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ES CONAVIRUS LA MISTERIOSA ENFERMEDAD “X” de la que ha
from POLÍTICA 656
¿Es el coronavirus la enfermedad “X”?
POR ADELAIDA SARUKHAN Redactora científica del Instituto de Salud Global Barcelona
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El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la epidemia del nuevo coronavirus (COVID19) una emergencia internacional de salud pública.
Hace cuatro años, la OMS publicó una lista prioritaria de patógenos sobre los cuales se necesita con urgencia más investigación. Todos son virus contra los cuales aún no tenemos vacuna o tratamiento específico, y que tienen el potencial de causar una epidemia con un número considerable de muertes. En esta lista se incluían ya dos coronavirus: el MERS y el SARS. Un par de años después, la OMS añadió el ya conocido virus del Zika y la llamada “enfermedad X”, para designar cualquier otro virus aún no descrito, pero con potencial de causar una epidemia.
La predicción de una enfermedad “X”, que tanta intriga causó en su momento, parece haberse cumplido más temprano que tarde. Poco antes de cerrar el 2019, varios casos de una misteriosa neumonía aparecieron en la ciudad de Wuhan (China), todos relacionados con la visita a un mercado donde se vende una multitud de animales, muchos de ellos salvajes. Tras descartar los sospechosos habituales (influenza, MERS, SARS, etc.), la comunidad médica constató que estaba frente a un nuevo virus de la familia de los coronavirus (la misma a la que pertenecen el MERS y el SARS). Llamado inicialmente 2019-nCoV, ha sido bautizado oficialmente como SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca recibe el nombre de COVID-19 (haciendo referencia a las siglas de enfermedad por coronavirus y al año en que se identificó por primera vez).
En pocas semanas, la epidemia ha evolucionado de manera muy rápida: más de 75,000 casos al 20 de febrero (la gran mayoría en China) y el virus ha viajado por avión o crucero a más de 20 países. Afortunadamente, el conocimiento sobre el virus también ha avanzado a grandes pasos y la respuesta (en China y a nivel interna-
cional) ha sido mucho más rápida, eficaz y transparente que la del SARS en 2002 a 2003. Sin embargo, quedan muchas incógnitas, sobre todo con lo que respecta a la facilidad con la que se transmite el virus (o tasa de contagio), si las personas asintomáticas pueden transmitirlo o no, y qué tan peligroso es (la tasa de mortalidad). De todo esto dependerá la evolución de la epidemia en las próximas semanas. ¿Habrá más enfermedades X, Y o Z? La respuesta es un contundente “Sí”. Alguien me preguntaba alguna vez ¿cómo es que ahora aparecen tantos nuevos virus? El concepto de nuevo es muy relativo. Los virus que forman parte de la lista mencionada arriba se llaman emergentes porque se han identificado recientemente, tras causar enfermedad en los humanos. Sin embargo, estos virus existen desde hace mucho tiempo en reservorios animales en la naturaleza. Un cálculo realizado a partir de un estudio en murciélagos estima que existen por lo menos unos 320 mil virus que infectan a mamíferos, y que todas las especies de vertebrados podrían albergar por lo menos 3.5 millones de virus diferentes. Si juntamos vertebrados, invertebrados, plantas, líquenes y algas, este número podría subir a más de 100 millones. Y esto sin contar a los virus que infectan a bacterias (bacteriófagos). La revista Nature calculaba que, si todos los virus presentes en el planeta se alinearan, cubrirían una distancia de 100 millones de años luz. Sabiendo que conocemos apenas unos 1,400 patógenos humanos (incluyendo virus, bacterias, hongos, protozoarios y gusanos), sobra decir que la cantidad de virus desconocidos pero que podrían algún día saltar al humano y causar una epidemia, es abrumadora. Si bien el peligro de que esto ocurra siempre ha existido, el riesgo de que ocurra es cada vez mayor. Somos cada
Es posible detener el avance del coronavirus, afirma la OMS.
vez más en el planeta, estamos invadiendo cada vez más ecosistemas donde viven muchos animales (y sus virus) con los que antes no teníamos contacto, y viajamos cada vez más rápido y más lejos. Y eso, sin hablar del cambio climático, que provocará una redistribución de muchos animales (y sus virus) a nuevos hábitats. Por lo pronto, será importante identificar el reservorio animal del nuevo coronavirus para intentar evitar que un brote similar en el futuro: En el caso de SARS el huésped intermediario entre murciélagos y humanos resultó ser un gato salvaje, y un análisis reciente sugiere que para el SARS-CoV-2 podría haber sido el pangolino, animal muy usado en la medicina china tradicional. También será importante limitar la captura y venta de animales salvajes en los mercados, sabiendo que existen por lo menos 320 mil virus desconocidos que podrían hacer lo mismo. SE PUEDE FRENAR Comunicado de prensa emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sábado 7 de marzo: Según los informes de hoy, el número de casos confirmados de COVID-19 en todo el mundo ha superado los 100,000. Al llegar a este sombrío momento, la Organización Mundial de la Salud desea recordar a todos los países y comunidades que la propagación de este virus puede frenarse considerablemente o incluso revertirse si se aplican medidas firmes de contención y control. China y otros países están demostrando que la propagación del virus se puede frenar y que su impacto se puede reducir a través de una serie de medidas universalmente aplicables que suponen, entre otras cosas, la colaboración del conjunto de la sociedad para detectar a las personas enfermas, llevarlas a los centros de atención, hacer un seguimiento de los contactos, preparar a los hospitales y las clínicas para gestionar el aumento de pacientes y capacitar a los trabajadores de la salud. La OMS hace un llamamiento a todos los países para que persistan en unos esfuerzos que han sido eficaces para limitar el número de casos y frenar la propagación del virus. Todos los esfuerzos que se hacen para contener el virus y frenar la propagación sirven para salvar vidas. Estos esfuerzos dan a los sistemas de salud y a la sociedad en su conjunto un tiempo muy necesario para avanzar en su preparación, y a los investigadores más tiempo para encontrar tratamientos eficaces y desarrollar vacunas. Ningún gobierno debería considerar la posibilidad de permitir una propagación incontrolada, ya que ello no solo perjudicará a los ciudadanos de ese país, sino que también afectará a otros países. Debemos detener, contener, controlar, retrasar y reducir el impacto de este virus a cada oportunidad que tengamos. Todas las personas están en condiciones de contribuir a este esfuerzo, de protegerse a sí mismas, de proteger a los demás, ya sea en el hogar, en la comunidad, en el sistema de atención de salud, en el lugar de trabajo o en el sistema de transporte. Los líderes de todos los niveles y en todos los ámbitos de la vida deben dar un paso adelante para hacer efectivo este compromiso en el conjunto de la sociedad. La OMS seguirá colaborando con todos los países, con sus asociados y con las redes de expertos para coordinar la respuesta internacional, elaborar orientaciones, distribuir suministros, compartir conocimientos y proporcionar a las personas la información que necesitan para protegerse a sí mismas y a los demás.
Guillermo Fárber
gfarber1948@gmail.com http://www.farberismos.com.mx/web/
¿Virus de laboratorio?
SARCASMOS
“The Eyes of Darkness” es una novela de suspenso de Dean Koontz, lanzada en 1981. El libro se centra en una madre que se embarca en una búsqueda para descubrir si su hijo realmente murió hace un año o si todavía está vivo. Ella envía a su hijo a un viaje de campamento con un líder que ha dirigido este viaje a las montañas 16 veces sin contratiempos; eso es hasta esta vez. Cada campista, líder y conductor muere sin explicación. A medida que la afligida madre comienza a aceptar el hecho de que su hijo, Danny, está muerto, ella comienza a recibir extraños mensajes como palabras en pizarras, en impresores y otras señales. Christina Evans se propone descubrir qué podría haber sucedido el día en que su hijo “murió”.
Tina Evans podría haber jurado que acababa de ver a su Danny en el auto de un extraño. Luego soñó que Danny estaba vivo. Y cuando despertó, encontró un mensaje esperándola en la habitación de Danny: dos palabras inquietantes garabateadas en su pizarra: NO MUERTO. Para Tina Evans es un misterio del que no puede escapar, una obsesión que la lleva de las brillantes luces de Las Vegas a las frías sombras de las Altas Sierras.
Dean Ray Koontz (nacido en 1945) es un autor estadunidense. Sus novelas se anuncian como thrillers de suspenso, pero con frecuencia incorporan elementos de horror, fantasía, ciencia ficción, misterio y sátira. Muchos de sus libros han aparecido en la lista de best seller del New York Times, alcanzando la posición número uno. Koontz ha publicado más de 105 novelas y colecciones de cuentos, y ha vendido más de 450 millones de copias de su obra desde 1968. Obtiene unos 25 millones de dólares por honorarios cada año.
Otro conspiranoico famoso, Leo Lyon Zagamy, habla de lo mismo: “Pasé las últimas horas estudiando The Eyes of Darkness, un thriller profético publicado originalmente en 1981 sobre un arma bacteriológica mortal llamada Wuhan-400, llamada así porque fue desarrollada en los laboratorios RDNA en las afueras de la ciudad de Wuhan. La protagonista eventualmente encontrará a su hijo vivo en una instalación militar después de haber sido contaminado accidentalmente con microorganismos creados por el hombre en el centro de investigación de Wuhan e investigado en secreto en un laboratorio militar de EU como ‘experimentos de ADN recombinante biológico y químico’ para intentar reproducir el virus peligroso después de que un científico chino llamado Li Chen desertó a EU llevando la más poderosa arma biológica china en una década. Así, el origen de este virus ‘ficticio’ denominado Wuhan-400 está relacionado con la ingeniería genética que se inauguró en EU en 1972, pero los chinos se involucraron desde el principio en esta industria en crecimiento que creó la primera planta genéticamente modificada, así como el infame alimento genéticamente modificado”.
El virus en cuestión es descrito por el doctor Carlton Dombey, uno de los médicos a cargo del laboratorio militar descrito en el libro: “Wuhan-400 es un arma perfecta. Afecta sólo a los seres humanos. Ninguna otra criatura viviente puede llevarlo. Y al igual que la sífilis, el Wuhan-400 no puede sobrevivir fuera de un cuerpo humano vivo por más de un minuto, lo que significa que no puede contaminar permanentemente objetos o lugares enteros como el Ántrax y otros microorganismos virulentos. Y cuando el anfitrión expira, el Wuhan-400 dentro de él perece poco después, tan pronto como la temperatura del cadáver cae por debajo de 86 grados Fahrenheit. ¿Ves la ventaja de todo esto? Se puede usar el Wuhan-400 para borrar una ciudad o un país, y no hay necesidad de realizar una descontaminación costosa y complicada antes de tomar el territorio conquistado”.