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EDITORIAL
EL GRAN JUICIO…
Bien es sabido que las decisiones que toma el presidente de la República muchos las consideran como ocurrencias del momento, sin embargo si analizamos las promesas como candidato podemos darnos cuenta que a partir de entonces manejaba promesas que aunque parecían descabelladas para algunos, en especial para sus detractores, las ha ido cumpliendo, algunas con encuestas a “mano alzada” que jurídicamente no tienen validez alguna, sin embargo las viene haciendo efectivas, ejemplos muy claros la cancelación del aeropuerto de la ciudad de México, la planta cervecera en Mexicali Constellation Brands y otras más.
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Está bien que haya justicia, sobre todo combatir la corrupción de ayer y de ahora es una labor por el bien de México, sin embargo para llevar a juicio a los ex presidentes se deberá fundamentar con pruebas y no solo con dichos, y mucho menos con encuestas “patito”, aunque en éste caso el presidente pretende que sea una consulta constitucional, el solo hecho se torna polémico ya que no procedería por la restricción de los derechos humanos y ciertamente también si se lleva a consulta popular para llevar a juicio a una persona violenta esos derechos.
Limitar esos derechos sería impedir que se defiendan en un juicio, sería una clara restricción a los derechos individuales.
Como operación política saliéndose de los canales institucionales para condenar públicamente a los ex mandatarios y a los partidos de oposición puede rendirle frutos al presidente, como un acto apegado a derecho no tendría destino alguno.
Bien haría el presidente en escuchar a sus asesores jurídicos antes de proponer semejante acción, pero sabemos que no escucha a nadie.
Héctor Fabio Rizzo Jasso Presidente y Director General