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Respuestas a algunas preguntas existenciales

Respuestas a algunas preguntas existenciales

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En su reciente visita alpaís, invitado por FundaciónKabbalah Ecuador,tuvimos la oportunidad deconversar con Mario Sabánsobre preguntas existencialesque nos hacemosmuchos seres humanos.Aquí un pequeño resumende lo que nos dijo.

Mario Sabán es doctor en Filosofía (Universidad Complutense de Madrid, 2008), en Antropología (Universitat Ramon i Virgili de Tarragona, 2012), en Psicología (Universitat Ramon Llull, 2015), en Historia (Universitat de Lleida, 2016), Teología (Universidad de Murcia, 2018) y en Matemática Aplicada (Universidad de Alicante, 2018).

El conocimiento como camino

Todo conocimiento, si está integrado, transforma.

Nosotros tenemos un mal concepto de conocimiento desde la cultura occidental y es que creemos que conocimiento es acumulación de información, eso no es conocimiento. El conocimiento en la kabbalah tiene un trípode: un conocimiento racional, un conocimiento intuitivo y un conocimiento experiencial. Es decir que el conocimiento es un conocimiento integrado en tres partes.

Nosotros no entendemos el conocimiento como: sabemos más y hemos acumulado más. El conocimiento en la kabbalah es la aplicación de toda esa información y cómo se va a integrar luego; por lo tanto, el conocimiento integrado a la experiencia es el que transforma, si no es solo información.

Nunca hay información que dé conocimiento, hay mucha gente muy informada, pero conocimiento no tiene. El conocimiento implica racionalidad, intuición y experiencia. Si falta alguna de las tres en la kabbalah no hay conocimiento.

Por eso se sugiere que se estudie kabbalah a partir de los cuarenta años porque la gente antes entiende, pero no comprende, le falta la experiencia.

Estamos aquí para ser felices

El hombre nació para ser feliz. Ahora, la cuestión es que ser feliz no es tan fácil. La gente, de alguna manera, tiene un concepto errado de la felicidad, sobre todo desde el punto de vista del placer material, que no está mal porque es una parte, pero el mayor placer es conocer qué sentido tiene nuestra alma. Cada alma tiene otro sentido por el cual vino a este mundo, no todas las almas tienen el mismo sentido, pero si ponemos un sentido general: todos venimos de alguna forma a crecer hacia la luz.

Es distinto al propósito de vida. Crezco a la luz a través de las correcciones. Es como un círculo virtuoso; a medida que haces la corrección de esos aspectos, vas adquiriendo más noción de lo que eres, no del deber ser. Cuando empiezas a soltar eso y te empiezas a dar cuenta de lo que eres y lo aceptas, aparece la autocontemplación y la aceptación de la parte obscura, de las debilidades que no queremos asumir. Eso no quiere decir que debo ir contando mis debilidades, no es necesario, pero por lo menos debo reconocerlas y volverlas fortalezas porque cuando las reconoces ya sabes que esos son deseos que se pueden desarrollar; es decir, son elementos, carencias, de las que no debes tener vergüenza si no está el ego. En consecuencia, el ego es como el currículum vitae en el que mostramos lo que somos, en contraparte a reconocer todo lo que me falta y no lo que yo creo que tengo.

¿Cómo saber si estoy en el camino correcto?

El ego llena y el yo vacía. Esas son las funciones, esa es una enseñanza fundamental de la kabbalah, es decir: cuando uno se está llenando es porque en realidad quiere identificarse con la energía con la que se llena a nivel del ego y cuando el yo se libera se está vaciando. Quiere decir que alguien es más feliz mientras se vacía porque el yo crece a medida que uno se vacía, así es la forma de reconocer que estoy en el camino correcto. Ese es el camino correcto.

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