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Errores en el manejo de la pandemia
from POLÍTICA 664
EL PAÍS
MANEJO DESASTROSO DE LA PANDEMIA EN MÉXICO
POR EZRA SHABOT
No se vale ver por el retrovisor de la vida porque es imposible reponer aquello que se hizo mal o no se hizo. Sí sirve para evitar cometer de nuevo el mismo error, siempre y cuando un evento se produzca en condiciones semejantes y se cuente con la suficiente memoria histórica para recordarlo. La instrumentación de la estrategia contra la pandemia del coronavirus ha sido un desastre de pies a cabeza. Se supuso que el virus llegaría a México en abril y que el calor primaveral terminaría con él en un mayúsculo error de diagnóstico, y por ello no se tomaron las precauciones debidas. Copiando el modelo norteamericano de Trump, se minimizaron los riesgos y se pospuso la compra y abastecimiento del instrumental necesario para enfrentar el desafío sanitario. Reproduciendo la demagogia trumpista, el equipo médico encabezado por Hugo López Gatell desechó la aplicación masiva de pruebas, el rastreo y se pospuso el aislamiento masivo como una medida radical ante la amenaza del virus mortal. El argumento según el cual cerrar la economía totalmente y aislar a la mayor cantidad de individuos traería un costo social imposible de aguantar, resultó ser la mayor falacia de este proceso. Hacer las cosas a medias intentando conciliar la salud con el trabajo terminó por destrozar ambas variables. Ni la sociedad pudo obtener recursos para sobrevivir así un largo periodo, ni el semiencierro voluntario sirvió para mitigar los efectos de la pandemia. Por el contrario, este juego de simulaciones provocó la expansión del problema de forma exponencial. Más gente enferma y muerta, y millones de personas sin poder soportar un día más de encierro ante la urgencia de obtener algún tipo de ingreso. Venir ahora con el argumento de que la causa de la mortandad es la pobreza, la desigualdad y los problemas de alimentación de los mexicanos es un insulto
Hugo López Gatell desechó las pruebas y propuso el aislamiento.
a la inteligencia. Es el reconocimiento por parte de López Gatell de que carece de los conocimientos mínimos sobre el tipo de población a la que tiene que atender. Es un médico ciego que cambia de diagnóstico en la medida en que la enfermedad le demuestra que su planteamiento original y su predicción se desvanecen ante una realidad cada vez más cruel y despiadada. La demagogia médica ha sustituido a la ciencia como instrumento para resolver los problemas de salud de la población, pero el ascenso de contagios y fallecidos por el coronavirus demuestran a un altísimo costo, que no se puede engañar con palabras a aquellos que diariamente sufren la incapacidad y negligencia de las autoridades de salud. Sin realizar más pruebas, rastrear contagios y aislar poblaciones, seguiremos en la ruta de la expansión incesante del virus.
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