Serendepia 03

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Titulo: Sistema Soledad Autor: Ivรกn Santiago

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“All art is erotic. e first ornament that was born, the cross, was erotic in origin. e first work of art, the first artistic act which the first artist, in order to rid himself of his surplus energy, sme are d on t he wa l l. A horizontal dash: the prone woman. A vertical dash: the man penetrating her.” Adolf Loos “Ornament and Crime”

Titulo: Censurado Autor: Phazed

EDITORIAL

El ser humano teme de sí mismo. Tiene miedo de que el “otro” observe sus pasiones más recónditas por encima de la ropa. Que el morbo se le escape por los ojos y la boca; que sus movimientos hablen de sí mismo, le aterroriza. No lo niegues, ocultas tus perversiones sin recordar, que eso, te hace más humano que animal. Sólo el humano puede disfrutar el amor como el dolor. De tanto esconder los deseos terminas por olvidar. Tus adentros. Por eso estamos aquí. Esta edición es para que te encuentres. Busca en estas páginas lo que olvidaste y crees perdido. Tus deseos. Gobierna tu cuerpo y tus pasiones. Conéctate. Hazte sentir. Qué mejor conexión a las profundidades del alma, que el erotismo. Ceremonia de la carne, energía y placer que se vuelve metáfora. Transfiguración del sexo en rito. Arte animal confinado a la conciencia. Si el veredicto del arquitecto Loos es cierto, todo el contenido aquí está de sobra justificado. Sin embargo el erotismo es un término subjetivo para quien lo ve. Aquí mostramos la fascinación. Te buscamos a ti en las emociones. Bailemos entre sombras, con espejos y reflejos de las copas. Déjate llevar, no temas y así encontrarnos en un accidente a las letras.

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DIRECTORIO DIRECTOR GENERAL/EDITOR

Noemí Nitzayé Hernández García

DISEÑO EDITORIAL

Emmanuel Antonio López Luis Fernando García Ochoa Fernando Zarate Garduño

ARTE E ILUSTRACIÓN

Iván Santiago López Fernando Zarate Garduño

EQUIPO DE REDACCIÓN

Carlos Javier Cruz Sánchez Francisco J. Quintana Cindi Rayas Arrazate

RELACIONES PÚBLICAS & VENTAS

Andrea Villavicencio Dionicio José María Arias Méndez Baltazar Chávez Vicente

COLABORADORES

Mirage Bonhomie, Renoir Bachá, Asaph, Viviane Lombard, Alfonso Morcillo, Angelius Pérez, Rodrigo Ignacio, Amairani Lemus, Gabriel Padilla, Fernando Zárate ,Jerovan Hernández, Benjamín García, Ruvb Camarena.

PORTADA

Fernando Ochoa Título: El camino de Eros El toro, una arcana representación de lujuria y fertilidad, lleva en su espalda guardianas del erotismo en el cuerpo humano, custodias de grandes hitos en la literatura erótica. El paso del erotismo a través del arte es apreciado en los cuernos del toro cuales velas ardiendo en vigor, mientras un vestigio en su cola sólo humea. Es así como el erotismo se convierte en una figura amorfa de ideas y simbolismos, pasando de los albores de la cosmogonía griega hasta pequeños poemas en alguna libreta, formando una quimera constituida por deseo, belleza y arte. Taller Iguano Choco (TIC) Calle Sierra de Ixtlán Residencial los Mangos, Edificio I Depto 304 Santa Cruz Huatulco C.P 70989 Tel 01 9511825302 revistaserendepia.art@gmail.com facebook.com/revistaserendepia No. 3 Año 1 - 2015 Con sede en Bahías de Huatulco Oaxaca México, elaborado y editado en Taller Iguano Choco (TIC). Serendepia es una revista bimestral cultural, que tiene como objetivo mostrar el trabajo artístico de sus autores; así que todo texto e imagen es creación y pensamiento de cada autor. Si te ha gustado todo o parte de su contenido y quieres tomarlo, es importante que cites la revista, los autores. Somos un grupo bastante respetuoso así que podrás encontrar diversos puntos de vista de un solo tema, así también aceptamos las críticas, posibles disgustos y ¿Por qué no? Felicitaciones y colaboraciones que se quieran realizar directamente al correo electrónico.

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ÍNDICE (Entre el corazón y el pulgar) 6....Libérate de la liberación sexual Renoir Bachá

8...............................Rojo Escarlata Ruvb Camarena

10..........Epifanía de dos cuerpos Mirage Bonhomie

12..........Hemingway is dead Asaph

18....................Otro cuerpo Angelius Pérez

20...............El fetiche del reflejo Annie Viviane Lombard

22...........................PASTEL É ARTE Asaph

24...........................Devuélveme mi poppers Alfonso Morcillo

26.............................................................Luz Jerovan Hernández

27.................................Wow, Incredible Folding Girl! Gabriel Padilla

28...............................................Introspectivo 31.......................................Súbditos Serendepia Titulo: Sumersión Mercurio Autor: Iván Santiago Méndez

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Libérate de la liberación sexual Por: Renoir Bachá. Parece ser que la última sofisticación de la revolución sexual y la liberación sexual, es poder ser verdaderamente revolucionario. Salirse de la trivialidad estándar y vacía en la que ha devenido la cuestión del sexo. Hombres y mujeres tan codiciosos de poder como cualquier político. Niñas fascinadas con el poder de su coño, insaciable de sangre como una sanguijuela. Fantasías retorcidas respecto a un padre ebrio y ausente Y una madre sumisa y amorosa. Flacos sin energía vital, o musculosos de revista, solitarios que anhelan estatus social por ser muy hombres y poder con todas. Una nueva prisión, donde crees que coges pero sales cogido. Todos abusan de ti: el sistema, su moral, el mercado, el neocolonialismo. Roban tu cuerpo, ya decadente de por sí y dado a la mierda. Tu juventud, y lo que te queda de alma. Pero crees que coges y que tienes poder.

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El empoderamiento del cuerpo, suena muy original y vanguardista, Pero, ¿por qué el poder y no el erotismo? ¿Para qué el poder? ¿Quién impuso esa mierda? ¿Y por qué mierda lo crees? ¿Dónde está ese espíritu crítico demoledor de paradigmas?

Titulo: Vuelvo a mi semilla Autor: Iván Santiago Méndez

¡Vamos! Somos más que cuerpos al servicio del poder. Mucho más. ¡Libérate de la liberación sexual!

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Rojo escarlata Comprender el mundo desde su inexistencia misma suena a desvaríos alucinantes de un individuo con complejo de lósofo, pero hazme caso cuando les digo: esto no es un desvarío, es mí día a día y no, no dramatizo. Nací en medio de la oscuridad y he encontrado la belleza bastarda del mundo, esa que la gente se niega a ver en las ausencias. No conozco el “espectacular” azul del cielo, ni la colorida gama de colores del “one hit wonder” de la tempestad, sí, el arcoíris. Tampoco conozco esa famosa mezcla de rojos, amarillos y naranjas de un crepúsculo que secuestrado por un cliché conmueve a esas parejitas que deambulan despreocupados de las banalidades. No, no conozco el mundo de esa forma; yo soy de un mundo más complejo que un montón de nombres de origen cromático. Yo conocí el cielo por sus caricias en forma de viento que acurruca y consuela, yo conocí el arcoíris porque el cese de la lluvia que dejaba saludos en mis mejillas me lo presentó; conocí también los crepúsculos por esos sonidos de ligereza y tranquilidad que trae consigo a toda esa gente que libre de responsabilidades que por un ínmo momento olvidan que el mundo sigue girando. Así he conocido esta realidad y sus colores. He de contarte también que tengo mi color favorito, que a decir verdad fue el primero que conocí en las ausencias plácidas que la humanidad, en su marco pequeño, tacha de suplicio. Scarlet era su nombre, sí, ella era un color que irradiaba calor, belleza sublime y una santidad en su cuerpo con beneplácito del cielo para existir en la tierra. Mis manos me confesaron cada secreto que ella escondía en su templo y mis labios fueron

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maestre de mil oraciones a su nombre. Conocí a Scarlet cuando era apenas un chiquillo sonso, alguien que se creía en la nulidad total de ser el prospecto de alguien, la antítesis de un seductor. Sin embargo la magia de la casualidad hizo de las suyas de nuevo. Iba en el metro camino a casa de mis padres y si alguien de aquí conoce dicho medio de transporte sabrá que los asientos disponibles son oasis en el desierto que asedia medio mundo entre tanta apretuja. Ese día no había agua para mí en el desierto, pero fue ahí cuando mi dulce samaritana de fuego hizo acto de presencia cediéndome su lugar en acto de aparente desinterés personal. Ella se presentó y de la nada comenzó a contarme sobre su día como si nos conociéramos de toda la vida y lo curioso era que esto fue recíproco pues yo también le conté santo y seña sobre mi agenda para ese día. Fue entonces que llegué a la estación de San Cosme y tuve que cortar de tajo ese ramo de rosas que había sido la conversación. Parecía que era el adiós a ese momento aleatorio y mágico, pero justo cuando bajaba ella me alcanzó, tomó mi mano y me besó. Antes de eso nadie me había besado y por ello lo atestiguo, adicción instantánea. Corrimos y no soltó mi mano. Yo la seguí insensible al hecho de corretear a una completa extraña hipnotizado por mi primer beso. A los tantos metros de correr paramos y escuché cómo una pesada puerta de metal se abría a la vez que ella me susurraba “nunca has visto nada, hoy vas a probarlo todo, pero por un momento habrás de ngir que no puedes decir nada”. No sabía a qué iba eso, pero en ese momento yo pude haberle dicho que sí a todo.


Por: Ruvb Camarena Comenzó entonces una travesía idílica de inspección sobre mi cuerpo que de a poco fue perdiendo una tras otra todas sus prendas. Sus labios y sus manos comenzaron a recorrer cada parte de mi ser en busca de tesoros que yo su vez buscaba entre sus largas piernas. Aquél primer beso pasó a la historia y fue remplazado por una larga cuenta de mordiscos suaves en mis labios y en mi cuello. Conocí las cimas de sus caderas bien contorneadas por mis dedos, encontré majestuosidad arquitectónica en sus pechos, pirámides de perfección astronómica de los cuales fui por un instante único monarca, faraón y Dios. Palpé cuanto pude palpar y erguido encontré nalmente aquel Santo grial tan codiciado. Comimos la manzana dorada que pubis contra pubis consumamos entre sudor y olvido del mundo. Ella trataba de no hacer ruido, yo lo notaba en gemidos apretujados por sus labios y yo respetando mi promesa le emulaba. La belleza es violencia que aprendió a crear en lugar de destruir y fue así entonces que con violencia acabó el clímax. Me tiré al suelo exhausto y ella me siguió, me besó una vez más y me susurró “espero que te haya gustado”. Nos acurrucamos e ignorando el sitio le seguí donde Morfeo. Dormí por un buen rato hasta que un conserje nos encontró desnudos en el cuarto de limpieza de la estación del tren. Este, enojado, me soltó un golpe con lo que sentí como una escoba, mientras escuchaba cómo unos pasos desnudos apresuraban su marcha sobre el piso frío de aquel concurrido lugar. El hombre no se tentó el corazón y llamó a la policía, quienes me llevaron preso bajo cargos de una falta administrativa. Ya en la comandancia, vestido y resignado a confrontar las consecuencias de mis actos, me demandaron el pago de una anza a razón de una falta administrativa pero fue ahí cuando me percaté de algo, me faltaba la billetera. Al

parecer Scarlet, aparte de ser el primer color de mi vida y la sensualidad que abrió mi mente, era también el color del engaño y la mentira; pero bueno, entre tanto alboroto y pena parece que mi caso causó risa en la comisaría, por lo que entre carcajadas y burlas por un pasillo de gendarmes me dejaron irme a casa. Ahora bien, podrías pensar que aquella mujer es una desgraciada por robarle a un pobre e indefenso ciego, pero yo no, yo lo tomo como una experiencia que ayudó a encontrarme con esas benditas ausencias, a inventar mis propios colores y un mundo donde no se necesitan ojos para ver, sin mencionar que indefenso nunca me he creído. Además, perder la virginidad por cincuenta pesos y unos boletos de metro usados tampoco estuvo tan mal.

Titulo: De regreso a casa Autor: Fernando Zárate

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Epifanía de dos cuerpos Tus manos se acercan a mí, heraldo de deseos y pasiones. De tu boca florecen cosquilleos y el polen de tus besos se impregna en mi cuello; tu miel endulza mi frenesí. Tus dedos, traviesas mariposas, revolotean en la fuente de mis anhelos, estremeciendo mi cuerpo. Roces impetuosos disfrazados de casualidad, besos y mordidas hiriendo la lozanía de nuestras pieles confundidas. Tu lengua recorre mis piernas. Asciende por la curvatura de mis caderas, posándose entre mis pechos; tu lengua desvela mis misterios. –Celestial tortura en los recovecos de mi cuerpo– Acaricias mi humedad con tus dedos y encuentras en mi desenfreno el origen de tu excitación. Suave cadencia de gemidos, mi espíritu transmuta las caricias en melodías... –aumenta el lívido– Tu boca, enmudece a la mía, nos sumergimos en un mar de pasión, donde encandilados con las olas, bajamos y subimos… En un vaivén alcanzas lo profundo de mi cuerpo, desconociendo los límites, profanando el silencio. Gimiendo, retozando aplacando la agonía que sienten nuestras almas al separarse y volver a estar juntas.

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Convergencia de dos cuerpos, accidente de sensualidad, de la casualidad al deseo, del deseo a la efĂ­mera muerte accidental. Consumando el pecado, inmolados en la hoguera de la obscenidad, transformados en cenizas culminamos con esta deliciosa muerte inmaterial.

Titulo: Dos bufandas Autor: Fernando Ochoa

Por: Mirage Bonhomie

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Titulo: CĂ­trico Autor: Medaly Fuentes

Hemingway is dead De: Asaph 12


Le subí las pantys dándole besitos de amor verdadero mientras le lamía la miel que le escurría por las piernas. Habíamos regresado muy excitados de ver pelear a Hemingway. Presenciar cómo le destrozaban la cara a nuestro escritor favorito nos puso calientes y durante el regreso a casa no dejamos de tocarnos. Apenas cruzamos la puerta le levanté el vestido y poniéndome de rodillas le quité las pantaletas mojadas y calientes. La chupe como un panal jugoso que se derrama. Le hice el amor desesperado, como un adicto que se inyecta heroína después de un lapso larguísimo estando sobrio contra su voluntad. Entré y me vine en segundos. Lloré de felicidad. Mientras explotaba recordé la sangre de Ernest salpicando la primera fila. Un diente había volado hasta nuestro asiento, era su canino izquierdo. Rita dijo que se lo colgaría del cuello y a mí me daba igual porque todo lo que quería era hacer mía a esa chica que amaba y que en este momento goteaba gracias al dolor de un alcohólico brillante. Quien lo golpeaba se llama Chinaski, Henry Chinaski o algo así, un don nadie. Eso nos había puesto. Era sorprendente la cantidad de cosas que nos ponían, pero ver a Hemingway inconsciente y sangrando hasta las

axilas nos puso como nunca. Me paré y le besé los pezones a Rita. Ella sonreía y me miraba y yo babeaba como un loco de manicomio sedado hasta las muelas. —Tienes los pechos hermosos. Sí que los tienes hermosos, Rita. Y tus pezones;¡delicia! Se te escapan a través del suéter y son tocados por los botones. El metal frío los eriza, se endurecen, eclosionan. Estoy enamorado, y me duele amarlos tanto. Estoy perdido. Dime que son míos, dime que sólo son y serán míos, ¡dímelo por favor! —Son tuyos. —Me contestó con tono compasivo. Se compadecía de mi locura. De mi adicción. —Eres todo para mí, Rita, cuando caminas, con tus pasos chuecos meneando las nalguitas, se me queman las neuronas, se me pone dura la cosita, me tuerzo como rama, me puedes llevar a la catarsis con sólo lamerme la oreja y eso me acalambra. Me hace amarte. Yo te amo. —No, tú no me amas, tú amas el sexo conmigo. —No, no, no, yo te amo, yo te amo, déjame amarte, Rita. Déjame amarte, y ámame, ámame por favor. —Yo te amo, Alex. —Sí pero ámame en serio, no me abandones, no te vayas, si me dejas me mato, me mato ¿entiendes? pero antes te mato. No me voy a ir sin ti. No te voy a dejar, ¡te mato!, perdona mi egoísmo.

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Titulo: Colección Sapiosexual Autor: Amairani Lemus

—Alex, tranquilízate, aquí sigo. Y no te voy a dejar, yo te amo, a ti y sólo a ti. Bueno… también a tu enorme erección. Me encanta. —No Rita, no digas eso, no me mientas, no es necesario, yo sé que mi erección no es enorme porque mi pene es de tamaño regular. Un pene promedio para un judío promedio. —Tu pene es más que un promedio. —No me quejo ¿sabes? En realidad estoy conforme con mi pene de tamaño promedio, ha sido una buena herramienta, ha servido fielmente a su país. Un pene promedio para un país promedio. Es un patriota, se levanta para saludar a

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la bandera. No se acompleja por la guerra, no es un pene que sirva para matar. Es un pene enamorado, un pene amante de sentir. Sentir tu piel caliente, tu saliva viscosa, tu amor consumiendo mi ser. Está enamorado de tu interior. Te ama, casi tanto como yo te amo y cómo amo tus pechos y tus hermosísimos pezones. —No eres un hombre promedio. —Eso lo sé, soy un genio, un maldito genio, el escritor que esta generación enferma necesita, su puto Mesías. Sólo que aún no me encuentran. —¿Ellos a ti? Esta generación tiene muchos Mesías.


Rita se acostó boca abajo sobre las sábanas de Mimie Mouse, junto a la mancha circular blanquecina que había salido de nuestros genitales. Encendió un Pall Mall. Levantó las piernas y las bragas rosas mexicano que estaba usando se inflaron con sus dos nalgas, redondas, perfectas. Me imaginé sentado en la mesa, a la luz de las velas en una noche de luna llena, con una servilleta de seda en el cuello, y sobre un plato de porcelana polaca: su trasero. Ese delicioso culito que me enloquecía. Siendo devorado con cubiertos de plata, tenedor y cuchillo, bocado a bocado una nueva sensación, mar de sabores prohibidos, ingerir hasta llorar de excitación, dulce corte acompañado de un Merlot, y de postre, esos dos pezones de cereza con helado de vainilla. —Me pone verte las nalgas. —Le dije. —Pues entonces no me las veas. —Contestó fría. —Imposible. Estoy hipnotizado. Yo y mi pene promedio estamos enamorados de ese par. Los dos queremos enterrarnos en medio de ellas y darles nuestro amor, caliente blanco y espeso amor. Los dos babeamos del antojo, de las ganas. —Acabamos de hacerlo hace cinco minutos. —Pues ya quiero hacerlo otra vez. — ¿Qué quieres hacer?

—Metértelo. Meter mi pene promedio y ordinario en tu vagina extraordinaria. —Mételo. —Está duro en tu honor. —Es enorme. —No Rita, no, te dije que no hagas eso, nos avergüenzas, mi pene promedio y yo sentimos pena cuando mientes sobre nosotros. Soy un genio con un pene de tamaño regular, un pene que me ha dado mucho material para escribir, mi genialidad proviene de él, mi pene es un poeta, un artista. Barry White desearía tener mi pene. Así que respétalo y no lo llames enorme cuando no lo es, no es enorme pero hace grandezas. Sacarte esos gemidos merece un Nobel. Tú lo mereces, tus labios lo merecen, tus ojos. Tu fuego. Te mereces un Pulitzer, un Grammy, un Oscar y otro Nobel, te mereces el mundo. —Eres adorable pero yo sólo necesito a tu pene promedio golpeando mis adentros, como ese Chinaski golpeaba a Ernest; duro, embestida tras embestida sin parar, lo hacía babear, con cada golpe el gemía y yo así quiero gritar. Quiero que destroces a mi Hemingway interior. Que conviertas las letras en sonidos, la poesía en besos con saliva, la realidad en fantasía y que me escribas que me amas con tus venidas. Me subí en ella, entré con una locura insana y ridícula, digna de un premio por la escena más retorcida en una película porno, me vine en 36 segundos. Lloré de felicidad.

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Titulo: Colecci贸n Sapiosexual Autor: Amairani Lemus Modelo: Egle Trevilla

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Titulo: El descanso de Eros Autor:Rodrigo Ignacio RodrĂ­guez

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Otro cuerpo Como mordiendo el hielo frío que paraliza los labios, muerde, ven a mí, hazte dueña de él a mordiscos. Absorbe lo dulce, agasájate, deléitate en el inocente lamer de su sabor. Curiosea y sostén con fervor aunque te haga arder el frío. Arder es lo que buscas. Un pretexto cautivo que capturas favorablemente para invocar el evento que realmente pretendes. El calentamiento de todo tu cuerpo. Desde ese comienzo, desde esa zona que puede pedirlo, la única que puede emanar un sostenido de cambios entre tanto. Un entretejido de la misericordia que hasta babea por poder portarlo en la boca, salivando, salivando, merodeando en el antojo del calor. Calentarse después de sentir frío, de no sentir nada… hasta poder sentir aquella llama… de dulce arrogante, de dulce misterio… de un acumulado de vacíos intensos, que de tan resonante propagación. Contagian y mantienen inmersos a la expectativa de ese calentamiento.

Quédate a contar la historia conmigo, quédate porque no quiero controlarme cuando estás, quédate abrazándome, apriétame a ti, que nada se calme, enloquécete estrechándote a mi piel, mécete a mi lado en la marea, ondea, sumérgete en la agitada calma. Tambalean tus labios al calentarse. Deja que se muevan y hagan lo correcto, déjalos usar su talento. Autor: Fernando Zarate

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Por: Angelius P. Sueña perversamente conmigo. Usa tu tacto para explorar, paséate en cada rincón. Husmea, saborea, agita las aguas, haz fluir las ideas o lo que quieras, descúbrete descubriendo y mantén suspenso. ¡Quédate!, quédate así hirviendo, deja que el torrente se marque, que marchen las ideas al tocarte, deja que el aroma avance en cada parte, desgarra al mirarme, fantasea para delirarte, clama, clama, que se escuche con tu pensar el gemido, lléname, inúndame de gritos, que se alboroten los sentidos, con terror, con falta de respiración, mantén la posición, influye en el corriente flujo, su rotación insolente que se acelera buscando donde brotar, donde emanar, donde prendarse. Mordisquea, araña, rompe los fundamentos, vuélvete salvaje, vuélvete insegura, vuélvete la presa y la cazadora, aliméntate, sírveme a mí de nutrimento. Declara la guerra ganada. Dame sólo otro pretexto que indique que no quieres quedar calmada, vuélvete perversa, regresa, mantén sostenido el aliento, contenlo, impacta, azota ese veneno, inflúyelo, dale salida, piérdete, desfallece, tiembla, sostente, sujétate fuerte, aférrate al agotamiento que se desploma cuando todo estalla, enciéndete, incéndiate, que ardan las abiertas y placenteras puertas de tu ser, invoca al cielo, grita y desvanécete. Abandona tu cuerpo tras mi desprendimiento, en ese último instante en que aún te ocupo, cuando me libero para ir sumergido y seguirte en el trayecto…

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EL FETICHE DEL REFLEJO Por fin nos encontrábamos solos en nuestra pequeña habitación de dicha. Ella estaba recostada sobre la orilla de la cama con el cuerpo desnudo. Miraba hacia la ventana, contemplaba el cielo aterciopelado y aquel edificio rosa con tejado rojo. Le contorneaba una pareja de pichones asquerosos tratando de fornicar en el regazo de las tejas. Su vista estaba perdida en esos animales, pensando en el disfrute de su apego, preguntándose si ella era afortunada de tener un orgasmo. En el extremo a un lado de la ventana, junto a la puerta, me posaba. Mientras la miraba detenidamente entendí que mi mayor placer es observar su desnudez, su figura simple, ese agujero que se forma entre su pelvis y su ombligo denotando una confortable barriguilla. Por las mañanas disfruto ver cómo rocía perfume en su cuello, cómo peina su cabello huraño, mientras riza sus pequeñas pestañas. Posteriormente sus tres capas de rímel denotan su mirada alegre y su labial rojo estiliza sus labios delgados. Cuando me lo permito ,intuyo en sus pensamientos y trato de mantenerme cerca de ellos, para poder guiarla. En esa ocasión me conmocionó tanto verla, que aunque ella no pidió mi apoyo, no pude evitar asistirla. Su piel se erizaba con el aire del ventilador que daba vueltas en la habitación. El agua de su cabello recorría sus voluptuosos pechos, las gotas se deslizaban por sus pezones color bronce, cada vez que soplaba el viento se endurecían. De repente comenzó a sentir esa extraña sensación que iniciaba de sus areolas transcurriendo cada parte de su organismo y concluyendo en lo recóndito de sus extremidades. Al terminar el escalofrío, unas imágenes borrosas se le vinieron a la mente. Eran los recuerdos de aquella noche, donde él la empujada contra el ropero viejo, en una de las puertas del mueble. Me encontraba mostrándole a la

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pareja de libidinosos la forma de poseerse. Él tomaba con la mano izquierda la curva de su cadera y con la derecha sujetaba su orondo seno. Se empinaba sobre ella una y otra vez, cada vez más fuerte y rápido; su miembro entraba y salía jugoso y resbaladizo. La pequeña barriga rebotaba contra sus nalgas empapadas de sudor. Ella recargaba la mano zurda sobre mí y con la otra se sujetaba de la esquina del muro, aseguraba la resistencia de su cuerpo. Llegó el momento en que el silencio permitió escuchar esos cayados gemidos, que brotaban al mismo tiempo que se corría entre la línea divisoria de sus nalgas. Hice el recuerdo tan vívido, que en su pequeño sexo yacía la corriente de la vida. Observé cómo comenzaba a tocar su ombligo. Con su dedo índice hacia círculos por todo su abdomen, empezó a subir las yemas de sus dedos entre sus dos tetas, las fue sobando en dirección de las manecillas del reloj; con la mano derecha acariciaba suavemente sus piernas claras y fornidas. En un momento sus dedos llegaron a su entrepierna y estremeció su cuerpo girándome el frente. Haciendo que no la pudiera observar, me incliné para mejorar la perspectiva, pero era inútil. Entré en su pensamiento para atraer su atención, volteó la cabeza y su mirada me penetró. En ese instante a través de mí pudo ver esa mesa roja de madera sólida y firme. Fue nuestro escenario perfecto. Asentó sus muslos sobre la mesa, los abrió hacia delante y entre su cavidad deslizó su dedo medio. Sus labios marrones denotaban un pequeño lunar. A través del tacto sintió la humedad que brotaba de su ser. Una energía manipulaba sus manos y sus dedos de la mano derecha no dejaban de hacer figuras entre su vulva. Del otro extremo el esmalte de uñas color cereza se descarapelaba al momento que se


aferraban a la madera. Se divisó en mí y el ego logró poseerla, le elevaba la excitación con la apreciación de su seductora figura, sus curvas no definidas se tornaban en hermosas siluetas, su cabello alborotado se revertía en su rostro, su respiración agitada sacudía todo su cuerpo. La habitación se llenaba de adrenalina. La mesa vibraba y ella mordía su suave labio inferior, tratando de decir que estaba a punto de pasar la línea de lo mundano. Nunca había visto esos gestos, ningún sujeto había causado esa cara de excitación. Queríamos devorarnos. Sus ojos oscuros brillaban, su cuerpo sudaba, sus piernas temblaban, sus pezones brincaban. Sentía salir una onda de colores que se expandía por su ser hasta llegar a su cerebro. Era como si todo su cuerpo se coloreara de brillos y matices, esa sensación conectaba todos sus sentidos. De repente un sonido que devenía de su

vientre brotó por su boca. Le gritó al universo que estaba ensimismándose en él. De pronto se desvanecía en el infinito del limbo. Su consciencia se desprendió de la materia y sobre llevó su pensamiento a la creación: “El cuerpo mismo se debe proteger, cuidar, apreciar, adorar y complacer, sólo así se podrá ser digno de pertenecer a él”. De repente ella se levantó de la mesa, caminó hacia mí, pegó su cuerpo tan cerca que podía sentir el calor que irradiaba su piel, por lo cual comencé a empañarme y a escurrir de su sudor. Era imposible dejarla de adorar y ella de adorarse. A pesar de no poder poseerla, ella es para mí una deidad y sé que también lo soy para ella. Ninguno de los dos podemos separarnos, ella necesita de mí para su subsistencia y yo de ella para mi fruto. Donde ella esté, yo estaré siempre.

Por: Annie Viviane Lombard

Titulo: Perception Autor: Phazed

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Esta calle parece tan ancha, larga y profunda en la oscuridad que cae pesada sobre el asfalto cubierto por insectos reptantes naciendo de la tierra después de la lluvia que enfrió todo como un congelador de carne. Hoy no hay luna ni estrellas, hoy no hay cielo, sólo una manta de negro algodón cubriéndome la vista al universo. La noche, termina mal, y la madrugada se avecina peor. Si tan sólo todo hubiese terminado como comenzó. Con mi mano bajo sus bragas. Bragas moradas o azules. Siempre confundo los colores. Pero no todo está tan mal, conservo la botella de whisky. Aunque “la bebida” no es mi modus operandi es mi peor es nada. Sólo me quedan tres cigarros, hago que valgan la pena. Enciendo uno y sigo caminando por esa calle cada vez más ancha. Me llevo los dedos bajo la nariz; huelen a pastel. “Que rico tú pastel”, me gustaría decirle. Que rico su pastel. Pastel de zarzamoras. Y que rica crema batida la que le lamía de las piernas. Todo era tan rico entre nosotros como esa tartaleta bajo sus pantaletas. Ojala todo hubiese terminado como comenzó. Ella le daba un trago a su cerveza, una fumada a su cigarro y me mordía la boca y me sonreía con sus ojos de conejita encandilada para que yo metiera mi mano bajo su vestido. Que rápido se puede ir todo a la

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mierda con las mujeres, son seres inestables, laberínticos, frágiles, metafísicos, imposibles e irrefutables. Como los ojos de un gato. La calle parece terminarse, un poste con una lámpara parpadeante me anuncia la llegada a la madriguera insectívora. Le doy una última fumada a la colilla que sólo quema filtro y la arrojo cortando el aire frío y estático con una esquirla de humo blanco que flota por un segundo y se desvanece. El hijo cucaracha abre la puerta con sumo cuidado de no hacer ruido para no despertar a los padres cucaracha. Camina sobre la pared y sube al techo para pasar sobre la sala donde descansa el primo mosca. Se tira sobre su exoesqueleto en el piso de la cocina. Se huele las patitas de cucaracha, aún a pastel. “Quiero pastelearte”, le dije a la señorita libélula. Me permite levantar su vestido, tocarle los cercoides y buscar su lámina vulvaria para terminar entrando en su ovipositor. Pastel es pastel. Que rico su pastel. Ya es de madrugada, y no tengo sueño porque todo se fue al carajo y me dejó deseando una rebanada de sus zarzamoras y su chantillí y mejor me sirvo un whisky y enciendo el penúltimo cigarro y me siento a escribir y a escribir y a escribir y a escribir y al final no logro escribir más allá de media cuartilla en la computadora salpicada de cenizas todo por estar pensando en ella y en su cuerpo entallado dentro de ese vestido delgado. Ojos como granos de café y piernas de leche con vainilla. Toda una cupcake factory en la piel de la mujer. Mi mujer. Que ni es tan mía como yo tan suyo.


La Libélula se fue, volando, con sus cristalinas alitas azules, dejando a la cucaracha, (pendeja cucaracha), a medio comer, con las patas embarradas de fluidos tibios con sabor a hashis. La cucaracha no se merece eso, ¿o sí se lo merece? Se lo podría merecer, es su naturaleza ser desagradable. Ojalá todo terminara como comenzó. Con mi mano bajo sus bragas, deseando probar de ese pastel, esa torta, dulce bizcocho, deliciosa tartaleta. Penetrando con la yema de los dedos el suave hojaldre de fresa y el pan, tibio pan, dulce que se escurre por mis nudillos y gotea tras un gemido húmedo, adentrándolos hasta el relleno de chocolate y escarbando contra las paredes en busca de la cereza. El premio mayor, el punto G de la repostería. El templo de Sodoma y de satán. Por los siglos de los siglos. Amén.

Enciendo el último cigarro. Me termino la bebida y me sirvo cafeína líquida. Si no estuviera tan caliente me iría a dormir pues ya es más día que oscuridad, pero no así: con los dedos perfumados de merengue y las fotos de sus piernas en mi celular. La cucaracha se termina el cigarro y arroja la colilla al suelo, como odiándola, la pisa con su repulsiva pata velluda hasta que la desfigura, se rasca la nariz, estornuda, se bebe de un sorbo el café restante en su taza y se adentra al baño para masturbarse. Se lame los dedos con sabor a ella. Empieza pensando en su pastelito y se viene con la imagen de sus nalgas (cercoides) reposando en su cara de cucaracha. Sucia escoria. El placer excesivo y los efectos del alcohol la duermen en el suelo junto al inodoro. Por la mañana, es pisada.

Si todo no se hubiera ido a la mierda.

Titulo: Ciberseducción Autor: Fernando Zárate

Por: Asaph

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Devuélveme mis poppers -Alfonso MorcilloLe quité el plástico amarillo al frasquito. Lo abrí e inhalé su contenido con fuerza; como se aspira una línea de coca o como se respira cuando a uno le falta aire en los pulmones. El golpe fue instantáneo. Sentí ese calorcito subiéndome por el cuello, luego la cara, y la escena de la película se hizo más real, como en tercera dimensión, y cada movimiento, cada pujido, cada grito resonaba en mi cabeza. Inhalaba mientras me la seguía jalando y viendo la película. Sentí mi cabeza a punto de estallar al mismo tiempo que mi miembro disparaba su chorro, mientras Watzumaro y su amiga bebían vodka en la sala. Ambos, Watzumaro y yo, compartíamos departamento desde hace seis m e s e s y n u n c a , n u n c a m e h a b í a descubierto masturbándome o metido con alguna mujer. Digamos que yo era muy respetuoso del espacio. Ella organizaba fiestas en las que travestis y amigas suyas (todos estudiantes de danza y teatro) hacían desfiguros y escándalo incluso hasta bien entrado el día siguiente. Yo veía a Watzumaro -sus piernas de bailarina, bien torneadas, firmes y su pecho casi sin senos- besarse con uno, luego con una, otra y otro. Los maricones eran los que menos me interesaban pero eran los que más me pedían unirme a la juerga. En varias ocasiones los descubrí en el baño, pasillos o cocina chupándoselas unos a otros. La verdad es que no me molestaba verlos. Me

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jodía que no me dejaran dormir. Un hombre que ha vivido ya su temprana juventud y que tiene que trabajar para poder pagarse sus vicios, lo único que quiere es un poco de descanso. O no mucha juerga en todo caso. Watzumaro era todavía una hija de papá y apenas llevaba seis meses compartiendo el departamento con ella y ya no la soportaba. Es injusto decir esto. Más bien no soportaba las fiestas. Cuando s e m e t í a a b a ñ a r d e j a b a l a p u e r t a entreabierta para que yo pudiera usar el retrete o el lavabo. Así que me deslizaba dentro y la veía a través de la cortina de plástico, diciéndome “tío ponchis, recuerda no mear las orillas”, sabiendo que nunca las dejo mojadas. Por otro lado, al ver su silueta nunca pude evitar una erección, pero nunca me atreví a jalar la cortina para beber el agua que bajaba por sus piernas. En otras ocasiones en que yo llegaba del trabajo y ella ensayaba sus movimientos enfundada en sus mallas negras. Me sentaba a observar durante largo rato. Ella fingía no verme, o quizás en realidad no me viera, concentrada como estaba en estirar sus piernas y brazos, poner en alto su cuello y cabeza para dar vueltas, saltos y giros en el aire y así caer sobre la punta de sus zapatillas de ballet. R e c o r d a b a e s o m i e n t r a s Watzumaro servía un poco de vodka en un tercer vaso. Me lo acercó y me preguntó qué era ese frasquito amarillo que tenía yo en la mano. -Poppers- dije. -Unos fabulosos rush que ponen muy bien. Deberías probarlos cuando andes cogiendo con alguno de tus amiguitos en una de esas fiestas que organizas. Saqué el frasquito de envoltura amarilla. Lo agité un poco, lo abrí e inhalé. Les ofrecí. Watzumaro fue la primera en meter su nariz y respirar con fuerza.


-Ay, wey- dijo.

-Qué tal, eh- contesté.

Le acerqué el frasquito a la amiga, una chica de piel blanquísima y cabello negro. Era la primera vez que la veía por ahí. Emily su nombre. No dudó ni un segundo e inhaló profundamente. -Se ve todo de colores- dijo, a la vez que soltaba una carcajada. Watzumaro se me acercó y me quitó los poppers. También estalló en carcajadas luego de volver a inhalar. -Alfonso, si me hubieras dicho antes de los poppers júralo que te la chupo p a r a q u e c o m p r e s m á s , w e y - d i j o alargando unos segundos la “e”. -Pues puedes empezar de una vez, Watzumaro. Es más, le doy un frasco a cada una si las dos me la chupan. Más tardé en decirlo que ellas en quitarme el pantalón. Yo inhalaba y le pasaba un poco a cada una. Luego se peleaban por llevarse mi verga a su boca. Yo las calmaba dándoles más incienso líquido. El poppers se acabó pronto y yo todavía no me venía. Ellas no dejaban de chuparme. Me levanté por otro frasco que guardaba cerca de la computadora. Me q u i t é l a c a m i s e t a , t o d o , y r e g r e s é c o m p l e t a m e n t e d e s n u d o . E l l a s s e besaban, ya sin ropa, se acariciaban los senos y se metían los dedos entre las piernas. Di una nueva, fuerte inhalada y me agaché a chuparles el coño a ambas. Acaricié por fin las duras piernas de W a t z u m a r o , t e r s a s y f u e r t e s , b i e n torneadas. Lo mismo acaricié las de Emily. Watzumaro, su piel morena y su coño bien depilado recientemente, por fin se abrían ante mis manos, lengua y ojos. Emily, en cambio, conservaba una mata de pelo negrísimo y no tan

grueso, conservando aires púberes. Su raja, rosada y tierna, aún conservaba un sabor agridulce, como la fruta inmadura que aún no cae del árbol. Watzumaro me arrebató el frasquito mientras yo chupaba a su amiga. Lo inhaló y lo pasó. Siguieron besándose y acariciándose. Yo le pedí el frasco, pero lo envolvió dentro de su puño, seguí chupándolas, ellas paradas y yo hincado. Le pedí una vez más el frasquito. -Ashhh- ya me caíste gordo- dijo y me empujó con una de sus poderosas piernas. Jaló a su amiga rumbo a su habitación. Yo sólo pude escuchar la puerta al cerrarse y el seguro al correrse. Golpeé la madera durante varios segundos gritándole que me devolviera los poppers y me dejara seguirlas chupando. Sólo obtuve silencio durante horas. Pero en algún momento tendrían que salir y pedirían por más poppers, pensé. Mientras tanto, esa noche no pude dormir. Terminé jalándomela una vez más, nuevamente solo. El olor de los Popper se mezclaba en mi nariz con el de los coños de Watzumaro y Emily.

Sin Titulo Autor: Fernando Zárate

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Luz

Ella desarrolla un acercamiento peligroso, el menú es mostrado, con una sonrisa y mirada directa, pronuncia arriesgarse a un acto… -Bésame, que haya afuera no podremos… El amante, la esquina hacia una puerta, la toma con fuerza sin posibilidad de escapatoria… La besa con sutileza e impulso de instinto, el ímpetu comienza en el juego de labios. La lengua penetra de arriba al infierno y de derecha al horizonte completo. Las manos se acoplan a la génesis de las caderas para aproximar dos cuerpos a la libido de su deseo. El trance comienza… Las respiraciones se agitan por la tempestad que se emprende,

Por: Jerovan Hernández Rodríguez el pene se transforma a la dureza que los latidos del corazón crean en su fortaleza. El ritmo encamina el hambre de la piel y su licra es transgredida por él. La caricia de los dedos en las nalgas el aliento de esa mujer estalla. Ya … E s p e r a … E l l a jadeantemente pronuncia. Pero la hipnosis ha comenzado y la masturbación toma por asalto la matriz llamada vagina… Carne ardiente, sabia dulzura de un goce presentado en un clima húmedo. En una danza los d e d o s s e a l i n e a n a l t a n g o, cimbrando el efecto de hacer mojar con miel las grietas de la m a n o d e l h o m b r e. El bruscamente la voltea contra la puerta… -Asómate…que no venga nadie… Violentamente enfatizado le dice. Encendidamente bajo su

licra, se encuentra con el trapo perfecto ilustrado por el universo…y penetra el devenir de ellos mismos… La adrenalina llega por el sentido de ser capturados, se encuentran al borde de su destino sin marcha atrás y la profundidad del instante no se sacia por el momento de ser dos vueltos uno. Con la alquímica energía proveniente de la vida, él embiste, mientras ella permite el paso a la galaxia de su ser; sintetizado un plano espiritual de rebeldía, placer y posibilidad. Los dos voltean a ver a la ventana… Detienen la hecatombe… Se han conectado sin principio ni fin… Y en la consumación se sonríen con el hambre de más pero s a b e n q u e l a t r ave s u r a h a terminado…

Ficha técnica Nombre: Luz Género: Arte Año: 2014 Productora: Films Anacrónicamente Subversivos. Director: Jerovan Hernández Rodríguez. Guionista(s): Jerovan Hernández Rodríguez. Actores: Claudia Zuilia Gazca Muños País de origen: México Subtítulos: Español Duración: 4:14 min. Clasificación: B Sinopsis: Sinopsis: El asalto de luces y sombras se presenta en la explosión del alma, el cuerpo y la danza. El lienzo trazado por la mujer, convoca a su sombra en acuerdo espiritual y material.

Ficha técnica Nombre: Twisted Beauty Género: Arte. Año: 2015. Productora: NoWorld Cinema Director: Gabriel Padilla. País de origen: Ecuador-Quito Idioma: Español. Duración: 1:20 min. Clasificación: B.

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I n t r o s p e c t i v o

Amairani Lemus Sensualidad: Curva sutil. Fuego: reacción de luz. Piel: Cubierta del alma. Deseo: Búsqueda de satisfacción. Pasión: Una fuerza. Paroxismo: El clímax perfecto. Desnudez: Naturaleza. Fetiche: Barba. Masturbación: Placer e inspiración. Morbo: Cuando la curiosidad continua matando al gato.

Titulo: Tropicos Autor: Fernando Ochoa

Benjamín García Sensualidad: simplemente un placer hermoso o un sexto sentido. Fuego: Incendio, calor que nos invade por dentro. Piel: Seda al tocar Deseo: Triunfo. Pasión: Arte Paroxismo: Efusión desenfrenada. Desnudez: Nada que esconder. Fetiche: La brocha de un amigo famoso que aún conservo. Masturbación: Consolación Morbo: Enfermo si hay criterio.

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Ricardo Ignacio Sensualidad: Soy yo, en mi pieza, frente a mi cámara. Fuego: Factor fundamental de una relación Piel: Cariñitos por aquí, cariñitos por allá. Deseo: Ansiar tus sueños. Pasión: Capturar momentos, bailar. Paroxismo: Explosión de sentimientos, por haberlos tenido guardados. Desnudez: Confianza; arte impreso en cada cuerpo. Fetiche: Clavículas marcadas. Masturbación: Plenitud y conocimiento de uno mismo. Morbo: Acciones y/o pensamientos impuros, prohibidos, pero atractivos.

Benjamín García Sensualidad: simplemente un placer hermoso o un sexto sentido. Fuego: Incendio, calor que nos invade por dentro. Piel: Seda al tocar Deseo: Triunfo. Pasión: Arte Paroxismo: Efusión desenfrenada. Desnudez: Nada que esconder. Fetiche: La brocha de un amigo famoso que aún conservo. Masturbación: Consolación Morbo: Enfermo si hay criterio.

Amairani Lemus Sensualidad: Curva sutil. Fuego: reacción de luz. Piel: Cubierta del alma. Deseo: Búsqueda de satisfacción. Pasión: Una fuerza. Paroxismo: El clímax perfecto. Desnudez: Naturaleza. Fetiche: Barba. Masturbación: Placer e inspiración. Morbo: Cuando la curiosidad continua matando al gato.

Asaph Sensualidad: Espalda femenina desnuda. Fuego: Catarsis durante el sexo. Piel: Impedimento para penetrar más adentro. Deseo: Libertad.

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Pasión: Cabernet derramado. Paroxismo: Su boca. Desnudez: La vestimenta real del ser. Fetiche: Bragas mojadas y tibias. Masturbación: Escuchar In Rainbows de Radiohead. Morbo: Verte leer. Mirage Bonhomie Sensualidad: danza de dos cuerpos que convertidos en estrellas bailan para complacerse mutuamente. Fuego: lo que arde en su mirada, lo que siento cuando sus manos tocan mi piel helada. Piel: traje perpetuo con el que se visten las almas para caminar por el mundo. Deseo: opuestos que se atraen, a veces sin quererlo. Pasión: destello que produce una caricia al tocar el firmamento del cuerpo ajeno. Paroxismo: paradoja que viven dos almas, una vez que se encuentran y temen separarse. Desnudez: un momento o una eternidad. Fetiche: placer que genera lo abrasivo. Masturbación: encontrarse a uno mismo. Morbo: una perspectiva. Angelius Pérez Sensualidad: Impacto en las pupilas de los poros. Fuego: Vida que quita el frío permitiendo reanimarse mientras se extingue o vida que te devora para avivarse. Piel: Conducto al infinito. En ella de cerca puedes ver millones de estrellas y al contacto sientes como has ocasionado un desastre. Deseo: Los más profundos secretos encubiertos. Los causantes de los pretextos más creativos. Pasión: Lo que da sentido a un fin. El contenido fundamental de toda historia. Paroxismo: Errores afortunados. Desnudez: Naturaleza que se privatiza. Fetiche: Necesidades abstractas, sustento de una realidad. Masturbación: Saber lo que uno quiere de, con y para alguien más. Morbo: A veces escrutinio de lo que no se puede alcanzar, a veces de la fortuna de no ser uno y poder mirar en otro plano.


Titulo: Delicias Autor: Matabachas Pérez

Gabriel Padilla Sensualidad: Magnetismo sexual. Fuego: Sensación de calor y abrigo. Piel: La capa esencial de unión entre dos cuerpos que se atraen. Deseo: Sentir o experimentar algo que nos satisface. Pasión: Un sentimiento fuerte que puede controlar todos tus sentidos. Paroxismo: Un climax lleno de emociones y sensaciones únicas en ese momento. Desnudez: La revelación física de nuestro ser. Fetiche: Elementos específicos creados por nuestra mente para satisfacernos de formas distintas. Masturbación: La necesidad de expulsar un deseo sexual reprimido. Morbo: Interés por cosas en contra de la moral. Annie Viviane Lombard Sensualidad: Es el poder de poseer los sentidos carnales de las personas. Fuego: El elemento consumidor de la vida. Piel: La delicia del tacto Deseo: La anhelación de un placer. Pasión: La sumisión de la voluntad y la conciencia. Paroxismo: La llegada al limbo de los sentidos. Desnudez: El cuerpo puro, despojado de la humanidad. Fetiche: Deidad, no reconocible. Masturbación: La buena forma de consentir al cuerpo. Morbo: El creador de los prejuicios.

Jerovan Hernández Sensualidad: Adquisición sensorial del trazo espiritual Fuego: Hipnosis atrayente a la contradicción Piel: Medio para saltar a las profundidades sin traje salvavidas Deseo: Fomento al sentido de la máscara creada Pasión: Azul luminaria. Luz luminiscencia Paroxismo: Trascendencia de los planos desvanecidos en el universo Desnudez: Primer página introductoria a la historia de un libro Fetiche: Delicia explosiva del cúmulo corrupto Masturbación: Violencia de paz lasciva del ser Morbo: Destrozo creador de evocación lujuriosa

Ruvb Camarena Sensualidad: Hipnotismo innato. Fuego: Poema de llamas. Piel: Camino para los labios. Deseo: Dulce egoísmo. Pasión: Inercia placentera. Paroxismo: Olvido de lo que no siento. Desnudez: El miedo de Dios. Fetiche: Metáfora carnal. Masturbación: Soledad en llamas. Morbo: Juicio hipócrita. Mirage Bonhomie Sensualidad: danza de dos cuerpos que convertidos en estrellas bailan para complacerse mutuamente. Fuego: lo que arde en su mirada, lo que siento cuando sus manos tocan mi piel helada. Piel: traje perpetuo con el que se visten las almas para caminar por el mundo. Deseo: opuestos que se atraen, a veces sin quererlo. Pasión: destello que produce una caricia al tocar el firmamento del cuerpo ajeno. Paroxismo: paradoja que viven dos almas, una vez que se encuentran y temen separarse. Desnudez: un momento o una eternidad. Fetiche: placer que genera lo abrasivo. Masturbación: encontrarse a uno mismo. Morbo: una perspectiva.

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Súbditos Serendepia

dimensión humana. Su trabajo está elaborado por la voluntad de lo espontáneo. Estalla su ser lascivo, para danzar entre las aguas de la pasión.

Rodrigo Ignacio (IV Región, Ovalle, Chile) 17 años. Trotamundos artista, busca en la naturaleza los placeres visuales. La fotografía custodia su joven edad para mostrarle a su espectador las maravillosas curvas de lo imprevisto. Lo que caracteriza sus creaciones es la temática autobiográca con una conexión mágica al pasado.

Ruvb Camarena (Jalisco, Guadalajara, México) 24 años. Desarrollador en IBM se escapa para mostrarnos como se constituyen los milagros de bolsillo. Sus textos se caracterizan por el uso de la metáfora buscando la inmortalidad, no egoísta si no provechosa. Si el limitante del hombre es el miedo a la muerte, el legado es lo más cercano a longevidad.

Benjamín García (Latuvi, Oaxaca, México) 28 años. La cultura mexicana lo ha distinguido a donde quiera que se encuentre. Por mucho tiempo vivió fuera de México, pero regresó a formarse nuevamente en su tierra. Sus creaciones se caracterizan por el detallado en lápiz y la presencia de la historia representada en las mujeres.

Mirage Bonhomie (Pichincha, Quito, Ecuador) 24 años. Mujer en llamas busca entregar su alma a quien la lea. Su trabajo se caracteriza por gotas de lluvia que llenan vacíos. Su pasión por los libros logran posicionarla en el espacio pudiendo comprender todas las estrellas. Ella es tormenta en una noche de lluvia.

Amairani Lemus Girón (Tijuana, Baja California, México) 20 años. Estudiantes de Artes plásticas busca romper el orden con sus manos. Camina sin destino ni tiempo hacia lo creativo. Toma temas complejos de la realidad para expresarlos en naturalidad. Su trabajo es caracterizado por el uso del cuerpo humano y la sensualidad poco convencional.

Renoir Bachá. (Azcapotzalco, DF, México) 24 años. Hombre humo busca en la obscuridad hacer sonar la luz. Busca en sus escritos la verosimilitud de lo extraordinario, su método es la incertidumbre.

Asaph (Oaxaca, Oaxaca, México) 23 años. Viajero en el tiempo se pierde y se encuentra en la suciedad de su escritura. Vive atrapado en la catarsis de la existencia misma, en lo gris del día, en la destrucción del hombre. Sus textos son inuenciados por la línea de los escritores malditos. Su escritura está centrada en la exaltación de lo prohibido, el sexo, las drogas y las redes sociales. Nombra su obra “Cliteratura”.

Alfonso Morcillo ( D.F, México) 43 años. Procastinador profesional. Busca en sus escritos no ser devorado por sus demonios internos. Sus textos están caracterizados por el realismo crudo. Sus placeres se encuentran más rápido en el mundo nocturno. Angelius Pérez (Oaxaca, Oaxaca, México) 29 años. Escribir es una acción inevitable, sus textos están marcados por impulsos dirigidos por los mensajes que hacen sinapsis con cualquiera de sus sentidos ocasionando brotes infecciosos en los pensamientos generando reacciones en cadena que estructuran su locura.

Gabriel Padilla (Quito, Ecuador) 28 años. Cinélo busca en las imágenes móviles el consuelo. Las emociones de sus imágenes son inyectadas en la mente. Su propósito es la reexión y confrontación. Su trabajo es temático, destroza la realidad, mejorándola con fantasía. Es patrocinador de viajes visuales. Jerovan Hernández Rodríguez (. Los Héroes Tecamac, Edo de México) 24 años. Vagabundo al servicio de la galaxia busca en sus imágenes -desde la nitud- los alcances innitos de la

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Titulo: Mi dama y mi sombra Autor: Iván Santiago Méndez

Annie Viviane Lombard (Oaxaca, Oaxaca, México) 21 años. Aprendiz de pasiones busca en la escritura vaciar su poca memoria para futuros recuerdos. Se dedica a vivir intensas historias para después escribirlas. Optimiza problemas y fortalece placeres. Sus textos se caracterizan por ser autobiográcos.


Significa Justicia en hebreo, y muy diferente a lo que el nombre nos podría decir, no se trata de una banda con letras de canciones revolucionarias, ni problemas sociales y económicos que se suscitan en México. Es más bien una banda que salvaguarda lo justo. Es una guía para defender los sueños. Originaria de la ciudad de Oaxaca, la historia de la banda, comenzó cuando Boris Fuentes (Guitarra y voz) sube un pequeño demo a Youtube, que por casualidad o destinó, lo reunió con Diego Robles (Bajo) para formar una banda, después se contactó a Andrés Canseco (baterista) quien congenió muy bien musicalmente y se unió al proyecto. El guitarrista, Eliud Pablos (Guitarrista líder) fue el último en unirse a la banda, pero es la ficha clave que faltaba para el despegue total del grupo. “Todo ha sido tan rápido musicalmente y tan lento en la búsqueda de los integrantes, todos tenemos gustos musicales diferentes aunque con una relación muy amplia al momento de sonar juntos” Nos dice Boris Fuentes mientras afina. Tsedek suena a toques románticos, con intenciones de recordar y no soltar lo que deseamos. A primera vista pareciera que entrelazan ritmos que hacen difícil definir el género, pero en realidad, el cometido es

aprovechar los conocimientos de diversos estilos para posteriormente incluirlo al rock en sus canciones. Después de cuatro meses y de un arduo trabajo, bajo la producción de los dos guitarristas de la banda, el primer sencillo sale con el título “No eres tú”. La propuesta de ésta banda de rock alternativo está lista para ser escuchada en cualquier momento a través del siguiente link: http:/tsedekoficial.bandcamp.com/releases Las críticas y alientos son vitales para seguir creciendo, pero también la importancia de transmitir algo que sentimos. Tsedek los invita a escuchar su propuesta para encontrarse entre sus notas, y sentir el ritmo intenso así como los sentimientos que se producen al defender los sueños.

Redes Twitter: Facebook: Web oficial:

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