas para estudiantes de las diversas especialidades de restauración de bienes culturales y cuenta con programas de difusión y publicaciones de sus actividades. Cuenta con un archivo que reúne todos los informes de las intervenciones y un
más de 150.000 fotografías que documentan visualmente el proceso de restauración. En estos momentos se está impulsando el Plan de Digitalización del CCRBC que pretende poner a disposición de los gestores, restauradores y especialistas de patrimonio cultural los datos técnicos de estas intervenciones de manera sistematizada y accesible. En el futuro, además de continuar con las funciones actuales, este Centro debe de ser el eje de un sistema colaborativo de investigación sobre el patrimonio en el participen entidades privadas junto a las universidades y administraciones de tal forma que se aceleren los procesos de creación y transferencia de conocimiento para impulsar la renovación del sector del patrimonio en Castilla y León. Este número de la revista Patrimonio está especialmente dedicado a los archivos, un sector que usted conoce muy bien. La región cuenta con un buen número de ellos, ¿sigue siendo la digitalización su principal reto o es una asignatura ya superada? Los dos principales retos que se plantean en archivos son, por un lado, la administración electrónica en la que juegan un papel fundamental como receptores y organizadores de la masa documental producida por la Junta de Castilla y León mediante procedimientos telemáticos. Es un tema que no solo implica a los archivos, sino a toda la administración autonómica y a la ciudadanía de nuestra Comunidad, tanto en lo referido a sus derechos, ya que los archivos son la principal garantía de los mismos, como en sus relaciones con una administración que, mediante ese sistema, pretende ser más rápida y eficaz. Para ello, se está desarrollando el proyecto SIEGA que pondrá a disposición pública todo el acervo documental que obra en los archivos de Castilla y León. Dicho programa contempla la gestión automatizada de los archivos, su descripción conforme a los estándares internacionales y el acceso del público a toda esa ingente masa de información. El programa estará listo en dos años, aunque parte de él esté disponible previamente. Pero una cosa es el programa y otra describir los más de 150 kilómetros de documentación que tienen solo los archivos gestionados por la Junta. Algo parecido ocurre con el segundo aspecto al que me refería, la digitalización de nuestro Patrimonio Documental. Se trata de una tarea descomunal que abarcará muchos años de trabajo. Pero ya se han asentado las bases y el propio proyecto SIEGA contempla el repositorio de imágenes y su gestión. Por ello en breve se verán los primeros resultados con la puesta a dispo-
sición pública de miles de documentos digitalizados procedentes de nuestros archivos históricos provinciales. En ese sentido y contestando a su pregunta, con los enormes arsenales documentales con que cuenta nuestra Comunidad Autónoma, la tarea de digitalizar nuestro Patrimonio Documental no será, por mucho tiempo, una asignatura superada, sino un trabajo en marcha que abarcará muchos años de dedicación. Ahora bien, desde el punto de vista tecnológico, de planificación y de acceso público, estamos a punto de aprobar con honores esa asignatura.
Está claro que los nuevos comportamientos y usos derivados y obligados por la pandemia han venido para quedarse
Otra de las apuestas claras de Castilla y León es potenciar el eje Duero-Douro y fortalecer los lazos de conexión con Portugal, ¿qué estrategias se están siguiendo y qué resultado están dando? Estamos trabajando con nuestros vecinos de Turismo de Oporto y Región Norte de Portugal, con el objetivo de aunar sinergias e iniciar una colaboración conjunta, definiendo una serie de acciones promocionales para el destino Duero-Douro, dirigidas a promocionar la ruta turística y el recurso natural y enogastronómico que es el río Duero, itinerario con más vinos premiados en el mundo y que, además discurre por un territorio con un gran número de bienes declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Para ello, estamos diseñando un calendario de acciones concretas, que se están ordenando en una temporalidad a corto, medio y largo plazo, a través de una estrategia territorial en torno al río Duero como hilo conductor, que atraviesa cinco de las nueve provincias de la Comunidad y contribuye a la distribución más equitativa del turismo en todo el territorio. ¿Lograremos algún día que la Cultura alcance el puesto y el valor que le corresponde? ¿Dejará en algún momento de ser «la María» para las administraciones? Esto depende de que los que estamos en el sector de la cultura seamos capaces de crear un discurso que entienda el resto de la sociedad, que seamos capaces de convencer a nuestros conciudadanos de que la cultura nos hace progresar y conseguir un nivel de bienestar social adecuado. La pandemia ha mostrado que no podemos vivir sin cultura y que dependemos de ella para ser ciudadanos críticos y libres.
Javier Ortega Álvarez | 35
EL DEPARTAMENTO DE DOCUMENTO GRÁFICO del Centro de Conservación y Restauración de Bienes culturales de Castilla y León
Ana Carmen Pascual Diez
El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, situado en la localidad de Simancas en la provincia de Valladolid inició su actividad en 1988 y desde entonces, de manera continuada, desarrolla su principal función de contribuir a la conservación y restauración del patrimonio cultural de la Comunidad. Durante este año de 2020 estamos dando a conocer las características de este Centro y la actividad llevada a cabo a través de una exposición Itinerante denominada + 30 Años CCRBC.
Partitura Alonso de Tejada, archivo Catedralicio. Zamora © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
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Acta de Hermandad de Obispos y Abades contra Alfonso X. Archivo Catedralicio. Zamora © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
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Las áreas técnicas del Centro están formadas por los departamentos de pintura y escultura, documento gráfico, inorgánicos y textil que cuentan con el apoyo de los laboratorios de química aplicada, física aplicada y fotografía, así como de un taller de carpintería. Las obras que se intervienen forman parte del patrimonio cultural de Castilla y León y las acciones que se realizan sobre ellas requieren del trabajo de profesionales especializados, así como de un acercamiento metodológico y científico en el que participan distintas disciplinas. Son más de 1.000 los documentos y las piezas intervenidas en el departamento de documento gráfico del Centro pertenecientes a los distintos archivos, bibliotecas y museos gestionados por la Junta de Castilla y León, o depositados en instituciones de titularidad pública o incluidos en programas y acuerdos de colaboración. Las tipologías más comunes son manuscritos, códices, libros impresos, dibujos, estampas, carteles, etc… pero también se ha actuado en piezas singulares como fotografías y globos terráqueos. El carácter multidisciplinar de las intervenciones del Centro hace que piezas de artes decorativas restauradas en el mismo, como frontales de altar o la silla de manos del Museo de Valladolid, hayan contado con la participación de técnicos del departamento debido a la especialización en la conservación del cuero. Cualquier obra que llega al departamento de documento gráfico, ya sea para estudio, conservación o restauración, sigue una metodología de trabajo basada en el conocimiento de la pieza y en la colaboración con las distintas disciplinas, que se desarrolla en las siguientes fases: ingreso, estudio, diagnóstico, tratamiento, retorno y difusión. Las principales líneas en las que trabaja y desarrolla sus intervenciones son:
Logias de Rafael. Museo de Valladolid © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
Colección Pergaminos Archivo Municipal de Segovia © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
Documentación medieval, que comprende las restauraciones realizadas en más de 480 obras entre manuscritos, códices, cantorales, fueros y privilegios. Apoyo a la conservación de los fondos históricos de los archivos, bibliotecas y museos gestionados por la Comunidad de Castilla y León. Asesoramiento y asistencia técnica para la conservación y restauración de la documentación conservada en los Ayuntamientos, con intervenciones en más de 400 documentos de 25 Ayuntamientos de Castilla y León.
El departamento de documento gráfico del CCRBC | 39
Los trabajos realizados en el Departamento se pueden consultar a través de la página web patrimoniocultural.jcyl.es/ en el apartado de publicaciones del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
Esferas de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
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Intervención en la recuperación de hallazgos arqueológicos relacionados con sus materiales, entre ellos un legado de bulas de indulgencias y piezas de cuero de contextos funerarios. Asesoramiento en tareas de conservación preventiva y conservativa de los fondos de los archivos catedralicios. Apoyo a bibliotecas históricas de las Universidades. En total se han realizado 32 actuaciones entre las bibliotecas de Valladolid y Salamanca Conservación preventiva de colecciones: en esta línea de trabajo podemos destacar la restauración de los cartones de montaje de la vidriera «Arbol de Jessé» de la catedral de León o la colección fotográfica de placas de vidrio del Museo de Zuloaga de Segovia.
Uno de los valores añadidos con que cuenta el Centro es el archivo en el que se guarda la documentación generada de las intervenciones: estudios históricos, análisis de los materiales, informes de restauración y las fotografias de los procesos. Especialmente interesantes son los análisis efectuados en el laboratorio de física y química para la caracterización de los soportes de pergamino o papel, o las tintas con las que están escritos los documentos junto con los elementos de las encuadernaciones. En estos momentos se está impulsando el Plan de Digitalización del Centro de Conservación y Restauración de bienes Culturales de Castilla y León que pretende poner a disposición de los gestores, restauradores y especialistas de patrimonio cultural los datos técnicos de estas intervenciones de manera sistematizada y accesible.
Carta de confirmacion de privilegios de Carlos V (1556) Ayuntamiento de Santa Maria la Real de Nieva. Segovia Esta Carta de confirmación de privilegios, dada en Valladolid por el emperador Carlos V, ratifica los privilegios otorgados por los reyes anteriores a Santa María la Real de Nieva y su Monasterio. La reina Catalina de Lancaster funda el Monasterio en 1395, y Enrique III su esposo, asume la labor del patronazgo real al conceder los primeros privilegios para este núcleo poblacional. En el primer folio, una escena ilustra simbólicamente el momento donde la reina Catalina, ante la Virgen, se reconoce como edificadora legítima de la advocación a la Virgen de Soterraña, convirtiendo a la villa en lugar de peregrinación. El documento en forma de cuaderno, contiene 20 folios de pergamino y sello pendiente. La técnica es manuscrita y la decoración miniada es al temple. A la escena la acompaña una cenefa en oro con temas que se inspiran en la escuela de miniaturistas de Brujas y Gante. Es un ejemplo de la plástica cancilleresca vallisoletana de principios del siglo XVI. Fue donada al Ayuntamiento, siendo preciso llevar a cabo tratamientos para su conservación. Los deterioros provenían principalmente, del envejecimiento de los materiales y de las condiciones de ubicación y manipulación sufridas, que afectaban especialmente a las miniaturas policromadas. © CCRBC de la Junta de Castilla y León. Fotógrafo: Alberto Plaza
COLECCIÓN DOCUMENTAL SOBRE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO
WWW.ARCHIVOLAFUENTE.COM
La costa amalfitana | 41
BIBLIOTECAS Y LIBRERÍAS DONDE SE CUSTODIABAN LOS LIBROS
Miguel Sobrino González
He terminado de leer hace poco un libro extraordinario, El infinito en un junco, de Irene Vallejo; trata del origen de los libros y de las bibliotecas y de la esforzada búsqueda de los soportes adecuados para preservar la escritura. El ensayo de Vallejo es luminoso (nos descubre o recuerda muchas cosas) y nutritivo, pues alimenta al lector y lo impele a seguir indagando. Es un libro que habla de libros con el tono cercano de quien repasa, con tanta emoción como datos, la historia de los antepasados: esas tablillas, rollos y códices que, por continente y contenido, evolucionaron hasta permitir que hoy podamos abrir cómodamente las páginas de ese volumen para encontrar en ellas, muy bien hilvanadas, tantas y tan jugosas historias sobre esa bendita progenie. Según se cuenta en el libro, el rasgo común a los documentos escritos a través de los siglos es su fragilidad. Excepto las inscripciones labradas en piedra, los papiros, pergaminos y papeles (y hasta los bronces, tantas veces fundidos) han estado siempre sujetos al ataque de la humedad, de los insectos o del fuego, cuando no a la destrucción metódica y consciente. Por eso, tan importante como el perfeccionamiento de los soportes para la escritura ha sido la evolución de los espacios dedicados a albergarlos. Puesto el foco especialmente en la evolución de los soportes librescos, la arquitectura queda en el ensayo de Vallejo en segundo plano. Y, aunque centre su estudio en la Antigüedad, la autora se desliga de corsés temáticos y cronológicos para aludir, 42 | Bibliotecas y librerías
a través de una admirada visita al convento florentino de San Marcos, al supuesto resurgir de las bibliotecas durante el Renacimiento. Según escribe, el espacio creado allí por Michelozzo constituiría la primera «biblioteca renacentista […], que reemplazó las habitaciones oscuras y los libros encadenados del mundo medieval», añadiendo que «fue, tras la destrucción de sus antepasadas helenísticas y romanas, la primera biblioteca pública del continente». El tono de estas palabras descubre la que es, a mi juicio, una de las pocas debilidades del libro: la escasa estima (tan habitual, por otra parte) hacia la Edad Media. Centrándonos únicamente en España, comprobamos que las librerías (nombre que se daba a las colecciones de libros), cuyos fondos estaban muchas veces abiertos a visitantes externos, fueron comunes en monasterios y catedrales, descritas las de estas últimas por Eduardo Carrero. Desde finales del siglo XIV funcionaban las librerías catedralicias de Toledo, Gerona o Barcelona, y en el XV se levantaron, entre otras, las de las seos de Salamanca y Ávila o la del monasterio de Guadalupe, estudiada por Ángel Fuentes; en esos años, la erección de grandes bibliotecas monásticas era una empresa ligada a las reformas de las distintas órdenes, y caracterizaba a otras nuevas como la de los Jerónimos. De finales del Cuatrocientos es también la antigua biblioteca universitaria de Salamanca, que el pintor hispano-flamenco Fernando Gallego decoró con un cielo astronómico único en el mundo, y cuyo sentido está ahora desentrañan-
do Azucena Hernández. Todavía se usarían formas medievales para crear, en León, la librería de la catedral (uno de los espacios más bellos del tardogótico) y, más tarde, la de San Isidoro. Y no hay que impregnar con tonos oscuros el hecho de que los libros estuviesen encadenados: igual que los periódicos en muchas cafeterías, los medios para evitar hurtos son la mejor señal de que los volúmenes estaban a disposición de la consulta pública. Los ámbitos eclesiásticos pueden no sorprender como lugar donde se guardan y producen libros. Pero la bibliofilia medieval también se prodigaba en el mundo civil, al que pertenecía por ejemplo la biblioteca de Al Hakam II en Córdoba, que llegó a
Ruinas de la biblioteca de Adriano en Atenas (MSG).
albergar cuatrocientos mil volúmenes y que, como ha descubierto Susana Calvo, era llamada «Casa de la sabiduría». La actividad libresca anterior a la imprenta se daba — además de en los scriptoria monásticos y catedralicios— en las cortes de reyes y nobles, en un período en el que, salvo que se pretenda la caricatura, no cabe encontrar solamente «señores feudales con mucho músculo pero poca sesera». Hace tiempo propuse, junto al historiador Pablo Roncero, que el llamado palacio de Alfonso X en el Alcázar de Sevilla fue concebido en realidad como una recreación del Liceo aristotélico, cuyas bóvedas (pioneras en esa ciudad) tenían la ventaja de preservar los libros contra el fuego: en los palacios y colegios medievales,
la sala que albergaba la biblioteca y el archivo se distinguen por ser muchas veces, junto con la capilla, las únicas con ignífugas bóvedas de fábrica. Castillos como el de Medina de Pomar conservan los huecos del archivo (situado en lo alto de la torre principal), similares a tantas alacenas castilleras y palatinas que estarían destinadas a guardar volúmenes. Un caso relevante es el de Pedro IV el Ceremonioso, que depositó su rica biblioteca en Poblet —un acto lleno de simbolismo, repetido siglos después por Josep Tarradellas— al tiempo que aparejaba en el mismo monasterio un palacio y un grandioso panteón para la casa real de Aragón. El lugar habilitado para conservar los libros del monarca estaba encima del scriptorium,
donde los monjes se afanaban en acrecentar la colección real con libros de oración, pero también de historia y otros temas seculares. Esto ocurría en el siglo XIV, mientras en Granada Muhammad V creaba el fabuloso patio de los Leones de la Alhambra, cuya sala de los Reyes albergaba (según argumenta Juan Carlos Ruiz Souza) la biblioteca real, decorada con pinturas que representan reuniones de sabios y pasajes literarios. El infinito en un junco es un libro inspirador, destinado a ensanchar las mentes de los lectores, y no a apabullarlas con una erudición paralizante. Por eso, en mi habitual querencia hacia la Edad Media, lamento la visión que a veces ofrece de ella, al tiempo que agradezco a su autora una idea Bibliotecas y librerías | 43
se dedicaba la única sala calefactada (aparte de la cocina) del cenobio y que pautaban los cantos del coro al tiempo que se disponían, en volúmenes más manejables, en un armario o sala pequeña abierta al claustro para que los monjes pudiesen tomarlos y leerlos al sol por las galerías claustrales. Cambiemos el hábito monacal por la túnica de los antiguos estudiosos, troquemos la advocación mariana por la de las antiguas musas, la sala para comer en comunidad por el refectorio y la palabra «claustro» por «peristilo», y tendremos una transposición funcional y formal casi exacta y, probablemente, no casual. Vallejo escribe que, tras el ocaso de la Antigüedad, «cada abadía, con su escuela, biblioteca y scriptorium, alberga un destello del Museo de Alejandría en tiempos menguantes». Quizá sea algo más que un destello, y no precisamente menguante, pues denota un tiempo de recuperación: todavía no pueden ofrecerse pruebas fehacientes para tal filiación, pero ya no puedo evitar pensar que lo que pretendían imitar los monasterios medievales (conservadores, no lo olvidemos, de buena parte del legado cultural de la Antigüedad) era el modelo que pudieron ofrecerles, antes de su desaparición, las bibliotecas helenísticas.
Bibliotecas antiguas
Interior del palacio de Alfonso X en el alcázar de Sevilla, interpretado como lugar para la investigación y la producción libresca (ilustración de Miguel Sobrino).
que me ha regalado de forma indirecta y que me parece novedosa y reveladora, tan rica que serviría como tesis central de otro futuro ensayo. Al describir (citando a Estrabón) el aspecto que pudo tener la más célebre biblioteca de la Antigüedad, la de Alejandría, señala que disponía de patios porticados, asientos al aire libre «y una sala grande, en la cual comen juntos los sabios. Viven en comunidad de bienes y tienen un sacerdote, que es jefe del Museo [templo de las musas]»; respecto a la biblioteca propiamente dicha, añade que «la hipótesis más verosímil sobre las bibliotecas griegas, [es] que no eran salas, sino estantes», con lectores que «debían trabajar en un pórtico contiguo, soleado y protegido de las inclemencias, muy semejante 44 | Bibliotecas y librerías
al claustro de un monasterio». Un conjunto de patios con pórticos, volúmenes alojados en simples cuartos u hornacinas, espacios para la vida en común, presidido todo ello por un templo; hasta la financiación real, que también se nombra… La comparación con un cenobio medieval no puede ser más pertinente. Para desentrañar los orígenes del monasterio como tipo arquitectónico suelen nombrarse las villas tardorromanas, aunque solo tengan en común (como tantas construcciones de climas cálidos) el disponer de cierto número de dependencias abiertas a uno o más patios. Después de leer a Irene Vallejo he vuelto a pensar en la importancia crucial de los libros en la vida monástica, a los que
Las bibliotecas antiguas de las que nos han quedado restos, monumentales o arqueológicos, son ya romanas: Éfeso, Atenas, las dos que flanqueaban la columna Trajana en Roma… En los monasterios, el espacio para los libros de consulta (los misales se guardarían en los armarios del coro) era el armariolum, que podía ser una hornacina más o menos amplia y que llegaba a adquirir a veces cierta amplitud y monumentalidad: es el caso de la librería claustral del monasterio cisterciense de La Espina, del siglo XIII. Con las reformas posteriores, la creación de grandes librerías y de dormitorios individuales dejarían obsoletos estos armariola.
Arcos de entrada a la librería del monasterio de La Espina, Valladolid (fofo cedida por Monjes y Monasterios. El císter en el medievo de Castilla y León).
NOTARIOS DEL TIEMPO PRIMEROS DAGUERROTIPOS EN ESPAÑA Maximiliano Barrios Felipe
Daguerrotipo de Madrid ca.1854. Anónimo. Museo Nacional del Romanticismo.
Cuando por fin se consiguió capturar la luz se abrió camino, entre otros muchos, a una nueva fuente de información, la documentación fotográfica supondrá desde entonces una ayuda inestimable para la labor de depósito de la memoria que son nuestros archivos. La costa amalfitana | 45
El nacimiento y los primeros pasos de la fotografía supusieron una de las aventuras científicas y tecnológicas más apasionantes de su tiempo, su impacto y popularidad fue inmediata en el devenir de la vida cotidiana del siglo xix. Tras sus primeros ensayos a cargo de personajes como Nicéphore Niepce, Hippolythe Bayard o William Fox Talbot, el 19 de agosto de 1839 se presentaba en la Academia de Ciencias de Francia el procedimiento del daguerrotipo, inventado por Louis Daguerre unos años antes. A partir de ahí se sucedieron las demostraciones públicas del nuevo invento, como la que se realizó meses más tarde en Barcelona, el 10 de noviembre de 1839, un daguerrotipo de la Casa Xifré que tuvo el honor de ser la primera fotografía realizada en la España peninsular y ocho días después fue Madrid de la mano de Joaquín Hysern, traductor al castellano del manual de Daguerre, quien realizó una imagen del Palacio de Oriente. La primera de las fotografías está en paradero desconocido y la madrileña, custodiada en la Facultad de Farmacia, fue destruida al alimón por una inundación en los 70 y una mala restauración posterior. De esos primeros años se ha conservado una vista de Madrid desde una azotea próxima a la Puerta del Sol donde se advierten los tejados del centro de la ciudad adivinando a lo lejos la torre y la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis, imagen que contrasta con el aparatoso skyline actual. A pesar de ser muchos los daguerrotipos que han llegado hasta nuestros días son sólo una ínfima muestra de los centenares que © Escopetero andaluz. Museo Universidad de Navarra CC BY-NC-SA 4 Skyline de Madrid
46 | Notarios del tiempo
testimoniaron los edificios y rincones más emblemáticos de las principales ciudades, adornando los estantes de gabinetes de academias y museos. Las singulares características de este primer procedimiento fotográfico obligaban a tiempos de exposición enormes, rayando en sus inicios los veinte minutos, lo que conllevaba que sólo naturalezas muertas o espacios arquitectónicos fueran los protagonistas para las primeras cámaras evitando que cualquier movimiento descontrolado arrojará una imagen trepidada. Junto a ellos surgió con fuerza el retrato, la floreciente burguesía parisina adoptó con entusiasmo la novedad y valoró la facilidad con que podían inmortalizarse sin la necesidad de un pintor o grabador con el consiguiente estipendio económico, el daguerrotipo era más barato y a cambio ofrecía algo privado y valioso, era un objeto de lujo al que ayudaba su continente, el llamado paquete daguerriano, compuesto por la placa protegida bajo cristal, con un espaciador de papel o metal decorados, todo ello dentro de un estuche de madera y forrados de terciopelo en su interior. Estos eficaces sistemas de montaje, obligados para proteger la imagen de la oxidación, han favorecido su conservación. A pesar de la «tortura» que suponía posar para estos artefactos que exigían de una inmovilidad total durante varios minutos, fue muy popular también en España, aunque más frecuentado por la aristocracia, las élites científicas y los fotógrafos extranjeros románticos en busca éstos del exotismo de
Autorretrato o selfi
países como el nuestro al que identificaban todavía con los misterios del lejano Oriente. De esta producción surgen retratos como nuestro escopetero andaluz de la imagen, estampa costumbrista que eran muy aficionados a plasmar, no siempre fiel reflejo de la realidad, como el retrato de un majo de 1843, considerado el daguerrotipo más antiguo de los conservados en España. Para embellecer aún más estas imágenes en blanco y negro algunas fueron coloreadas a mano utilizando una mezcla de pigmentos y goma arábiga que era puesta sobre la imagen revelada y fijada mediante calor,
El daguerrotipo es un positivo único que ofrece imágenes muy nítidas de gran calidad y duraderas, pero que no era posible reproducir, este fue su gran talón de Aquiles
los fondos eran azules y los rostros se animaban con ligeras pinceladas rosadas, ropajes y joyas se coloreaban cuidadosamente otorgando mayor realismo a la escena. El daguerrotipo es un positivo único que ofrece imágenes muy nítidas de gran calidad y duraderas, pero que no era posible reproducir, este fue su gran talón de Aquiles. A pesar de que los tiempos de exposición se fueron reduciendo paulatinamente a menos de un minuto, con la llegada del calotipo, capaz de realizar múltiples copias de un negativo y otros procedimientos que fueron surgieron en las próximas décadas, el tiempo del daguerrotipo llegó a su fin. Lejos quedaba la ola de entusiasmo que envolvió las primeras demostraciones, auténticos espectáculos de masas que solían acompañarse de pompa y fanfarria a los que incluso acudía la realeza, se rifaban las fotografías resultantes entre la multitud asombrada ante lo que parecía cosa de magia. Esos magos, los primeros fotógrafos encargados de esta tarea, eran profesionales muy especializados, dotados de unos conocimientos técnicos avanzados que requerían de años de aprendizaje para conseguir resultados aceptables, la mayoría de ellos se adaptaron a las nuevas técnicas y procedimientos, fundamentalmente el colodión húmedo que también requería de pericia y no estaba al alcance de cualquiera. Con el paso de los años la aparición de la instantánea fotográfica y la introducción del carrete por parte de la casa Kodak «democratizó» la fotografía hasta llegar a nuestros días, la era del selfi, la imagen efímera y superficial, tiempos en los que hasta un niño es capaz de autorretratarse con un teléfono móvil. Notarios del tiempo | 47
Grabaciones de Marazuela. Colecc. Eugenio Urrialde
El gaitero Manuel Prada y Severiano en Santiago de la Requejada (Zamora), 1977 48 | Archivo sonoro de la Fundación Joaquín Díaz
EL RÍO DE LA TRADICIÓN EL ARCHIVO SONORO DE LA FUNDACIÓN JOAQUÍN DÍAZ, DE URUEÑA Carlos Porro
En 1968 Joaquín Díaz iniciaba de manera familiar y cercana pero vislumbrando seguramente una ardua labor, las grabaciones y entrevistas a aquellas personas depositarias del saber y el conocimiento de la tradición. El señor Plácido Pascual y su esposa Micaela Encinas oriundos de La Pedraja de Portillo (Valladolid), abrieron este arca de la memoria y hasta la década de los años noventa habría de continuar esta labor asentado ya en la propia sede de la Fundación en la murada localidad castellana y tras la incorporación de algunos colaboradores que realizaron conjuntamente esas labores de recuperación desde principios y mediados de los años ochenta. Desde entonces la Fundación «Joaquín Díaz» se ha convertido en el centro nacional de referencia para los estudios de tradición: una lujosa biblioteca que atesora 27.000 obras de temas relacionados con la costum-
bre y la vida, la colección de instrumentos expuestos, las coplas y pliegos de cordel con más de 10.000 ejemplares, las más de 40.000 imágenes fotográficas y el A.T.O. Archivo de la Tradición oral con miles de horas plenas de música tradicional y entrevistas a cantores o intérpretes del medio rural. Parte de estos fondos lo forman 2300 Cds de folklore español editados comercialmente, 1643 documentos en formato de cassettes (entre 1965 y 1995), 2600 Lps de folklore español (de 1945 a 1995), 3575 discos de pizarra (1910-1950) con diversas temáticas (flamenco, música regional, bailables de época y zarzuelas), 1000 Lps de música antigua e histórica y 500 dvds de contenido etnográfico. También hay un fondo dedicado específicamente al repertorio de la tuna y agrupaciones musicales universitarias donado por José Emilio Oliva Alcalá compuesto de 960 Cds, cassetes y discos de España, Portugal y Latinoamérica junto a una colección de carteles de películas, las propias películas y numerosos libros y artículos relacionados; el fondo del dulzainero y constructor de dulzainas vallisoletano Ángel Velasco (1863-1927), depositado por su hijo Ángel Velasco Montoya (1920- 2003) con partituras de todo tipo y discos de pizarra; el de las hermanas Font específicamente de partituras de cuerda, el de la musicóloga Teresa Pérez Daniel, de habaneras y especialmente música cubana (formado
por 800 cds, 200 cassetes y 100 Lps junto a una selección de 500 libros y 200 partituras de habaneras); el fondo hispanoamericano donado en 2015 por Alberto Velásquez, de música latina formado por 1000 cds de temas populares y folklóricos desde los Calchakis a Lucho Gatica; la compilación de Eusebio Goicoechea dedicada a los cantos de los peregrinos y el Camino de Santiago, su biblioteca específica y las grabaciones realizadas con Concha Casado en 1977 en León, Valladolid y Zamora. Especialmente sentido es el fondo del artista argentino Carlos Montero (1938-2016) depositado por su compañera y artista también María Luisa García quien tras el fallecimiento del guitarrista y cantante nos donó en 2017 varias de sus exquisitas guitarras de concierto, una de ellas de 8 cuerdas y un fondo documental de 500 grabaciones de tango y otras músicas latinoamericanas. Entre los últimos fondos particulares cedidos están
Emilia Castro, de 98 años, en 2019, Grijota (Palencia)
Tío Crescen en San Juan de la Nava (Avila), 2016
50 | Archivo sonoro de la Fundación Joaquín Díaz
los de Marcos León con 100 Lps de folklore español, 500 Lps de folklore español de Antonio Linage Conde y un fondo de 5000 Lps de música comercial de pop, jazz y rock de los años 60-80 proveniente de la emisora local Radio Valladolid, de la cadena Ser, incorporado al archivo tras una primera donación en 1995 de un gran fondo de discos de pizarra. Entre los registros históricos recuperados y catalogados para el Museo destacamos las grabaciones de dulzaina de 1915 realizadas en Buenos Aires en la Casa Atlanta y otras de la misma época interpretadas por los dulzaineros Segundo Cófreces y Modesto Franco para la Casa Era, las del Maestro Agapito Marazuela en 1930 y las siguientes del año 1932 realizadas por el filólogo alemán Kurt Schindler y de Alan Lomax de 1952 hoy ya disponibles en la red de su propia página; el fondo del palentino Luis Guzmán Rubio (1923-2015) con varias horas en cinta de carrete abierto realizadas en 1959; los fondos del filólogo e investigador Luis Cortés Vázquez (1924-1990) con 14 horas de grabación con cuentos y narraciones realizados en 1952 en Salamanca; el fondo de Rne de programas de folklore en Castilla y León, la serie «Raíces» dirigida por Luis González y Gonzalo Pérez entre 1985-1989 y el programa «El candil» que estaría en antena hasta
1995 con un equipo formado por Nestor Cuñado, Ramón Marijuán y Gonzalo Pérez. A esto sumamos las recopilaciones de J. Manuel Pedrosa, Manuel Marcos Bandera o el fondo Angel Carril cedido por la familia en 2018, con un centenar de horas de registros de Salamanca. De estas mismas tierras conservamos 77 grabaciones realizadas por Gabriel Calvo. Junto a ello se encuentra el fondo propio registrado desde la Fundación procedente de las recopilaciones teniendo en cuenta que en estas últimas décadas se han convertido en el lugar de reactivación de la tradición, por su digitalización, publicación en obra impresa o vuelco en internet. Hasta aquí llegan los fondos realizados por diferentes recopiladores, músicos o aficionados -más de 250 personas- que a título particular han enviado algunos registros realizados a sus familiares o con motivo de pequeños trabajos de recopilación y documentación local recogiendo tonadas y conversaciones de toda índole. Sin embargo, no más de veinte recopiladores aglutinan la mayoría de las grabaciones destacando el propio Joaquín Díaz (6.000 entradas), Antonio S. del Barrio (1.770 temas), Modesto Martín Cebrián (1.600) y Manuel Rodríguez Centeno (1000) dentro de las 1500 horas de grabación realizada estas últimas entre 1981
y 1995 aproximadamente. Incorporamos desde 1985 las cerca de 7000 mil horas de recopilación reunidas por mí mismo dedicadas a las tierras de Segovia, Valladolid, Zamora, Soria, Avila y especialmente Palencia -con casi tres mil horas- sumando en torno a 250.000 entradas y donde vamos añadiendo las que seguimos realizando a día de hoy. De todo ello, mayoritariamente conservado en formato digital, un total de 21.371 archivos o entradas sonoras (en torno a 900 horas) están disponibles desde marzo de 2016 de forma gratuita en Internet gracias a un convenio de colaboración que la propia Fundación estableció con la plataforma Wikimedia España, señalando el propio Joaquín que el archivo de la Fundación «se convierte en algo más que un contenedor de datos para constituirse como una fuente interactiva; este proyecto está dirigido sobre todo a la gente que no va a venir nunca hasta Urueña y podrá acceder a nuestros fondos». Esta iniciativa se suma a otras de divulgación a través de la Biblioteca Digital de Castilla y León y de una nueva aplicación de la Fundación. Pero nuestra labor se amplía a otros muchos espectros. Si la labor de la recopilación sigue siendo diaria -y sin llegar a poder abarcarla con gran pesar ante la extensa memoria que aún nos queda por
recopilar- el grado de compromiso lo es más y donde esta generosa entrega nos convierte en deudores del patrimonio volcándonos de continuo en la devolución y actualización de todo ello, bien en ediciones digitales o impresas. En nuestros últimos trabajos documentales se encuentra la publicación de la inédita obra del maestro Agapito Marazuela, tras la localización de siete horas de conversaciones y repertorios interpretados por el maestro segoviano en 1959 y conservadas por su alumno y amigo Eugenio Urrialde, de quien recogimos el encargo de preparar una edición musical y bibliográfica. Trabajamos asimismo en la edición de un libro con las recopilaciones de cuentos de Campaspero (Valladolid) que Javier García Campo entregó a la Fundación antes de su fallecimiento. Junto a él, preparamos una obra que recoge la tradición del pueblo de Grijota, guión y seña de la provincia de Palencia urdida a partir de las numerosas grabaciones realizadas en los dos últimos años a la señora Emilia Castro, de quien reunimos trescientos temas musicales a pesar de su avanzada edad -contando 98 años en las recopilaciones efectuadas el mes pasado- y depositadas en el A.T.O. De ello, 212 temas acompañarán un libro que recoge la obra musical y la costumbre en este pueblo terracampino.
Una de las salas de la biblioteca, dedicada a los Romanceros y Cancioneros Archivo sonoro de la Fundación Joaquín Díaz | 51
Ya no se llama Archivo Secreto Vaticano como en los últimos cuatro siglos. El papa Francisco, a través de un motu propio, lo ha renominado Archivo Apostólico Vaticano. Ha querido evitar equívocos de la palabra «secreto» derivados de sus connotaciones de oscuro, oculto, escondido aunque, en realidad, secreto significaba privado, particular, privativo, aludiendo al archivo propio del pontífice con un término que históricamente también se utilizaba en las cortes de otros soberanos y príncipes europeos laicos. Aquel archivo, separado de otros, distinguido y reservado al uso del pontífice y de los selectos funcionarios designados por él, hace no demasiados años, solo desde 1881, se abrió a la consulta pública y con ello a los estudiosos de cualquier país y religión.
52 | Archivo Apostólico Vaticano
ARCHIVO SECRETO VATICANO
ARCHIVO APOSTÓLICO VATICANO
Cristina Jular Pérez-Alfaro (IH-CCHS, CSIC)
Archivo Apostólico Vaticano | 53
Detalle de las puertas de entrada a los Archivos Vaticanos realizadas por T. Gismondi en 1985. Foto: Prof75 (CC BY-SA 4.0)
Actualmente, puede consultarse todo el acerbo medieval y de edad moderna y en lo contemporáneo hasta el final del pontificado de Pío IX (febrero de 1939) junto a algunos fondos concretos posteriores a esta cronología general, por ejemplo Prisioneros de guerra (1937-1947) o los muy recientemente abiertos Commissione Centrale per l’Arte Sacra in Italia (1924-1989) y el Censo de Archivos Eclesiásticos de Italia elaborado en 1942. Si pensamos en historia próxima podremos acceder a documentación relativa a la Segunda República y a la guerra civil española salvo los dos últimos meses de la contienda.
¿Qué contenido ofrece el AAV?
Archivo de Archivos La mayor o menor fortuna de un nombre no puede evitar una realidad insoslayable: en todo archivo hay secretos, enigmas, y son numerosos. Como cualquier otro archivo histórico, el Archivo Apostólico Vaticano está lleno de desafíos, custodia papeles difíciles de leer, documentos complicados de interpretar, propone en definitiva complejos itinerarios de estudio e investigación. Por sus características de origen es además un archivo peculiar que, a diferencia de otros archivos, tiene modelos caligráficos propios, tipos documentales particulares, cronologías específicas por papas y sus tiempos de pontificado, modos de conservación característicos, usos y prácticas de escritura privativos de los mandatos y órdenes que lo configuraron y los oficios y personas que lo atendieron. En cuanto instrumento de expresión del universalismo perseguido por la institución de partida, el papado y la iglesia católica, este Archivo conforma una de las 54 | Archivo Apostólico Vaticano
mayores estructuras de información histórica conocida en el mundo. Es un archivo que opera a escala mundial, constituye un depósito orgánico que conserva la memoria documental de las relaciones existentes entre el Vaticano y las diócesis repartidas por todo el planeta. Es también un contenedor activo. En el AAV están conservados fondos documentales únicos en su género, fundamentales para el análisis del desarrollo histórico de las regiones pertenecientes al orbe cristiano. El documento más antiguo entre los conservados data del siglo viii, aumentan y crecen en regularidad a partir del siglo xii y, si buscáramos el más reciente, podríamos decir que es prácticamente de antesdeayer puesto que ejerce condición de archivo vivo al incorporar todavía hoy documentación, que se libera a consulta pública por decisión del propietario titular. En efecto, manteniendo el carácter de pertenencia particular, cada Papa ejerce la prerrogativa de liberar el acceso a conjuntos documentales que el mismo determina.
En una aproximación general, la característica de la documentación vaticana y el aspecto que la hace más interesante es la variedad y riqueza de la información que proporciona. Se encontrarán registrados desde acontecimientos de carácter modesto a cuestiones de política general y de alta política, motivados por circunstancias y factores no solo religiosos en sentido estricto sino también y fundamentalmente de índole social y política. Lógicamente, predominan en esta documentación asuntos ordinarios de la administración eclesiástica tales como el nombramiento y provisión de todo tipo de oficiales y cargos, asuntos de conducta de los fieles, aspectos relativos a la recaudación y distribución de las rentas de las iglesias, a la acción pastoral, por supuesto pleitos y cuestiones de jurisdicción, etc., pero cualquier estudioso encontrará también enormes paquetes de información sobre acuerdos que afectan al comportamiento de los gobiernos, intercambios epistolares entre la Santa Sede y las nunciaturas apostólicas y legaciones pontificias con soberanos, príncipes, obispos y prelados en campos de decisión que afectan a la vida cotidiana de los sujetos históricos. No faltan desde luego joyas documentales, piezas de incalculable valor (incluso crematístico) como pueden ser los ochenta y un pergaminos con sello de oro, o, en términos de valor histórico, el proceso inquisitorial contra Galileo, el privilegio de Otón I del año 962 o el centenar de ejemplos selectos mostrados en la exposición Lux in Arcana, inaugurando una práctica de exhibición pública de documentos, poco utilizada y que está deseando repetición. Súplicas, peticiones, intercambios, negocios, tratados..., todos los terrenos de la actividad económica, social y política tienen su reflejo en el Archivo Apostólico Vatica-
no, en definitiva, un ingente volumen de contenidos del que no puede esperarse una única colección documental sistematizada y global.
Archivo físico / Archivo digital. Nuestro proyecto, antes y después de www.docasv.es Para acceder al Archivo se exige una licenciatura en cualquier disciplina y una carta de presentación de un docente universitario o de un prelado. Ello te permitirá el acceso al bunker que ocupa dos pisos en el subsuelo del Patio de la Piña en los Museos Vaticanos. El sitio web específico del Archivo señala las condiciones de acceso, los documentos necesarios para la solicitud de admisión y otras informaciones útiles, entre ellas el reglamento para los estudiosos. Todo investigador cuando accede al AAV recibe un librito de índice en papel que comprende un cuadro de clasificación de fondos con una breve reseña bibliográfica. Por cada fondo o sección se indican una serie de datos esenciales: si el fondo puede ser consultado total o parcialmente; los índices o inventarios
En todo archivo hay secretos, enigmas, y son numerosos. Como cualquier otro archivo histórico, el Archivo Apostólico Vaticano está lleno de desafíos, custodia papeles difíciles de leer, documentos complicados de interpretar
relativos para cada sección –en el caso de que los haya– y algunas referencias bibliográficas esenciales. Al mismo tiempo, se recoge la forma correcta de citar cada serie o fondo, una indicación fundamental a la hora de solicitar la documentación correspondiente para su consulta. Toda ayuda es bien recibida puesto que el grado de dificultad de este Archivo abruma. Esa constatación determinó nuestros objetivos: disminuir distancias, acercar el Archivo, animar a su consulta, atenuar dificultades, disminuir el desánimo ante lo abrumador de sus papeles y volúmenes, empezando por ayudar a entender la codificación particular de sus modos, de sus citas, de sus índices e instrumentos de referencia. El proyecto ha sido posible por el interés del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco (hoy de Educación, Política Lingüística y Cultura) que financió tres desarrollos sucesivos dedicados a época medieval, moderna y contemporánea. Inicialmente, se propuso para búsqueda y localización de documentos para el estudio de los territorios medievales pertenecientes al País Vasco, bajo la coordinación científica de José Ramón Díaz de Durana, catedrático de Historia Medieval de la Universidad del País Vasco, y Cristina Jular Pérez-Alfaro,
Archivo Apostólico Vaticano | 55
Científica Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en aquel momento inaugural, directora de la Sección de Historia de la Escuela Española de Historia y Arqueología del CSIC en Roma. Concebimos en aquella primera fase la realización de unas Guías de ayuda orientadas a facilitar la información sobre fondos documentales seleccionados por su potencialidad para localizar documentos relativos a los tiempos y espacios señalados que, en realidad, sirven de modelo extensi-
ble a otras zonas de la Península Ibérica. El trabajo de alta especialización, que requiere un profundo conocimiento del AAV, se encargó a la Dra. Valeria Beolchini y a la Dra. Marta Pavón Ramírez, artífice esta última de la trilogía que completa el encargo junto a otras colaboraciones que se mencionan en los correspondientes créditos. Se realizaron tareas in situ, en los locales del AAV, en sus salas de consulta y en sus depósitos, analizando las referencias cruzadas entre el actual Índice dei Fondi y las publicacio-
nes, controlando cada referencia e indicación; se trabajó también sobre documentación y colecciones editadas, comentando críticamente resultados, modernizando referencias, elevando propuestas, sugerencias siempre presididas por la intención de estimular el conocimiento y los estudios sobre el Archivo. En paralelo al trabajo desarrollado en Roma, en colaboración con XLI desing-thinking que aportaron el diseño y desarrollo web, creábamos la página www.docasv.es que señaló un punto de inflexión relevante en la consecución del proyecto.
docasv.es designa un proyecto científico que busca dar a conocer realidades documentales y mostrar potencialidades de un archivo considerado esencial para el conocimiento de la historia universal ¿Qué es www.docasv.es? Alcance y proyección
AAV, Reg. Suppl. 577, fol. 184r-184v. Pedro de Velasco, conde de Haro, solicita al papa Pablo II permiso para visitar los conventos de clausura de las clarisas de Tordesillas, en la diócesis de Palencia, y de Medina de Pomar, en la de Burgos, además de otros conventos franciscanos en Medina de Pomar, Valladolid, Carrión, Benavente, Astudillo, Medina del Campo, Úbeda y en la ciudad de Zamora, para verificar la observancia de la Regla 56 | Archivo Apostólico Vaticano
Documentos y Herramientas para el estudio del Archivo Secreto Vaticano designa un proyecto científico que busca dar a conocer realidades documentales y mostrar potencialidades de un archivo considerado esencial para el conocimiento de la historia universal. El proyecto elige de salida el formato digital. Hemos sostenido la palabra Secreto, en respeto al tiempo de inauguración del web pero también en alusión a un término aplicado a un mundo de pluma, pergamino y papel aún recóndito por poco explorado. Entre los recursos actuales el web da acceso a las tres Guías de ayuda que, en su primera versión llamamos Fuentes Vascas en el Archivo Secreto Vaticano con tres respectivos subtítulos que ajustan la cronología de su contenido (la primera Guía se ocupa de período medieval hasta el año 1458; la segunda de Época moderna de 1458 a 1830 y la tercera de Época contemporánea, entre 1830 y 1939). Se ofrecen de ellas
tanto los pdfs descargables gratuitamente como versiones en ISSUU y se referencian también las dos ediciones en formato libro existentes por el momento. El trabajo digital de mayor representación en la página web son las bases de datos relacionales que tratan información sobre más de 2.400 documentos en el momento en que escribimos. De ellos se ofrece como campos principales la datación, un resumen, la signatura actualizada del Archivo y referencias bibliográficas detalladas. Las consultas, de rápida consecución, se realizan sobre esos campos básicos y con texto libre que devolverán, por citar un ejemplo concreto, doce documentos que aluden a la peste datados entre 1357 y 1432. Este proyecto comparte intereses con otras realizaciones web realizadas por los mismos coordinadores e investigadores afines a partir de documentación histórica (tales como www.hilame.info, creloc.net, scriptamanent.info, libromedievalhispanico.net). Y comparte ante todo una aspiración: la convergencia en el terreno digital de propuestas pensadas desde las Humanidades. Archivos como el Vaticano suponen una apuesta de valor en esta posible acción colectiva.
Vídeo del Vatican Television Center (CC BY 3)
Algunas cifras 74 Armarios en el siglo XVII 8 5 kilómetros de estantería hoy más de 650 fondos archivísticos d ocumentos del siglo VII al XXI
1 sala única para inventarios, guías, índices e instrumentos de descripción y ayuda u nos 1.500 estudiosos visitantes al año
5 0 trabajadores en puestos principales
m illones de folios por leer
4 salas de estudio
megas, gigas, teras, petas, exabytes de almacenamiento digital por elaborar
Archivo Apostólico Vaticano | 57
De Shakespeare a Dickens La Biblioteca del Real Colegio de San Albano de Valladolid albergó hasta principios del siglo xx «First Folio», hoy en Washington, que pugna por ser la primera obra de Shakespeare que llegó a España. El fondo del Colegio de los Ingleses, en plena digitalización, cuenta con más de 20.000 volúmenes.
Manuel Belver Agradecemos la cesión de este artículo a El Día de Valladolid Fotos: Jonathan Tajes
58 | De Shakespeare a Dickens
Valladolid tiene historia e historias. Desde la Edad Media, cuando se asegura que tuvo a sus primeros pobladores, ha dado para muchas. Una de ellas tiene que ver con Inglaterra y con uno de sus escritores, si no el que más, con mayor relevancia, William Shakespeare. Ésta, la historia en cuestión, ha vuelto a la primera plana gracias al profesor de la Universidad de Barcelona (UB) John Stone, que hace un par de semanas aseguraba haber hallado el que podría ser el primer ejemplar de una obra de Shakespeare llegado a España. Se trata de una impresión de 1634 de la tragicomedia «The two
noble kinsmen» (Los dos nobles caballeros), escrita a cuatro manos con John Fletcher y considerada la última obra de Shakespeare. «Lo más probable es que llegaran, o bien como parte de la biblioteca personal de algún alumno, o bien a petición del primer rector del Real Colegio de los Escoceses, Hugh Semple, amigo de Lope de Vega y que tenía más obras de teatro en su biblioteca particular», explicaba Stone. Esta obra pugna con otra, que se halló en Valladolid, concretamente en la Biblioteca del Real Colegio de San Albano, más conocido como Colegio de los Ingleses, hasta
finales del siglo XIX o quizá principios del XX. Se trata de «First Folio» (Primer folio) o «Mr. William Shakespeares Comedies, Histories, & Tragedies», una recopilación de 36 obras teatrales del inglés, editada por John Heminges y Henry Condell en 1623, siete años después de su muerte. «Este importante libro tuvo que ser vendido, por razones económicas del seminario, a principios del siglo XX, al mismo tiempo que un óleo de El Greco», relata Javier Burrieza, profesor titular de Historia Moderna de la UVa, en «Guía misteriosa de Valladolid». Hoy el ejemplar, como otros 80 de los casi 800 editados, se
encuentra en la Folger Shakespeare Library de Washington. Stone advierte de que varios estudiosos datan la llegada a España del ejemplar de Valladolid entre 1641 y 1651, aunque hay cierta controversia sobre ello. De hecho, el propio Burrieza, archivero del Colegio de los Ingleses, habla en esa «Guía misteriosa de Valladolid» de la llegada de Christopherus Marlerus (en referencia a Christopher Marlowe, del que se dice que puede ser incluso Shakespeare o el que escribiese varias de sus obras) al Real Colegio de San Albano el 30 de mayo de 1599.
De Shakespeare a Dickens | 59
Polémicas aparte, la pugna entre el hallazgo de Stone en Salamanca y el ejemplar que estuvo en Valladolid hasta que fue vendido ha dado luz a uno de esos tesoros que tiene la ciudad en sus entrañas y que narran parte, precisamente, de su historia, la de la Biblioteca del Colegio de los Ingleses, la única de los tres Colegios que dirigían los jesuitas en Valladolid (los otros dos estaban en San Ambrosio y San Miguel, y hoy esos libros están en Santa Cruz) que mantuvo sus fondos cuando estos fueron expulsados de España en 1767. La historia del Real Colegio de San Albano, institución donde se forman seminaristas católicos ingleses (actualmente no solo ingleses pero si en habla inglesa), arranca con su fundación en 1589 en Valladolid. Y con ella la de su Biblioteca porque, como apunta Burrieza, «los colegios tenían que tener buenas librerías». Así se fue nutriendo la de los Ingleses con ejemplares que van desde el incunable «Crónicas de Núremberg», de 1493, el más antiguo que se encuentra actualmente, a libros de teología, de viajes de finales del siglo XIX, de cocina, historia, filosofía... del cardenal Newman, canonizado oficialmente el pasado 2019, «a algunas primeras ediciones de Charles Dickens, como «Oliver Twist» o «Grandes 60 | De Shakespeare a Dickens
esperanzas»», apunta Blanca Mateo, actual bibliotecaria. Los Ingleses cuenta con tres salas y más de 20.000 volúmenes entre ellas, y actualmente se encuentra en proceso de digitalización. Un proceso que inició el rector Edwin Henson entre la II Guerra Mundial y la Guerra Civil: «Catalogó con su máquina de escribir cada libro y conservamos las fichas». El fondo cuenta con unos 3.000 ejemplares en la conocida como Pig Skin (piel de cerdo), con libros de encuadernación en pergamino, de entre el siglo XVI al XVIII; tomos de medicinas «muy interesantes», de Medicina, de Derecho, de Historia. Aquí se encuentra el «Crónicas de Núremberg» e incluso una edición crítica de El Corán. Hay otros 7.000 en la Biblioteca, donde siguen llegando investigadores, con libros censurados por la Inquisición con recortes o tachados (no solo por temas religiosos sino incluso de historia). Y la tercera sala es la biblioteca de los estudiantes o de trabajo, con ejemplares de teología actuales, de viajes, de Botánica, deportes (muchos de criquet), almanaques deportivas (de los años 70 y 80 del pasasdo siglo...), así como esas primeras ediciones de Dickens o del cardenal Newman.
El Colegio de los Escoceses estuvo en Valladolid hasta 1988 El Real Colegio de los Escoceses de Salamanca, donde podría haberse localizado el primer ejemplar de una obra de William Shakespeare llegado a España, estuvo en Valladolid, con ese libro, de 1771 a 1988. Fue el rector Philip Mark Perry el convenció al Colegio de los Escoceses de Madrid (fundado en 1627) para que se trasladasen a Valladolid, permaneciendo en la ciudad hasta que se trasladó a Salamanca en 1988. En Valladolid estuvo situado en el colegio San Ambrosio, hoy Centro de Espiritualidad, y fue a finales del siglo XVIII el único seminario escocés en funcionamiento en el Continente. «Los alumnos de los colegios de los Ingleses y los Escoceses dieron patadas a un balón antes que los mineros de Riotinto o que los trabajadores del telégrafo de Vigo», señalaba hace poco el cronista deportivo José Miguel Ortega como posible inicio del fútbol en España.
AR&PA 2.0
LA FORTALEZA DEL PATRIMONIO CULTURAL La Bienal Ibérica de Patrimonio Cultural, AR&PA, evento único en España del sector patrimonial, celebrará del 26 al 28 de noviembre una nueva edición en formato online. Convertida en AR&PA 2.0, la Bienal adopta el lema ‘La Resiliencia del Patrimonio Cultural’ para caracterizar a dicha edición, que se ha visto afectada por la actual situación, y quiere mantener presente la lucha por el Patrimonio y los agentes que velan por él, como parte esencial de la economía, para favorecer la reactivación empresarial y el cuidado y salvaguarda del Patrimonio. AR&PA 2.0 mantendrá la estructura de sus contenidos a través de una plataforma virtual en la que se desarrollará su esencia de punto de encuentro y foro-debate para profesionales, instituciones, asociaciones y apasionados del Patrimonio Cultural. Participación que supone la constante actualización de criterios, procesos y tecnologías de las diferentes disciplinas que intervienen
La Bienal Ibérica de Patrimonio Cultural, AR&PA, evento único en España del sector patrimonial, celebrará del 26 al 28 de noviembre una nueva edición en formato online La costa AR&PA amalfitana 202.0 | 61
en los bienes culturales y en su gestión. La celebración de AR&PA implica un compromiso y reto constante y necesario para mantener vivo el significado y los valores del patrimonio cultural en el desarrollo de la sociedad y los municipios. Las circunstancias sanitarias derivadas de la Covid-19 han motivado que AR&PA, con más de dos décadas de historia como referente del sector patrimonial, tenga que modificar su naturaleza presencial y poner a prueba su resiliencia en el formato virtual. La edición online supondrá un desafío para una celebración tradicional como es AR&PA pero, igualmente, generará una nueva oportunidad de mercado para el ámbito del Patrimonio Cultural, representativo de la historia, el territorio y la identidad social de los habitantes de Castilla y León. Legado cultural que tiene que ser apreciado y reconocido como un recurso y disfrutado como un bien colectivo. Para ello es necesario innovar en su protección, trasmisión y acciones de gestión. «La sociedad civil es indispensable e insustituible en la valoración y conservación del patrimonio cultural» (Gumersindo Bueno, Director General de Patrimonio Cultural) Las últimas actualizaciones en herramientas TICs posibilitará que AR&PA, Bienal Ibérica de Patrimonio Cultural, congregue, un año más, a profesionales e instituciones del sector facilitando la comunicación y colaboración para futuras sinergias comerciales. Además, se continuará con los míticos programas de la Bienal, AR&PA Feria, AR&PA Foro y AR&PA Premios Internacional de Proyectos sobre Patrimonio Cultural para Estudiantes de Arquitectura, confiando en las nuevas generaciones como los futuros guardianes del Patrimonio que son. Muchos profesionales y expositores ya han depositado su confianza en el formato digital de AR&PA confirmando su presencia en la edición, como es la misma Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico o la Rota do Românico, proyecto que impulsa a Douro, Tâmega e Sousa, como un destino turístico de referencia del románico a través de la promoción de su sobresaliente Patrimonio Cultural y el Ayuntamiento de Tiedra, que realiza constantes labores de rehabilitación de las diversas tipologías de bienes culturales de la localidad. También estarán presentes numerosos proyectos europeos en los que participan y colaboran diversas instituciones, como Discover Duero Douro, PatCom - Patrimonio Cultural en Común-, TerPat -Territorio y Patrimonio-, o Paleoarte - Arte Paleolítico-. Destaca igualmente la participación de entidades privadas, entre las que se incluye 62 | AR&PA La costa202.0 amalfitana
Arespa, Asociación de Empresas de Restauración del Patrimonio Histórico, que trabaja en una continua difusión de la necesidad de defensa del Patrimonio y de las empresas especializadas del sector. La Bienal Ibérica de Patrimonio Cultural, AR&PA, es punto de encuentro y negocio de referencia para empresas, instituciones y profesionales del
Patrimonio Cultural en busca de una revalorización y salvaguarda del sector desde su creación en 1998, siendo la única feria que congrega actividades científicas y presentaciones técnicas en torno al Patrimonio en España y que se mantiene a la vanguardia en Europa. Pertenece y participa activamente en la Red Europea de Ferias de Patrimonio HERIFAIR.
Abierto a todos los públicos AR&PA 2.0 conservará su finalidad didáctica y comunicativa siendo, una edición más, abierta a todos los públicos con el fin de acercar y aumentar el interés por las diversas disciplinas del Patrimonio a los amantes de éste. El usuario podrá acceder libremente a la Plataforma AR&PA durante los días de celebración de la Bienal para disfrutar de sus actividades y presentaciones, manteniendo viva la esencia de AR&PA de punto de encuentro y foro-debate a través de chats interactivos y rondas de preguntas sobre las actividades desarrolladas. Además, existe la opción de participar como profesionales de manera gratuita a través del pertinente formulario de inscripción disponible en la página web de AR&PA. El registro como profesionales permitirá que los Amigos del Patrimonio ejecuten jornadas y presentaciones técnicas en AR&PA Foro, realizadas de manera simultánea al desarrollo de la Feria, y que aparezcan en el Catálogo de Profesionales y los motores de búsqueda disponibles en AR&PA 2.0 para una mayor interacción entre personas y empresas del mismo sector de interés.
La costa amalfitana | 63
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Conoce los secretos de los archivos vallisoletanos, de la mano de el Calabacin Errante:
Cuentos, juegos, talleres y patrimonio se dan la mano en actividades muy divertidas. Para disfrutar en familia o en los centros escolares. Para más información y preparar proyectos educativos ligados al patrimonio: elcalabacinerrante@gmail.com www.elcalabacinerrante.es Archivo de la Real Chancillería: http://www.elcalabacinerrante.es/chancilleria/
La Casa rural El Zapatero de Sexifirmo se vuelve a sumar a las entidades colaboradoras de la Tarjeta de Amigos del Patrimonio y ofrece un 10% de descuento en senderismo, alquiler de bicicletas con y sin guía, excursiones a caballo y vuelos en parapente biplaza, además de un 5% de descuento (en temporada baja).
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Archivo Municipal de Valladolid: http://www.elcalabacinerrante.es/municipal/ Archivo General de Simancas: http://www.elcalabacinerrante.es/simancas-2/
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Museo Histórico de las Merindades de Medina de Pomar Plaza Mayor, 1 - Ayto. de Medina de Pomar Medina de Pomar Tfno: 947147042 - 947190746 www.medinadepomar.org patrimonio@medinadepomar.org Entrada reducida al Museo Histórico de las Merindades
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Plaza Mayor, 1 Villadiego Tfno: 947361700 www.villadiego.es ayuntamiento@villadiego.es
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Museo del Castillo de Valencia de Don Juan
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Fundación Eugenio Fontaneda. Castillo de Ampudia
Castillo de los Duques de Alba
Castillo de Ampudia Ampudia Tfno Móvil: 629768247 - 699484555 www.castillodeampudia.com info@castillodeampudia.com Tarifa especial (1€) en la visita a la colección Eugenio Fontaneda: salas de arqueología, etnografía, farmacia, juguetes y muñecas antiguas, armas y aparatos musicales y arte sacro.
Museo del Cerrato Castellano de Baltanás
C/ La Virgen, 16 Baltanás Tfno: 979112010 Tfno Móvil: 672145930 www.museodelcerrato.com info@museodelcerrato.com Entrada reducida (2€) a los titulares de la tarjeta de Amigos del Patrimonio.
PARA ALOJARSE Casas Rurales «El Uncar» Ctra. De la Magdalena, 36 Castrejón de la Peña 609812148 davidcorpe@hotmail.com www.eluncar.es
15% dto. en las cuatro casas rurales (2,4 o 6 personas) presentando una tarjeta de Amigos del Patrimonio por casa
Ayuntamiento de Alba de Tormes Pza. Mayor, 1. Alba de Tormes Tfno: 923300024. www.villaalbadetormes.com. cultura@villaalbadetormes.com 50% dto en la entrada al Castillo de los Duques de Alba.
Ayuntamiento de Vilvestre Plaza Mayor S/N Vilvestre Tfno: 923524623 www.vilvestre.es info@vilvestre.com
Entrada al museo prehistórico + Paseo en barco por el Duero (en horario regular y previa reserva telefónica) = 14€. 2€ dto. para grupos de mínimo 15 personas.
VINARIUS. Guardería de Vinos y Posada Rural C/ Calzada, 8 Castellanos de Villiquera Tfno Móvil: 659 955 955 Tfno: 923 320 329 www.vinarius.es vinarius@vinarius.es
Acceso la cava romana de Vinarius (declarada Patrimonio etnológico y etnográfico por la Junta de Castilla y León) reservada únicamente para los socios y extensible para los Amigos del Patrimonio y Desayuno incluido en la Posada Rural.
El Molino de Salinas
Paseo del Molino s/n Salinas de Pisuerga (Palencia) Tfno: 979 122000 www.alojamientosconhistoria.com reservas@alojamientosconhistoria.com
C/ La Fuente, 1 Osorno (Palencia) Tfno: 979817216 979817218 www.hoteltierradecampos.com contacto@hoteltierradecampos.com 10% de descuento sobre precio tarifa.
Uffizzi Conservación y Restauración de Bienes Culturales S.L.
Teso de la Feria 35-37, Local 1. 37008 Tfno: 923255787. www.uffizzi.net. uffizzi@gmail.com Presupuesto gratuito sin compromiso.
SEGOVIA
Casa Municipal de Cultura, Plaza del Conde, 2 Ciudad Rodrigo Tfno: 923461862 Tfno Móvil: 664403277 www.aytociudadrodrigo.es teatronuevo@aytociudadrodrigo.es 30% dto. en las entradas para la programación de la red de teatros de Castilla y León.
Acture de Coca S.C. Castillo de Coca.
C/ Domingo Conde 13 Coca Tfno: 921586231 Tfno Móvil: 617573554 visitascastillodecoca@hotmail.com Descuento en las entradas. Tarifa reducida en las visitas al Castillo de Coca.
Centro de Interpretación de la Antigua Cárcel de Sepúlveda Plaza del Trigo. 6 - Sepúlveda Teléfono: 921540425 turismo@sepulveda.es www.turismosepulveda.es
AYUNTAMIENTO DE SEGOVIA Area de Turismo
Museo de los Fueros
Ofrece entrada reducida en:
Entrada reducida (2€) para todos los titulares de la tarjeta
C/ Judería Vieja, 12 Tfno: 921460354 www.turismodesegovia.com www.segovia.es
Casa-Museo Antonio Machado C/ Desamparados, 5 Tfno: 921460377 informacion.casamachado@ turismodesegovia.com
Colección de Títeres de Francisco Peralta
Teatro Nuevo Fernando Arrabal
Tarifa de la entrada: 3,00€ (incluye Audioguía)
Entrada reducida (2€) para todos los titulares de la tarjeta.
Entrada gratuita para quienes presenten la Tarjeta
PARA VER
C/ de la Moneda, s/n Tfno: 921475109 www.casadelamonedasegovia.es casademoneda@turismodesegovia.com
PARA VISITAR
C/ Judería Vieja, 12 Tfno: 921462396 juderia@turismodesegovia.com
Avenida de Cervera s/n Aguilar de Campo (Palencia) Tfno: 979 122000 www.alojamientosconhistoria.com reservas@alojamientosconhistoria.com
Hotel Restaurante Tierra de Campos
OTROS SERVICIOS
Centro Didáctico de la Judería de Segovia
Posada de Santa María la Real
PARA COMER
10% dto. en alojamiento y restauración, oferta no acumulable con otras promociones. Consultar disponibilidad.
Tarifa de la entrada: 2€ (incluye Audioguía).
15% dto. en los servicios de restaurante y alojamiento.
15% dto. en los servicios de restaurante y alojamiento.
Avda. de Portugal, s/n Aldea del Obispo Tfno: 923109990 www.hoteldomusrealfuerte.com info@hoteldomusrealfuerte.com
Real Casa de la Moneda y Centro de Interpretación del Acueducto
C/ Puerta de Santiago, 36 Tfno: 921460354 titeres@turismodesegovia.com Entrada gratuita para quienes presenten la Tarjeta (incluye audioguía)
Espacio Informativo de la Muralla-Puerta de San Andrés Plaza del Socorro, 2 y 3 Tfno: 921461297 Informacion.muralla@ turismodesegovia.com
Tarifa de entrada: 1,00€ (incluye Audioguía)
Sepúlveda Teléfono: 921540425 turismo@sepulveda.es www.turismosepulveda.es
PARA COMPRAR Pastelería Yagüe C/Bruno Ortega, 10 El Espinar 921182121
10% de descuento sobre productos elaborados
PARA ALOJARSE Casa Rural «El Acebo»
C/ Rafael Matesanz, 7. Prádena Tfno: 921507260 921429202 Tfno Móvil: 699091442 www.el-acebo.com acebo@tursegovia.com 10% dto. en alojamiento casona ganadería del siglo xviii rehabilitada. Habitaciones dobles con baño, alquiler individual o grupos. Rica comarca que ofrece posibilidades de contacto con la naturaleza, arte, historia y gastronomía. También se gestionan rutas.
Hotel Palacio San Facundo
Plaza de San Facundo, 4 Tfno: 921463061 info@hotelpalaciosanfacundo.com 10% dto. en alojamiento sobre tarifa oficial. La costa amalfitana | 65
SORIA
VALLADOLID
PARA VISITAR
PARA VISITAR
Museo Magna Mater «Villa Romana La Dehesa» (SoriaMuseum / Espejo del Tera, S.L.)
Asociación para la Restauración y Conservación de los Templos
C/ Venerable Carabantes, 9-11 - 5ºA Tfno Móvil: 660017854 www.soriamuseum.es soriamuseum@soriamuseum.es 50% dto. en la entrada al Museo Magna Mater (Villa Romana «La Dehesa»). Las Cuevas de Soria - Quinta Redonda (Soria). 50% dto. en la entrada al Museo Provincial del Traje Popular. Morón de Almazán (Soria).
PARA VER Teatro Palacio de la Audiencia
Plaza Mayor, s/n Tfno: 975234100 - 975234117 www.teatropalaciodelaaudiencia.com cultura@soria.es Acogerse a los descuentos que se realizan habitualmente a distintos colectivos, incluidos Amigos del Patrimonio.
PARA COMPRAR Asociación de Amigos del Castillo de Berlanga
C/ Daniel Ruiz Montejo, 27 - Casa de Cultura Berlanga de Duero www.castillodeberlanga.blogspot.com castillodeberlanga@gmail.com Descuento del 10% y envío gratuito en los libros de fotografías y en el de «El Castillo de Berlanga».
Iglesia de Santa Cruz C/ Lázaro Alonso s/n Medina de Rioseco Tfno: 983700887 - 983725026 www.arterioseco.es protemplos@arterioseco.es david@astermagonia.com
Tarifa reducida en la entrada a los Museos que gestiona la Asociación.
Aster Magonia
C/ La Trilla, 14 Medina del Campo Tfno: 983810063 Tfno Móvil: 687488004 www.astermagonia.com info@astermagonia.com Tarifas especiales en las visitas: Castillo de la Mota de Medina del Campo. - Palacio Real Testamentario. - Torre de la Colegiata de San Antolín.
Centro de Interpretación del Movimiento Comunero Castillo de Torrelobatón, Plaza Mayor, 1. Torrelobatón Tfno: 983563413 Tfno Móvil: 665834753 www.torrelobaton. ayuntamientosdevalladolid.es castillotorrelobaton@hotmail.com 30% dto. en el precio de entrada a los Amigos del Patrimonio.
Fundación Joaquín Díaz
PARA ALOJARSE
C/ Real, 4. Urueña Tfno: 983717472 www.funjdiaz.net info@funjdiaz.net
Hotel Castilla Termal Burgo de Osma
Acceso gratuito a los museos y colecciones de la Fundación que se exponen al público.
C/ Universidad, 5 El Burgo de Osma Tfno: 975341419 www.castillatermal.com reservas@castillatermal.com Ventajas exclusivas, descuento del 10% sobre tarifa de alojamiento con independencia de la fecha, inclusive tarifa 2º Juventud (programa específico para mayores de 60 años). Descuento 10 % sobre carta de tratamientos, piscina termal y circuito de contrastes. Además, descuento del 5% sobre los PVP de nuestros bonos regalo. No aplicable a promociones puntuales ni tarifas no reembolsable
Fundación Las Edades del Hombre
Monasterio de Santa María de Valbuena 47359 San Bernardo Tfno: 983683159 feh@lasedades.es www.lasedades.es 10% dto. en el catálogo y DVD de la exposición.
Fundación Museo de las Ferias C/ San Martín, 26 Medina del Campo Tfno: 983837527 www.museoferias.net fundacion@museoferias.net Entrada gratuita.
66 | La costa amalfitana
Museo del Encaje
C/ Carnicerías, 6 Tordesillas Tfno: 983796035 Tfno Móvil: 649790543 www.museoencaje.com museo@museoencaje.com 50% dto. en la entrada individual a los Amigos del Patrimonio y 1€ por persona en grupos de hasta 25 personas.
PARA VER Cielo y Tiedra, S.L.
C/ Pago del Val, s/n. Tiedra Tfno: 983038041 www.cieloytiedra.com info@cieloytiedra.com Tarifa reducida a los Amigos del Patrimonio (8€ entrada diurna, 12€ entrada nocturna).
Carburantes Yagüe S.L. Estación de Servicio y Gasóleos a Domicilio Ctra. A6 Madrid - La Coruña, km 202. Mota del Marqués Tfno: 983780196 yagüecarburantes@yahoo.es Descuento de 0,015 €/litro en gasolinas y todo tipo de gasoleos. 10% dto. en compras en la tienda de la estación de servicios.
Seren, Imaginería y Restauración C/ del Cristo, 36 Nueva Villa de las Torres Tfno: 983 819355/ 685272836 serenarte1@gmail.com
12% dto. en obra nueva - escultura, madera, piedra, bronce y policromías.
ZAMORA
PARA ALOJARSE
PARA VISITAR
Hotel Castilla Termal Monasterio de Valbuena
Museo Diocesano de Zamora
C/ Monasterio, s/n San Bernardo - Valbuena de Duero, Valladolid Tfno: 983683040 www.castillatermal.com reservas@castillatermal.com Ventajas exclusivas, descuento del 10% sobre tarifa de alojamiento con independencia de la fecha, inclusive tarifa 2º Juventud (programa específico para mayores de 60 años). Descuento 10 % sobre carta de tratamientos, piscina termal y circuito de contrastes. Además, descuento del 5% sobre los PVP de nuestros bonos regalo. No aplicable a promociones puntuales ni tarifas no reembolsable
Hotel Castilla Termal Balneario de Olmedo
C/ Pago de Sancti Spiritus, s/n Olmedo Tfno: 983600237 www.castillatermal.com reservas@castillatermal.com Ventajas exclusivas, descuento del 10% sobre tarifa de alojamiento con independencia de la fecha, inclusive tarifa 2º Juventud (programa específico para mayores de 60 años). Descuento 10 % sobre carta de tratamientos, piscina termal y circuito de contrastes. Además, descuento del 5% sobre los PVP de nuestros bonos regalo. No aplicable a promociones puntuales ni tarifas no reembolsable
OTROS SERVICIOS Xtrañas Producciones
C/ Pico de Urbión, 4, 47013 Valladolid Tfno: 983101710 / 639483818 producciones@xtranas.com www.xtranas.com 10% dto. en el alquiler de equipos de sonido o escenarios y en el cachet de grupos (jazz, clásica, flamenco, teatro…)
Plaza de Santo Tomás, s/n Tfno: 980531933 www.diocesisdezamora.es/ delegaciones/ver-museo-diocesano-24 museodiocesanodezamora@planalfa.es museo.diocesano@diocesisdezamora.es Entrada reducida al Museo Diocesano de Zamora.
Pagos del Rey Museo del Vino
Avda. Comuneros 90. Morales de Toro. Tfno: 980696763. www.pagosdelreymuseodelvino.com. rburgos@pagosdelrey.com 20% en la entrada en visita libre.
Serviocio Siglo XXI S.L. C/ Cabrera, 6 - 8ºB. León Tfno: 987223102 Tfno Móvil: 609261146 www.serviociosxxi.com serviocio@yahoo.es
25% dto. en la visita a la ruta arqueológica por los Valles de Zamora, Vidriales, Órbigo y Eria, y 10% en el resto de actividades que realiza.
OTROS SERVICIOS Ayuntamiento de Toro Plaza Mayor, s/n Toro Tfno: 980108101 info@toroayto.es alcaldia@toroayto.es
20% dto. en espectáculos culturales 50% dto. en la entrada a la visita de la Plaza de Toros y al Teatro Latorre.
FUERA DE CASTILLA Y LEÓN PARA ALOJARSE Hotel Castilla Termal Balneario de Solares
C/ Sotelo, 13 Solares (Cantabria) Tfno: 942521313 www.castillatermal.com reservas@castillatermal.com
ORQUESTA SINFÓNICA DE CASTILLA Y LEÓN Ofrece un importante descuento en el abono de temporada 2020/2021 a los Amigos del Patrimonio. www.oscyl.com www.centroculturalmigueldelibes.com
Museo de Salamanca. «Casa de los Doctores de la Reina»
Pza. Patio de las Escuelas Menores, 2 Tfno: 923212235 museo.salamanca@jcyl.es
SEGOVIA Museo de Segovia
Casa del Sol C/ Socorro, 11 Tfno: 921463348 museo.segovia@jcyl.es
10% dto. en nuestros equipos, trabajos de restauración y servicios.
Paleoymas, S.L.
Proyectos en piedra natural, mármol o granito, esculturas, proyectos arquitectónicos. 5% de descuento en todos nuestros productos o servicios.
Pza. San Marcos, s/n Tfno: 987245061 museo.leon@jcyl.es
SALAMANCA
Camí de l’Alquerieta, 23 Massanassa (Valencia) 961252222 www.campanasyrelojes.es info@campanasyrelojes.es
C/ La Marina, 14 Pol. Ind. La Vila Novetlé (Valencia) Tfno: 655471267 www.torregris.com angel@torregris.com
«Convento San Marcos». Museo de León
«Casa del Cordón» Pza. del Cordón s/n Tfno: 979752328 museo.palencia@jcyl.es
2001 Técnica y Artesanía
Torregris Piedra Natural
Pza. Santo Domingo, 8 Tfno: 987236405 www.museodeleon.com museo.leon@jcyl.es
Museo de Palencia.
OTROS SERVICIOS
5% dto. en prospecciones y catas. 5% dto. en honorarios, en estudios de impacto ambiental y redacción de proyectos de desarrollo cultural.
Museo de León
PALENCIA
Ventajas exclusivas, descuento del 10% sobre tarifa de alojamiento con independencia de la fecha, inclusive tarifa 2º Juventud (programa específico para mayores de 60 años). Descuento 10 % sobre carta de tratamientos, piscina termal y circuito de contrastes. Además, descuento del 5% sobre los PVP de nuestros bonos regalo. No aplicable a promociones puntuales ni tarifas no reembolsable
P. Empresarium C/ Retama, 17 - Nace C-24 Cartuja Baja (Zaragoza) Tfno: 976326565 www.paleoymas.com jlbarco@paleoymas.com
LEÓN
MUSEOS GRATUITOS EN CASTILLA Y LEÓN Los usuarios de la Tarjeta de Amigos del Patrimonio tienen entrada GRATUITA en todos los Museos regionales de la Junta de Castilla y León (www.museoscastillayleon.jcyl. es) que se señalan a continuación:
Museo Zuloaga. Iglesia de San Juan de los Caballeros
Pza. San Juan de los Colmenares, s/n Tfno: 921463348 museo.segovia@jcyl.es
SORIA Monasterio de San Juan de Duero Pza. de las Ánimas, s/n Tfno: 975221428 museo.soria@jcyl.es
Museo Numantino Pº del Espolón, 8 Tfno: 975221397 museo.soria@jcyl.es
Ermita de San Baudelio de Berlanga Casillas de Berlanga. Tfno: 975221428 museo.soria@jcyl.es
Museo monográfico de Tiermes Yacimiento Arqueológico de Tiermes Tfno: 975352051 museo.soria@jcyl.es
Yacimiento Museo Arqueológico de Ambrona
Ctra.Torralba-Miño de Medinaceli, km 3,1 Ambrona Tfno: 975221428 museo.soria@jcyl.es
Yacimiento Museo Arqueológico de Numancia Garrejo, 17 Bajo Garray museo.soria@jcyl.es
VALLADOLID Museo de Valladolid. «Palacio de Fabio Nelli» Pza. de Fabio Nelli, s/n Tfno: 983351389 museo.valladolid@jcyl.es
ZAMORA Museo Etnográfico de Castilla y León (Fundación Siglo) C/Sacramento, s/n Tfno: 980531708/508269 www.museo.etnografico.com biblioteca@etnografico.org
Museo de Zamora. «Palacio del Cordón»
Pza. Santa Lucía, 2 Tfno: 980516150 museo.zamora@jcyl.com
ÁVILA Iglesia de Santo Tomé el Viejo. Museo de Ávila Pza. Italia s/n Tfno: 920211003 museo.avila@jcyl.es
Museo de Ávila. «Casa de los Deanes» Pza. Nalvillos, 3 Tfno: 920211003 museo.avila@jcyl.es
BURGOS Museo de Burgos. «Casa de Miranda»
C/Miranda, 13 Tfno: 947265875 museo.burgos@jcyl.es
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SOLICITUD DE TARJETA DE AMIGO / MECENAS DEL PATRIMONIO Rellene con LETRAS MAYÚSCULAS el cupón con sus datos, recorte por la línea de puntos, dóblelo con el cupón hacia dentro, humedezca la zona engomada y péguela sobre esta parte del folleto. No necesita franqueo.
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Cuota mínima anual amigos: 50 € Cuota mínima anual mecenas: 150 € Otras cantidades € (mínimo 50 €) Quiero que la Fundación Santa María la Real me informe acerca de sus actividades: Consiento No consiento Quiero que las empresas de la Fundación (Cultur Viajes, Ornamentos Arquitectónicos, MHS) me informen sobre sus actividades: Consiento No consiento
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Nº de cuenta: ES18 0081 2363 7300 0126 0533