7 minute read
FORMA Y FONDO
Se ha hecho público un desplegado firmado por 30 personajes que se han destacado por su intensa participación en la vida política y académica del país. Destacan Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Roger Bartra, Francisco Valdés Ugalde y José Woldemberg entre otros. Por su propio contenido y alcance merece una discusión abierta y reflexiva.
Advertisement
En principio, lo que se puede advertir en el texto titulado “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia” es la premura. El texto pareciera ser inapropiadamente consensuado entre sus firmantes, pero si reúne sus preocupaciones e intereses.
Las preocupaciones coinciden en la fortaleza parlamentaria de MORENA y sus aliados en la Cámara de Diputados, señalando una supuesta “compra de representantes populares” que deviene en “la asfixia del pluralismo de la representación” para “someter el poder legislativo federal a los dictados del poder ejecutivo”. Todo lo que lleva a la concentración del poder presidencial “en detrimento de los poderes del Estado y de los estados de la Federación”. Preocupaciones que, por cierto, también podrían extenderse a gobiernos como Baja California y Jalisco.
PORTADA de México
Lo primero que debe reconocerse son dos asertos: primero: los resultados de la elección presidencial del 2018 muestran indefectiblemente la victoria democrática de López Obrador. Las cifras del INE son claras: 30’113,483 votos para PT-MORENA-ES que significan el 53.19% de la votación total; para el PAN-PRD-MC es 22.27% y para el PRI-PVEM-NA de 16.4%. Sólo por comparación, otros resultados (cuestionamientos aparte) son: Salinas de Gortari (50.7%) y por debajo del 50% de la votación: Zedillo (48.7%); Fox (42.5%); Calderón (35.9%) y Peña Nieto (38.2%) de acuerdo a cifras de Alejandro Suárez del Sol de México publicados el 13 de julio de 2018. En segundo lugar, el voto no solamente incluye al candidato como persona, sino también su oferta electoral y programa de gobierno. Las propuestas de AMLO fueron ampliamente conocidas y como presidente constitucionalmente electo tiene el derecho y en cierto sentido, la obligación de realizarlas en su gestión. Más de 30 millones de votos son su garantía; ciertamente, los que se oponen no están en este supuesto. Así es la democracia. La composición actual de la Cámara de Diputados acredita para Morena 161 curules de mayoría relativa lo que resulta en un 53.7% de representatividad nacional en los distritos uninominales del país. Por el principio de representación proporcional se adjudican 90 escaños adicionales para un total de 251 con un porcentaje cameral de 50.2%. El grupo parlamentario más cercano es el PAN con 15.6%. Todavía más, con la capacidad de operación de Morena y considerando sus aliados PT y PES puede alcanzar un 63.8% del total de diputados federales, la que puede elevarse por pactos parlamentarios (datos tomados de http://sitl.diputados. gob.mx/LXIV_leg/info_diputados.php; el 12 de agosto de 2020). El sistema electoral operó rigurosamente y esta es la configuración cameral que resulta
de la votación expresada el 1 de julio de 2018.
A más de referir una serie de críticas que se realizan en contra del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como la “actitud despreciativa a las entidades autónomas” y a las “esferas científicas y culturales” y “movimientos feministas”. Se enfocan también en los supuestos malos manejos de la crisis sanitaria del COVID-19 y la resistencia a los acuerdos para la reactivación económica para “salvar cientos de miles de empleos” en evidente rechazo a la gestión presidencial.
Entonces, el objetivo va encaminado a la recuperación del pluralismo y el equilibrio de poderes invitando a la conformación de una “Amplia Alianza Ciudadana y de los partidos de oposición” para alcanzar el voto popular y recuperar “el verdadero rostro de la democracia” en las elecciones del 2021, reconfigurando a un Poder Legislativo que “recobre su papel como contrapeso al Poder Ejecutivo”.
¿Recuperar el verdadero rostro de la pluralidad democrática? ¿Esto significa que la representación actual no corresponde al perfil de pluralidad al que ansían los firmantes del desplegado? Se permite concluir que en la composición actual de la Cámara de Diputados Morena y sus aliados tienen una excesiva fortaleza o que existen ausencias claves de actores democráticos en la LXIV legislatura federal. ¿Faltan los intelectuales? ¿Los opinólogos? ¿Quiénes faltan?
Ya se promueven movimientos ciudadanos con claro interés electoral. Las convocatorias realizadas para las marchas motorizadas con banderas partidistas, claramente identificadas en su tendencia ideológica con denominación de origen como el FRENA, que quieren resurgir temas controvertidos y socialmente debatidos como el aborto legal o resucitar el fantasma del comunismo; de planes aparentemente incoloros como el BOA que, finalmente fueron negados por los actores políticos citados, siendo abiertamente opuestos a las políticas del gobierno federal suspiran por la sociedad estamental. Estas acciones de grupos reconocidos por sus banderas clasistas se anticipan al proceso electoral de 2021.
PORTADA de México
Aquí es donde aparecen las intenciones. ¿Se pretende, en 2021 lograr una nueva composición en la Cámara de Diputados que influya en el proceso de la revocación de mandato de López Obrador? ¿El objetivo es descarrilar al gobierno federal para generar descrédito y desencanto ciudadano?
No es la primera vez que sucede en México. Ya en 1999, un grupo de notables insistió en unir a los dos principales partidos políticos opositores (PAN con Vicente Fox y PRD con Cuauhtémoc Cárdenas) en la formación de una alianza para sacar al PRI de la presidencia de la república. En el fondo, para no permitir al presidente Zedillo el triunfo de su candidato Francisco Labastida. Esta alianza no se pudo concretar.
Pero cuando se trata de “bloques de oposición”, diversos intereses partidarios y liderazgos se unen para manifestar oposición y resistencia. Es el caso de: “Contra la deriva autoritaria y a favor de la democracia”. La deriva autoritaria pretende descubrir que López Obrador no dispone de un programa de gobierno. Lo cual no es exacto. En sí, lo que objetan los susodichos firmantes es que en su opinión, muy respetable por cierto, no lo tiene. Eso lleva a considerar una gestión inconexa y desarticulada, que podría ser verdad ya que desde el principio de su gobierno, López Obrador no organizó un equipo homogéneo y disciplinado. Sin embargo, son sus facultades constitucionales y el gabinete de gobierno trabaja con su lógica personal. Ciertamente, López Obrador y su equipo despliegan complejos procesos para desmontar intereses y privilegios enquistados en el gobierno federal. Ahora en el sistema electoral hay variantes. El voto, de ser dirigido a un partido político por la identificación del elector con los candidatos, ideología y plataforma electoral, ahora se pide para una coalición de partidos con una bandera común, no necesariamente relacionada con sus principios doctrinarios y fundacionales: Alianza por México; Alianza por el Cambio, Juntos Haremos Historia, son ejemplos. Del unipartido al multipartido.
Esto es un nuevo marco de decisión para el elector que ahora debe optar por un ensamble partidario del que no se identifican fácilmente sus programas y visiones políticas de conjunto. Se trata de un corredor trasversal partidario en el que consiguen circular no siempre los mejores candidatos y a veces, oscuros y polémicos personajes con propuestas disímiles y a veces contrapuestas que pueden embrollar al electorado.
Pero se coincide plenamente en la defensa de la democracia y de las disposiciones constitucionales en materia electoral. El voto libre e informado es derecho ciudadano, sin manipulaciones, ni presiones ideológicas o mediáticas, sin discriminaciones, ni mediaciones de ningún tipo. Limpieza y claridad en la promoción del voto. Transparencia en su conteo y legalidad en sus resultados.
El rostro de la pluralidad democrática se construye dentro de la igualdad política en la que cada ciudadano representa un voto. De esta forma, el voto electoral permite a los ciudadanos elegir al candidato y los programas de gobierno que mejor respondan a sus demandas. Así, la diversidad social expresada por el voto se convierte en voluntad de gobierno.
La democracia se pone a prueba en cada elección y es preciso proteger a las instituciones que sostienen la legalidad electoral en México. Sin retrocesos, hay que mirar al futuro de frente. De ello, depende el futuro de la Nación.
Carlos Mendoza Sepúlveda es Doctor en Gestión de la Educación Superior por la Universidad de Guadalajara con estudios de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid.