LIFESTYLE: VENTURA

El tiempo personal: en la pareja y cuando ya se tienen hijos

Todos necesitan un descanso mental para recargar baterías, solo que muchas veces no se ve esa necesidad a tiempo, sino cuando uno ya está agotado o sobrecargado y sin saber bien el porqué.

En la pareja

Los seres humanos son diferentes, con ideas, pensamientos, sentimientos, gustos e intereses distintos. Cuando dos personas toman la decisión de iniciar una relación, deberían asumir no solo el compromiso de ir conociéndose y de vivir lo que una relación de pareja conlleva, sino también que ambos son personas únicas.

El problema está cuando uno de los miembros de la pareja, o ambos, entiende erróneamente que ser pareja significa hacer todo juntos, sin tener en cuenta la individualidad de la otra. Esto podría funcionar durante un tiempo pero con el transcurso del tiempo se irá resquebrajando la relación, ya que cada persona debe alimentar sus habilidades y gustos personales.

La importancia del espacio personal radica en ser felices, implica no depender, ni asfixiar al otro, ya que los psicólogos advierten que se podría caer en una dependencia patológica en donde no hay un mundo individual pleno, sino en el cual las amistades, aficiones y actividades dependen de la otra persona.

Comprender que, al final del día, tener ese espacio personal pleno desestresa, renueva y oxigena para continuar siendo funcionales, desarrollando la mejor versión de cada uno, es vital para la relación. Así cada uno seguirá creciendo ante los nuevos desafíos que se presenten y uniendo fuerzas con la pareja que se eligió para construir una vida en común.

Algunas preguntas para evaluarse serían: ¿Qué actividades puedo hacer sin que esté mi pareja? ¿Sigo alimentando mis aficiones y gustos personales? ¿Uno de ellos siempre cede o conciliamos las decisiones?

En la maternidad y paternidad

Este es un nuevo desafío en la vida de pareja. Convertirse en padres implica también abrazar múltiples profesiones nuevas. Desde el momento en que nacen los hijos dependen de sus padres para sobrevivir y al pasar a ser la prioridad, la mayoría del tiempo se dedica a ver que no les falte nada y reciban todo el amor que necesitan.

Y en ocasiones ocurre que, al estar tan enfocados en esa dedicación hacia los hijos, uno se va olvidando un poco de alimentar ese espacio personal y de pareja. "Primero él, que ya podré hacer lo mío después", y ese "después" podría no llegar nunca. Así que no, mamá y papá. También necesitas consentirse y dedicarse a uno mismo para seguir cuidando de la mejor manera a la familia. Cuando uno es madre o padre es normal que uno se vaya dejando de lado lentamente. Por eso reflexionar sobre dedicarse un tiempo al día o unas horas a la semana para hacer lo que a cada uno le guste o para relajarse, puede hacer grandes diferencias, no solo en el trato hacia tu familia, sino al trato hacia uno mismo y una misma.

En ocasiones solo se requiere algo tan sencillo como tener unos minutos para meditar o para despejar tu mente. Volver a leer un libro que tanto guste, ir un rato para mimarse a la peluquería o por un masaje. Practicar deporte o ir al gym. Esas actividades que antes de ser madre o padre te producían alegría y bienestar físico o emocional.