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FORMA Y FONDO
PORTADA de México
Una de las características que marcarán la contienda electoral en Jalisco para el 6 de junio de 2021 será un multipartidismo extremo que introducirá profusas y diversificadas propuestas políticas ante los electores.
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La prevalencia política del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante más de seis décadas culminó en 1995 cuando perdió la elección de gobernador frente al PAN, permaneciendo este en el poder estatal hasta 2012 cuando el PRI le vuelve a ganar la gubernatura. No obstante, este bipartidismo efímero empezaría a declinar con el protagonismo de Enrique Alfaro en Tlajomulco en 2009 con las banderas del PRD y del PT. Ya con el registro de MC, Alfaro se suma a la efectiva competencia política como tercera fuerza política en el Estado y con su victoria en el municipio de Guadalajara (2015) prefigura un multipartidismo moderado que se reafirma con la gubernatura del Estado en 2018. El triunfo presidencial del lopezobradorismo, también en 2018, le abre al morenismo el acceso a posiciones legislativas y a gobiernos municipales agregándose como una importante fuerza política de creciente presencia
La justificación para la ampliación del mercado electoral —el multipartidismo— se encuentra en la captación de las minorías sociales que no encuentran su expresión entre los partidos dominantes, es decir, correspondencia al pluralismo social. En sociedades de cierta complejidad estructural, Arend Lijphart sugiere un multipartidismo con relativamente pocos partidos. Sin embargo, Esta condición multipartidista extrema en nuestro sistema de partidos introduce al proceso electoral una excesiva información político-electoral que puede resultar complicada de procesar por amplios segmentos sociales, lo que de entrada, facilita la manipulación del voto.
Otro efecto de importancia es que divide excesivamente las preferencias ciudadanas produciendo fragmentación política que no forma mayorías fuertes.
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Esta condición favorece la distribución del voto entre todas las representaciones partidarias, reduciendo los porcentajes de votación de forma significativa, generalmente por debajo de la media de votos efectivos (salvo excepciones) afectando la representatividad de los ganadores por mayoría relativa (Enrique Alfaro obtuvo el 39% de los votos para gobernador).
Los institutos políticos que participarán en el proceso electoral son: PAN, PRI, PRD, PT, VERDE, MC, morena, Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas, Fuerza por MÉXICO, SOMOS, HAGAMOS y Futuro. Se eligen 20 diputaciones de mayoría relativa, 18 diputaciones de representación proporcional, 125 presidencias municipales, 125 sindicaturas y 1479 regidurías (INE, 2021).
Sin embargo, sin alianzas partidistas oficializadas todo apunta que se dividirá al electorado. Consecuentemente, como lo han señalado observadores y analistas políticos, se abren las posibilidades de alianzas y acuerdos entre partidos y candidatos de tipo fáctico, mismos que no serán del conocimiento público y que operarán de conformidad a sus propias fortalezas y debilidades en las diferentes demarcaciones electorales de Jalisco. Un estudio preliminar de los candidatos a diputados federales de la alianza Va por México mostrará un primer mapa de los ajustes y acuerdos. Al nivel local, sin alianzas oficiales, los liderazgos partidistas y sus proyecciones políticas en las regiones estatales determinarán los tipos y alcances de los pactos.
Comparativamente, en la elección local del 2018 con dos alianzas operando (Por Jalisco al Frente: PAN, PRD y MC; Juntos Haremos Historia, PES, PT y Morena) los resultados iniciales asignaron 14 diputados para MC y 8 diputaciones para el PAN y Morena respectivamente, siendo las fuerzas políticas mejor representadas en la
LVII Legislatura. Es notable que PVEM, PT y PRD con representaciones minoritaria, generalmente no alcanzan a presentar sólidos posicionamientos propios, facilitando el juego de alfiles a la mayoría legislativa. https://jaliscocomovotamos.netlify.app/resultados.
A la fecha y de acuerdo a la información oficial, los diputados por grupo parlamentario son: MC, 19; PAN, 9 y Morena 5 (https://www.congresojal.gob.mx/ diputados/fracciones; consultado el 23 de febrero de 2021).
Estos datos muestran la movilidad de los diputados en relación a los partidos que los postularon —creando mayorías artificiales— lo que permite aprobaciones e iniciativas a modo del poder ejecutivo y del cuestionado proceso para aprobar cuentas públicas y de nombramientos de funcionarios, entre otros asuntos legislativos de reducida visibilidad pública. Como dato adicional, en 2015, la integración legislativa se realizó con 14 diputados para MC, 13 para el PRI y solamente 5 diputados para el PAN. Se infiere que no hubo un crecimiento sustancial para MC, mientras el PRI pierde fuerza y el PAN tiene una sensible recuperación.
Considerando los resultados electorales (fragmentados) los procesos de concertación formación de leyes pondrán a prueba la capacidad negociadora de los partidos con mayor número de asientos legislativos.
En lo relativo a los municipios, la distribución de preferencias electorales variará dependiendo de varios factores, entre ellos, la calidad de la gestión actual de gobierno; el caso de reelección o de candidatos diferentes; el crecimiento electoral de la oposición municipal; el perfil político de la planilla de regidores; el nivel de unidad o de conflicto partidario en el municipio; las características sociodemográficas de los electores. A
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lo que se pueden agregar los acuerdos de facto y a la sombra entre partidos y candidatos. En los municipios, independientemente de los ganadores, ya como un hecho, se utilizarán las prebendas, concesiones y compromisos políticos para sacar adelante los programas estatales.
A modo de ejemplo, como evidencia de la fragmentación electoral que produce el multipartidismo, una encuesta realizada recientemente en el municipio de Guadalajara señala que los electores votarían por partido, independientemente de los candidatos, siendo los porcentajes: PAN (11.1%); PRI (8.1%); PRD (0.5%); PT (0.5%); PVEM (0.5%); MC (17.8%); Morena (38%); PES (0.5%); Futuro (1.2%); RSP (0.5%); Fuerza MX (0.5%); Hagamos (0.7%); Somos (0.5%). https://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_ nota=162466
Al final del día, los resultados en la elección local del 2021 serán determinantes para evaluar la percepción social del trabajo de candidatos y partidos entre los electores jaliscienses. Se puede mencionar, de forma específica, entre otros importantes indicadores de la voluntad de los ciudadanos de Jalisco para esta elección: el respaldo hacia MC como fuerza política predominante en el poder ejecutivo, lo que medirá el potencial desgaste político del alfarismo en la primera mitad de su ejercicio y de la denominada REFUNDACIÓN DE JALISCO; el ascenso y crecimiento de la marca Morena y de la aprobación de la presidencia de López Obrador y la 4T; la vigencia y fortaleza de las fuerzas políticas tradicionales evidentemente disminuidas del PRI (prácticamente jugando sus últimas cartas) y PAN (con un probable respaldo fáctico de MC); el posible descarte del PRD; el nivel de influencia regionalizada de PT y del VERDE y los niveles de penetración y aceptación ciudadana de PES, RSP, Fuerza por México, SOMOS, HAGAMOS y Futuro. Finalmente, el proceso electoral 2021 se resolverá en dos niveles y con lógicas diferentes. Por una parte, en el nivel federal, con una fuerte polarización electoral dejará al centro político sin altas posibilidades; en el nivel local, el partido en el poder MC con influencia panista, apostará a la fragmentación aspirando a ganar con una mayoría reducida y, además promover como recurso la atracción estratégica del voto, utilizando socios partidarios, para fortalecer o debilitar la imagen o propuestas de sus contendientes.
Lo importante para la democracia en Jalisco es el respeto irrestricto a la voluntad del electorado y a la definición que dicten los resultados en las urnas. Deben quedar atrás, los amaños y juegos de poder de oscuros actores políticos y sociales que se mueven silenciosamente detrás de la escena electoral y transforman las aspiraciones sociales en la obtención de intereses personales o de grupo.
Carlos Mendoza Sepúlveda es Doctor en Gestión de la Educación Superior por la Universidad de Guadalajara con estudios de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid.